“Calidades, colores y vergüenzas. Cuerpos, sentimientos y tensiones sociales en Chile (1672-1874)”

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Articulo publicado en Revista del Archivo Nacional de Chile, N. 4, Santiago, 2007, p.42-59

y de las circunstancias, de las proyecciones y de las

Calidades, colores y vergüenzas. Cuerpos, sentimientos y tensiones sociales en Chile. (1672 - 1874) 1 María Eugenia ALBORNOZ VASQUEZ Licenciada en Historia, Master en Estudios de Género Estudiante de Doctorado en Historia, EHESS, Paris

frustraciones de los sujetos involucrados. La mirada se sirve de los espacios, de los lenguajes y de los escenarios judiciales para tratar de contener y de delimitar, en un bosquejo lo más variado posible, una diversidad asombrosa de voces, de huellas y de improntas que hablan y que sugieren formas de relación social subrayadas por gestos, palabras y actos

Levantada a partir de pleitos judiciales por

detallados, descritos y evaluados por quienes los

injuria, esta exposición pone en relación los cuerpos

experimentaron y por quienes los vieron, por quienes

hablantes de los sujetos, centro y periferia de sus

supieron de ellos y por quienes se interesaron en su

identidades; los sentimientos que ellos identifican,

existencia.

nombran, recrean y esgrimen; las tensiones sociales

No me atrae tanto la exacta veracidad de lo

que cruzan cada conflicto cotidiano expuesto en los

sucedido ni la precisión del hecho judicial en juicio

pleitos judiciales. Más allá de establecer el desarrollo

como la expresividad, la manera de mostrarse, de ser,

de cada proceso, del esclarecimiento de las etapas del

de posicionarse y de proyectarse, hacia el pasado y

pleito, de la comprensión del procedimiento empleado

hacia el futuro, de las personas que están en los

y de las normas y leyes que lo inspiran, me interesa

documentos. E insisto en eso de “estar”: hace falta

profundizar en las sensibilidades despertadas y en los

adentrarnos, como sociedad chilena, en las formas de

lenguajes usados para hablar de todo lo anterior: de

ser y de ocupar el mundo que tuvieron los sujetos

los sujetos definidos a partir de sus cuerpos sensibles,

comunes del pasado, en sus devenires cotidianos e

de la cotidianeidad establecida con y desde los

“insignificantes” –a ojos de quienes estudian los

sentimientos -y no a pesar de ellos- de los matices de

procesos importantes y los grandes personajes-. Hace

los roces violentos en abierta manifestación2.

falta detenernos con más frecuencia y con más ganas

En ese sentido, independientemente del

en

vidas

no en

especiales, recorridos

en no

trayectorias

no

diálogo y la reflexión a establecer con el corpus

“originales”,

extraordinarios;

documental3, sigo las pistas respecto de las vivencias

ponernos seriamente en los zapatos y en los pasos de hombres y mujeres distintos y desconocidos, para

1

Esta conferencia es parte de mi investigación doctoral en l’EHESS de Paris bajo la dirección de Arlette Farge, financiada por la Beca Gobierno de Francia-Gobierno de Chile Master Doctorado 2003-2007 y asociada al proyecto “Histoire et anthropologie des sensibilités 20032008” coordinado por Frédérique Langue (CNRS/EHESS, Francia) y Sandra Jatahy Pesavento (UFRGS, Brasil). 2 Me inscribo en la línea de reflexión abierta en Chile por Alejandra Araya; ver especialmente “Aproximación hacia una historia del cuerpo, Los vínculos de dependencia personal en la sociedad colonial: gestos, actitudes y símbolos entre elites y subordinados”, en Monografía nº 1 de Cuadernos de Historia. Historia de las Mentalidades. Homenaje a Georges Duby, Departamento de Ciencias Históricas, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad de Chile, Santiago, Chile, 2000; “Sirvientes contra amos: las heridas en lo íntimo propio”, Sagredo, Rafael y Cristian Gazmuri (dir.), Historia de la vida privada en Chile, tomo I, El Chile tradicional. De la conquista a 1840, Santiago, Chile, Taurus/Aguilar, 2005, p. 161-197. 3 Tema que abordo en “Seguir un delito a lo largo de los siglos: interrogaciones al cuerpo documental de pleitos por injuria en Chile”,

M. E. Albornoz V. – Calidades, colores y vergüenzas…

mirar de otro modo los mismos hechos y los mismos datos ya sabidos, y para descubrir otros impensados que pulsan, laten y definen, todavía hoy, aspectos de nuestras vidas. Quisiera puntualizar que la historia me interesa por su enorme capacidad de dar cuenta de aconteceres y de posibilidades, y sobre todo, por el eco que ella tiene en nuestro presente: el hoy está en Revista Historia Social y de las Mentalidades, Año X, Volumen 2/2, 2006, Santiago, Chile, Universidad de Santiago, p. 195-225.

1

Articulo publicado en Revista del Archivo Nacional de Chile, N. 4, Santiago, 2007, p.42-59

cargado de ayer, se nota en los discursos, en las

Michel Foucault, pienso en la manifestación de los

prácticas,

las

poderes individuales que siempre existen, aunque

sensibilidades vigentes y en las que comienzan a

estén medio ocultos, en la genealogía sedimentada de

configurarse. No es determinismo sino una herencia

saberes, dichos y mecanismos de dominación que

re-significada, una latencia ligera y densa a la vez,

amalgaman a sujetos interactuantes5.

en

las

representaciones,

en

que no nos deja y no nos suelta, que sigue estando ahí, más o menos abierta a que la decodifiquemos.

Apelando a micro-historiadores italianos Ginzburg, Levi y Grendi y a Simona Cerutti, busco

Las situaciones actuales que han sido

tanto la parte activa de sujetos concientes y

incorporadas, aprehendidas y recreadas a lo largo del

participantes como la relación dinámica entre

tiempo, de modo explícito y conciente, o como una

prácticas y normas, donde las instituciones dejan de

forma

ser moles opresoras para ser validadas y construidas

subterránea

de

asumir

verdades

no

cuestionadas, merece ser reflexionado. Lo que sucede

por

las

demandas,

usos,

interpretaciones

y 6

a nivel cotidiano en las relaciones entre las personas,

desviaciones que los sujetos hacen de ellas .

los modos de relacionarse, el contacto y el roce con

Evocando a Peter Burke, me interesan las formas

los otros, la manera de nombrar, de llamar, de

culturales de hacer historia social, especialmente

interpelar, de calificar y todo el sentido valórico que

aquellas que incluyen los distintos tipos de lenguaje y

eso tiene puede historizarse. Las formas de situarse y

sistemas

de situar, las formas de decirse y de decir, las maneras

Bourdieu, quiero hurguetear en los recovecos de las

de armarse y presentarse ante los otros, las maneras

distinciones sociales, en la instalación de las

de

comunicación7.

