Capital social y planeación participativa como instrumentos para el mejoramiento de un barrio antiguo de la ciudad de México: Tepito Partnership Actions for Mitigating Syndromes (PAMS

June 7, 2017 | Autor: Anavel Monterrubio | Categoría: La participación ciudadana en la planeación del desarrollo local
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Descripción

north NCCR

south

Tepit o Capital social y planeación participativa como instrumentos para el mejoramiento de un barrio antiguo de la ciudad de México: Tepito Partnership Actions for Mitigating Syndromes (PAMS)

MEMORIA Coord. Anavel Monterrubio y Edna Vega

Publicado por: NCCR North South c/o Centre for Development and Environment (CDE) University of Bern,Institute of Geography Hallerstrasse 10, 3012 Bern, Switzerland Universidad Autónoma Metropolitana -Azcapotzalco Universidad Autónoma Metropolitana - Azcapotzalco Av. San Pablo N° 180, Col. Reynosa Tamaulipas, C.P. 02200, Tel: (55) 5318 9577 /9579Fax: (55) Del. Azcapotzalco, México D.F. Coordinación Maestría en Planeación y Políticas Metropolitanas Editado por: Anavel Monterrubio Redonda, Edna Vega Rangel Ilustración de portada: Felipe Hernández Colectivo Calpulli Tepito-Morelos Planos por: José Manuel Gómez Impreso en: México, D. F.

Capital social y planeación participativa como instrumentos para el mejoramiento de un barrio antiguo de la ciudad de México: Tepito Partnership Actions for Mitigating Syndromes (PAMS) Memoria

Coord. Anavel Monterrubio y Edna Vega

a. María Soledad Cruz Rodríguez Coordinadora de la Maestría en Planeación y Políticas Metropolitanas UAM-Azcapotzalco Arq. Marian Pérez Coodinadora Regional JACS –CCA, WP2, IP5 Colectivo Calpulli Tepito-Morelos Alicia Cruz R. Evelia Martínez N. Laura Lilian Velázquez Torres María del Carmen Rodríguez Martha E. Jiménez Agustín del Razo Felipe Hernández Moreno Jesús Naches Valdivia Jesús Silva Jaramillo René Vega Roque Grupo promotor de la UAM-Azcapotzalco Edna Elena Vega Rangel Leticia Cruz Rodríguez Anavel Monterrubio Humberto Trujillo José Manuel López

Contenido Capital social y planeación participativa como instrumentos para el mejoramiento de un barrio antiguo de la ciudad de México: Tepito 1. Presentación 1.1 Antecedentes 1.2 Descripción del proyecto 2. ¿Qué son los programas de mejoramiento barrial? 2.1 Los programas de mejoramiento barrial aplicables en el Distrito Federal 2.2 ¿Por qué Tepito? 3. Metodología de investigación e intervención social 4. Proceso de intervención 4.1 Prediagnóstico 4.2 Proceso y resultados de estrategias 4.3 Capacitación 4.4 Definición de la visión y propuestas de proyectos 4.5 Integración del proyecto de Recuperación de la Plaza Santa Ana 4.6 Principales resultados del proceso 5. Conclusiones Bibliografía Guión básico metodológico para la integración de proyectos para mejoramiento barrial con un enfoque participativo Presentación 1. El proceso de participación social en la integración de propuestas de PMB 2. Contenidos que deben integrarse en la preparación de los apartados y secciones de los programas de mejoramiento barrial (PMB) 3. Guión básico metodológico Introducción I. Actividades preliminares y trabajo de campo II. Diagnóstico III. Propuestas IV. Instrumentación Consideraciones finales Bibliografía:

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49 51 53 55 55 55 57 60 62 65 66

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1. Presentación Las ciudades latinoamericanas están en un proceso de constante transformación, cambian acelerada y permanentemente tanto en su escala como en su estructura territorial, en sus formas de gobierno u organización, como en las culturas y en los comportamientos urbanos. Enfrenan una problemática caracterizada, entre otras cuestiones, por precarias condiciones de vida urbana, la vulnerabilidad de la mayoría de ciudadanos, tanto en el ámbito social como económico, la degradación del entorno natural y construido, y la reorientación de las políticas sociales de combate a la pobreza, así como nuevas tendencias sobre planificación del territorio urbano. Al respecto, existe coincidencia en la comunidad científica, que las características generales del espacio urbano actual están relacionadas directamente con los modelos de producción capitalista, con los cambios económicos globales (especialmente con los programas de ajuste estructural de la economía; y con el despliegue de las políticas neoliberales) y, en general, por los procesos de cambio global, cuyos efectos negativos (“síndromes” globales) se reflejan en los cambios críticos del área ecológico, económico y social. En la consideración de que la mitigación de estos síndromes es un tema relevante a nivel mundial, y una condición previa para lograr el desarrollo sostenible, el Swiss National Centre of Competence in Research (nccr) North-South1, con el objetivo de contribuir en el diseño formas de mitigación, fomenta y permite la colaboración de instituciones de investigación suizas, con instituciones de países en desa-rrollo, de tal manera que a partir de la competencia y capacidad de investigación de ambos, sea posible desarrollar socialmente conocimiento sólido de acciones de mitigación. Para tales efectos, una de las herramientas propuestas es la instrumentación de los Partnership Actions for Mitigating Syndromes (PAMS) (acciones asociadas para la mitigación de riesgos), los cuales están diseñados para crear estrategias desarrolladas conjuntamente por investigadores y actores sociales locales, sobre la base de un enfoque transdisciplinario para el desarrollo de investigación. Los PAMS son un medio para el aprendizaje mutuo y el intercambio de conocimientos entre académicos y no académicos asociados en el desarrollo sostenible. Este trabajo es el resultado de la instrumentación del PAMS denominado Capital social y planeación participativa como instrumentos para el mejoramiento de un barrio antiguo de la ciudad de México: Tepito; producto de la colaboración de la Maestría en Planeación y Políticas Metropoli1 El NCCR es una red de investigadores que, sobre la base de la cooperación internacional, promueve la investigación disciplinaria, interdisciplinaria y transdisciplinaria de alta calidad, con el fin de contribuir a una mejor comprensión de la situación de los diferentes síndromes del cambio global, sus causas, y las presiones que éstos ejercen sobre diferentes recursos -humanos, naturales, económicos-; y de las respuestas de los distintos grupos sociales y la sociedad en su conjunto- (NCCR-NS, 2008)

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tanas de Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco, con el WP2 Livelihoods y Territorio, del IP5 Prácticas Sociales y Cambios Espaciales, del National Centre of Competence in Research North-South (nccr-ns): Asociaciones de Investigación para la Mitigación de Síndromes del Cambio Global, co-financiado por la Swiss National Science Foundation (SNF) y la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE).

1.1 Antecedentes Dentro del Centro Histórico de la Ciudad de México, patrimonio cultural de la humanidad desde 1980, con una superficie de 9.7 km2, se ubican cuatro barrios tradicionales (PPDUCH,2000): Santa María Cuepopan, San Sebastián Atzacoalco, San Juan Moyotla y San Pablo Zoquipa, los cuales, desempeñaron un papel importante en la centralidad de la ciudad hasta los años cincuenta del siglo pasado, pero su estado actual de abandono, degradación física y social los marginó progresivamente de este protagonismo, y los marcó con el estigma de la violencia y la criminalidad, razón por la cual el imaginario colectivo tiende a reducir el “Centro Histórico” al antiguo sector financiero y a la zona monumental de la “Ciudad de los Palacios”, a la Plaza Mayor colonial (Plaza de la Constitución o “Zócalo”) y al Templo Mayor de la Gran Tenochtitlán. En su conjunto, estos barrios conforman el área que los urbanistas de los años 60, denominaron la Herradura de Tugurios: herradura a causa de la configuración que tuvieron sobre el plano de la ciudad los barrios de la primera expansión de la ciudad hacia el norte, el este y el sureste, y que alojaron a las nuevas clases populares urbanas entre 1858 y 1910; y de tugurios, a propósito de un estudio sobre la situación del hábitat de vivienda popular en renta en la ciudad de México, que en los años 50 realizó el Instituto Nacional de Vivienda (1958). Lo que define al hábitat popular en estos barrios céntricos, es el amplio deterioro de la vivienda, cuyos residentes más pobres hacen frente a una serie de factores desfavorables como la inseguridad de la tenencia, las presiones del mercado y el abandono por parte del sector público. Sin embargo, cada uno tiene características propias. De estos cuatro barrios San Sebastián Atzacoalco, que se ubica al norte del Templo Mayor entre las calles de República de Costa Rica al norte y Justo Sierra y Mixcalco al sur; al poniente se extiende hasta República de Argentina y Manuel Doblado al oriente, en donde predomina la vivienda popular, la industria ligera y el comercio establecido y en la vía pública, constituye la zona que presenta el mayor grado de deterioro habitacional dentro del Centro Histórico, así como los mayores índices de violencia, delincuencia, drogadicción y actividades delictivas. Dentro de esta zona, como parte del barrio histórico, se ubica una zona ambivalente, contradictoria en sí misma, enigmática para muchos, apropiada por quienes habitan y trabajan en ella: el barrio de Tepito (figura 1) 10

