BENIMACLET EN SUS VISITAS PASTORALES. SIGLOS XVII-XIX. ALGUNAS NOTAS PARA SU ESTUDIO

July 18, 2017 | Autor: V. León Navarro | Categoría: Demografía, Moralidad, Rentas parroquiales, Cumplimiento pascual, Control eclesiástico
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BENIMACLET EN SUS VISITAS PASTORALES. SIGLOS XVII-XIX. ALGUNAS NOTAS PARA SU ESTUDIO

Por Vicente León Navarro

1. INTRODUCCIÓN Las Visitas Pastorales constituyen, sin duda, una fuente importante de trabajo escrita para conocer aquellos aspectos históricos, que consideramos interesantes, de los lugares visitados, destacando sus connotaciones socio-religiosas. En este sentido se expresa G. de Rosa1 cuando afirma que si no son la fuente por excelencia resultan imprescindibles para el estudio de la práctica religiosa. Ellas aportan datos que nos acercan a los comportamientos de estas sociedades respecto, en este caso, al ámbito religioso y a todo lo que abarcaba, confundiéndose, en ocasiones, con los puramente civiles, sexualidad, usura, testamentos, juramentos en falso, robos, etc. Trasmontin se fija en su riqueza y también en su necesidad para una historia de la Iglesia.2 En definitiva, nos muestran el papel de la Iglesia y del clero, que imponen un control casi total de la vida de los fieles, tanto en el aspecto interno: dirección de las conciencias, como en su aspecto externo en correspondencia con el poder y justicia civil que ponen a su servicio el aparato coercitivo para garantizar la consecución del cumplimiento de las normas establecidas. Por último, proporcionan datos que sirven para el estudio demográfico (Quinque Libri), a pesar de sus deficiencias, economía, relaciones señoriales, estado del clero, cumplimiento religioso u otros aspectos.3 La polémica, sin embargo, puede surgir cuando algunos estudiosos del tema no se ponen de acuerdo en todos sus extremos. Señala B. Barreiro que las visitas del siglo XVIII contienen un sistemático y detallado inventario de bienes, pero no ofrecen un análisis o juicio sobre la realidad del comportamiento de los clérigos. En las del XVII, en __________ 1 ROSA, G. DE, “Registrazione delle Visite Pastorali e la loro utilizzazione come fonte storica”, Archiva Eccesiae (1979-1980) 27. 2 TRASMONTIN, S., “Esperienze di studio e di regestazione delle visite pastorali veneziene dell´ottocento”, Archiva..., págs. 59-60 3 Ibid., pág. 56. CAVALLERI, O., “Visite Pastorali, relationes ad limina”. Archiva..., págs. 99-127, insiste en la necesidad de las visitas pastorales para las relaciones ad limina.

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cambio, este análisis era el objetivo central de la visita pastoral, con exámenes de conocimientos y de conducta moral. Por su parte, M.ª A. Hernández se manifiesta de forma distinta. Para ella el siglo XVII se fijaba en los aspectos doctrinales (errores, herejía), mientras que el XVIII se centraba más en la moralización de la conducta de la vida del clero y de los fieles. Y también en este sentido se expresa M. Santillana.4 El Concilio de Trento señaló a los obispos su papel pastoral y les urgió a visitar sus diócesis como un medio eficaz de realizar una labor pastoral positiva, en una época de controversias religiosas, aunque obviamente no arranca de aquí este deber, tan antiguo como el episcopado, porque “són un deure que va lligat al ministeri pastoral del bisbe i al seu ofici doctoral. És dins la visita on s´exerceixen tots els poders del prelat: magisteri, jurisdicció i ordre”.5 Y de esta obligación darán cuenta a la Santa Sede. Los Sínodos recogerán este quehacer de los obispos, que lo asumirán como la primera tarea a realizar dentro de la diócesis desde que toman posesión. Es necesario conocer a los fieles, enseñarles la sana doctrina y apartarles de las posibles herejías, excitar las buenas costumbres y corregir las malas y con sus exhortaciones, pláticas y sermones inflamarles para que vivan en paz y como verdaderos cristianos.6 A través de ellas se quiere controlar (mejor dicho, se controla) al clero y a los fieles, en general, regulando la vida y costumbres de cada uno (también colectivamente) y su formación tanto doctrinal como moral.

2. LAS VISITAS PASTORALES DE BENIMACLET. FUENTES 2.1. Benimaclet era una pequeña población agrícola, extramuros de la ciudad de Valencia, lugar de señorío, que en 1409 pasó a manos del Cabildo Catedralicio,7 que lo compró para la Almoina de En Conesa, con la jurisdicción ci__________ 4 BARREIRO MALLÓN, B., “El clero de la diócesis de Santiago a través de las visitas pastorales, visitas ad limina, registros de licencias ministeriales y concursos a curatos”, Compostellanum, 3-4 (1990) 490. HERNÁNDEZ, M.ª A., “La moralización en el siglo XVIII. Análisis de una fuente: los libros de visita”, Norba, Revista de Arte, Geografía e Historia, IV, Universidad de Extremadura, III (1982) 327-28. SANTILLANA, M., “Actitudes e irreverencias de los fieles cacereños en el siglo XVIII a través de los libros de visitas”, Norba..., pág. 215. 5 CÁRCEL ORTÍ, M.ª M. - TRENCH ODENA, J., “Una visita pastoral del pontificado de San Juan de Ribera en Valencia (1570)”, Estudis, 8 (1979-80) 71-81. De los mismos autores, “Les visites pastorals: metodologia d´estudi”, Quaderns de Sueca ,VI, Desembre (1984) 9-21. 6 Constituciones sinodales del arzobispado de Valencia, hechas por el Ilmo. y Excmo. Señor D. Fr. Pedro de Urbina, Valencia, 1657, título XXXII, Const. V. 7 CARRERAS CANDI, F., Geografía General del Reino de Valencia. Provincia de Valencia, Barcelona s/a, págs. 856 y ss. También en Alegaciones en derecho por el cabildo y Canónigos de la











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vil y criminal. Y así se describe en todas las visitas pastorales: “lugar que es de los Ilustres Cabildo y Canónigos de la Santa Iglesia Metropolitana de la ciudad de Valencia”.8 Pastoralmente estaba unida a la parroquia de San Esteban hasta que, el 23 de diciembre de 1594, el Patriarca Ribera la segregó, constituyendo una parroquia propia, pero dependiente aún (por lo menos hasta 1818) económicamente de aquélla, como más adelante veremos, y dejando a salvo la superioridad canónica y el honor de la Iglesia matriz de San Esteban.9 En 1777 hay un intento de ampliar su ámbito territorial que se conseguirá en 1787. Y en 1871 quedará unido al municipio de Valencia. 2.2. Hemos trabajado las visitas pastorales realizadas a la parroquia de Benimaclet, cuyo archivo ha conservado la mayor parte de sus fondos, entre ellos los libros de visitas. Suponen una fuente importante para conocer diversos aspectos de esta población. Y no solamente las visitas en sí, sino también el comportamiento religioso que las rodea, el control del cumplimiento pascual, de las cofradías, donaciones, el registro de los bautismos, los matrimonios, defunciones y aniversarios, por citar lo más importante. Se conservan las de 1656, 1676, 1689, 1699, 1724, 1730, 1755, 1759, 1769, 1772, los Mandatos de 1784 y la de 1818. En la de 1656 se señala que hubo dos anteriores, una en 1620 y otra en 1646, durante el pontificado del arzobispo Aliaga.10 Por los datos contables consta que en 1812 hubo otra visita. Y por la exposición que fray Serafín hace al visitador en 1819, percibimos otra en ________________________________________________________________ Santa Iglesia Metropolitana de la Ciudad de Valencia. Sobre la jurisdicción del lugar de Benimaclet, propio de dicho Cabildo. Lo escribió el Dtr. Francisco Pasqual Sancho, Canónigo Doctoral de la misma Santa Iglesia. Imprenta Gerónimo Conejos, s/a. Sin embargo, SANCHIS SIVERA, J., Nomenclator Geográfico-Eclesiástico de los pueblos de la diócesis de Valencia, Valencia 1922, data esta compra en 1408. 8 Esto hasta 1810 está muy presente. Según documentos del Archivo Municipal de Valencia, legajos Benimaclet, consta: “es costumbre llevar al señor temporal 12 gallinas por razón de vasallaje”. Se constata también cómo todos los nombramientos oficiales del pueblo se celebran bajo la autorización del Cabildo y presencia de algún canónigo. 9 Véase la Visita Pastoral de 1656, la primera que se conserva. Archivo parroquial de Benimaclet (A.P.B.). En el decreto de desmembración se lee: “...y como hubiere alguna ocasión en que se hubiera de celebrar otra festividad muy grande en dicha Iglesia Parroquial del lugar de Benimaclet, la Iglesia de San Esteban y su clero junto con el rector sean llamados. Y que sean preferidos a las demás Iglesias, tanto en dichas festividades como en los entierros”. Decreto de Fundación de la Parroquia de Benimaclet. Archivo Parroquial de San Esteban. Debo agradecer a Francisco Arenas, alumno del Inst. de B. F. Ferrer y Guardia, el conocimiento y lectura de este documento. Por otra parte, en la visita ad limina de 1610 aún se considera la parroquia de Benimaclet como anexa a la de San Esteban, en CÁRCEL ORTÍ, M.ª M., Relaciones sobre el Estado de las diócesis valencianas, Valencia, 1989, Vol. II, pág. 793. No ha sido posible visitar el archivo de esta parroquia donde creemos que se encuentran algunas claves importantes. 10



A.P.B. En el libro V/1 se incluyen dos visitas: la de 1656 y la de 1676.







