Caracterización de la dieta de la cultura Chalchihuites en su rama Guadiana por medio del análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno.

June 9, 2017 | Autor: Olimpia Palacios | Categoría: Bioarchaeology, Rock Art (Archaeology), Paleodiet, Archaeometry, Human Osteology
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Descripción

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE ZACATECAS FRANCISCO GARCÍA SALINAS

UNIDAD ACADÉMICA DE ANTROPOLOGÍA

Caracterización de la dieta de la cultura Chalchihuites en su rama Guadiana por medio del análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno. TESIS QUE PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE LICENCIADA EN ARQUEOLOGÍA PRESENTA

Elsa Olimpia Palacios Ríos Director: Dr. José Luis Punzo Díaz

Zacatecas, Zac.

2015

Agradecimientos académicos Este trabajo fue posible gracias a la valiosa colaboración y orientación de muchas personas e instituciones y quisiera dedicar este espacio para mostrar mi gratitud hacia ellos. A la Arqlga. Cindy Sandoval, encargada de la sección de arqueología del Centro INAHDurango, por brindarme la oportunidad de formar parte de su proyecto (PICOF) en el que he aprendido tanto, por alentarme a realizar esta tesis y poner todos los medios necesarios para que se llevara a cabo. Al Dr. José Luis Punzo Díaz del Centro INAH-Michoacán por haber aceptado dirigir esta tesis con todos los compromisos que esto involucraba, gracias porque aprendí mucho en este proceso. El Dr. Alberto Sánchez del CICIMAR-IPN, por su asesoría, el enorme apoyo y confianza que brindo para que este trabajo fuera realizado, gracias por permitirme adentrarme en el vasto mundo de los isótopos estables. Espero poder seguir aprendiendo al respecto. La Mtra. Ileana Casandra Pérez Castillo por su asesoría y quien siempre fue atenta y comprensiva conmigo, por sus acertados comentarios y consejos. A la Arqto. Sirle Rojas Delegada del Centro INAH-Durango, quien aceptó y facilitó todos los términos que involucraban la realización de este trabajo. Al laboratorio de espectrometría de masas del Dpto. de Oceanología en especial a Ángel Ruvalcaba técnico del laboratorio por todo el apoyo que brindó durante el procesamiento de las muestras y la realización del análisis. Al CNBES que me proporcionó la Beca de Titulación 2014 y cuyo recurso fue fundamental para la realización de este trabajo. A todos los maestros de la Unidad Académica de Antropología de la Universidad Autónoma de Zacatecas que formaron parte de mi formación arqueológica, agradezco todas sus enseñanzas y disposición, especialmente a la Mtra. Almudena Gómez Ortiz y al Mtro. Leonardo Santoyo Alonso por haber aceptado ser lectores de esta tesis. También al Dr. Carlos Alfredo Carrillo director de la UAA y el Lic. Neri por apoyarme siempre de forma eficiente cada vez que lo he requerido.

Agradecimientos personales. A mi familia, gracias por haberme impulsado a estudiar lo que realmente me apasionaba aunque eso implicara una larga ausencia física, por poner siempre su corazón en las cosas que emprendo y ayudarme incondicionalmente. A todos mis compañeros de generación que fueron como una segunda familia para mí. Quiero expresar mi enorme gratitud hacia dos maestros y amigos que son una gran influencia para mí: El Mtro. Gerardo Fernández Martínez y el Mtro. Ignacio Macías Quintero, por todo el apoyo, enseñanzas y oportunidades que me brindaron durante mi estancia en Zacatecas. A Jorge por toda la paciencia, comprensión, ayuda y cariño que ha mostrado todo este tiempo y quien me convenció para desarrollar la investigación que realmente me apasionaba. A mis admirables amigas del centro INAH-Durango a Rosy, Sugely, Gloria, Bety y Cindy. Gracias porque con ustedes la vida laboral ha sido muy divertida y amena, por sus innumerables enseñanzas y los momentos vividos este año y medio.

Índice

Introducción ............................................................................................................................ 1 CAPÍTULO I Los orígenes de la arqueología Duranguense ................................................... 3 1.1 Charles Kelley y el inicio de la investigación intensiva ............................................................ 6 1.2 La reactivación de la Arqueología Duranguense ...................................................................... 7 1.3 El estado actual de las investigaciones .................................................................................... 10 1.4 Construyendo el tiempo. Descripción cronológica de la Cultura Chalchihuites en su rama Guadiana ....................................................................................................................................... 19 Fase Ayala 600-850 d. C ........................................................................................................... 25 Fase las Joyas 850- 1000 d. C ................................................................................................... 26 Fase Río Tunal 1000- 1150 d. C ............................................................................................... 26 Fase Calera 1150- 1350 d. C ..................................................................................................... 26 1.5 Primeros acercamientos al sustento de los antiguos habitantes del Estado de Durango ......... 27 1.6 El estado de la investigación de restos óseos prehispánicos en Durango................................ 33 1.7 Exposición de nuestro tema de estudio ................................................................................... 41 Hipótesis de trabajo ....................................................................................................................... 50 Objetivo General ........................................................................................................................... 51 Objetivos Particulares ................................................................................................................... 51 Justificación general de la investigación ....................................................................................... 51 CAPÍTULO II Área de estudio y aspectos de recuperación de la muestra ............................. 54 Aspectos de Origen y recuperación de la Muestra ........................................................................ 55 Zona arqueológica La Ferrería ...................................................................................................... 55 Ejemplares Utilizados Entierro de la pirámide. Locus 3 ............................................................... 57

Sitio arqueológico Las Humedades ............................................................................................... 62 Ejemplares Utilizados ................................................................................................................... 63 Sitio arqueológico Plan de Ayala .................................................................................................. 64 Ejemplares Utilizados ................................................................................................................... 65 CAPÍTULO III Marco teórico y metodológico ...................................................................... 69 3.1 Antropología de la alimentación. Entre instinto y cultura....................................................... 69 Para esto sirve comer… fisiológicamente hablando ..................................................................... 69 Aportes nutricionales de los recursos alimenticios detectados en Durango .................................. 71 El sincretismo de lo natural y lo cultural en la alimentación ........................................................ 74 Comer y beber para alimentar… la mente colectiva ..................................................................... 77 Clasificación de los alimentos ....................................................................................................... 80 3.2 Origen y definición de la Arqueometría .................................................................................. 82 El concepto de Arqueometría ........................................................................................................ 83 Breve descripción sobre la conformación de los isótopos ............................................................ 85 Principios teóricos sobre isótopos naturales .............................................................................. 85 Fraccionamiento isotópico ............................................................................................................ 91 Unidades de medida ...................................................................................................................... 91 Patrones y estándares de referencia ............................................................................................... 92 Espectrómetros de masas, origen y funcionamiento ..................................................................... 94 Tipos de plantas y procesos fotosintéticos .................................................................................... 96 Isótopos de Carbono y Nitrógeno, auxiliares en la reconstrucción de dietas ................................ 98 Isótopos estables y su uso en la reconstrucción de la dieta en sociedades del pasado ................ 102 Capítulo IV Materiales y Métodos ....................................................................................... 105 Preparación de muestras de hueso total ...................................................................................... 106 Extracción de colágeno ............................................................................................................... 109

Extracción de carbonatos ............................................................................................................ 112 Metodología de preparación de elementos asociados a la dieta .................................................. 113 Metodología de preparación de muestras de sedimentos ............................................................ 116 Análisis elemental e isotópico ..................................................................................................... 117 CAPÍTULO V Resultados de δ 13 C y δ 15 N ...................................................................... 119 Valores isotópicos de sedimentos de entierros y hueso total ...................................................... 119 Valores de δ13C y δ15N en colágeno óseo y elementos asociados a la dieta ................................ 122 Zona Arqueológica de la Ferrería ............................................................................................ 122 Entierro FECCU1 .................................................................................................................. 123 Sitio arqueológico de las Humedades ..................................................................................... 123 Sitio Arqueológico de Plan de Ayala........................................................................................ 124 Análisis de la dieta ...................................................................................................................... 128 Fase Ayala 600-850 d.C. ............................................................................................................. 143 Fase las Joyas 850-1000 d. C. ..................................................................................................... 145 Fase Río Tunal 1000-1150 d. C .................................................................................................. 147 Conclusiones finales.................................................................................................................... 149 Bibliografía ........................................................................................................................... 154

Índice de tablas

Tabla 1. Resumen de hallazgos de entierros funerarios en el estado de Durango........................... 40 Tabla 2. Datos obtenidos de tabla de composición de alimentos INNSZ.......................................... 72 Tabla 3. Relaciones istotópicas que más se emplean. ...................................................................... 89 Tabla 4. Patrones de referencia para isótopos estables. .................................................................. 94 Tabla 5. Las unidades empleadas están dadas en %o (Partes por mil) (Deines, 1980 en Morales et al. 2012:354)...................................................................................................................................... 97 Tabla 6. Número de individuos y elementos óseos de la muestra. ................................................ 105 Tabla 7. Valores δ13C y δ15N de los sedimentos asociados a los entierros...................................... 120 Tabla 8. Valores δ13C y δ15N en hueso total de muestras de hueso largo....................................... 120 Tabla 9. Valores δ13C y δ15N en hueso total de muestras de cráneo y costillas .............................. 121 Tabla 10. Valores de δ13C y δ15 N en colágeno óseo de huesos largos (HI= húmero izquierdo, HD= húmero derecho, FI= fémur Izquierdo, FD= fémur derecho, TD= tibia derecha) de siete individuos ......................................................................................................................................................... 125 Tabla 11. Valores de δ13C y δ15 N en colágeno óseo de cráneo (C) y costillas (Cos) de los nueve individuos analizados. ..................................................................................................................... 126 Tabla 12 Valores δ13C y δ15N de elementos asociados a la dieta .................................................... 127 Tabla 13. Comparación con valores δ13C y δ 15N de otras regiones. .......................................... 130 Tabla 14. Comparación de valores δ13C y δ 15N de recursos alimenticios de otras regiones .... 133

Índice de gráficos

Gráfico 1. Modelo propuesto por Kellner y Schoeninger, 2007..................................................... 102 Gráfico 2. Relación de valores de δ13C y δ15N de sedimentos y hueso total de las muestras de cada sitio para apreciar interacción diagenética. .................................................................................... 121 Gráfico 3. Dispersión de todos los datos de colágeno óseo analizados.......................................... 129 Gráfico 4. Comparación de δ13C y δ 15N con otras regiones ....................................................... 131 Gráfico 5. Valores de δ13C y δ 15N en elementos asociados a la dieta .................................... 134 Gráfico 6. Valores δ13C y δ 15N de elementos asociados a la dieta en el Valle de Guadiana en contraste con valores de otras regiones. ............................................................................ 136 Gráfico 7. Valores δ13C y δ 15N en colágeno óseo humano, botánica y colágeno óseo de fauna del Valle de Guadiana y otras regiones. ................................................................................................ 137 Gráfico 8. Modelo Kellner y Schoeninger, 2007.............................................................................. 141

Introducción El Valle de Guadiana se localiza en el estado de Durango y se conforma por el espacio triangular de tierra ubicado entre las sierras del Registro y Santiago Bayacora, los altos de Santa Isabel y la Sierra Madre Occidental, en tanto que su límite norte está marcado por el pedregal que ahí se forma. Entre los valles de Guadiana y de Cacaria, se levanta una frontera física constituida por los altos del Cerro del Mercado hasta la Laguna de Yuaca o Yoaca y el Cerro de la Maroma. Esta zona se encuentra irrigada por tres ríos: Sauceda, Santiago Bayacora y Tunal, los cuales convergen a la salida del valle, en la zona del Cerro del Arenal (Punzo, 2013: 193). Este espacio geográfico fue el escenario en el que se desarrollaron los protagonistas de este trabajo, la cultura Chalchihuites en su rama Guadiana. Esta región ha sido estudiada por varios investigadores y el aspecto arqueológico no ha sido la excepción contando con registros, informes técnicos y descripciones desde mediados de la década de los 30 del S. XX hasta la actualidad. Esta investigación busca formar parte de los aportes que se han realizado desde hace aproximadamente 75 años para definir y comprender a esta tradición arqueológica y para ello en el presente trabajo se realiza una aproximación a la dieta de los antiguos pobladores del Valle de Guadiana mediante la aplicación del análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno, como auxiliar para dicho objetivo, este análisis fue aplicado en 18 muestras óseas de nueve entierros localizados en tres asentamientos arqueológicos del Valle de Guadiana y que comprenden el periodo del 600 al 1150 d.C. Para definir lo anterior esta tesis se distribuye en seis capítulos que conducen hasta nuestro objetivo principal que es caracterizar la dieta de la cultura Chalchihuites en su rama Guadiana. Primero revisamos todos los estudios arqueológicos realizados en el estado de Durango, haciendo énfasis en aquellos que se llevaron a cabo en el Valle de Guadiana, mediante los cuales se ha definido a la cultura Chalchihuites y su cronología, también se revisan los diversos trabajos ambientales que han tenido un enfoque orientado a la determinación del tipo de 1

recursos alimenticios utilizados, posteriormente se hace una descripción de las colecciones de restos óseos humanos más significativas en el estado, todo esto nos otorga las bases necesarias para abordar lo que es nuestro tema de estudio en donde se define la problemática de investigación, hipótesis y objetivos de este trabajo, esto concentrado en el Capítulo I. En el capítulo II se abordan temas relacionados con el área de estudio, se describen los sitios que se involucran en este trabajo y los aspectos afines con la recuperación de los entierros en campo, de los que posteriormente se obtuvo la muestra que analizamos. En el Capítulo III contextualizamos conceptual y metodológicamente nuestro estudio y mediante la perspectiva de la antropología de la alimentación, se describen los procesos fisiológicos y socioculturales que involucra la acción de comer en los seres humanos. Posteriormente nos introducimos en el campo de la arqueometría que funciona como auxiliar en este análisis, también se describen todos los aspectos relacionados con la técnica de los isótopos estables, su origen y posterior uso en el campo de la arqueología como herramienta para la reconstrucción de dietas en sociedades antiguas. En el Capítulo IV se describen los materiales y métodos empleados en esta investigación mediante los cuales se procesaron las muestras de hueso total, colágeno óseo, matriz mineral, concha y botánica, usadas en esta tesis para el análisis de isótopos estables En el Capítulo V se presentan los resultados obtenidos y el análisis de la dieta mediante los valores de isótopos estables con los cuales se realizó la caracterización de la dieta. El Capítulo VI presenta las conclusiones a las que se llegó, la interpretación de la dieta por fase cronológica y el análisis del cumplimiento de las hipótesis y objetivos planteados en este estudio.

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CAPÍTULO I Los orígenes de la arqueología Duranguense El pasado de Durango ha sido tratado desde diferentes perspectivas unas más formales que otras, eso depende del periodo en que dichas investigaciones o búsquedas fueron realizadas, así como de las personas o institutos que intervinieron, sin embargo cada aportación de alguna u otra forma ha sido importante y de ayuda en diferentes medidas para la arqueología duranguense. Dentro de las primeras referencias de investigación con las que se cuenta para la cultura Chalchihuites en el estado de Durango, se tienen los reportes aportados por Alden Mason y Robert H. Merril, el primero realizó varias expediciones lingüísticas en México y se tienen reportes de estos trabajos para los años de 1912-1913, 1930, 1935-1937, 1948, 1951 y 1954 que cuentan con fotografías, descripciones, incluso videos de las distintas regiones en donde trabajó, dicha información se encuentra bajo el resguardo de la Universidad de Pensilvania en los archivos del museo (Penn museum archives) y ofrecen un resumen de las expediciones realizadas por este investigador. Las expediciones que se realizaron en Durango son las de los años 1935-1937, 1948 y 1951 que corresponden a la expedición III, VI y “Expedición lingüística de los Tepehuanos del Norte” respectivamente. La expedición III también conocida como “Expedición Durango” fue un viaje financiado conjuntamente por la American Philosophical Society y el museo de la Universidad de

Pensilvania, durante esta expedición Mason fue

acompañado por Robert M. Merril un ingeniero de Grand Rapids, Michigan, quien realizó el reconocimiento de la región. En este viaje Mason recuperó objetos arqueológicos de Cañón del Molino, el Río Guatimapé, Hervideros, Arroyo Chupaderos, Cueva Caravito, el Zape Chico, Cueva de la Manada, Cueva de dos Puertas, el Pueblito y Cerro de los Remedios que se encuentran bajo el resguardo de la Universidad de Pennsylvania al igual que los informes, diarios de campo, fotografías, entre otros archivos generados durante esta expedición. La IV expedición se realizó en el año de 1948 y se enfocó en el estudio de los Tepehuanos 3

del norte “con el fin de estudiar el idioma y todas las fases de la vida indígena incluyendo la arqueología de la región”, durante esta expedición se reporta por primera vez la existencia de la zona arqueológica de la Ferrería. En abril de 1951 Mason viajó nuevamente a México, y realizó la “Expedición Lingüística de los Tepehuanos del Norte” en la que registró historias y canciones en idioma Tepehuan del norte. Además, J. Alden Mason y Robert H. Merril realizaron trabajos arqueológicos con el objetivo de hacer estudios acerca de la antigüedad del hombre en América y se enfocaron en el horizonte Folsom, ya que querían determinar la existencia de restos de hombres prehistóricos en México acompañados de huesos de animales extinguidos, esta investigación fue financiada por la American Philosophical Society of Philadelphia y fue auspiciada por el Departamento de Monumentos Prehispánicos de la Secretaría de Educación Pública quien concedió el permiso oficial para efectuar investigaciones de carácter arqueológico. En Durango por ejemplo, parte de esta investigación se llevó a cabo en varias cuevas a lo largo y ancho del estado, los materiales recolectados fueron divididos entre el Museo Nacional de México y el University Museum, Philadelphia (Mason, 1937). En esta expedición no se cumplió con el objetivo original de rastrear al hombre temprano en américa tanto en Durango como en Zacatecas pero fue capaz de detectar un conjunto de cultura material con semejanzas entre sí en los sitios arqueológicos que describe en su expedición de 1935-37 entre los que se encuentran el Cerro de los Remedios, el Pueblito y la Ferrería en Durango, así como en el sitio Alta Vista localizado al noroeste de Chalchihuites, Zacatecas por lo que se propuso que dichos rasgos pertenecían a una cultura en común a la cual Mason denominó Chalchihuites. Contemporáneo a los estudios anteriores en 1936 Donald Brand realizó una extensa investigación en el Zape, al noroeste del estado de Durango. Mientras que el trabajo de Mason reflejaba un resumen general de un gran territorio ocupado por la cultura Chalchihuites tanto en Durango como en Zacatecas, el trabajo de Donald Brand consistía en una amplia investigación enfocada en un territorio pequeño y específico de esa cultura. Brand destaca que la importancia del Zape reside, entre 4

otras cosas, que conforma la manifestación más norteña de la cultura Chalchihuites y de Mesoamérica en general, además se cuenta con la presencia de la cultura Loma San Gabriel que presenta una ocupación extremadamente bien desarrollada en esta región, la presencia de ambas manifestaciones culturales le da entrada a insinuar una aculturación tardía de la cultura Loma San Gabriel por la cultura Chalchihuites principalmente durante los periodos que abarcan del 1000-1350 (Brand,1939). Contemporánea a las intervenciones de Mason, Merril y Brand, ocurrió una breve intervención llevada a cabo por Rubín de la Borbolla su presencia en Durango fue solicitada a causa de una extraña noticia que afirmaba la presencia de momias de pigmeos en unas cuevas, por lo cual el Departamento de Monumentos Prehispánicos de la Secretaría de Educación Pública (hoy INAH) le encomendó investigar tal información. El descubridor y quien dio la primera interpretación basada más que nada en la primera impresión que le causó, fue el profesor Everardo Gámiz quién le mostró a Rubín de la Borbolla el hallazgo, el cual, realmente consistió en las momias de niños que pertenecían a entierros funerarios indígenas en una cueva llama del Pitahayo, localizada en el municipio del Mezquital (Rubín de la Borbolla, 1946: 111). Pese a que durante este periodo las intervenciones realizadas por arqueólogos fueron más o menos abundantes no se concretó un proyecto de investigación más elaborado, solamente se llevaron a cabo las intervenciones casuales o encomendadas que se mencionaron anteriormente, hasta aquí notamos cómo los conocimientos de la época sobre los acontecimientos sociales de la región se vieron desde dos puntos de vista, por un lado el de la investigación formal pero esporádica y por otro el de los mitos y especulaciones mismos que a pesar del aumento en el conocimiento del pasado prehispánico de Durango se mantienen hasta la actualidad. Años más tarde Robert H. Lister y Agnes M. Howard estudiaron colecciones de materiales arqueológicos provenientes sobre todo de Navacoyán (Howard,1957), 5

y coincidieron con que algunas de los rasgos característicos de los sitios del estado de Durango o cercanos a éste son que se localizan en una pendiente o en lo más alto de una montaña, presentan terrazas y casas rectangulares delineadas por piedras “y una rica variedad de tiestos, pedazos de roca, artefactos, ornamentos de roca, concha y urnas de entierro” (Lister y Howard, 1955). También para la década de los 50 del siglo XX se comenzó a consolidar una de las intervenciones más representativas del estado de Durango, que enfocaría su estudio en la cultura Chalchihuites del Valle de Guadiana y que estuvo a cargo Chales Kelley.

1.1 Charles Kelley y el inicio de la investigación intensiva En 1952 Charles Kelley de la Universidad del Sur de Illinois junto con su grupo de investigadores conformado más que nada por sus alumnos, realizaron exploraciones arqueológicas en el Valle de Guadiana para posteriormente en 1954 dar inicio a una de las primeras investigaciones arqueológicas intensivas del Valle, mediante la cual se efectuaron diversos recorridos y excavaciones a través del proyecto North-Central Frontier of Mesoamérica, el cual generó vastos conocimientos de la arqueología de Zacatecas y Durango, siendo su investigación en la zona arqueológica de la Ferrería la más importante en Durango para ese momento. Este trabajo se realizó en diversas temporadas que abarcaron los años de 1954, 1956 y 1958 (Kelley y Abbott, 1971). De los aportes más significativos de Charles Kelley tenemos principalmente la diferenciación de la cultura Chalchihuites en dos ramas: La rama Súchil que pertenece a la región de la cuenca superior del Río Súchil y en el Valle adyacente a los Ríos Graceros al Oeste y la parte superior del Río Chapalanga al Sur, al occidente de Zacatecas y el centro-sur de Durango, enfocándose en el antiguo pueblo minero de Chalchihuites. La rama Guadiana fue definida mediante las excavaciones realizadas en 1952 durante las exploraciones y de manera intensiva en las temporadas de 1956 y 1958 en el entonces denominado Cerro Ayala, posteriormente sitio Schroeder (nombre que Kelley le dio al sitio en honor al Sr. 6

Schroeder aficionado a la arqueología duranguense) o como actualmente se le denomina zona arqueológica de la Ferrería. Kelley determinó que los componentes de esta rama cultural se extendían desde Villa Unión, al Sureste a través del Valle de Guadiana y hacia el norte hasta el Zape. Otras aportaciones significativas de Charles Kelley son las cronologías que propuso tanto para la rama Súchil, como para la rama Guadiana, pues mediante esta contribución se determinó que la rama Súchil era más temprana abarcando una temporalidad de 200- 900 d. C y para la rama Guadiana establece que “alrededor del 550 o 600 d.C. algunos colonizadores de la Rama Súchil establecieron asentamientos hacia el Norte de Durango”, esta rama perteneció a un periodo más tardío que abarcó el 600-1350 d. C. (Kelley, 1963, 1983; Kelley y Abbott, 1971 Durante 1952 el proyecto de Charles Kelley llevó a cabo excavaciones en una pequeña aldea ubicada en el Rancho Weicker que se localiza a 50 km al oeste de la ciudad de Durango y eventualmente se dio la identificación de la ocupación Loma San Gabriel al occidente de Zacatecas y Durango. Michael S. Foster uno de los alumnos de Charles Kelley continuó con investigaciones en Durango y se dedicó al estudio de esta enigmática cultura (Foster, 1978) la falta de conocimiento acerca de este grupo así como su cultura material aparentemente menos compleja provocó que se le interpretara como un desarrollo cultural sub-mesoamericano, y que en la actualidad no se ha podido comprender del todo (Foster, 1978).

1.2 La reactivación de la Arqueología Duranguense Después de la partida de Charles Kelley pasaron tres décadas de abandono en las investigaciones arqueológicas de Durango, durante este periodo arqueólogos aficionados, como les denominó Charles Kelley (Peschard, 1983; Lazalde 1987; Ganot et al., 1990) se posicionaron como los únicos encargados del estudio del pasado Duranguense. Afortunadamente se dio lugar a dos proyectos que se ejecutaron de manera contemporánea durante la década de los 90 del siglo XX uno en la zona arqueológica de la Ferrería a cargo de Arturo Guevara (Guevara, 2003) y otro en el 7

sitio arqueológico Hervideros al noroeste del estado, bajo la dirección de Marie-Areti Hers (Hers y Polaco, 2004). El

proyecto

multidisciplinario

y

multitemático

Investigaciones

Arqueológicas en Hervideros inició en 1992 y fue patrocinado por la Universidad Nacional Autónoma de México y se eligió como sede de investigación el sitio Hervideros por localizarse en los confines septentrionales de Mesoamérica, este asentamiento se extiende sobre unas 30 hectáreas en la cumbre de un cerro que se levanta cerca de la confluencia de los ríos Tepehuanes y Santiago en el municipio de Santiago Papasquiaro junto a un manantial de aguas termales que le da su nombre al sitio. Hers reporta mediante sus informes técnicos que esta región cuenta con materiales asociados a la cultura Chalchihuites, culturas de la costa del Pacífico como la cultura Aztatlán y sobre todo con la cultura Loma San Gabriel (Hers et al. 1996). El proyecto de Hers se caracterizó por haber estudiado de manera exhaustiva el sitio de Hervideros mediante tres subproyectos de los cuales se derivaron varios trabajos de tesis o subinvestigaciones que aportaron información muy valiosa para las áreas de estudio en las que fue dividido el proyecto. Debido a su abundancia el análisis distributivo de la lítica tallada del sitio formó parte de los objetivos del proyecto tema del cual las entonces pasantes de arqueología de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, Marcela Zapata y Beatriz Maldonado llevaron a cabo un estudio bajo la asesoría de Dolores Soto investigadora de la IIA-UNAM (Hers, 1993). Las inmediaciones del sitio arqueológico Hervideros en una zona bastante reducida que correspondió a los últimos kilómetros del curso del Santiago y al Alto Ramos antes de que penetre en el Cañón de Pichahua, fueron estudiadas por Fernando Berroljalbiz, quien para esto realizó recorridos de superficie y excavaciones (Berrojalbiz 2005). Por otro lado tenemos la Cuenca del Río Tepehuanes el responsable de su estudio fue Christopher Barbot (Hers, 1993). 8

La arqueología de la Mesa de Tlahuitoles lugar seleccionado por la presencia de conjuntos rupestres, por la posibilidad de ofrecer material de comparación con el Alto Tepehuanes y revelar la diversidad cultural entre los agricultores serranos, esta región estuvo a cargo de José Luis Punzo (Punzo, 1999). El Cañón del Molino es otra región que forma parte de los intereses de este proyecto, en esta sección se pretendió comprender la presencia del complejo Aztatlán de la costa sinaloense y la interacción del hombre con el medio ambiente por medio de la documentación de los campamentos de nómadas hasta los asentamiento plenamente mesoamericanos a cargo de Yoshiyuki Tsukada (Hers, 1993). Por otro lado se tiene la región de las Quebradas lugar en el que se comenzó haciendo breves visitas a lugares con pintura rupestre. El estudio de la gráfica rupestre estuvo a cargo de Marta Forcano quien completó la localización de los sitios con gráfica rupestre, tarea que años atrás los médicos Lazalde, Ganot y Peschard ya habían iniciado. El estudio de los grupos no agricultores fue una temática que Dolores Soto se encargó de investigar, sin embargo este trabajo quedó trunco, otra rama de investigación fue un estudio paleoambietal llevado a cabo por el Biólogo Oscar Polaco (Hers1993, Hers et al., 1996). El proyecto Hervideros cubrió el vacío dejado por Kelley desde finales de la década de los 70, sin embargo al igual que este último no consolidó una presencia permanente en el estado de Durango, además ni el proyecto ni sus integrantes tenían la personalidad jurídica para procurar una protección integral de los sitios arqueológicos de Durango (Muñiz, 2012: 31). Sin embargo, el proyecto proporcionó información muy valiosa mediante los informes técnicos y publicaciones que Marie Areti- Hers y su equipo de trabajo realizaron y que forman parte fundamental del marco de referencia de otras investigaciones. Contemporáneo a los trabajos de Marie Areti-Hers se encuentran los de Arturo Guevara, que podría considerarse que con él iniciaron los proyectos del INAH-Durango, cubriendo varios aspectos de la labor arqueológica desde la 9

atención a denuncias en barrios antiguos de la ciudad de Durango (Guevara, 1994: 1) hasta proyectos de investigación y conservación en la zona arqueológica de la Ferrería (Guevara ,2003). También realizó trabajos de recorrido en el estado con el objetivo de generar un catálogo de sitios arqueológicos, para su informe del 1998 reporta que registró 14 sitios distribuídos en los municipios de Súchil, Peñón Blanco, Nuevo Ideal, Tepehuanes y Villa Ocampo. Clasificó los sitios en tres modalidades: 1) los de agricultores avanzados, los cuales estaban afiliados a la cultura Chalchihuites, 2) los de cazadores recolectores, que relacionaba con grupos Zacatecos, y 3) los que no pudieron ser caracterizados. También menciona el registro de sitios de gráfica rupestre, como por ejemplo la Cueva de los Monos (Guévara,1998). Al igual que Kelley y otros investigadores, este autor también se acercó a los médicos Ganot, Lazalde y Peschard, con quienes también hizo breves colaboraciones (Peschard et al. 1999). En el año 2002 Arturo Guevara realizó su última temporada y su proyecto se dio por concluído, lo cual dio origen a la etapa de investigación de la arqueología contemporánea dirigida por José Luis Punzo Díaz (2004), Britget Zavala (2007) y Cindy Sandoval (2013).

1.3 El estado actual de las investigaciones Tras concluir las intervenciones de Marie-Areti Hers y Arturo Guevara en el año 2002 pocos años después comenzó un proyecto que junto con los trabajos de Charles Kelley, Hers y Guevara se unió a la reactivación de la arqueología de Durango y particularmente del Valle de Guadiana con la llegada José Luis Punzo Díaz, quien impulsó el Proyecto de Investigaciones Arqueológicas del CentroOeste de Durango (PIACOD) que dio inicio en el 2004 y cuyos objetivos se enfocaban a la investigación, conservación y difusión del patrimonio arqueológico del Estado; como al estudio de las interacciones culturales con el Norte que baja a lo largo de la Sierra Madre y que se refleja por la presencia de sitios de casas en 10

acantilado 1, así como con la cultura Aztatlán, proveniente de la costa de Sinaloa influencia que se encuentra reflejada en los materiales encontrados y en los estilos arquitectónicos de varios sitios del estado, también se incluía el estudio intensivo de la arquitectura y pintura rupestre (Punzo, 2004). La primera etapa de trabajo del PIACOD se enfocó en realizar recorridos de superficie en la cuenca del Río Tunal y se hizo énfasis en los sitios que ya se tenían registrados. La base de estos recorridos fue el análisis exhaustivo y sistemático de los elementos geográficos que permitan discriminar áreas. Durante estos recorridos también se realizaron mapas topográficos y croquis detallados de estructuras. Algunos de los sitios que se trabajaron de acuerdo a esta metodología fueron: la Ferrería, Cerro del Chiquihuitillo, Cerro de la Cruz, Cerro de las Casitas, Navacoyán por citar algunos (Punzo, 2004: 10). El PIACOD se enfocó a varios sitios de Durango que agrupó por áreas, para la temporada del 2004 destacan el área del Nayar en la que se agrupan los sitios Cerro Nayar (Sombreretillo), un cerro frente al Nayar, el sitio Mesa del Tunal, Abrigo de la Mesa del Tunal, el Pueblito; en el área de la ciudad de Durango se localiza el sitio del Cerro de los Remedios; en el área de Santiago Bayacora al que pertenecen los sitios de Cerro de Chiquihuitillo/Puerta de la Cantera, y las Maravillas; en el área Navacoyán donde se encuentra el sitio Navacoyan; el Área Sierra del Registro donde está el sitio cerro de las Casitas; Área de Tomás Urbina/Nicolás Romero, donde se localiza el sitio Cerro de la Cruz, el cementerio del Valle Florido, Mesa de las Tapias, Cerro Viborillas; Área del Río de la Sauceda, en la que se encuentra el sitio cerro de la Maroma, Cerro el Caracol. Los sitios incrementaron conforme avanzaron las temporadas pero las áreas de estudio se mantuvieron. Para la temporada 2006 se continuó con los recorridos de superficie sobre todo de sitios de 1

Conforme avanzaron las investigaciones tanto en el Valle de Guadiana como en la Sierra Madre Occidental mediante los proyectos PIACOD (2004-2012) y PROCUMA (2008-2010) respectivamente, dirigidos por José Luis Punzo Díaz, se aclaró que no se trata precisamente de una interacción entre la cultura chalchihuites con los grupos serranos (xiximes y acaxées) sino de una continuidad cultural, lo cual significa, que actualmente se maneja la postura de que la cultura chalchihuites son antecesores de los acaxées y xiximes ( Ver Punzo, 2014).