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Figura no. 1 Ubicación del barrio de Tepito, Cuauhtémoc, en el Distrito Federal

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Centro Histórico de la ciudad de México (perímetros A y B)

Distrito Federal Fuente: SEDUVI 2006

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Delegación Cuauhtémoc. Plano del Programa Delegacional

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Barrio de Tepito

En este espacio urbano, se puede ubicar con claridad el avance de una fuerte descomposición social –drogadicción, prostitución, piratería, entre otros aspectos– representa una de las zonas comerciales más importantes del país, ejemplo de la globalización económica en sus más crudos efectos –comerciantes chinos y coreanos han ido ganando espacios desplazando el comercio tradicional formal e informal–; pero también, al mismo tiempo, es un barrio tradicional que expresa una gran riqueza cultural. 11

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Tepito se define, en voz de sus propios habitantes como: o Barrio bravo, donde la gente no se deja

o Libertad

o Barrio bueno, pero con algunas deficiencias

o Mi casa

o Barrio más querido

o Mi formación

o Barrio popular, con gente honesta

o Mi origen y mi identidad

o Diversidad y cultura

o Mis raíces

o Es el conjunto comercial más grande del DF

o Orgullo

o Es mi barrio, mi fuente de trabajo y, sobre todo, es donde vivo y convivo con gente buena y trabajadora

o Toda mi vida, mis raíces, mi hogar, mi casa y mi trabajo

o Es mi hogar y un lugar para vivir que lo tiene todo o Es mi vida o Es un barrio alegre, inigualable o Es un barrio como no hay otro a nivel mundial o Es un barrio típico o Es una leyenda y es un mito que continúa vivo o Es una oportunidad para salir adelante y saber que estoy vivo aunque no sepas leer ni escribir trabajando sales adelante

o Todo o Un barrio que cada día va más en decadencia pero del que se pueden rescatar grandes cosas o Un barrio que es muy bonito pero que tristemente se ha desmejorado mucho o Un barrio reconocido en todo el mundo por su comercio o Un lugar como cualquier otro, con virtudes y defectos, el cual tiene una larga historia y tradiciones. o Una vecindad grandota con mucha música

o Es una zona histórica y cultural porque han salido personalidades en todos los aspectos positivos y negativos o Es uno de los barrios más antiguos

Pero también es: •

Un estigma



Un lugar de mala fama, delincuencia y venta de droga



Un vicio



Una colonia unida, pero a la vez muy conflictiva y muy insegura si no eres de aquí



Violencia, consumo de droga, venta de mercancía robada Zona conflictiva

Fuente: Encuesta realizada por los habitantes del barrio de Tepito, en el marco del taller de Capacitación para Mejoramiento Barrial. Septiembre de 2008

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El Director del Centro de Estudios Tepiteños, Alfonso Hernández H. (2007) señala que: “Hoy en día, un barrio es aquel territorio donde una comunidad urbana preserva tradiciones y costumbres, estableciendo nexos más profundos e importantes que van más allá de la simple relación vecinal, de la actividad artesanal o de la posición económica de sus habitantes. Por lo cual, un auténtico barrio se cataloga por la escala urbana que lo identifica por su arraigo, su identidad y cultura. “Es por ello que un barrio como Tepito es más que la manifestación de un sistema sociocultural con sus propias formas de trabajo y vida, pretendidamente acotadas con una simple delimitación política administrativa”. Así, Tepito es el barrio de la ciudad de México que mejor ha resistido los embates de la modernización urbana en cuanto a la implantación de nuevos patrones en sus costumbres, ya que ha conservado con garbo y constante lucha su fisonomía y arraigada vocación comercial. Un poco de historia acerca de su configuración actual Desde tiempos prehispánicos los habitantes del antiguo Tepito fueron sometidos por el dominio de los aztecas quienes les impidieron comerciar sus mercancías en el gran mercado de Tlaltelolco. Esta restricción obligó a los habitantes de Tepito a crear su propio recinto comercial, el cual se encontraba fuera de la gran Tenochtitlan y que comenzaría a tener la peculiar concurrencia de ladrones que asistían a vender ahí los productos de sus robos. En los primeros años posteriores a la Conquista, en la plazuela llamada de Tepito hoy denominada Plaza de Fray Bartolomé de las Casas, había un templo pequeño que los indígenas llamaban Teocultepitón, al cual los españoles llamaron Tepito, precisamente del náhuatl deriva su nombre este populoso barrio: Teocali–tepiton que significa: pequeño templo, ermita o capilla. Posteriormente, sobre ese templo considerado pagano por los españoles se edificó una ermita dedicada a San Antonio y después se le designó a San Francisco. Con la fundación de la colonia Morelos, en 1882, Tepito se integró a su proyecto y traza. La nueva colonia se erigió en los terrenos ubicados al norte del Convento de Nuestra Señora del Carmen, el cual fue demolido en parte para dar lugar a la calle de Aztecas que la comunicaba con el centro de la ciudad. Tepito permaneció fuera de los límites de la ciudad y comenzó a poblarse de mesones a los que acudían los arrieros que venían a México a vender sus mercancías, los cuales, con la introducción de los ferrocarriles, se transformaron en grandes vecindades cuyas rentas bajas acabaron por atraer inquilinos de economía modesta. En los años 20, cuando se dio el conflicto de los Cristeros, emigraron a la ciudad de México familias procedentes del Bajío, Jalisco y Guanajuato que decidieron alojarse en Tepito. La gran

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mayoría de ellos eran zapateros de oficio, principal factor para que Tepito llegara a ser uno de los grandes centros productores de zapatos del país. En los años 50, durante el sexenio de Adolfo Ruiz Cortines, el gobierno federal, mediante el entonces Departamento del Distrito Federal, impulsó la construcción de mercados públicos principalmente en esa zona de la ciudad, de tal manera que a Tepito se le dotó de instalaciones que constaron de cuatro cuerpos, el primero de ellos ocupa casi toda la manzana comprendida entre las calles de Héroes de Granaditas, Aztecas y Costa Rica. Los tres restantes están situados principalmente sobre la calle de Toltecas y a la altura de las calles de Bartolomé de las Casas y Caridad. La tradición comercial de este barrio fue creciendo cada vez más y se convirtió en un lugar en donde se podía encontrar “de todo”, desde ropa, aparatos usados y la mayor variedad de zapatos a un precio bastante accesible. A partir de los años 70 con la tecnología mexicana en decadencia y con las intensas restricciones aduanales para el ingreso de mercancía importada al mercado nacional, Tepito consolidó su fama en cuanto a la venta clandestina de artículos procedentes del extranjero introducidos ilegalmente al país, denominados popularmente como “fayuca”. Esta oferta propició una gran demanda entre las clases medias y bajas de la ciudad de México, quienes no poseían la oportunidad de los sectores más acomodados de la sociedad de realizar viajes de shopping a las ciudades fronterizas con los Estados Unidos para adquirir esa clase de productos. El alto nivel e intensidad de las interacciones humanas que se han dado en todas las etapas históricas de Tepito, lo reafirman como el barrio bravo por excelencia, no sólo de nuestra ciudad capital sino del país entero. Y si para muchos Tepito no es un barrio modelo, sí ha sido un barrio ejemplar por la fuerza, bravura y resistencia con la que ha defendido su solar nativo y la esencia de su pedazo de cielo. Pocos barrios acumulan la experiencia de sobrevivencia urbana que tiene Tepito, que en la historia de la ciudad lo ha sido todo: modesto barrio indígena, miserable enclave Colonial, arrabal de la Ciudad de los Palacios, abrevadero cultural de los chilangos, ropero de los pobres, tianguis y tendajón de sobrinas, lunar y lupanar metropolitano, semillero de campeones, atracadero urbano, refaccionaría automotriz de gabachas y europeas usadas, tendedero existencial de propios y extraños, y reciclador de conciencias e inconsciencias. Por todo esto, los tepiteños, en palabras de ellos mismos, “comprenden la pobreza, no se avergüenzan de ella, pero tampoco se abandonan a ella”. Por otro lado, en contraste con lo anterior, la actual administración del gobierno del Distrito Federal, desde febrero de 2007 con el argumento de poner en marcha el proyecto denomi14

