Calakmul, Campeche, México y su Estado Regional: Una Interpretación Etnográfica

July 25, 2017 | Autor: A. Anaya Hernandez | Categoría: Archaeological GIS
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Descripción

“Calakmul, Campeche, México y su Estado Regional: Una Interpretación Etnográfica”. En Memorias del Homenaje de Alba Guadalupe Mastache. Colección Científica, INAH.

Armando Anaya Hernández y William J. Folan Higgins CIHS/UAC Introducción La importancia de Calakmul ha sido reconocida desde hace ya mucho tiempo, por lo que la necesidad de establecer los límites del mismo y su esfera de influencia ha sido la principal preocupación de muchos estudiosos. Desde que el Dr. Cyrus L. Lundell guiado por dos chicleros de la Central Chiclera Buenfíl lo descubrió en 1931, arqueólogos y aficionados han levantando planos de Calakmul y su región. En 1933 John Bolles de la Carnegie Institution de Washington, levantó un plano más detallado del núcleo del sitio y un equipo de agrimensores de la misma institución realizaron un recorrido arqueológico en ambos lados de la raya con Guatemala hasta cerca de Xcanha en el noroeste del estado de Campeche produciendo un plano que abarcaba unos 8,000 km². El descubrimiento de la naturaleza heráldica de los glifos emblema por Enrique Berlín (1958),

y la identificación del glifo emblema de Calakmul en regiones tan

alejadas como Piedras Negras en Guatemala, Caracol en Belice, y Copán en Honduras hicieron evidente su importancia política y su identidad como capital regional (Barthel 1968; Marcus 1973, 1976). Esto promovió que los esfuerzos de los estudiosos se volcaron en la definición del Estado Regional de Calakmul y su esfera de influencia. Entendemos como Estado Regional de Calakmul una forma de organización sociopolítica que no simplemente incluyó a Calakmul sino también a una buena parte del Petén campechano y que se mostró independiente de las áreas aledañas. El plano de la Carnegie es retomado por Flannery (1972), quien elabora un modelo hexagonal del Estado Regional de Campeche que comprendía un área de aproximadamente 2700 kilómetros cuadrados, incluyendo como sitios tributarios de éste a Oxpemul, La Muñeca, Altamira, Naachtun, Uxul y Sasilha. Posteriormente Marcus (1973, 1976) retoma a su vez el plano de Flannery donde además de incluir los mismos sitios tributarios incluye también los sitios dependientes de estos últimos y así sucesivamente, presentando un modelo de cuatro niveles jerárquicos.

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Otros investigadores sugieren que el Estado Regional de Calakmul pudo haber sido aun más grande (Adams 1986; Folan, et al. 2003; Hauck 1975). Hauck (1975), por ejemplo, basando su análisis en la relación espacial de una serie de conjuntos habitacionales determinados sobre redes de comunicación conocidos que los unía, propone que los asentamientos mayas de las tierras bajas fueron distribuidos en lo que parece ser distancias específicas que van en múltiplos de cerca de 5.5 kilómetros. Hauck afirma que los patrones de asentamiento maya siguieron una composición formal poligonal parecida a la estructura celular de una colmena de abejas. De esta manera Hauck sugiere que la extensión territorial del Estado Regional de Calakmul podría haber tenido forma de polígono irregular, no muy diferente a los modelos de Flannery (1972) y Marcus (1973, 1976), cubriendo un área de 7,255 kilómetros cuadrados. Estos modelos se basan en los principios teóricos del Lugar Central desarrollados por Christaller (Christaller 1933; Christaller y Baskin 1966) y Lösch (Lösch 1954; Lösch, et al. 1978). Los lugares centrales son proveedores de una mayor variedad de bienes y servicios que los sitios menores. El modelo de Christaller toma en consideración la relación que existe entre el área que es servida por el sitio, la función del sitio, y las redes existentes entre los diferentes sitios donde el principal objetivo será el de definir la estructura organizacional óptima que minimice los costos al interior de dichas redes. Christaller propuso tres patrones básicos de distribución jerárquica de lugares centrales: 

El sistema K = 3 donde los centros de segundo nivel son ordenados de acuerdo al principio de mercado ubicándose de tal manera que tengan acceso óptimo a tres centros mayores.



