Capital social y desarrollo: Análisis crítico de la literatura producida por la Iniciativa sobre Capital Social del Banco Mundial (1996-2001)

June 13, 2017 | Autor: Saenandoah Dutra | Categoría: Social Capital, World Bank, Capital social, Banco Mundial
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Descripción

Capital social y desarrollo: Análisis crítico de la literatura producida por la Iniciativa sobre Capital Social del Banco Mundial (1996-2001)

Saenandoah Tiradentes Dutra

Agradecimientos A mis padres, por el constante apoyo. Al Prof. Dr. Alex Ugalde Zubiri, orientador de esta investigación, por su paciencia, apoyo y orientación. Al Prof. Dr. Noé Cornago Prieto, de la UPV/EHU, por ayudar a definir el enfoque de este trabajo. Al Prof. Dr. Lúcio Remuzat Rennó, de la Universidad de Brasilia, por la orientación en la preparación del proyecto y durante la investigación.

RESUMEN Con el objetivo de analizar el discurso de desarrollo en organizaciones multilaterales, este trabajo estudia los 24 documentos de trabajo publicados por la Iniciativa sobre Definición, Monitoreo y Medición de Capital Social del Banco Mundial entre 1998 y 2001. Se ha seleccionado el concepto de capital social por su rápida popularización en las ciencias sociales y entre agencias de desarrollo, así como por la profusión de críticas que ha suscitado, y al Banco Mundial por su importancia como “financiador” y “difusor” de ideas y prácticas de cooperación. Se trata de identificar si el concepto de capital social planteado en la Iniciativa sobre Capital Social tiene el cuidado de considerar tanto las posibles consecuencias negativas del capital social para la sociedad como las cuestiones políticas del desarrollo –temas reconocidos como obstáculos al logro de un desarrollo social y económico sostenible. Para analizar discurso contenido en los documentos de la Iniciativa sobre Capital Social se adopta el estudio exploratorio y descriptivo, aplicándose, como procesos de investigación, el análisis bibliográfico y documental. De forma a preparar y facilitar el análisis, un capítulo de este trabajo está dedicado a estudiar los fundamentos teóricos y el marco histórico del concepto. Al final se concluye que la literatura producida por Iniciativa sobre Capital Social del Banco Mundial sí contempla tanto el lado “negativo” o “perverso” del capital social como cuestiones de poder. Sin embargo, dichos temas no reciben suficiente importancia o atención analítica.

ABSTRACT In order to analyze the discourse on development of multilateral organizations, this essay studies the 24 working papers published by the World Bank's Initiative on Defining, Monitoring and Measuring Social Capital between 1998 and 2001. The concept of social capital was selected for its fast popularization in the social sciences and among development agencies, as well as for the amount of controversies and critics that it raises. The choice for the World Bank is justified for its importance in financing and disseminating cooperation ideas and practices. This investigation seeks to reveal if the concept of social capital proposed in the Social Capital Initiative considers the possible negative outcomes of social capital for society, as well as the political questions related to development–matters that are recognized as serious obstacles to the achievement of sustainable social and economic development. In order to analyze the discourse contained in documents of the Initiative, this essay adopts both the exploratory and the descriptive models, reason why this investigation employs bibliographical and documentary analysis. In order to prepare and facilitate the analysis, a chapter of this document is dedicated to examining the concept's theoretical foundations and historical framework. The conclusion is that the literature produced by the Social Capital Initiative does consider the “perversity” or “downside” of social capital, as well as questions of power inequality. Yet, it does not give them the necessary importance or analytical attention.

INDICE 1

INTRODUCCIÓN ........................................................................................ 1 1.1 Antecedentes y justificación .................................................................. 1 1.2 Presentación del problema de estudio y objetivos................................. 4 1.3 Hipótesis................................................................................................ 5 1.4 Metodología ........................................................................................... 6 1.4.1 Modelo teórico............................................................................... 6 1.4.2 Modelo analítico ............................................................................ 6 1.4.3 Origen de los datos y de la información ........................................ 6

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CAPITAL SOCIAL: MARCO HISTÓRICO Y CONCEPTUAL ...................... 8 2.1 Capital social: el concepto y la controversia .......................................... 8 2.1.1 Bases teóricas............................................................................... 9 2.1.2 Enfoques: político y económico................................................... 10 2.1.3 Dos “generaciones”: análisis micro y análisis macro................... 15 2.1.4 Características generales del concepto ...................................... 17 2.1.5 Críticas ........................................................................................ 21 2.2 Capital social y desarrollo.................................................................... 28 2.2.1 La creciente importancia de la participación de la gente en el desarrollo .................................................................................................. 28 2.2.2 El concepto de capital social en el debate sobre desarrollo........ 30 2.2.3 El debate sobre capital social en el Banco Mundial .................... 33 2.2.4 Críticas al uso del concepto de capital social en la teoría y en la práctica del desarrollo ............................................................................... 38

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LA INCIATIVA SOBRE CAPITAL SOCIAL................................................ 43 3.1 Presentación de la Iniciativa: justificación y características................. 43 3.2 Análisis de los artículos producidos por la SCI .................................... 46 3.2.1 Las definiciones de capital social ................................................ 46 3.2.2 El lado “negativo” del capital social ............................................. 48 3.2.3 Cuestiones de poder y desigualdades ........................................ 50

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CONCLUSIONES ..................................................................................... 56

BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................ 60 Análisis del concepto de capital social en el Banco Mundial ........................ 60 Capital social ................................................................................................ 60 Debates sobre desarrollo.............................................................................. 62 Otros temas .................................................................................................. 63 Publicaciones del Banco Mundial ................................................................. 63 Iniciativa sobre Capital Social ................................................................... 63

Informes sobre el Desarrollo Mundial........................................................ 65 Sitio Web del Banco Mundial .................................................................... 65 Otros documentos del Banco Mundial ...................................................... 65 ANEXO I. DEFINICIONES DE CAPITAL SOCIAL ........................................... 66 ANEXO II. CAPITAL SOCIAL Y ACCIÓN SOCIAL .......................................... 74 ANEXO III. LISTA DE PUBLICACIONES DE LA INICIATIVA SOBRE CAPITAL SOCIAL ............................................................................................................ 76 ANEXO IV. CITAS EN SU IDIOMA ORIGINAL ................................................ 79

1 INTRODUCCIÓN “Algumas idéias têm o destino de se converter em estrelas famosas. Mas, à diferença das pessoas, as contruções do pensamento não brilham com luz própria e sim com por causa de complexos jogos de poder, em que elas cumprem funções persuasivas até chegarem a ser aceitas como correto.” Silvio Salej Higgins (2005: 21)

1.1 Antecedentes y justificación En la práctica del desarrollo, el discurso ha cumplido un papel de gran relevancia. En efecto, la propia idea de “desarrollo” ha suscitado crítica, siendo considerada nada más que el diagnóstico equivocado a un problema construido desde una visión occidental, centrada en la revolución industrial y el surgimiento del capitalismo1. No es de sorprender, por lo tanto, que haya sufrido cambios importantes desde su planteamiento en el siglo XIX. En este contexto, el objetivo del presente trabajo es analizar el discurso de desarrollo en las instituciones multilaterales a partir de un caso particular: la adopción del concepto de capital social por el Banco Mundial durante la presidencia de James Wolfensohn, entre 1995 y 2005. La elección de este tema específico se basa en dos motivaciones distintas. En primer lugar, la popularización del concepto de capital social entre organizaciones de cooperación al desarrollo y responsables por políticas públicas. Desde su difusión en las ciencias sociales, a partir de la década de 1990, el capital social “ha desempeñado un papel cada vez más estratégico, al servir de herramienta para evaluar el potencial de desarrollo económico [y] orientar la asignación de las ayudas financieras internacionalesi” (Higgins, 2005: 14). El segundo motivo es el crecimiento de la controversia en torno al término, especialmente por la seria crítica de que capital social sería utilizado para “depolitizar” el debate y la práctica del desarrollo, es decir, para ignorar “cuestiones de poder, conflicto, élites y los imperativos sistémicos del capitalismo” (Fine, 2002: 796), las cuales tienen papel importante en la promoción de la reproducción de las desigualdades sociales y, por lo tanto, en la eficacia de las acciones de políticas públicas y cooperación al desarrollo. Si el estudio de las redes sociales y de las fuentes de la solidaridad social se entrelaza con el propio origen de las ciencias sociales, capital social, como concepto científico, empieza a ser estudiado de forma más sistemática a partir de la década de 1980, con los trabajos de los sociólogos Pierre Bourdieu, reconocido como pionero en el tema, y James Coleman, su más influyente teórico. Desde la década de 1990, con la publicación del trabajo del politógolo Robert Putnam sobre democracia en Italia (Putnam, 1993), el concepto de 1

Ver Nustad (2005) y Cornago (1997).

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capital social ha ganado relieve y difusión en las ciencias sociales. Su popularización coincide con un significativo “giro conceptual”: de activo disponible para los individuos en una red social, el término pasa a referirse a recursos propio de comunidades. Como consecuencia de esta ampliación conceptual, que trae consigo problemas teóricos y empíricos aún mayores que los que ya enfrentaba el concepto, capital social pasa a ser relacionado al desarrollo de comunidades y naciones. Empieza, entonces, a ser adoptado por investigadores, gobiernos, así como organismos de fomento y de financiación al desarrollo como requisito y herramienta para la construcción del desarrollo socioeconómico y para la estabilidad de la democracia. El Banco Mundial, principal organismo internacional de financiación para el desarrollo, pasa a dedicarse al estudio y a la integración del concepto de capital social a sus operaciones a partir del inicio de la década de 19902. A la institución interesa la relación entre capital social y desarrollo económico y social, como queda claro ya en su Informe sobre el Desarrollo Mundial de 1997, en el cual afirma que, aunque el debate sobre la capital social y desarrollo hubiese apenas empezado, “algunos estudios ya demuestran su impacto potencial en el desarrollo económico local, en la provisión de bienes públicos locales y en el desempeño de agencias públicasii” (BIRF, 1997: 114). En la segunda mitad de la década de 1990, el debate se formaliza en la institución, con la creación de un Grupo Temático y la puesta en marcha de dos programas de investigación sobre capital social: el “Estudio sobre Instituciones de Nivel Local” y la “Iniciativa sobre Definición, Monitoreo y Medición de Capital Social”. Aunque haya recibido bastante atención en las ciencias sociales en las últimas dos décadas –quizás por ello mismo–, la idea de capital social ha sido el blanco de varias críticas, que exhiben su debilidad teórica y su (mal) uso en la cooperación al desarrollo. De forma especial, la atención dedicada por el Banco Mundial al concepto ha recibido una generosa porción de dichas críticas3. Cuando se pasa a examinar la relación entre capital social y desarrollo, las controversias se multiplican. En especial, se argumenta que, aunque se reconozca que el capital social esté relacionado a diversos fenómenos sociales, no se ha producido hasta la fecha explicaciones causales satisfactorias (Schuurman, 2003: 1001). Además, hay una dificultad intrínseca en vincular dados sobre actitudes con resultados políticos y macroeconómicos (Schuurman, 2003: 1001). Todas esas cuestiones, aliadas a las deficiencias de un concepto aún en construcción, hacen con que sean considerables los desafíos tanto para la “operacionalización” o aplicación práctica del capital social como para la demostración de cómo y cuánto este afecta los resultados económicos, tareas propuestas por el Banco Mundial a las agencias internacionales de desarrollo (BIRF, 1998a: iii). 2

Bebbington (et al, 2004: 41) afirma que la publicación del trabajo de Robert Putnam (et al., 1993) fue el punto de partida para la discusión sobre capital social en el Banco Mundial. 3 Ver, por ejemplo, Fine (2003), Harriss (2002), Schuurman (2003) y Higgins (2005).

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En lo que se refiere específicamente a la adopción del concepto de capital social por organizaciones de fomento al desarrollo como base, instrumento o indicador del desarrollo económico e humano, son dos las críticas principales, examinadas en este trabajo. En primer lugar, varios autores afirman que estas organizaciones acaban por ignorar importantes consideraciones de poder4 existentes en las sociedades. Se argumenta también que omiten el hecho de que el capital social puede tener consecuencias negativas para miembros de las comunidades en las cuales las agencias de desarrollo actúan, en especial las personas con poco o ningún poder (Harriss & Renzio, 1997: 932). Entre las organizaciones de fomento al desarrollo, las instituciones multilaterales financieras, como el fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), han tenido incuestionable influencia, directa o indirecta, sobre las políticas públicas de los países en desarrollo. Además, tienen papel esencial en la creación y en la difusión de paradigmas y estrategias de desarrollo. Asimismo, cuando acogen una idea, como la de capital social como herramienta de desarrollo, el enfoque trabajado por la organización y las metodologías de medición elaboradas, acaban por ser adoptadas también como modelo por investigadores, gobiernos y otras instituciones de cooperación al desarrollo. Si el planteamiento de la idea presenta imprecisiones y/u omisiones relevantes, su difusión podrá causar el fracaso de los proyectos de desarrollo a los que son aplicados, multiplicando los impactos negativos a las poblaciones afectadas. La presente investigación, así, se enfoca en esas críticas y busca identificar si el Banco Mundial ha ignorado las relaciones de poder y las consecuencias negativas del capital social. Para ello propone el análisis del discurso del Banco sobre el concepto en las publicaciones producidas por la “Iniciativa sobre Capital Social” –seleccionada sus objetivos, como explicado más adelante en la sección sobre la metodología de esta investigación. Tanto la definición del concepto de capital social como las justificativas y objetivos para adopción del mismo por el Banco Mundial son aquí analizadas. Para lograr sus objetivos, este trabajo ha sido organizado en cuatro capítulos, siendo el primero esta introducción que, además de presentar el problema de estudio, detalla la metodología utilizada y la selección de las fuentes de información. El segundo capítulo, quizás el más denso, es el que procura de definir el marco histórico y conceptual del capital social, examinando tanto los fundamentos teóricos del término, sus características básicas y evolución en las ciencias sociales, como sus principales debilidades. En este mismo capítulo son analizados los cambios en el debate y en el discurso sobre desarrollo en el sistema internacional, así como la inserción del concepto de capital social en las operaciones del Banco Mundial. 4

En esta investigación por “poder” se entiende la capacidad de acceder al uso y control de los recursos materiales y simbólicos, influenciar y participar en el cambio social. Definición adaptada de la definición de “empoderamiento”, disponible en Pérez de Armiño (2002: 220).

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El tercer capítulo expone el análisis de los artículos y ensayos publicados dentro de la Iniciativa sobre Capital Social del BIRF, presentando sus principales características según las bases teóricas y las críticas al concepto tratadas anteriormente. Las conclusiones de la investigación, a su vez, son sintetizadas en el último capítulo. Con el objetivo de facilitar la lectura de este trabajo, todas las citas en lengua extranjera han sido traducidas al español, siendo su original dispuesto integralmente como notas al final del documento, en el Anexo IV. Para que no se confundan con las notas al pie de página, utilizadas para clarificar argumentos o prestar información adicional, las traducciones están indicadas por números romanos.

1.2 Presentación del problema de estudio y objetivos En la presente investigación se plantea analizar la literatura sobre capital social producida por el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), más comúnmente conocido como Banco Mundial, durante la presidencia de James D. Wolfensohn, entre junio de 1995 y mayo de 2005, periodo en el cual el concepto alcanzó visibilidad, integrándose al debate interno sobre la agenda de desarrollo social de la institución. Para el BIRF, “capital social se refiere a las instituciones, relaciones y normas que conforman la calidad y cantidad de las interacciones sociales de una sociedad [siendo] un factor crítico para que las sociedades prosperen económicamente y para que el desarrollo sea sostenible” (BIRF, S.F.a). Así que, más que “la suma de las instituciones que configuran una sociedad, [capital social es] la materia que las mantiene juntas” (BIRF, S.F.a). En consecuencia, se trata de “un factor crítico para que las sociedades prosperen económicamente y para que el desarrollo sea sostenible” (BIRF, S.F.a). De esta manera, el Banco Mundial sugiere que la incorporación del concepto de capital social a sus proyectos podría contribuir significativamente para el “aumento de la calidad, efectividad y sostenibilidad [de sus operaciones], particularmente las que están basadas en la acción comunitaria” (BIRF, S.F.b). Entre las diversas críticas a las organizaciones y responsables de políticas que adoptan el concepto de capital social, el presente trabajo propone concentrarse en las de que estos ignoran tanto cuestiones de distribución de poder como el potencial del capital social de causar impactos negativos en la sociedad. Negligencias que se considera podrían causar especial daño a las comunidades en las cuales se implementan proyectos de desarrollo basados en la idea de capital social. Por lo tanto, el problema central de estudio aquí propuesto es: al incorporar el concepto de capital social a sus operaciones a partir de la segunda mitad de la década de 1990, ¿habrá el Banco Mundial ignorado tanto las relaciones de 4

poder presentes en las comunidades en las cuales interviene como el hecho de que el capital social puede tener consecuencias negativas para la sociedad, especialmente para sus miembros con menor o ningún poder? Para ello, este documento examina la definición dada por el BIRF al concepto de capital social, analiza la justificación e identifica los objetivos de la incorporación del mismo a las operaciones de la institución. De forma a delimitar el estudio, el trabajo se concentra en el análisis de los documentos de la “Iniciativa sobre Definición, Monitoreo y Medición de Capital Social”. Además, para promover una mejor visión del problema, también se ha buscado identificar las principales críticas elaboradas tanto al concepto de capital per se, como a su adopción por el Banco Mundial. Es importante aclarar que en esta investigación no se busca examinar toda la amplia literatura sobre capital social producida por el BIRF. Al enfocarse en una de las más prolíficas iniciativas de investigación sobre el tema, el presente trabajo pretende contribuir, como un punto de partida, para futuros análisis del debate sobre capital social en la mencionada institución. Objetivo general: Analizar la literatura producida por la Iniciativa sobre Capital Social del Banco Mundial entre 1998 y 2001, de forma a identificar si el concepto planteado por la institución tiene el cuidado de considerar tanto las relaciones de poder vigentes en las sociedades como las posibles consecuencias negativas del capital social para la misma. Objetivos secundarios: • Examinar las justificativas y los objetivos definidos por el Banco Mundial para incorporación del concepto de capital social en sus proyectos de desarrollo. • Identificar las principales críticas a la adopción del concepto de capital social por el Banco Mundial.

1.3 Hipótesis Para lograr los objetivos propuestos en esta investigación, la siguiente hipótesis de trabajo es adoptada: la literatura producida por el Banco Mundial sobre capital social ignora tanto las relaciones de poder presentes en las comunidades en las cuales interviene como el hecho de que el capital social puede tener consecuencias negativas para la sociedad, especialmente para sus miembros con menor o ningún poder.

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1.4 Metodología 1.4.1 Modelo teórico La presente investigación se incorpora en la discusión de las estrategias de desarrollo utilizadas por organismos internacionales de financiación. Por lo tanto, recurre a los paradigmas de las relaciones internacionales y utiliza el Pluralismo como modelo teórico para análisis del tema propuesto. Dicho modelo se aplica al estudio por buscar explicar el “producto” de un determinado concierto internacional en un ambiente de competencia, pero no necesariamente de conflicto. Contexto este en el que los estados, que no son considerados actores únicos, indivisibles, pero sí compuestos por distintas organizaciones e intereses, no deciden solos sus acciones y estrategias, mas sufren la influencia de otros actores, internos y externos. Además, en el Pluralismo, aunque importantes, los factores económicos, de forma aislada, no explican satisfactoriamente los cursos de acción tomados por los actores. Como capital social es todavía un concepto en construcción, con el objetivo de analizar la definición adoptada por el Banco Mundial se utilizará como base las proposiciones más reconocidas, más citadas por el medio científico, o sea, las de Pierre Bourdieu, James Coleman y Robert Putnam. 1.4.2 Modelo analítico Será utilizado el método deductivo. La investigación propuesta es básicamente un estudio exploratorio y descriptivo, por lo que, como procesos de investigación, serán aplicados el análisis bibliográfico y documental. Es importante destacar que no se trata de realizar un análisis de contenido de la literatura sobre capital social seleccionada, pero sí del discurso allí encerrado. 1.4.3 Origen de los datos y de la información La literatura sobre capital social producida por el Banco Mundial es bastante extensa. Una búsqueda en el sitio de la institución en Internet, especificando el término “capital social” como “frase exacta” retorna 1.654 registros, entre documentos de proyectos, evaluaciones, ensayos, documentos de trabajo, informes etc. Para este trabajo son relevantes aquellos documentos que, como parte de un esfuerzo organizado de investigación, buscan promover la incorporación del concepto de capital social a las operaciones del Banco. Así que, para definir cuáles publicaciones considerar para este trabajo, fue necesario realizar un detallado análisis de los debates sobre capital social en el Banco Mundial y un examen preliminar del apartado dedicado al tema en el sitio web de la institución. Como resultado, se han identificado cinco grupos de documentos de mayor relevancia y visibilidad, que son: • Iniciativa sobre Definición, Monitoreo y Medición del Capital Social: programa de investigación, reúne veinticuatro documentos de trabajo publicados entre 1998 y 2001 sobre los aspectos teóricos y prácticos del 6









capital social, además del análisis de doce proyectos del Banco que buscaban promover y fortalecer el capital social en diversos países. Estudio sobre Instituciones de Nivel Local: programa de investigación comparativa sobre instituciones de nivel local y capital social en Bolivia, Burkina Faso e Indonesia; resultó en la publicación de nueve documentos de trabajo entre 1998 y 2001. Informes sobre el Desarrollo Mundial: de los informes anuales producidos por el Banco Mundial sobre el desarrollo mundial, aquellos publicados en 1997 (sobre “El Estado en un Mundo en Transformación”) y en 2000/2001 (sobre la “Lucha Contra La Pobreza”) consideran capital social y por ello han sido incluidos en la bibliografía de este trabajo. Estrategia de Desarrollo Social: en las discusiones que antecedieron la elaboración de la Estrategia sobre Desarrollo Social del Banco Mundial, su Departamento de Desarrollo Social promovió debates sobre diversos temas, entre ellos capital social, que resultaron en la publicación de documentos y ensayos. Seis de dichos documentos tratan específicamente de capital social. El texto final de la estrategia, publicado en 2005, también hace uso del concepto. Sitio web: en el sitio oficial del Banco Mundial en Internet hay un apartado dedicado al capital social (http://go.worldbank.org/VEN7OUW280), en donde se están reunidas las principales publicaciones y información sobre capital social en las operaciones del Banco. Es mantenido por el Grupo Temático sobre Capital Social, vinculado hoy a la Unidad de Desarrollo Social.

Como se puede observar, de todos los grupos mencionados, el de resultados más prolíficos es la Iniciativa sobre Capital Social, que trata tanto de los aspectos teóricos como la aplicación práctica del término, y que también analiza cómo los donantes internacionales podrían utilizar el concepto en sus proyectos. Por todo eso es en la producción de dicha Iniciativa que la investigación aquí propuesta se concentrará, de forma a conseguir mejores resultados analíticos. Además, serán considerados estudios, artículos y noticias sobre capital social en general y sobre el uso de dicho concepto por el Banco Mundial, tanto los producidos en los medios científicos como aquellos publicados en periódicos y sitios de Internet.

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2 CAPITAL SOCIAL: CONCEPTUAL

MARCO

HISTÓRICO

Y

El concepto de capital social surge en las ciencias sociales en la década de 1980, con los trabajos de los sociólogos Pierre Bourdieu e James Coleman, logrando gran divulgación a partir del final de la década de 1990, con el politólogo Robert Putnam. A partir de entonces, el concepto se ha difundido hacia los más diversos campos de la investigación social, de la sociología a la economía, abarcando también la antropología y las ciencias políticas. Capital social, entendido como base, indicador, instrumento o mismo objetivo de desarrollo social y económico, ha alcanzado un importante espacio en el discurso y la práctica de gobiernos y de diversas organizaciones multilaterales de cooperación al desarrollo. Sin embargo, el concepto mismo y su uso en proyectos de desarrollo y programas de políticas públicas ha suscitado polémica, con críticas que apuntan desde la falta de una definición acordada para el término, hasta su contribución “a una ciencia social hegemónica que sistemáticamente oscurece poder, clase y políticaiii” (Harriss, 2001: 2), reduciendo a “cuestiones puramente técnicas que pueden ser solucionadas fuera del ruedo político [aquellos] problemas que están arraigados en diferencias de poder y en relaciones de claseiv” (Harriss, 2001: 2). Por lo tanto, antes examinar el empleo del concepto de capital social por el Banco Mundial, es necesario hacer una revisión de la literatura para identificar qué realmente es capital social y cuáles son las mayores críticas al término. De esta forma, el presente capítulo se divide en dos secciones. La primera presenta las diversas definiciones de capital social, sus fundamentos teóricos, aspectos básicos y las mayores controversias que ha suscitado en las ciencias sociales, en especial en lo que se refiere a su relación con el desarrollo internacional. Para identificar las razones del interés que ha despertado el concepto en la cooperación internacional, en la segunda sección se hace una breve revisión de los cambios en el debate sobre desarrollo desde la década de 1980. También se expone tanto el impacto de esta nueva visión sobre el Banco Mundial, a partir de las transformaciones observadas en la institución durante la presidencia de James Wolfensohn, como el debate interno sobre capital social.

2.1 Capital social: el concepto y la controversia5 Una de las críticas básicas al concepto de capital social, como se examina más adelante en esta sección, es que suele tener casi tantas definiciones como autores6. En este sentido, de forma bastante didáctica, Woolcock (2001: 12) explica que “la idea básica de capital social es que la familia de uno, sus 5

La presente investigación no pretende agotar la larga y compleja discusión sobre capital social. Para profundarse en el tema, consultar la bibliografía de este trabajo. 6 En el Anexo I de este trabajo fueron reunidas algunas de las definiciones más utilizadas.

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amigos y colegas constituyen un activo al que se puede apelar en una crisis, disfrutar por el simple hecho de disfrutar y/o utilizar para lograr ganancias materialesv”. Se trata, simplemente, de la “noción familiar, corriente de que 'no es lo que uno sabe [lo que cuenta] – es quién uno conoce'vi” (Harriss, 2001: 2). De esta manera, capital social es definido como un activo que actores, tanto individuales como colectivos, pueden adquirir por su pertenencia a redes sociales. Activo este que puede tener impacto significativo, como lo proponen algunos autores, en el desarrollo de personas y sociedades. Sin embargo, la literatura que se ha acumulado sobre capital social presenta una gran cantidad de controversias, tanto respecto a los enfoques teóricos como a los niveles de análisis, sus fuentes y su relación con el desarrollo humano y comunitario. Así, para dejar claro de qué hablamos al tratar de capital social, en esta primera sección son examinadas, de forma sintética, las bases teóricas sobre las cuales se ha construido el concepto, los enfoques adoptados por los principales autores, la evolución del término en las ciencias sociales, sus características generales, las críticas que ha recibido y sus implicaciones para políticas de desarrollo internacional. 2.1.1 Bases teóricas El concepto de capital social se vincula a dos grandes cuestiones de las ciencias sociales: la integración social y la acción colectiva. Sociólogos, politólogos y economistas han estudiado en qué medida el concepto de capital social puede ayudar a solucionar dichas cuestiones y qué influencia, negativa o positiva, podría tener en las mismas. Por consigueinte, “el término no incorpora cualquier idea verdaderamente nueva para los sociólogos” (Portes, 2000a: 133). Eso porque es “noción corriente” la percepción de que “la implicación y la participación en grupos puede tener consecuencias positivas para el individuo y para la comunidad”, idea esta que se remonta tanto “a Durkheim y a su insistencia en la vida en grupo como antídoto para la anomia y a la autodestrucción”, como “a la distinción hecha por Marx entre una 'clase en si' atomizada y una 'clase para si' movilizada y eficazvii” (Portes, 2000a: 133). En esta misma línea de análisis, vale mencionar los principales puntos del completo estudio sobre los fundamentos teóricos del capital social realizado por Silvio Higgins (2005)7. Utilizando el criterio de integración social8, el autor identifica una doble genealogía para el concepto. La primera, que denomina “nostalgia neoconservadoraviii”, está basada en los escritos de Edmund Burke, Hegel, Tocqueville y en la teoría social del siglo XIX, cuyo aspecto principal es la noción de comunidad (Higgins, 2005: 149). Incluso, es interesante notar la similitud entre las principales definiciones de capital social existentes hoy9 y la 7

Debido al límite en la extensión de este trabajo, se ha buscado resumir la discusión sobre las raíces teóricas del capital social, presentando apenas lo fundamental para entendimiento de los orígenes y diversos enfoques dados al concepto. Para mayores detalles, ver Higgins (2005). 8 Consultar el Anexo II para información sobre capital social bajo el enfoque de acción social. 9 Consultar Anexo I y discusión en los siguientes párrafos de este apartado.