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nado “Tepito es mi barrio”, inició una serie de operativos y expropiaciones de inmuebles con el objetivo de llevar a cabo “la recuperación y transformación de espacios que actualmente son propicios para el desarrollo de actividades ilícitas”, con el argumento de la seguridad pública y de terminar con la impunidad. “Luego del operativo para desalojar a las 22 familias que permanecían en las viviendas ubicadas en Tenochtitlan 40 y Jesús Carranza 33, y que provocó un enfrentamiento que dejó como saldo la detención de siete personas, entre ellas un menor, las autoridades capitalinas informaron que lograron el desalojo total del inmueble… José Angel Ávila, secretario de Gobierno señaló que después de las diferentes acciones que se realizaron desde hace una semana, el predio expropiado quedó bajo la posesión absoluta de la ciudad y podrá utilizarse para beneficio de la gente...” (Alejandra Martínez. El Universal. Ciudad de México. Miércoles 21 de febrero de 2007) Es justamente esta coyuntura la que marca el interés por la zona por parte del equipo de trabajo que promovió el presente proyecto. Por otro lado, respecto de la elección del tema de mejoramiento barrial (el cual se refiere a diferentes temas como la vivienda, espacios públicos, servicios urbanos, equipamiento, entre otros) en el barrio, el punto de partida fue el convencimiento de que: El barrio de Tepito es un espacio tradicional de la ciudad que hay que recuperar, y los más interesados son los propios tepiteños. La gente solicita vigilancia, seguridad, orden, limpieza, áreas deportivas y sociales, es decir, un mejor hábitat, y están dispuestos a participar, pero no creen en las autoridades. w

w Es necesario y urgente el mejoramiento de las condiciones del hábitat a escala barrial sin de-

jar de atender las escalas regionales y de ciudad. w Se requiere la interacción institucional con base en una planeación estratégica para el mejor

aprovechamiento de los recursos y una acción de gobierno más eficaz. Son necesarias formas nuevas de participación ciudadana que tomen en cuenta las condiciones de cada barrio, colonia, pueblo y que pongan el acento en la corresponsabilidad en la solución de los problemas y en la mayor injerencia de la comunidad en la aplicación de los recursos públicos. La participación ciudadana es entonces el elemento fundamental de un programa de este tipo. w

w La actuación del gobierno y de la sociedad en las acciones del mejoramiento barrial debe ser

consecuencia de la definición de una política universal y permanente (una política de estado). La política en esta materia debiera concebirse como un eje de la acción de gobierno basada en dos principios fundamentales: w

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bEl derecho de todos a vivir en un hábitat adecuado vinculado a otros derechos humanos como la salud, el empleo, la educación. bLa democratización de las formas de gobierno en la ciudad.

1.2 Descripción del proyecto El proyecto surge de la convicción de que hoy en día la principal alternativa de vivienda y hábitat para las familias pobres que habitan en la ciudad, en este caso en la ciudad de México, es la producción, gestión y mejoramiento de asentamientos humanos, barrios y ciudades por y para la gente, en tal sentido, el desarrollo de instrumentos que promuevan y fortalezcan el capital social2 existente, y la participación social resulta fundamental. Con esta base, el proyecto estableció como objetivo general: Formular, en colaboración con un grupo de habitantes interesados de Tepito, con el apoyo científico requerido, una metodología para promover una identificación y conceptualización participativa para la integración y promoción de proyectos de mejoramiento barrial, mediante un proceso de capacitación a los habitantes interesados de este barrio, y con ello consolidar el capital social existente mediante un proceso de planeación participativa. Y como objetivos específicos: a) Reunir, motivar y capacitar a un grupo de miembros de la comunidad del barrio de Tepito, como promotores (o multiplicadores), capaces de proponer y promover proyectos de mejoramiento barrial. b) Producir una metodología para formar a promotores de proyectos participativos de mejoramiento barrial. c) Un documento con la síntesis de la propuesta formulada con la comunidad de Tepito, en cuanto a la integración de proyectos de mejoramiento de su hábitat. d) Promover que el gobierno de la ciudad reconozca la herramienta como mecanismo legítimo de construcción de proyectos de mejoramiento barrial planteados para la zona.

2 Es concebido generalmente como el conjunto de normas de confianza, valores, actitudes y redes entre personas e instituciones en una sociedad, que define el grado de asociatividad entre los diferentes actores sociales y facilita acciones colectivas y de cooperación. Puede tener varias dimensiones: una individual, es decir el grado de integración a su entorno a partir de las relaciones más cercanas de una persona, familia o empresa; una dimensión sectorial, es decir la acción de personas u organizaciones en su entorno ampliado, su interrelación y su relación con los poderes públicos (pertenencia a redes comunitarias, gremios, asociaciones empresariales, etc.). Finalmente, está la dimensión colectiva o nacional, es decir el capital social entendido como un acervo de una sociedad en su conjunto. En ese sentido, el concepto de Capital Social agrupa nociones de confianza, asociatividad, conciencia cívica y valores éticos predominantes que, en conjunto, facilitan o dificultan el Desarrollo de una determinada sociedad.

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e) Promover la existencia de un determinado espacio (ya sea como un espacio de discusión y creación de redes o lugar físico) donde la información sobre el barrio se establecerá para compartirla, debatirla o intercambiarla. Acerca de los resultados Gracias al trabajo y disciplina de los habitantes del barrio que participaron en el proceso, las expectativas quedaron rebasadas, de tal manera que el proyecto dio como resultado: la integración de un plan de mejoramiento barrial para el mejoramiento del barrio; y un documento síntesis sobre el proceso (a manera de guión básico metodológico); y documento audiovisual sobre el seguimiento del proceso. De esta manera, el presente documento se organiza en tres partes, la primera ofrece al lector una introducción teórica de los programas de mejoramiento barrial en América Latina y en México; en la segunda parte abordamos los instrumentos metodológicos de intervención social utilizados; y en la tercera parte damos a conocer cómo se llevó a cabo el proceso de intervención en sus tres fases: pre diagnóstico; capacitación y resultados (proyecto de mejoramiento barrial; guión básico de contenido de programas de mejoramiento barrial y documento audiovisual). Agradecimientos Este trabajo es la suma de esfuerzos realizados tanto por los habitantes del barrio que participaron en el proceso, especialmente por quienes concluyeron con el mismo, como por aquellos que desde diferentes espacios lo apoyaron desde el inicio. De tal forma, agradecemos el apoyo académico y financiero a la Maestría en Planeación y Políticas Metropolitanas de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco, especialmente al Dr. René Coulomb Bosc quien respaldó el proyecto, desde el diseño de los primeros bosquejos hasta su presentación ante el NCCR, a la Dra. María Soledad Cruz Rodríguez por su confianza y facilidades necesarias, a la Lic. Nadia Ortiz por su paciencia y apoyo en las arduas tareas y procedimientos administrativos; al Nacional Centre of Competente in Research, especialmente a la Directora del WP2, Adriana Ravinovich; y a la Coordinadora del Programa en Centro América y el Caribe, Marian Pérez; y a Luca Pattaroni; así mismo, agradecemos la invaluable colaboración del Director de la Galería José Ma. Velasco, del INBA, Alfredo Matus; del Director del Centro de Estudios Tepiteños, Alfonso Hernández; a Yolanda Tello y Francisco Saucedo de la Asamblea de Barrios de la ciudad de México y al Mtro. Pablo Yañez, entonces coordinador de asesores de la Secretaría de Desarrollo Social, por el respaldo para la realización del mismo.

