Cambiando la mirada, reflexión ecológica de la vida. Un acercamiento al contenido de la Encíclica Laudato si del Papa Francisco

June 15, 2017 | Autor: Oscar Rui | Categoría: Religion, Social Sciences, Climate Change, Ecology
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Descripción

Cambiando la mirada, reflexión ecológica de la vida
Un acercamiento al contenido de la Encíclica Laudato si del Papa Francisco

¿Cómo visualizarme al respecto de la puesta en diálogo del contenido de un documento como una encíclica papal, siendo este el caso de la primera que escribe el Papa Francisco y la primera que leo con detenimiento y atención? Una pregunta larga, que me parece un inicio adecuado para esta exposición. Porque no creo que sea accidental la forma en que he de hablar de este documento. ¿Sumar o restar formalidad? Darle el carácter de conferencia o una simple charla? ¿Diálogo o monólogo? Quisiera situarme como el conferencista que propone Juan Villoro en su cuento, Conferencia sobre la lluvia, la verdad por puro gusto y porque creo que da en el clavo de la actitud de alguien que se dispone a hablar de un tema ante un grupo de personas:

Perdí los papeles (revuelve las hojas). Sí, perdí la conferencia. Pido disculpas. Perder los papeles es perder la compostura. No sé que me sucede, mi vida entera gira en torno al orden. Clasifico mi biblioteca y sin embargo se me escapan las cosas. Seguiré adelante, puedo hacerlo. Las mejores conferencias son improvisadas. Para leer podemos traer un notario. Leer es una actividad mecánica, puede ser cumplida por un autómata, un autómata ilustrado, eso sí. La lectura no exige tener ideas propias, pero sí seguir el ritmo de las frases algo más difícil de lo que parece.

Hay dos escuelas básicas de exposición: la del conferencista que produce el discurso a medida que lo dice y la del que se limita a leer. La primera es más original y emocionante pero más insegura. El que diserta sin guión fijo se mueve en la línea del vértigo. Poder perder la concentración o caer en el abismo de la siguiente frase. Nadie piensa en los riesgos del conferencista, en el peligro de tener,-de pronto y sin ninguna razón-la mente en blanco, o de que un nombre se te escape como se escapan los objetos. Cuando no son las llaves, es la cartera, o los papeles de la conferencia. ¿Dónde pongo las cosas? O mejor aún: ¿en qué pienso mientras dejo las cosas en un sitio? Coloco la taza de café en la repisa del librero, pero mi mente está en otro lugar, no registra ese acto poco apasionante pero necesario. La taza de café se esfuma de mi memoria porque en realidad nunca estuvo ahí [mientras mecanografío esto, tomo ciertamente una taza de café]. ¿Dónde estoy cuando olvido lo que tengo enfrente? Lo peor es extraviar los anteojos, ¿cómo buscarlos sin ver nada? Acabaré recorriendo el mundo a tientas. No busco excusas, soy sincero con ustedes, seguiré con la conferencia […]

La peor tragedia que me puede pasar en el mundo en el sentido del orden práctico, es perder mis anteojos. Y es que buscarlos sin ver es tratar de deambular en un abismo de penumbra en busca ya no de la luz, sino de aquello que me lleva hacia ella. Lo mismo pasa con mi visión sobre la Laudato Si, está viciada, orientada desde mis limitaciones, sin embargo, creo que en la penumbra descubrí el foco adecuado para verla, para comprender ciertas cosas y caminar hacia la luz. He aquí mi visión.

Podría decir en un primer momento que las palabras del Papa en este documento tienen preponderantemente, más no de forma exclusiva un sentido social. Encíclica social podrían decir, sin que deje de lado el magisterio y la mística, creo que llega a personas dentro y fuera de la Iglesia y nos motiva a una transformación como sociedad, como colectivos, como hermanos todos en busca del bien de nuestra casa común.

La encíclica Laudato si del Papa Francisco, platea un ejercicio de reflexión y diálogo acerca de lo que él llama 'la casa común'. Hermana y madre, como la viera San Francisco, el Papa propone una mirada cercana a la tierra, nuestra casa y creación del Señor. Propone entonces un camino sencillo, pero profundamente reflexivo, sistemático y que nos lleva al compromiso, sin caer en fatalismos o excesos del sesgo propio de posturas como el ecologismo. Propone en primera instancia un diagnóstico, estableciendo qué está pasando en nuestra casa, para pasar a un segundo momento y entrever el sentido místico que tiene la tierra no sólo como naturaleza sino entendida como creación del Señor. Aborda en un tercer y cuarto momento el tema de la ecología, primera tratando de comprender las razones humanas de la crisis ecológica y luego dando la vuelta al concepto mismo de ecología, comprendiéndola en un panorama amplio, holístico e integral. Por último propone un cambio pedagógico, y marca algunas líneas de acción, para culminar con una especie de reflexión mística.

Como primera idea que me gustaría tratar en la reflexión acerca del contenido profundo y maravilloso que el Papa busca transmitir por medio de esta encíclica, y quisiera remarcar que a mi parecer propone un cambio de mirada hacia la problemática ecológica que vive el mundo actualmente. Podemos tener posturas ante el cambio climático, el maltrato animal, la escases de agua en el plantea y la contaminación de los océanos. Hay roles establecidos al respecto de cada una de estas problemáticas, y si no somos de Greenpeace, podemos ser desertores de empresas como +cota, hacer campañas a favor de la adopción de los perros de la calle, o sufrir como cualquier persona en el Estado de México por falta de agua. Hay quienes afirman, más dentro del ámbito académico y de investigación en áreas como la geografía por ejemplo, que el cambio climático es un mito que existe al respecto de los cambios que tiene el plantea tierra en su proceso de movimiento interno y natural. El Papa Francisco, a mi parecer, busca ir más allá de alguna postura como éstas, y busca marcar cuál es nuestro papel dentro de la construcción y/o destrucción del ambiente en que vivimos. Cambia tu mirada, nos dice el Papa y le pone nombre a la acción del ser humano en su deseo de consumo y propiedad, que no se sacia en la adquisición de cosas materiales. El impacto de nuestra acción en la tierra tiene un impacto y '«en la medida en que todos generamos pequeños daños ecológicos», estamos llamados a reconocer «nuestra contribución – pequeña o grande – a la desfiguración y destrucción de la creación» tal y como lo establece el Patriarca Bartolomé, en Mensaje para el día de por la protección de la creación.

