Breve resumen de Construccionismo Social - Kenneth Gergen (cap. I)

July 22, 2017 | Autor: Bruno Olivera | Categoría: Social Psychology
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Descripción

CONSTRUCCIONISMO SOCIAL – Kenneth Gergen
HACIA UNA TEORÍA GENERATIVA (p. 59 a 84)
El autor comienza partiendo de que gran parte de la teoría contemporánea carece de potencia generativa, de potencia transformadora, ésta teoría es incapaz de cuestionarse la naturaleza de la vida social, y de brindar alternativas a la conducta social contemporánea y esto se debe en cuestión a que por el compromiso con las ideas tradicionales positivistas que dan peso a "los hechos", a los eventos sociales, que exigen la verificación de las ideas teóricas y que contribuyen un descuido hacia la dependencia temporal de los patrones sociales, es decir que estas ideas teóricas no respetan ni el tiempo ni el contexto de los parámetros sociales. Y por último, estos tradicionales positivistas recomiendan un comportamiento desapasionado en cuestiones científicas. Cada uno de esos campos demuestra deficiencias y se plantea un campo de trabajo que apunte hacia una teoría generativa, una teoría transformadora que esté liberada de la presión de los hechos y de la necesidad de su verificación, esta teoría puede mantener los compromisos de valor y reestructurar el carácter de la vida social.
Desde el punto de vista de que la teoría social apunta al entendimiento, a la predicción y al control, y de que al término "entendimiento" se lo define desde el rol del científico como: aprehender claramente el carácter, la naturaleza o las sutilezas de la vida social; se le otorga a la conducta social el estatus de ontológica preeminente (carácter superior, de gran importancia), equiparándola bajo ese carácter con los misterios esenciales que el científico debe resolver.
Aunque también existe un sentido opuesto que no toma a la naturaleza como algo dado, oponiéndose así al estatus ontológico preeminente. Este sentido explica también que entender puede referirse a darle un significado a algo creando su estatus a través del manejo de conceptos. Mientras que el sentido del significado del primero encuentra sus raíces en la filosofía empirista, el del último puede ser rastreado principalmente hasta los escritos racionalistas de Kant y Hegel. La orientación racionalista gradualmente fue dando paso a la orientación empirista-positivista en las ciencias sociales. Debido a la hegemonía del empirismo-positivismo, la fortaleza de la psicología social contemporánea no parece residir en su capacidad de engendrar teoría de grandes alcances y retos, ha habido una disminución de una teoría transformadora.
En la psicología social es posible distinguir dos empresas teóricas: a) la construcción de modelos mínimos, y b) el aislamiento de variables teóricas significativas, la primera es explicada en la página 60 del texto y la segunda en la página 61. Luego de explicarlas, el autor establece una diferencia vital entre estas empresas teóricas con las de origen europeo "precientífico".
"Ciertamente la psicología social no ha tenido éxito en la creación de una revolución intelectual, en el sentido de afectar profundamente nuestras visiones de la naturaleza humana" Tajfel (1972). Uno pudiera desear defender la teoría contemporánea resaltando su capacidad superior para evaluarse y producir cuerpos confiables de conocimiento social. Sin embargo, resulta difícil culpar a las teorías tempranas por la ausencia de investigación que han generado, como tampoco puede uno destilar un cuerpo de proposiciones altamente confiables del inmenso esfuerzo contemporáneo en poner las hipótesis a prueba. Para Gergen, las teorías deberían ser útilmente consideradas dependiendo de su capacidad generativa, es decir, su capacidad para retar los supuestos directrices de la cultura, formular preguntas fundamentales acerca de la vida social contemporánea, promover reconsideraciones sobre aquello que se ha "tomado por dado", y que, por tanto, brinden nuevas alternativas para la acción social.
TEORÍA GENERATIVA: Todo conjunto de principios que puede provocar debate, transformar la realidad social y, en últimas, reordenar la conducta social.
En resumen, la debilidad generativa de la psicología social actual se debe por su compromiso con el enfoque empirista-positivista del cuál resalta cuatro obstáculos fundamentales inherentes respecto al paradigma positivista.
Según el Positivismo: La tarea inicial del científico es observar el estado de la naturaleza y documentar con exactitud la relación sistemática existente entre los observables. Se dice que, sobre la base de esta observación preliminar, el científico puede construir inductivamente las aseveraciones teóricas generales que describen y explican el fenómeno en cuestión.
