“Burriel, Palomares y el studio del rito hispánico en el siglo XVIII,” in El canto mozárabe y su entorno: Estudios sobre la música de la liturgia viejo hispánica (2013), 647-668

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El canto mozárabe y su entorno Estudios sobre la música de la liturgia viejo hispánica

Edita: Sociedad Española de Musicología c/ Torres Miranda 18. • 28045 Madrid [email protected]/ • Tel.: 915 231 712 www.sedem.es Sección C: Estudios, n.º 24 ISBN: 978-84-86878-29-0 Depósito legal: M-33549-2013 Edición a cargo de: Ismael Fernández de la Cuesta, Rosario Álvarez Martínez y Ana Llorens Martín © de la edición: Sociedad Española de Musicología © de los artículos: los autores Imagen de cubierta: Miniatura del folio 103 del Antifonario de León Impreso en España / Printed in Spain Maqueta e imprime: Imprenta Taravilla, S.L.- Mesón de Paños, 6-28013 Madrid Cualquier forma de reproducción, distribución comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. COLABORA:

«Proyecto de Investigación El canto llano en la época de la polifonía Ministerio de Economía y Competitividad HAR2010-17398»

Burriel, Palomares y el estudio del rito hispánico en el siglo

XVIII

Burriel, Palomares y el estudio del rito hispánico en el siglo XVIII Susan BOYNTON Department of Music, Columbia University Resumen: Una parte importante del trabajo del padre jesuita Andrés Marcos Burriel (1719-62) para la Comisión Real de Archivos fue el estudio de los códices litúrgicos en escritura visigótica en la Biblioteca de la Catedral Primada de Toledo. Burriel (al igual que sus contemporáneos) consideraba el antiguo rito hispánico como un componente central de la identidad nacional de España. Los facsímiles dibujados por el calígrafo Francisco Javier Santiago y Palomares fueron cruciales para el proyecto de Burriel. Palabras clave: Andrés Marcos Burriel, facsímiles,mozárabes, Francisco Javier de Santiago y Palomares, rito hispánico, Toledo. Abstract: An important part of the work of the Jesuit Andrés Marcos Burriel (171962) for the Royal Commission on the Archives was the study of the liturgical manuscripts in Visigothic script in the Library of the Cathedral of Toledo. Burriel, like his contemporaries, considered the old Hispanic rite a central component of Spain’s national identity. The facsimiles executed by the calligrapher Francisco Javier Santiago y Palomares were crucial to Burriel’s project. Keywords: Andrés Marcos Burriel, facsimiles, Old Hispanic rite, Mozarabs, Francisco Javier de Santiago y Palomares, Toledo.

Durante el reinado de Fernando VI (1746-59), la creación de academias y la promoción de las artes constituyeron una parte esencial de un programa cultural que defendía la monarquía y la idea de la nación española1. Puesto que el gobierno pretendía un mayor control sobre los beneficios eclesiásticos, la historia de la Iglesia en España se convirtió en un tema crucial para el logro de objetivos políticos2. Al mismo tiempo, 1 2

AGUILAR PIÑAL, Francisco. «Las Academias». En La época de los primeros Borbones, La cultura española entre el Baroco y la ilustración (circa 1680–1759). Col. Historia de España, 29, 2. Madrid, Espasa-Calpe, 1985, pp. 151-193. MESTRE SANCHÍS, Antonio. «Nueva dinastía e iglesia nacional». En Los Borbones: Dinastía y memoria de nación en la España del siglo XVIII. Actas del coloquio internacional II

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la narración de la historia sobre la base de documentos originales estaba emergiendo como un nuevo ideal inspirado por los historiadores franceses que apoyaban la investigación archivística3. Fue en este contexto de competencia cultural y a efectos de una historia apoyada por el Estado que el gobierno fundó la Comisión Real de Archivos en 1749, con el jesuita Andrés Marcos Burriel como director4. A la Comisión se le encomendó la tarea de llevar a cabo un reconocimiento de los archivos eclesiásticos con el propósito de proporcionar documentos para las negociaciones del gobierno con el Vaticano sobre el patronato real5. Sin embargo, Burriel formuló un amplio programa de investigación que excedía los objetivos políticos de los regalistas de la corte. En 1750, Burriel fue a trabajar a Toledo con Francisco Pérez Bayer, un eminente filólogo de la Universidad de Salamanca. A ambos les ayudaron varios copistas, entre ellos Francisco Javier de Santiago y Palomares, un joven residente de Toledo6. Los inventarios y transcripciones archivísticas requeridos por el gobierno les mantuvieron ocupados el primero de los cinco años de la Comisión en la Catedral de Toledo. Burriel y sus colegas pasaron entonces a los manuscritos de literatura, historia,

