BLASCO, A; EDO, M; VILLALBA, M.J.; SAÑA, M. (2005). Primeros datos sobre la utilización sepulcral de la Cueva de Can Sadurní (Begues, Baix Llobregat) en el Neolítico Cardial, In: III Congreso del Neolítico de la Península Ibérica. Universidad de Cantabria. Santander: 625-636.

Share Embed


Descripción

Primeros datos sobre la utilización sepulcral de la Cueva de Can Sadurní (Begues, Baix Llobregat) en el Neolítico Cardial Anna Blasco, Manuel Edo, M. Josefa Villalba A María Saña B

Resumen En el II Congreso del Neolítico de la Península Ibérica celebrado en Valencia aportábamos ya datos sobre la secuencia del Neolítico Antiguo, a partir de los resultados obtenidos en un sondeo estratigráfico. Desde entonces, se ha seguido profundizando dicho sondeo hasta llegar, en la actualidad, a niveles epipaleolíticos. Esta comunicación pretende mostrar las evidencias recogidas en la capa 18 de la estratigrafía, un nivel de uso sepulcral de la cavidad adscribible al Neolítico Antiguo Cardial Pleno, cuya datación C14 ha ofrecido un resultado de 6405 ± 55 BP. Se efectuará un repaso a todos los datos y registro arqueológico del que se dispone en estos momentos para esta fase de ocupación de la cueva. Résumé Dans le IIe Congrès du Néolithique de la Péninsule Ibérique qui a eu lieu à Valencia nous avons déjà fourni des données sur la séquence du Néolithique Ancien, à partir des résultats obtenus dans un sondage stratigraphique. Nous avons approfondi encore plus dans ce sondage et actuellement nous sommes arrivés aux niveaux épipaléolithiques. Cette communication a l’intention de montrer les évidences recueillies dans la couche 18 de la stratigraphie, un niveau d’utilisation sépulcrale de la cavité qu’on attribue au Néolithique Ancien Cardial Classique dont la datation de C14 a donné un résultat de 6405 ± 55 BP. On va faire une révision de toutes les données et registre archéologique dont on dispose en ce moment pour cette phase d’occupation de la grotte. lado, intentar llegar al punto inicial de la secuencia estratigráfica. A partir de este sondeo, algunos de cuyos primeros resultados ya fueron expuestos en el anterior congreso de Valencia (Blasco et al. 1999: 59-67), se ha detectado una muy completa sucesión estratigráfica del Neolítico Antiguo hasta llegar al Epipaleolítico, fase en la que se halla inmerso en estos momentos. El objetivo de la presente comunicación es dar a conocer la existencia de un nuevo nivel, capa 18, que se puede adscribir a un Neolítico Antiguo Cardial Pleno, cuya novedad, dada su rareza en la actualidad, estriba en que se trata de una fase de uso sepulcral de la cavidad.

ANTECEDENTES La cueva de Can Sadurní se localiza en el centro del Macizo del Garraf, en el término municipal de Begues, comarca del Baix Llobregat, distante unos 25 km al SW de la ciudad de Barcelona. Situada a unos 450 m sobre el nivel del mar, domina el valle de montaña media que conforma la mesa de Begues en el centro del macizo mencionado. El yacimiento se compone de una terraza exterior de 400 m2 y una cavidad interior con una superficie aproximada de 200 m2 Incluida dentro del Programa d’Investigació El Neolític al Baix Llobregat, como ya fue indicado en el anterior congreso de Valencia, en la actualidad la intervenciones arqueológicas se centran en 50 m2 correspondientes al interior de la cavidad (fig. 1). La excavación de este sector de la cavidad se está efectuando en extensión y en este momento, una vez superadas las capas correspondientes a los Niveles de Neolítico Final-Calcolítico (9a y 9b), se está ya trabajando en las correspondientes al Neolítico Antiguo Evolucionado Postcardial (NAEP) (capas 10, 10b y 11). En paralelo a esta intervención, y desde 1996, se está llevando a cabo un sondeo estratigráfico de 4 m2 que funciona con una dinámica distinta a la del resto de la excavación, cuyo objetivo es fijar la estratigrafía con la cual se encontrará el grueso de la excavación y, por otro A B

CONTEXTO ESTRATIGRÁFICO El sedimento de la capa 18 esta constituido, básicamente, por un nivel de piedras de grande y mediano tamaño. La matriz es de tipo arcilloso y mantiene las mismas características observadas en la capa 17 (Blasco et al. 1999: 60). En la zona del sondeo, la capa presenta una pendiente del 14% en sentido perpendicular a la entrada de la cueva mientras que en la dirección paralela a dicha entrada la pendiente es del 5%. Así pues, se constata una inclinación del sedimento probablemente originada por la caída de bloques procedentes de la cornisa exterior de la entrada de la cueva.

