Breve introducción al Cine como fuente de información geográfica: entorno real e imagen transmitida.

May 24, 2017 | Autor: J. Crespo-Guerrero | Categoría: Cinema, Geografia, Paisaje, Geografia Cultural
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Director Académico Manuel Jódar Mena Coordinador técnico Juan Carlos, Cárdenas López. Vicerrectora de Extensión Universitaria Ana María Ortiz Colón Directora del Secretariado de Actividades Culturales María Isabel Moreno Montoro Editor Manuel Jódar Mena

Autores José Manuel Crespo Guerrero Manuel Jódar Mena Miguel López Aguilar Magdalena Martínez Cañamero Andrés Molina Aguilar Josep Martí Rivas Pedro Luque Escamilla Pedro J. Luque Ramos Matilde Peinado Rodríguez Julio A. Olivares Merino Mª Carmen Sánchez Miranda Alejandro Fornell Muñoz Francisco Guerrero Ruiz ISBN: 978-84-8439-541-6 D.L.: J - XXXX - 2010 Imprime: Gráficas La Paz

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El paisaje en el mundo… JOSÉ MANUEL CRESPO GUERRERO Breve introducción al Cine como fuente de información geográfica: entorno real e imagen transmitida.

Las relaciones entre Cine y espacio geográfico comenzaron desde el mismo momento en el que los fotogramas irrumpieron en el Arte acercando el movimiento. Las huellas arqueológicas, las representaciones pictóricas y escultóricas, los textos escritos y la cartografía, sin olvidar los grabados y la naciente fotografía, daban la bienvenida, a finales del XIX, a una nueva fuente de información geográfica: la Cinematografía. Si la fotografía había contribuido a la plasmación de imágenes durables por medio de la luz, el cine daba ese toque dinámico gracias a la proyección de fotogramas en movimiento. Hablamos pues, de un soporte relativamente reciente, nacido en el seno de una sociedad fruto de continuas revoluciones. Esta trayectoria de algo más de un siglo, ha convertido al cine en un documento histórico-geográfico, que nos permite admirar las secuencias de paisajes inmersos en dinámicas de cambio

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o totalmente desaparecidos. Es precisamente la cualidad de capturar el tiempo en movimiento, la que nos anima a resaltar la importancia de la Cinematografía como fuente de información. En un mundo nuevo, cada vez más alejado de las normas consuetudinarias, el Cine al son de los cambios políticos y sociales, contribuye a la democratización del conocimiento de lugares y paisajes antes desconocidos para la mayor parte de la sociedad. Los parajes “inexplorados” se acercan al espectador excitando las ansias de conocer1. Es precisamente este nuevo conocimiento, adquirido por medio de la información visual, el que nos permite hablar, hoy por hoy, de un nuevo recurso para la Geografía. El Cine posee la técnica para reproducir lo que el ojo humano ya puede ver; según la orientación de esta aparente objetividad, podremos hablar de cine de ficción o documental. El Cine, a través de su imaginario, evoca, recrea y reproduce de manera fiel la interrelación entre el hombre y el medio. El nuevo medio de expresión artístico será un grato instrumento para narrar historias inventadas o reales. El espectador se sumerge en nuevos espacios que se entrecruzan en el Cine; por un lado, el espacio de la pantalla, 1 Gracias a Abbas Kiarostami visitamos la aridez del paisaje iraní o la poética de esta desolación acorde a la historia que viven sus protagonistas; Tony Bui en “Tres estaciones” nos sumergió en los envolventes escenarios naturales de Vietnam, espacios que evocan el pasado, presente y futuro de dicho país. Las imágenes de dichos fotogramas persisten en nuestra retina. El cine nos permite vivir momentáneamente en estos lugares, nos ofrece la posibilidad de conocerlos más intensamente desde nuestra cotidianidad.

