Capítulo 1 de \"Epistemología y Filosofía Política en Gilbert Simondon\", por Andrea Bardin

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Descripción

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En el momento se programaron dos tesis para un doctorado, que precedió a la entrada en la academia francesa. Mientras MEOT, la tesis secundaria, dirigida por Georges Canguilhem, se publicó de inmediato en 1958, dando reconocimiento a Simondon como un filósofo de la tecnología, la Individuación, la disertación de doctorado, dirigida por Jean Hyppolite, se sometió a un proceso editorial bastante complicado. Los textos de Simondon se citarán de acuerdo a la lista de abreviaturas.
En cuanto a este tema ver Bardin (2015), donde parte de este capítulo se ha desarrollado.
Mientras la totalidad de los estudiosos Simondon dan por sentado que desde los cristales a mayores grados de complejidad se puede hablar de individuos, esto es más problemático en relación con el mundo subatómico. Ver, por ejemplo, la discusión con Aspe y Bontems, concluida por Stengers citando a Simondon: 'No está claro si lo que llamamos una masa crítica fisionable no es un individuo como tal' (Stengers 2002: 318-19). Simondon es francamente ambiguo sobre este tema, pero lo supongo coherente con su pensamiento de que no hay límites de orden de magnitud para la individualidad: así con el fotón se puede tener 'sintetizados en el mismo ser, y llevados en sí mismos, tanto una magnitud estructural como una amorfa, un potencial puro' (I 102, la cursiva es nuestra).
En su referencia rápida Canguilhem vincula a Ruyer (1954) y Simondon (IGPB), ambos implicados en un proyecto similar de reelaboración y amplificación del concepto cibernético de información.
Estos 'textos programáticos' se tendrán aquí muy en cuenta, tal como ha hecho Garelli (2004), y Barthélémy (2009) ha sugerido. Mi tesis final en relación con las respectivas fechas de su producción resultará de los análisis realizados en este capítulo.
'Con la industria del siglo XX, la sociedad entra en una nueva fase evolutiva o, según la expresión de Norbert Wiener, 'metaestable'' (RPE). Como explicaré en el Capítulo 2, Wiener, uno de los padres de la cibernética, es una de las principales referencias (polémicas) de Simondon para la crítica al concepto de información.
Simondon afirma por ejemplo que la sensación (I 258, 313) y el concepto (I 245) tienen una naturaleza relacional y diferenciada. Pero, más notablemente, se puede hacer referencia a la traducción al francés del término 'cibernética' como una 'ciencia de las relaciones' propuesto por J. Loeb en su prefacio a De Broglie (1951: 1).
Acerca de la concepción peculiar del 'ciclo de la imagen' mostrada en el curso IMIN de Simondon, véase la sección. 9.1.
El pensamiento de Simondon sobre este tema es fuertemente deudor de Gaston Bachelard, como ha subrayado claramente Barthélémy (2009: 230-33).
Así Simondon afirma que 'en un estudio muy notable de M.P. Auger, se dice que un germen cristalino se puede sustituir en algunos casos por los encuentros casuales, es decir, mediante una correlación casual entre moléculas' (FIP 550). Hoy distinguimos mejor entre los procesos en que el primer cristal se introduce desde el exterior, aquellos en los que ya está presente en el sistema, y de aquellos en los que emerge de un ensamblaje aleatorio de moléculas.
En la Individuación Simondon ataca lo que él llama 'la ontología de Parménides' de Kurt Goldstein (I 229). El libro de Goldstein La Estructura del Organismo (en el original alemán: Der Aufbau des Organismus, 1934) es un enfoque gestáltico del organismo a través de un estudio conjunto de la biología, la psiquiatría y la medicina, que tuvo gran relevancia para toda una generación de filósofos franceses durante y después de la Segunda Guerra Mundial.
Las expresiones 'desfazaje' [déphasé] y 'en el estado de disparidad' [en état de disparation] tienen significados diferentes aunque estrictamente correlacionados: ambos se refieren a estados de sistema relacionados con los procesos. El 'desfazaje' se refiere a la presencia real de diferentes fases dentro del mismo sistema, y explica mejor el sistema como el resultado de un proceso de individuación a través del 'cambio de fase' [déphasage] y la posterior inclusión de las fases de desarrollo anteriores dentro del sistema resultante. La 'disparation' de los potenciales de un sistema más bien subraya que un sistema es realmente capaz de más individuaciones debido a sus tensiones internas. En resumen, una cierta dosis de disparidad es una condición previa necesaria para el cambio de fase, mientras que el cambio de fase puede o no determinar una disparidad de potenciales (para una definición más precisa de los conceptos de 'disparation' y 'fase', véase respectivamente las Secciones 2.3 y 3.1).
Ver también MEOT 61-65, donde Simondon propone la misma concepción de las relaciones entre los 'subconjuntos' del objeto técnico, concebidos como 'el teatro de una serie de relaciones de causalidad recíproca'.
Como Simondon mismo admitirán: 'de hecho, la acción del germen estructural en un campo estructurable, en un estado metaestable que contiene energía potencial, es una modulación' (FIP 548).
Sobre el peculiar ejemplo de los osciladores, véase la Sección. 2.2
Voy a discutir más a fondo la cuestión al tratar el concepto de 'pre-individual' en el Cap. 3.
Esto es muy claro si se tiene en cuenta que, entre las únicas 20 referencias bibliográficas en la Individuación, tres son de De Broglie. Según E. Balibar, con el fin de criticar a la concepción clásica de individuo, Simondon hizo explícita la postura filosófica implícita de De Broglie en relación con la dualidad onda-partícula contra el 'principio de complementariedad' de Bohr (Balibar 1995).
Aun cuando la traducción actual al inglés es 'principio de incertidumbre', el término original utilizado por Heisenberg era Unbestimmtheit, que también puede significar 'indeterminación'. Voy a utilizar el segundo término, ya que expresa mejor una falta ontológica de determinación en lugar de una incertidumbre epistemológica del conocimiento.
Sobre la relevancia filosófica de la microfísica de principios del siglo XX, véase, en particular Cap. 7 sobre Les révélations de la microphysique, y Cap. 11 sobre Hasard et contingence en physique quantique.
Como ya se ha explicado, el concepto de transducción tiene un significado tanto tecnológico como biológico. En ambos casos se refiere a un proceso de amplificación de información que Simondon concibe como dotado de 'un cierto grado de indeterminación' (MEOT 143).