11

gráfica rupestre además se realizaron excavaciones en el sitio de Navacoyán (Punzo 2006: 66). En 2007 también se llevaron a cabo excavaciones en el sitio Minillas el cual se trata de un campamento de cazadores recolectores y se continuó con los recorridos de superficie mediante los cuales se detectaron otros sitios, los cuales se realizaron en la cuenca del río Tunal –Sauceda, en el área que comprende en Valle de Guadiana ( Punzo, 2007: 6)

Durante el 2008 se realizaron excavaciones en dos sitios, Cerro del Gato y Plan de Ayala, este último fue localizado durante la temporada de campo, además se realizó un amplio avance en lo que respecta al análisis de material (Punzo, 2008:1). En la temporada de 2009 se realizaron recorridos de superficie en dos sitios, Mesa de las Tapias 1 y Cordón del Huarache 1 que habían sido registrados dos en temporadas anteriores 2004-2005 y en la 2007 respectivamente, durante esta temporada se excavó el sitio del Nayar (Sombreretillo). Para la temporada 2010 se realizó el análisis de los materiales obtenidos durante las temporadas anteriores, el trabajo hizo énfasis en las excavaciones de Navacoyán y Plan de Ayala así como en el sitio Minillas ya que representa uno de los pocos sitios que carecen de las características típicas de los chalchihuiteños y que por lo tanto expande el conocimiento del desarrollo humano en el área. La temporalidad de los materiales analizados se acotaba a final de la fase Ayala, fase las Joyas y principio de la fase Calera que representa un lapso de tiempo aproximadamente desde el 600 d. C al 950 d. C. Esta temporada de análisis de materiales se caracterizó por llevar a cabo investigaciones multidisciplinarias entre las que destaca la tesis “Aplicación de la petrografía en la caracterización y proveniencia de las cerámicas chalchihuiteñas de las ramas Guadiana y Súchil del sitio arqueológico de la Ferrería” a cargo de Cindy Cristina Sandoval Mora (Sandoval, 2011) y otro aspecto importante fue un análisis de ADN que se realizó en elementos óseos realizado por Miguel Vallebueno (Punzo, 2010; Vallebueno, 2011). . Los objetivos de la temporada 2011 del PIACOD fueron parecidos a los de la temporada anterior ya que se realizó el análisis de los materiales sobre todo de los 12

obtenidos en el Nayar y entre los estudios realizados se encuentra la tesis “El intercambio en el noroccidente prehispánico. La relación entre la rama Guadiana de la tradición arqueológica Chalchihuites y la tradición Aztatlán entre el 600 y 1300 d.C.” que también consistió en un análisis petrográfico a cargo de Cinthya Isabel Vidal Aldana (Vidal, 2011). Una actividad de gran importancia durante esta temporada fue la excavación que se realizó en la zona arqueológica de la Ferrería. Esta intervención se realizó en cuatro unidades de excavación, la uno se ubicó en la estructura denominada por Arturo Guevara como Casa 2, la cual se localiza al Este de este sitio, como atención a la identificación en el área de huesos humanos (Punzo, 2011: 93). La unidad de excavación dos se llevó a cabo en una estructura adosada a la primera estructura circular (Punzo, 2011: 139). La unidad de excavación tres se ubicó en un área de donde afloraban de la tierra restos cerámicos (Punzo, 2011: 165). La unidad de excavación cuatro se localizó en uno de los lugares más importantes de la zona arqueológica de la Ferrería en la Pirámide donde se localiza un patio hundido en la cima lugar donde se realizó la excavación (Punzo, 2011: 168). De los datos aportados por el PIACOD en sus temporadas de investigación, han surgido varias investigaciones además de las que ya se mencionaron, las cuales se han especializado en el campo de la estudios de estrategias de apropiación y el uso de sistemas de información geográfica, análisis en cerámica y lítica, de los que se presenta una somera descripción: Dentro de los estudios de estrategias de apropiación se encuentra una investigación titulada “Estrategias para la apropiación del paisaje en el río Santiago Bayacora, Durango. Construcción del imaginario sobre el pasado prehispánico y la reconstrucción del paisaje a través de los sistemas de información geográfica”, que fue realizada por David Muñiz, en donde analiza una de las cuencas más importantes, morfológicamente hablando, es decir la del Río Santiago Bayacora, dichas cuencas son formadas por los ríos que el Valle de Guadiana, en esta cuenca específicamente se tienen registrados 30 sitios arqueológicos que presentan variabilidad entre sí, en diferentes aspectos, característica que aprovechada por el 13

autor para entender cómo se efectuaba la apropiación del entorno natural y su reformulación dentro de un sistema de saber/poder, para generar una visión cultural del espacio (Muñiz, 2012). De los pocos estudios de iconografía en la cerámica chalchihuiteña, la investigación de Emmanuel Gómez aporta su trabajo de tesis “La iconografía cerámica chalchihuiteña: análisis iconográfico de las imágenes centrales en espiral”, en la que se realiza un análisis en el que se intenta llegar al significado inminente de la iconografía de la cerámica chalchihuiteña específicamente las piezas con cuerpo serpentino en espiral central, este estudio es un acercamiento a la vida religiosa de los Chalchihuiteños(Gómez, 2013.) Recientemente otro estudio relaciona con la cerámica chalchihuiteña es el realizado por Diego Rangel titulado “Identificación de zoomorfos en los materiales arqueológicos de la cultura Chalchihuites rama Guadiana”, dentro de sus aportes al conocimiento de los antiguos pobladores del Valle de Guadiana se encuentra el establecimiento de una metodología de análisis mediante la cual se realizó la descomposición de las representaciones en sus elementos constitutivos, posteriormente se generó una lista en la que se contrastaron las imágenes zoomorfas prehispánicas con las imágenes de los animales actuales presentes en el territorio duranguense (Rangel,2014). Dentro de los estudios líticos se cuenta con la investigación de Israel Andrade titulada “”Raspador espiga: Herramienta Chalchihuiteña en el Valle de Guadiana Durango” en el que se realiza un acercamiento a la cultura Chalchihuites en su rama Guadiana a partir de una clasificación lítica de los artefactos denominados como raspadores espiga (Andrade, 2014). El Proyecto de Investigaciones Arqueológicas del área Centro Oeste de Durango concluyó en el 2012 con la compilación de toda la información obtenida desde el 2004 en adelante. Este proyecto que trabajó durante casi 10 años en los cuales se profundizó en muchos aspectos de la vida de los antiguos pobladores del Valle de Guadiana, sin dejar de lado que de 10 sitios que se tenían registrados para 14

el Valle se pasó a tener alrededor de 100 sitios y poco más de 500 en todo el estado de Durango, las excavaciones realizadas a lo largo de las temporadas de campo permitieron generar un conocimiento más amplio a cerca de los acontecimientos de cada una de las fases cronológicas de la cultura Chalchihuites en su rama Guadiana (Punzo, 2008). En la arqueología del estado de Durango el centro INAH no es el único instituto que realiza investigación ya que a partir del 2007 dio inicio el PAS o Proyecto Arqueológico el Sextín dirigido por Bridget Zavala Moynahan del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Juárez del Estado de Durango (IIH-UJED), en donde durante la primer temporada se enfocó a realizar prospecciones arqueológicas sistemáticas en el Valle del Río Sextín al norte del estado de Durango, se eligió esta zona por los siguientes motivos: 1) el Río Sextín atraviesa las áreas de ocupación Chalchihuites y Loma San Gabriel; 2) la cuenca del Río Sextín se utilizará como un corredor de estudio que servirá como “puente” académico entre los distintos proyectos que actualmente se desarrollan en la entidad en regiones separadas; 3) está ubicado sobre una posible vía de interacción entre el Occidente de México, Mesoamérica, y las culturas del Suroeste de Estados Unidos, tiene potencial para el registro de una ocupación muy larga (desde el paleoindio hasta la época colonial cuando se estableció la visita misional de Santa Cruz de Tepehuanes en la cuenca (Zavala, 2008). Zavala explica que este proyecto permitirá contribuir al estudio de 1) la transición entre las tradiciones del septentrión mesoamericano y las del Suroeste de Estados Unidos, la introducción de la agricultura en el septentrión mexicano; 3) al conocimiento del uso del mismo paisaje por distintos grupos en diferentes épocas, resultado de relaciones sociales de la gente de la zona; y 4) a partir de los datos recopilados durante el recorrido de superficie y recolecciones sistemáticas, evaluar las definiciones de las tradiciones arqueológicas Loma San Gabriel y Chalchihuites los cuales han generado un enérgico debate entre Michael Foster y Marie-Areti Hers (Foster 2000: 202; Hers 2007: 23-24; 1996:6-11; 2001; Zavala, 2008: 4). A lo largo de este proyecto se han generado aportaciones importantes, por ejemplo durante la segunda temporada del 15

PAS en 2010 se realizó una cantidad impresionante de análisis de diversos tipos y en distintos materiales recuperados durante las excavaciones, que van desde el análisis de materiales líticos y cerámicos hasta análisis petrográficos, de polen, fitolitos, datación de materiales, entre otros estudios que ayudaron a la reconstrucción del estilo de vida de los habitantes de esta región (Zavala, 2010). Actualmente el PAS continúa realizando sus trabajos de investigación y es un proyecto financiado por la Universidad Juárez del Estado de Durango. Un proyecto que durante un tiempo se realizó a la par que el PIACOD y el PAS fue el PROCUMA o Proyecto de investigación y Conservación de las casas en acantilado de la Cueva del Maguey, Durango PROCUMA, donde biólogos, químicos, arquitectos y arqueólogos; intentan reconstruir el modo de vida que tenían los habitantes de la sierra. Este proyecto también fue dirigido por José Luis Punzo e inició en junio del 2008 y se desarrolló a lo largo de tres temporadas de investigación (en 2008, 2009 y 2010), se trata de un proyecto interdisciplinario que surge por la necesidad de preservar un sitio que cuenta con un excelente estado de conservación, y que por su contenido en materiales arqueológico y su arquitectura, es único en el estado de Durango. En la primera etapa del proyecto se platearon recorridos de superficie en la zona para comprobar la extensión del sitio y la posible localización de otros sitios con características similares que fueron localizados en la misma área. De igual forma, y una vez vistas las condiciones en las que se encontró el sitio, se planteó un proceso amplio de investigación y conservación de la Cueva del Maguey (PROCUMA, 2008). En este proyecto, se realizaron recorridos de superficie de la zona aledaña al sitio, gracias a esta actividad se localizaron cinco cuevas más, con contenido arqueológico, se realizaron evaluaciones para diagnosticar el estado de conservación de las estructuras (de las seis cuevas) haciendo un análisis detallado del tipo de métodos constructivos utilizados, también se realizaron reconstrucciones tridimensionales tratando de que fueran lo más fieles posibles ya que gracias al perfecto estado de conservación de una de las estructuras del sitio, es decir la 16

estructura 2, se realizaron imágenes muy fieles (PROCUMA, 2008). Durante la última temporada de investigación que fue en el 2010 se realizó el análisis de los materiales recuperados en campo por ejemplo se analizaron macroscópica y microscópicamente, restos paleobotánicos y paleozoológicos; para identificar especies endémicas. Del PROCUMA han surgido trabajos importantes entre los que destaca la investigación realizada por Hilda Lozano Bravo con la tesis titulada “Análisis químicos de pisos del sitio Cueva del Maguey, Durango. Estudio sobre aprovechamiento y utilización de espacios abiertos y cerrados”, en donde se analizaron residuos químicos contenidos en los pisos de diferentes espacios, a su vez, muestras de pisos fueron analizadas en el microscopio, esto con el objetivo de reconocer diferencias entre el uso de los espacios cerrados (estructuras, subestructuras) y los espacios abiertos (patios, corrales, etc.). Y proponer el tipo de funcionalidad que se le está dando a cada uno de los abrigos rocosos que conforma el sitio (Lozano, 2012). Otra aportación importante es la tesis doctoral “Los moradores de las casas en acantilado de Durango. Rememorando la vida de los grupos serranos en el siglo XVII” investigación realizada por José Luis Punzo Díaz, En esta tesis el autor “rememora las formas de la vida de los grupos serranos a partir de la experiencia fenomenológica del morar en el mundo” (Punzo, 2013b: 25). Al concluir el PIACOD en 2012 José Luis Punzo cambió de sede (Centro INAH- Michoacán) y continúa colaborando con investigaciones arqueológicas de Durango ya que en 2013 tras su partida continuó una nueva etapa de investigación que cubrió otra serie de intereses que complementaron aquellos propuestos anteriormente por el PIACOD, mediante los proyectos PIAVAG (Proyecto de investigación y conservación en el Valle de Guadiana) y PICOF (Proyecto de investigación y conservación en la Ferrería), dirigido por Cindy Sandoval del centro INAH-Durango (en co-dirección con Punzo) el PIAVAG contó solamente con una temporada de investigación en 2013, que se enfocó en el sitio arqueológico de 17

las Humedades muy cerca de la Zona Arqueológica de la Ferrería y del que se realizó el registro de estructuras domésticas y terrazas de cultivo y un croquis del sitio, del PICOF se han desarrollado tres temporadas de investigación (2013, 2014 y 2015), en este proyecto principalmente se desarrollan actividades de consolidación y conservación en la zona arqueológica de la Ferrería y análisis de materiales pertenecientes al Valle de Guadiana. La presente investigación forma parte de los objetivos del PICOF 2014. En el mapa 1 se pueden observar algunos de los sitios que han sido mencionados a lo largo de esta revisión y que fueron trabajados por los investigadores mencionados anteriormente.

Mapa 1. Principales sitios arqueológicos estudiados en el estado de Durango. Tomado de Punzo et al. 2013

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1.4 Construyendo el tiempo. Descripción cronológica de la Cultura Chalchihuites en su rama Guadiana El análisis que realizaremos en esta investigación está directamente relacionado con las fases cronológicas de la cultura Chalchihuites en su rama Guadiana y los acontecimientos que en estas se desarrollaron. Desde la década de los 70 del siglo XX la cronología de este grupo social ha sido debatida por varios investigadores, los primeros aportes fueron hechos por Charles Kelley y hoy en día la información más reciente ha sido puesta sobre la mesa por José Luis Punzo, quien mediante las excavaciones que ha realizado en diversas temporadas de campo en el Valle de Guadiana ha logrado generar una explicación más clara no sólo de los periodos de tiempo que abarca cada fase, también de los eventos sociales que acontecieron en cada uno de ellos, a través de su investigación se han confirmado algunos acontecimientos propuestos por otros investigares que han trabajado en la región. Charles Kelley propuso las fases ocupacionales tanto de la Rama Súchil como de la Guadiana, utilizando para ésta última 11 fechas de radiocarbono, de las cuales 10 pertenecían a la zona arqueológica de la Ferrería en el Valle de Guadiana y una al sitio de La Atalaya en el Valle de Poanas, Durango, que se derivan de pequeñas muestras de carbón localizadas en depósitos de basura, cuyas asociaciones cerámicas estaban mezcladas (Kelley, 1983: 1). Por este motivo Kelley consideraba poco confiables las fechas obtenidas por C14 para la rama Guadiana. Por lo anterior, Kelley originalmente había propuesto cuatro fases para el Valle del Guadiana en 1971 (Ver cuadro 1). Años después realizó investigaciones en Alta Vista, en el municipio de Chalchihuites, Zacatecas, de estos trabajos obtuvieron 50 fechas de C14 para la conformación de la cronología de la Rama Súchil, 26 de estas fechas pertenecen al sitio de Alta Vista, 31 se derivan de restos de carbón localizados en un basurero asociado con cerámica mezclada de dos o más fases, 19 muestras fueron obtenidas de madera y carbón, usados para la construcción (Kelley, 1983:2).

Los datos de las fechas de la rama Guadiana 19

generaron inconformidad en el investigador quien decidió basarse en las dataciones realizadas en el sitio Alta Vista ya que la obtención de las muestras fue más confiable. Como sabemos la rama Súchil es más temprana que la Guadiana, para esta etapa de investigación daba un periodo del 200 d. C al 700 d.C. Con estos resultados Kelley planteó tres alternativas: 1. Las pequeñas series de datos de radiocarbono derivadas de desechos de sitios de la Rama Guadiana son inexactos y deben ser descartados, mientras las grandes series de la Rama Súchil incluyen 19 derivadas de maderas de construcción son más confiables y deben ser aceptadas. Consecuentemente las fechas de la secuencia Guadiana deben ser basadas en las fechas de Radiocarbono de la Rama Súchil, haciendo todas las fases de Durango mucho más recientes en el Tiempo. 2. Aceptar la secuencia de la rama Guadiana pero reanalizar las fechas y sus asociaciones cerámicas y descartar las fechas obtenidas recientemente para la rama Súchil a favor de la vieja secuencia. 3. Las fechas de radiocarbono de ambas ramas

deben ser aceptadas,

haciéndolas en parte contemporáneas (Kelley,1983: 25)

Con las fechas de radiocarbono existentes y las nuevas, Kelley generó ajustes en la cronología de la rama Guadiana (Kelley, 1985), basándose en la alternativa tres, además añade una quinta fase. Las fases cronológicas de Charles Kelley se muestran a continuación:

20

CRONOLOGÍAS KELLEY CULTURA CHALCHIHUITES RAMA GUADIANA 1971

1985

Fase Ayala

550 d.C-700d.C

Fase las Joyas

700 d.C- 950 d.C

Fase Ayala

875 d. C- 950 d. C

Fase El Tunal

950d.C- 1150 d.C

Fase las Joyas

950 d.C- 1150 d.C

Fase el Tunal

1150 d.C- 1250 d.C

Fase Calera

1250 d.C- 1350 d.C

Fase el Molino

1350 d.C- 1450 d.C

Fase Calera

1150 d.C- 1350 d.C

Cuadro 1. Propuestas cronológicas de Kelley. Datos de cuadro obtenido de (Foster, 1995: 9)

Con esto la rama Guadiana de la cultura Chalchihuites permaneció como un acontecimiento posterior a los ocurridos en Zacatecas es decir en la rama Súchil. Fue a partir de esta corrección que se generaron nuevas propuestas para la secuencia cronológica de la rama Guadiana, ya que tiempo después Michael Foster realizó una revisión de las cronologías de la región de Durango y Zacatecas, así como la costa del Pacífico (el norte de Nayarit y Sinaloa) (Foster,1995). Para la primera región partió de las cronologías para la cultura Chalchihuites propuestas por Kelley pero se enfocó más que nada en revisar la corrección que realizó en 1985 (Foster, 1995: 2). Su objetivo se resume a continuación:

“El propósito de esta discusión es determinar si las correcciones de las fechas de C14 ayudarán a refinar las cronologías y revisar las relaciones de las dos ramas.

21

Estos datos serán comparados con la secuencia de la Costa del pacífico en un esfuerzo para evaluar la nueva secuencia de Kelley” 2 (Foster, 1995: 9).

Basado en la discusión de los datos de Kelley, Foster propone que los datos sugieren para la fase Ayala una temporalidad de 600/ 650d. C a 800/ 850 d. C. Esta conclusión es básicamente la misma que estableció Kelley en 1985; en su discusión de las fechas de la rama Guadiana bajo la alternativa 2 (Foster, 1995: 11). La secuencia cronológica propuesta por Foster para la rama Guadiana se muestra en el siguiente cuadro:

Cronología Foster 1995 Cultura Chalchihuites rama Guadiana Fase Ayala

600 d.C- 800 d.C

Fase las Joyas

800d.C- 950 d.C

Fase el Tunal

950 d. C- 1150 d.C

Fase Calera

1150 d.C - 1350 d.C

Fase el Molino

1350d.C- 1450 d.C

Cuadro 2. Propuesta cronológica de Foster 1995.Cuadro tomado de (Foster 1995; Sandoval 2011: 27)

Al poco tiempo otra propuesta sería presentada por Marie Areti-Hers quien develó en 1996 varios argumentos que afirman que la cronología de Kelley debía ser revisada, entre sus observaciones destacan “que el método seguido por J. Charles Kelley lo llevó a numerosas revisiones de la cronología no siempre basadas en nuevas excavaciones para el caso de la rama Guadiana, a menudo una fase está definida por uno o dos tipos cerámicos y no por un complejo cerámico” ,

2

Traducción mía.

22

manifiesta la dificultad que presentó aplicar la cronología de Kelley a los tiestos recuperados en el proyecto Hervideros y la tipología establecida por el investigador y Ellen Abbott, dio un fuerte peso a vasijas completas generalmente procedentes de colecciones particulares situación por la cual carecían de contexto (Hers, 1996: 1314). Hers presenta en su cronología solamente tres fases ya que las fases Ayala y las Joyas son fucionadas y presentadas como una sola, lo mismo ocurre con las fases Tunal y Calera; presenta una última fecha llamada Tepehuanes, estos acomodo los hizo con base en la revisión que realizó para la cronología de Kelley de de 1985 y también en fechas de radio carbón que obtuvo de su región de estudio, su propuesta se presenta a continuación:

Cronología de Marie- Areti Hers 1996 Cultura Chalchihuites rama Guadiana 3 Fase Ayala-Las Joyas

600 d.C-900 d.C

Fase Tunal- Calera

900 /1000d.C-1200/1250 d.C

Tepehuanes

1200/1250 d.C-1531 d.C

Cuadro 3. Propuesta cronológica de la Dra. Hers 1996

Varios años después se presenta la última revisión cronológica para la rama Guadiana José Luis Punzo, en 2008. Los fechamientos absolutos presentados por el investigador son los primeros que se realizan después de los efectuados por Charles Kelley y se realizaron mediante el método de termoluminiscencia de grano fino (Punzo, 2008:4), además se incluye un set de fechas radiométricas realizadas

3

(Hers, 1996: 42-46)

23

en la temporada del 2011 y de la excavación de otros sitios que confirman las fechas presentadas en 2008, su propuesta se presenta a continuación:

Cronología José Luis Punzo 2008 Cultura Chalchihuites rama Guadiana Fase Ayala

600 d. C- 850 d. C

Fase Las Joyas

850 d.C- 1000 d. C

Fase Río Tunal

1000d. C- 1150 d. C

Fase Calera

1150d.C- 1350 d. C

Fase Bajikam

1350d.C- 1563 d.C

Cuadro 4. Propuesta Cronológica del Dr. Punzo 2008

Para esta investigación nos basaremos en la secuencia cronológica de José Luis Punzo Díaz por ser la más actualizada, además se toman en cuenta los datos de las investigaciones que anteceden al PIACOD, pero también cuenta con los datos nuevos por ser este proyecto el último que realizó dataciones absolutas en el Valle de Guadiana, otra razón es que la mayoría de los restos óseos que serán analizados en esta investigación fueron recuperados durante las excavaciones realizadas por este proyecto, motivo por el cual los datos de esta cronología pueden ser aplicados a los materiales óseos. Se describirá de manera somera los hechos sociales que acontecieron en cada fase, aunque para esta investigación no se cuenta con materiales óseos que correspondan a la fase Calera será descrita para contar con el escenario completo de la ocupación de la cultura Chalchihuites en el valle de Guadiana, sin embargo 24

omitiremos la última fase (fase Bajikam) pues los eventos ocurridos en ésta ya no son efectuados por el grupo social que es de interés para nuestro estudio:

Fase Ayala 600-850 d. C Kelley resalta la importancia que había tenido la llegada de nuevos pobladores desde Zacatecas y su implantación sobre todo en el sur del estado de Durango donde, como colonizadores, habrían dominado la población local (Loma San Gabriel). A esta colonización le dio el nombre de rama Guadiana de la cultura chalchihuites (Hers, 2013). Kelley define esta fase como esencialmente idéntica a la fase terminal de Alta vista, es decir la Calichal. Estableciendo firmemente las relaciones temporales entre la rama Súchil (temprana) y Guadiana (tardía) de la cultura Chalchihuites (Kelley, 1990: 488). Durante esta fase en la zona arqueológica de la Ferrería se inicia una fuerte actividad constructiva, aunque los materiales más tempranos son escasos en este asentamiento, sin embargo, en otros sitios

se han detectado materiales muy

tempranos, como en el sitio del Nayar que cuenta con los materiales Chalchihuiteños más antiguos detectados hasta ahora en el valle de Guadiana, entre estos materiales se han identificado cajetes tipo Michília, así con un par de platos de tipo Súchil, el cual solamente se había descrito para la rama Súchil y que se pensaba tenía una temporalidad previa a la rama Guadiana (Punzo, 2008: 4). Incluso se cuenta con una fecha prechalchihuites, asociada a la cultura Loma San Gabriel (Punzo, comunicación personal). Lo anterior muestra que la fase Ayala de la rama Guadiana y la fase Alta Vista de la rama Súchil fueron contemporáneas.

25

Fase las Joyas 850- 1000 d. C Esta fase se caracteriza por ser el tiempo de esplendor de la Ferrería, convirtiéndose en el centro hegemónico del Valle y comienza a haber varios sitios de ocupación chalchihuiteña, esta fase también representa una consolidación de la cultura Chalchihuites en su rama Guadiana pues se encuentran materiales que son característicos de esta región como la cerámica tipo Nevería que es representativo de esta fase y que no se encuentra en Zacatecas (Punzo, 2008: 6).

Fase Río Tunal 1000- 1150 d. C Se reflejan múltiples cambios a nivel político, ideológico y social pues durante esta fase ocurrió un reacomodo en el Valle de Guadiana, ya que todo el esplendor en la Ferrería de las fases anteriores comienza a desvanecerse, además la población disminuye (la presencia de materiales decorados se muestra en 47% de los sitios). Sin embargo con este reacomodo otras áreas del Valle se ven beneficiadas, como es el caso de los sitios Navacoyán y Plan de Ayala, los cuales fungen como sitios hegemónicos para este periodo. Otros cambios se hacen evidentes en la iconografía de la cerámica, pues se abandonaron los diseños zoomorfos y antropomorfos para comenzar a utilizar diseños en los que se emplea la greca o algunas figuras abstractas. Un acontecimiento muy importante es que durante este periodo se establecen lazos estrechos con grupos sociales de la costa del Pacífico (estos lazos dieron inicio en la fase las Joyas pero se consolidan en esta) y que es evidente por materiales cerámicos, sobre todo por la presencia de malacates globulares (Punzo, 2008:7).

Fase Calera 1150- 1350 d. C Ésta fase representa el ocaso de la cultura Chalchihuites en el Valle de Guadiana pues la contracción de los sitios continúa y solamente se encuentra materiales

26

Calera en 23 % de los sitios (Punzo, 2008: 8). Las relaciones con la costa del Pacifico continúan, parecen ser más intensas durante esta fase.

1.5 Primeros acercamientos al sustento de los antiguos habitantes del Estado de Durango La reconstrucción del estilo de vida de las sociedades prehispánicas de Durango como hemos visto ha sido una labor que han abordado ya diversos investigadores. El interés por conocer el tipo de medio ambiente del que obtenían su sustento e incluso los recursos alimenticios utilizados por estas poblaciones no ha sido la excepción, pues la alimentación forma parte del estilo de vida de una sociedad. Para poder conocer lo que se comía no se deben dejar de lado los factores ambientales, pues es del medio ambiente de donde se obtiene el sustento alimenticio, sin embargo no depende sólo de éste, pues el ser humano ha desarrollado ciertos prejuicios en torno a lo que se debe o no comer, se encuentre disponible o no en el medio ambiente. “Así el alimento cargará consigo una función de identidad individual y por ende grupal, vinculando estrechamente al ser biológico con el ser social” (López; 2011:26). De acuerdo con esto, no resulta extraño que en Durango las investigaciones que se han dado a la tarea de conocer los recursos alimenticios en sus diversas regiones de estudio se enfoquen en realidad a realizar descripciones medioambientales en la mayoría de los casos, los cuales son de gran ayuda para realizar inferencias alimenticias mediante estos análisis. El primer intento documentado en la arqueología duranguense para conocer el medio ambiente lo realizó Donald D. Brand quien hizo trabajos de campo en 1936, en el área del Zape al noroeste de Durango su detallada descripción puede ser consultada en “Geografhy and Archaeology of Zape, Durango” (Brand,1936). El trabajo de Brand, en lo que concierne a la descripción medioambiental fue la base 27

de investigaciones realizadas en sitios aledaños a esta región tal como veremos más adelante. Posteriormente en La Cueva de los Muertos Chiquitos localizada cerca del Zape fue parcialmente excavada en 1957 y 1960 por Richard Brooks y fue descrita en dos reportes. El primero se enfocó en la discusión de unos restos de macroflora y fauna el segundo reporte (Brooks, et al. 1962; Brooks y Brooks 1978 en Foster ,1978) describe una serie de restos óseos recuperados en el sitio. Los restos de flora más abundantes en la cueva eran de plantas domesticadas como el maíz, frijol, cucurbitáceas y posiblemente algodón, Brooks ofrece una descripción detallada en su reporte. Años más tarde Foster retomó esta discusión pues consideró que los materiales descritos por Richard Brooks estaban asociados con la cultura Loma San Gabriel y ofreció algunas inferencias funcionales y conductuales con respecto a los restos de flora y fauna recuperados en la cueva de los Muertos Chiquitos, enfocándose principalmente sobre interpretaciones etnobotánicas y etnográficas para describir las posibles actividades de subsistencia representadas (Foster, 1978). Los datos etnográficos fueron utilizados para discutir los usos que las especies detectadas pudieron haber tenido, su estación y el modo de preparación, basándose en grupos sociales recientes como los Tepehuanes y Tarahumaras. Recientemente, se han realizado otros estudios de materiales provenientes de esta cueva que consiste en una reconstrucción de parasitosis de 36 coprolitos detectados en este lugar, la investigación se realizó por el departamento de zoología de la Universidad del Sur de Illinois (Jiménez et al., 2012). Posteriormente con el inicio del proyecto de investigaciones arqueológicas en Hervideros, Durango (1992) dirigido por Marie-Areti Hers se originó un interés por la complejidad ecológica y el carácter fronterizo del sitio, con esto se tomó la iniciativa de crear una investigación multidisciplinaria que se enfocara en estudios paleoambientales, estos trabajos estuvieron a cargo del biólogo Oscar Polaco del departamento de Servicios Académicos del Instituto Nacional de Antropología e 28

Historia, uno de los asuntos principales a tratar fue la costumbre del uso de recursos silvestres obtenidos mediante la recolección, la pesca y la caza al lado de aquellos producidos con la agricultura, mediante lo que se conoce como economía de apropiación. El estudio se enfocó a cuatro campos de observación que incluyeron el análisis de los nidos subfósiles y recientes de ratas magueyeras del género Neotoma

que estuvo

destinado a establecer a través del análisis vegetal y

faunístico de dichos nidos, la flora y la fauna circundante al nido y el fechamiento del mismo, por otra parte se realizó un inventario que abarca un área respectiva de la variedad ecológica que se encuentra en las zonas de cada uno de las subproyectos arqueológicos mencionados, esto se hizo para establecer un patrón de referencia de fauna y flora actuales para comparar con los datos obtenidos en los nidos y en las excavaciones, analizar el material faunístico y florístico recolectado en estas para establecer tanto los ambientes de los que los pobladores extraían los recursos así como los recursos mismos de los que dispusieron, así como la obtención de columnas de sedimentos en las excavaciones con la intención de obtener material para determinar la posible secuencia de cambios climáticos a través de la fauna contenida en ella, principalmente moluscos terrestres, también se planeaba completar todos esos estudios con análisis de polen y fitolitos en muestreos de las excavaciones (Hers, 1996 ; Hers y Polaco, 2004) Por lo anterior es de notar que en los trabajos de Hers se refleja un esfuerzo más por tratar de conocer el entorno ambiental de las culturas prehispánicas de Durango, objetivos similares a los planteados por Brand en el Zape, lugar del cual hace una amplia descripción ambiental y los resúmenes realizados por Brooks a cerca de las plantas domésticas de la Cueva de los Muertos Chiquitos elementos que tiempo después Foster trató de interpretar para determinar los recursos alimenticios utilizados por la Cultura Loma San Gabriel. José Luis Punzo también ha realizado investigaciones que han aportado información para la reconstrucción tanto el medio ambiente como la dieta de los antiguos pobladores de Durango, sin embargo su enfoque se ubicó en los habitantes de la sierra de Durango, específicamente de los grupos Acaxées y Xiximes 29

centrándose a finales del S. XVI y principios del XVII, de este último tomó fuentes escritas como referencias para conocer el tipo de alimentos, la forma de preparación empleada y el momento en que eran consumidos, pero en conjunto con la investigación arqueológica mediante la observación y recolección de materiales en recorridos y excavaciones en el área determinó qué objetos fueron utilizados en la preparación y consumo de los diversos alimentos. Su investigación describe múltiples alimentos obtenidos mediante el cultivo, la recolección, la caza y la pesca. Los Acaxées y Xiximes cultivaban maíz, frijol, chile y calabaza, por la abundancia de maguey y tunas se infiere que eran recolectados junto con otros recursos como miel, varios frutos y raíces; cazaban pumas, osos, lobos, ardillas, gato montés, guajolote y venado; debido al carácter permanente de los ríos era posible obtener recursos mediante la pesca y las fuentes históricas indican que “los ríos tienen mucha abundancia de pescado, de truchas riquísimas, bagres, matalotes y mojarras” (Punzo, 2007: 4; Punzo, 2013b). Recientemente se comenzaron a realizar análisis de fitolitos en restos de semillas de diversos sitios del Valle de Guadiana, destacan las muestras recuperas en el sitio arqueológico Plan de Ayala (Ibarra, en proceso). Durante la segunda temporada del PAS 2010, dirigido por Bridget Zavala, como parte del registro arquitectónico de Corral de Piedra se realizaron diversos análisis para profundizar en el estudio de la vida cotidiana en este lugar, a través de la excavación se registró una gran cantidad de información sobre la vida diaria que incluye dieta y aspectos ambientales. Dentro de los análisis realizados durante esta temporada se encuentran los de fitolitos, polen, flotación, la identificación de restos óseos faunísticos y de semillas de por lo menos seis tipos incluyendo algunas similares al encino y al maíz. De forma somera, en cuanto al análisis de flotación se tiene que los materiales recuperados en la fracción ligera incluyen carbón, tallos y raíces junto con semillas microscópicas, se identificaron diversas portulacas, gramíneas, chenopodium y amarantos en los restos de la excavación. El polen localizado representa a pocas familias vegetales, sin embargo el taxa mayormente representado es Cheno- Am, éste término representa a las familias Chenopodaceae 30

y Amaranthaceae que en ocasiones son imposibles de distinguir a nivel polínico. Los Cheno-Am configuran malezas, generalmente asociadas a áreas perturbadas, sin embargo también son una de las familias mayormente aprovechadas por el hombre, ya que abarcan diversas especies alimenticias que fueron y siguen siendo consumidas (amaranto, huauzontle, quelites y epazote). Estas muestras, fueron identificadas en el laboratorio de Paleoetnobotánica del IIA de la UNAM (Zavala, 2010: 118, 126 y 295). Recientemente se ha iniciado la búsqueda de los agricultores tempranos en Durango a cargo de Bridget Zavala, mediante las evidencias botánicas detectadas en diversos sitios arqueológicos de Durango, lo que nos da un panorama amplio a cerca del tipo de plantas sobre todo de maíz que hubo en el estado, entre los materiales botánicos que entran en esta discusión se encuentran los que Brooks detectó en la Cueva de los Muertos Chiquitos cerca del Zape, de estos Zavala hace la identificación distintas especies de maíz (Zavala, 2013a). Queda claro que la presencia de recursos alimenticios en Durango fue abundante y variada, esto es de esperarse en un lugar que por su ubicación cuenta con la presencia de varios ecosistemas, ríos permanentes, valles, sierra y semidesierto, rasgos que debieron ofrecer un variado menú. Como vimos existen varias formas de conocer los recursos alimenticios de una región, en Durango la mayoría de los estudios sobre este tema se han enfocado en hacer descripciones ambientales sobre su región de estudio y posteriormente inferir qué recursos alimenticios eran utilizados. Algunos autores se han apoyado en la evidencia arqueológica de contextos que ofrecen restos de botánica con los que se puede deducir la presencia de ciertos recursos. Son varias las limitantes que pueden presentar los análisis de dieta ya que aunque los métodos descriptivos tienen ventajas y desventajas, un punto a su favor es que pueden decirnos de manera somera qué recursos estaban disponibles en determinado medio ambiente, sin embargo su disponibilidad no garantiza consumo alimenticio.

