CARRILLO Juan Felipe & GUARANGUAY Fernando, “Cuerpo desnudo: resistencia en el orden de lo sensible”, en FARINA Cynthia (dir.), Cosméticas y políticas del cuerpo. Educación de lo sensible, Institución Universitaria Antonio José Camacho, Cali, 2013, p. 129-139.

August 18, 2017 | Autor: J. Carrillo Gáfaro | Categoría: Sociology of the Body, Sociología Del Cuerpo, Políticas Del Cuerpo, Resistencia Social
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Descripción

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CUERPO DESNUDO: RESISTENCIA EN EL ORDEN DE LO SENSIBLE Dr. Juan Felipe Carrillo Gáfaro

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[email protected] Mg. Héctor Fernando Guaranguay Zúñiga2 [email protected]

El que está despierto y consciente dice: soy todo cuerpo, no hay nada fuera de él. Friedrich Nietzsche

INTRODUCCIÓN En la estructura de este trabajo, emerge el espacio para reflexionar acerca del cuerpo desnudo. Esta reflexión se enmarca desde un punto de vista de la sociología del cuerpo y pretende acercarse al estudio del cuerpo desnudo como resistencia en el orden de lo sensible siguiendo la premisa general según la cual: “Nos interesa dar expresión a las políticas de las relaciones que educan en el presente a nuestros gustos y rechazos, las adherencias y adhesiones que promueven, los modos de hacer, pensar y sentir, que establecen lo razonable y lo sinsentido en nuestra experiencia” 3. En relación con esas adherencias y adhesiones nuestra propuesta gira en torno a las posibilidades de reflexionar acerca del cuerpo desnudo desde sus representaciones y valores en Occidente, al pasar del orden de lo sensible

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Historiador y Doctor en ciencia política (SciencesPo Lyon – Francia) con énfasis en política social. Actualmente se desempeña como Consultor del Ministerio de Educación Nacional en educación inclusiva. 2 Licenciado en Literatura de la Universidad del Valle, Magíster en Educación: Desarrollo Humano de la Universidad de San Buenaventura- Seccional Santiago de Cali- Colombia. Su campo de indagación se ha relacionado con el cuerpo y su incidencia en el desarrollo humano desde el aula y el arte. Actualmente, se desempeña como coordinador regional en el Ministerio de Educación Nacional donde se ocupa de atender la oferta de Educación Superior en el País. 3 Ver convocatoria para la creación de artículos que componen el texto Cosméticas y Políticas del cuerpo. Educación de lo sensible, realizada el 31 de julio de 2012 por la Universidad de Pelotas- Brasil y la Institución Universitaria Antonio José Camacho- Santiago de Cali, Colombia.

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como posibilidad, a la manifestación de acciones de resistencia que dan lugar a nuevos modos de “hacer, pensar y sentir” propios de las realidades sociales y que eclosionan a través de las subjetividades contemporáneas. Esto significa, visibilizar otra voz que trasgrede las realidades propuestas por los estereotipos sociales: marchas y panfletos, e invitan a tener una mirada diferente tal como lo permite el cuerpo desnudo. Este texto se compone por dos momentos específicos, los cuales dan cuenta del desarrollo de la reflexión acerca del cuerpo desnudo. Un primer momento relaciona una breve descripción de lo que significa la sociología del cuerpo de donde se desprenden las ideas iniciales del por qué es necesario reflexionar sobre el cuerpo desnudo, además de presentar de manera sucinta y multipinta las formas de reflexionar sobre el cuerpo en Occidente (I). Un segundo momento dibuja el rol del cuerpo en el orden de lo sensible y la manera en la que el cuerpo desnudo se configura como vector de resistencia. Se trata de profundizar sobre la concepción cultural del cuerpo y de cómo el desnudo rompe con los estereotipos sociales constituyéndose en sí mismo, gracias a esa resistencia, en un cuerpo desnudo que desnuda (II).

I.