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celebrado en Madrid, mayo de 2000. Pablo Fernández Albaladejo (ed.). Madrid, Casa de Velázquez, 2002, pp. 549-567. MESTRE SANCHÍS, Antonio. «Historia crítica y reformismo en la ilustración española». En La ilustración española. Actas del Coloquio Internacional celebrado en Alicante, 1–4 octubre 1985. Armando Alberolay Emilio La Parra (eds.). Alicante, Instituto Juan Gil-Albert - Diputación provincial de Alicante, 1986, pp. 111–32; DUBUIS, Michel. «Mabillon et la réflexion historiographique en Espagne aux XVIIe et XVIIIe siècles». En Erudition et commerce épistolaire: Jean Mabillon et la tradition monastique. Daniel-Odon Hurel (ed.). Col. Textes et Traditions, 6. Paris, Vrin, 2003, pp. 185-202. Sobre la carrera de Burriel antes de la Comisión véase ECHÁNOVE TUERO, Alfonso. La preparación intelectual del P. Andrés Marcos Burriel, S.J. (1731-1750). Madrid - Barcelona, Consejo Superior de Investigaciones Científicas - Instituto Enríque Flórez, 1971. SIMÓN DÍAZ, José. «El reconocimiento de los archivos españoles en 1750–1756». Revista bibliográfica y documental, 4 (1950), pp. 131-170. Sobre la vida y la obra de Palomares véase BARRIO MOYA, José Luis. «Noticias familiares de D. Francisco Javier e Santiago Palomares, calígrafo toledano del siglo XVIII». Anales toledanos, 43 (2007), pp. 165-186; Francisco Javier de Santiago y Palomares. Selected Writings, 1776–95. Dennis P. Seniff (ed.). Exeter, University of Exeter Press, 1984, pp. viii-xxvii. 648

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teología, patrística, derecho canónico y liturgia. Aunque Burriel examinó casi todos los manuscritos litúrgicos de la Biblioteca de la Catedral de Toledo, se centró sobre todo en los libros mozárabes medievales. Al igual que sus contemporáneos, consideraba que el viejo rito hispánico era un vestigio de los visigodos que los mozárabes de Toledo habían mantenido relativamente inalterado, y consideraba esta antigua liturgia como un componente central de la identidad nacional de España7. En el siglo XVIII, el rito mozárabe había adquirido una asociación simbólica con la noción de una antigua nación española, el reino visigótico idealizado que había sido interpretado por los historiadores españoles desde hacía tiempo como un antecedente del reino cristiano de Castilla8. La liturgia de la capilla mozárabe se entendía como un artefacto vivo del rito visigótico. Sin embargo, los manuscritos medievales de la catedral de Toledo fueron en gran parte ignorados a comienzos de la época moderna. La mayoría de los estudios sobre el rito hispánico en el siglo XVIII se basaron en publicaciones existentes más que en la consulta directa de los manuscritos medievales. Una notable excepción fue la edición de Bianchini del orationale visigótico de Verona9. Aunque el bolandista Pinius fue a Toledo en 1721 con el propósito de investigar para el Acta Sanctorum, su tratado sobre el rito mozárabe contiene descripciones de los manuscritos del viejo rito hispánico toledano que no se basan en sus propias observaciones, sino que se las proporcionó Pedro Camino Velasco10. Incluso el ampliamente citado tratado de Flórez sobre el viejo rito hispánico, impreso por primera vez en 1748 en el tercer volumen de su España Sagrada, se basaba totalmente en materiales ya publicados. Flórez respondía largo y tendido a las discusiones 17 BOYNTON, Susan. Silent Music: Medieval Song and the Construction of History in Eighteenth-Century Spain. New York, Oxford University Press, 2011. 18 ZAPKE, Susana.«The Visigothic Dream. The Hispanic Rite in the Eras of Humanism and Enlightenment». Goldberg. Early Music Magazine, 53 (2008), pp. 66-73. 19 La edición y los adnotaciones de Bianchini (del texto del códice de Verona, Biblioteca Capitolare, LXXXIX) aparecen en Josephi Mariae ... Thomasii Opera omnia: quaÌ edita, quaÌ nondum vulgata, nunc primuÌm in unum collecta. Giuseppe Bianchini (ed.). Roma, Mainardi, 1741; y en el segundo volumen de Liturgia antiqua Hispanica Gothica Isidoriana, Mozarabica Toletana Mixta illustrata. Roma, Mainardi, 1746. 10 PINIUS, Joannes. Liturgia Mozarabica: Tractatus historico-chronologicus de liturgia antiqua Hispanica, Gothica, Isidoriana, Mozarabica, Toletana, mixta. Antverpiae, Apud Jacobum du Moulin, 1729, p. 109. 649

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existentes sobre el tema, casi sin comentar los manuscritos litúrgicos. La hostilidad de Flórez hacia la erudición litúrgica italiana reflejaba las tensiones políticas entre el Vaticano y la Corona española. De manera parecida, Burriel describía los libros litúrgicos hispánicos de Toledo y la tradición litúrgica mozárabe como un tesoro nacional que era la envidia de Roma. Los estudios de comienzos de la época moderna sobre la vieja liturgia hispánica reflejan un juego de circunstancias relacionadas entre sí: el acceso a los códices de la Biblioteca de la Catedral de Toledo era limitado, pocos leían la escritura visigótica de una manera lo suficientemente fluida como para estudiar los manuscritos tempranos de modo sistemático, y la mayor parte de los contemporáneos de Burriel pensaban que las ediciones de Ortiz contenían el rito medieval. Burriel, sin embargo, había comparado las ediciones de Ortiz con los manuscritos medievales cuando enseñaba en el Colegio Jesuita de Toledo entre 1742 y 1744. Él fue uno de los pocos en darse cuenta de que las ediciones de Ortiz incluían elementos del rito romano. Aunque Pinius había señalado en su tratado de 1729 que algunos elementos del misal mozárabe de Ortiz debieron de haberse originado en libros litúrgicos franceses introducidos en la Península Ibérica en el siglo XI, no estudió los libros litúrgicos toledanos en detalle, y por tanto no llevó a cabo comparaciones tan exhaustivas como Burriel, cuyos comentarios anticipaban las conclusiones de José Janini y otros en el siglo XX. La investigación de Burriel empleó métodos de análisis de los textos, de la crítica histórica y de la liturgia comparativa similares a los aplicados actualmente en los estudios litúrgicos. Burriel preparó descripciones de los manuscritos, supervisó las transcripciones preparadas por los asistentes, y después corrigió y anotó las transcripciones, a menudo haciendo referencia a otros manuscritos y a las ediciones de Ortiz. Las comparaciones de Burriel recurrieron a fuentes de diferentes estratos cronológicos y diócesis. Para la fiesta de las santas Justa y Rufina, por citar un ejemplo, cotejó la misa y el oficio con variantes del breviario mozárabe impreso, y también del orationale visigótico de Verona publicado por Bianchini, y después comparó estos formularios con aquéllos en breviarios impresos de toda la Península Ibérica11. 11 Los materiales relativos al culto de las santas Justa y Rufina se conservan en el legado de Burriel en los siguientes manuscritos de la Biblioteca Nacional de España: 650