La generalización teórica desde lo particular se debe hacer mediante la lógica inductiva. La aceptación general de esta posición tradicional dentro de la psicología social contemporánea parece ampliamente evidente.
Se hace hincapié en la observación sistemática de los hechos, se requiere un extenso conocimiento de metodología y estadística para determinar que el candidato domina las habilidades de la observación confiable. Posteriormente en la página 64, se debate sobre el método que el científico debe adoptar en el proceso de conceptualizar desde lo concreto y desde dónde debe partir, haciendo alusión a la interrogante sobre la lógica inductiva y los hechos confiables como punto de partida del proceso.
El caso es particularmente potente en lo que concierne a la teoría generativa. Si se permite que los "supuestos del sentido común", por ejemplo, acerca de las unidades del comportamiento, sus denominaciones o sus relaciones guíen in-conscientemente nuestras observaciones e hipótesis, entonces los modelos teóricos resultantes muy posiblemente reflejarán esos supuestos. La teoría resultante se aproximará al sentido común, un problema con el cual los psicólogos sociales han tenido que luchar durante varias décadas. Cuando uno "comienza con los hechos" ya ha incorporado una teoría implícita, y el potencial para un resultado generativo, por tanto, se puede reducir.
TEORÍA PSICOLÓGICA Y CONFIGURACIÓN DE LOS FENÓMENOS SOCIALES
El autor hace referencia a las teorías preformales de las primeras investigaciones astronómicas y se pregunta por qué la psicología no puede seguir la misma línea y no dejar que preconcepciones normativas canalicen las investigaciones de la psicología social. La respuesta a esta pregunta reside en el gran potencial de dichas preconcepciones para configurar los fenómenos de estudio en las ciencias sociales, por contraposición a las naturales. Es decir, el científico social se encuentra en una posición bastante más precaria en lo referente a la generación de teoría que se encuentre puesta al servicio de su propia satisfacción.
Frente al planteamiento anterior y sus cuestiones, Gergen hace un análisis sobre la teoría social en donde plantea básicamente que dicha teoría puede determinar el proceso de exploración investigativa, todo esto y más lo explica en la página 66 de forma más detallada y haciendo también referencia a los hechos.
Volviendo a los hechos, Gergen afirma que la actividad social humana aparece en un estado de continuo movimiento cercano, sus formas son infinitamente variables y en cualquier momento pueden surgir patrones nuevos. Bajo estas condiciones, la postura conceptual del observador puede convertirse en un determinante extremadamente poderoso de aquello que se percibe. Es precisamente en estas condiciones que se requieren más perspectivas conceptuales que compitan entre sí. Cada perspectiva puede operar como un lente a través del cual la experiencia se presenta en formas diferentes. Cada nuevo lente incrementa la sensibilidad respecto al todo.
En la página 67 se habla de lo que puede hacer y lograr el teórico social donde me gustaría hacer hincapié en una de las tareas del mismo que una de ellas dice que, siguiendo el modelo positivista tradicional, el psicólogo social ha permanecido interesado primariamente en la tarea de la descripción y explicación confiables y mediante estos últimos, el psicólogo social tiene la capacidad de moldear el carácter de las actividades sociales acerca de las cuales se rinden informes.
En el caso de la teoría freudiana, dichos efectos moldeadores ya parecen ampliamente visibles. En tiempos anteriores, la actividad atípica, exótica o desviada frecuentemente fue vista como una expresión de "brujería", "inferioridad del carácter" o "ausencia de voluntad de poder". Los patrones de reacción resultantes frecuentemente eran punitivos. Con el advenimiento de la teoría psicoanalítica, las mismas actividades comenzaron a ser vistas como productos de dinámicas de la personalidad sobre las cuales los individuos tenían poco control. Desde este punto de vista, el actor merece "tratamiento" o "cura". El desarrollo y diseminación de la teoría psicoanalítica tuvieron éxito en alterar los ampliamente difundidos patrones de actividad social. Efectos similares pueden ser rastreados hasta los intentos de los psicólogos sociales de explicar fenómenos como el prejuicio, la obediencia, la protesta social o la revolución del gueto. Posteriormente se analizan dos tipos de comportamiento, el comportamiento causado internamente, y el comportamiento causado externamente, además de dar una perspectiva positivista al tema mediante los roles tradicionales del científico que son: Observación, Descripción y Explicación. Eso en la página 68 y 69 lo explica muy bien.

