Cardenales, rivales y opinión pública en tiempos de Las Frondas

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Descripción

Cardenales, rivales y opinión pública en tiempos de Las Frondas
« Seigneur, veille sur ma bouche et garde la porte de mes lèvres.
Amen. »[1]

Para Sophie y para Ariel mis pilares en la tierra y en el cielo

Introducción


El encumbramiento del cardenal[2] Jules Mazarin en los tiempos de
minoridad de Luis XIV, durante la regencia de Ana de Austria, despertó sumo
rencor en los más diversos personajes. Este trabajo considera a uno por
sobre el resto: Paul de Gondi coadjutor de París, futuro Cardenal de Retz.
La rivalidad entre estos dos eclesiásticos de distinto rango[3], tuvo
su apogeo en tiempos de las Frondas[4]. El prestigio y la popularidad de
ambos, atravesarán un camino farragoso, donde quien inició bien, terminó
mal, y viceversa.
Mazarino transitó su propio calvario y soportó una densa campaña de
desprestigio, compuesta principalmente por una copiosa producción escrita
en tono satírico y ofensivo; Un material que los exaltados "frondeurs"
ilustrados, consumieron con avidez: los ignominiosos libelos que hoy
conocemos como "Mazarinades".
Gondi, por el contrario, vivió al finalizar la primera mitad del siglo
XVII, su momento de gloria. Se aprovechó de sus conocidas dotes personales
para la intriga y la elocuencia, poniéndolas en juego para la consecución
de su ansiado cardenalato, pero el devenir de los acontecimientos lo harían
pagar cara su osadía y, más allá de algunas reivindicaciones, el ostracismo
fue una cruz que llevó hasta su muerte, tal como lo testimonia en sus
"Memoires du Cardinal de Retz[5]".
Este trabajo repasa la actuación de Mazarino a partir de la
finalización de la Guerra de los Treinta Años, observando de manera somera
las medidas impopulares que tomara en virtud de la delicada salud de las
finanzas del reino. A efectos de este trabajo, se las considera materia
prima fundamental para la redacción del material difamatorio. Luego pasa a
mencionar los alcances y limitaciones del concepto "Opinión Pública" para
distintos autores, y luego se comenta el contenido de una destacada
"Mazarinade" a efectos de hacer valioso su rol dentro de las tempranas
formas de control y manejo de la opinión pública, cerrando con una
conclusión tentativa.

