Calidad y Equidad en Educación, a Propósito del Estudio de la Misión Calidad de la Educación para la Equidad
Descripción
Calidad y Equidad en Educación, a Propósito del Estudio de la Misión Calidad de la Educación para la Equidad Rafael Pabón García 15 de julio de 2015 En pasados días se realizó el acto de presentación de los resultados del estudio Educación de Calidad: Para una Ciudad y un País Equitativos1, realizado por el equipo de la Misión Calidad de la Educación para la Equidad, encabezado por el profesor Alfredo Sarmiento, y que contó con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD – y de la Secretaría de Educación Distrital de Bogotá – SED -‐. A pesar de que por el momento sólo ha circulado información sobre el Estudio proveniente de artículos de prensa, y de su resumen ejecutivo, todo parece indicar que en este caso no estamos ante una de esas investigaciones que terminan saturando por su incapacidad de aportar algo que no se conocía de antemano, o por tener la pretensión de llegar a conclusiones útiles y significativas para la educación sólo tomando como referencia la información de las bibliotecas y de las bases de datos, sin consultar la vida de las escuelas y de las comunidades educativas. Por limitaciones en la extensión de esta nota, los párrafos a continuación quieren destacar sólo tres de los elementos que en principio pueden hacer de este Estudio un trabajo innovador, merecedor, por tanto, de ser debate de quienes se interesan en garantizar el derecho a la educación, y en la transformación de las prácticas y los saberes escolares. En primer lugar, es necesario aclarar que el la Misión ha tenido como propósito identificar, por medio de una consulta a las comunidades educativas de Bogotá, “los rasgos fundamentales que debe tener la educación como elemento central de la construcción para que el país alcance y disfrute el desarrollo humano”. En efecto, la investigación se realizó gracias a diferentes mecanismos de consulta, y a través de la realización de encuentros con padres de familia, maestros, funcionarios con responsabilidades en el sector, y con investigadores de la Educación y de la Pedagogía. Sin embargo, con base en la convicción de que la educación va más allá de lo escolar, y que la responsabilidad de la garantía del derecho no es exclusiva de los docentes y de los trabajadores del sector, la indagación se amplió a otros actores vinculados a la política social, y con conocimiento de los complejos retos que nuestra ciudad y nuestro país tienen para avanzar en la senda del desarrollo y de la construcción de igualdad social. El principal argumento que llevó a esta ampliación en la base y en el alcance de la consulta es tan simple como contundente: gran parte de la enseñanza y del aprendizaje sucede por fuera de la escuela. Por lo tanto la sociedad en su conjunto no puede dejar de lado una responsabilidad que le compete. Al fin al cabo educar es cuestión de todos, y no es aceptable ya la tradición de achacar las culpas a los educadores cuando se detectan dificultades, para después, cuando se hacen evidentes los avances, “cobrar” por algo en lo que hasta hace poco se decía no tener nada que ver. En efecto, el Estudio consultó a actores sociales con acción directa e indirecta en la educación, a través de mesas de trabajo, encuestas, entrevistas, seminarios temáticos, y por medio de opiniones consignadas en la WEB. Se trató de indagar las percepciones y vivencias de estos actores sobre dos aspectos complementarios entre sí: de una parte, se exploraron los elementos, o si se quiere los factores, que pueden llegar a determinar lo que se denomina Calidad en educación. Se quiso que los participantes en el proceso expusieran, con base en su saber y en su experiencia, los aspectos que les resultan cruciales a la hora de determinar lo que constituye una imagen aceptable de una educación de calidad con equidad de oportunidades y de resultados
1 El resumen ejecutivo del estudio se puede consultar en: http://www.co.undp.org/content/dam/colombia/docs/Pobreza/undp-‐co-‐resumeneducacio%CC%81ndecalidad-‐ 2015.pdf
