Breve Nota Evolución diseño carros ligeros en AE y trascendencia en escritura jeroglífica

July 27, 2017 | Autor: Pere Simo | Categoría: New Kingdom (Egyptology), Chronology, Horses, Chariots, Egyptian Hieroglyphs
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Descripción

NOVA STUDIA AEGYPTIACA IX (2015)

Breve nota sobre la evolución en el diseño de los carros ligeros en el antiguo Egipto y su trascendencia en la escritura jeroglífica PERE SIMÓ DOMÈNECH*

INTRODUCCIÓN Casi desde los confines de los Urales hasta la actual Anatolia, desde 5000 a.C. hasta 4000 a.C., en una área donde se extendían grandes praderas sobre una llanura periglacial situada de este a oeste, atravesada de norte a sur por los grandes ríos del centro de Eurasia, al sur del límite de las extensiones de bosque, se concentró casi el 40% de la población Euroasiática de caballos.1 Este hecho permitió el desarrollo de distintas culturas alrededor de estos, primero cazándolos como fuente de proteínas, y posteriormente con su domesticación, convirtiéndolos en un elemento esencial para el transporte de mercancías y personas. Este hecho lo atestiguan los vestigios de varias migraciones culturales en este período, de oeste a este y viceversa, que se desarrollaron paralelamente a un comercio especializado, como el de la lana.2 Hacia el 3800 a.C., han sido descubiertos en las culturas de las estepas al norte de los mares Negro, Caspio y Aral, algunos vestigios de transporte rodado de mercancías mediante carros tirados por animales. Estos primeros carros de transporte fueron construidos totalmente en madera, con 4 ruedas macizas, cada una unida a los extremos de sendos ejes transversales bajo una caja, con un eje longitudinal de tiro recto en la parte delantera de la caja, preparado para 2 o 4 bueyes o caballos de tiro, cuyas riendas iban sujetas a ellos mediante arneses y bozales externos sin bocado, sujetos a anillas nasales. Paulatinamente, los carros se fueron aligerando y sofisticando su construcción. Hacia el año 3000 a.C. se empleaban ruedas de madera maciza bipartitas, y posteriormente tripartitas, con uno o dos ejes transversales, y uno o dos timones rectos. La migración cultural desde los Urales hacia el oeste, se puede observar con la presencia en Mesopotamia de estos carros hacia el 2600 a.C. (Cultura de Ur, Kish, y otras), llegando en el año 2000 a.C. a la llanura central europea. Estos fueron incorporados no

* Geólogo, miembro de la Societat Catalana d’Egiptologia. 1. D. W. ANTHONY, The horse, the wheel and language. How bronze-age riders from the Eurasian steppes shaped the modern world, Princeton, 2007, p. 59-82, p. 160-165. 2. Idem, p. 193-202, p. 371-412.

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solo como transporte de mercancías, sino como carros pesados de combate, que portaban más de dos combatientes armados y bien protegidos, tirados por 2 o 4 caballos u onagros. Los primeros vestigios que han sido descritos sobre carros ligeros con ruedas radiadas, los encontramos hacia el 1900 a.C. en Lchaschen, Armenia oriental. Estos primeros carros ligeros, tenían solo dos ruedas de 28 radios de madera, un eje transversal con una rueda a cada lado, centrado en la caja del carro, cerrada por detrás y abierta por delante, y un eje longitudinal de tiro o timón rectilíneo, unido al centro de la caja, dejando el otro extremo delantero para atar el yugo que a su vez, se fijaba a los animales de tiro. Éstos coexistieron con carros de carga de dos ejes transversales, con 4 ruedas macizas tripartitas, y con dos ejes longitudinales de tiro, situados en cada extremo de la parte delantera de la caja y unidos entre sí en su parte más anterior, donde además se fijaba el yugo que enganchaba con los animales.3 Desde ese momento, la proliferación de carros de combate ligeros va extendiéndose como una mancha de aceite hacia el este llegando al imperio chino hacia el 1600 a.C., y hacia el oeste, llegando a Egipto alrededor del 1500 a.C., a Grecia hacia el 1300 a.C., y finalmente atravesando toda Europa, hasta la península ibérica hacia el 900 a.C.

PRImEROs CaRROs DE COmBaTE EN El REgIsTRO EgIPCIO Los primeros vestigios de carros en Egipto coinciden con la presencia de los hicsos, quienes al relacionarse con los pueblos del norte del Levante, permitieron la incorporación paulatina de los mencionados carros de madera ligeros, junto a caballos, maderas flexibles y a nuevas tecnologías del doblado de la madera al vapor, que se introdujeron incluso antes de la llegada de los hicsos. Tal y como ya ha sido descritos por muchos autores, no había sido introducida la tecnología de la rueda en Egipto con anterioridad a ese momento, ni había sido empleada ninguna máquina de guerra ni de transporte que no hubiera sido arrastrada por el suelo, a excepción de unas escaleras de asalto rodantes representadas, una en la tumba de Kaemheset en Saqqara, de la dinastía VI y otra en la de Intef en Gurna, de la dinastía XI, donde parece que dos bolas esféricas o dos ruedas macizas están incorporadas en un eje horizontal en la base de las mismas para poder moverlas con palancas.4 Por consiguiente, la fuerza defensiva y ofensiva egipcia se concentró especialmente en la marina y la infantería, acorde con su vía principal de comunicación que fue el Nilo. El uso de carros en el desierto arenoso o pedregoso, o en los márgenes enlodados del Nilo, no era una forma viable de transporte, aunque si lo fue en las llanuras de Levante y de Oriente.