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Identificó elementos de continuidad, determinó cuáles eran los textos originales e interpretó los cambios que se habían hecho a los formularios. Una de las razones por las que tal investigación comparativa era rara en la época es que pocos estudiosos podían leer la escritura visigótica; no había reproducciones precisas de las que aprender. Mabillon no había incluido ningún ejemplo visigótico en su De re diplomatica (1681), y las pocas reproducciones que existían eran extremadamente inexactas, como la de la Bibliotheca Universal de la Polygraphia Española de Christóval Rodríguez12. En este contexto, Palomares era todavía más excepcional. Al parecer había aprendido a leer la escritura visigótica a una temprana edad, posiblemente a través del estudio de fragmentos que poseía su padre. Trabajando con Burriel, Palomares llegó a ser un experto copista tanto de los neumas como de la escritura. En 1752, Palomares produjo el facsímile de E-Tc 35.7, considerado por Burriel como el libro litúrgico toledano más temprano13. Palomares tardó seis meses en crear esta reproducción en el tamaño y el color originales. Más tarde, escribió que la letra, los neumas, la decoración y la encuadernación estaban tan exactamente reproducidos que el deán y los canónigos de la catedral temían que la copia se confundiese con el original14. Palomares omitió algunas adiciones medievaE-Mn 2924; E-Mn 13049, fols. 417–418v; E-Mn 13053, pp. 355–378; E-Mn 13054, MS 13059, fol. 49r–v; E-Mn 13127, fols. 1r-32v. 12 Para la Bibliotheca Universal, véase más adelante. La primera reproducción de una página en escritura visigótica aparece en ALDRETE, Bernardo. Del origen y principio de la lengua castellana oÌ romance que oi se usa en EspanÞa. Roma, Carlo Wllietto [sic.], 1606, p. 252; Lidio Nieto Jimeìnez (ed. facsimilar). Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1972-1975. 13 Para los estudios más recientes de esta copia véanse BOYNTON, Susan. «Writing History with Liturgy». En Representing History, 900–1300: Art, Music, History. Robert Maxwell (ed.). University Park, Penn State Press, 2010, pp. 193-200; IDEM. Silent Music..., cap. 3. 14 GB-Lbl Egerton 588, fol. 159r-v. Relacion breve de los servicios hechos por Don Francisco Xavier de Santiago Palomares, natural de la Ciudad de Toledo: «... hizo una copia al vivo de todo un Missal Gothico Muzarabe en pergamino de los que se conservan en aquella Bibliotheca, en que trabajo incesantemente cerca de seis meses, y saliò tan parecido al Original, no solo en lo raro de los Caracteres Gothicos, notas particulares de la Musica (que hasta ahora ninguno hà entendido) sino aun en lo material de su enquadernacion, y circunstancias, que haviendolo visto el Dean, y otros Canonigos de aquella Santa Iglesia, mereciò la aprobacion de identica con el original, y aun pensaron algunos en que se dejase Certificacion de haver hecho el Suplicante esta Copia, para que en lo subcesivo no se equivocase con los originales». 651

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les tardías al manuscrito, como el canto en notación aquitana añadido en el margen inferior de una página, pero incorporó detalles como el diferente tono de la tinta usado para el segundo estrato de la notación musical (Láminas 1 y 2)15. En 1755, el Duque de Alba presentó el facsímile a Fernando VI16. La reproducción es introducida por un prólogo que Burriel escribió especialmente para el Rey. En este texto el jesuita explica la significación histórica de la liturgia como un signo de la identidad nacional española, una tradición ininterrumpida que se remontaba a los reyes visigodos. Describía los códices litúrgicos toledanos así: Señor. Entre los muchos tomos manuscritos, que guardan en la Libreria de la Santa Iglesia de Toledo, Primada de las Españas, que hè reconocido de orden de Vuestra Magestad, se hallan onze volumenes escritos en pergamino, y letra gothica, que contienen diferentes partes del Oficio, y Liturgia llamada con diferentes nombres Gothica, Isidoriana, Toledana, y Muzárabe, que fuè general en España en los tiempos de los Godos, y de los moros hasta el Siglo XI, y que desde entonces acà se hà conservado sin interrupcion en las Parroquias Muzárabes de Toledo, à que se hà añadido una Capilla en la Iglesia Primada, en que se canta todos los dias. Estos preciosos manuscritos son un monumento inestimable de la Fè, y Religion de España, porque con su authenticidad, y antiguedad venerable prueban evidentemente la maravillosa uniformidad, y consonancia de nuestra actual creencia con lo que creyeron los antiquos Españoles desde los primeros tiempos de la Christiandad hasta ahora, y la continuacion no interrumpida por la misericordia de Dios del Catholicismo en España por toda la serie de los Siglos desde aquellos tiempos hasta los nuestros. Estos libros son otros tantos testigos dignisimos de veneracion por su vejez y mayores de toda excepcion por su authenticidad que claman, y guitan, que V. Magestad cree, confiesa, y adora con todos sus Vasallos 15 E-Tc 35.7, fol. 46v; E-Mp II/483, p. 82. 16 Según una anotación de Burriel en una copia manuscrita de la carta que Burriel envió a Rávago en 1752 (E-Mh 9/5921, fol. 104r) «Presentóse ya al Rey N. S. que le vió, y leyó su dedicatoria con grande dignacion, segun me avisó el excelentisimo Duque de Alba». 652