SOCIOLOGÍA DEL CUERPO… DESNUDO “La sociología del cuerpo forma parte de la sociología cuyo campo de

estudio es la corporeidad humana como fenómeno social y cultural, materia simbólica, objeto de representaciones y de imaginarios” 4. Esta definición del sociólogo francés David Le Breton es el punto de partida para construir una sociología del cuerpo desnudo como orden de lo sensible y vector de resistencia. Se trata de analizar el cuerpo desnudo desde lo social y cultural y las implicaciones que este análisis trae al momento de hacer visibles las manifestaciones corporales en el espacio público; es decir, el espacio de todos donde existe un cruce de proyectos que puede verse influenciado por dichas manifestaciones. La sociología del cuerpo sitúa a éste en medio de las 4

LE BRETON David, Sociología del cuerpo, Nueva visión, Buenos Aires, 2002, p. 7.

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prácticas sociales como un actor determinante para expresarse, ser reconocido e identificado en la sociedad. Los años sesenta y setenta como lo describe Le Breton son fundamentales en el proceso de construcción del cuerpo como objeto de análisis científico y de reflexión teórica 5, desde un punto de vista de las ciencias humanas6. De alguna manera, como lo estableciera Emile Durkheim con el suicidio al convertirlo en un hecho social7 y no individual, el cuerpo se “abandona” a sí mismo como estructura física para convertirse en “nuevo imaginario”8 de lo colectivo, en representaciones específicas que le son dadas desde lo social y lo cultural. Sin embargo, a diferencia del suicidio, el cual ha sido objeto de numerosos análisis cuantitativos que de una u otra forma facilitan su comprensión, el cuerpo escapa de toda medición. Sus propiedades de análisis como actor social giran en torno a lo cualitativo y la percepción que de él se tiene, abre el espacio a una multiplicidad de interpretaciones dentro de lo que significa la construcción de ese “nuevo imaginario”. El cuerpo como imaginario se transforma en lo que Octavio Paz describe en La Llama doble como parte de un “testimonio de los sentidos”: “Nuestra pareja tiene cuerpo, rostro y nombre pero su realidad real, precisamente en el momento más intenso del abrazo, se dispersa en una cascada de sensaciones que, a su vez, se disipan” 9. El cuerpo desde una perspectiva sociológica se disipa con facilidad, lo cual es a la vez una ventaja y un inconveniente. Como ventaja, el cuerpo es permeable a diversas interpretaciones y definiciones sobre lo que significa su naturaleza misma. Como inconveniente, lo anterior implica que el uso adecuado y coherente de su significado sea el fruto de un trabajo de artesano: el sociólogo trabaja piezas de complicadas dimensiones y texturas en su propia disciplina y el trabajo que hace de ella es, como lo afirma Guadalupe Valencia, un oficio con “poder antifijador” cuyo

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CREGAN Kate, The sociology of the body, SAGE, London, 2006, p. 5. Ibid., p. 12. 7 COMBEMALE Pascal, “Le suicide comme fait social”, en Alternatives Economiques, n°250, septiembre 2006, p. 83-85. 8 Ibid. 9 PAZ Octavio, La Llama doble, Seix Barral, Barcelona, 1993, p. 9 6