Universitat de Barcelona Universitat Autònoma de Barcelona

625

Anna Blasco, Manuel Edo, M. Josefa Villalba y María Saña

Figura 1. Localización, área excavada y situación del sondeo dentro de la cavidad. Estratigrafía del sondeo con la situación de la capa 18 objeto de la presente comunicación.

LOS RESTOS HUMANOS A falta aún de un estudio antropológico completo, hasta el momento se han hallado restos pertenecientes a cinco individuos: un adulto robusto, un adulto/subadulto un subadulto o joven grácil y dos infantiles. En la zona excavada los restos humanos no muestran una conexión anatómica completa. No obstante, las relaciones observadas entre estos restos, la fauna y otros elementos del ajuar (fig. 2) nos proporcionan base suficiente para argumentar una disposición primaria de los enterramientos. Disposición que, por lo menos en la zona excavada, ha podido verse alterada por fenómenos tafonómicos cuyo alcance aún no podemos evaluar. La disposición inclinada del sedimento en esta fase sepulcral seguramente ha facilitado, también, cierto grado de desplazamiento de la posición original de los materiales.

BOS CV CAHI OVAR OC SUS ORCU AU ANFB MICRO MGND MMND MPND

ELEMENTOS DEL RITUAL FUNERARIO

IIIa 1 2 3

CAPA 18 IIIb IIIc 3 7 3 10 2 17 133 1 25 57 4 1 10 5 9 50 487 6 13 106 737

IIId 1 4 12 6 2 26 4 55

Tabla 1. Fauna de la capa 18. Número de restos analizados / especie distribuidos por niveles de la capa 18. BOS= bóvidos. CV= ciervo. CAHI= Capra hircus. OVAR= Ovis aries. OC= Ovis/Capra. SUS= suidos. ORCU= conejo. AU= restos de aves. ANFB= restos de anfibios. MICRO= restos de microfauna. MGND= mamífero grande no determinado. MMND= mamífero mediano no determinado. MPND= mamífero pequeño no determinado.

Los restos de fauna El estudio de la fauna asociada a dichas inhumaciones, realizado por María Saña, está, afortunadamente más avanzado y nos ha ofrecido datos muy interesantes respecto a posibles rituales funerarios (tabla 1). En general, el conjunto recuperado (901 restos) se caracteriza por un extremado grado de fracturación antrópica intencionada. Un total de 772 restos (84,37%) presentan unas dimensiones máximas que oscilan entre 0,5-2 cm. Entre éstos, un número también significativo

de restos (NR=230 / 29,7%) presenta termoalteraciones producto de su contacto directo con el fuego. Las diferencias registradas en el grado de alteración de las

626

Primeros datos sobre la utilización sepulcral de la Cueva de Can Sadurní (Begues, Baix Llobregat)...

Figura 2. Planta abreviada del sondeo en su capa 18, con la situación de los elementos definitorios de su carácter sepulcral.

mer caso, los restos pueden presentar características similares a los restos abandonados después del consumo (termoalteraciones, trazas vinculadas a la descarnación, cierto grado de fracturación relativa...). En cambio, las partes de animales o animales enteros depositados a modo de ofrenda suelen presentar los elementos esqueléticos completos, manteniéndose, en numerosas ocasiones, aún en conexión anatómica. El análisis individualizado de los 143 restos que no presentan un patrón intensivo de fracturación aporta datos sumamente interesantes en esta última dirección. Una primera constatación a efectuar, derivada de la observación directa de la tabla 1, es que los ovicápridos domésticos, y en concreto la cabra, juegan un rol preeminente en el conjunto de deposiciones rituales. A partir de la representación esquelética ha sido posible evidenciar de forma clara que los cinco ejemplares de cabra representados en el espacio funerario no se depositaron enteros, sino que se seleccionaron determinadas porciones del cuerpo del animal y se depositaron a modo de ofrenda. Los criterios de selección seguidos no se circunscriben, en esta ocasión, al sexo y edad de los animales, sino que, de forma recurrente, se documentan las siguientes porciones (nivel III c): • Porción 1: parte de la columna vertebral de una cabra en conexión anatómica (vértebras torácicas y costillas). En este caso se trata de un ejemplar adulto.

