CARTA ABIERTA SOBRE \"EL DÍA QUE NIETZSCHE LLORÓ\".docx

Vilagarcía de Arousa, 22 de enero del 2017

(domingo; 10:17 a. m.)

Querido Darío:

Desde hace ya casi siete años he estado en mora de comentarte con mayor profundidad acerca de la película, que, de alguna manera, me recomendaste cuando me enviaste tu comentario sobre El día que Nietzsche lloró, la cual remite a ese gran filósofo de la sospecha, como lo denominaría el pensador francés Paul Ricœur, al que sumaría a otros grandes maestros de la suspicacia frente a lo aparente y lo manifiesto, Marx y Freud, para llevarnos a una profunda reflexión de lo que se nos muestra como obvio, que para nada es tan banal.
Y fue, precisamente, sobre esos filósofos, que tuve la opción de aprender muchísimo de tu antecesor en el aula de teorías económicas, Estanislao Zuleta, pensador, quien sería todo un guía, para acrecentar esa erudición, que reconoces en mí, así con Freud me hubiera encontrado muchísimo antes cuando leí una biografía suya en la colección de la editorial mexicana Novaro, Vidas ilustres, una vez había iniciado ya mi primera experiencia como analizante, en plena adolescencia, un hecho, que sería tan determinante en mi vida, porque hizo que el psicoanálisis se convirtiera en uno de los grandes senderos de mi proyecto existencial.


http://www.todocoleccion.net/tebeos-novaro/vidas-ilustres-n-88-freud-novaro~x44966053


Revista con el estilo del comic, que leía desde los cinco años, que me llegaba por suscripción o que compraba en puestos de revistas y salsamentarías, que también están en la base de toda la erudición, que percibes en mí; porque, si bien, no crecí propiamente en una biblioteca de libros ingleses, aunque sí que los había, me crié como Jorge Luis Borges en una de ellas, lo cual me dio una gran amplitud de miras y un conocimiento básico, que he ido engrosando en el transcurso de mi historia, sin quedarme en una cultura libresca sino en una vida intensamente vivida, en la que he sido el sujeto de mi propia existencia, sin haber sido simplemente vivido por la Vida.

Pero fue gracias a mi gran amigo de adolescencia, Luis Fernando García Moreno, el gran inmunólogo paisa y a Estanislao Zuleta, que descubrí a Nietzsche y Marx.

Y tanto Luis Fernando García, como Jorge Alberto Naranjo, condiscípulos y amigos del colegio y el primero de la Facultad, fueron para mi una suerte de Demianes, me refiero a la obra de Herman Hesse y yo, un ingenuo joven Sinclair, que procuraba aprender de los otros de la vida misma, de tal forma que ambos incidieron muchísimo en profundizar cada vez más en los autores, que nos apasionaban.

De ese modo fue que el Así habló Zaratustra, marcó mi vida desde la juventud, aunque luego leí algunas otras obras suyas; pero, ahora gracias a una edición de lujo, muy barata, que me topé en Vilagarcía, donde vivo, me dedique a leer otra biografía del filósofo alemán, entre otras que he leído, más El origen de la tragedia, El viajero y su sombra y La gaya ciencia, lecturas y estudios en el que he estado metido durante todo un año; pero, siempre, con la idea de: tengo que ver la película que Darío Valderrama me recomendó, El día en que Nietzsche lloró, hasta que ayer se llegó el que me pusiera a verla y disfrutarla, cosa que te agradezco infinitamente.