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principal recurso es la “desfamiliarización” 10. Este poder significa que el sociólogo tiene la capacidad de transformar un “mundo de aparente firmeza [mostrando] que podría ser diferente de lo que es”11. Es decir, que tiene la habilidad de develar aquello que a simple vista no es fácil de ver, pero que se sabe que existe y es importante visibilizarlo. El estudio del cuerpo en sociología es un ejemplo vivo de esa habilidad ya que trasciende las fronteras de lo eminentemente visual, para adentrarse en simbologías que muchas veces nada tienen que ver con lo que la realidad objetiva está mostrando, con representaciones que nada se parecen a ese mundo de “aparente firmeza”. El cuerpo, más que un hecho social, se convierte así en actor protagónico de un espacio más amplio que el realmente ocupado. Para ilustrar lo anterior, podemos citar dos ejemplos concretos de ese protagonismo que puede adquirir el cuerpo tomando como referente la literatura. Por una parte, la fábula, fuente única y rica de representaciones sociales12, explica más allá de lo teórico el protagonismo del cuerpo: El lobo con piel de oveja de Esopo ilustra bien la manera como el cuerpo y el súbito cambio que lo afecta, toma el control de los personajes que representa hasta el punto de afectarlos vitalmente: el lobo muere porque la imagen de su cuerpo ha cambiado. Algo similar sucede con el cuento El traje del emperador de Hans Christian Andersen publicado en 1837. El apólogo termina siendo un juego moral en el cual lo que se ve a través del traje, es decir el cuerpo del emperador, resulta convertido en el centro de la historia. En este contexto, el cuerpo es más que una simple configuración orgánica para convertirse en un elemento constitutivo de diferenciación social. Es decir, que el cuerpo se convierte en espectáculo 13, en la encarnación misma de la posibilidad de cambio y, como en el caso del lobo y del emperador, en un elemento de poderosa transformación y crítica. La sociología del cuerpo ofrece

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VALENCIA Guadalupe, “El oficio del sociólogo: la imaginación sociológica”, en Pluralismo epistemológico, CLACSO-CIDES-Muela del diablo, Grupo Comuna (Bolivia), 2009, p. 201-202. 11 Ibid. 12 Para una profundización sobre el tema ver CLAYTON Edward, “Aesop, Aristotle and animals: the role of fables in human life”, en Humanitas, vol. XXI, n°1 y 2, 2008, p. 179-200. 13 Ver BOREL France (dir.), Le corps-spectacle, Editions de l’Université de Bruxelles, 1987.

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al investigador un “continente por explorar, casi virgen” 14 que le permite desplegar su inteligencia e investigación15. Para que esta exploración tenga éxito, el cuerpo como objeto de análisis puede disiparse pero no diluirse en estudios demasiado ambiciosos que no permiten identificarlo con claridad, ni entender el contenido de su simbología. El punto de equilibrio para un estudio sociológico del cuerpo implica preguntarse qué lugar ocupa éste en el análisis que se quiere hacer de él. Sólo de esa manera, puede potenciarse como modo de conocimiento de lo social y traducir un lenguaje difícil de identificar a simple vista. Encontrar ese equilibrio teniendo en cuenta la multiplicidad de puertas que abre el estudio del cuerpo pareciera ser una tarea ardua que excede el delicado trabajo del artesano. Sin embargo, como sucede en toda ciencia, la existencia de temas concretos que se pueden llegar a abordar y la elección de uno de ellos como desarrollo investigativo no son aspectos ajenos a la sociología del cuerpo. No es porque aún existan zonas por explorar al respecto, que la validez disciplinar de esta sociología se vea afectada. Por el contrario, se ve realzada por los retos implícitos de examinar “una sociología del arraigo físico del actor en su universo social y cultural”16. Nuestro trabajo se focaliza en el estudio de uno de esos campos abiertos por la sociología del cuerpo, a saber, la sociología del cuerpo desnudo. Cuando se hace el ejercicio de pensar en el desnudo como fenómeno social y cultural en occidente, una de las primeras imágenes que viene a la mente es la de Adán y Eva en el paraíso terrenal, como referente de un desnudo que trasciende en el tiempo (Génesis 2, 25)17. Lo interesante de esta imagen es el peso de su influencia en el imaginario colectivo una vez que Adán y Eva son seducidos por la serpiente: “Y fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales” (Génesis 3, 7). Esta imagen negativa del cuerpo desnudo que

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LE BRETON David, Sociología del cuerpo, op. cit., p. 38. Ibid. 16 Ibid., p. 99. 17 Santa Biblia, Versión Reyna Valera, 2010. 15

