Caligrafía de las sombras. Sobre la serie \"Silencios de Bojayá\" de Juan Manuel Echevarría

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ENSAYOS SOBRE ARTE

CONTEMPONÁIüNO EN COLOMBIA ^

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ENSAYO LARGO

8.

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ra susrnaccróru PABLO BATELLI, EL ARTISTA COMO TRANSCRIPTOR TRASTIENDA DEL

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8.2

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8.3 8.4

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Móxtct GoNrovxrc

8.5

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DE uN vrElo pAyASo GaLLmruo A¿¡oNso Foamo

ENSAYO BREVE

8.6

Dos coMENrARros A LA

pxpostctóN

EL TERRITORIo

No nsrÁ EN vENTA, DE nu,nia nutNlvENT.uRA |urn BuauavEN.ruRA

8.7

FIGURITAS EN EL SUELI

SaNrnco Ru¡oa

8.8

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GnntrÁN S¡nvENrr

8.9

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8.ro

cARLosMorrA:

ENTRE

EL ARrE

Y EL MUSEO

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8.rr

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Colombia. Ministerio de Cultura Premio nacional de crítica: ensayos sobre arte contemporáneo en Colombia, octava vcrsión / Ministerio de Cultura, Unive¡sidad de los Andes, F'acultad de Artes y Humanidades, Departamento de Arte. Bogotá: 20r3. 2oo p.; rz.9 x 2r.6 cm. ISSN :r,15 59ro r . Crític a de arte - - Colombia En sayos, conferencias, etc. 2. Arte m oderno Colombia Ensayos, conferencias, etc. 3. Apreciación del arte Colombia Ensayos, conferencias, etc. I. Universidad de los Andes (Colombia). Facuitad de Artes y Humanidades. Departamento de Arte II, TíT.

CDD 7or.r8

SBUA

CALIGRAFIA DE LAS SOMBRAS SOBRE LA SERIE S/¿E¡TCrcS DE BOIAYÁ DE IUAN MANUEL ECHAVARRÍA 'uan Diego Pérez Moreno tsayo largo

8.2

Caligrafia de las sombras como legado.

Neily Sachs' lAduertencia sobre las notas alfnal. Pese a que este texto pertenece y quiere pertenecer a Ia brevedad de un espacio delimitado del ensayo-, y pese a que su -e1 objeto se estudio es quizá Io más breve que podemos uer más breve que e1

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instante infinitesimal de 1o fotográfico-, todo 1o que aquí se dice intenta señalar ún exceso de sentido, un desbordamiento, una imposibilidad de totalización. Exceso, ta1 vez, que explota en unas notas que no deben pensarse como coinplementos sino, mejor, como suplementos del sentido que aquí pretendo explorar, es decir

como indicios de1 movimiento de un sentido siempre infinito, siempre ofro.]

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Bojayí: el silencio plural que habita este topónimo, esta palabra que designa un espacio forzosamente deshabitado y prohibido, un espacio que nos hiere con e1 mutismo ensordecedor de un sentido fracturado que nos es y será Silencios de

Serie Silencios de

Bojaycí Silencio ciego

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siempre ajeno, es el silencio de una fecha única y secreta. Una fecha de la que só1o e1 índice la fotografía, quizá- como cifra de su partida def,nitiva. Una fecha que se conmemora como el sustrato no-memorable de toda narración mnemónica, como aquello que sólo conseryamos bajo la forma de un silencio ciego,la marca o el trazo de 1o inmernorial. Una fecha que reúne en el1a a rr9 muertes singulares, irrepetibles, insepultas; una fecha secreta y enmu decida que es una y es muchas, al menos rr9. A las ro:43 de la mañana de1 z de mayo 2oo2, una pipeta de gas lanzada por guerrilleros de 1as FARC en medio de un combate con paramilitares de las AUC explota en una iglesia en 1a que se resguardan r r 9 civiles en 1a cabecera de Bojayá, un pequeño municipio en el Chocó. Ei esresta la ceniza, ia ruina huérfana,

