Breve artículo sobre los cínicos

June 15, 2017 | Autor: Victor Langa Godino | Categoría: Classical philology, History of Philosophy
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Descripción



Diógenes de Sinope

























VIctor Langa Godino

Tecnologías aplicadas al estudio de la filología clásica
Nuria Mendoza



Introducción
"Todo el conocimiento, la totalidad de preguntas y respuesta,s se encuentra en el perro"
Hay una leyenda de Diógenes como la hay de Sócrates, aunque sea más fabulosa la del cínico, ya que no tuvo quien lo recordara con tanto afán como lo hicieron Platón y Jenofonte con su maestro. Han sido muchos los testimonios fragmentados que nos ha dejado la Antigüedad sobre el cinismo. Sin embargo no hay ninguna obra completa que trate verazmente sobre sus fundadores, Antístenes y Diógenes de Sinope.
La biografía que redactó Diógenes de Laercio, erudito que vivió cinco siglos después, en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres no se puede considerar verdaderamente un relato biográfico. Cualquier lector que se acerca descubre un anecdotario y un conjunto de sentencias, distribuidas en sesenta partes sin ningún tipo de rigor histórico. Tienen en su favor que son divertidas, sarcásticas y que hacen reír a cualquiera que se acerque. Bien sea erudito o no. Lo ben trovato, lo que constituye el motivo especial. Escenas sarcásticas, satirizantes, sin nada de historia.
No obstante, se corre el riesgo de menospreciar el peso filosófico de lo conservado. Pese a su falta de valor histórico no se puede olvidar el fundamento eidético que los sostiene. Al lector le permiten conocer cómo se ridiculizan muchas de las doctrinas imperantes en la Antigüedad, sobre todo el platonismo. Las peleas entre Diógenes y Platón (aunque no sea el único filósofo contra el que pelee) dan luz sobre el pensamiento y la concepción de la vida cínica.
De hecho, se puede considerar que esta escuela desdeñó de un modo radical el retoricismo que acusaba cualquier sistema filosófico griego contemporáneo. Pero es mucho más original, ¿acaso no es el rechazo de estos primeros pensadores a la moral establecida una reacción típica de cualquier sociedad desencantada? El cinismo es un contrapunto no solo a lo que existe en el tiempo en que se desarrolla, también el contrapunto base para lo venidero.
Sin embargo el estilo de vida cínico, llamado ascetismo antiguo, dista mucho de la concepción espiritual que hoy en día conocemos. P. Sloterdijk explica, pues, la distinción entre el ascetismo antiguo y el moderno cuando afirma que "a Diógenes sería incorrecto denominarle asceta, debido a los falsos tonos concomitantes que la palabra ascetismo ha tomado a través de un milenario malentendido masoquista. Tendremos que eliminar de nuestro pensamiento el sentido cristiano de la palabra para reencontrar su significado original. Carente de necesidades, tal como Diógenes aparece, él podría casi pasar como el padre original del pensamiento de autoayuda, es decir un asceta en el sentido de que se ayudaba a sí mismo través del distanciamiento e ironización de las necesidades, cuya satisfacción la mayoría de los hombres paga con su libertad"
Como intentaré demostrar, Diógenes practicó la sabiduría y consideró la filosofía como una poética, una estética. Una poética y una estética orientadas a la praxis. Fue de los primeros filosófos en demostrar que la filosofía no es cosa solo de una Academia, ni tan siquiera propia de los anfiteatros de cualquier escuela, sino que por el contrario, debe de actuar sobre los hombres y las mujeres que pasean por las calles. No tiene ningún tipo de sistema cerrado ni de conceptos operativos autoritarios. Se ocupan de la sabiduría, de la felicidad y de la existencia concreta y cotidiana, el gran objetivo de los filósofos.
La enseñanza cínica se resigna a llevar a cabo, como Platón y Aristóteles, una enseñanza esotérica digna de iniciados, especialistas; mientras que la enseñanza exotérica para los demás, seres gregarios, indignos de esas verdades. Es curisoso lo que opinaba Hegel de los cínicos, en concreto, al hablar de Antístenes y Diógenes "Ellos no eran más que unos mendigantes obscenos y vergonzosos, con mucha frecuencia, que encontraban su satisfacción en la impudicia de la cual ellos hacían gala delante de los otros, no son dignos, entonces, de ninguna consideración filosófica"
Para rebatir a filosófo de gran altura, hay que acudir a otro de semejante nivel. Por las similitudes vulgarizantes del cinismo (si se prefiere una terminología clasista), el concepto de contracultura definido por numerosos filosófos a comienzos de la centuria pasada, deseoso de la liberación de la opresión moral, sin conflicto inconsciente, se podría poner en relación. Con esto no quiero aventurar parecidos arbitrarios, simplemente revalorizar, a través del paralelismo, lo que supuso el cinismo para una época convulsa, equiparable a lo que supuso la contracultura en los complicados albores del siglo XX. Dos modelos diferentes para luchar contra una sociedad enferma y clasista, eso sí, ambas, con repercusiones muy diferentes.
El nombre de cínicos, según los eruditos, posee dos orígenes diferentes, asociados a sus fundadores. El primero viene del lugar donde Antístenes solía enseñar, que era un gimnasio llamado Cinosarges, se puede traducir como el perro blanco o el perro veloz. El segundo origen tiene que ver con comportamiento de Antístenes y de Diógenes, que se asemejaba al de los perros, por lo cual la gente les apodaba con ese nombre (κυνυκός).
Diógenes y Crates de Tebas escogieron a Heracles como héroe canónico, representante del esfuerzo y el trabajo, o sea, la encarnación de las virtudes sobre las que, sin lugar a dudas, enfatizaban los cínicos como características dominantes de su filosofía.