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1807. Quedaba la duda de si en 1744, el arzobispo Mayoral visitó la parroquia, ya que en la de 1759 se alude a ella. Creemos que en este caso se refiere a la visita general que llevó a cabo, pero no queda reflejada en ningún documento de esta parroquia. En caso de haberse perdido, cosa nada extraña, hubiese permanecido la contabilidad relativa a estos años y no es así. Queda registrada, sin embargo, la firma de Jusepe Barberá en febrero de 1663 en los Quinque Libri y manda que se prosiga (el libro) como hasta entonces, pero sin más datos. El párroco Vicente Castellano sí que cuenta en 1818 que, “en tiempo de los franceses en 1811 se extraviaron entre libros y papeles, las visitas de esta Iglesia, los libros racionales y otros documentos, por lo que no puede confesarse ni liquidar con la formalidad correspondiente...”, tal como se pedía en la visita. El amplio periodo que va desde 1656 a 1818 nos permite analizar y comparar las distintas épocas a que se refieren las visitas, atendiendo a la pastoral de la Iglesia y su aplicación concreta a través de los Edictos y los Mandatos y el cambio de orientación de un siglo a otro, aunque las visitas, en ningún momento, reflejan aspectos temporales ajenos a lo que es estrictamente religioso. Cuestiones como guerras, pestes, crisis, etc., no se contemplan.11 2.3. Las visitas pastorales sirven al prelado de base para confeccionar la relación del estado de la diócesis que debía llevar a cabo cada cuatro años.12 De ahí la necesidad, no sólo la obligación, que tenían los obispos de conocer sus diócesis para realizar el informe preceptivo a la Sagrada Congregación del Concilio. Debía estar al corriente de forma adecuada para no falsear la realidad, aunque, muchas veces, ante la imposibilidad de recabar datos fiables, los prelados repetían los de las visitas anteriores. En esos informes describían un estado más o menos completo, según las circunstancias y épocas. Pero con el tiempo también irán cambiando, buscando la Santa Sede unificar estas relaciones, eliminando la espontaneidad de los ordinarios y adecuándolas a unos criterios comunes. Los obispos describirán el estado de la diócesis, según sus informes, si bien no siempre reflejarán la realidad. El clero, el pueblo y su labor pastoral serán tres aspectos importantes. No obstante, el carácter descriptivo prima sobre cualquier otro. Señala L. de Echevarría que llama la atención la total descone-

__________ 11 GAVALDÁ, F., “Memoria de los sucesos particulares de Valencia y su Reino, en los años mil seiscientos quarenta y siete y quarenta y ocho, tiempo de peste, Valencia, por Silvestre Esparsa, año 1651, cap. V. Sobre la descripción de Gavaldá, el papel del clero y la actitud del arzobispo, véase PESET, M., y otros, “El clero ante la peste de Valencia de 1647-1648”, Anales Valentinos, 4 (1976) 307-343. 12 CAVALLERI, O., “Visite pastorali...”, págs. 99ss. CÁRCEL ORTÍ, M.ª M., “Una visita pastoral...”, págs. 74ss.











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xión de la relación (ante la sagrada Congregación) respecto a la visita pastoral, cuando no siempre fue así.13 2.4. Tanto el Concilio de Trento, tomado siempre como punto de referencia, como los Sínodos responsabilizan al obispo del cuidado de sus fieles y, por tanto, de las visitas pastorales. El prelado, sin embargo, podía delegar en alguna otra persona de su confianza. Si se trataba de algún periodo de sede vacante, era el Cabildo quien asumía esta labor, eligiendo a alguno de entre sus miembros para realizar esta tarea. En el caso de Benimaclet, la visita de 1656 la realiza el mismo arzobispo Pedro Urbina, quien un año más tarde convocará un Sínodo y un poco antes, en 1654, había hecho la relación ad limina.14 Al poco tiempo de la muerte del Arzobispo Luis Alfonso de los Cameros (julio de 1676), el Cabildo nombra a Juan Bautista Ruíz para realizar la visita pastoral de 1676. Antonio Ferrer y Milán visitaba Benimaclet en 1689, siendo obispo Juan Tomás de Rocaberti. De nuevo en 1699 la sede valentina estaba vacante por muerte precisamente de este arzobispo (junio de ese mismo año). El Cabildo se disponía unos meses más tarde ( en octubre) a enviar al canónigo Ramón Mascarell y Rubi a visitar este pueblo. En igual situación se encontraba en 1724, cuando a la muerte del arzobispo A. Folch de Cardona (julio de ese año) Teodoro Tomás, canónigo lectoral, calificador y juez ordinario del Santo Oficio, visitaba Benimaclet, elegido por el Cabildo. La de 1730 la realizaba Juan de la Torre y Despuig, nombrado por Andrés Orbe. A. Vila le considera un agente castellanizador significativo.15 En 1755 será otra vez un arzobispo, Andrés Mayoral, quien visite la parroquia, con un importante significado pastoral y de progresiva castellanización.16 Cuatro años más tarde la llevaba a cabo Aurelio Beneyto.17 La siguiente de 1769, un mes __________ 13 Sobre las relaciones ad limina hay numerosos trabajos de desigual calidad. Sobre los puntos citados, clero y pueblo en Valencia, ver mis trabajos, “Popolo e religione nelle visite ad limina dei vescovi di Valencia. 1750-1868. Un processo di secolarizzazione, en Stato, Chiesa e Societá, in Italia, Francia, Belgio e Spagna nei secoli XIX-XX, 1993. También, “Cara y cruz del clero valenciano. Las visitas ad limina. (1750-1868)”, en Trienio. Ilustración y Liberalismo, 22 (1993). O “Las visitas ad limina en la segunda mitad del siglo XIX. (1868-1890)”, Anales Valentinos, 39 (1994). ECHEVARRÍA, L. de, “La visita ad limina. Comentario al decreto de 29 de junio de 1975, Revista Española de Derecho Canónico, 32 (1976) 409. 14 CÁRCEL ORTÍ, M.ª M., Relaciones sobre el estado..., T. II. Arzobispo de Valencia desde junio de 1649 a abril de 1658. 15 VILA MORENO, A., La lengua valenciana en la administración parroquial. (Siglos XVII a XIX), Valencia 1983, págs. 72 y ss. 16 Ibid., págs. 75 y ss. Andrés Mayoral, arzobispo de Valencia entre el 31 de marzo de 1738 y 6 de octubre de 1769. OLMOS CANALDA, E., Los prelados..., págs. 233-240. 17 Doctor en teología. Colegial de S. Idelfonso. Socio de la Real Academia Histórica Matritense. Deán de la catedral de Segorbe.









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después de la muerte del arzobispo, por tanto sede vacante, hecha por Antonio García.18 En 1772 el encargado era Juan Bautista Hermán, todavía en sede vacante.19 De la visita de 1784 solamente nos consta el visitador, Juan Bautista Ferrer, y los mandatos incluidos en el Quinque Libri del periodo de 1779 a 1814. Y la última de la que tenemos constancia, la de 1818, fue realizada por Joaquín Gomis, siendo arzobispo Veremundo Arias.20 Los visitadores, cuando no son los arzobispos, dejan registrado en los libros algunos datos personales de su cursus honorum y, sobre todo, su nombramiento por parte del prelado o del Cabildo para evitar cualquier sospecha sobre su autoridad y poder. Así lo escriben: “Y sobre todo puede fulminar censuras y hacer todo lo demás a dicho oficio perteneciente (guardando nuestras instituciones) y que lleve los derechos y emolumentos debidos como a tal visitador, y mandamos sea tenido por tal nuestro visitador y se le guarden las honras y preeminencias, que se le deben y se han guardado a sus antecesores, y para todo lo qual le damos poder y comisión y para todo lo anexo y dependiente con facultad de lugar y absolver...”.21 2.5. Las Visitas pastorales del lugar de Benimaclet se escriben en castellano, incluso las pertenecientes a la época foral.22 Contrasta este hecho con la lengua valenciana utilizada en el resto de documentos parroquiales, tanto libros sacramentales como extrasacramentales. No obstante, hemos encontrado que desde junio de 1692 a febrero de 1693 y de agosto del mismo años hasta 1696 __________ 18 Catedrático en 1750. renunció en 1754. Cfr. ALBIÑANA, S., Universidad e Ilustración. Valencia en la época de Carlos III. Valencia. I.V.E.I. 1988, pág. 283. 19 Juan Bautista Hermán. Es importante su relación con los hermanos Mayáns. Confesor de D. Gregorio y muy amigo de Juan Antonio. ONTAVILLA, L., de, “El canónigo Mayáns. Apuntes críticos y bio-bibliográficos”, Soluciones Católicas, año V, 1 de febrero de 1898. Hermán sería procesado y recluido en el convento de Agres con el beneplácito del arzobispo Mayoral, del que J. A. Mayans dirá a Campomanes: “Este prelado no tiene prenda ninguna de obispo...”. 20

Joaquín Gomis, doctor y vicedirector del Real Seminario Sacerdotal entre 28 de septiembre de 1801 y 21 de mayo de 1823. Había sido cura de Bellreguart. Cfr. en CÁRCEL ORTÍ, V., “Primera época del Seminario Conciliar de Valencia (1790-1844)”, Boletín de la Sociedad Castellonense de Cultura, XLIII (1967) 127. 21 Visita de 1730, realizada por Juan de la Torre. Las visitas comportaban unos gastos, (derechos de visita) que quedan registrados en los libros de visitas. La de 1656 costó 16 libras y 1 sueldo. La de 1724, 17 libras, 8 sueldos y 6 dineros. La de 1755, 20 libras, 16 sueldos y 10 dineros 22

Quiero destacar tan sólo, por una parte, el proceso de castellanización, al tiempo que se mantiene la lengua vernácula reducida al ámbito parroquial, en este caso concreto. Analizo brevemente la situación ya estudiada de forma amplia y desde diversos puntos de vista por numerosos investigadores.











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los registros en los Quinque Libri se hacen también en castellano.23 Lo mismo sucede durante los años de 1627 (siendo párrocos Gabriel Boldo y Marc Martí) hasta 1633 en que Pere Royo vuelve otra vez a la utilización del valenciano. Señala A. Vila que salvo contadas excepciones el proceso de castellanización puede centrarse entre la publicación (en 1657) de las Constituciones Sinodales de Fr. Pedro de Urbina y el final del pontificado de Andrés Mayoral (en 1769), a partir de cuyo momento debe hablarse más bien de persistencia residual del valenciano,24 reducido a capas populares y analfabetas. V. Pitarch acusa al primero de este hecho, ya que indirectamente potenció el castellano, aunque no se atrevió o no pudo hacerlo de forma directa y abierta.25 Parece ser, sin embargo, que este proceso venía de atrás.26 A. Vila centra en S. Juan de Ribera el momento clave de la castellanización a costa del latín y del valenciano, aunque sean las Constituciones de Urbina las primeras editadas en castellano. En este sentido J. Fuster señala la progresiva introducción de esta lengua con el beneplácito de todas las autoridades y cita el año de 1570 como la fecha del monolingüismo y, por tanto, del eclipse de la lengua vernácula.27 Mas no habrá imposiciones por parte de este arzobispo hasta Mayoral y, salvo esporádicas ocasiones, no encontramos nada que haga suponer la obligación de escribir o hablar en castellano, al menos así debió entenderlo el párroco de Benimaclet que continuó utilizando el valenciano. Sin embargo, en el caso de Almassora, diócesis de Tortosa, la situación es bien distinta.28 Aunque será durante el pontificado del arzobispo Mayoral cuando se lleve a cabo la implantación del castellano como lengua oficial de la administra__________ 23 LEÓN NAVARRO, V., “El pensamiento de la muerte. Actitudes valencianas en el siglo XVIII”, Estudis, 17 (1992) 58. 24 VILA MORENO, A., La lengua valenciana..., pág. 51. No se debe olvidar, sin embargo, el Manual valentinum ad sacramenta Ecclesiae ministranda, de 1654, de Urbina. En él se mantiene el valenciano en aquellas partes del sacramento, cualquiera que sea, en las que el sacerdote se refiere o dirige a los fieles. Fines pastorales obligaban. Cfr. CÁRCEL ORTÍ, V., Historia de la Iglesia en Valencia, 2 vol., Valencia 1986. También es interesante, Memories d´un capellà del segle XVIII. Josep Esplugues, rector de Montaverner, edició a cura d´Emili Casanova, València 1989. 25 PITARCH, V., “La llengua de l´administració eclesiàstica (País Valencià, segles XVIIXVIII), en L´Espill, 6/7 (1980) 45. Acusa a los obispos valencianos de este proceso. 26 Algunos lo sitúan en la unificación de la monarquía con Fernando e Isabel y el auge del castellano en todas las esferas. MONÉS I PUJOL - BUSQUETS, J., “La Ilustración en España. Algunas precisiones sociolingüísticas sobre la escolarización”, Revista de Educación. La Educación en la Ilustración española (1988) 423. 27

FUSTER, J. La decadència al País Valencià, Curial, Barcelona 1976, págs. 132 y 19.

