“Carlos V, sus banqueros, y las contribuciones eclesiásticas. Un análisis preliminar de los años 1540-1554.” Tiempos Modernos:Revista electronica de Historia Moderna 7 (2013).

July 3, 2017 | Autor: Sean Perrone | Categoría: Spatial Analysis, Financial History, Emperor Charles V
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TIEMPOS MODERNOS 26 (2013/1) MONOGRÁFICO: Historia Moderna y Sistemas de Información Geográfica Carlos V, sus banqueros y las contribuciones eclesiásticas

ISSN: 1699-7778 David Alonso (coord.) Sean T. Perrone

Carlos V, sus banqueros y las contribuciones eclesiásticas. Un análisis preliminar de los años 1540-1554. Sean T. Perrone, Saint Anselm College (Manchester, NH, EEUU)

Resumen: Como es bien sabido, Carlos V recurrió de un modo constante a préstamos por parte banqueros genoveses, alemanes y castellanos. Este artículo pretende ser un análisis mediante SIG de las consignaciones que se realizaron sobre el Subsidio y la Cruzada para el pago de asientos en la década de 1540, donde se estudian las contribuciones por origen de los banqueros, cuantías, porcentajes de los asientos reembolsados a partir de rentas eclesiásticas o demoras e impagos por parte de la Real Hacienda. Para elaborar el artículo se ha consultado documentación inédita del Archivo General de Simancas, concretamente en sus secciones Contaduría Mayor de Cuentas, 1ª Época y Comisaría de Cruzada. Palabras clave: Asientos, Carlos V, Cruzada, Subsidio, banqueros

Abstract: As is well known, Charles V constantly turned to Genoese, German, and Castilian bankers for loans. This article seeks to analyze through GIS the use of the subsidy and the crusade indulgence to guarantee the repayment of loan contracts in the 1540s. It also addresses the origins of the bankers making loans, the amounts and percentages of the loan contracts reimbursed from ecclesiastical revenues as well as the delays and non-payment of loans by the Royal Treasury. To prepare this article, unpublished documents at the Archivo General de Simancas were consulted, specifically in the sections Contaduría Mayor de Cuentas, 1ª Época y Comisaría de Cruzada. Keywords: Loans, Charles V, Crusade indulgence, subsidy, bankers.

El papel de la fiscalidad en el desarrollo del estado moderno todavía presenta cuestiones pendientes de tratamiento. El profesor Juan Manuel Carretero Zamora señaló la necesidad de más investigaciones básicas para ampliar nuestros conocimientos sobre aspectos como:

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“[…] el control por la monarquía de los espacios fiscales, el análisis de las relaciones clientelares dentro de los sistemas fiscales, la vinculación de la fiscalidad con los modelos económicos (bien de crecimiento, bien de crisis, bien de estancamiento), el papel del crédito y de la deuda en referencia a la fiscalidad y, sobre todo, como gran corolario, la importancia de la fiscalidad en el análisis de la historia del poder.”1

En este estudio ofrezco un análisis breve sobre el papel de las contribuciones eclesiásticas en el sistema del crédito del rey entre 1540 a 1554. Las contribuciones eclesiásticas fueron una fuente relativamente segura de ingresos de la corona, que los banqueros apreciaron como garantía de reembolso de sus asientos con el rey2. Por lo tanto, un estudio sobre las contribuciones eclesiásticas en esta época nos permite comprender mejor la mecánica de los préstamos entre el rey y sus banqueros, nos informa de la identidad de los prestamistas y, en especial, de las modalidades de los cobros de las deudas por parte de los financieros. Además mediante el análisis con SIG (Sistemas de Información Geográfica) podemos hacer un estudio de carácter espacial y ver mejor qué conexiones se establecieron desde Castilla con otras partes del reino y del conjunto de Europa; esto es, qué puntos locales de Castilla participaron en las redes internacionales de finanzas y cómo los banqueros usaron sus enlaces locales para la transferencia de dinero hacia sus territorios de origen. Sin embargo, quiero insistir en que este análisis es preliminar. No pretendo aportar, por el momento, conclusiones definitivas, aunque avanzaré cuáles son las líneas futuras de investigación. ¿Qué fueron las contribuciones eclesiásticas? A partir de la segunda mitad del siglo XV, existieron en Castilla dos tipos de contribuciones eclesiásticas más o menos permanentes –los subsidios y las bulas de la Cruzada. Los subsidios (también llamados décimas, cuartos, dos cuartos y medios frutos) fueron impuestos reales detraídos sobre los ingresos eclesiásticos Agradezco a Bernat Hernández Hernández, David Alonso García, y Marta Rafael Nieto a quienes leyeron el borrador de este artículo, y Samuel Mesa para ayudarme con los mapas. La investigación de este articulo fue posible gracias a subvenciones de Saint Anselm College Summer Research Grant, NHIOP Jeanne D. Smith Research Incentive Fund grant, Franklin Grant del American Philosophical Society, y el Ministerio de Ciencia e Innovacion (HAR2010-15168) 1 J. M. CARRETERO ZAMORA, La Averiguación de la Corona de Castilla (1525-1540): Los buenos vecinos pecheros y el dinero del Reino en época del emperador Carlos V, Valladolid, Junta de Castilla y León, 2008, vol. I, p. 9. 2 J. D. TRACY, Emperor Charles V, Impresario of War: Campaign Strategy, International Finance, and Domestic Politics (Cambridge: Cambridge University Press, 2002), pp.103-104.