LA EXIGENCIA DE LA VERIFICACIÓN TEÓRICA
Desde la perspectiva científica tradicional, idealmente se debería mantener una relación estrecha entre teoría y datos. La teoría no sólo debería surgir de la observación inicial, sino que, una vez desarrollada, debería estar sujeta a una evaluación empírica sistemática y profunda. A través de la evaluación empírica, las teorías de alta validez predictiva se pueden sostener, y aquellas que fracasan en corresponder con los hechos son excluidas del corpus de "conocimiento aceptable". La exigencia de la verificación no se ha conservado sin desafíos a lo largo de los años. Por ejemplo, Popper (1959) ha argumentado que es muy poco lo que se puede ganar al aumentar el apoyo empírico a una teoría dada. Primariamente, son las fallas en la verificación las que impulsan hacia adelante al entendimiento en un grado significativo. Más allá, el protegido de Popper, Thomas Kuhn (1962), ha argumentado que los cambios en el paradigma teórico generalmente no dependen del estatus empírico de los sistemas conceptuales relevantes. Existen al menos tres grandes razones para creer que la meta de la verificación en ciencias sociales es en gran medida quimérica (irreal).

EL CARÁCTER NEGOCIADO DE LA VIDA SOCIAL
Parece ser poco lo que las acciones sociales tienen de significado intrínseco; las categorías conceptuales o sistemas de significado en las que primariamente se sitúan parecen ser productos de la negociación social. El hecho de que un patrón dado de estímulos caiga bajo la categoría de "humor", "agresión", "dominancia" o "manipulación", por ejemplo, no depende de las propiedades intrínsecas del patrón relevante, sino del desarrollo de una comunidad de acuerdos. Como resultado, el etiquetamiento de una acción dada siempre está abierto a negociación entre las partes interesadas, y la legitimidad de cualquier observación está continuamente abierta a retos. Lo que es "el caso" en la vida social puede ser visto, pues, como una cuestión de influencia social. Profundiza más en páginas 71 y 72.

EL CARÁCTER COMPLACIENTE DE LA DEMOSTRACIÓN DE HIPÓTESIS
Un segundo impedimento mayor para la verificación teórica se relaciona estrechamente con el primero. En la medida en que la relación entre los términos teóricos y las operaciones empíricas sea ambigua, la amplitud de las opciones del investigador para probar una hipótesis se incrementa. Dada una amplia extensión de opciones para seleccionar la manera en que una hipótesis ha de ser probada, el investigador que busca sostenerla escasamente puede seleccionar un conjunto de operaciones empíricas en una forma que no tienda a brindarle apoyo a la misma. Por ejemplo, gran parte del pensamiento común relaciona al estrés con una variedad de consecuencias negativas. Se menciona la ambigüedad propia del término ESTRÉS y el autor afirma que: El investigador que intenta demostrar una reacción negativa al estrés puede optar, pues, por inducir estrés mediante la exposición del sujeto a amenazas a su bienestar físico, por oposición a un evento deportivo de gran reto, o a la presencia de un superior. El investigador es consciente, por virtud de su inmersión en la cultura, de que la amenaza al bienestar físico produce a menudo una reacción negativa. Desde este punto de vista, el asegurar resultados anticipados habla mucho menos del estatus empírico de la hipótesis, de lo que lo hace acerca de la familiaridad del investigador con los significados y costumbres compartidos de los sujetos puestos a prueba. Con suficiente conocimiento cultural es posible generar el apoyo a una hipótesis razonable y su antítesis.