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PONS GÓMEZ, V. I., Almassora en las visitas pastorales de los siglos XV al XIX, Ayuntamiento de Almassora, 1991. Observamos que desde 1569 hasta 1703 se realizan en latín y valenciano. En Sierra de Engarcerán (también diócesis de Tortosa entonces) los libros sacramentales cambian del valenciano al castellano en el año 1717. Archivo Parroquial de Sierra de Engarcerán.









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ción eclesiástica, el visitador Juan de la Torre y Despuig va imponiendo una línea castellanizadora, como ya hemos señalado. En sus visitas pastorales va ordenando su empleo y utilización. En el caso de Benimaclet, similar al empleado en otras parroquias, se concluye este proceso en la visita del arzobispo de 1755: “Nos D. Andrés Mayoral por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, Arzobispo de Valencia, del Consejo de Su Magestad: mandamos, que, quando se continúen las partidas de Bautizados, se expresen con toda claridad y distinción los nombres de los abuelos paternos y maternos para mayor abundamiento, y por los buenos efectos que de ello pueden seguirse. Otro sí, mandamos, que quando algún Sacerdote, que no fuere el párroco administró el Bautismo, después de la firma del que bautizó, deba poner el Cura o el Vicario el ita est y añadir la suya con su rúbrica. Otro sí: mandamos, que se tenga el mayor cuidado en la limpieza de este libro, y que, quando por yerro o equivocación se añadiesse o quitasse u enmendase alguna palabra, poner entre renglones alguna dicción o sílaba, se salve o condene poniendo al pie de la partida, o al margen el valga o no valga, según fuese fuesse necesario, para que no se dude de la legitimidad de la partida. Otro sí: que por quanto el idioma castellano es el que en este tiempo regularmente se usa en todos los tribunales, y para no dar lugar a la interpretación sobre alguna partida de bautismo, vertida en castellano. Por tanto, mandamos, que en adelante se escrivan todas las partidas en lengua castellana, poniendo los apellidos en la conformidad que suenan en valenciano, y que la tinta, que se use, sea negra, y de buena calidad, para que sea duradera, dexando en el libro los márgenes correspondientes, de modo, que la margen donde se anoten los apellidos y nombre sea mayor que la otra. Data in actu visitationis de la Parroquial Iglesia del lugar de Benimaclet a 6 de Agosto de 1755”. Así se cumplió, tal como consta en la visita de 1759. De acuerdo con A. Vila, sin embargo, este hecho no debe imputarse a una motivación única y específica, sino a un cúmulo de circunstancias.29 Porque el hecho de que Mayoral, en

__________ 29 VILA MORENO, A., La lengua valenciana..., pág. 134. Señala este autor que el párroco Diego Calbo inició el uso del castellano a principios de 1754. No es correcto. Termina este año en valenciano e inicia el siguiente ya en castellano.











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sintonía con lo afirmado por Vila, admitiera en el Manual 30 fórmulas sacramentales en valenciano y no hiciera indicaciones respecto a la lengua empleada en los libros extrasacramentales, el valenciano, y no lo penalizara de alguna forma, nos indica que el arzobispo aun siendo, en parte culpable, no persiguió ni castigó su uso (quizá ya no hacía falta). De ahí que haya que atender pues a más factores, como apunta también Carreras Candi.31 Pero no debe lovidarse que cuando la administración o los poderosos no usan la lengua ésta pierde vigencia social y queda como algo residual, reducida al ámbito familiar y popular. En esta dirección apuntan, por una parte, Sanchis Guarner y J. Fuster cuando señalan que el valenciano cede terreno ante el castellano ( éste adquiere la categoría de lengua culta, su uso es signo de distinción) a pesar de quienes luchan, aun conscientes de la decadencia 32 por evitar este desplazamiento. Por otra, Ph. Berger para quien el valenciano conoció un retroceso indiscutible en su uso diario y fue desplazado por el castellano.33 La cuestión inmediata entonces es preguntarse por el pueblo, ¿entendía el castellano?34 La pastoral tenía sentido en la medida que se adecuaba a la com__________ 30 Recens Manual valentinum ad sacramenta Ecclesiae peragenda, de Andrés Mayoral. 1746, en casa de Antoni Bordazar, Valencia. Hay que indicar que, si bien Urbina usa el latín y el valenciano, Mayoral emplea el latín con posibilidad de dirigirse a los fieles en valenciano o en castellano. 31

CARRERAS CANDI, F., Geografía del Reino..., pág. 205

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PORCAR, J. P., Dietari 1589-1628. (Antología). Selecció, transcipció i pròleg de Ferran Garcia. I.V.E.I, Valencia, 1983. Interesante NINYOLES, R., Conflicte lingüístic valencià, València 1978. 2.ª ed. 33 Algo similar se da en Cataluña cuando el Dr. Verdaguer le escribe a Félix Amat (1767): “Te escribo en castellano porque así lo practico con gentes cultas; y me responderás en adelante en el propio idioma...”, citado por CORTS I BLAI, R., L´arquebisbe Félix Amat (1750-1824) i l´última Il.lustració espanyola, Ed. Herder. Edic. de la Facultad de Teología de Catalunya 1992, pág. 31. SANCHIS GUARNER, M., La llengua dels valencians, Valencia, edición 1992, especialmente el partado “decadència política i idiomàtica”, págs. 158ss. FUSTER, J., Nosaltres els valencians, edicions 62, Barcelona, 3.ª ed., 1977, págs. 138-159. BERGER, PH., “La decadència del Valencià com a llengua literaria en el segle XVI”, Debats, n.º 1, València (1982) 18. Así lo expresa LINAGE, A., “La dualidad lingüística del País Valenciano”, L´Espill, XXIII (1973) 110. La lengua que “más corre” es el castellano; de tal guisa se observa también cuando Felipe IV reforma las Constituciones del Colegio de San Jorge de la Orden de Montesa de Valencia en 1753. Se dice que los estudiantes de teología deberán predicar alguna vez en el refectorio, empleando la lengua castellana, por ser la usada para este fin en el reino de Valencia. Cfr. JAVIERRE MUR, A., “El Colegio de San Jorge de la Orden de Montesa”, Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, LXXIII (1966) 344. 34 ARDIT LUCAS, M., Revolución liberal y revuelta campesina, Barcelona 1977, pág. 104, hace una valoración sobre el conocimiento del castellano por parte de los campesinos de la Huerta. El Real Decreto publicado en la Gazeta de Madrid, el día 5 de septiembre de 1801 sobre la extinción de las Milicias Provinciales, se publica a doble columna en castellano y valenciano, un valenciano coloquial y repleto de castellanismos y arcaismos. La razón que aduce es que los labradores a duras









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prensión de los fieles. La religión, de por sí mistérica, se hace más incomprensible cuando se utilizan o se imponen lenguas que el pueblo no conoce. Es de señalar la actitud del obispo R. Lasala en su diócesis de Solsona cuando desde 1773 se adecua a las necesidades de su grey y adopta el catalán en sus conversaciones, en su trato con los más sencillos y en su predicación.35 En nuestro caso parece que no se tuvo en consideración a unos fieles, pastoralmente hablando, para los que la Iglesia era punto de referencia obligado: nacimiento, confirmación, matrimonio, extremaunción, muerte, adoctrinamiento, etc. Todo el proceso de la visita se hacía en castellano, especialmente el Edicto y los Mandatos. Se pregunta Pitarch si el Edicto, que leía el secretario del visitador, se traduciría a los fieles valenciano parlantes. Desde mi punto de vista, no, al menos en Benimaclet. Descriptivo como es todo el proceso de la visita, se habría señalado tal posibilidad, por su excepcionalidad. No consta nada, como tampoco en otros lugares que hemos visto. Así, pues, en Benimaclet, salvo contadas excepciones, se usa el valenciano en los libros sacramentales hasta el final de 1754, mientras que en los extrasacramentales se continuará hasta 1800 en que muere el párroco Diego Calvo. A nivel oficial la castellanización es un hecho.

3. LOS ASPECTOS ECONÓMICOS Los párrocos que tienen a su cargo la parroquia de Benimaclet cuando se realizan las visitas pastorales son: Miguel Mellado (1648-1672), natural de Gandía. El Doctor Josep Beltrán, natural de Benasal, diócesis de Tortosa. Tomó posesión en 1673. Francisco de la Cueva. Raymundo Ceres, natural de Valencia. Diego Calbo, también natural de la misma ciudad y que tuvo a su cargo la parroquia durante muchos años, desde 1746 a 1800. Finaliza con Vicente Castellanos (cura constitucional).36 Destaca el título de Doctor que tienen los tres últimos y la larga permanencia en la parroquia. ________________________________________________________________ penas habrían entendido el texto castellano. Por su parte FUSTER, J., en Nosaltres..., señala la actitud del pueblo de resistencia hacia lo castellano. 35 MOLLÁ, J., Elogio fúnebre del Ilustrísimo Señor D. Fray Rafael Lasala obispo de Solsona en las exequias que a su buena memoria consagró el Real Convento de San Agustín de Valencia con asistencia de la M. I. Universidad, el día 15 de noviembre de 1792. Valencia. Hermanos Orga, 1793. R. Lasala había sido obispo auxiliar de Valencia desde 1767 hasta 1772. 36 A.M.V. Benimaclet. El 11 de agosto de 1813 el juez de 1.ª Instancia pide que cese el ayuntamiento puesto por el gobierno intruso. Salidos los franceses, se instala uno provisional hasta que se establezca el ayuntamiento constitucional. Y que la Constitución “que va a estar pronto la publique el Reverendo Cura y la jure todo el pueblo”, hecho que sucede el 20 de agosto, celebrándolo con gran solemnidad municipal y religiosa. En octubre del mismo año se señala que como hay mu-