Mazarino, ese "extranjero"
El cardenal Jules Mazarin[6] (1602-1661) o Mazarino, asumió como
ministro principal de Estado el 5 de diciembre de 1642, a la muerte de
Armand-Jean du Plessis cardenal-duque Richelieu (1585-1642). Este espacio
temporal lo ubica al frente de una importante responsabilidad que supo
atravesar tres hitos como la muerte de Luis XIII (1643), la firma del
Tratado de Westfalia (1648) corolario de la Guerra de los Treinta años y el
desarrollo de Las Frondas (1648-1656). Hombre de confianza de Ana de
Austria, (cabeza de la regencia durante la minoridad de Luis XIV), condujo
con mano firme los destinos de una Francia gloriosa y triunfante en lo
militar, influyente en lo político y arruinada en lo económico.
El fuerte déficit de las finanzas reales, como resultado de una guerra
extensa y onerosa, expuso el flanco débil del tablero político francés, y
la paz lograda, permitió ocuparse del tema pero a costa del único sector
social que soportaba los tributos: el Tercer Estado. Asimismo, este
descalabro económico venía precedido por una serie de sucesivas malas
cosechas y catástrofes climatológicas no imputables más que a la
naturaleza[7]. La toma de medidas de ajuste que preparó Mazarino para
capear el temporal, (para seguir haciendo "flotar sin hundirse"[8] a las
finanzas), no encontró bolsillos solidarios ni espíritus altruistas en los
habituales contribuyentes ni en los nuevos y excepcionales. Tampoco contaba
con el apoyo del Parlamento, ni las Cámaras donde pululaban estos
pretendidos contribuyentes de excepción. Una pesada bala perforó la nave
presupuestaria, y para muestra cabe acotar que los ingresos reales, por
todo concepto, desde 1643 a 1646 inclusive fueron consumidos en medio de la
impotencia de "Monsieur[9]".
En París[10], el pueblo llano fue creciendo en odio y resentimiento
contra su principal ministro. La exacción arancelaria fue intolerable para
los muchos que se sentían representados por Pierre Broussel, (verdadero
santo protector de los intereses burgueses), quien era absolutamente
refractario al aumento de impuestos o a la creación de nuevas
contribuciones. Un conocido estudio de Boris Porchnev comenta la escalada
de precios, la carestía del pan y la situación vivida en la campiña[11].
Según el historiador, todo esto confluyó para el armado de un frente de
clases común que durante los "évènements frondeurs" sirvió para apoyar
reivindicaciones que no fueron atendidas por quienes ocasionalmente las
lideraron: los burgueses. Así la Fronda fracasó como revolución, por no
haberse consolidado los componentes que en 1789 sí la lograron. Opuesto a
esta visión, considero como lo hiciera Roland Mousnier que no corresponde
utilizar las categorías analíticas del materialismo histórico, propuestas
para este suceso y ni siquiera para 1789.
Mazarino, contra todo pronóstico, no dudo en tocar los intereses de
los nobles y privilegiados, en especial del "Parlement" y las "Cours
souveraines". Les exigió, paralelamente a la tradicional demanda impositiva
al Tercer Estado, colaborar en el saneamiento de las cuentas de la
siguiente forma: adelantar cuatro años seguidos del cargo anual o
"Paulette" equivalente a la sexagésima parte del valor del cargo ocupado,
necesario para conservar su condición hereditaria. No obstante, el
compromiso de eximirlos del pago por los próximos nueve años (promesa
difícil de cumplir cuando la oquedad de la caja real sonaba gravemente,
justo es mencionarlo) no alcanzó para diluir tamaña ofensa al cuerpo que
miraba al Parlamento inglés con buenos ojos, aspirando a lograr como ellos,
peso específico, autonomía y poder concreto. En suma, esta pretensión de
asemejarse al "Parliament" inglés y asimilar las funciones inherentes y
atribuidas solamente a los efectos de la convocatoria de los "Estados
Generales" (reunidos por última vez en 1614), animó a sus miembros a
reunirse a fin de debatir sobre los edictos reales que tocaban sus
intereses y privilegios. Singular acto de subversión fue respondido con una
orden de arresto a dos miembros del Gran Consejo, uno de ellos el bienamado
Broussel, medida cuya autoría intelectual, a falta de un mejor depositario,
recayó en Mazarino, ese "extranjero[12]".
En resumidas cuentas, se le imprimiría al país un nuevo peso
tributario, como nueva demostración de una de las funciones del Estado
Moderno[13] del que también los privilegiados participarían: Se constituyó
así en un verdadero hito de solidaridad fiscal, violatorio en esencia de
privilegios preexistentes pero antecedente fáctico significativo, ciento
cincuenta y seis años antes de que se institucionalizara en el artículo un
mil doscientos del Código Civil Francés[14].


Libelos y panfletos: La opinión pública contra Mazarino
"Pero si es una santa, verdaderamente una santa" Del Papa Alejandro VII
sobre la madre de Mazarino[15]


Hablar de opinión pública entre los siglos XVII y XVIII, a inicios del XXI,
me ha sido habilitado por quienes han abierto el dique impuesto, entre
otros, por Jürgen Habermas y Pierre Bourdieu entre otros[16].

El bloque que aporta Habermas es entre otros de naturaleza temporal. En su
obra "Historia y crítica de la opinión pública. La transformación
estructural de la vida pública" nos indica taxativamente que la
conformación del espacio donde finalmente la "opinión pública" hace su
aparición tiene lugar a partir del siglo XVIII pues allí donde ella se
sustancia: el espacio público, se desnaturaliza y la razón (y la publicidad
crítica) pierden a manos de la publicidad de demostración (y de la
manipulación) que servirá a intereses privados.

Pierre Bourdieu ni siquiera le reconoce identidad al par terminológico
como supo decir "L´opinion publique n'existe pas[17]" o por lo menos "no
bajo la forma que en todos los casos le dan aquellos interesados en afirmar
su existencia[18]".