superficies óseas demuestran condiciones térmicas variables (tiempo / intensidad), predominando la carbonización total del hueso (NR=177). Estas alteraciones se registran sobre la práctica totalidad de huesos del esqueleto, predominando los huesos del tronco y parte proximal de las extremidades. Entre los restos de fauna que no presentan un patrón intensivo de fracturación (NR=143), el porcentaje de termoalteraciones registradas es similar (28,6%), observándose también un cierto grado de variabilidad en lo relativo a las características que presentan las modificaciones térmicas. Como dato significativo debemos remarcar que la práctica mayoría de restos termoalterados corresponden a elementos de mamíferos de tamaño mediano y pequeño tales como el conejo a aves y restos de microfauna. Dato, éste último, que correlaciona de forma positiva, una vez más, la presencia de alteraciones térmicas con la dimensión del resto abandonado. A partir de estas características es difícil vincular directamente la totalidad de restos de fauna al ritual funerario, si bien debemos tener en cuenta que el rol que pueden desempeñar los animales en el marco de dichos rituales es muy variable. Desde formar parte del banquete funerario hasta ser depositados intencionalmente como ofrendas o ajuar funerario, no excluyendo tampoco la posibilidad de que el sacrificio ritual de determinados animales formara parte de la ceremonia. En el pri-

627

Anna Blasco, Manuel Edo, M. Josefa Villalba y María Saña

• Porción 2: parte de la extremidad anterior izquierda (radio/ulna). Los restos corresponden también a una cabra de edad adulta. • Porción 3: parte de la extremidad posterior izquierda de un ovicaprino infantil (pelvis, fémur, tibia y probablemente primeras y segundas falanges). • Porción 4: parte de la extremidad posterior izquierda de un ejemplar de cabra juvenil (fémur, tibia y metatarsiano). • Porción 5: tronco y cintura (vértebras lumbares, pelvis) de un ejemplar juvenil de ovicaprino. Como mínimo se habrían sacrificado, pues, cinco ejemplares diferentes: dos cabras adultas, dos cabras juveniles y uno ovicaprino (posiblemente cabra) infantil. A esta relación debemos añadir también la presencia de restos correspondientes a un ejemplar neonato de ovicaprino, aunque estos últimos, a diferencia de las porciones descritas anteriormente, no se encuentran en conexión anatómica. A partir de esta relación cabe plantearnos como hipótesis que sea precisamente la cantidad de alimento consumible disponible en las distintas regiones del cuerpo del animal el criterio seguido en las deposiciones, seleccionando, en este caso, aquellas con un porcentaje relativamente más elevado de biomasa. En ninguno de los casos se han obtenido datos fiables relativos al sexo de los ejemplares representados. Así pues y resumiendo, en base a las características tafonómicas que presentan los conjuntos de fauna recuperados en esta capa, ha sido posible aislar dos dinámicas de transformación y deposición (abandono) diferenciales: 1. Un conjunto formado por restos de reducidas dimensiones (0,5-2 cm), fracturados de forma intencional y con numerosas alteraciones producidas por la energía calorífica. 2. Un conjunto formado por restos relativamente completos, algunos en conexión anatómica, que se habrían depositado a modo de ofrenda funeraria, directamente relacionables, pues, con el conjunto de actividades que formaban parte del ritual funerario practicado por las comunidades que utilizaron la cavidad en los momentos iniciales del Neolítico. Con relación al primer conjunto, es importante señalar que en el marco de los análisis arqueozoológicos se tiende a vincular generalmente el patrón intenso de fracturación con tres aspectos: en primer lugar, la utilización de los huesos como combustible; en segundo término, la utilización de los huesos como fuente de obtención de grasas, siendo más abundante el uso de las partes del hueso que presentan tejido esponjoso (esqueleto axial, epífisis apendiculares); finalmente, en tercer lugar, la explotación de la médula contenida en las diáfisis de los huesos largos. En el primer caso, se obtiene como resultado una gran cantidad de fragmentos óseos de reducidas dimen-