se prolonga en un intervalo de silencio que 11ega hasta nosotros como la fuerza de una violencia que quiebra nuestro intento de elaborar una experiencia que nos hiere, que es siempre oÍra, que viene y retorna a1 otro muerto clJya alteridad entrecorta estas palabras. Fecha, sin más, traumática:3 sentido invisible, no-apropiable, ubicado en 1a ex

truendo

terioridad de un exceso incomprensible, del más-allá deI sentido de las víctimas que (no) se presenta en una representación que, como sugiere Cathy Caruth, "no sólo representa 1a violencia, sino que transmite también el impacto de su propia incomprensibilidad".+ La superflcie de 1a fotografía, registro prometedor de una visión directa, se superpone aquí con Ia de un tablero derruido, espacio de escritura, para la escritura. La metáfora de Echavarría es aguda: 1a superficie de 1a foto grafía-tablero, una superficie captada en un primer plano que previene Ia profundidad del espacio fotográf,co, es aquí el espacio de una extensión blanca, de una escritura que se borra a sí misma para exponer su sentido en su no-exposición: ,¡ra escritura de la no escritura, una escritura ciega. Frente a ia promesa de visión se impone el silencio ciego de 1a fotografía cono escritura del trauma: superf,cie sin profundidad, signo ilegible de una literalidad prohibida, significante en que e1 que se desplaza un significado fecha(s) que no es ni ha sido nunca

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inmanente, que siempre está fuera de srl No hay nada que ver, no hay revelación ni encamación de sentido; só1o queda, siguiendo a Blanchot, "1a espera de una mirada

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más amplia, de una posibilidad de ver sin las palabras mismas que significan 1a vista":5 1a suspensión de la visión,1a ceguera como una actitud de lectura que abre el espacio en el que nos (des)encontramos con el o¡ro muerto -la fecha traumática, e1

sentido que habla sin hablar en Ia sordera de un silencio ciego.

II. SUFRIMIENTO,

PXA-CS,ENTIA ,iN ABS,SNT]A

es que se trata de algo así- que aparece en estas fotogra' -si trata esta posibilidad de ver que só1o se ab,re con el reconocimiento de la ceguera, de esta interrupción hermenéutica? E1 tablero se resquebraja, su cuerpo se desmiembra en una superflcie agrietada, fracturada que poco a poco se cae, se desnuda, desaparece dei campo de la visión. E1 espacio de la escritura se hace fragmento, se expone en su absoluta vulnerabilidad, se retira o Dacía de así cumsí mismo no para descubrir una verdad oculta una fecha, un sentid o -y plir con la promesa de la visión, sino más bien para anunciar su carácter impenetrable, siempre o¡ro, exterior y hermético, en la aparición muda de una frontera inquebrantable: un muro. No pasaremos, nunca podremos pasar, No pasarín: to hay contraseña que valga esa es, quizá, la verdad ciega de estas imágenes que se oponen a 1a luminosidad prometedora de una verdad moderna, ilustrada y, en breve, redentora. No hay redención estética;1a fecha impronunciable, e1 tiempo y e1 espacio de 1as r r 9 muertes, es y será siempre un tiempo y un espacio otro en su singularidad sin sepultura, un sentido otro qLte nunca podremos totalizar, que no está aquí en una presencia inmanente al signo fotográfico pero tampoco a//á, en el mcís allí de rna trascendencia redentora, de un centro de sentido originario, de una promesa de visión. Se trata de una verdad fragmentaria, un silencio caído, una referencia caída, traumática,6 que se presenta ausentándose, in absentia, o, di ríamos con Nancy, en 1a auto-apertura de un "fragmento: ya no 1a pieza caída de un conjunto quebrado, sino el destello de 1o que no es ni inmanente ni trascen dente, 1a apertura y ia fractura del acceso".' La apertura/fractura de1 umbral: estoy

iCuál fías?

es Ia verdad

iDe qué

se

contigo adentro, afuera. iY no es esta verdad ciega 1a verdad de toda fotografía, de todo índice, quizá de toda escritura? La contigüidad, Ia proximidad material del registro fotográflco es sólo la afirmación de la distancia insalvable de 1a pérdida, de una oscuridad desnuda en Ia que la 1o único que aparece es la desaparición como la verdad