El sistema K = 4 basado en el principio de transportación donde dada la importancia de las vías de comunicación que unen a los centros primarios los centros secundarios se ubican en puntos intermedios a los primeros.



El sistema K = 7 basado en el principio administrativo, en donde los centros secundarios estarán completamente encapsulados dentro del área de servicio del centro primario.

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El modelo de lugar central desarrollado por Lösch (1954), adoptado por Marcus (1973) difiere del de Christaller en el sentido de que éste propone que los lugares centrales están presentes en una secuencia casi continua, son funcionalmente equivalentes y no necesariamente tienen que ser del mismo tamaño (citado en Clarke 1977:24). Por otra parte en su delimitación del Estado Regional de Calakmul, Richard E.W. Adams (1986) sugiere que éste pudo haber cubierto un área de 15,000 kilómetros cuadrados, extendiéndose desde el Norte del Petén en Guatemala hasta el Golfo de México, más o menos conformándose a los límites del municipio de Champotón, Campeche previo a la formación del moderno municipio de Calakmul. Mathews (Mathews 1988, 1991) basándose en parte en la presencia del Glifo Emblema, divide a la península de Yucatán y el Petén en 60 a 70 centros autónomos para el Clásico Tardío. Mathews establece los límites entre centros mediante la utilización de polígonos de Thiessen que consiste en dibujar líneas perpendiculares a la distancia media entre un centro y otro que al conectarse darán un área que representará la extensión territorial del centro. De tal suerte que para el 790 d.C. tenemos que Calakmul estaba limitado hacia norte por Becán, hacia el noreste por Río Bec, hacia el este por El Palmar, hacia el sur por Naachtún, mientras que su flanco occidental no está definido. Folan y colaboradores comenzaron a levantar exhaustivamente el plano de Calakmul en 1982 dando como resultado un mapa del sitio con 6252 estructuras en una extensión total de 30 kilómetros cuadrados (Folan, Fletcher, et al. 2001; Folan, et al. 1990). A la par de este levantamiento, se comenzó también a levantar los sitios arqueológicos localizados a ambos lados del camino entre Buenfíl y Calakmul, y Villahermosa resultando en un total de 85 sitios topografiados (Folan, Morales López, et al. 2001; Morales López 1987). Con base en estos trabajos y el análisis de la cerámica de la región llevada a cabo por Domínguez Carrasco (Domínguez Carrasco 1994; Domínguez Carrasco, et al. 1998), Folan y colaboradores determinaron que el Estado Regional de Calakmul debió haber comprendido más de 13,000 kilómetros cuadrados durante el Clásico Temprano (Folan et al. 2003).