3. F. QUESADA SANZ, «Carros en el antiguo Mediterráneo: de los orígenes a Roma», en T. ANDRADA-WANDERWILDE (coord.), Historia del carruaje en España, Madrid, 2005, p. 16-56. 4. D. ARNOLD, Building in Egypt. Pharaonic stone masonry, Nueva York, 1991, p. 281-282, fig. 6.44.

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Hasta el Segundo Período Intermedio, no se localizan los primeros restos fósiles de caballos en Egipto, concretamente en Buhen y en Avaris hacia 1650 a.C.5 Al mismo tiempo, o quizás incluso algo anterior, se sitúan las primeras representaciones del uso de ruedas para el transporte, concretamente en la tumba de Sobeknajt II, en El-Kab (EK-10), bajo el faraón Sebekhotep III, de la dinastía XIV, donde se encuentra representado un carro con ruedas macizas o troncos, tirado por bueyes, transportando un barco funerario sobre el que reposa un sarcófago dentro de un ataúd.6 Coincidiendo con la lucha de los faraones de la dinastía XVII contra los hicsos, se localizan las primeras inscripciones, figuras y representaciones de carros de combate, junto a nuevas armas de combate como la espada curva y los arcos dobles, procedentes del Levante y de Oriente. El primer ejemplo que ha llegado hasta nuestros días, de figura o maqueta de un carro con ruedas de 4 radios lo encontramos en el tesoro de Ahhotep, concretamente en un carro de plata del ajuar funerario que transportaba al barco sagrado chapado en oro de Kamose.7 La primera inscripción sobre carros y caballos se ha localizado en la tumba de Amosis, hijo de Abana, en el-Kab (EK-5), donde se relatan las campañas militares desde Seqenenre Taa hasta Tutmosis I. Es la primera mención de un rey en su carro de combate y de la toma de carros y caballos como tributo de guerra. El carro fue representado en ese relato en dos ocasiones únicamente con el signo determinativo T17 (8), mostrando una rueda siempre con 4 radios. En este texto, se ha representado ese determinativo de carro con dos formas distintas, en la primera mención, cuando narra que sigue al carro de su rey Amosis I, se muestra un carro con protecciones bajas y carcaj para las flechas o lanzas, correspondiendo a un carro de guerra ligero y efectivamente con atributos reales ( 1); mientras que en la segunda mención, donde se narra la obtención de un trofeo de guerra bajo el mando del rey Tutmosis I, se muestra con las protecciones más altas, sin carcaj, de proporciones similares y podría representar tanto a un carro de guerra como de transporte más pesado (Fig. 2). De este mismo período son otros textos como el de Amosis, llamado Pen Nejbet, de la misma localidad de El-Kab, (EK-2) referido a la campaña de Tutmosis II, donde también aparecen carros, aunque no se ha preservado el determinativo T17 correspondiente. La mención a pares de caballos o carro como parte del armamento o paramento real, es patente en la victoria contra los hicsos, narradas en la segunda estela de Kamose8 y en la tableta de Carnavon. Se ha usado la palabra Htr, , para designarlos en los dos casos, 5. M. BIBBY, «The arrival of the horse in Egypt. New approaches and a hypothesis», en R. IVES, D. LINES, C. NAUNTON & N.WAHLBERG (ed.), Current Research in Egyptology-3, Dec-2001, BAR-1192, Oxford, 2003, p. 13-18. 6. J. TYLOR & S. CLARKE, Wall drawings and monuments of El Kab, Vol. 2, Tomb of Sobeknekht, Londres, 1896, pl. II. 7. Descubierta por Auguste Mariette en 1859 en Dra Abu el-Naga, Tebas oeste, hoy en el Museo Egipcio del Cairo. G. MASPERO, History of Egypt, Vol. 4, Londres, 1903, p.113. 8. L. HABACHI, The second Stela of Kamose and his struggle against the Hyksos, Abh. DAIK 8, Cairo, 1972, p. 1-13; A. SMITH, «A reconsideration of the Kamose texts», ZAS 103, 1976, p. 59-60; G. POSENER, «Notes de transcription», RdE 33, 1981, p. 138140; W. HELCK, Historisch-biographische Texte der 2. Zwischenzeit und neue texte der 18.Dynastie, Kleine Ägyptische Texte (KÄT), Wiesbaden, 1975, p. 82-97; A.H. GARDINER, «The Defeat of the Hyksos by Kamose. The Carnarvon tablet I», en JEA 3, 1916, p. 95-110; P. LACAU, «Une stèle du roi "Kamosis"», ASAE 39, 1939, p. 245-271, pls. XXXVII-XXXVIII; D. B. REDFORD, «Textual Sources for the Hyksos Period», en ELEIZER OREN (ed.), The Hyksos: New Historical and Archaeological Perspectives, Filadelfia, 1997, p.13-15.