31

Otros casos han permitido apoyarse de las fuentes históricas ya que ofrecen descripciones detalladas que los misioneros que llegaron junto con los conquistadores realizaron en torno a la vida cotidiana de los grupos prehispánicos y en conjunto con los datos arqueológicos han permitido tener un conocimiento más detallado al respecto de este tema y realizar reconstrucciones de la dieta más detalladas. Sin embargo no siempre se cuenta con la fortuna de tener este tipo de documentos, ya sea porque no se realizaron, no han sido detectados o el grupo social que se desea estudiar es temporalmente más temprano al contacto de los españoles, tal es el caso de la cultura Chalchihuites. En el Valle de Guadiana no se han realizado descripciones paleoambientales o de recursos alimenticios disponibles como las mencionadas para otras regiones del estado de Durango, por lo que las deducciones acerca de lo que se comía se basan en los estudios mencionados anteriormente, aunque no cabe duda que probablemente los recursos mencionados formaron parte de la dieta básica de los chalchihuiteños aún no se cuenta con una caracterización específica de la dieta de esta población. El único trabajo que representa un primer acercamiento a esta perspectiva es el realizado por Parmalee en 1964, quien realiza un artículo en el que menciona fauna actual y prehispánica detectada en la zona arqueológica de la Ferrería durante las excavaciones de Charles Kelley, los restos óseos más abundantes resultan ser los de conejos y liebres, que muestran una mayor concentración en la Pirámide y Casa de los Dirigentes (Estructura 7 y 1 respectivamente, para Chales Kelley). Esta tesis busca unirse a este conjunto de investigaciones que han contribuido a la reconstrucción de ese aspecto cotidiano de la vida de las culturas prehispánicas del estado de Durango, es decir, la dieta. A través de la cual se reflejan muchos rasgos de la vida de una sociedad tanto a nivel biológico como cultural y en esta investigación se aportan las bases para iniciar con esta reconstrucción en lo que corresponde a la sección del Valle de Guadiana, iniciando con una caracterización del tipo de dieta en cada una de las fases cronológicas del periodo de ocupación de la cultura chalchihuites en Durango, confiando en que este 32

trabajo funcionará para hacer futuras comparaciones con nuevos datos que nos permitan contrastar señales isotópicas de la dieta de otros grupos culturales que habitaron en el estado en distintos periodos de tiempo.

1.6 El estado de la investigación de restos óseos prehispánicos en Durango En los contextos arqueológicos a través de los restos materiales queda plasmada la huella de las diversas actividades ejercidas por el hombre, que nos ayudan a comprender la vida cotidiana de estos grupos. Sin embargo el registro arqueológico presenta mayor abundancia de cierto tipo de materiales sobre otros que son menos frecuentes como los restos óseos, los cuales por lo regular pasan a segundo término en la práctica arqueológica. Aunado a las constantes dificultades de localizar este tipo de vestigios, se encuentra el debate entre las posiciones teóricas tanto de la arqueológica como de la antropología física, disciplinas que comparten los materiales óseos como objeto de estudio. En el campo de la arqueología se justifica evaluarlos como parte íntegra de dicho registro. En otros términos los restos óseos, en conjunto con otros vestigios y estudiados dentro de su contexto, son relevantes como fuente de información cultural directa para la arqueología. El individuo del pasado, encontrado solo o en conjunto, esqueletizado o momificado, concretiza una gran gama de datos que pueden reflejar las costumbres y condiciones de vida, así como el desarrollo general de un grupo del pasado (Tiesler, 1999: 77).

En las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo en el estado de Durango los restos óseos han sido tratados e investigados de diferentes maneras, varios investigadores han detectado estos materiales en sus áreas de trabajo (De la Borbolla, 1946; Brooks y Brooks, 1978; Kelley, 1956; Ganot y Peschard, 1983; Hers, 1995; Guevara1983; Punzo, 2008, 2009, 2011; Zavala, 2010; Sandoval, 2013, 2014) sin embargo sólo algunos de ellos ahondaron en el tema. Las intervenciones que cuentan con más datos se muestran a continuación.

33

Tras la llegada de Charles Kelley al Valle de Guadiana y sus investigaciones extensivas sobre todo en la zona arqueológica de la Ferrería (antes sitio Schroeder) lugar en el que de acuerdo con sus informes técnicos4 excavó nueve estructuras y en algunas de estas se localizaron entierros funerarios los más abundantes y destacados se localizaron en las estructuras 1, 2 y 5, denominadas de esa manera por Charles Kelley que en la actualidad son conocidas como Casa de los Dirigentes, Casa Colorada, Casa Grande, respectivamente, nombres asignados por Arturo Guevara en los noventas. En la Casa de los Dirigentes se realizaron investigaciones de 1954 a 1958 y durante este tiempo fueron excavados siete entierros, de los cuales tres fueron primarios y cuatro secundarios (Sandoval y Punzo, 2013: 35). En la excavación de la Casa Colorada realizada por el proyecto de Kelley coloboró Piña Chan, esta estructura es importante porque fueron detectados 19 entierros de infantes y adultos, de forma general podemos mencionar que se trataron de entierros secundarios con posición flexionada, en muchos casos sólo se localizaron los huesos largos, los cuales fueron colocados sobre apisonados y el espacio era delimitado por rocas 5. En 1958 también fueron detectados siete entierros en la estructura 5 ó Casa Grande, seis fueron encontrados en un pasillo de la estructura y uno consistió en un bulto mortuiorio (Sandoval y Punzo 2013). Los informes y fichas técnicas de Kelley al respescto de estos hallazgos son muy interesantes pues muestran parte de la tradición funeraria de uno de los sitios más importantes del Valle, desafortunadamente no se han realizado más investigaciones relacionadas con estos restos óseos. José Luis Punzo gestionó los materiales e informes de las investigaciones de Kelley en Durango, gracias a esto se recuperó la cerámica y los informes técnicos, sin embargo, los materiales óseos aún no han sido repatriados y se encuentran resguardados por la Universidad del Sur de Ilinois.

4

Que se encuentran resguardados en el centro INAH- Durango.

5

Esta información fue obtenida de las notas de campo de Kelley; Burial Data sheets LCAJ1-1 Schroeder 1954-1958. Caja 5 de 8, Carpeta 3, que están al resguardo del Centro INAH- Durango y alguna información sintetizada en (Punzo Díaz, y otros, 2013).

34

Como se mencionó con anterioridad, posterior a la partida de Kelley de Durango para comenzar a trabajar la rama Súchil de la cultura Chalchihuites, localizada en Zacatecas hubo un vacío en la arqueología formal, fue así como en 1983 tres estudiantes de medicina de la Universidad Juárez del Estado de Durango los médicos Jaime Ganot, Jesús Lazalde y Alejandro Peschard a quienes Kelley denominó arqueólogos aficionados, comienzan a realizar por iniciativa propia una serie de registros de sitios de gráfica rupestre, piezas cerámicas y restos óseos principalmente del sitio Cañón del Molino que se localiza en la población de Guatimapé en el municipio de Nuevo Ideal. Este sitio se caracteriza por tener materiales asociados a diferentes grupos culturales ya que por un lado se cuentan con materiales de la cultura Loma San Gabriel, la cultura Chalchihuites y materiales de la costa del Pacífico

(Ganot et al., 1995: 150), este sitio fue saqueado

extensivamente, la mayoría de los materiales recuperados provenían de colecciones privadas pertenecientes de los campesinos de esa región, entre estos materiales destaca el rescate de 31 cráneos, los cuales fueron analizados por los médicos sobre todo con la finalidad de realizar trabajos escolares. Mediante su intervención se determinó que 29 de los cráneos presentaban deformación intencional del tipo tabular erecto y solo dos eran normales.

La práctica de

deformación craneal era desconocida y no fue detectada en los entierros obtenidos durante las excavaciones de Kelley en 1956 en la Ferrería. También se registró la presencia de mutilación dental (Peschard 1983: 5). Aunque puede parecer que los trabajos de estos médicos no ofrecieron resultados trascendentales para la arqueológica

duranguense,

pues

los

materiales

que

utilizaron

estaban

descontextualizados, es importante recalcar que lograron rescatar la evidencia de una práctica cultural que no estaba registrada en el estado y que hasta el momento es de las pocas colecciones osteológicas que presentan este rasgo en Durango.

Tiempo después, durante el Proyecto de Investigaciones Arqueológicas en Hervideros, Durango dirigido por Marie Areti Hers se reportan para las temporadas de 1995 y 1996 algunos entierros funerarios recuperados de las excavaciones realizadas en los diversos subproyectos, tenemos que para el Valle del Río de 35

Santiago- Ramos a cargo de Berrojalbiz “se detectaron entierros con abundantes adornos de concha” (Hers et al. 1995:7).

Para la sierra alta de la Mesa de Tlahuitoles también se reportaron entierros funerarios por José Luis Punzo, la mayoría se encontraron en el relleno de la contrucción (Hers et al. 1995: 8-9), por ejemplo para la excavación que realizó en el sitio Boca de Potrero 3 junto con Yoshiyuki Tsukada reporta dos entierros que estaban sobre tepetates y flexionados (Punzo et al, 1995: 18; Punzo 1999). Además Marie-Areti Hers al realizar excavaciones en Hervideros en el interior del cuarto 2232 detectó cuatro entierros (tres infantes y un adulto), también reporta dos concentraciones de restos humanos dispersos (Hers et al. 1995:4-6).

Finalmente

en

las

excavaciones

del

Valle

del

río

Tepehuanes,

específicamente en el sitio Potrero-Cerro Chato en la unidad de excavación 3 Christopher Barbot reporta dos entierros (un infante y un adulto) y para las excavaciones del sitio Cordón de la Purísima en la unidad de excavación 1 se detectaron dos entierros de individuos adultos (Barbot 1995: 11-12). En esa misma unidad de excavación pero en el sector II se registraron tres entierros (dos infantes y un adulto) (Barbot 1995:17). Estos hallazgos están muy bien descritos y algunos de ellos contaban con ofrendas muy significativas que podrían representativas de esta región, cabe destacar que también se menciona que algunos de estos hallazgos presentaban deformación craneal, sobre todo individuos subadultos. Al parecer estos entierros no fueron utilizados para ningún otro tipo de análisis.

Con la posterior llegada de Arturo Guevara en la década de los 90 y las excavaciones que realizó en la Ferrería fue posible detectar hallazgos de entierros funerarios, por citar un ejemplo, se tiene el informe del entierro FE-1, al cual se le realizaron estudios antropométricos en la Facultad de Medicina de la Universidad Juarez del Estado de Durango, dicho trabajo lo realizaron los aficionados a la arqueología anteriormente mencionados los médicos Peschard y Ganot. Este entierro fue detectado por Guevara a nivel de superficie en una de las entradas (al 36

norte) de las estructuras circulares que se encuentran en la parte de arriba de la Ferrería, especificamente la estructura cuatro. Los médicos y el arqueólogo mencionan varias anomalías en los elementos óseos del individuo entre las que destacan la fusión de la C2 y la C3 y que propusieron se trataba del tipo II del sindrome de Klipper-feil, lo cual a su vez desencadenó una hipótesis poco fundamentada que confirmaba que la presencia de este síndrome relacionaba al individuo con culturas de Cholula, Puebla o Huitzilapa, Jalisco; lugares en los que también se detectó este tipo de malformación. Vale la pena mencionar que los autores registran que los huesos estaban quemados y que esto ocurrió postmortem (Peschard et al. 1999: 37).

En el PAS como parte del registro arquitectónico de Corral de Piedra se recuperaron dos fragmentos de hueso de la unidad de recolección 6, uno de la Estructura 51 y dos más como hallazgos puntales en superficie. Estos restos óseos incluyen un molar, un hueso largo y varios fragmentos no identificables.

Del

contexto de excavación de la unidad 1, recuperaron hueso en todos los niveles, los que más hueso tuvieron fueron el nivel 2 y el nivel 6 mientras que el material disminuyó considerablemente en los otros niveles. En el nivel 2 los arqueólogos detectaron tres posibles falanges, del nivel 4 un diente y del nivel 6 dos vértebras y un posible premolar (Zavala, 2010:113). La mayoría de los huesos recolectados durante la excavación se encontraron en la unidad 2 de igual forma, detectaron material óseo en la mayoría de los niveles. Los niveles con más material de esta clase fueron el 4 y 3. Entre los materiales identificados de forma preliminar están dos fémures, uno del nivel 4 y otro del 5 (Zavala, 2010:115). Durante el periodo del Proyecto de Investigaciones Arqueológicas del Centro Oeste de Durango (PIACOD) a cargo de José Luis Punzo Díaz, se realizaron excavaciones extensivas en nueve sitios arqueológicos: Navacoyán, Minillas, Cerro del Gato, Plan de Ayala, Cerro de la Maroma, Cerro de los Remedios, El Nayar, las Humedades y en la zona Arqueológica de la Ferrería. Durante estas excavaciones se detectaron 12 entierros funerarios. Un infante en el Nayar, uno en el Cerro de la 37

Maroma, dos en el sitio Plan de Ayala, cuatro en las Humedades y cuatro en la Ferrería (Sandoval et al, 2012: 3). De esta colección ósea se han comenzado a desarrollar algunos trabajos por ejemplo durante la temporada 2010 se realizaron análisis de ADN en algunos de los restos óseos que pertenecen a la zona arqueológica de la Ferrería y al sitio arqueológico de Plan de Ayala las muestras obtenidas de este proyecto se identificaron con éstos códigos DGO1, DGO2, DGO3, DGO4, DGO5, DGO6, DGO 10, DGO11, DGO12, DGO13, DGO14, DGO15 (Punzo, 2010: 150) junto con las muestras DGO7 y DGO9 obtenidas de la colección ósea obtenida durante el proyecto de la Dra. Marie- Areti Hers y un elemento óseo identificado con el código DGO 8 proporcionado por Fernando Berrojalbiz, y el sitio al que pertenece está identificado como Tepehuan, esta investigación fue llevada a cabo por el biólogo Miguel Andrés Vallebueno Estrada quien presentó el trabajo de tesis titulado “Optimización de técnicas ADN antiguo en restos arqueológicos humanos del Estado de Durango” ( Vallebueno, 2011), en general las muestras utilizadas por este investigador pertenecen a sitios arqueológicos que se encuentran en los municipios de Santiago Papasquiaro, Canatlán, Durango, Pueblo nuevo y Nombre de Dios. La intención principal de este estudio fue la de adaptar protocolos de extracción establecidos para ADN antiguo con el fin de extraer ADN auténtico a partir de muestras arqueológicas humanas, además presenta una excelente metodología para la correcta colecta en campo de muestras para ADN así como el embalaje que debe realizarse para no comprometer la calidad de las muestras por contaminación (Vallebueno, 2011: 41). El conjunto de muestras corresponden a piezas dentales extraídas de los restos humanos, el listado de los especímenes utilizados se muestra en el siguiente cuadro:

38

Muestra DGO1 DGO2 DGO3 DGO4 DGO5 DGO6 DGO7 DGO8 DGO9 DGO10 DGO11 DGO12 DGO13 DGO14 DGO15 RMD BRN

Localidad Plan de Ayala Ferrería Ferrería Plan de Ayala Plan de Ayala Plan de Ayala Tutuveida Divisadero Hervideros Boca de potrero Ferrería Molino Cueva del Indio Cueva del Maguey Cueva del Maguey LANGEBIO LANGEBIO

Municipio Durango Durango Durango Durango Durango Durango Santiago Papasquiaro Santiago Papasquiaro Santiago Papasquiaro Santiago Papasquiaro Durango Canatlán Nombre de Dios Pueblo Nuevo Pueblo Nuevo ADN moderno ADN moderno

Cuadro 5. Lista de muestras sometidas a estudio de ADN por Miguel Vallebueno. Cuadro obtenido de (Vallebueno, 2011:24).

Otro trabajo resultante de esta colección fue una ponencia titulada “Tratamientos Funerarios Chalchihuiteños” que fue presentada en LIV Congreso Internacional de Americanistas en 2012 en Austria, donde se describe la tradición funeraria de cada fase cronologíca de la rama Guadiana y sus cambios, basándose en los restos óseos recuperados durante el periodo de investigación del PIACOD que se mencionaron anteriormente (Sandoval, et al., 2012). Al igual que estos los dos últimos trabajos mencionados, esta investigación se basará en los restos óseos recuperados por el PIACOD en diversas temporadas de campo y el PICOF en el que se realizó el rescate de un entierro funerario en la zona arqueológica de la Ferrería, en la estructura denominada casa colorada de la que se tiene el antecedente de que Charles Kelley detectó 19 entierros aquí a mediados de la década de los 50 del S. XX. Los restos óseos analizados en esta

39

tesis fueron recuperados en los sitios arqueológicos de Plan de Ayala, las Humedades y la zona arqueológica de la Ferrería. Un recuento de los restos óseos más significativos se muestra en la siguiente tabla:

Tabla 1. Resumen de hallazgos de entierros funerarios en el estado de Durango Investigador

Proyecto

Temporada

Sitio

North-central Charles Kelley

Frontier of

1956-58

Ferrería

Mesoamérica

Ganot, Peschard

1983

Estructura

Núm de Entierro

Casa de los

7

Dirigentes Casa Colorada

19

Casa Grande

7

Cañón del

31 cráneos

Molino

Y Lazalde Boca de potrero 3

Marie AretiHers

PIAHD

1995

2

Hervideros

223-2

4

Potreros Cerro

UE3

2

UE1

2

UE1 sector II

3

Chato Cordón de la Purísima Arturo Guevara

1997

Ferrería

Estructura 4

1

2008

Plan de Ayala

Estructura 18

2

2009

Nayar

1

40

Cerro de la Maroma Punzo Díaz

PIACOD

2011

2012

Bridget Zavala

Cindy Sandoval

PAS

2010

Ferrería

1 Pirámide

1

Casa 2

2

Patio de Estr. Circular

1

Humedades

4 Unidad 1

Falanges (3) Diente (1) Vértebra (2) Premolar

Unidad 2

Fémures (2)

Superficie

Fragmento (2) Molar (1) Hueso largo (1)

Corral de Piedra

2013

Centro Histórico Durango

Plaza 450

3

2014

Ferrería

Casa Colorada

1

PICOF

1.7 Exposición de nuestro tema de estudio Las investigaciones llevadas a cabo hasta ahora han brindado una idea amplia a cerca de los recursos alimenticios disponibles al norte del estado de Durango (Brooks, 1962; Foster, 1978; Hers, 2004; Zavala, 2010, 2013) y la región serrana (Punzo, 2007; 2013b), esta información nos permite conocer la variedad de productos disponibles en estas regiones y mediante esto podemos inferir de forma general los recursos que pudieron servir como alimento a los pueblos antiguos de Durango en los distintos periodos de tiempo sobre los que trabajaron estos investigadores.

Zavala mediante su explicación acerca del proceso del origen del uso de la agricultura en Durango reporta que existe evidencia que alude al periodo Arcaico 41

(época que se inicia a principios del Holoceno, después de la extinción de la megafauna, posterior al periodo paleoindio donde las principales actividades económicas del ser humano eran la caza y la pesca (de animales que perviven hasta hoy) y la recolección de plantas comestibles. La autora describe distintas especies de maíz que se han detectado en el estado y reporta que las variedades de maíz más antiguas en Durango y en otras áreas del noreste mexicano y suroeste estadounidense son la Chapalote que se origina en la costa de Sinaloa y Sonora y Reventador que se produce en la región de Colima-Jalisco (Zavala, 2013a:125). Dentro de los indicios botánicos que maneja la autora hay una gran variedad (prehispánica y moderna) de estos recursos, por ejemplo reporta que actualmente crece teosintle (Zea Mays spp. mexicana), el antecesor del maíz, de forma silvestre en el Valle de Guadiana, cerca de la Ferrería se ha reportado la presencia de frijol “escapado” que crece de forma silvestre actualmente pero se cree que alguna vez fue cultivado, además hay una gran variedad de maíz autóctono que actualmente se cultivan en el estado (Celaya, cónico,cónico norteño, chalqueño, elotes occidentales, tabloncillo, reventador, tabloncillo perla, bolita, pepitilla, San Juan, dulcillo del noroeste, bofo, blandito Sonora, blandito cristalino de Chihuahua, gordo, tablilla, tunicata) y otras variedades que se cultivan en Chihuahua se han reportado en contextos arqueológicos (Zavala, 2013a). Dentro de esta identificación de granos de maíz, también se pueden incluir los reportados por Brooks durante la excavación en la cueva cerca del Zape, que va de aproximadamente 1,800 mazorcas y 900 granos maíz, la mayoría de esto pertenecen a la variedad cristalina de Chihuahua, otras dos docenas fueron identificadas como reventador, otros como onaveño, pima papágo, dos mazorcas de Toluca pop y veinte granos de cónico norteño, además de maíz, también se encontraron restos de frijol, calabaza y frutos que complementaban la dieta con algunas nueces y frutos de cactáceas (Brooks et al. 1962: 356). En la zona de las Ánimas del estado de Durango Cluter (1978) analiza el maíz de siete sitios en cuevas. De nuevo para la cueva cercana al Zape que también 42

analizó Brooks reporta maíz chapalote o reventador como las más antiguas, en la Ferrería se reporta la presencia de una mazorca de estas (LCOJ1-1). El análisis lleva a Cutler a concluir que este maíz cultivado en ese entonces está más relacionado con variedades nativas del Suroeste de Estados Unidos, con la excepción de los tipos más antiguos, cuyos orígenes posiblemente provienen de la costa del occidente de México. (Cutler, 1978, Zavala, 2013:137). Mediante estos reportes y análisis podemos darnos cuenta de la gran variedad que hubo de un solo producto en el estado y de su vasto aprovechamiento además se ha insinuado que antes de la “fundación” de la Ferrería se utilizaba un maíz silvestre que fue aprovechado antes, este indicio no ha sido fechado directamente y se trató de dos fragmentos de olotes de cuatro hileras excavados en la Cueva Redonda de la Ferrería (Guevara, 2003: 233). Aunque ya se tienen varios indicios de las especies de maíz actuales y prehispánicas del estado de Durango, para el caso de las últimas no se cuenta con fechas absolutas en las áreas anteriormente mencionadas, sin embargo es evidente que su consumo ha sido milenario pues como ya vimos en los reportes y análisis realizados por estos autores resulta ser un elemento abundante y muy usado, no solo en esta región sino también por la mayoría de los pueblos Norteños y Mesoamericanos. Logicamente el consumo de máiz en las culturas precolombinas no es para sorprendernos y es un tema que se encuentra ya bien documentado mediante la presencia de granos o mazorcas en los contextos arqueológicos, la iconográfía mural, cerámica o rupestre, sin embargo su uso implica el desarrollo de otros aspectos de la vida social como lo es la agricultura, el sedentarismo y la constucción de espacios arquitectónicos útiles para la siembra. Foster también realizó análisis en las muestras de botánica detectadas por Brooks en la cueva del Zape, pero el sí se unió más específicamente a la reconstrucción de la dieta de esta área, como se mencionó anteriormente este autor se interesó por conocer las formas de preparación de estos restos botánicos y su uso en momentos determinados (Foster, 1978). 43

El proyecto Hervideros, generó un subproyecto destinado a la reconstrucción del medio ambiente, dicho subproyecto fue dirigido por el biólogo Oscar Polaco y su metodología de trabajo consistió en el análisis de nidos subfósiles y recientes de ratas de agave del género Neotoma, los cuales estaban destinados a precisar la fauna y flora de los alrededores, mediante el análisis de los restos vegetales y faunísticos contenidos en los nidos y mediante el método del fechado. Además de esto se estableció un inventario que cubre un área representativa de la variedad ecológica de cada una de las zonas estudiadas por el proyecto. De este modo los investigadores crearon un esquema de referencia de la fauna y flora actuales para compararlos con los datos obtenidos de los nidos y de las excavaciones, los autores mencionan que estos estudios serían complementados con análisis de polen y fitolitos. Con respecto a la Sierra Madre Occidental mencionan que presenta cuatro comunidades vegetales conforme va aumentando la altura, de este modo, las áreas que se encuentran entre los 1700 y 1900 msnm a lo largo de los márgenes del río Santiago y del río Tepehuanes se le denomina vegetación de las áreas agrícolas y ganaderas y tradicionalmente se cultiva el maíz y frijol con o sin riego, además de hortalizas, frutales y forraje, sin embargo la vegetación dominante consiste en una mezcla de huizache, mezquite, nopales, ocotillo y biznagas, es precisamente este tipo de vegetación la que se localiza en el sitio de Hervideros lo cual nos indica el carácter semidesértico del lugar. Entre los 1900 y 2300 metros de altitud se encuentran como elementos característicos encinos, pinos piñoneros, enebros y huizaches, se nota un poco menos la presencia del mezquite y nopal, en los 3000 metros se aprecian pinos y encinos se mantiene y además se encuentra el abeto Douglas sobre todo en lugares más fríos y húmedos también localiza el pino ayacahuite. En las tierras de cultivo que se localizan a lo largo de los ríos Tepehuanes, Santiago y Ramos se presenta una vegetación más variada gracias a la presencia de agua, destacan los álamos, el sauce y el sabino (Hers y Polaco, 2004). En cuanto a la fauna los restos arqueozoologícos de la región de Hervideros testifican el acceso a distintos medios. Entre estos vestigios se encuentran conchas 44

marinas provenientes del Óceano Pacífico bajo la forma de ornamentos, entre los vertebrados se tienen tres representaciones grabadas de pescado que se han identificado como siluros (Ictalurus sp), ciprinidae (Gila sp) y castotomidae, dentro de los reptiles se identificó serpiente de cascabel, tortugas de agua dulce, en cuanto a las aves se han reportado codorniz y pato, dentro de los mamiferos reportan oso grizzli y ciervo berrendo. Si analizamos la presencia de recursos de fauna y flora tanto prehispánicos como actuales, es evidente que esta región contó con una gran variedad de productos que puedieron haber sido empleados con fines alimenticios, los casos revisados hasta ahora han sido realizado al noroeste del estado sobre todo en los sitios de el Zape y Hervideros, el origen de los materiales está bien definido y se conoce el área geográfica a la que pertenecieron. Para la región suroeste del estado de Durango, José Luis Punzo realiza otra manera de aproximarse al estudio de la comida mediante el análisis de las fuentes históricas y el estudio de los restos arqueológicos. Esta es una forma muy rica de trabajar este tema, ya que los misioneros que llegaron junto con los conquistadores, en su afán de catequesis, realizaron importantes escritos donde se reflejó la vida cotidiana de los antiguos habitantes. En la Sierra Madre Occidental pero al suroeste del estado de Durango, los trabajos de identificación de recursos naturales y las interpretaciones a cerca de la alimentación de los Acaaxés y XIximes están bien documetadas tanto a nivel medio ambiental como histórico y

mediante el

PROCUMA dirigido por José Luis Punzo Díaz se han identificado en las cinco cuevas de la barranca del río de San Pablo, 56 restos óseos de diferentes especies animales (Punzo et al. 2010). En esta región la abundancia de grupos animales se concentra hacia los mamíferos con un 79% del total, lo que nos indica que este grupo fue sin lugar a dudas el más importante para los moradores de esta región. Entre los animales que fueron detectados se encuentra el venado cola blanca, el pecarí o jabalí americano, coyote guajolote silvestre, tlacuache, halcón, tortuga y ardillón, un caso curioso es la presencia de restos de cuervo que presentan huellas de corte y exposición al fuego, también se detectó puma, caballo y chiva. Esto fue 45

lo identificado en cuanto a los restos óseos sin embargo las fuentes históricas también reportan la presencia de osos negros y plateados y linces rojizos que pudieron ser cazados por sus pieles (Punzo, 2013b). En cuanto a las plantas detectadas en esta sección de la Sierra Madre Occidental Punzo (2013b) reporta que su uso fue muy especializado, pues a diferencia de los animales no se encuentran muchas especies, sino el uso intensivo y el consumo de pocas especies, usadas principalmente para la construccón. En cuanto a la alimentación entre los grupos mayoritarios de plantas están el maíz (Zea mays), se cuanta con granos, hojas, “pelos” y una gran cantidad de olotes. El maíz fue la base del sustento de los habitantes de la sierra y fue este usado de muchas maneras distintas. En murales de pintura rupestre de Piedra de Amolar se registra la representación de peces, por otra parte la recolección en ciertas temporadas de frutos, hongos y raíces silvestres, debió de complementar la dieta de estos habitantes de la sierra. Los nopales, vainas de mezquite, quelites, tunas, hongos, y piñones, continúan siendo importantes bajo este esquema (Punzo, 2010, 2013b). Los casos anteriores de alguna forma contaron con cierto tipo de evidencia o documentos disponibles que hacían referencia a la dieta de estos individuos, considero que esta es la razón por la cual, en el Valle de Guadiana no se han realizado este tipo de estudios, pues para la cultura Chalchihuites, no es posible contar con descripciones históricas y además no han sido detectados grandes yacimientos o basureros de restos de flora con lo cual se puede inferir de forma el tipo de ambiente y por ende suponer el tipo de dieta, sin embargo restos de fauna han sido bien identificados desde 1964 por Paul W. Parmalee quien reporta 1,200 fragmentos de hueso de animal (identificados y no identificados) recientes y antiguos, cerca y en la zona arqueológica de la Ferrería, destaca la presencia de conejos y liebres que comprenden un 44% (155 restos) de la muestra identificada su ubicación sobresale en la Pirámide y la Estructura 1 (denominada así por Charles Kelley).

46

Lo que nos introduce en la problemática de abordar la temática de la alimentación desde la arqueología, considero que para este tipo de casos se requiere del trabajo interdisciplinario para obtener datos duros que nos permitan reconstruir completa o parcialmente este aspecto de la vida en la cultura Chalchihuites, es importante recalcar que para estos estudios la perspectiva arqueológica es fundamental, pues de otro modo la información obtenida mediante técnicas de laboratorio especializadas no sería más que un conjunto de datos que aunque sean muy precisos, por sí solos no son capaces de responder preguntas ni resolver problemáticas de investigación. En el Valle de Guadiana los trabajos enfocados en el aporte de datos acerca del medio ambiente están tomando fuerza por ejemplo se está preparando una tesis de licenciatura en la que se realizaron análisis de fitolitos de unos restos de botánica detectados en el sitio de Plan de Ayala (Ibarra, en proceso), lugar del que se extrajeron muestras de sedimentos y restos óseos humanos que fueron analizados en la presente tesis. Dentro de nuestra línea de investigación, se encuentra el trabajo de Andrew Somerville (2014) quién realizó el análisis de isótopos estables de carbono, nitrógeno y oxígeno en los huesos de conejos y liebres recuperados durante las excavaciones de Charles Kelley en la zona arqueológica de la Ferrería que se mencionaron anteriormente y que fueron reportados por Parmalee (1964), estos datos nos serán de mucha utilidad pues en este trabajo no contamos con restos de fauna, es importante mencionar que Somerville también realizó este análisis en conejos de la Quemada, que se localiza en el Valle de Malpaso en el estado de Zacatecas, pero los datos que usaremos en este trabajo son los de la Ferrería. Es poco el provecho que se ha sacado de los restos óseos detectados en Durango, son varios los entierros que han sido recuperados en diversos sitios, como el Zape, Hervideros y otros varios sitios del Valle de Guadiana. Sin embargo, muchos de esos entierros no se encuentran en el estado (Kelley, 1956, Hers, 1992) aunque esto no significa que no estén disponibles, para ser analizados, otros entierros funerarios están descontextualizados (Peschard,1983) muchos de estos se encuentran expuestos en el museo de arqueología Ganot y Peschard de la 47

ciudad de Durango. La colección osteológica recuperada por el PIACOD dirigido por José Luis Punzo Díaz (del 2004 al 2012) en diversas temporadas de excavación (2008, 2011, 2012) y los recuperados recientemente por el PICOF (2013, 2014) dirigido por Cindy Sandoval, se encuentra disponible y bien documentada así como fechada ya sea directa o indirectamente 6. Sabemos que la ocupación chalchihuiteña en su rama Guadiana abarcó del 600 al 1350 d.C. este periodo incorpora varios acontecimientos reconstruidos a partir de la cultura material disponible hasta ahora en la región y de debates originados a raíz de las interpretaciones de Chales Kelley (Kelley, 1975 y 1985) mismas que posteriormente fueron cuestionadas por Marie-Areti Hers (Hers, 1996), Foster (1995) y José Luis Punzo (2008) quién ha realizado las revisiones más recientes que se tienen para las fases propuestas en la rama Guadiana, de manera somera tenemos que en la fase Ayala (600-850 d. C.) hubo un periodo de contemporaneidad con la fase Alta Vista de la rama Súchil de este mismo grupo cultural, en la fase las Joyas (850-1000 d.C.) se registra un periodo de esplendor, la Ferrería tuvo su auge constructivo siendo para este periodo el sitio hegemónico del Valle de Guadiana, algo muy importante es que al concluir esta fase se ve reflejado el final de la estrecha relación entre la rama Súchil y la Guadiana, lo que provoca que para la fase Río Tunal (1000-1150 d.C.) ocurriera una serie de reacomodos en el Valle de Guadiana entre los que destacan la disminución de la población y el auge de otros sitios aledaños a la Ferrería, como Navacoyán y Plan de Ayala, la iconografía

reflejada

en

la

cerámica cambia

drásticamente

de

diseños

antropomorfos y zoomorfos a otros más abstractos, es en esta fase cuando se establecen lazos estrechos con los grupos sociales de la Costa del Pacífico específicamente con la cultura Aztatlán hecho evidente por la presencia de materiales cerámicos foráneos, finalmente la fase Calera (1150-1350 d.C.)