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de dos dimensiones; por otro, el lugar donde transcurre la acción de la película, llamado “espacio fílmico”, de tres dimensiones. Ello implica la exigencia de utilizar los cinco sentidos2 para la completa percepción del paisaje en este medio. El tiempo, la llamada cuarta dimensión, en sus distintos ritmos, contribuye a que la experiencia del espectador sea aún más enriquecedora. Se distingue entre el tiempo de proyección, cuya duración es determinada por el metraje, y el tiempo fílmico caracterizado por ser indeterminado: a veces cámara rápida, otras lenta, en ocasiones saltos hacia atrás, en otros hacia el futuro... en el más reducido de los casos, y generalmente de manera experimental, los tiempos son coincidentes. Una vez expuesta, muy someramente, la singular relación entre entorno real e imagen transmitida, cabe preguntarse, a raíz de este ciclo de Cine y Geografía, ¿cuáles han sido las claves y las líneas de interpretación del Cine por parte de los geógrafos? Es de resaltar la tardía presencia del Cine en los estudios de Geografía. Éstos se iniciaron por medio del desarrollo de la Geografía Cultural, es decir, aquella que centra su atención en la actividad humana mediante la observación directa. Por el mismo motivo que la Literatura y la Prensa habían sido históricamente empleadas por esta rama geográfica para la reconstrucción de paisajes histó2 Incluido el olfato. No es de extrañar si tenemos en cuenta que el sentido más fuerte al nacer, se encuentra ubicado en una de las regiones cerebrales ontogenéticamente más antiguas y responsables de las emociones, sentimientos, instintos e impulsos. Regiones que además, almacenan también los contenidos de la memoria y regulan la liberación de hormonas.

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ricos, el Cine poseía igualmente la capacidad de aportar datos con el mismo fin. En 1953, Roger Manvell3, director de la British Film Academy, reconocía en el The Geographical Magazine mediante una serie de artículos encargados por la Royal Geographical Society de Londres, la capacidad de las películas como medio de difusión del conocimiento geográfico. A pesar de ello, los estudios que relacionan Cine y Geografía son escasos, al quedar en la cuneta de las investigaciones geográficas. Las razones de esta situación son múltiples, el uso de las películas como medio eficaz de descripción del paisaje y de los hechos geográficos, aún no ha contado con el reconocimiento que sí posee la Literatura4 y la Prensa. Igualmente, todavía pesa en la Geografía, la presumible desinformación del Cine. En cualquier caso, esta consideración se intenta aún superar. Autores como Burguess y Gold5 demostraron ya en 1985 que la información mediatizada, incluyendo la procedente de las

3 MANVELL, R. (1953): “The Geography of Film-Making”, The Geographical Magazine, vol. 25, pp. 640-650. Id. (1956): “Geography and the Documentary Film”, The Geographical Magazine, vol. 29, pp. 491500. 4 La Literatura dispone de ese acercamiento personal que sólo existe entre el escritor y su pluma. El papel es el único espacio existente entre ambos y el binomio imaginación-verbo el motor de construcción. Son numerosos los ejemplos de películas españolas que han descrito el mundo rural español basados en novelas de las Grandes Letras Españolas del siglo XX. La obra de Miguel Delibes en por antonomasia la fiel comprometida con el desolado espacio rural español y ha sido llevada al cine en numerosas ocasiones, basten los ejemplos de: El Camino, Los santos inocentes y El disputado voto del señor Cayo. 5 BURGESS, J. & J. GOLD (1985): Geography, the Media and Popular Culture. Ed. Croom Helm. London.

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películas, tenía una consideración central y contribuía, de un modo significativo, a la manera en que se concebía la realidad por el individuo. Más recientemente, el Convenio Europeo del Paisaje justifica la íntima unión entre Naturaleza y Hombre, tanto en el plano material, como en el sensitivo. Una definición de este tipo, multiplica las posibilidades de acercamiento al paisaje, pero sin perder de vista la racionalidad escrutadora. No sólo la Geografía Cultural ha sido el área geográfica que ha reivindicado el papel del Cine como recurso, la Didáctica de la Geografía es una de las principales líneas de investigación que aúna Cine y Geografía. Desde los años 1950 y sobre todo en el mundo anglosajón, se atiende a las posibilidades pedagógicas de los filmes como medio excepcional para describir paisajes. En nuestro país, esta corriente ha sido bien acogida por la Universidad Nacional de Educación a Distancia, su Facultad de Geografía e Historia hace uso común del Cine como recurso pedagógico; el departamento de Geografía Humana de la Universidad de Alicante organizó en diciembre de 2005 el I Seminario de “Las ciudades en el cine”. Aquel evento sirvió para explorar las posibilidades que ofrece el Cine como vehículo idóneo para comprender los procesos urbanos, sociales, funcionales y urbanísticos por los que atraviesa este mundo global y postmoderno; el grupo de investigación de Didáctica de la Geografía de la Asociación de Geógrafos Españoles reconoce abiertamente el valor del Cine en los procesos de aprendizaje.