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siendo en la tableta de Carnavon, con el determinativo F27 de piel de zorro, mientras en la segunda estela de Kamose no se ha preservado el determinativo. Otras circunstancias pueden sugerirnos el uso temprano de carros, como son las heridas de hacha infringidas a Seqenenre Taa, responsables de su muerte, que sugieren una posición de este faraón 50 centímetros más alta que la de su adversario, hecho que posiblemente se deba a que éste estaba montado en un carro.9 Desde el final de la Dinastía XVII, los carros y caballos se mencionan en las diferentes narraciones de batallas, como parte de los ejércitos y como botín de guerra, así como también profusamente representados en tumbas, templos, estelas, amuletos, placas y ostracas. De estas representaciones, cuya gran parte hemos podido estudiar, se deduce la siguiente secuencia de diseños: • Desde la dinastía XVII hasta Amenhotep II, todos los carros eran mostrados con ruedas de 4 radios. La representación de los mismos tiene dos variantes, con los radios situados en cruz (radios verticales y horizontales) en la mayoría de las representaciones (como por ejemplo en el escarabeo de jaspe verde de Tutmosis I,10 y en varios escarabeos de Tutmosis III), o bien puestos en aspa (como en la tumba de Renni en El-Kab EK7) (Fig. 3), que parece pueda querer representar al carro en movimiento. De este período hemos encontrado representaciones de carros y de caballos en 36 tumbas distintas, hemos podido obtener documento grafico de 25 de ellas, y en 19 de esas tumbas se representan carros con ruedas de 4 radios y en 5 solo con caballos. Del total de representaciones de carros, en esas tumbas y en los distintos objetos, 20 carros están representados con el eje transversal de las ruedas trasero y 18 con el eje transversal en medio de la caja. De este período, probablemente corresponda el carro de madera del Museo de Florencia,11 encontrado por Rosellini, 182912 en una tumba del valle de los nobles en Tebas Oeste, hoy no identificada. Aunque las representaciones de tumbas, y de las diferentes estelas, muros de templos y objetos presentan todas ellas una uniformidad con ruedas de 4 radios, hemos encontrado algunos ejemplos disconformes, o bien mal clasificados, como son algunos escarabeos o placas grabadas con caballos y carros con ruedas de 6 radios y el cartucho Mn-≈pr-Ra de Tutmosis III.13 • A finales de Amenhotep II y en el período en que gobernó Tutmosis IV, aparecen carros con ruedas de 8 radios, coincidiendo con carros reales muy ataviados, más pesados y chapados en plata y oro. Los restos del propio carro del faraón Tutmosis IV encontrados en su tumba KV43,14 presentan paneles donde aparece representado este mismo carro con las ruedas de 8 radios, junto a las de sus adversarios de 4 radios. Por 9. Protegido además con su armadura, M. BIETAK & E. STROUHAL, «Die Todesumstände des Pharaos Seqenenre (17 Dynastie)», en Ann. Naturhistor. Mus. Wien (ANMW) 78, Viena, dic.1974, p. 29-52, Taf. 1-10. 10. Nº inventario British Museum EA 17774. 11. P. R. del FRANCIA, «El carro di Firenze», en M.C. GUIDOTTI, Il carro e le armi del Museo Egizio di Firenze, MAAT 2, Florencia, 2002, p. 16-37. 12. I. ROSELLINI, I monumenti dell’Egitto e della Nubia, disegnati dalla Spedizione Scientifico-letteraria Toscana in Egitto. T. II, Monumenti civili, Pisa, 1834, pl. CXXII. 13. F. W. M. PETRIE, Historical Scarabs. Chronologically arranged, Londres, 1889, p. 35, nº 1073. 14. H. CARTER & P. E. NEWBERRY, The Tomb of Thoutmôsis Iv, en T. M. DAVIS, Excavations: Bibân el Molûk, Londres, 1904, p. 24-38.

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desgracia, no se han preservado las ruedas representadas de 8 radios, sino solo la caja del mismo. En realidad de los 10 restos de carros que han llegado hasta nuestros días de los distintos ajuares funerarios, solo uno tiene las ruedas con 4 radios (es el mencionado anteriormente, que hoy se encuentra en el Museo de Florencia), 1 sin ruedas y 8 con ruedas de 6 radios. La mayoría de las representaciones siguen siendo de ruedas de 4 radios pero en algunas tumbas y templos aparecen junto a carros con ruedas de 6 radios (Jaemhat TT57,15 Mena TT69,16 parece característico de este período que estén representados con un radio en posición vertical o a las 12 horas), y junto a carros de 8 radios (Nebamon TT17,17 Nebamon TT90,18 Jaemhat TT57,19 en el que aparecen dos personajes, un conductor o auriga y un soldado armado). Existe solo una representación que rompe esta secuencia, y que nos obligaría a situar la aparición del carro con ruedas de 8 radios al final de Tutmosis II, gracias a las anotaciones tomadas por Bruyère, entre 1922 y 1925 en el templo funerario de este faraón en Deir el-Medina,20 y su posterior reconstrucción, en donde aparece Tutmosis II montado en un carro con ruedas de 8 radios, junto a otros de 4 radios.21 • A partir de Tutmosis IV hasta Amenhotep III, siguen apareciendo representaciones de carros de ruedas de 4 radios, pero los carros reales pasan a tener siempre 6 radios. De este período tenemos varios ejemplares de carro real en los ajuares funerarios de Tuya y Yuya,22 y del propio Amenhotep III,23 siempre con ruedas de 6 radios. A partir de este momento, los carros transportan dos o tres ocupantes, uno de ellos un conductor o auriga, y los otros guerreros, lanceros o arqueros, justificando así la mayor robustez de los mismos. A partir de este momento, el carro se ha convertido además de en una maquina de guerra eficaz en los campos de batalla de las llanuras del Levante y de Siria, como parte importante en las apariciones del faraón, y como el medio de comunicación esencial para los mensajeros de largas distancias, especialmente entre los distintos reinos de Levante, norte y oriente, como lo demuestran algunas tablillas cuneiformes donde se detallan incluso los tiempos medios empleados por estos mensajeros (entre 50 y 85 Km por día).24 • Durante Amenhotep IV - Ajenatón, los carros se representan con ruedas de 6 radios, especialmente los reales. En este período, se muestra una gran profusión de escenas