6

Se cuenta con un set de fechas de radiocarbono para tres entierros

48

representa el periodo de ocaso de la cultura Chalchihuites y los sitios son abandonados solamente Navacoyan se mantiene de forma importante. Con todo este marco de referencia a cerca de la búsqueda de los primeros agricultores de Durango (Zavala 2013a), la reconstrucción ambiental de las regiones estudiadas por los distintos investigadores (Brand, 1939, Hers y Polaco 2004), las detalladas descripciones a cerca de los restos de botánica detectados en las cuevas sobre todo al noroeste del estado (Brooks 1962, Foster,1978) y la identificación de botánica y fauna en la sierra (Punzo, 2013b) nos deja claro que los recursos óptimos para consumo alimenticio y que pudieron ser aprovechados por los antiguos pobladores del estado de Durango, fueron abundantes y variados. Aunque la cultura Chalchihutes es la más estudiada y comprendida en el estado, en lo que concierne a estudios alimenticios o descripciones ambientales se encuentra fuera del campo de discusión, pues estos trabajos se han realizado en regiones más norteñas o en la sierra, donde la preservación de restos botánicos en cuevas permite realizar inferencias a cerca del tipo de dieta que se tuvo en estas regiones, del Valle de Guadiana sobre todo en la Ferrería se tienen algunos indicios de la presencia de frijol y maíz, pero fuera de esas evidencias no se tienen más datos, sin embargo desde 2014 se comienzan a explorar estos campos de investigación también (Ibarra en proceso, Somerville, 2014), que aunados a este trabajo generarán un conocimiento más amplio al respecto. Hasta el momento, la ausencia de este tipo de información y vestigios, así como los acontecimientos sociales descritos mediante la cronología en la rama Guadiana de la cultura Chalchihuites, en la cual se registran cambios sociales significativos a lo largo de la historia de esta cultura genera interrogantes relacionadas con la dieta de estos individuos que serán abordadas en esta tesis: •

¿La dieta de la cultura Chalchihuites puede ser caracterizada aunque actualmente se carezca de evidencia arqueológica abundante para su análisis? Y siguiendo esta idea ¿La dieta de estos individuos está relacionada con los procesos socioculturales reconstruidos a través del contexto 49

arqueológico para el periodo del 600-1150 d.C. (fases Ayala, las Joyas y Río Tunal)? •

¿La dieta de los individuos de la rama Guadiana de la cultura Chalchihuites presenta variaciones durante las fases cronológicas que abarcan el periodo del 600 al 1150 d.C.?

Hipótesis de trabajo Hi1. La dieta de la cultura Chalchihuites en su rama Guadiana puede ser caracterizada para sus primeras tres fases de ocupación mediante sus valores δ13C y δ15N a través de la señal que estos isótopos dejan en diversos tejidos en este caso el tejido óseo, y sus resultados están estrechamente relacionados con los acontecimientos socioculturales de cada fase cronológica. Hi2. La dieta de la cultura Chalchihuites en su rama Guadiana presenta variaciones en las tres fases cronológicas analizadas. La dieta netamente característica de la cultura Chalchihuites en su rama Guadiana está reflejada en los datos isotópicos de carbono y nitrógeno obtenidos de los restos óseos que pertenecen a las dos primeras fases cronológicas es decir la Ayala y las Joyas, por ser en este periodo cuando se definen los rasgos culturales característicos de esta rama y presenta su momento de apogeo. En cambio los valores obtenidos de las muestras pertenecientes a la fase Río Tunal reflejan la presencia de productos foráneos, específicamente de la costa del Pacifico, por ser durante esta fase cuando hubo varios cambios sociales que involucran principalmente el abandono paulatino del Valle de Guadiana y el establecimiento de relaciones sociales con las culturas de la costa del Pacífico, lo cual provocó un cambio en la dieta chalchihuiteña, generando nuevas estrategias de subsistencia como el intercambio o comercio de recursos alimenticios que permitió el acceso a otros productos. Ha2. Los valores isotópicos de carbono y nitrógeno obtenidos en los restos óseos son homogéneos, lo cual es indicio de que la dieta no varió de forma significativa en el periodo que abarca el 600 al 1150 d. C. esto indica que pese a los cambios 50

sociales y culturales ocurridos durante este periodo de tiempo la dieta de estos individuos no se alteró de manera significativa y no recurrieron a formas alternativas de subsistencia como el intercambio de bienes alimenticios con los grupos culturales de la costa del Pacífico con quienes tuvieron contacto alrededor del año 1000 d. C., en cambio pudieron continuar obteniendo su sustento alimenticio en el valle de Guadiana.

Objetivo General Caracterizar la dieta de la cultura Chalchihuites en su rama Guadiana para sus primeras tres fases de ocupación que comprenden el periodo de 600- 1150 d. C. (Fase Ayala 600-850 d. C; Fase las Joyas 850- 1000d. C; Río Tunal 1000- 1150 d. C), a través de un análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno aplicado en nueve individuos detectados en tres sitios arqueológicos del Valle de Guadiana para conocer el tipo de fuente de recursos ya sea plantas C3, C4 o CAM así como definir el nivel trófico que ocuparon estos individuos con respecto a otros grupos sociales y seres vivos.

Objetivos Particulares •

Definir el tipo de fuente de energía empleado por la cultura chalchihuites (recursos C3, C4 o CAM) en su rama Guadiana.



Analizar si existen variaciones significativas en los valores isotópicos de carbono y nitrógeno por fase cronológica o entre los sitios analizados.



Generar una base de referencia y comparación para posteriores análisis en esta u otras regiones, que se interesen el estudio de reconstrucción de dietas de poblaciones antiguas mediante la técnica de isótopos estables de carbono y nitrógeno.

Justificación general de la investigación Son muchos los esfuerzos que se han realizado en la arqueología duranguense para la comprensión de las dinámicas sociales desarrolladas en esta región. La solución de aspectos de la vida cotidiana puede acercarnos a la reconstrucción de 51

hábitos los cuales son fundamentales para comprender la identidad cultural de los grupos sociales e identificar los rasgos culturales que la conforman y los distinguen de otros. Para el caso de esta investigación el generar un conocimiento más amplio en lo que respecta al tipo de recursos utilizados por los individuos de la cultura Chalchihuites en su rama Guadiana nos brinda la pauta de explorar un aspecto de la vida cotidiana que no ha sido tratado a profundidad para esta área: la dieta. La caracterización de la dieta de los antiguos pobladores del Valle de Guadiana más que hablarnos de alimentos nos habla de procesos de interacción con el medio, de preferencias alimenticias, el acceso a ciertas mercancías y los métodos de obtención, por eso es importante apostar a técnicas que nos permitan detectar datos, patrones o evidencia que a simple vista no apreciamos , los cuales aunados a los datos que ofrece el contexto arqueológico ayudan a acercarnos un poco más a la reconstrucción de eventos cotidianos, incluso hábitos, en este caso, el alimenticio. Los resultados que ofrezca esta investigación contribuirán a ampliar el conocimiento que se tiene a cerca de las sociedades prehispánicas de Durango, a través del estudio de un tema poco tratado hasta ahora en lo que respecta a la cultura Chalchihuites. Otro beneficio de este análisis es que proporcionará una base de datos de valores de isótopos estables de carbono y nitrógeno obtenidos de restos óseos humanos, botánica y un elemento marino, actualmente en la arqueología duranguense se carece de este tipo de datos para una población humana prehispánica, de esta base pueden originarse otros planteamientos de investigación. Una gran ventaja de este análisis es que aunque no se cuenta con abundantes restos de fauna o botánica para el Valle de Guadiana y específicamente para los sitios que estamos trabajando, puede realizarse una inferencia acerca de qué es lo que se consumía en esta región mediante la comparación de los valores δ13C y δ15N de nuestros individuos con los valores isotópicos de restos de fauna que en otras áreas han sido analizados con esta técnica. 52

Aunque el análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno es una técnica destructiva la cantidad de muestra necesaria para aplicar la técnica es muy pequeña, por lo que no se pone en riesgo la integridad del elemento óseo u otros materiales a analizar, además los datos obtenidos de las muestras pueden seguir siendo utilizados para nuevos planteamientos y problemas de investigación. Además se complementará la información acerca de los sucesos en cada fase con la que se cuenta hasta ahora. Durante las últimas investigaciones el sitio de Plan de Ayala y la zona arqueológica de la Ferrería han sido de fundamental importancia para la reconstrucción de los acontecimientos sociales y culturales en las fases Ayala, las Joyas y Río Tunal, recientemente en estos sitios se han detectado algunos elementos botánicos que pueden ser relevantes para comenzar a definir el tipo de recursos disponibles en el Valle. El trabajo multidisciplinario es uno de los privilegios con los que contamos en este proyecto pues se trabajó en colaboración del CICIMAR-IPN en su laboratorio de espectrometría de masas, el análisis se realizó con la supervisión del Dr. Alberto Sánchez, este laboratorio se localiza en la Paz, Baja California Sur, la importancia de la colaboración entre instituciones mexicanas es una actividad que puede llegar a generar trabajos científicos de gran relevancia para la investigación nacional sobre todo en el ámbito de la arqueología, nuestras muestras fueron los primeros restos óseos de una sociedad prehispánica analizados en este laboratorio y aunque se puede decir que nos encontramos en una fase de experimentación, esta primera etapa de trabajo aportó datos e información significativa. Con todo esto la arqueología regional se verá beneficiada pues se explora una temática poco abordada y una técnica que nunca había sido empleada en restos óseos humanos en esta región.

53

CAPÍTULO II Área de estudio y aspectos de recuperación de la muestra Anteriormente se mencionaron las temporadas de excavación del PIACOD y el PICOF, la muestra que analizaremos en este trabajo proviene de entierros recuperados mediante las excavaciones realizadas por estos proyectos en tres sitios arqueológicos del Valle de Guadiana. Los sitios que contaron con individuos que ofrecían características favorables para el análisis fueron tres: el sitio arqueológico de las Humedades, la zona arqueológica de la Ferrería, y el sitio arqueológico Plan de Ayala. En este apartado se describen dichos asentamientos arqueológicos y los entierros recuperados en cada uno de ellos. Los tres sitios de los que obtuvimos la muestra se encuentran relativamente cerca entre sí tal y como apreciamos en la siguiente imagen:

Ilustración 1. Ubicación de los asentamientos de donde se obtuvo la muestra de estudio.

La selección de estos tres asentamientos arqueológicos tiene que ver con que los periodos de ocupación que tuvieron abarcan las tres primeras fases de la cronología de la cultura chalchihuites en su rama Guadiana, además los entierros se detectaron tanto en estructuras ceremoniales como domésticas, lo cual nos 54

permite abarcar más ampliamente los distintos contextos que se presentan en el Valle. La zona arqueológica de la Ferrería es un asentamiento con características cívico-ceremoniales que ofrece importantes evidencias de la primer y tercera fase de ocupación (Fase Ayala 600-850d.C. y Fase las Joyas 850-1000 d.C. respectivamente) para este estudio, mientras que el sitio de las Humedades es un asentamiento doméstico que presenta estructuras cuadrangulares de 4 por 5 m aproximadamente y terrazas, al igual que la zona arqueológica de la Ferrería, las Humedades nos ayudará a comprender las dos primeras fases de ocupación pero en un contexto meramente doméstico. Finalmente los materiales del sitio de Plan de Ayala nos proporcionarán información acerca de la tercera fase de ocupación, que es la fase Río Tunal que abarca del 1000-1150 d.C.

Aspectos de Origen y recuperación de la Muestra El criterio aplicado para la selección de la muestra se resume en los siguientes condiciones a) únicamente elementos óseos de individuos adultos, especialmente huesos largos o en su ausencia hueso plano (Cráneo, costilla), b) las piezas dentales fueron excluidas de este análisis pues sus resultados reflejan solamente la dieta que tuvo el individuo hasta la conclusión del desarrollo del diente o molar (Cucina, 2011) , en cambio el tejido óseo, nos muestra la dieta consumida durante los últimos diez años de vida del individuo y c) individuos cuyo contexto sea conocido con el objeto de poder identificar el lugar y la temporalidad aproximada.

Zona arqueológica La Ferrería La zona arqueológica de la Ferrería se localiza en el ejido de la Ferrería (4 de Octubre), al norte se sitúa el río Tunal, podría decirse que este asentamiento se encuentra a orillas del río, muy cerca de la ciudad de Durango a aproximadamente 5 km. Primero fue conocido como como Cerro Ayala por Mason, después sitio Schroeder por Charles Kelley y actualmente se le conoce como zona arqueológica de la Ferrería. Está ubicado en la cima de un cerro donde se encuentran varias plataformas y estructuras adosadas así como murales de petrograbados y morteros fijos. Se 55

considera que las primeras construcciones arquitectónicas ocurrieron en la Fase Ayala 600- 850 d. C y su periodo de esplendor fue durante la Fase las Joyas 8501000 d. C. periodos en los cuales se construyó la Pirámide, una de las estructuras más importantes del sitio. El primer reporte de los vestigios arqueológicos se hizo en el año de 1948 por Alden Mason. Por su cercanía a la ciudad de Durango, este lugar ha sido intervenido no sólo por investigadores también por aficionados a la arqueología que han realizado labores en este lugar, tal es el caso del Sr. Schroeder. Posteriormente Charles Kelley llevo a cabo la primer investigación intensiva en el lugar en el año de 1954 en el que comenzó a realizar excavaciones más que nada con la intención de liberar las estructuras, su investigación abarco tres temporadas de campo (1954, 1956 y 1958), en las cuales se excavaron nueve estructuras, se intervino principalmente el área ceremonial que incluye la Pirámide y estructuras adyacentes, algunas terrazas habitacionales, algunas estructuras circulares y varios entierros, sobre todo en la Estructura 2 (Casa Colorada) (Sandoval y Punzo , 2013: 26) mismos que aún se encuentran en la Universidad de Illinois. Varios años después en la década de los 90 del S. XX Arturo Guevara, realizó trabajos de excavación y consolidación de las estructuras. De 2004 a 2011 José Luis Punzo Díaz realizó actividades de consolidación de estructuras, limpieza y adecuación de espacios. En 2011 a través del PIACOD, realizó trabajos de excavación en la zona. Mas adelante en el 2013 el PICOF a cargo de Cindy Cristina Sandoval Mora continuaron las labores de limpieza y mantenimiento de la zona, así como la consolidación de estructuras afectadas por las lluvias (Sandoval y Punzo , 2013). Para 2014

este proyecto realizó actividades de consolidación en las

estructuras más importantes de la zona a cargo de la misma arqueóloga (Sandoval, 2014). Tres entierros de esta zona con clave FEUE4L3, FEUE1L5 y FEUE1L2 cuentan con fechas de radiocarbono.

56

Ilustración 2. Plano de la zona arqueológica de la Ferrería en donde se indica la ubicación de los entierros

Ejemplares Utilizados Entierro de la pirámide. Locus 3 La unidad de excavación cuatro fue ubicada en la Pirámide donde se localizó un entierro funerario en el patio hundido que se encuentra en la cima, la excavación de este lugar fue con motivo de confirmar la existencia de una estructura en el flanco este del patio. A este entierro se le denominó locus 3, la fosa del entierro la cual era simple se localizó al final de las escalinatas del lado oeste que conducen del patio hundido a la estructura. Este hallazgo consistió en fragmentos de tibia, fémur y cintura pélvica. Al este se localizaron algunas vértebras, en esta sección se detectó el resto de la osamenta, la cual estaba articulada, los huesos de manos, costillas y piernas no se localizaron. La ausencia de estos elementos óseos generó la idea de 57

que se trataba de un entierro secundario sin embargo se llegó a la conclusión de que se trataba de un entierro primario pues la ausencia de los materiales posteriormente fue justificada por el hecho de que en la fosa del entierro el cuerpo fue colocado en posición ventral sobre la roca madre y esto provocó la desintegración de las costillas por estar en contacto directo con la roca. La orientación del entierro fue Este- Oeste, con la cabeza colocada al Este (Punzo 2011:194; Sandoval , et al. 2012). A la muestra obtenida de este entierro se le asignó la clave FEUE4L3.

Fotografía 1. Entierro del Locus 3 de la Pirámide en la Ferrería. Foto tomada de (Punzo, 2011: 195)

Entierro de la Casa 2. Locus 5 Se trató de un entierro secundario, posiblemente removido durante la siguiente fase (Las Joyas). La osamenta al parecer fue cuidadosamente colocada siguiendo su orden anatómico, sin embargo en este no se incluyen vertebras y al igual que el entierro de la Pirámide tampoco presenta costillas. Se pudo determinar que se trató de un individuo de sexo masculino de aproximadamente 1.60 metros de altura. En cuanto a la fosa donde fue depositado, esta se localizó en la esquina sureste del cuarto e igualmente parece no haber tenido ninguna preparación especial hasta llegar a depositar el cuerpo sobre la roca madre, se detectaron algunos restos de 58

cerámica a manera de ofrenda, caliche y una figurillas de piedra elabora en tres niveles, donde el más pequeño presentaba un rostro, también se detectaron varios fragmentos de pigmento rojo (Sandoval et al. 2012: 5). A la muestra obtenida de este entierro se le asignó la clave FEUE1L5.

Fotografía 2. Entierro del Locus 5 de la Casa 2, Ferrería. Foto tomada de (Punzo, 2011: 128)

Entierro de la Casa 2. Locus 2 Este entierro no presento un acomodo específico, una particularidad es que la fosa tuvo una pequeña preparación de la roca madre, creando en el fondo una pequeña cista limitada por rocas así como su ubicación que fue hacia el centro de la estructura. Se encontraron asociados dos malacates de botón muy característicos de esta fase, un hacha efigie, una punta de proyectil y un raspador espiga, así como fragmentos de pigmento rojo y caliche. A la muestra obtenida de este entierro se le asignó la clave FEUE1L2.

59

Fotografía 3 Entierro del Locus 2 de la Casa 2, Ferrería. Tomada de (Punzo, 2011:115)

Estructura adosada a la primera estructura circular. Locus 1 Este entierro es el locus 1 de la unidad de excavación 2, se detectó en condiciones de

conservación

regulares

ya

que

mostró

una

integridad

del

75

%

aproximadamente. Se trata de un entierro secundario, sin embargo los huesos parecen haber sido colocados con la intención de que mantuvieran orden anatómico. De los elementos óseos detectados destacan el cráneo, los fémures y las tibias, el cráneo se encontraba en una oquedad dentro de la roca madre y estaba orientado al Oeste. El individuo fue colocado sobre la roca madre al límite de la escalinata, se pudo apreciar que esta fue trabajada de tal manera que formara una especie de cista con la finalidad de poder colocar dentro al individuo. La clave asignada es la FEUE2L1 y se utilizó un fragmento de cráneo. Es el único entierro del que se usó solamente un elemento óseo. Entierro de Casa Colorada. Se trata de un entierro primario detectado recientemente mediante un rescate arqueológico realizado por el PICOF 2014, el hallazgo se encontraba sobre el camino peatonal que conduce a la estructura denominada Casa Colorada, su estado de conservación es excelente, presentando el 90 % de los elementos óseos los 60

cuales se muestran muy estables (se ausentan huesos de las manos y pies), incluso al momento de la limpieza se detectaron dos cabellos. Es un individuo de sexo masculino de 35-40 años, se encontraba en posición sedente con las piernas flexionadas y los brazos parecen haber estado alrededor de éstas. En cuanto a la preparación del espacio funerario, el entierro fue depositado sobre un apisonado de tierra y se le colocaron rocas alrededor sobre todo en la espalda y delante de la cabeza. El cráneo presentó una perforación en la sección superior de los parietales, producida por la erosión del viento y el deslave producido por el agua ya que se encuentra en un área un poco inclinada, fue en esta sección que se detectaron los cabellos anteriormente mencionados, este elemento estaba orientado al Noreste. A manera de ofrenda se detectó un caracol en su boca, también presentó algunos tiestos de cerámica decorada y una cuenta cilíndrica de barro. Presentó cálculo dental en los incisivos inferiores, desgaste en los incisivos superiores e inferiores y caries en algunos molares. A la muestra obtenida de este entierro se le asignó la clave FECCU1.

Fotografía 4. Nivel 2

61

Sitio arqueológico Las Humedades Se ubica en el ejido de la Ferrería en el municipio de Durango muy cerca de la ciudad en las coordenadas UTM

0532367E 264985 N, en una loma que se

encuentra rodeada por tierras de cultivo actuales y huertas de nogal a unos 300 m del río Tunal es por esto que se considera que se encuentra en una área importante en el paisaje ya que por su ubicación tiene una buena visibilidad al cerro de los Remedio hacia el Noroeste además de que está cerca de la zona arqueológica de la Ferrería de la cual se observa la parte alta al Oeste, y al Este el sitio del Nayar, la presencia de cerámica Amaro y Lolandis y el tipo de estructuras son evidencia de que este sitio perteneció a la cultura Chalchihuites. (Punzo et al. 2012). El conocimiento formal de este sitio fue posible por una denuncia atendida en el 2011 razón por la cual el sitio fue registrado. Posteriormente en febrero del 2012 una denuncia anónima fue atendida con motivo de los daños provocados en este sitio por la construcción del libramiento carretero México-Mazatlán en el ejido de la Ferrería (4 de octubre) Durango, Dgo. Por lo que se procedió a realizar un rescate por medio del Centro INAH- Durango ya que la maquinaria utilizada para la construcción de dicho libramiento perturbó algunas estructuras y dejó al descubierto cuatro entierros funerarios, de los cuales tres pertenecen a la fase Ayala (600-850 d. C) y uno a la fase las Joyas (850-1000 d. C) momento de esplendor de los Chalchihuitas en el Valle de Guadiana. Después de esa intervención en 2013 se llevó a cabo el registro de algunas de las estructuras del sitio a cargo del PIAVAG (Proyecto de Investigaciones Arqueológicas del Valle de Guadiana) a cargo de Cindy Cristina Sandoval Mora. Este sitio se localiza muy cerca de la zona arqueológica de la Ferrería y gracias a la última intervención realizada se dedujo que se trata de un área habitacional que está conformada por varias estructuras cuadrangulares con banqueta, una estructura circular y algunas terrazas.

62

Ejemplares Utilizados Entierro 1 Localizado en las coordenadas UTM 532545E, 2649644N con altitud de 1900 msnm. Se trata de un entierro primario colocado en posición sedente con las piernas flexionadas, con la cara volteada al Este. La cabeza se encontraba caída entre las piernas y los brazos cruzados sobre las vértebras lumbares, entre las piernas se encontraba un fragmento de plato tipo Lolandis borde rojo y algunos fragmentos de cal. El individuo era de sexo masculino y medía aproximadamente 1.65 metros y tenía alrededor de 35 años. En su columna se observa la fusión de la vértebra L5 con el sacro (Punzo, et al. 2012; Sandoval et al. 2012). A la muestra obtenida de este entierro se le asignó la clave HUE1.

Fotografía 5. Entierro 1 del sitio Arqueológico las Humedades.

Entierro 3 Se localiza en las coordenadas UTM 532445E, 2649621N, altitud 1907 msnm, frente al entierro 1 a una distancia aproximada de 12 m. Consistió en un entierro primario con posición decúbito dorsal flexionado, recargado directamente sobre la roca madre sin ningún otro tratamiento u ofrenda. El individuo era de sexo femenino

63

y su edad era de 30 años (Sandoval et al. 2012: 9). A la muestra obtenida de este entierro se le asignó la clave HUE3.

Fotografía 6. Entierro 3 del sitio arqueológico las Humedades.

Sitio arqueológico Plan de Ayala El sitio arqueológico de Plan de Ayala se ubica en el ejido del mismo nombre en el municipio de Durango, Dgo. En las coordenadas UTM 0547263E, 2642319N. Se localiza en una mesa de forma irregular, alargada y de baja altura, cercana a la cuenca del río Santiago Bayacora, ocupa la mesa casi en su totalidad y se encuentra al oeste del poblado actual de Plan de Ayala (Punzo, 2008 ). Los primeros indicios sobre el sitio de Plan de Ayala se tienen gracias a las exploraciones arqueológicas realizadas por Charles Kelley en 1956, al realizar un viaje de reconocimiento tras sus excavaciones en la zona Arqueológica de la Ferrería. Es uno de los sitios mejor conservados y corresponde a la cultura Chalchihuites de la rama Guadiana. Por los materiales cerámicos encontrados en la región y los rasgos arquitectónicos Kelley encontró similitud de este sitio con la cultura Loma San Gabriel y Chalchihuites, ya que al igual que algunas estructuras de la Ferrería la roca madre era aprovechada para la construcción de diversas estructuras conformadas por plataformas y cuartos. 64

No fue hasta el año del 2007 que mediante el Proyecto de Investigaciones Arqueológicas del área Centro Oeste de Durango se realizó una excavación extensiva para entender el espacio en función de elementos arquitectónicos como del paisaje en que se localizan (Punzo, 2012: 94). El sitio se pudo dividir en tres sectores Norte, Centro y Sur dentro de los cuales se encuentran distribuidos diversas estructuras. En el sector Centro hay por lo menos 5 estructuras y destaca la llamada estructura 18 por su ubicación, estado de conservación y poca presencia de pozos de saqueo, motivo por el cual se consideró pertinente colocar en esta estructura las unidades de excavación. Mediante esta intervención se determinó que durante la fase Tunal (1000-1150 d.C.) este sitio junto con Navacoyán ocupó el lugar como sitio hegemónico en el contexto del Valle de Guadiana, desplazando a la Ferrería.

Ejemplares Utilizados La estructura 18 del sitio arqueológico Plan de Ayala consiste en un conjunto de estructuras adosadas entre sí y están organizadas en un eje principal que está conformado por el patio hundido central a partir del cual se organiza el resto de la estructura. El área fue dividida en dos unidades de excavación, la unidad de excavación 2 que partió de las coordenadas UTM 2642319N y 547263E, fue de donde se recuperaron dos entierros funerarios óptimos para el análisis.

65 Ilustración 3. Estructura 18 Plan de Ayala.

Entierro 1 Se trató de un entierro primario de sexo masculino, con una estatura de 1.65m tenía una posición anatómica decúbito dorsal flexionado. Se depositó en una cista delimitada por dos lajas de roca paralelas dispuestas en posición vertical y cubierta por una serie de lajas rectangulares colocadas de forma horizontal (Sandoval, et al. 2012). A la muestra obtenida de este entierro se le asignó la clave PAYE1.

Fotografía 7. Entierro 1 del sitio Arqueológico Plan de Ayala, vista Norte. Foto tomada de (Punzo, 2012: 110)

Entierro 2 Consiste en un entierro primario ya que guardó relación anatómica, la cabeza estaba orientada al Oeste y la cara al Este, con posición sedente, de sexo masculino y una estatura de 1.60m. Probablemente fue envuelto en un bulto de fibras vegetales y posteriormente fue depositado en la cista cuyas proporciones fueron proporciones de 120 cm de Oeste a este y 35cm de sur a norte con una profundidad de máxima de 170 cm, era ovalada de lajas careadas y en posición vertical, cubiertas por otras lajas careadas horizontales en la parte exterior. Se encuentra a un costado del entierro 1 (Punzo, 2007:114,2008, 2012; Sandoval et al. 2012: 11). A la muestra obtenida de este entierro se le asignó la clave PAYE2. 66

Fotografía 8. Entierro 2 del sitio Arqueológico Plan de Ayala. Foto tomada de (Punzo, 2012: 116)

Fotografía 9. Disposición del Entierro 2 de Plan de Ayala. Foto tomada de (Punzo, 2012:118)

En el siguiente cuadro se encuentra sintetizada la información de las muestras que se sometieron al análisis, en los casos que fueron posible se presenta el perfil biológico (Cuadro 8).

67

Sitio

# Total

Muestra

individ

Individuo

Temporalidad

muestreado

Elemento

Sexo

edad

óseo

estatu ra

uos

FEUE4L3

Río Tunal

Húmero

Adulto

(1000-1150d.C) FEUE1L5

Ferrería

5

5

FEUE1L2

FEUE2L1

Río Tunal

Húmero

(1000-1150d.C)

derecho

Río Tunal

Húmero

(1000-1150d.C)

derecho

Las Joyas

Cráneo

M

Adulto

1.60m

Adulto

Adulto

(850-1000d.C) FECCU1

Ayala

Cráneo

M

35-40

1.60

Fémur

M

35

1.65m

Fémur

F

30

Fémur

M

Adulto

1.65m

Fémur

M

Adulto

1.60m

(600-850 d.C) HUE1 Humedades

4

Ayala (600-850 d.C)

2 HUE3

Las Joyas (850-1000d.C)

PAYE1 Plan de Ayala

2

Río Tunal (1000-1150d.C)

2 PAYE2

Río Tunal (1000-1150d.C)

Cuadro 6. Lista de elementos óseos que fueron sometidos al análisis de isótopos de estables de Carbono y Nitrógeno

68

CAPÍTULO III Marco teórico y metodológico En este capítulo se describen y discuten los conceptos y posturas en las que nos basamos en esta investigación. Se acudió a técnicas auxiliares de otras ciencias para complementar el quehacer arqueológico y responder preguntas o conocer datos que a simple vista no se observan en el contexto arqueológico. Para esto se realizaron prácticas arqueométricas que nos ayuden a comprender cuestiones relacionadas con la alimentación (dieta/ nutrición) en su dimensión sociocultural.

3.1 Antropología de la alimentación. Entre instinto y cultura En este apartado se definen los conceptos básicos propios de la alimentación en su dimensión fisiológica como lo es la nutrición y digestión; así como la dimensión socio-cultural, que abarca aspectos de índoles tecnológico, ideológico, de identidad, etc. El tema referente a la alimentación y la dieta en humanos ha sido estudiada desde varias perspectivas y algunas ramas de la antropología no han sido la excepción y actualmente cuenta con sus propios campos de estudio en lo que se denomina antropología de la nutrición y antropología de la alimentación (Aguilar, 2001; 2014). Para el ser humano, la alimentación juega un papel importante en dos aspectos fundamentales de su vida, los cuelas son, la parte biológica y la cultural. Por un lado la alimentación cumple una función fisiológica necesaria para el ser humano, pero este le ha añadido un significado y un sentido social.

Para esto sirve comer… fisiológicamente hablando Fisiológicamente, la alimentación de todos los seres vivos, tiene la función de la obtención de nutrientes, ya que la nutrición es un “conjunto de procesos involuntarios e inconscientes que comprenden la digestión, la absorción y la utilización de principios alimenticios ingeridos” (Repullo, 2001:11), su función es estrictamente biológica pues es cuando los nutrientes, que se encuentran contenidos en los alimentos, se incorporan a nuestro metabolismo y cumplen su 69

función energética, Mejía (2008) explica que mediante esta acción inconsciente se adquieren los nutrientes esenciales que son los principales componentes de los alimentos, son todos de origen orgánico con una estructura molecular compuesta por átomos de carbono (C), hidrógeno (H), oxígeno (O) y nitrógeno (N), además de otra serie de elementos que se encuentran en menor medida, como fósforo (P), azufre (S), potasio (K), calcio (Ca), cloro (Cl), sodio (Na) y magnesio (Mg), éstos se reúnen para formar los llamados “principios inmediatos” que descritos de manera somera, consisten en: A) Carbohidratos o azúcares, que son la principal fuente de energía, y debido a su abundancia en la naturaleza han formado parte de la alimentación básica de la humanidad por encontrarse principalmente en los cereales (trigo, arroz y maíz), frutas y vegetales. B) Lípidos, los cuales se dividen en lípidos simples o grasas neutras, ácidos grasos y lípidos complejos, pueden ser de origen vegetal o animal. C) Las proteínas, que contienen los cuatro elementos químicos básicos: carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno; además de azufre, fósforo, hierro y cobalto en distintas proporciones, por sus propiedades químicas pueden considerarse el soporte de la materia orgánica. D) Los minerales, que son los elementos inorgánicos que forman parte de la estructura y composición del organismo, y por lo mismo también participan en sus funciones vitales formando parte de sistemas enzimáticos y sustancias respiratorias, entrando en la composición de hormonas y vitaminas, regulando la estabilidad neuromuscular, y formando tejidos como huesos y dientes. E) Vitaminas las cuales son sustancias orgánicas necesarias para la salud pues cumplen funciones de regulación del metabolismo, síntesis de hormonas, y como no pueden ser elaboradas por el organismo deben ser ingeridas con los alimentos. Se dividen en dos grupos: vitaminas liposolubles y vitaminas hidrosolubles. Las primeras son la vitamina A, vitamina D, vitamina E y vitamina K; las hidrosolubles son el complejo B, vitamina H, vitamina C y vitamina P. La digestión de los alimentos comienza en la boca pues ese es el lugar donde son degustados, insalivados y triturados, además de que la saliva inicia la descomposición de algunos azúcares por medio de la ptialina o amilasa salival. La 70

masticación prepara un bolo alimenticio apto para ser deglutido y pasar de la boca al estómago por medio de la faringe y el esófago. Una vez que el alimento llega al estómago, permanece en él durante un tiempo, mismo que está determinado por la composición de la dieta (Mejía, 2008: 76). La digestión es el “proceso mediante el cual las moléculas grandes de los alimentos se reducen a nutrientes que son absorbidos por el organismo“(Coenders, 1996: 261). Todo proceso nutritivo se da de forma secuencial una vez que el alimento se introduce en el aparato digestivo, mismo que se compone de una serie de órganos, sistemas y glándulas que, por su actividad mecánica y química, transforman las grasas, carbohidratos y proteínas en glicerol, ácidos grasos, aminoácidos y azúcares simples que son absorbidos y utilizados por el cuerpo.