Por otro lado Roger Chartier, quien nos ilustra acerca de la realidad
cultural de un siglo XVII donde pocos leían, y se consustanciaban ámbitos
de lectura pública a través de los cuales se daba la circulación de esas
ideas vertidas en ediciones rudimentarias como lo constituyeron las
"Mazarinadas", me habilita un reducido espacio físico y temporal para tocar
le tema de los medios en el siglo XVII.

María Luz González Mezquita[19], tanto como Peter Burke[20] y
otros[21][22], en distintos foros como en obras editas posteriores suman
peso específico a una tesitura que rastrea sus orígenes en 1924[23]. Roger
Chartier[24], señalaba hace 16 años que "…la oposición entre lo público y
lo popular constituye una dicotomía irreductible…".



« Va rendre compte au Vatican Dès tes meubles mis à l`encan

De tes deux cent robes de chambreDe tes excès de musc et d`ambre

De tes balets vieux et nouveaux Du beau palais de tes chevaux

D`este cause que tout se perdre;De tes caleçons pleins de merde…"

Sergent a verge de Sodome.Esploittant par tout le Royaume.

Bougre bougrant bougre bougré et bougreau supreme bougre

Bougre docteur in utroque. Pippeur, magicien, quoque

On te reverra dans Paris et la comme au trebuchet pris

Et de la rapine publiqueet de la fausse politique

Au redoutable Parlement Dont tu fassois si peux de conte

Ultramontain tu rendras compte.

Puis apres ton compte rendu, cher jule tu sera pendu

Sans remord et sans repetance, sans le moindre mot d`examen

Comme un incorregible : AMEN ! »

Aquí, el mensaje emitido, está contextualizado, codificado y canalizado
para llegar al lector. Su función apelativa se produce por la relación
entre el signo[25] y el receptor[26] y se manifiesta por el intento del
emisor de actuar sobre la voluntad del receptor. Ambos Paul de Gondi y
cualquier lector de sus invectivas lanzadas a la persona de Mazzarino,
comparten siempre una condición: la carencia de inocencia[27].

Sin embargo, como no podía ser de otra forma, existe una crítica
puntual[28] al esquema de Jakobson donde se menciona que es inexacto que
los dos participantes de la comunicación, aun si pertenecen a la "misma
comunidad lingüística", hablen exactamente la misma "lengua". La refutación
a esta crítica, la eludo de manera sencilla. En tanto el francés hablado
tanto por personajes de alta formación intelectual como el resto (un
"resto" que suponemos dentro de un espectro que llegará aún hasta el
analfabetismo) es idéntico, es irrelevante que muchos no supieran escribir
lo que decían y no manejen en muchos casos palabras que a consideración de
los preciosistas de la lengua erudita, sirven para reemplazar términos a su
juicio mal utilizados. Si cada participante posee su propio "idiolecto",
este cuenta con dos aspectos: Una competencia lingüística desde el punto de
vista de la producción (propia del emisor) y una competencia lingüística
desde el punto de vista de la interpretación (propia del receptor). La
noción de competencia no es más que la suma de todas las posibilidades
lingüísticas de un sujeto, es decir, todo lo que es susceptible de crear
(emisor) e interpretar (receptor). Concepto amplio abarcativo y contingente
con los que coincido plenamente.


Memorias del Cardenal de Retz o edulcorando la hiel


« La plupart des hommes ne font les grands maux que par les scrupules
qu'ils ont des moindres»[29]

La lectura de las Memorias del Cardenal de Retz, editadas en 1717 anterior
Coadjutor de París, deparó para el autor del presente trabajo la sorpresa
de encontrarse con un personaje que no conocía ni por referencias directas
ni indirectas. Su autobiografía, la abordé ajeno a cualquier prejuicio y
puede decirse a riesgo de cometer un "sincericidio" que no tenía pensado
mas que adentrarme en una lectura extensa digna de un verano tórrido.
Cuando tuve oportunidad de hilvanar fragmentos de su dilatada experiencia a
lo largo de las Frondas, con las lecturas que lo mencionaban, tomé
conciencia acerca de cuanto difiere la visión particular de determinados
procesos que pueden involucrar a un sujeto (que ofrece una fuente de
primera mano), de la mirada de sus contemporáneos, Entendiendo, por último,
que sus memorias no habían sido concebidas para ser publicadas, pues se le
atribuye a su amante ser la destinataria de su extensa y detallada
cronología de vida.