15. S. WOHLFARTH, grabbeigaben im flachbild der privatgräber des Neuen Reiches- versuch einer ikonographischen und kompositionellen bestinmmung, Tesis Doctoral, Munich, 2005, p. 280-283, 408-409, 479-480. 16. J. F. BROCK, «Four surveyors of the gods: in the XVIII Dynasty of Egypt - New Kingdom c.1400 B.C.», en From Pharaohs to geoinformatics, FIG Working Week 2005 and GSDI-8, Cairo, 2005, p. 7-9. 17. T. SÄVE-SÖDERBERGH, Four Eighteenth Dynasty Tombs, Private Tombs at Thebes, Vol.1, Oxford, 1957, p. 22-32, Pl. XXIII. 18. D.G. DAVIES, The Tombs of Two Officials of Tuthmosis the Fourth, The Theban Tombs Series, Egypt Exploration Society, 1923, pl. XXIV-XXV. 19. Extraído de los calcos 4.27 a 4.30 hechos y publicados por el Griffith Institute, Oxford. 20. B. BRUYERE, Deir el Médineh I année 1926. Sondage au emple funéraire de Thotmés II (Hat Ankh Shesept), FIFAO 4/4, Cairo, 1952, pl. 5. 21. A. SPALINGER, War in ancient Egypt. The new Kingdom, Malden-Oxford, 2005, p. 60-63, Fig. 3.1a, 3.1b, 3.2. 22. T. M. DAVIS, The Tomb of Iouiya and Touiyou with The funeral papyrus of Iouiya, Londres, 1907, p.35-36, pl. I, XXXII. 23. A. C. WESTERN, «A wheel hub from the tomb of Amenophis III», en JEA 59, 1973, p. 91-94. 24. NASSER MEKAWI OUDA, Die Mittel de internationalen Kommunikation zwischen Ägypten und Staaten vorderasiens in der späten Brozezeit, tesis doctoral, Philosophischen Fakultät der Albert-Ludwigs-Universität Freiburg, 2003, p. 62-70, 100-120 ; A. SPALINGER, War in Ancient Egypt. The New Kingdom, Oxford, 2005, p. 32.

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de carros, especialmente de paradas militares y reales, con todos los carros con ruedas de 6 radios, y representados en su totalidad, con dos radios horizontales, hecho que se repetirá en casi todas las representaciones posteriores, a excepción de la tumba de Neferhotep TT49,25 donde dos radios son casi verticales, en posición de movimiento. Sin embargo, esta uniformidad de representaciones, no es total, pues aparecen algunos ejemplos de carros de ruedas de 4 radios, así como en una representación reconstruida sobre talatats del templo de Ajetatón en Amarna, donde Ajenatón aparece en un carro real con ruedas de 8 radios,26 y en otra representación también en el templo de Ajetatón, de una hilera de carros con ruedas macizas transportando grandes toros Apis.27 De este período se han preservado 6 carros pertenecientes al ajuar de la tumba de Tutankhamón encontrados en la KV62.28 • Desde la dinastía XIX hasta la XXI, la mayoría de los carros reales egipcios y de los representados son también de ruedas de 6 radios, con dos radios horizontales en la mayoría de representaciones, aunque en batallas como la de Qadesh, aparecen en otras posiciones denotando movimiento. También hemos localizado algunas excepciones con ruedas de 429 y 8 radios, especialmente en carros montados por tropas no egipcias, (bajo Rameses II, en la pared exterior del templo de Rameses II en Abidos,30 en la batalla de Qadesh se puede ver un carro de 8 radios montado por tres hititas (Fig. 5), y bajo Rameses III, en su templo funerario de Medinet Habu en el lado izquierdo de la pared norte del segundo pilono, se puede ver un carro con ruedas de 4 radios a cuestas de un asiático). También en algunas representaciones encontramos carros con grandes cajas de transporte, con uno o dos ejes de ruedas macizas,31 concretamente de la batalla de Qadesh, bajo Rameses II, al igual que en alguna representación bajo Rameses III.32 De este período no nos ha quedado preservado ningún resto de carro, salvo algunas pequeñas piezas como partes de yugos o decoraciones de éstos. • A partir de la dinastía XXI, probablemente por la introducción de algún tipo de variación en las riendas y el bocado, la aparición de la silla de montar y la consiguiente proliferación de la caballería, deja al carro ligero de combate como un elemento menos

25. D. G. DAVIES, The tomb of Nefer-Hotep at Thebes, Vol.I-II», Publications of The Metropolitan Museum of Art Expedition, Vol-IX, 1933, Nueva York, pl.XVI. 26. J. K. HOFFMEIER, «Observations on the evolving chariot wheel in the 18th Dynasty», JARCE 13, Cairo, 1976, p. 43-45; L. SABBAHY, «Depictional study of chariot use in New Kingdom Egypt», en J. VELDMEIJER & S. IKRAM (ed.), Chasing Chariots. Proceedings of The First International Chariot Conference (Cairo 2012), Leiden, 2013, p. 196, Fig. 6. 27. J. K. HOFFMEIER, «The chariot scenes», en D. B. REDFORD, The Akhenaten Temple Project, Vol. 2. Rwd-Mnw, Foreiners and Inscriptions, Aegypti Texta Propositaque 1, Toronto, 1988, p. 35-45. 28. M. A. LITTAUER & J. H. CROUWEL, Chariots and related equipment from the tomb of Tut’ankhamun, Griffith Institute, Oxford, 1985; H. CARTER, 1922, «Chariots (TAA i.3.8)» Howard Carter’s notes made in preparation of the complete publication of Tutankhamun’s tomb, en: , (consultada 11/2010). 29. En la batalla de Qadesh del templo de Luxor, A. SPALINGER, War in Ancient Egypt: The New Kingdom, Oxford, 2005, p. 222-223, Fig. 13.6a,b. 30. A. SPALINGER, «The battle of Kadesh: the chariot frieze at Abydos», en Ägypten und levante 13, Osterreichische Akademie der Wissenschaften, Viena, 2003, p. 163-199, Fig. 7. 31. Batalla de Qadesh del Rameseo. I. ROSELLINI, I monumenti dell’Egitto e della Nubia, disegnati dalla Spedizione Scientificoletteraria Toscana in Egitto, T. II, Monumenti civili, Pisa, 1834. 32. A. SPALINGER, War in Ancient Egypt: The New Kingdom, Oxford, 2005, p.252, Fig. 15.2; F. QUESADA SANZ, «Carros en el antiguo Mediterráneo: de los orígenes a Roma», en Historia del carruaje en España, Madrid, 2005, p. 35.