¡Cómo me gustaría conseguir el libro que le sirve de base!


http://www.casadellibro.com/libro-el-dia-que-nietzsche-lloro/9788423342228/1623439

El cual parece haber sido escrito con una gran potencia narrativa, con el mejor suspense, que supongo que era lo que Estanislao Zuleta llamaba el misterio de la prosa, que ofrece una propuesta distinta al origen del psicoanálisis, de una manera bastante divertida, al mostrarnos el encuentro de la bella Lou Andreas Salomé, cuyo retrato pop, sirve de carátula a la novela, publicada por Editorial Destino, con el destacado médico vienés, Joseph Breuer para salvar la vida de un Nietzsche devastado por el rechazo, que esta musa, había hecho de su amor, para irse con Paul Ree, cuando el filósofo alemán era casi desconocido y se hallaba tan melancolizado, que el suicidio le parecía una de las más posibles alternativas, para poner un límite a su sufrimiento, un reto, que Breuer acepta sin recurrir a la hipnosis empleada con Anna O., porque el pensador alemán, con toda su voluntad de Poder no aceptaría la sumisión y el ejercicio de dominio por parte del hipnotizador, de tal modo que se hiciera un tratamiento diferente al que el famoso clínico austríaco había empleado con Bertha Pappenheim, aunque en realidad la que obligaría a Freud, a cambiar la hipnosis por la asociación libre sería Miss Lucy, una institutriz inglesa, que le pediría al padre del psicoanálisis, que la tendiera sobre el diván, sin siquiera tocarle la frente, para hablar con total libertad de su problema; por ello, se dice que las histéricas serían las grandes maestras de Freud y Lacan se lamentaría mucho más tarde: ¿Dónde están esas maravillosas mujeres de antaño, las Anna O. … - y yo añado - las Dora?

Pero la estrategia que se proponen Breuer y Freud respecto a Nietzsche, en una historieta de pura ficción, es invertir los roles y la perspectiva, de tal forma que el filósofo se conviertiera en un tercer oído para Breuer, quien, a pesar del éxito profesional, sufría del viejo spleen del siglo XIX, de una manera distinta al de Baudelaire y de José Asunción Silva, dado su enamoramiento contratransferencial de Anna O., nombre que oculta el de Bertha, homónima de la madre muerta precozmente del doctor, quien siempre se sintió abandonado por su mamá muy prematuramente, por lo que se aferraba a la señorita Pappenheim, por una asociación por consonancia, lo cual permite al médico recuperar su verdadero self, oculto bajo la máscara del gran Doktor, como imagen narcisista de sí mismo, para recuperar su capacidad de trabajar y de amar de una manera mucho más sana, lejos del goce de la fijación en el objeto materno perdido y una vez perdida esa viscosidad poner a la libido al servicio más de la vida, que de la muerte.

Lo cual así sea ficción, me resulta una estrategia narrativa muy bella, ya que ese Nietzsche, que convierte la filosofía en aforismos, en los que dice en pocas palabras, lo que otros pensadores escriben en grandes tomos, como se lo señala el sabio alemán al médico vienés, en un momento dado del filme, recupera con un vitalismo, que anuncia al Zaratustra, la herida narcisista, que nos ocasiona la dolorosa y angustiosa conciencia de que somos seres-para-la-muerte, la última y más grande de las castraciones del ser humano, lo cual me suscita una nueva pregunta, que me llevará a indagar sobre la influencia de Friederich Nietzsche en Martín Heidegger.

Por eso, creo que la novela debe ser, como suele serlo en la mayoría de los casos, mejor que la versión fílmica, que me parece bastante descuidada desde el punto de vista cinematográfico, ya que hay un mal manejo de los planos, con grandes fallas en la composición fotográfica de las tomas, con cabezas y cuerpos amputados, que no sé si sería un descuido voluntario, para darle fuerza al guión, realizado entre el propio autor de la novela, Irvin D. Yalom y el director búlgaro Pinchas Perry, para que el diálogo y no la imagen misma fuera el que tuviera una mayor relevancia, a pesar de que me parece una cinta muy bien ambientada, aunque no se haya rodado en Viena sino en un pueblo de Bulgaria, bastante influido por el gusto del imperio austro-húngaro.