Hay consecuencias y no podemos menoscabar al daño que sufre nuestra casa, si es preciso llamar a esta acción pecado, es necesario denunciarlo de esta manera. No obstante, la mirada del Papa no se torna pesimista ante tal adversidad, porque establece 'el mundo es algo más que un problema a resolver, es un misterio gozoso que contemplamos con jubilosa alabanza'. De este modo hace un llamado a labrar y cuidar el jardín del mundo, respecto una hermenéutica adecuada del texto del Génesis 2, 15. Por tanto 'hay que mantener con claridad la conciencia que en el cambio ecológico hay responsabilidades diversificadas', [donde 'este mundo tiene una grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque eso es negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable'. El problema del daño ambiental [afirma el Papa] hay que advertir que afecta de manera particular a los excluidos, a quienes muchas veces se les considera en mero daño colateral.

Entonces como modelo de análisis de esta problemática podemos ver que el Papa en primera instancia no comprende al problema ecológico a nivel mundial como un problema unilateral, ni unifactorial. Todo lo contrario, deja ver en esta reflexión que el tema ecológica está permeado por una serie de causas diversas y efectos variables, que afectan no sólo un sector del planeta, sino al entero de la creación. En un segundo momento busca una mirada ecológica, no un sentido simple, sino tratando de darle una profundidad de cambio social, de lucha, de oración e incluso de mística. Comprende a cada creatura en su dignidad de ser creada por Dios, puesto que incluso menciona, que 'no basta pensar en las distintas especies sólo como eventuales "recursos" explotables, olvidado que tiene un valor en sí mismas'. La mayor dignidad se la otorga al ser humano, poniéndolo en el centro del debate ecológico en todos los sentidos como principal afectado y responsable de muchas de las problemáticas que acometen a la creación. Por tanto no podemos encontrar respuestas laxas al problema de la contaminación por ejemplo adjudicándola únicamente a la súper población del planeta, sin quitarle responsabilidad al consumo extralimitado y a la producción enorme de basura en todo el mundo.

Acercándonos al término ecología como tal, el Papa lo define como aquello donde se 'estudian las relaciones entre los organismos vivientes y el ambiente donde se desarrollan', y el medio ambiente se define en como la relación que existe entre la naturaleza y la sociedad que la habita. Es aquí donde Francisco abre el foco de análisis, posa el microscopio en donde la sociedad que habita este espacio sufre y mira al oprimido buscándolo como la opción preferencial que debería buscar la Iglesia y el creyente. Mirando la carencia extrema en que viven por ejemplo los pobladores urbano-marginales, el Papa exalta las soluciones donde se acoge a las zonas marginadas, las llamadas ciudades perdidas, favelas, chabolas y demás denominaciones en América Latina y tratar no de buscarles un lugar nuevo para asentarlos, como si fuesen ganado, sino hacerlos parte de las ciudades de las que se les ha relegado de manera cruenta e indiferente.

Me quedaría con los cuestionamientos que hace el Papa, para comprendernos dentro de esta serie de disertaciones, donde se propone la cooperación entre Estado y capital privado, así como la sociedad civil a la que ve como la punta de lanza que va marcando un camino de cambio profundo en la integralidad de una ecología bien comprendida. Nos pregunta, y creo que son dudas que se pueden manejar mucho desde un sentido vocacional y de donación profundo: '¿Para qué pasamos por este mundo? ¿para qué vinimos a esta vida? ¿para qué trabajamos y luchamos? ¿para qué nos necesita esta tierra?'. Qué respondemos, cuál es el papel que queremos buscar en esta bola de nieve que ha tirado nuestro Santo Padre para gestar cambios profundos en la conciencia de la persona humana en su mirada a la creación misma, al hermano que lo acompaña en el cuidado de esta casa común, el cuidado de los pobres y en la construcción de redes de respeto y fraternidad.








Conferencia sobre la lluvia. Juan Villoro. 2013.
Cfr. Carta Enc. Laudato Si, sobre el cuidado de la casa común, 3. (2015).
LS, 8
LS, 12
Cfr. LS, 60
Cfr. LS, 52
Cfr. LS, 30
Cfr. LS, 49
LS, 33
Cfr. 50
LS, 138
Cfr. LS, 139
Cfr.LS, 158
Para Shutter (1983) la marginalidad determina ciertas particularidades en la inserción a la estructura de un país, de quienes sujetos de ella. Las particularidades que se han representado en este escrito son las necesidades y problemáticas principales de los pobladores urbano-marginales, entre las que se encuentran: servicios públicos incompletos y de mala calidad, falta de vivienda, carencia del empleo formal, ofertas insuficientes de servicios de salud y educación y la delincuencia, entre algunas otras. Shutter (1983) Investigación participativa: una opción metodológica para la educación de adultos. Recuperado de: http://crefal.edu.mx/biblioteca_digital/coleccion_crefal/retablos%20de%20papel/RP03/intro.pdf el 20 de octubre a las 17:00 hrs.
Cfr.LS, 160
Cfr. LS, 201

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