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innovador para la guerra, y se representa en muchas menos ocasiones. En éstas, aparece habitualmente con ruedas de 6 radios aunque ocasionalmente también aparece con ruedas de 8 radios especialmente en época de Psamético I (Tumba Ibi TT36),33 Psamético II (Estela Meserschmidt) (Fig. 5), e incluso con 10 o 12 radios como los usados en los grandes y pesados carros persas de combate de la época aqueménida. Durante el período de dominación griega las cuadrigas (carros de 2 ruedas pero con 4 caballos de tiro) se muestran casi siempre con ruedas de 4 radios, cambiando sin embargo, la posición del yugo y el arnés sobre la dorsal del caballo, en vez de sobre cuello y pecho. Durante el período romano, se mantiene esa misma configuración, y las cuadrigas emplean ruedas reforzadas de 6, 8 o más radios, perdiendo su importancia para la guerra, pero erigiéndose en una práctica deportiva y lúdica muy frecuente. El uso de los carros tanto ligeros como pesados, sin embargo, juega un papel fundamental como elemento de transporte de mercancías y personas a través de la amplia red de vías romanas.

REPREsENTaCIÓN DE lOs CaRROs EN jEROglífICO: DETERmINaTIvOs. Desde finales de la dinastía XVII, hasta la época de Amarna, al final de la dinastía XVIII, las inscripciones sobre carros de combate en textos son frecuentes especialmente en biografías y anales, como ya hemos dicho. En las primeras narraciones, que ya hemos mencionado anteriormente, no se les menciona específicamente sino se les supone cuando hablan de un par de caballos o de animales de tiro, como he mencionado anteriormente, a través de la palabra xtr. Desde las primeras inscripciones hoy conocidas, en la tumba de Amosis, hijo de Abana 34 cuyo carro presenta en El-Kab, al carro se le representa solo con el determinativo T17 ruedas de 4 radios. Desde ese momento hasta la época de Amarna, al carro se le escribe como wrryt , o bien wrrt , o bien solo con el determinativo T17. En los tres casos, siempre el determinativo T17 se representa con ruedas de 4 radios. En la mayoría de las inscripciones de carro mencionadas está presente el determinativo T1735 de 4 radios, aunque también aparece con el determinativo M3 de madera. Como ejemplo, diremos que este determinativo T17 aparece citado 22 veces en los anales de Tutmosis III, mientras que el determinativo de madera M3 solo en 4 ocasiones.36 Esta constancia en los relatos de batallas y conquistas, muestra la gran importancia que tuvo en ese momento la introducción del carro y de los caballos para formar un ejército especializado de carrería y caballería. Las innumerables descripciones de los botines de guerra incautados incluyendo carros y caballos, en las distintas incursiones en el Levante, ponen de manifiesto esa importancia y reafirman su origen extranjero. A modo de ejemplo, en los

33. 34. 35. 36.

N. G. DAVIES, The rock tombs of Deir El-gebrawy, Vol. I, Londres, 1902, pl. XXIV-XXV. Según la nomenclatura usada por A. Gardiner para desglosar la lista de símbolos jeroglíficos. R. LEPSIUS, Denkmaeler aus Aegypten und Aethiopien. Band V. Denkmaeler des Neuen Reichs, Berlín, 1849-1859, Ab. III, 31a, 32 K. SETHE, urkunden der 18 Dynastie, Abteilung IV, Heft 9-16, Leipzig, 1907-1909, p. 655-722, 950-953; W. HELCK, urkunden der 18 Dynastie, Abteilung IV, Heft 17, Berlín, 1955, p. 1232-1235, 1246-1254.

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anales de Tutmosis III se detallan un total de 3.983 caballos, 165 carros de oro y plata, 2.708 carros extranjeros y 311 carros de procedencia egipcia, como botines de guerra en todas sus campañas37 (Tabla 1). No solo se obtuvieron como trofeos carros y caballos, sino que se incautaron además los materiales empleados en su fabricación y también se tomaron como prisioneros a los artesanos y especialistas en su construcción,38 que pasaron a depender directamente del clero de Amón, en cuyos templos se instalaron los almacenes de armas39 y los talleres especializados para producirlas, hecho que ha quedado plasmado en varias de las representaciones de talleres presentes en10 tumbas distintas hasta tiempos de Amenhotep IV,40 en 2 tumbas más hasta finales de la época ramésida41 y posteriormente, en una sola ocasión más, bajo Psamético I. gobernante

Carros(Egipcios)

Carros au-ag

Caballos

Tutmosis III

>2708(+311)

>165

>3983

Amenhotep II

>2197(+19)

>70

>1093

Tutmosis IV

?

?

?

Amenhotep III

>18

?

>36

Ajenatón

>22(+4)

?

>52

Tutankhamón

?

?

?

Tabla 1. Detalle de los trofeos de guerra y de los regalos recibidos de los distintos territorios a través de los anales y de la correspondencia preservada.