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ni estará aqui su tiempo es e1 de un tiempo del diferimiento (espaciamiento, retraso y aplazamient o, différance) del sentido que se traza en 1a violencia de la huella. No, nohay nada que se revele ni que se releve, sóIo el movimiento de1 vaciamiento, 1a salida de sí en 1a frontera, el destello del fragmento, la prohibición del paso, o, desde este lado, desde el lado del sobreviviente, eI sufrimiento frente al muro, ia superficie impenetrable de un duelo imposible, de un lamento sin f,n: "estar delante de la oscuridad del sentido ni develado, ni producido, ni conquistado, sino sufrido [...] Sufrir e1 sentido: sufrir su estar-ausente"8, reconocer su presencia como una alteridad que vive con nosotros: una ausencia dolorosa queJamás podremos interiorizar, la violencia indecible que se cifra en una herida herida- que só1o cica-nuestra triza (sin hacerlo nunca) cuando nos comprometemos a cuidar su abertura. E).

otro muerto nunca está

pasado absolutamente pasado,

e1

Praesentia in absentia:no tenemos palabras (ni silencios) para nombrar

III.

VER EL ROSTRO DE LA MEDUSA

-SOPLO

1a

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ENTRECORTADO

Silencio con gotas, silencio de iágrimas. La fotografía 11ora sobre un muro -unay puerta prohibida, un paso interrumpido- cubierto por Ia humedad cuya ruina abandono invita a unos espectadores vegetales: e1 musgo crece con cuidado sobre superficie, acaricia ias heridas de un pasado violento que resuenan en Ias grietas y la cubre, las borracorr¡o se borra el dolor en una cicatriz: oculta para anunciar la 1a

hendidura pasada, olvida para recordar. Un par de helechos asisten a esta ceremoníade velaciín (sepultar, pero también ocultar), testigos mudos que, en poco tiempo, custodiarán por completo el tablero, Io cobijarán con su sombra.,o La escena es la de un cuerpo desgarrado que exhibe sus 11agas, su dolor, apelando a la fuerza de una beileza sutil. Es innegable: Echavarría 1e apuesta aquí a una arriesgada estetización de la violencia que, no por eso, deja pasar la advertencia e Benjamin sobre Ia estetización de la política y, en particular, de los desastres de 1a guerra.,. "La transformación que se logra en el arte es 1o que nos permite ver e1 horror sin paralizarnos"," afirma eI artista: e1 gesto estético no supone aquí una neutraliza ción o dialectización del dolor ajeno, pues consiste una estrategia que abre una visión-ciega, una posibilidad de ver 1o invisible, de despertar al dolor ilegible del otro mlteyto.'3 En efecto, Ia operación estética que subyace en 1as fotografías de 1os tableros huérfanos de Bojayá no es Ia de :una totalizacióndel sentido que permite 1a

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interiorización de la alteridad y 1a singularidad de las víctimas en Ia obra de arte; por ei contrario, 1as imágenes suspenden todo intento de totalización en ia medi da en que su belleza es Ia hue1la de un exceso de sentido no-apropiable, de una a1 teridad que nos agrede con su fuerza incontenible: una mirada que nos desborda. "El arte es como el escudo de Perseo en el cual sípodemos mirar el rostro de Ia Medusa",'a escudo que se protege de una verdad aterradora que no puede ni debe verse directamen¡e. La apuesta aquí es 1a de1 testimonio entendido como una visión

indirectaqre se encarna en la acción sorda del musgo. Niemandzeugtftr denZeugen, escribe Cejan:'5 las fotografías conmemoran la fecha traumática, 1a fecha secreta dei siiencio plural que recorre todos los tableros, cbnfesando su impotencia para hospedar un sentido otro qlre sólo las habita des'habitándo1as. Echavarría escdbe