Los actores, totalmente desconocidos por mí, Armand Assante como Nietzsche, Ben Cross como Breuer, Jamie Elman como Sigmund Freud, Michal Yannai como Anna O. y Katheryn Winnick como Lou, me parecieron también magistrales.
Envidio a mi colega, el novelista, quien ha trabajado en la cátedra de psiquiatría de la Universidad de Stanford, a quien desconocía tanto como novelista, como autor especializado en las ciencias ψ, a pesar de mi interés por la teoría y la práctica de la psicoterapia de grupo, en lo que parece ser muy especializado y tampoco he leído su novela Verdugo de amor, en la que dizque conjuga filosofía, psicoterapia y suspenso.


https://www.waldhuter.com.ar/libreria/9789500428958/VERDUGO+DEL+AMOR/
Yo supongo que el respetable Boston Globe tiene razón al considera a El día que Nietzsche lloró, una novela inteligente, cuidadosamente documentada y rica en imaginación, que agarra, diría yo y pudiera ser la mejor dramatización de la vida de Freud, desde que Sartre hiciera para John Huston el guión para Pasiones Ocultas, texto, que me resultó muy difícil de leer por la pequeñez de la letra en la edición de Alianza Editorial, porque el filme de Huston sí que me pareció mediocre y melodramático; aunque en esta película de Pinchas Perry, sí que nos encontramos unos personajes humanos, demasiado humanos, para emplear la feliz expresión del filósofo protagónico.

Otra cosa que me encantó fue la inclusión dentro de la música encargada a la compositora judía Sharon Farber, la inclusión del texto de L'amour est un oiseau rebelle de la Carmen de Bizet:

https://www.youtube.com/watch?v=9aY5HJ5c14E

Tema que me hace pensar que Freud tiene razón cuando dice que la pulsión es indomesticable o ineducable; pero sí que es pensable y, en el caso de ambos protagonistas, sus pulsiones los habían conducido a esas mujeres, elegidas como objetos libidinales, Bertha Pappenheim y Lou Andreas Salomé, hacia las que ambos habían quedado fijados hasta poderlo decir, con lo cual la conciencia por medio del habla, del lenguaje, les permitiría deshacerse para siempre y poder emprender cada uno de los dos viajeros, un camino más propio, menos enajenado, como naves diferentes, que soltadas las anclas, se dirigirían a distintos puertos, tras una Týkhē, un encuentro con palabras plenas, que rompiese de una vez por todas el αυτόματο, el automatón de la compulsión a la repetición y el eterno retorno, para ser más libres de elegir la propia existencia.


Y también me encantó cuando Nietzsche susurra la Cabalgata de las Walkirias de su amado Richard Wagner:

https://www.youtube.com/watch?v=Qs2WbaFMDO4


http://musicafernandodelosrios.blogspot.com.es/2012/11/cabalgata-de-las-valquirias-wagner.html

en la que uno siente el vuelo por los aires de esos seres mitológicos, en un Nietzsche, ya decepcionado de su amigo de Bayreuth, al que consideraba que iba a ser el gran compositor, que llevaría a la música a ser la obra de arte total; pero a quien Nietzsche no le perdonaría que volviera por las vías del cristianismo, que tanto odiaba el autor del radical El Anticristo, lo que lo llevaría a inclinarse más por Bizet, quizás un autor más humano.

Y bueno, con este comentario, te retorno mis opiniones sobre una película, que si bien no es ninguna obra maestra; sí que resulta magistral en el guión, la actuación y la ambientación, que nos da una divertida, así sea ficticia, versión de los orígenes del psicoanálisis, en una atrevida mezcla de filosofía con el saber freudiano.

¡Qué lástima que la teoría económica en la Facultad de Economía, en la que Estanislao y tú fueron maestros, se haya convertido en una econometría abstracta, alejada de toda problemática humana y social! Son los males heredados de la Escuela de Chicago y su gran capo Milton Friedman.
Un abrazote,

Jesús



Un abrazote,

Jesús