LA VERDAD A PRIORI DE LA TEORÍA SENSIBLE
En la medida en que el comportamiento de la gente se conforma de acuerdo con sus concepciones comunes del mundo, se puede reconocer el valor de verdad de las teorías que sean inteligibles dentro del marco de dichos sistemas conceptuales sin tener que atender a pruebas empíricas. Siguiendo a Ossorio y Davis (1968), salir a demostrar la hipótesis de la teoría del balance, según la cual la gente se verá atraída hacia personas que expresen su gusto hacia ellos, es equivalente a demostrar la hipótesis de que dos por dos es igual a cuatro. De la misma forma en que la gente generalmente acepta esta concepción particular de los números y sus relaciones como correcta, también cree que gustar es una reacción apropiada ante el interés de otro. Por supuesto, uno no necesita emplear este particular sistema aritmético, y hay numerosas instancias en las que la gente no lo hace. El punto principal es que, en la medida en que la propia teoría "tenga sentido" dentro de la cultura, puede ser asumida sin probar que su base conceptual será utilizada, en ocasiones, en la vida diaria. Dados los problemas sustanciales que se encuentran en la base de la exigencia tradicional de una verificación teórica, los principales esfuerzos de la disciplina como la demostración de hipótesis, quedan puestos en gran duda. El erudito responsable no necesita vacilar para desarrollar y diseminar sus ideas por falta de pruebas empíricas; las horas masivas que son absorbidas en la ejecución de dichas pruebas pueden ser reinvertidas en trabajo intelectual significativo.

EL SUPUESTO DE LA IRRELEVANCIA TEMPORAL
Desde el tradicional punto de vista positivista, la tarea del científico es desarrollar teorías con validez transhistórica. Por tanto, al desarrollar modelos teóricos limitados y aislar variables importantes, los psicólogos sociales normal mente asumen la aplicabilidad transtemporal de sus formulaciones. Las teorías de la disonancia, el balance, la integración, la bifactorial de la experiencia emocional, la atribución, etcétera, generalmente no son vistas como meras reflexiones de los estilos de vida contemporáneos. Como muchos han argumentado, tales formulaciones deberían ser válidas a través del tiempo. Como se argumentó en otro lugar (Gergen, 1976), el caso de la aplicabilidad de la teoría social a través del tiempo está ampliamente limitado por cuestiones de interpretación post hoc. Dada la complejidad de la mayor parte de la actividad social, típicamente, un teórico puede mirar hacia atrás y discernir alguna manera en que su teoría pueda aplicarse. Las formulaciones teóricas generales casi nunca pueden ser amenazadas por la historia pasada. Sin embargo, cuando uno se vuelve hacia el problema de la predicción, el caso de la aplicabilidad a través del tiempo de la teoría social se vuelve muchos menos convincente. En efecto, los patrones de actividad humana pueden estar en un estado continuo de emergencia aleatorio, en el sentido de que pueden reflejar ampliamente las contingencias contemporáneas (Gergen, 1977). Tales capacidades imponen severas restricciones sobre los esfuerzos del científico social para predecir la interacción en curso.
Profundicen más sobre esto en las páginas 75, 76 y 77.

EL TESTIGO DESAPASIONADO VERSUS EL TEÓRICO PARTICIPANTE
¿Cuáles formas de acción han de ser configuradas o apoyadas por la teoría generativa? ¿Quién ha de tomar estas decisiones? Desde la perspectiva tradicional, esta cuestión siempre ha sido destacada: la tarea del científico es describir, mientras que las cuestiones de prescripción no están dentro del alcance del científico en su calidad de científico. El científico está interesado en lo que es, y no hay manera de derivar "proposiciones sobre lo que debe ser" a partir de los resultados de dichas actividades. Más aún, cuando el científico protege sus intereses en los productos finales de su investigación, uno no puede confiar en los resultados. Los teóricos de la psicología social han tendido a mantenerse apartados de lo que podría ser visto como una "degradante contienda acerca de las cuestiones de lo bueno".
Los valores del científico están inevitablemente ligados a los fenómenos seleccionados para el estudio, las etiquetas puestas a dichos fenómenos, la manera en que se interpretan los nuevos hallazgos, la cantidad de evidencia confirmatoria requerida para llegar a una conclusión y la manera de aplicar la teoría social. Todas estas influencias valorativas sirven como "expresiones sobre lo que debe ser" para los receptores del conocimiento. Como tales, tienen el potencial de moldear a la sociedad; pueden favorecer ciertas formas de conducta social a expensas de sus alternativas potenciales. A medida que sus implicaciones y aplicaciones son justificadas, toda teoría se convierte en un defensor ético o ideológico. El teórico no debe temer expresar valores en una formulación dada; ellos son inevitables. Esto presenta un reto importante para que el científico se quite la máscara de la neutralidad y confronte más directa y honestamente las implicaciones de valor de su trabajo.
Profundizar más sobre este tema desde la página 77 a la 80.