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Desde otro ángulo bien distinto, la Geografía Económica ha sido consciente desde 1986 de la relevancia de la industria fílmica como motor económico e ideológico de la sociedad de nuestro tiempo. Basten los ejemplos de Hollywood o Bollywood como centros de riqueza gracias a la industria cinematográfica o la relevancia que ha tenido el cine en la imagen y en el desarrollo turístico de espacios tan distantes como la ciudad de París o el desierto de Almería. Desde los puntos de vista de la Geografía Cultural y la Didáctica de la Geografía, proponemos el análisis de dos películas que nos aportarán una manera de “ver” y “valorar” el paisaje. Filmes que desde géneros distintos y técnicas narrativas distantes, se asocian en este texto para tratar dos realidades universales: el éxodo rural que a compás pausado y continuo conduce a la despoblación total de los lugares de partida; y el éxodo por catástrofes naturales y decisiones políticas, mucho más acelerado, el cual causa en los lugares de destino, problemas sociales derivados del desarraigo, la pobreza y la alta densidad de población, constituyendo rápidamente guetos impenetrables y marginales. - “El cielo gira” Esta película, estrenada en España el 13 de mayo de 2005, es el primer documental de la directora Mercedes Álvarez (Aldeaseñor, Soria, 1966). En ella se trata el abandono rural, imparable en nuestra geografía desde los años 1950. Este film nació en el seno universitario, fruto del master

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en “Documental de Creación” (conocido como MDC) organizado por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y el apoyo económico dado por el ICAA (Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales), varias comunidades autónomas (Navarra, País Vasco y Castilla y León) y Canal Plus. “El cielo gira” ha obtenido el reconocimiento de numerosos certámenes nacionales de cine: película revelación y mejor montaje por el Círculo de Escritores Cinematográficos, mejor director novel y mejor dirección documental por la Asamblea de Directores Cinematográficos Españoles. A nivel europeo también ha recibido numerosos galardones, tales como el del festival de Rótterdam, el de Cinéma du Réel de Paris, o el Infinity de Alba (Italia); su calidad ha sido igualmente distinguida al otro lado del Atlántico al recibir los premios de la Crítica Internacional, el Jurado, el Público y la Mejor Película, en el festival de Cine Independiente de Buenos Aires. Tenemos ante nosotros un retrato de la lenta y suave desaparición de una especie: el Hombre; en un territorio concreto: la localidad soriana de Aldealseñor. La película nos traslada a un escenario inmediatamente anterior al ocaso, sin drama, tal y como la muerte suele ser acogida en el mundo rural. “El cielo gira” relata los momentos más significativos que se produjeron en Aldealseñor entre otoño de 2002 y junio de 2003, quedando así anclados en el tiempo y en la memoria. Desde los primeros compases narrativos, el espectador comienza a ser atraído por el paisaje, el cual se descubre

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poco a poco a través de la colina, el viejo roble, las calles de la aldea, las sugestivas ventas de casas empedradas... y sus habitantes. Un acercamiento al paisaje producido en diversas escalas que llega sutilmente al público. La inmersión del espectador se hace efectiva desde el mismo momento en el que siente Aldealseñor como cercano, o lo que es lo mismo, propio. De tal manera que incluso desea opinar sobre los “agentes externos” que llegan a la localidad con afán transformador: los aerogeneradores, las obras del viejo palacio, la presencia de la inmigración. Temas que simbólicamente representan inquietudes actuales. La preparación ante una enésima desaparición se percibe en la fotografía: la huella del dinosaurio, las ruinas del castro celtíbero, los vestigios de la villa romana, la torre del palacio, el cementerio... pero también en el sonido: el repique de la campana, los silencios, la temática de los diálogos... La banda sonora no consta de música, no hay recurso efectista alguno. En este panorama, la melodía de la película es la propia naturaleza, los sonidos que rodean al pueblo día y noche, y sobre todo, el silencio, allí el silencio es lo habitual, su música. El tiempo, a través de los sentidos queda plasmado en las estaciones, que mutan el paisaje y es percibido por medio de los sentidos estimulados por colores, imágenes, acciones y por qué no, también los olores. En esta película el acto científico de la observación se vuelve fundamental para entender el valor geográfico del documental. La narradora es fiel testigo de una realidad vivida por innumerables familias, el abandono del lugar de origen en