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trascendió en el tiempo como lo muestra Régis Bertrand 18 contrastó con el desarrollo que tuvo en el arte. Sin embargo, este desarrollo no fue suficiente para examinar las representaciones reales del cuerpo desnudo en la sociedad. Existieron siempre dos registros que nunca lograron superponerse en el tiempo y lo que era considerado artístico por un lado, era grotesco o motivo de vergüenza del otro. El imaginario sobre el cuerpo desnudo se construyó sobre esta última idea al instaurarse una lógica del pudor social a mediados del siglo XVI. Desde entonces, y teniendo presente los cambios sociales en el primer tercio del siglo XX (con los primeros desnudos en los balnearios franceses), el cuerpo desnudo no ha dejado de tener esa marca indeleble de una moral cristiana que ha buscado mantener un cierto control social. Por ejemplo, como lo muestra Cristophe Granger, las playas francesas fueron escenario de verdaderas batallas de moral entre los partidarios del desnudo y los contradictores de tales “abominaciones”19. No se trata de un asunto de orden eminentemente religioso, pero sí cultural que ha impactado la manera de entender desde otra perspectiva el imaginario social de la desnudez y, sobre todo, su simbología. Una sociología del cuerpo desnudo hoy en día, invita a plantearse la reflexión intentando dejar de lado ese contenido moral, para asumirlo como un objeto científico por medio del cual los seres humanos, buscan transmitir una comunicación diferente a la establecida en los códigos sociales. Ver el cuerpo desnudo como un elemento más de la sociedad implica ir descargando la lógica del pudor, no para que desaparezca totalmente al punto de transgredir el orden social, pero sí de tener el potencial de ser más flexible y “antifijar” un orden establecido. Entender el cuerpo desnudo como una transposición de un cuerpo físico a un cuerpo social, de una experiencia material a una simbólica es un proceso. 18

BERTRAND Régis, “La nudité entre culture, religion et société : quelques remarques à propos des temps modernes”, en Rives Méditerranéennes : le corps dénudé, n°30, 2008, p. 11-24. 19 GRANGER Cristophe, “Batailles de plage. Nudité et pudeur dans l’entre-deux-guerres”, en Rives Méditerranéennes : le corps dénudé, n°30, 2008, p. 119.

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Como tal, está enmarcado en una búsqueda interminable de atender una serie de formas que permiten comprender el significado de las prácticas que conllevan a esos desnudos, al sentido de su realización y al contenido de las experiencias societales que lo componen. Si la sociología del cuerpo exige un esfuerzo, la del cuerpo desnudo aún más. Tenerlo presente como imaginario colectivo cuando su manifestación parece perdida de antemano, es un reto que concierne no sólo al investigador, sino a toda la comunidad. El participante transmite un mensaje, su reto consiste en hacerlo trascender. El espectador recibe ese mensaje, su reto es dejarlo trascender. Así lo hace ver Jean-Claude Kaufmann en su sociología de los senos desnudos20, donde ejercer esta libertad en las playas sin dejar de escandalizar es un arte y exige “comportamientos muy precisos (…) un código muy riguroso que cada mujer debe respetar según el contexto de la playa, su desenvoltura, su edad o su morfología”21. Al examinar el ritual de las playas, el autor hace de la sociología del cuerpo desnudo un campo de investigación fértil que permite creer en la importancia de este tipo de estudios y en su aporte para la ciencia. Para Kaufmann, lo que aparenta cierta banalidad resulta ser de una dificultad sin precedentes ya que por lo general son temas que esconden una multitud de mecanismos ocultos que merece la pena descubrir. En este caso, se trata de analizar como la playa hace que las miradas al cuerpo desnudo hagan parte de un código de lo que se considera “normal”. Para el autor, esos códigos que parecen ser gestos de la vida cotidiana, no son sino convenciones sociales que han ido cambiando en el tiempo, y que muchas veces no son estudiadas por su complejidad.22 Este artículo invita a examinar una sociología del cuerpo desnudo que desafíe esa complejidad. Es decir, que de cuenta de la importancia que tiene el espacio donde el desnudo se hace presente, ya que es este espacio, como lo 20

KAUFMANN Jean-Claude, Corps de femmes, regards d’hommes: sociologie des seins nus, Natha, Paris, 1995. 21 VANTROYS Carole, “Entretien a Jean-Claude Kaufmann”, en L’Express, 01/05/1995. Disponible en línea en la página web http://www.lexpress.fr/culture/livre/ces-seins-qu-on-voitsans-les-voir_798658.html. Consultado el 17 de octubre de 2012. 22 Ibid.