« Mazarin me renvoya à la reine ; je la trouvai sifflée et aigrie" [30]

Tiempos de regencia. Fértil periodo para el florecimiento de planteos
económicos y políticos. Disputas por la permanencia y extensión de los
privilegios adquiridos. Agitaciones inspiradas en el deseo de acaparar
nuevas rentas y mayores exenciones. Planteos políticos serios tendientes a
conquistar nuevos atributos legales.
Cuando el Coadjutor de París Paul de Gondi emprendió, merced a un terreno
abonado por los elementos mencionados en el párrafo anterior su campaña en
contra del favorito Mazarino cabe preguntarse ¿Cómo empezó todo?
Gondi accedió a ser el Coadjutor de París gracias a su tío. Durante su
actuación en los acontecimientos que nos ocupan demostró habilidad y
pericia destacable en el manejo de la retórica. Retz, poseía una nutrida
red de informantes: a sueldo y voluntarios. Los primeros, desplegados por
toda la ciudad lo tenían al tanto de lo que ocurría. Los segundos, sus
devotos creyentes, que se confesaban regularmente después de la celebración
de la santa misa. Las homilías del futuro cardenal, llegaban a todos los
asistentes a cada ceremonia que presidiese. Público que consideraba a la
guerra que acababa de concluir en 1648, una contienda injusta, ilegítima
contra los Habsburgo defensores de la Cristiandad y el establecimiento de
la unidad religiosa. Por lo tanto su prédica atravesaba los tres
estamentos: sin involucrarme con la reacción clerical en este trabajo, la
nobleza y el Tercer Estado, vivieron de manera contradictoria el accionar
difamatorio del coadjutor. El descontento burgués parecería desencajar con
la febril y desbordante actividad mercantil que la burguesía llevaba
adelante, alimentada con los enormes flujos de oro y plata venidos de
América a lo largo del siglo XVI gracias a España. Prosperidad que bien es
sabido, compró cargos, títulos y demás ante la desaprobación del cuerpo de
elite que, justo es mencionarlo, solía vivir de manera mucho más sobria que
los munificentes y prósperos parisinos del "Tiers Etat".

« Mazarin ignorantissime en toutes ces matières » [31]

El semanario "La Gazzette" de Theophraste Renaudot, supo anoticiar a los
ciudadanos letrados sobre las novedades acerca del devenir y posterior
cierre de la "Guerra de los Treinta Años". Esta gente sencillamente,
contaba con medios informativos elocuentes. Quienes no, se contentaban con
escuchar los recitados inflamables que muchos proferían en respuesta al
accionar administrativo-fiscal de Mazarino. El colmo fue el ascenso
meteórico de la popularidad de Broussel, tenido por los fieles a la corona
como a un sedicioso enquistado en el seno del parlamento. El cuerpo
legislativo, pretendiendo imponer nuevas reglas, utilizó (tal como hiciera
Gondi) a la gran masa del pueblo como fuerza de choque frente a la avanzada
oficial. No es intención de este trabajo hacer creer que la gente de a pie
era arrastrada como mera fuerza de choque, pues considero que legítimamente
integraron las filas de los más exaltados con la esperanza de cambiar el
estado de situación que les tocó vivir. La pretensión que pudo concretar
Paul de Gondi fue su ansiado ascenso al capelo cardenalicio el 19 de
febrero de 1652, pero poco duraría su victoriosa predica, diez años más
tarde por bula le serían anuladas sus dignidades concedidas.
Conclusión
La inutilidad de los libelos para convencer a los individuos en los ámbitos
de lectura (donde pesaba más el entramado de lealtades) contrasta con el
asombroso poder de movilización que provocó en todos los compartimentos que
integraban el Tercer Estado el accionar de las mazarinadas y las encendidas
proclamas de Paul de Gondi, contra alguien que quiso tomar una medida
transitoria pero beneficiosa para salvar el erario y no hacerlos tributar
aún más de lo que ya podían: Mazzarino. Gondi inflamando espíritus y
convenciéndolos de embanderarse tras causas parlamentarias, en primer
orden, y principescas después por lo menos en París, demuestra lo dicho.