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Las rentas del párroco eran cortas. La parte sustancial la cobraban del cura de la parroquia de San Esteban quien percibía las primicias de Benimaclet. Las rentas que pagaba a cambio ascendían a 60 libras, en 1699 ascienden a 64, pagaderas en Junio y Navidad. Por su parte, el lugar de Benimaclet le asignaba a su párroco otras 25 libras. Además, como no había casa abadía, tenía derecho a una “casa decente”, cuyo alquiler correspondía satisfacer también al pueblo, equivalente en principio a 14 libras. Todas estas condiciones parten de la declaración de desmembración hecha por el arzobispo Juan de Ribera el 23 de diciembre de 1594.37 Esta renta se mantiene estable hasta 1772.38 Por tanto, 178 años. La situación económica era insostenible, porque además todas las percepciones derivadas de aniversarios o misas, se mantenían igualmente invariables. Esto es lo que lleva al párroco Diego Calbo en 1769 a dirigirse al visitador pastoral, en un intento de solucionar los problemas económicos derivados de las cortas rentas percibidas, para actualizarlas en la medida de lo posible. Solicita, respecto a los aniversarios, formar una masa común y que se puedan celebrar éstos cantados a razón de 10 sueldos cada uno (en vez de 7) por las almas, en general, de todos los que concurran a la formación de dicha masa. El visitador está de acuerdo con la petición, pero con los debidos controles y anotaciones en el libro Racional. Por otra parte expone que desde 1755 la limosna que se recoge en el cepillo de las Almas se convierte y distribuye en un aniversario mensual y lo restante en misas rezadas a razón de tres sueldos y “como ésta sea muy corta, atendiendo la concurrencia de los tiempos y el suplicante, por otra parte, tenga bastantes celebraciones y no halle quien las celebre por el corto estipendio de los tres sueldos”, suplica le conceda facultad para convertir todo el producto en celebración cantada con limosna de diez sueldos y en rezadas de cuatro sueldos. También, en este caso, el visitador considera razonable la petición, con algunas condiciones. Tres años más tarde, en 1772, aunque las rentas siguen siendo las mismas, 85 libras más el alquiler de la casa, se señala que “últimamente (el párroco) tiene derecho de pie de altar”, aunque no especifica a qué cantidad asciende. ________________________________________________________________ chos ciudadanos que quieren oír misa matinal los días de fiesta, se pide a los padres capuchinos que vengan a celebrarla a 8 reales vellón por cada una, más un real por el desayuno que se dará en el Ayuntamiento. 37 Las relaciones con la iglesia matriz se mantienen: “Y que en señal de sometimiento debido a la Iglesia Parroquial matriz de San Esteban, el Rector de la Iglesia del lugar de Benimaclet esté obligado a pagar y entregar un cirio de una libra blanco, todos los años en la fiesta de la Purificación de la Bienaventurada Virgen María”. El primer párroco lo nombra el arzobispo en la persona de Miguel Juan Guillermo. 38 En 1776 el pueblo decide aumentar la congrua que paga al párroco. También se nombra al maestro de primeras letras a Salvador Martínez. A.M.V. Benimaclet.









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Pero, de nuevo, el cura Diego Calbo, se dirige al visitador, Juan Bautista Hermán y le expone: “...El Doctor Diego Calbo, retor de la parroquial Iglesia de Benimaclet, con el debido respecto, suplicante dice: que el curato que regenta (según a V.S es notorio en la Iglesia) no llega su renta al Centum pro Rectore; pues solo se compone de sesenta libras que percibe del cura de San Esteban de Valencia, que es quien percibe la primicia; de veinticinco libras que le da el pueblo y alquerías de Benimaclet y últimamente catorce libras que por antiguo convenio se le asignaron para alquiler de casa, por no tener casa abadía el cura, según estilo de otras poblaciones en este arzobispado; si bien en el día por ser bastante reducida la que habita está pagando veinticinco libras de alquiler. De manera, que juntas estas noventa y nueve libras de renta fixa, con las dotaciones de misas y aniversarios y demás emolumentos eventuales hará la suma de doscientas sesenta libras. En cuya atención, ni por las sinodales, ni por mandato alguno de las antecedentes visitas se le había impuesto mandato de celebrar misa pro populo hasta que en el año mil setecientos cincuenta y cuatro a instancias de algunos curas de esta ciudad extendió la Sagrada Congregación en 28 de septiembre a todo este arzobispado la Bula de Benedicto XIV (para Italia 1744) y se mandó publicar y observar en esta diócesis en 23 de abril de 1755, quedando muchos curas exonerados de la obligación que tenían de aplicar o diariamente o muchos días a la semana; y al contrario, gravando los de renta corta con la de aplicar igualmente que los demás pro populo todos los días que obliga el precepto de oír misas Pero como en la misma Bula prevenga S.S. a los ordinarios que en los curatos cortos provean por una u otra vía el resarcir este gravamen que les impone dándoles para ello facultad: A V.S., rendidamente suplica, que atendida la cortedad de sus rentas, la miseria de los tiempos y carestía de todo lo que es indispensable para la vida humana, se sirva tomar en este asunto el modo más oportuno que le pareciere dando el expediente que juzgare más adecuado para alivio del suplicante...”. Hermán considera justas las peticiones del párroco y manda al cura de San Esteban que celebre o haga celebrar, por dicho pueblo, la misa pro populo, sea en Benimaclet o en otra iglesia. Y si el cura de la citada parroquia no quiere cumplirlo dará al de Benimaclet cuatro sueldos por limosna de cada misa pro populo. Señalar las lamentaciones del párroco respecto a sus cortas rentas y a que se le quiera igualar al resto de parroquias en obligaciones.











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La situación ha cambiado en 1818. La renta asciende a 300 libras que sigue pagando el cura de San Esteban. Otras 200 que percibe de los derechos rectorales y pie de altar. No obstante, también se describen todas sus obligaciones pecuniarias más el pago del real subsidio de 30 millones. Pues bien, a pesar de este aumento, en 1819, fray Serafín, capuchino, se dirige al visitador y le expone que ha sido nombrado ecónomo de la parroquia por promoción del anterior párroco: “...y vistos con detenido examen las fundaciones de misas, aniversarios, celebraciones de cepillo, votivas y quanto produce esta parroquia conoce el que expone que atendida la penuria y estrechez de los tiempos, es muy escasa la renta para la manutención decente del sacerdote que rija dicha feligresía. Que ya con esta consideración en la visita de la misma de 1807 se pusieron las misas cantadas al fuero de doce sueldos y las rezadas al de ocho, subsistiendo la presente mayores necesidades que en aquella época por haber minorado la limosna al cepillo, celebraciones votivas, rebaja y difícil cobranza de obras pías y aumentándose las cargas de pagar subsidio y demás que es notorio a V.S. Por tanto a V.S. suplico se sirva dar el correspondiente decreto para que en lo sucesivo, quedando las misas a rezadas al fuero de 8 sueldos, según la visita de 1807, pueda percibir el cura o ecónomo de la mencionada Iglesia de Benimaclet quince sueldos por cualquier misa cantada, 20 si es cantada con sermón y 30 si es cantada en el partido de Vera por estar la ermita a media legua...”. Las reclamaciones son continuas y demuestra la dificultad para actualizar las rentas eclesiásticas. Además el párroco estaba obligado a determinados pagos, no sólo de personas ligadas al entorno parroquial, sino también de derechos reales.39 Por otra parte, las visitas suponían un control exhaustivo de la situación económica de la parroquia. Se vigilaba para que ninguna cantidad de dinero donada por los fieles se malgastase o no se usase para aquello que fue destinada. Tan riguroso será que en ocasiones se acusa al párroco del poco cuidado de ese dinero e incluso de apropiación indebida. Para tales eventos el visitador no dudará en acudir a la amenaza de excomunión si no se corrigen estos hechos en breve plazo, tal como sucede en 1699. Así, pues, cualquier ingreso es objeto de examen: misas perpetuas, doblas, aniversarios, misas testamentarias, misas voti__________ 39

Archivo del Reino de Valencia, Real Audiencia. Procesos, 3.ª parte, expediente 3345. Hemos podido constatar los continuos apremios a lo largo del XVII por parte de los agentes reales para que hagan manifestación de todos los bienes de realengo que tienen adquiridos en nombre de la parroquia.









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vas, plato de las almas, derechos de sepultura, el plato de la misa y salve de la Virgen los sábados, las cofradías, las rentas...

4. BENIMACLET EN SUS VISITAS PASTORALES Las visitas realizadas a la parroquia de Benimaclet tienen una estructura común con otras, pero difieren en algunos aspectos y es perceptible cierta evolución con el paso del tiempo. Especialmente la de 1818 en que desaparece el término inquisición. Veamos las partes más importantes: 4.1. Presentación En primer lugar destaca la presentación del visitador con sus cargos y títulos y en virtud de qué o quién hace la visita. Descripción de la parroquia, número de casas y de feligreses que cumplen el precepto pascual. En segundo, la visita a la parroquia, acompañado de todas las autoridades del lugar y siendo recibido por el párroco a la puerta de la iglesia. Esta parte representa la importancia que se le da al visitador, el que sea, por parte de la parroquia ( todo el pueblo), rodeándola del boato festivo-litúrgico que requiere la persona y del poder que representa. Toda la parroquia se moviliza.40 Allí a la entrada del templo se inicia la procesión que le llevará a las gradas del altar, donde orará. Poco después, el secretario del visitador subirá al púlpito donde leerá en voz alta y clara el Edicto. 4.2. El Edicto Es pieza fundamental de la visita de inquisición a la parroquia. Consta de una intitulación, dirección, exposición y disposiciones. Si bien los aspectos fundamentales coinciden, los secundarios cambian de una visita a otra. En general se dirige tanto al clero como a los laicos y se pregunta e indaga sobre todos, como luego expondremos. Hay algunas visitas en las que el Edicto no aparece escrito en el libro, a pesar de haberse leído. Terminado el Edicto, el visitador podía dirigir a los fieles una breve plática, en la que “proponía la palabra de Dios, exhortando al cumplimiento de sus obligaciones y declarando la que tiene de manifestar las cosas y delitos conteni__________ 40 PONS ALÓS, V., “Les visites pastorals de Xàtiva: institucions eclesiàstiques y religioses”, Papers de la Costera, 3 i 6, Xàtiva (1986) 39.