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LÁMINA 1.—E-Tc 35.7, fol. 46v. 653

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LÁMINA 2.—E-Mp II/483, p. 82. 654

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Catholicos Españoles lo mismo, que desde los Catholicos Reyes San Hermenegildo, y su hermano el Catholico Rey Reccaredo, han creydo, confesado, y adorado por mas de 1200 años todos los Reyes Progenitores de V. Magestad con todos los Vasallos, que tuvieron, ascendientes de los que hoy tenemos la dicha de serlo de V. Magestad17.

Aunque Burriel empleó métodos de investigación claramente modernos, adoptó sin embargo el discurso de continuidad y el lenguaje del nacionalismo cultural que caracterizaba la erudición litúrgica de sus contemporáneos como Flórez. También en sus «Apuntamientos para fomentar las letras» (escritos en 1749), Burriel describía el rito viejo-hispánico como «la más sólida gloria de la nación, que Roma no tiene, y quizá por eso la muerde y la envidia»18. En el mismo año en que se presentó el facsímile, Burriel publicó su Paleografía Española, un tratado que es una historia tanto de la lengua y de la política como de la escritura19. El texto apareció bajo el nombre de Terreros y Pando, el traductor de la enciclopedia de Pluche Le Spectacle de la Nature (de la que el tratado constituía el volumen trece), pero la evidencia a favor de la autoría de Burriel es abrumadora20. Prácticamente desde su publicación, la Paleografía ha sido conocida como una obra de Burriel. 17 E-Mp II/483, fol. 3r–v. 18 BURRIEL, Andrés Marcos. «Apuntamientos» En ECHÁNOVE TUERO, A. La preparación intelectual..., p. 270. 19 BURRIEL, Andrés Marcos. Paleografía Española, que contiene todos los modos conocidos, que ha habido de escribir en España... substituida en la obra del Espectaculo de la Naturaleza, en vez de la Paleografia Francesa, Por el P. Estevan de Terreros y Pando, Maestro de Mathematicas en el Colegio Imperial de la Compañia de Jesus de esta Corte: y la dedica a la reyna nuestra Señora Doña Maria Barbara. Madrid, Joachin Ibarra, 1755. 20 Por ejemplo, en la página de título de la copia de la Paleografía en la Catedral de Toledo (ahora E-Tc 82-21) Burriel escribió: «Este discurso escribí en 1755, á ruego del P. Esteban de Terreros, y Pando, que quiso insertarle en el Tomo XIII de su traducción del Espectáculo de la Natureleza en lugar de otro tal, que tiene el original sobre la Paleographia Francesa... En esta impresion primera, aunque hablé en nombre ageno, todo fuè mio, porque cuidè tambien de la coreccion de las pruebas de Imprenta. Así soi responsable de los yerros formales, y materiales, que se hallaren. Andres Marcos Burriel». Véase OCTAVIO DE TOLEDO, José María. Catálogo de la Librería del Cabildo Toledano, II Parte: Impresos. Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1906, pp. 93-94. 655

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En este tratado, Burriel narra así las vicisitudes de la liturgia y escritura visigóticas en Toledo en el contexto de la organización lingüística y social de la ciudad después del año 1085: El Rey Conquistador, à influjo de los Francos, mandó, contra toda buena politica, que no se usase mas de la antiqua letra Gothica, y que en su lugar se escribiesse todo en letra Galicana, ò Francesca. Solo los Clerigos Muzarabes de Toledo, fuertemente asidos [sic] à sus antiguas costumbres, y aun al modo de vestir conservaron en sus Libros Liturgicos el uso de la letra Gothico, que acaso por esta razon se appelidó Muzarabe en escrituras posteriores, como tambien se llamò Muzarabe su Rito, y su Fuero Godos. Con este Decreto de mudanza quedaron inutiles todos los Libros, y Codigos Latinos escritos en letra Gothica, que havia en el Reyno; por que para leerlos era, como ahora es, necesario estudio y gusto particular. A los Españoles quedò casi cerrada la puerta para aprender el latin, y alguna erudicion Eclesiastica en sus libros Gothicos, y los Francos quedaron casi unicos dueños de la Lengua Latina, y por consiguiente de las ciencias y empleos Eclesiasticos, de las Notarias y Escribanias de los Reyes, y de los Pueblos, y con el primer influxo en el Gobierno Eclesiastico, y secular del Reyno. En esta letra francesa solo havia que leer aquellos pocos libros, que o trageron, o copiaron acà los Francos21.