Citando

a

Pierre

de evaluar, en un momento dado, lo que es propio de sí mismo, y de organizar lo que se dispone para modificar lo que está siendo. Sobre todo, las tensiones, conflictos, luchas y roces que traen a la superficie sentimientos y argumentos entretejidos que son, también, parte de esas maneras de ser. Es, en suma, el ejercicio de ocupar y de construir a través de ese “estar”, una cotidianeidad de mutuas influencias, esa política viva que sucede en el seno de un grupo inmediato, que es un fluir de apuestas, estrategias, proyectos y también es la defensa y la sobrevivencia. Citando a Arle

tte Farge, aludo tanto a la

fragilidad del transcurso ordinario de las cosas, que se cuela por los pliegues de la vida, como a las heridas invisibles que arrastramos ciegamente, como una sombra delgada que no nos deja nunca4. Asumiendo a

4

Remito a las publicaciones de Arlette Farge Quel bruit ferons nous ? Entretiens avec Jean-Christohe Marti, Paris, Les prairies ordinaires, 2005 ; Des lieux pour l’Histoire, Paris, Ed. du Seuil, Coll. La librairie

M. E. Albornoz V. – Calidades, colores y vergüenzas…

du XX siècle, 1997 ; Le cours ordinaire des choses dans la cité au XVIII siècle, Paris, Editions du Seuil, Collection La Librairie du XX siècle, 1994 ; Le goût de l’archive, Paris, Ed. du Seuil, Coll. La Librairie du XXè siècle, 1989 ; La vida frágil. Violencia, poderes y solidaridades en el París del siglo XVIII, México, Instituto Mora ediciones, colección Itinerarios, 1994; Vivre dans la rue à Paris au XVIII siècle, Paris, Editions Gallimard- Julliard, 1992 (1a ed. 1979). 5 Foucault, Michel, Dits et écrits, Paris, Gallimard, 1994, volumen I, « Les mots qui saignent », « Sur les façons d’écrire l’histoire » y « Les mots et les images » ; volumen III, « La vie des hommes infâmes » y « La loi de la pudeur » ; y Surveiller et punir, naissance de la prison, Paris, Gallimard, 1975. 6 Ginzburg, Carlo, « Représentation. Le mot, l’idée, la chose », en C. Ginzburg, A distance, Neuf essais sur le point de vue en histoire, Paris, Gallimard, 2001, p. 73-88, (también Annales, E.S.C., N.8, 1991) ; « Signes, traces, pistes. Racines d’un paradigme de l’indice », en Le Débat, Paris, N.6, nov. 1980 (reeditado en Mythes, emblèmes, traces. Morphologie et histoire, Paris, Flammarion, 1989) ; Ginzburg, Carlo y Carlo Poni, « La microhistoire », en Le Débat, Paris, num. 17, 1990 ; Grendi, Edoardo, « Repensar la microhistoria ? », en Entrepasados, Buenos Aires, an. V, num. 10, 1996, p. 131-140; Levi, Giovanni, « Sobre microhistoria », en Peter Burke (comp.), Formas de hacer historia, Madrid, Espagne, Alianza Editores, 2000, p. 119-143 ; « Comportements, ressources, procès : avant la « révolution » de la consommation », en J. Revel (dir.), Jeux d’échelles. La microanalyse à l’expérience, Paris, Gallimard/Le Seuil, 1996, p. 187-207 ; Cerutti, Simona, « Processus et expérience : individus, groupes et identités à Turin, au XVIIème siècle », en Jacques Revel (dir.), Jeux d’échelles. La microanalyse à l’expérience, Paris, Gallimard/Le Seuil, 1996, p. 161-186 ; « Normes et pratiques, ou de la légitimité de leur opposition », en Lepetit, Bernard (ed.), Les formes de l’expérience. Une autre histoire sociale, Paris, Albin Michel, 1995, p. 127-149. 7 Burke, Peter, (edit.), Formas de hacer historia, Alianza Editorial, Madrid, 2000; Hablar y callar. Funciones del lenguaje a través de la historia, Gedisa Editorial, Barcelona, 1996.

2

Articulo publicado en Revista del Archivo Nacional de Chile, N. 4, Santiago, 2007, p.42-59

denominaciones y de las dominaciones, y en las 8

se es o con lo que se pretende ser, la discusión acerca

violencias simbólicas . Siguiendo a Marta Nussbaum,

de la intención, la legitimidad y la trascendencia de lo

quiero conocer y comprender el lugar y el peso de los

dicho, de lo escuchado, de lo repetido. En sociedades

sentimientos en la constitución de los sujetos y de las

profundamente orales, eso tiene una importancia vital;

comunidades9.

en

sociedades

comunicativas

y

de

mucha

Finalmente, apelando a Michel de Certeau y

interdependencia valorativa entre unos y otros, esto

a Jacques Rancière, deseo mantener un firme y

de que a varios les interesa lo que tal o cual diga o

continuo diálogo en susurros con nuestros muertos,

piense, es parte fundamental de los códigos de

trayendo cariñosa y reflexivamente al presente sus

relación.

pasares, sus aspiraciones, sus errores y sus aciertos10.

El contenido agresivo de la palabra y la posibilidad

Algunas ideas acerca de las injurias

de

ser

violento

conecta

con

las

manifestaciones pasadas de esa violencia expresada,

Mi acercamiento a los pleitos por injuria

de esa violencia conceptual que se acompaña de

comenzó desde la observación de situaciones de

gestos y de actos, que no es menos grave ni menos

violencia verbal, de las maneras de incomodar a los

importante que la violencia de los golpes. No interesa

demás desde la palabra. Para provocar risa, para

comparar ni medir manifestaciones ni establecer

delimitar espacios de poder, para eliminar a un

escalas, tendencias, evoluciones ni marcar hitos,

enemigo o para reforzar inseguridades propias, la

periodos

palabra ingeniosa pero hiriente circula en muchos

violencias. Me interesa relevar prácticas sustentadas

espacios de sociabilidad, y su presencia reiterada

en valores de larga duración, que sostienen órdenes

comenzó a inquietarme, sobre todo porque entiendo

morales de sociedades jerarquizadas, y señalar -para

que se apoya en valores y subraya prototipos,

una reflexión mayor que involucre a muchos actores-

dibujando identidades y discriminando, sigilosa,

mecanismos de tensión social, antiguos y persistentes,

sujetos, lugares sociales, categorías morales y ordenes

que nos incluyen a todos. Quisiera aportar desde la

éticos que de pronto consideré poco amables.

historia a la reflexión sobre actitudes violentas

de

aparición

o

desaparición

de

las

De ahí la curiosidad y la indagación en

cotidianas de hombres y de mujeres, sobre las

documentos que muestran, que relevan, que se

clasificaciones sociales validadas diariamente desde

construyen

espacios

convicciones que han sido internalizadas sin mucho

previstos para detenerse en asuntos planteados así: la

cuestionamiento y que nos mueven, las más de las

sensibilidad de unos frente a la palabra agresiva de

veces, desde el impulso espontáneo en el roce con

otros cuando habla de asuntos relacionados con lo que

otros11.

precisamente

porque

hay

Las injurias son objeto de clasificaciones: 8 Bourdieu, Pierre, La domination masculine, Paris, Ed. Points, Coll. Essais, 2002 ; Ce que parler veut dire, l’économie des échanges linguistiques, Paris, Fayard, 1982 ; La distinction, critique sociale du jugement, Paris, Les Editions du Minuit, 1979. 9 Nussbaum, Martha, « Les émotions comme jugements de valeur », en Raisons Pratiques. Épistemologie, sociologie, théorie sociale, Paris, EHESS, num. 6, 1995, p. 19-32. 10 Certeau, Michel de, L’ Ecriture de l’histoire, Paris, Gallimard, Coll. Folio Histoire, 1975 ; Rancière, Jacques, Les noms de l’histoire, essai du poétique du savoir, Paris, Seuil collection La Librairie du XXè siècle, 1992.