Aportes nutricionales de los recursos alimenticios detectados en Durango En la revisión realizada en el Capítulo I se reportan varios recursos de flora y fauna que pudieron haber formado parte de la dieta en los habitantes de las distintas regiones en las que se reaizó la revisión (noroeste, contro-oeste, suereste del estado tanto en la sierra como en el valle), y de acuerdo a lo expuesto en esta sección se aprecia la presencia de recursos variados en los que se pueden identificar alimentos básicos, primarios, secundarios y perifécos (de Garine, 1998 ), además de acuerdo a las necesidades fisiológicas se aprecia la preciencia de abundantes recursos animales y vegetales que permitieron el acceso a una dieta variada y completa. Algunos ejemplos de los recursos que han sido reportados por diversos investigarores en Durango se muestran en la siguiente tabla:

71

Proteínas Carbohidratos Hierro Na K Ca Mg (g) (g) (mg) (mg) (mg) (mg) (mg)

Vit Vit C B2 (mg) (mg)

P (mg)

Vit A (mcg)

N

N

490

0

0.12

143

140

407

0

5

0

N

690

N

N

N

N

N

7

340

35

N

340

61

65

0.05

0.6

20

233

49

13

29

40

47

0.05

2.36

0.29

161

322

24

56

219

15

3

1.53

16.38

ND

0.3

43

358

14

23

209

15

1

2.23

83

19.1

ND

0.7

ND

ND

27

ND

87

ND

ND

ND

Codorniz

134

21.76

ND

4.51

51

237

13

25

307

17

7

0.47

Pato Ciervo berrendo Conejo de crianza Conejo de caza

326

16

ND

1.8

59

204

15

0

188

63

ND

0.3

158

30.21

ND

4.47

54

335

7

24

226

ND

ND

0

197

29.06

ND

2.27

47

383

19

21

263

ND

ND

8.3

173

33.02

ND

3.2

45

343

18

31

240

6.51

ND

ND

Alimento

kCal

Maíz

352

10

71.9

2.4

1

284

22

Frijol

333

23.58

60.01

8.2

24

1406

Amaranto

70

2,9 - 7

13,5 - 15,4

7.59

70

Chile

49

2.3

9

1.7

Calabaza Conchas marinas

24

1.3

5.4

88

16.78

Pescado Tortugas de agua dulce

95

Tabla 2. Datos obtenidos de tabla de composición de alimentos INNSZ. ND=No Disponible.

Además de la mención y registro actual o arqueológico de estos elementos en el estado de Durango, Diego Rangel (2014) presenta una detallada identificación de elementos zoomorfos en distintos tiestos de la cerámica chalchihuiteña, varios de estos tiestios recuperados en la zona arqueológicca de la Ferrería y Navacoyán Aquí pondremos algunos ejemplos que en general incluye mamíferos, aves y reptiles.

72

Ilustración 6. Ardilla de Albert en cerámica Nevería. Sitio Navacoyán, temporalidad las Joyas.

Ilustración 5. Conejo en cerámica Nevería, sitio Navacoyán, temporalidad las Joyas

Ilustración 8. Venado cola blanca en cerámica tipo Refugio, sitio Navacoyán, temporalidad las Joyas.

Ilustración 7. Tortuga casquito en cerámica Michilía, zona arqueológica de la Ferrería, teporalidad Ayala

Ilustración 10. Correcaminos norteño en cerámica Michilía en sitio Navacoyán temporalidad Ayala.

Ilustración 9. Guajolote en cerámica tipo Michilía, en zona arqueológica de la Ferrería, temporalidad Ayala.

73

El sincretismo de lo natural y lo cultural en la alimentación Además del conjunto de operaciones mecánicas anteriormente descritas y que son necesarias para obtener nutrientes, la alimentación es una composición de aspectos y procesos simbólicos representados por creencias, hábitos, costumbres e ideas impresas en los elementos y procesos nutritivos. La alimentación humana es específica pues ambos conjuntos de operaciones (mecánicas y simbólicas) existen de manera simultánea y se encuentran en mutua interrelación. Para Aguilar (2001) el sistema alimenticio debe ser considerado como un fenómeno complejo pues funciona a partir de la interacción de dos factores que constituyen su fundamento: los componentes subjetivos, cuya representación la encontramos en las creencias y costumbres, los componentes objetivos, cristalizados en los instrumentos y técnicas asociados directa o indirectamente con la obtención y manejo de los alimentos, para esta autora dicha interacción debe ser concebida como el mecanismo central de funcionamiento del sistema de la alimentación y es importante añadir que los componentes de esta interacción son dictados por la sociedad a la que se pertenece. Como podemos ver, la complejidad de la alimentación obliga a tomar en cuenta cuestiones muy diversas de caracter biológico, ecológico, tecnológico, económico, social, político e ideológico, dado que como expresión sociocultural atraviesa a la totalidad de la actividad humana, por esta razón la multifactorialidad que caracteriza a la alimentación ha provocado que varias disciplinas enfoquen su atención en el estudio y definición de este aspecto de la sociedad (Aguilar, 2014; de Garine y de Garine 1998). En los estudios antropológicos el tema de la alimentación, dieta y nutrición se ha abordado desde distintos enfoques. Malinowski explica de forma clara esta relación cultural y biológica de la alimentación en, en donde la nutrición es una de las que clasifica como las siete necesidades básicas del hombre, y explica que aunque la alimentación consiste en aspectos fisiológicos individuales (como la 74

nutrición y digestión) el apetito o el hambre están determinados por el entorno social, no depende del ritmo fisiológico, su proceso digestivo tiene un horario y está condicionado por la rutina diaria de su tribu, nación o clase (Malinowski, 1939). Para Malinowski la alimentación está condicionada por el entorno social, aunque esto es cierto es inevitable reconocer que hay otros factores que determinan este rasgo, por ejemplo los recursos con los que dispone, lo cual tiene que ver con el tipo de suelo, clima, flora y fauna de su entorno geográfico, además, tampoco debemos descartar la posibilidad de tener acceso a productos no disponibles en su región. Repullo (2001) define a la alimentación como “una serie de actos involuntarios y conscientes, que consisten en la elección, preparación e ingestión de alimentos. Son susceptibles de modificación por la acción de influencias externas de tipo educativo, cultural o económico” (Repullo, 2001:11). Siguiendo este orden de ideas de Garine y de Garine (1998) definen la alimentación como: “Uno de los pocos terrenos en que un fenómeno, relevante a la vez para las ciencias biológicas y humanas, es susceptible de una cuantificación precisa y mediatiza una acción reciproca de la naturaleza y la cultura. La alimentación, que sufre la influencia de la cultura, actúa sobre el nivel de la nutrición, este afecta al consumo energético y al nivel de actividad de los individuos que constituyen una sociedad, los cuales influyen tanto sobre la cultura material como sobre los sistemas simbólicos que la caracterizan (de Garine y de Garine, 1998:18)”.

Dicho esto, debido a que en el ser humano, la naturaleza y la cultura son intrínsecos de la alimentación es necesario aplicar enfoques multidisciplinarios para su estudio. Como se ha explicado la alimentación humana no es y nunca ha sido una mera actividad bilógica. La comida es algo más que una mera colección de nutrientes elegido de acuerdo a una racionalidad estrictamente dietética o biológica. En otras palabras, comer es un fenómeno social, mientras que la nutrición es un 75

fenómeno de la salud o mejor dicho un acto involuntario para la salud (Contreras, 1992) Los humanos por nuestra condición omnívora, podemos y tendemos a explotar una amplia variedad de recursos alimenticios. Puesto que no es posible especificar con antelación qué propiedades sensoriales caracterizarán a las fuentes de nutrición (o las toxinas) en un entorno particular, el omnívoro tiene que decubrir qué es comestible. Esto significa que una parte fundamental de la biología del omnívoro se encuentra en el hecho de poseer sólo unos pocos constreñimientos sobre el comportamiento o predisposiciones sobre la comida determinados biológicamente. Sin embargo existen algunas predisposiciones genéticamente determinadas en todos los humanos que promueven una elección alimenticia adaptativa. Los contreñimientos biológicos mejor documentados son una preferencia innata por los sabores dulces y una aversión por los sabores amargos (Rozin, 1995: 86).

Siguiendo esta idea sobre las preferencias alimenticias

biológicamente determinadas del ser humano Messer (1995) argumeta que a un nivel biológico básico, la selección de aliementos aparece determinada por ciertas características sensoriales como el gusto/olor, textura, color (y otras características visuales), incluso el sonido (crujir) y características fisiológicamente percibidas como la “sensación” o “quemadura”, que dan lugar a: a) selección o rechazo y b) jerarquías de preferencias y combinaciones entre artículos “comestibles”. Y por otro lado, el ser humano como parte de una cultura aprende a aceptar o rechazar ciertos alimentos, de acuerdo con gustos que les han sido transmitidos como parte de una sociedad (Messer, 1995: 45). A diferencia de otros animales, que son guiados por el instinto, el ser humano no responde mecánicamente a los contreñimientos de su entorno, escoge entre las varias posibilidades que se le ofrecen y modifica su medio ambiente. El impulso del hambre a través de la cual se manifiesta la necesidad fisiológica de nutrirse, es remodelada desde el nacimiento por un conjunto formidable de técnicas, reglas y símbolos que se le transmiten de generación en generación y que serán explicadas en las siguientes páginas. Las relaciones del ser humano con el entorno natural, están reguladas por un sistema de reglas que 76

encuentra su expresión dentro de la cultura (de Garine , 1995:131). Aunque el ser humano es un ser omnívoro y ello significa que tiene la libertad de elección, pero también, el condicionamiento de la variedad (Fischler, 1990; Contreras, 1992), es importante notar que esta libertad de elección, en cierta medida condiciona algunos comportamientos de la sociedad como la manera en que elige sus alimentos y lo que determina que algunos alimentos sean los que se eligen para el consumo cotidiano y otros no. La satisfacción de las necesidades alimenticias es una condición indispensable de la supervivencia de los seres vivos. El hombre parece haber resuelto este problema de manera algo diferente a la que puede observarse en otros animales. El hecho de poder subsistir tanto a proximidad del polo como en las selvas se debe a su fisiología generosa de omnívoro y a su carácter de animal social dotado de cultura, de la función simbólica y de la capacidad de poder recrear un microentorno que le resulte favorable (Garine, 1987).

Comer y beber para alimentar… la mente colectiva Como se mencionó al inicio de este capítulo la alimentación tiene varias dimensiones socioculturales, que tienen que ver con la identidad, ideología, tecnología, etc. Siguiendo a de Garine “el hombre es un ser social sus profundamente enraizadas costumbres alimenticias se han desarrollado en el seno de una cultura y varían ampliamente de una sociedad a otra. Los factores socioculturales que afectan la alimentación y la nutrición incluyen desde las tecnologías materiales a las ideologías y símbolos implícitos (de Garine , 1995:130)”. Comiendo, el hombre exterioriza, ejerce de alguna manera su pertenencia social. Aunque la necesidad de nutrirse es común en todos los seres humanos, los hábitos y tradiciones alimenticias de cada cultura son distintos, visto desde el punto de vista de Marvin Harris la comida, “debe alimentar la mente colectiva antes de poder pasar a un estómago vacío. En la medida que la comida poco tiene que ver con la nutrición” (Harris, 1985). Esto es porque la mayor parte de las conductas 77

sociales e individuales están articuladas por normas que nos indican lo que podemos/debemos hacer en cada momento, generando expectativas de lo que se considera adecuado. La alimentación humana o el comer también están sometido a esta misma influencia (Contreras y García, 2006). Los viejos proverbios, “dime lo que comes y te diré quién eres” (del francés) y “eres lo que comes” (del alemán), apuntan también a cuestiones antropológicas más generales como las relaciones entre poblaciones humanas o grupos sociales y su medio ambiente, la construcción simbólica de las culturas, y las relaciones sociales y estructuras sociales de las sociedades (Messer, 1995). Los diferentes usos de los alimentos, el orden, la composición, las horas y el número de las comidas diarias, etc…, todo ello está codificado de un modo precisio. Un cierto número de indicadores gustativos afirman una identidad alimenticia, delimitan muy vigorosamente la pertenencia culinaria a un territorio determinado (Contreras, 1992:102). A través de sus decisiones alimenticias, los individuos se declaran pertenecientes al grupo en el que viven, de manera que les sirven para identificarse pues se sienten emocionalmente ligados a esas costumbres desde su infancia, generalmente marcadas por la cultura tradicional. La perpetuación del estilo alimenticio original en la vida cotidiana o en las dietas es una prueba de autenticidad y de cohesión social (Garine, 1987). Al mismo tiempo mediante la dieta característica de una regón los individuos también pueden diferenciarse de otros grupos sociales o incluso de miembros de su misma cultura. Por ejemplo la alimentación es un marcador que se puede usar para mostrar que se pertenece a cierto nivel social mediante la ingesta de alimentos que están restringidos para el resto de la población, pero hay alimentos que resultan ser tradicionales de una población, la identifican y son consumidos por todos los miembros. Los alimentos que el ser humano elige de entre los varios que tiene a su disposición en su entorno, las diversas formas en que los prepara para consumirlos, la importancia y el sentido que concede al acto de comer y el código de maneras y ritos que gobiernan arrojan mucha luz sobre otros aspectos de las sociedades en que vive. Comer y beber son cosas de tan enorme importancia para la humanidad 78

que a menudo se hallan asociadas con aspectos que nada tienen que ver con la nutrición (Garine, 1987), pues aunque hay recursos que son “comestibles” no necesariamente son consumidos por los seres humanos, sobre todo cuando estos no tienen ningún significado ni impacto ideológico sobre ellos. El conocimiento simbólico nos habla a cerca de creencias, percepciones, representaciones y opiniones relacionadas con los alimentos y sus propiedades, las diferencias de género (alimentos tabúes, prohibidos o especiales para hombres o mujeres), los alimentos que tienen que ver con rituales o festividades o que marcan estatus o clase social (Pérez, 2006:143).Sidney Mintz (2003) señala que los alimentos son portadores de significados, entendidos estos como los atributos que les confiere una población para clasificarlos de manera que guíen su elección según la ocación, la condición socioeconómica, la edad, el sexo, el estado fisiológico, la imagen corporal y el prestigio, entre otros factores. Dentro de la dimensión ideológica y simbólica los alimentos y la nutrición han constituido un área especial para el pensamiento mágico y religioso ya que cada sociedad tiene sus rituales para agradecer o solicitar la presencia de recursos alimenticios, cuanta con mitos de creación que involucran al alimento básico de la región, también se les atribuyen propiedades de sanación y en cuanto a esto de Garine explica que las sociedades conceden una eficacia mágico-médica a los alimentos. El principio general es que debe proporcionarse al cuerpo (y al espíritu) aquellos alimentos que resulten más adecuados desde el punto de vista material y simbólico (de Garine, 1987). En cuanto a la dimensión material de los alimentos se incluyen ciertas actividades que están relacionadas con la tecnología, como lo son, las formas de extraer los recursos del medio ambiente o las técnicas para la producción u obtención de alimentos, su concervación,

preparación, consumo y transporte.

(Bertran:2006:221) Aunque es cierto que las opciones de recursos alimenticios de un grupo están determinadas por los apremios fisiológicos, las características del medio y las 79

posibilidades técnicas y económicas disponibles, no hay que olvidar que estos factores se inscriben en una historia social precisa, en una visión del mundo que es particular a cada sociedad. En otras palabras: motivaciones de carácter exclusivamente ideológico cumplen un papel relevante en la elección del alimento de base y en el desarrollo de técnicas de manipulación que permiten crear una cocina que se reconoce, ante todo, como un signo identificador de cultura.

Clasificación de los alimentos De Garine y de Garine (1998) ofrecen una útil clasificacíón de para los sistemas alimenticios que facilita el estudio y permite tener un hilo conductor sin embargo Gabriela Mejia (2008) en un análisis de paleodieta realizado en Teopancazco para definir las diferencias alimenticias en el clásico Teotihuacano utiliza la clasificación del sistema alimenticio que proporciona Garine y Garine en 1998 pero lo adapta especialmente a las sociedades prehispánicas de México, mientras que los autores Garine y Garine muestran solo tres clasificaciones (alimentos básicos o primarios, alimentos secundarios y alimentos periféricos), Mejía añade un nivel más (alimentos básicos, alimento primarios, alimentos secundarios y alimentos periféricos), para comprender el órden de la importancia de los recursos alimenticios en las sociedades prehispánicas, nos basaremos en la clasificación de Méjia, pero es solo para ejemplificar los distintos niveles que se pueden tener en el sistema alimenticio de las sociedades precolombinas de México, aunque también nos basaremos en las definiciones de Garine y Garine pues son fundamentales para comprender la clasificación de Mejía. Cada grupo social tiene su propio alimento básico que polariza la atención y tiene un enfoque simbólico, este tipo de alimentos proporciona la mayor parte del valor calórico de la dieta, por lo regular se trata de carbohidratos, glúcidos de origen vegetal, cuyo cultivo monopoliza la mayor parte de las actividades de subsistencia de la sociedad, por lo regular dan el ritmo de los eventos sociales y religiosos (de Garine y de Garine, 1998: 20). En el caso del continente Americano en casi todas sus regiones, este alimento básico es el maíz, que de manera culinaria presenta muchas formas de preparación y consumo, además, en relación al valor simbólico, 80

el maíz presenta una carga de este tipo, pues forma parte de mitos de origen, fue el centro o razón de ser de ceremonias y también fue la causa de la construcción de espacios especializados para su cosecha y almacenaje asi como la invención de herramientas que facilitaran su siembra y posterior colecta. Como recalca Petrich, (1987) el maíz encarna, además de un valor práctico (nutricional), un referente cultural fundamental, por ejemplo, según la mitología maya el hombre fue creado por los dioses a partir de la masa de maíz. Las otras materias resultaron inútiles, los hombres de barro y de madera sucumbieron y sólo aquel que había sido hecho con maíz subsistió para venerar la materia que, al mismo tiempo que le dio origen, le aseguró su alimento cotidiano. Cada mazorca de maíz, cada pedazo de tortilla, cada sorbo de atole la bebida tradicional hecha con harina de maíz, es una prueba irrefutable de que el alimento no implica simplemente un proceso químico- biológico sino, además, una comunión directa con las fuerzas sagradas. A partir de esta comunión, renovada cada día, el hombre corrobora su fe en las divinidades y ellas, a su vez, le garantizan la vida con su presencia. De este modo el maíz abarca la totalidad de la existencia del hombre pues cumple una función práctica que es nutrirlo, otra social que es incluirlo como actor dentro de un modo de producción agrícola y una última que es justificarlo y reafirmarlo en su creencia. Los alimentos primarios también son consumidos frecuentemente, pero no tienen el mismo valor afectivo y simbólico como los alimentos básicos (de Garine y de Garine, 1998: 23; Mejía, 2008: 87), Mejía (2008) ejemplifica este tipo de alimentos con el chile, el frijol, la calabaza y el jitomate. Siguiendo a esta autora, los alimentos secundarios son aquellos que se consumen con menor frecuencia pero son identificados por toda la comunidad ejemplo de estos alimentos son el chayote, los hongos, verdolagas, aguacate, quelites, etc. Finalmente

los

alimentos

periféricos

son

los

que

se

consumen

ocasionalmente y su consumo puede depender de las estaciones, de la presencia de mercados o de su uso en algunos festejos, no forman parte de la alimentación diaria, siendo poco reconocidos por todos los miembros de la comunidad. Un 81

ejemplo es el cacao en el Postclásico tardío, pues su consumo únicamente le estaba permitido a la nobleza (de Garine y de Garine, 1998: 24; Mejía 2008: 84).

3.2 Origen y definición de la Arqueometría El estudio, medición o cuantificación de objetos arqueológicos o fenómenos relacionados con ellos mediante métodos científicos-tecnológicos es algo que se ha venido realizando de manera formal desde el siglo XIX, y de manera más constante en la década de los 70 del siglo XX ya que para este momento se cuenta con el registro del uso de una gran diversidad de técnicas multielementales y se produce el avance en el desarrollo de la instrumentación gracias al control digital y la estandarización de las plataformas informáticas que los soportan, mayor precisión en los análisis, así como nuevos softwares y desarrollo de equipos portátiles (Montero, 2007: 27). Sus antecedentes se remontan a las aportaciones de la geología al análisis de materiales arqueológicos desde 1720, con el estudio microscópico de un fragmento de roca de Stonehenge, realizado por el doctor Halley. Así mismo la microscopía también fue empleada a fines del siglo 19 para confirmar el origen local en Grecia de mármoles y cerámicas de Santorini. En México, en 1892 Ordóñez ya estudiaba obsidiana prehispánica con el uso de la microscopía. Los primeros estudios petrográficos sistemáticos fueron realizados por Shepard en 1936, logrando la caracterización de cerámica de la región de Pecos en México.

Simultáneamente con estas aportaciones en el estudio de piezas

arqueológicas, se lleva a cabo un importante desarrollo en los campos de la física y la química desde finales del siglo XIX, con el descubrimiento de los rayos X (1895) y la radiactividad (1896), y hasta mediados del siglo XX con el diseño de espectrómetros para medir fluorescencia y masas de los elementos químicos, entre otros tantos descubrimientos, que posibilitaron su aplicación desde finales de la década de los 50 en el campo de la arqueología (Gilson, 2012).

82

Muchos de los primeros estudios analíticos anteriores al inicio del siglo XX fueron sobre metales. Como grandes avances pueden citarse para la el campo de la datación por C14 la utilización desde 1984 de la espectrometría de masas por acelerador (AMS en sus siglas en inglés) que en vez de medir la desintegración de los isótopos, cuantifica su número en una muestra, lo que permite utilizar muestras de reducido tamaño, en el campo de las ciencias biológicas el análisis de isótopos estables y especialmente del ADN con el desarrollo en 1983 de la Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR), por mencionar algunos ejemplos (Montero et al. 2007:27). Igual de importante que el avance técnico fue el desarrollo teórico en arqueología, ya que en la Nueva Arqueología el registro arqueológico empezó a valorarse de manera diferente y se potenció el desarrollo de los estudios arqueométricos (Gilson, 2012) gracias a los nuevos intereses de la investigación, como la distribución de materiales por comercio e intercambio, así como los estudios cuantitativos y paleoambientales. Todo esto ha incrementado las posibilidades de investigación del rastro que dejan las sociedades del pasado.

El concepto de Arqueometría Esta tendencia de investigación en arqueología ha tenido sus problemáticas conceptuales más que nada por la interacción entre la arqueología con una o más disciplinas, lo que ha generado una falta de uniformidad en los términos empleados. Parte de este conflicto está vinculada a la dificultad que hubo en un principio por la ausencia de un concepto para denominar a esta serie de análisis realizados en objetos antiguos, para esto tenemos que la aparición del término arqueometría está vinculada al nombre de la revista Archaeometry, fundada en 1958 por el Research Laboratory for Archaeology and the History of Art de la Universidad de Oxford (Leute 1987: 2, Tite 1991: 139 en Montero et al. 2007:24) desde entonces su definición ha ido tomando forma con el tiempo, aunque hay otros conceptos muy generales como el que aporta Aitken (1961:V) que es “measurements made on archaeological 83

material” o la de Olin (1982: 19) “application and interpretation of natural science data in archaeological and art historical studies”. Sin embargo el concepto de arqueometría ha sido bien aceptado por el gremio de la arqueología. Aunado a la dificultad de la definición del término arqueometría, existe la complicación de definir quién realiza este tipo de investigación. La relación entre los estudios e investigadores de humanidades y ciencias puede considerarse limitada pues ambos desarrollan métodos de investigación diferentes. Sin embargo la arqueología es un campo donde ese acercamiento se hace posible, siendo la arqueometría el puente que une ambas. Desde este punto de vista considero a la aplicación de la arqueometría como la aplicación de técnicas en la resolución de problemas arqueológicos e históricos y no como una ciencia aplicada, es decir el uso de estas técnicas en artefactos históricos carece de interés sin una aplicación arqueológica (Gilson, 2012), pues de lo contrario solamente consistiría en una investigación estrictamente técnica, de acuerdo con esto su aplicación y adaptación específica

al material bajo estudio necesita

a partir de ese momento de la

arqueología puesto que la ciencia aplicada jamás reconoce las relaciones de los artefactos con su contexto cultural. Como señala Aitken (1982): “La arqueometría no sólo sirve a la arqueología y el desarrollo metodológico es necesario pero si el interés se limita sólo a las cuestiones analíticas esa investigación es en realidad ciencia de materiales y tecnología, nada tiene que ver con la arqueología. Aunque este primer paso es básico para el desarrollo de la Arqueometría, la investigación no puede quedarse en este punto”. Los estudios arqueométricos constituyen un ámbito de investigación interdisciplinario en el cual convergen arqueólogos, geólogos, conservadores, físicos, químicos, biólogos e ingenieros, entre otros, con el fin de obtener, a través del uso de técnicas instrumentales, la máxima información tecnológica, cultural e histórica acerca de los distintos materiales que componen el patrimonio arqueológico universal (Gilson, 2012). 84

Para el caso de esta investigación se utilizará una técnica de análisis que ha funcionado como herramienta para ayudar a resolver problemas de investigación de diversas ciencias y disciplinas, se trata del análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno que ha sido auxiliar para la reconstrucción y caracterización de dietas, en el caso de la arqueología y antropología física, esta técnica ha sido empleada en esta ramas desde lo década de los 70 del siglo XX.

Breve descripción sobre la conformación de los isótopos Dentro de los análisis arqueométricos se encuentran los de isótopos estables, su aplicación no es nueva incluso es contemporánea al surgimiento de la arqueometría en la arqueología. Para una mejor comprensión de qué son los isótopos y por qué son de utilidad para esta investigación en este apartado se describirá su composición, tipos y usos.

Principios teóricos sobre isótopos naturales El camino hacia el conocimiento de la existencia, estudio y uso de los isótopos naturales (estables e inestables) y su posterior uso en la arqueología, tiene un origen algo difuso, podríamos situarlo a finales del S. XIX dentro del grupo de físicos y químicos que experimentaban en varios países con las propiedades de los iones. Desde 1886 cuando el físico alemán Goldstein descubrió iones positivos en un tubo de descarga de baja presión y el posterior descubrimiento de Wien en 1898 quien mostró que un haz de estos iones podía ser deflectado mediante el empleo de campos eléctricos y magnéticos. Thomson con su estudio de los rayos catódicos condujo al descubrimiento de los electrones, así como el análisis de los rayos canales que son corrientes de iones gaseosos cargados positivamente (Redondo, 2006: 2). La historia de todo este intento por comprender la naturaleza interna del atómo resguarda el instante en el que se originaron los primeros experimentos que casi por accidente contribuyeron al descubrimiento de los isótopos de los elementos cuando Thomson en 1912 introdujo en un tubo de los empleados para determinar la relación masa- carga, un poco de gas neón y los a atacó con un haz de electrones emitidos desde un cátodo, los iones formados mediante este proceso se aceleraban 85

dentro del tubo con un campo eléctrico y simultaneamente se sometían a un campo magnético orientado perpendicularmente a su trayectoria, como concecuencia de esto se obtenía el haz de rayos canales y al medir la masa de las partículas que componían esos rayos, Thompson esperaba confirmar el valor del peso atómico del neón, que es de 20, 182, sin embargo obtuvo algo no esperado y fue una masa considerablemente

inferior

que

sobrepasaba

los

límites

de

los

errores

experimentales el valor de dicha masa era de 20,0. Pero esto tenía una explicación y cuando se observó que el haz desviado no era el único y que se dividía en dos ramas, la principal comprendía más del 90.5% de los iones y otra, más débil que correspondía a una masa de 22.0 y contenía el 9.2% , tiempo después y con un aparato perfeccionado, se detectó una tercera rama de intensidad 0.3 % y masa 21.0. Esto significa que Thomson había encontrado tres clases de atómos de neón con las mismas caractéristicas químicas e iguales espectros ópticos , pero de distintas masas, además, con esto se pudo concluír que el neón ordinario, realmente es una mezcla de tres neones distintos y el peso atómico se refería al promedio de esta mezcla. En 1913 Soddy les asignó a los átomos de diferentes pesos de un mismo elemento el nombre de isótopos que en griego significa “mismo lugar”, pues aunque tienen diferente peso ocupan el mismo lugar en la tabla periódica. En 1924 Aston ya tenía caracterizadas las abundancias isotópicas de una cincuentena de elementos. En general se puede decir que casi todos los elementos se componen de una mezcla de varios isótopos. Muchas sustancias presentan de modo natural una “firma” o “huella dactilar” isotópica característica (Redondo, 2006: 3). Los protones y neutrones se localizan en el núcleo del átomo, mientras los electrones flotan en la órbita alrededor del núcleo. El número de protones y electrones es siempre igual en un átomo de cualquier elemento, pero el número de neutrones puede variar. El número protones en un átomo es llamado su número atómico. La suma de los 3 componentes constituyentes de un átomo (protones, 86

electrones y neutrones) es su masa atómica o peso atómico. Generalmente los electrones no son contados en la masa atómica. De los más de 90 elementos naturales que componen la Tierra y su atmósfera, aproximadamente dos tercios están presentes en más de una forma, llamados isótopos (Parks, 2009: 6). Por definición y en resumen podemos decir que los isótopos son átomos de los mismos elementos, que son químicamente idénticos, pero difieren en peso atómico, debido a que el peso (o masa) atómico (el cual se expresa con un número en la parte superior izquierda del elemento al que pertenece xX) se mide por medio del número de protones y neutrones. En otras palabras los isótopos son átomos que tiene el mismo número de protones, aunque varían en términos de neutrones (Katzenberg, 2008; Parks, 2009; Cucina 2011; Hernández y Morland, 2011; Reyes, 2011: 8).Se conocen alrededor de 1700 núcleos o isótopos, de los cuales unos 1300 son naturales y, entre ellos, solamente 274 son estables. Es importante señalar que hay isótopos estables e inestables (o radiactivos).Los isótopos inestables o radiactivos se les llama de esa manera porque emiten radiación a medida que se transforman en un elemento estable (Panarello, 1987). Por su configuración nuclear desequilibrada (protones desigual a neutrones), los isótopos inestables o radiactivos pueden decaer espontáneamente en uno o más productos de desintegración, llamados elementos hijos, estos isótopos tienen una vida limitada y decaen formando otros elementos (Parks 2007; Cucina 2011). Un ejemplo de isótopo inestable sería el

14C

que se transforma en

14N

(Cucina,

2011:169). Los isótopos estables no se desintegran con el tiempo, es decir no cambian su estructura con el tiempo, como su nombre lo indica, son estables; entre ellos, con número de masa bajo se incluyen algunos isótopos de hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, carbono y azufre. Aunque su estructura no cambia con el paso del tiempo, su concentración relativa puede variar cuando hay fases o compuestos que comparten átomos con más de un isótopo, a esta redistribución de las especie isotópicas entre fases o compuestos en equilibrio estable o inestable hacia una 87

configuración diferente a la inicial se denomina fraccionamiento isotópico (Panarello, 1987). Los isótopos estables más utilizados son los correspondientes a los elementos químicos H, C, N, O y S, su importancia radica en que son elementos muy abundantes en la corteza terrestre y a que toman parte en numerosos procesos naturales. La utilidad de estos isótopos estables radica en las características comunes que poseen las cuales son: 1.- Tienen bajos pesos atómicos. Se considera que en los elementos con un número atómico (Z) superior a 16, el denominado “fraccionamiento isotópico” es inapreciable. 2.- Presentan diferencias de masa relativamente grandes. Por ejemplo, el D (deuterio) y el 1 H (protio) muestran un 100 % de diferencia de masa. En el elemento más pesado de ellos, el azufre, el isótopo 34S es un 6,25 % más masivo que el 32S. 3.- Corresponden a elementos que son muy abundantes en la naturaleza. Por ejemplo, el oxígeno en la corteza terrestre representa el 47 % de su peso y el 92 % en volumen. 4.- Los elementos C, N y S presentan de modo natural varios estados de oxidación. 5.- Estos elementos forman enlaces con diversos caracteres, que van desde iónicos a fuertemente covalentes. El fraccionamiento isotópico es mayor entre las fases que tienen más marcados los diversos tipos de enlace (por ejemplo el Mg o el Al prácticamente no sufren fraccionamiento porque siempre presentan enlaces de características similares). 6.- En los cinco elementos citados, la abundancia del isótopo más común (el ligero) es mucho mayor que la del isótopo (o isótopos) más escaso (el pesado). Las excepciones a esta norma (He, B) no pertenecen a los elementos referidos. Esta 88

característica exige que los equipos que analizan las relaciones isotópicas (IRMS) posean una gran precisión analítica (Redondo, 2006: 5).

Tabla 3. Relaciones istotópicas que más se emplean.