para todos. De otro lado, con base en los elementos identificados como constitutivos de una educación de calidad con equidad, se quiso reconocer el estado y los avances que Bogotá ha hecho en esa perspectiva. Para ello se indagaron las valoraciones que los actores sociales hacen de la situación actual del cumplimiento del derecho a la educación en la ciudad. Esta situación se comparó con el contexto nacional y con el internacional teniendo como referencia el balance de las acciones y programas de la política educativa del Distrito Capital en los cuatro últimos años (2011 a 2014), aunque en muchos casos fue necesario tomar en cuenta una cohorte de educación básica, es decir los once años que comprometen la Educación Básica y la Media, lo que para el caso que nos ocupa corresponde al período comprendido entre los años 2003 y 2014. El segundo aspecto a destacar en el Estudio tiene que ver, precisamente, con su comprensión de lo que constituye una educación de calidad, y con su aporte al análisis de la relación entre está idea de calidad y la aspiración a la equidad de oportunidades y de resultados que implica la educación entendida como derecho. En este punto la Misión Calidad para la Equidad parece moverse en una tensión: en un extremo se muestra solidaria con la comprensión de la tradición liberal de las políticas educativas. Esta concepción se limita a confiar en que estandarización de los contenidos y la igualdad en la oferta educativa son suficientes para que sean los talentos personales los únicos causantes de las diferencias en los resultados académicos y sociales de las niñas, niños y jóvenes. De otra parte, tanto en su planteamiento conceptual como en sus resultados, el Estudio deja en evidencia la insuficiencia de garantizar tal igualdad en la oferta educativa para reparar en la necesidad de equiparar y compensar diferencias de las condiciones sociales, culturales y familiares que vive la infancia y la juventud. Esta importancia de las condiciones que determinan las prácticas educativas cobra mayor valor en un contexto como en el nuestro en el que la fragmentación social, la discriminación, la exclusión, la violencia y la negación de los derechos tienen tantos rostros, y se muestran más a menudo de lo que los colombianos quisiéramos. La equidad en educación no resulta entonces de ofrecer a todos lo mismo, sino de hacerlo de acuerdo a las particulares posibilidades y a los específicos intereses que surgen en los diferentes contextos y en las diversas condiciones en los que la infancia y la juventud emprenden su transcurrir educativo. De no ser así, la educación lejos de garantizar la equidad y la participación, acaba reproduciendo las desigualdades, generando exclusión y potenciando los mecanismos sociales de fragmentación y de alienación. Si bien se presenta la tensión señalada, el Estudio de la Misión Calidad para la Equidad termina siendo solidario con los esfuerzos, no siempre reconocidos por la política educativa oficial, de comprender y complejizar la idea de calidad de la educación más allá de la obtención de unos determinados resultados en pruebas que miden los aprendizajes. Las políticas de estandarización, y su consecuente pretensión de homogenizar las prácticas y de los saberes en la Escuela y en otros escenarios educativos, ha intentado abarcar la calidad de la educación en la eficiencia y en la efectividad en la transmisión del saber. Esta insistencia en los contenidos y en las competencias que la infancia y la juventud alcanzan en la Escuela ha hecho que se quiera valorar los resultados educativos sólo a través de pruebas que miden qué tanto aprenden los estudiantes, así como sólo a través de las competencias que se adquieren para ser desplegadas en el mundo práctico. Sin embargo, como lo recuerda el mismo Estudio que nos ocupa, afirmar que la educación es de calidad significa que ha logrado cumplir con al menos un doble papel en la sociedad: por una parte, no hay que negarlo, contribuir a la comprensión y en la transmisión del saber científico, cultural, social, artístico y de lo que, en general, podemos llamar el conocimiento humano. Por de otra parte, también la educación de Calidad tiene que ver con la formación de capacidades ciudadanas y para la convivencia, así como con la consolidación de espíritus críticos, capaces de comprender, valorar, actuar y transformar, en un marco democrático y con plena participación e inclusión para todos, el contexto social, económico, cultural y político en que vivimos. Es por lo anterior que los ocho componentes de análisis determinados por el Estudio , y con los cuales se sistematizaron los factores identificados por los consultados, así como con los que