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afirma Francine Barthe, el que finalmente le da sentido 23. La intención es generar una reflexión sobre el cuerpo desnudo que sea llevada de manera específica a un espacio de análisis hasta ahora poco explorado, como lo demuestra la segunda parte de este artículo.

II.

CUERPO DESNUDO EN EL ORDEN DE LO SENSIBLE

En este momento textual, nos ocupamos de presentar un punto de flexión que se visibiliza a través del estudio sociológico del cuerpo y su existencia social en el orden de lo sensible como posibilidad, adentrándonos en el cuerpo desnudo como vector de resistencia como acción. El orden sensible se determina por las formas de percepción de un cuerpo occidentalizado, en el que sus manifestaciones más íntimas fueron sometidas al tabú y generaron en el sujeto contemporáneo una negación de su propio cuerpo. Así pues, el orden perceptivo del cuerpo como objeto en la contemporaneidad, se diluye en un estereotipo social y cultural que de acuerdo con Le Breton, se asume como “vector semántico”, el cual homogeniza el significante del cuerpo y configura la imagen estereotipada de hombre y mujer, que responde a una forma configurada socialmente de concebir los cuerpos y que a su vez pone el significante del cuerpo como inexistente. Una vez se comprende que la concepción del significante cuerpo se encuentra instaurada en las instancias del pensamiento y que es un campo semántico y pragmático que requiere de mayor atención para profundizar en su comprensión y reflexión, se entiende que el orden de lo sensible nace como posibilidad. Sin embargo, hay una relación poco estudiada que puede dar paso a la comprensión del cuerpo como actor cultural y podría permitir dar unos pasos significativos para reflexionar acerca del cuerpo y éste es el cuerpo desnudo como vector de resistencia, momento en el que presentamos un cuerpo desnudo que desnuda al sujeto contemporáneo y lo enfrenta a los

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BARTHE-DELOISY Francine, Géographie de la nudité, être un quelque part, Bréal, Paris, 2003.

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vacíos generados por la crisis de los estereotipos sociales y que a su vez posibilita adentrarnos en una posibilidad del orden de lo sensible.

Del cuerpo en el orden de lo sensible En este momento es necesario establecer que comprendemos el “orden de lo sensible” como lo plantea Cynthia Farina24, es decir en un régimen estético [que] tiene que ver con un régimen sensible y perceptivo, que genera unas formas específicas de experiencia y, que son, ellas mismas, productoras de visibilidad y sensibilidad. Partiendo de esta idea, es necesario aclarar que para las reflexiones acerca del cuerpo, el orden de lo sensible se dificulta, debido a que su carácter de vector semántico, dibujado por la cultura occidental, homogeniza las fantasías del mirar, ya que el cuerpo deja de existir y concibe la carne que visibiliza al hombre y a la mujer, pero su composición como tal, como cuerpo, no permite generar una sensibilidad y percepción del mismo, limitando la posibilidad de detallar unas formas específicas de experiencia. En este sentido, es posible afirmar que la corporeidad humana como fenómeno social y cultural en occidente no trasciende más allá de las estructuras del pensamiento en las que se instaura el vector semántico del cuerpo. Esta situación dificulta observar el cuerpo como constructor de significaciones particulares/colectivas y acrecienta la necesidad de dedicar estudios completos sobre el posicionamiento del significante cuerpo como una parte más del sujeto contemporáneo que se está reconociendo y que requiere de la comprensión de su ser en sí para entrar en armonía con su bio, cosmos y constitución antropológica. Estudios en los que el cuerpo salga de su papel secundario y sobrepase el hecho cultural implícito y asuma un rol protagónico, en el que se evidencie, su potencialidad e incidencia en el establecimiento de relaciones humanas y acontecer del mundo del sujeto contemporáneo, tal como lo propone Le Breton:

