Bienal de Valencia, Bienalización del arte. La Vanguardia, July 16, 2003. (In Spanish).

June 15, 2017 | Autor: Maria Domene Danes | Categoría: Contemporary Art, Biennales, Art History/Biennale History
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Descripción

EXPUESTO

EXPUESTO

Bienalización del arte

FOTOS J.M. CENCILLO

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Culturas La Vanguardia

Miércoles, 16 julio 2003

Bienal de Valencia El poder de la ciudad, con su carácter simbólico y representativo, es el marco de reflexión en el que se presentan exposiciones y propuestas narrativas y sociales desde diferentes disciplinas artísticas

01 Segunda Bienal de Valencia “Micro-Utopías” Reales Atarazanas Plaza Juan Antonio Benlluire, s/n

“El rostro, espejo de la sociedad” Muvim. Quevedo, 10

“El museo del pasado imperfecto” Palacios. Exarch 3, 5 y 7.

“Sociópolis” Av. Constitución, 278 San Miguel de los Reyes

“El almacén del adecuado comportamiento”

Fotografía y espacios

Convento del Carmen Museo, 2 Exposiciones hasta el 30 de septiembre

Con el título de “Imatge i lloc”, la Galeria dels Àngels de Barcelona expone hasta el 13 de septiembre (en agosto cierra) fotografías de María Bleda y José María Rosa, Rut Blees Luxemburg, Lynne Cohen e Igor Mischiyev, mostrando distintos espacios. Sobre estas líneas, imagen de Mischiyev

01 Obra de Dennis Oppenheim en la plaza del Tossal 02 Montaje en el Convento del Carmen 03 Maquetas en “Sociópolis”

MARIA DOMENE

Bajo el epígrafe “La ciudad ideal” se presenta la segunda edición de la Bienal de Valencia dirigida de nuevo por Luigi Settembrini. Alrededor de esta idea central se han programado trece eventos distintos: un proyecto social, cinco exposiciones, dos proyectos de comunicación y cinco representaciones de teatro. En esta ocasión, el comisario general ha centrado el marco de reflexión en la potencialidad de la ciudad, en su carácter simbólico, representativo y multifuncional, aludiendo a la ciudad habitada, más que a la ciudad como objeto intelectual independiente (una aproximación más tangible a la ciudad ideal). Quizá la propuesta que se acerca con más literalidad a esta idea sea el proyecto “Sociópolis. Ciudad del hábitat solidario”, coordinado por Vicente Guallart y con la participación de notabilísimos arquitectos como Alejandro Zaera, Toyo Ito, Ábalos y Herreros, etcétera. “Sociópolis” propone la construcción de un campus social en Valencia que acoja viviendas y equipamentos destinados a colectivos sociales vulnerables (léase jovenes, disminuidos físicos y ancianos). Merece la pena destacar el esfuerzo de los autores para desmarcarse de la pura retórica arquitectónica y buscar nuevas formas de socialización, de diálogo con el medio natural y, finalmente, de ciudad ideal. Este barrio ideal plantea nuevas lógicas de relación con el entorno y aporta soluciones innovadoras y pragmáticas junto a discursos de singular belleza poética. Los responsables políticos han mostrado mucho interés en el proyecto, pero su concreción real sigue, de momento, en el terreno de la utopía. “Micro-Utopías. Arte y arquitectu-

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ra”, comisariada por Francisco Jarauta y Jean Louis Maubant, plantea una revisión crítica de la ciudad a través de una heterogénea selección de trabajos que abarcan múltiples disciplinas. A pesar de la densidad de autores y conceptos que se barajan en un mismo espacio, cabe considerar la exposición como la más sólida y vertebrada de la bienal. Mike Figgis, reconocido cineasta, ha aprovechado un viejo palacio abandonado para crear en “El museo del pasado imperfecto” una escenografía llena de ecos, de fantasmas, de huellas de historias que buscan deliberadamente la deconstrucción narrativa y la participación activa de los recuerdos del propio visitante. “Solares (o del Optimismo)” pasa por la propuesta más atrevida, con trabajos de artistas como Pistoletto, Orlan, Oppenheim, Gilbert and George, Abramovic, Kabakov… en solares, paredes y espacios baldíos. Sin duda, el efecto más plausible es el contraste entre el planteamiento embellecedor y estetizante de las intervenciones oficiales y las cicatrices reales que ofrece el casco antiguo. Las obras, muy desiguales entre sí, rara vez consiguen rastrear los vestigios de la memoria de la ciudad y, en cambio, sí consiguen un moderado tono optimista en sintonía con “el intento de positivar estos espacios negativos y frágiles” (según reza la información oficial). El paseante se encuentra a menudo con carteles (colgados por sectores críticos con la bienal) que reproducen declaraciones de destacados miembros institucionales, las cuales, sacadas de su contexto y conviviendo con la realidad del barrio, producen una eficaz sensación de desolador cinismo. Donde no hay sorpresa es en la expo-