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tradicionales (por ejemplo, los diezmos y los donativos). Para que los monarcas pudieran hacerse cargo de estos subsidios debieron negociar previamente ante dos instancias. En primer lugar, con el pontífice que autorizaba la contribución de los clérigos a las arcas reales. Este permiso era necesario, porque los clérigos estaban en teoría exentos del pago de impuestos. En segundo lugar, los reyes tuvieron que negociar con la Congregación del clero, que era una asamblea de los cabildos catedralicios que representaba al estado eclesiástico en Castilla. El funcionamiento de la Congregación del clero era similar al de las Cortes de Castilla en lo referente a la contribución fiscal a la corona. Ambas instituciones negociaron la cantidad de la contribución (servicios o subsidios), los plazos de pagos y el reparto de la contribución entre sus miembros (en nuestro caso, las diócesis). En las negociaciones con el rey, la Congregación también retuvo el derecho a que cada cabildo catedralicio pudiera repartir y recaudar el dinero dentro de su diócesis. Los cabildos pagaban a los receptores del rey o a quienes tuvieran libranzas específicas sobre la contribución de una diócesis particular y a veces en un plazo concreto.3 La Cruzada es mejor conocida que el subsidio. Era el producto de la venta de bulas de indulgencias para financiar la guerra contra los musulmanes y, tras la conquista de Granada, contra los turcos. Sin embargo había muchos tipos de indulgencias –jubileos, Fábrica de San Pedro, Cruzada. Normalmente, el rey cobraba la Cruzada mediante su arriendo a hombres de negocios. En 1540, Francisco de Burgos, Álvaro de Benavente y Luis de Maluenda “se comprometieron a pagar al emperador 420.000 ducados de contrato... por la Fábrica y jubileos que se habían de predicar durante el trienio a partir del 19 noviembre 1540.” Luego, en 1547, hubo una subasta para el arrendamiento de la cruzada, pretendido por Domingo de Orbea y Francisco de Arteaga, por un lado, y por Francisco Lomelin, por el otro. El rendimiento anual de la Cruzada es difícil de establecer, pero por los cálculos de Ramón Carande, el valor de la Cruzada para los años 1540 a 1554 fue de 822.750.000 maravedís. Por lo tanto, fue un ingreso importantísimo para el rey.4 Entre los años de 1540 y 1554, el rey pagó por lo menos 861.792.947 maravedís a banqueros a partir de las contribuciones eclesiásticas – 435.987.232 de subsidio y 425.805.715 de cruzada. 3

Verse S. T. PERRONE, Charles V and the Castilian Assembly of the Clergy: Negotiations for the Ecclesiastical Subsidy, 1530-1556, Leiden & Boston, Brill Academic Publishers, 2008. 4 J. GOÑI GAZTAMBIDE, Historia de la Bula de la Cruzada en España, Vitoria, Editorial del Seminario, 1958, pp. 505-507. R. CARANDE, Carlos V y sus banqueros: La Hacienda Real de Castilla, Madrid, Sociedad de Estudios y Publicaciones, 1949, vol. II, p. 464.

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Este cómputo lo he calculado a través de copias de asientos y otros documentos de la Comisaría de Cruzada que he consultado en el Archivo General de Simancas.5 Por lo tanto, estas cifras no corresponden al total de las contribuciones eclesiásticas para los años que consideramos en este artículo. En conjunto supondrían por lo menos 1.449.750.000 maravedís (627.000.000 maravedís de Subsidio y 822.750.000 maravedís de Cruzada). Recordemos que los asientos conocidos representan solamente el 59,4% del total. Como estos fondos archivísticos no han sido demasiado explotados y la documentación financiera es complejísima en lo referente a las averiguaciones de intereses y a la consolidación de los préstamos, no me sorprendería si se descubrieran en el futuro otros asientos o que las cantidades finales incluyeran intereses más elevados. Por ejemplo, las iglesias de Castilla pagaron casi 627.000.000 maravedís de Subsidio a la corona durante estos años. De este modo, lo pagado a banqueros sobre el Subsidio calculado aquí corresponde al 69,5% de total de la renta. Algunas cantidades que no fueron pagadas a banqueros se destinaron a sufragar directamente los gastos de administración o fueron ingresadas en las arcas reales. Por ejemplo, en 1540 las diócesis pagaron directamente al tesorero Alonso de Baeza 72.433.227 maravedís del Subsidio.6 Además del dinero pagado directamente al tesorero, el rey concedió frecuentes descuentos a los monasterios para el pago del Subsidio. Estos descuentos a los monasterios alcanzaron el 4% en estos años (7.310.136 maravedís en los plazos de pagos de 1540-1542; 7.521.763 maravedís en los plazos de 1544-1546; 5.215.697 maravedís en los plazos de 1547-1549; y 5.093.230 maravedís en los plazos de 1552-1554).7 Otrosí, los asientos no siempre fueron pagados sobre las fuentes de renta especificadas en los asientos, ni tampoco se respetaron los plazos, como confirman las copias de sobrecartas en los archivos. Por ejemplo, en 1550, Francisco de Arteaga, tesorero de la bula de San Pedro y jubileos en el arzobispado de Sevilla y otros lugares, fue mandado pagar a Andrea Lomelin y Cristóbal Centurion 89.000 maravedís de sus arcas, en razón de los que los mercaderes no habían cobrado sobre el Subsidio de Aragón.8 En 1544, el resumen general de la carga y data para el Subsidio pagado entre 15445