siones, generalmente calcinados. La diferencia entre la obtención de grasa y el aprovechamiento alimentario de la médula radica potencialmente en el tipo de fracción del hueso más representada (fragmentos de reducidas dimensiones de vértebras y epífisis frente a diáfisis de los huesos largos fracturadas). En la capa 18 de Can Sadurní, por el momento, cabe mencionar que la composición de los conjuntos es muy variable, documentándose la presencia de la mayoría de elementos esqueléticos, característica que puede estar evidenciando un aprovechamiento intensivo de todos los productos que puede suministrar el animal una vez muerto. Los restos vegetales En el sedimento de esta capa sepulcral hemos hallado gran cantidad de semillas de cereales. En un primer recuento el número de taxones supera con creces las 5.000 unidades. Aunque el estudio carpológico, realizado por Ramón Buxó, aún está en proceso, a simple vista se han detectado diversas variedades de trigo y cebada, así como leguminosas. La disposición del material cerámico, nos ha permitido relacionar cinco conjuntos de fondos o porciones fragmentadas de vasos cerámicos con paquetes o panes de semillas contenidos en el interior de los mismos (fig. 2). Este hecho nos indica que una buena parte, cuando menos, de los vasos cerámicos presentes en el sondeo de la capa se depositaron llenos de semillas de cereales, lo cual nos sugiere una intencionalidad ritual determinada. Procedente de uno de los cinco paquetes de semillas relacionados con fondos cerámicos, disponemos de una datación de C14 efectuada por Joan S. Mestres en el Laboratori de Datació per Radiocarboni de la Universitat de Barcelona. Los resultados de dicha datación son los siguientes: Código UBAR-760 Edad BP 6405 ± 55 BP

Referencia 01CS-G8-IIIc-18-107 Calibración 95,4% 5475 – 5305 cal BC

La fiabilidad de la muestra es extrema, ya que ha sido efectuada sobre un solo paquete de semillas procedentes del fondo de un solo vaso cerámico, hecho que representa que tanto la cosecha, el tueste como la deposición de las semillas han sido efectuadas de una sola vez y corresponden a una misma cosecha y temporada. Los resultados nos sitúan la cronología de la capa a mediados del VI milenio en cronología calibrada, fecha acorde con las dataciones del Neolítico cardial valenciano y con las más antiguas del Neolítico cardial catalán (Balma Margineda, Balma del Serrat del Pont, Cova del Parco, Cova del Frare...). Culturalmente, pues, la capa puede situarse en un Neolítico Antiguo Cardial Pleno, a diferencia de la capa anterior (capa

628

Primeros datos sobre la utilización sepulcral de la Cueva de Can Sadurní (Begues, Baix Llobregat)...

17) que, con una datación de 6050 110 BP, que se adscribiría, mas bien, en un Cardial Final con presencia de elementos epicardiales. (Blasco et al. 1999: 62).

individuo adulto robusto antes mencionado, así como un proyectil prácticamente igual al encontrado en el poblado lacustre de La Draga (Banyoles) y presentado en este propio congreso (Bosch et al. este volumen). También se ha documentado el extremo activo de una espátulacincel y de un punzón, así como diversos fragmentos de espátulas y punzones.

Los elementos ornamentales Como se observa en la planta de en la planta de la figura 2 se ha hallado, también, un conjunto de objetos de adorno de compuesto por dos fragmentos de un brazalete de concha y un sinfín de pequeños apliques pulidos de concha sin perforar, encontrados en conexión, que sospechamos pudieran ir engarzados en algún soporte textil o vegetal a modo de adorno (diadema, muñequera o incluso un aplique a un vestido) (fig. 3). Los apliques presentan tres tipos de forma: arriñonados, subcuadrangulares y subtriangulares. Sus tamaños oscilan entre 1,5 y 3 cm y se acompañan de cantos rodados pulidos de cuarzo e, incluso, algún pequeño gasterópodo fósil.