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dos en el Edicto”.41 Sin embargo, en las visitas no se especifica esta parte, excepto en la de 1759. Sí que nos consta de otros visitadores y obispos que aprovechaban la visita para predicar y anunciar la sana doctrina.42 Seguía la bendición con el Santísimo, la comunión e inspección de las hostias y sagrario.43 Dentro de la iglesia se inspeccionaba la pila bautismal, los santos óleos, y se rezaban responsos por los difuntos, incluyendo el cementerio. Finalmente se visitaban los altares, imágenes, sacristía, etc. Una parte importante del acto lo constituía la administración del sacramento de la confirmación, que solamente lo confería el arzobispo o algún obispo. Lo que más llama la atención, aunque se explica por su cercanía, es la facilidad con que se acudía a la ciudad a recibirla: fuera en la catedral, en alguna parroquia o convento o en el mismo palacio arzobispal. También la frecuencia con que se administraba en la parroquia de Benimaclet tanto por el arzobispo como prelados que estaban o pasaban por la ciudad.44 4.3. La visita en sí Este apartado incluye varios capítulos: 1. El párroco: Quién es, sus rentas y obligaciones. 2. Los aniversarios y la rigurosa contabilidad de los recursos económicos, dada la importancia que adquieren desde el punto de vista religioso. 3. Visitas a las distintas cofradías. En el caso de Benimaclet incluía: a) la obrería mayor de nuestra Señora b) la obrería nuestra Señora de Agosto. c) la cofradía de los santos mártires Abdón y Senent d) la cofradía de la Virgen del Rosario __________ 41

Constituciones Sinodales..., de Urbina, título XXXII, Const. III. Visita de 1759.

42

El delegado de Felipe Bertrán en Salamanca en 1770, “Exhortaciones en la Santa Visita”. Ms. 41 d, n.º 136, Colegio de Jesuitas de Salamanca. O Miguel Cortés López en 1816 siendo canónigo de Segorbe, “Plática de visita”, Archivo Catedral de Valencia (A.C.V.), Ms. 0017, 43 En la visita de 1768 se dice: “se reconoce el sagrario para que no se introduzca polvo ni otra sabandija”. Se registran también los copones. 44 NUALART I LABARTA, L. G., “Les visites pastorals de l´arquebisbe de Tarragona a Valls a la darreria del segle XVIII”, Esglèsia i societat a la Catalunya del segle XVIII, Vol. II. Cervera (1990) 271-285. Cf. A.P.B, Quinque Libri, lugar donde se registran las confirmaciones.









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e) el plato y demanda de las Almas del Purgatorio 4) la administración de los derechos de sepultura y fábrica. Se especifica la cantidad de dinero por estos derechos. También se hace relación de los donativos para comprar ornamentos (1785) o de las donaciones del Cabildo Catedralicio a la parroquia (1788). 5) las administraciones que van apareciendo a lo largo del tiempo, como la del párroco Ramón Ceres. 6) el inventario de los bienes de la iglesia 7) termina con la visita a la ermita de Vera, distante media legua. No siempre se encuentra en condiciones adecuadas de uso, a tenor de lo que se cuenta. 4.4. Los Mandatos Al igual que el Edicto, constan de intitulación, exposición y disposición. Ordenan y mandan lo que el visitador quiere que se haga y corrija. Por eso en cada visita varían a tenor de las necesidades o de las deficiencias que el visitador encuentra, aunque en algunas pueden coincidir. A veces son más de carácter general y otras se centran más en los problemas concretos de la parroquia. 4.5. Las visitas pastorales no son idénticas Cada iglesia es una realidad distinta, de ahí la necesidad de que se acomoden a sus condiciones concretas. A pesar de todo, es cierto que tienen un esquema común que se repite. Por tanto, se presentan como una realidad que quiere ser viva, que evoluciona a lo largo del tiempo y requiere soluciones también distintas. Así se expresaba el Sínodo de Urbina: “Es necesario renovar continuamente para que no broten en el campo de la diócesis los espinos de los abusos, ni las malas hierbas de la relajación, ni renazca la semilla de la mala cizaña y depravadas costumbres”. Hay que tener en cuenta también que las disposiciones eclesiásticas van cambiando continuamente, sea desde Roma o desde cada obispado a través de los Sínodos y según las necesidades pastorales de cada diócesis.













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5. LA DEMOGRAFÍA Hemos señalado que las visitas pastorales suministraban datos parroquiales con vistas a las relaciones ad limina. Uno de éstos es el de la población contabilizada por casas, por vecinos y por número de personas de confesión y comunión. Esta aportación, complementada con los Quinque libri y el Libro de confesiones y comuniones, puede dar una visión bastante completa de la realidad de la parroquia (la población infantil, que no confiesa, no queda registrada), aunque desaconsejada su utilización para trabajos de macrodemografía.45 El fin primordial de esta contabilidad es el control que la Iglesia tiene de sus fieles a través de los diversos actos que realiza a lo largo de su vida, desde que nacen hasta que mueren e incluso más allá, por medio de las obras pías. Y en la medida en que estos registros fueran cada vez más completos, aportarían más datos de interés sobre los feligreses; causas de la muerte, hijos ilegítimos, si hacen o no y con quién los testamentos, su grado de pobreza, etc. En las relaciones ad limina los arzobispos aportan los siguientes datos demográficos sobre Benimaclet, bastante incompletos como se puede observar:46 Datos aportados por las Visitas ad limina año casas comunión arzobispo

1617 40 120 Aliaga

1622 40 120 Aliaga

1654 40 120 Urbina

1663 1675 40 40 126 126 López de De los Ontiveros Cameros

1732 63 292 A. de Orbe

__________ 45 BERNAT I MARTÍ, J. S. - BADENES MARTÍN, M. A, Crecimiento de la población valenciana (1609-1857), Valencia 1994, pág. 31. Se refieren básicamente a las visitas ad limina. 46

CÁRCEL ORTÍ, M.ª M., Relaciones sobre el estado de la diócesis valencianas, T. I, págs. 230 y ss. Los mismos datos en “La población de las diócesis valencianas a través de las relaciones ad limina. (siglos XVI-XIX)”, Estudis sobre la població del País Valencià, Valencia 1988, Vol. I., págs. 32-67.









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Datos extraídos de las Visitas Pastorales año 1656 1676 1689 1699 1724 1730 1755 1759 1769 1772 1784 1818 año 1656 1676 1689 1699 1724 1730 1755 1759 1769 1772 1784 1818



alquerías

barraca

15 18 15 18 18 18 20 20

arzobispos P. de Urbina Sede vacante Juan T. Rocaberti Sede vacante Sede vacante A. de Orbe A. Mayoral A. Mayoral Sede vacante Sede vacante Fabián y Fuero V. Arias

2 2

casas

confesión comunión

60 45 43 45 45 45 45 45 45 68

300 300 300 300 300

380 380 400

300 300 320

301

200

1100

visitador P. de Urbina J. B. Ruíz A. Ferrar R. Mascarell T. Thomás J. de la Torre J. de la Torre A. Beneyto A. García J. B. Hermán J. B. Ferrer J. Gomis



confesión + comunión

220 220 220 220 ¡hasta 60!

párroco M. Mellado J. Beltrán F. de la Cueva R. Ceres R. Ceres R. Ceres D. Calbo D. Calbo D. Calbo D. Calbo D. Calbo V. Castellano

300 370 380

vecinos

330







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Varios aspectos llaman la atención. Nos fijaremos en dos especialmente: 1. Los datos que aportan los prelados en sus relaciones ad limina no coinciden exactamente con los libros de visitas pastorales, teniendo en cuenta los años más próximos entre sí. Datos comparativos entre las Visitas Pastorales y ad limina Visitas Pastorales año casas comunión confesión

1656

1676

60 220 300

1730

60 220 300

65 300

Visitas ad limina año casas comunión

1654

1663 40 120

40 126

1675

1732 40 126

63 292

Ambos concuerdan en la escasa variación en torno a los años 1654-1775. En el caso de las relaciones ad limina desde 1617 a 1675 apenas hay cambios, como tampoco en las visitas pastorales entre 1656 y 1676. Sin embargo, los datos son distintos en unas y en otras de manera clara, tanto respecto al número de casas como al número de comulgantes. En los años 1730 -1732 las cifras se acercan bastante y, poco más o menos, podríamos decir que son “coincidentes”. Pero, ¿por qué estas variaciones? ¿Qué aspectos se tienen en cuenta para disentir así? En 1730-1732 puede ser que para la visita ad limina no se contabilicen dos barracas que sí se tienen en cuenta en la visita pastoral. Pero, ¿y para los años anteriores? ¿Se tienen presentes las alquerías? ¿Hay errores de transcripción a la hora de señalar las personas de comunión? Las cifras de la visita pastoral de 1656 se aproxima más al número de casas que el notario Miquel Joan certifica como dadas por los justicias y fiscales de Benimaclet en 1646, de todos los vecinos, habitantes y sus casas, incluyendo la casa del cura y las alquerías.47 Quizás el concepto de “lugar de Benimaclet” sea distinto para unos y para otros. Es posible que los arzobispos contabilicen, en su relación, solamente el núcleo de población y en las visitas pastorales incluyan también las alquerías, fuera ya de lo que es el señorío del Cabildo. Los Libros de Confesiones registran por separado estas dos fuentes de población. De todas formas, las visitas pastora__________ 47



A.R.V, Generalitat, libro 4825, n.º 130.







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les tampoco las podemos tomar como fuente fidedigna.48 La invariabilidad de los datos entre 1656 y 1730 así nos lo demuestra, cuando la población experimenta un aumento como a continuación veremos. En este ámbito rural no resulta fácil especificar, como indica Pérez García, si a una misma ubicación física en casa, barraca o alquería corresponde una misma comunidad de convivencia familiar, o también puede ser compartido como ocurre a veces.49 Estas diferencias nos aparecen en los distintos datos poblacionales del XVII y XVIII: Datos de población de Benimaclet, según diversos censos50 censo Caraçena Escolano Vecindario Campoflorido Equivalente Aranda Floridablanca Diario de Valencia Cavanilles

año

vecinos

habitantes

1609 ¿1609? 1646 1712/13 1730 1768 1786 1793

-69

1793/94

72

contribuyentes

55 80 67 --480

2. La evolución demográfica de Benimaclet es ligeramente constante a partir de estos datos, en sintonía con lo que sucede en Valencia durante el periodo estudiado.51 Desde finales del XVI a mediados del XIX la población valenciana, en general, habría crecido con un saldo positivo del 219,52%.52 Este crecimiento, sin embargo, no es uniforme. Así el siglo XVII se caracteriza por un au__________ 48 MESTRE, A., “Estudio de la demografía de Oliva a través de los archivos parroquiales después de la expulsión de los moriscos”, Estudis, 1 (1972 ) 277-278. 49 PÉREZ GARCÍA, J. M., “La familia campesina en la huerta de Valencia durante el siglo XVIII”, Homenatje al Doctor Sebastià Garcia Martinez, Vol. III, Valencia 1988, pág. 33. 50

Datos sacados del libro de BERNAT I MARTÍ, J. S. - MADENES MARTÍN, M. A., Creci-

miento... 51 PÉREZ GARCÍA, J. M. - ARDIT, M., “Bases para el crecimiento de la población en la edad moderna” Estudis sobre la població..., pág. 214. 52 En este sentido, BERNAT, T. S. - BADENES M. A., “Cronología, intensidad y extensión de las crisis demográficas en el País Valencià (siglos XVII-XIX)”, Estudis sobre..., págs. 537-557.