Archivo General de Simancas (AGS), Comisaria de Cruzada (CRU), leg. 2 y 542, sin folio. AGS, CRU, leg.. 2, sin foliar. 7 AGS, CRU, leg. 1 y 2, sin foliar. 8 AGS, CRU, leg. 542, “Traslado de la libranza que se le dio para que Francisco de Arteaga tesorero de la bulla de S. Pedro les pagase 89,000 maravedís…”. En torno a las relaciones entre banqueros genoveses, D. ALONSO GARCÍA, “Genoveses en la corte. Poder y administración en tiempos de Carlos V”, en M. HERRERO, Y. R. BEN 6

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1546 indica que se pagó a Bartolomé May (representante de los Welser) y a Rodrigo de Dueñas (100.486.044 maravedís) una cantidad mayor que la indicada en la escritura del asiento referido en la tabla 1 (que suponía 56.250.000 maravedís).9 Aunque los datos de la tabla 1 son aproximaciones, y serán completados con correcciones futuras, sí que me permiten establecer algunas conclusiones preliminares. Primero, podemos ver el origen geográfico de los banqueros que cobraron la mayor parte de estas recaudaciones. Los datos indican que los castellanos recibieron el 41% de los pagos, los genoveses el 32%, los alemanes el 23% y los flamencos el 4% (Figura 1).10 Este hecho es interesante, porque según los datos disponibles de Carande, para estos años los castellanos solamente habían proporcionado un 20% del total de los préstamos (Figura 2).11 Por lo tanto, aun asumiendo que los mercaderes castellanos tuvieron un papel secundario en proporcionar crédito, en lo relativo a las contribuciones eclesiásticas los reembolsos que beneficiaron a los castellanos son substancialmente superiores a su nivel de participación en los préstamos. Por el contrario, los genoveses recibieron un porcentaje más o menos similar al de su participación como prestamistas del rey. Por lo tanto, las contribuciones eclesiásticas fueron usadas desproporcionadamente para liquidar las deudas de los banqueros castellanos. Esta circunstancia nos pone sobre aviso respecto a las preferencias de estos banqueros en cobrar sobre unos ingresos o sobre el proceso de la recaudación en las lugares de Castilla que hacerlo más fácil YESSF GARFIA, C. BITOSSI Y D. PUNCUH, Génova y la Monarquía Hispánica (1528-1713), vol. I, Génova, Atti della Societá Ligure di Storia Patria, 2011, pp. 251-277. A este respecto, también resulta de interés la consulta de I. PULIDO BUENO, La Corte, las cortes y los mercaderes: política imperial y desempeño de la hacienda real en la España de los Austrias, Huelva [s. n], 2002 y C. J. de CARLOS MORALES, Felipe II: el Imperio en Bancarrota. La Hacienda Real de Castilla y los negocios financieros del Rey Prudente, Madrid, Editorial Dilema, 2008. Sobre Rodrigo de Dueñas contamos con el trabajo de J. MARTÍNEZ MILLÁN y C. J. de CARLOS MORALES, “Conversos y elites de poder en Castilla durante la primera mitad del siglo XVI: Rodrigo de Dueñas consejero de Hacienda de Carlos V”, en Las tres culturas en la Corona de Castilla y los sefardíes, Salamanca, Junta de Castilla y León,1990, pp. 149-163. 9 AGS, CRU, leg. 3 “Relación de la carga y data de los D U ducados que pagaron de subsidio a su mag. en los años de 1544, 1545, 1546.” 10 Donde hay asociaciones entre castellanos y extranjeros, sigo la opción de Carande y calculo que los socios mantuvieron relaciones de igualdad en el asiento, que divido en dos mitades. Por ejemplo, el asiento de Dueñas y Lomelin fue de 68.446.000 maravedís, y calculo 34.223.000 maravedís para cada uno cuando he elaborado mis tablas y gráficos. R. CARANDE, Carlos V y sus banqueros: La Hacienda Real de Castilla, Madrid, Sociedad de Estudios y Publicaciones, 1957, vol. III, pp. 234 y 326. La cuestión de la colaboración entre genoveses y otras “naciones” también ha sido planteada por D. ALONSO GARCÍA, “Una nación, diferentes familias, múltiples redes: Genoveses en Castilla a principios de la Edad Moderna”, en A. CRESPO SOLANA (COORD), Comunidades mercantiles/comunidades transnacionales: colonias de mercaderes extranjeros en el mundo atlántico (1500-1830), Madrid, 2010, Doce Calles, pp. 65-82. 11 R. CARANDE, Carlos V… op. cit., vol. III, p. 34 y ss.