La industria lítica tallada La industria lítica recuperada hasta el momento es poco característica y podría argumentarse que parece relativamente pobre (fig. 5). El único rasgo particular es el importante porcentaje del jaspe (43%) frente al del sílex (46%) entre las materias primas utilizadas. A falta de análisis, la principal área de captación de dicha materia a la que es posible atribuir su procedencia es la montaña de Montjuïc, situada a unos 25 km del yacimiento, en el propio casco urbano de Barcelona. Se trata de una industria laminar, en la que solo la presencia de puntas transversales y láminas, más del 50%, sobresale respecto de buriles, perforadores, raederas y denticulados, al lado de la presencia testimonial de un raspador. Estas proporciones, entendiendo que nos movemos en un contexto funerario, tienen también su lógica de asociación a ajuar.

La industria ósea Aunque menos profusa que los elementos anteriores (fig. 4). Por el momento han sido hallados dos fragmentos de mango, con toda probabilidad de cuchara de hueso, una de ellas asociada en el hallazgo al cráneo del

Figura 4. Utillaje óseo procedente de la capa 18 del sondeo.

Figura 3. Conjunto ornamental compuesto de brazalete de concha, apliques calibrados de concha y cuenta de collar en vértebra de pescado.

629

Anna Blasco, Manuel Edo, M. Josefa Villalba y María Saña

Figura 5. Utillaje lítico tallado de la capa 18.

Figura 6. Utillaje lítico pulimentado y macroutillaje de la capa 18 del sondeo.

El macroutillaje Los restos recuperados son más bien escasos en este sector del enterramiento (fig. 6). Se ha hallado un hacha totalmente desbastada, que solo conserva restos de su pulimentado en parte del talón y el centro de una de sus caras. Sorprende su presencia dentro del contexto funerario, fuera que dicho desbastamiento se hubiera producido como consecuencia de la caída de bloques de la cornisa. Junto a ella, el segundo elemento es un retocadorpulidor conformado a partir de un canto rodado que posee señales evidentes de su uso en los dos extremos activos. Por otro lado, mención aparte merece la presencia de un yunque de molino barquiforme de granito, totalmente entero y pulido (fig. 2) que nos parece claramente relacionado con una intencionalidad ritual, dada su factura y estado de conservación (fig. 6).

ponden a decoración impresa con cardium, un 15% a decoraciones a base de cordones lisos, generalmente de sección semicircular, y tan solo un 5% de las decoraciones presentan motivos incisos, generalmente cordones con incisiones y ungulaciones. Por lo que compete a las decoraciones de estos vasos hay que señalar, en primer lugar, la profusión del barroquismo decorativo de la fase plena del Neolítico de las cerámicas impresas cardiales, sólo paralelizable a yacimientos del tipo Cova Gran y Cova Freda de Montserrat (Collbató), en la propia comarca del Baix Llobregat, y a Cova de l’Or, y Cova de Les Cendres en el País Valenciano. La técnica decorativa presente en esta capa se basa prácticamente en dos conceptos: la impresión con concha y el cordón de sección semicircular. Residualmente, se han hallado un fragmento con decoración impresa a gradina y varios fragmentos cerámicos con cordones de sección rectangular, dos de ellos con impresión digital y ungulaciones incisas y uno con bandas de líneas incisas hechas con punzón romo, que porcentualmente no superan el 5% de los fragmentos decorados. A pesar de que la mayoría de las composiciones decorativas fueron efectuadas con el borde de la valva de

El material cerámico Los elementos recuperados son numerosos y presentan decoración en más del 50% de los casos. Además, hemos podido determinar que la mayoría de los fragmentos lisos corresponden a partes de los vasos decorados. Entre estas decoraciones, el 80% de ellas corres-

630

Primeros datos sobre la utilización sepulcral de la Cueva de Can Sadurní (Begues, Baix Llobregat)...