Así Simondon continúa explicando que la noción de campo 'establece una reciprocidad de estatus ontológico y la modalidad operatoria entre el todo y el elemento'. En efecto, dentro de un campo –ya sea eléctrico, electromagnético, gravitatorio, o de cualquier otro tipo– el elemento tiene un doble estatus y una doble función: (1) en tanto recibe la influencia del campo, se somete a las fuerzas del campo; está situado en un punto determinado del gradiente que representa el campo; (2) interviene activamente en el campo, mediante la modificación de sus fuerzas y la distribución del gradiente; uno no puede definir el gradiente del campo omitiendo la definición de lo que aparece en sus puntos (FIP 538). Al subrayar la importancia de ese 'regalo', Simondon hace referencia de forma implícita la psicología 'topológica' de Kurt Lewin, derivada de la noción física de campo: 'se llama campo a una totalidad de hechos coexistentes que se conciben como mutuamente interdependientes (Einstein 1933). La psicología tiene que ver el espacio de la vida, incluyendo las personas y su entorno, como un campo' (Lewin 1946: 792. Ver también Lewin 1935). Sobre la deuda de Simondon hacia Lewin y su crítica, ver particularmente las secciones 5.1 y 6.2.
En su curso IPM, Simondon caracteriza la 'era determinista' como la que postula que el orden de la naturaleza es 'uniforme, es necesario, universal y analítico', es decir, eterno, determinista, general y reductible a componentes elementales. Según él, la 'edad determinista' comenzó a colapsar a finales del siglo XIX, atacado primero por la biología evolutiva, y luego por los supuestos holísticos basados en la teoría de campos de Maxwell, más tarde integrados por la Gestalttheorie, Goldstein y Merleau-Ponty (IPM 288- 90). Sin embargo, para Simondon la validez de la 'postulado de isomorfismo' debe encontrarse más bien en procesos morfogenéticos (es decir, los procesos de individuación), ya que el holismo de la 'forma' no escapa en sí mismo de un horizonte determinista (IPM 298).
Esto correspondería a la definición clásica de Laplace del determinismo: 'Debemos entonces considerar el estado presente del universo como el efecto de su estado anterior y como causa del que le sigue' (Laplace 1814: 4).
El término se repite en I 48-50; 61-62; 82; 111; 127; 228; 238; 328; NC 506; 523-24; A 558-59.
En Lewin ver supra n. 20. El trabajo de René Thom sobre topología diferencial data de principios de 1950, pero Simondon solamente asistió a su seminario durante la década de 1980, posiblemente con la esperanza de hallar en su teoría de los sistemas lingüísticos y biológicos el poder universalizante que había atribuido previamente a la cibernética. Thom criticó a Simondon, alegando que –debido a un conocimiento inexacto de topología– había fracasado en desarrollar un análisis adecuado de la 'materia de conocimiento transductivo', y posteriormente no pudo proporcionar una teoría de la significación satisfactoria (Thom 1994: 105). Por el contrario, Jean Petitot encuentra la morfodinámica y la semiofísica de Thom entre las anticipaciones científicas más sorprendentes de Simondon (Petitot 2004: 104-6). Por desgracia, en su ensayo Thom –que declaró irónicamente que había leído IGPB sin entenderlo– ni siquiera habla de la tercera parte de la Individuación, donde Simondon proporciona, como mostraré, una teoría de las significaciones que podría ser realmente relacionada con la semiótica de Thom (por ejemplo Thom 1968). Sin embargo, si es cierto que la topología de Thom es 'un estructuralismo incluyendo la dinámica' que 'se desarrolla, de hecho, en un neo-mecanicismo' (Petitot 1975: 146), entonces la crítica de Simondon del determinismo podría extenderse fácilmente a ella.
Vale la pena señalar que, en la tesis original de Simondon los 'macro-dominios' de individuación son sólo dos, ya que la parte psíquico-colectiva forma parte de la individuación 'au niveau des êtres vivants'. Pero esto no frustra mi argumento, porque es cierto que las descripciones de la individuación en cada dominio y subdominio siguen el mismo patrón. Para una explicación detallada de las diferentes estructuras de la tesis original y su versión publicada, ver la nota 29.
'El ser físico individuado no es completamente simultáneo a sí mismo; su topología y la cronología están separados por una cierta distancia' (I 149).
Acerca de la crítica de Simondon a la noción aristotélica de 'hilemorfismo', ver Secc. 2.1.
La individuación se dividió originalmente en dos secciones, la primera tratando L'individuation au niveau physique, la segunda L'individuation au niveau des êtres vivants. La segunda sección tiene tres subsecciones, dedicadas respectivamente a la Information et ontogenèse: l'individuation vitale, L'individuation psychique y Fondements du transindividuel. A partir de aquí voy a hablar de las dos secciones (y las subsecciones relativas) al referirme a la partición original, y a las tres partes al referirme a la tripartición comúnmente aceptada (física, biológica, psíquico-colectiva). La tesis original de Simondon se puede consultar en los Archives de Georges Canguilhem (Canguilhem GC: 40.2.1).
Podría haber una revisión posterior de sus resultados, en vista de la 'teoría general de las ciencias sociales' que Simondon expone en su conferencia en la Société Philosophique en 1960. Sin embargo, en este caso la ausencia del concepto de 'operación transductiva', central en la conferencia de Simondon (FIP 531), casi no podía explicarse.


Epistemología y Filosofía Política en Gilbert Simondon
Individuación, Técnica, Sistemas Sociales
(Epistemology and Political Philosophy in Gilbert Simondon. Individuation, Technics, Social Systems)
Por Andrea Bardin
Brunel University London, London, UK – Centre international des études simondoniennes, MSH Paris-Nord
Volumen 19 de 'Philosophy of Engineering and Technology' (para más información de esta serie http://www.springer.com/series/8657) – ISBN 978-94-017-9830-3 (Versión electrónica: ISBN 978-94-017-9831-0) – © Springer Science+Business Media Dordrecht 2015(www.springer.com)
Traducido por Bernabé Ferreyra
Agradecimientos del autor
Estoy principalmente en deuda con el profesor Adone Brandalise, maestro incansable en la Universidad de Padua. Muchos amigos y colegas entre Padua, París y Londres me han ayudado –directa o incidentalmente– a gestionar los temas que este libro pretende entrelazar: Davide De Pretto, Bruno Karsenti, Enrico Manera, Giovanni Menegalle, Giangiorgio Pasqualotto, Gaetano Rametta, Alberto Zanon. En particular, le debo mi agradecimiento a Fabio Raimondi y Filippo Del Lucchese, cuya amistad sincera y directa me empujó a seguir, y Nathaniel Boyd, cuya paciente e inteligente edición en tiempos turbulentos ha proporcionado una contribución decisiva a la realización de este libro.
No puedo cuantificar la deuda intelectual que contraje en ocasiones de debates estructurados o charlas informales con los que actualmente forman parte de la creciente red internacional de estudiosos de Simondon, en particular, los miembros del Centre international des études simondoniennes, entre ellos mi amigo Giovanni Carrozzini, siempre dispuesto a compartir con generosidad intelectual su conocimiento increíblemente detallado de la vida y la obra de Simondon.
Este libro es en realidad el resultado de un ambiente 'metaestable' de amigos, colegas y estudiantes con los que he vivido, aprendido, pensado, peleado y a veces escrito sobre ciencia, técnica, política e incluso filosofía, durante el curso de la vida que pasamos juntos: Massimo Bardin, Michele Faoro, Roberto Galvanin, Nicola Pagano, Sandro Pellarin, Barbara Plafoni, Filippo Ragazzo, Alessio Rizzo, Vittorio Saccardo, Mario Spezzapria, Robin Targon, Diego Vicenzutto y mi inolvidable 'hermano' Federico Sbordoni. Por último, agradezco a Mirella y Adriano por su confianza incondicional, Bianca y Davide por haber reinventado mi vida y a Susanna por vivirla conmigo.