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2. ¿Qué son los programas de mejoramiento barrial? La emergencia de los programas mediante los cuales se desarrollan “acciones de mejoramiento barrial”, son estrategias de acción que, aunque no son nuevas, pues existen desde los inicios de políticas de radicación de asentamientos, su relevancia actual se da a partir de la década de los noventa (Casa y Ciudad, 2008) cuando el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo promueven, en países latinoamericanos (Brasil, Chile, Uruguay, Venezuela, Argentina, Panamá y Bolivia), financiamiento para proyectos de mejoramiento de barrios en las grandes ciudades o en pequeños poblados, los cuales son promovidos por los gobiernos locales, esto con el propósito de reducir los niveles de pobreza, pero, sobre todo, con la finalidad de reducir el conflicto –potencial o real– que la existencia de pobreza urbana acarrea, con el consecuente impacto positivo en la gobernabilidad urbana. (Fenández, 2008) El surgimiento de un número importante de programas de mejoramiento de barrios en las ciudades de América Latina, es promovido tanto por gobiernos nacionales como locales, y es parte de la agenda principal de organismos de financiamiento como el Banco Interamericano de Desarrollo. “Después de años de ignorar la existencia de asentamientos informales o de intentar erradicarlos, los gobiernos de la Región están adoptando un nuevo enfoque que radica en incorporar dichos asentamientos a las ciudades formales para resolver in situ las deficiencias ambientales, sociales y de infraestructura. El BID ha apoyado este enfoque mediante la promoción de Programas de Mejoramiento de Barrios como un medio eficiente de complementar los programas de vivienda pública, las estrategias de reducción de pobreza y las políticas de desarrollo urbano a nivel local. Estos programas financian paquetes integrados que incluyen servicios de saneamiento básico, calles, parques, recreación y otro tipo de infraestructura, al tiempo que proveen los servicios sociales de mayor demanda orientados a los grupos más vulnerables. Su objetivo es proveer servicios regulares a estas áreas y mejorar considerablemente las condiciones de vida de sus residentes. Esta metodología de intervenciones integradas ha probado ser un importante instrumento de política social que ha producido un impacto directo en la reducción de pobreza” (BID, 2002: 20) “El BID, siguiendo su política de apoyo a los objetivos de Desarrollo del Milenio y a los objetivos de la Conferencia sobre el Hábitat “Ciudades sin barrios de tugurios” de las Naciones Unidas, se ha comprometido a apoyar y diseminar este enfoque de mejoramiento de barrios mediante el financiamiento de proyectos y cooperaciones técnicas a los gobiernos de la Región dentro del marco de viviendas e iniciativas de políticas sociales integradas.”(Casa y Ciudad, Op. cit, p. 23) 19

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No obstante, es necesario señalar, que más allá de la motivación circunstancial de garantizar gobernabilidad (la cual da cuenta de la estabilidad social que constituye una condición favorable para el ingreso y reproducción de capitales dentro de la lógica global), los programas que se han desarrollado en los últimos años, puesto que no obedecen estrictamente a un formato preestablecido, presentan una más estrecha relación con los procesos locales, integralidad de las acciones y alternativas en los formatos de gestión, elementos que marcan la diferencia con los modos de actuación tradicionales. (Fernández, Op cit) Los programas de mejoramiento constituyen un proceso de intervención urbana en los asentamientos irregulares, precarios, subnormales o marginales, cuyos objetivos plantean entre otros, garantizar la integralidad con otros programas y problemas, atender la pobreza extrema, integrar los asentamientos a la ciudad formal (reorganización del espacio público), mejorar y sanear ambientalmente el barrio. Los programas de mejoramiento barrial buscan formas de atenuar los efectos más negativos de la llamada “urbanización de la pobreza”, a través de: w Avanzar más allá de la regularización del dominio de los lotes, promoviendo la plena incorpo-

ración de los asentamientos irregulares a la ciudad; Incorporar inversiones en el mejoramiento de la infraestructura y del equipamiento urbano de los barrios; y w

Desarrollar, en forma coordinada, programas dirigidos a mitigar los principales problemas sociales de las comunidades y a mejorar integralmente su calidad de vida. w

Los programas de mejoramiento barrial son parte de la nueva generación de políticas de reducción de la pobreza centradas en el hábitat, las cuales se caracterizan por constituir un modo más acabado de “focalización” socio-espacial. No obstante, quedan pendientes una serie de cuestionamientos importantes tales como la efectividad de los programas para la mitigación de la pobreza, ya que realmente éstos no tienen incidencia en los factores determinantes de la economía, sólo en los efectos. Otro tema pendiente es el relativo a la sustentabilidad, es decir, de qué manera se logra dar continuidad a las acciones y beneficios obtenidos una vez concluido el programa; otro tema es el de la replicabilidad, es decir, si las acciones realizadas generan efectos positivos, sobre otros aspectos del entorno barrial. Otro tema muy importante es el nivel de democratización alcanzado, ya que no necesariamente su realización implica una verdadera participación de la población. La interrogante general sobre estos programas es si constituyen un avance hacia una política social alternativa o sólo representan únicamente un elemento que asegure la gobernabilidad.

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2.1 Los programas de mejoramiento barrial aplicables en el Distrito Federal

l En el ámbito federal

En México, el gobierno federal promueve actualmente el Programa “Hábitat” que cuenta con parte de recursos financieros del Banco Interamericano de Desarrollo, otra parte la aportan los estados y municipios. El recurso se hace llegar directamente a los municipios para que realicen la obra de mejoramiento, sin considerar como parte sustancial la participación de la población. Entre sus objetivos se consideran: contribuir al desarrollo social y comunitario de habitantes en situación de pobreza patrimonial, mediante la organización y participación comunitaria, así como la instalación o mejoramiento de inmuebles destinados a la prestación de servicios; apoyar la integración urbana de los habitantes de las zonas urbanas marginadas a través del mejoramiento de infraestructura, equipamiento y servicios urbanos básicos, mejoramiento del entorno y la prevención y mitigación de riesgos; promover la protección, conservación y revitalización de los Centros Históricos reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Mundial, así como fortalecer a los gobiernos locales para la planeación, administración y gestión de las ciudades en materia de desarrollo social y urbano, así como la provisión de suelo para el desarrollo urbano y la vivienda social. Los ámbitos territoriales de actuación están definidos por dos vertientes: la general, orientada a la atención de la población de ciudades en situación de pobreza y la dirigida a los Centros Históricos inscritos en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Se estructuran y organizan las acciones en tres modalidades: Desarrollo Social y Comunitario, Mejoramiento del Entorno Urbano y Promoción del Desarrollo Urbano.

l En el Distrito Federal

Programa Comunitario de Mejoramiento Barrial. Gobierno del Distrito Federal (PCMB) El Programa Comunitario de Mejoramiento Barrial se crea en 2007, es coordinado por la Secretaría de Desarrollo Social, con un grupo interinstitucional: Secretaría de Obras y Servicios, Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, el Instituto de Vivienda del Distrito Federal a través del Programa de Mejoramiento de Vivienda y la Subsecretaría de Participación Ciudadana. El Programa establece como objetivo general: “Desarrollar un proceso integral, sostenido y participativo de mejoramiento de los espacios públicos de los pueblos, barrios y colonias que integran el Distrito Federal, particularmente de aquellos que tengan altos grados de conflictividad social y/o degradación urbana o estén clasificados como de media, alta y muy alta marginación”. 21