M. E. Albornoz V. – Calidades, colores y vergüenzas…

están las graves, atroces o leves, según la magnitud 11

He abordado estos temas en “La injuria de palabra en Santiago de Chile, 1672-1822”, en Nuevo Mundo Mundos Nuevos, No4-2004, www.nuevomundo.revues.org ; en “Violencias cotidianas de mujeres santiaguinas. Injurias en la Real Audiencia de Chile, 1672-1822”, en prensa, y en mi Tesis de Magíster en Estudios de Género, “Violencias, género y representaciones. La injuria de palabra en Santiago de Chile. 1672-1822”, 119 p., Universidad de Chile, Facultad de Filosofía y Humanidades, Santiago, Chile, septiembre 2003.

3

Articulo publicado en Revista del Archivo Nacional de Chile, N. 4, Santiago, 2007, p.42-59

del daño; las injurias de palabra o de obra, según la 12

objetivo a una situación que se origina desde la

forma en que se llevan a cabo . Porque las injurias no

subjetividad de un individuo, a partir de la “intención

se concretan sólo con la voz, con insultos, cantos,

de daño” presente en otro individuo. Los testigos

versos o payas, ni sólo por escrito, con los libelos,

otorgan la cuota de imparcialidad a una situación

pasquines, panfletos, dibujos, etc.; sobre todo, porque

parcial, lo público da fe de universal posible a un

van más allá de la dimensión de “jurar”, que en

hecho particular que de otro modo queda confinado a

nuestro chileno cotidiano sería garabatear. También

la invención o a la mentira. Las injurias deben

hay injurias gestuales o por omisión y por supuesto,

transcurrir en compañía de otros, y como tales deben

están los actos

inscribirse en una corriente valórica compartida por la

y los golpes en todas sus

manifestaciones. Las injurias, para que “sean”, deben ser

comunidad. En ese sentido, las injurias son consenso, son expresión de sentido común, son reflejo de

públicas, esto es conocidas, sabidas, notadas por

valores

asentados

e

instituyen

alguien más, diferente de quien se dice injuriado. La

reconocimiento o de rechazo social.

marca

de

publicidad es un elemento constitutivo: no existen

En el procedimiento judicial esta compañía

injurias sin testigos porque sin testigos no hay

validante se define por los dos testigos iniciales

constancia de injuria. Los testigos otorgan un valor

indispensables que dan carácter a la querella por injurias, y además se completa con la presencia de

12

Las leyes que atañen al delito de injurias, para el período colonial, provienen de la legislación castellana: las Siete Partidas, que reproducen algunos fueros ibéricos y las Recopilaciones. Durante la República los códigos civil de 1855 y penal de 1874 se hacen cargo de ellas. Para un acercamiento a la regulación de las injurias en la legislación hispanomedieval, ver Meneses Sotelo, Felipe, “El delito de injuria en las siete partidas: su configuración y trascendencia”, Tesis de Licenciatura en Derecho, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile, 2000. Las injurias aluden directamente al valor que cada uno asigna a su propia persona, y gravitan, para las sociedades occidentales de cuna latino-mediterránea, en torno al honor como valor articulador. Esta noción ha sido trabajada para otras sociedades. Por nombrar sólo algunos Pitts-Rivers, Julian, Antropología del honor o política de los sexos, Ensayo de antropología mediterránea, Editorial Crítica-Grijalbo, Barcelona, España, 1979, 266 p. (1a ed., The fate of Schechem or the politics of sex, Cambridge University Press, 1977); Pitts-Rivers, J., « La maladie de l’honneur », en Autrement, Serie Morales, N. 3, « L’honneur », Paris, 1991, pp. 20-36. (Traducido como « La enfermedad del honor », en Anuario del IHES, N. 14, Buenos Aires, Argentina, 1999, pp. 235-246.); Pitt-Rivers, Julian y J.G. Peristiany (eds.), Honor y Gracia, Madrid, Alianza Universidad, 1993, 336 p. (versión española de Paloma Gómez Crespo); Johnson, Lyman L. y Sonya Lipsett-Rivera, The Faces of Honor. Sex, Shame and Violence in Latin America, Albuquerque, USA, University of New Mexico Press, 1998, pp.103-126. Para el caso de Chile, el honor en los pleitos por injuria ha sido estudiado por los historiadores Mauricio Rojas Gómez en su tesis doctoral relativa al siglo XIX, “Crimen y sociedad en la provincia de Concepción, 1820-1875”, Pontificia Universidad Católica de Chile, 2003, 342 p., cap. “Las injurias y el valor del honor”, p. 239-306, y por Verónica Undurraga Schuler en “ ‘El honor no es mas que la buena opinión’: aproximación al honor a partir de la categoría de lo publico en el Chile de 1792 a 1822”, en Bicentenario, Revista de Chile y América, vol. 4, N. 2, Santiago de Chile, Centro de Estudios Bicentenario, 2005, p. 17-35; esta autora desarrolla actualmente una tesis doctoral en la Pontificia Universidad Católica sobre el honor en Santiago colonial. Sin embargo, los temas que me interesa analizar me llevan a dejar de lado el peso que tanto esta noción como la honra -en su versión castellana- han tenido en estas situaciones judiciales, para vislumbrar y traer al primer plano otros aspectos que también existen en ellas. Por lo tanto, no hablaré aquí de honor, de honra ni de deshonra.

M. E. Albornoz V. – Calidades, colores y vergüenzas…

varios otros llamados a detallar aspectos diversos: la situación de injuria en sí, pero también sus antecedentes; las trayectorias personales y familiares del acusador y del acusado; los otros motivos que puede haber para la enemistad de los pleiteantes. A partir de las declaraciones de los testigos y de elementos aportados también por los acusadores, se configura una trama que supera con creces la injuria reclamada y que nos entrega varios hilos que coger, descorriendo telones que esconden aspectos sociales sensibles interesantes de profundizar. En general quiénes reclaman por injurias lo hacen hablando desde el dolor del cuerpo, pero también desde el dolor del alma, entendida aquí como el lugar donde se originan los sentimientos, los principios, los proyectos13. Desde el cuestionamiento sufrido, desde la preocupación por un quiebre que los saca de un lugar social y los deja en otro, siempre

13

MacMullen, Ramsay, Les émotions dans l’histoire, ancienne et moderne, Les Belles Lettres, Paris, 2004, 264 p. (1a ed., Feelings in History, Regina Books, California, Estados Unidos, 2003).