El individuo cínico
Diógenes puede que naciera en Sinope, una colonia en la costa del mar Negro en la actual Turquía. Habría sido el personaje más celebrado por esta pequeña ciudad.
"Diógenes, natural de Sínope, fue hijo del banquero Hicesias. Afirma Diocles que al estar encargado su padre de la banca públicay haber falsificado la moneda, hubo de partir al exilio. Por su parte, Eubulides en su obra Sobre Diógenes afirma que fue el propio Diógenes el falsificador que hubo de acompañar a su padre. Pero el caso es que él mismo, en el Pórdalo hablano de de sí afirma que falsificó la moneda. Algunos sostienen que, nombrado inspector, fue convencido por los operarios para que falsificaran la moneda, y que acudió al santuario de Delfos o al de Delos (patria de Apolo) para instruirse acerca de si debía hacer lo que le aconsejaban. Al proponer el dios que alterara la legalidad política (sin comprender lo que se le decía) falsificó la moneda, y al ser descubierto, según cuentan algunos, hubo de partir al destierro; según otros, se desterró voluntariamente, asustado. Otros dicen que su padre fue hecho prisioneroy murió, mientras que Diógenes escapó y acudió a Delfos, donde consultó no si debía falsificar la moneda sino qué debía hacer para alcanzar fama, y que allí recibió este oráculo" (Diógenes de Laercio,VI.20-21)
"Diogenes era sinopense, hijo del banquero Hicesias. Tras ser desterrado de su patria por haber falsificado el cuño de la moneda legal, se marchó a Atenas y, contactando con Antístenes el Cínico, se enamoró de aquella forma de vida y abrazó la filosofía cínica que poseía. Diógenes, discípulo de Antístenes, fue el primero en ser llamado Perro. Vivía en un tonel. Al consultar al oráculo, cuando era ciudadano, cómo llegaría a ser el primero, el dio le respondió: "Si cambiaba lo legal". Desterrado por ello, marchó a Atenas, y encontrándose con Antístenes, que diatribaba contra la fama se hizo filosófo" (La Suda, s.v. Diógenes, n. 1143-1144)
Estas leyendas parecen desprenderse del osado dicho de Diógenes: "Soy un monedero falso y transformo las monedas de la convención" Se deduce que Diógenes había sido condenado al destierro en esa ciudad de Sinope, por lo que huyó a Atenas. Más jocosa resulta todavía la invención de que Apolo le había advertido del peligroso manejo, y que él, como se observa en los relatos, había tomado el consejo al pie de la letra. Pero hay que observar un juego de palabras entre νόμος (convención, ley reguladora de un conflicto social) y νόμισμα (moneda), palabras que además se derivan de la misma raíz (del primer relato). Resulta parádogico envanencerse con un delito común, aunque sea de forma metafórica. Justamente la indignación generada es lo esencial en el cínico.
La filosofía de Diógenes sobre todo se fundamenta en la ruptura con la moral imperante. No permite el maledicente compromiso al que nos someta cualquier juego de intereses (ecónomicos, sociales…), nos acabará convirtiendo en esclavos. Se cree que divulgó las creencias y la visión del mundo de su controvertido maestro, Antístenes.
"Asistía un día a los misterios órficos, y al decir el oficiante que los iniciados en dichos misterios participan de toda suerte de bienes en el Hades, le dijo ¿y por qué no te mueres tú?" (Diógenes de Laercio, VI.4)
Antístenes fue un seguidor de Sócrates. Hay quienes han puesto en duda si llegaron a conocerse. Se sabe que el sinopense aprendió de los sofistas Protágoras de Abdera y de Gorgias de Leontinos. Fue un filósofo preocupado por la razón, en concreto la Metafísica y la Lógica. Aunque por tiempo, tuvo que manejar con soltura la dialéctica. Se le considera un defensor del ascetismo, exaltación del rebelde pensamiento socrático contra los sofistas que enseñaban por dinero.
"Por eso decía (Diógenes) "desde que Antístenes me liberó, ya no he vuelto ser esclavo" ¿Y cómo lo hizo?; escucha lo que dice "me enseñó a distinguir lo que es mío y lo que no lo es: la propiedad no es cosa mía; parientes, familiares, amigos, fama, lugares conocidos, relaciones sociales, todo esto me son cosas ajenas" "¿Y qué es pues lo tuyo?: la utilidad de las fantasías. Antístenes me enseñó que esto es mi mejor compañía" (Epictecto, Discuros III, 24. 67-69)