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Entre los objetivos particulares se expone un claro compromiso por la “promoción de la participación ciudadana”, en el diseño, ejecución y evaluación de la política social del Distrito Federal, así como a impulsar el ejercicio al Derecho a la Ciudad, mejorando las condiciones de vida de los habitantes de zonas de mayor rezago social. La selección de los programas se realiza por medio de un concurso público, en el cual pueden participar organizaciones civiles, sociales, comunitarias, grupos de vecinos o instituciones académicas. Es importante resaltar la importancia que se da a la participación ciudadana, toda vez que ésta se ve reflejada en el desarrollo de todo el proceso y que se manifiesta en las reglas de operación del mismo, esencialmente se manifiesta en los siguientes aspectos: es requisito que los responsables o promoventes de los proyectos sean residentes del barrio o colonia del lugar propuesto para llevarlo a cabo; los proyectos deberán aprobarse en asamblea vecinal avalada por el gobierno del Distrito Federal a través de la Subsecretaría de Participación Ciudadana, en la ejecución del mismo deberán nombrarse en Asamblea vecinal los Comités de Administración y Supervisión, en los cuales deberán participar los habitantes del barrio o colonia. En el cuadro siguiente se muestran datos generales sobre los proyectos presentados y aprobados durante 2008:

Fuente: Secretaría de Desarrollo Social (2008) 22

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Como puede observarse, durante 2008 el gobierno del Distrito Federal destinó 130 millones de pesos en 102 proyectos, de un total de 267 que se presentaron a concurso; el mayor porcentaje corresponde a la delegación Iztapalapa, la cual se caracteriza por ser la más poblada y con mayores grados de pobreza con respecto al total del Distrito Federal.

2.2 ¿Por qué Tepito? Tepito es uno de los barrios más antiguos y tradicionales de la ciudad de México. Se localiza en la colonia Morelos de la delegación Cuauhtémoc. Al norte del llamado Primer Cuadro y al oriente de Tlaltelolco. Ocupa alrededor de 62 manzanas que ocupan una estructura urbana irregular (vial y predial), resultado de la superposición progresiva de la ciudad. Barrio indígena de origen, a finales del siglo XIX se constituyó como una zona habitacional para población de bajo nivel económico: artesanos, obreros y prestadores de servicios, frecuentemente inmigrantes provenientes del interior del país. Así, la mayor parte de sus edificios fueron destinados a vivienda de bajo alquiler, generalmente cuartos redondos en agrupamientos del tipo vecindad, con serias deficiencias en sus condiciones de habitabilidad por un lado, pero que por otro propicia el desarrollo de la vida comunitaria vecinal. A partir de la década de los 40, Tepito, como el resto de la zona central, se fue degradando paulatinamente, debido a la mala construcción de edificios, a la congelación de rentas de las viviendas, con la consecuente falta de mantenimiento por parte de sus propietarios, lo que trajo como consecuencia que las áreas céntricas de la ciudad mantuvieran su carácter residencial de bajo precio, pero en condiciones de deterioro cada vez más grave hasta llegar a constituir lo que en los años 50 se denominó “herradura de tugurios”. (CEHP, 1986) En la actualidad, presenta una serie de características espaciales, económicas y sociales que lo diferencian de zonas similares dentro de la ciudad de México, entre las que destacan: w Al igual que el resto del área central de la ciudad de México, Tepito ha registrado decrecimien-

to poblacional, el cual está directamente relacionado con la disminución del número de viviendas en la zona; no obstante, el barrio sigue concentrando una gran cantidad de población, sobre todo durante el día, debido a las actividades económicas que concentra. La zona es un área eminentemente comercial y a esta actividad se dedica la mayoría de los residentes, quienes han logrado insertarse en el mercado de trabajo urbano a pesar de su bajo nivel de especialización como mano de obra. w

Si bien es cierto que el comercio establecido tiene un papel importante (locales comerciales y mercados de ropa, zapatos y comida), gran parte del desarrollo comercial se desarrolló en torno del tianguis o mercado ambulante que se establece en las calles más céntricas del barrio (Tenochtitlan, Aztecas, Florida, Toltecas, entre otras). w

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Tepito ha sido y sigue siendo en la actualidad, principalmente una zona habitacional; no obstante, parte del suelo originalmente ocupado por vivienda ha sido destinado a un equipamiento que ha ayudado a consolidar el papel económico del barrio (mercados, comercios), y parte de él ha sido ocupado por la modificación del trazado de su vialidad. Sin embargo, poco se ha destinado a áreas verdes o libres, cuya ausencia es evidente. w

w De esta manera, las obras viales, los nuevos conjuntos habitacionales y el aumento del valor

del suelo en su cercanía, la aparición de usos del suelo incompatibles con el habitacional que lo desplazan, la consecuente expulsión de la población residente, fueron acentuando el deterioro del barrio. Adicionalmente, además de las características de deterioro del parque habitacional, en esta unidad urbana se concentran muchos de los principales desafíos que caracterizan hoy en día a la ciudad en su conjunto: desempleo y subempleo, marginalidad y exclusión social, inseguridad pública y criminalidad, prostitución, mendicidad y drogadicción, congestión vial y contaminación, bajos niveles de escolaridad y de ingreso, déficit habitacional, deterioro del entorno urbano y de la riqueza patrimonial, y conflictos entre diversos sectores sociales. w

Ante esta problemática, el barrio ha estado sujeto a diferentes procesos de renovación urbana (entre las que destaca el Plan Tepito en los años 703), que han representado más bien un mecanismo de desalojo para sus habitantes w

w Al mismo tiempo, por su potencialidad comercial e inmobiliaria, así como en su disponibilidad

de infraestructura construida con capital social y cuya redituabilidad se aprovecha mediante el mercado especulativo de suelo, el barrio es motivo de intereses tanto por la administración público como por el capital inmobiliario y comercial. Para enfrentar la problemática de deterioro, y de expulsión de la población a causa de las políticas de renovación urbana, la opción de los pobladores que quieren seguir habitando y trabajando en el barrio fue y es la de organizarse y emprender acciones encaminadas a defenderlo y mejorarlo.

3 En 1972, el gobierno de la ciudad creó el Plan Tepito con el objetivo de llevar a cabo una regeneración urbana tendiente a mejorar las condiciones de vida en el barrio, no obstante, al final de la misma década se transformó en una amenaza y mecanismo de desalojo para sus habitantes, especialmente desde la intervención de la Comisión de Desarrollo Urbano a través del proyecto conocido como Plaza Tepito (proyecto con una clara orientación mercantil), el cual, de llevarse a cabo, según la apreciación de los habitantes del barrio, podría hacer ocasionado “la pérdida definitiva del barrio para sus actuales pobladores”. (Rosales, 1991) Ante estos hechos, con el lema “cambiar de casa pero no de barrio”, a partir de 1980 y hasta 1985, los habitantes de Tepito llevaron una lucha en el ámbito de la planificación urbana y de la definición de políticas de vivienda alternativas. Elaboraron una contrapropuesta urbana con el apoyo de la Escuela de Arquitectura, Autogobierno, Taller 5, de la UNAM, que cristalizó en un Plan de Mejoramiento para el Barrio de Tepito, el cual fue premiado en el Congreso Internacional de Arquitectos, realizado en Varsovia, Polonia, en 1981 (Rosales, Op. cit). Aunque el programa no se llevó a cabo, las principales propuestas del Plan de Mejoramiento de barrio fueron sin embargo, retomadas por los poderes públicos en la aplicación de los programas de reconstrucción que siguieron a los sismos de 1985.