A ella –la rosa bianca che fi orisce/nelle prime nebbie– está dedicado este libro.
Parte I – Naturaleza y Conocimiento
Nulle part la confusion n'est aussi visible que dans les discussions sur l'individualité […] Concluons donc que l'individualité n'est jamais parfaite, qu'il est souvent diffi cile, parfois impossible de dire ce qui est individu et ce qui ne l'est pas, mais que la vie n'en manifeste pas moins une recherche de l'individualité et qu'elle tend à constituer des systèmes naturels isolés, naturellement clos.
(Bergson, L'évolution créatrice)
The individuality of the body is that of a flame rather than that of a stone, of a form rather than of a bit of substance.
(Wiener, The Human Use of Human Beings)
Gilbert Simondon ha sido conocido como un filósofo de la técnica desde que su obra Du mode d'existence des objets techniques ('Sobre el modo de existencia de los objetos técnicos', desde ahora MEOT) se publicó en 1958. Recientemente, tras la primer edición completa de su obra principal L'individuación à la lumière des notions de forme et d'information ('La Individuación a la luz de las nociones de forma e Información', desde ahora Individuación), el pensamiento de Simondon ha sido considerado por los estudiosos interesados por la conexión entre la epistemología, la ontología y la filosofía política. Teniendo en cuenta todo el corpus de la obra de Simondon –el conjunto de sus obras publicadas, además de algunos documentos inéditos– y haciendo uso sustancial de sus fuentes, este libro tiene como objetivo mostrar la interconexión articulada entre su filosofía de la ciencia y la tecnología y su filosofía política. El libro consta de tres secciones relativas a diferentes aspectos de su investigación: (1) la ontología y epistemología de la individuación; (2) los sistemas biológicos y sociales; (3) la antropología, la técnica y la política.
La primera sección analiza el intento de Simondon de reconfigurar el aparato teórico de la filosofía según algunos conceptos derivados –siguiendo los pasos de su maestro Merleau-Ponty– del pensamiento científico y epistemológico, especialmente la física de los quanta, la termodinámica y la cibernética. La segunda sección muestra el impacto de los conceptos biológicos en la teorización de la génesis y funcionamiento de los sistemas sociales, y el papel singular que desempeñan las técnicas en la dinámica social. La principales referencias filosóficas de Simondon en este campo son las teorías biológicas y sociales de Henri Bergson, la filosofía de las ciencias y técnicas de la vida de George Canguilhem, la cibernética de la sociedad de Norbert Wiener y la paleoantropología de Leroi-Gourhan. La tercera sección del libro se refiere a la relación más amplia entre la epistemología francesa y la renovación conceptual que suscitó en el campo social y político. Destaco las deudas de Simondon a la tradición sociológica francesa, empezando por Mauss y Durkheim, y la forma en que planteó el problema político fuera de cualquier fe positivista en el poder del progreso tecnológico y, al mismo tiempo, contra la regresión política inspirada en la postura anti-tecnológica de Heidegger.
La visión de Simondon sobre la naturaleza compleja de los procesos sociales se deriva de su adopción del paradigma de la física cuántica al estudio de los sistemas sociales. A pesar de que no siempre lo hace explícito, una concepción de la naturaleza humana como un 'trabajo en progreso' está implícita en su epistemología. De ahí que su filosofía permita una crítica de la imaginación moderna –tanto ideológica como científica– de la contraposición entre individuo y sociedad, y puede ser una herramienta útil para cuestionar la relación contemporánea entre la innovación tecnológica y la social en las sociedades complejas.
Capítulo 1 " Elementos para una Filosofía de la Individuación
En el título La individuación a la luz de las nociones de forma e Información, los conceptos de forma y de información indican claramente una progresión teórica hacia el concepto de individuación: 'forma' e 'información' es una referencia directa a los marcos epistemológicos de la Gestalttheorie y la cibernética, respectivamente, en relación a las que Simondon construye su propia tesis. Este capítulo presenta los términos que constituyen la jerga de Simondon, mostrando la forma en que se derivan de y se relacionan con diversos campos de la investigación científica, y explicar su función en la filosofía de Simondon. Las nociones filosóficas de 'individuo' e 'individuación' son cruciales para su discurso; extendidas a todos los ámbitos del ser, Simondon las propone como los fundamentos ontológicos para una aproximación filosófica a lo que él llama un 'proceso de individuación' u 'ontogénesis'.
1.1 El individuo como Sistema: Estructura y Funcionamiento
La centralidad del concepto de individuación funciona como contrapunto de la crítica de Simondon a los conceptos tradicionales de la forma, la materia, la sustancia y causa. La Individuación comienza con una crítica de la distinción aristotélica entre materia y forma, y tiene como objetivo mostrar la insuficiencia del aparato conceptual de la filosofía clásica en relación con los resultados del pensamiento científico del siglo XX. Por esta razón, si bien es cierto que el término 'individuo' se extiende por todos los dominios que podrían ser atribuidos al 'ser', también es cierto que Simondon se distancia de su asociación clásica a los conceptos de 'sustancia' o 'esencia'. Y sin embargo, lo primero que puede notarse es la extensión de su uso a todos los diferentes 'regímenes de individuación' que Simondon analiza: física, biológica, psíquica y colectiva. Una extensión que probablemente sugerido por la observación adicional de Canguilhem, su directeur de thèse para MEOT, según el cual
Desde el punto de vista filosófico, sería una cuestión de un nuevo tipo de aristotelismo, con la condición, por supuesto, que la psicobiología aristotélica y la moderna tecnología de transmisión no sean confundidas. (Canguilhem 1943: 277-278)
Debido a que 'individuo' es un término muy estratificado en la tradición filosófica, debe por lo tanto ser cuidadosamente redefinido. Voy a empezar a partir de dos definiciones sucesivas y aparentemente contradictorias proporcionadas por Simondon, con el fin de establecer las condiciones para su compatibilidad. La definición primera aparece en Analyse des critères de l'individualité ('Análisis de los criterios de individualidad'), donde Simondon afirma que 'no puede haber ciencia sino del individuo, esta será la consecuencia epistemológica de nuestra investigación' (AI 553); la segunda aparece en la Individuación, donde Simondon afirma que 'para ser rigurosos, no se debe hablar de individuo, sino más bien de individuación' (I 191). Está bastante claro que sólo una redefinición del concepto de 'individuo' podría dar sentido a las afirmaciones anteriores y permitir la construcción de una filosofía de los procesos de individuación, aunque vale la pena subrayar inmediatamente que Simondon no pudo evitar un uso equívoco del término 'individuo' en toda su obra principal.