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mento débil,53 no obstante mantenerse en forma creciente la fecundidad y la nupcialidad. La expulsión de los moriscos repercutió muy negativamente. Pero a partir de la segunda mitad la expansión demográfica fue evidente y general, aunque desigualmente repartida. También hay que señalar que se trata de un siglo de continuas epidemias, por ejemplo la que afectó a Valencia entre 1647 y 1648.54 Sin embargo, solamente se alude a Benimaclet una vez y no para decirnos algo sobre la peste y su posible incidencia en ese lugar, sino porque desde allí, cuenta Gavaldá, que se vio la estrella que apareció el día de la procesión en Valencia. Es curioso también que en este mismo lugar durante los años 1644 al 1649, no haya datos sobre enterramientos. Sin embargo podemos aportar un testimonio del libro de la cofradía de S. Abdón y Senén. En él se señala en julio de 1648 a la hora de proceder a la elección de clavarios que algunos cofrades y no cofrades han muerto o están enfermos. Desde 1598 a 1699 se da una media de nacimientos por año de 12,76 frente a 9,8 de defunciones en esta localidad. En el siglo XVIII valenciano se constata un fuerte crecimiento demográfico, significativo entre 1710 y 1730, gracias a un aumento de la fecundidad y de la nupcialidad, pero desigualmente repartido. Según Ardit entre 1713 y 1787 había crecido desde el índice 100 al 191,5, muy significativo en la Huerta.55 En Benimaclet, la edad media para contraer nupcias sería de 23 años por parte de la mujeres y la fecundidad de 7,37 hijos por familia.56 Se trata de una fecundidad elevada, acompañada de alta mortalidad infantil, perceptible en los Quinque Libri.57 Centrándonos, pues, en Benimaclet, según Pérez García, entre 1710 y 1750 se asiste a una expansión demográfica y a un crecimiento ininterrumpido, que sería más patente en las barracas y alquerías que en el núcleo del pueblo, tanto en el crecimiento de fuegos como de población. Entre 1781 y 1812 tendría lugar un estancamiento, remontado otra vez entre 1813 y 1855. El aumento, en __________ 53 PÉREZ PUCHAL, P., Geografía de la población valenciana, Valencia 1976, pág. 32. Señala la situación estacionario de la población en el siglo XVII. 54 GAVALDÁ, F., Memoria de los sucesos particulares de Valencia y su Reino en los años mil seiscientos quarenta y siete y quarenta y ocho, tiempo de peste. En valencia, por Silvestre Esparza, año 1651. Cfr. en PESET, M. y otros, “El clero ante la peste de valencia de 1647-1648”, Anales Valentinos, 4 (1976) 307-343. 55

ARDIT LUCAS, M., Revolución ..., págs. 18ss.

56

Cfr. en PÉREZ GARCÍA, J. M., “Demografía coyuntural y factores autorreguladores en la Huerta de Valencia. Ejemplo de Benimaclet. 1710-1855”, Estudis sobre la...., pág. 415. NADAL, J., La población española (siglos XVI a XX). Barcelona 1976, pág. 87, se refiere también a este crecimiento progresivo desde el XVIII. 57



LEÓN NAVARRO, V., “Del sistema austracista...”, pág. 61.







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estos aproximadamente 150 años, sería del 100%, importante pero nada espectacular, tratándose de una zona de Huerta.58 Este crecimiento es sobre todo endógeno. La inmigración sería insignificante. Según los libros sacramentales entre 1700 y 1787 tenemos una media anual de nacimientos de 16,89 y 11,45 de muertes Por otra parte, el término de Benimaclet pudo haber aumentado a consecuencia de una desmembración de la parroquia de San Esteban. Así se recoge en el Libro de confesiones y comuniones de la parroquia de Benimaclet, año 1774 a 1790. Este intento queda reflejado en 1777. En primer lugar, se inscribe a los parroquianos que tenían la obligación de confesar y comulgar. Luego se añade una relación de las “persones de confesió i comunió que eren parroquians de S. Esteve i han cumplit en esta parroquia de Benimaclet en lo any de 1777”. Sin embargo, esta situación no se mantiene en los años siguientes. Será en 1787 cuando de forma definitiva y sin más avisos se registre un aumento considerable, pasando de 420 personas de confesión y comunión a 1092. El aumento se deberá sobre todo a zonas de huerta, ya que lo que se registran son barracas y alquerías. En el periodo de 1781 a 1812 la media de nacimiento por año es de 45,2 y de muertes 28,5. Para el siguiente, 1813 a 1855 sube a 63,8 y 42,1 respectivamente. También a la hora de hacer el recuento del Libro de confesiones y comuniones nos encontramos con que el sistema empleado no es el mismo que en las visitas pastorales. En éstas se señala el número de casas, de alquerías y de barracas, aunque en algún caso aparecen juntas casas y alquerías o alquerías y barracas (ver cuadro). La nomenclatura en el Libro es distinta. Amén de que no siempre mantiene la misma tónica. Igualmente cambia el número de comulgantes, por ejemplo en el año 1774. En 1775 indica 36 casas y 56 vecinos con 4 barracas próximas al pueblo; 17 alquerías y 22 vecinos con 18 barracas contiguas.59 Los coeficientes de conversión entre casas y comulgantes es excesivamente amplia y poco rigurosa. Observemos que no se señala una edad exacta para confesar y comulgar. Rastreando a través de los Quinque Libri hemos confirmado que esa edad se sitúa en torno a los ocho años para la confesión y entre 9 y 13 para la comunión. La primera resulta importante porque no aparece nunca cuantificada. Es decir,

__________ 58 PÉREZ GARCÍA, J. M., “Demografía coyuntural...”, págs. 400ss. Del mismo autor, “La familia campesina..., pág. 43. Cfr. en CAVANILLES, J. A., Observaciones, pág. 201, donde habla de 72 vecinos. 59 Hay que señalar la movilidad de la población. Por otra parte, las cifras de 1775 serían 436 de confesión y comunión. 393 de comunión y 43 de confesión, marcados con una “C”. La contabilidad no siempre es exacta.











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que la población infantil por debajo de los 8 años constituía alrededor del 20% de la total.60 Finalmente, el Libro de Confesiones nos aportan datos interesantes sobre la sociedad de Benimaclet: los núcleos familiares y su relación; viudas o viudos que son cabeza de familia; criados; estudiantes, etc. También aparecen los servicios del pueblo: forn, molí, carnicería. 6. LOS EDICTOS Señala M.ª M. Cárcel Ortí que “era el paso previo a la visita y lo enviaba la Curia al párroco del lugar con unos treinta o cuarenta días de antelación para que lo leyese y publicase tres domingos consecutivos en la misa mayor. Este texto se volvió a leer el día de la visita por el secretario del visitador”.61 Algunos __________ Las alquerías que aparecen reseñadas en 1775 son: 1. Molí de Alegret 2. Alquería de la cofradía de Ntra. Sra. de los Desamparados. 3. Alquería de D. Vicente Esparza. 4. Alquería de D. Felip Dolz. 5. Alquería de D. Francisco Verdes. 6. Alquería de d. Thomás Valeriola. 7. Alquería del clero de S. Nicolás. 8. Alquería de D. Francisco Verdes. 9. Alquería dels Suays. 10. Molí de Vera del marqués de Albaida. 11. Alquería del Clero de San Juan. 12. Alquería del Convento de Portaceli. 13. Alquería de Carlos La Torre. 14. Alquería de la Font de la Murta. 15. Alquería del Convent de Santo. Domingo. 16. Alquería de D. Christofol Olucho. 17. Alquería de Dª. Ana Vilacampo. Algunas de éstas cambian de nombre poco después. Así la de D. Thomas Valeriola en 1779 se llamará de Joachin Valeriola. La de la Font de Murta, dels Zapates. La de D. Christofol, de Manuela Olucho y la de D.ª Ana Vilacampo de Ana Espinosa. HERNÁNDEZ J. L. - ROMERO, J., Feudalidad, burguesía y campesinos en la Huerta de Valencia, Valencia, 1980. Cfr. también ARDIT LUCAS, M., Revolución... 60 PÉREZ GARCÍA, J. M., “La familia campesina...”, pág. 34. Sobre la edad para la confesión y la comunión, Dictionnaire de Théologie Catholique, Vol. 3. Paris 1938, pág. 498. Dictionnaire de droit canonique, Vol. 3. Paris 1942, págs. 1118ss. CHARDOR, C., Historia de los Sacramentos, 3 Vol. Imprenta Real, Madrid 1799, págs. 91ss. 61 CÁRCEL ORTÍ, M.ª M. - TRENCHS, J., “Una visita pastoral...”, pág. 134. En el caso de Albarracín, el obispo Pedro Jaime en 1598 preparó su visita pastoral por medio de cuatro edictos. Con fecha 29 de agosto dio el primero, de carácter general y exhaustivo, precisando algunos pequeños de-









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Edictos, los menos, no han quedado registrados en los libros de visitas, pero el resto son suficientes para darnos una idea de su finalidad, también llamado Edicto de los pecados públicos. Ante todo se alude al Concilio de Trento y se reconoce en él la fuente de la normativa que obliga a los arzobispos y obispos o a los Cabildos si la sede estuviese vacante realizar: “una solemne visita y inquisición de la vida y costumbres de sus súbditos, así clérigos como seculares, del estado de las iglesias y demás lugares píos. Por lo que esto conviene a la salud de las almas, la qual depende y consiste en estar bien ordenadas y dispuestas todas las cosas de dichas iglesias en bondad de sus ministros, en estar todos los demás unidos en caridad y amor, apartados de los vicios y pecados, especialmente de los públicos y escándalos de no solamente Nuestro Señor se ofende gravemente, empero en la República se sigue gran turbación por el mal exemplo y ocasión que en ellos se da para mal vivir y pecar. Por tanto, poniendo en execución dichas órdenes y estatutos sagrados, mandamos despachar el presente edicto por el qual, y su tenor exortamos y amonestamos a todos los súbditos y a cada uno de por sí, y en quanto fuere necesidad en virtud de santa obediencia, mandamos que desde luego y durante la nuestra visita nos declaren y manifiesten todo lo que supieren y huvieren oído decir de las cosas siguientes”.62 Interesa subrayar precisamente esto: la autoridad con que los visitadores se dirigían e indagaban sobre la vida y costumbres de los fieles: es decir, sobre todo el pueblo y el sometimiento de las autoridades ante el visitador. La capacidad para excomulgar y fulminar a cualquiera que desentonase de sus exigencias. El Edicto, aunque era un documento general, evoluciona a lo largo del tiempo, incluyendo o ampliando aspectos que pueden ser interesantes a tenor del funcionamiento de la diócesis, según las visitas realizadas. Así se desprende de los que hemos manejado, aunque en algunos periodos o coincidiendo con la actividad pastoral de algún obispo, pueden ser similares. En él se pregunta sobre cuestiones que afectan a la salud espiritual, doctrina y costumbres. Se les inquiere si saben o han oído decir acerca de aquello que en concreto se pregunta, con la obligación de decirlo (he sintetizado al máximo los puntos sobre los que se indaga):

________________________________________________________________ talles con los tres posteriores, emitidos, dos de ellos el 24 de abril y el otro el 27 del mismo mes del año siguiente. Cfr. POLO RUBIO, J. J., “La visita pastoral del obispo Pedro Jaime a la diócesis de Albarracín (1598-1599), Teruel, n.º 77/78 (1987). 62



Visita Pastoral de 1699.











