Breve Reflexión sobre la transición energética

¿Y después de la COP21? De lo Global a lo Local… Susana Galera, Prof. Dº Administrativo Universidad Rey Juan Carlos.

Cuando a nivel internacional se establecen compromisos documentados en Acuerdos, Convenios o Protocolos, empieza ahí un largo camino a recorrer para que estos compromisos, aun vinculantes, consigan los resultados esperados. Como miembros de la Unión Europea nos alcanzan los beneficios de las políticas europeas ambientales y de clima, que reciben allí particular atención –no obstante eventuales vaivenes como los que, en materia ambiental, venimos presenciando desde la toma de posesión de la Comision Juncker-. Gran parte de las políticas ambientales adoptadas en España en las últimas décadas vienen impuestas por nuestra condición de socio europeo: aun así, tenemos el triste record de ser el tercer país con más casos de infracciones de las obligaciones europeas, particularmente en materia ambiental (datos de 2014, UE-28), un dato que se explica tanto por un déficit de sensibilidad ciudadana -y por lo tanto política - hacia la protección ambiental -cómo en otro caso el frenesí depredador del ladrillazo-, como por un sistema institucional y organizativo claramente ineficiente para la gestión coordinada y coherente de un ámbito que no conoce fronteras administrativas de ningún nivel. Con este lastre, deberíamos de corregir de forma decidida y profunda esta tendencia, no solo por pundonor sino porque nuestro país es Desde 2011, la UE particularmente vulnerable a los efectos negativos del apuesta por un horizonte cambio climático. En particular, tenemos mucho que 2050 no solo basado en mejorar en el diseño y gestión de políticas públicas renovables y eficiencia encaminadas a alcanzar los objetivos establecidos en la energética, sino en un COP21, y que ya se incorporan en una estrategia cambio estructural del energética europea mucho más amplia. modelo energético. Las políticas energéticas europeas vienen insistiendo en un triple objetivo: la seguridad del abastecimiento, la competitividad y la sostenibilidad. Ya en 2007 se estableció el triple 2020-20: en el 2020, 20% reducciones emisiones GEI, 20% incremento de renovables, 20% ahorro energético (respecto a niveles de 1990). La última estrategia (2015) establece ya objetivos específicos para 2030, elevando los tres umbrales: 40% reducción

 

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En Bélgica, Alemania, Francia… los vecinos y las entidades locales se privilegian como “accionistas preferentes” de las instalaciones de renovables que se ubican en su territorio (community energy), utilizando un repertorio variado de opciones para la participación.