CONTINUACIÓN DE LA CONTROVERSIA
En su compromiso con los supuestos tradicionales positivistas, la psicología social ha reducido sustancial-mente su capacidad para la teorización generativa. El autor señala que el intento de construir teoría inductivamente a partir de "lo que se conoce", la exigencia de la verificación de las ideas teóricas, el descuido por el carácter situado temporalmente de los eventos sociales y la evitación de las complejidades valorativas, se han probado todos en detrimento para el tipo de teorización catalizadora que pone en duda los supuestos comunes asumidos por la cultura y que señala las alternativas nuevas de acción. Sin embargo, este análisis plantea una serie de preguntas concernientes a las pretensiones y potencial de la teorización generativa. Dos de ellas merecen atención.

La deseabilidad de la teoría generativa
Hay razones adicionales para favorecer a la teoría generativa que se basan en el potencial de la disciplina para el amplio beneficio social. En el acto de teorizar, uno traduce la experiencia en un símbolo, y la réplica conceptual inevitablemente es una distorsión de dicha experiencia. Cualquier sistema conceptual es por naturaleza incompleto. Los conceptos no dan cuenta adecuada de los movimientos continuos y complicados de un bailarín de ballet o de un acróbata en acción. Todas las teorías permanecen parciales, distorsionadas y sesgadas, por tanto, se debe dar un premio especial a las teorías generativas, es decir, a aquellas teorías capaces de no asentarse sobre cómodas verdades de amplia aceptación. La teoría generativa engendra una flexibilidad que puede incrementar la capacidad adaptativa de la sociedad. La orientación hacia la teoría crítica puede aislar inconsistencias del sistema predominante de creencias (científicas y de otro tipo), problemas dentro de la estructura social, del mismo modo que discrepancias entre las creencias predominantes y los hechos relevantes, sirviendo así dicha teoría a intereses emancipadores. Los teóricos críticos sostuvieron que a través de la crítica se restablecía la posibilidad de elegir. La conciencia crítica dio la opción de poder hacer algo distinto a caminar rutas gastadas por el tiempo. A pesar de que la meta última de la escuela crítica era ver a la estructura capitalista de la sociedad abriendo paso a la forma marxista, se ha visibilizado que el empuje central de su argumento es relevante para todo el que esté interesado en cambiar el aspecto del orden que prevalece.
Profundizar en páginas 81 y 82.
La arena movediza de la teorización comprometida
Si las teorías se convierten en expresiones conscientes de valor, entonces cualquier confianza que el área haya adquirido por virtud de sus esfuerzos hacia la objetividad se puede perder. De hecho, éstos son asuntos serios que deben estar sujetos a continuos estudios. Es importante distinguir entre los problemas de predicción y los de explicación, y los principios versus las prácticas de expresión valorativa. En el caso de la explicación científica, parece claro que la teoría científica bien puede perder su estatus como una empresa esencialmente objetiva. Al mismo tiempo, deben hacerse distinciones más importantes entre la tarea de la teorización y la de la predicción. La objetividad de las fórmulas predictivas no es menos sospechosa que la de los aseguradores actuariales. Se puede hacer un caso similar para la teoría económica contemporánea, como ejemplo de todo esto se menciona a la teoría macroeconómica y sus planteos (p. 83).
El Principio vs La Práctica: los argumentos presentes sugieren que la teoría de la psicología social está inevitablemente sesgada sobre suelos ideológicos, incluso en sus más arduos intentos de una "descripción realista" pero este hecho no necesita tener consecuencias prácticas adversas. El impacto de la teoría marxista ha sido disminuido en formas no obvias, en virtud de sus compromisos ideológicos; uno podría argumentar incluso lo contrario. Simplemente, no es claro que la sociedad ande a la búsqueda de explicaciones teóricas desapasionadas, especialmente cuando tienen consecuencias personales beneficiosas.
Finalmente Gergen termina esta parte diciendo que ciertas formas del trabajo teórico de la psicología social contemporánea pueden tener potencial generativo aún no ampliado y menciona algunos ejemplos para terminar concluyendo que ha sido insuficiente la realización de teorizaciones generativas actualmente y que casi no hemos aprovechado el carácter transformador de la teoría para lograr una reconstrucción social.

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