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Datos arqueológicos provenientes de las actividades chicleras. Entre 1940 a 1960 se da un auge de la explotación del chicle en el Petén campechano. En esta industria participaron empresarios de Hopelchén, Campeche y Champotón y más tarde la Cooperativa de Los Chenes, quienes durante este periodo contrataron cientos de hombres quienes eran asignados a centrales chicleras desde donde se desplazaban al interior del monte a extraer el chicle para posteriormente regresar a la central con el producto de su trabajo. Al inicio, el acceso al Petén campechano era a través de los rústicos caminos y veredas utilizadas desde antaño, pero posteriormente fueron siendo sustituidos por pistas aéreas. Sin embargo, el chiclero aun tenia que desplazarse hacia su hato a pie o en mula siguiendo estas veredas y con particular atención a la presencia de agua, que lo mismo que en la antigüedad, era vital para su subsistencia. Uno de estos personajes fue Rubentino Ávila Chi (q.e.p.d.) mejor conocido como Patillas nacido en el año de 1917 en el pueblo de Pomuch, Campeche. Patillas trabajó en la extracción de chicle y madera de 1932 a 1980. Individuo de extraordinaria capacidad de observación, Patillas escribió acerca de sus correrías en el monte en una autobiografía de más de 200 cuartillas que resulta ser una valiosa fuente de información no solo para el estudio de la montería en Campeche, sino que también para la arqueología. Sus memorias han sido editadas por Investigadores del CIHS / UAC (Ávila Chi, 2006). Anteriormente Ávila Chi y Folan compilaron la información arqueológica para 18 centrales chicleras que el primero guardaba de manera dispersa (Ávila Chi y Folan 1990). En ese sentido tenemos que Ávila Chi con la ayuda de varios de sus compadres chicleros registró para 18 centrales chicleras (Figura 1): Dzibalchen, Iturbide, Xcanha, Nosayab, Conhuas, San Lorenzo, Xpuhil, San Antonio Soda, Tuxpeña, Monterrey, Buenfíl, Placeres, Esperanza, Chumpich, Villahermosa y Altamira en México, y Ixcan Río y Carmelita en Guatemala, un total de 610 sitios arqueológicos, 948 estelas (no todas esculpidas), y 513 aguadas. En su esquema jerárquico basado en el tamaño de las ruinas, Avila Chi clasifica a los sitios arqueológicos en dos clases: “cuyos” y “cuyitos”. Los primeros, 37 en total, representan sitios con arquitectura monumental, mientras que los segundos, con un total de 574, son montículos de menor tamaño (Tabla 1).

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Central Esperanza Chumpich Carmelita Ixcan Río Altamira Villahermosa Buenfil Placeres San Lorenzo Xpuhil San Antonio Soda Nohsayab Xcanhá Dzibalchen Iturbide Conhuas Tuxpeña Monterrey

Cuyos Cuyitos Estelas Aguadas 2 13 21 15 1 47 82 17 4 19 24 13 0 7 14 5 1 41 56 37 3 25 53 27 8 53 162 82 1 39 38 36 1 11 14 11 2 35 59 26 0 54 53 50 3 61 119 48 1 67 79 57 7 24 61 23 1 39 65 27 0 29 32 28 0 9 10 9 2 1 6 2

Tabla 1. Relación de los razgos arqueológicos registrados por central.

Aunque Avila Chi nos proporciona el nombre de los lugares donde estos se encuentran, ha sido difícil identificar su ubicación precisa de todos ya que la mayoría de estos lugares no fueron más que campamentos temporales o lugares cuya ubicación definitivamente no aparece en los mapas. A fin de obtener una idea aproximada de la distribución de estos datos arqueológicos en el mapa se optó por abordar a las centrales chicleras como Lugar Central para lo que se hacía necesario definir su área de servicio. Para esto se utilizaron las distancias que Ávila Chi recordaba entre el limite de una central y otra por lo que se creó un área de amortiguamiento alrededor de cada central equivalente a dicha distancia.

Se hizo evidente que las distancias proporcionadas por Ávila Chi no serían de gran utilidad por que éste no entendió con claridad los propósitos de Folan y se daba un traslape entre las áreas ya que éste proporcionó las distancias entre las centrales. A