Kiki Smith “Near” GALERIE LELONG PARIS Rue de Teheran, 13 Tel. 00-33-1-4563 1319 www.galerie-lelong. com Hasta el 20 de julio

El cineasta Mike Figgis, ha creado en un viejo palacio abandonado “El museo del pasado imperfecto” bilmente reaprovechados como imagen gráfica en catálogos de la bienal. “Arquitecturas efímeras” utiliza espacios de tránsito de la ciudad para levantar construcciones perecederas hechas de publicaciones de arte y suplementos dominicales, buscando la apropiación del arte y sus medios de difusión por parte de públicos poco habituales. Después de este somero repaso –y más allá de las valoraciones expuestas– nos sigue asaltando la duda de la incidencia efectiva de la reflexión propuesta por el comisario general. Se acusa muchas veces del exceso de ensimismamiento del arte, de su lejano contacto con lo real, de su imposibilidad de plantear preguntas y referencias de dominio público que incidan en la voluntat de transformación social. La Bienal de Valencia arrastra un estigma aún peor que ha puesto de manifiesto un importante segmento de la sociedad cultural valenciana: la instrumentalización del arte con fines decorativos y simbólicos que se autoimpone la casta política para diseñar su mejor escenario de representación (les recomendamos en este sentido una visita al portal e-valencia.org, donde se da cumplida información de la contrabienal). Siempre hay que loar las apuestas institucionales que, en nuestro anoréxico panorama nacional, intentan crear puntos de encuentro para el arte actual, pero pediríamos, ya puestos, una mayor sensibilidad hacia el propio entorno, un intento de concretar objetivos, un indispensable trabajo de base y apoyo a la creación, una menor preocupación respecto al fulgor mediático de determinados nombres y, por encima de todo, intentar evitar, dentro de lo posible, la pura bienalización del arte. |

MARTINA MILLÀ

La atrevida voz de la artista norteamericana Kiki Smith (Nuremberg, 1954), surgida de la escena artística y del feminismo neoyorquinos de los años setenta, ha llegado a París. Sus dibujos y esculturas llenan de inquietud y ambivalencia las blancas salas de la reputada Galerie Lelong. Este conjunto de obra reciente se presenta bajo el título “Near” y nos muestra una temática basada en la estrecha relación entre mujer y animal en el Antiguo Testamento. Una serie de citas bíblicas sirve de punto de partida para desarrollar una reflexión casi a voz baja de las múltiples variaciones simbólicas del contacto entre mujer y bestia. Smith dibuja con trazo rápido y antivirtuoso una serie de figuras de mujer entrelazadas con animales, carnívoros y agresivos en su mayoría. El ciervo también aparece, pero más como álter ego de la mujer-presa. Refuerzan el tema común de la exposición otras combinaciones antagónicas y simbióticas (la serie “Roses and birds” y la escultura en el suelo “Stars and scat”). Lo que intriga de los dibujos es su acabado inexperto, que concuerda con la feminidad aniñada o de muñeca de la mayoría de las figuras femeninas. Por otro lado, inquieta la pasividad de los actores de estas danzas de agresión y contacto íntimo. Mujeres y animales se en-

Intriga de sus dibujos su acabado inexperto, que concuerda con la presencia aniñada de sus figuras femeninas

Obra de la serie “Roses and birds”

trelazan, se atacan, intercambian substancias y energía de una manera fatalística, con resignación, como impulsados por instintos inevitables. En su automatismo, agresión y caricia, acción y re-

po queda suplantado por los parámetros que impone París, cuna de una feminidad hiperbólica, y que transforman estas obras en algo distinto. El cambio de contexto nos fuerza asimismo a aceptar que la condición femenina es vivida de muchas maneras y que sus variables abren un horizonte casi infinito de posibilidades que podrían llegar a invalidar el huidizo mensaje de Smith. El sustrato común de la tradición bíblica y la reducción del gesto discursivo hacen que el impacto sea, sin embargo, todavía mayor. Queda en manos del espectador la difícil asimilación de sus reverberaciones. |

Maria Espeus Retrata a los nuevos barceloneses de su barrio, el Raval

La identidad se transforma Maria Espeus “L'altre/El otro” FUNDACIÓN GUIFRÉ 11 BARCELONA Guifré, 11 Tf. 93-442-20-06 Hasta el 31 de julio