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busca de un futuro más próspero: “(...) Yo tenía tres años el día en que mi familia se marchó de Aldealseñor, a finales de los sesenta. Aunque mis hermanos mayores y yo nacimos allí -y mis padres, y los padres de mis padres- y aunque hoy puedo contar sin mezcla de olvido la vida de antepasados a los que nunca llegué a conocer, ese día de finales de los sesenta, en el fondo tan cercano, no puedo recordarlo; es como si no perteneciera a mi memoria (...)”. La infancia es la gran ausente en Aldealseñor. La última niña nacida en el regazo de la localidad fue la directora de la película; asume en cada segundo dicha responsabilidad. En el tono de la voz de la narradora se percibe el robo de su infancia a la aldea. Mercedes Álvarez se afana con su cámara en captar la memoria colectiva de toda la localidad para que ésta no naufrague sólo entre fotografías en blanco y negro y los recuerdos, aún vivos, de los catorce aldeanos; fieles acreedores de un tradicional estilo de vida, heredado de los antepasados. Posiblemente los fotogramas del “El cielo gira” estén impregnados de una de las preocupaciones más primitivas del hombre: el sentirse huérfano; y ello conlleva el no reconocer el lugar de origen, el perder la identidad. Es esa inquietud la que lleva a la realizadora soriana a intentar embalsamar el paisaje con todos sus componentes. Las escenas costumbristas se suceden entre cálidos diálogos que muestran cercanía. Un cementerio, dos hombres y un fin, adecentar el lugar donde reposan las raíces de la localidad. La luna, acompañada por la hoguera, custodia una pareja de ancianos que entre parcas palabras, se preocupa por el presente de su aldea. La hora del rosario o la de la siesta, momentos inoportunos para hacer campaña

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electoral; aquí la tradición es respetada y no se vende ni por “(…) caramelos, globos y condones (…)”. El sentido del humor es tan sostenido y aparece tan oportunamente en cada escena, que transforma el drama en natural, en una realidad asumida. Y en todos lados, el paisaje, temeroso de perder a los últimos vecinos, temeroso de perder a sus últimos testigos. Mercedes Álvarez no sólo se conforma con hilvanar magistralmente el espacio físico con la actividad humana, sino que va más allá, busca el paralelismo existente entre la vida del artista Pello Azketa y Aldealseñor. El pintor, como es llamado en numerosas ocasiones en el documental, está aquejado de una grave enfermedad ocular y poco a poco su vista se abastece de la memoria visual y pictórica. Y es que tanto los vecinos de Aldealseñor como el pintor comparten un hecho común: “las cosas han comenzado a desaparecer delante de ellos”. - Ciudad de Dios (Cidade de Deus) Otro film casi apocalíptico es “Ciudad de Dios”, película brasileña que se estrenó en las pantallas de cine en el 2002. Sus directores Fernando Meirelles (São Paulo, 1955) y Kátia Lund (São Paulo, 1966) se inspiraron en la novela homónima de Paulo Lins (Río de Janeiro, 1958). Relata la historia verídica de varios chicos habitantes del barrio carioca de Cidade de Deus, tal y como se llama en portugués. Para la elaboración de la trama, Paulo Lins recopiló la mayor parte de la información entre los años 1986 y 1993, aprovechando su puesto de asesor de la reconocida an-

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tropóloga Alba Maria Zaluar que en aquellos momentos investigaba sobre la criminalidad en las clases populares de Río de Janeiro. El film “Ciudad de Dios” ha sido galardonado con el premio de la Crítica otorgado por la Associação Paulista de Críticos de Arte; igualmente, fue reconocido por la institución Grande Prêmio Cinema Brasil al otorgale los premios de mejor película, mejor dirección, mejor guión adaptado, mejor fotografía, mejor montaje y mejor sonido. A nivel internacional ha sido galardonada por la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión (Reino Unido), el Festival de Cartagena (Colombia), el Festival de la Habana (Cuba) y la asosciación New York Film Critics Circle Awards (EE.UU.). Asímismo, contó con cuatro nominaciones en los Oscar de 2004, al mejor director, mejor guión adaptado, mejor fotografía y mejor montaje. Todo sucede a un ritmo trepidante en “Ciudad de Dios”. Como la propia vida en estos barrios. Los niños y adolescentes, verdaderos protagonistas, juegan a las canicas y al fútbol con una pistola en el bolsillo. Las diversiones infantiles se alternan con la rutina del atraco, el asesinato y la sangrienta guerra entre bandas de traficantes. La inocencia de la infancia no vale nada. En este ambiente arrancan tantas historias como personajes vertebran la película: Buscapé, Inferninho, Pardalzinho, Zé Pequeño… Todas transcurren en un espacio urbano que se transforma al compás de sus habitantes. Ciudad de Dios no es una favela cualquiera, no posee estrechas calles colgadas de los morros, y su trama es or-

