Borges Sobre el Relato Policial

Amaury Figueroa-Perez

Borges sobre el relato policial
En el cuento La muerte y la brújula, Jorge Luis Borges nos relata la
historia detectivesca donde surgen varios crímenes en los cuales el
artífice de los mismos entrampa a Erik Lonnrot. Borges utiliza elementos
similares a los que tiende a utilizar en otros de sus cuantos en los que
expresa historias llenas de hermetismo y misterio. En el relato podemos
observar que son tres crímenes los que conducen al investigador Lonnrot a
su propia muerte. Estos crímenes que son planeados por Scharlach para
vengar el arresto de su hermano y el sufrimiento que vivió durante nueve
días y nueve noches mientras que se recuperaba de una bala alojada en su
vientre surgen tres años después de los sucesos.
La trama del cuento sorprende al lector con la intriga inmediata que
surge luego del primer asesinato el 3 de diciembre donde se abre una caja
de preguntas sobre las intenciones del criminal al revelarse una frase que
causa la curiosidad por la lectura del comisario Treviranus. La frase: "La
primera letra del nombre ha sido articulada" le da a entender al equipo de
detectives que investigaba, que la muerte estaba relacionada a algún tipo
de culto religioso que andaba en busca del nombre secreto de Dios. Además
el hombre asesinado era un conocido escritor de temas religiosos judíos.
Esta evidencia ayudo a Scharlach a despistar a los investigadores de su
intención real.
El segundo crimen se formaliza el 3 de enero y aparece una nueva frase
"La segunda letra del nombre ha sido articulada". El tercer crimen ocurre
el día tres del mes de febrero y este forma una simetría triangular en el
mapa enviado por el autor de los crímenes al comisario. Una última frase es
revelada y esta da a entender que no se conducirían más crímenes pero
Lonnrot no está de acuerdo con lo asumido por el comisario Treviranus y se
dirige al lugar donde el cuarto y último crimen tomaría efecto.
Siguiendo cada pista revelada por el autor del crimen, pistas que
reflejan el estudio de la literatura, llega Lonnrot al lugar donde se
consumaría la venganza tan bien orquestada por Scharlach. Una casa descrita
con características similares a lugares descritos en otros cuentos de
Borges como el laberinto en Los dos reyes y los dos laberintos, las formas
simétricas en La biblioteca de Babel, la penumbra en La casa de Asterión,
entre otras descripciones. El ingeniero de la trilogía de crímenes
sorprende al que desde un principio era su razón para llevar a cabo cada
uno de estos macabros actos. No solo sorprende Borges con su inesperado
final al lector si no que también se sorprende el investigador Lonnrot con
su no anunciada muerte.
En El cuento policial, Borges indaga sobre la importancia de los
relatos policiales como género literario. El argumenta que el cuento
policial es necesario como relato ya que asiste al tipo de lector que opta
por leer este tipo de género. Borges describe las historias policiales como
aquellas que han mantenido las virtudes clásicas; sin un principio, sin un
medio y sin un fin. Además, Borges personifica el cuanto policial como
erudita de haber logrado una literatura que no necesita defensa y como la
salvadora de los relatos de esa época. Una época llena de desorden.