Figura 7. Selección del conjunto de cerámicas decoradas con impresión cardial y aplicaciones de cordones de la capa 18.

cardium, tampoco son infrecuentes las realizadas con el natis e incluso el dorso de la misma, aunque en este último caso con ejemplares de concha de inferior medida. En cuanto a las decoraciones plásticas, los cordones se sitúan, generalmente, en dos lugares de la pieza: por un lado, en el punto de inflexión más cóncavo del cuello de la pieza y, del otro, en el punto de arranque superior de las asas del vaso a la altura de la denominada espalda. En este segundo caso, además de la funcionalidad decorativa, conlleva un aspecto funcional de prehensión. En los cuadros excavados hasta ahora, la presencia de cordones es muy elevada en los cántaros (grupo XII, 2b de Bernabeu). La mayoría de ellos presentan el cor-

dón a la altura de la espalda del vaso y, también la mayoría están profusamente decorados con temas decorativos impresos a Cardium. Entre los cordones lisos, también siempre de sección semicircular, se dispone de un ejemplar de cántaro y de un fragmento de tinaja, este último idéntico a sendos ejemplares hallados en Cova de l’Or y en Cova Freda de Montserrat. En general, los temas decorativos son múltiples y variados. Los cuerpos de los vasos, en un alto porcentaje, reproducen bandas de impresiones cardiales paralelas al borde de la pieza. En otras ocasiones, el motivo decorativo de la banda es trenzado. Los cordones situados bien en la espalda, en el cuello o bien en el

631

Anna Blasco, Manuel Edo, M. Josefa Villalba y María Saña

ollas globulares de base convexa (NE=3 / 9,09%), ollas con borde de perfil en S (NE=1 / 3,03%), ollas con labio engrosado (NE=1 / 3,03%), llegamos a este porcentaje del 78,79% de recipientes profundos o muy profundos que parece guardar relación con la actividad inhumadora en la cavidad durante esta fase del neolítico antiguo. El restante del registro queda dentro del grupo de los cuencos de perfil sencillo (NE=7 / 21,21%) dividido entre dos categorías: los cuencos hemiesféricos por un lado (NE=3 / 9,09%) y los cuencos globulares por el otro (NE=4 / 12,12%).

labio acostumbran a ser trenzados o cordados y de ellos parten, algunas veces guirnaldas semicirculares que se desarrollan en la panza del vaso. En otros casos, impresiones palmetiformes o del dorso entero de la valva rematan la parte superior e inferior del cordón. También los cordones, en algún caso, separan decoraciones introduciendo metopas en el motivo decorativo. Dentro del grupo de las jarras, los cuellos están profusamente decorados con una banda que prácticamente se desarrolla por todo el cuello hasta rematar en cordones lisos que cierran la decoración en la espalda del vaso o en nuevas bandas o metopas perpendiculares al borde que se extienden por las paredes de la pieza. Finalmente, en un caso, aparece un fragmento con decoración aplicada a modo de cordón con impresiones digitales, en el que se puede interpretar un motivo naturalista que correspondería a la cornamenta de una cabra y parte de su dorso o espalda (fig. 4).

A MODO DE CONCLUSIÓN Es evidente que las conclusiones que se pueden obtener de este trabajo son estrictamente provisionales. La información de la cual se parte está limitada a los cuatro cuadros del sondeo estratigráfico y, en consecuencia, hasta que el resto de los 50 cuadros que, hoy por hoy, se están excavando no lleguen a la excavación de esta capa no podremos aventurar conclusiones con carácter más definitivo. Aún así, creemos que ya hay una serie de elementos base que permiten extraer algunas conclusiones y, por ello, nos decidimos a presentar dicha capa en este congreso. En primer lugar, esta capa cierra una de las estratigrafías, ya avanzada en parte en el II congreso de Valencia (Blasco et al. 1999: 59-67), más completas del litoral mediterráneo peninsular para el Neolítico Antiguo. En concreto, para el nordeste peninsular, sitúa en relación estratigráfica los diferentes fósiles directores cerámicos hasta ahora detectados en el neolítico antiguo catalán. Por otro lado, los resultados de las dataciones radiocarbónicas de cada una de las fases halladas casan perfectamente con lo que habría que esperarse de ellas. Por otro lado, centrándonos en la fase que hemos presentado en este congreso, nos encontramos, por primera vez en el litoral catalán, un nivel cardial clásico o pleno bien delimitado y situado estratigráficamente. Además, el hecho de tratarse de un nivel sepulcral, sitúa al yacimiento como un referente importante de las formas de enterramiento para este periodo. Por la información obtenida, estaríamos delante de una utilización sepulcral de la cueva en la que los inhumados se depositarían en posición primaria en un contexto ritual que parece bastante elaborado. Las grandes jarras cerámicas repletas de cereales, las evidencias de deposiciones intencionada de cabras y ovicápridos, la presencia de molinos prácticamente sin usar son elementos significativos del grado de complejidad de este ritual. Por otro lado, el inhumado parece ir ataviado con una serie de elementos ornamentales de uso personal que han sido hallados en práctica conexión, lo cual refuerza la hipótesis de la inhumación primaria. Del mismo modo, el alto grado de remontaje de los vasos cerámicos y su estado de conservación nos apuntan en la misma dirección.