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Hoy en día, hay en Tepito tantas organizaciones como intereses en juego, que si bien no se han destacado por lo ortodoxo de su forma de lucha por una reivindicación urbana, su misma vitalidad y conocimiento de la realidad les ha permitido mantener su arraigo y participar en la toma de decisiones de lo que puede y debe hacerse en el barrio. Así, en este espacio urbano, se puede ubicar con claridad el avance de una fuerte descomposición social –drogadicción, prostitución, venta de droga, entre otros aspectos– representa una de las zonas comerciales más importantes del país, ejemplo de la globalización económica en sus más crudos efectos –comerciantes chinos y coreanos han ido ganando espacios desplazando el comercio tradicional formal e informal–; pero también, al mismo tiempo, es un barrio tradicional que expresa una gran riqueza cultural. Ante este panorama, y ante la pregunta ¿por qué Tepito?, comentamos lo siguiente: • Porque es un barrio antiguo tradicional que forma parte de la estructura urbana de la Antigua ciudad de México y de su primera expansión urbana. • Porque es un barrio que presenta características particulares relacionadas con un grave deterioro habitacional, altos índices de violencia, una fuerte presión del uso comercial y de actividades ilegales, al mismo tiempo que expresa una gran riqueza cultural, y una fuerte identidad barrial. • Porque ha sido sujeto de fuertes procesos de renovación urbana que han ocasionado cambios en su estructura territorial y social, que los ha expuesto a procesos de expulsión, pero que, al mismo tiempo, han dado origen a movimientos sociales y culturales y proyectos alternativos, en contra de la exclusión social, y en favor del respeto al arraigo y las formas de vida de la población residente. Ante este panorama, y ante la pregunta ¿por qué Tepito?, comentamos lo siguiente: • Porque es un barrio antiguo tradicional que forma parte de la estructura urbana de la Antigua ciudad de México y de su primera expansión urbana. • Porque es un barrio que presenta características particulares relacionadas con un grave deterioro habitacional, altos índices de violencia, una fuerte presión del uso comercial y de actividades ilegales, al mismo tiempo que expresa una gran riqueza cultural, y una fuerte identidad barrial. • Porque ha sido sujeto de fuertes procesos de renovación urbana que han ocasionado cambios en su estructura territorial y social, que los ha expuesto a procesos de expulsión, pero que, al mismo tiempo, han dado origen a movimientos sociales y culturales y proyectos alternativos, en contra de la exclusión social, y en favor del respeto al arraigo y las formas de vida de la población residente.

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3. Metodología de investigación e intervención social A partir de la certidumbre de que en el proceso de mejoramiento barrial, la participación de la población en la definición del proyecto fortalece sus capacidades y esfuerzos por generar y mantener un crecimiento y desarrollo sostenible, las herramientas metodológicas utilizadas se basan en métodos participativos. Los métodos aplicados fueron: Metodologías participativas

• •

Integración comunitaria Cohesión social

Investigación – acción participativa

Diagnóstico: territorio, actores, problemática

Planeación participativa

Integración, instrumentación y promoción del proyecto de mejoramiento barrial

Diseño participativo

Integración de los actores sociales en la resolución de su problemática. Genera un mayor grado de apropiación con el objeto diseñado / creado

a) Investigación acción participativa Definición

Es una forma de intervención, al sensibilizar a la población sobre sus propios problemas. Permite profundizar en el análisis de su propia situación y organizar y movilizar a los participantes

Objetivo

conocer – actuar – transformar

Método

• Trata de explicar, es decir, de entender más y mejor la realidad; • De aplicar, o sea de investigar para mejorar la acción; y, • De implicar, esto es, de utilizar la investigación como medio de movilización social.

Características

• Se actúa en dirección a un fin o un “para qué”; • Esta acción no se hace “desde arriba” sino desde y con la base social; • El punto de partida es la propia experiencia de los participantes, de sus necesidades o problemas vividos o sentidos; • el investigador y la población establecen una relación de comunicación entre iguales, un diálogo horizontal entre investigador y población basado en la reciprocidad;

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Este método se aplicó en el proceso de integración del diagnóstico socio territorial y trabajo de campo, en donde los habitantes proporcionaron su conocimiento e información sobre la problemática urbana y social del territorio. b) Planeación participativa Definición

Objetivos

Participación motivada por

Características

Proceso a través del cual distintos sujetos individuales y colectivos, en función de sus respectivos intereses y de la lectura que hacen de su entorno, intervienen en la marcha de los asuntos colectivos con el fin de mantener, reformar o transformar el orden social y político. • Democratización de la gestión urbana • Mejoramiento en la prestación de servicios públicos • El deseo de ciudadanos y ciudadanas de influir en las decisiones; • La necesidad del Estado de legitimarse ante los ciudadanos a través de su acercamiento a estos últimos; y, finalmente, • El interés compartido de mejorar las decisiones públicas, especialmente en materia de asignación de recursos. • • • • • • • • • • • • • • • • • •

Descentralizada (de la periferia al centro) Horizontal y concertada (de abajo hacia arriba) Dialogada (Promueve diálogo de saberes) Integral Largo plazo (apunta a construir visión de futuro) Se reconoce como una necesidad real (importa el contenido) Prioriza la inversión social Asigna responsabilidades y compromiso social Reconoce la diversidad y respeta la diferencia Incluyente Democrática Acerca Estado – Sociedad civil Reconoce actores sociales como sujetos activos del desarrollo Promueve un Estado facilitador Parte de las condiciones concretas y particulares Construye relaciones de confianza Promueve tolerancia y convivencia pacífica Recupera gobernabilidad

A través de este proceso el grupo de habitantes definió las prioridades de acciones y en el proceso de integración de la propuesta del proyecto de mejoramiento barrial. 28

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Un instrumento fundamental para el proceso de participación de la comunidad en la definición de la propuesta, fue la aplicación de una encuesta, que tuvo como finalidad principal identificar las prioridades, necesidades y expectativas de los habitantes del barrio en cuestión, respecto de cómo ven a Tepito en 10 años, y cuáles son las ventajas y obstáculos para lograrlo, así como las estrategias y posibles proyectos. Se distribuyeron las encuestas entre los beneficiarios y el grupo promotor, en total se aplicaron 122 encuestas, cuyos resultados, aportaron información valiosa acerca del objetivo planteado. c) Diseño participativo El diseño participativo promueve un acercamiento a las necesidades y deseos de los usuarios. Es el replanteamiento de la relación diseñador-usuario, donde el diseñador pasa de ser el creador de objetos o espacios a ser un igual con el usuario, trabajando en equipo en el marco del proceso creativo. Con el diseño participativo, se da inicio a un trabajo de diseño en el que el investigador social, el usuario y el diseñador trabajan en equipo, y que tienen en concreto un inicio, un desarrollo y una conclusión. La aportación, básicamente, es la ampliación del espectro de elementos que intervienen en la valoración de la experiencia del usuario al interactuar con la propuesta de diseño. Sugiere cuatro fases fundamentales: 1. Una fase de inmersión, en la que se proporciona al usuario información necesaria sobre el proceso. 2. Una fase de activación de sentimientos y memorias. 3. Una fase de manifestación de ideas, en la que se realizan entrevistas cara a cara con el usuario, incluyendo un paquete de herramientas para auxiliarlo a que exprese sus ideas; y, finalmente, 4. Una fase de disociación y expresión, en donde el diseñador materializa en el proyecto arquitectónico, las ideas extraídas de la investigación, en la búsqueda de una solución concreta.

Este método fue aplicado en el diseño del proyecto arquitectónico, estuvo a cargo de Casa y Ciudad. El ejercicio consistió en identificar, por parte del grupo de habitantes, los problemas de funcionalidad, medioambientales, y sociales, que hacían de la Plaza Santa Ana un espacio público de interés por su recuperación; y, posteriormente, escuchar y poner sobre la mesa de discusión todas las propuestas e ideas planteadas por el grupo para la solución de los problemas identificados; para, proponer, por parte de los asesores técnicos, propuestas técnicamente viables, que consideraron los puntos de vista, y expectativas de los habitantes.