Palomares realizó todos los dibujos de las ilustraciones; los de los manuscritos fueron tomadas de las colecciones de la catedral de Toledo22. La cuarta parte de la Lámina 15 comprende dos líneas de canto llano, un psallendo de E-Tc 35.7. Este breve fragmento representa la primera reproducción precisa e impresa de un texto en escritura visigótica con neumas. Los ambiciosos planes de Burriel para la Comisión dejan claro que este pensó que la Corte apoyaría su investigación en Toledo durante décadas, pero su mandato terminó en 1755. Trece años de negociaciones entre España y la Santa Sede dieron como resultado el Concordato de 1753, que concedió cincuenta mil beneficios eclesiásticos a la Corona española, 21 BURRIEL, A. M. Paleografía Española..., pp. 19-20. 22 Ibid., pp. 159–60. 656

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reduciendo así la necesidad que el gobierno tenía de de los documentos que aportaba la Comisión de Archivos23. El año1754 fue testigo de la caída del marqués de la Ensenada y de la muerte de Carvajal, que derivó en una crisis para Burriel24. El otro patrón de Burriel en la Corte, Francisco de Rávago, fue destituido del gobierno en 175525. En 1756 Burriel volvió a la enseñanza; sus papeles permanecían en su posesión26. El Gobierno se los exigiría a los Jesuitas justo después de su muerte en 176227. Sin embargo, la influencia del jesuita continuó condicionando los intereses y la carrera de Palomares, que pasó a asistir a Pérez Bayer en la preparación de un inventario, nunca terminado, de la colección manuscrita del Real Monasterio de El Escorial. En 1764, inspirado por su trabajo con Burriel, Palomares produjo la Polygraphia Gothico-Española, un tratado monumental que traza la historia de la escritura en Iberia, en el cual cada estadio es ilustrado por láminas dibujadas a mano basadas en sus propias reproducciones de manuscritos de El Escorial o de la catedral de Toledo28. Para este proyecto, Palomares reutilizó algunas de las copias que había hecho en Toledo diez años antes para Burriel. 23 Para el texto del Concordato véase La Iglesia en la España de los siglos XVII y XVIII, Historia de la Iglesia en España, vol. 4. Antonio Mestre Sanchis (ed.). Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1979, pp. 803-808. 24 MESTRE SANCHIS, Antonio. Humanistas, políticos e ilustrados. Alicante, Universidad de Alicante, 2002, p. 127. 25 ALCARAZ GÓMEZ, José F. Jesuitas y Reformismo: El Padre Francisco de Rávago (1747-1755). Serie Valentina, 35. Valencia, Facultad de Teología San Vicente Ferrer, 1995, p. 588. 26 Véase la transcripción del inventario de los libros de Burriel hecho por Juan de Santander en GALENDE DIAZ, Juan Carlos. «Repertorio bibliográfico de la biblioteca del Padre Burriel». Espacio, Tiempo y Forma. Revista de la Facultad de Geografía e Historia, Serie IV: Historia moderna, 8 (1994), pp. 245-259. 27 SIMÓN DÍAZ, José. «Un erudito español, el P. Andrés Marcos Burriel». Revista bibliográfica y documental, 3 (1949), p. 18. 28 PALOMARES, Santiago. Polygraphia Gothico-Española. Origen de los caracteres o letras de los Godos en España; su progresso, decadencia, y corrupcion desde el siglo V hasta fin del XI en que se abrogò el uso de ellos, y sobstituyó la letra gothico-francesa: demostrada con variedad de abecedarios, abreviaturas, y otras curiosidades pertenecientes al perfecto conocimiento de ella, sacados de Monedas, Inscripciones, Libros, y semejantes Monumentos de la antiguedad que se guardan en las famosas Librerias de la Santa Iglesia de Toledo, y del monasterio de San Lorenzo del Escorial, Por D. Francisco Xavier de Santiago Palomares, Oficial en la Contaduria General de Renta Provinciales del Reyno, y natural de aquella Ciudad. Año 1764. Madrid, Real Academia de la Historia (E-Mh) 9/4752. 657

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Palomares presentó su tratado como una mejora de la Bibliotheca Universal de Rodríguez, que, dejada inconclusa por su autor, había sido publicada en 1738 por Blas Nassarre, bibliotecario real29. La Bibliotheca Universal contiene una representación muy pobre de un manuscrito de la Biblioteca de la Catedral de Toledo, lo que muestra la ignorancia que de la escritura visigótica se tenía al menos hasta la publicación de la Paleografía de Burriel en 175530. La lámina se basa aparentemente en un torpe dibujo de Pedro Camino Velasco, reproducido por primera vez en el tratado Liturgia Mozarabica de Pinius31. La columna de la izquierda muestra la oración post nomina de la misa de San Martín de Tours en el códice E-Tc 35.3, con una transcripción en la columna de la derecha (Lámina 3). En el prefacio de su Polygraphia, Palomares criticó extensamente la Bibliotheca Universal. Con el propósito de demostrar la superioridad de su propio tratado, llegó incluso a contar una anécdota sobre un canónigo de la catedral de Toledo quien, al parecer, había preguntado repetidamente a Palomares cómo esperaba superar el tratado de Rodríguez. Palomares, molesto con que la alabanza del ignorante canónigo a la Bibliotheca Universal diera a este tratado un grado de autoridad que iba mucho más allá de sus méritos reales, decidió enumerar sus defectos gráficamente. Primero, mostró al ignorante canónigo la página manuscrita cuya reproducción estaba tan sumamente distorsionada en la lámina publicada por Nassarre. Después, Palomares dibujó una perfecta representación de la lámina de la Bibliotheca y la yuxtapuso a su reproducción mucho más precisa del manuscrito medieval. Esta comparación apareció en la lámina 61 de la Polygraphia (Lámina 4)32. Para favorecer la comparación con la ilustración de la Bibliotheca, Palomares se apartó de su práctica habitual, creando una imagen compuesta mediante el uso de dos folios diferentes del mismo manuscrito, combinando así la rúbrica que da inicio a toda la misa de San 29 Véase GARCÍA CUADRADO, Amparo, MONTALBÁN JIMÉNEZ, Juan Antonio. «Bibliotheca Universal de la Polygraphia Española: Una impresión de 1738 realizada por la Biblioteca Real». Anales de Documentación, 10 (2007), pp. 113-143. 30 RODRÍGUEZ, Cristóbal. Bibliotheca Universal de la Poligraphia Española publicada por D. Blas Nassarre. Madrid, 1738, lámina 19. 31 PINIUS. Liturgia Mozarabica..., p. 111. 32 PALOMARES, S. Polygraphia..., pp. vi-vii. 658