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explicación de comunidad utilizada entonces: “todos los tipos de relaciones caracterizadas, al mismo tiempo, por lazos afectivos estrechos, profundos y duraderos, por un compromiso de naturaleza moral y por una adhesión común a un grupo socialix” (Higgins, 2005: 149). Por lo tanto, según Higgins este “tronco” de la familia del capital social esta basado en la integración social por fe, o sea, aquella que proviene de la solidaridad mecánica10, “basada en la homogeneidad moral y social resultantes de una comunidad de creencias y sentimientosx” (Higgins, 2005: 151). Los estudios sobre capital social en esta línea de pensamiento se apoyan en conceptos e ideas desarrolladas por autores clásicos que alaban la comunidad tradicional y reivindican, según se puede derivar del análisis de Higgins, “el valor arquetípico de los lazos familiares, en oposición a las formas de integración basadas en la competencia, en consentimiento contractual o en la impersonalidad” (Higgins, 2005: 149). Putnam, cuyo trabajo sobre capital social ha influenciado el Banco Mundial, es el principal exponente de esta genealogía (Higgins, 2005: 167). La segunda genealogía del concepto de capital social es denominada por Higgins de “utilitarismo liberal”. Está asentada en Adam Smith y la idea básica del liberalismo económico de que el “optimum social” es consecuencia no intencional de la búsqueda del lucro, de los intereses individuales, por parte de los agentes económicos (Higgins, 2005: 167). Supone una integración social sistémica, funcional, producida de forma espontánea por el mercado y su “mano invisible”, que armoniza el conjunto de la sociedad (Higgins, 2005: 157). En esta genealogía, la importancia del capital social está en el reconocimiento creciente, a partir de la depresión en la década de 1930, de las imperfecciones del mercado, cuya corrección estaría en los factores sociales, especialmente en la información, que se encuentran al nivel microeconómico11 (Higgins, 2005: 167). Así, el “utilitarismo liberal” percibe las estructuras sociales como recursos a servicio de la satisfacción de intereses –idea en la que basa los escritos de James Coleman, uno de los principales exponente del capital social. 2.1.2 Enfoques: político y económico Además de identificar los orígenes teóricos del capital social, Higgins clasifica la producción científica actual en dos enfoques básicos distintos: un denominado político, basado en el trabajo del francés Pierre Bourdieu, y otro

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Que se contrasta con la solidaridad orgánica, “propia de un orden social basado en la división del trabajo[, en la que] los individuos se articulan a partir de funciones diferentes y complementarias” (Higgins, 2005: 151), de la cual deriva la integración social producto de la cooperación (Higgins, 2005: 153). Traducción propia. En el original: “própria de uma ordem social baseada na divisão social do trabalho. Nesta, os indivíduos se articulam a partir de funções diferentes e complementares”. 11 En defensa de tal idea ha tenido papel significativo Joseph Stiglitz, premio Nóbel en 2001 y economista-jefe del Banco Mundial durante la presidencia de Wolfensohn (1995-2005).

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económico o utilitarista, construido sobre los estudios de James Coleman, sociólogo estadounidense12. Según Higgins (2005: 29), en el primer enfoque las definiciones de capital social “revelan que existe asimetría en la obtención de recursos a través de las redes de relación socialxi”, mientras que en el segundo “parten del supuesto de que relaciones de simétricas de trueque permiten la obtención de recursos presentes en las estructuras de relación socialxii”. Estas orientaciones tan distintas tienen dos puntos en común. En primer lugar, ambas son parte de propuestas teóricas más amplias para estudio de las relaciones sociales, como tratado más adelante. Además, ambas comparten la percepción de que las relaciones sociales constituyen un patrimonio “no visible”, pero altamente eficaz, a servicio de los sujetos sociales, sean estos individuales o colectivos. En consecuencia, si las relaciones están basadas en la reciprocidad y en la expectativa de cumplimiento mutuo –en caso contrario habría sanción social–, los motores de la acción colectiva son la confianza y la cooperaciónxiii (Higgins, 2005: 29).

Aunque recientemente se haya encontrado menciones a capital social como concepto en trabajos del inicio del siglo XX, son tres los autores de mayor repercusión: Pierre Bourdieu, el primer sociólogo a trabajar el concepto, James Coleman, su principal teórico, y Robert Putnam, identificado como responsable por su popularización13. La producción de Pierre Bourdieu sobre capital social es limitada, pero de reconocida importancia. Bourdieu acuña el concepto al proponer el “desarrollo de una ciencia general de la economía práctica capaz de estudiar el capital, entendido como poder, en todas sus formasxiv” (Higgins, 2005: 29-30). Para ello define capital como “trabajo acumulado [que], apropiado a nivel privado, esto es, exclusivo, por agentes o grupo de agentes, les posibilita apropiar energía social en la forma de trabajo reificado o vivoxv” (Bourdieu, S.F.: 241) e identifica tres tipos fundamentales de capital, convertibles entre si con mayor o menor costo: el económico (dinero), el cultural (calificaciones educacionales), y el social (conexiones sociales). Para el autor, así, capital social se define como el agregado de recursos reales o potenciales que están unidos a la posesión de una red duradera de relaciones más o menos institucionalizadas de familiaridad y reconocimiento mutuo –o, en otras palabras, a la pertenencia a un grupo–, que ofrece a cada uno de sus miembros el respaldo del capital colectivo, una 12

Según se puede interpretar de las principales críticas al uso del capital social por el Banco Mundial, el concepto utilizado por la institución estaría vinculado al enfoque utilitarista o económico. En el capítulo de análisis de la producción de la Iniciativa sobre Capital Social, trataremos de identificar la realidad de dicha observación. 13 También son autores de reconocida importancia en el desarrollo del concepto: Alejandro Portes, Francis Fukuyama, Mancur Olson y Ronald Burt. Para más información sobre los principales exponentes del capital social, consultar Woolcock (1998) y Higgins (2005).

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“credencial” que les da derecho a crédito, en los varios sentidos de la palabraxvi (Bourdieu, S.F., p. 248-249).

Según la perspectiva de Bourdieu, por la convertibilidad entre las formas de capital y por el efecto multiplicador que el capital social tiene las demás formas de capital, los agentes pueden, a través del capital social, lograr acceso directo a recursos económico o aumentar su capital cultural (Portes, 2000a: 135). Como ya mencionado, lo que distingue el enfoque político de capital social sobre el enfoque utilitarista es que el primero considera que el poder está distribuido y no es reproducido de forma equitativa en la sociedad (Higgins, 2005: 31), mientas que el segundo defiende que las normas de reciprocidad acaban por posibilitar la simetría entre los grupos humanos (Higgins, 2005: 37). Como, según Bourdieu, capital es poder, el propio capital social se caracteriza por ser un activo distribuido de forma desigual en la sociedad: el volumen de capital social de un agente “depende del tamaño de la red de conexiones que este puede movilizar eficazmente y del volumen de capital [económico y cultural] poseídoxvii” (Bourdieu, S.F.: 249). De este modo, la reproducción del capital social presupone un incesante esfuerzo de sociabilidad, una serie continua de intercambios en los que el reconocimiento es infinitamente afirmado y reafirmado [lo que] implica el gasto de tiempo y energía y, por lo tanto, directa o indirectamente de capital económicoxviii (Bourdieu, S.F.: 249).

En consecuencia, las redes sociales, “no ofrecen las mismas potencialidades para obtener recursos de la misma cantidad y calidad” (Higgins, 2005: 38), ya que, desde la perspectiva de Bourdieu, “capital social significativo difícilmente podrá ser obtenido [sin] la inversión de recursos materiales y la posesión de conocimiento cultural, posibilitando al individuo establecer relaciones con otrosxix” (Portes, 2000b: 2). Como resultado, el capital social acaba por ejercer un papel destacado en la reproducción de las desigualdades sociales14. La perspectiva utilitarista, a su vez, adopta la teoría de la elección racional15 como premisa para la sociología. Nace con el trabajo de James Coleman16, que propone unir las dos grandes corrientes de explicación sobre acción social como estrategia teórica de investigación científica, utilizando el concepto de 14

Es necesario notar que la perspectiva de Bourdieu ha sido criticada, entre otras razones, porque su análisis del poder y de la dominación es considerada mecanicista, sobredeterminista e inflexible, por no considerar el papel de la iniciativa humana (Higgins, 2005: 31). 15 La teoría de la elección racional se resume a tres argumentos: “1º) los individuos toman decisiones racionales con arreglo a fines, 2º) dadas sus preferencias (elemento subjetivo de la acción) y 3º) teniendo en cuenta cuáles son las restricciones en las que pueden tomar sus decisiones (elemento objetivo de la acción)” (Martínez García, 2004: 140). 16 La presente investigación se basa en Coleman (1998) para análisis del trabajo del autor, una vez que este fue su primer ensayo sobre el tema, dedicado exclusivamente al concepto de capital social. Para mayor detalle sobre la propuesta teórica de Coleman, se sugiere la lectura de su libro Foundations of social theory (1990), publicado por la editora Harvard University.

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capital social como herramienta (Coleman, 1988: S95-S97). Según el análisis de Higgins (2005), es el enfoque que domina los estudios sobre capital social. Según explica Coleman, la primera de esas corrientes de descripción y explicación de la acción social, típica de la sociología, “entiende el actor como socializado y la acción como gobernada por normas, reglas y obligaciones socialesxx” y tiene como principal virtud “la habilidad de describir la acción en el contexto social y explicar la forma como la acción es conformada, limitada y reorientadas por el contexto socialxxi” (Coleman, 1988: S95). Su deficiencia, a su vez, es que esta perspectiva entiende el actor social como un sujeto sin motor de acciónxxii, sin voluntad, o sea, “el actor es formado por su ambiente, pero no hay cualquier fuente interna de acción que le dé al actor un propósito o direcciónxxiii” (Coleman, 1988: S96). La segunda corriente, vinculada a la economía, entiende que el actor “tiene objetivos alcanzados de forma independiente, actúa de forma independiente y es totalmente egoístaxxiv” (Coleman, 1988: S95). La virtud de esta perspectiva es tener un principio para la acción: maximizar la utilidad (Coleman, 1988: S95), mientras que su debilidad está en no tener en cuenta precisamente que “las acciones de las personas son formadas, reorientadas, limitadas por el contexto socialxxv” y que, en consecuencia, “las normas, la confianza interpersonal, las redes sociales y la organización social son importantes para en funcionamiento no sólo de la sociedad pero también de la economíaxxvi” (Coleman, 1988: S96). La propuesta de Coleman, como mencionado, es “desarrollar una orientación teórica en la sociología que incluya elementos de esas dos corrientes de pensamientoxxvii”17 (Coleman, 1988: S96). En especial, Coleman busca “importar el principio de la acción racional de los economistas para uso, de forma apropiada, en el análisis de los sistemas socialesxxviii” (Coleman, 1988: S97), “intentando demostrar cómo tal principio, en conjunto con contextos sociales particulares, puede explicar no sólo las acciones de los individuos en contextos particulares, como también el desarrollo de la organización socialxxix” (Coleman, 1988: S96)18. El concepto de capital social seria “una herramienta conceptual para uso en esta empresa teóricaxxx” (Coleman, 1988: S96). Al partir de la acción racional, según la cual “individuos aislados [...] tratan de conseguir el mejor resultado en términos de unas preferencias definidas” (Paramio, S.F.: 1), Coleman define capital social como un tipo particular de recurso disponible para los actores (Coleman, 1988: S98): un recurso intangible 17

Paramio (S.F.: 1) explica las diferencias apuntadas por Coleman de forma bastante ilustrativa: “Existe una idea muy extendida de que, así como los economistas explican por qué o cómo la gente hace lo que quiere hacer, los sociólogos tratamos de demostrar por qué la gente no puede hacer sino lo que hace. Es decir, que la sociología sería algo así como la explicación de la ausencia de libertad, mientras que la economía partiría de la hipótesis de que en principio las personas son libres para elegir.” 18 El planteamiento de Coleman ha recibido severas críticas precisamente por intentar crear un modelo de comportamiento social apoyado en la teoría microeconómica, como tratado más adelante en este documento.

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que existe en las relaciones entre las personas (Coleman, 1988: S100-S101). Para el autor (1988: S98), capital social es definido por su función: No se trata de una sola entidad, pero sí es una variedad de diferentes entidades con dos elementos en común: todas consisten en algún aspecto de las estructuras sociales y todas facilitan ciertas acciones de los actores –sean personas o actores colectivos– dentro de la estructura. Como otras formas de capital, el capital social es productivo, haciendo posible el logro de ciertos objetivos que en su ausencia no serían alcanzados. Como el capital físico y el capital humano, el capital social no es completamente fungible, pero puede ser específico a ciertas actividades. Una dada forma de capital social que es valiosa para ciertas acciones puede ser inútil o mismo dañina para otrasxxxi.

En resumen, para Coleman el individuo es un agente con metas e intereses, que actúa dentro de los límites de su entorno social. Capital social identificaría aquellos elementos de la estructura social que funcionan como “recursos que [los agentes] pueden utilizar para lograr sus interesesxxxii” (Coleman, 1988: S100). Capital social es, en consecuencia, una herramienta conceptual que señala al analista y al lector que algo de valor ha sido producido para aquellos actores que disponen de este recurso y que dicho valor depende de la organización social. Una segunda fase en el análisis es descomponer el concepto, descubrir cuales componentes de la organización social contribuyen al valor producidoxxxiii (Coleman, 1988: S101).

Según Coleman, los componentes de la organización social que constituyen capital social pueden ser clasificados en tres grandes grupos. El primero, basado en la reciprocidad, está conformado por obligaciones, expectativas y lealtades, en lo que el autor denomina “sistema de créditos y débitosxxxiv” (Coleman, 1988: S104). Dichos recursos “dependen de dos elementos: la fiabilidad del ambiente social, lo que significa que las obligaciones serán cumplidas, y el alcance real de las obligaciones cumplidasxxxv” (Coleman, 1988, p. S102). El segundo grupo de recursos reúne los canales de información, importantes para facilitar la acción (Coleman, 1988: S104) y, consecuentemente, reducir sus costos. Finalmente, hay las normas y sanciones efectivas, “poderosas, aunque a veces frágiles, formas de capital socialxxxvi” (Coleman, 1988: S104), que tienen como función principal inhibir comportamientos negativos y “superar los problemas relacionados a bienes públicos19 que existen en las colectividadesxxxvii” (Coleman, 1988: S105). 19

Bienes públicos son aquellos “bienes que pertenecen al dominio público, disponibles para que todos los usen, y por lo tanto ellos potencialmente afectan a todas las personas” (Kaul et al., 2003: 2). Implican un problema de acción colectiva, lo que Garrett Hardin (1968) denominó "la tragedia de los bienes comunes": múltiples individuos, actuando de forma independiente y de acuerdo a su interés propio, acaban por explotar de forma excesiva un recurso compartido, hasta disminuir su valor o mismo destruirlo, mismo cuando claramente no es interés de ninguno de ellos, a largo plazo, que eso pase. Según Coleman, el propio capital social presenta características de bien público: “el actor o actores que generan capital social normalmente obtienen sólo una pequeña parte de sus beneficios, hecho que lleva a la inversión insuficiente

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Finalmente, Coleman argumenta que hay ciertos tipos de estructura social de especial importancia para favorecer algunas formas de capital social. En primer lugar, lo cuan “cerradas” son las redes socialesxxxviii es un dato significativo porque, cuanto más cerrada la red, mayor la capacidad de imposición de sanciones, por lo que serán más efectivas las normas que limitan los efectos negativos e incentivan los positivos (Coleman, 1988: S105), creándose confianza en la estructura social (Coleman, 1988: S108). Además, la existencia de organizaciones sociales apropiables, es decir, aquellas que establecida para un propósito, puede ser apropiada para otros fines, tiene un efecto multiplicador sobre el capital social (Coleman, 1988: S108). Entre las críticas a la perspectiva utilitarista, dos son de especial importancia. La primera tiene que ver con la estrategia teórica de Coleman, basada en la elección racional, que acabaría por convertir la sociología en un apéndice de la economía (Higgins, 2005: 77). La segunda trata de la flagrante omisión, por parte de los utilitaristas, de la existencia en la sociedad de “estructuras sociales abiertamente excluyentes que impiden el acceso de individuos o grupos a los recursos que necesitanxxxix” (Higgins, 2005: 34). Omisión esta, según entendido en este trabajo, que es derivada de la percepción de los utilitaristas de que las reglas de reciprocidad automáticamente resultan en relaciones simétricas. Por su importancia, ambas críticas serán tratadas en mayor detalle más adelante en este capítulo. La primera es discutida en el último apartado de esta sección. La segunda se encuentra inserida en la segunda sección. Antes es necesario profundizar el debate sobre capital social, identificando la evolución del concepto, sus características principales y críticas más contundentes, a lo que se dedican los apartados siguientes. 2.1.3 Dos “generaciones”: análisis micro y análisis macro En la evolución del concepto de capital social, analistas20 identifican un “giro conceptual” (Forni et al., 2004: 4) que marca la transición del uso del término en análisis de nivel micro hacia el nivel macro. Tal cambio hace posible su difusión en estudios sobre desarrollo –de ahí la importancia de analizarlo. Bourdieu e Coleman forman parte de lo se considera la primera generación del capital social, en la que el concepto es definido como “activo individual” y el análisis se centra en los individuos o pequeños grupos (Portes, 2000b: 2). Así que, a pesar de las diferencias ya discutidas de enfoque en cada autor, ambos coinciden en el nivel de análisis, pues “se centran en los beneficios acumulados para individuos o familias en virtud de sus conexiones con otras personasxl” (Portes, 2000b: 2). A partir de esta perspectiva, en la sociología el capital social pasa a ser definido como: fuente de controle social, en lo que se enfoca el en capital social” (Coleman, 1988: S118). Traducción propia. En el original “the actor or actors who generate social capital ordinarily capture only a small part of its benefits, a fact that leads to underinvestment in social capital”. 20 Para mayores detalles, ver Portes (2000b) y Forni (et al., 2004).

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análisis de Coleman; fuente de beneficios mediados por la familia; y fuente de recursos mediados por redes no familiares, en lo que se concentra la definición de Bourdieu (Portes, 2000b: 2). La transición en el nivel de análisis ocurre, como explica Portes (2000b:p. 3) cuando el concepto es exportado a otras disciplinas, en las cuales capital social se convierte en un atributo de la comunidad en sí. En, sus beneficios se acumulaban no tanto para los individuos como sí para la colectividad como un todo en la forma de índices reducidos de criminalidad, menor corrupción oficial y mejor gobernanzaxli.

El gran exponente de la segunda generación, responsable por el mencionado giro conceptual, es el politólogo estadounidense Robert Putnam. A partir de un estudio comparativo entre las regiones norte y sur de Italia (Putnam et al., 1993), el autor identifica la comunidad cívica21 como clave del buen desempeño de las instituciones de gobierno. En dicho estudio, capital social es considerado “el manantial de donde brotan las interacciones cooperativas que se expresan en las diferentes formas de asociación de la comunidad cívicaxlii” (Higgins, 2005: 63). El cambio en el nivel de análisis queda claro en la definición que Putnam da a capital social, entendido como “aspectos de la organización social tales como confianza, normas y redes, que pueden mejorar la eficiencia de una sociedad al facilitar la acción coordinadaxliii” (Putnam et al., 1993: 167; énfasis propio). Esta “dilatación del concepto [hizo posible] hablar de 'reserva' de capital social como propiedad de comunidades y mismo naciones y de los consecuentes efectos estructurales en el desarrollo de las mismasxliv” (Portes, 2000b: 3). Para Putnam, la “confianza, la reciprocidad, las redes sociales y […] el compromiso cívico comprenden las dimensiones del fenómeno que logra explicar por qué ciertas comunidades alcanzan mayores niveles de desarrollo económico y democrático que otras” (Forni et al., 2004: 5). El principal impacto de la perspectiva de Putnam está en la relación directa que afirma existir entre la reserva de capital social de una comunidad o sociedad y su nivel de desarrollo22. Como lo apunta Tarrow (1996), La audaz hipótesis de Putnam sobre la incompetencia cívica del sur de Italia […] va más allá de Italia meridional. Establece un paralelo con ambos los argumentos concebidos sobre las causas del malestar urbano en la actual sociedad de Estados Unidos y los problemas de desarrollo del Tercer Mundo. Según dichos argumentos, la fuente de la anomia personal, de la 21

La comunidad cívica presenta “cuatro elementos: compromiso cívico, entendido como la participación de los individuos en los asuntos públicos; igualdad política; solidaridad, confianza y tolerancia; y especialmente, una importante vitalidad asociativa” (Forni et al., 2004: 6). 22 De ahí el interés del Banco Mundial por el trabajo de Putnam, como se trata más adelante en este documento.

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desintegración social de los guetos urbanos en los EEUU y de la debilidad del desarrollo en áreas del Tercer Mundo es la falta de capital social. Lo que lleva a una prescripción Tocquevilliana de política pública: trabajen para desarrollar redes de capital social en las ciudades y alianzas cooperativas entre los pequeños agricultores del Tercer Mundoxlv.

Dicha perspectiva, de capital social como recurso de una colectividad, tiene consecuencias prácticas en lo que se refiere a políticas de desarrollo, discutidas con mayor detalle en la segunda sección de este capítulo. 2.1.4 Características generales del concepto Para entender mejor el concepto de capital social como presentado en la literatura actual, en este apartado son presentadas las características más relevantes atribuidas al término. Con eso se espera contestar cuatro preguntas elementales sobre el concepto: “¿qué es capital social?”, “¿cómo se genera?”, “¿cómo se configura?” y “¿para qué sirve?”. La primera pregunta, “¿qué es capital social?”, es posiblemente la que más controversias genera. Como ya visto en apartados anteriores de este capítulo, hay una variedad de enfoques y un amplio abanico de definiciones para el término. La multiplicidad de definiciones es consecuencia, y también indicador, de que el trabajo conceptual sobre capital social es aún bastante incipiente. Por lo que no se puede todavía “hablar de una teoría del capital social, pero sí de diversas acepciones de una misma expresiónxlvi” (Higgins, 2005: 51). Sin embargo, a pesar de la variación en enfoques, en fundamentos teóricos, en el nivel de análisis y en la aplicación del concepto, “aparece un elemento convergente en torno a todas las formulaciones: el capital social es un recurso que se genera y se acumula en las redes sociales” (Forni et al., 2004: 6). Las diferentes definiciones coinciden en presentar capital social como la “capacidad que tienen los actores de asegurar beneficios en virtud de la pertenencia a redes sociales o a otras estructuras socialesxlvii” (Portes, 2000a: 138). La literatura sobre capital social también coincide en lo que se refiere a las propiedades básicas de las relaciones sociales de las cuales se origina el capital social: en primer lugar la confianza, a la se vinculan la reciprocidad y la cooperación. Según Durston (2002: 16), confianza podría ser definida como una actitud que se basa en el comportamiento que se espera de la otra persona que participa en la relación que se establece entre ambas. Esta confianza tiene un soporte cultural en el principio de reciprocidad, y un soporte emocional, que es el afecto que sentimos hacia aquellas personas que creemos confiables y que nos dan muestras de su confianza hacia nosotros.

El estudio de la confianza interpersonal no es reciente, pero ha ganado nuevo aire con la explosión de la investigación sobre capital social (Seligson & Rennó, 2000). Como recuerda Rennó (2001: 34), 17

Una larga tradición, de Maquiavel a los más recientes estudios sobre capital social, está centrada en las consecuencias de la confianza para el sistema político. Una hipótesis central de esta literatura tan diversificada es que la cultura cívica exige altos niveles de confianza interpersonal. Cuanto más alto el nivel de confianza existente, más asociativa es la sociedad, más políticamente involucrado el ciudadano y más estable la democracia23.xlviii

Putnam afirma que la confianza, la solidaridad y la tolerancia son aspectos esenciales en la comunidad cívica. La confianza refuerza la acción colectiva al minimizar comportamientos oportunistas (Forni et al., 2004: 12). En consecuencia, “cuanto mayor el grado de confianza dentro de una comunidad, mayor la probabilidad de cooperación. Y la cooperación, a su vez, produce confianzaxlix” (Putnam et al., 1993:171). También Bourdieu menciona la reciprocidad y la cooperación en su análisis sobre el capital social. Según el sociólogo (S.F.: 249-250), las ganancias que se acumulan a partir de la pertenencia a un grupo son la base de la solidaridad que las hace posible al transformar relaciones eventuales [...] en relaciones que son, al mismo tiempo, necesarias y electivas, implicando obligaciones duraderas, consideradas de forma subjetiva (sentimientos de gratitud, respecto, amistad etc.) o institucionalmente garantizadas (derechos)l.

Como visto anteriormente, para Coleman la reciprocidad (y la expectativa de reciprocidad) es un importante aspecto del capital social, directamente vinculado a la confianza. Según el autor, “si A hace algo por B y confía que B corresponderá en el futuro, se establece una expectativa para A y una obligación para Bli” (Coleman, 1988: S102). Dicha obligación puede ser considerada una “carta de créditolii”, que las personas acumulan, asegurando que el favor será restituido, y pueden utilizar cuando necesario. En este sentido, la confianza u honradez entre los miembros de la red social es esencial para el mantenimiento del sistema. En este sentido, Fukuyama afirma que no cualquier conjunto de normas concretadas constituye capital social. Para que lo sean, es necesario que “resulten en la cooperación en grupos y por tanto están relacionadas a virtudes tradicionales como la honestidad, el mantenimiento de compromisos, la confianza en el cumplimiento de los deberes, reciprocidad y similaresliii” (Fukuyama, 1999). La Comisión Económica para la América Latina y el Caribe también incluye estos tres aspectos en su definición de capital social, entendido, según su ex secretario ejecutivo, José Antonio Ocampo (2003: 26), como “el conjunto de

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La confianza, como concepto multidimensional, presenta serios problemas de medición, como discutido posteriormente en el apartado sobre críticas al capital social. En especial, se ha cuestionado la tesis de que altos niveles de confianza llevan a la estabilidad democrática; la confianza sería consecuencia y no causa de la estabilidad democrática, o, por lo menos, no existiría aún suficiente confirmación empírica para la hipótesis (Seligson & Rennó, 2000).

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relaciones sociales caracterizadas por actitudes comportamientos de cooperación y reciprocidad”.

de

confianza

y

Finalmente, es importante notar que entre las cinco dimensiones clave del capital social definidas por el Banco Mundial24 están la “confianza y la solidaridad, elementos del comportamiento interpersonal que fomentan la mayor cohesión y una acción colectiva más sólidaliv” (BIRF, S.F.b). También hablan de la dimensión de la acción colectiva y cooperación, que sería “la habilidad de la gente de trabajar en conjunto hacia la solución de problemas comuneslv” (BIRF, S.F.b). Cuanto a la segunda pregunta, es decir, “¿cómo se genera capital social?” o “¿de dónde y cómo surge?”, la respuesta está en que capital social es un recurso (o conjunto de recursos) intangible, real o potencial, que se vincula a la pertenencia en una o más redes de relaciones sociales. Es decir, “mientras el capital económico se encuentra en las cuentas bancarias y el capital humano dentro de la cabeza de las personas, el capital social reside en la estructura de sus relacioneslvi” (Portes, 2000a: 138). En consecuencia, para “poseer capital social, un individuo necesita relacionarse con otros, y son estos –no el propio individuo– la verdadera fuente de sus beneficioslvii (Portes, 2000a: 138). Sin embargo, capital social no sería generado a partir de cualquier relación social. Según identifica Putnam (et al., 1993: 173), hay dos tipos distintos de redes sociales: las horizontales, “que reúnen agentes de estatus y poder equivalenteslviii”, y las verticales, que “vinculan agentes desiguales en relaciones asimétricas de jerarquía y dependencialix”. El capital social sería producido únicamente en las relaciones horizontales, como las asociaciones de vecinos, sociedades corales, cooperativas, clubes etc. A su vez, el Banco Mundial afirma que “hay una serie de fuentes clave de capital social en el contexto del desarrollo social y económicolx” (BIRF, S.F.c), todas grupos o redes sociales: las familias, comunidades, empresas, sociedad civil, sector público, origen étnico o etcnicidad, y género. La familia, por ejemplo, “como principal fuente de bienestar para sus miembros, [es] la primera piedra en la generación de capital social para la sociedadlxi” (BIRF, S.F.c). Portes (2000a: 138), a su vez, recuerda que “la motivación de terceros para hacer disponibles recursos en términos de concesión no es uniforme. A un nivel más general, podemos distinguir entre motivaciones altruistas e instrumentaleslxii”. Las altruistas tendrían como origen normas interiorizadas que hacen con que las personas actúen de forma desprendida y caritativa, o que se sientan obligadas a respetar reglas y valores determinados. Estas “normas interiorizadas” pueden ser apropiadas por terceros, en la forma de recursos, de forma universal o sólo en la pequeña comunidad o grupo del cual 24

Las otras dimensiones son: grupos y redes, cohesión social e inclusión, información y comunicación.