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4. Proceso de intervención



l Primera

etapa

4.1 Prediagnóstico Habrá sido el acontecer de la coyuntura4 o el reto y el interés por intervenir en procesos sociales en un espacio urbano casi mítico, o tal vez el convencimiento y el compromiso –individual y grupal– de articular estrategias y esfuerzos para detener y, de ser posible, revertir los mecanismos y construcciones avasallantes que genera la globalización… o más seguramente todas ellas guiándonos para encontrarnos (en algunos casos re-encontrarnos) con el barrio de Tepito, su realidad, su oportunidad. Comenzamos con el principio: recorridos por el barrio para delimitarlo espacial y geográficamente, para reconocerlo o reencontrarlo, para identificar a su gente, para “plazearnos”, y claro que también para pulsar el ambiente que en él se vive, lejos del estigma y la actividad económica. También nos requirió la elaboración teórica y la verificación documental y bibliográfica, que nos permitieran armar el proyecto del que ahora estamos hablando, sistematizando. Así, diseñado el proyecto y embarcados en él, nos dimos a la tarea de identificar en un primer nivel a los actores y las asociaciones u organizaciones sociales, gremiales, sectoriales o políticas, con quienes tuviésemos algún grado de vinculación y poder de convocatoria. De ahí inició el camino para sondear, tantear y percibir la respuesta a nuestro planteamiento de las personalidades y grupos que fueron ubicables. Resultó grato identificar que existía resonancia hacia la propuesta que estábamos manejando. Un segundo nivel de vinculación, lo constituyó el diagnóstico de nuestras posibilidades para iniciar a partir de una base social preexistente. Se trataba no sólo de contar con sectores del barrio representativos, sino con un trabajo social y comunitario ya realizado y un claro compromiso con el proyecto y para la continuidad de lo tratado en los talleres de capacitación. Desde esta temprana fase del proyecto debimos de establecer algunos límites claros para garantizar la viabilidad del mismo. Un ejemplo lo fue la firmeza para solamente permitir el involucramiento de actores locales en el desarrollo del planteamiento, lo anterior por la gran expectativa que levantaba su aplicación.

4 Nos referimos a los acontecimientos que se desarrollaron en el barrio de Tepito en los meses de enero y febrero del año 2007, mismos que desembocaron en la intervención directa del Gobierno del Distrito Federal a través de la expropiación de predios emblemáticos, el reforzamiento de la presencia policiaca y la presentación e instrumentación (parcial) del proyecto “Tepito es mi Barrio”.

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En esta etapa, el apoyo, la generosidad y el compromiso de Asamblea de Barrios y del Grupo Tacuba, fueron fundamentales para arrancar con las sesiones de presentación del proyecto, las cuales de hecho se desarrollaron en el local que esta última A.C. tiene en la calle de Tacuba, por los rumbos del Centro Histórico de nuestra ciudad. Estaba ya lejano el recorrido en el barrio que llevamos a cabo con los suizos, los primeros escarceos con actores locales, las promesas mutuas de compromiso. De este punto partimos para llevar a cabo cuatro reuniones de presentación del proyecto. Sus resultados fueron muy desiguales, pero además nos significaron una serie de dificultades y retos que obligaron a replantearnos los mecanismos y estrategias para implantar el proceso y el grupo que lo llevase a cabo. En la primera de ellas tuvimos muy buena asistencia y organizaciones disímbolas que intervienen en el barrio. Comentarios muy receptivos y moderados en torno al proyecto, incluso promesas de compromiso de seguir adelante, seguramente resultado de la presencia de los promotores de nuestra vinculación y de las generalidades planteadas. La segunda sesión fue muy compleja en su manejo ya que el elemento de la desconfianza permeó de manera intensa la misma. Se nos cuestionó ampliamente sobre nuestras intenciones, financiamientos, intereses y objetivos finales de la información y vinculación con los habitantes del barrio. La presencia de los actores locales fue numerosa, pero también dejó ver desde este momento lo fracturado que se encontraban sus diversas expresiones y la desconfianza que entre ellos mismos se transmiten. Para la tercera sesión la presencia de los actores sociales descendió fuertemente, se comenzó a presentar el fenómeno de la rotación entre los asistentes y continuaron los severos cuestionamientos hacia la propuesta, sobre todo de parte del sector gremial de los comerciantes. En esta ocasión se incluyeron críticas sobre la decisión de no realizar las sesiones en el barrio y no haber convocado a sectores más amplios de la propia comunidad. La cuarta reunión informativa tuvo muy débil presencia de los actores locales –pese a que en el inter llevamos a cabo recorridos e invitaciones personalizadas con quienes ya habían asistido– y reforzó la visión de que debíamos de repensar algunas de las formas en que habíamos abordado nuestro acercamiento a la comunidad. Mirando hacia atrás, por momentos pareció que estábamos muy cerca de abortar la aventura, que el tamaño de las contradicciones y la fuerza del resentimiento histórico no nos darían tregua. Afortunadamente estábamos muy equivocados. En esa inteligencia, llegamos a la conclusión de la necesidad de que trasladáramos hacia el barrio las reuniones y que por cuanto hacía a la vinculación con los actores locales, debíamos 32

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ampliar nuestras posibilidades de encuentro y coincidencia a partir de hurgar en el propio barrio por un lado, y por el otro intentar reforzar los lazos ya establecidos con algunos de ellos. Siguiendo la lógica de lo antes planteado, iniciamos contacto con actores locales de los que teníamos referencias externas o contactos ya iniciados. En el primer grupo, cabe destacar a Alfonso Hernández del Centro de Estudios Tepiteños, A.C., quien nos acercó y vinculó con personajes de la vida cotidiana del barrio, actores a nivel social y político –del presente y del pasado reciente–, así como el sector cultural a través de la Galería José María Velasco (INBA). Su aporte ha sido imprescindible, pues su red de relaciones nos abrió otras interlocuciones y nos resolvió la necesidad de encontrar un espacio físico para llevar a cabo la capacitación. Del segundo grupo habrá que destacar a las compañeras del predio de la calle de Gorostiza 36, quienes se sumaron entusiastas al proyecto y nos permitieron la realización de una asamblea informativa en su patio. Su actuar nos recordó que había esperanza. En esta fase también intensificamos los recorridos de reconocimiento en el barrio, para ubicar territorial y espacialmente las referencias y conocimientos que los actores claves y los ya contactados nos vertían sobre su realidad.

4.2 Proceso y resultados de estrategias w Recorridos de campo

Se llevaron en dos momentos fundamentalmente: 1) al inicio para poder dimensionar el barrio y pulsarlo; y, 2) al momento del replanteamiento porque nos requería ese giro identificarnos de manera más directa con el barrio y tener un conocimiento mucho más amplio de todas sus vertientes (espaciales, geográficas, su gente, sus sectores, entre otras). Su resultado ha sido fundamental por el aporte y calidad de la información que nos ha proporcionado y la posibilidad de establecer un diálogo en igualdad de circunstancias con los actores locales. w Reuniones con dirigentes de organizaciones sociales

En la etapa del pre-diagnóstico esta labor se intensificó por la necesidad de establecer contacto y vínculos con grupos o sectores que nos permitieran conjuntar un grupo de trabajo permanente para llevar a cabo la capacitación. Así fue como establecimos contacto con la Asamblea de Barrios, la Confederación de Organizaciones de Comerciantes, Casa de Todos, A.C.; Tu hogar es mi hogar, A.C.; Centro de Estudios Tepiteños, A.C.; y, Amoxcalli- Tepito, entro otros grupos organizados que no tienen necesaria33

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mente representaciones jurídicas o formales. Un dato que no puede pasar desapercibido lo es el que todos estos grupos han establecido históricamente alianzas e identidades con otros referentes dentro del propio barrio, que en ocasiones abren puertas pero también las cierran. Evaluar su impacto necesariamente nos remite a lo relativo: en algunos casos representó un obstáculo directo y efectivo para acercarnos a otros sujetos sociales, en otros fueron catalizadores y puentes de unión y oportunidad para acceder a agentes no explorados y valiosos. w Identificación y revisión de material bibliográfico, documental y cartográfico

La identificación y revisión de los materiales resultó complejo, en virtud de que no se cuentan con fuentes establecidas y por la circunstancia de que se ha generado mucho material de forma artesanal e interna en el propio barrio. Así las cosas, se llevó a cabo una inicial recopilación que necesariamente se fue enriqueciendo al contacto con agentes culturales del propio barrio. Sin embargo, para efectos del proceso planteado, hicimos un corte de información a partir de la considerada “información oficial” o cuando menos más ampliamente divulgada. Como ya señalamos, tales supuestos debieron de ser confrontados con los nuevos hallazgos que realizamos a partir de la interactuación con otros sujetos sociales. w Entrevistas a personajes del barrio