En una sociedad de Antiguo Régimen el poder psicológico de la palabra
escrita es inversamente proporcional al acceso a las letras. Merced a una
red interconectada de lealtades que impide al lector o al oyente, sea cual
fuese su extracción estamental, actuar y sentirse interpelado por quienes
editan textos difamatorios para que actúen como pretenden los editores, es
fundamental.

Diluido el sistema de lealtades, cambia el segundo término del razonamiento
que inicia el párrafo anterior. Los leales antes impermeables a las
pasiones despertadas por los textos apelativos: La llamada "Litterature en
action" sean estos libelos o mazarinadas, en el futuro quedarán librados a
su intima convicción de qué bando o bandos sostener y ser presa del aparato
propagandísticos ideados a tal efecto, que no busca otra cosa más que
conquistar la opinión pública a favor de los intereses que sostienen y que
convenientemente esconden los editores tras un manto de libertad de prensa.

Quien pretendiese finalmente, desde un aparato como el Estado, enajenar a
sus ciudadanos del horadar de los medios masivos de comunicación, deberá
crear allí donde no existiesen, reconstruir allí donde fueron destruidas y
reforzar donde parecieran languidecer, las redes de lealtades que
atraviesen por ejemplo, la sociedad contemporánea.

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[1] Salmo 141.3 "Señor, pon una guarda ante mi boca y vigila la puerta de
mis labios. Amén"
[2] Ceñir el capelo cardenalicio, es, después del papado, el honor más alto
al que puede aspirar un ordenado en la Iglesia Católica Apostólica y
Romana. Su poder espiritual, en la modernidad, convivió paralelamente con
un poder temporal que algunos de los más altos purpurados supieron ejercer
en determinadas circunstancias.
[3] Tomando como referencia el año 1648, al Coadjutor de París le sería
concedido el cardenalato el 19 de febrero de 1652. Dimitió el 28 de marzo
de 1654, a la vez que anuló esta renuncia bajo pretendida violencia
ejercida en su contra y se refugió en Roma, su abdicación definitiva se
consustanció mediante Bula papal del 5 de junio de 1662.
[4] Reconociendo en orden cronológico La Fronda parlamentaria y la Fronda
de los príncipes
[5] FEILLET M. A., "Oeuvres du cardinal de Retz, Tome premier-tome second /
nouv. éd. rev. sur les plus anciennes impressions et les autographes et
augm. de morceaux inédits, des variantes, de not., d'un lexique de mots et
de locutions remarquables" París, Hachette, 1872.
[6] FEDERN, C. "Mazarin" Payot, París,1978
[7] MOUSNIER, Roland. "La Fronda" en Forster, R. y Greene, J. Revoluciones
y rebeliones de la Europa moderna, Alianza, año, p. 145 y ss.
[8] La Divisa de la ciudad de París es "Fluctuat nec merguitur" "Flotar…"es
su traducción al castellano.
[9] Jules Mazarin
[10] MOUSNIER Roland "Paris capitale au temps de Richelieu et de Mazarin"
París. Ed. Pedone 1978.
[11]PORSCHNEV Boris. Capítulo 1: "La Fronda ¿Reacción feudal o tentativa
burguesa?" en Los levantamientos populares en Francia en el siglo XVII,
Buenos Aires, Siglo XXI editores, pp. xx y ss
[12] Nacido en actual territorio italiano, que en ese momento era posesión
española.
[13] ELÍAS Norbert "La Sociedad Cortesana" Fondo De Cultura Económica 1993
406 páginas. Allí se dice "El Estado moderno nace con la pretensión de las
grandes monarquías de monopolizar la recaudación de impuestos y
confiscar para su propio beneficio el ejercicio de la violencia legítima." 
[14] Il y a solidarité de la part des débiteurs, lorsqu'ils sont obligés à
une même chose, de manière que chacun puisse être contraint pour la