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son parte los individuos (Portes, 2000a: 138-1390). Las motivaciones instrumentales estarían vinculadas al ya mencionado sistema de créditos de Coleman, o sea, se basan en la “acumulación de obligaciones con terceras personas, de acuerdo a la norma de reciprocidadlxiii” (Portes, 2000a: 138). En lo que se refiere a su carácter, ¿cómo se configura el capital social que proviene de las redes de relaciones sociales?, Es decir, ¿es homogéneo? o ¿puede tomar diversas formas? Coleman (1988), como ya analizado, clasifica capital social en tres formas distintas: obligaciones, expectativas y lealtades; canales de información; y normas y sanciones. En la literatura contemporánea sobre capital social, se ha popularizado la clasificación del concepto en tres tipos, según la intensidad de la relación social25: de nexo o de unión, conocido en inglés por bonding social capital; de vínculo o vinculación, el linking social capital; y de aproximación o puente, que sería el bridging social capital. Como lo resume Healy & Côté (2001: 42), capital social de nexo “típicamente se refiere a relaciones entre miembros de las familias o grupo étnicoslxiv”, mientras que el de aproximación “describe las relaciones con amigos distantes, socios y colegaslxv”. El primero “proporciona un tipo de 'pegamento' social, importante para fuentes de apoyo que facilitan 'seguir adelante'lxvi”. El segundo, a su vez, “proporciona un tipo de 'lubricante' social, importante para fuentes de apalancamiento que permiten 'progresar' tanto individuos como comunidadeslxvii” (Evans & Syrett, 2007: 58). Sin embargo, ambos tipos de capital social, de nexo y de aproximación, implican relaciones de tipo horizontal, entre iguales, simétricas. Por consiguiente, se encajan en la crítica, objeto de análisis de este trabajo, de que el concepto dominante26 de capital social ignora la desigual distribución y el ejercicio de poder en las relaciones sociales. La idea de capital social de vínculo tendría sido desarrollada, en parte, para llenar este vacío (Evans & Syrett, 2007: 58). Este tipo específico de capital social trata, así, “de relaciones entre distintos estratos sociales en una jerarquía en la cual diferentes grupos tienen acceso al poder, estatus social y riquezalxviii” (Healy & Côté, 2001: 42) y estaría relacionado a la “capacidad de individuos y de comunidades para movilizar recursos, ideas e información a partir de instituciones formales más allá del alcance de la comunidadlxix” (Healy & Côté, 2001: 42).

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Para mayor información sobre los tipos de capital social, ver Robinson (et al., 2003) y Healy & Côté (2001). Es importante notar que hay una cierta confusión en la literatura en lo que se refiere a la denominación de los tipos de capital social. Lo que Healy & Côté (2001) definen como capital social de vínculo (linking), por ejemplo, es lo que Robinson (et al., 2003) denomina capital social de aproximación (bridging). Sobre la definición original de capital social de nexo y de aproximación, ver Putnam (2000). 26 La perspectiva utilitarista de capital social, basada en el análisis de Coleman, es considerado dominante en las ciencias sociales. La contribución de Bourdieu al desarrollo de la idea ha sido, en general, ignorada. Ver Harriss (2001: 4), Fine (2002: 797) y Higgins (2005: 257).

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Finalmente, es necesario preguntar, aunque la respuesta ya haya sido presentada a lo largo de este trabajo, ¿para qué sirve el capital social? ¿Qué función o funciones tiene? ¿Cuáles serían sus efectos? Como mencionado en el apartado sobre las generaciones del capital social, la literatura presenta tres funciones básicas para capital social: “(a) como fuente de control social; (b) como fuente de apoyo familiar; (c) como fuente de beneficios a través de redes exteriores a la familialxx” (Portes, 2000a: 141). La primera función es importante en el trabajo de Coleman, que define las normas y sanciones efectivas como una forma de capital social (Coleman, 1988: S104). Pero la función más común atribuida al capital social y estudiada en la literatura parece ser la tercera, en la cual se basan las definiciones de Bourdieu y Putnam. Para el primero, la pertenencia a redes sociales ofrece a cada miembro “el respaldo del capital colectivo, una 'credencial' que les da derecho a crédito, en los varios sentidos de la palabralxxi” (Bourdieu, S.F., p. 249). Para el segundo, “la idea central del capital social [es] que las redes y las normas de reciprocidad asociadas tienen valorlxxii” (Putnam, 2001: 41). La consecuencia o efecto más significativo del capital social sería, por consiguiente, “facilitar ciertas acciones de los actoreslxxiii” (Coleman, 1988: S98), tanto por ser un “activo sociallxxiv” (Nan Lin, 2002: 19) –o un “conjunto de recursos socialeslxxv” (Glaeser, 2001: 35)–, como por su capacidad de “promover la cooperación entre dos o más individuoslxxvi” (Fukuyama, 1999). Lo que, elevado a un nivel de análisis macro, significa “mejorar la eficiencia de una sociedad al facilitar la acción coordinadalxxvii” (Putnam et al., 1993: 167). Esta relación entre capital social y desarrollo será analizada con mayor atención más adelante en este trabajo. Antes es necesario revisar las principales críticas al concepto, a lo que se dedica en próximo apartado. 2.1.5 Críticas El objetivo de la presente investigación, como ya explicado, es analizar la literatura producida por el Banco Mundial sobre capital social, de forma a identificar si presenta debilidades apuntadas por algunos de los principales críticos al concepto27. Para entender el significado de dichas debilidades, es necesario, primero, esclarecer qué tipo de problemas presenta la idea de capital social, según la investigación crítica sobre el tema. Así que, pare mejor cumplir los objetivos de este trabajo, las controversias sobre concepto de capital social son aquí clasificadas en dos grupos: aspectos relacionados al desarrollo teórico/empírico del concepto, y cuestiones sobre el uso “político”28 27

Es decir, si ignora tanto las relaciones de poder vigentes en la población beneficiara de los proyectos de desarrollo de la organización, como las posibles consecuencias negativas del capital social para la sociedad –debilidades de impacto considerable en la eficacia de proyectos de cooperación al desarrollo. 28 En el presente trabajo, por uso político se entiende aquel que busca promover o defender aspectos o posiciones “pertenecientes o relativos a la doctrina política”, en oposición al uso

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dado al término. Además, al final de este apartado presentamos, de manera resumida, la discusión sobre la “colonización” de las ciencias sociales por la economía, a través del enfoque utilitarista de capital social. Al intentar justificar las controversias conceptuales que enfrenta la idea de capital social, Forni (et al., 2004: 6) sostiene que “nos encontramos frente a un concepto multifacético, capaz de manifestarse en formas diversas y capaz de producir resultados diferentes en cada caso en particular”. En consecuencia, es “un concepto complejo, difícil de encasillar en una definición estática dado que comprende realidades diferentes que logran definirse en los mismos términos”. Higgins (2005) y Woolcock (1998), a su vez, identifican la polémica en torno al capital social como una cuestión de debilidad teórica y empírica, causada tanto por la relativa novedad del concepto en las ciencias sociales29, como por un insuficiente examen crítico del mismo. En lo que se refiere al carácter incipiente del concepto, analistas afirman que el mismo “aún se encuentra en la fase de 'entusiasmo por el surgimiento' en el ciclo de vida típico de un concepto paraguaslxxviii”, como es el caso de capital social, siendo necesario preparar el camino para la próxima fase en el ciclo, es decir, el “desafío de la validaciónlxxix” (Adler & Kwon, 2002: 18). Como Higgins (2005: 51) lo precisa, por lo tanto, no es posible aún hablar de una teoría de capital social, pero sí de diversos significados de una misma expresión. Sin embargo, el uso indiscriminado del término, como panacea explicativa en los más diversos campos de investigación social30, revela que, “como en general pasa con nuevos términos prometedores en las ciencias sociales […] limitada atención crítica ha sido dada a la historia intelectual o su estatus conceptual y ontológicolxxx” (Woolcock, 1998: 155). Portes (2000a: 133) demuestra su preocupación con la vulgarización del concepto: “nos acercamos al punto en el que capital social acabará por ser aplicado a tantos eventos y en tantos contextos tan distintos que perderá cualquier significado específicolxxxi”. A su vez, Higgins (2005: 17) reprocha la falta de sentido crítico en los estudios sobre capital social, afirmando que “hablar sobre capital social está en la moda [y, ya] que vivir en la moda es fuente de status, uno no debe sorprenderse que [la idea de capital social] sea recibida con mucha alabanza y pocos análisislxxxii”. El autor señala también el hecho de que el concepto ha sido utilizado básicamente como variable explicativa, con pocos trabajos considerando capital social como una variable dependiente que necesita ser comprendida y evaluada teóricamente (Higgins, 2005: 51).

científico, que implica “exigencias de precisión y objetividad propias de la metodología de las ciencias”. Definiciones del Diccionario de la Lengua Española, 22ª edición. 29 Merece la pena recordar que, si los origines del concepto de capital social se remontan al inicio del siglo XX, su teorización sistemática empezó en la década de 1980. 30 Adler (2002), Higgins (2005) y Portes (2000a) analizan la diversidad de y temas de estudio que han utilizado capital social como variable explicativa.

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Al analizar las debilidades teóricas y empíricas del concepto, Michael Woolcock (1998), sociólogo en el Banco Mundial, divisa tres preocupaciones relacionadas a la significativa diferencia en los enfoques31 dados al concepto. La primera inquietud de Woolcock sería que los diferentes grupos de analistas del capital social, basados en tradiciones sociológicas distintas, “corren el riesgo de tentar explicar demasiado con muy pocolxxxiii” (Woolcock, 1998: 155). Según el fundamento teórico elegido, capital social puede ser “racional, pre-racional o mismo no-racionallxxxiv” (Woolcock, 1998: 156). Se incurre, nuevamente, en el inconveniente de usar capital social de forma indiscriminada. En un intento de conciliar la cuestión, el autor afirma que, “cuando menos, estas distintas conceptualizaciones sugieren que pueden existir varias formas o dimensiones de capital sociallxxxv” (Woolcock, 1998: 156). Otra consecuencia de esta diversidad de bases teóricas es que permanece una cierta confusión sobre qué realmente sería capital social: “la infraestructura o el contenido de las relaciones sociales, el 'medio'[,] 'el mensaje'[, o] ambos?lxxxvi” (Woolcock, 1998: 156). Como recuerda Harriss (2001: 124-125), “la literatura sobre capital social está plagada con ambigüedad sobre qué posición prefierelxxxvii”. Por consiguiente, es “imposible separar qué es [capital social] de lo que hacelxxxviii” (Woolcock, 1998: 156). La última preocupación de Woolcock tiene que ver con lo que se clasifica en este trabajo como el uso político del término. Según el autor, “capital social puede justificar medidas contradictorias de políticas públicas, lo que podría explicar en parte por qué el concepto ha sido apropiado por partidarios de todos las posiciones en el espectro políticolxxxix” (Woolcock, 1998: 156). En lo que se refiere a la relación entre Estado y sociedad, el concepto de capital social ha sido utilizado para defender propuestas tan dispares como el desmantelamiento del estado de bienestar social o una intervención más activa del gobierno en la sociedad (Woolcock, 1998: 157). Teóricos de orientación conservadora perciben la relación entre sociedad y estado como un juego intrínsecamente de suma cero, es decir, lo que una parte gana la otra necesariamente pierde. Por lo que argumentan, por ejemplo, que la intervención del estado en la economía acaba por debilitar el capital social al sustituir las relaciones de confianza existentes. Por consiguiente, desmontar el estado de bienestar social necesariamente genera en la sociedad nuevas formas de grupos de apoyo voluntarios, aumentando el capital social disponible (Schambra apud Woolcock, 1998: 157). Los “entusiastas liberales del capital social, a su vez, consideran que la relación estado-sociedad es un juego de suma positivaxc” (Woolcock, 1998: 157), admitiendo múltiples ganadores. Por 31

Woolcock, en análisis similar a la de Higgins (2005), clasifica dos grupos de teóricos sobre capital social, basados en distintas tradiciones sociológicas: los seguidores de la teoría de la elección racional –que para Higgins (2005) serían los utilitaristas–, y los que se fundamentan en Durkheim –equivalente, con alguna distinción, al enfoque político de Higgins (2005). Woolcock define aún un tercer grupo, fundamentados en la teoría de redes.

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consiguiente, “el estado puede cultivar activamente un ambiente estable, progresivo y previsible en el cual es posible que surja y prospere una sociedad civil vibrantexci” (Woolcock, 1998: 157). En una posición intermedia, el trabajo de Robert Putnam documenta una sociedad que es indiferente a la acción gubernamental, por lo que, si no defiende el desmantelamiento del estado, tampoco justifica la intervención activa (Woolcock, 1998: 157). Retomando la discusión sobre la fragilidad teórica del término, Portes (2000b) apunta otros tres problemas derivados de lo que sería el ya mencionado giro conceptual por lo que ha pasado capital social, del nivel de análisis micro al macro, de su definición como recurso individual a recurso comunitario. En primer lugar, dicha transición no había sido teorizada explícitamente, ocasionando un estado de confusión sobre el significado del término (Portes, 2000b: 3). Aunque el tema haya tenido mayor atención en trabajos posteriores sobre el concepto32, se ha afirmado en la investigación científica el reconocimiento de capital social como recurso tanto individual como comunitario, con mayor relieve al segundo, por sus implicaciones potenciales en el desarrollo de las comunidades. Además, las “causas y efectos del capital social como característica colectiva nunca fueron desenredados, ocasionando demasiado razonamiento circularxcii” (Portes, 2000b: 4). Eso porque, a nivel individual, las fuentes de capital social [están] claramente asociadas a las redes de una persona […] mientras que los efectos [están] vinculados a una serie de beneficios materiales e informativos [claramente] separados e distintos de las estructuras sociales que los producenxciii (Portes, 2000b: 4).

Ya el capital social comunitario carece de esta distinción porque, “como propiedad de ciudades y naciones, medido en 'reservas', se dice que capital social conduce a mejor gobernanza y políticas más efectivas, y su existencia es simultáneamente deducida a partir de estos mismos resultadosxciv” (Portes, 2000b: 4). También en el campo teórico, el concepto de capital social enfrenta dificultades importantes en uno de sus componentes básicos: la confianza. Así como el propio capital social, “confianza en una variable tan largamente utilizada [en las ciencias sociales] que también ha ganado una gran variedad de definicionesxcv” (Lundåsen, 2002: 322), presentando, por consiguiente, serios problemas metodológicos propios de medición. En consecuencia, hay una serie de trampas en la cuestión de la confianza, tanto teóricas como prácticas [entre las cuales están] los efectos [sobre los resultados finales de la investigación] de la formulación [de los métodos de medición] y del contexto [en

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Ver, por ejemplo, Forni (et al., 2004).

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el cual el sondeo es realizado […] Factores estos que hacen difíciles las comparaciones entre culturas y a lo largo del tiempo.xcvi Lundåsen (2002: 323).

En especial, hay el riesgo de que, en el proceso de medición empírica, la confianza generalizada se confunda con el concepto de seguridad. La primera, importante en los estudios sobre capital social, es entendida como “expectativa básica de un comportamiento no explotador de la otra parte, hasta que se pruebe lo contrarioxcvii” (Lundåsen, 2002: 306). La seguridad, a su vez, “ocurre cuando hay poca o ninguna incertidumbre cuanto al comportamiento de la otra parte y, por lo tanto, el riesgo es limitadoxcviii” (Lundåsen, 2002: 306). Es decir, la confianza generalizada [está] relacionada a los desconocidos y, por lo tanto, puede haber un problema de especificación cuando los entrevistados contestan [pensando] en las personas que conocen y, en consecuencia, [acaban por responder] a una cuestión sobre seguridadxcix (Lundåsen, 2002: 324).

En las ciencias sociales, la variable confianza también enfrenta el problema de razonamiento circular sobre sus causas y efectos. Si, para Putnam, la participación en asociaciones y grupos cívicos genera confianza entre las personas de una comunidad, formando capital social, Stolle (apud Rennó, 2001: 48) argumenta, a partir de estudios empíricos, que “las personas que entran para asociaciones [ya] tienen niveles significativamente más altos de confianza que las personas que no entranc”, o sea, “la confianza predispone las personas a participar política y socialmenteci”, y no lo contrario. Además, como apuntan Seligson & Rennó (2000) “un hallazgo [consistente] en todos los estudios que desafían los supuestos de la teoría sobre capital social es la ausencia de una relación estadística fuerte33, en un escenario variado, entre confianza y otras variables del modelocii”. En la mayoría de los países de América Latina, por ejemplo, la confianza interpersonal no se relaciona a la participación política y a la participación en cuestiones públicas (Rennó, 2001: 55). En esta región, “otras variables, tales como autoridad, miedo o conformismo pueden tener más relieve para la comprensión del comportamiento político que la confianza interpersonalciii”34 (Rennó, 2001: 55). Otra crítica de relieve a los estudios sobre capital social es que ignoran el “lado negativo” del concepto, o su capacidad de generar consecuencias perjudiciales y promover exclusión. En este sentido, es necesario reconocer que

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Hay dos explicaciones posibles sobre la inconsistencia de la variable confianza (Seligson & Rennó, 2000): o la teoría está equivocada y la confianza interpersonal no es relevante, o todavía existen problemas en la construcción teórica y en la limitada operacionalización del concepto –la más plausible. Por consiguiente, refinar la medición de la variable confianza es tarea que y debe caminar paralelamente al desarrollo teórico del concepto de capital social. 34 Lo que fortalece los argumentos de que cuestiones de poder son, sí, relevantes, y que el capital social estaría relacionado a los síntomas, no a las causas de los problemas de desarrollo, como discutido más adelante es este documento.

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los propios mecanismos apropiables por individuos y grupos como capital social pueden producir consecuencias menos deseables. Es importante llamar la atención para ellas por dos razones: en primer lugar, buscando evitar el engaño de presentar las redes comunitarias, o el control social y las sanciones colectivas como pura bendición; y en segundo lugar, de forma a mantener su estudio en los límites de la investigación sociológica seria, evitando afirmaciones moralistasciv (Portes, 2000a: 146).

Según Portes (2000a: 146), las consecuencias negativas del capital social serían: exclusión de las personas que no son miembros de la red o grupo social en cuestión, exigencias excesivas a miembros del grupo, restricciones a la libertad individual y normas que nivelan de forma descendiente35. El aspecto de la exclusión es especialmente significativo para el presente trabajo, ya que puede configurarse en la capacidad de ciertos grupos en aislar grande parte de la población del acceso al bienestar. En este sentido, Olson (apud Woolcock, 1998: 158) defiende la tesis de que grupos cívicos fuertes y existentes desde hace mucho tiempo pueden [tanto] asfixiar el crecimiento económico al asegurar una participación desproporcionada en los recursos naciones [como] refrenar el ascenso económico individual al depositar pesadas obligaciones personales en los miembros, impidiendo que participen en redes sociales más amplias.cv

A su vez, Durston (2002: 25) afirma que, para que puedan sobrevivir36, las “redes y organizaciones son, por lo general, socialmente excluyentes”. En la misma línea de razonamiento de Olson, Durston (2002: 25) afirma que Una de las principales causas de la emergencia del capital social colectivo es que todos los grupos humanos compiten entre sí por conquistar el control sobre los recursos y los territorios. Parte de la estrategia de cooperación colectiva tiene como objetivo excluir a los grupos rivales de ese control y, en el caso de los grupos más poderosos, subordinar socialmente a otros grupos. La exclusión y la subordinación desempeñan un papel en la reproducción de la pobreza, y los grupos más poderosos –esto es, con mayores activos– movilizan su capital social precisamente para reproducir la exclusión y por ende la pobreza37.

Por consiguiente, concluye Durston (2002: 25) que, es bueno tener capital social, “aunque no siempre es beneficioso para toda la sociedad”38. Si para una comunidad o una sociedad es bueno “tener capital social colectivo; es malo para un sector pobre tener menos capital social que una persona o un grupo 35

Para mayor detalle sobre las consecuencias negativas del capital social, ver Portes (2000a), Durston (2002), Fine (2002) y Harriss (2001). 36 Según Durston (2002: 23), para el funcionamiento eficaz de “las instituciones del capital social comunitario […] es imprescindible definir con toda claridad y precisión quiénes tienen derecho y quiénes no tienen derecho a los beneficios que derivan de la pertenencia al grupo”. 37 Argumento que, como ya visto, es base del trabajo de Bourdieu (S.F.) sobre capital social. 38 También es importante mencionar que la literatura crítica sobre capital social identifica su uso como herramienta para facilitar la violación de las reglas de controle social para beneficio privado (Portes, 2000a: 146), como es el caso de la mafia y otros grupos delictivos.

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rival, todo lo cual implica que el capital social no está distribuido en forma pareja en la sociedad” (Durston, 2002: 25). Merece mención el hecho de que los análisis que tratan del aspecto negativo del capital social, especialmente en su capacidad de promover la exclusión, “apuntan para la necesidad de se efectuar una observación más cercana de los ganadores y perdedores, reales y potenciales, de las transacciones mediadas por el capital social” (Portes, 2000a: 146). A partir de esta perspectiva, se puede introducir en la discusión el papel del estado como “mediador” de las relaciones sociales y como “redistribuidor” de la riqueza nacional. Finalmente, es importante mencionar que el concepto de capital social, según el enfoque utilitarista dominante, ha exacerbado un debate epistemológico de varias décadas entre la sociología y la economía. Al fundamentar sus planteamientos teóricos en la elección racional, James Coleman, según sus críticos39, acaba por permitir que el capital social se transforme en una herramienta de la “incursión colonizadora de la economía neoclásica dentro de las ciencias sociales” (Higgins, 2005: 103). Paramio (S.F.: 1-2) explica tal “incursión” de forma bastante ilustrativa: a partir de los años 60 se produjo una desgracia para el planteamiento sociológico tradicional: el desembarco de la teoría económica en la teoría sociológica [Diversas obras han utilizado] progresivamente modelos de comportamiento social o político que se apoyan en la teoría microeconómica o en el análisis económico. Es decir, que parten de individuos aislados con unas determinadas dotaciones en recursos y una capacidad para tomar decisiones que optimizan su utilidad o su beneficio, suponiendo que pueden elegir en un mercado sobre el que tienen información perfecta y en el que pueden efectivamente hacer la mejor utilización de sus recursos en función del propósito que se plantean […] La obra más sistemática en este sentido es Fundamentos de teoría social de James Coleman (1990), en donde prácticamente todos los aspectos de la organización social se explican mediante este modelo microeconómico. (énfasis propio)

Por consiguiente, se acusa Coleman, y toda la producción científica dentro del enfoque utilitarista de capital social, de definir una sociología que es “apéndice de la economíacvi” (Higgins, 2005: 77), al “pretender que la investigación sociológica camine sobre las piernas del utilitarismo económicocvii” (Higgins, 2005: 78). Por definir capital social “como un reductor de los costos de transaccióncviii” (Higgins, 2005: 41), el enfoque utilitarista coloca “los elementos básicos de la sociabilidad, como las normas, las instituciones, las redes de relaciones y todo lo que hay de virtuoso en ellos [a servicio de] una mayor eficiencia en las relaciones de intercambiocix” (Higgins, 2005: 165), “de la satisfacción de interesescx” (Higgins, 2005: 87). En consecuencia, las estructuras sociales se convierten en “un dispositivo funcional –una especie de 39

Ver, especialmente, Higgins (2005), Paramio (S.F.) y Fine (2002).

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lubricante– de las relaciones de mercadocxi” (Higgins, 2005: 88). Como discutido a seguir, el propio “estudio sobre capital social y el Banco Mundial plantea la cuestión del poder –o hegemonía– de la economíacxii” (Bøås & Mcneill, 2004: 7).

2.2 Capital social y desarrollo Al analizar el papel del Banco Mundial en la divulgación del concepto de capital social, Higgins (2005: 21) afirma que en el campo de las ideas, algunas tienen el destino de convertirse en estrellas famosas. Pero, diferente que las personas, las construcciones del pensamiento no brillan con luz propia, sino como consecuencia de complejos juegos de poder, en que ellas cumplen funciones persuasivas hasta que sean aceptadas como lo correctocxiii.

Ni siquiera la idea de desarrollo ha escapado de críticas40. Es necesario acordarse que esta idea “tiene una historia que se remonta a por lo menos un siglo antes de la aparición de un sistema multilateral de desarrollo”cxiv (Nustad, 2005: 14). El desarrollo internacional, en este sentido, surge como solución a los problemas creados por el desarrollo del capitalismo en la primera mitad del siglo XIX. El capitalismo había alienado los productores de los medios de producción, pero no todos fueran reintegrados al proceso productivo como asalariadoscxv (Nustad, 2005: 14).

No es objetivo de este trabajo realizar un análisis de la evolución del discurso sobre desarrollo y subdesarrollo. Para entender mejor el interese despertado por el concepto de capital social en las ciencias sociales y en la cooperación internacional, esta sección se concentra en examinar, resumidamente, los cambios ocurridos en la discusión del tema a partir de la década de 1970. También se estudia la relación entre capital social y desarrollo, según tratada por la literatura especializada. 2.2.1 La creciente importancia de la participación de la gente en el desarrollo En las últimas dos a tres décadas, ha ganado protagonismo la comprensión de que, para la eficacia de los proyectos y políticas públicas de desarrollo, es necesario crear mecanismos para que las poblaciones beneficiarias participen del proceso de toma de decisiones e, incluso, de la gestión de los mismos. 40

“Es innegable que el debate sobre el desarrollo ha sido siempre un debate ideologizado [siendo] uno de los campos del conocimiento, donde se expresaron con mayor claridad las tensiones propias del contexto geopolítico de la descolonización y de la guerra fría. Ello explica la constante readaptación oportunista de los planteamientos, siempre al paso de la coyuntura política de cada momento, y la exhibición constante de buenos y malos argumentos, y su utilización como armas o señuelos. [Es] precisamente todo eso lo que hace de este debate un debate especialmente interesante.” (Cornago, 1997: 86).

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Como nos explica Cornago (1997: 67), entre las décadas de 1970 y 1980, a la vista de la persistente situación de malestar de las sociedad postcoloniales, [surgieran diversos enfoques que] se centraran, no tanto en identificar las causas del subdesarrollo, ni las medidas que pudieran impulsar el deseado desarrollo, como en la forma en que el propio desarrollo pudiera resultar indeseable. Ello sentó las bases para el abandono definitivo, por parte del establishment de los estudios sobre desarrollo, de la identificación entre crecimiento económico y desarrollo, y fue el punto de partida para la discusión, en consecuencia, del modelo de desarrollo. (énfasis propio)

Como consecuencia de esta discusión sobre el propio modelo de desarrollo, “defensores del desarrollo social han intentado introducir preocupaciones como participación, equidad de género, derechos y empoderamiento en el discurso”cxvi sobre desarrollo (Bebbington et al, 2006: 2). El subdesarrollo, anteriormente definido como un problema de “carencia de objetoscxvii”, es decir, de falta de inversión e infraestructura (Bebbington et al., 2006: 10), pasa a ser definido, en la década de 1980, como de “carencia de ideascxviii”, que se “caracteriza por 'políticas malas', 'capacidad débil' y 'bajo desarrollo humano’cxix” (Bebbington et al., 2006: 10-11). A partir de la década de 1990, se pasa a reconocer el papel de las “'instituciones' [en el funcionamiento de] las economías, las sociedades y los gobiernos. El desafío del desarrollo pasa a ser enmarcado como uno de construir, reformar y sustentar institucionescxx” Bebbington (et al., 2006: 12). En este entorno institucionalista, las redes sociales y el compromiso cívico forman un conjunto de factores clave para la sostenibilidad de los programas de desarrollo (Higgins, 2005: 22-23). Ganan fuerza, así, dos conceptos importantes: desarrollo sostenible y desarrollo humano. Como resultado del debate iniciado en la década de 1970 sobre los límites del crecimiento y su impacto en los recursos ambientales, en 1987 la Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo de las Naciones Unidas publica su informe final. Titulado “Nuestro Futuro Común”41, concibe el término desarrollo sostenible, definido como el “desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” (Pérez de Armiño, 2002: 180). Posteriormente, el concepto de sostenibilidad fue incorporado al enfoque de desarrollo humano, entendido como “un proceso mediante el cual se amplían las oportunidades de los individuos, las más importantes de las cuales son una vida prolongada y saludable, acceso a la educación y el disfrute de un nivel de vida decente” (PNUD, 1990: 33). Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, S.F.), el “enfoque de desarrollo humano surgió en parte como resultado del creciente criticismo al principal enfoque de desarrollo 41

También conocido como Informe Brundtland, nombre de la presidente de la Comisión, Gro Harlem Brundtland, primera-ministra de Noruega en 1981.

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de la década de 1980, que suponía un vínculo cercano entre el crecimiento económico nacional y la expansión de las elecciones humanas”cxxi”. El surgimiento del enfoque de desarrollo humano es importante por dos razones básicas. En primero lugar, por el nivel de aceptación que ha logrado, especialmente por el apoyo de Naciones Unidas al concepto. En segundo lugar, por tratar de cambiar el “blanco” del desarrollo: de las naciones o países hacia las personas. Cómo explica el PNUD (1990: 31) en su primer Informe sobre Desarrollo Humano, el “objetivo primordial del desarrollo consiste en beneficiar la gente”, que debe de ser reconocida como la “la verdadera riqueza de una nación”. En este sentido, el desarrollo humano implica necesariamente empoderar42 las personas para que participen43 en el proceso. En consecuencia, el concepto de desarrollo humano favorece la reforma de las políticas de cooperación para el desarrollo, impulsando la atención específica a las necesidades de los propios destinatarios, y a las dimensiones sociales del desarrollo. A su vez, estimuló el surgimiento de diversos enfoques críticos dirigidos a fortalecer la participación de la sociedad en los procesos de desarrollo, desde abajo, o como se ha dado en llamar, desde la raíz de la hierba (Cornago, 1997: 70-71).

Al mismo tiempo, el papel de las relaciones sociales en las teorías de desarrollo –en donde se inserta en concepto de capital social– pasa también por cambios significativos, acompañando el debate sobre el propio modelo de desarrollo. De serio obstáculo, como comprendido en las décadas de 1950 y 1960, las relaciones sociales pasan a ser tratadas, en las teorías de la dependencia de la década de 1970, dentro de una dialéctica de explotación y liberación. En las décadas de 1980 y 1990, alcanzan el estatus de factor irrelevante o simplemente funcional, según el cual la principal función de las relaciones sociales consiste en reducir los costes de transacción (Higgins, 2005: 23-25). Esta última orientación, como ya visto, es resultado de la influencia de la teoría económica en la sociología, incrustada en el concepto dominante de capital social. 2.2.2 El concepto de capital social en el debate sobre desarrollo Las agencias multilaterales no quedaron fuera del debate en torno a un nuevo planteamiento de la idea de desarrollo. En especial porque fueron, y siguen siendo, blanco de severas críticas por amparar, en su discurso y práctica, una visión aún lineal y economicista del desarrollo.