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para castellanos cobraron de estos ingresos. Además, estos datos sugieren que una parte grande (aunque no la mayor parte) de las remesas eclesiásticas fue usada dentro de la Península en estos años. Una aproximación estadística a la cuestión va a ayudarnos a determinar la verosimilitud de las quejas de las Cortes y otros grupos castellanos que constantemente denunciaron que las contribuciones eclesiásticas fueron empleadas inoportunamente.

Figura 1: Participación de cada grupo de banqueros en los totales de las contribuciones eclesiásticas, 1540 a 1554.

Figura 2: Participación de cada grupo de banqueros en los totales de préstamos, 1540 a 1554.

En segundo lugar, los datos nos plantearon la cuestión de si los banqueros prefirieron un ingreso eclesiástico sobre otro. Esto es, si los banqueros prefirieron sus reembolsos sobre el Subsidio o sobre la Cruzada. Sabemos que en muchos casos los oficiales reales negociaron acuerdos con los acreedores sobre la consignación de los reembolsos en contribuciones

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específicas.12 Por los datos que tenemos (figura 3), los castellanos recibieron un mayor parte de los reembolsos de la Cruzada (casi cuatro veces más de lo que recibieron los alemanes, y dos veces más de lo recibido por los genoveses). Aunque todavía nos falta información sobre la Cruzada (según mis datos el 51,75% fue pagado a banqueros), me parece lógico que los castellanos recibieron más consignaciones sobre estos fondos. No puede olvidarse que, en muchos casos, los mercaderes avanzaban el dinero al rey para el arriendo de la Cruzada en una región o reino, especialmente en territorios extensos, de cobro discontinuo. Además, los banqueros tuvieron que emplear a intermediarios para la recaudación de la Cruzada. Sin duda, todo esto procedimiento fue más fácil para los banqueros castellanos, con redes más amplias en las villas y pueblos del país frente al caso de los banqueros extranjeros. Con todo, los hombres de negocios extranjeros también pujaron por el arrendamiento de la Cruzada, y parece que tuvieron más suerte en los reinos de Aragón y en las posesiones en Italia. Por ejemplo, Francisco Lomelin arrendó el cobro de la Cruzada en Sicilia en 1553.13 Además, creemos que algunos banqueros prefirieron una diócesis sobre otra en el momento de consignar los pagos de los asientos sobre el Subsidio.

Figura 3: El reembolso de préstamos por subsidio y cruzada por nación.

En tercer lugar, por las fechas de los pagos podemos calcular por aproximación la evolución del uso de las contribuciones eclesiásticas como garantía por parte de diferentes banqueros durante estos años (figuras 4 y 5). Los plazos de pagos para el Subsidio y la cobranza de Cruzada no se corresponden exactamente, pero por la naturaleza de los plazos de subsidio lo crearon 12

Ibidem, vol. III, p.13; J. D. TRACY, Emperor Charles V… op. cit., p.100. AGS, CRU, leg. 542, sin folio. Para más análisis sobre los banqueros de la cruzada, véase R. CARANDE, Carlos V… op. cit., vol. II, pp.455-460. 13

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algunos tramos para dar un visión general sobre la evolución de los pagos. En general, comprobamos que las contribuciones eclesiásticas ganaron en importancia para asegurar los préstamos de la corona en la década de 1540. La época más importante fue el período 15471550, cuando el 39% de los 861.792.947 maravedís recaudados fue consignado a pagar préstamos. Vale la pena recordar que éste también fue el tramo cronológico en que Carlos V tomó menos asientos.14 Probablemente la mayor parte de este dinero fue consignado como pagos anticipados. La figura 4 también es interesante porque muestra el papel que banqueros castellanos desarrollaron durante la guerra de Esmalcalda (1546-1547), cuando el número de alemanes

con

préstamos

asegurados

sobre

las

contribuciones

eclesiásticas

cayó

significantemente en comparación con los tramos anteriores. Además, a principio de los años cincuenta, los alemanes no tuvieron ninguno préstamo asegurado por las contribuciones eclesiásticas. ¿Por qué? La pregunta es procedente, puesto que los alemanes todavía negociaron préstamos con el rey y habían cobrado sobre el Subsidio a principio de los cuarenta. ¿Acaso prefirieron otros ingresos como las remesas de Indias para asegurar sus préstamos? O ¿Por qué los asientos estaban consignados sobre ingresos eclesiásticos anticipados? James Tracy ha señalado que en la primera guerra de Esmalcalda, el dinero fue escaso en Alemania y los banqueros del territorio optaron por no consignar préstamos sobre ingresos con un horizonte de recaudación superior a tres años.15 Es posible que esta sea la explicación de la preeminencia de los castellanos para los años 1547-1550, porque sí que estuvieron dispuestos a consignar préstamos en ingresos de cobro dilatado en el tiempo. Como ejemplo, Rodrigo de Dueñas, un mercader de Medina del Campo, tuvo que esperar hasta octubre de 1548 para cobrar sus dineros de dos giros de 1546.16 El tramo de mayor importancia de las contribuciones eclesiásticas en estos años (1547-1550) fue un período pacífico, que supuso un pago menor de dinero del rey a los banqueros (10%). El Subsidio no tuvo demasiada importancia durante la época más crucial de las fianzas del rey entre 1551-1554, que supone el 56% del total para los 15 años estudiados en este artículo. Sin embargo, para todos estos años, el rey pagó 22.462.694 ducados (o 8.423.510.250 maravedís) a