Para formalizar la compleja situación del individuo, Simondon utiliza, sobre todo en los dos textos programáticos, los términos 'estructura' y 'operación'. En cuanto a la estructura, el individuo siempre se puede considerar un sistema 'desfasado'; Simondon toma prestado el término 'fase' de la física y la química para indicar cómo diferentes procesos paralelos, divergentes o convergentes, se están llevando a cabo de forma simultánea en un sistema. En cuanto a la operación, el individuo está necesariamente implicado en procesos 'transductivos'; el concepto de 'transducción' tiene orígenes tanto biológicos (contaminación) como tecnológicos (amplificación), y se refiere a un modo de propagación –una secuencia no-determinista, presentando brechas y discontinuidades. Por consiguiente, el individuo se define en relación tanto con una espacialidad de cambio de fase y una temporalidad transductiva y, además, por la capacidad de producir nuevas transformaciones sobre sí mismo y su propio entorno. En la jerga de Simondon, el individuo es más o menos 'metaestable': el término 'metaestabilidad', derivado de la termodinámica, define un sistema no sobre la base de su 'forma' estable, sino en relación con la energía potencial implicada en su equilibrio precario pero duradero.
Volveré analíticamente a cada uno de estos puntos, ya que los términos que Simondon deriva de las ciencias naturales obligan a un esfuerzo considerable en el lector para reconfigurar su imaginación filosófica. Lo que me gustaría hacer hincapié en este punto es cómo este 'doble' estatus del individuo –como estructura y como proceso– hace hincapié en la crisis de la categoría de identidad. De hecho, el concepto de 'sistema metaestable' nos obliga a reconsiderar la noción de individuo en términos de individuación (es decir, un sistema complejo y discontinuo de procesos) y niega toda posibilidad de referirse a cualquier identidad de ser en sí mismo:
La relación de ser es infinitamente más rica que la identidad. La identidad, una relación pobre, es la única relación del ser en sí mismo que uno puede concebir de acuerdo con una doctrina que considera al ser como de solo una fase. (I 318)
La supuesta identidad del ser no es más que un caso límite puramente ficticio, a menudo traducido filosóficamente con el término 'individuo', mientras que la operación filosófica real que Simondon intenta implementar es precisamente la disyunción de los conceptos de individuo y de identidad. Así, el individuo puede ser considerado como el término clave de la Individuación sólo si fue reevaluado radicalmente a la luz de los descubrimientos de las ciencias naturales y, en particular, como explicaré, de la física cuántica. De hecho, el concepto clásico de individuo es absorbido por Simondon en un nuevo concepto de individuo desarrollado a la luz de la noción de 'sistema metaestable'.
El individuo 'estable' se convierte en el caso límite imposible de un sistema perfectamente estático, el nombre ficticio para un proceso completamente consumado de individuación, mientras que, en realidad, uno es siempre simplemente testigo de procesos que privan a las personas de cualquier identidad fija, ya que el ser es 'más que unidad y más que identidad' (I 26). Debido a este doble sentido, el uso del término 'individuo' mantiene su ambigüedad en todo el texto de la Individuación, donde se refiere principalmente a la parte estructurada de un proceso, pero que también se utiliza con frecuencia para nombrar un sistema que puede seguir individuándose.
Esta concepción del individuo conforma el horizonte de Simondon cuando todavía está apuntando a una reformulación de las ciencias sociales, contrarrestando su epistemología, que permanece fundada en el concepto de individuo. De hecho, a pesar de la pretensión de las ciencias sociales para asumir el estudio de las estructuras y de los procesos, según Simondon no pueden evitar concebir estos procesos fuera de su interacción con individuos fijos, estructurados y estables. Son en fin ciencias que se ocupan de los individuos en relación con otros individuos o con los procesos que van más allá de ellos, y no pueden considerar a los individuos en sí mismos como los procesos y como estructuras relacionales.
Por el contrario, la 'teoría de la individuación' de Simondon busca superar el estancamiento conceptual que, en primer lugar, concibe a las interacciones como sólo produciéndose entre individuos y, en segundo lugar, que reduce a los individuos a los procesos de los cuales emergen. Según Simondon, hay dos reduccionismos complementarios promulgados por la psicología y la sociología: la psicología reduce al individuo a constituyente fundamental de los procesos sociales, mientras que, simétricamente, la sociología elimina cualquier nivel de la realidad de ellos asumiendo que los individuos son parte del todo social al que pertenecen, es decir, un 'individuo' de mayor escala por el que son completamente determinados (I 295-96). El problema epistemológico al que Simondon se enfrenta podría formularse aquí en los siguientes términos: ¿Cuáles son las condiciones de posibilidad para una ciencia del individuo, concebido como una identidad que no está enteramente auto-orientada ni estrictamente hetero-referencial? O: ¿qué aparato conceptual puede fundamentar una ciencia de los procesos de individuación que constituyen sistemas metaestables?
En opinión de Simondon, una concepción del individuo como sistema metaestable implica una revisión completa de la metodología de las ciencias sociales, y una tarea comparable a la que las ciencias naturales parecían estar logrando a través del cuestionamiento del estatus ontológico de su objeto:
¿Podemos hacer lo mismo en las ciencias sociales? ¿Podríamos encontrar una ciencia social [la Science humaine] respetando, por supuesto, múltiples posibilidades de aplicación, pero teniendo por lo menos una axiomática común aplicable a las diferentes áreas? (FIP 533)
Así concebida, una ciencia del individuo es, de hecho, una ciencia de la individuación, de las relaciones y procesos sistémicos, que requiere un método extendido sobre cada dominio de individuación, a fin de permitir el análisis tanto de las estructuras y los procesos que componen un sistema, integrando los aspectos sincrónicos y diacrónicos.
Retomando las palabras de Simondon de nuevo, se puede concluir que, dado que 'no puede haber una ciencia sino del individuo' y que el individuo es una estructura de procesos simultáneos, una ciencia del individuo implica necesariamente una filosofía de la individuación de los sistemas que Simondon define como 'metaestable'.
1.2 Metaestabilidad, (no) Identidad y (no) Causalidad
Aunque Simondon declara abiertamente su deuda hacia Norbert Wiener, el término 'metaestabilidad' también se refiere a la física y la química. En cualquier caso, ese concepto define una condición de equilibrio en sistemas complejos, la estabilidad de lo que puede ser fácilmente roto por la llegada de una pequeña cantidad de energía o información y que, por el contrario, necesita un apoyo energético regular para contrarrestar su tendencia a la entropía. Lo que es importante, según Simondon, es que un 'sistema metaestable' puede ser 'estructuralmente definido' por una distribución no homogénea de la energía potencial, ya que no tiene otra «sustancia» que las relaciones diferenciales que lo constituyen. La suposición de que 'toda relación verdadera tiene el rango de ser' (I, 28-29) conlleva importantes consecuencias tanto en el nivel epistemológico como el ontológico. No sólo cualquier tipo de conocimiento en cualquier nivel –desde la percepción hasta el concepto– es esencialmente un sistema de relaciones, sino que, indudablemente, también los objetos del conocimiento lo son:
El objeto físico es un haz [faisceau] de las relaciones diferenciales, y su percepción como un ser individuado depende de comprender la coherencia de un haz de tales relaciones. (I 239)
Es importante notar cómo 'captar' [saisir] no se limita a hacer referencia aquí a la construcción de un orden, una imagen mental, una forma –como ocurre con la intuición en la Gestalttheorie– mientras que el objeto físico tendría de forma independiente su propia existencia estable: en su lugar, para Simondon, 'captar' significa más bien producir una relación (es decir, ser), precisamente comenzando con el encuentro de un sistema-sujeto y un sistema-objeto.