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Empoderamiento es entendido como el “proceso por el cual las personas fortalecen sus capacidades, confianza, visión y protagonismo como grupo social para impulsar cambios positivos de las situaciones que viven” (Pérez de Armiño, 2002: 220). 43 Participación es el “proceso por el que las comunidades o diferentes sectores sociales, sobre todo marginados o excluidos, con intereses legítimos en un proyecto, programa o política de desarrollo, influyen en ellos y son implicados en la toma de decisiones y en la gestión de los recursos, siendo así actores de su propio desarrollo” (Pérez de Armiño, 2002: 418).

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Así que, como explica Bebbington (et al., 2006: 1), una de las “muchas batallas de reforma” entabladas el ámbito de las mencionadas agencias desde la segunda mitad de la década de 1980 ha sido la que intenta “incorporar ideas de desarrollo social en nociones de desarrollo que habían sido influenciadas por ideas de la economía neoclásica [y] otros campos más técnicoscxxii”. Se procuraba también cambiar la interpretación sobre el desarrollo vigente, entendido entonces “como un proceso lineal hacia una mayor prosperidad y una semejanza más cercana a las sociedades occidentales, facilitado a través de mejoras en los campos de la comunicación e infraestructura, agricultura e industrialización” (Bøås & Mcneill, 2005: 11). Es en este contexto, el concepto de capital social, como variable explicativa altamente elástica, se difunde rápidamente en las ciencias sociales44 y, por las manos de expertos de ciencias sociales, ingresa a las agencias multilaterales de cooperación al desarrollo. Adoptado por importantes organizaciones multilaterales45, capital social alcanza un relieve todavía mayor, pasando a ser definido como “la confianza, la capacidad de asociación de una sociedad, la conciencia cívica y sus valores éticos predominantescxxiii” (Kliksberg, 2008), como no “sólo la suma de las instituciones que configuran una sociedad [sino] la materia que las mantiene juntas” (BIRF, S.F.a). Para que capital social pudiera ser aplicado a estudios sobre desarrollo fue necesario el ya examinado giro conceptual formulado por Putnam (et al., 1993). A partir de este autor, “capital social, entendido esencialmente como 'pertenencia a grupos' o 'asociaciones voluntarias', es una condición decisiva para el 'buen gobierno' y probablemente también para el desarrollo económicocxxiv” (Harriss, 2001: 7). Argumento este que, según Harriss (2001: 7), “ha resonado con fuerza entre los expertos del Banco Mundialcxxv”, como tratado más adelante en este trabajo. Una gran diversidad de estudios ha analizado la relación entre la reserva de capital social en una sociedad y su nivel de desarrollo económico y humano46. 44

En este trabajo se entiende que la rápida popularización del capital social a partir del ya mencionado estudio de Putnam (et al., 1993) se debe, básicamente, a su (aparente) capacidad de explicar todo, del desempeño escolar al crecimiento económico, de los índices de violencia urbana a la actividad sexual prematrimonial en África. Sin embargo, no se puede ignorar el atractivo que el concepto puede ser a académicos de las más diversas disciplinas por su apelo a una “visión quizás nostálgica de comunidad y a valores que se encuentran en riesgo de perderse en el mundo moderno. [Valores que, además,] incentivan el crecimiento económico” (McNeill, 2004: 108). Traducción propia. En el original: “appeals to a perhaps nostalgic view of community, and values which are in danger of being lost in the modern world. [Values that] actually encourage economic growth”. 45 Capital social ha sido analizado y/o aplicado por diversas instituciones de cooperación al desarrollo en las últimas dos décadas. Además del Banco Mundial, también adoptan y/o han promovido estudios sobre el concepto: el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), CEPAL, OMS, OCDE, PNUD y UNESCO, para citar apenas las instituciones con publicaciones citadas en este trabajo. 46 Para ejemplos de investigación sobre el tema, ver bibliografía.

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La idea básica es la que de las “comunidades dotadas de una rica reserva de redes sociales y asociaciones civiles [están] en una posición más fuerte para combatir la pobreza y la vulnerabilidad, resolver conflictos y/o sacar ventaja de nuevas oportunidadescxxvi” Woolcock (2001: 12). En consecuencia, el concepto llega a ser planteado, en los estudios del Banco Mundial, como el “eslabón perdidocxxvii” que, en conjunto con los capitales natural, físico y humano, determinaría el proceso de crecimiento económico47 (BIRF, 1998b: 6). ¿Por qué, a pesar de sus flagrantes debilidades y su enfoque claramente utilitarista, habría el concepto de capital social alcanzado tal nivel de importancia en el discurso de instituciones de relieve en la cooperación al desarrollo? En primer lugar, por el contexto, como ya sugerido, de transformación en la idea de desarrollo, que reconoce los limites de un enfoque exclusivamente económico, defiende la importancia de modelos alternativos basados en la participación48 y reconoce “la importancia de los factores culturales” (Fukuyama, 2003: 34). En este entorno, aparece la noción de capital social, encerrando la promesa de una alternativa abajo-arriba a las políticas arriba-abajo promovidas por organizaciones financieras internacionales en el pasado reciente. En las versiones más optimistas, el surgimiento del capital social desempeñaría un doble servicio, como contrapeso al individualismo sin restricciones del mercado y, simultáneamente, como un medio para alcanzar ventajas en el mismocxxviii (Portes & Landolt, 2000: 530).

Otra interpretación posible es la que de capital social permite replantear los papeles tanto de las organizaciones de la sociedad civil, según pide la práctica actual de desarrollo, como del propio estado en el proceso de desarrollo. Gana importancia, así, el debate sobre el papel del capital social en la calidad de la acción pública, en el desempeño mismo de las instituciones. Vale recordar que el Banco Mundial menciona el concepto de capital social por primera vez en su Informe sobre el Desarrollo Mundial de 1997, que tiene como tema “el estado en un mundo en cambiocxxix”. En dicha publicación, el BIRF ya afirma que se han acumulado evidencias de que los programas gubernamentales funcionan mejor cuando buscan la participación de los usuarios potenciales y cuando explotan la reserva de capital social de la comunidad, en lugar de trabajar en contra de la mismacxxx (BIRF, 1997: 10-11). 47

Para Grootaert (1999: 1), quien primero habla de capital social como “eslabón perdido”, afirma que “ya se ha reconocido que estos tres tipos de capital solo determinan parcialmente el proceso de crecimiento económico porque olvidan la forma en la cual los actores económicos interactúan y se organizan para generar crecimiento y desarrollo”. Traducción propia. En el original: “It has now become recognized that these three types of capital determine only partially the process of economic growth because they overlook the way in which the economic actors interact and organize themselves to generate growth and development”. 48 El concepto de capital social está fuertemente vinculado al de sociedad civil en el Banco Mundial. Para más detalles, ver el capítulo cuatro de Bebbington (et al., 2006).

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Sin embargo, como ya discutido en el apartado sobre críticas al concepto, capital social acaba por ser utilizado en la defensa de propuestas bastante dispares de relación entre estado y sociedad: tanto de mantenimiento de un estado mínimo como de una mayor intervención del gobierno en la sociedad. La primera postura está vinculada a los trabajos más recientes del conservador Putnam quien, como interpreta Higgins (2005: 144), “hace hincapié en el carácter obligatorio de la actuación social […] [rechazando] la idea hobbesiana de pacto social que concede amplios poderes al Estadocxxxi”. Del otro lado está la perspectiva de que “cambiar la percepción de los individuos acerca de la posibilidad del juego de suma positiva, influir para robustecer la sociabilidad perdida también es papel de las políticas públicascxxxii” (Ferrarezi, 2003: 16). Finalmente, está la interpretación, examinada en mayor detalle más adelante en esta investigación, de que el concepto de capital social sería atractivo por contribuir para la “depolitización” del debate y de la práctica de desarrollo. Al mismo tiempo en que parece estar alineado con las preocupaciones actuales de desarrollo humano, por enaltecer la importancia de las relaciones sociales para el bienestar de una población, permite transferir a las redes sociales y asociaciones civiles, a la “comunidad cívica”, la responsabilidad de su propio desarrollo, haciendo caso omiso de la necesidad de redistribución de recursos. En el caso específico del Banco Mundial, la adopción del concepto de capital social fue favorecida adicionalmente por un ambiente institucional singular, como presentado en el siguiente apartado. 2.2.3 El debate sobre capital social en el Banco Mundial El Banco Mundial49 fue fundado en 1 de julio de 1944 con el objetivo de conceder crédito para la reconstrucción de la infraestructura de países afectados por la II Guerra Mundial. Con el éxito de su misión inicial, pasa a ofrecer préstamos para países en desarrollo. Como explica Nustad (2004: 16), el Banco empezó con un foco estricto en la financiación de infraestructura en los países a los que concedía préstamos. Este enfoque, que más tarde quedó conocido como teoría de la modernización50, fue más dominante en las décadas de 1950 y 1960, pero aún hoy tiene influenciacxxxiii.

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El Grupo del Banco Mundial está integrado por cinco organizaciones distintas, entre las cuales dos instituciones de desarrollo: el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y la Asociación Internacional de Fomento (AIF). El primero “centra sus actividades en los países de ingreso mediano y los países pobres con capacidad crediticia, mientras que la AIF ayuda a los países más pobres del mundo” (BIRF, S.F.d). En este trabajo, tanto “Banco Mundial” como BIRF se refieren a estas instituciones de desarrollo. 50 La teoría de la modernización se basa en la ya mencionada perspectiva de desarrollo como un proceso lineal, según la cual las naciones más pobres eventualmente alcanzarían el nivel de bienestar de los países industrializados (Nustad, 2004: 16). El problema del subdesarrollo era entendido como falta de inversión e infraestructura (Bebbington et al., 2006: 10).

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Desde entonces, el Banco Mundial ha sufrido una serie de cambios en su práctica de préstamos a proyectos de desarrollo. De forma a extender su actuación a un mayor número de países, en la mitad de la década de 1960 “el Banco se traslada [de los grandes programas de infraestructuras de sus primeras décadas] al campo más extenso de la política económica, buscando directamente influir en la política económica de sus clientescxxxiv” (Nustad, 2004: 17). Luego, para evitar una crisis internacional que se hacía clara por la incapacidad de los países endeudados de pagar sus préstamos, el Banco Mundial se dedica a los “llamados programas de ajuste estructural de los 1980 y sus versiones modificadas en los 1990, [los cuales] pretendían estabilizar la situación con la concesión de préstamos adicionales para saldar los intereses de la deudacxxxv” (Nustad, 2004: 17). En consecuencia, el objeto de las operaciones del Banco cambia dramáticamente: De conceder préstamos para grandes programas de infraestructura para promover la modernización, las políticas actuales parecen preocuparse más con la estabilización del mercado mundial que con la realización del muy esperado desarrollocxxxvi (Nustad, 2004: 17).

En este ámbito, la adopción del concepto de capital social por el Banco Mundial puede ser interpretado, a partir del análisis de la literatura sobre el tema, como resultado de tres factores: el contexto externo, circunstancias estructurales internas y la influencia de individuos clave en la organización51. En lo que se refiere al contexto externo, este ha sido presentado en el apartado anterior. Se caracteriza por la fusión entre el cambio en la propia forma como el problema de subdesarrollo es concebido y la creciente crítica internacional al enfoque de desarrollo del Banco –en especial al impacto social y ambiental del financiamiento de proyectos de infraestructura de larga escala (Bebbington et al., 2006: 15). En respuesta a este entorno, el Banco Mundial pasa a incluir en su estructura administrativa grupos y divisiones dedicados a temas de carácter “social”, como desarrollo participativo, medio ambiente y gobernanza. Cambios que promueven un aumento en el número de antropólogos y sociólogos trabajando en la institución, los cuales pasan a desafiar sistemáticamente, con mayor o menor éxito, el “reduccionismo” económico en la teoría de desarrollo del BIRF (Bebbington et al., 2006: 15). Ocurre, así, “un cambio significativo dentro del Banco hacia la inclusión de cuestiones políticascxxxvii” (McNeill, 2004: 110).

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Como ya esclarecido, el objetivo de esta investigación es estudiar el discurso del BIRF sobre capital social a partir del análisis de publicaciones seleccionadas. De forma que aquí se presenta únicamente un resumen del contexto en el cual el concepto es adoptado y promovido en la institución, necesario para entendimiento del trabajo de análisis documental. Para mayores detalles sobre el tema, consultar Bebbington (et al., 2006) y McNeill (2004).

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Finalmente, la presencia de personas clave52 en la estructura del BIRF fue de gran importancia para que el concepto de capital social encontrara allí amparo y pudiera progresar rápidamente en la institución (McNeill, 2004: 110). En este sentido, la literatura atribuye papel de destaque a James Wolfensohn, presidente del Banco entre 1995 y 2005, y su economista jefe, Joseph Stiglitz53. Wolfensohn llega al Banco Mundial en el contexto de cambio externo y se presenta como un presidente “menos deferente a la ortodoxia económica [y] pronto a aceptar una visión más holística del desafío del desarrollo y, de forma crucial, comprometido a dar a las perspectivas de desarrollo sociales una voz formal dentro del Bancocxxxviii” (Bebbington et al., 2006: 12). Bajo el liderazgo de Wolfensohn, el Banco Mundial “se presenta no solo como un 'líder en ideas', pero también como un 'banco que escuchacxxxix”54 (McNeill, 2004: 110). Así que, si la influencia directa por la difusión del concepto de capital social dentro del BIRF se atribuye a personas clave en divisiones de medio ambiente y de pobreza, fue por la actuación de Wolfensohn que se creó en la institución un ambiente de apoyo a tales ideas (McNeill, 2004: 120). Por consiguiente, el concepto de capital social es adoptado por el Banco Mundial en el ámbito de un “movimiento, en el interior [de la institución], que busca implementar un nuevo paradigma que 'integre factores sociales, culturales, económicos e institucionalescxl” (Higgins, 2005: 25) y aleje el Banco “del anterior enfoque tecnocrático al desarrollocxli” (Bøås & McNneill, 2005: 8). Como lo analiza Fine (2003: 586-587), el concepto de capital social logra importancia dentro y a través del Banco Mundial en el contexto de un cambio del consenso al pos-consenso de Washington y del neoliberalismo manifiesto a posiciones más amigables al estado y al intervencionismo. Busca ofrecer la cara social del ajuste, a diferencia de la cara económicacxlii. 52

Para un análisis más completo de los individuos clave en la difusión del concepto de capital social en el BIRF, ver Bebbington (et al., 2006) y McNeill (2004). 53 Joseph Stiglitz, por el reconocimiento de su trabajo en economía de la información y sobre el papel de instituciones en el desarrollo, ayudó a legitimar el concepto de capital social en el BIRF –ver McNeill (2004) y Bebbington (et al., 2006). Para Stiglitz, “sustentar la organización social y enriquecer el capital social son parte de la clave para el éxito de transformaciones para el desarrollo” (Stiglitz, 1998: 23). Traducción propia. En el original: “Maintaining social organization and enhancing social capital are part of the key to successful development transformations”. 54 En entrevista concedida al final de su gestión en el Banco Mundial, Wolfensohn afirma que su mayor contribución fue justamente el cambio a “banco que escucha”: “Creo que la institución ha cambiado, y también su relación tanto con líderes como con las personas en países en desarrollo, y ahora es percibida más como un socio que como un agente de policía. Creo que hemos construido una mayor percepción de entendimiento. Escuchamos más e intentamos trabajar para auxiliar los países a lograr sus objetivos en lugar de intentar imponer nuestros objetivos” (BIRF, 2005). Traducción propia. En el original: “I think it is that the institution has changed, its relationship with both leaders in developing countries, people in developing countries, and is now perceived more as a partner than as a policeman. I think we have built a greater sense of understanding. We listen more, and we try and work to help countries achieve their objectives rather than trying to impose on them our objectives”.

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Dentro del BIRF, el concepto de capital social pasa a ser percibido por sus expertos en desarrollo social como un “caballo de Troya”55, capaz de no solo de sobrevivir a las críticas de la perspectiva económica dominante en el Banco Mundial, como, incluso, de incentivar que dicha óptica “tome en cuenta consideraciones sociológicas y políticas que han experimentado un creciente reconocimiento de su importanciacxliii” (McNeill, 2004: 110). Sin embargo, aunque reconozca que el capital social “no puede, obviamente, ser entendido aparte de un contexto político y cultural más amplio” (Bebbington et al., 2006: 4), la literatura crítica interpreta que es por su enfoque utilitarista que el concepto se muestra atractivo al discurso predominante –economicista y tecnocrático– del Banco Mundial (Harriss, 2001: 5). El debate sobre capital social en el Banco Mundial genera una serie de eventos, iniciativas de investigación, publicaciones y grupos de discusión. Un importante papel ha tenido el Grupo Temático sobre Capital Social (Social Capital Thematic Group), creado en 1998. Inicialmente vinculado a la Unidad de Desarrollo Social (Social Development Department), es luego transferido al Grupo sobre Pobreza (Poverty Group), en un esfuerzo para diseminar el debate sobre capital social en el Banco (Bebbington et al., 2004: 49). Dicho Grupo Temático, aún en funcionamiento, reúne alrededor de 250 funcionarios y consultores externos. Es responsable por el estudio y la operacionalización del concepto en el Banco, por lo que, durante la presidencia de Wolfensohn, fue particularmente proactivo y utilizó sus recursos para patrocinar una serie de actividades, incluso comidas informales, series de charlas con invitados, una conferencia, talleres en los países y el desarrollo de un sitio en el Internet56. Esta gran cantidad de actividades sin duda ayudó a proyectar el capital social en el Banco, aún si persistieran incertidumbre y ambigüedad considerables [sobre] qué era realmente capital socialcxliv (Bebbington et al., 2006: 48).

La participación de expertos y académicos externos en las actividades del Grupo fue vital para legitimar el concepto en la institución (Bebbington et al., 2006: 14). En este sentido, se reconoce como relevante la influencia de Robert Putnam57, que intervino en conferencias y discusiones internas, además de servir como consultor en diversas ocasiones. Incluso, se atribuye a la intervención de Putnam y demás expertos externos el reconocimiento del rigor académico del concepto por parte del personal del Banco (McNeill, 2004: 111).

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Para un análisis más detallado sobre el uso del capital social como “caballo de Troya” en el BIRF, consultar los capítulos 4 y 10 de Bebbington (et al., 2006) y el capítulo 6 de Harriss (2001). 56 Disponible en Internet bajo la siguiente dirección: http://go.worldbank.org/VEN7OUW280. Vale notar la ubicación del tema “capital social” en el sitio del Banco Mundial: está vinculado a “desarrollo conducido por la comunidad” (“community driven development”), que ha su vez es parte del tópico “desarrollo social”. 57 Lo que permite inferir en cuál “genealogía” de capital social se ha basado el Banco.

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Durante la presidencia de James Wolfensohn, dos programas específicos de investigación sobre capital social fueron realizados en Banco Mundial: el “Estudio sobre Instituciones de Nivel Local” y la “Iniciativa sobre Definición, Monitoreo y Medición de Capital Social” (SCI, por sus siglas en inglés). El primero buscaba “desarrollar un marco para coleta y análisis de datos sobre instituciones de nivel local y capital social, para determinar cómo los mismos están modelados dentro y entre países, y para evaluar las implicaciones de dicha información para el desarrollocxlv” (BIRF, 1998a: 1). Financiado por el gobierno de Noruega, fue un programa de investigación comparativa sobre instituciones de nivel local y capital social entre Bolivia, Burkina Faso e Indonesia. Reúne nueve documentos de trabajo publicados entre 1998 y 2001. La Iniciativa sobre Capital Social, a su vez, fue financiada por el gobierno de Dinamarca con tres objetivos: evaluar el impacto del capital social en la efectividad de proyectos de desarrollo del Banco Mundial; identificar formas en las que intervención externa puede ayudar en la formación de capital social; y contribuir para la elaboración de indicadores para monitoreo del capital social y metodologías para medir su impacto (BIRF, 1998b: 9). La investigación realizada en el ámbito de la SCI resultó en la publicación, entre 1998 y 2001, de veinticuatro documentos de trabajo. Ha sido seleccionada para análisis en este trabajo precisamente por tratar de los aspectos teóricos y prácticos del concepto de capital social, pero también por analizar doce proyectos del Banco que buscaban promover y fortalecer el capital social en comunidades de diversos países. En la literatura sobre capital social del BIRF, merecen mención también los Informes sobre el Desarrollo Mundial de 1997, sobre “El Estado en un Mundo en Transformación”, y de 2000/2001, con en tema la “Lucha Contra La Pobreza”, ya que ambos tratan de la relación entre capital social y desarrollo. Considerados más una publicación del personal del BIRF que un documento oficial de política del Banco, los Informes, no obstante, disfrutan de una gran difusión en los ámbitos académico y de políticas públicas. Finalmente, es importante mencionar que durante la discusión que antecedió la elaboración de la Estrategia sobre Desarrollo Social del Banco Mundial58, el Departamento de Desarrollo Social promovió debates sobre diversos temas, entre ellos capital social, que resultaron en la publicación de documentos y ensayos. Seis de dichos documentos tratan específicamente de capital social. En el siguiente apartado examinamos de forma más detenida las críticas al uso del concepto de capital social en políticas y proyectos para promoción del desarrollo, paso necesario para entendimiento del análisis documental realizado en el tercer capítulo de este documento. 58

Entitulada: “empoderando la gente a través de la transformación de las instituciones”. En el original: “Empowering People by Transforming Institutions”.

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2.2.4 Críticas al uso del concepto de capital social en la teoría y en la práctica del desarrollo Diversas críticas han sido realizadas a este aspecto particular de la literatura sobre capital social, es decir, sobre su relación, en general entendida como positiva y directa, con el bienestar y el desarrollo comunitario59. Para facilitar su análisis, las críticas son clasificadas aquí en tres grupos. En el primero están reunidos los cuestionamientos esenciales sobre las debilidades teóricas de la relación entre capital social y desarrollo. Los dos siguientes están estrechamente vinculados: la interpretación de que capital social sirve como herramienta para la “depolitización” del desarrollo y el hecho de que, al ser percibido como panacea, capital social acaba por ocultar las verdaderas causas de la pobreza, “elevando síntomas a causas” (Harriss, 2001: 11)60. En lo que se refiere a las debilidades teóricas, se argumenta que, aunque se reconozca que el capital social está relacionado a diversos fenómenos sociales, no se ha producido hasta la fecha explicaciones causales satisfactorias sobre su relación con el desarrollo local o nacional (Schuurman, 2003: 1001). Alejandro Portes (2000a: 152) argumenta que las “proclamaciones recientes en este sentido se han limitado a reformular los problemas originales y no han originado, hasta el momento, ninguna respuesta convincente sobre como crear las tan deseadas reservas de civilidad públicacxlvi”. Hay, además, una dificultad intrínseca en vincular dados sobre actitudes con resultados políticos y macroeconómicos (Schuurman, 2003: 1001). Como lo resumen Evans & Syrett (2007: 70), Desafortunadamente, grande parte del trabajo sobre el papel del capital social en el desarrollo ha sido realizado sobre las bases de análisis cuantitativo a nivel nacional, utilizando indicadores más bien toscos. [Así que] no es de sorprender que dichos análisis han ofrecido poco entendimiento sobre las relaciones y mecanismos a través de los cuales capital social es producido, reproducido y utilizado dentro del proceso de desarrollocxlvii.

Parte importante de la literatura sobre capital social es escéptica en cuanto al papel del capital social en el desarrollo61. Los críticos llegan a afirmar que, al contrario de lo que argumentan los teóricos del concepto, “dotaciones anteriores de capital social [...] no son el factor crucial para la creación del 59

Capital social es el “conjunto de normas, redes y organizaciones construidas sobre relaciones de confianza y reciprocidad, que contribuyen a la cohesión, el desarrollo y el bienestar de la sociedad, así como a la capacidad de sus miembros para actuar y satisfacer sus necesidades de forma coordinada en beneficio mutuo” (Pérez de Armiño, 2002: 95, énfasis propio. 60 También esencial para el debate sobre capital social y desarrollo es el reconocimiento del “lado negativo” del capital social, que promueve exclusión y reproduce las estructuras de poder y desigualdad en la sociedad. Por ya haber sido tratada en la primera sección de este capítulo, su análisis no será repetida aquí. 61 Ver, por ejemplo, Evans & Syrett (2007), Portes (2000a), Portes & Landolt (2000), Fine (2003) y Harriss (2001).

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círculo virtuoso (o 'sinergia') en la cual el compromiso cívico nutre el buen gobierno y el buen gobierno, a su vez, fomenta el compromiso cívicocxlviii” (Harriss, 2001: 62). Capital social, de esta manera “no es condición suficiente para el desarrollo localcxlix” 62 (Triglia, apud Evans & Syrett, 2007: 59). En consecuencia, la literatura presenta serias controversias sobre la eficacia –y la necesidad misma– de la intervención externa, sea a través de proyectos de desarrollo o de políticas públicas, parar crear y movilizar capital social con el objetivo de reducir la pobreza o mejorar los servicios públicos, por ejemplo. Portes (2000a: 152) es taxativo al afirmar que “hay pocos fundamentos para creer que el capital social se revelará un remedio inmediato para los grandes problemas socialescl”. En una posición intermediaria, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2005: 14) afirma que “el papel más apropiado para las políticas públicas es probablemente el de eliminar los factores que inhiben la formación de capital social [pues] intervenciones públicas diseñadas para [aumentarlo] podrían ser contraproducentescli”. Otra crítica importante es la de que la identificación de la carencia o ausencia de capital social como causa del deterioro en la calidad de vida o de la debilidad del desarrollo puede acabar por disimular causas estructurales mucho más significativas. Sobre el estudio de Putnam (et al., 1993) en Italia, base de la mayor parte de las publicaciones sobre el concepto, por ejemplo, se afirma que “ignora con esmero [...] una historiografía alternativa que explica el desempeño de los gobiernos tanto en el norte como en el sur [del país] en términos de factores políticosclii” (Harriss, 2001: 7). En este sentido, Tarrow (1996) recuerda que Si la ausencia de capacidad cívica es subproducto de la política, de la construcción del estado y de la estructura social, entonces es más probable encontrar las causas del malestar en las ciudades de Estados Unidos o en la agricultura del Tercer Mundo en factores estructurales tales como la fuga de capital real, en el primer caso, o la inestabilidad en los precios de las materias primas y la presencia de gobiernos explotadores, en el segundo. [Aunque] los indicadores del malestar sean cívicos, las causas son estructurales. [Así], políticos que atacan la falta de capital social [...] estarían atacando los síntomas y no las causas del problemacliii.

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Una de las publicaciones de la Iniciativa sobre Capital Social, incluso, afirma que “los efectos del capital social no son homogéneos [por lo que] asociar directamente la ausencia de capital social a la pobreza puede [...] ser un error, pues es posible que un individuo pobre tenga acceso a abundantes recursos de capital social, como nuestro estudio lo sugiere” (Pantoja, 2000: 55). Traducción propia. En el original: “the effects of social capital are not homogeneous[...] Associating lack of social capital directly with poverty status would thus be a mistake, since it is possible that a poor individual may have access to plenty of social capital resources as our exploratory study suggests”.

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El último grupo de críticas, esencial para la presente investigación, es el que denuncia el uso del concepto de capital social como herramienta para la “depolitización”63 del debate y de la práctica del desarrollo. “Depolitizar” sería tratar como “cuestiones puramente técnicas que pueden ser solucionadas fuera del ruedo político [...] problemas que están arraigados en diferencias de poder y en relaciones de clasecliv” (Harriss, 2001: 2). Según este enfoque, el discurso de las instituciones dominantes consistentemente excluye consideraciones políticas y de economía política, lo que resulta en intervenciones técnicas que, mismo bien intencionadas, nunca tendrán éxito en tratar los problemas que se proponen a resolver porque no son capaces de actuar sobre las causas 'reales' de los mismosclv (Bebbington et al., 2006: 5).

Así, las críticas señalan que el empleo del concepto de capital social estaría limitado a hacer con que la sociabilidad mejorara el desempeño de las actividades económicas lucrativas en poblaciones carentes y vulnerables (Higgins, 2005: p. 37). Lo que, por lo tanto, implica trazar una línea recta entre simetría e intercambio, sin pasar por la redistribución o, como es todavía más problemático, creer que el intercambio realizado en base a normas de reciprocidad acaba con los problemas de redistribución a larga escala. Podemos sospechar que se trata de una nueva versión del liberalismo económicoclvi (Higgins, 2005: 37).