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togonal, aunque violada en infinitas ocasiones por construcciones fuera de la ley. Su origen se remonta a los años 1960 cuando la mandó construir el Gobernador Carlos Lacerda (1914-1977). En principio sería destinada a los funcionarios públicos del antiguo Estado de Guanabara (1960-1975), hoy territorio del actual municipio de Río de Janeiro. Sin embargo, el cielo cambió su destino, cuando las obras estaban prácticamente acabadas el sucesor de Lacerda, Francisco Negrão de Lima (1901-1981), tras la toma de posesión de su cargo, en enero de 1966, se enfrentó a uno de los mayores temporales que jamás había sufrido la ciudad hasta el momento. Éste se cebó, como casi siempre suele ocurrir, con la población más desfavorecida, aquella que habitaba las favelas más populares. Ante esta dramática situación, el Gobernador tomó la decisión transitoria de albergar a los desplazados en Ciudad de Dios. Esta medida acabó siendo definitiva, incrementando paulatinamente su población. Las iniciales calles planificadas fueron cediendo paso a nuevas construcciones ilegales, creando así, una nueva y espontánea trama urbana. La transformación física de CDD, como también es conocida Ciudad de Dios, se acompasó al mismo son en el que crecía e iba convirtiéndose en una ciudad marginal, regida por sus propias leyes e impenetrable a quienes no fueran sus residentes. Además, se había convertido en una excepción geográfica a la tradicional configuración urbana de los barrios cariocas: “(…) ‘allí arriba’, los morros, las colinas, los pobres. ‘Allá Abajo’, la ciudad, ‘el asfalto’ (…)”.

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La narración de Buscapé nos sumerge en los ámbitos prohibidos de la favela, de sus habitantes y de las historias que permanecen encerradas entre sus laberínticas calles. Selecciona aquellos episodios que nos permiten comprender el desarrollo de Ciudad de Dios y su anunciado declive. Sólo la versión autobiográfica de su protagonista edulcora la violencia cotidiana del Barrio y nos permite empatizar con algunos de sus habitantes, al fin y al cabo, nadie elige el lugar en el que nace y crece. Buscapé corre, escapa de un destino escrito en el que “habla la bala” ¿lo conseguirá? Su futuro está estrechamente unido a sus vivencias en CDD. Al estar narrada en primera persona, los recuerdos atracan el orden cronológico natural. Saltos hacia el pasado, se entremezclan con saltos aún más pasados, sobresaliendo los cambios producidos en los personajes y el contexto físico en donde se desenvuelven. En las imágenes correspondientes a los años 1960, las casas seriadas, pobladoras de calles reticulares bañadas por albero, muestran un espacio urbano limpio, casi inmaculado por la gracia de la escuadra y el cartabón. Ese aire que se respira, aún sencillo y potenciado por los colores pastel de las fachadas de las viviendas, casa con la aún cierta ingenuidad de sus habitantes. Reunirse en una cantina, pasear, esperar el camión del butano o comprar el pescado en la calle... es sencillo. Meirelles muestra con su cámara zonas aún no urbanizadas, bañadas por pequeñas lagunas y vegetación que abrigan al pequeño delincuente como desde tiempos inmemoriales la natura llevaba haciéndolo. El tiempo pasa y las imágenes correspondientes a los años 1970 revelan un panorama más complejo. Los bloques de edificios han

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ocultado las primitivas construcciones de una sola altura, no se observan viales bien concebidos de diferente jerarquía, los tonos pastel dejan paso a los rojos intensos, gris cemento y blancos rotos por el abandono. No hay espacios abiertos, todo aparece urbanizado, compacto y complejo. El retuerto de la trama urbana, la altura de los edificios, la falta de zonas abiertas y verdes predominan en el nuevo paisaje urbano. El hombre se hace más pequeño. El espacio urbano se ha convertido en un territorio múltiple, rico y cambiante, excelente escenario para aprender a perderse, cultivo idóneo para devenir un gran fotógrafo.