JUAN BUFILL

La identidad se puede transformar y enriquecer mediante el descubrimiento de los otros en uno mismo y de uno mismo en los otros. Esto puede suceder con la ayuda de la música, de otras artes y del pensamiento sin miedo. Pero si esto no llega a suceder, la identidad se empobrece y con ella la vida. La individual y la social, la cultural y –aunque los que gobiernan parece que no lo saben–, también la “vida” económica. Algo sabemos de ello quienes hemos tenido uso de razón en la Catalunya de los últimos veinte años. En Catalunya y en España impera aún, ya en el siglo XXI, una noción de la identidad colectiva y nacional que parece del tiempo de la abuela de la abuela. Y si la identidad colectiva tiene siempre un componente de espejismo y autoengaño, y a menudo de simplificación excluyente, la identidad nacional se presta aún mucho más a todo ello. Yo diría que un gángster catalán puede tener más en común con un mafioso ruso que con un pescador catalán, aunque tampoco la identidad gremial funciona siempre (habrá pescadores mafiosos).

Hanane Laglil, trabajadora (Casablanca)

Lyanna Yuen Lau, estudiante (Barcelona)

En torno a estas cuestiones se presenta la exposición de Marie Espeus en la Fundación Guifré 11. Las 29 fotos de “El otro” son un aperitivo de un proyecto amplio, un conjunto de retratos de los nuevos barceloneses del Raval. ¿Y cómo son y serán los barceloneses del siglo XXI? Como en otras ciudades, la identi-

dad va cambiando, tanto en el Raval como en el rico Pedralbes de los niños adoptados. Los retratos son clásicos, pero los modelos son anticlásicos: una bella india y una chinita con bambas, nacidas en Barcelona, una marroquí llamada Hanane, o el guineano Edy, al que algunos habrán visto en algún bar. |

EXPUESTO Miércoles, 16 julio 2003

De mujeres y bestias

poso, se confunden. Al presentar sobre fondo blanco parejas de figuras opuestas actuando en roles complementarios, Smith parece invitarnos a interrogar la posible unidad fundamental de contrarios. Al mismo tiempo, sus dibujos juegan con el rechazo que se puede esperar del público actual del encasillamiento de la mujer en su papel tradicional de víctima. ¿Es nuestra visión, supuestamente liberada, una visión limitada y miope? ¿O somos el producto de una tradición patriarcal brutal y desnaturalizada? ¿Existen víctimas y verdugos o es todo una misma cosa? Kiki Smith no ofrece respuestas fáciles. La escurridiza ambigüedad de sus dibujos y esculturas nos deja en un espacio de soledad que estas cuestiones tornan opresivo. Uno de los aspectos curiosos de este difícil ejercicio es que tiene lugar en París, fuera, pues, de las especificidades del contexto original de las obras expuestas, del campo semántico que les dio su primer sentido. Ese cam-

Culturas La Vanguardia

Kiki Smith París acoge los últimos trabajos de esta artista surgida del feminismo, dibujos y esculturas llenas de inquietud y ambivalencia

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sición “El rostro, espejo de la sociedad”, un centenar de retratos de ciudadanos valencianos realizados por Sebastiâo Salgado. Es de suponer que gozará del favor del público debido a la reconocida popularidad y habilidad técnica del autor, pero no deja de producir cierto hastío la reproducción mecánica de poses y ángulos favorecedores, la tipificación postalera, el reconocimiento rápido y amable. No es que las fotos no sean perfectas, es que no huelen, no se saborean, las falta aliento vital y creativo. El Convento del Carmen se ha transformado, bajo el nombre de “El almacén del adecuado comportamiento”, en un espacio lúdico-recreativo donde uno puede darse el capricho de que le corten el pelo a la última, tomar una copa en un chill-out o degustar unos montaditos. Bueno, hay más cosas enmascaradas en su trabajado aspecto fashion, pero no deja de ser un triste destino para un espacio que se distinguió, en cierto momento, por el rigor de sus propuestas. Los dos proyectos de comunicación “El mundo salvado por los niños” (comisariado por Vicente Muñoz Puelles) y “Arquitecturas efímeras” (a cargo de Rafel Sierra) presentan formulaciones muy dispares, aunque les une su voluntad de participación e interacción popular. En el primer caso se trata de una simpática propuesta que reúne los mejores dibujos realizados por escolares de la Comunidad Valenciana a partir del cuadro original de Luciano Laurana “La ciudad ideal”. El resultado son coloristas y vitales rediseños de la obra há-

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