4

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peor. La injuria no sólo hiere, sino que desestabiliza,

agresiones para quiénes se enteran de ellas, es

es un terremoto del lugar social, y muchas veces

necesario recordar que siempre significaron mucho

además de la proyección que se estaba haciendo el

para quienes las experimentaron. Cada situación de

afectado de ese lugar social que ocupaba. La injuria

injuria es vivida como un acontecimiento serio para

materializada a través de expresiones insultantes

quienes estuvieron involucrados en ellas y aunque

conlleva imágenes de lo positivo y de lo negativo que

hubiese quiénes catalogaran esas situaciones como

cuestionan al injuriado y lo dejan en el mal lugar, con

“sin importancia” o “insignificantes”, me resisto a

una gran pregunta sobre su legitimidad social y, las

menospreciar las vivencias y los sentires de quienes

más de las veces, con una pésima herencia para la

aparecen reclamando, contestando y testimoniando

descendencia. Pero también pueden tener este efecto

acerca de ellas. Estas disputas no fueron triviales y

los gestos sutiles de no consideración, dependiendo

para leerlas hay que evitar tanto los acercamientos

de la sensibilidad del que se declara injuriado, como

que usan lenguajes teatrales como las interpretaciones

los

que privilegian su escenificación premeditada, como

no

saludos,

las

no

atenciones,

los

no

reconocimientos gestuales de jerarquía social, los

si fueran maquinaciones o montajes. Sobre todo porque los discursos explicativos

silencios, las omisiones. Cuando son injurias de obra, además de lo

para tanta variedad en el agredirse recurren a

anterior suceden maltratos y heridas que implican

principios de orden moral y social que ponen en

carnes, pieles y pelos dañados, varias veces de modo

relación patrones éticos y claves de jerarquía junto a

irreparable, que redundan en un inmediato reacomodo

prejuicios, estereotipos y privilegios. Los insultos y

del sujeto injuriado en su cotidiana manera de

las expresiones insultantes, resentidos como injurias,

enfrentar la vida: mejillas tajeadas, dedos de menos,

configuran y recrean, simultáneamente, sistemas de lo

un

embarazos

bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, lo

interrumpidos, espaldas quebradas, trenzas cortadas y

apropiado y lo inapropiado. Reglas de trato social que

cabezas sangrantes figuran junto a bofetones,

van de la mano con lugares en la jerarquía social

puntapiés,

piedrazos,

vertical y con categorías morales atribuidas a cada

disparos, latigazos y apaleos, por mencionar los más

uno según el orden construido sobre la base de

abundantes.

creencias

ojo

o

un

pie

mechoneos

destrozados,

y empujones,

fundamentales.

Trasgresiones

de

los

Los momentos y las consecuencias de estas

subordinados y abusos de los privilegiados se acusan

agresiones son resentidos siempre como un atentado a

con igual acento, relevando movimientos de los

la persona, sin importar el rango social del afectado.

elementos de un modelo que pueden desestabilizar

Al menos, el hecho de ir a contarlas, de recordarlas y

tanto los que están por debajo como quienes detentan

repetirlas ante los jueces sugiere una voluntad de no

lugares favorecidos. Las injurias así miradas acusan la

dejar pasar estas agresiones, de otorgarles un peso

posibilidad de colarse, desde la propia acción, por

diferente de otras, a través del pleito por injurias. Se

rendijas del entramado social que soporta, en

hizo una evaluación de esas agresiones en particular y

metáfora

se las incluyó en un devenir que atribuye importancia

convivencia en comunidad. Y también develan las

a lo que ha sucedido. Por lo tanto, por muy

tensiones que sostienen y sustentan ese entramado

“anecdóticas” que puedan parecer algunas de estas

sociocultural.

M. E. Albornoz V. – Calidades, colores y vergüenzas…

de

construcción,

el

edificio

de

la

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Articulo publicado en Revista del Archivo Nacional de Chile, N. 4, Santiago, 2007, p.42-59

sociales que se usaban, como etiquetas, que permitían Las calidades y los colores

encasillar a las personas en un lenguaje de orden

Historiadores de lo social y de la familia en

social conocido por todos, y por lo tanto, que todos

tiempos coloniales han enfatizado la adscripción o la

manejaban de una u otra manera. Cada quien sabía

denegación de ciertos conceptos, de parte de los

qué calidad tenía, o pensando más finamente, qué

individuos, cuando se les tiene que definir o cuando

calidad “decir que se tenía”. Y en esta dinámica de

14

ellos mismos se tienen que definir. La calidad como

mirar y clasificar al prójimo, cada uno opinaba sobre

ordenador de las personas según sus esencias es uno

la calidad del otro.

de ellos y está presente en los pleitos por injuria. La

Las calidades son referenciales a la esencia,

consulta a los sucesivos diccionarios de la Real

pero también son relativas: se comparan con los

Academia de la Lengua, desde su primera versión de

vecinos, con el interlocutor, con el desafiante.

1732-39 hasta la de 1884 muestra que el peso de esa

Siempre que hay asomo de duda se establecen en

palabra sigue vigente en términos sociales, a pesar de

función de otro, sobre todo en espacios donde la

que rigieron junto a ella otros elementos de

mixtura y la variedad es amplia y donde las

clasificación social, como la condición y la clase, y de

excepciones positivas suceden por vía de dinero (la

otras virtudes discriminadoras de buenas y malas

compra de títulos de nobleza, certificados de

15

gentes, como la crianza, la educación o la decencia . Las calidades eran definidas las más de las

hidalguía o cédulas de gracias al sacar) antes que por largas herencias de linaje auténtico.

veces en función de lo positivo de la esencia

Un pleito sucedido en el Santiago de 1764

constitutiva (decir “de calidad” es subrayar su aspecto

muestra la influencia del principio de la calidad en el

bueno) pero también para anunciar el tipo social en el

orden social y moral. El Corregidor Manuel Zañartu,

que se estaba: de calidad español, de calidad mulato.

luego de oír la queja de doña Francisca Javiera de

Hablar de calidad era entrar de lleno en los lugares

Aguirre, viuda española y madre del joven Mateo de Amextas, comenzó un proceso sumario contra Paula y