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continuación se opto por utilizar polígonos de Thiessen, pero en esta ocasión las áreas obtenidas resultaron ser en la mayoría de los casos demasiado extensas. Reflexionando acerca de las distancias que nos proporcionaba Ávila Chi caímos en cuenta de que estas se basaban en su conocimiento empírico de la región y no en la distancia euclidiana en la cual estamos acostumbrados a pensar. Para el chiclero además de la presencia del árbol de zapote, existen dos factores que son de suma importancia para determinar donde establecer su campamento y cosechar el látex. El primero y más importante, la disponibilidad de agua, el segundo, el costo en términos de esfuerzo físico de recolectar el chicle y llevarlo de vuelta a la central. Recordemos que uno de los principios básicos de la teoría del Lugar Central es la de definir una estructura de organización espacial óptima que minimice el costo y maximice la ganancia. Entonces creemos que la organización espacial de las centrales debió seguir una forma análoga a un sistema K=7 con sus hatos chicleros y campamentos distribuidos dentro del área de servicio de la central (Folan 1992). En este tipo de esquema espacial el chiclero se alejará de su campamento y de la central solo hasta el punto en que la distancia que tenga que recorrer de regreso no represente un gasto mayor en energía/tiempo a lo que él perciba como un margen de ganancia aceptable. Fue en este contexto que pensamos que si pudiéramos estimar el área que una central puede cubrir de manera eficiente, podríamos definir la extensión territorial de cada central. Para lograr esto tenemos que tomar en cuenta las características del entorno físico sobre todo en cuanto a la resistencia (fricción) que la superficie presenta al desplazamiento humano. Para estimar esto se tienen que tomar en consideración dos tipos de fricción. La primera es aquella que se da en una superficie plana que puede tener diferentes características, por ejemplo caminar sobre asfalto, hierba crecida, arena, nieve, bajos mojados, etc. Ésta es conocida como fricción isotrópica ya que aunque puede tener magnitud variada es igual en todas direcciones. La segunda es la que se da cuando hay cambios en la superficie, es decir cuando la superficie cambia de plana a pendientes suaves, a pendientes marcadas o viceversa. El esfuerzo en el caminar variará si uno se desplaza cuesta arriba o cuesta abajo. Ésta es conocida como fricción anisotrópica que tiene dirección y magnitud (Clark Labs 1997).

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Nuestras observaciones empíricas nos han indicado que en una superficie plana (pendiente de 0º en promedio) una persona puede caminar 5 kilómetros en aproximadamente 1 hora. Cuando se camina cuesta arriba, conforme la pendiente va aumentando, la fricción también aumentará de manera no lineal, de tal manera que para una pendiente de 20º la fricción será 13 veces mayor a la de 0º (Figura 2). La relación entre pendiente y fricción tomará una forma de una curva la cual se puede expresar con la siguiente ecuación binomial: Y = [.031 X ²] + [-.025X+ 1] Donde Y = la fricción; X = la pendiente; y .031 y -.025 las constantes derivadas de ajustar la curva a los valores obtenidos con las observaciones empíricas. Con base en lo anterior se derivó de un Modelo Digital de Elevación del área de estudio que comprende 37,946.4 km², una superficie digital para las centrales chicleras que refleja el costo en tiempo/energía que representa desplazarse de la central a la periferia. Esta superficie fue reclasificada a fin de extraer el área que podría ser cubierta en 4 horas de camino en una dirección (aproximadamente el tiempo que lleva recorrer 20 kilómetros en una superficie plana (Figura 3) obteniéndose de esta manera el área de servicio para cada central sobre la cual se podrá analizar la distribución de elementos arqueológicos. Debido a la proximidad de las centrales Conhuas, Tuxpeña y Monterrey, el área de estas tres fue integrada en una sola. Aunque no contamos con la información exacta, creemos que estas tres centrales no funcionaron de manera contemporánea. En la Figura 4 presentamos la densidad de cuyos por central por kilómetro cuadrado, representada en una escala de tonos de cinco clases que van ascendiendo del gris al negro. Sobre esto se añadió como puntos, la frecuencia de estelas. Resalta de manera inmediata que las densidades más altas caen en las centrales Dzibalchen y Buenfíl, la primera con una densidad de 0.008319 cuyos por kilómetro cuadrado en un área de 841.49 y la segunda con 0.008075 cuyos por kilómetro cuadrado en un área de 990.703 km² (Tabla2).