La primera inscripción con el determinativo de caballo, E6, en la palabra Htr también aparece en la tumba de Amosis hijo de Abana en el-Kab (EK-5). Sin embargo, esta palabra ya se había usado en distintos textos para designar a los pares de caballos de tiro, como en la segunda estela de Kamose, y la paleta de Carnavon ya mencionadas con anterioridad, pero sin el determinativo de caballo E6. En los distintos textos desde la época de Amarna, a finales de la dinastía XVIII, coincidiendo con la profusión del Neoegipcio, y hasta finales de la dinastía XX, las menciones a los carros, decaen en número, y el determinativo T17, que los acompaña pasa a estar representado con ruedas de 6 radios, y por tanto, con la variante T17 , con ruedas de 6 radios. Sirvan de ejemplo las estelas fronterizas A, U, S y N de Amarna, (Fig. 6) o los textos de las batallas de Seti I en los pilonos del templo de Karnak,42 o los de Rameses II de la batalla de 37. G. GESTOSO SINGER, El intercambio de bienes entre Egipto y Asia Anterior. Desde el reinado de Tuthmosis III hasta el de Akhenaton, Ancient Near East Monographs - Monografias sobre el Antiguo Cercano Oriente, Society of Biblical Literature, Vol. 2, Buenos Aires, 2008, p. 86-109, 119-151. 38. P. R. S. MOOREY, «The mobility of artisans and opportunities for technology transfer between Asia and Egypt in the Late Bronze», en A. J. SHORTLAND, The Social Context of Technological Change, Egypt and the Near East, 1650-1550 BC, Proceedings of a Conference Held at St. Edmund Hall, Oxford, September 2000, Oxford, 2001, p. 1-14. 39. F. QUESADA SANZ, Instrumentos para la guerra: producción y control, en: , (consultada 10/ 2007). 40. J. MARTÍNEZ BABÓN, «Breve síntesis sobre la introducción de nuevo armamento en Egipto durante la dinastía XVIII», en Espacio, tiempo y forma, Serie II, Historia Antigua n. 14, UNED, Madrid, 2001, p. 11-37. 41. S. SAUNERON, «La manufacture d’armes a Memphis», BIFAO 54, El Cairo, 1954, p. 7-12. 42. THE EPIGRAPHIC SURVEY, The Battle Reliefs of King Sety I, Reliefs and inscriptions at Karnak, Vol. 4, The University of Chicago, Orinetal Institute Publications, Vol. 107, Chicago, 1986, Pl. 15A, línea 23, Plate 16.

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Meggido en el Rameseo,43 en donde aparecen los carros reales como wrryt con el determinativo T17 variante de 6 radios. Posteriormente, las inscripciones que he podido encontrar sobre carros rara vez usan el determinativo T17, y lo muestran con ruedas de 5, 6, 7 u 8 radios, aunque parece que algunas de ellas es por desidia de los propios escribas al dibujarlos o labrarlos. La palabra wrryt, se encuentra además relacionada con los cargos y profesiones que se fueron creando desde la dinastía XVIII, respecto a su fabricación, Hmw-wrr.t, como fabricante de carros, incluso como jefe de los mismos, vinculado a artesanos y peleteros. También son citados en 2 casos como el que proviene de Siria, dándonos idea de su origen. A partir de la dinastía XIX,44 aparecen en los textos nuevas palabras que designan al carro. Todas ellas son semiológicamente prestadas de otros idiomas, y son las siguientes: • mrkbt ( ), ( ), o ( ) con el determinativo M3 de madera, que aparece a partir de la dinastía XIX, en textos jeroglíficos y demóticos, con un origen semítico noroccidental, que también se ha preservado en copto ⳓⲫⲭⲥ. Corresponde también a mrkbt ugarítico, que a su vez viene del acadio ugarítico markabtu, que se relaciona con el acadio narkabtu, y representa a la caja del carro o al carro de dos ruedas tirado por dos caballos.46 Aparece relacionado además con el nombre de los constructores de carros, Hmw-mrkbt, a partir de la dinastía XX.47 • TprT ( ) que también aparece a partir de la dinastía XIX, y el nombre responde a los carros hititas revestidos de bronce, aunque también mitánnicos y aqueménidas, de finales del primer milenio antes de cristo. El determinativo T17 que lo acompaña normalmente es la variante T17, con ruedas de 6 radios pero con una gran caja sin carcaj, aunque aparece también con el determinativo de madera M3. Este se relaciona directamente con los orfebres al referirse a sus constructores. • agrt ( ), ( ), ( ) que aparece a partir de la dinastía XIX, para designar normalmente carros tirados por bueyes, o sea de carga. Su origen es semítico, y también se ha preservado en copto ⲁⳓⲟⲗⲧⲉ, ⲁⲝⲗϯ.

INNOvaCIONEs TECNOlÓgICas: ORIgEN Gracias a los 10 ejemplares de carro preservados de los distintos ajuares funerarios, se han podido identificar las maderas empleadas en su construcción, y profundizar en las mejoras tecnológicas que propiciaron el desarrollo de los mismos. 43. R. LEPSIUS, Denkmaeler aus Aegypten und Aethiopien. Band VI. Denkmaeler des Neuen Reichs, 1849-1859, Abth.III. BI.166. 44. K. A. KITCHEN, Ramesside Inscriptions, Historical and Biographical, 8 vols., Oxford, 1975-1991. 45. W. DECKER, «Wagen», en lexikon der ägyptologie, Band VI, Weisbaden, 1986, 1129-1136; A. ERMAN & H. GRAPOW, Wörterbuch der Äegyptischen Sprache, Band I p. 236, 334, Band II p. 113, 199, 200, Band IV p. 276, Band V p. 364, Berlín, 1971; Thesaurus linguae Aegyptiae, Ancient Egyptian Dictionary Project, (consultado 09/2013). 46. J. P. VITA, El ejército de ugarit, Banco de datos filológicos semíticos noroccidentales, Monografías 1, CSIC, Madrid, 1995, p. 39-40. 47. O. HETSLUND, «Chariots in the Daily Life of New Kingdom Egypt: A Survey of Production, Distribution and Use in Texts», en J. VELDMEIJER & S. IKRAM (ed.), Chasing Chariots. Proceedings of The First International Chariot Conference (Cairo 2012), Leiden, 2013, p. 123-129.