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Ciudad de Dios Título original: Cidade de Deus Nacionalidad: Brasil Año: 2002 Duración: 130 min. Dirección: Fernando Meirelles y Kátia Lund Guión: Braulio Mantovani (Novela: Paulo Lins) Música: Antonio Pinto y Ed Cortes Productor: Andrea Barata Ribeiro y Maurício Andrade Ramos. Fotografía: César Charlone Montaje: Daniel Rezende Dirección artística: Tulé Peaje Vestuario: Bia Salgado e Inés Salgado Reparto: Alexandre Rodrigues, Leandro Firmino, Phellipe Haagensen, Douglas Silva, Jonathan Haagensen, Matheus Nachtergaele, Seu Jorge, Jefechander Suplino, Alice Braga, Emerson Gomes, Luis Otávio, Babu Santana Fecha de estreno en España: 31de enero de 2003 Género: Drama Sinopsis: Basada en hechos reales, cuenta la historia del crecimiento del crimen organizado en los suburbios de la ciudad de Río de Janeiro, desde finales de los años sesenta hasta el comienzo de los ochenta, cuando el tráfico de drogas y la violencia impusieron su ley entre la miseria de las favelas.

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El cielo gira Nacionalidad: España Año: 2005 Duración: 115 min. Dirección: Mercedes Álvarez Guión: Mercedes Álvarez y Arturo Redín Productor: José M. Lara P.C./ Alokatu S.L. Fotografía: Alberto Rodríguez Montaje: Sol López y Guadalupe Pérez Reparto: Antonino Martínez, Silvano García, José Fernández, Cirilo Fernández, Josefa García, Milagros Monje, Elías Álvarez, Crispina Lamata, Valentina García, Pello Azketa (El pintor). Fecha de estreno: 13 de mayo de 2005 Género: Cine documental Sinopsis: En Aldealseñor, un pueblo de los páramos altos de Soria, quedan hoy 14 habitantes. Son la última generación, después de mil años de historia ininterrumpida. Hoy, la vida continúa. Dentro de poco, se extinguirá sin estrépito y sin más testigos. Los vecinos de Aldealseñor y el trabajo del pintor Pello Azketa comparten algo en común: las cosas han comenzado a desaparecer delante de ellos. La narradora vuelve a su origen y asiste a ese final al tiempo que intenta recuperar una imagen primera del mundo, de la infancia.

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“La pantalla indiscreta. Una mirada crítica a través del Cine-club universitario” Manuel Jódar Mena

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“El paisaje en el mundo…” José Manuel Crespo Guerrero El cielo gira, Mercedes Álvarez. Ciudad de Dios, Fernando Meirelles y Kátia Lund.

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“El cine de Akira Kurosawa: un puente entre dos culturas” Miguel López Aguilar Rashomon, Akira Kurosawa Trono de sangre, Akira Kurosawa

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“Biodiversidad: todos contamos; contamos con todos” Magdalena Martínez Cañamero La selva esmeralda, John Boorman Tierra, Alastair Fothergill y Mark Linfield

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“Ciberdelitos” Andrés Molina Aguilar Los fisgones, Phil Alden Robinson Operación Swordfish, Dominic Sena

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“Espacio de cine. Cine del espacio” Josep Martí Rivas. Pedro Luque Escamilla Planeta prohibido, Fred M. Wilcox The Dish, Rob Sitch

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“Organización social y relaciones interpersonales” Pedro Jesús Luque Ramos District 9, Neil Blomkamp La ola, Denis Gansel

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“Construyendo a la mujer en el franquismo. Una lectura en clave cinematográfica” Matilde Peinado Rodríguez Surcos, José Antonio Nieves Conde La gran familia, Fernando Palacios

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“La máscara del demonio y Suspiria: lógica y operatividad de una retrospectiva de escalofrío” Julio Ángel Olivares Merino La máscara del demonio, Mario Bava Suspiria, Dario Argento

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“La prisión y la libertad tienen nombre de mujer” María del Carmen Sánchez Miranda Horas de Luz, Manuel Matji El patio de mi cárcel, Belén Macías

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“Los héroes griegos de Homero a Herodoto. Troya y 300” Alejandro Fornell Muñoz Troya, Wolfgang Petersen 300, Zack Snyder

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“El cine y el medioambiente, dos disciplinas complementarias en la docencia y en la educación medioambiental” Francisco Guerrero Ruiz Baraka, Ron Fricke La historia del camello que llora, Byambasuren Davaa y Luigi Falorni

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