Dentro de tal sistema metaestable lleno de potencialidades, el acto de la percepción, por tanto, forma parte de un proceso complejo de conocimiento que, como puede serlo la 'imagen mental' y cualquier otro proceso, es lógico y ontológico. Así, las estructura 'lógica' y 'ontológica' de un sistema no son más que casos límite de la estructura diferencial real (que se podría llamar 'mixta', si la palabra no presupusiera la anterioridad de los casos límite a la estructura). Lo que realmente existe es un sistema en el que el proceso de conocimiento, su sujeto y su objeto, adquieren su estructura parcialmente estable. Lo 'real' es lo que resiste cualquier simplificación imaginaria y constituye la base del conocimiento científico, produciendo su objeto tanto como su sujeto, en perfecta coherencia con el modelo de escala cuántica, en la que la observación experimental es, de hecho, una reconfiguración de un nuevo sistema complejo en el que se incluyen y eventualmente definen tanto el sujeto-instrumento como el objeto.
Como ya se ha señalado, en los textos programáticos Simondon toma constantemente los conceptos de 'estructura' y 'operación' (este último significando 'proceso') para definir este tipo de sistemas, es decir, el ser como relación. En Allagmatique [Allagmática] el término 'estructura' delimita el campo de 'un conjunto sistematizado de formas particulares de conocimiento: la astronomía, la química, la biología', que Simondon llama 'teoría de las estructuras' (A 559). Según Simondon las ciencias de estructura no pueden considerar las estructuras como sistemas metaestables, productos parciales y provisionales de las 'operaciones' que las constituyen. Así, una 'teoría de las estructuras' es por definición incapaz de explicar la operación 'que hace aparecer una nueva estructura o que la modifica' (A 559), y por lo tanto de entender el devenir de un sistema. Sin embargo, cualquier intento de tratar el problema de las operaciones por separado termina en resultados particularmente complicados, ya que lo que Simondon llama 'operación' es –en consonancia evidente con una matriz bergsoniana– un proceso real, inaccesible como tal al conocimiento objetivo.
En el apartado dedicado a la Théorie de l'acte analogique [Teoría del acto analógico] Simondon presenta dos 'intuiciones básicas' que deben funcionar como paradigmas para la explicación de la operación: la cristalización y la modulación. La hipótesis de Simondon es que cada cristalización es de hecho una modulación invertida y viceversa (A 566). Esta oposición simétrica entre los dos tipos de procesos –que en realidad plantea muchos problemas hermenéuticos– es sin embargo un buen punto de partida para cruzar dos temas fundamentales y complementarios que atraviesan la Individuación: los temas de la causalidad no determinista y de la identidad no sustancial.
En primer lugar, en ambos paradigmas de la operación, la relación causa-efecto no puede reducirse a una relación determinista. El proceso de cristalización, el crecimiento del cristal, aunque presentan una secuencia mecánica, comienza con un encuentro aleatorio del sistema con la singularidad de un germen cristalino: un encuentro que no se puede reducir estrictamente a la secuencia que dispara, y por lo tanto no es determinable dentro del propio sistema. Por otro lado, el proceso de modulación consiste en un acoplamiento [couplage] de dos sistemas diferentes. Tal proceso puede ser considerado determinable sólo en el nivel del (macro)sistema obtenido, donde, de hecho, no habría ninguna aparición de un nuevo sistema, sino simplemente el ensamblaje de dos subsistemas.
Hay que evitar a toda costa cualquier interpretación de las relaciones entre los sistemas de escalas diferentes como una especie de juego de cajas chinas que culmine en una Naturaleza-Todo concebida como un sistema que incluye todos los sistemas, ya que esto es exactamente lo que niega explícitamente Simondon al discutir contra la 'ontología eleática' de Kurt Goldstein y al afirmar su propia teoría de los sistemas como metaestables, de cambio de fase y 'en estado de disparidad', por lo tanto incompletos y no del todo determinados. De acuerdo con Simondon, la 'Naturaleza' concebida como un macro-individuo sería el universo silencioso y perfectamente estable –muerto– de máxima entropía; por el contrario, nos preocupan exclusivamente los sistemas 'no totalizados':
Los sistemas no pueden ser totalizados, ya que el hecho de considerarlos la suma de sus elementos estropea la conciencia de lo que en realidad los hace sistemas: separación relativa de los conjuntos que contienen, estructura analógica, disparidad en general, y actividad relacional de información. (I 234, n. 1)
Mi hipótesis es que los paradigmas de la modulación y la cristalización trabajan como dos maneras diferentes de comprender y describir los mismos procesos en diferentes niveles, delineando así una representación diferente del individuo en función del nivel en el que se considera.
En la cristalización el individuo se entiende como una parte de un proceso que va desde el encuentro entre un individuo simple (el germen cristalino) y un medio lleno de potenciales (la solución sobresaturada) produciendo un sistema parcialmente individuado. En términos de Simondon, tal encuentro es el disparador [amorce] de cambio de fase del sistema en un individuo complejo (el cristal) y un entorno privado de los potenciales (la solución de baja concentración). Por el contrario, en la modulación el propio individuo se entiende como un sistema metaestable, el resultado de un acoplamiento de sistemas y procesos inicialmente independientes, como en los ejemplos de Simondon del moldeado de un ladrillo o del cambio de frecuencia de osciladores acoplados.
El intento fallido de mantener a las dos partes en un solo marco conceptual, ha empujado probablemente Simondon –entre los textos programáticos y la Individuación– hacia la unificación de los paradigmas de la cristalización y la modulación, gracias a lo que él llama la 'operación transductiva', 'proceso transductivo' o, más simplemente, 'transducción' (un concepto que, de hecho, no aparece en los textos anteriores). En la Individuación Simondon definitivamente abandona el supuesto de que la modulación y la cristalización pueden describir dos tipos diferentes de procesos, y más bien utiliza las dos nociones para describir aspectos diferentes y concurrentes de los mismos procesos en diferentes niveles. Los que afirman que, en el paradigma de la Individuación, la cristalización agota el significado de la transducción citando el párrafo L'individuation comme genèse des formes cristallines à partir d'un état amorphe, haría terminar en una dificultad al intentar justificar la siguiente declaración: 'la individuación es una modulación' (I 220). De hecho, en la Individuación el concepto de individuación parece catalizar todas las aporías que se muestran en el pensamiento de Simondon sobre las relaciones cambiantes entre la estructura y el funcionamiento y la posibilidad de una ciencia de tales transformaciones. Esto explicaría por qué el término 'individuo' oscila aporéticamente en el texto entre lo que refiere al individuo como un sistema metaestable y el individuo como la estructura estable que resulta de y desencadena ('al mismo tiempo resultado y agente', I 191) más procesos de diferentes órdenes de magnitud.