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El carro del Museo de Florencia, que corresponde al ejemplar que parece más antiguo, tiene de sauce (Salix subserrata) el timón, de roble (Quercus robur) el eje y radios de las ruedas, de fresno (Fraxinus excelsior) las pinas o llantas y partes de la estructura de la caja, de olmo (ulmus minor) el cubo y husillo de las ruedas, los yugos y los pasamanos de la caja, de arce (Hacer campestre) el suelo de la caja. Las uniones aparecen pegadas con resinas y ligadas con corteza de abedul (Betuna pendula), igual que también reviste el eje de las ruedas. Las pinas o llantas están revestidas exteriormente mediante láminas de cuero. Olmo, roble, arce, y abedul son especies arbóreas que no se encuentran en Egipto ni en sus proximidades, sino en latitudes mucho más frías y septentrionales.48 Comparándolo con el primer carro ligero de Armenia oriental del II milenio, donde las ruedas eran de olmo y los radios de roble, el timón o lanza de olmo y los ejes de roble, que coinciden bastante con los del carro de Florencia, suponen un origen más allá de las tierras de Egipto, hacia Anatolia y hacia el norte de Levante, e incluso hacia latitudes más septentrionales. Otros carros más pesados de ese mismo período emplearon haya y pino, además de los ya mencionados, típicos de las mismas áreas más septentrionales. En los anales de Amenhotep II, consta que la madera de los carros proviene del país de Naharin, que coincide por las descripciones posteriores de Tutmosis I y Tutmosis IV con la denominación de los mitannicos, que se identifican con el Aram Naharaim bíblico, o país de los dos ríos o ríos mellizos.49 Por lo tanto, corresponde al norte del antiguo reino de Mitanni, que coincide hoy con Armenia y sur del Cáucaso. En el carro de Tutmosis IV, la estructura de la caja tiene partes de acacia (Acacia nilotica), lo que sugiere un origen local o una probable reconstrucción egipcia. El cubo de la rueda del carro de Amenhotep III, hoy en el museo de Booklyn, en Nueva York, también es de olmo. Los 6 carros del ajuar de Tutankhamón, presentan también ligaduras y revestimientos de corteza de abedul plateado en los ejes, sin embargo, no se ha realizado un estudio detallado sobre los materiales usados en su construcción. En alguno de los carros se ha detectado algún radio construido en madera de ciruelo (Prunus sp.). Las decoraciones de los carros egipcios son habitualmente por revestimiento mediante chapa de oro o plata, en los mesopotámicos o hititas también de bronce, y con incrustaciones en algunas partes, de marfil, fayenza, así como, en algunas piezas sometidas a rozadura, como en los pasos de riendas de los yugos, incrustados de caliza blanca. Las dimensiones de los carros que se han preservado, muestran ruedas desde 0,65 hasta 1 m de diámetro, el eje de las ruedas es de más de 1,45 a 1,8 m de largo y está situado en la parte trasera de la caja del ocupante. La lanza o eje longitudinal de tiro mide unos 2,3 a 2,8

48. I. SHAW, «Egyptians, Hyksos and Military Technology: Causes, Effects or Catalysts?», en A. J. SHORTLAND, The Social Context of Technological Change, Egypt and the Near East, 1650-1550 BC, Proceedings of a Conference Held at St. Edmund Hall, Oxford, September 2000, Oxford, 2001, p. 59-72; F. QUESADA SANZ, «Carros en el antiguo Mediterráneo: de los orígenes a Roma», en Historia del carruaje en España, Madrid, 2005, p. 21-23. 49. V. MATIOSSIÁN, «“País de los ríos”. Los hurritas y la meseta de Armenia», en Transoxiana, 3, Noviembre 2001, (consultado 09/2013).

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m de largo y está curvado, hecho que denota, un trabajo de doblado en caliente, al igual que en la estructura de la caja de ocupantes y en las ruedas. En el carro de tipología más sencilla, más antiguo y ligero, hoy en el Museo de Florencia, la rueda tiene el diámetro mayor, de 1 m, mientras que el carro de Yuya tiene el menor, de 0,65 m. En los carros más antiguos se colocaba el eje transversal en medio de la caja donde iba el auriga, como en todos los carros de transporte pesado, según las representaciones egipcias y no egipcias encontradas, mientras que a partir de Tutmosis III, la mayoría de éstos presentan el eje transversal de las ruedas desplazado hacia el final de la caja, o sea trasero, circunstancia que permite obtener una mayor gobernabilidad y comodidad para el ocupante, ya que se consigue una cierta amortiguación al flexionar el timón, cargando más peso sobre los caballos. La construcción de los mismos, necesitaba de la incorporación de la técnica del doblado de la madera en caliente o al vapor, técnica que ya había sido introducida en Egipto a principios del Segundo Período Intermediario, al igual que la técnica de las uniones en inglete, como muestran bien los cubos de las ruedas de Amenhotep III.