totalité, et que le paiement fait par un seul libère les autres envers le
créancier. Art.1200 Code Civil Francais. Esto es llamado hoy en francés
péréquation o ecualización. La ecualización consiste en limitar las
disparidades de los recursos entre las colectividades territoriales en
relación con los cargos que deben afrontar. Recursos y costos dependen de
las limitaciones geográficas, humanas y económicas que no garantizan a
priori una adecuación a las cargas de cada colectividad. Dos formas de
ecualización se pueden distinguir: ecualización vertical es para el Estado
distribuir equitativamente las subvenciones concedidas a las autoridades
locales; ecualización horizontal se produce entre las propias autoridades
locales, al reunir los recursos fiscales. En el estudio del caso de La
Paulette próximo a editarse, los recursos y costos dependen de las
limitaciones humanas y económicas sancionadas por ley. La propuesta de
Mazzarino es ilegal pero se proyecta como sólida disposición en 1804.
[15] VALFREY Jules "La Diplomatie Française Au XVII Siecle: Hugues De
Lionne Et Ses Ambassades En Italie" p.276 Paris Chamerot.
[16] DE CERTEAU, MICHEL. "L'expérimentation d'une méthode : les Mazarinades
de Christian Jouhaud" EN: Annales. Économies, Sociétés, Civilisations. 41e
année, N. 3, 1986. pp. 507-512. Allí se critica a Christian Jouhaud sobre
su propuesta de análisis "Mazarinades: La Fronde de Mots" De Certeau murió
antes de que saliera impreso convirtiéndose en su artículo póstumo.
[17] BORDIEU Pierre. "L' opinion publique n'existe pas" en "Les temps
modernes", numéro 318, janvier 1979 pp 1292-1309"
[18] La opinión pública no existe si tomamos en cuenta que la estadística
(utilizada en artículos periodísticos) no es garantía de imparcialidad,
pues al ser un análisis social no hay neutralidad valorativa en la
formulación de los protocolos y cuestionarios. Si los medios de
comunicación, además de tomar postura, difunden las opiniones que desean y
omiten las que rechazan, no son fuente fiel mas que de la opinión de su
editor
[19] GONZÁLEZ MEZQUITA María Luz "Oposición y Disidencia en la Guerra de
Sucesión Española. El Almirante de Castilla. Capítulo III Oposición y
Publicística p 205 y ss.
[20] BURKE, Peter.;" La Fabricación de Luis XIV"; Madrid, Nerea, 1995.
[21] JOUHAUD Christian. "Propagande et action au temps de la Fronde. In:
Culture et idéologie dans la genèse de l'État moderne. Actes de la table
ronde de Rome (15-17 octobre 1984). Rome : École Française de Rome, 1985.
pp. 337-352. (Publications de l'École française de Rome, 82) "Mazarinades
la Fronde de mots"
[22]____________________ "Mazarinades la Fronde de mots"Paris, Aubier.
[23] Reconociendo la obra de Emile Bourgeois y Louis André "Les sources de
L´Histoire de France XVIIe siècle (1610-1715), 8vols. Vol. IV: Journaux et
pamphlets". París, Picard, 1924.
[24] Chartier, Roger, Ilustración y Revolución. Revolución e Ilustración,
en Espacio público, crítica y desacralización en el siglo XVIII, Barcelona:
Gedisa, 1995 p 33 y ss.
[25] El signo lingüístico es una entidad psíquica de dos caras en la que se
unen un significante (imagen acústica) y un significado (concepto)" DE
SAUSSURE Ferdinand "Curso de Lingüística General" Losada, 2008
[26] "Sujeto que decodifica y recibe el mensaje" de acuerdo al modelo de
Jakobson, estructuralista saussureano.
[27] GONZÁLEZ MEZQUITA María Luz Óp. cit
[28] ORECCHIONI Catherine Kerbrat "Les Interactions verbales", Armand
Colin, 1998"
[29] Memorias del Cardenal de Retz. libro III, t. II, p. 310 

[30] Op Cit Libro II p. 78
[31] Op Cit.II, p.102
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