Hay que destacar la libertad de comportamiento en sus costumbres cotidianas. A la luz del día, quizás, en plena plaza pública de Corinto o de Atenas, Diógenes haría alarde de su desvergüenza y de su talante sustancialmente anárquico. El concepto de entrenamiento (ἄσκεσις) y de esfuerzo (πόνος) son dos nociones realmente indisolubles. El hombre logrará la felicidad a través de la libertad, pero esta solo resultará asequible mediante el ejercicio del entranamiento y la práctica del esfuerzo.
"Habiendo escrito a uno que le buscase un cuarto para habitar, como éste fuese tardo en hacerlo, tomó por habitación la cuba del Metroó según el mismo lo manifiesta en sus Epístolas. Por el estío se echaba y revolvía sobre la arena caliente, y en el invierno abrazaba las estatuas cubiertas de nieve, acostumbrándose de todos modos al sufrimiento". (Diógenes de Laercio, Vida de los filosofos más ilustres, VI,3)
La rebelación contra la mundanidad y la materialidad, en extremo considerada idiotez por sus contemporáneos, se convierte en la máxima. La virtud, el gran objetivo de toda premisa filosófica, solo se puede conseguir en pugna con la hipocresía, la avaricia, la lujuría y la corrupción. Valores fruto de la degeneración de las sociedades aburguesadas convencionales.
"Estaba tomando el sol un día en el barrio del Craneo, cuando se plantó ante él Alejandro y le dijo: "pídeme lo que quieras" a lo que le contestó: "deja de darme sombra" (Diógenes de Laercio, VI, 38)
La persona, en sí misma, sinfín de posibilidades. El individuo no necesista apenas nada material para realizarse. Por ello, sus ambiciones nunca deberían ser materiales.
"Sin embargo, como dije, es más tolerable y llevadero no adquirir que perder, puesto que por ello verás mas alegres a los que la fortuna nunca les prestó atención que a los que abandonó. Esto lo advirtió Diógenes, hombre de gran ánimo, y consiguió que nada se le pudiera quitar… Si alguien duda de la felicidad de Diógenes, también puede abrigar la misma duda sobre la situación de los dioses inmortales, de pasen su vida de un modo poco feliz porque no posean haciendas, ni huertos, ni valiosas fincas arrendadas a labriegos ajenos, ni un exagerado lucro de dinero a interés en el foro… Pero cuando se le escapó a Diógenes su único sirviente, no se preocupó lo más mínimo de hacerlo volver cuando se le indicó, sino que dijo: "Sería vergonzoso que Manes pudiera vivir sin Diógenes y que Diógenes no pudiera hacerlo sin Manes" En mi opinión quiso decir: "Ocúpate de tus asuntos, Fortuna, porque ya no hay nada en la casa de Diógenes. Huyó mi criado, luego me he convertido en un hombre completamente libre" (Séneca, Sobre la tranquilidad del espíritu, 8, 3-7)
El individuo, libre por sí mismo. No tenemos ligaduras sociales que nos retengan o nos impidan realizarnos en sociedad, pese a que nos quedemos sin criado, fuerza de trabajo elemental para cualquier economía doméstica de la Antigüedad. Para Diógenes, el valor del trabajo no tiene sentido. La necesidad hace al hombre. Hay una ruptura total entre ser humano y sociedad. El adagio latino "omnia mea mecum porto" es eficaz en cuanto a este pensamiento.
Para aclararlo, lo compararé con el platonismo: Si para el idealismo existe una reputación, porque el individuo debe realizarse en sociedad, para el cinismo la reputación es un absurdo del que uno puede burlarse.
"Bellamente hablaron, en efecto, Antístenes y Diógenes, uno llamando a los ricos ignorantes "rebaños dorados" y el otro comparándolos con las higueras de los barrancos, porque su fruto no lo comen los hombres, sino los cuervos o los arrendajos, y las riquezas de ellos no son de ningún provecho para sus conciudadanos, sino que las gastan sus aduladores" (Galeno, Protréptico 6)
La pobreza y la indecencia pública la estuvieron siempre en el centro del discurso de Diógenes. Se le podría considerar un iconoclasta.
"Se presentó una vez Alejandro Magno ante él y le dijo: "soy Alejandro, el gran rey". Y le contestó "y yo Diógenes, el Perro" Y al preguntarle qué hacía para que le llamaran el "perro" dijo: "muevo el rabo a los que me dan algo, ladro a los que no me dan nada y muerdo a los malavados" (Diógenes de Laercio. VI. 56)
El juego que establece entre la figura del perro y sí mismo es rompedora. El perro, en la Antigüedad, es considerado un animal astuto, libidinoso, agresivo pero también fiel y buen compañero. Se establece una paradoja en su propia figura, se envanece, con todos estos atributos, de ser el perro frente a Alejandro, el gran rey.