El intento de Simondon para proporcionar un paradigma unificado para la comprensión de la individuación perdurará al menos hasta el Coloquio de Royaumont (1962). Pero, antes de pasar a discutir ese texto, voy a analizar primero el modo 'transductivo' de propagación y configuración de las estructuras estables, asumiendo que Simondon básicamente mantiene una perspectiva coherente de la naturaleza de los procesos implicados. De acuerdo con esta perspectiva, el hecho de que la relación causa-efecto no es reducible a cualquier fórmula determinista (es decir, a la concepción mecánica de la naturaleza que se remonta a principios del imaginario moderno), tiene consecuencias dramáticas para la crítica filosófica del substancialismo. Por lo tanto, voy a suponer que –tanto en los textos programáticos y en la Individuación– Simondon apunta a una reformulación de los conceptos estrictamente conectados de causa e individuo:
Al final de este doble estudio [relativo a los conceptos de modulación y cristalización], se enriquecerá la noción filosófica de causalidad y se definirá la noción de individuo. (A 566)
1.3 Transducción, Singularidad, Campo
En la Individuación –de acuerdo con el inspirador paradigma metodológico de la física cuántica (Barthélémy 2005: 46; 2008: 66)– el proceso de transducción es definido por una discontinuidad fundamental y por reiterados cambios del orden de magnitud. Sobre este tema vale la pena recordar cómo la deuda de Simondon al físico Louis De Broglie, aunque no siempre es evidente, es constante y decisivo en todo este texto. A pesar de referirse a la microfísica, el descubrimiento del 'principio de indeterminación' plantea problemas filosóficos en relación no sólo con el estado teórico de la física determinista clásica, sino también el estado de todas las ciencias relacionadas con objetos de una magnitud diferente en el que, aunque invisibles y no descritos explícitamente, estos factores siguen produciendo efectos: 'su relevancia [microfísica] no se limita al dominio de de las ciencias físicas, sino que se aplica a las ciencias que estudian la vida, los seres humanos y las sociedades humanas' (De Broglie 1947: 225).
Esto indica la dirección de la búsqueda de Simondon de 'un fundamento de la individuación en sus diferentes niveles' (I 35). Como ya se ha explicado, el concepto de transducción tiene como objetivo describir los procesos de desestructuración/reestructuración de un 'sistema metaestable', que amplifican progresivamente el origen singular del propio proceso, es decir, el encuentro entre esa estructura singular y ese campo de potenciales. De hecho, el uso de Simondon de los términos 'singular' o 'singularidad' es muy restringido, que se refiere exclusivamente a los individuos estructurados cuando son el 'germen' o el resultado de un proceso desencadenado a partir de un encuentro aleatorio. Sin embargo, en un sentido más amplio se podría afirmar legítimamente que, en la medida en que tal 'singularidad' puede ser origen tanto como resultado de un proceso transductivo, el proceso en sí mismo puede considerarse singular. En este sentido me siento en consonancia con la filosofía de Simondon al definir como 'singular' a cualquier proceso transductivo.
Así, el concepto de transducción sirve a la lectura de Simondon del problema de la ontogénesis en términos de procesos de individuación que no pueden reducirse a cualquiera de los términos que constituyen la antinomia determinismo/contingencia. Según él, el proceso de individuación debe ser explicado por referencia a las condiciones estructurales determinadas y condiciones aleatorias e indeterminados, haciendo de la hipótesis de una 'teoría de las singularidades' la base posible de una teoría 'transductiva' unificada:
Es posible, en última instancia, suponer que la teoría de la singularidad puede atribuirse no al marco de una física determinista ni al marco de una física indeterminista. Las dos se considerarían casos particulares de una nueva representación de lo real que podría llamarse la teoría del tiempo transductivo o teoría de las fases del ser. Este modo totalmente innovador del pensamiento –que concibe el determinismo y el indeterminismo como meros casos-límite– se puede aplicar a diferentes dominios de la realidad más allá del aquel de las partículas elementales. (I 144)
Por lo tanto, cada sistema puede ser concebido como un 'centro de actividad transductiva', no dominado por ninguna necesidad superior ('las operaciones cuánticas parecen demostrar que esta operación funciona por pasos y no de forma continua', I 143), ni caracterizado por cualquier esencia sustancial ('la sustancia ya no es el modelo de ser' I 32).
From this perspective, as a main model for a unifi ed theory of 'being as relation', Simondon often refers to the notion of 'fi eld', 'a gift from social sciences to the sciences of nature' (FIP 538). The fact that, as Gestalttheorie claims, the psychic and 18 On the philosophical relevance of early twentieth century microphysics, see in particular Chap.
Desde esta perspectiva, como modelo principal para una teoría unificada del 'ser como relación', Simondon a menudo se refiere a la noción de 'campo', 'un regalo de las ciencias sociales a las ciencias de la naturaleza' (FIP 538). El hecho de que, como afirma la Gestalttheorie, los campos psíquicos y físicos sean isomorfos, explicaría de hecho cómo es posible descubrir en los dos las mismas formas de organización, y cómo la noción de campo puede extenderse de forma programática a las ciencias sociales. Sin embargo, esta concepción corre el riesgo de reducir el sistema a una red compleja de causas y efectos que, al final, fracasa en socavar el determinismo.
Pero es aquí, precisamente, donde el concepto de transducción muestra su fuerza, autorizando a Simondon pensar la individuación como –podría decirse– una relación parcialmente aleatoria. En conclusión –en contra de la concepción moderna y determinista de la naturaleza, a través y más allá de la concepción holística de 'campo' elaborado por la Gestalttheorie– Simondon entiende al 'ser como relación', a través de la física cuántica, en términos de un haz de procesos transductivos, cuya calculabilidad nunca es completa, y cuya aleatoriedad nunca es absoluta:
En conclusión, se puede adelantar una hipótesis análoga a la de los quanta en física y a la de la relatividad de los niveles de energía potencial [...] De acuerdo con esta hipótesis, sería posible considerar todas las relaciones verdaderas como teniendo rango de ser, y como el desarrollándose dentro de una nueva individuación [...] Esta es la concepción del ser en el que se basa este estudio: la unidad del ser no es la identidad de un estado estable en el que ninguna transformación es posible; el ser es definido por una unidad transductiva, es decir, puede cambiar de fase en relación consigo mismo, superar su propio centro. (I 28-31)
Así, para cualquier proceso hay dos condiciones determinadas de Estado (es decir, los posibles efectos y las imposibles), y los márgenes de indeterminación con exclusión de cualquier uniforme, lineal y continua relación entre causas y efectos. Si los procesos tienden a tener una dirección debido a su irreversibilidad, sin embargo, los procesos reales nunca pueden ser deducidas a partir del estado inicial del sistema. Y esto, para Simondon, funciona en cualquier escala de cualquier tipo posible de ciencia. Esta perspectiva excluye una ciencia exhaustivamente predictiva. Esta, por el contrario, exige una ciencia 'doble', que se ocupe por un lado de las condiciones de las tendencias estructurales y de estado y, por otra, de la ontogénesis de las operaciones singulares de individuación. Simondon se refiere continuamente en los textos programáticos y en la Individuación a una ciencia cuyo peculiar nombre es 'allagmática' [allagmatique].