Fuimos mucho más ambiciosos de lo que realmente logramos en este apartado. Hubo entrevistas realizadas y otras anheladas que no pudimos. Finalmente, el abanico de personajes entrevistados, nos permitió tener un mosaico muy amplio de expresiones, visiones, vivencias, conocimientos y valores. Todos ellos nos hablaron de lo que el barrio les significa, como lo interpretan y reinterpretan, lo hacen y rehacen. Son actores imprescindibles, que le han dado rostro a su terruño y –a su modo, con sus recursos– repercusión. Su voz nos resuena fuerte y vibrante, nos habla de lo que hay y lo que no se pudo. Su voz –está claro– seguirá ahí. Lamentamos no haber podido abarcar más personajes, no nos dieron ni el tiempo ni las coincidencias. La “voz” pudo haber sido más diáfana. La lista es la siguiente: párroco de la iglesia de San Francisco, Alberto Zamora de la Confederación de Organizaciones de Comerciantes; Agustín del Razo, quien fue asiduo participante en nuestra capacitación; y Alfredo Matus, director de la Galería José María Velasco.

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l Segunda etapa

4.3 Capacitación w Integración del taller

Los talleres dieron inicio en el mes de julio en la Galería de Arte José María Velazco, del Instituto Nacional de Bellas Artes, ubicada en la calle de Peralvillo no. 55, colonia Morelos. Es importante mencionar la participación de la Galería en la convocatoria para la primera reunión, en la cual se contó con la asistencia de 25 personas entre habitantes, artistas y comerciantes. Durante el avance de los talleres se pudo consolidar un grupo de 10 personas, quienes de manera constante siguieron el proceso y llegaron hasta el final del mismo. Los talleres se realizaron los martes, cada quince días y en algunas ocasiones semanalmente. w El objetivo de los talleres: 1. Elaborar una metodología para la integración de propuestas de mejoramiento para el barrio de Tepito, por parte de los habitantes interesados en colaboración con el equipo promotor. 2. Constituir la metodología como una herramienta para capacitar a los propios participantes sobre cómo capacitar a otros ciudadanos y así multiplicar el alcance. 3. Fortalecer la transmisión de conocimiento entre los habitantes sobre la promoción eficiente de mecanismos de participación social. Se impartieron los talleres con base en los siguientes puntos: • Exposición de los temas por parte de un coordinador del taller y el apoyo de otros miembros del equipo promotor. • Trabajo por parte de los beneficiarios en el taller aplicando los temas expuestos. • Trabajo en campo (levantamiento de equipamiento y aplicación y procesamiento de la encuesta) w Temática

Se realizaron 23 sesiones-talleres, con la participación del grupo de habitantes de Tepito, y el equipo promotor de la Universidad Autónoma Metropolitana. También se contó con la participación de dos expertos quienes dieron conferencias sobre temas relacionados con el proyecto; y en las últimas 7 sesiones los asesores técnicos de Casa y Ciudad A. C. 35

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Se abordaron los siguientes temas: •

Presentación del proyecto (con calendarización y tareas inmediatas).

• Consideraciones teóricas sobre mejoramiento barrial en el ámbito internacional, en el nacional y en el local. • Estructura metodológica de los Programas Integrales de Mejoramiento Barrial. • Elaboración del diagnóstico: Dimensión Territorial: delimitación territorial de la zona de estudio y equipamiento urbano. • Elaboración del diagnóstico: Dimensión Histórica. • Elaboración del diagnóstico: Dimensión social: Características socioeconómicas del barrio. • Identificación de necesidades: Integración y contenido de la encuesta. • Definición de la visión, acciones, y propuestas para proyectos. • Análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas) de las diversas propuestas de proyectos. • Definición del proyecto a realizar: Recuperación de la Plaza Santa Ana. Integración del proyecto con base a los requisitos establecidos por el Gobierno del Distrito Federal: definiciones de objetivos generales y particulares. u

u Integración del Proyecto con la participación de los asesores técnicos de Casa y Ciu-

dad A.C. w Conferencias de expertos

• Conferencia sobre la Dimensión Histórica del barrio, por el cronista Jesús Nánchez Valdivia. • Ponencia magistral “Programa de Mejoramiento de Barrios hacia la gestión del hábitat” por la arquitecta Ma. de Lourdes García Vázquez. w Aspectos relevantes en el desarrollo de los talleres

En el desarrollo de los talleres, los participantes permanentemente hicieron manifiesta la existencia de diversos intereses por parte de diferentes sectores de la población del barrio: comerciantes, habitantes, artistas, políticos, los cuales, se expresan en la falta de unión entre sus habitantes, en la falta de participación de los habitantes en la promoción del conocimiento sobre el barrio; en el poder adquirido por los grupos de comerciantes y en el conflicto entre los comerciantes en vía pública y los habitantes, ya que los primeros son considerados como 36

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agentes externos que usan el espacio indiscriminadamente, y no respetan a los habitantes provocando problemas en el barrio sin hacer aportaciones o propuestas para el mejoramiento del barrio. Al respecto, los comerciantes enfatizaron frecuentemente que es necesario establecer la diferencia entre comerciantes que no viven en el barrio y los que sí. Se cuestionó constantemente sobre la imagen que se ha dado al barrio, misma que ha sido promovida por comerciantes y artistas, y que no tienen que ver con la gente que realmente “vive” en el barrio: “Existe una diferencia marcada entre “tepiteños y tepitenses” (los que viven y los que vienen, se enriquecen y se van), por lo que la información que se difunde sobre el barrio no es correcta”(participante) Fue motivo de discusión también el poder que tienen los comerciantes en el barrio al apoderarse de espacios que corresponden a los habitantes, por ejemplo el Deportivo Kid Azteca, gestionado en su momento por los habitantes y actualmente administrado y controlado por los comerciantes. Los habitantes del barrio no los quieren reconocer como parte del mismo. Los participantes en el taller perciben la existencia de grandes necesidades en el barrio y que no han sido consideradas en las intervenciones del gobierno, ya que éste se basa en un conocimiento erróneo del barrio, lo que ha provocado diversos problemas como el inadecuado uso y subutilización de equipamiento (cultural, educativo y deportivo). Otro tema de importancia es el poco interés de la gente por participar en soluciones de aspectos que los afectan, y quienes lo hacen, más que recibir apoyo resultan agredidos y cuestionados. Una de los problemas a resolver, consideraron, es el asunto de cómo potenciar los espacios que sí existen para que realmente la gente los use, por ejemplo los centros culturales. Se mencionó la importancia de promover la atención dirigida a los niños ya que los consideran como un sector de la población rescatable para la mejora del barrio. Otro aspecto de discusión relevante lo constituyó la apreciación de los participantes con respecto a la dimensión histórica del barrio, pues han manifestado su desacuerdo con la versión oficial que ubica los primeros antecedentes en la Colonia, cuando éste cuenta con antecedentes prehispánicos relativos al barrio. w Integración del diagnóstico

Delimitación territorial Para definir la zona de estudio, se analizaron las diversas zonificaciones que sobre el barrio existían, planteándose un polígono de actuación muy amplio que consideró, inicialmente cua37

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tro unidades territoriales: la correspondiente a la colonia Morelos, delegación Cuauhtémoc, en la cual tradicionalmente se delimita el barrio de Tepito; la colonia Morelos, en la parte correspondiente a la delegación Venustiano Carranza; la colonia Janitzio y la colonia Emilio Carranza en la misma delegación. Esto debido a que asistían a los talleres vecinos de la zona. Posteriormente se redujo el polígono de actuación, ya que al momento de proponer los posibles proyectos de mejoramiento barrial, se concentraron en una sola unidad territorial: la colonia Morelos en el territorio correspondiente a la delegación Cuauhtémoc. Área de intervención

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