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LÁMINA 3.—Rodríguez, Christóval. Bibliotheca universal de la polygraphia española, Lámina 19. 659

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Martín (encabezando la columna derecha del folio doscientos cinco recto) con el propio texto de la oración, que comienza en el verso de la misma hoja. Mientras estuvo en Toledo, Palomares hizo otra copia de la misma oración, extrayendo la misma frase para una lámina de la Paleografía de Burriel33. Burriel había elegido esta oración para la ilustración de la Paleografía Española por ser frecuentemente citada por los historiadores de la liturgia como evidencia de que el rito viejo hispánico databa del siglo V. El texto de la oración parece sugerir que fue escrita poco después de la muerte de San Martín en el año 397. Tal y como aparece en el manuscrito toledano, la frase puede ser libremente traducida como «y los tiempos de nuestra época trajeron a este hombre que, sumado a los mártires, va a ser incluido entre aquéllos que habitan en el cielo»34. Como señala Burriel, esta frase fue citada por el cardenal italiano Giovanni Bona (1609-1674) como indicio de la temprana fecha del texto35. Mabillon, sin embargo, mantenía que la frase «aetatis nostrae tempora protulerunt» podría derivar de un texto litúrgico diferente y más antiguo, y por tanto no probaba necesariamente la antigüedad del rito visigótico36. El argumento de Mabillon fue refutado por Flórez, quien mantenía que toda la misa de San Martín databa de la primera mitad del siglo V37. Igualmente Pedro Camino Velasco citó la oración con el propósito de alegar que la misa fue compuesta poco después de la muerte de Martín. Esta cita apareció en 1740 en la dedicatoria al infante Luis Antonio Jaime de Borbón e Farnesio (arzobispo titular de Toledo) de la obra de Camino Noticia historico-chronologica de los privilegios de las nobles familias 33 BURRIEL, A. M. Paleografía Española..., lámina 15, n° 5. 34 E-Tc 35.3, fol. 205v: «hunc etiam uirum quem celicolis adnumerandum martyribus adgregatum etatis nostre tempore protulerunt» (con emendación de tempore a tempora). 35 BONA, Giovanni. Rerum liturgicarum libri duo. Paris, Louis Billaine, 1672, pp. 6869; BURRIEL, A. M. Paleografía Española..., pp. 117-118. 36 De Liturgia gallicana libri tres. Jean Mabillon (ed.). Paris, Martin et Boudot, 1685, p. 31. 37 FLÓREZ, Enrique. España Sagrada. Theatro Geographico-Historico de la Iglesia de España, tomo III: Contiene la predicación de los apóstoles en España: propagación de la Christiandad desde el siglo primero: origen, progresso, y mutación de la Missa antigua en estos Reynos. Justificado todo por escritores de buena fé, y Documentos autenticos. Madrid, Antonio Marin, 1748, p. 217. 660

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LÁMINA 4.—Palomares, Santiago. Polygraphia Gothico-Española. E-Mh 9/4752, Lámina 61. 661

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de los mozarabes de la imperial ciudad de Toledo, una compilación histórica de documentos comentados publicada poco después de que Felipe V hubiera confirmado los privilegios y exenciones de los mozárabes toledanos38. A diferencia de otros que comentaron en el siglo XVIII la oración a San Martín, Camino no era un historiador de la liturgia, sino que más bien trataba de reafirmar los privilegios de la comunidad mediante la promoción de la validez histórica de sus tradiciones. Este corto fragmento de una única y breve oración fue citado en casi todos los estudios modernos del viejo rito hispánico. La oración, de hecho, suplía al rito de forma metonímica, de la misma manera que la página del manuscrito era considerada universalmente como representativa de la escritura visigótica. De este modo, las historias de la liturgia y de la paleografía se entrecruzaban. Siguiendo el ejemplo de Burriel, Palomares dedicó una parte considerable de su Polygraphia a la historia del rito viejo hispánico y sus vicisitudes en Toledo. Ilustrando esta narrativa, muchas de las láminas reproducen manuscritos litúrgicos con escritura visigótica. De especial interés es la atención que se presta a la notación musical de ciertos libros litúrgicos. Palomares estaba fascinado por los neumas; percibió la diferencia entre el rito mozárabe tal y como se celebraba en la capilla mozárabe y los libros de canto medievales, incluso narrando un experimento en el que mostraba a un público informado la notación medieval mientras que los capellanes cantaban, dejando a los observadores confusos39. 38 CAMINO VELASCO, Pedro. Noticia historico-chronologica de los privilegios de las nobles familias de los mozarabes de la imperial ciudad de Toledo. Toledo, 1740, dedicación no paginada: «... es sin disputa, que por los años de Christo de 402, en que falleciò San Martin, Obispo de Tours, en Francia, nuestra España, inmediatamente que supo su transito glorioso, compuso en honor suyo la Devotissima Missa, y Oficio que hoy tenemos en nuestro Missal, y Breviario, y celebramos los Mozarabes en el dia de su Fiesta con Rito de seis Capas, que corresponde al doble de primera Classe en el Latino». 39 PALOMARES, S. Polygraphia..., p. 21: «Algunos profesores de la Musica, assi de la Santa Iglesia de Toledo en donde los hay, y ha havido siempre muy excelentes, como de esta Corte, à quienes hè mostrado los puntos de la Musica de los Godos confiessan llanamente, que no los entienden, siendo assi que uno de Toledo, teniendolos presentes oyò cantar à los Capellanes Muzaraves, y no hallando corespondencia, ò no entendiendo la que tenian las notas con las voces por falta de claves y de rayas, se quedò mas dudoso y confuso que antes de hacer esta observacion». 662