cuales se indagaron las percepciones sobre el estado y la situación de la educación en Bogotá, tienen que ver tanto con el carácter informativo y de transmisión de conocimientos, como con lo la formación y el empoderamiento de las capacidades de los estudiantes. Estos ocho componentes son los siguientes: 1. Conocimiento crítico en interacción con los otros y los contextos; 2. Desarrollo potenciado y autónomo de las personas; 3. Proceso escolar cada vez más eficaz; 4. Capacidad institucional fortalecida; 5. Activa participación social, política y económica; 6. Evaluación integral; 7. Inclusión y respeto por la diversidad étnica, cultural y social; y 8. Paz y manejo no violento de conflictos como base de la equidad. Como se puede observar en los componentes antes enunciados resulta evidente la indisoluble relación entre calidad y equidad en educación que se encuentran los participantes en la consulta adelantada. Si bien se resalta la importancia del papel de la educación para la circulación y generación de conocimiento, también se destaca la importancia de generar condiciones de inclusión e igualdad, de crear posibilidades reales para la plena participación de todos en la toma de las decisiones en la vida educativa y social, y de asegurar el fortalecimiento de una institucionalidad educativa pública y transparente. El tercer aspecto a destacar como aporte del Estudio a la garantía del derecho a la educación tiene que ver con la valoración de su cumplimiento en la ciudad de Bogotá. De seguro este aspecto merece un análisis más detallado que no puede hacerse en este momento. Por ahora, basta decir que los participantes en el proceso de consulta realizado no adelantaron una evaluación del sistema educativo de la ciudad. No era ni el propósito de los encuentros, ni de los demás mecanismos de indagación utilizados. Más bien la reflexión conjunta que el estudio provocó se encaminó a la determinación de los principales retos que, con base en los ocho factores antes enunciados, se pueden señalar a la política educativa de la ciudad. Como siempre sucede en materia de políticas sociales el vaso se puede ver medio lleno o medio vacío. Con esta expresión se quiere resaltar que, al establecer la situación de un aspecto tan crucial en el desarrollo social como es el derecho a la educación, siempre es posible, de acuerdo a determinados intereses, dar más peso a los avances que a los retos por cumplir, o viceversa. Sin embargo, es de significativo que en general las percepciones de los participantes en la indagación adelantada están de acuerdo en que son grandes los avances de la política educativa de la ciudad, tanto en lo que tiene ver con el fortalecimiento del sistema educativo, en su cualificación, como en la mitigación de las barreras que llevan a la exclusión y a la fragmentación del sistema educativo. A pesar de lo anterior la investigación de la Misión Calidad para la Equidad resalta cinco grandes retos para continuar avanzando en la construcción de una educación con equidad en la ciudad: 1. Avanzar en los aportes de la educación al logro del conocimiento crítico en interacción con los otros y los contextos; 2. Contribuir al desarrollo potenciado y autónomo de las personas; 3. Garantizar un proceso escolar cada vez más eficaz y asegurar una capacidad institucional fortalecida; 4. Propiciar la activa participación social, política y económica, así como promover la paz y el manejo no violento de conflictos como base de la equidad; y 5. Asegurar una evaluación integral de los saberes que circulan y se producen en la Escuela y en el sistema educativo. Sólo queda esperar que sean suficientes los tres aspectos hasta aquí señalados como algunos de los aportes del Estudio Educación de Calidad: Para una Ciudad y un País Equitativos, para invitar a que en nuestras escuelas y centros de formación se realice su análisis y su debate. Sólo en el diálogo con quienes en el día a día luchan por la materialización del derecho a la educación de la infancia y la juventud el Estudio podrá ser una herramienta para la innovación y el Cambio.
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