John Harris (2001: 11), uno de los principales críticos del uso del capital social en el Banco Mundial, afirma que el concepto es “un arma en el arsenal de la 'máquina anti-política'clvii” en la cual se constituye el aparato de desarrollo internacional64. Eso porque, interpreta Harriss, a través de la influencia del 63

La palabra “depolitización” no existe en español. En este documento la misma es empleada como traducción de lo original en inglés “depoliticizing”, derivada del verbo “depoliticize”, definido en el Merriam-Webster como “remover el carácter político de: apartar la esfera política” (Traducción propia. En el original: “to remove the political character of: take out of the realm of politics”). Según el Diccionario de la Real Academia Española, 22ª edición, entre las funciones de la preposición “de-” está la de denotar “privación o inversión del significado simple”. Es en este sentido que el término “depolitización” ha sido precisado para este trabajo. 64 Ferguson (1994) concibe el término “máquina anti-política” para denominar el aparato conceptual e institucional de desarrollo internacional: “la problemática hegemónica de 'desarrollo'”, la cual “al reducir, de forma intransigente, la pobreza un problema técnico, y al prometer soluciones técnicas al sufrimiento de los pueblos impotentes y oprimidos […] es el principal instrumento a través del cual la cuestión de la pobreza es depolitizada hoy en el mundo. Al mismo tiempo, al hacer tan visibles los anteproyectos intencionales para 'desarrollo', un proyecto de 'desarrollo' puede acabar desempeñando una operación política sumamente delicada [...] bajo el disfraz de una misión neutral, técnica, a la cual nadie puede hacer objeción [...] Si los 'efectos instrumentales de un proyecto de 'desarrollo' acaban por formar algún tipo de todo coherente o inteligible estratégicamente, en este consiste la máquina anti-política”. Traducción propia. En el original: “By uncompromisingly reducing poverty to a technical problem, and by promising technical solutions to the sufferings of powerless and oppressed people, the hegemonic problematic of ‘development’ is the principal means through which the question of poverty is de-politicized in the world today. At the same time, by making the intentional blueprints for ‘development’ so highly visible, a ‘development’ project can end up

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trabajo de Putnam, el concepto ha sido utilizado para “para plantear, mas luego dejar de lado, cuestiones relacionadas a la distribución de recursos, relaciones de producción agrícola y otras similaresclviii” (Harriss, 2001: 11), “depolitizando y desarticulando luchas popularesclix” (Harriss, 2001: 13) e, incluso, aceptando como dadas las estructuras de poder existentes (Harriss, 2001: 11). Al recomendar que los “esfuerzos gubernamentales deberían ser conducidos a facilitar el desarrollo de ayuda propia en las regiones pobresclx” (Harriss, 2001: 6), los teóricos del capital social parecen, según Harriss (2001: 6), “esperar que las personas de peor situación económica logren salir adelante sin ayuda, en una forma que es conveniente para aquellos que desean implementar cortes de gastos públicos a larga escalaclxi”. En consecuencia, se ignora la “posibilidad de que alguna distribución de recursos pudiera tener un papel importante tanto en facilitar la organización local como en auxiliar el desarrollo político y económicoclxii (Harriss, 2001: 6). Además, al promover organizaciones de la sociedad –lo que en general significa organizaciones no gubernamentales (ONGs)– como agentes de desarrollo, fomentando su participación en la planificación y gestión de fondos y proyectos (McNeill, 2004: 110), el Banco Mundial puede estar favoreciendo los intereses de las personas más poderosas, que, en general, dominan las asociaciones locales (Harriss, 2001: 8). Como advierten Portes & Landolt (2000: 546), las estructuras de liderazgo local pueden transformar “los elevados objetivos originales en excusas para jefes egoístas y mezquinos [ya que la] 'ley férrea de la oligarquía' de Michaels opera de forma tan efectiva en el nivel local como en las estructuras políticasclxiii”. Una evidencia importante de que el concepto de capital social ignora relaciones de poder es el silencio de sus principales teóricos en lo que se refiere a las relaciones de género65. En este sentido, capital social también presenta el “carácter androcéntrico que atraviesa buena parte de los conceptos fundamentales de las viejas teorías” (Cornago, 1997: 77) de desarrollo. Al asumir que el capital social se forma a partir de relaciones horizontales y simétricas entre los individuos en general, sus teóricos descuidan de problemas esenciales de acceso al desarrollo, como la notoria discriminación que sufren las mujeres.

performing extremely sensitive political operations involving the entrenchment and expansion of institutional state power almost invisibly, under cover of a neutral, technical mission to which no on can object…If the ‘instrument effects’ of a ‘development’ project end up forming any kind of strategically coherent or intelligible whole, this is it: the anti-politics machine”. 65 En el presente trabajo se considera el entendimiento de que la inclusión de la igualdad de género en la agenda internacional de desarrollo ha sido un proceso paralelo al de “politización” de la misma: “La 'humanización' del desarrollo ha traído consigo, de forma inevitable, su 'feminización'” (López, 2005: 3). Eso porque el enfoque de género “comporta un sentido ético y político: el derecho a cambiar, el derecho a revertir las desigualdades, el derecho a promover un desarrollo humano equitativo también en términos de género” (López, 2005: 6).

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Estudios recientes indican, en este sentido, que la propia participación en organizaciones de la sociedad civil permanece segmentada por género en la mayor parte de los países66. La realidad es que ciertos tipos de organizaciones aún son desproporcionadamente masculinas, como los partidos políticos, clubes deportivos, movimientos pacifistas, grupos profesionales, sindicatos y asociaciones comunitarias. Por otro lado, las mujeres dominan las asociaciones relacionadas a papeles tradicionalmente femeninos, como aquellas preocupadas con educación y artes, organizaciones religiosas y eclesiásticas, y las que ofrecen servicios de bienestar social[…] Eso importa si la segmentación horizontal en grupos de nexo o unión relacionados al sexo de las personas tienen funciones positivas para los miembros, pero, a pesar de eso, pueden generar externalidades negativas (reforzando divisiones de género) para la sociedad como un todoclxiv (Norris & Inglehart, 2003: 2).

En conclusión, expertos (Bebbington et al., 2006: 22) del propio Banco Mundial reconocen que “hay varios obstáculos para hacer con que las preocupaciones con el desarrollo social persistan en la práctica de las operaciones financiadas por el Banco Mundialclxv”. Por lo tanto, mismo que el concepto “pudiera iluminar algunas de estas cuestiones”, como la distribución desigual de poder, política e incentivos institucionales, “será necesario más que un cambio discursivo dentro del Banco para que la institución se empeñe realmente en estos temas [...] Será preciso presión externaclxvi” (Bebbington et al., 2006: 22). En el siguiente capítulo son presentados los principales hallazgos en el análisis de estas críticas en la literatura producida por la Iniciativa sobre Capital Social del BIRF.

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Ver Norris & Inglehart (2003).

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3 LA INCIATIVA SOBRE CAPITAL SOCIAL En el presente capítulo están compilados los principales hallazgos de la investigación realizada, es decir, del análisis de los documentos de trabajo publicados por la Iniciativa sobre Capital Social del Banco Mundial, según los objetivos propuestos. El capítulo se divide en dos secciones. La primera presenta los objetivos de la SCI, los motivos para su realización y las características básicas de los veinticuatro documentos de trabajo publicados. El examen propiamente dicho de los textos se encuentra en la segunda sección que, para facilitar la lectura y evitar duplicación en el análisis, no se detiene en cada documento, pero comenta el conjunto. Además, para mejor cumplir el objetivo de este trabajo67, esta sección ha sido organizada en tres cuestiones: definición adoptada para el concepto, análisis del “lado negativo” de capital social y tratamiento de cuestiones de poder.

3.1 Presentación de la Iniciativa: justificación y características La Iniciativa sobre Definición, Monitoreo y Medición de Capital Social fue un programa de investigación realizado entre 1996 y 2001 por el Banco Mundial con financiación del gobierno de Dinamarca68. Ejecutada en el ámbito de la Vice-Presidencia de Desarrollo Ambiental y Socialmente Sostenible (Vice Presidency for Environmentally and Socially Sustainable Development) del Banco Mundial, la SCI buscaba esencialmente, como su propio título lo enseña, elaborar una definición para capital social y crear herramientas para su monitoreo y evaluación. El interés del Banco Mundial por estudiar el concepto de capital social e incluirlo en sus operaciones fue examinado en el capítulo anterior: es el resultado de cambios externos e internos que favorecieron la discusión de cuestiones de carácter “social” en la institución. En el documento de presentación de la SCI (BIRF, 1998b: 8-9), se reconoce esta coyuntura: Como parte del movimiento del Banco Mundial hacia la implementación de un nuevo paradigma de desarrollo que integre factores sociales, culturales, institucionales y económicos, el Banco tiene mucho interés en incorporar mejor consideraciones sobre capital social en la financiación de proyectos y el asesoramiento de políticasclxvii. 67

Que, como mencionado, es: “Analizar la literatura producida por la Iniciativa sobre Capital Social del Banco Mundial entre 1998 y 2001, de forma a identificar si el concepto planteado por la institución tiene el cuidado de considerar tanto las relaciones de poder vigentes como las posibles consecuencias negativas del capital social para la sociedad”. 68 Es interesante notar que las principales iniciativas de investigación sobre capital social en el BIRF fueron realizadas a partir de financiación externa (como tratado en la sección “2.2.3. El debate sobre capital social en el Banco Mundial”).

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Para los coordinadores de la SCI, el concepto se mostraba especialmente relevante en dos aspectos: por su papel en el proceso de desarrollo y por su impacto potencial en la efectividad de los proyectos del Banco Mundial (BIRF, 1998b: 15-16). La primera cuestión implica el reconocimiento, por parte del BIRF, del “papel del capital social como elemento de desarrollo sostenibleclxviii” (BIRF, 1998a: iii). En este sentido, la Iniciativa sobre Capital Social se basa en el presupuesto de que “hay poca controversia sobre la relevancia del capital socialclxix” (BIRF, 1998b: 6) y que las diferentes definiciones del concepto deben ser vistas “no como alternativas, pero sí como distintas manifestaciones del capital social en la sociedadclxx” (BIRF, 1998b: 6), siendo el desafío “aprovechar las complementariedades de cada enfoqueclxxi” (BIRF, 1998b: 6). En lo que se refiere a al segundo aspecto, es decir, la relación entre capital social y eficacia de intervenciones de desarrollo, la SCI parte del reconocimiento de que “el tamaño y la densidad de las relaciones e instituciones sociales, así como la naturaleza de las interacciones interpersonales afectan significativamente la eficiencia y la sostenibilidad de proyectos de desarrolloclxxii” (BIRF, 1998b: 4). Pero la SCI admitía también que “los canales precisos a través de los cuales este 'capital social' tiene impacto sobre los resultados del desarrollo han solo empezado a ser exploradosclxxiii” (BIRF, 1998b: 4). Por lo que la importancia de la Iniciativa como esfuerzo sistematizado para “avanzar la comprensión teórica y la relevante práctica” del concepto de capital socialclxxiv” (BIRF, 1998b: 4), tratando de contribuir para la aplicación del concepto en la práctica y demostrar cómo y en cuánto afecta los resultados del desarrollo” (BIRF, 1998a: iii). Así que fueron definidas tres metas para la Iniciativa (BIRF, 1998b: 9): (1) evaluar el impacto del capital social en la efectividad de proyectos de desarrollo; (2) demostrar que la intervención externa puede contribuir para la formación de capital social; y (3) contribuir para la elaboración de indicadores de monitoreo del capital social y metodologías para medir su impacto en el proceso de desarrollo. Para ello fueron seleccionados doce proyectos de investigación69, en base a su capacidad para testar las dos hipótesis centrales del programa: “(1) la presencia de capital social mejora la efectividad de proyectos de desarrollo; y (2) a través de intervenciones seleccionadas, apoyadas por donantes, es posible estimular la acumulación de capital socialclxxv” (BIRF, 1998b: 9-10). Los doce proyectos aprobados presentan una gran diversidad en lo que se refiere a su ubicación geográfica (Asia, África y América Latina), al enfoque metodológico (cuantitativo y cualitativo), al nivel de análisis (micro, meso y macro), a la clase de actores (asociaciones de campesinos, usuarios urbanos 69

Los coordinadores de la SCI recibieron 40 propuestas para financiación. La selección de los proyectos fue realizada por una comisión interna entre diciembre de 1996 y abril de 1997.

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de servicios públicos, comunidades étnicas, empresas etc.) y a los temas de desarrollo abarcados70. La investigación realizada en el ámbito de la SCI resultó en la publicación, entre 1998 y 2001, de veinticuatro documentos71. Reunidos en la Serie de Documentos de Trabajo de la Iniciativa sobre Capital Social (Social Capital Initiative Working Paper Series), pueden ser clasificados en cinco tipos de textos: informes de la SCI, análisis de proyectos, estudios conceptuales, revisiones de la literatura y un estudio bibliográfico. Los informes de la Iniciativa sobre Capital Social son tres. El primero de ellos (BIRF, 1998a) presenta el resumen del programa de investigación. El segundo (BIRF, 1998b) repite el texto del primero y acrecienta las propuestas de proyectos aprobadas para financiación. El último (Grootaert & Van Bastelaer, 2001) reúne las conclusiones y recomendaciones del programa. Los proyectos contaron con la coordinación de funcionarios del Banco Mundial, académicos, representantes de gobiernos y consultores invitados. Entre los proyectos, seis72 “se enfocan en demostrar empíricamente la contribución del capital social al sustento de las familias, sea directamente, al aumentar los ingresos, o indirectamente, al mejorar el acceso a serviciosclxxvi” (Grootaert & Van Bastelaer, 2001: 1). Otros cinco73 “se concentran en el proceso de acumulación y destrucción de capital social, buscando identificar los factores críticos en este proceso y si pueden ser afectados por intervenciones de donantes y por políticasclxxvii” (Grootaert & Van Bastelaer, 2001: 2). El último proyecto (Krishna & Shrader, 2000) “reúne las lecciones aprendidas sobre la medición de capital social y desarrolla una herramienta de evaluaciónclxxviii” (Grootaert & Van Bastelaer, 2001: 1). Los estudios conceptuales tratan de analizar capital social bajo la óptica económica (Collier, 1998) y discutir las formas, directas e indirectas, de medirlo (Paldam & Svendsen, 1999). Las revisiones de literatura74, a su vez, examinan la relación entre capital social y desarrollo. Finalmente, hay también una 70

Uno de los proyectos iniciales, sobre “fomento del capital social a través de la descentralización federal” (fostering social capital through federal decentralization), que sería realizado en México, fue eliminado de la SCI sin más explicaciones. Fue sustituido por un proyecto sobre “capital social y la empresa” (social capital and the firm) (Fafchamps & Minten, 1999). Un proyecto adicional fue incluido con el objetivo de crear un conjunto de herramientas para medición de capital social (Krishna & Shrader, 2000). 71 Listados, con nombres de autores y tipo de contenido, en el Anexo III. Posteriormente fueron publicados dos libros con los análisis y resultados de la SCI. Son ellos: Grootaert & Van Bastelaer (2002a) y Grootaert & Van Bastelaer (2002b), este último publicado por el Banco Mundial. Grootaert (et al., 2003) también está basado en los resultados de la SCI. 72 Krishna & Uphoff (1999), Fefchamps & Minten (1999), Reid & Salmen (2000), Isham & Kähkönen (1999), Pargal, Huq & Gilligan (1999), y Rose (1999). 73 Gugerty & Kremer (2000), Bebbington & Carroll (2000), Pantoja (2000), Coletta & Cullen (2000), Bates (1999). 74 Grootaert (1998), Knack (1999), Van Bastelaer (2000), Kähkönen (1999) y Sorensen (2000).

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bibliografía comentada (Feldman & Assaf, 1999), que presenta reseñas de las principales publicaciones, artículos e libros, sobre el tema. Finalmente, es importante notar que el Banco Mundial, en advertencia incluida en todos los documentos de la Iniciativa sobre Capital Social, explica que los mismos no son “publicaciones formales” de la institución y, por ello, las opiniones expresas en los textos “no deben ser atribuidas al Banco Mundial, a sus organizaciones asociadas o miembros de la Comisión Ejecutiva o los gobiernos que representanclxxix”. Sin embargo, en este trabajo se considera que son de relieve por el interés del Banco en incorporar el concepto de capital social a sus operaciones75. En especial porque entre las contribuciones esperadas de la Iniciativa sobre Capital Social estaba la de “ayudar el Banco Mundial [y] otros donantes a mejor integrar consideraciones sobre capital social en el diseño de proyectos y políticas de desarrolloclxxx” (BIRF, 1998b: 14). En la siguiente sección se presenta los principales hallazgos del análisis de esta rica documentación, con especial atención a la definición adoptada para el concepto, así como el tratamiento del “lado negativo” del capital social y de las cuestiones de distribución de poder.

3.2 Análisis de los artículos producidos por la SCI 3.2.1 Las definiciones de capital social Delimitar el significado de capital social es la primera cuestión a que se dedican los documentos de trabajo (DT) de la Iniciativa sobre Capital Social. En el prefacio de la Serie, que es el mismo para cada documento, capital social es descrito como la cohesión social y cultura interna de la sociedad, las normas y valores que guían las interacciones entre las personas y las instituciones en las cuales están incrustadas. Capital social es el pegamento que mantiene unida la sociedad y sin el cual no puede haber desarrollo económico o bienestar humano. Sin capital social, la sociedad como un todo colapsará, y el mundo actual presenta algunos ejemplos muy triste de elloclxxxi (BIRF, 1998a: iii).

Los textos de presentación de la SCI76 definen el término de forma parecida: El capital social de una sociedad incluye las instituciones, relaciones, actitudes y valores que gobiernan las interacciones entre las personas y contribuyen para el desarrollo económico y social. Sin embargo, capital social no es simplemente la suma de las instituciones que sostienen la sociedad, es también el 75

En las conclusiones de la SCI, inclusive, Grootaert & Van Bastelear (2001: 3) certifican que el conjunto de herramientas para medición de capital social desarrollado durante el programa de investigación ya era aplicado a las operaciones del Banco Mundial. 76 BIRF (1998a) y BIRF (1998b) que, como ya explicado, consisten en el mismo texto explicativo del programa, siendo que el segundo incluye las propuestas aprobadas para financiación.

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pegamento que las mantiene unidas. Incluye los valores compartidos y las reglas de conducta social manifestados en relaciones personales, confianza y en el sentido común de responsabilidad “cívica”, lo que hace la sociedad más que un conjunto de individuosclxxxii (BIRF, 1998b: 5).

Como se puede observar, ambas definiciones anuncian una relación de relieve entre capital social y desarrollo: es tanto condición –“sin el cual no puede haber desarrollo económico o bienestar humano” (BIRF, 1998a: iii)– como impulsor – “contribuyen para el desarrollo económico y social” (BIRF, 1998b: 5). Capital social es “lo que mantiene las personas y sociedades unidas con el propósito de fomentar el desarrollo económicoclxxxiii” (Feldman & Assaf, 1999: 1). Además, consideran que capital social es tanto la estructura (redes de relaciones, instituciones locales y del estado) como los aspectos cognitivos (normas, valores, actitudes, creencias, gobernanza) de las relaciones sociales. Serían tipos distintos de capital social (Grootaert & Van Bastelaer, 2001: 5 y 20). Lo que todos los documentos de trabajo de la Iniciativa sobre Capital Social tienen en común es el uso de los análisis de Putnam y Coleman como bases teóricas. Las menciones a Bourdieu son escasas y, en general, insertadas como nota al pié de páginas77. Por consiguiente, es posible inferir que los estudios de la SCI se insertan, según la clasificación de Higgins (2005), tanto en la rama de “nostalgia neoconservadora” de la genealogía del concepto, como en el enfoque “utilitarista” de análisis. El proyecto sobre redes de capital social en Rusia, por ejemplo, se basa en el enfoque de James Coleman para análisis empírico (Rose, 1999: 19). La bibliografía comentada, a su vez, otorga grande importancia a las contribuciones de los dos primeros autores, afirmando que a Putnam y Coleman se acredita el prestigio del término “capital social” (Feldman & Assaf, 1998: 1). En lo que se refiere al enfoque utilitarista, la noción de que capital social facilita las relaciones de mercado, disminuye costos de transacción y mejora la eficiencia del intercambio es citada en varios de los documentos de trabajo de la SCI78. De hecho, entre los documentos conceptuales de la SCI hay uno (Collier, 1998) que se dedica exclusivamente al análisis de la relación entre capital social y pobreza bajo la perspectiva económica. A partir del análisis sobre el debate de capital social en el BIRF realizado en el capítulo anterior, se puede entender que la inclusión de este estudio está relacionada a la necesidad de dar al concepto de capital social suficiente fuerza para su aceptación en la estructura fundamentalmente “economicista” del Banco. 77

Cuatro documentos de la SCI citan Bourdieu: BIRF (1998a) lo incluye en la bibliografía, pero en su texto no menciona el autor o sus ideas. Feldman & Assaf (1999), en la bibliografía comentada, incluyen una reseña de Bourdieu (S.F.). Paldam & Svendsen (1999) mencionan Bourdieu en una nota al pié. Pantoja (2000) es el único a utilizar Bourdieu en su análisis, al afirmar que la variable política y el equilibrio de las relaciones de poder deben ser centrales en la conceptualización del capital social (Pantoja, 2000: 18). 78 Ver, por ejemplo, BIRF (1998b: 6), Knack (1999: 1-2) y Fefchamps & Minten (1999: 1-2). También Collier (1998) y Grootaert & Van Bastelaer (2001).

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Es interesante observar que el autor de dicho análisis, Paul Collier79 (1998) hace distinción entre capital social del gobierno y capital social de la sociedad civil –utilizada posteriormente por Knack (1999) en su revisión de la literatura sobre capital social, crecimiento y pobreza. Esta óptica, que amplia aún más el alcance del concepto de capital social y, en consecuencia, su capacidad de explicar los fenómenos sociales, políticos y económicos, se basa en el presupuesto de dichas “formas” de capital social se sustituyen y se complementan (Collier, 1998: 15). 3.2.2 El lado “negativo” del capital social Los documento de presentación de la SCI reconocen la existencia, en la literatura, de un “lado negativo”80 del capital social, o la posibilidad de que el mismo pueda generar resultados indeseables (BIRF, 1998b: 5) para los miembros de una red o para la sociedad como un todo. De hecho, mitad de los textos de publicados por la Iniciativa mencionan la posibilidad de que capital social tenga consecuencias negativas81, aunque no todas desarrollen un análisis más detallado sobre la cuestión. En el estudio conceptual sobre capital social, crecimiento y pobreza, Knack (1999: 2) recuerda que “estudiosos han paulatinamente reconocido la importancia potencial del capital social 'negativo', así como del 'positivo'clxxxiv”. El informe final de la Iniciativa también recuerda el aspecto de exclusión contenido en el concepto: “en muchas situaciones, capital social beneficia miembros de la asociación, pero no necesariamente no miembros o la comunidad como un todoclxxxv” (Grootaert & Van Bastelaer, 2001: 5). En su revisión de la literatura sobre capital social y sistemas comunitarios de agua y saneamiento, Kähkönen (1999: 8) habla de la influencia negativa de la heterogeneidad étnica y cultural en la acción colectiva en sistemas de riego agrícola, evidenciando el potencial dañino a la sociedad de los grupos sociales cerrados. Llegan a la misma conclusión los estudios de Pargal, Huq & Gilligan (1999), Pantoja (2000), Gugerty & Kremer (2000) y Colletta & Cullen (2000)82. Pantoja (2000) también concluye que tanto los efectos negativos como los positivos del capital social deben ser identificados al evaluarse los recursos de 79

Merece mención el hecho de que, durante la SCI, Paul Collier, economista, era director del Grupo de Investigación sobre Desarrollo (Development Research Group) del Banco Mundial. 80 Vale notar, incluso, que los coordinadores de la Iniciativa (Grootaert & Vas Bastelaer, 2001: 7) prefieren expresiones como “dañino” (“damaging”) o “perjudicial” (“harmful”) al uso del término “capital social negativo”, ya que, según los autores, este sería tan absurdo como describir una fábrica ilegal de armas como “capital físico negativo” (“negative physical capital”). 81 Ver BIRF (1998b), Grootaert (1998), Collier (1998), Knack (1999), Sorensen (2000), Kähkönen (1999), Pantoja (2000), Grotaert & Van Bastelaer (2001), Parsal, Huq & Gilligan (1999), Gugerty & Kremer (2000) y Colletta & Cullen (2000). 82 An examinar el caso de Rwanda durante el genocidio, en 1994, Colletta & Cullen (2000: 18) llegan a la conclusión de que “la violencia puede coexistir, o mismo ser el resultado, de la presencia de un fuerte capital social de nexo entre los perpetradores”. Traducción propia. En el original: “violence can coexist with, or be the result of, the existence of strong bonding social capital among its perpetrators”.

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capital social de una comunidad83 (Pantoja, 2000: viii). Según el autor, esta contabilización es importante porque un desarrollo equitativo y democrático puede no ser posible sin la comprensión de los efectos positivos y negativos potenciales del capital social, y sin que se promueva ambientes apropiados a incentivar las formas de capital social que facilitan los procesos democráticosclxxxvi (Pantoja, 2000: 1).

En contraste, Knack (1999: 4) afirma que “la evidencia apoya la hipótesis de que capital social, como medido en el nivel nacional, está asociado a un mejor bienestar económico de las sociedades, cuando evaluado por su crecimiento, inversión e indicadores de pobrezaclxxxvii”. Al mismo tiempo, Collier (1998), que trata más detenidamente de algunos aspectos negativos del capital social, disminuye la importancia del tema al afirmar que también los otros factores de producción, como capital y trabajo, pueden ser utilizados de forma dañina para la sociedad. Sin embargo, pondera el autor, “el hecho de que los ingresos son positivos implica que los factores de producción en general tienen usos benéficos más que perjudiciales y no hay razón para esperar que esto sea diferente para el capital socialclxxxviii” (Collier, 1998: 21). Sorensen (2000) también da destaque a los posibles aspectos negativos del capital social en la conclusión de su estudio sobre desarrollo rural. Según el autor, “problemas de exclusión social, conformismo y clientelismo autoritario no son atípicos y son pertinentes cuando se discute el impacto del capital socialclxxxix” (Sorensen, 2000: 22). No obstante, así como Collier (1998), el autor acaba por reducir la importancia del tema al afirmar que “es poco claro si [estos problemas] tienen más peso que los muchos efectos positivos del capital socialcxc” (Sorensen, 2000: 22). Solamente cuatro de los doce proyectos admiten la existencia de efectos “negativos” para el capital social84. Todas las demás menciones han sido realizadas en estudios conceptuales o revisiones de la literatura sobre el concepto. Aún así, como indica el documento de conclusiones y recomendaciones de la SCI, todos los estudios realizados en el ámbito de la Iniciativa presentan la misma característica, es decir, “perciben capital social como un activo que puede ser acumulado y que produce una corriente de beneficioscxci” dirigida tanto a comunidades como hacia individuos y familias (Grootaert & Van Bastelaer, 2001: 8). En conclusión, pese a que considere la capacidad del capital social para provocar exclusión y otros efectos dañinos a la sociedad, la Iniciativa sobre 83

En este mismo proyecto fueron identificados tres de los cuatro aspectos negativos del capital social definidos por Portes (2000a: 146) y comentadas en el apartado “2.1.5” de este trabajo. 84 Pargal, Huq & Gilligan (1999), Pantoja (2000) Gugerty & Kremer (2000) y Colletta & Cullen (2000). Pantoja (2000) y Colletta & Cullen (2000) son los únicos a analizar dichos efectos y a recomendar a organizaciones de desarrollo que eviten o minimicen intervenciones que puedan reforzar los elementos negativos del capital social existente (Colletta & Cullen, 2000: 28).

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Capital Social, en su conjunto, no le concede suficiente importancia o impacto y sigue dando destaque a sus potenciales efectos positivos. 3.2.3 Cuestiones de poder y desigualdades Para mejor analizar la crítica sobre la “depolitización” del desarrollo que estaría presente en el discurso del Banco Mundial sobre capital social, dos cuestiones específicas fueron seleccionadas por su especial representatividad, es decir, por el potencial que tienen en promover la reproducción de desigualdades: la distribución de ingresos y el enfoque de género85. Además, se examina el discurso sobre el tipo de resultados o beneficios alcanzados por el capital social en lo que se refiere al desarrollo. Es interesante notar que algunos de los documento de trabajo de la SCI sí tratan, o, por lo menos, reconocen la importancia de las cuestiones de poder y de la desigualdad en la distribución de ingresos al hablar de redes de relación social. Kähkönen (1999: 9), al analizar la literatura sobre capital social en el sector de agua y saneamiento, explica que las desigualdades económicas entre productores rurales afectan negativamente la acción colectiva en sistemas de riego comunitarios: en donde la distribución de riqueza entre agricultores es muy desigual, los sistemas de riego tienden a estar asociados con niveles más bajos de desempeño. En estas comunidades los agricultores con mayores recursos en general son reacios a cooperar con los productores pobres. Aquellos en mejor situación a menudo pueden disponer y mantener sistemas [de riego] sin la contribución de sus vecinos de menor nivel económico.cxcii

También se admite que, como las otras formas de capital, la producción de capital social implica una significativa inversión, sea de “tiempo” (Grootaert, 1999: 8), “esfuerzo” y/o “dinero” (Grootaert & Van Bastelaer, 2001: 7). Sin embargo, el recurso que recibe más atención en este análisis es el “tiempo” ya que el capital social, de forma distinta a los otros tipos de capital, puede requerir generaciones para ser creado. Se afirma, por ejemplo, que “hay un gasto de mantenimiento distinto para el capital social, generalmente en la forma de tiempocxciii” (Grootaert & Van Bastelaer, 2001: 8) y que “la cantidad de capital social que será producida es [...] en parte una función entre el costo de oportunidad del tiempo y la ganancia esperadacxciv” (Grootaert, 1999: 8). El énfasis a la cuestión del tiempo, acorde con la perspectiva de Putnam, indica que, aún que reconozca la necesidad de recursos económicos para la construcción de capital social, la SCI no los considera suficientemente relevantes. En consecuencia, ignora el hecho de que, para las poblaciones en 85

Género es la “Categoría que subraya la construcción cultural de la diferencia sexual, esto es, el hecho de que las diferentes conductas, actividades y funciones de las mujeres y los hombres son culturalmente construidas, más que biológicamente determinadas” (Pérez de Armiño, 2002).