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Ibidem, vol. III, p.303. Ibidem, vol. III, pp. 254, 278; J. D. TRACE, Emperor Charles V…op. cit., pp. 121, 226. 16 Ibidem, vol. III, p. 278. 15

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sus banqueros17 y los banqueros recibieron al menos 861.792.947 maravedís sobre las contribuciones eclesiásticas entre estos años. Esto significa que las contribuciones eclesiásticas sirvieron para pagar como mínimos el 10,23% del dinero prestado por los banqueros en el período de este estudio. Este porcentaje fue mayor en algunos tramos específicos, como 15471550 que fue el de mayor participación de los banqueros castellanos. El último tramo también marcó un cambio definitivo sobre el papel de los banqueros genoveses en la financiación de la monarquía española, y esto también podemos documentarlo en los pagos de las contribuciones eclesiásticas (figura 4 y 7).18

Figura 4: Evolución de los pagos de contribuciones eclesiásticas por tramos.

Figura 5: Cantidades de las contribuciones eclesiásticas pagadas a banqueros por tramos

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Mis cálculos están basado en los datos de Carande, Ibidem, vol. III, pp. 34 y siguientes. Carande proveyó un resumen de todo el reinado. Véase, Ibidem, pp. 21-22.

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Figura 6: Pagos a banqueros por tramos.

Figura 7: Evolución de los pagos de todos los préstamos por tramos (en ducados).

Sin embargo, estas figuras y porcentajes sólo proporcionan una visión general de los pagos a banqueros. A veces la situación concreta fue mucho más compleja porque algunos asientos fueron operaciones en las que el monarca empleaba a los banqueros como intermediarios para transferir dinero entre sus reinos.19 Por ejemplo, en 1547, Rodrigo de Dueñas negoció un asiento con el rey de 60.000 ducados (o 22.500.000 maravedís) para liquidar el préstamo de Juan Miras, un residente de Flandes. Dueñas recibió un parte de esta cantidad de la bula de la Fábrica San Pedro en 1547 (16.875.000 maravedís).20 En otras ocasiones, los mercaderes se valían de otros mercaderes para cobrar dinero en reinos distantes. De este modo, el mercader de Flandes, Alexo Grimili autorizó al genovés Juan Antonio Palavesín a cobrar sus deudas consignadas en Castilla

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J. D. TRACY, Emperor Charles V… op. cit., pp. 101-102. AGS, CRU, leg. 542.

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sobre el Subsidio (113.000 ducados).21 El uso de Dueñas y Palavesín por el monarca y por los mercaderes flamencos es un indicio de la importancia de redes internacionales de finanza para financiar el rey. Sin la ayuda de Dueñas y de Palavesín para cobrar y transferir sus capitales desde Castilla, los banqueros flamencos probablemente no hubieran negociado con el rey, o bien hubieran debido asumir más gastos para recuperar sus dineros desde Castilla. Aunque desconocemos los detalles del acuerdo entre Grimili y Palavesín, suponemos que existieron razones importantes para comisionarlos. Con estudios más completos sobre estas interacciones seguramente encontraremos otros casos semejantes. Lo significativo es que las redes de finanzas fueron muy complicadas, y que es posible que en muchos casos los mercantes castellanos estuvieran trabajando como agentes de extranjeros. Por lo tanto, aunque una tercera parte de los ingresos de Subsidio y de Cruzada identificados aquí fueron a manos de banqueros castellanos, esto no significó en absoluto que los dineros quedaran finalmente en Castilla. Además, aunque había asientos acordados para ser reembolsados a los banqueros sobre el Subsidio o la Cruzada, a veces los banqueros cobraron finalmente sobre otros ingresos. Como ejemplo, un grupo de castellanos (Juan López Gallo, Hernán López Gallo de Campo y Antonio Vega) hicieron un préstamo de 24.393.750 maravedís de los cuales 11.183.750 debían ser librados en el Subsidio. Sin embargo, antes de la fecha establecida de amortización, el total de este asiento fue pagado en la feria de octubre de 1553.22 También, según la tabla 1, podemos identificar con quien se asociaron los banqueros. Conocer estas afinidades, nos ayuda a rastrear los relaciones financieras más relevantes para el monarca, y cómo estas asociaciones cambiaron con el tiempo. La tabla 1 nos plantea que los genoveses se asociaron con los genoveses, los alemanes con alemanes, y los castellanos con castellanos. Sin embargo, hay dos préstamos enormes en los que Rodrigo de Dueñas se asoció con extranjeros. El primero, fue un asiento junto con Bartolomé May (el representante de los Welser) de 420.000 ducados en 1544-1546 de los cuales 131.250.000 maravedís (o sea, el 83% del préstamo) fue devuelto sobre las contribuciones eclesiásticos. El segundo, negociado junto con el genovés Leonardo Lomelin de 68.446.000 maravedís en 1540-1542. Sin duda, Dueñas fue el más poderoso banquero en Castilla en este época, y sus conexiones internas y externas probablemente explican por qué llegó a negociar casi la mitad de todos los ducados prestados por 21 22

AGS, Contaduría Mayor de Cuentas, primera época (CMC-1), leg. 483. AGS, CRU, leg. 1, sin folio.