Burriel, Palomares y el estudio del rito hispánico en el siglo

LÁMINA 5.—E-E S.I.16, fol. 158r. 663

XVIII

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Dos de las láminas del tratado se centran en la notación musical. La primera (lámina 28) reproduce la melodía de un manuscrito de los siglos VIII o IX para los hexámetros latinos que aparecen en el libro 18 de La ciudad de Dios de San Agustín donde están presentados como la profecía de la Sibila eritrea (E-E S.I.16)40. En la Edad Media hubo una importante tradición de notación musical para este pasaje del texto agustino; los versos se encuentran en algunas antologías poéticas y también fueron citados en el sermón de Quodvultdeus que se interpretaba como una lectura durante los Maitines del día de Nochebuena en algunos centros ibéricos y del sur de Francia41. Este manuscrito puede contener uno de los más tempranos ejemplos de la melodía, que está escrita en neumas catalanes que parecen bastante primitivos (Lámina 5). Después de la primera estrofa la notación es esporádica: los neumas aparecen sobre sílabas que estarían acentuadas cuando los versos se leyesen en voz alta, sugiriendo quizás que funcionaban no solo como indicadores melódicos sino también en cierta medida como signos de acentuación42. Que yo sepa, este 40 Para una descripción breve del códice, ver ANTOLÍN, Guillermo. Catálogo de los códices latinos de la Real Biblioteca del Escorial, vol. 4. Madrid, Imprenta Helénica, 1916, pp. 22-23. La fecha del códice es «post med. s. VIII» según DIVJAK, Johannes. Die Handschriftliche Überlieferung der Werke des Heiligen Augustinus, IV: Spanien und Portugal. Col. Philosophisch-historische Klasse, Sitzungsberichte 292. Vienna, Österreichischen Akademie der Wissenschaften, 197, p. 203. GORMAN, Michael. «A Survey of the Oldest Manuscripts of St. Augustine’s De ciuitate dei». Journal of Theological Studies, 33 (1982), p. 403, lo data a mediados del siglo IX. 41 Sobre la tradición musical del «cantus sibyllae» véanse ANGLÈS, Higini. La música a Catalunya fins al segle XIII. Barcelona, Institut d’Estudis Catalans y Biblioteca de Catalunya, 1935, pp. 288-302; COLETTE, Marie-Noël. «Le chant de la Sibylle, composition, transmission et interprétation». En La Sibylle: Parole et representation. Monique Bouquet y Françoise Morzadec (eds.). Rennes, Presses Universitaires de Rennes, 2004, pp. 165-176; CORBIN, Solange. «Le Cantus Sibyllae: Origine et premiers textes». Revue de musicologie, 34 (1952), pp. 1-10; GÓMEZ M UNTANÉ, Maricarmen. El canto de la Sibila, I: Castilla y León; II: Cataluña y Baleares. Madrid, Alpuerto, 1996–97; IDEM. «El Canto de la Sibila: Orígenes y fuentes». En Fuentes Musicales en la Península Ibérica / Fonts Musicals a la Península Ibèrica. Maricarmen Gómez y Màrius Bernadó (eds.). Lleida, Edicions de la Universitat de Lleida Institut d’Estudis Ilerdencs, 2001, pp. 35-70; IDEM. La música medieval en España. Kassel, Reichenberger, 2001, pp. 70-82. 42 Para un comentario más amplio sobre la notación en este manuscrito véanse BOYNTON, Susan. «An Early Notated Song of the Sibyl». En Hortus troporum. 664