Crítica a la metafísica platónica
"Y el propio Platón optó por la Academia, una quinta lejos de la ciudad, para poder dedicarse a la filosofía por ser rico y porque Diógenes le pisoteaba los tapices con sus pies embarrados…" (Jerónimo, Contra Joviniano, II,9)
Después de esta leyenda, bastante increíble pero cómica, se puede comenzar la crítica al pensamiento platónico. Resulta más complicado que estos encuentros hayan sido reales, pero de nuevo, es ostensible la carga filosófica de estos encuentros.
"Dialogaba Platón sobre algunas materias y Diógenes, que estaba presente, le prestaba poca atención. Se irritó por ello el hijo de Aristón, y le dijo "¡Presta atención a mis palabras, perro!"Y él, sin alterarse lo más mínimo, le respondió: "Pero yo no volví a donde me vendieron, como los perros" Aludía como en un enigma al viaje de aquel a Sicilia, mientras que Platón, según refieren, acostumbraba a decir sobre Diógenes, este es un "Sócrates loco"" (Eliano, Historia varia, XIV, 33)
En este breve fragmento, se concentra la crítica que le hace Diógenes a Platón. "Yo no volví por segunda vez a donde me vendieron" Hay que recordar que Platón fue tres veces a Sicilia. La primera de ellas regresó como esclavo. Dura crítica la que le hace el perro. La República platónica es irrealizable como todo modelo utópico de organización política. ¿Acaso no es original la artera crítica que realiza? El modelo cínico se explica en el Pórdalo, una de los diálogos atribuidos.
"El enemigo jurado no supo más que encontrar las formas convencionales: Escribió tragedias para la lectura, diálogos filosóficos, entre los cuales figura el un libro sobre el mejor Estado. Naturalmente, enseñaba en el del modo más radical la disolución de todo orden político. En las tragedias, siguiendo los ejemplos de los poetas dramáticos de su época, solo trató asuntos muy conocidos: Edipo, Tiestes y otros análogos. Y no concedió más respeto a la leyenda tradicionale que a las del decoro" En sus manos, los héroes dramáticos se convertían en burgueses insensatos, sus destinos eran la consecuencia de prejuicios estúpidos. Según él, el incesto no era una cosa para desesperarse; en algunos pueblos incluso se practicaba. ¿Por qué Tiestes se preocupa tanto de haber comido la carne de sus hijos? En último término, todos nosotros somos caníbales. Pues todo viene de todo y a todo va, en todo lo comemos todo. Es gracioso ver aquí la sentencia de la pseudo-física más vulgar, empleada abusivamente como medio de prueba." (Schwarz, 1986: 131-132)
Se aprecia el carácter tajante, austero y materialista, del que acusa Diógenes en su visión del mundo. La moral es una construcción social, él propone una ética determinada por las necesidades primarias de cada uno, sin una premisa, como ya se ha mencionado, social ni ideológica sobre la que deba estructurarse el sistema. ¿Qué importa el incesto? ¿Qué importa el canibalismo? La naturaleza humana es la que se encarga de regularlo. Una explicación antropológica, si no conviene a la especie, no conviene al hombre, pero no existen las ataduras morales. Pensamiento cíncico en su más pura esencia.
"Cuando Platón definió al hombre como "bípedo implume" fue muy aplaudido. Luego Diógenes, cogió un gallo, lo desplumó y se presentó en la escuela diciendo: "aquí está el hombre de Platón" A partir de entonces, se añadió a la definición "y de uñas planas" Y a uno que le había preguntado, le contestó: "si eres rico, cuando quieras; y si eres pobre cuando puedas". (D.L. VI.40)
En este fragmento, ataca directamente la categorización que se hace del hombre. No acepta que el hombre sea definido por teorías. La materia, ligada al cambio, tampoco se encierra entre las paredes de lo eidético. Podría ser, como si Diógenes pretendiera insultar el concepto platónico de las ideas. Veamoslo aquí:
"Hablaba Platón un día sobre las ideas y citaba la "mesidad" y la "tazonez", y ante ello dijo Diógenes: "yo, Platón, veo una mesa y una taza, pero de ningún modo la "mesidad" ni la "tazonez"" A lo que Platón replicó: lo normal: posees los instrumentos con los que ves la mesa y la taza, pero careces del instrumento con que se percibe la "mesidad" y la "tazonez", pues no tienes inteligencia." (D.L. VI. 53)
Al cínico no le interesa la abstracción de la realidad, ni los grandes conceptos, que como a Platón, se le hacen fundamentales para su sistema de ideas. Clara la competencia que hay entre ellos.
