Símbolo

Número Atómico

Número másico

Abundancia (%)

Peso Atómico (uma)

H

1

1

99.985

1.007825

D

1

2

0.015

2.0141

12

6

12

98.93

12.00000000

13

C

6

13

1.07

13.00335

14

N

7

14

99.634

14.00307

15

7

15

0.366

15.00011

16

8

16

99.759

15.99491

17

8

17

0.037

16.99914

18

º

8

18

0.204

17.99916

32

S

16

32

94.93

31.97207

33

16

33

0.76

32.97146

34

16

34

4.29

33.96786

36

16

36

0.014

35.96709

C

N º º

S S S

A nivel atómico los elementos de carbono (C), nitrógeno (N), hidrógeno (H), oxígeno (O) y sus respectivos isótopos estables forman los huesos. Los isótopos que serán medidos en esta investigación son los del carbono y nitrógeno. En el caso del carbono, este elemento se presenta en la naturaleza con varios isótopos, de los cuales dos isótopos estables (13C/12C) y uno radiactivo (14C) tienen importancia en arqueología. Los isótopos estables de un elemento, como es el caso del carbono, están en los huesos y dientes formando la bioapatita, la cual se encuentra organizada en compuestos complejos, tanto en la fase inorgánica (constituida por carbonatos y 89

fosfatos), como en la fase orgánica (colágeno). Ambas fases se pueden analizar desde el punto de vista de los isótopos estables tanto a nivel de carbonatos como de colágeno completo (Morales et al, 2012). El nitrógeno se presenta en forma de dos isótopos estables en la naturaleza 14

N y

15N

y constituye aproximadamente el 78% de la atmósfera terrestre. Sin

embargo, la mayoría de los organismos biológicos no lo pueden usar en su estado elemental (N2). Para poder ser utilizado el nitrógeno debe ser convertido a nitrato (NO3) en un proceso denominado “fijación de nitrógeno”. Los niveles de nitrógeno se van enriqueciendo en el tejido de los animales que consumen proteínas, de modo que cada eslabón en la cadena trófica se ve marcado con un incremento de la δ15N en 3‰ a 4‰ respecto de su predecesor. Este incremento se conoce como “efecto del nivel trófico” y fue documentado ampliamente en la literatura, donde los experimentos de distintos autores llevaron a resultados llamativamente similares (DeNiro y Epstein 1981, Schoeninger y DeNiro 1984, Ambrose y DeNiro 1986, Katzenberg 1989, Schoeninger 1989). Otra característica de los isótopos del nitrógeno es la diferencia significativa de los valores δ15N entre la proteína de organismos marinos y terrestres (Schoeninger y DeNiro, 1984). Hay casos donde los valores δ13C no puede distinguir entre una alimentación basada sobre recursos marinos y el consumo de alimentos de vías fotosintéticas C4 (por ejemplo maíz), ya que ambas dietas indicarían valores muy enriquecidos del colágeno, es por esto que hicimos uso de los valores de δ13C y δ15N en el colágeno óseo y el δ13C en colágeno y carbonatos (mediante el modelo propuesto por Kellner y Schoeninger, 2007). En una primera aproximación la composición isotópica de los huesos nos puede ayudar a describir cuantitativamente la estructura de su dieta.

90

Fraccionamiento isotópico El descubrimiento del deuterio por parte de Harold Urey en 1931 (lo que le supuso el Premio Nobel en 1934), y la observación de que la abundancia del mismo varía de unos ambientes geológicos a otros, dio origen al reconocimiento del denominado “fraccionamiento isotópico” (Urey, 1947). Numerosos procesos cinéticos y en equilibrio, muestran el denominado “efecto isotópico”, capaz de producir una relativa separación o fraccionamiento entre los isótopos ligeros y los pesados. La ecuación que relaciona el factor de fraccionamiento α con los valores de las dos especies en δ es: δA – δB ≅ ∆A-B ≅ 103 ln αA-B

Los efectos isotópicos que dan lugar al fraccionamiento se producen como consecuencia de que algunas propiedades termodinámicas de los compuestos dependen de las masas de los átomos que los componen, cuya diferencia es muy grande entre los isótopos de los elementos ligeros de la tabla periódica. Sin embargo, la gran diferencia relativa entre las masas no es condición suficiente para provocar fraccionamiento isotópico, así por ejemplo la relación

48Ca/40Ca

casi no

varía en las rocas terrestres pese a su notable diferencia de masa (solamente superada por el 1H-D) (Redondo, 2006). El fraccionamiento isotópico puede definirse como la diferencia o el cambio en las relaciones isotópicas entre el substrato (la comida ingerida) y el producto (colágeno, músculo o grasa) debido a procesos químico biológicos como la fotosíntesis y el metabolismo. Estos procesos presentan variabilidad en función del isótopo estable que se considere, el tipo de especie elegida y el material que se utilice en un mismo individuo. (Panarello , et al.1987).

Unidades de medida Existen varias maneras de expresar la composición isotópica de una muestra, las cuales suelen responder a los hábitos que predominan en cada área de trabajo en que se emplean, ya sea por su facilidad de manejo o meramente por costumbre. 91

En el caso de trabajar a escala de abundancias isotópicas naturales, es bastante laborioso tener que manejar porcentajes con cuatro cifras decimales, que es precisamente en donde se encuentran las variaciones naturales de los isótopos ligeros (y, por supuesto, la precisión analítica requerida para poder detectarlas). Por ello, se desarrolló una unidad específica, denominada δ, que además posee la ventaja de incorporar en su formulación la composición isotópica de una referencia. Esto es muy adecuado, puesto que, como se verá más adelante, los espectrómetros isotópicos miden con mayor precisión las relaciones isotópicas mediante comparación que estrictamente en términos absolutos. La unidad δ, la más aceptada cuando se manejan abundancias isotópicas naturales, se define como: 𝑅𝑅𝑥𝑥 − 𝑅𝑅𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠 𝛿𝛿𝑥𝑥 = 1000 � � %° (𝑒𝑒𝑒𝑒 𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡 𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝 𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚) 𝑅𝑅𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠

Donde Rx es la relación molar entre el isótopo pesado y el ligero en la muestra y Rstd en la referencia o patrón (Redondo, 2006: 6).

Patrones y estándares de referencia Los patrones son un aspecto crítico en la medida de relaciones isotópicas. En el trabajo habitual de laboratorio, se comparan los gases que provienen de las muestras (CO2, H2, N2, SO2 o SF6) con un gas de idéntica naturaleza que se denomina estándar de trabajo. Como ya se ha señalado, los IRMS logran mayor precisión a través de las comparaciones simples o repetidas del gas procedente (y representativo) de la muestra con respecto a un gas de referencia. Idealmente, ambos gases deben tener una composición química e isotópica parecida. Junto a las muestras, se introducen a diario series de estándares de composición conocida, que en la mayoría de los casos son patrones o estándares internos establecidos por cada laboratorio. El empleo de estándares internos en los laboratorios de isótopos

92

se hace necesario a causa de la escasez de patrones internacionales, que en casos extremos se agotaron hace varias décadas (caso del PDB) (Redondo, 2006: 10). Los patrones internacionales tienen una importancia fundamental, sobre todo en determinaciones isotópicas a escala de abundancia natural, puesto que definen convencionalmente el valor δ = 0 (que no significa que esté ausente el isótopo pesado) frente al cual se comparan el resto de relaciones isotópicas. De este modo, cuando un material tiene un valor de δ positivo, es porque está “enriquecido” en el isótopo pesado respecto al patrón internacional. Del mismo modo, si el valor es negativo, implica que esta “empobrecido” y que su composición es más ligera que el patrón. Sin embargo, la elección de algunos de los patrones internacionales fue desafortunada. Así, el estándar de δ13C es un pequeño fósil de belemnite de la formación Pee Dee situada en S. Carolina (EE.UU.). Algo similar sucedió con el patrón del azufre, ya que el elegido fue un meteorito caído en el Cañón del Diablo (Wyoming). Al contrario, el patrón de δ15N es el nitrógeno del aire, muy abundante y de composición homogénea. Estas dificultades han supuesto que los laboratorios de isótopos tengan disponible muy poco o nada de patrón internacional dependiendo del elemento- y que éstos sean, en el mejor de los casos, distribuidos en pequeñas cantidades y con escasa frecuencia (trianualmente) (Redondo, 2006: 10). De esta actividad se encarga, previa petición, el OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA en inglés) y el NBS norteamericano (actualmente denominado NIST). Algunos de los patrones agotados se han sustituido por otros (SMOW por V-SMOW o PDB por V-PDB, este último con un valor δ algo diferente al original), y se han ido estableciendo estándares de buena calidad como sustitutos de los originales. Sin embargo, el problema de fondo subsiste y, en ciertos casos, perjudica la trazabilidad de los resultados analíticos obtenidos en los laboratorios de isótopos estables (Redondo, 2006).

93

Tabla 4. Patrones de referencia para isótopos estables.

Patrones de isótopos estables (Definidos como δ=0) Patrón Standard Mean Ocean

Isótopos 2

H/1H

water (SMOW)

18

y Vienna- SMOW

17

Fósil "Pee Dee

13

Ratio 0,00015576 ± 0,00000010

O/16O 0,00200520 ± 0,00000043

C/12C

0,0112372 ± 0,0000090

IAEA-OH

NBS-18, NBS-19 y

16

22,IAEA-CH-6 y

17

CO-I, USGS-24,etc

O/18O 0,0003859 ± 0,0000016

15

N/14N 0,0036765 ± 0,0000018

Meteorito "Canyon Diablo Troilite (CDT)

GISP,SLAP, IAEA-OHI a 4

O/16O 0,0003799 ± 0,0000015

O/16O 0,0020671 ± 0,0000021

Nitrógeno atmosférico

Materiales de referencia

Aire, IAEA-N-I a IAEA-N-3, NSVEC

34

S/32S

0,0450045 ± 0,0000093

NIST-8557,IAEA-S3

Espectrómetros de masas, origen y funcionamiento Actualmente la medición de las relaciones entre isótopos estables livianos, expresadas en forma de δ, se efectúa por espectrometría de masas de relaciones isotópicas (IRMS por sus siglas en inglés) sobre un gas extraído de la muestra que sea representativo de su composición isotópica. Sin embargo como se mencionó anteriormente el aparato que condujo al descubrimiento de los isótopos fue creado por Thomson en 1912, un esquema representativo de este descubrimiento se muestra en la siguiente imagen.

94

Ilustración 11. Aparato de Thomson para la medición de isótopos, imagen tomada de (Redondo, 2006: 2)

El diseño de los espectrómetros de masas se ha basado en lo relativo a la electrónica, la tecnología de vacío, diseño de electroimanes, mecánica de presión y adquisición de datos. Aunque la tecnología y funcionamiento de los espectrómetros de masas tienen sus orígenes desde 1912, no fue hasta la década de los 50 del S. XX que Nier logró desarrollar un verdadero espectrómetro de masas a partir de los espectrógrafos previos, ya que en lugar de los registros fotográficos obtenia verdaderos espectros de masas de los haces iónicos. Fue así como en esta década se dio inicio a la comercialización de estas tecnologías. Actualemnte existe una gran variedad de expectrómetros de masas, la mayoría de los espectrómetros se diferencian sobre todo en la fuente de ionización, por ejemplo existen los denominados “Spark Source Mass Spectrometres”, “Inductively coupled plasma M.S”, “Thermal ionization M.S.” (que sirven para el análisis isotópico de elementos pesados), “Secondary ion M.S” (también puede realizar análisis isotópico de superficies de materiales) y los “gas source M.S”, familia en que se encuentran los IRMS (Isotope ratio mass spectrometer) respecto al analizador, los IRMS presentan algunas peculiaridades con respecto a otros espectrómetros de masas corrientes (mucho más numerosos), consisten básicamente en:

95



No se emplean para análisis cualitativo.



No requieren prácticamente resolución de masas.



Requieren ultra-alto vácio.



El electro imán no debe fluctuar durante los análisis.



El sistema de detección es de tipo multicolector (una copa de Faraday para cada haz de iones).

Los IRMS se caracterizan por su gran estabilidad de medida, más que por su resolución de masas o rapidez. Es importante aclarar sobre todo en este ámbito de la arqueología, que esta técnica es destructiva ya que el analito se altera dentro del instrumento en condiciones de alto o ultra-alto vacío, de tal forma que no es posible su posterior recuperación. La interacción directa de las sustancias con el equipo de medida,

provoca

que

estos

instumentos

sean

susceptibles

de

sufrir

contaminaciones y daños derivados de la acción de las muestras en el interior del propio sistema analítico, afortunadamente, se trata de una técnica extremadamente sencible, por esto, se necesitan cantidades de muestra muy pequeñas y esto minimiza el riesgo de tener estas consecuecias.

Tipos de plantas y procesos fotosintéticos Las plantas se pueden diferenciar en tres grandes grupos dependiendo del proceso fotosintético que utilizan para fijar el CO2 atmosférico: plantas C3 que utilizan el ciclo de Calvil, plantas tipo C4 que utilizan el ciclo Hatch Slack y plantas denominadas tipo CAM. Entre el tipo de plantas C3 y C4 existe una difencia considerable en la proporción de isótopos estables (13C/12C) (Morales et al ,2012). El más común de los caminos fotosintéticos es el ciclo de Calvin (plantas C3) es por eso que el 85% de las plantas del mundo pertenecen a este grupo. Son dominantes en los ecosistemas de clima húmedo, incluyen árboles altos, arbustos, la mayoría de los árboles frutales y algunos taxones cultivados como el trigo, centeno y cebada. Los valores 𝛿𝛿 13C de estas plantas se presentan en el intervalo -

35 a -22 %o con una media de -27%o. (Morales et al., 2012).

96

En cuanto a las plantas C4, éstas son altamente eficientes para realizar el proceso fotosintético. A nivel global estas plantas representan el 5% de las especies conocidas. Alrededor de la mitad de estas plantas son tropicales o subtropicales (Boutton, 1996). La distribución geográfica y la productividad de estas plantas se correlacionan con la resistencia a las altas temperaturas y en menor medida a la baja humedad, se asocian por lo general a climas cálidos y secos. Este tipo de plantas aparecieron a final de la era Mesozoica y representan una evolución adaptativa a condiciones de mayor sequedad e insolación. A este grupo pertenecen hierbas y juncos, plantas como los pastos tropicales o cultivos como la caña de azúcar, el maíz y el amaranto. Las CAM que poseen propiedades isotópicas intermedias respecto de las C3 y C4. Pueden presentar valores de la δ13C similares a las C3 o a las C4 o bien intermedios dependientes del tiempo del día que realicen el ciclo de Calvin Benson o el de Hatch Slack. Asimismo, pueden presentar variaciones en la composición isotópica a lo largo del año (Fritz y Fontes, 1980). Ejemplos de este tipo de plantas son la piña, vainilla, orquídeas, mezquites, nopal, maguey y cactos. Las plantas C3 y C4 pueden presentar variaciones dependiendo del tipo de tejido que se analice, Deines (1980) aporta un registro de estas variaciones que pueden ser apreciadas en la tabla 3.

Tabla 5. Las unidades empleadas están dadas en %o (Partes por mil) (Deines, 1980 en Morales et al. 2012:354) Variaciones de δ 13 C VPDB entre diferentes especies de plantas y sus tejidos Hoja

Raíz

Tallo

Madera

Tipo de planta

-11.4

-11.2

-12.1

C4

-26.0

-24.4

-25.2

C3

-30

-24.4

-25.2

C3

-11.1

-9.7

C4

97

-11.0

-9.3

-10.9

-9.3

29.1

-

-27.9

C3

-25.2

-23.8

C3

-27.7

-27.0

C3

-10.2

-7.1

C4

Isótopos de Carbono y Nitrógeno, auxiliares en la reconstrucción de dietas Los isótopos de

13C

en carbonatos del hueso y el

13C

y

15N

que forma parte del

colágeno óseo, nos permite relacionarlos con la dieta ingerida, tanto en humanos como en fauna. El estudio de los valores de 𝛿𝛿 13C y 𝛿𝛿 15N se han realizado en conjunto

para la reconstrucción de la dieta de animales y humanos aplicándolo en diversos tejidos (hueso, piel, cabellos). Los trabajos pioneros de DeNiro y Epstein sobre la influencia de la dieta en la distribución de los isótopos estables del carbono (1978) y nitrógeno (1981) en animales, establecieron que la composición isotópica de carbono y nitrógeno de sus tejidos y todos los componentes del cuerpo reflejan directamente la composición isotópica de estos elementos químicos en los alimentos ingeridos mediante la dieta. Los alimentos dejan una huella integral en la distribución de los isótopos

estables del colágeno, por lo tanto mediante los valores isotópicos

13C

es posible

determinar el tipo de recursos ingeridos ya sea C3 o C4. Los valores isotópicos del 15N

nos proporcionan la posición de la dieta ingerida por el individuo en la cadena

trófica.

98

Con la finalidad de comprender la relación de la dieta con la distribución de los isótopos estables de carbono y nitrógeno, DeNiro y Epstein en 1978 realizaron un experimento en el que alimentaron con dietas de una composición isotópica de carbono constante a animales que fueron criados en un laboratorio, basándose en los principios propuestos por otros autores (Craig1953; Degens, 1969; Degens et al., 1968; Sckett et al. 1965; Schwarks, 1969; Smith y Epstein, 1970; DeNiro y Epstein, 1978: 495) de que los valores de 𝛿𝛿 13C en los cuerpos de animales de

ambientes de agua salada, dulce y terrestres caen o encajan con los rangos de los valores de 𝛿𝛿 13C de las plantas de los respectivos ambientes. DeNiro y Epstein

mediante su estudio afirmaron que la composición isotópica del cuerpo de un animal, refleja la composición isotópica de su dieta, pero en promedio el animal estará enriquecido en un 1 %𝑜𝑜 de 𝛿𝛿 13C relativo a la dieta. La relación entre la proporción

13C/12C

de un tejido y la proporción

13C/12C

de la dieta dependerá de

ambos, del tipo de tejido y de la naturaleza de la dieta. Los resultados de estos experimentos afirmaron que es posible realizar análisis dietarios basados en la determinación de la proporción 13C/12C del carbono de un animal. En 1980 DeNiro y Epstein realizaron un experimento similar al explicado anteriormente pero esta vez utilizado una dieta con composición isotópica de nitrógeno constante. Con esto afirman que la composición isotópica de nitrógeno de un animal refleja la composición isotópica de su dieta que los valores de 𝛿𝛿 15N del

cuerpo entero de un animal usualmente son más positiva que la de su dieta (lo cual muestra un enriquecimiento). La dependencia de los valores de 𝛿𝛿 15N de un animal,

sus tejidos y componentes bioquímicos sobre los valores de 𝛿𝛿 15N de la dieta a ellos

les indicó que la composición isotópica de nitrógeno de un animal puede ser utilizada para obtener información acerca de la dieta del animal si sus fuentes potenciales de alimento tienen diferentes valores de 15N/14N. Además los animales parecen incorporar 15N dietario en lugar de 14N dietario, esto sugiere que el nitrógeno incorporado en los animales se enriquece en

15N

relativo al nitrógeno de la dieta

(DeNiro y Epstein, 1981: 341). 99

El análisis de isótopos estables de en colágeno óseo en animales y humanos surge en 1977. Lo anterior se basa en dos premisas; 1) que la proporción 13C/12C y 15N/14N

en el colágeno de los huesos refleja la tasa isotópica de la dieta de un animal

y 2) es que hay grupos de alimentos que tienen tasas diferentes de

13C/12C

y

15N/14N (DeNiro et al., 1983; DeNiro, 1985). En 1983 se midió la composición isotópica de carbono y nitrógeno en el colágeno óseo de animales marinos y terrestres, En cuanto a dietas marinas, los valores de 𝛿𝛿 15N del colágeno óseo de animales que se alimentaron en medios ambientes exclusivamente marinos, en promedio son 9%o más positivos que

aquellos de animales que se alimentan en ambientes terrestres, los valores del 𝛿𝛿 15N también fueron funcionales para separar peces marinos de peces de agua dulce.

En cambio los animales como peces o aves que pasan parte de su vida en medios marinos y parte en medios terrestres muestran valores intermedios sobre aquellos animales que tienen su fuente de alimento solamente en un medio ambiente. Se dice que en cada nivel trófico ocurre un enriquecimiento de 3 a 4%o en valores de 𝛿𝛿 15N. Sin embargo los valores de 𝛿𝛿 13C del colágeno óseo de animales que tienen

una dieta marina y aquellos que tienen una dieta terrestre se sobreponen en gran medida, los valores de 𝛿𝛿 13C no reflejan el nivel trófico en los que el animal se

alimenta. En el caso del carbono no se encuentran diferencias en los valores de 𝛿𝛿 13C del mismo tipo de tejido de animales alimentándose en diferentes niveles

tróficos en un ambiente terrestre (Schoeninger y DeNiro, 1984: 625).

La 𝛿𝛿 13C de tejidos animales se relaciona positivamente con las sustancias que están

incluidas en la dieta de un individuo, así, la señal isotópica en las plantas C3 y C4

ingeridas queda y es grabada en los tejidos animales que las comieron, ya sea de uno u otro tipo de plantas. Una forma en que los tejidos pueden ser “marcados” indirectamente es mediante la dieta de otro nivel trófico, como es el caso de la dieta de los humanos que pueden ingerir como alimento tejidos de otro animal, de modo que si se ingiere carne de venado que tiene en sus tejidos una señal mayoritaria de plantas C3, esto se reflejará en los tejidos humanos. De igual forma si un animal 100

tiene una dieta rica en pastos o maíz, tendrán una señal de plantas C4 en sus tejidos. Esto lo podemos apreciar en el análisis que aquí se realiza. Desde 1978 se han realizado diversos experimentos que contribuyan al carácter predictivo en las dietas mediante los análisis de isótopos estables, desde entonces DeNiro y Epstein propusieron que los valores de 𝛿𝛿 13C en la apatita, se

deben reflejar preferentemente los valores de 𝛿𝛿 13C proveniente de la porción

energética de la dieta (carbonatos, lípidos y una parte de la proteína). En síntesis estos autores establecen que los valores de 𝛿𝛿 13C en el colágeno del cuerpo reflejan los valores isotópicos de la dieta de proteínas, mientras que los valores 𝛿𝛿 13C en la

apatita deben reflejar los valores isotópicos de la dieta energética. A partir de esto se desarrollaron diversos experimentos (Ambrose y Norr 1993; Tieszen y Fagre 1993), para actualmente contar con un modelo propuesto por Kellner y Schoeninger (2007) que indican que existe una correlación significativa entre 𝛿𝛿 13Capatita y 𝛿𝛿 13Ccolágeno. Este modelo está constituido a partir de tres líneas de regresión que

genera un marco teórico que permite definir de mejor forma de la dieta ya sea con

proteína de plantas C3,C4 o proteína marina. Las ecuaciones propuestas por Kellener y Schoeniger (2007) para cada una de estas líneas son las siguientes:

Proteína proveniente de origen marino: 𝛿𝛿 13Capatita = 2.18 * 𝛿𝛿 13Ccolágeno +18.6

Proteína proveniente de plantas C3: 𝛿𝛿 13Capatita = 1.74 * 𝛿𝛿 13Ccolágeno +21.4 Proteína de origen de plantas C4 :

𝛿𝛿 13Capatita = 1.71 * 𝛿𝛿 13Ccolágeno +10.6

101

Gráfico 1. Modelo propuesto por Kellner y Schoeninger, 2007

Isótopos estables y su uso en la reconstrucción de la dieta en sociedades del pasado El estudio de la dieta de las poblaciones antiguas a través del análisis de isótopos estables de comenzó por los años 70 del siglo pasado, cuando Vogel y Van der Merwe utilizaron los calores isotópicos del 𝛿𝛿 13C para estudiar la introducción y cultivo temprano del maíz por los grupos indígenas de los Estados Unidos analizando restos óseos de cuatro sitios arqueológicos de Nueva York (Vogel y Van der Merwe, 1977), que es uno de los estudios pioneros en el uso de isótopos estables en sociedades pretéritas.

102

Años más tarde se realizó un estudio más completo en el que se utilizaron los valores tanto del 𝛿𝛿 13C como los valores de 𝛿𝛿 15N, el análisis se aplicó en cuatro

grupos sociales cada grupo tenía fuentes de alimento muy específicas provenientes de la pesca de peces de agua marina, agua dulce o agricultura. El estudio fue aplicado en el colágeno óseo y se obtuvo que los valores de 𝛿𝛿 15N de los individuos que dependían de la pesca de agua marina mostraban valores 10%o más positivos

que aquellos que se dedicaban a la agricultura y los que dependían de la pesca de agua dulce mostraron valores entre 4-6%o más positivos que los grupos agricultores. Además se notó que los valores de 𝛿𝛿 13C del colágeno óseo también

variaba dependiendo del uso de alimentos marinos o terrestres. Los autores recomiendan el uso de isótopos estables de carbono y nitrógeno en conjunto para la reconstrucción de las cantidades relativas a fuentes de alimentos terrestres o marinas

para

poblaciones

humanas

prehistóricas

o

históricas,

pues

la

determinación de los valores de 𝛿𝛿 13C y 𝛿𝛿 15N del colágeno óseo puede producir una

reconstrucción más precisa de la dieta que analizar solo una proporción isotópica (Schoeninger et al., 1983: 1381). Esta tecnología ha sido utilizada en la arqueología Mesomericana y del norte de México. Por ejemplo en el sur del país en la región Maya se ha utilizado para el estudio de la relación de la dieta y los índices de incidencia de enfermedades de la salud de los pueblos (Wright y White, 1996), además de esto Wright (1992, 1994 en Reyes 2011:7)

ha estudiado

la dieta y las diferentes fuentes de recursos

comestibles y la evolución de los sistemas de relación social de los pueblos y las diferentes fuentes de recursos alimenticios. En esta región también se han estudiado los cambios de la dieta a través del tiempo (Acevedo, 1997). En el occidente de México también se ha aplicado el análisis de isótopos estables para conocerla dieta de los antiguos habitantes de esta región en un sitio del clásico mesoamericano (Reyes, 2011). En el centro de México en un barrio teotihuacano se realizó el análisis de isótopos estables de carbono, oxígeno y nitrógeno en restos óseos de fauna y humanos (Morales et. al. 2012: 347), como 103

ejemplo de este tipo de estudios para la arqueología del norte de México tenemos el trabajo de Ashley Jones quien aplica el análisis en restos óseos humanos del sitio arqueológico La Playa en Sonora (Jones, 2014). En nuestra región de estudio se comenzó a explorar esta técnica por Somerville (2014) quién realiza el análisis en huesos de lagomorfos procedentes de la zona arqueológica de la Ferrería en Durango y de la zona arqueológica de la Quemada en Zacatecas. Como se mencionó anteriormente, en esta investigación se realizará la reconstrucción de la dieta de la cultura Chalchihuites en su rama Guadiana, abarcando de las cuatro fases cronológicas aplicando el análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno en colágeno y matriz mineral de nueve huesos largos, dos costillas y nueve cráneos así como sedimentos, semillas, hojas y una muestra de concha, pertenecientes a nueve entierros funerarios de tres sitios del valle de Guadiana muy cercanos entre sí, esto con el objetivo de caracterizar la dieta de los antiguos pobladores de esta región y contar con una base de comparación para futuros análisis en otras regiones y grupos sociales que habitaron el Estado de Durango.

104

Capítulo IV Materiales y Métodos Se analizó el hueso total, la matriz mineral y el colágeno de nueve huesos largos, siete fragmentos de siete cráneos y dos fragmentos de dos costillas, que como se mencionó anteriormente pertenecen a tres fases de ocupación cultural y a tres sitios del Valle. Además de estos elementos óseos se utilizaron algunas muestras de botánica y un espécimen de concha. En este apartado se presentan los materiales y métodos empleados para la preparación de las muestras de sedimentos, semillas, hojas, concha y hueso total así como la extracción de colágeno y matriz mineral, sin embargo, aunque se ha analizado esta variedad de materiales, es importante aclarar que los datos en los que nos enfocamos más puntualmente son los obtenidos del análisis del colágeno, pues es en esta molécula proteica en donde se refleja la dieta en el hueso. Los códigos de las muestras de huesos largos se muestran en la tabla 5.

Tabla 6. Número de individuos y elementos óseos de la muestra.

Individuo 1 2

3

4 5

MUESTRA FEUE4L3HI FEUE4L3C FEUE1L5HD FEUE1L5FI FEUE1L5C FEUE1L2TD FEUE1L2HD FEUE1L2Cos FEUE2L1C FECCU1HD FECCU1TD FECCU1C

EDAD

SEXO

SITIO

FASE

Adulto

-

Ferrería

Río Tunal 1000-1150 d. C

Adulto

M

Ferrería

Río Tunal 1000-1150 d. C

Adulto

-

Ferrería

Río Tunal 1000-1150 d. C

Adulto

-

Ferrería

Las Joyas 850-1000 d. C

35-40

M

Ferrería

Ayala 600-850 d.C -

105

6 7 8 9

HUE1F HUE1C HUE3F HUE3Cos PAYE1FD PAYE1C PAYE2FI PAYE2C

35

M

Humedades

Ayala 600-850 d.C

30

F

Humedades

Las Joyas 850-1000 d. C

Adulto

M

Plan de Ayala Río Tunal 1000-1150 d. C

Adulto

M

Plan de Ayala Río Tunal 1000-1150 d. C

Preparación de muestras de hueso total Se inició preparando 10 muestras que serían usadas como prueba para saber el porcentaje de C y N presente en los elementos óseos, esto con la finalidad de conocer la calidad de muestra y si la cantidad utilizada era la apropiada. Primero se tomaron fragmentos de hueso que ya estaban desprendidos del elemento óseo completo, el tamaño no fue uniforme pues esto dependió de los residuos que estuvieran disponibles, en los casos en los que no se contó con fragmentos sueltos, el elemento óseo fue muestreado de las secciones que se mostraron con alguna fractura con ayuda de unas pinzas. 1. Las muestras se depositaron en tubos de plástico de 15 ml a los que se les agregó 10 ml de agua destilada, para proceder a la limpieza. La cual se realizó mediante un ultrasonido a temperatura ambiente en distintas sesiones con una duración de 20 minutos cada una. Cuando el agua se mostraba turbia la muestra se trasladaba a un tubo nuevo y limpio al que se le agregaban nuevamente 10 ml de agua y se seguía el mismo procedimiento en el ultrasonido, la muestra era retirada una vez que esta y el agua se mostraran limpias. Durante cada enjuague se formaron sedimentos de tierra, materia orgánica (raíces, carboncillo, etc) y hueso que se desprendía de la muestra, por este motivo algunas muestras fueron sometidas varias veces en el ultrasonido, dependiendo de la cantidad de restos orgánicos o sedimentos presentes, es fundamental erradicar la presencia de estos elementos pues su composición es ajena a la de los elementos óseos y 106

puede alterar los resultados del análisis. Estos sedimentos se conservaron para pesarlos y analizarlos posteriormente junto con las muestras de hueso.

Fotografía 10. Lavado de muestra

2. Los sedimentos que se desprendieron del hueso mediante la limpieza, fueron centrifugados a 4000 rpm durante 20 minutos.

Fotografía 11. Centrifugación para enjuagar

3. Una vez limpias las muestras de hueso y centrifugados los sedimentos (se les retiró el agua a los segundos) se pusieron a secar en la estufa durante 19 horas a una temperatura de 45 °C aproximadamente.

107

Fotografía 12. Secado de muestra en estufa.

4. Una vez secos los huesos y sedimentos se procedió a macerar los primeros y homogenizar los segundos en un mortero de ágata. El polvo resultante fue depositado en tubos de plástico de 1 y 15 ml, fue almacenado para disponer de él en los procedimientos siguientes (análisis elemental e isotópico de C y N en hueso total, colágeno e hidrioxiapatita).

Fotografía 13. Maceración del hueso total, en mortero de ágata.

108

5. De cada muestra de hueso se pesaron triplicados de 5 mg cada uno en una microbalanza y de los sedimentos solamente se pesaron 3 mg de cada uno (sin triplicados), se depositaron en cápsulas de estaño para muestras sólidas.

Fotografía 14. Pesado y encapsulado en microbalanza

Extracción de colágeno Existen varias trabajos que sugieren el tipo de cuidados para la extracción de colágeno Login (1971), Brock et al. (2007) y Hüls et al. (2007), se hizo uso de algunas de sus recomendaciones y de los estatutos marcados por el laboratorio donde se procesaron las muestras7.

7

Es importante reportar que los últimos fueron recomendados dado el evidente daño físico que tenían las muestras. Desde un principio las mediciones porcentuales de C y N se mostraron poco óptimas en cuanto a la calidad del colágeno, es por eso que fue necesario pesar más microgramos de los convencionalmente usados por otros análisis. Aunque nuestra relación C/N no se encuentra dentro del rango de calidad sugerido por DeNiro (1988) basándonos en los valores δ13C y δ15N resultan todos congruentes, aceptables y son óptimos para realizar este ejercicio pues nos permiten hacer comparaciones con valores isotópicos de otras regiones.

109

1. Se destilaron 20 tubos de vidrio de 15 ml en una mufla, a 350° durante una hora, con lo finalidad de eliminar restos de materia orgánica que pudiera alterar los valores porcentuales e isotópicos del colágeno óseo.

Fotografía 15. Destilación en mufla.

2. Del hueso macerado y almacenado (mencionado en la sección de hueso total) se separaron 100 mg de cada muestra que fueron pesados en la balanza analítica y se colocaron en los tubos de vidrio previamente destilados.

Fotografía 16. Pesado en balanza analítica.

110

3. Se añadió con una probeta 2 ml de HCl al 10 % a cada muestra (a los 100 mg pesados en paso 1) durante 15 horas. Transcurrido ese tiempo, se formó un sedimento oscuro producto de restos orgánicos ajenos al hueso y un líquido amarillento el cual era el colágeno.

Fotografía 17. Extracción de colágeno

4. Se transfirió esa mezcla a tubos de plástico para poder ser centrifugada a 4000 rpm durante 20 minutos y separar colágeno del sedimento oscuro. El colágeno fue transferido nuevamente a tubos de vidrio limpios y destilados, el sedimento oscuro permaneció en el tubo de plástico.

Fotografía 18. Centrifugación de colágeno.