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banqueros castellanos.23 Además con el sistema de SIG será posible ver en qué otras alianzas entraron estos banqueros en otros años y si existieron cambios de asociaciones significativos durante todo el reinado de Carlos V. También, estos datos nos ayudarán a examinar las redes sociales y políticas entre los hombres de negocios y los oficiales reales. La recopilación de estos datos es importante para entender que la cooperación entre varios prestamistas fue básica para el sistema de crédito. Los mercaderes tuvieron que colaborar entre sí para que este sistema de crédito funcionara. Y la cooperación es muy evidente cuando notamos que, en la mayoría de casos, cada préstamo es de más de un persona – en concreto, 27 de los 43 asientos asegurados sobre las contribuciones eclesiásticas. Este número de asientos (43) supuso un 15,8% de todos los asientos (272) de los años 1540 a 1553. Supongo que un examen de los otros asientos proporcionará resultados parecidos. Sin embargo, muchos de los asientos más cuantiosos fueron aportados por los grandes banqueros alemanes (Welser y Fugger), y también abundaron los préstamos individuales hechos por banqueros castellanos. Sin embargo, fuera el asiento de modalidad individual o asociada, los banqueros siempre precisaron de enlaces dispuestos a responder a sus necesidades de capital en cualquier territorio. Por lo tanto, fue preciso un nivel de cooperación alto tanto para hacer préstamos como para cobrar sus reembolsos. La cooperación dentro de las redes financieras, por tanto, es un elemento que tenemos que entender mejor para analizar con exactitud las relaciones clientelares dentro de los sistemas fiscales.24 Un estudio espacial posiblemente nos ayudará a este propósito. Las contribuciones eclesiásticas fueron cobradas por zonas, y estas zonas nos permiten crear mapas de los pagos a los banqueros. Me refiero específicamente a los pagos del Subsidio. Cada pago fue efectuado por diócesis. Por lo tanto, los límites de las diócesis forman los polígonos de los mapas. Usando las cargas y datas de la Contaduría Mayor de Cuentas y de la Comisaría de Cruzada, conservadas en el Archivo General de Simancas es posible crear mapas de los pagos a banqueros por diócesis para los años de esta investigación.

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Para ampliar la información sobre Dueñas y los tratos con extranjeros, véase R. Carande, Carlos V y sus banqueros… op. cit., vol. III, pp. 210-214, 261; J. D. Tracy, Emperor Charles V… op. cit., p. 96, nota 22. 24 D. ALONSO GARCÍA, “Database Use and Networks of Cooperation between tax farmers in Castile, 1500-1536”, dentro del dossier Self-organizing Networks and GIS Tools: Cases of Use for the Study of Trading Cooperation (1400-1800), coordinado por Ana Crespo Solana y David Alonso García, número especial del Journal of Knowledge Management, Economics and Information Technology, junio, 2012, pp. 228, 229, 232, y 235; R. Carande, Carlos V y sus banqueros… op. cit., vol. III, p. 34 y siguientes.

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¿Qué podemos deducir sobre la cobranza del Subsidio a partir de un análisis espacial? Primero, podemos obtener una visión panorámica del espacio de cobranza durante una época importante del reinado de Carlos V. Segundo, podemos ver si existe alguna estructura regional de los pagos a banqueros en Castilla. Esta visión mejorará nuestro conocimiento sobre los cauces fiscales del rey. Creo que esta panorámica es el mejor punto para empezar investigaciones futuras, que deberían profundizar más sobre la cobranza en diócesis particulares. Los mapas que aparecen en el apéndice II representan pagos sobre el subsidio de la década de 1540 a partir de los lugares, los plazos y las cantidades pagadas a los financieros. Una primera constatación es que los Fugger cobraron especialmente en aquellas regiones donde existían muchos de los maestrazgos de los Órdenes militares. Por lo tanto, se puede colegir que los agentes que los Fugger tenían en esas zonas para cobrar las rentas de los maestrazgos también ayudaran en la transferencia del Subsidio desde las diócesis de Extremadura a Alemania. Posiblemente, los Fugger tuvieron agentes específicos para estos giros de dinero, incluso en algunas zonas de Castilla que a priori podríamos considerar como marginales y que, por el contrario, tuvieron conexiones sólidas con el resto de Europa. También notamos que los ingresos del Subsidio en Burgos, Palencia y Osma no fueron usados por la corona para consignar asientos con banqueros extranjeros en los años 1547-1549. En estos años todos los Subsidios de las diócesis de Burgos, Palencia y Osma fueron destinados a Diego de Gamarra, un vecino de Burgos. En otros años, cuando Gamarra cobró sobre el Subsidio, casi siempre lo hizo sobre el procedente de esas diócesis de Castilla la Vieja. Por lo tanto, si queremos saber más sobre Gamarra y sus redes, este análisis espacial nos ayudará a enfocar nuestra atención sobre algunas regiones donde es más probable que encontremos datos adicionales sobre él. Además, comprobamos que Andrea Lomelin y Christobal Centurion fueron pagados del Subsidio de Toledo en 1547 y, poco después, en 1549 del servicio de la Mesa Arzobispal de Toledo.25 Esto es, en la misma zona de Castilla. Por lo tanto, podemos identificar zonas concretas de interés para diferentes banqueros mediante este análisis espacial. Los mapas que aportamos aquí son provisionales, pero nos llevan a plantearnos cuestiones novedosas y nos dan pistas para analizar los banqueros desde perspectivas hasta ahora insospechadas