Central Iturbide Dzibalchen Xcanha Nohsayab

Area Km² Cuyos/Km² Estelas/Km² Aguadas/Km² 827.387 0.001209 0.078561 0.032633 841.490 0.008319 0.072491 0.027333 1015.380 0.000985 0.077803 0.056137 1047.190 0.002865 0.113637 0.045837

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San Antonio Soda San Lorenzo Xpuhil Conhuas-Tuxpena-Monterrey Esperanza Chumpich Buenfil Placeres Villahermosa Altamira

964.885 1007.920 989.374 1278.220 867.255 924.726 990.703 943.953 790.392 729.955

0.000000 0.000992 0.002021 0.001565 0.002306 0.001081 0.008075 0.001059 0.003796 0.001370

0.054929 0.013890 0.059634 0.037552 0.024214 0.088675 0.163520 0.040256 0.067055 0.076717

0.051820 0.010914 0.026279 0.030511 0.017296 0.018384 0.082770 0.038138 0.034160 0.050688

Tabla 2. Densidad de rasgos arqueológicos por kilómetro cuadrado. La Figura 5 presenta la densidad de estelas de acuerdo al recuento proporcionado por Ávila Chi por central chiclera utilizando la misma simbología y sobreponiendo como puntos la frecuencia de cuyos y cuyitos por central. En este caso se pueden observar que central Buenfíl aparece en primer lugar con una densidad de 0.163520 estelas por kilómetro cuadrado, seguido por Nohsayab con 0.113637 estelas por kilómetro cuadrado en un área de 1047.19 km². Estos dos son seguidos por Chumpich, Iturbide y Xcanha (Tabla 1). Se observa un patrón similar para las aguadas (Figura 6) con Buenfíl ocupando el primer lugar seguido por Xcanha y San Antonio Soda en segundo y tercer lugar respectivamente. Estas distribuciones apuntan hacia la existencia de tres áreas discretas conformadas por agrupamientos de centrales que podrían indicar la presencia de por lo menos tres estados regionales. La primera situada alrededor de la central Buenfíl donde se localiza Calakmul, la segunda localizada alrededor de Nohsayab, Xpuhil e Xcanha y la tercera compuesta por las centrales Dzibalchen e Iturbide. Cabe mencionar que grosso modo estas tres áreas coinciden con las regiones del Petén, Río Bec y Chenes respectivamente.

La Evidencia Arqueológica El área de estudio contiene un total de 161 sitios arqueológicos que fueron registrados durante los recorridos que realizó la Carnegie Institution de Washington a principios de la década de los cuarenta (Ruppert y Denison Jr. 1943) y más recientemente

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por Morales López y González Heredia (Folan, Morales López, et al. 2001; Morales López, 1987) y Šprajc (Šprajc 2001, 2002; Šprajc, et al. 1996, 1997; Šprajc y Suárez Aguilar 1998). Todos estos sitios presentan arquitectura monumental de mampostería, aunque dada la disparidad en la información con la que a la fecha se cuenta, aun no existe un criterio estandarizado de clasificación que nos permita ubicar a estos sitios en un esquema jerárquico bien definido. Šprajc (2001), siguiendo a Harrison (1981) utiliza un sistema clasificatorio basado en tamaño de las estructuras y extensión del sitio, dividiendo a los sitios del Petén campechano en pequeños, medianos, y grandes. Para nuestros propósitos de investigación hemos clasificado los sitios en únicamente dos categorías, la primera corresponde a aquellos sitios que por su extensión y monumentalidad pudieron haber constituido el asiento de un estado regional durante el Clásico Tardío, la segunda son todos los demás sitios que pudieron representar centros subsidiarios de los primeros. De tal suerte que en la primera categoría incluimos únicamente seis sitios: Calakmul, Becán, Xpuhil, Río Bec, Edzna e Iturbide/Dzibilnocac. Estos centros fueron utilizados para obtener una superficie de costo aplicando el mismo procedimiento que utilizamos para las centrales chicleras. En este caso el área de cobertura de estas capitales se obtuvo reclasificando la imagen a fin de obtener el área que pudiese ser recorrida en 6 horas, que en terreno plano equivale más o menos a una distancia de 30 kilómetros. A ésta se le superpusieron los sitios subsidiarios para ver en que territorio quedaban incluidos. A continuación se corrió una rutina de asignación espacial en donde el total de la superficie es distribuida entre las seis capitales representando la extensión que cada centro podría potencialmente cubrir de manera eficiente. Estas áreas podrían quizá ser equiparables a una esfera de influencia. Una vez más se corrió la misma rutina ahora con todos los sitios dando como resultado una retícula de polígonos que representa el área cubierta de manera óptima desde cada uno de estos sitios. A estos polígonos se les asignó el identificador del centro principal donde habían quedado comprendidos, La Figura 7 muestra los resultados de esta reclasificación, que comprende la extensión territorial total de cuatro estados regionales que a nuestro juicio estuvieron presentes en la región durante el Clásico