111

5. Tanto el colágeno como el sedimento orgánico se pusieron a secar en la estufa aproximadamente 4 días a una temperatura de 60 °C. Una vez secos se pesaron y encapsularon 18 mg de colágeno.

Extracción de carbonatos Para la obtención de los carbonatos, las muestras fueron sometidas a dos métodos para evaluar cuál era más confiable, se describen a continuación: 1. a) 1ml de NaClO al 2% en 5mg de hueso durante 4 horas. b) 1 ml de NaClO al 2% en 5 mg de hueso durante 3 días.

Fotografía 19. Extracción de carbonatos

2. Después de que pasó el tiempo solicitado en cada método, se le agregó a la muestra 5 ml de agua destilada (para enjuagar el NaClO 2% esto se hizo de dos a tres veces) y se puso a centrifugar 20 min a 4000 revoluciones. 3. Posteriormente se pusieron a secar en la estufa a 60 °C durante 15 horas, el resultado fue un polvo blanco, la parte mineral del hueso.

112

Fotografía 20. Carbonatos

4. Se pesó 1 mg de cada uno (en los casos en los que se tuvo suficiente material) y se encapsuló. 5. Al obtener los resultados se llegó a la conclusión que el mejor método era el 2 así que preparamos duplicados de matriz mineral con este método, también pesaron 1 mg.

Metodología de preparación de elementos asociados a la dieta En este apartado es importante aclarar que con “elementos asociados a la dieta” nos referimos a que estos materiales nos pueden proporcionar información valiosa a cerca del tipo de recursos que hay en la región e identificar plantas C3 , C4 o CAM. Dentro de las muestras que fueron sometidas al análisis elemental e isotópico de carbono y nitrógeno contamos con ciertos elementos distintos a los huesos en cuanto a su naturaleza, sin embargo, estos materiales tienen algo en común, su contexto. Materiales de botánica, hojas y concha fueron analizados por tratarse de elementos que pueden proporcionarnos datos referentes al tipo de recursos que había en la región (que no por estar disponibles necesariamente fueron consumidos), estos materiales pertenecen a dos contextos funerarios diferentes, pero forman parte del mismo asentamiento arqueológico, es decir, la zona 113

arqueológica de la Ferrería y los entierros a los que se les atribuyen dichos materiales son el FECCU1 (el entierro de casa colorada detectado en 2014 por Sandoval) y el FEUE4L3 (entierro de la pirámide detectado de 2011 por Punzo). Mediante el rescate del entierro funerario detectado cerca de la Casa Clorada realizado en el 2014 en la zona arqueológica de la Ferrería, se recuperaron algunas muestras de semillas y una lo que parecen ser hojas, que fueron analizadas para conocer el tipo de fuente presente en la región ya fuera plantas C3 o C4, estos elementos pertenecen al contexto del entierro con el código FECCU1, es importante aclarar

que

puede

ser

que

estos

elementos

sean

actuales,

pero

independientemente de eso, nos pueden servir para conocer el tipo de recursos, también fueron utilizados como punto de comparación. También se analizó un fragmento de concha esta muestra fue recuperada del contexto del entierro con el código FEUE4L3, que corresponde al entierro funerario detectado en el patio hundido que se localiza en la cima de la pirámide de la zona arqueológica de la Ferrería, este material fue utilizado como ornamento y no como alimento, pero se realizará su análisis porque puede funcionar como punto de comparación para esta u otras investigaciones ya que actualmente se cuenta como pocos datos isotópicos de conchas. Las muestras de botánica y concha tuvieron un proceso de preparación diferente al de los elementos óseos humanos, pues son más frágiles, sobre todo en el caso de la botánica. Las hojas y la concha no fueron lavados en el ultrasonido y no tuvieron contacto alguno con el agua, en cambio las muestras de semillas si fueron lavadas, centrifugadas y se pusieron a secar, de una manera muy similar a los métodos descritos anteriormente, especialmente el que describe la preparación de las muestras de hueso total, adelante se describirán lo pasos que se siguieron para la preparación de las muestras de semilla. Todas las muestras se depositaron en tubos de plástico de 1.5 ml pues eran de menor tamaño únicamente las semillas que serían sometidas a limpieza en ultrasonido se depositaron en un tubo de plástico de 15 ml. 114

Preparación de muestras de Semillas 1. Al tubo semillas FECCU1 de 15 ml se le agregaron 10 ml de agua destilada. 2. Se colocó en el ultrasonido durante 20 min. a temperatura ambiente, fue sometido a tres sesiones en ultrasonido, en cada sesión se cambiaron de tubo. 3. El tubo semillas FECCU1 Y FECCU1 semillas 2° (producto de los lavados y que contenían agua y sedimentos) se colocaron en la centrífuga a 4000 revoluciones durante 20 min. 4. Los tubos de sedimentos producimos por el lavado de las semillas y las semillas limpias, se pusieron a secar en la estufa a una temperatura de 60°C.

5. Una vez secas las muestras se pesó y encapsuló 1 mg de cada semilla (4) y 3 mg del sedimento que se formó de estas.

Fotografía 21. Referencia de muestras de botánica.

Preparación de muestras Hojas Se contó con dos hojas pequeñas, para preparar las muestras de este material únicamente se tomó la mitad de cada una para analizarlas. Por lo que fueron

115

pesadas en una microbalanza (.500 mg aproximadamente) y encapsuladas, sin recibir limpieza por lo frágil que se encontraban.

Preparación de muestras Concha La concha fue muestreada, únicamente se le extrajo un fragmento con unas pinzas y se maceró con un mortero de ágata, se pesó en la microbalanza y encapsuló.

Fotografía 22.

Metodología de preparación de muestras de sedimentos En esta sección se analizaron dos tipos de sedimentos, por un lado se encuentran los sedimentos producto de la limpieza de los huesos en el ultrasonido y por otro se analizaron los sedimentos producto de la tierra recuperada durante las excavaciones arqueológicas realizadas por el PIACOD, es decir la tierra asociada a los entierros. Los sedimentos formados por la limpieza de los huesos, estos estaban conformados de varios elementos que podían distinguirse a simple vista como material óseo, tierra y materia orgánica. Aunque el análisis de estos sedimentos no proporciona datos que puedan ayudarnos a caracterizar las dietas, fueron analizados con fines meramente metodológicos para mostrar y verificar que la limpieza de este tipo es necesaria realizarla, pues esa materia orgánica puede alterar nuestros valores elementales e isotópicos, además durante estas limpiezas 116

se pierde parte del material óseo de nuestra muestra, sin embargo esto no representa una pérdida significativa. Como se mencionó en la secciones de la metodología del hueso total, estos sedimentos se pusieron a secar en la estufa junto con los huesos. Posteriormente se pesaron y encapsularon 3 mg de cada uno. Otros sedimentos fueron analizados, se trata de la tierra de los pisos o rellenos de los entierros, de la cual se pesaron y encapsularon 5 mg. Esto con el objetivo de ver si los elementos óseos están afectados por procesos diagenéticos.

Análisis elemental e isotópico Después del proceso de preparación de las muestras se aplicó el análisis elemental e isotópico en un analizador elemental de combustión (Costech instruments) en interface con el espectrómetro de masas de razones isotópicas (Thermo scientific). La medición de las relaciones entre isótopos estables livianos, expresadas en forma de δ, se efectúa por espectrometría de masas de relaciones isotópicas (IRMS) sobre un gas extraído de la muestra que sea representativo de su composición isotópica. Un sistema automatizado se encarga luego del proceso de transformación de la muestra en gas de medición y su posterior transferencia al espectrómetro de masas de razones isotópicas y medición secuencial. Así mismo, el espectrómetro de masas puede ser de flujo a través de capilares o de flujo continuo (CF). El espectrómetro de masas de LESMA es de flujo continuo, por lo tanto la muestra previamente procesada entra al equipo llevada por un “gas carrier” (helio). En este caso la cantidad de muestra necesaria es de un orden menor (en nuestro caso para el hueso total se usaron 5 mg, para el colágeno 18 mg para el hueso mineral 1 mg. para los sedimentos 3 mg) y el tiempo total de medición raramente supera los 5 minutos por muestra (Paranello et al. 1987). 117

Fotografía 23. Analizador elemental (izquierda) y espectrómetro de masas (derecha) de razones isotópicas de CICIMAR-IPN

118

CAPÍTULO V Resultados de δ 13 C y δ 15 N En este capítulo se presentan los resultados del análisis de isótopos estables de δ13C y δ15N que se aplicó en 11 muestras de sedimentos que se obtuvieron de los suelos donde se detectaron los entierros, 11 muestras de hueso total en huesos largos que pertenecen a ocho individuos, siete muestras de cráneo, dos de costillas y 18 muestras de colágeno óseo humano así como cuatro muestras de elementos asociados a la dieta entre los que se incluyen hojas, semillas y concha, provenientes de una zona y dos sitios arqueológicos del valle de Guadiana, además de los datos obtenidos también se incluyen los gráficos de dispersión que permiten identificar patrones de subsistencia a lo largo del tiempo en el Valle de Guadiana. Este análisis fue realizado en el Laboratorio de Espectrometría de Masas del departamento de Oceanología del CICIMAR-IPN. Primero se presentan los resultados realizados en sedimentos y hueso total para conocer los valores isotópicos de los suelos de los entierros así como detectar procesos de diagénesis en los elementos óseos, después se presentan los resultados del colágeno óseo en husos largos, cráneo y costillas estos resultados se presentan en orden cronológico y finalmente se muestran los valores δ13C y δ15N obtenidos de las muestras de los elementos asociados a la dieta.

Valores isotópicos de sedimentos de entierros y hueso total Para conocer los valores isotópicos del suelo se realizó el análisis en 11 muestras de sedimentos cinco pertenecen a entierros de la zona arqueológica de la Ferrería, dos al sitio arqueológico de las humedades y cuatro al sitio arqueológico de Plan de Ayala, el análisis de estos sedimentos se realizó por dos motivos: 1) para conocer los valores δ13C y δ15N del suelo y compararlos con los valores de los elementos de botánica y 2) para apreciar en qué rango las muestras óseas se vieron afectadas por la interacción diagenética, los resultados son los siguientes:

119

Tabla 7. Valores δ13C y δ15N de los sedimentos asociados a los entierros Muestras

FEUE4L3T#270T FEUE4L3T FEUE1L2TP FEUE1L5B502T FECCU1B HUE1T HUE3T PAYE2B PAYE1T PAYE2T2 PAYE2T

δ 13 C -16.55 -16.64 -16.79 -17.20 -12.24 -16.88 -14.12 -17.00 -18.08 -17.84 -17.59

δ 15 N 3.72 3.54 4.67 5.82 4.92 8.01 6.57 3.46 4.86 5.48 3.93

Para apreciar mejor el grado de interacción diagenética que pudo haber afectado a los elementos óseos también se realizó el análisis de isótopos estables de δ13C y δ15N en el hueso total (Colágeno + matriz mineral) de las muestras de hueso largo (Tabla 8) y las muestras de cráneo y costillas (Tabla 9) que mostraron los siguientes valores: Tabla 8. Valores δ13C y δ15N en hueso total de muestras de hueso largo

Muestra

δ13C

±

SD

δ15N

±

SD

FEUE4L3HI FEUE1L5HD FEUE1L5FI FEUE1L2TD FEUE1L2HD FECCU1TD FECCU1HD HUE1F HUE3F PAYE1FD PAYE2FI

-11.13 -11.24 -11.07 -10.86 -12.72

± ± ± ± ± ± ± ± ± ± ±

0.25 0.8 0.35 0.24 0.11 0.49 0.38 0.28 0.03 4.09 0.52

0.73 2.29 5.25 2 2.04

± ± ± ± ± ± ± ± ± ± ±

0.92 0.83 0.19 0.15 0.38 0.01 0.13 1.13 0.09 1.42 0.57

-7.68 -7.81 -9.73 -8.74 -8.66 -10.46

8.29 8.03 8.31 6.18 5.61 5.89

120

Tabla 9. Valores δ13C y δ15N en hueso total de muestras de cráneo y costillas Muestra

δ13C

±

SD

δ15N

±

SD

FEUE4L3C FEUE1L5C FEUE1L2Cos FEUE2L1C FECCU1C HUE1C HUE3 cos PAYE1C PAY E2 C

-9.67 -12.4 -8.81 -9.9 -8.39 -10.1 -9.03 -9.83 -8.74

± ± ± ± ± ± ± ± ±

0.17 0.12 0.18 0.19 0.37 0.31 0.59 0.11 0.77

6.84 7.84 9.79 8.22 8.18 9.58 8.18 8.57 9.36

± ± ± ± ± ± ± ± ±

0.2 0.29 0.11 0.22 0.14 0.09 0.08 0.13 0.17

Para comprender la relación de los valores isotópicos de δ13C y δ15N de los sedimentos con las muestras óseas y apreciar el grado de interacción diagenética a continuación se presenta un gráfico de dispersión en el que se ve la correlación de los valores δ13C y δ15N de los sedimentos y del hueso total de huesos largos, cráneo y costillas. 12.00 10.00

Sedimentos

δ 15 N

8.00

SEDIMENTOS FERRERÍA SEDIMENTOS HUMEDADES

6.00

SEDIMENTOS PLAN DE AYALA Hueso total Ferrería

4.00

Hueso total Humedades 2.00

Hueso total Plan de Ayala

0.00 -20.00

-15.00

-10.00

δ13

-5.00

0.00

C

Gráfico 2. Relación de valores de δ13C y δ15N de sedimentos y hueso total de las muestras de cada sitio para apreciar interacción diagenética. 121

En el gráfico, no se observa una relación directa de los sedimentos con el hueso total, lo cual es indicio de que la limpieza que se realizó a las muestras fue adecuada y no presenta contaminación o la presencia de algún elemento ajeno a la composición del elemento óseo que altere los resultados del análisis.

Valores de δ13C y δ15N en colágeno óseo y elementos asociados a la dieta Zona Arqueológica de la Ferrería Entierro FEUE4L3 Los elementos óseos analizados de este entierro fueron un húmero y el cráneo. Los valores δ15N de ambos elementos son muy similares, de los triplicados de colágeno realizados para el húmero la media nos proporciona un valor de 8.48 %o mientras que para el cráneo los valores oscilan la cantidad de 8.58 %o. Los valores δ13C para ambos elementos también son muy similares, el húmero presenta valores con una media de -15.84 %o y el cráneo de -15.44%o. Entierro FEUE1L5 Se analizaron tres elementos óseos de este entierro que consisten en dos huesos largos los cuales son el húmero derecho (FEUE1L5HD) y el fémur izquierdo (FEUE1L5FI) así como un fragmento de cráneo (FEUE1L5C). Los valores de δ15N de todos los elementos varían entre ellos aunque esta variación no es significativa pues es de apenas 1%o o 2%o. En la muestra FEUE1L5HD es decir para el húmero la media de los triplicados resulta en 8.07 %o, la muestra correspondiente al fémur FEUE1L5FI presentó valores cercanos a los 9.68%o y el cráneo o muestra FEUE1L5C presentó valores menos enriquecidos en δ15N con ≈ 7.37%o. Con respecto a los valores de δ13C la muestra más enriquecida es la FEUE1L5FI de la que obtuvimos valores de -12.50%o, la muestra FEUE1L5C se está menos enriquecida con valores de -16.22%o, la muestra FEUE1L5HD presenta valores de -14.67%o. 122

Entierro FEUE1L2 (Casa 2) De este entierro se analizaron tres elementos óseos que consisten en dos huesos largos que fueron el húmero derecho con clave FEUE1L2HD, la tibia derecha identificada como la muestra FEUE1L2TD y un fragmento de costilla que tiene la clave FEUE1L2Cos. De la muestra FEUE1L2HD obtuvimos valores δ15N que oscilan entre 7.04%o la muestra FEUE1L2TD ofrece valores mayores lo cual indica un enriquecimiento ya que se obtuvieron valores de 9.31%o y la muestra FEUE1L2Cos es la más enriquecida pues la media de sus valores es de 10.44%o. En cuanto a los valores δ13C los de la muestra FEUE1L2Cos también es la más enriquecida con una media de -10.40%o y los valores de FEUE1L2HD y FEUE1L2TD fueron de -15.80%o y 14.39%o respectivamente. Como puede verse la muestra FEUE1L2Cos tiene un enriquecimiento de 5%o con respecto a la muestra FEUE1L2HD y de 4%o en comparación con la muestra FEUE1L2TD. Entierro FECCU1 De este entierro únicamente se pudo analizar el colágeno del cráneo que es la muestra FECCU1C, pues no fue posible obtener muestra suficiente de los huesos largos (FECCU1T y FECCU1H) para realizar el proceso de obtención de colágeno, por lo tanto solo se cuenta con los datos de la muestra FECCU1C. En cuanto a los valores δ15N se tienen valores de 8.94 %o, los valores de δ13C de esta muestra son los más enriquecidos pues la media de los datos es de -8.71 %o.

Sitio arqueológico de las Humedades Entierro HUE1 Se analizaron dos elementos óseos de este individuo los cuales fueron fragmentos de fémur y cráneo. Los valores de δ15N en el caso del fémur (clave HUE1F) fueron de 9.58%o y para el cráneo (HUE1C) de 10.22 %o. Los valores de δ13C el fémur tuvo valores de -11.96%o y el cráneo de -11.72%o. Como se puede ver los valores δ13C en ambos elementos óseos son uniformes. 123

Los valores δ15N de la muestra HUE1C es decir la que corresponde al cráneo son los más enriquecidos para esta fase cronológica, ya que en comparación con la muestra FEUE4L3C se tiene un enriquecimiento de ≈2%o y en contraste con los valores de la muestra FEUE1L5C se ve enriquecida en ≈3%o. Cabe destacar que el entierrro HUE1 tuvo un tratamiento funerario distinto al de los localizados en la Ferrería para esta fase. Entierro HUE3 De este entierro primario en posición de cúbito dorsal flexionado, se analizaron dos elementos óseos un fémur cuya clave de identificación es HUE3F y un fragmento de cráneo a esta muestra se le denominó HUE3C. Los valores δ15N de la muestra HUE3F tienen una media 8.66 %o valores muy uniformes con los obtenidos de la muestra HUE3C que presenta una media de 8.82%o. Los valores δ13C para HUE3F y HUE3C son de -14.36%o y -12.52%o respectivamente.

Sitio Arqueológico de Plan de Ayala Entierro PAYE1 De este entierro se analizaron dos elementos óseos el fémur y su muestra se identifica como PAYE1F y el cráneo, su muestra es PAYE1C, los valores de δ15N son muy homogéneos ya que son de 8.84%o y 8.04%o respectivamente. Los valores δ13C para la muestra PAYE1F fue alrededor de -13.68%o y para la muestra PAYE1C fue de -14.68%o. Entierro PAYE2 Al igual que en el entierro PAYE1 para este entierro se analizaron dos elementos óseos el fémur, que es la muestra PAYE2F y el cráneo que corresponde a la muestra PAYE2C.

124

Los valores δ15N para la muestra PAYE2F son de alrededor de 10.50%o los valores de PAYE2C son iguales a los del fémur ya que la media es de 10.52%o, los valores δ13C si muestran variaciones entre sí y el cráneo se encuentra más enriquecido con ≈4%o ya que dio valores que oscilan los -10.58%o mientras que la muestra PAYE2F dio valores de -14.41%o. Los valores de δ15N de este entierro son de los más enriquecidos y en comparación con el entierro PAYE1 muestra un enriquecimiento de ≈2%o. De manera general estos son los resultados obtenidos de δ13C y δ15N en el colágeno óseo los casos analizados. Para una mejor apreciación de los datos obtenidos se presentan en la tabla 9 todos los valores de δ13C y δ15N obtenidos del colágeno óseo de huesos largos en siete individuos pues del entierro FEUCCU1 y FEUE2L1 no se analizaron huesos largos y en la tabla 10 se muestran los valores isotópicos δ13C y δ15N de cráneo y costillas de los nueve individuos analizados.

Tabla 10. Valores de δ13C y δ15 N en colágeno óseo de huesos largos (HI= húmero izquierdo, HD= húmero derecho, FI= fémur Izquierdo, FD= fémur derecho, TD= tibia derecha) de siete individuos Muestra

Elemento

FEUE4L3HI Húmero Izquierdo FEUE1L5HD Húmero derecho FEUE1L5FI Fémur Izquierdo FEUE1L2HD Húmero derecho FEUE1L2TD Tibia derecha HUE1F Fémur HUE3F Fémur PAYE1FD Fémur derecho PAYE2FI Fémur Izquierdo

δ13Ccolágeno

±

SD

δ15 Ncolágeno

±

SD

-15.84 -14.67 -12.5 -15.8 -14.39 -11.96 -14.36 -13.42 -14.41

± ± ± ± ± ± ± ± ±

0.08 0.45 0.15 0.05 0.25 0.21 0.4 0.39 0.24

8.48 8.07 9.68 7.04 9.31 9.58 8.66 8.84 10.05

± ± ± ± ± ± ± ± ±

0.25 0.26 0.41 0.37 0.34 0.3 0.32 0.47 0.38

δ13Ccarbonatos ± -5.71 -5.65 -5.18 -5.65 -5.40 -5.83 -5.11 -5.21 -6.66

SD

± ± ± ± ± ± ± ± ±

0.28 0.11 0.37 0.11 0.69 0.28 0.35 0.24 0.12

En el caso de los huesos largos se notaron ciertas tendencias en los valores δ13C y δ15N dependiendo del tipo de elemento óseo analizado, es decir, los húmeros muestran valores δ13C entre -15.84%o hasta -14. 67 %o y los valores de δ15N oscilan en 7.04%o a 8.48 %o, en cambio, los valores δ15N de los fémures, en general 125

se muestran más enriquecidos ya que van de 8.66 %o a 10.05%o. Es importante tomar esto en cuenta sobre todo al momento de observar y analizar los gráficos de dispersión en donde puede parecer que un caso específico presenta un nivel trófico más alto o bajo, pero esto puede ser a causa del tipo de elemento óseo utilizado, también debe considerarse que de un solo individuo se analizaron hasta tres muestras de huesos distintos, por ejemplo, del entierro FEUE1L5 se tienen las muestras FEUE1L5HD (húmero derecho), FEUE1L5FI (fémur izquierdo) y FEUE1L5C (cráneo) que presentan los valores de δ15N 8.07%o, 9.68%o y 7.37 %o respectivamente, los cuales muestran diferencias de ≈ 1%o o 2%o, la misma recomendación se hace para los valores δ13C. Los valores isotópicos de las muestras de cráneo y costillas también muestran variaciones entre sí pero se presentan en la misma tabla por haber formado parte del segundo set de muestras analizadas.

Tabla 11. Valores de δ13C y δ15 N en colágeno óseo de cráneo (C) y costillas (Cos) de los nueve individuos analizados. Entierro

Muestra

Elemento

δ13Ccolágeno

±

SD

δ15 NColágeno

±

SD

δ13Ccarbonatos

SD

FECCU1

FECCU1C

Cráneo

-8.71

±

0.08

8.94

±

0.1

-7.09

0.18

´HUE1

HUE1C

Cráneo

-11.72

±

0.03

10.22

± 0.03

-9.66

0.95

3

FEUE2L1

FEUE2L1C

Cráneo

-14.35

±

0.04

8.07

± 0.23

-9.74

0.18

4

HUE3

HUE3Cos

Costilla

-12.52

±

0.03

8.82

± 0.13

-7.88

0.47

4

FEUE4L3

FEUE4L3C

Cráneo

-15.44

±

0.32

8.58

± 0.29

-6.3

0.20

5

FEUE1L5

FEUE1L5C

Cráneo

-16.22

±

0.29

7.37

± 0.09

-9.25

0.01

FEUE1L2

FEUE1L2Cos

Costilla

-10.4

±

0.05

10.44

± 0.05

-8.34

0.36

7

PAYE1

PAYE1C

Cráneo

-14.68

±

0.09

8.04

± 0.09

-7.1

0.68

8

PAYE2

PAYE2C

Cráneo

-10.58

±

0.02

10.52

± 0.03

-8.82

-6.93

N° 1 2

6

Fase Ayala

Las Joyas

Río Tunal

Los entierros FECCU1 y FEUE4L3 ofrecieron ciertos materiales a los que denominamos “elementos asociados a la dieta” que consisten en dos muestras de una especie de hojas, cuatro semillas redondas de color (detectadas en el entierro FECCU1) y una muestra de concha (en el entierro FEUE4L3) sin embargo, no significa que estos elementos hayan sido consumidos por estos individuos, el uso 126

de estos materiales nos brindó información importante para conocer el tipo de plantas que había en la región y con esto podemos inferir el tipo de fuente de energía y recursos disponibles en la región, los valores obtenidos del fragmento de concha nos permitirá tener una referencia para detectar a los individuos que pudieron tener una dieta que incluyera alimentos marinos8 Los valores δ13C y δ15N de estos elementos se muestran en la siguiente tabla:

Tabla 12 Valores δ13C y δ15N de elementos asociados a la dieta Muestras Semillas A Semillas B Semillas C Semillas D Hoja Hoja 2 FEUE4co 9

δ13C

δ15N

-11.09 -13.31 -14.14 -11.99

-2.56 -1.48 -0.74 -2.49

-21.43

6.94

-23.26 -5.43

0.89 -1.20

Los valores de δ13C y δ15N de las hojas corresponden a plantas tipo C3 y las semillas son plantas tipo C4, Deines (1980) presenta datos de valores δ 13 C VPDB en plantas C3 y C4, estos datos están en el capítulo III de este documento. Para el análisis de la dieta nos basaremos únicamente en los valores δ13C y δ15N del colágeno óseo y los elementos asociados a la dieta, dicho análisis se presenta en el siguiente apartado.

8

Sobre todo para las fase río Tunal y Calera en donde se reporta mayor interacción de la cultura chalchihuites con las culturas de la costa del Pacífico, específicamente la cultura Aztatlan, aunque no contamos con elementos óseos que pertenezcan a la fase Calera.

9

Muestra de concha.

127

Análisis de la dieta En esta sección se muestran los gráficos de dispersión que se obtuvieron mediante los datos de δ13Ccolágeno y δ15Ncolágeno y δ13Capatita de 18 muestras de restos óseos pertenecientes a nueve individuos de tres sitios del Valle de Guadiana anteriormente descritos. Los valores δ13C y δ15N de seis muestras de botánica que incluyen cuatro semillas y hojas recientemente recuperadas en la zona arqueológica de la Ferrería y una muestra de concha también obtenida en este lugar. Los resultados que se obtuvieron con la técnica de isótopos estables de carbono y nitrógeno por sí solos pueden proporcionar ciertos patrones alimenticios de las poblaciones antiguas, sin embargo, es necesario hacer comparaciones con los datos isotópicos de otras regiones previamente analizadas con esta técnica para poder detectar tendencias de consumo de determinados recursos. En el caso de nuestros datos esto es fundamental debido a que el análisis únicamente se realizó en restos óseos humanos y algunas muestras de botánica, por lo que fue necesario utilizar datos de fauna arqueológica de regiones que tengan un medio ambiente similar a nuestra área de estudio y que sean más o menos de la misma temporalidad. Por lo anterior, para dicha comparación se tomaron en cuenta valores de otras regiones las cuales son: Área Maya representado por el sitio Lamanai Picbitun, Belice (White et al. 1993); occidente de México, representado por el sitio el Tropel, Villa Álvarez, Colima (Reyes, 2011); Centro de México representado por el Barrio de Teopancazco en Teotihuacán (Morales et al. 2013) y norte de México con datos del sitio arqueológico la Playa, Sonora (Jones, 2014). Las comparaciones se realizarán tanto con datos obtenidos de restos óseos humanos de todas las áreas mencionadas y datos isotópicos obtenidos de muestras de fauna y botánica únicamente del occidente y del centro de México. Del valle de Guadiana se cuenta con la fortuna de contar con valores isotópicos de conejos y liebres pertenecientes a la zona arqueológica de la Ferrería, que junto con los valores isotópicos de botánica de esta investigación se logró completar esta información. Como se mencionó en el capítulo III los valores δ15N son un indicador de nivel trófico mientras que los valores δ13C son indicadores de los tipos de fuentes 128

de energía ya sea plantas C3, C4 o CAM que nos pueden indicar el acceso a recursos marinos o terrestres. En el gráfico 3 se muestra la relación de los valores δ13C y δ15N obtenidos en el colágeno de las muestras tanto de hueso largo, costilla y cráneo a los que se les adicionó la clave correspondiente a cada entierro en las tablas 9 y 10. En general, la distribución de los datos en este gráfico sugiere la ingesta de una dieta omnívora que incluye recursos tanto animales como vegetales de los que se insinúa un acceso homogéneo en las tres fases cronológicas y sitios.

12

HUE1C

PAYE2F

FEU1L5F FEU1L2T FEU4L3C

HUE3F

PAYE2C FEU1L2Cos

10

HUE1F FECCU1C

PAYE1F

HUE3Cos PAYE1C FEU2L1C FEU1L5C FEU1L5H

δ15Ncolágeno

FEU4L3H

8

FEU1L2H

6

4

2

0 -18

-16

-14

-12

-10

-8

-6

-4

-2

0

δ13Ccolágeno

Gráfico 3. Dispersión de todos los datos de colágeno óseo analizados

129

En la sección de resultados se mencionó que los datos presentan variabilidad dependiendo del elemento óseo del que se obtuvieron los valores, este es un aspecto con el que se debe ser cuidadoso al momento de hacer la interpretación. Por cuestiones de practicidad para la interpretación de la dieta serán tomados en cuenta los valores de δ13C y δ 15N en colágeno y δ13C en carbonatos obtenidos de los cráneos (n=7) y costillas (n=2), pues es más homogénea ya que la mayoría son cráneos. Además en todos los entierros que fueron muestreados para el análisis se cuenta con estos elementos, mientras que los huesos largos muestran variabilidad en sus valores entre húmeros y fémures y dos entierros (FECCU1 y FEU2L1) no fue posible muestrear huesos largos. En la tabla 13 se muestran valores de δ13C y15N en el colágeno óseo y dental de algunas áreas que incluyen a Mesoamérica y el Norte de México, en el gráfico de dispersión 4 se aprecia claramente la posición de los individuos de la cultura Chalchihuites con respecto a otros individuos de poblaciones más o menos contemporáneas, en donde los chalchihuiteños se sitúan en un lugar intermedio por encima de los individuos del Tropel, Colima y debajo de los habitantes de la Playa, Sonora que presentan un nivel trófico mucho más elevado que el resto de las culturas empleadas para la comparación. Tabla 13. Comparación con valores δ13C y δ 15N de otras regiones.

Estudio

Valle de Guadiana

El Tropel occidente

Temporalidad

Material

Muestra

Hueso largo

9

Cráneo

7

Costilla

2

300-900 d.C

Costilla

25

200-900 d.C

Molar

26

600-1150 d.C.

δ13C X ± Min -14.5 ± -19.47 -11.46 ± -16.55 -11.46 ± -16.55 -10.61 ± -13.14 -9.74 ±

SD X Max Min 1.33 8.86 -11.75 7.35 1.5 9.63 -8.62 7.30 1.50 9.63 -8.62 7.30 1.43 8.30 -8.37 5.35 2.37 10.30

δ15N ± SD Max ± 0.93 - 11.09 ± 1.14 - 10.54 ± 1.14 - 10.54 ± 1.48 - 11.05 ± 2.45

Referencia

Este estudio (Reyes, 2011) (Morales, 2012) 130

Centro de México

Hueso largo

Norte de México Área Maya Lamanai Picbitun, Belize

7 13

3250 a.C -1530 d.C

2500 a.C- 1521d.C

Costilla

50

300 a.C-900d.C

-

66

-18.03 -9.05 -10.41 -9.45 -11.6 -12.23 -15

- -6.96 ± 0.86 - -8.09 ± 1.16 - -7.6 ± 2.27 - -9.3

6.95 10.13 8.68 12.43 11.3 10.08 9.5

± ± ± -

19.4 2.54 15.81 0.56 13.2 0.50 10.9

-9.38 -10.63

± -

8.79 8.1

± -

0.49 9.3

0.85 -8.3

(Jones, 2014) (White y Schwarez 1989)

(White et al. 1993)

comparación con otras áreas 22

50% de plantas C4 /CAM en la dieta

20

70-90% de plantas C4 /CAM en la dieta

18 16 14

Peces marinos

Centro México

δ 15 N

12

El Tropel, Colima 10

La Playa, Sonora Picbitun, Belice

8

Carnívoros 1°

Valle de Guadiana

6

Herbívoros

4 2 0

-20

-18

-16

-14

-12

-10

δ

-8

-6

-4

-2

0

13 C

Gráfico 4. Comparación de

δ13C y δ 15N

con otras regiones

131

Como puede apreciarse en el gráfico 4 la tendencia de casi todos los datos es ubicarse en el cuadrante II entre el nivel trófico de los carnívoros primarios y peces marinos. Los individuos de la cultura Chalchihuites cumplen con esta tendencia. A continuación se mostrarán una serie de gráficos de dispersión que ilustrarán los datos δ13C y δ

15N

de las muestras que analizamos. Este tipo de

gráficos funciona muy bien para apreciar los distintos niveles tróficos de una especie con respecto a otra, así como definir el tipo de recursos que se están consumiendo. Para describir de manera más fácil el gráfico se tomó la ejemplificación presentada por Pedro Morales (2012) en la que el grafico presenta unas líneas que muestran algunos niveles tróficos de la cadena alimenticia y se dividió el plano de la gráfica en seis secciones identificadas con los numerales romanos del I al VI, empezando arriba a la izquierda y siguiendo el giro de las manecillas del reloj, en el cuadrante I se incluyen los datos que sugieren una dieta con componentes de plantas C3 que son indicador de plantas silvestres, en los cuadrantes II, III y IV con un intervalo de δ13C de -7 a -9.4 %o, se encuentran los valores de humanos que se alimentaron con plantas C4, mediante una dieta basada en carbohidratos del maíz (Morales et al. 2012: 372-373). En la siguiente tabla se muestran los valores δ13C y δ 15N de algunas especies de animales y plantas recuperados en contextos arqueológicos de distintas regiones de México. Aunque estos datos son de otras áreas de estudio pueden funcionarnos para sugerir algunos patrones de consumo de ciertas especies que pudieron haber habitado en el Valle de Guadiana pero que en este estudio no contamos con muestras.