14

A. Grubessich exploró archivos parroquiales para el caso chileno donde figura la “calidad”; demostró que un mismo individuo puede ser catalogado como perteneciente a tal o cual calidad al momento del bautizo, pero que más tarde, en su matrimonio puede autodefinirse de otro modo, sin usar la misma etiqueta. Ver Grubessich Sandoval, Arturo, “Rasgos de la transformación social chilena del siglo XVIII”, en Cuadernos de Historia, N.15, Universidad de Chile, Departamento de Ciencias Históricas, diciembre 1995, p. 183-200. Además de ese modo de seguir la identificación con los tipos de calidades posibles, están los estudiosos de los Pleitos de Disenso, originados por la aplicación de la Real Pragmática de Matrimonios, vigente desde 1778 en las colonias y que enfrentó por doquier voluntades de padres e hijos en torno a futuras alianzas matrimoniales. Un antecedente para la sociedad chilena es el trabajo de Vial Correa, Gonzalo, “Los prejuicios sociales en Chile al terminar el siglo XVIII. (Notas para su estudio)”, en Boletín de la Academia Chilena de la Historia, N. 73, Santiago, Chile, 1965, p. 1429. Entre los autores que abordan la calidad en pleitos por disenso matrimonial está Lavallé, Bernard, “El argumento de notoria desigualdad en la relación de pareja (Lima y Quito, siglos XVII y XVIII)”, en O’Phelan Godoy, Scarlett et al (Coord.), Familia y vida cotidiana en América Latina, siglos XVIII-XX, Lima, P. U. Católica del Perú/Instituto Riva-Agüero/IFEA, 2003, p. 231-252. 15 He trabajado estos temas en “Claves simbólicas que alimentan la expresión violenta de las diferencias sociales. Chile, siglos XVIII-XIX”, ponencia presentada en el Simposio HIST 26 “Heridas en el cuerpo, heridas en el alma” del 52ICA, Sevilla, España, julio 2006, disponible en Nuevo Mundo N° 6-2006, http://nuevomundo.revues.org

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Petrona, dos hermanas mulatas y esclavas. El marido de Paula, Pedro Cubillos, oficial de carpintero, había pactado con Javiera el uso de un cuarto, por el cual debía pagar arriendo mensual. Paula, aunque esclava de otra viuda española, vivía en ese cuarto arrendado junto a su marido y obtenía dinero lavando ropa ajena en una artesa. Javiera se hacía representar por su hijo Mateo para estos negocios de arrendamiento. El, a su vez, comisionaba como mensajeros y actuantes a sus esclavos, el mulato Vicente y el negro Sebastián. Javiera

hizo

caso

de

habladurías

sobre

sus

arrendatarios: eran malos pagadores y transmitió esa información a su hijo cuando lo mandó a cobrar el

6

Articulo publicado en Revista del Archivo Nacional de Chile, N. 4, Santiago, 2007, p.42-59

primer mes de arriendo. El marido no estaba en el

del Real Fisco consultado por el Corregidor Zañartu,

cuarto y entonces Mateo y sus esclavos presionaron

se sumó como representante de los intereses públicos

con distintas acciones sólo a Paula, quien no tenía

a la acusación. De ese modo se tuvo que el Fiscal, el

dinero. Mateo la golpeó y la encerró en ese mismo

Corregidor y la viuda propietaria del cuarto acusaban

cuarto durante un día completo y argumentando la

formalmente a dos hermanas esclavas por injurias,

necesidad de recuperar el dinero, mandó a que sus

basándose en el desacato a la diferencia de calidad. El

esclavos le quitaran herramientas y muebles de su

ama de las hermanas las defendió en justicia y sus

marido. Sin embargo, varios testigos dicen que Paula,

abogados subrayaron la injuria de Paula, anterior a la

estando ya encerrada y mediante la ayuda de vecinos,

de Javiera16.

procuró pagar en especies, ofreciendo una manta de

Además de la interesante relevancia de

cierto valor y una escribanía confeccionada por su

féminas peleando a voz y a cuerpo y también

marido. El encierro terminó porque Javiera y Mateo

pleiteando mediante la palabra escrita, este expediente

se convencieron de que no obtendrían dinero; pero el

muestra que Paula y Javiera, dos mujeres sin relación

embargo de bienes continuó. Paula alegaba, gritaba e

de

insultaba, mas no podía hacer mucho contra la fuerza

diferentes, pueden decir que se sienten injuriadas. Sin

de los esclavos, quienes colmaron su apremiante

embargo, la mujer que se define como “de calidad”

situación cuando, obedeciendo a Mateo, se llevaron

no quiere olvidar que la esclava se atrevió a ir a su

su propio instrumento de trabajo, la artesa para lavar

casa a buscarla y reclamarle, sin pasar por

ropa.

intermediarios masculinos y osó además responder a

dependencia

directa,

con

lugares

sociales

Aconsejada por su hermana Patrona, Paula

sus gritos, insultos y golpes del mismo modo.

fue a casa de Javiera a conversar con ella sobre el

Traspasar esa regla del trato social ameritó su manera

monto preciso de la deuda. Atravesó el zaguán y en al

violenta de recordarle las diferencias que las

patio la recibió Mateo, cortándole con su cuerpo la

separaban.

pasada. Paula dijo en irónica voz alta “acaso ésta es princesa para no salir a hablar conmigo?” Javiera la oyó y dejó de atender a una hija enferma para ir a enfrentar a la esclava. En ese patio se produjo la pelea, que incluyó golpes e insultos, interviniendo también los esclavos de Mateo. Petrona llegó al oír los gritos de Paula y golpeó a su vez a Mateo. Aparte de no conseguir lo que buscaba, Paula fue encarcelada junto a Petrona. El Corregidor Zañartu las procesó por injurias contra Javiera y su hijo, y su principal argumento fue la diferencia de calidad entre, las dos hermanas, por un lado, y madre e hijo, por el otro, hecho que ameritaba un castigo ejemplar para las dos primeras, ya que no supieron “acatar” esa diferencia. Esteban Vicencio, el Agente

M. E. Albornoz V. – Calidades, colores y vergüenzas…

16 Archivo Nacional Histórico de Santiago, Fondo Real Audiencia, Vol. 2784, p.4, Santiago, 1764-1765. A los dos días de la denuncia el Corregidor sentenció: Paula debía recibir 100 azotes por las calles, siendo paseada sobre bestia, con la cabeza rapada y su cabello colgándole del cuello, y luego iría por un año a la Casa de Recogidas. María y su abogado apelaron de la sanción ante la Real Audiencia. Allí, Javiera, la acusadora, expuso las justificaciones a su conducta violenta: la diferencia social y moral entre ella y las hermanas necesitó castigar por su mano, y luego ejemplarmente por la del Corregidor, a “esclavas insolentes y atentadoras que atropellan los tratos”. En sus confesiones ambas esclavas dicen que los “violentos sentimientos” y las “pasiones que las embargaron”, derivados de las provocaciones de Mateo, de los esclavos de éste y luego de su madre Javiera hacia Paula, motivaron sus comportamientos agresivos. El abogado justificó la actitud de Paula subrayando que estaba “alentada del doloroso sentimiento de la real y efectiva injuria que le causó dicho don Mateo y su esclavo”. En el caso de Petrona, acudir en defensa de su hermana no ameritó explicación, se aceptó sin discusión su solidaridad de sangre y afecto. Petrona estaba embarazada de cinco meses y Paula en prisión revelo que también lo estaba; pero además enfermó. Javiera, por medio de su abogado, insistió en castigar a Paula, acusándola sucesivamente de “falso embarazo” y “de menor enfermedad”. Sin embargo, luego de conocer la opinión de especialistas, los jueces otorgaron su libertad bajo fianza para “medicinarla… en atención a lo mucho que ha padecido con tanta dilatada prisión, en tanto grado que la ha conducido al último extremo de morir en que se halla”.