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Tardío: Edzna, Iturbide/Dzibilnocac (posiblemente a su vez dependiente de Santa Rosa Xtampak), Becán y Calakmul. Cabe aclarar que con base en nuestro conocimiento de la región determinamos que Becán, Xpuhil y Río Bec debían de formar parte de un mismo estado regional que estaría encabezado por el primero, por lo que sus territorios fueron integrados. Es también interesante notar como siguiendo una metodología diferente, nuestro modelo guarda similitudes con el modelo propuesto por Adams y Jones (1981), quienes utilizaron estilos arquitectónicos y cerámicos juntos con la contigüidad espacial para la definición de cuatro regiones en las Tierras Bajas mayas. En este modelo el Estado Regional de Calakmul cubre un área de poco más de 2870 km² (Figura 8) y comprende dentro de sus límites a casi todos los mismos centros tributarios incluidos en los modelos de Flannery y Marcus. La distribución periférica de sus principales centros tributarios, con los que comparte elementos arquitectónicos similares, revela una organización espacial que esta en conformidad con el sistema K=7 de Christaller (1933), donde el estado está representado por un centro que ejerce un poderoso control político y comercial sobre su región. Este es un sistema que a nuestro juicio, evolucionó de un sistema dendrítico, que representó el estándar mesoamericano (Folan 1992). Más aun, los recientes análisis químicos que sobre los tiestos cerámicos se han llevado a cabo de la región del Calakmul (Domínguez Carrasco 1994, Domínguez Carrasco et al. 1998) nos están ayudando a determinar la extensión del estado regional a través del tiempo. Estos sugieren que para el Clásico Temprano la extensión territorial del Estado Regional de Calakmul llegó hasta Becán, y que este se fue replegando hasta alcanzar los límites que aquí presentamos durante el Clásico Tardío (Folan et al. 2005). Al comparar la distribución basada en el conocimiento arqueológico que a la fecha tenemos de la región con los resultados obtenidos a través de la información proporcionada por Rubentino Ávila Chi, observamos que ambos de manera independiente identifican de manera aproximada las mismas áreas donde la presencia de un estado regional se hace factible (con la excepción del Estado Regional de Edzná para la cual no tenemos datos de Ávila Chi), identificando a su vez una bien clara división en tres regiones culturales reconocidas, Petén, Río Bec y Chenes. Esta coincidencia en los

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resultados, proporciona apoyo a la delimitación de los estados regionales aquí propuestos. Desde la perspectiva metodológica la concordancia en estos resultados tipifica al modelo que aquí presentamos como un modelo sociocultural que nos ofrece la posibilidad de abordar de una manera dinámica el estudio de la evolución del Estado Regional de Calakmul y que a diferencia de los anteriores modelos (Flannery 1976, Marcus 1976, Hauck 1975, Adams 1986, Mathews 1988), cuenta con los datos cuantificables pertinentes que nos permitirán elaborar propuestas contrastables acerca de la organización sociocultural y política de este estado regional.

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Figura 1. Localización de las Centrales Chicleras.

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Figura 2. Relación entre fricción y pendiente.

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Figura 3. Superficie de costo y áreas de servicio por central chiclera.

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Figura 4. Densidad de cuyos por central.

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Figura 5. Densidad de estelas por central.

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Figura 6. Densidad de aguadas por central.

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Figura 7. Extensión territorial por sitio y área de cobertura por capital regional.

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Figura 8. El Estado Regional de Calakmul.

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