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mayor desventaja económica, las redes de relaciones sociales y de auto ayuda no son suficientes para promover desarrollo económico y político. Alguna distribución de recursos es necesaria, ya que la importancia del capital social “consiste en la habilidad de movilizar recursos mediante redes sociales, no en los recursos mismoscxcv” (Portes & Landolt, 2000: 546). La propia SCI ofrece evidencia en este sentido: el estudio sobre capital social y gestión de residuos sólidos (Pargal, Huq & Gilligan, 1999: 7) concluye que el ingreso de las familias es un elemento significativo en la decisión de asociarse a los sistemas voluntarios de gestión de residuos sólidos. Según la investigación, en “niveles más altos de ingresos, el coste real de participación en [los sistemas voluntarios] puede representar una porción muy pequeña de su total de gastos, lo que sugiere que sería más fácil para estas familias asociarse a elloscxcvi.” En lo que se refiere a la relación entre capital social y distribución de ingresos, esta es tratada en la revisión de la literatura sobre capital social y desarrollo realizada por Knack (1999). El autor afirma “evidencias [en el nivel micro de análisis] sugieren que el capital social de la sociedad civil, en la forma de confianza y lazos sociales, puede tener un importante papel en mitigar la pobrezacxcvii” (Knack, 1999: 23). De la misma forma, al analizar la relación entre capital social, crecimiento y pobreza a nivel macro, es decir, de países como un todo, el autor afirma que “niveles más altos de capital social son asociados con subsiguientes mejoras en la distribución de los ingresoscxcviii” (Knack, 1999: vii). Sin embargo, es necesario llamar la atención a dos puntos del estudio de Knack. En primer lugar, se puede decir que el autor no identifica una relación directa entre capital social y distribución de ingresos. Eso porque el autor parte de dos supuestos: primero que los derechos de propiedad (garantizados por el estado, es decir, por el “capital social del gobierno”) están significativamente relacionados con el crecimiento y que es este crecimiento, a su vez, que está asociado a la reducción de los niveles de pobreza (Knack, 1999: 24). El autor considera que el capital social del gobierno, es decir, el estado, es esencial en la ecuación: “hay una fuerte suposición de que el imperio de la ley, derechos de propiedad y de contractos y la confianza en las personas reduce la pobreza absolutacxcix” (Knack, 1999: 27). Según el autor, que admite ciertas debilidades metodológicas86 en su análisis, lo que se concluye del estudio es que “el capital social del gobierno mejora el ingreso para todos los grupos. Si se puede decir algo al respecto es que los ingresos de los pobres crecen más rápidamente que los de los ricos cuando la calidad del gobierno el más altacc” (Knack, 1999: 26). Esta percepción, si utilizada en la SCI para apoyar el supuesto de la relevancia del capital social para el desarrollo, resulta, según interpretado en este trabajo, 86

El modelo, por ejemplo, explicaría mejor las variaciones de crecimiento para los quintiles más ricos que para los más pobres” (Knack, 1999: 25). Además, al utilizar indicadores de confianza como medida de capital social, el autor no encuentra relación determinante entre esta y el crecimiento económico (Knack, 1999: 26).

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en una importante crítica al concepto dominante de capital social, que excluye el estado y las preocupaciones políticas del análisis social. Al incluir el capital social del gobierno en la ecuación, al considerar las instituciones del estado como dimensiones del capital social, la Iniciativa se acerca a la percepción de Peter Evans de que “capital social es inherente no solo a la sociedad civil, pero a un conjunto duradero de relaciones que se tiende un puente sobre la línea divisoria entre público y privadocci” (Evans, 1996: 1122). Para que el capital social pueda influenciar de forma positiva el crecimiento económico y el bienestar de las sociedades, así, son necesarias tanto instituciones políticas coherentes y confiables (Evans, 1996: 1126) como la existencia de tipos particulares de regímenes políticos (Evans, 1996: 1124). El aspecto de la sinergia entre sociedad civil y gobierno es importante porque resulta, como interpretado en este trabajo, en el cuestionamiento de la relación entre capital social, en su enfoque utilitarista, y desarrollo. Bajo la perspectiva de sinergia, diversos estudios87 concluyen que las comunidades “que disfrutan de los beneficios de la sinergia no necesariamente contaban con excepcionales reservas previas de capital socialccii” (Evans, 1996: 1130). Es importante observar, en este sentido, que aún cuando la percepción de capital social de la Iniciativa88 “incluye el ambiente social y político que da forma a las estructuras sociales y permite el desarrollo de las normas’cciii” (BIRF, 1998b: 5), el papel de estas es reducido a crear el “ambiente necesario para que las asociaciones locales puedan desarrollarse y prosperarcciv” (Grootaert & Vas Bastelaer, 2001: 5). De todas formas, es importante notar que, con la excepción de Knack (1999), ningún otro documento de la SCI trata de esta óptica de capital social con participación activa del gobierno89. Además, solo Knack (1999) y Pantoja (2000) tratan de la distribución de renta en sus estudios sobre capital social. En general hablan de la contribución del capital social para el crecimiento económico (Grootaert, 1998: 2) sin considerar la distribución de los ingresos, como examinado al final de esta sección. Otro punto significativo que indica la omisión de cuestiones de poder en la SCI es el tratamiento que da a la perspectiva de género, tanto en los proyectos realizados como en los documentos conceptuales. Esta recibe, sí, más atención que la cuestión de distribución de ingresos. Sin embargo, se presenta más como un indicador de la heterogeneidad o del alcance de las redes y

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Sobre este tema, consultar en el vol. 24, nº 6 de la revista World Development la sección especial, editada por Peter Evans, sobre “acción gubernamental, capital social y desarrollo: creación de sinergia a través de la línea divisoria entre público y privado” (Government Action, Social Capital and Development: Creating Synergy across the Public-Private Divide). 88 BIRF (1998a), BIRF (1998b) y Grootaert & Van Bastelaer (2001). 89 En general el papel del gobierno, cuando mencionado, es crear el ambiente favorable para el crecimiento del capital social.

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organizaciones locales90 que como parte de un análisis de las desigualdades en el acceso al bienestar económico y social91. En los informes de los proyectos, por ejemplo, se observa que solamente cinco92 utilizan género de forma un poco más consistente, de los cuales se puede decir que dos93 aplican el enfoque de género en su análisis empírico. Los otros proyectos simplemente indican que las mujeres están en situación de desventaja en relación a los hombres también en lo que se refiere al acceso al capital social y/o a sus beneficios, sin tratar de profundizar el debate. El proyecto sobre capital social y la empresa (Fafchamps & Minte, 1999) señala que el género del comerciante está relacionado a su éxito en la construcción de redes sociales que le permiten mejores resultados económicos. En Madagascar las mujeres suelen tener menos resultados en la acumulación de capital social “ya que tienen que emplean más de su tiempo extra, que de otra forma podría ser utilizado para acumular capital social, en tareas del hogar y en la educación de los hijosccv” (Fafchamps & Minte, 1999: 21). Ya en el análisis sobre la relevancia del capital social para el desarrollo comunitario el autor advierte que si aceptamos que el capital social es un recurso común [...] que ofrece acceso a otros recursos, deberíamos considerar también que en situaciones de escasez –que predominan en las economías en desarrollo y especialmente entre los pobres– puede volverse parte integral de las estructuras de represión engendradas a partir del género, clase, origen étnico y, en el caso de India, religión y castasccvi (Pantoja, 2000: 2).

En la misma línea de razonamiento, el proyecto sobre capital social en el sector rural andino (Bebbington & Carroll, 2000: 8), reconoce que la “noción de género [...] es un importante eje de diferencias en los Andes y también ejerce influencia sobre el acceso a recursos y al proceso de toma de decisionesccvii”. Ya el proyecto sobre confianza y cohesión social en Mali (Reid & Salmen, 2000) utiliza el concepto de género para crear dos grupos focales e incentivar la participación de mujeres en la investigación. Concluye que las mujeres participaron en las actividades de los sistemas extensión agrícola en 4 de los 6 pueblos visitados, pero en solo dos de ellos existieron intentos reales de colaborar con las mujeres y responder a sus necesidades. No obstante, las mujeres parecieron ser las únicas difusoras consistentes de 90

Grootaert (1998), Fafchamps & Miten (1999), Van Bastelaer (2000) y Kähkönen (1999). Es interesante notar que el proyecto sobre el papel de la ayuda al desarrollo en la construcción del capital social (Gugerty & Kremer, 2000), que tiene como uno de sus objetos de estudio grupos de mujeres en Kenya, ni siquiera menciona en su texto las palabras “género” (gender) o “discriminación” (discrimination). 92 Fafchamps & Miten (1999), Rose (1999), Pantoja (2000), Bebbington & Carroll (2000) y Reid & Salmen (2000). 93 Rose (1999) y Pantoja (2000). 91

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información y tecnología. Ellas también tienen un papel clave en la explotación y generación de más capital socialccviii (Reid & Salmen, 2000: 16).

A su vez, el proyecto sobre medición del capital social en una sociedad pos comunista (Rose, 1999) parte del supuesto de que “género puede también ser una importante causa de las diferencias en capital socialccix” (BIRF, 1998b: 98). En el análisis empírico, utiliza género como uno de los seis atributos socioeconómicos individuales considerados variables independientes en la evaluación del bienestar de la sociedad (Rose, 1999: 3). Entre las conclusiones del estudio, incluso, que en Rusia las mujeres están en peor situación que los hombres (Rose, 1999: 18). Género, así como el nivel de ingresos y la clase social, es un significativo determinante del acceso a alimentación –“la mujeres son más propensas a quedar sin comida que los hombresccx” (Rose, 1999: 9). Además, las mujeres y las personas mayores “tienen menor probabilidad de sentirse emocionalmente segurasccxi” (Rose, 1999: 17). Finalmente, es esencial analizar también qué dicen los documentos de la Iniciativa sobre Capital Social en lo que se refiere a los resultados que pueden ser alcanzados por las comunidades para su desarrollo a partir del uso del capital social. Uno de los hallazgos más interesantes de esta investigación está justamente en este aspecto. Eso porque los documentos de proyectos y los informes de la Iniciativa no hablan realmente de desarrollo como aumento del bienestar, de la disminución de las desigualdades o del desarrollo humano. Tratan, al informar los resultados de los proyectos y del programa como un todo, de la relación entre capital social y desarrollo dentro de la limitada perspectiva de crecimiento económico y desempeño de instituciones –lo que está en consonancia con el enfoque utilitarista de capital social. Al hablar del impacto del capital social en el nivel nacional, por ejemplo, el informe final de la SCI afirma que las evidencias demuestran el papel del capital social de nivel macro en el desempeño económico (Grootaert & Van Bastelaer, 2001: 14) y que la confianza está asociada de forma positiva con el crecimiento económico (Grootaert & Van Bastelaer, 2001: 15). Al definir capital social como el “eslabón perdido” del desarrollo, Grootaert (1998: 1) se refiere a desarrollo como proceso de crecimiento económico (process of economic growth). El autor llega a afirmar que “crecen las evidencias de que el capital social [...] puede tener un impacto sobre los resultados del desarrollo – crecimiento, equidad y alivio de la pobrezaccxii” (Grootaert, 1998: 3; énfasis nuestro), pero el enfoque de su análisis está en la contribución de los diversos aspectos del capital social al crecimiento económico (Grootaert, 1998: 2). Lo que se observa claramente en el informe final de la SCI (Grootaert & Van Bastelaer, 2000), en el cual se declara: “En resumen [...] los estudios revisto hasta el momento indican que mayor capital social local resulta en incremento directo en los ingresos y distribución más difundida y eficiente de serviciosccxiii” (Grootaert & Van Bastelaer, 201: 14, énfasis propio). Es decir, los proyectos contemplados en la SCI definen los beneficios del capital social a las 54

sociedades en términos económicos o de desempeño institucional. La naturaleza de estos beneficios puede ser, por ejemplo: “gestionar un recursos común de forma efectivaccxiv”, “reducir costos de transacciónccxv”, “hacer la extensión agrícola exitosaccxvi”, “aumentar la habilidad de los aldeanos de organizarse para el diseño y gestión de sistemas de suministro de aguaccxvii”, “garantizar seguridad de los ingresosccxviii” (Grootaert & Van Bastelaer, 2001: 8). Mismo cuando se menciona la potencial contribución del capital social al “desarrollo sostenible”, este no está relacionado a un proceso ambientalmente sostenible, como originalmente designado, o al concepto de desarrollo humano, como más recientemente considerado. La SCI se basa en el concepto de desarrollo sostenible, considerado en esta investigación como más “neutral”, creado por Serageldin, vice-presidente del Banco Mundial durante el periodo de ejecución de la Iniciativa. Es decir, se entiende desarrollo sostenible como “el proceso por el cual las generaciones futuras reciben tanto capital per capita –o más– como la actual generación tiene disponibleccxix” (Serageldin apud Grootaert, 1998: 1). Lo que no es de sorprender, ya que la Iniciativa se basa en el supuesto de que lo que capital social afecta es la eficiencia94 y la sostenibilidad de los programas de desarrollo (BIRF, 1998b: 4), una vez que su relación con el desarrollo económico y social apenas empieza a ser explorada (BIRF, 1998b: 5). Además, las debilidades teóricas y empíricas del concepto de capital social, aliadas al enfoque utilitarista adoptado por la literatura contemporánea y por la SCI, el cual, como visto, no considera cuestiones de distribución de poder y desigualdades en el bienestar social, dificultan, si no imposibilitan, un análisis que considere desarrollo en su sentido integral, es decir, como propuesto en el paradigma de desarrollo humano, por ejemplo. Se puede concluir, por lo tanto, que la SCI, si llega a evaluar aspectos relacionados a la distribución desigual de poderes, riqueza y bienestar en la sociedad, les otorga un papel de poca o ninguna importancia en la discusión del desarrollo, que sigue siendo mayormente entendido como crecimiento económico y eficiencia utilitarista.

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No se puede olvidar que el primer objetivo de la SCI es evaluar el impacto del capital social en la efectividad de proyectos de desarrollo (BIRF, 1998b: 9) y que una de sus hipótesis de trabajo consiste en que la presencia de capital social mejora la efectividad de proyectos de desarrollo (BIRF, 1998b: 9).

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4 CONCLUSIONES Este trabajo de investigación tenía como objetivo general “analizar la literatura producida por la Iniciativa sobre Capital Social del Banco Mundial entre 1998 y 2001, de forma a identificar si el concepto planteado tiene el cuidado de considerar tanto las relaciones de poder vigentes en las sociedades como las posibles consecuencias negativas del capital social para la misma”. Tarea esta que, plasmada en el capítulo tres de este trabajo, empleó como herramientas metodológicas los modelos exploratorio y descriptivo, así como el análisis crítico del discurso –estos últimos para examen del lenguaje utilizado. Con base a estas herramientas se ha construido una metodología propia que trata de realizar no sólo el análisis descriptivo y analítico, como también social y político del contenido de los documentos seleccionados. Asimismo, de forma a analizar adecuadamente el texto de los documentos de trabajo generados en el ámbito de la Iniciativa sobre Capital Social, era necesario realizar un examen del contexto en el cual la Iniciativa fue desarrollada, así como del marco conceptual e histórico del capital social, sin los cuales sería imposible comprender la literatura producida. La discusión resultante de este estudio previo es presentada en el segundo capítulo de este trabajo. Este capítulo final expone, así, las conclusiones de la investigación, que incorporan tanto el análisis del contexto como de la literatura producida por la SCI. La primera conclusión a que un analista puede llegar en lo que se refiere a capital social es que, si hay coincidencia en la literatura sobre el tema, tanto la entusiasta como la crítica, es la de que el concepto es reciente, pero no novedoso. Como discutido en el capítulo dos de este documento, remonta al inicio de la sociología como ciencia, aún en el siglo XIX, y se refiere a que la pertenencia y la participación en grupos pueden tener consecuencias positivas para una persona y/o una comunidad. Suscita un sinnúmero de controversias y críticas, tanto por sus debilidades teóricas y empíricas como su por uso en programas de desarrollo, pero, sí, llama la atención a fenómenos reales e importantes. Sin embargo, el concepto de capital social no ha sido aprobado aún en el “desafío de validación”. Por ser todavía incipiente, presenta serios problemas teóricos y empíricos causados por, entre otras cuestiones, su doble genealogía teórica (“nostalgia neoconservadora” y “utilitarismo liberal”), su representación en enfoques completamente distintos (utilitarista y político), niveles de análisis heterogéneos (micro y macro) y gran amplitud conceptual (se refiere tanto a las estructuras de las redes sociales como a sus aspectos cognitivos, o mismo a ambos). Como resultado, no existe una definición única y acordada de capital social: la expresión adquiere múltiples acepciones e, incluso, usos contradictorios. Lo que hace compleja y pasible de contestación toda definición y medición de capital social, así como de su relación con el desarrollo. 56

El interés del Banco Mundial por el concepto se explica por la coincidencia de una serie de cambios, tanto externos, a partir de la contestación del desarrollo como proceso lineal y básicamente económico, como estructurales internos. También fue favorecido por la presencia de personas clave en la institución, en especial su presidente, James Wolfensohn, quien, con una visión menos ortodoxa sobre el papel de la institución, crea el ambiente necesario para la integración de cuestiones “sociales” en el discurso y práctica tradicionalmente “economicistas” del Banco. El concepto de capital social pasa a ser percibido internamente, así, como una herramienta en este cambio de agenda que dirige la institución hacia la adopción de un nuevo paradigma de desarrollo que integre factores sociales, culturales, institucionales y económicos. La Iniciativa sobre Definición, Monitoreo y Medición de Capital Social surge, de este modo, como un programa de investigación que busca, a partir del análisis de proyectos de desarrollo, contribuir para la sistematización del concepto, es decir, para armonizar su definición y crear herramientas para su monitoreo y medición. Con eso se esperaba tanto avanzar el conocimiento empírico de la relación entre capital social y desarrollo como ayudar al Banco Mundial, y otros donantes, a integrar el concepto a sus operaciones –considerado importante por su potencial impacto en la eficiencia y sostenibilidad de proyectos de desarrollo. En este contexto, la presente investigación trató de analizar los 24 documentos de trabajo publicados por la Iniciativa sobre Capital Social entre 1998 y 2001, de forma a identificar si el concepto de capital social propuesto tenía el cuidado de considerar dos cuestiones estimadas aquí como de importancia para el logro un mayor desarrollo económico y social: los potenciales efectos negativos del capital social para la sociedad y las relaciones de poder –entendido como la capacidad de acceder al uso y control de los recursos materiales y simbólicos, influenciar y participar en el cambio social– y su desigual repartición en las comunidades de intervención de la ayuda al desarrollo. Para facilitar el entendimiento de lo que se definía en esta investigación como cuestiones de poder, la distribución de ingresos y el enfoque de género fueron seleccionados como indicadores. De la misma forma, son estudiadas las definiciones que utiliza la Iniciativa para los conceptos de capital social y de desarrollo. A partir del análisis realizado, expuesto en el capítulo tres de este trabajo, se concluye que sí, que la hipótesis planteada en esta investigación es falsa: la Iniciativa sobre Capital Social sí trata tanto de los efectos perjudiciales del capital social como cuestiones de género y de distribución de la riqueza. Sin embargo, el análisis de los documentos producidos por dicha Iniciativa permite concluir que tal tratamiento es irregular, deficiente, contradictorio y da a estos temas, al final, un papel de menor relieve cuando comparado a los potenciales beneficios del capital social. Es irregular porque son pocos los documentos que examinan estos problemas. Es deficiente porque, con pocas excepciones, cuando lo hacen es en la forma de mención a la literatura o como cortas 57

observaciones. Es contradictorio porque algunos de los documentos de la Iniciativa los consideran omisiones graves, mientras que otros cuestionan su alcance. Además, todos los textos, sin excepción, presentan un enfoque bastante optimista de la capacidad del capital social para generar beneficios, por lo que suponen que cuestiones de poder o de distribución de ingresos no son relevantes o pueden ser solucionadas por la inversión en capital social. Los problemas metodológicos del capital social, a su vez, son vistos como parte de los problemas inherentes al desarrollo de un nuevo concepto y, por lo tanto, serán resueltos con el tiempo y la inversión en investigación. Del examen realizado también se puede concluir que el discurso contenido en los documentos de la Iniciativa sobre Capital Social sigue basado en la idea de que el desarrollo se resume al crecimiento económico. Por lo menos la contribución del capital social al proceso, según concluido por los diversos analistas en el mencionado programa de investigación, está fundamentalmente el área de desempeño económico. Lo que se debe, según interpretado en este trabajo, a dos razones. En primer lugar, por la dificultad intrínseca del análisis a partir de un concepto multifacético, confuso, sin indicadores acordados, y desprovisto de suficiente prueba empírica. Pero esencialmente por la omisión, en el proceso analítico de la Iniciativa, de consideraciones vinculadas al desarrollo en su sentido integral. Es decir, es sumamente difícil relacionar capital social a bienestar social y equidad, por ejemplo, cuando dichas cuestiones no son tomadas en consideración durante el análisis empírico. O cuando las redes y organizaciones de la sociedad que importan para la producción de capital social son de carácter no-político, es decir, asociaciones de barrio, grupos de mujeres, federaciones de comercio y coros, pero no partidos políticos o movimientos de reivindicación social. Asimismo, tomando en consideración el debate sobre capital social en el Banco Mundial examinado en el segundo capítulo de este documento, se puede inferir que el hecho de que la Iniciativa sobre Capital Social plantee cuestiones de poder, para luego dejarlas de lado, está relacionado con la lucha interna del Banco Mundial entre su visión predominantemente economicista y los esfuerzos de grupos vinculados a las ciencias sociales de intentar llamar la atención a las dimensiones “sociales” del desarrollo. También es necesario destacar que el hecho de que el concepto de capital social construido por la Iniciativa, en su esfuerzo de contribuir para la armonización del término, considere las instituciones del estado como una de sus dimensiones podría indicar el reconocimiento de que los gobiernos tienen un importante papel en la redistribución de recursos y promoción del desarrollo. Sin embargo, lo que se observa en los documentos conceptuales y en los informes de la Iniciativa es que a estas instituciones les cabe nada más crear un “ambiente propicio” para que la sociedad civil utilice capital social para lograr eficiencia y crecimiento económico. 58

Por todas las debilidades teóricas y problemas empíricos, pero también por el enfoque utilitarista que ha asumido en las ciencias sociales y en la ayuda al desarrollo, esta investigación concluye que el concepto de capital social no debería, aún, ser aplicado a políticas públicas y proyectos de cooperación como herramienta para el desarrollo. Podría, quizás, ser utilizado como parte de un diagnóstico previo de la realidad de las comunidades en los cuales se pretende actuar, de forma a evaluar, por ejemplo, del nivel de integración e interacción social e, incluso, de la realidad en las relaciones de poder. La presencia o ausencia de capital social puede servir, en este sentido, para señalar síntomas que permitan identificar los verdaderos problemas enfrentados por una población. La propia Iniciativa sobre Capital social da ejemplo de esto: Rose (1998), al estudiar las redes de capital social en Rusia llega a la conclusión de que la necesidad inmediata del país no es cambiar los valores, uno de los elementos del capital social, pero sí la forma como el país es gobernado. Finalmente, tomando en consideración tanto el debate sobre capital social como el análisis realizado en este trabajo, se cuestiona aquí la necesidad de este nuevo término. La importancia de la ciencia en el debate de los problemas de desarrollo y su papel en la búsqueda de soluciones es indiscutible. Pero la necesidad de invertir en un concepto tan controvertible que trata exactamente de algo ya conocido en las ciencias sociales, es decir, de lo que es económicamente importante sobre las relaciones sociales, no es tan clara. Lo relevante sería descubrir lo que aún no se sabe, es decir “como reorganizar estas dinámicas en favor de la reducción de la pobrezaccxx” (Bebbington et al., 2006: 96) – para lo que el concepto de capital social, según concluido en este trabajo, parece no ser capaz de contribuir.

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ANEXO I. DEFINICIONES DE CAPITAL SOCIAL En este anexo están recopiladas, en su idioma original, algunas las definiciones más divulgadas de capital social, de autores y organizaciones citados en este trabajo. Es interesante notar, en este sentido, los distintos enfoques adoptados en cada definición, así como los diferentes niveles de análisis considerados; lo que permite vislumbrar la complejidad – y también la debilidad – del término y las consecuentes dificultades en examinarlo o aplicarlo en estudios empíricos. AUTORES SELECCIONADOS BOURDIEU, Pierre “Social capital is the aggregate of the actual or potential resources which are linked to possession of a durable network of more or less institutionalized relationships of mutual acquaintance and recognition -- or in other words, to membership in a group -- which provides each of its members with the backing of the collectivity-owned capital, a ‘credential’ which entitles them to credit, in the various senses of the word”. (Bourdieu, S.F.: 248-249). BURT, Ronald S. “…social structure is a kind of capital that can create for certain individuals or groups a competitive advantage in pursuing their ends. Better connected people enjoy higher returns”. (Burt, 2000: 348) “The social capital metaphor is that the people who do better are somehow better connected. Certain people or certain groups are connected to certain others, trusting certain others, obligated to support certain others, dependent on exchange with certain others. Holding a certain position in the structure of these exchanges can be an asset in its own rights. That asset is social capital, in essence, a concept of location affects in differentiated markets.” (Burt, 2000: 347) “Social capital exists where people have an advantage because of their location in a social structure.” (Burt, 2004: 351) COLEMAN, James “Social capital is defined by its function. It is not a single entity but a variety of different entities, with two elements in common: they all consist of some aspect of social structures, and they facilitate certain actions of actors-whether persons or corporate actors-within the structure. Like other forms of capital, social capital is productive, making possible the achievement of certain ends that in its absence would not be possible. Like physical capital and human capital, social capital is not completely fungible but may be specific to certain activities. A given form of social capital that is valuable in facilitating certain actions may be useless or even harmful for others.” (Coleman, 1988: S98) 66

DURSTON, John “En este libro se entenderá por capital social el contenido de ciertas relaciones y estructuras sociales, es decir, las actitudes de confianza que se dan en combinación con conductas de reciprocidad y cooperación. Ello constituye un capital en el sentido de que proporciona mayores beneficios a quienes establecen este tipo particular de relaciones y que puede ser acumulado.” (Durston, 2002: 15). EVANS, Peter “...norms of trust and reciprocity and the networks of repeated interaction that sustain them” (Evans, 1996: 1033). FUKUYAMA, Francis “The definition I will use in this paper is: social capital is an instantiated informal norm that promotes cooperation between two or more individuals. The norms that constitute social capital can range from a norm of reciprocity between two friends, all the way up to complex and elaborately articulated doctrines like Christianity or Confucianism. They must be instantiated in an actual human relationship: the norm of reciprocity exists in potentia in my dealings with all people, but is actualized only in my dealings with my friends. By this definition, trust, networks, civil society, and the like which have been associated with social capital are all epiphenominal, arising as a result of social capital but not constituting social capital itself.” (Fukuyama, 1999) “El término ‘capital social’ fue reincorporado al léxico de las ciencias sociales por James Coleman (1990) en los años ochenta y alude a la capacidad de las personas de trabajar en grupo. El autor considera preferible definir el concepto en sentido amplio y emplearlo en todas las situaciones en que la gente coopera para lograr determinados objetivos comunes, sobre la base de un conjunto de normas y valores informales compartidos.” (Fukuyama, 2003: 33) GLAESER, Edward L. “I believe that the best way for an economist to think of community-level social capital is as the set of social resources of a community that increases the welfare of that community.” (Glaeser, 2001: 35) HANIFAN, Lyda J. Capital social se refiere a “aquellas sustancias tangibles que cuentan más en la vida diaria de las personas: específicamente buena voluntad, compañerismo, empatía, y el encuentro social entre individuos y familias que construyen una unidad social... Si los individuos entran en contacto con sus vecinos, y ellos con otros vecinos, habrá una acumulación de capital social, que puede satisfacer inmediatamente sus necesidades sociales y que puede producir un potencial social suficiente para realizar una mejora sustancial de las condiciones de vida en toda la comunidad” (Forni et al., 2004: 2). 67