7

Articulo publicado en Revista del Archivo Nacional de Chile, N. 4, Santiago, 2007, p.42-59

Las calidades están presentes como una

español católico y de lo malo a lo negro africano

marca y como un mandato en el orden social y en el

pagano, con una “natural” agrupación de toda la

encuentro de sujetos. Si no se acatan, no se obedecen,

tendencia, “inclinación” a la maldad en cualquier

no se respetan, se produce un desorden puntual que

sospecha de la no pureza racial. Ese modo de

altera la buena manera de estar en sociedad, y sobre

comprender y ordenar las almas y las esencias de las

todo, la buena manera de ser gobernados. Es un

criaturas de Dios se traspasó a las colonias castellanas

desequilibrio

en

y se perpetuó en las sociedades que surgieron en sus

explicaciones culturales y manifestado siempre en

poblados. Las instituciones de administración y de

cuerpos y voluntades trasgresores. No sólo el trato

evangelización las albergaron en el seno de una

social es atropellado cada vez que las calidades son

convivencia normada por principios incontestables,

vapuleadas: el orden moral y el orden social son

permanentemente evidenciados en los cuerpos de los

también adulterados irreverente y críticamente, tal

súbditos/feligreses.

político

y

social

basado

como sugiere la frase de Paula, “acaso ésta es

Los colores tienen un peso sustantivo en la

princesa para no salir a hablar conmigo”. No

vida de las personas porque la escala cromática,

considerar la calidad superior, y además agredir esa

anudada a la sangre y plasmada en la piel, va de la

calidad superior que representa el cuerpo y el estatus

mano con la escala ética y con los privilegios

de una viuda española respetable se convierte así en

sociales. Sea en el siglo XVII o en el XIX, el ser

un atentado al sistema completo. Poco importa saber

calificado como mulato puede gatillar angustias

si Paula tenía razones para reclamar los abusos y

severas, hacer gastar hojas de papel y horas de

maltratos que estaba sufriendo, lo que interesó fue

tiempo, en una carrera tenaz por lograr revertir la

subrayar que su situación social no le permitía, bajo

sospecha y limpiar (liberar de mancha) la insinuación

ningún motivo, ir hasta la casa de Javiera y

lacerante. La sugerencia de mezcla y de trampa, en

defenderse del modo que lo hizo, porque eso

ese orden de profundidad de los peligros, tiene una

implicaba un desastre tan serio que hacía peligrar el

potencia devastadora para los individuos interesados

futuro de la vida en sociedad.

en

La presencia de Paula facilita la conexión con los colores y las clasificaciones morales y

construirse

un

espacio

social

legítimo

y

permanente entre los que tienen algun tipo de privilegio.

sociales. Como bien demuestra Marta Madero, existe

Ese interés por acceder a los beneficios es

un imaginario de muy larga data que asocia la pureza

uno de los nudos, punto frágil y fuerte a la vez, que

del alma y del espíritu al color blanco y lo contrario,

conforma identidades sociales. Ese nudo puede atarse

la maldad a la oscuridad, a la ausencia de luz, a lo

y desatarse desde estrategias institucionales que

17

negro . Llevados a la piel, situada corporal y

canalizan formalmente la inserción o la exclusión;

geográficamente, en concordancia con el credo

pero también puede abordarse desde prácticas

religioso, se tiene la atribución lo bueno a lo blanco

cotidianas que crean ordenamiento social, como el habla y la inventiva.

17

Madero, Marta, « L’injure et le corps en Castille aux XIII et XIV siècles », en L’invective au Moyen Age : France, Espagne, Italie : Actes du Colloque, dans Atalaya, num. 5, Paris, Presses de La Sorbonne Nouvelle, 1994, p. 231-248 ; Manos violentas, palabras vedadas. La injuria en Castilla y León (siglos XIII-XV). Prólogo de Jacques Le Goff, Madrid, Taurus Ediciones, 1992.

M. E. Albornoz V. – Calidades, colores y vergüenzas…

En 1688 una santiaguina sembró el rumor acerca de la “nota de mulato” en la familia de los González Moreno y eso le costó ser acusada

8

Articulo publicado en Revista del Archivo Nacional de Chile, N. 4, Santiago, 2007, p.42-59

judicialmente por injurias18. Se movilizaron parientes

desdecía, debía pagar una multa. Cisternas no cedió y

y amigos del injuriado para demostrar lo contrario y

la pena pecuniaria se dictó el 22 de junio19.

se llegó a probar que todo había sido una invención

¿Qué podía importar ser tildado de mulato y

tejida entre la acusada, la viuda Isabel Corral, y un

zambo a mediados del siglo XIX? Mucho: aunque ya

pariente lejano del implicado, quien a su vez era el

no fuera colonia ni reino, en la sociedad persistían las

padre de una novia anónima que vio naufragar su

ideas sobre tipos de gente y colores de piel y seguía

proyecto

palabras

siendo preferible que no se mencionaran las cercanas

esparcidas por Isabel: que Antonio González Moreno,

a lo negro. De otro modo Cisternas no habría

el padre, era “hijo de una mulata de servicio”. La

pronunciado las dos palabras más comunes para

alianza matrimonial prevista tambaleó porque se

nombrar en territorio chileno la mezcla con sangre de

sembró la sospecha sobre el fenotipo y el lugar social

origen africano, que muchos injuriados sindican, en

de la novia. El color oscuro y la turbiedad de la

estos mismos pleitos, como sinónimos.

de

matrimonio

debido

las

sangre se rehuyen a como dé lugar porque en la teoría

Pienso que ello no tiene tanta relación con la

ética imperante, asumida por las prácticas sociales de

condición de esclavitud, abolida en 1823, como con

privilegio, marginan de lugares acariciados y porque

los estereotipos acerca de todos los morenos, fueran

continúan tiñendo de mala manera, en la imagen que

libres o esclavos, que conformaban la plebe, el

proyectan y en las mentes ajenas, a quiénes tienen la

populacho, la masa de mestizos, mulatos, zambos y

desgracia de transportarlo en los genes. Y por ello, las

cholos, todos los de baja calidad, menor condición,

palabras que aluden a esa calidad oscura pueden

mala clase, los que pertenecían a la baja esfera, el

usarse como insultos y luego ser sentidas y

pueblo que no se distingue sino que se mimetiza y se

esgrimidas como injuria.

contagia del color malo, los vicios y las perdiciones.