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Farina Cynthia. (2009) Cartografias do sensível. contemporaneidade. Brasil: Editora Evangraf, p. 10

Estética

e

subjetivaçao

na

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El cuerpo, moldeado por el contexto social y cultural en el que se sumerge el actor, es ese vector semántico por medio del cual se construye la evidencia de la relación con el mundo: actividades perceptivas, pero también la expresión de los sentimientos, las convenciones de los ritos de interacción, gestuales y expresivos, la puesta en escena de la apariencia, los juegos sutiles de la seducción, las técnicas corporales, el entrenamiento físico, la relación con el sufrimiento y el dolor, etc. La existencia es, en primer término corporal.25 La contemporaneidad se presenta, entonces, como un espacio propicio para las indagaciones acerca del cuerpo y las relaciones que desde éste se establecen con la sociedad y la cultura. Como campo de estudio e investigación, los nexos entre cuerpo y sociedad, abren un abanico significativo de interrogantes en cuanto a su desarrollo e impacto, tanto en la contemporaneidad, como nuevas interpretaciones y valoraciones de la experiencia histórica. Así pues, abordar el cuerpo como elemento vívido, desde el orden de lo sensible, implica reconocer que el cuerpo determina patrones sociales, conformación de grupos, y estereotipos estéticos, que afectan las dinámicas subjetivas y las interacciones sociales. El cuerpo constituye un lenguaje generador de significaciones que permea la configuración de las relaciones humanas26. Es decir, la forma en la que se viste, se adorna y se maquilla el cuerpo, así como la postura, los gestos, la estructura física, los cuidados, entre otros, se constituyen en signos determinantes para la interpretación social de los sujetos y que bien podrían ser considerados desde el orden de lo sensible como una herramienta que los humaniza: Hoy vivimos en una sociedad problemática… Se nos incita a convertirnos en emprendedores de nuestras propias vidas. El individuo tiende a convertirse cada vez más en su propio referente, a buscar en sus recursos propios lo que antes encontraba en el sistema social de 25

Le Breton David. (2002) La sociología del cuerpo. Buenos Aires: Nueva visión, p. 7 Ver artículo “Cuerpos vívidos: narraciones discontinuas” de Héctor Fernando Guaranguay Zúñiga, publicado en la Revista “Actitud” de la Institución Universitaria Antonio José CamachoCali, Colombia 2012 26

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sentidos y de valores en que su existencia se inscribía. La búsqueda es individual. Hoy, cada actor sólo puede responder de manera personal a la cuestión de la significación y del valor de su existencia. Las soluciones son personales y demandan recursos creativos por parte del individuo. De ahí el desamparo que sienten los actores enfrentados a cuestiones que no tienen respuesta. La latitud ampliada de las elecciones se paga, paradójicamente, con una incertidumbre sin precedentes. 27 Es por ello que el fenómeno de figuración del cuerpo humano, se estructura a través de la mirada del otro. En cierto modo, es el ojo ajeno quien moldea nuestro cuerpo, Pierre Bourdieu, lo plantea en términos de alienación del propio cuerpo, y describe el fenómeno en estos términos, “mirarse desde afuera, con los ojos de los otros, vigilándose, corrigiéndose, reprimiéndose”. El cuerpo, pues, es la manera como un sujeto se inscribe y escribe en el plano de las interacciones sociales, en las sociedades contemporáneas, dado que las relaciones humanas se configuran a través de la lectura e interpretación que se hace de los cuerpos, es decir, los cuerpos con su indomable fuerza pulsional crean permanentemente el mundo y producen otras narraciones sociales. Siendo así, el orden de lo sensible, tiene cabida en los estudios que se relacionan con el cuerpo y permitirían a los actores, ampliar sus niveles de percepción, visibilidad y sensibilidad, sin embargo, aún, enunciando la incidencia del cuerpo en lo social y cultural, queda claro que el orden sensible del cuerpo requiere de exploraciones profundas que permitan su reconocimiento y así brindar a los sujetos la posibilidad de comprenderse en la contemporaneidad, donde se asuma, no como dirección, sino como realidad. Ahora bien, teniendo en cuenta que en el orden de lo sensible es amplio el campo de reflexión sobre el cuerpo, es necesario explicitar que hay un aspecto de éste que rompe con el esquema y que posiciona unos cánones sobre el vector semántico del mismo y este es el cuerpo desnudo, sobre el cual entraremos en detalle en el siguiente apartado y que a su vez permite entender como un primer paso el estudio del orden de lo sensible en el significante cuerpo. 27