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J. M. CARRETERO ZAMORA, La Averiguación… op. cit., vol. I, p. 352 n. 41.

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Aunque nuestras tablas y mapas solamente corresponden a contribuciones eclesiásticas, y son por el momento incompletos, los primeros datos añaden información importante para hacer comparaciones con otros períodos. Por ejemplo, he encontrado los cargos y datas de los cobros en ferias entre 1534 y 1537, de Juan de Enciso26. Dicho financiero recibió enormes cantidades del Subsidio y de otras rentas. El cargo total fue más de 495.000.000 maravedís y la data total fue más de 481.000.000 maravedís. Los documentos nos permiten ver cuánto fue cargado y datado en cada feria y también a veces podemos saber de dónde procedía el dinero y adónde iba. O sea, cómo fue distribuido el dinero para pagar asientos a banqueros, gastos, sueldos, etc. Por lo tanto, es posible determinar tentativamente cuánto dinero salió de España en cada feria (por la cuenta de Enciso) y cuánto dinero fue usado dentro de España. Por ejemplo, las datas correspondientes a banqueros extranjeros supusieron más o menos 132.700.000 maravedís de un total de más de 495.000.000 cobrados. Esto es, el 26,8% de los dineros manejados por Enciso. Es posible que la cantidad que saliera de Castilla fuera mayor, porque los Zuazola recibieron mucho dinero en estas ferias y ellos participaron en transacciones financieras del emperador en el extranjero.27 En cualquier caso, de nuestros datos se deduce la influencia trascendente de banqueros extranjeros en los años cuarenta. Casi dos tercios del dinero del Subsidio y de la Cruzada estuvieron consignados a extranjeros. Sin duda, con el cambio de política exterior y el cariz de las guerras en el norte en estos años, el rey tuvo que mandar más dinero al extranjero. Por ello, los mercaderes extranjeros con conexiones a Castilla tuvieron un papel más importante en estos negocios. Aunque los datos también indican la participación de banqueros castellanos en los negocios de contribuciones eclesiásticas en esta época. Para tener una idea más completa de dónde procedían las rentas y cómo se giró el dinero, los cálculos estadísticos y los mapas nos ayudarán a entender las redes de intereses. En conclusión, quiero volver a citar al profesor J. M. Carretero, para quien: “…el crédito (y la deuda como su corolario) sólo pudieron sostenerse a partir de ingresos y realidades fiscales extraordinarios.”28 Gracias a su trabajo sabemos muchísimo sobre los servicios. Ojalá nuestro 26

Recordemos que J. de Enciso había estado presente en los grandes asientos de principios de la década. C. J. de CARLOS MORALES, “Carlos V en una encrucijada financiera: las relaciones entre mercaderes-banqueros alemanes, genoveses y españoles en los asientos de 1529-1533”, en J. MARTÍNEZ MILLÁN (Coord.), Carlos V y la quiebra del humanismo político en Europa (1530-1558), vol. IV, Madrid, SECCFC, 2000, pp. 405-429. 27 AGS, CMC-1, leg. 483, ff. 44-151. 28 J. M. CARRETERO ZAMORA, La Averiguación… op. cit., vol. I, p.11.

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pequeño avance nos ayude a comprender mejor dos de los otros ingresos hacendísticos extraordinarios que fueron básicos para el crédito del rey. Asimismo, para analizar el desarrollo del estado moderno es importante que entendamos las claves de las estructuras básicas del sistema de crédito. Este sistema no hubiera funcionado si los banqueros no hubieran tenido garantías suficientes de consignación para sus préstamos. Parece muy claro que, al menos durante el reinado de Carlos V, los banqueros no dudaron que iban a cobrar los reembolsos. Una razón básica fue el uso de las contribuciones eclesiásticas para asegurar los préstamos; el 15,8% de los asientos de estos años fue consignado sobre las contribuciones eclesiásticas. Y esto aporta nuevos datos para entender el funcionamiento de las transferencias fiscales de la hacienda real para la liquidación de deudas. Podemos comprender mejor qué ingresos aseguraron el pago de los préstamos y cuál fue el destino de las remesas. Como he dicho al principio, no pretendo establecer conclusiones definitivas, y este pequeño estudio no puede responder cuestiones historiográficas demasiado ambiciosas. Sin embargo, espero que los datos aquí expuestos nos lleven a formular nuevas preguntas para la exploración de una parcela poco conocida de la historia de la hacienda castellana. Y que este resumen preliminar proporcione una base para más investigaciones en los archivos estatales y eclesiásticos sobre las contribuciones de la Iglesia y su papel en el desarrollo del estado moderno. APÉNDICE I: ASIENTOS PAGADOS SOBRE EL SUBSIDIO Y CRUZADA

