Cajamarca siempre Cajamarca

September 13, 2017 | Autor: S. Aldana Rivera | Categoría: Historia Regional, Historia del Perú, Historia del Norte del Perú
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Descripción

CAJAMARCA, SIEMPRE CAJAMARCA Susana Aldana Rivera Periódico Expreso. Sección cultural (1999) Lima, domingo 11 de abril Para muchos el Perú de hoy se inicia un 15 de noviembre de 1532 con la toma de Cajamarca. Una fecha en que la “brutal” violencia de los conquistadores sentó las bases de nuestro país lacerado, sangrante, violento y dividido. Estudiosos –no sólo historiadores- que, al parecer, son incapaces de entender que Cajamarca no es más que un hito, entre otros, del decurso de nuestra historia. ¿Por qué no son momentos fundacionales del Perú, el contacto con los tumbesinos o con Mayzavilca en Piura? ¿Acaso no es un signo más concreto de la colonización española inicial, la fundación de San Miguel de Tangarará en el norte?

Pesa más nuestro atávico menosprecio con nosotros mismos. Queriéndolo o no, se sigue sustentando el, para mí, primer gran trauma nacional (de los varios que tenemos encima), el primer gran golpe a nuestro orgullo como sociedad, que nos viene desde la escuela: el maravilloso imperio inca, el único imperio o alta civilización al sur del Ecuador, que logró dominar un territorio tan abrupto como el de los Andes centrales, que tuvo tantos logros y avances culturales, que colocó bajo su influencia prácticamente toda la parte occidental del continente suramericano (desde Colombia hasta Chile) fue “vencido”, en un día, por 200 españoles a lo sumo. La muestra de cómo la verdadera civilización pudo con la barbarie (?). Un suceso que tal como nos lo cuentan rápidamente nos hace, entre otras cosas, despreciar a aquella mitad de nosotros que fue incapaz de defenderse. Y eso que no deja de estudiarse la “heroica” resistencia de los incas de Vilcabamba, inexplicables cuanto desconocidos y, que además, fueron incapaces de reconstituirse fuera de los límites de ese valle. Incluso no falta algún estudioso que resalte hasta por televisión, el “sorprendente” hecho de que en Vilcabamba, los nativos fueron capaces de formar un estado (como si no hubiera habido en estas tierras, una larga tradición de organización política).

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De acuerdo. En Cajamarca se capturó un rey, ¿pero eso significa el fin de las culturas andinas o sólo la de la predominante en ese momento dado? (pregúntese por qué entonces todavía existe lo Andino). El Tawantinsuyu estaba soportado por un complicado y enmarañado sistema de alianzas con los diversos grupos sojuzgados. Cuando se genera el vacío del poder con la muerte de Huayna Capac, ¿se imaginan las intrigas y las luchas soterradas por ver que grupo de poder colocaba a su favorito ya que no había una línea sucesoria definida?. Además, ¿creen que el poderoso Señorío Chimú, por ejemplo, no buscaría liberarse del odioso dominio inca?. Y cuántos como ellos. Cada inca que asumía el poder tenía que recrear esas alianzas, tarea en la cual, probablemente, se encontraba Atahualpa cuando llegaron los españoles. No se olvide que fueron diez años los que necesitó Huayna Capac para ser aceptado como inca en todo el territorio, según Cabello de Balboa.

Los españoles potenciaron el rompimiento de alianzas y el resurgimiento de etnías sojuzgadas, un proceso que venía dándose y que fue, en el fondo, lo que implicó el fin del Tawantinsuyo. Es posible que de haber tenido un sistema de organización política diferente, dinástico como el europeo, rápidamente se hubiera elegido otro rey-inca. No descartemos además que la oferta cultural que ofrecían los españoles era demasiado atractiva como para que los de aquí fueran tan tontos como para desaprovecharla (Por ejemplo, ¿inventaría Ud. la computadora?. Ellos en su época, ¿para qué iban a inventar la escritura?)

¿Hasta cuando vamos a sostener un discurso derrotista que, de saque, nos carga de una eterna incompetencia y que enfrenta a los buenos (blancos, costeños), por intrépidos, con los malos (oscuros, serranos), por apocados?. Una visión que no se ajusta (ni nunca lo hizo) a nuestra realidad. Que Cajamarca es un hecho importante, no hay lugar a duda pero no como hito fundacional sino en el largo plazo, en el desenvolvimiento de un conjunto de situaciones que fueron moldeando nuestra historia. Por eso quizás dudamos siempre de nuestra capacidad y sobrevaloramos (adoramos) lo de fuera. Porque no tratamos de resaltar los valores positivos de nuestras sociedad, más allá de alguna bella pieza arquitectónica o de algún hecho anecdótico, sin que eso significa que dejemos de reflexionar sobre nuestro lado negativo. 2

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