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1676 a 1699 * enseñanza de doctrinas falsas * conjuros, magias * blasfemos y perjuros * malos clérigos, negligentes. * faltan testamentos por cumplir * administración de obras pías * retención dinero * celebración sin licencias * obligaciones de beneficiados * eclesiásticos escandalizan en las iglesias con su comportamiento * los seculares profanan las iglesias *los beneficiados presenten títulos * simonía * matrimonios clandestinos * los desposados retrasan la bendición nupcial * incestos y amancebados * matrimonios en grado prohibido * personas que viven en pecado público * robos a las iglesias: rentas, cosas sacras * cumplimiento pascual * usureros * eclesiásticos viven con mujeres sospechosas

1724 * enseñanza de doctrinas falsas * clérigos que no cumplen su oficio. * por culpa de los clérigos mueren fieles sin sacramentos * hechizos, magia, blasfemos * personas infamadas de pecados públicos, simonía, usura, concubinatos * bígamos, difieren las bendiciones nupciales * cumplen fundaciones o retienen dinero * testamentos por cumplir por culpa de los albaceas * cumplimiento pascual; comen carne en cuaresma * sacrilegios contra eclesiásticos; inmunidad * perjuros * oratorios privados * los médicos avisan con tiempo a los enfermos del peligro de su enfermedad. Y los clérigos visitan enfermos y dan limosnas * en las iglesias mujeres y hombres se comunican * beneficiados presenten sus títulos

1730 * los clérigos negligentes. Por su culpa los fieles mueren sin sacramentos * perjuros * los médicos que visitan por 2ª vez avisan a los enfermos de su enfermedad * palabras feas en las iglesias y con mujeres y trato con ellas * comen carne en cuaresma * excomunión para los que no delatan pecados públicos * administración de testamentos * los sacerdotes deben presentar sus títulos

1755-1759 * los clérigos cumplen sus obligaciones como deben * visitan los enfermos * viven en pecado público * simonía * juegos, armas, tratos ilícitos * eclesiásticos cumplen los testamentos * los seculares en pecado público * cumplen los testamentos * entierros como se debe * perjuros * clérigos acompañan mujeres de la mano * celebran sin licencias * médicos visitan enfermos y les avisan confiesen * palabras feas y deshonestas con mujeres * comen carne en cuaresma

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1772 * enseñan doctrinas falsas * blasfemos y perjuros * supersticiones, magia y encantamientos * curas negligentes. Se ausentan de sus parroquias y los fieles mueren sin los sacramentos * se cumplen los legados * se administra bien el dinero de obras pías * matrimonios clandestinos * se difieren las bendiciones nupciales y cohabitan; matrimonios en grado ilícito; amancebados... * sacrilegios y mal uso de las iglesias: cosas sagradas, rentas... * se roba a la iglesia * cumplimiento pascual; los excomulgados perseveran en su actitud * usureros, tratos ilícitos.

En general los aspectos tratados son bastante comunes. Se observa que entre 1730 y 1772 se acentúa el papel del clero, e incluso se coloca en primer lugar todo lo que se relaciona con él. Frente a los que enseñan malas doctrinas contra la Iglesia, incluso realizan sortilegios, magia o hechizos, se subraya el carácter pastoral del clero, muy en consonancia con los tiempos que corren. No









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significa que antes no se preocupen, pero en estos momentos hay un mayor interés. El siglo XVII tenía más presente la defensa de la verdad de la fe; evitar que fuese contaminada con posibles herejías; era la época de la contrarreforma. Ya en el siglo XVIII, e incluso finales del XVII esta situación ha cambiado y se mira más el aspecto pastoral y el papel del clero respecto a los fieles: presencia en la parroquia, visitas a los enfermos, limosnas, administración de los sacramentos, buen ejemplo, instruido. Debe encarnar los valores del Evangelio. Conviene también resaltar el papel del médico, que desde 1724 se incluye en los Edictos. Ya antes, en las Constituciones Sinodales de Urbina, Título V, constitución VIII, se indica que los médicos amonesten a los enfermos para que se confiesen, “...que a la segunda o tercera visita que hicieren a los enfermos les exorten a que confiesen y cumplan con todo aquello que deven como buenos christianos...”. Así, en el Edicto de 1724 se exige a los médicos cumplan esta función y en 1730 y siguientes se apremia ya que, a la segunda visita, se inste al enfermo para que reciban los sacramentos. Se echa sobre sus hombros la responsabilidad de que mueran sin haber recibido los sacramentos. Por otra parte se observa que el carácter moral está presente en los Edictos, referido tanto al clero como al pueblo en general, sea por palabra o por obra, centrándose, cómo no, en la moral sexual: incestos, amancebamientos, matrimonios prohibidos, clandestinos, tratos deshonestos entre hombres y mujeres en lugares de reunión. Se pregunta por las costumbres del clero. Tienen que ver con los Mandatos del final de la visita pastoral. Aquí se indaga, se pregunta si practican la simonía, si son jugadores, llevan armas y visten el traje talar propio de su estado. Y sobre todo si tienen en su casa alguna mujer sospechosa o si acompañan a mujeres llevándolas de la mano o bien a ancas de mulas o si las acompañan yendo en sillas. Prácticas que a buen seguro estaban en vigencia, sin valorar su extensión. La autoridad de que gozaba el clero, lo hacía posible, descuidando e incluso desdeñando el ejemplo que como pastor debía dar. Todo el ritual que aparece en el Edicto no es gratuito, tiene su finalidad. La visita de 1759 lo expone: “Y porque todo lo susodicho es muy del servicio de Dios Nuestro Señor y deve ser corregido y enmendado, Mandamos dar y damos las presentes, por cuyo tenor os mandamos en virtud de Santa Obediencia y so pena de excomunión mayor, que dentro de ocho días después que éste nuestro Edicto os fuese leído y notificado o como de él supiéredes en qualquiera manera los quales os damos por tres términos y el último por perentorio o monición canónica para que digáis y declaréis ante Nos lo que supiéredes en qualquiera manera o en qualquier tiempo huviéredes oído dezir de los susodicho y de qualesquiera otros pecados públicos, manifestándolo antes













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Nos a fin de que se provea de remedio según y como más combenga. Y no cumpliéndolo, havidos aquí por repetidas las tres canónicas moniciones como a personas reveldes y contumaces desde aora para entonces y desde entonces para aora os excomulgamos en estos escritos...” El tono del escrito no deja lugar a dudas sobre las intenciones del visitador y el cumplimiento del Edicto que alcanzaba a todos por igual y fulminaba con la excomunión mayor a quien fuese rebelde, contumaz y no quisiere decir cuanto sabía respecto a lo demandado. Tras la publicación del Edicto se pasaba a exponer en una breve plática el significado de la visita. Se daba la comunión y, en ocasiones, se administraba la confirmación. Pero era normal que los habitantes de Benimaclet acudiesen a la ciudad, catedral, palacio arzobispal o a alguna de las parroquias a recibirla.

7. LOS MANDATOS Trataremos sus aspectos más destacados. Los Mandatos se dan tras visitar el lugar: “visto y considerando atentamente su estado, así en lo temporal como en lo espiritual y observando su mayor aumento en quanto pudiere conducir al mayor culto divino, bien de dicha iglesia, conservación de sus rentas y provecho espiritual de todos sus feligreses...”(1699). Al igual que los Edictos, los Mandatos reflejan el paso del tiempo y la necesidad de acomodarse las parroquias a las nuevas circunstancias y al mayor o menor cumplimiento de los Mandatos de visitas anteriores. Así hay algunos que tienen como finalidad dar normas generales y otros que se concretan a los problemas propios de la parroquia que se visita y a las deficiencias que se han encontrado, en virtud, casi siempre, de los decretos sinodales, celebrados con anterioridad. No guardan, pues, correlación. Unos son muy breves y otros más amplios. Veamos sucintamente algunos aspectos. Se manda: 1656 * guardar y hacer guardar los Sínodos. * enseñar a fieles lo necesario para su salvación. A niños la Doctrina Cristiana * Clérigos vistan hábito decente * se celebre con vino blanco



1676 * como en 1656 * como en 1656 * se refiere a Benimaclet * el Vicario queda alcanzado en 3 aniversarios * en Vera se celebre sobre altar fijo * los obreros de las obrerías dejan

1689 1699 * como en 1656 * como 1656 * como 1656 * como 1656 * publíquense los * pena de excomuMandatos nión al anterior párroco * póngase canilla plata viril. Sumidero pila Bautismal. Armarios cerrados * llévese libro de cuentas



1724 * como en 1656 * como en 1656 * publíquense los Mandatos

1730 * principal deber enseñar a los fieles * vistan los clérigos con hábito talar * tengan Conferencias Morales * no se omitan rentas de las iglesias





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1656 * se inscriba bien a los bautizados * llévese cuenta de las misas * el párroco no debe quedarse dinero derecho sepultura * llévense bien las cuentas de la iglesia.. Libro de administraciones * haya cajones para guardar los ornamentos * cómprese el Manual * cóbrense las rentas de la iglesia *ciérrense los altares. * aras de altares estén fijas * arréglese la linterna de la cruz grande * cómprense ornamentos * arréglese pila bautismal y ara altar Virgen del Rosario *administracione s endeudadas * publíquense los Mandatos

1676 al descubierto las cuentas * muchos dilatan los censales * se registre en el libro de censales todas las pertenencias * publíquense los Mandatos

1755 * obligación de predicar * obligación de residencia

1759 * obligación de predicar * obligación de residencia

1689

1769 * no se guardan bien las Visitas anteriores. Se manda predicar

1699 * en las obrerías no se llevan bien las cuentas * el cepillo tenga dos llaves * ciérrense los altares. No se celebre sobre pila bautismal * haga el párroco un arancel de todo en un mes * lleve libro cuentas y haga cabreo general * se encuadernen las V. Pastorales * hágase un depósito con tres llaves para guardar dinero. * cada 10 años hágase un cabreo general * publíquense los Mandatos

1772 * administrar los sacramentos y cumplir los sufragios



1724

1784 * póngase más cuidado en los Quinque Libri * en los motes

1730 * lleven bien los Quinque Libri * residencia párrocos * limpieza de iglesias * las sepulturas no estén próximas a altares * los otorgados no entren en casa de las otorgadas. * muchas iglesias no tienen libro de cuentas * no se den misas fuera de la parroquia * los albaceas no cumplen los testamentos * averigüe el cura si los beneficiados sus cumplen deberes * beneficiados dar deben ejemplo en la iglesia * cumpla el párroco con las misas * Cofradía del Rosario no tiene libro de cuentas * guárdense y cúmplanse los Sínodos y Visitas anteriores * publíquense los Mandatos