Financie

Origen

ro

Consignación_Sub sidio

Hugo Ángelo

Aleman y

Consignación_Cru

Año

zada

Fechas de Repago

7691625

1544,

es

1546

Juan Rosenberg Antonio Arias

Benavente,

1192791

Valladol

5250000

1543

1544

1548

1549

id

Alvaro de

Valladol

id

53217500

1550 1551

Juan Fernandez de

15

16

Paredes, Alonso Lopez

de

Calatayud, y Fernando de Ochoa Jorge

Alemán

4.454.875

1545

¿Flande

5.266.706

1551

1552

Genove

14828750

1551

1553

Genove

5959500

1551

1553

Genove

16459296

Welser Jeronimo Candiano,

s?

Juan Carducho

y

Camilo Brevia, compañía de los Affaitadi Alejando Catano

ses

Alejandr o Catano y

ses

Jácome Catano Cristóbal Centurión Y

1551

ses

Juan Ambrosio de Negro Cristóbal Centurión

y

Genove

15.000.000

6.000.000

1546

5.625.000

1549

11.873.437

1551

ses

Andrea Lomelín Juan

1551

Delgadillo y Cristóbal de Arrieta Juan

16

17

Delgadillo Rodrigo

Medina

de Dueñas

Medina

de Dueñas

1549

2.625.000

1549

del Campo

Rodrigo

Medina

de Dueñas

18.750.000

1545

del Campo

Rodrigo

Medina

de Dueñas y

68446000

1540-

del Campo

Leonardo

1542

Genové

Lomelín

s

Rodrigo

7650000

1540-

Dueñas,

Alvaro

1547

del Campo

Rodrigo

de

16.875.000

1542

de

Benavente, Francisco de Burgos

y

Juan de Santo Domingo Ángelo Juan y Tomás

Genove

41350692

10 de abril de 1552

Genove

18639750

7 de marzo de 1552

ses

Espínola Ángelo Juan y Tomás

ses

Espínola Lucián Espínola

Genove y

3698885

ses

15441546

Leonardo Lomelín Jorge Estequer

Aleman y

es

21583829

15401542

Bartolomé May

de

la

compañía de los Fugger y Welser

17

18

Jorge

Alemán

12623301

1544-

Estéquer, de

1546

la compañía de los Fugger Diego de

Burgos

25.994.125

1546

Gamarra

15471549

Diego de

Burgos

6.000.000

1549

1551

Gamarra Constant in Gentil y

Genove

24.629.011

Genové

9.424.724

1553

ses

Juan Ambrosio de Negro Nicolás de Grimaldo

1542

s

Alejo

1545 Genové

Grimaldi

1544,

25.116.755

1546

s

15471548

(Juan Antonio Palavesín) Juan Jácomo

Genove y

11.250.000

1546

ses

15471549

Tomás Espínola

y

Juan Antonio Palavesín Andrea Lomelín

Genove y

6.750.000

9.000.000

1546

ses

Cristóbal Centurión Andrea Lomelín

Genove y

6.616.552

1547,

ses

1548

Cristóbal Centurión Francisc o Lomelín

Genové

9.885.800

1551

1553

s

18

19

Leonard o Lomelín y

Genové

3.428.735

1544-

s

1546

Tomás Espínola Alonso López

Valladol

de

2.782.850

1552-

id

1554

Calatayud Bartolom

Alemán

3.000.000

1547

1548

é May, de la compañía de los Welser Bartolom

Alemán

é May, de la

Medina

compañía de

56.250.000

75.000.000

15441546

del Campo

los Welser, y Rodrigo

de

Dueñas Bartolom é

May

y

Aleman

58.600.000

1540

es

15401542.

Cristóbal Peutinguer, de

la

compañía de los Welser, y Sebastián Cruz y Jorge Estequer, de los Fugger Hernand

8.177.500

1550

o de Ochoa Domingo de

15461548

52.073.089

1547

Orbea,

15471549

criado de Su Majestad Domingo de

Orbea,

22.877.268

1546

15481549

19

20

criado de Su Majestad Juan

Genove

Antonio

1546

ses

Palavesín Tomás

41.525.250

15471549

y de

Espínola Alonso de Portillo y

Valladol

6.875.000

1552-

id

Pedro Gómez

1554 Segovia

de Arteaga Francisc

Orense

2.564.661

1543

o Rodríguez

15441546

de Morera Rui

Orense

784.690

Aleman

16.875.000

11.250.000

1546

1547

435.987.232

425.805.715

TOT

861.792.9

Vázquez Enríquez Justo Walter y Juan

es

de Schueren, de los Fugger TOTAL ES

AL

47

AMBOS

Fuente: AGS, CRU, leg. 1, 2, 3, 4, y 542

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APÉNDICE II: Mapas de pagos a banqueros (1541-1546) Fuente: AGS CMC 1 - leg. 483

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