CONClUsIONEs La forma del carro permite datar las representaciones de forma bastante efectiva, aunque existen bastantes excepciones que pueden inducir a error, sin embargo, puede completarse esta datación con el estudio de la evolución en el uso de los nombres de los carros y caballos, e incluso del determinativo T17 y sus variantes. La profundización en el estudio de los materiales de los carros, permite establecer su origen fuera de Egipto, y asociarlo a culturas y tecnologías desarrolladas en climas más fríos y septentrionales, con toda seguridad en las estepas de centro Eurasia, hacia 3500 a.C., y hacia 1900 a.C. en Armenia oriental, ligada a la cultura hurrita. Por este motivo, creo que la denominación del carro desde un buen inicio, como wrryt, tenía que ver con el nombre del pueblo originario del mismo, hurrita. Los reinos hurritas implantados desde el Cáucaso hasta Armenia, probablemente tras la invasión progresiva de los pueblos indo arios del centro de Eurasia, que aportaron nuevas tecnologías, sobre todo las asociadas al caballo. Ciudades hurritas como Ishuwa, al norte de Siria, que significa país de los caballos, muestran esa influencia, y probablemente en esas latitudes más septentrionales se desarrollara la tecnología necesaria para que se diera la aparición del carro ligero, especialmente preparado para el combate. Así lo atestiguan, descripciones mitánnicas, donde se describe la nueva forma de guerra y su origen hurrita. De la misma forma, los textos de Kikkuli,50 escritos en lengua cuneiforme hurrita, pero copiadas por los hititas,

50. P. RAULWING, «The Kikkuli text (CTH284). Hittite trainning instruction for chariot horses in the second half of the 2nd millenium B.C. and their interdisciplinary context», en A. GARDEISEN, (ed.), les equides dans le monde méditerranéen antique. Actes du colloque organisé par l’École française d’Athènes, le Centre Camille Jullian, et l’uMR 5140 de CNRS, Athènes, 26-28 novembre 2003, Monographies d’archèologie méditerranéenne, Lattes, 2005, p. 61-75; P. RAULWING, The Kikkuli Text. Hittite Trainning Instruction for Chariot Horses in the Second Half of the 2nd Millenium B.C. and Their Interdisciplinary Context, 2009 < http://www.lrgaf.org/Peter_Raulwing_The_Kikkuli_Text_MasterFile_Dec_2009.pdf >, (consultada 09/2013).

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muestran un tratado de la cría, arte y cuidado del caballo, con gran detalle, y citan ese mismo origen del caballo y del carro. De la misma forma los nombres de agrt y TprT, constituyen sendos ejemplos de esa denominación geográfica del mismo, el primero claramente señala a Ugarit y el segundo, menos determinante, pero que con mucha probabilidad se refiera a culturas como la de Tepe Gawra, o relacionadas con la estepa caballar, nombradas como Tepe de estepa, culturas todas ellas donde proliferó el uso del caballo y de los carros para el transporte. Los nombres empleados para el carro en las distintas lenguas del momento, no presentan analogías a resaltar, salvo las mencionadas de mrkbt y agrt, claramente de origen semítico, como el del nombre del caballo. Este último, a partir de la época de Amarna a finales de la dinastía XVIII, se denomino en egipcio como SSmt, del mitánnico aSSw, hurrita iSSiyanaSa, ugarítico SSw, acadio ANŠE.KuR.RA-Ú-Ú, SISÚ, mesopotámico meridional ANŠE-ZIZI, pero distinto o con un cambio de fricativa, con el Indo-Europeo central *sko- y occidental *ek’wo, o latín equus. Dicho nombre del caballo procede claramente del asno ANŠE en sumerio.51 Las partes constitutivas de los carros así como algunos de los materiales que lo forman también son palabras semiológicamente semíticas, importadas al egipcio. Todavía no se han podido identificar exactamente todas las partes con los correspondientes nombres egipcios que tenemos preservados gracias a papiros como Anastasi, datados del Imperio Nuevo.

51. V. V. IVANOV, «Horse Symbols and the Name of the Horse in Hurrian», en G. BUCCELLATI & M. KELLY-BUCCELLATI (ed.), urkesh and the Hurrians. A volume in Honor of lloyd Cotsen. Urkesh/Mozan Studies, 3, Bibliotheca Mesopotamic 26. Malibu, 1998, p. 151-156.

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fig. 1. Detalle primera mención sobre el carro real en el relato autobiográfico de Amosis, hijo de Abana, de su tumba en El-Kab (EK-5). Véase el determinativo T17 con atributos reales y rueda de 4 radios.

fig. 2. Detalle sobre la segunda mención sobre un carro, como trofeo de guerra en el relato autobiográfico de Amosis, hijo de Abana, de su tumba en El-Kab (EK-5). Véase también la rueda de 4 radios y la forma del carro con una caja mayor y sin atributos de guerra o reales.

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fig. 3. Detalle pared norte de la tumba de Renni en El-Kab (EK-3), donde aparece la primera representación de un carro, con ruedas de 4 radios, en posición de aspa.

fig. 4. Detalle pared exterior oeste del templo de Rameses II en Abidos, correspondiente a la batalla de Qadesh, donde se representa un carro biga hitita con ruedas de 8 radios con tres ocupantes.

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fig. 5. Estela Messerschmidt, hoy en el Metropolitan Museum de Nueva York, erigido bajo Psamético II. Se muestra un ejemplo más de carro con ruedas de 8 radios.

fig. 6. Detalle de inscripción en la estela A limítrofe de Amarna en Tuna el-Guebel, donde aparece la inscripción de un carro, wrr.t, con el determinativo T17 con una rueda de 6 radios en posición horizontal, así como también el determinativo de caballo.

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