Burriel, Palomares y el estudio del rito hispánico en el siglo

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manuscrito no ha sido estudiado previamente por los musicólogos; yo reparé en él a través del tratado de Palomares. Es el único ejemplo que conozco en que los versos de la Sibila aparecen en su contexto original, en el texto de San Agustín en vez de en un libro litúrgico o en una antología poética. Esta lámina sigue la clasificación de Palomares de los neumas visigóticos como una subcategoría de los acentos o signos de acentuación que alteran los sonidos de las letras. La observación de Palomares anticipa la idea de que los neumas tempranos emergieron directamente de los acentos prosódicos de la Antigüedad tardía43. Él también se preguntaba si los orígenes de los neumas visigóticos se hallaban en los prestamos que los godos tomaron de los romanos o bien si eran originarios de la Península Ibérica44. La otra lámina en la Polygraphia que contiene notación musical presenta tres ejemplos derivados de dos manuscritos diferentes (Lámina 6). Aunque Palomares no identificó la fuente, yo localicé los dos primeros ejemplos en las dos primeras hojas de guarda del manuscrito E-Mn 10001. Aquí los cantos están extraídos de su contexto con el propósito de centrarse en su notación. La tercera parte de esta lámina copia una página de un manuscrito glosado del siglo XI de origen inglés, todavía en la biblioteca de El Escorial, de la De consolatione philosophiae de Boecio (E-E e.II.1)45. Florilegium in honorem Gunillae Iversen. Alexander Andrée y Erika Kihlman (eds.). Stockholm, Almqvist & Wiksell, 2008, pp. 47-56; IDEM. Silent Music..., cap. 5. 43 ATKINSON, Charles. «De Accentibus Toni Oritur Nota Quae Dicitur Neuma: Prosodic Accents, the Accent Theory, and the Paleofrankish Script». En Essays on Medieval Music in Honor of David G. Hughes. Graeme Boone (ed.). Col. Isham Library Papers, 4. Cambridge, MA, Harvard University Department of Music, 1995, pp. 17-42; ATKINSON. The Critical Nexus: Tone-System, Mode, and Notation in Early Medieval Music. New York, Oxford University Press, 2009, pp. 41-46, 58-65. 44 PALOMARES, S. Polygraphia..., p. 20: «No serà muy facil averiguar si los Puntos, ò Notas musicales, que se hallan en los Missales y otros Codices antiquissimos semejantes à los que acabo de citar, los aprendieron los Godos de los Romanos, ò si San Isidoro, quando compuso ù ordenò la Liturgia Goda, los tomò de los que usaban en Espana, ò en Italia; ò finalmente si estos puntos eran los comunes, y usuales a toda la Iglesia Catholica». 45 ANTOLÍN, G. Catálogo..., vol. 2, 1911, pp. 33-34. 665

LÁMINA 6.—Palomares, Santiago. Polygraphia Gothico-Española, Madrid, E-Mh 9/4752, Lámina 43.

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Otras láminas presentan imágenes de manuscritos litúrgicos de El Escorial y de Toledo con notable precisión. Aunque las láminas de la Polygraphia parecen impresas en realidad están todas hechas a mano. Algunos originales de estas láminas al parecer se han perdido, como la segunda parte de la lámina 40, tomada de una reproducción anterior que Palomares hizo en Toledo de un fragmento (ahora perdido) que poseía Velasco. El códice originario contenía la misa de San Genesio de Arles46. Otro fragmento en posesión de Velasco (también perdido) fue copiado en la lámina 33, donde vemos Iherusalem gloriosa mater, descrito en la leyenda de la lámina como «parte de un hymno Muzarabico en la festividad de los Santos Martyres Hadriano y Natalia»47. La letra inicial en colores vivos no fue representada en el dibujo de este fragmento que Palomares había hecho diez años antes en Toledo.48 Las láminas 62 y 63 ilustran otros manuscritos litúrgicos de la catedral de Toledo agrupados según la función litúrgica: todos los ejemplos contienen lecciones para el oficio o la misa49. Aunque la metodología de Palomares no era comparativa como la de Burriel, su trabajo constituye una forma de estudio de la liturgia. Es significativo que tanto Burriel como Palomares ilustraran manuscritos medievales de liturgia con notación musical en sus respectivos tratados de paleografía. En este período, la notación musical raramente era tenida en consideración en el estudio de documentos históricos. Incluso publicaciones posteriores centradas en la liturgia y el canto llano no incluían reproducciones precisas de los neumas visigóticos50. 46 E-Mn 13054, fol. 111r: «Exemplar caracterum, quibus conscriptum est fragmentum Codicis cujusdam gothico-muzarabici, continens partem Missae de Sancto Genesio Martyre Arelatensi, penes D. Petrum Camino Velasco, Toleti asservatum». 47 PALOMARES, S. Polygraphia..., lámina 33, n° 1: «Parte de un hymno Muzarabico en la festividad de los Santos Martyres Hadriano y Natalia. Saquè esta muestra de dos hojas que estaban en poder de Don Pedro Camino, Capellan Muzarabe de Toledo». 48 E-Mn 13054, fol. 110r: «Exemplar Caracterum, quibus conscriptum est fragmentum codicis cujusdam Gothico-Muzarabici, continens aliquot hymnos suis versiculis distinctos, penes D. Petrum Camino Velasco Toleti asservatum». 49 Para los detalles de estas láminas véase BOYNTON, S. Silent Music..., cap. 5. 50 Las ilustraciones de los neumas toledanos de la Missa Gothica de 1770 del cardenal LORENZANA son imperfectas, y De Cantu et Musica Sacra de 1774 del monje benedictino Martin GERBERT no incluye ejemplos ibéricos. 667

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En las décadas centrales del siglo XVIII Burriel y Palomares ejemplificaron el método histórico ilustrado basado en el estudio de documentos originales, con la distinción adicional de que prestaron mucha atención a la notación musical de los manuscritos. Para Palomares y Burriel las vicisitudes de la liturgia y de la escritura visigótica eran concomitantes con las de la nación española, la cual era considerada por ellos, como por otros historiadores del siglo XVIII, como una categoría tan medieval como moderna. Lo más inusual en el trabajo de estos dos hombres fue la convicción de que la liturgia y el canto llano, incluyendo la notación musical, fuesen elementos centrales en la interpretación moderna de esta nación transhistórica. (Traducido del inglés por Ascensión Mazuela Anguita con revisiones de Ana Llorens)

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