132

Tabla 14. Comparación de valores δ13C y δ 15N de recursos alimenticios de otras regiones

Estudio

Ferrería

El Tropel Occidente de México

Teopancazco Teotihuacan

Material

Muestra

hoja

1

semillas

4

concha

1

conejos

-

Perros

8

δ13C X ± Min -

SD Max

-23.26 -12.63 ± 1.36 -14.14 - -11.09 -5.43 -11.6 ± 1.67 -15.69 -9.51 -12.35 ± 4.18 -20.43

Maíz

1

Venado

2

conejos

1

Liebres

3

Perros

3

Tlacuache

1

Puma

2

Guajolote

2

-9.3 -8.98 -18.95 ± 2.10 -20.43 - -17.46 -19.85 -16.79 ± 1.94 -18.99 -15.32 -7.73 ± 0.27 -8.04 -7.53 -12.63 -19.28 ± 11.14 -19.81 -18.75 -10.97 ± 6.64 -12.97 -8.97

X Min

-1.82 -2.56 5.97 1.238

7.33 4.46 4.55 4.46

5.50 2.47 9.74 9.11 7.14 7.13 5.91 5.36

δ15N ± 0.89 ± -1.20 ± ± 3.67 ± 4.38 ± ± 8.87 ± ± -

SD Max

Referencia

0.87 -0.74

Este estudio

2.02

Somerville, 2014 Reyes, 2011

12.51

1.84 9.28 0.13 4.64

(Morales et al. 2012)

2.81 8.02 0.92 10.79 4.12 7.15 3.46 6.46

133

20 70-90% de plantas 18 C4 /CAM en la dieta 16

50% de plantas C4 /CAM en la dieta

14

Peces marinos

12 10

Carnívoros 1°

δ 15 N

Herbívoros

-26

-24

-22

-20

-18

-16

-14

-12

-10

-8

-6

-4

8

Semillas Ferrería

6

Hoja Ferrería

4

Concha Ferrería

2

conejos Ferrería

0 -2 -2 0 -4 -6 -8 -10 -12 -14

δ 13 C

-16

Gráfico 5. Valores de δ13C y δ 15N en elementos asociados a la dieta

En primer lugar apreciamos en el gráfico de dispersión 5 los elementos de botánica y fauna asociados a la dieta 10 en el Valle de Guadiana, como se puede observar la hoja se encuentra en los valores que corresponden a las plantas C3, de acuerdo con lo propuesto por Deines ( ver tabla en capítulo III), por otro lado las semillas tienen valores que se relacionan con las plantas C4, pues quedan dentro

10

En este caso relacionamos a los elementos asociados a la dieta con las posibles fuentes de recursos presentes en el Valle de Guadiana, haciendo énfasis en sus valores isotópicos para tomarlos como punto de referencia y poder distinguir entre recursos C3, C4 y CAM, no nos referimos a que todos estos elementos formaron parte de la dieta de la cultura Chalchihuites.

134

del cuadrante III, con respecto a la media de los datos de los conejos arqueológicos de la Ferrería estos quedan un poco arriba del nivel que corresponde a los herbívoros, esto puede deberse a que también se alimentan de algunos insectos lo que provoca que se observen valores δ

15N

en un intervalo amplio, además se

posicionan en el cuadrante II que entra en lo que corresponde a los recursos C4 y CAM. En el gráfico de dispersión 5 se muestran los valores isotópicos δ13C y δ 15N de los elementos asociados a la dieta de este estudio que incluyen la muestra de hoja, cuatro semillas y una muestra de concha, también se incluyen los valores de δ13C y δ 15N del colágeno óseo conejos de la zona arqueológica de la Ferrería aportados por Andrew Somerville (2014) en contraste con los valores de δ13C y δ 1 5N

del colágeno óseo de fauna originaria de la zona arqueológica de Teotihuacán

(Morales et al. , 2012) y del Tropel, Colima (Reyes, 2011) los datos de este sitio también incluyen una muestra de maíz, los valores de estos estudios se muestran en la tabla 14.

135

20 18 70-90% de plantas C4 /CAM en la dieta 16

50% de plantas C4 /CAM en la dieta

Peces marinos

Carnívoros 1°

Semillas Ferrería

12

Hoja Ferrería

10

Concha Ferrería

8

conejos Ferrería

6

Herbívoros

4

δ 15 N -26

14

2 0 -24

-22

-20

-18

-16

-14

-12

-10

-8

-6

-4

-2

-2 0 -4

Conejo CM Liebre CM Perro CM Tlacuache CM Puma CM

-6

Guajolote CM

-8

Perros Occ

-10

Maíz Occ

-12

Venado Occ

-14

δ 13 C

-16

Gráfico 6. Valores δ13C y δ 15N de elementos asociados a la dieta en el Valle de Guadiana en contraste con valores de otras regiones.

A continuación se muestra el mismo gráfico con todos los valores de fauna pero en contraste con los valores δ13C y δ 15N del colágeno óseo de las muestras de cráneo y costillas.

136

20 18

50% de plantas C4 /CAM en la dieta

70-90% de plantas C4 /CAM en la dieta

16

HUE1C FEU4L3C

Carnívoros 1°

FEU1L2Cos

HUE3Cos

δ 15 N

-22

-20

-18

-16

-14

-12

-10

-8

conejos Ferrería

8

FECCU1C

Herbívoros

-24

Concha Ferrería

10

FEU2L1C

FEU1L5C

Hoja Ferrería

12

PAYE2C

PAYE1C

-26

Semillas Ferrería

14

Peces marinos

-6

-4

-2

Conejo CM

6

Liebre CM

4

Perro CM

2

Tlacuache CM

0

Puma CM

-2 -4 -6 -8

0

Guajolote CM Perros Occ Maíz Occ Venado Occ Fase Ayala

-10

Fase las Joyas

-12

Fase Río Tunal

-14

δ 13 C

-16

Gráfico 7. Valores δ13C y δ 15N en colágeno óseo humano, botánica y colágeno óseo de fauna del Valle de Guadiana y otras regiones.

137

En el gráfico de dispersión 7 los valores δ13C y δ 15N del colágeno óseo se exponen por fase cronológica y cada muestra tiene su clave que corresponde al entierro del que fue tomada, la mayoría de los datos del colágeno óseo humano se concentran en el cuadrante II que sugiere la ingesta de plantas C4 en 50% de la dieta, también se aprecia que el nivel trófico que ocupan se encuentra un poco más arriba de la línea de los carnívoros primarios como el puma, estos dos aspectos sugieren una dieta omnívora, en la que se están consumiendo tanto productos animales y vegetales en todas las fases cronológicas. Con respecto a los valores isotópicos de nuestros elementos asociados a la dieta se observa que ninguno formó parte de la dieta de los chalchihuiteños, pues el nivel trófico de los individuos humanos con respecto a nuestros materiales de botánica (hojas y semilla) y fauna (concha) debería verse enriquecido 4%o , en cambio, en el caso de las semillas, los valores de los humanos se ven enriquecidos ≈22 o 24 %o , con respecto a la hoja se muestra un enriquecimiento de ≈ 8 a 10 %o y en relación con la concha ≈ 8%o. Por otro lado, los datos de conejos de la zona arqueológica de la Ferrería (Somerville, 2014) si muestran un cambio en el nivel trófico y los individuos del Valle de Guadiana se encuentran enriquecidos 4%o en los valores de δ 15N , lo cual indica que formaron parte de la dieta habitual de estos individuos. Mediante la comparación de los valores isotópicos de los conejos y liebres del Centro de México (Morales et al. 2012) y los de los conejos del Valle de Guadiana, se definió un aspecto importante sobre la vida cotidiana de la cultura Chalchihuites, en el gráfico los valores de conejos y liebres del centro de México se ven concentrados en el cuadrante I que como se mencionó anteriormente, corresponde dietas que provienen de plantas C3, lo cual significa que estas liebres y conejos estaban en libertad y se alimentaban de lo que tenían en su entorno, en cambio la media de los valores de isótopos estables de los conejos de la zona arqueológica de la Ferrería se ubican en el cuadrante II lo cual indica que se alimentaban con plantas del tipo C4 en un 50 % de la dieta, es decir plantas que estaban siendo cultivadas por el hombre ( por ejemplo maíz) pero que su dieta está 138

siendo complementada con plantas C3, esto puede ser indicio de que se practicaba la crianza de conejos para consumo humano, pues por la posición en la que se encuentran los datos claramente no son conejos silvestres, incluso se encuentran posicionados cerca de animales domésticos como el Guajolote del Centro de México y los perros del Occidente de México, animales que Morales (2012) y Reyes (2011) reportan que están siendo criados y alimentados con el maíz que consume la población, sugerimos que mismo está ocurriendo con los conejos del Valle de Guadiana. En general los individuos de la cultura chalchihuites se ubican en el nivel trófico que corresponde a los carnívoros, similar al que tiene el puma, con acceso plantas C4 en un 50 % de la dieta, es decir en las que se encuentra el maíz y otras plantas, aunque destaca la posición de dos individuos que corresponden a los entierros FEU1L5C y FEU4L3C que se encuentran en el cuadrante I casi en el límite para estar en el II, lo que los posiciona en los recursos de plantas C3 lo cual puede sugerir dos cosas, 1) que estos individuos incluyeron en su dieta recursos botánicos silvestres, obtenidos probablemente mediante la recolección o bien, 2) incluyeron en su dieta carne de animales silvestres que consumían plantas C3, los cuales fueron obtenidos mediante la caza. El individuo con la clave FECCU1C se muestra dentro del cuadrante III en donde predomina la dieta que se basa en recursos C4 en un 70-90% de la dieta, lo cual indica el consumo constante de maíz. En el capítulo III se mencionó la existencia de un modelo propuesto por Kellner y Schoeninger (2007) que genera un marco teórico que permite distinguir de una mejor forma el origen de las dietas, ya sea con proteínas de plantas C3, C4 o proteína marina, para este modelo se utilizan los valores δ13Ccolágeno y δ13Ccarbonatos técnicamente cuando se tienen dietas con 100% de carbohidratos y lípidos provenientes de plantas C4, éstas se localizarán en la parte superior de esa línea. De forma similar, en la definida por la proteína de plantas C3, los carbohidratos y lípidos provenientes de plantas C3 se localizarán en la parte baja de esta línea. Las dietas mixtas entre fuentes de carbohidratos y lípidos C3 y C4 tienen su lugar entre los puntos finales de cada una de las líneas de regresión para la proteína específica 139

C3 o C4 de la dieta. En cuanto a la línea de regresión para la proteína marina se puede observar que esta no se encuentra paralela a las otras dos y además se intersecta con la línea de proteína C4 en la parte baja del gráfico, esto puede deberse a que actualmente se cuenta con una cantidad de muestras reducidas, por lo que es necesario emplear otras líneas de evidencias para distinguir con mayor claridad entre la línea de dieta con proteína C4 y la dieta de proteína de origen marino en esta zona (Morales et al. 2012: 382). Como este modelo fue generado con valores isotópicos de animales modernos se debe considerar realizar una corrección de δ13C -1.5%o en las dos variables (δ13Ccolágeno y δ13Ccarbonatos) por cambio climático, ya que el δ13C de la atmósfera moderna se ha modificado por el uso de combustibles fósiles (Morales et al. 2012: 379). En México los pocos estudios (o tal vez los únicos hasta el momento) que se han realizado en poblaciones humanas antiguas y que han hecho uso de este modelo de Kellner y Schoeninger (2007) son los efectuados por Pedro Morales et al. (2012) en el barrio de Teopancazco en Teotihuacán y Ashley Jones (2014) en el sitio arqueológico La Playa, que se localiza cerca del pueblo de Trincheras, Sonora. Como este modelo permite la comparación directa de las poblaciones arqueológicas nuestro datos serán comparados con los datos de los individuos de Teopancazco para lograr una identificación de los componentes mayoritarios de la dieta, la comparación se realizará específicamente con estos individuos porque sus datos muestran que están directamente relacionados con la línea de fuente de proteínas C4,

en los gráficos de dispersión empleados anteriormente nuestros datos

mostraron la tendencia al consumo de una dieta mixta es decir se consumían recursos C3 y C4, el siguiente modelo nos ayudará a determinar mejor la fuente de proteína empleada.

140

-20

-18

-16

-14

-12

-10

-8

-6 0

Energía 100% C4 -2

Linea de proteína C3

-4

Linea de proteína marina

Linea de proteína C4 -6

FEU4L3C PAYE1C

FECCU1C HUE3Cos

PAYE2C

FEU1L5C

-8

FEU1L2Cos FEUE2LI

HUE1

-10

-12

δ13C Carbonatos

-22

δ13C Colágeno

Fase Ayala Fase las Joyas Fase Río Tunal

-14

Gráfico 8. Modelo Kellner y Schoeninger, 2007.

141

El gráfico 8 que desarrolla el modelo de Kellner y Schoeninger muestra el acceso fuentes de carbohidratos y lípidos C3 y C4 y comprueba la tendencia a una dieta mixta pues nuestros valores se concentran en el extremo inferior de las líneas de regresión que corresponden a los a las proteínas C3 y C4, en cambio los valores de los individuos de Teopancazco muestran una tendencia muy marcada al consumo de proteína C4 pues se posiciona en el extremo superior de la línea de regresión que corresponde a este tipo de dieta, como se mencionó anteriormente. Mediante los gráficos de dispersión en los que se usan los valores δ13C y δ 15N

del colágeno óseo y el modelo de Kellenr y Schoeninger (2007) en el que se

emplean los valores de δ13C tanto del colágeno como de los carbonatos del hueso, se detectaron ciertos patrones alimenticios que se explican en el siguiente capítulo.

142

CAPÍTULO VI Conclusiones Interpretaciones por fase cronológica De acuerdo con el gráfico de dispersión 7 y el gráfico donde se presenta el modelo de Kellner y Schoeninger (grafico 8) se realizaron los siguientes grupos de tendencia alimenticia por fase cronológica:

Fase Ayala 600-850 d.C. La dieta de esta fase se caracteriza por contar con el acceso constante a recursos C4 a los que corresponden plantas como el maíz y amaranto, los entierros analizados para esta fase presentan los valores de δ13C más altos y corresponden al el entierro FECCU1, localizado en la estructura denominada Casa Colorada de la zona arqueológica de la Ferrería y en el gráfico de dispersión 7 se posiciona en el cuadrante III en donde se define el consumo de una dieta de 70-90% de plantas C4. En cuanto al entierro HUE3 este se localiza en el cuadrante II en el que se posicionan las dietas que se basan en un 50% de plantas C4. Por lo anterior se puede decir que el modo de subsistencia utilizado durante esta fase es el de la agricultura mediante la cual se están obteniendo los recursos C4, sin embargo se hace uso ocasional de otro modos de subsistencia, específicamente la recolección para obtener recursos del tipo C3 mediante los que se complementó la dieta. El nivel trófico de ambos individuos, determinado por sus valores δ 15N, indica el consumo de carne, pues se posicionan por encima de la línea de los carnívoros 1° y de acuerdo a su posición δ13C los tejidos de animales que se incluyeron en la 143

dieta presentan la ingesta de recursos C4, lo cual indica que se trata de animales que están siendo domesticados. De acuerdo con el modelo de Kellner y Schoeninger (2007) representado en el gráfico 8 las muestras que representan a esta fase se posicionan en la línea de proteína C4, lo cual confirma que estos recursos son los más consumidos y por lo tanto la agricultura y crianza de animales son las principales actividades de subsistencia. La dieta de esta fase cronológica se caracteriza por contar con el acceso de recursos C4 principalmente y C3 solo como complemento y en una medida mínima los dos individuos analizados para esta fase se ubican en un nivel trófico que corresponde a los carnívoros primarios. El acceso a recursos C4 como el maíz, fue definido por el entierro con la clave FECCU1. Este individuo se posiciona en el cuadrante III que es donde se ubican los valores de los individuos que tuvieron una dieta basada en plantas domésticas de cultivo como el maíz. Cabe destacar que este individuo muestra los valores δ13C en el colágeno óseo más enriquecidos y el cuadrante III es en el que se posicionan los individuos con una dieta que se basa en un 70-90% de plantas C4 en la dieta. Por su posición trófica vemos que se está alimentando de animales domésticos. El entierro con clave HUE1 detectado en el sitio arqueológico de las Humedades,

que

consiste

en

un

conjunto

de

unidades

habitacionales

cuadrangulares, se posiciona en el cuadrante II que corresponde a las dietas basadas en un 50% de plantas C4 pero complementando la dieta con productos silvestres correspondientes a plantas C3, por su posición trófica se determina que consume carne de animales domésticos. Alrededor de esta fase o un poco antes se registra la llegada y establecimiento de la cultura Chalchihuites al sur del estado de Durango. Durante esta fase hay una fuerte actividad constructiva en la zona arqueológica de la Ferrería y se construyen las principales estructuras cívicas ceremoniales por 144

ejemplo la pirámide, en las que plasman un bagaje cultural que tienen bien establecido pero esta carga cultura no solo se manifiesta en las estructuras y materiales cerámicos también a través de las actividades de subsistencia que se presentan en periodo pues se puede decir que llegaron conociendo de manera precisa cómo debían obtener su sustento alimenticio.

Fase las Joyas 850-1000 d. C. La dieta esta fase no varía mucho con respecto a la anterior, los entierros analizados para este periodo son el FEU2L1 y el entierro HUE3. Ambos individuos se posicionan en el cuadrante II lo que indica la ingesta de 50 % plantas tipo C4 pues

los modos de subsistencia para este periodo no se

modificaron y fue posible continuar haciendo uso de la agricultura y la crianza de animales. La posición del individuo FEU2LI se encuentra muy cerca del cuadrante I pues aunque consumió más constantemente animales y vegetales con una carga en recursos C4 su dieta fue fuertemente complementada con recursos de tipo C3, su posición trófica manifiesta el consumo de animales silvestres y domesticados. En individuo HUE3 sigue el patrón de la alimentación seguida durante la fase Ayala, es decir el fuerte consumo de plantas de tipo C4 y la ingesta de animales domésticos que consumieron este mismo tipo de recursos. Con el modelo de Kellner y Schoeninger se confirma esta tendencia a una dieta rica en recursos C4, aunque en este modelo los individuos de esta fase se encuentran cerca de la línea de proteína marina, esta tendencia se debe, a que la línea de proteína marina y la línea de proteína de plantas C4 tiende a intersectarse en la parte inferior del modelo, sin embargo comprando con el gráfico de dispersión 7 y por el nivel trófico que muestran los individuos se puede concluir que esta posición se debe más específicamente a recursos C4. Para esta fase se presenta una dieta muy homogénea ya que todos los individuos se ubican en el cuadrante II que indica una dieta compuesta con un 50 145

% de plantas C4, aunque la dieta está siendo complementada en menor medida con recursos C3. La dieta de esta fase se caracteriza por el dominio del consumo de recursos provenientes de la agricultura sobre los recursos silvestres, lo cual indica una estabilidad en los modos de subsistencia. Un factor importante es que durante esta fase y la anterior, se está consumiendo carne de conejos domésticos, los cuales están siendo alimentados con plantas C4 que consumen los chalchihuiteños y con plantas silvestres, es decir recursos C3, estos animales muestran una señal de valores δ13C muy parecida a la de los individuos de la cultura Chalchihuites que va desde -16 a -7%o, lo que indica que son animales en cautiverio que están siendo alimentados constantemente por humanos. Esta fase se caracteriza por ser el periodo de esplendor de la zona arqueológica de la Ferrería, además es cuando hay más población y cómo podemos ver esto está influyendo en los modos de subsistencia que se registran para esta fase, pues es necesario practicar actividades que garanticen el sustento alimenticio de toda la población es por eso que la agricultura y domesticación de animales se practica durante el la primer fase (Ayala) se define en la segunda (Joyas) y perdura hasta la fase Río Tunal. Mediante lo revisado hasta el momento, se puede decir que la dieta característica de la cultura Chalchihuites está siendo determina por recursos C4 como el amaranto y maíz, obtenidas mediante la práctica de la agricultura y a un nivel muy bajo se consumen plantas de tipo C3 como el frijol, calabaza, pepitas, etc. únicamente a modo de complemento, el consumo de conejos domésticos y probablemente otros animales domésticos como el guajolote y el perro, es parte fundamental en la dieta de los chalchihuiteños. La presencia de este tipo de animales se ve reflejada en la iconografía de la cerámica que caracteriza a estos periodos de tiempo, en donde los diseños resultan ser más naturalistas y mediante este material los chalchihuiteños manifiestan los recursos naturales disponibles en su medio ambiente. 146

.

Fase Río Tunal 1000-1150 d. C De acuerdo con diversos estudios arqueológicos se puede decir que la fase de ocupación más compleja es esta, pues presenta varios cambios sociales e iconográficos, el tema de la dieta no fue la excepción. La muestra perteneciente a esta fase es la más amplia pues se analizaron los entierros FEUE4L3, FEUE1L5, FEUE1L2 , los cuales cuentan con fechas de radiocarbono y los entierros del sitio de plan de Ayala PAYE1, PAYE2. Durante esta fase se practicó una dieta mixta y los valores que la caracterizan se encuentran distribuidos en los cuadrantes I y II los cuales son muy diferentes en cuanto al tipo de recursos que ejemplifican. En el cuadrante I se aprecia el entierro FEUE4L3 este individuo se detectó en el patio hundido de la pirámide de la zona arqueológica de la Ferrería, como una forma de sacralizar el espacio, su dieta resulta peculiar y muy distinta a la registrada hasta el momento en las otras fases cronológicas. Su posición describe que se trata de un individuo que tenía una dieta basada en recursos C3, se encuentra en un punto similar a la de los datos de conejo silvestre que proporciona Morales et al. 2012, pues se alimentó de tejidos de animales silvestres y a su vez estos animales se alimentaban de plantas C3. En este cuadrante también se ubica el entierro FEUE1L5 que se recuperó en la estructura denomina Casa 2 en la zona arqueológica de la Ferrería al igual que el individuo anterior, éste también se alimentó constantemente con recursos C3, y carne de especies silvestres pequeñas como el conejo. El individuo PAYE1C sigue la tendencia de consumo de los individuos anteriores pero se mantiene en el cuadrante II en donde la dieta se basa en 50 % de plantas C4, la dieta de este individuo está siendo complementada con muchos recursos vegetales C3 pero complementa su dieta con algunos recursos C4 y el consumo de animales domésticos. 147

El modelo de Kellner y Schoeninger (2007) confirma esta tendencia al consumo de proteína C3 pues los datos de estos individuos se encuentran en esta línea, en el caso del entierro FEUE4L3 y FEUE1L5, el entierro PAYE1C también se encuentra cerca de esta línea. Lo que esto nos dice que es para estos individuos la caza y recolección de recursos C3 es la fuente de su sustento alimenticio, por lo que se ve un cambio en los modos de subsistencia en el que algunos individuos reemplazan la seguridad que brinda la agricultura y la crianza de animales por la búsqueda de frutos y animales silvestres. Los entierros PAYE12 y FEUE1L2 se colocan en una posición cercana en el gráfico de dispersión 8 y por tal motivo su interpretación se realizará en conjunto. La dieta de estos individuos se contrasta totalmente con lo descrito hasta el momento para esta fase, pues éstos, se ubican en el cuadrante II inclinándose mucho hacia el cuadrante III, por lo tanto estos, tienen una dieta rica en recursos C4 proveniente de plantas y de animales que están siendo domesticados. En el modelo de Kellener y Schoeninger se ubican en la línea de proteína C4 lo cual confirma lo interpretado a partir del gráfico de dispersión 7. En esta fase se aprecian posturas drásticas en cuanto a los recursos ingeridos y los modos de subsistencia, pues podría decirse que se está basando en un sistema mixto, en el que se practica la caza y crianza de animales así como la recolección y cultivo de plantas, estas actividades no están siendo realizadas de forma igualitaria como en el caso de las fases anteriores, esto sugiere que durante este periodo se está haciendo uso de todo lo que se tiene al alcance. Los acontecimientos socioculturales que caracterizan esta fase se describen que la zona arqueológica de la Ferrería decae y surgen otros centro hegemónicos entre los que se encuentra el sitio arqueológico de Plan de Ayala, el otro centro que se ha detectado es Navacoyán. Durante esta fase se registra

la presencia de 148

materiales que provienen de la costa del Pacífico como malacates globulares, debido a los cambios ocurridos durante esta fase y esta estrecha relación con la costa del Pacífico se esperaba ver en los individuos del Valle de Guadiana de esta fase tuvieran un nivel trófico más elevado, muy cercano a la línea de consumo de productos marinos, aunque los datos no muestran que esto haya ocurrido. Sin embargo si muestran un cambio en las tendencias de consumo registradas en las fases anteriores, lo cual está relacionado con los acontecimientos llevados a cabo durante este periodo de tiempo. Sin embargo a pesar de los cambios notados, se mantienen ciertas tendencias de consumo y modos de subsistencia que muestran la fuerte aprehensión a las costumbres de subsistencia y alimentación a pesar del estrés social, político y económico que se vivía en ese momento. .

Conclusiones finales Por lo anterior podemos concluir que las hipótesis y objetivos plateados en esta tesis se cumplieron en unos aspectos y en otros casos fueron complementados. La hipótesis 1 de esta investigación fue verificada, ya que la dieta de la cultura chalchihuites en sus primeras tres fases de ocupación pudo ser caracterizada mediante el análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno aunque la muestra era pequeña, mediante esta caracterización cuantificada se determinó que los acontecimientos sociales ocurridos en cada fase cronológica si influyeron en la dieta y en los modos de subsistencia que se registran para cada fase. Esta información se aprecia más claramente durante la fase Ayala (600-850 d.C.) y Río Tunal (10001150 d.C.) en donde se registra un cambio notorio en los modos de subsistencia y por tanto en el tipo de dieta, pues los individuos de la fase Ayala tienen una dieta rica en recursos C4 que fueron absorbidos mediante el consumo de plantas de este tipo y animales domésticos específicamente conejos, lo cual indica para esta fase el uso de la agricultura y crianza de animales como fuente principal de subsistencia. Durante la fase las Joyas (850-1000dC) se sigue el patrón de la fase anterior y se presenta estabilidad en cuanto a las actividades de subsistencia, tendiendo hasta 149

aquí a una dieta homogénea entre los individuos analizados, pues el consumo de plantas domésticas es más constante aunque la dieta es complementada con plantas silvestres pero en menor medida. Esta tendencia se interrumpe durante la fase Río Tunal (1000-1150) pues para este periodo se registra el acceso abundante a distintos tipos de recursos C3 y C4 que están siendo adquiridos mediante el uso constante de la caza, recolección agricultura y crianza de animales, pero dichas actividades se realizaron de manera restringida, es decir no todos estaban obteniendo sus alimentos de la misma manera y tampoco estaban comiendo lo mismo. En este caso los acontecimientos socioculturales ocurridos durante esta fase sí influyeron en el tipo de dieta y modos de subsistencia pues los inicios de la decadencia de la Ferrería y el auge de otros sitios así como cambios en la iconografía cerámica lo cual también es indicio de un cambio ideológico que involucró también la alimentación. En cuanto a la hipótesis 2 en la que se parte de la idea de que la dieta netamente característica de la cultura chalchihuites se vería reflejada en los datos isotópicos que corresponden a la primera y segunda fase, es decir, la fase Ayala y las Joyas respectivamente y que durante la fase Río Tunal se verían reflejados datos que correspondieran a productos foráneos especialmente de la costa del Pacífico por ser durante este periodo cuando se establecen relaciones culturales entre ambas regiones, resulta verídica en cierta medida y se complementa con la idea establecida en la hipótesis alternativa,

que en conjunto generaron el

conocimiento de que la dieta netamente característica de la cultura Chalchihuites en su rama Guadiana se ve reflejada en los valores isotópicos obtenidos de los entierros de las fases Ayala (600-850 d.C.) y las Joyas (850-1000 d.C.) el periodo que abarca el acomodo y esplendor de la cultura Chalchihuites en la región del Valle de Guadiana, y consiste en el consumo de una dieta que se basa entre un 50% , 70-90 % de plantas C4 y la obtención de carbohidratos y lípidos obtenidos de la proteína C4 como el maíz, el consumo de carne de animales domésticos, específicamente conejos y la práctica de la recolección de recursos C3 únicamente para complementar la dieta. Esta tendencia se rompe en la fase Río Tunal, pero no 150

se identifica el consumo de recursos marinos tentativamente provenientes de la costa del Pacífico lo cual corrobora en parte la hipótesis alternativa que afirma que los habitantes

durante este periodo a pesar de los cambios ideológicos, el

decaimiento de la Ferrería y la interacción con otras regiones, los Chalchihuiteños fueron capaces de seguir obteniendo su sustento alimenticio en esta región, pero alteraron los modos de subsistencia que formaban parte de la carga cultural con la que habían llegado durante la fase Ayala. Un rasgo que se mantiene constante durante las tres fases es la crianza y consumo de conejos y probablemente la de otros animales de los que no tenemos datos, Parmalee (1964) quién realizó un análisis de la fauna detectada en la zona arqueológica de la Ferrería mediante las excavaciones de Charles Kelley reporta que el 44% de los restos faunísticos detectados son de conejos y liebres que debieron haber sido cazadas en la región, también reporta que se recuperó un punzón hecho con el fémur de un conejo, lo cual muestra las distintas dimensiones que tuvo este alimento desde el punto de vista técnico, ideológico (representaciones en cerámica) y nutricional. Mediante esta investigación se determinó que los conejos además de ser cazados eran criados de manera similar a como ha ocurrido en otras regiones como Teotihuacán donde se dedicaban a la crianza de perros para el consumo alimenticio. En cuanto a los objetivos tanto generales como específicos, todos fueron cumplidos satisfactoriamente pues con respecto al primero, se logró caracterizar la dieta de la cultura Chalchihuites en su rama Guadiana y además se logró sugerir los modos de subsistencia utilizados durante las primeras tres fases de ocupación de estos individuos mediante la técnica de isótopos estables de carbono y nitrógeno en los nueve entierros muestreados para este análisis. En cuanto a los objetivos específicos se definió el tipo de recursos consumidos y el nivel trófico que ocuparon estos individuos con respecto a otros elementos asociados a la dieta también se determinó que existieron variaciones en

151

el tipo de recursos consumidos durante el periodo temporal que abarca el 600d.C al 1150 d.C. Se generó una base de datos de valores de isótopos estables de carbono y nitrógeno que servirá como base de referencia para futuros análisis dietéticos en la región así como para generar comparaciones con estudios similares realizados en poblaciones antiguas de otras regiones. Se analizó la variación de los valores isotópicos de carbono y nitrógeno entre sitio de estudio, aunque estas variaciones no son tan drásticas, se logró detectar ciertos cambios dietéticos por fase cronológica, más no por sitio pues los tres sitios que se analizaron muestran valores homogéneos entre sí, incluso los datos del sitio de la Humedades en contraste con los de la Ferrería no muestra variaciones drásticas a pesar de que el primero es un sitio doméstico mientras que el segundo se identifica como un centro cívico-ceremonial. Esta información fue corroborada mediante el gráfico de dispersión 7. Adicionalmente, esta investigación establece un campo de estudio que puede ser analizado más ampliamente en el futuro, en el que puede plantearse el análisis mediante ésta técnica de restos óseos de otras poblaciones que habitaron la región en distintos periodos de tiempo, tal es el caso de la cultura Loma San Gabriel 11 y Aztatlán así como de otras colecciones osteológicas que han sido recuperadas tanto por investigadores (Kelley, 1956; Hers, 1992) como por aficionados a la arqueología (Peschard, 1983; Lazalde 1987; Ganot et al., 1990) y el análisis de restos óseos de fauna y botánica actual y arqueológica, para poco a poco, generar una reconstrucción y caracterización de la dieta de todas las poblaciones antiguas que habitaron el estado de Durango. También se espera que pronto podamos abarcar 11

Solo sería cuestión de tiempo para que mediante otras excavaciones se puedan recuperar más

colecciones óseas ya sea mediante la excavación o gestión de aquellas colecciones que no se encuentran en el estado o en el país.

152

todas las fases cronológicas de la cultura Chalchihuites en su rama Guadiana para conocer las tendencias de consumo durante la fase Calera (1000-1150d. C.), en la que se registra el abando casi total de la zona arqueológica de la Ferrería. Esta investigación me deja conclusiones de carácter un poco más personal y es a cerca de la amplia posibilidad de estudios que se pueden realizar en la arqueológía sin importar nuestra constante limitación, y es que estamos condicionados a los materiales que nos proporciona el trabajo de campo, actualemente existen técnicas que en conjunto con el trabajo arqueológico pueden ayudarnos a sobrepasar estos

límites y aportar información que puede ser

fundamental para la reconstrucción de los modos de vida de nuestros predecesores. En el caso de este estudio a pesar de que se contó con una muestra pequeña y no fue posible incluir materiales faunísticos ni botánicos abundantes, fue posible realizar la caracterización de la dieta de la cultura Chalchihuites en su rama Guadiana gracias al uso de alrternativas de estudio de otras ciencias, lo cual es un primer paso para la completa comprensión de la dieta, modos de subsistencia y otros factores que involucran a la alimentación de los antiguos pobladores del Valle de Guadiana que sin duda con arduo trabajo se irán complementando posteriormente. Paul Bahn (1995) a modo de metáfora se refiere a la práctica de la arqueología como un gran rompecabezas pero a diferencia de uno convencional, éste nunca estará completo, no sabes cuántas piezas te faltan, la mayoría de ellas están perdidas para siempre y no puedes hacer trampa viendo la foto, sin embargo el trabajo interdisplinario actualmente ha ampliado nuestros horizontes pues como dice Déscartes (1596-1650): “quién realmente quiere encontrar la verdad de las cosas no debe consagrarse a una sola ciencia, puesto que todas las partes de las ciencias guardan una relación de mutua dependencia”.

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