Le Breton David. (2002) La sociología del cuerpo. Buenos Aires: Nueva visión, p. 93

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Del cuerpo desnudo en el orden de lo sensible como vector de resistencia Cuando asumimos el orden de lo sensible como posibilidad de ampliar las miradas de los significantes instaurados en las estructuras del pensamiento, tal como sucede con el cuerpo, hecho que se presenta por las construcciones sociales que se hace de los referentes culturales, hay una acción que puede ser considerada dentro del orden de lo sensible, que sin duda alguna rompe con la mirada del significante y éste es el cuerpo desnudo, el cual surge como resistencia contra el sistema represivo y saca al cuerpo de su inexistencia ya que visibiliza su intimidad, una intimidad creada por las altas esferas que facilitó la mitificación y ocultación del cuerpo. El cuerpo desnudo, como arte, retoma el cuerpo biológico y simbólico, funciona como un punto de común unión con el cosmos y la otredad. Le atribuye existencia, con el solo hecho de mostrarse, brinda miradas más allá solo de la constitución física masculina o femenina, traza unas líneas que permiten reflexionar el cuerpo en otros planos de la significación y aproxima el significante cuerpo a un orden de lo sensible que permite la reflexión, percepción, formas específicas de experiencia y, que son, ellas mismas, productoras de visibilidad y sensibilidad, tal como lo afirma José Luis Barrios: Como sea, lo cierto es que el desnudo en el arte pone en juego las relaciones entre mirada, deseo y poder. La geografía, la geología y la geopolítica del cuerpo desnudo nos hablan de los dispositivos con los que la cultura construye la representación de sí y del otro. En este contexto, el desnudo en el arte convierte a los cuerpos en territorios del agrado (belleza), del deseo (lo sublime), de lo repugnante (lo grotesco), del miedo (lo monstruoso), y de la angustia (el terror). Estos desnudos muestran las escrituras sobre el cuerpo, escrituras donde siempre se pone en operación la lógica del significante y la representación, o mejor aún, la lógica del significante como representación 28.

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Barrios José Luis. (2010) El cuerpo disuelto: lo colosal y lo monstruoso. México: Universidad Iberoamericana: Nueva visión, p. 308