1.4 Allagmática, Topología y Cronología
Simondon se inicia desde el supuesto bergsoniano de que las ciencias objetivas son ciencias de estructuras, incapaces como tales de captar los procesos transductivos. Y sin embargo, afirma que es posible una teoría de las operaciones que define como allagmática, del griego allagè (cambio) y mathema (conocimiento). En Allagmatique Simondon desafía directamente la cuestión, no sin incurrir en el riesgo potencial de inconsistencia ilustrado patentemente con el contraste entre las siguientes citas:
Allagmática es la teoría de las operaciones. Es, en el plano de las ciencias, simétrica a la teoría de las estructuras, el conjunto sistematizado de los campos determinados del conocimiento: la astronomía, la física, la química, la biología. (A 559)
La Teoría Allagmática es el estudio del ser individualizado. Organiza y define la relación entre la teoría de las operaciones (cibernética aplicada) y la teoría de las estructuras (la ciencia determinista y analítica). (A 565)
Por una parte la allagmática se concibe como una teoría de las operaciones complementarias a las ciencias de estructuras; en el otro se concibe como el estudio del individuo a través de la conexión entre las ciencias 'analíticas' de las estructuras y las ciencias 'analógicas' de las operaciones. La contradicción patente podría ser fácilmente atribuida a la naturaleza esquemática y provisional de los escritos metodológicos, pero creo que vale la pena profundizar con el fin de darle sentido y hablar de las dos interpretaciones posibles que despierta.
En la Individuación –donde la cuestión metodológica de una 'teoría de las operaciones' regresa regularmente– Simondon ataca ciertos enfoques que proponen una formalización topológica de los procesos que reduzcan las dimensiones temporales a coordenadas espaciales. Estos enfoques pueden ser solamente parcialmente identificados con la topología dinámica de Kurt Lewin y la topología diferencial de René Thom. Sin embargo, Simondon ataca directamente lo que él llama topología:
Lo que le falta a una topología es la consideración de los potenciales. Precisamente porque no son estructuras, los potenciales no pueden ser representados como elementos gráficos de la situación. (I 238)
Simondon critica constantemente este punto de vista en los párrafos finales del análisis de cada 'dominio' de la Individuación: al final de la individuación física, en Topologie, chronologie et ordre de grandeur de l'individuation physique; al final de la individuación biológica, en Topologie et ontogenèse; y al final de la individuación psíquica y colectiva, en la que plantea los problemas de tiempo y de la emoción, respectivamente. Él termina cada 'movimiento' con un intento similar para sintetizar el tipo de relación que las 'estructuras' y las 'operaciones' forman dentro del dominio que se trate –respectivamente, dedicados a la individuación física, biológica o psíquica-colectiva–, se formule como una 'relación entre la cronología y la topología' o como una 'zona central de operaciones'.
Me limitaré aquí al párrafo Topologie, chronologie et ordre de grandeur de l'individuatión physique (I 148-53), ya que es –como el conjunto de la individuación física– paradigmático, y porque me referiré a las otras partes cuando trate los temas de la individuación biológica y psíquica-colectiva. Para Simondon, topología y cronología –tales como estructura y funcionamiento, discontinuo y continuo, materia y energía– son características complementarias de todos los sistemas y al mismo tiempo formas complementarias de entender la individuación de los sistemas. El individuo físico es un 'conjunto crono-topológico, cuyo devenir complejo está hecho de las posteriores crisis de individuación' (I 149), y la topología y la cronología están directamente relacionadas con los 'casos límite' del conocimiento, que son propiamente el determinismo y el indeterminismo: 'el determinismo y el indeterminismo no son más que casos límite, ya que hay un devenir de los sistemas: este devenir es el de su individuación' (I 148).
El problema es a la vez ontológico y epistemológico, y la solución se encuentra, según Simondon, en una ciencia de los procesos discontinuos, en el que las nociones complementarias relacionadas con la oposición entre la estructura y el funcionamiento revelan inevitablemente sus limitaciones heurísticas:
Desde este punto de vista, parece posible entender por qué las representaciones opuestas de continuidad y discontinuidad, de materia y energía, de estructura y funcionamiento, sólo pueden ser utilizadas como parejas complementarias. Esto es debido a que estas nociones definen las características opuestas y extremas de las diferentes realidades en las que tiene lugar la individuación. Pero la operación de individuación es el centro activo de esta relación. (I 150-151)
En conclusión, esto explica la exclusión de Simondon de la posibilidad de una ciencia puramente topológica, así como de una ciencia 'pura' de las operaciones de individuación; como ambos conciernen a casos límite, ellas se abstraen del proceso real y por lo tanto son incapaces de dar una explicación adecuada de las mismas. Así, en la Individuación la allagmática aparece como una 'teoría de la metaestabilidad', es decir, de 'los procesos de intercambio entre configuraciones espaciales y secuencias temporales' (I 238), y ya no sólo como una ciencia de operaciones.
Pero los dos tipos diferentes de conocimiento –de estructuras o de operaciones– no pueden considerarse simétricos. En la Individuación, la contradicción que opuso una teoría allagmática de las operaciones a una teoría allagmática de los 'intercambios' entre estructura y funcionamiento, parece estar finalmente superada. Y sin embargo, desafiando el tema de la individuación, Simondon presenta una teoría que, a pesar de tratar tanto la estructura y funcionamiento, no puede considerar estrictamente equivalentes o simétricos los dos 'lados' de su objeto, sea porque las ciencias de las estructuras ya existen, mientras que, por el contrario, las ciencias de operaciones no. Al final, el 'lado' operativo parece seguir siendo el prevalente de la allagmática, si nos limitamos al texto de la Individuación:
En los fundamentos de la ontogénesis de los individuos físicos, hay una teoría general de los intercambios y los cambios de estado, lo que se podría llamar allagmática. (I 328)
Volvamos entonces a la doble hipótesis formulada anteriormente con el fin de leerla a la luz de la Individuación, es decir, de una filosofía en la que las estructuras siempre se conciben en relación con su ontogénesis. De acuerdo con lo que Simondon escribe en Allagmatique, si una teoría de las operaciones no puede referirse directamente a los dominios objetivos, como lo hacen las ciencias de las estructuras, debe ocuparse de lo que tales ciencias dejan abierto como 'lagunas' dentro y entre ellas. De esta manera el propio Simondon establece que una ciencia de las operaciones 'sólo se puede lograr si la ciencia de las estructuras experimenta, desde dentro, los límites de su propio dominio' (A 560 a 561). Por lo tanto, la posibilidad misma de una allagmática depende del requisito de una 'teoría sistémica de las estructuras' (A 561).