Biblografía
Diógenes de Laercio, Vidas de opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres, trad directa del greg por D.José Ortiz Sanz, 1ª edición 1790, reeditado en 1914, Valladolid, Editorial MAXTOR, 2008.
García Gual, Carlos., La secta del perro. Vida de los filosófos cínicos. Diógenes de Laercio, Madrid, Alianza Editorial, 2007.
Guzmán Guerra, Antonio., ¿Cínicos…? Madrid, Escolar y Mayo Editores S.L., 2012
Martín García, José A. y Macías Villalobos., Cristóbal Los filósofos cínicos y la literatura moral serioburlesca. Volumen I. Akal/Clásica 83, Madrid, Ediciones Akal, 2008.
Onfray, Michel., Cynismes: Portrait du philosophe en chien, Paris, Bernard Grasset, 1990.
Sloterdijk, P., Crítica a la razón cínica, traducción esp, 2003, 1ªed 2003, pp. 250-255.
Schwartz, E., Figuras del mundo antiguo, tr. esp, 1942, 2ª ed.,1986, pp.118-140.
Del Valle Porras Acevedo, Laura., "Heracles como modelo del sabio asceta en el cinismo y en la filosofía helenística"Presentia, 13 (2013): 1-14, Mérida, Universidad de los Andes, Venezuela, Departamento de filosofía.















