Brasil más allá del mundial de fútbol

Brasil… más allá del mundial de fútbol
A pocos días de que comience el mundial de fútbol, la atención de todo el mundo está puesta en Brasil pero ¿realmente qué representa Brasil para el continente americano y en qué se parece a México?
Para comenzar, tanto Brasil como México tienen implícita la tarea de contribuir al resurgimiento de la economía latinoamericana derivado del éxito de sus políticas económicas en las últimas dos décadas, igualmente, el crecimiento de la clase media en ambos países demanda mejores oportunidades económicas que obliga a las instituciones brasileñas y mexicanas a reformarse e implementar medidas que garanticen el cumplimiento de dichas demandas, modelos que podrían ser replicables en el resto de Latinoamérica.
Por una parte, el crecimiento de Brasil en los últimos 20 años se atribuye a la implementación de políticas macroeconómicas que concluyeron los ciclos históricos de inflación, así como al auge de los commodities importados por China y el descubrimiento de vastos depósitos de petróleo en aguas profundas en 2007. Dichas políticas y nuevas fuentes de ingreso, mantuvieron a flote la economía brasileña, redujeron el desempleo y representaron fondos para el gobierno; sin embargo, en 2012 una baja en la demanda de los commodities ocasionó un decrecimiento económico. Los expertos en economía consideran importante atender cuestiones como la eficiencia del gobierno, la rendición de cuentas, la atracción de inversión extranjera y una reforma para la petrolera Petrobras, a fin de retomar los niveles de crecimiento previos al 2012.
Por otra parte, el crecimiento de la economía mexicana en las últimas dos décadas se debió a la implementación de políticas económicas que le permitieron consolidarse como una de las economías más estables del mundo. Dichas políticas permitieron el incremento de reservas internacionales, la firma de 44 tratados de libre comercio y una posición líder en exportaciones de bienes manufacturados. Aunque en 2013 la economía se contrajo, esto se atribuyó al lento crecimiento de Estados Unidos y a las fugas de capital derivadas de la incertidumbre de los inversionistas ante la agenda de reformas de la administración en turno. Analistas políticos y financieros han cuestionado si el gobierno de Peña seguirá con sus fórmulas populistas o si será capaz de continuar con la disciplina financiera, el hábil manejo de la crisis global, las políticas monetarias responsables y los niveles de inversión extranjera directa que mantuvieron sus dos predecesores. Por parte de la petrolera PEMEX, la reforma propuesta beneficiaría inmediatamente a la exploración de nuevas fuentes de hidrocarburos y la adquisición de nuevas tecnologías, posicionando a México como potencia energética.
En ambos casos, las reformas necesarias para incentivar el crecimiento requieren el compromiso de los líderes nacionales para actuar en beneficio de sus poblaciones y para favorecerse de una mayor cooperación con Estados Unidos en términos inversión económica y seguridad.
De manera general, las reformas macroeconómicas, el apego a la disciplina fiscal y el aprovechamiento de los recursos energéticos, no sólo en Brasil y en México, sino en el continente entero, garantizarán el crecimiento económico de los estados, la creación de empleos y la autonomía energética, al tiempo que el aumento de la clase media generará un cambio social que exija a las administraciones de cada país, mejores prácticas gubernamentales y con ello, mayor prosperidad económica y competitividad a nivel global.
Redacción: Paola Morales