En resumen, la tesis de Simondon puede expresarse de la siguiente manera: (1) han habido, desde el siglo XVII, ciencias que estudian las estructuras; (2) a partir de ello, ahora es posible la construcción de las ciencias que estudian los procesos ontogenéticos mediante la vinculación de los dominios epistemológicos de los que se ocupan esas ciencias (de lo contrario, se correría el riesgo de aceptar una representación inadecuada de los procesos de los cuales emergen las estructuras); (3) tal vez será posible construir una ciencia de las operaciones, pero sólo después de que se produzca un sistema de las ciencias de las estructuras. Simondon deja la conclusión en el aire al cuestionar la naturaleza de una 'teoría de las operaciones' fundamental: ¿debe definir y clasificar 'las grandes categorías de operaciones, los diferentes tipos de los dinamismos transformadores que descubren los estudios objetivos', o debería más bien definir
un tipo fundamental de la operación, de la que todas las operaciones particulares derivarían como casos más simples. Estos diferentes grados de simplicidad definirían entonces una jerarquía, un riguroso principio de clasificación. (A 559)
Es posible argumentar que, por el cruce de la física cuántica con otros diferentes campos de la investigación científica, Simondon buscaba un paradigma de la 'clase fundamental de la operación' que pudiera destituir definitivamente el substancialismo 'hilemórfico' del trono de la totalidad de la metafísica occidental, desde Aristóteles hasta la ciencia moderna. En ese sentido, la Individuación puede ser interpretada como un intento de extender –a través de las nociones de metaestabilidad y transducción– tal poder revolucionario a todos los ámbitos del ser; sin embargo, la implementación de un modelo fundamental siempre se mantuvo abierto y problemático. La obra de Simondon, de hecho, se caracteriza por la experimentación persistente de invención conceptual, una 'operación' filosófica siempre destinada a ser fundada en las investigaciones técnicas y científicas de su tiempo:
Tal representación del ser necesita una reforma conceptual que depende de un revisión radical de algunos esquemas básicos, algún paradigma nuevo que sustituiría el esquema hilemórfico impuesto por la cultura [...] Hemos tratado de derivar un paradigma de las ciencias físicas. (I 319)
Por lo tanto, el carácter genuinamente filosófica de la Individuación radica en el intento de habilitar diferentes 'esquemas' –modulación, cristalización, fase, metaestabilidad, transducción, y muchas otras herramientas conceptuales– para el análisis de los diferentes dominios del ser, de sus condiciones estructurales y el estado de funcionamiento: herramientas para definir los límites entre los diferentes dominios con el fin de hacer un problema de ellos, en lugar de arreglarlos. Los conceptos de Simondon, de hecho, no definen 'dominios' separados –la materia, los seres vivos, la psique, la sociedad– atravesados por individuos o cualquier tipo de sustancias de las cuales los individuos se componen. Por el contrario, indican 'fases', procesos, cuya composición dinámica constituyen modifican continuamente la configuración de los individuos, como es el caso dentro de un campo magnético o gravitatorio, en el que diferentes fuerzas y procesos constituyen un espacio irregular e inestable, lleno de potencialidades, que puede modificar o modificarse por lo que sea –materia o energía– que se convierta en parte de ella. No hay garantía ontológica, entonces, de un dominio estable y seguro, y ninguna ciencia capaz de definir los procesos específicos que caracterizan a un dominio es posible sin una investigación previa de la ontogénesis singular y el funcionamiento de las diferentes estructuras que lo constituyen.
Queda claro entonces que la filosofía de la individuación de Simondon se basa en el análisis crítico de los resultados de las ciencias 'estructurales', con el objetivo de criticar más que para confirmar la supuesta 'identidad' de sus objetos, reactivando así la hipótesis ontogenética con el fin de descubrir las tensiones reales que hacen metaestable cada estructura, es decir, un individuo sometido a una individuación. Esto explica el camino seguido por su análisis: las dos secciones originales de la Individuación muestran el proceso de individuación a través de tres apartados diferentes (física, biológica, psíquica y colectiva); y cada una de ellas concluye –como ya se ha dicho– con la demostración de la insuficiencia de cualquier definición estructural y topológica del individuo que no considere adecuadamente el problema del tiempo.
El mismo patrón nos lleva a la misma pregunta: ¿es posible el conocimiento de las 'operaciones'? La respuesta debería ser: sí, pero sólo como un superávit de conocimiento que caracteriza siempre la ontogénesis de la estructura en relación con la estructura en sí. Es preciso entonces que las ciencias de las estructuras sean conducidas para revelar la singularidad irreductible de las estructuras que las que se ocupan. Una vez que el individuo se entiende como una estructura de este tipo, uno puede eventualmente dar sentido a la declaración de Simondon mencionada anteriormente:
De acuerdo con la doctrina que voy a presentar [...] solo puede haber ciencia del individuo, esto sería la consecuencia epistemológica de esta investigación. (AI 553)
Podemos finalmente elegir entre las dos definiciones diferentes de allagmática que Simondon presenta en Allagmatique y en la Individuación. La primera ('allagmática es la teoría de las operaciones') parece ser provisional: correcta, ya que lo que las ciencias de estructuras no tienen en cuenta son precisamente los factores aleatorios de la ontogénesis, pero insuficiente porque deja a la imaginación una teoría 'pura' de las operaciones. En cambio, una 'ciencia del individuo', concebida como una ciencia de los procesos de individuación, es una teoría de los umbrales y las transiciones entre las estructuras, el conocimiento de lo que presupone una ciencia de las estructuras, pero, necesariamente, en la dirección de una ciencia de la ontogénesis de estas estructuras. Por estas razones nos vemos obligados a elegir la definición de allagmática que Simondon ofrece en la conclusión de la Individuación: 'una teoría general de los intercambios y modificaciones de los estados' (I 328).
Como es evidente, mi reconstrucción teórica implica una anterioridad hipotética de los textos programáticos en relación con la Individuación. Aunque sin datar, en mi hipótesis se expresa la necesidad de Simondon de una visión de conjunto sobre el proyecto de la Individuación antes o durante su elaboración. Su conclusión teórica es que las condiciones epistemológicas para la posibilidad de una 'teoría de operaciones' reside en la amplificación del enfoque allagmático a cada campo del conocimiento, a través de los paradigmas mencionados de la cristalización y la modulación:
Todavía tenemos que aclarar cómo el acto de cristalización y la modulación se entrelazan en el devenir de los sistemas físicos, biológicos, psicológicos y sociales. Esta será la función de la hipótesis allagmática sobre la naturaleza del devenir. (A 566)
De acuerdo con su proyecto anterior, en la Individuación Simondon ha conducido su búsqueda de una clave universal que –sobre la base de una nueva concepción del individuo y la causalidad– traduciría toda esta serie de metamorfosis paradigmáticas en lo que él consideraba en ese momento la herramienta metodológica más precisa e innovadora: el concepto de información.
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