Michigan State University, Social Capital Initiative “… la simpatía de una persona o un grupo hacia otra persona o grupo que puede producir un beneficio potencial, una ventaja y un tratamiento preferencial para otra persona o grupo de personas más allá del esperado en una relación de intercambio". (Forni et al., 2004: 6). NAN LIN “...social capital - capital captured through social relations. In this approach, capital is seen as a social asset by virtue of actors' connections and access to resources in the network or group of which they are members.” (Nan Lin, 2002: 19) PÉREZ DE ARMIÑO, Karlos “Conjunto de normas, redes y organizaciones construidas sobre relaciones de confianza y reciprocidad, que contribuyen a la cohesión, el desarrollo y el bienestar de la sociedad, así como a la capacidad de sus miembros para actuar y satisfacer sus necesidades de forma coordinada en beneficio mutuo” (Pérez de Armiño, 2002: 95). PUTNAM, Robert “The central idea of social capital, in my view, is that networks and the associated norms of reciprocity have value. They have value for the people who are in them, and they have, at least in some instances, demonstrable externalities, so that there are both public and private faces of social capital. I focus largely on the external, or public, returns to social capital, but I think that is not at all inconsistent with the idea that there are also private returns.” (Putnam, 2001: 41) “By ‘social capital,’ I mean features of social life-networks, norms, and trust-that enable participants to act together more effectively to pursue shared objectives. [It] refers to social connections and the attendant norms and trust. Who benefits from these connections, norms, and trust-the individual, the wider community, or some faction within the community-must be determined empirically, not definitionally.” (Putnam, 1995: 664-665) “Social capital here refers to features of social organization, such as trust, norms, and networks, that can improve the efficiency of society by facilitating coordinate actions.” (Putnam et al., 1993: 167) ROTHSTEIN, Bo “Social capital has been defined and measured as generalized trust, norms and reciprocity and networks[...] We consider here generalized trust as the heart of social capital, since it is an integral and probably irreplaceable part of any democratic political culture, as it clearly indicates an inclusive and tolerant approach to the population at large. We consider these civic attitudes as 68

important prerequisites for cooperative behavior and the successful solution of collective action problems.” (Rothstein & Stolle, 2002: 2) INSTITUCIONES MULTILATERALES Banco Mundial (BIRF) “El capital social se refiere a las instituciones, relaciones y normas que conforman la calidad y cantidad de las interacciones sociales de una sociedad. Numerosos estudios demuestran que la cohesión social es un factor crítico para que las sociedades prosperen económicamente y para que el desarrollo sea sostenible. El capital social no es sólo la suma de las instituciones que configuran una sociedad, sino que es asimismo la materia que las mantiene juntas”. (BIRF, S.F.) Banco Interamericano de Desarrollo (BID) “Social capital revalorizes and puts the invisible aspects of development at the center of the development debate. These invisible aspects include interpersonal trust, the associative capacity of a society, the levels of community conscience, and the predominant values embraced by a society.” (BID, 2002) “One of the most important goals of any society is to achieve a strong and widespread bond of trust, or social capital, as a way to ensure societal cohesiveness and a strong and positive sense of shared identity.“ (Schwenke, 2007: 13) “These are issues such as solidarity, trust, civic and ethical values, and their connection to information and communications technologies.” (BID, 2006: vii) “Social capital places the emphasis on the centrality of human relationships in the market, in production, in society and in life. There are at least four aspects of these relationships that are highly significant to economic activity, production and development. These are: (i) the degree of confidence that people have in each other; (ii) the capacity for entering into associations; (iii) the civic culture and (iv) ethical values.” (BID, 2006: 166) “O capital social compreende a confiança, a capacidade de associatividade de uma sociedade, a consciência cívica e seus valores éticos predominantes. Têm correlações entre capital social e crescimento econômico de médio e longo prazo, entre capital social e saúde pública, entre capital social e bom funcionamento do Estado, entre capital social e governabilidade democrática. É uma forma de capital que não entrava na análise econômico ortodoxa, mas estava presente na realidade e hoje tem plena legitimidade nas ciências do desenvolvimento.” (Kliksberg, 2008) Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) “Activos que se tienen como consecuencia de las relaciones de una persona con otros y [de forma correlacionada] la participación en organizaciones. Tales 69

relaciones facilitan el acceso a otros recursos. [El capital social, al] destacar la importancia de acceder a los recursos, enfatiza las formas en que las instituciones y las estructuras sociales afectan tanto al acceso a los activos, como a las maneras en que la gente puede transformar, reproducir y acumular sus recursos.” (Arriagada et al., 2004: 11-12) “Entendemos el capital social como el conjunto de relaciones sociales caracterizadas por actitudes de confianza y comportamientos de cooperación y reciprocidad.” (Arriagada, 2003: 26) Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) “Social capital can very simplistically be defined as: ‘it is not what you know, it is whom you know’. For the poor, the only resource they have is often each other. Social capital is, in part, manifest in a commitment to a cause that allows people to work together for a common goal, though this may not maximise their personal self-interest. Social capital exists in relations between and among actors, and is based on mutual trust. Fixed social capital exists in relations of trust necessary for common survival, while movable social capital is found in relations of trust between individuals who are pursuing personal goals. “(UNESCO, 2002: 8-9) Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCED) “…for the purpose of this report [social capital] refers to a wide variety of economic effects of social relations. These can be intended, but require a basic level of shared values to build upon, or they can be unintended, following from intrinsically valued social relations[...] Social capital therefore can be defined as the set of social relations that enables entrepreneurs to gain, maintain or expand access to economic resources, which are used by entrepreneurs to reinforce the productivity of these economic resources[...] The economic effect of social capital is that it reduces transaction costs, it enables and reinforces collective action, and it generates learning spin-offs” (Knorringa & Van Staveren, 2006: 46). “Social capital is also the product of inherited culture and norms of behaviour. Hence, social capital has “social” and “capital” dimensions since it resides in relations rather than individuals being also a resource that can generate a steam of benefits for society over time.” (Healy & Côté, 2001: 39) Organización Mundial de la Salud (OMS) “Social capital represents the degree of social cohesion which exists in communities. It refers to the processes between people which establish networks, norms, and social trust, and facilitate co-ordination and co-operation for mutual benefit. [It] is created from the myriad of everyday interactions between people, and is embodied in such structures as civic and religious groups, family membership, informal community networks, and in norms of 70

voluntarism, altruism and trust. The stronger these networks and bonds, the more likely it is that members of a community will co-operate for mutual benefit. In this way social capital creates health, and may enhance the benefits of investments for health.” (OMS, 1998: 19) Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) “A shorthand term used to describe a combination of social norms (such as trust), relationships (such as reciprocity) and ties (such as hierarchical clientalism or horizontal group bonds) held by an individual or predominant within a social arena.” (Pelling, 2004: 136) “Features of social organisation - such as networks and values, including tolerance, inclusion, reciprocity, participation and trust - that facilitate coordination and cooperation for mutual benefit. Social capital inheres in the relations between and among actors.” (PNUD, S.F.) “Social capital relates to sets of interpersonal and interinstitutional relationships in society. The better these relationships, the greater the degree of trust, the lower the transactions costs of economic exchange and, therefore, potentially, the higher the chances of sustained development.” (PNUD, 2005: 111) Bibliografía utilizada en este anexo: ARRIAGADA, I; MIRANDA, F. & PÁVEZ, T. (2004): Lineamientos de acción para el diseño de programas de superación de la pobreza desde el enfoque del capital social, Santiago de Chile, Naciones Unidas. ATRIA, R., SILES, M., ARRIAGADA, I., ROBINSON, L. J. & WHITERFORD, S. (2003): Capital social y reducción de la pobreza en América Latina y el Caribe: en busca de un nuevo paradigma, Santiago do Chile, Naciones Unidas. BID (2002): “Agenda”, en International Seminar “Social capital, ethics and development: new challenges”, realizado en La Paz, Bolivia, entre 25 y 26 de noviembre de 2002. BID (2006): Sustaining development for all: expanding access to economic activity and social services, Washington, Banco Interamericano de Desarrollo. BIRF: “Capital social en español” (S.F.), The World Bank: Social Capital, http://go.worldbank.org/S03YKDP0L0, cons. 22 de mayo de 2008. BOURDIEU, P. (S.F.): “The forms of capital”, traducción de Richard Nice a partir del original “Ökonomisches Kapital, kulturelles Kapital, soziales Kapital”, publicado en Soziale Ungleichheiten (Soziale Welt, Sonderheft 2), Goettingen, Otto Schartz & Co., 1983, pp. 183-198, http://www9.georgetown.edu/faculty/irvinem/theory/BourdieuForms_of_Capital.html, cons. en 6 de octubre de 2007. BURT, R. (2000): "The network structure of social capital", en STAW, B. & SUTTON, R. L. (EDS.): Research in Organizational Behavior: An Annual Series of Analytical Essays and Critical Reviews, vol. 22, Greenwich, 71

Connecticut [etc.], Jai Press, pp. 345-423. BURT, R. S. (2004): “Structural holes and good ideas”, en American Journal of Sociology, vol. 110, nº 2 (septiembre de 2004), pp. 349-399. COLEMAN, J. (1988): “Social capital in the creation of human capital”, en The American Journal of Sociology, vol. 94, Suplemento: Organizations and Institutions: Sociological and Economic Approaches to the Analysis of Social Structure, pp. S95-S120. DURSTON, J. (2002): El capital social campesino en la gestión del desarrollo rural, Santiago de Chile, Naciones Unidas. EVANS, P. (1996): “Introduction: development strategies across the publicprivate divide”, en World Development, vol. 24, nº . 6, pp. 1033-1037, 1996. FORNI, P.; SILES, M.; & BARREIRO, L. (2004): ¿Qué es el Capital Social y cómo Analizarlo en contextos de Exclusión Social y Pobreza?, JSRI Research Report nº 35, The Julian Samora Research Institute, Michigan State University, East Lansing, Michigan, http://www.jsri.msu.edu/RandS/research/irr/rr35.pdf, cons. 27 de abril de 2008. FUKUYAMA, F. (1999): Social capital and civil society, artículo preparado para la Conferencia sobre Reformas de Segunda Generación del Fondo Monetaria Internacional, Fairfax, Instituto de Políticas Públicas de la George Mason University, 1º de octubre de 1999, http://internationalmonetaryfund.com/external/pubs/ft/seminar/1999/reform s/fukuyama.htm, cons. En 29 de marzo de 2007. FUKUYAMA, F. (2003): “Capital social y desarrollo: la agenda venidera”, en HEALY, T. & CÔTÉ, S. (2001): The Well-being of Nations: the role of human and social capital, Paris, OECD. KLIKSBERG, B. (2008): "Por uma economia com face mais humana”, en investNE, 10/03/2008, http://www.investne.com.br/noticias.php?id1=44903, cons. en 26 de agosto de 2008. GLAESER, E. L. (2001): “The formation of social capital”, en Isuma Canadian Journal for Policy Research, vol. 2, nº 1 pp. 34-40. KNORRINGA, P. & VAN STAVEREN, I (2006): Social capital for industrial development: operationalizing the concept, Vienna, UNIDO. PUTNAM, R., LEONARDI, R, y NANETTI, R. (1993): Making Democracy Work: Civic Traditions in Modern Italy, Princeton, Princeton University Press. PUTNAM, R. (1995): “Tuning in, tuning out: the strange disappearance of social capital in America”, en Political Science and Politics, vol. 28, n° 4, pp. 664683. PUTNAM, R. (2001): “Social capital: measurement and consequences”, en Isuma Canadian Journal for Policy Research, vol. 2, nº 1, pp. 41-51. NAN LIN (2002): Social capital: a theory of social structure and action, Cambridge, Cambridge University Press. OMS (1998): Health promotion glossary, Ginebra, Organización Mundial de la Salud. 72

PELLING, M. (2004): Reducing disaster risk, a challenge for development, New York, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. PÉREZ DE ARMIÑO, K. (2002): Diccionario de acción humanitaria y cooperación al desarrollo, Barcelona, Icaria. PNUD: “Glossary of key terms” (S.F.) Governance for sustainable human development a UNDP policy document, http://mirror.undp.org/magnet/policy/glossary.htm, cons. 12 de agosto de 2008. PNUD (2005): Investing in Environmental Wealth for Poverty Reduction, New York, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. ROTHSTEIN, B. & STOLLE, D. (2002): “How political institutions create and destroy social capital: an institutional theory of generalized trust”, artículo presentado en la reunión anual de la American Political Science Association, Boston Marriott Copley Place, Sheraton Boston & Hynes Convention Center, Boston, Massachusetts, https://www.apsanet.org/~ep/papers/2003winner.pdf, cons. 23 de agosto de 2008. SCHWENKE, S. (2007): Strategy for Fostering Volunteerism, Informe de Proyecto RG-T1033: Social Capital, Ethics and Development Initiative, Washington, Banco Interamericano de Desarrollo, http://www.iadb.org/projects/project.cfm?language=English&project=RGT1033, cons. en 26 de agosto de 2008. UNESCO (2002): Social capital and poverty reduction: which role for the civil society organizations and the state?, Paris, UNESCO.

73

ANEXO II. CAPITAL SOCIAL Y ACCIÓN SOCIAL Higgins (2005) realiza un importante análisis de los fundamentos teóricos del capital social, según “genealogías”, como discutido en el texto de este trabajo, y también de acuerdo a la perspectiva de la acción social. Al examinar el concepto de capital social bajo el enfoque de la acción social, se observa no solo la diversidad de perspectivas sobre el término, como también una serie de problemas operacionales. Por su importancia en el entendimiento de las debilidades teóricas y empíricas del concepto, en el cuadro abajo están resumidos los puntos principales del análisis de Higgins (2005: 168-177). Pierre Bourdieu

James Coleman

Robert Putnam

Acción social teleológica. Acción teleológica (en la Acción estratégica y Modelo de economía). Acción acción regulada por acción social regulada por normas sociales (sociología).

valores y normas.

Francis Fukuyama Acción estratégica y acción regulada por normas.

Alejandro Portes Acción estratégica y acción regulada por normas.

Problemas de Acción orientada al éxito. Acción orientada al éxito. Coordinación estratégica Coordinación Coordinación (relaciones verticales) y estratégica; cálculo coordinación Coordinación

Coordinación estratégica.

Problemas en Análisis limitada a la forma de capital el tipo de comunitario y cerrado. integración

Destaca las potenciales consecuencias negativas de un alto nivel de integración y control social.

estratégica.

estratégica; normas sociales como medio de control.

comunicativa (relaciones egocéntrico de intereses. horizontales).

Las relaciones son de tipo social, en el sentido contractual; el motivo básico es la acción racional compensatoria

Ambigüedad: tanto Capital social como relaciones basadas en la norma actuante e reciprocidad como lazos informal. basados en la tradición.

74

Pierre Bourdieu

James Coleman

Robert Putnam

Francis Fukuyama

Alejandro Portes

Problemas de Formulación centrada en Concepto enfocado en Relaciones individuales, No realiza análisis de las Distingue escalas de sociabilidad para los efectos sociales las relaciones sociales a sin diferenciar sujetos diferencias entre escala

Problemas de equilibrio y simetría

reconocidos en agentes singulares.

nivel micro.

colectivos.

relaciones individuales y pequeñas comunidades relaciones entre actores y para conglomerados colectivos. como la nación.

Reconoce que el control y acceso a los recursos depende del poder desigual de los actores.

No da énfasis a los problemas de asimetría y diferencia de poder entre actores.

Perspectiva dual: relaciones horizontales entre actores simétricos y verticales entre actores asimétricos.

No examina las diferencias de poder en las relaciones de cooperación.

Reconoce y destaca la desigual repartición de los recursos sociales.

Añade los canales de Fuente exógena: No diferencia fuentes información como fuente sistemas de participación endógenas y exógenas. de capital social. cívica.

Hace distinción entre fuentes altruistas y fuentes instrumentales.

Problemas de No diferencia fuentes endógenas de fuente exógenas.

Fuente: HIGGINS (2005: 177). Vale mencionar también que Higgins (2005: 249) identifica aún cuatro perspectivas distintas de capital social, según la respuesta formulada a los dilemas de acción colectiva. Según esta clasificación, el enfoque utilitarista se traduce en una perspectiva también utilitarista, basada en el dilema del prisionero, mientras que el enfoque político se configura en una perspectiva estructural, con énfasis en la maleabilidad de las reglas del juego. Robert Putnam estaría en la perspectiva tradicionalista, que rechaza la intervención del estado y apela a la confianza como solución de relieve en la motivación para la acción colectiva. Hay aún la perspectiva de la moral comunicativa, fundamentada en Durkheim y Habernas, que se mueve sobre la idea de que es posible haber discusión pública sobre intereses generales. Bibliografía: HIGGINS, S. (2005): Os Fundamentos Teóricos do Capital Social, Chapecó, Argos Ed. Universitária.

75

ANEXO III. LISTA DE PUBLICACIONES DE LA INICIATIVA SOBRE CAPITAL SOCIAL En este anexo están listadas, según orden definido por el Banco Mundial, los artículos que componen la Iniciativa sobre Capital Social. Los títulos están en su idioma original, y se adiciona información del/a/s autor/a/es y contenido o tema propuesto. El número de los proyectos obedece al orden original establecido en BIRF (1998b). TÍTULO

AUTOR

CONTENIDO

1

The Initiative on Defining, Monitoring and Measuring Social Capital: Overview and Program Description

-

Presentación del programa de investigación.

2

The Initiative on Defining, Monitoring and Measuring Social Capital: Text of Proposals Approved for Funding

-

Presentación del programa, con texto de los proyectos aprobados para financiación.

3

Social Capital: The Missing Link?

Christiaan Grootaert (Coordinador Jefe de la SCI).

Revisión de la literatura: papel del capital social en el desarrollo.

4

Social Capital and Poverty

Paul Collier (Banco Mundial)

Estudio conceptual: capital social bajo la perspectiva económica.

5

Social Capital: Conceptual Frameworks and Empirical Evidence. An Annotated Bibliography

Tine Rossing Feldman (consultor) y Susan Assaf (consultora).

Estudio bibliográfico: resumen de obras seleccionadas sobre las perspectivas teóricas y empíricas de capital social.

6

Getting Things Done in an Anti-Modern Society: Social Capital Networks in Russia

Richard Rose (Universidad de Strathclyde).

Proyecto 7: medición de capital social en una sociedad pos-comunista.

7

Social Capital, Growth and Poverty: A Survey and Extensions

Stephen Knack (investigador).

Revisión de la literatura: capital social y desempeño económico.

8

Does Social Capital Facilitate the Poor’s Access to Credit? A Review of the Microeconomic Literature

Thierry van Bastelaer (coordinador de la Revisión de la literatura: macroeconomía y SCI). capital social.

9

Does Social Capital Matter in Water and Sanitation Delivery? A Review of Literature

Satu Kähkönen (directora asociada, IRIS, Universidad de Maryland).

Revisión de la literatura: el papel del capital social en sistemas comunitarios rurales de agua y saneamiento.

76

TÍTULO

AUTOR

CONTENIDO

10

Social Capital and Rural Development: A Discussion of Issues

Casper Sorensen (consultor).

Revisión de la literatura: capital social y desarrollo rural.

11

Is Social Capital an Effective Smoke Condenser?: An Essay on a Concept Linking the Social Sciences

Martin Paldam (Universidad de Aarhus) Estudio conceptual: medición de capital y Gert Tinggaard Svendsen social; influencia de lo regímenes totalitarios (Universidad de Aarhus). en el capital social.

12

Ethnicity, Capital Formation, and Conflict

Robert Bates (Universidad de Harvard). Proyecto 8: fragmentación étnica, instituciones políticas y capital social en África.

13

Mapping and Measuring Social Capital: A Conceptual and Empirical Study of Collective Action for Conserving and Developing Watersheds in Rajasthan, India

Anirudh Krishna (Gobierno de India) y Norman Uphoff (Universidad de Cornell).

Proyecto 9: dar contenido empírico y operacional al capital social (India).

14

What Determines the Effectiveness of CommunityBased Water Projects? Evidence from Central Java, Indonesia on Demand Responsiveness, Service Rules, and Social Capital

Jonathan Isham (Middlebury Collage) y Satu Kähkönen (directora asociada, IRIS, Universidad de Maryland).

Proyecto 10: monitoreo y medición del impacto relativo del capital social en proyectos descentralizados de saneamiento.

15

What Does Social Capital Add to Individual Welfare. An Richard Rose (Universidad de Empirical Analysis Of Russia. Strathclyde).

Proyecto 7: medición de capital social en una sociedad pos-comunista.

16

Social Capital in Solid Waste Management: Evidence from Dhaka, Bangladesh

Sheoli Pargal (Banco Mundial), Mainul Huq (ex Banco Mundial) y Daniel Gilligan (Universidad de Maryland)

Proyecto 2: acción comunitaria en la gestión de residuos sólidos (Bangladesh).

17

Social Capital and the Firm: Evidence from Agricultural Trade

Marcel Fafchamps (Universidad de Oxford, ex Banco Mundial) y Bart Minten, (Katholieke Universiteit Leuven).

Proyecto adicional: análisis del impacto del capital social en el comercio (Madagascar).

77

TÍTULO

AUTOR

CONTENIDO

18

Exploring the Concept of Social Capital and its Relevance for Community-based Development: The Case of Coal Mining Areas in Orissa, India

Enrique Pantoja (ex Banco Mundial).

Proyecto 3: estudio piloto de implementación sobre desarrollo de capital social (India).

19

Induced Social Capital and Federations of the Rural Poor

Anthony Bebbington (ex Banco Mundial) y Thomas Carroll (investigador).

Proyecto 5: formación inducida de capital social en los Andes.

20

Does Development Assistance Help Build Social Capital?

Mary Kay Gugerty (Universidad de Harvard) y Michael Kremer (MIT).

Proyecto 11: proyecto de acción comunitaria (Kenya)

21

Cross-cultural Measures of Social Capital: A Tool and Results from India and Panama

Anirudh Krishna (Universidad de Duke) y Elizabeth Shrader (Banco Mundial).

Proyecto adicional: metodología de medición de capital social desarrollada por la SCI.

22

Understanding Social Capital. Agricultural Extension in Mali: Trust and Social Cohesion

Catherine Reid y Lawrence Salmen (Banco Mundial).

Proyecto 12: comprensión de la confianza y capital social (Mali).

23

The Nexus between Violent Conflict, Social Capital and Social Cohesion: Case Studies from Cambodia and Rwanda

Nat J. Colletta (Banco Mundial), y Michelle L. Cullen (consultora).

Proyecto 4: agotamiento y restablecimiento de capital social en sociedades afectadas por la guerra.

24

Understanding and Measuring Social Capital: A Synthesis of Findings and Recommendation from the Social Capital Initiative

Christiaan Grootaert (Coordinador Jefe de la SCI) y Thierry van Bastelaer (coordinador de la SCI).

Conclusiones y recomendaciones del programa de investigación.

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ANEXO IV. CITAS EN SU IDIOMA ORIGINAL Recopilación de los textos originales, en su versión completa, de las citas traducidas a lo largo del documento. i

Traducción propia. En el original: “o capital social está desempenhando um papel crescentemente estratégico, ao servir de ferramenta para avaliar o potencial de desenvolvimento econômico ou de desempenho cívico de determinadas regiões e, portanto, orientar a atribuição das ajudas financeiras internacionais”. ii Traducción propia. En el original: “some studies are already demonstrating its potential impact on local economic development, on the provision of local public good, and on the performance of public agencies”. iii Traducción propia. En el original: “contributes to an hegemonic social science that systematically obscures power, class and politics”. iv Traducción propia. En el original: “they represent problems that are rooted in differences of power and in class relations as purely technical matters that can be resolved outside the political arena”. v Traducción propia. En el original: “the basic idea of social capital is that one’s family, friends and associates constitute an important asset, one that can be called upon in a crisis, enjoyed for its own sake, and/or leveraged for material gain.” vi Traducción propia. En el original: “it refers to the familiar, everyday notion that 'It's not what you know [that counts] – it's who you know”. vii Traducción propia. En el original: “No entanto, apesar da sua vulgarização, o termo não incorpora qualquer ideia verdadeiramente nova para os sociólogos: que o envolvimento e a participação em grupos pode ter consequências positivas para o indivíduo e para a comunidade é uma noção corrente, remontando a Durkheim e à sua insistência na vida em grupo enquanto antídoto para a anomia e a autodestruição, e à distinção efectuada por Marx entre uma “classe em si” atomizada e uma “classe para si” mobilizada e eficaz.” viii Traducción propia. En el original: “saudosismo neoconservador”. ix Traducción propia. En el original: “todos os tipos de relações caracterizada, ao mesmo tempo, por laços afetivos estreitos, profundos e duradouros, por um compromisso de natureza moral e por uma adesão comum a um grupo social”. x Traducción propia. En el original: “baseada na homogeneidade moral e social decorrentes de uma comunidade de crenças e sentimentos”. xi Traducción propia. En el original: “desvendam que existem assimetrias na obtenção de recursos através das redes de relação social”. xii Traducción propia. En el original: “partem do pressuposto de que relações de troca simétricas permitem a obtenção de recursos presentes nas estruturas de relação social”. xiii Traducción propia. En el original: “as relações sociais constituem um patrimônio 'não visível', mas altamente eficaz, a serviço dos sujeitos sociais, sejam estes individuais ou coletivos. Neste sentido, se as relações estão baseadas na reciprocidade e na expectativa de cumprimento mútuo – caso contrário haveria sanção social –, os motores da ação coletiva serão a confiança e cooperação”. xiv Traducción propia. En el original: “desenvolvimento de uma ciência geral da economia prática capaz de estudar o capital, entendido como poder, em todas suas formas”. xv Traducción propia. En el original: “Capital is accumulated labor [...] which, when appropriated on a private, i.e. , exclusive, basis by agents or groups of agents, enables them to appropriate social energy in the form of reified or living labor”. (p. 241)” xvi Traducción propia. En el original: “Social capital is the aggregate of the actual or potential resources which are linked to possession of a durable network of more or less institutionalized relationships of mutual acquaintance and recognition -- or in other words, to membership in a group -- which provides each of its members with the backing of the collectivity-owned capital, a ‘credential’ which entitles them to credit, in the various senses of the word”.

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xvii

Traducción propia. En el original: “depends on the size of the network of connections he can effectively mobilize and on the volume of the capital (economic, cultural or symbolic) possessed”. xviii Traducción propia. En el original: “The reproduction of social capital presupposes an unceasing effort of sociability, a continuous series of exchanges in which recognition is endlessly affirmed and reaffirmed [which] implies expenditure of time and energy and so, directly or indirectly, of economic capital.” xix Traducción propia. En el original: “Social capital of any significance can seldom be acquired, for example, without the investment of some material resources and the possession of some cultural knowledge, enabling the individual to establish relations with others. ”. xx Traducción propia. En el original: “sees the actor as socialized and action as governed by social norms, rules, and obligations”. xxi Traducción propia. En el original: “The principal virtues of this intellectual stream lie in its ability to describe action in social context and to explain the way action is shaped, constrained, and redirected by the social context”. xxii Traducción propia. En el original: “engine of action”. xxiii Traducción propia. En el original: “The actor is shaped by the environment, but there are no internal springs of action that give the actor a purpose or direction”. xxiv Traducción propia. En el original l: “sees the actor as having goals independently arrived at, as acting independently, and as wholly self-interested”. xxv Traducción propia. En el original: “persons' actions are shaped, redirected, constrained by the social context”. xxvi Traducción propia. En el original: “norms, interpersonal trust, social networks, and social organization are important in the functioning not only of the society but also of the economy”. xxvii Traducción propia. En el original: “development of a theoretical orientation in sociology that includes components from both these intellectual streams”. xxviii Traducción propia. En el original: “to import the economists' principle of rational action for use in the analysis of social systems proper”. xxix Traducción propia. En el original: “attempts to show how that principle, in conjunction with particular social contexts, can account not only for the actions of individuals in particular contexts but also for the development of social organization”. xxx Traducción propia. En el original: “conceptual tool for use in this theoretical enterprise”. xxxi Traducción propia. En el original: “Social capital is defined by its function. It is not a single entity but a variety of different entities, with two elements in common: they all consist of some aspect of social structures, and they facilitate certain actions of actors -whether persons or corporate actors- within the structure. Like other forms of capital, social capital is productive, making possible the achievement of certain ends that in its absence would not be possible. Like physical capital and human capital, social capital is not completely fungible but may be specific to certain activities. A given form of social capital that is valuable in facilitating certain actions may be useless or even harmful for others”. xxxii Traducción propia. En el original: “as resources that they can use to achieve their interests”. xxxiii Traducción propia. En el original: “signals to the analyst and to the reader that something of value has been produced for those actors who have this resource available and that the value depends on social organization. It then becomes a second stage in the analysis to unpack the concept, to discover what components of social organization contribute to the value produced”. xxxiv Traducción propia. En el original: “system of credits and debits”. xxxv Traducción propia. En el original: “depends on two elements: trustworthiness of the social environment, which means that obligations will be repaid, and the actual extent of obligations held”. xxxvi Traducción propia. En el original: “norms and effective sanctions”; “powerful, though sometimes fragile, form of social capital”. xxxvii Traducción propia. En el original: “overcoming the public goods problem that exists in collectivities”. xxxviii Traducción propia. En el original: “closure of social networks”.