Esta manera de clasificar y de sopesar a los

Como dicen Anrup y Chávez, los estereotipos

individuos y a las familias, con su poder agresivo e

vinculados a los colores20 quedan adheridos en todos

hiriente, pervive en 1840: don José María Cisternas,

los espacios hispano coloniales y en todos los códigos

habitante de Cauquenes, entabló pleito contra don

que manejan sus habitantes. Y en tanto claves

José María Pizarro porque éste afirmó de él que era

culturales, soportando incluso el peso del estigma21,

mulato y zambo. Cisternas estaba preocupado porque

no se borran porque se declara la independencia

su hermano aspiraba a un cargo municipal y temía

política de la metrópoli que impuso esos órdenes

que esa sugerida “mácula” le impidiera hacer carrera

sociales y morales ni porque se acaba para siempre

en el gobierno local. Se envió el expediente en

jamás la condición de esclavitud.

consulta al Tribunal de Talca, cabeza de provincia, y el juez a cargo aconsejó penalizar la injuria siguiendo lo planteado por las 7 Partidas: si el agresor no se

18 Archivo Nacional Histórico de Santiago, Fondo Real Audiencia, Vol. 2808, p.4, Santiago, 1688.

M. E. Albornoz V. – Calidades, colores y vergüenzas…

19 Archivo Nacional Histórico de Santiago, Fondo Judicial Cauquenes, Legajo 118, pieza 9, año 1840. Trascrito en Araya Elizalde, J. y E. Da Via Ferreira, “Los delitos de injuria y calumnia en Chile entre los años 1810 y 1875”, tesis de Licenciatura en Derecho, Facultad de Derecho, Universidad de Chile, Santiago, 19… (sin fecha). 20 Anrup, Roland y María Eugenia Chávez, “La ‘plebe’ en una ‘sociedad de todos los colores’. La construcción de un imaginario social y político en la colonia tardía en Cartagena y Guayaquil”, en Caravelle, Cahiers du monde hispanique et lusobrésilien, N. 84, 2005, Toulouse, Francia, p. 93-126. 21 Ver Gómez, “El estigma africano en los mundos hispano-atlánticos (siglos XIV al XIX)”, en Revista de Historia de la Universidad de Sao Paulo, N.153, 2º semestre 2005, Sao Paulo, Brasil, p.139-179.

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Articulo publicado en Revista del Archivo Nacional de Chile, N. 4, Santiago, 2007, p.42-59

entrelazados con escalas morales, que actúan como Los sentimientos y las vergüenzas

claves de orden social. Uno de ellos es la vergüenza y

Las justicias llamadas de Antiguo Régimen

su contra figura, la desvergüenza23.

permanecen en las nuevas Repúblicas, como es el

Desde 1739 el Diccionario definió la

caso de Chile, sustentándose en una gama de

vergüenza como una “pasión que excita la turbación

elementos que incluye la piedad, la paciencia, el

del ánimo”, producto de haber “experimentado un

consuelo y la ira, comprensible y semi-aceptada

desprecio, una confusión o una infamia”, y la

cuando responde a una situación en que el airado es

presencia de esa pasión se prueba con la “alteración

víctima e inadecuada y castigada cuando el airado es

del color del rostro”. En 1869 se eliminó la palabra

un abusador, un maltratador o un insolente. Los

pasión de la definición y se acentuó en primer lugar el

pleiteantes

color del rostro, cambiando con ello, a mi juicio, el

comprenden

y

usan

ese

lenguaje,

nombrando incluso el “justo sentimiento” para

lugar y la importancia de este sentimiento-valor24.

conmover, desde sus dolores, a los funcionarios de

Cuando antes importaba la turbulencia

justicia y despertar en ellos la adhesión a una causa

interna, esencial y en relación con la presencia social

que merece ser esclarecida para castigar al supuesto

del

individuo,

turbulencia

originada

por

un

22

desequilibrio en el trato social experimentado

Las injurias en particular requieren de los

personalmente, y que se hacía evidente en el rostro, lo

sentimientos porque ellos edifican las subjetividades

subrayado era la vivencia interior de la pasión,

heridas. Los sentimientos permiten hablar, detallar y

esencia constitutiva que signaba una calidad moral

explayarse en los dolores, angustias, preocupaciones,

superior, puesto que esa vergüenza estaba en alianza

inquietudes y frustraciones despertadas por las

directa con la voluntad divina de crear al ser humano

injurias, que no pueden plantearse asépticamente

con una original dosis de culpa y vergüenza,

porque el sistema no soporta lenguajes higiénicos

sumisamente respetuosa del juicio.

culpable .

desprovistos de dolor. Incluso de sufrimiento,

Cuando después se enfatiza la prueba visible

exageración moral nombrada por distintas personas

en la cara para explicar, en segundo lugar, lo que

en distintos lugares: el sufrimiento dibuja la necesidad

origina esa alteración en el rostro, lo que se acentúa es

de reparación urgente. También otros sentimientos o

el incomodo del individuo, delatado por el cambio de

pasiones complicados como la cólera, el furor, los

color en su cara. Hay ahí una mutación en el lugar de

celos, la envidia, la soberbia o el orgullo se instalan

la pasión interna de la vergüenza como motor de

en los discursos junto a la hipótesis de la intención

alteración; antes fue protagónica del ser; después

atribuida al acusado como culpable.

queda explicativa, es funcional, está al servicio del

Pero además de esa inclusión constitutiva de los sentimientos en estos pleitos judiciales, la

“parecer”. Antes la vergüenza era fundamental, después pasa a ser sobre todo incómoda y acusete.

dinámica de las situaciones de injuria permite entrever el uso social de ciertos sentimientos que van 22 He abordado este tema en “Decir los sentimientos que se viven en singular. La frustración y a cólera de un comerciante de telas que se creía buen padre. Ciudad de México, 1714-1717”, en Nuevo Mundo, No6-2006, www.nuevomundo.revues.org

M. E. Albornoz V. – Calidades, colores y vergüenzas…

23 Remito a mi trabajo “Umbrales sensibles de la modernidad temprana: los usos de la vergüenza en Chile, siglos XVIII y XIX”, en Caravelle, Cahiers du monde hispanique et lusobrésilien, N.86, 2006, Toulouse, Francia, p.43-69. 24 He consultado el Diccionario de Autoridades de 1732-1739 (6 tomos), hasta la versión de 1884 y el Diccionario Usual (desde 1780), disponibles en www.rae.es

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Articulo publicado en Revista del Archivo Nacional de Chile, N. 4, Santiago, 2007, p.42-59