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Teniendo en cuenta este referente podemos afirmar que lo que se puede lograr con un cuerpo desnudo, es evidente, el desnudo desnuda, visibiliza y hace existente un significante que por sí solo se asemeja con la carne que corporiza al sujeto. La sola intención de mostrarlo rompe con los paradigmas tradicionales y trasgrede los límites de la intimidad creada para ocultar, mitificar y desaparecer el cuerpo. De esta manera, el cuerpo abordado desde el orden de lo sensible, manifestado, en este caso, por el arte, genera reflexiones y formas específicas de experiencias, en donde los valores establecidos por la cultura y las representaciones, se presentan de la manera más cruda e invita a los sujetos contemporáneos a considerar el papel del cuerpo en la sociedad y acerca al significante “cuerpo” a un orden de lo sensible digno de mirar. Los cuerpos desnudos constituyen para la sociedad los “órganos zurdos”, como lo propone Breton, de allí la resistencia, es decir, se muestra el cuerpo como soporte de valor y al mismo tiempo los irrumpe; el cuerpo desnudo como vector de resistencia visibiliza al sujeto contemporáneo y lo enfrenta a los cánones de comprensión establecidos... El cuerpo sobre el que se escribe es un territorio geopolítico de la mirada. Acaso por ello el desnudo es un intento, quizá el más radical, de territorialización de la mirada 29. El cuerpo desnudo, es un medio a través del cual se comunica la experiencia y su comprensión puede aportar a la constitución del para-sí. Se abre por esta vía de reflexión un conjunto de posibilidades para conocer al otro, y es quizá lo que permite a la sociología pensar el cuerpo desde y para la sociedad, es decir, el cuerpo como ser-en-y-para-el-mundo. “El otro nos permite ser nosotros mismos al influir en el sentimiento de posesión de un cuerpo propio, en ausencia del cual no podría constituirse el sentimiento más general de la propia identidad.”30 El cuerpo, desnudo, deja de ser silencioso y se convierte en una cosa que habla y se direcciona al orden de lo sensible.

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Íbid, p. 308 Aisenson Kogan Aida. (1981). Cuerpo y persona: filosofía y psicología del cuerpo vivido. México: Fondo de Cultura Económico, p. 56 30

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BIBLIOGRAFIA          

AISENSON KOGAN Aida. (1981). Cuerpo y persona: filosofía y psicología del cuerpo vivido. México: Fondo de Cultura Económico, p. 56 BARRIOS José Luis. (2010) El cuerpo disuelto: lo colosal y lo monstruoso. México: Universidad Iberoamericana: Nueva visión, p. 308 BARTHE-DELOISY Francine, Géographie de la nudité, être un quelque part, Bréal, Paris, 2003. BERTRAND Régis, “La nudité entre culture, religion et société : quelques remarques à propos des temps modernes”, en Rives Méditerranéennes : le corps dénudé, n°30, 2008, p. 11-24. BOREL France (dir.), Le corps-spectacle, Editions de l’Université de Bruxelles, 1987. CLAYTON Edward, “Aesop, Aristotle and animals: the role of fables in human life”, en Humanitas, vol. XXI, n°1 y 2, 2008, p. 179-200. COMBEMALE Pascal, “Le suicide comme fait social”, en Alternatives Economiques, n°250, septiembre 2006, p. 83-85. CREGAN Kate, The sociology of the body, SAGE, London, 2006. FARINA Cynthia. (2009) Cartografias do sensível. Estética e subjetivaçao na contemporaneidade. Brasil: Editora Evangraf, p. 10 GRANGER Cristophe, “Batailles de plage. Nudité et pudeur dans l’entredeux-guerres”, en Rives Méditerranéennes : le corps dénudé, n°30, 2008, p. 117-133.



KAUFMANN Jean-Claude, Corps de femmes, regards d’hommes: sociologie des seins nus, Natha, Paris, 1995.



LE BRETON David, Sociología del cuerpo, Nueva visión, Buenos Aires, 2002 PAZ Octavio, La Llama doble, Seix Barral, Barcelona, 1993 VALENCIA Guadalupe, “El oficio del sociólogo: la imaginación sociológica”, en Pluralismo epistemológico, CLACSO-CIDES-Muela del diablo, Grupo Comuna (Bolivia), 2009, p. 193-214. VANTROYS Carole, “Entretien a Jean-Claude Kaufmann”, en L’Express, 01/05/1995. Disponible en línea en la página web http://www.lexpress.fr/culture/livre/ces-seins-qu-on-voit-sans-lesvoir_798658.html. Consultado el 17 de octubre de 2012.

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Bogotá, D.C., 15 de octubre de 2012

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