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xxxix

Traducción propia. En el original: “estruturas sociais abertamente excludentes que impedem o acesso de indivíduos ou grupos aos recursos que precisam”. xl Traducción propia. En el original: “both scholars focused on the benefits accruing to individuals or families by virtue of their ties with others”. xli Traducción propia. En el original: “A subtle transition took place as the concept was exported into other disciplines where social capital became an attribute of the community itself. In this new garb, its benefits accrued not so much to individuals as to the collectivity as a whole in the form of reduced crime rates, lower official corruption, and better governance”. xlii Traducción propia. En el original: “é considerado como o manancial de onde brotam as interações cooperativas que se expressam nas diferentes formas de associação da comunidade cívica”. xliii Traducción propia. En el original: “Social capital here refers to features of social organization, such as trust, norms, and networks, that can improve the efficiency of society by facilitating coordinate actions”. xliv Traducción propia. En el original: “This conceptual stretch, initiated by political scientist Robert Putnam (1993, 1995), made possible to speak of the ‘stock’ of social capital possessed by communities and even nations and the consequent structural effects on their development”. xlv Traducción propia. En el original: “Putnam's bold hypothesis about the Italian South's civic incompetence - translated into his broader theory of social capital in chapter 6 and in subsequent publications (Putnam 1993b, 1995) - goes well beyond southern Italy. It parallels both arguments made about the causes of the urban malaise in U.S. society today and the developmental problems of the Third World. According to these arguments, the source of the personal anomie and social disintegration in U.S. urban ghettos and the weakness of development in parts of the Third World is a lack of social capital. This leads to a Tocquevillian policy prescription to policy makers: Work to develop networks of social capital in the cities and cooperative arrangements among Third World small farmers.” xlvi Traducción propia. En el original: “não poderíamos falar de uma teoría do capital social, e sim de diversas acepções de uma mesma expressão”. xlvii Traducción propia. En el original: “capacidade de os actores garantirem benefícios em virtude da pertença a redes sociais ou a outras estruturas sociais”. xlviii Traducción propia. En el original: “Uma longa tradição, de Maquiavel aos mais recentes estudos sobre capital social, está centrada nas conseqüências da confiança para o sistema político. Uma hipótese central dessa literatura tão diversificada é que a cultura cívica exige altos níveis de confiança interpessoal. Quanto mais confiança existe, mais associativa a sociedade, mais politicamente envolvido o cidadão e mais estável a democracia”. xlix Traducción propia. En el original: “The greater the level of trust within a community, the greater the likelihood of cooperation. And cooperation itself breeds trust”. l Traducción propia. En el original: “The profits which accrue from membership in a group are the basis of the solidarity which makes them possible at transforming contingent relations, such as those of neighborhood, the workplace, or even kinship, into relationships that are at once necessary and elective, implying durable obligations subjectively felt (feelings of gratitude, respect, friendship, etc.) or institutionally guaranteed (rights)”. li Traducción propia. En el original: “If A does something for B and trusts B to reciprocate in the future, this establishes an expectation in A and an obligation on the part of B”. lii Traducción propia. En el original: “credit slip”. liii Traducción propia. En el original: “Not just any set of instantiated norms constitutes social capital; they must lead to cooperation in groups and therefore are related to traditional virtues like honesty, the keeping of commitments, reliable performance of duties, reciprocity, and the like”. liv Traducción propia. En el original: “Trust and Solidarity – elements of interpersonal behavior which foster greater cohesion and more robust collective action”. lv Traducción propia. En el original: “Collective Action and Cooperation - ability of people to work together toward resolving communal issues”.

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lvi

Traducción propia. En el original: “Enquanto o capital económico se encontra nas contas bancárias e o capital humano dentro das cabeças das pessoas, o capital social reside na estrutura das suas relações”. lvii Traducción propia. En el original: “Para possuir capital social, um indivíduo precisa de se relacionar com outros, e são estes — não o próprio — a verdadeira fonte dos seus benefícios”. lviii Traducción propia. En el original: “bringing together agents of equivalent status and power”. lix Traducción propia. En el original: “linking unequal agents in asymmetric relations of hierarchy and dependence”. lx Traducción propia. En el original: “There are a number of key sources of social capital in the context of social and economic development”. lxi Traducción propia. En el original: “As the main source of economic and social welfare for its members, the family is the first building block in the generation of social capital for the larger society”. lxii Traducción propia. En el original: “a motivação de terceiros para tornar recursos disponíveis em termos concessionários não é uniforme. A um nível mais geral, podemos distinguir entre motivações altruístas e instrumentais”. lxiii Traducción propia. En el original: “como a acumulação de obrigações para com terceiros, de acordo com a norma de reciprocidade”. lxiv Traducción propia. En el original: “Bonding refers typically to relations among members of families and ethnic groups”. lxv Traducción propia. En el original: “Bridging social capital refers to relations with distant friends, associates and colleagues”. lxvi Traducción propia. En el original: “provides a kind of social ‘glue’, important for sources of support in ‘getting by”. lxvii Traducción propia. En el original: “provides a kind of social ‘lubricant’, important for sources of leverage in ‘getting ahead’ for both individuals and communities”. lxviii Traducción propia. En el original: “Linking refers to relations between different social strata in a hierarchy where power, social status and wealth are accessed by different groups”. lxix Traducción propia. En el original: “capacity of individuals and communities to leverage resources, ideas, and information from formal institutions beyond the immediate community radius”. lxx Traducción propia. En el original: “(a) como fonte de controlo social; (b) como fonte de apoio familiar; (c) como fonte de benefícios através de redes extrafamiliares”. lxxi Traducción propia. En el original: “which provides each of its members with the backing of the collectivity-owned capital, a "credential" which entitles them to credit, in the various senses of the word”. lxxii Traducción propia. En el original: “The central idea of social capital, in my view, is that networks and the associated norms of reciprocity have value”. lxxiii Traducción propia. En el original: “facilitate certain actions of actors”. lxxiv Traducción propia. En el original: “social asset”. lxxv Traducción propia. En el original: “set of social resources”. lxxvi Traducción propia. En el original: “promotes cooperation between two or more individuals”. lxxvii Traducción propia. En el original: “improve the efficiency of society by facilitating coordinate actions”. lxxviii Traducción propia. En el original: “Social capital is still in the 'emerging excitement' phase of the life cycle typical of an umbrella concept”. lxxix Traducción propia. En el original: “validity challenge”. lxxx Traducción propia. En el original: “as so often happens with promising new terms in social science – with limited critical attention being given to its intellectual history or its conceptual and ontological status”. lxxxi Traducción propia. En el original: “aproximamo-nos do ponto em que o capital social acabará por ser aplicado a tantos eventos e em contextos tão diferentes que perderá qualquer significado específico”.

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lxxxii

Traducción propia. En el original: “Falar de capital social está na moda. [...] Dado que viver na moda é fonte de status, não se deve estranhar que seja recebida com muitos louvores e poucos análises”. lxxxiii Traducción propia. En el original: “social capital's revisionist grounding in diferent sociological traditions risks trying to explain too much with too little”. lxxxiv Traducción propia. En el original: “rational, pre-rational, or even non-rational”. lxxxv Traducción propia. En el original: “At the very least, these different conceptualizations suggest that there may be various forms or dimensions of social capital”. lxxxvi Traducción propia. En el original: “This leaves unresolved whether social capital is the infrastructure or the content of social relations, the 'medium,' as it were, or the 'message.' Is it both?”. lxxxvii Traducción propia. En el original: “The literature on social capital is shot through with ambiguity as to which position is to be preferred”. lxxxviii Traducción propia. En el original: “makes it impossible to separate what it is from what it does”. lxxxix Traducción propia. En el original: “social capital can justify contradictory public-policy measures, which may explain in part why it has been seized upon by advocates from all points on the political spectrum”. xc Traducción propia. En el original: “Liberal social capital enthusiasts, on the other hand, regard state-society relations as positive-sum”. xci Traducción propia. En el original: “the state can actively nurture a stable, progressive, and predictable environment in which it is possible for a vibrant civil society to emerge and flourish”. xcii Traducción propia. En el original: “causes and effects of social capital as a collective trait were never disentangled, giving rise to much circular reasoning”. xciii Traducción propia. En el original: “the sources of social capital were clearly associated with a person's networks[...] while effects were linked to an array of material and informational benefits [clearly] separate and distinct from the social structures that produced them”. xciv Traducción propia. En el original: “as a property of cities and nations, measurable in "stocks," social capital is said to lead to better governance and more effective policies, and its existence is simultaneously inferred from the same outcomes”. xcv Traducción propia. En el original: “confiança é uma variável usada de modo tão amplo que também ganhou uma grande variedade de definições”. xcvi Traducción propia. En el original: “Há várias armadilhas na questão da confiança, tanto teóricas quanto práticas. É importante lembrar os efeitos de formulação e contexto que existem [...] Esses dois fatores tornam difíceis as comparações entre culturas e ao longo do tempo”. xcvii Traducción propia. En el original: “a expectativa básica de um comportamento nãoexplorador da contraparte, até prova em contrário”. xcviii Traducción propia. En el original: “ocorre quando há pouca ou nenhuma incerteza quanto ao comportamento da contraparte e portanto, o risco é muito limitado”. xcix Traducción propia. En el original: “No que tange às teorias sobre capital social, a confiança generalizada importante é aquela relacionada com os outros desconhecidos e, portanto, pode haver um problema de especificação quando os entrevistados respondem a questão sobre confiança generalizada pensando em pessoas que conhecem e assim,respondem a uma questão sobre segurança”. c Traducción propia. En el original: “as pessoas que entram para associações são significativamente mais confiantes do que as pessoas que não entram”. ci Traducción propia. En el original: “confiança predispõe as pessoas a participar política e socialmente”. cii Traducción propia. En el original: “Um achado consistentemente encontrado em todos os estudos que desafiam os pressupostos da teoria do capital social é a ausência de uma relação estatística robusta, em um cenário multivariado, entre confiança e outras variáveis relevantes do modelo”.

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ciii

Traducción propia. En el original: “outra variáveis, tais como autoridade, medo ou conformismo podem ter mais relevância para a compreensão do comportamento político do que a confiança interpessoal”. civ Traducción propia. En el original: “Contudo, os próprios mecanismos apropriáveis por indivíduos e grupos como capital social podem produzir consequências menos desejáveis. É importante chamar a atenção para elas por duas razões: em primeiro lugar, procurando evitar o logro de apresentar as redes comunitárias, o controlo social e as sanções colectivas como pura benção; em segundo lugar, de forma a manter o seu estudo nos limites da investigação sociológica séria, evitando afirmações moralistas”. cv Traducción propia. En el original: “strong, long-standing civic groups may stifle macroeconomic growth by securing a disproportionate share of national resources or inhibiting individual economic advancement by placing heavy personal obligations on members that prevent them from participating in broader social networks”. cvi Traducción propia. En el original: “apêndice da ciência econômica”. cvii Traducción propia. En el original: “pretensão de que a pesquisa sociológica caminhe sobre as pernas do utilitarismo econômico”. cviii Traducción propia. En el original: “capital social funciona como um redutor dos custos de transação”. cix Traducción propia. En el original: “os elementos básicos da sociabilidade, como as normas, as instituições, as redes de relações e tudo o que há de virtuoso neles é posto a serviço de uma maior eficiência nas relações de troca”. cx Traducción propia. En el original: “a serviço da satisfação de interesses”. cxi Traducción propia. En el original: “convertidas num dispositivo funcional – uma espécie de lubrificante – das relações de mercado”. cxii Traducción propia. En el original: “the study of social capital and the World Bank raises the issue of the power – or hegemony – of economics”. cxiii Traducción propia. En el original: “Algumas idéias têm o destino de se converter em estrelas famosas. Mas, à diferença das pessoas, as construções do pensamento não brilham com luz própria e sim por causa de complexos jogos de poder, em que elas cumprem funções persuasivas até chegarem a ser aceitas como correto”. cxiv Traducción propia. En el original: “The idea of development has a history that stretches back at least a century before the emergence of a multilateral development system”. cxv Traducción propia. En el original: “international development emerged as a solution to the problem created by the immanent development of capitalism in the first half of the nineteenth century. Capitalism had alienated producers from the means of production, but not everybody was reintegrated in the production process as wage-labourers”. cxvi Traducción propia. En el original: “advocates of social development have attempted to introduce concerns such as participation, gender equity, rights, and empowerment into conventional discourse”. cxvii Traducción propia. En el original: “objects gap”. cxviii Traducción propia. En el original: “ideas gap”. cxix Traducción propia. En el original: “It was now an 'ideas gap' characterized by 'bad policies,' 'weak capacity,' and 'low human development”. cxx Traducción propia. En el original: “institutions –in all their various guises– were crucial for making economies, societies, and politics work The development challenge was now framed as one of building, reforming and sustaining institutions”. cxxi Traducción propia. En el original: “The Human Development approach arose in part as a result of growing criticism to the leading development approach of the 1980s, which presumed a close link between national economic growth and the expansion of individual human choices”. cxxii Traducción propia. En el original: “One of the reform battles that has been waged since the mid-1980s in many multilateral and bilateral development agencies has been to incorporate ideas of social development into understandings of development that have otherwise been influenced by ideas from neoclassical economics [and] other more technical fields.”

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cxxiii

Traducción propia. En el original: “O capital social compreende a confiança, a capacidade de associatividade de uma sociedade, a consciência cívica e seus valores éticos predominantes”. cxxiv Traducción propia. En el original: “social capital, understood as meaning essentially 'membership in groups' or 'voluntary associations', is a critical condition for 'good government', and probably for economic development as well.”. cxxv Traducción propia. En el original: “it is this reasoning which has resonated strongly amongst World Bank specialists”. cxxvi Traducción propia. En el original: “Those communities endowed with a rich stock of social networks and civic associations will be in a stronger position to confront poverty and vulnerability, resolve disputes, and/or take advantage of new opportunities”. cxxvii Traducción propia. En el original: “missing link”. cxxviii Traducción propia. En el original: “It is in this context that the notion of social capital has made its appearance, holding the promise of a ground-up alternative to the top-down policies promoted by international financial organisations in the recent past. In the more optimistic versions, the rise of social capital would perform double duty as a counterweight to the unfettered individualism of the market and, simultaneously, as a means to gain advantages in it”. cxxix Traducción propia. En el original: “the state in a changing world”. cxxx Traducción propia. En el original: “Evidence is mounting that government programs work better when they seek the participation of potential users, and when they tap the community's reservoir of social capital rather than work against it”. cxxxi Traducción propia. En el original: “Putnam[...] da ênfase na compulsoriedade do agir social. De modo específico, rejeita a idéia hobbesiana de pacto social que concede amplos poderes ao Estado”. cxxxii Traducción propia. En el original: “Mudar a percepção dos indivíduos acerca da possibilidade do jogo soma positiva, influir para revigorar sociabilidade perdida também é papel das políticas públicas”. cxxxiii Traducción propia. En el original: “The Bank began with a strict focus on funding infrastructure in the countries to which it lent. This approach, which later became known as modernization theory, was most dominant in the 1950s and 1960, but it is still influential today”. cxxxiv Traducción propia. En el original: “from a concern with huge infrastructure programmes in the first decades, the Bank moved into the wider field of economic policy, directly seeking to influence the economic policy of its customers”. cxxxv Traducción propia. En el original: “to prevent and international crisis by defaulting loans, the so-called structural adjustment programmes of the 1980s, and their modified versions in the 1990s, sought to stabilize the situation by supplying further loans to pay off interest on debt”. cxxxvi Traducción propia. En el original: “From the granting of loans to large infrastructure programmes to advance modernization, present policies seem more concerned with stabilizing a world market than bringing about the long awaited development”. cxxxvii Traducción propia. En el original: “a significant shift within the Bank towards the inclusion of political issues”. cxxxviii Traducción propia. En el original: “less deferential to economic orthodoxy than his predecessors[,] willing to embrace a more holistic view of the development challenge, and, crucially, committed to giving social development perspectives a formal voice within the Bank”. cxxxix Traducción propia. En el original: “Under the leadership of Wolfensohn, it has presented itself not only as a 'leader in ideas' but also as a 'listening bank”. cxl Traducción propia. En el original: “um movimento, no interior do Banco Mundial, que procura implementar um novo paradigma que 'integre fatores sociais, culturais, econômicos e institucionais'”. cxli Traducción propia. En el original: “the work of the World Bank on social capital might be interpreted as an attempt to move away from its previous technocratic approach to development”.

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cxlii

Traducción propia. En el original: “it burst into prominence within and through the World Bank, in the context of the shift from the Washington to the post-Washington consensus, and from naked neo-liberalism to more state-friendly and interventionist positions. It seeks to provide the social as opposed to the economic face of adjustment ”. cxliii Traducción propia. En el original: “it allows the dominant economic perspective to take into account sociological and political considerations which have increasingly been recognized as important”. cxliv Traducción propia. En el original: “This group was particularly proactive, and used its resources to sponsor a series of activities, including brown bag luncheons, visiting speaker series, a conference, in-country workshops, and the development of a website This torrent of activities undoubtedly helped put social capital on the map at the Bank, even if there remained considerable uncertainty and ambivalence among many who listened or attended as to what this social capital actually was”. cxlv Traducción propia. En el original: “develop a framework for data collection and analysis on local level institutions and social capital, to determine how they are patterned within and between countries, and to evaluate the implications of this information for development”. cxlvi Traducción propia. En el original: “As proclamações recentes nesse sentido limitam-se a reformular os problemas originais e não têm sido acompanhadas, até agora, por nenhuma proposta convincente sobre como criar os tão desejados stocks de civilidade pública.”. cxlvii Traducción propia. En el original: “Unfortunately, much of the work on the role of social capital and economic development has to date proceeded on the basis of quantitative analyses at the national level using rather crude proxy indicators. [...] it is not surprising that these analyses have provided few insights into the relationships and mechanisms by which social capital is produced, reproduced and used within the development process.” cxlviii Traducción propia. En el original: “the prior endowments of social capital (accumulated perhaps over several centuries) are not the crucial factor in creating the virtuous circle (or 'synergy') in which 'civic engagement' nurtures good government and good government in turn fosters civic engagement”. cxlix Traducción propia. En el original: “social capital is not a sufficient condition for local development”. cl Traducción propia. En el original: “há poucos fundamentos para acreditar que o capital social se revelará um remédio imediato para grandes problemas sociais”. cli Traducción propia. En el original: “The evidence suggests that the most appropriate role for policy is likely to be in removing factors that inhibit social capital formation, such as weak resource and property rights. Direct policy interventions designed to increase social capital are likely to be counterproductive”. clii Traducción propia. En el original: “studiously ignores[...] and alternative historiography which explains the performance of regional governments in both north and south [Italy] in terms of political factors”. cliii Traducción propia. En el original: “But if this reviewer is correct, and if the absence of civic capacity is the by-product of politics, state building, and social structure, then the causes of the malaise in U.S. cities or in Third World agriculture are more likely to be found in such structural factors as the flight of real capital, in the first case, and the instability of commodity prices and the presence of exploitative governments, in the second. In north Philadelphia and the Sahel, as in southern Italy, while the indicators of malaise may be civic, the causes are structural. If my critique of Putnam in southern Italy can be extended as far as his theory, then policy makers who attack the lack of social capital by encouraging association would be attacking the symptoms and not the causes of the problem”. cliv Traducción propia. En el original: “they represent problems that are rooted in differences of power and in class relations as purely technical matters that can be resolved outside the political arena”. clv Traducción propia. En el original: “these approaches emphasize tat the discursive position of dominant institutions consistently exclude reflections on political economy and politics and thus lead to technical interventions that, even if well intentioned, can never succeed in addressing

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the problems they set out to tackle, because they are unable to acto upon the 'real' source of those problems”. clvi Traducción propia. En el original: “Trata-se de uma linha reta entre simetria e intercâmbio sem passar pela redistribuição ou, o que é mais problemático ainda, acreditar que o intercâmbio feito sobre normas de reciprocidade poupa os problemas de redistribuição em grande escala social. Podemos suspeitar que se trata de uma nova versão do liberalismo econômico”. clvii Traducción propia. En el original: “weapon in the armoury of the 'anti-politics machine”. clviii Traducción propia. En el original: “The idea of social capital has been used, following Robert Putnam's inspiration, to elevate symptom to cause, and to raise, but then push aside, matters that are concerned with the distribution of resources, agrarian production relations and the like”. clix Traducción propia. En el original: “depoliticizing and disarming popular struggles”. clx Traducción propia. En el original: “government efforts should be directed at facilitating the development of self-help in the poor regions”. clxi Traducción propia. En el original: “even though this sometimes looks rather like expecting the most disadvantaged people to pull themselves up by their own boot straps, in a way which is remarkably convenient for those who wish to implement large-scale public expenditure cuts”. clxii Traducción propia. En el original: “The possibility that some redistribution of resources might have a significant part to play both in facilitating local organization and in assisting political and economic development is studiously ignored”. clxiii Traducción propia. En el original: “leadership structures can become entrenched transforming the original lofty goals into justifications for self-serving petty bosses. Michels' 'iron law of oligarchy' operates as effectively at the grassroots level as at the height of political structures”. clxiv Traducción propia. En el original: “Today in many countries certain types of organizations remain disproportionately male, including political parties, sports clubs, the peace movement, professional groups, labor unions, and community associations. By contrast women continue to predominate in associations related to traditional female roles, including those concerned with education and the arts, religious andchurch organizations, and those providing social welfare services for the elderly or handicapped, as well as women's groups. This matters if horizontal segmentation into same sex-related bonding groups has positive functions for members, and yet may generate negative externalities (reinforcing gender divisions) for society as a whole”. clxv Traducción propia. En el original: “there are many obstacles to carrying social development concerns through to practice in Wolrd Bank-funded [...] operations”. clxvi Traducción propia. En el original: “The sense is that even if the concept of social capital could illuminate some of these issues [questions of power, real politics, institutional incentives and so forth], it will take more than a discursive shift within the Bank for the institution to engage more fully with these issues[.] It will also require pressure from outside”. clxvii Traducción propia. En el original: “As a part of the World Bank’s movement toward the implementation of a new development paradigm which integrates social, cultural, institutional and economic factors, the Bank is keen to better incorporate social capital considerations into its project lending and policy advice”. clxviii Traducción propia. En el original: “contribute to the international debate on the role of social capital as an element of sustainable development”. clxix Traducción propia. En el original: “there is little disagreement about the relevance of social capital”. clxx Traducción propia. En el original: “should not be seen as alternatives, but rather as different manifestations of the social capital present in a society”. clxxi Traducción propia. En el original: “the challenge is to take advantage of the complementarities of the different approaches”. clxxii Traducción propia. En el original: “A growing body of evidence indicates that the size and density of social networks and institutions, and the nature of interpersonal interactions, significantly affect the efficiency and sustainability of development programs”.

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clxxiii

Traducción propia. En el original: “Yet the exact channels through which this ‘social capital’ impacts developmental outcomes have only begun to be explored”. clxxiv Traducción propia. En el original: “advance the theoretical understanding and the practical relevance”. clxxv Traducción propia. En el original: “(1) The presence of social capital improves the effectiveness of development projects; and (2) Through select donor-supported interventions, it is possible to stimulate the accumulation of social capital”. clxxvi Traducción propia. En el original: “focus on demonstrating empirically the contribution made by social capital to the livelihood of households, either directly by increasing income, or indirectly through improving access to services”. clxxvii Traducción propia. En el original: “focus on the process of accumulation and destruction of social capital, and aim to identify the critical factors in this process and whether it can be affected by donor interventions and policy”. clxxviii Traducción propia. En el original: “brings together the lessons learned on measuring social capital and develops a social capital assessment tool”. clxxix Traducción propia. En el original: “The findings, interpretations, judgments, and conclusions expressed in this paper are those of the author(s) and should not be attributed to the World Bank, to its affiliated organizations, or to members of the Board of Executive Directors or the governments they represent”. clxxx Traducción propia. En el original: “Most importantly, the lessons from the studies will help the World Bank, and hopefully other donors as well, to better integrate social capital considerations in the design of development projects and policies”. clxxxi Traducción propia. En el original: “Social capital refers to the internal social and cultural coherence of society, the norms and values that govern interactions among people and the institutions in which they are embedded. Social capital is the glue that holds societies together and without which there can be no economic growth or human well-being. Without social capital, society at large will collapse, and today’s world presents some very sad examples of this”. clxxxii Traducción propia. En el original: “The social capital of a society includes the institutions, the relationships, the attitudes and values that govern interactions among people and contribute to economic and social development. Social capital, however, is not simply the sum of the institutions which underpin society, it is also the glue that holds them together. It includes the shared values and rules for social conduct expressed in personal relationships, trust, and a common sense of ‘civic’ responsibility, that makes society more than a collection of individuals”. clxxxiii Traducción propia. En el original: “about what holds people and societies together in order to foster economic development”. clxxxiv Traducción propia. En el original: “scholars have gradually recognized the potential importance of 'negative' as well as 'positive' social capital”. clxxxv Traducción propia. En el original: “In such situations, social capital benefits members of the association, but not necessarily nonmembers or the community at large”. clxxxvi Traducción propia. En el original: “Equitable, democratic development might not be possible without understanding the potential positive and negative effects of social capital, and promoting enabling environments that foster forms of social capital that facilitate democratization processes”. clxxxvii Traducción propia. En el original: “most of the evidence provides strong support for the hypothesis that social capital as measured at the national level is associated with improved economic welfare of societies, as measured by growth, investment, and poverty indicators”. clxxxviii Traducción propia. En el original: “However, the fact that income is positive implies that on average factors of production are put to good uses rather than to bad and there is no reason to expect that this is different for social capital”. clxxxix Traducción propia. En el original: “Problems of social exclusion, conformity and authoritarian clientelism are not uncommon and are relevant when discussing the impact of social capital”.

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cxc

Traducción propia. En el original: “it is unclear whether they outweigh the many positive effects of social capital”. cxci Traducción propia. En el original: “view social capital as an asset that can be accumulated and that yields a flow of benefits”. cxcii Traducción propia. En el original: “in Nepalese communities where wealth distribution among irrigators is highly uneven, irrigation systems tend to be associated with lower levels of performance. In these communities, rich farmers are frequently unwilling to cooperate with poor farmers. Rich farmers often find themselves able to provide and maintain systems without any contribution from their less wealthy neighbors”. cxciii Traducción propia. En el original: “Thus there is a distinct maintenance expense to social capital, usually in the form of time”. cxciv Traducción propia. En el original: “The amount of social capital that will be produced is therefore in part a function of the opportunity cost of time and the expected return from the social capital”. cxcv Traducción propia. En el original: “consists of the ability to marshal resources through social networks, not the resources themselves”. cxcvi Traducción propia. En el original: “Income may have little direct effect on the probability of cooperation, but it may proxy for other variables that can affect the costs and benefits of joining a VSWM system. At higher income levels, the actual cost of joining a VSWM system may represent a very small share of total expenditure suggesting that it would be easier for these households to join”. cxcvii Traducción propia. En el original: “evidence from household-level and village-level studies suggests that civil social capital in the form of trust or social ties can play an important role in alleviating poverty”. cxcviii Traducción propia. En el original: “higher levels of social capital are associated with subsequent improvements in the distribution of income”. cxcix Traducción propia. En el original: “there is a strong presumption that the rule of law, property and contract rights, and trust in people reduce absolute poverty”. cc Traducción propia. En el original: “strongly indicate that government social capital improves incomes for all groups. If anything, incomes of the poor increase more rapidly than those of the rich when the quality of governance is higher”. cci Traducción propia. En el original: “Social capital inheres, not just in civil society, but in an enduring set of relationships that spans the public-private divide”. ccii Traducción propia. En el original: “Communities that enjoy the benefits of synergy do not necessarily enjoy exceptional prior endowments of social capital”. cciii Traducción propia. En el original: “A third and most encompassing view of social capital includes the social and political environment that shapes social structure and enables norms to develop”. cciv Traducción propia. En el original: “macro institutions can provide an enabling environment in which local associations can develop and flourish”. ccv Traducción propia. En el original: “The gender for the trader shows a negative sign in all regressions – and is significant in one. Women might be less successful in the development of social capital in the Malagasy context as they have to spend more of their extra time that could be used for the build-up of social capital on household chores and child rearing”. ccvi Traducción propia. En el original: “If we accept that social capital is a common resource (even if privatizable in certain instances) that can provide access to other resources, we should also consider that under scarcity conditions – such as those prevalent in developing economies and particularly among the poor – it can also become an integral part of the structures of constraint created by gender, class, ethnicity, and in the case of India, religion and caste”. ccvii Traducción propia. En el original: “gender nonetheless constitutes an important axis of difference in the Andes also influencing access to resources and decision making processes”. ccviii Traducción propia. En el original: “Women participated in activities of the agricultural extension system in four out of the six villages visited, but in only two of these villages was there any real attempt to collaborate with women and respond to their needs. Yet women appeared to

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be the only consistent information and technology diffusers. They also play a key role in tapping into and generating more social capital”. ccix Traducción propia. En el original: “Gender may also be an important cause of differences in social capital”. ccx Traducción propia. En el original: “women are more likely to do without food than men”. ccxi Traducción propia. En el original: “older people and women are less likely to feel emotionally secure”. ccxii Traducción propia. En el original: “there is growing evidence that social capital, under any of the three definitions, can have an impact on development outcomes — growth, equity, and poverty alleviation”. ccxiii Traducción propia. En el original: “In summary, the six Social Capital Initiative studies reviewed so far indicate that greater local social capital results in direct income gains and more widespread and efficient delivery of services”. ccxiv Traducción propia. En el original: “manage a common resource effectively”. ccxv Traducción propia. En el original: “reduces transactions costs”. ccxvi Traducción propia. En el original: “making agricultural extension successful”. ccxvii Traducción propia. En el original: “social capital increases the ability of villagers to organize to design and manage water supply systems”. ccxviii Traducción propia. En el original: “social capital networks are the most important source of income security”. ccxix Traducción propia. En el original: “Sustainable development has been defined as a process whereby future generations receive as much capital per capita as — or more than — the current generation has available”. ccxx Traducción propia. En el original: “how to reshape these dynamics in favor of poverty reduction”.

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