borrando, recuerda oluidando: su poética es Ia de una visión alegórica de mundo que encuentra su forma en Ia exposición estetizada de :urt desobramiento!6 e\ at sentido (absens)', de Ia muerte nos sobrepasa, el duelo nunca termina. La sombra de Ia Shoah nombre de 1o sin nombre, de una violencia inapelable- I1ega a -el nosotros en estas fotografías no como un discurso que habla sobre algo, "sino como un soplo que en verdad no habla, [...] una larga síncopa de sentido",,8 una renuncia a Ia narración. Un soplo anterior a 1a palabra en e1 que resuena e1 silencio como imperativo ético: 1a plegaria muda,'e el llamado incontestabie del otro muerto,la interrupción que nos despierta. Soplo: raíz de la comunicabilidad peto no-comunicación en sí mismo: palabra entrecortada, quizá tartamudeo, palabra-siiencio.

Sólo viene hacia nosotros un entrecortado".'"

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aiiento indecible, "nuestro soplo

DE LAs soMBRAs

Como si se tratara de 1os trazos que las líneas que anuncian un p:urrto defuga,los cuatro vértices que marcan los bordes entre los muros y el suelo y entre éstos y el cielo abierto convergen en un punto de encuentro prometido pero invisible:

un punto ciego. Un muro con un tablero abandonado interrumpe esta proyec ción de la vislón y posa nuestra mirada sobre e1 espacio de esta habitación ce rrada, del encierro de este silencio atrapado. La fotografía protege un secreto, 1o encierra en una cripta que guarda 1a singularidad de rr9 muertes, la alteridad absoluta de una fecha traumática, herida, plural. A1 anteponer la superficie

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del tablero vacío, vaciíndose, 1a fotografía consagra e1 sustrato inmemoriai de la muerte previniendo su dialectización. Atrapa el secreto, pero no 1o ahoga; antes bien, io presenta en su no-presentación, en su ausentarse, en su resistencia a Ia interiorización. Se cierra sobre é1 abriendolo a la extensión infinita del cielo. No hay muerte que dialogue el nosotros de 1os testigos, 1os espectadores de este lado del muro; su fuerza inapelable punza la fantasía de una comunidad rotal en

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que

incluso los muertos se recuperan como presencias. Quizá sea ese el punctumde estas fotografías," la advertencia de una'muerte indialéctica': su verdad es Ia de una intemrpción, de 1a fractura que hace la idea de afi nosotros completo y que, más bien, 1o revela como una unidad necesariamente qrltbrada, desobrada. "No debería suponerse un cuando el tema es Ia mirada a1 dolor de los demás"" dice Sontag: todo intento de totalización de la comunidad en un nosotrosmoderto, nosotros qlre observa y se observa en eI relato de 1a Historia -un iluminador- ocuita e1 silencio de Ios vencidos,'¡ la opacidad siempre ilegible que antecede a toda visión: la oscuridad en la que se abre nuestra posibilidad de ver. La escrítura del trauma de Echavarría es una escritura caligráfica que se resiste a la codificación, a la apropiación o incorporación de un sentido otro qtTe la excede. Forma que consigue hablar en silencio, vaciándose de Ia voz en un soplo; significante cuyo significado (des)aparece en una superficie sin profundidad; silueta que sombra. Caligrafía de la§ sombras como Iegado: es sobre esta conciencia del desobramiento que se erige el nos-ofros herido, frágil, de la comunidad quebrada que se anuncia en estas fotografías: una comunidad fundada sobre Ia interrupción de la muerte, una comunidad cosida a partir de la fractura. (Punzante legado: escribir con sombras o quizá des-escribir todo 1o escrito. Escribir sobre la línea de tu sombra que me acompaña como 1o otro que se anuncia en la negrura de la mía, circundar tu voz silente en el trazo infinito de Ia huella, 1a caricia tangencial que demarca tu habitación prohibida, un soplo entrecortado, tuyo, nuestro- ciego; uelarte, strt más, en el centro sin centro de un ojo -mío, una tumba abierta, de esta escritura opaca y suspendida: el abismo caligráfico de nuestra o. Si (des)encontrarte en el eco, tocarte en 1a estela de tu fuga sin retorno). es sólo

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