emisiones GEI, 27% mínimo de renovables y 27-30% de incremento de la eficiencia energética. Las acciones para la consecución de estos objetivos cristalizan en un grupo variado de normas jurídicas, normalmente Directivas: de eficiencia energética de los edificios, de uso final de la energía, de eficiencia energética, de productos de construcción, standares energéticos en las compras públicas, de renovables… entre muchas otras. Estas acciones se apoyan con otras complementarias: entre estas últimas, no es cuestión menor la complementariedad de los nuevos objetivos de la Política Regional, centrados ahora en desarrollar “una economía competitiva (que) use eficazmente los recursos, con pocas emisiones de carbono y resistente al cambio climático” y su brazo ejecutor, la nueva programación 2014-2020 de Fondos Estructurales (25.000 millones para nuestro país, la mitad de esta cantidad gestionado por el FEDER que habrá de destinar un 80% al apoyo de acciones de eficiencia La Ley francesa de energética y renovables). La ejecución de estos fondos está transición energética nuestro país compartida por el Estados y las Comunidades (agosto 2015) prevé la Autónomas en base a un complejo planteamiento de penalización de la programas y planes adoptados en los distintos niveles obsolescencia territoriales. programada, al apostar decididamente por la Resulta pues que la reducción del consumo energético y la economía circular.  apuesta por la energía de fuente renovable viene impulsándose desde la Unión Europea de forma decidida. Pero hay que añadir que, desde el año 2011, estos objetivos formaron parte de una estrategia más amplia y más ambiciosa consistente en renovar y sustituir el actual modelo energético por otro modelo alternativo en el horizonte de 2050. Si el actual modelo, fuertemente dependiente de las energías fósiles, se desenvuelve de forma “vertical” –producción, transporte, distribución y consumo- gestionado a través del “Operador del Sistema” (REE en nuestro caso), el modelo 2050 persigue lo que se ha denominado (Francia) la “democracia” energética: un modelo basado en las fuentes renovables y en el consumidor/productor –prosumer- que produce su propia energía y vierte el sobrante a una red gigantesca e interconectada y gestionada de forma inteligente –generación distribuida y Smart grids-. Hay que recordar que este enfoque se encuadró en la denominada Estrategia de Lisboa que, por lo que aquí interesa, contempló el sector energético como un ámbito de revitalización de las economías locales, impulsor de pymes de servicios energéticos y de la comunicación y creador de empleos de alta cualificación. En España, este modelo sigue en el terreno de la ciencia ficción. No es sólo que incorporamos las Directivas energéticas con notable La Ley del Sector resistencia y retraso, sino que a la vista de los últimos Eléctrico (24/2013) desarrollos normativos parece que anduviéramos en sentido contempla los planes contrario. Véase, además de la muy conocida reciente de renovables y de regulación de renovables y autoconsumo, la ley marco del eficiencia para el sector energético (Ley 24/2013) y la función que se le da a un supuesto que vengan instrumento capital como es la planificación energética: la impuestos por la UE. reconoce vinculante –con expresa mención a la planificación territorial autonómica- sólo en el supuesto de transporte de energía –decidida por el Estado-. Respecto a la planificación

 

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de energías renovables y de eficiencia energética, se prevé la posibilidad de su aprobación, con carácter indicativo, “para favorecer el cumplimiento de las obligaciones europeas” (sic. artículo 4, apdo. 5). Podría ser peor de no ser parte de la UE. Por el contrario, otros países de nuestro entorno sí han recogido el modelo 2050 y lo han desarrollado en su legislación interna. Tras el accidente de Fukushima, Alemania adopta finalmente su Ley Federal (Energywender, marzo 2012) que estableció el ambicioso objetivo final de abolir la utilización del carbón y otras fuentes de energía no renovable, priorizando el acceso de renovables a la red, gravando las conductas que impactan negativamente en el ambiente (en vez de incentivar lo contrario), medidas legales para ampliar la red y asegurar la conexión de renovables, Más recientemente, Francia, con su Loi transition énergétique pour la croissance verte (17 août 2015) ha incorporado ambiciosos objetivos de Hay que revisar la cambio de modelo energético 2050, además de hacer una Gobernanza Energética. apuesta decidida por el abandono progresivo de la energía nuclear. Recogiendo ejemplos previos –Dinamarca, Urge un acuerdo sobre Bélgica, Alemania- fomenta la participación de individuos Transición Energética, en y entidades locales en el “negocio energético renovable” el que participen todas que se ubique en su territorio (democracie energetique las Administraciones participative), además de prever incentivos fiscales implicadas, además de importantes y financiación a coste 0 a la renovación los distintos actores energética, desarrolla decididamente la economía circular sociales y ciudadanos. (con el abandono progresivo de envases a partir de 2016, Las acciones de la obligación de donación de alimentos en uso a entidades transición energética que sociales o la criminalización de la obsolescencia se desarrollan a nivel programada)… entre otras muchas medidas innovadoras local y autonómico dirigidas decididamente al cambio de modelo energético. pueden optimizarse si se coordinan y precipitan en Aunque el modelo UE 2050 -cambio de modelo un marco común de energético- parece estar aparcado en esta legislatura regulación e inversión. europea, parece también que el eje franco-alemán va a ser de nuevo impulsor ya no solo de descarbonización y renovables, sino de un cambio profundo del modelo de producción y suministro de energía para propiciar, además de los objetivos climáticos, la compartición con el conjunto de la sociedad de los beneficios –económicos, tecnológicos y sociales- que genera la energía.

 

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