Webgrafía
diarioelsiciliano.com.ar/diario/?p=853 23 de abril de 2015, 18:54.
www.beyond-the-pale.co.uk/diogenes.htm 4 de abril de 2015, 20:32
www.uff.br/helenismo/sites/default/files/Greek%20Cynicism.pdf 4 de abril de 2015, 20:45
www.cinicos.com/cinicos.htm 5 de abril de 2015, 20:50.
www.lanacion.com.ar/221774-contracultura-en-monte-verit 18 de abril de 2015, 19:54


Franz Kafka en "Investigaciones de un perro"
Luciano, el escritor sirio helenístico, tiene varios diálogos en los que se plantea qué es y qué no debería ser cínico, pero sus intenciones están llenas de sorna y sátira por la degeneración que cada vez más iba afectando al término.
La única traducción que hay completa de esta obra al castellano es la de José Ortiz y Sanz, que se publicó en 1792. Como hace más de 200 años, prefiero apoyarme en los fragmentos utilizados de Antonio Guzmán, cuando en su libro ¿Cínicos…? los traduce a un español mucho más actual.
Puede verse García Gual, 2007: 10-14.
http://todoelorodelmundo.com/2012/03/25/chuang-tse-diogenes-de-sinope-y-alejandro-magno/ En esta página se compara brevemente el cinismo con el Tao de Chuag Tse, 2 formas de individualismo rebelde. Aunque su modo de vida es diferente, se presupone que parten de un poderoso desencanto.
Muchos han querido trazar una historia como antecedente del ascetismo cristiano.Pero hay muchas salvedades.
Sloterdijk, 2003: 251
Onfray, 1990: 89-90
http://www.lanacion.com.ar/221774-contracultura-en-monte-verit vease el siguiente enlace para saber la parte de la contracultura, la alemana, a la que quiero referirme.
Me refiero a la sociedad ateniense de finales del siglo V.a.C. y principios del siglo IV a.C. en la cual se supone que tuvo que desarrollar su vida este filósofo. Sería la sociedad acomodada en la que Demóstenes exhortó a la guerra contra Filipo, advirtiendo del peligro que corrían sus privilegios si este vencía. La democracia no luchó hasta muy tarde, lo que le costó su ocaso. Estamos por tanto en la transición del mundo clásico al mundo helenístico.
Cita tomada de Guzmán Guerra, 2012
Schwartz, 1986: 129.
Texto tomado de Guzman Guerra, 2012.
Martín García, Vol I, 2008, Pg 120
Cf. J.M. García, González, La filosofía del primer cinismo: Diógenes de Sínope y sus inmediatos seguidores, Granada, 1976.
Templo de Atenas dedicado a la gran Madre de los dioses.
Son numerosas las fuentes que nos cuentan este encuentro entre Alejandro y nuestro filósofo. Esto, sin contar que la mayoría de los eruditos lo consideran algo ficticio. Otras fuentes clásicas son Plutarco, Alejandro, 14 o Cicéron, Tusculanas, V.32.
Texto de Guzmán Guerra,2012
Se me ocurre que un canto de libertad similar realiza la artista Nina Simone en su canción Ain't Got no, I got Life. La letra, crítica retorcida contra el capitalismo blanco, despierta un sentimiento de libertad personal, de miles de posiblidades solo con nuestro propio cuerpo. Esta sería una máxima cínica.
Léase la República de este autor.
Texto tomado del libro Guzmán Guerra, 2012

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