La vergüenza deja, a fines del siglo XIX, de

“desvergonzado” salpican numerosas situaciones de

ser un valor constitutivo del buen orden social para

tensión social, sucedidas por doquier, entre hombres y

convertirse en una emoción/sentimiento problemática

mujeres de todos los estratos sociales. La vergüenza y

en la identidad de las personas. De eso habla también

la desvergüenza son actitudes y comportamientos que

la aparición, signada en el diccionario en 1884, de la

circulan y que se ven, que se emplean para nombrar

expresión “sin vergüenza” aplicada a ciertas personas

pasiones esenciales que marcan el ser de las personas

que no evidencian marca alguna de vergüenza. Esa

y, también, para justificar decisiones de corrección

idea era inimaginable hasta hacía poco tiempo, puesto

violenta en quiénes actúan desvergonzadamente.

que un individuo sin vergüenza sería una persona

Además de ello, están los “vergonzantes”,

imposible en el ideario de virtudes y valores

personas materialmente pobres que piden limosna con

católicos: la vergüenza está ligada al juicio divino, la

disimulo, que no son capaces de estar entre los demás

mesura, la decencia y otras tantas virtudes de

sin una cierta dosis de vergüenza visible, provocada

autodisciplina y autodominio, al amparo de una

por su condición vergonzosa. El juego de palabras es

divinidad controladora, de la culpa, del pecado, del

serio y está citado aquí a propósito, porque interesa

arrepentimiento y del temor. Sí estaban contempladas

subrayar que la vergüenza es así de ambigua,

la

los

compleja y envolvente. La vergüenza se lleva dentro,

desvergonzados, sujetos imprudentes en su personal

pero se muestra y se esconde, se padece y se provoca,

administración de un valor interior que se mide

es propia y es ajena, y además puede ser asignada,

siempre en comunidad (extensión del juicio y del ojo

administrada, atribuida y manipulada. La vergüenza

espiador), pero no los “sin vergüenza”, marginales

es marca, el cuerpo la alberga y el cuerpo la exhibe y

absolutos del control comunitario, que actúan sin

la protege. Y las vergüenzas son también los

atender a la opinión ajena, que pueden ser y existir sin

genitales, las partes de le “generación”, también

tener una cuota o una dosis de vergüenza entre sus

llamados “partes púdicas”.

existencia

de

la

desvergüenza

y

de

¡Qué hacer con tanto significado, con tanta

componentes sustanciales. Ese cambio habla del desvanecimiento

trascendencia! La vergüenza remite al sexo y a la

paulatino de un valor cultural y social que fue muy

cara, a la mirada y al juicio, al incomodo y a la virtud.

importante en las relaciones sociales de los siglos

La vergüenza ata al grupo y al juez, impide el

XVII, XVIII y gran parte del XIX. He llegado a estas

libertinaje y la transgresión, riñe con la autonomía y

conclusiones luego de encontrar, en los pleitos por

con las jerarquías y al mismo tiempo signa

injurias sucedidos en los siglos mencionados, una

privilegios, calidades superiores, asuntos sagrados y

fuerte presencia de palabras y expresiones que evocan

delicadezas

la vergüenza y la desvergüenza, incluyendo los

clasifica, discrimina y moraliza. Su ausencia esperada

muchos elementos constitutivos que la componen: el

en las gentes que no la poseen porque deslindan con

bochorno, el sonrojo, el pudor, el recato, el respeto,

la peor calidad gatilla violencias correctivas de

en su lado positivo; y la insolencia, el atrevimiento, el

quienes sí la tienen, los de mejor calidad moral, los

descaro, el descomedimiento, en su lado negativo.

hombres y mujeres “de vergüenza”, que deben de

Expresiones como “se fue desvergonzando”, o

hecho mostrarla en momentos donde sus honestidades

“escupió

y virtuosidad son evocados.

desvergüenzas”,

o

M. E. Albornoz V. – Calidades, colores y vergüenzas…

simplemente

sublimes.

La

vergüenza

organiza,

11

Articulo publicado en Revista del Archivo Nacional de Chile, N. 4, Santiago, 2007, p.42-59

Pero, y aquí tal vez está el germen de la

gran gama de mulatos, mestizos, zambos y españoles

sinvergüenzura, hay quienes se atreven a decirle al

nacidos en América o en la península, incluso

superior en jerarquía social, en medio de disputas

europeos. Las injurias eran resentidas por todas las

cotidianas, “no sea desvergonzado” o “no sea

personas sin constituirse en privilegio de algunos, y

desvergonzada”, cuestionando con tres palabras

eran pleiteadas, sobre todo, por los amplísimos

lugares y posiciones, generando inmediatos pleitos

“sectores medios”, anacronía prestada para nombrar

por injuria. ¿Cómo puede dejarse sin castigo el

la abundante población situada entre los más ricos y

atrevimiento de invertir el orden, la osadía de

los miserables. Debido a ello estos documentos son una

reprender al superior y de sugerir que no tiene vergüenza?

El

bochorno

de

experimentar

espléndida manera de comprender, desde la tensión

corporalmente semejante situación a vista del público

expresada

a

micro

escala,

las

maneras

es prueba esgrimida, para quiénes apelan a la justicia

posicionarse, relacionarse y sentirse en sociedad; por

sintiéndose y declarándose injuriados, de que se está

supuesto,

en el lugar adecuado y que hubo una irrupción

institución judicial y los procedimientos que la rigen.

sofocante de un desvergonzado o desvergonzada que

Pero contienen un sello, una manera de “ser

no respetó tratos ni jerarquías.

comunidad” que puede seguirse a lo largo del tiempo

mediatizadas, estas maneras,

de

por la

Menos mal, para registrar esos cuerpos

y del espacio, porque no hay juzgado que no haya

resentidos están los escribanos, que oyen, acogen y

atendido un pleito por injurias, y no hay situación ni

describen esas disonancias dictadas. Y los jueces, que

contexto social, económico o político en el que no se

dan espacio a la explicación de esas alteraciones de

haya originado una situación por injurias. Hasta el día

orden, que sancionan a quiénes las provocan. Los

de hoy25. Santiago de Chile, Agosto 2006

pleitos registran maneras de acusar recibo de esas sutiles fallas del sistema y modos de entender sus consecuencias.

A modo de conclusión Los pleitos por injuria hablan de múltiples roces sociales, son un reservorio de desencuentros, de desavenencias, de mal avenimientos, de discordias y de disputas. Todas están sustentadas en valores culturales conflictuados y están planteadas por sujetos que llevan esos valores en sus cuerpos y los dicen desde ahí. Y esos sujetos provienen de todos los estamentos; la enorme mayoría son libres y tienen un mínimo patrimonio que esgrimir, aunque hay también una gran cantidad de pobres, algunos indios encomendados, esclavos y nobles. Por cierto, hay mujeres, doncellas, solteras, casadas, viudas, y una

M. E. Albornoz V. – Calidades, colores y vergüenzas…

25

Hasta ahora he revisado cerca de 600 pleitos por injurias provenientes de los fondos Real Audiencia, Capitanía General y Judiciales de Provincia del Archivo Nacional Histórico de Santiago.

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