TIPOLOGÍA DE LOS RECIPIENTES CERÁMICOS Ateniéndonos a la clasificación tipológica efectuada en su tesis doctoral por Juan Bernabeu (Bernabeu 1989: 13), de las 33 formas reconocidas entre el material cerámico hallado en la capa 18, nos encontramos que tan sólo el 21,21% de ellas corresponde a la calificación de recipientes poco profundos, mientras que el 78,79% de los recipientes entraría en la calificación de profundos y muy profundos, siendo estos últimos con un 63,64% los ejemplares con un IP mejor representados. Hasta el momento, de las cuatro clases establecidas por Bernabeu, solo están presentes dos de ellas: la clase B con un 21,21% de los ejemplares y la clase C con un 78,79%, cifras que se corresponden con el índice IP. Obviando los ocho grupos pertenecientes a las dos clases no presentes en el registro, de los once grupos restantes, la capa 18 solo ha aportado presencia de vasos cerámicos de seis de ellos, es decir el 31,58% del total de grupos. Si por otro lado comparamos las categorías presentadas por Bernabeu (NC=79) con las documentadas en Can Sadurní (NC=10 / 12,66%), podemos deducir claramente una intencionalidad concreta en el depósito de materiales cerámicos específicos en dicha capa. Especificando este registro, se puede decir que el grupo XII (recipientes con cuello) es el que se presenta con mayor porcentaje (NE=15 / 45,45%) y está compuesto sólo por dos tipos de recipientes: los pequeños cántaros (NE=2 / 6,06%) y los cántaros (NE=13 / 39,39%). Siguiendo con los recipientes muy profundos, los jarros (grupo IX), todos ellos globulares con cuello, (NE=4 / 12,12%), los troncocónicos (grupo XIV) de base cóncava (NE=1 / 3,03%) y las tinajas (grupo XV) cilíndricas (NE=1 / 3,03%) conforman la mayoría de los restos cerámicos de este nivel. Si a todos ellos añadimos las ollas (grupo XIII), compuestas de tres categorías:

632

Primeros datos sobre la utilización sepulcral de la Cueva de Can Sadurní (Begues, Baix Llobregat)...

BIBLIOGRAFÍA

Bosch, A., Chinchilla, J., Gibaja, J.F., Palomo, A., Piqué, R., Saña, M. y Tarrús, J. Este volumen. La caza en La Draga (Banyoles –Girona ). En P. Arias, R. Ontañón y C. GarcíaMoncó (eds.). Actas del III Congreso del Neolítico en la Península Ibérica. (Santander, 2003). Santander: Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria. Colominas Roca, J. 1925. Prehistória de Montserrat. Analecta Montserratensia vol. VI. Montserrat: Monestir de Montserrat.

Bernabeu Auban, J. 1989. La tradición cultural de las cerámicas impresas en la zona oriental de la Península Ibérica. Valencia: Servicio de Investigación Prehistórica. Diputación Provincial de Valencia. Blasco, A., Edo, M., Villalba, M.J., Buxó, R., Juan-Tresserras, J. y Saña, M. 1999. Del cardial al postcardial en la cueva de Can Sadurní (Begues, Barcelona). Primeros datos sobre su secuencia estratigráfica, paleoeconómica y ambiental. II Congrés del Neolític a la Península Ibérica. València: Universitat de València.

633

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.