1818 * cumpla la obligación de predicar * administre los









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1755 * velar por los fieles * vistan hábito talar * beneficiados pongan cuidado misas * parroquias sin clero merman sus rentas * Quinque Libri sucios y defectuosos * se apunten en Quinque Libri donaciones * Tengan Conferencias. * no entren otorgados casa prometidas * Vistan las mujeres con decencia * duerman los hijos separados * no se confiese noche Navidad * no entrar en iglesia con gorro * no pedir limosna durante la misa * predicar en ermitas, oratorios * días de fiesta no trabajar * no se alcen altares en calles * Examen de doctrina a fieles * cura guarde llaves sagrario * Quinque Libri siempre en iglesia * cóbrense censos perdidos * deposite el cura las 50 l. en el depósito



1759 *velar por los fieles, sobre todo en la hora de la muerte * los Quinque Libri en mal estado * apúntense en Quinque Libri las donaciones * evítense los abusos de los otorgados * vistan las mujeres con decencia * no confesar en noche Navidad * el rector debe 7 aniversarios * debe también 8 Libras de derecho de sepultura * de la administración de R. Ceres 2 libras * observar las Visitas anteriores, aunque sea necesario el recurso a la autoridad secular

1769 * predicar en ermitas y oratorios * guardar las fiestas * evitar corrillos a la entrada de la iglesia, pena de excomunión * cúmplase el aniversario de Belenguer * sobre la administración de R. Ceres * Observar los Mandatos

1772 * obligación de asistir a los fieles en hora muerte *se registren bien las cuentas * Quinque Libri, aseados * se registre en ellos las donaciones * evítense los abusos de los otorgados * no entrar en la iglesia con gorros * examen de doctrina a los fieles * cuídese el cementerio * guardar los Sínodos



1784 de los bautizados conste si es legítimo o ilegítimo * en los motes de los matrimonios se escriba si se han hecho las moniciones y el examen de doctrina * en los motes de los difuntos...

197 1818 sacramentos * esté encendida siempre la lámpara del Santísimo * cuídense los altares * limpiar bien el tabernáculo * advertir a los albaceas sobre su criminal morosidad * poner más cuidado en bautismos y desposorios * cuentas claras * no se celebre con ornamentos indecentes * acúdase a la justicia cuando los matrimonios no se avienen * vélese por la pureza de la doctrina * limpiar el cementerio. Guardar las llaves * léanse cada mes estos Mandatos





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1755 * observe los Sínodos y Const

1759

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Los Mandatos de las visitas obligan a los eclesiásticos y a los seculares, al pueblo entero, y tienen presente tanto los aspectos más importantes como los más insignificantes. A la vista de éstos podemos señalar algunas características: 1. La obligación que tienen los párrocos de instruir a los fieles en todo aquello que es necesario para su salvación los domingos y fiestas de precepto. Deben enseñarlo con método fácil y llano y exponerlo con brevedad y facilidad de palabras. Es decir, adecuado a la capacidad de los oyentes, bastante escasa . Los sermones solían ser excesivamente largos y poco convenientes, la mayor parte de las veces, tanto por su contenido como por la forma. Igualmente deben enseñar a los niños la doctrina todo los domingos, especialmente los de cuaresma y adviento. Tanto los Sínodos como el mismo Concilio de Trento insisten en que no se aprenda de memoria, sino que entiendan lo que aprenden. Este aspecto a lo largo del siglo XVIII adquiere especial importancia y los obispos insisten mucho en su práctica, no solamente en las parroquias sino también en ermitas u oratorios. La predicación es un factor importante de adoctrinamiento 63 y ningún clérigo debe aducir pretextos frívolos con que algunos solicitan huir de su cumplimiento. Nadie debe quedar al margen. La Iglesia es consciente de la ignorancia de los fieles respecto al conocimiento de las verdades de la fe y del mensaje evangélico. Se vive una religiosidad tradicional, pero carente de contenido doctrinal. El Concilio de Trento está muy presente a la hora de pensar en estas posturas. Y es que la acción tanto catequética como pastoral de la Iglesia se orientó durante estos siglos a conseguir dos objetivos, por una parte la elevación del nivel de la cultura cristiana de los fieles; por otra la construcción de un modelo moral.64 Para obligar al conocimiento de estas verdades fundamentales, el arzobispo Mayoral mandará que “hagan examen de la doctrina christiana para cumplir los fieles con la parroquia”, aspecto presente ya en las Constituciones de P. Urbina (Tít. IX, Const. V). __________ 63 En la visita de 1730 se recoge además el Título I, Const. III y IV que manda que la explicación del Evangelio los domingos de Adviento y Cuaresma (a lo menos) sea por las calles y en la iglesia y que los muchachos canten las oraciones que deben saber los cristianos y los artículos de la fe. MESTRE, A., “Religión y cultura en el siglo XVIII español”, en Historia de la Iglesia española. IV. La Iglesia en la España de los siglos XVII y XVIII, B.A.C., Madrid 1979, pág. 628. 64

MARCOS MARTÍN, A., “Religión predicada y religión vivida. Constituciones sinodales y visitas pastorales: ¿un elemento de contraste?”; en ÁLVAREZ SANTALO, C., La religiosidad popular, Ed. Anthropos, Barcelona 1949, vol. 2, págs. 46-55. Cfr. MESTRE, A., “Religión y cultura...”, págs. 586ss.











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Se intenta mejorar el conocimiento doctrinal y evitar los abusos que se cometen con o sin consentimiento de las autoridades eclesiásticas y que desembocan en actos o prácticas supersticiosas. Así se condenará hacer altares en las calles, plazas o casas particulares; los abusos del jueves y viernes santo o Navidad. De ahí también el interés por todo lo que rodea a la magia, hechizos, conjuros, etc. Se pondrá interés en que se guarden las fiestas, y solamente en caso de extrema necesidad se permitirá trabajar, después de cumplir con la obligación, por lo menos, de oír misa.65 Ése era el interés de los feligreses de Benimaclet cuando en 1813 solicitan los servicios de un capuchino para que les celebre la misa matinal los domingos o festivos que tienen que realizar sus tareas. Normalmente, las prácticas religiosas se mantienen, al menos como aspectos formales de una fe, pero que no siempre responden a lo que cabría esperar ni del conocimiento doctrinal ni tampoco de la vivencia religiosa en el sentido más evangélico de la palabra. 2. El clero dirige la pastoral parroquial y sobre él recae la especial atención de los obispos. Vista la obligación que tenían de predicar, enseñar y velar por la salvación de los fieles, los Mandatos se centran, cada vez más, en la necesidad de la moralidad, formación y buen ejemplo del clero. Para ello deben vestir el hábito talar decente, distintivo de su condición clerical, por el que son conocidos66 (sotana largas y manteos negros...): “Con todo haviendo experimentado grande omisión e inobservancia en el abusso de trajes, que los eclesiásticos ussan. Mandamos al Retor y demás Beneficiados residentes en dicha Yglesia y otros qualesquiera que en adelante ressidieren, siempre que salgan de cassa, vayan vestidos con ávitos talares conforme lo pide la decencia de su estado, baxo excomunión et in subsidium de diez libras por cada vez que contravinieren a este mandato...”.67 Se indica con claridad qué ropas no deben usar, porque son impropias de su condición y más se pueden parecer a los seglares y a los figurines que a los __________ 65 Visita Pastoral de 1769: “Como todo fiel christiano esté obligado a guardar y santificar los Domingos y Fiestas, que son de precepto, y abstenerse de toda obra servil o corporal baxo pena de pecado mortal. Y constándonos que con el pretexto de haver necesidad, y tal vez por respetos humanos, o sobrada condescendencia de los curas fácilmente se dan licencias para trabajar en dichos días: Mandamos que para obtener dicha licencia o permiso devan precisamente acudir al Ordinario eclesiástico, y en caso de ser muy urgente la necesidad y de no poder sin notorio perjuicio pasar a sacar la referida licencia, la podrán dar los curas cerciorándose de la verdad y de que oyen Misa antes de pasar al trabajo y baxo la pena al que en esto faltase de quatro libras, que se le exigirán irremisiblemente...” 66 Constituciones sinodales, del arzobispo T. Rocaberti, año 1687, en su título XII Constitución I, amenaza con multas e incluso con la cárcel a quien transgreda este mandato. 67



Visita pastoral de 1730.







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servidores de Dios. Igualmente, deben cuidar sus cabellos y llevar bien visible la corona, cuyo tamaño quedará reglamentado. Deben evitar los tratos sospechosos, ya referidos en los Edictos, y vivir amancebados o comunicarse con frecuencia con las monjas. Los hijos ilegítimos, un problema a tener en cuenta, los tratarán también las Constituciones de Urbina. Tienen obligación de residir en sus parroquias y no ausentarse de ellas sin permiso del prelado, velando siempre por la salud espiritual de sus fieles, evitando que mueran sin recibir los sacramentos. A pesar de todo, los obispos se quejan de que no siempre se cumple este mandato. El clero debe dar ejemplo de compostura en la iglesia y sobre todo delante del Santísimo, cuando hay fieles presentes y velar por la decencia de los actos litúrgicos, de los ornamentos y de la fábrica de la iglesia. Se preocupan los obispos por la formación intelectual y moral, obligándoles, desde 1730 especialmente, a la asistencia de Conferencias morales, casos de conciencia y de ritos cada semana, llevando además un cuaderno para anotar los casos que se discutan, (había quienes apenas sabían celebrar la misa y no entendían los rezos). Con la finalidad de armonizar los actos litúrgicos en la administración de los sacramentos, el arzobispo Urbina manda al párroco de Benimaclet que compre el Manual para uso de la parroquia. Deben tener sumo cuidado en cumplimentar bien los libros parroquiales, tanto los que tratan las cuestiones económicas, de rentas y administraciones pías o cofradías, como los sacramentales o los Racionales. Los visitadores son muy exigentes y rigurosos en los asuntos económicos respecto a las obras pías. Está en juego el cumplimiento de las últimas voluntades de los difuntos y, por ende, la salvación de sus almas. Hay clérigos negligentes, así como seculares, que no cumplen los mandatos testamentarios o deseos de los donantes.68 Se les manda que cumplan fielmente este punto; lo exijan también a los albaceas y lleven bien las cuentas, en libros adecuados, de todo lo perteneciente a este punto. Especial atención se prestará al Libro Racional para saber si se anotan todas las misas de la parroquia y si hay anomalías se obliga al párroco a que las subsane en el tiempo más breve posible so pena de sanción pecuniaria o de excomunión. Los visitadores eran inflexibles respecto al fiel cumplimiento de las últimas voluntades de los difuntos. Revisan igualmente los Quinque Libri o libros sacramentales. Éstos han tenido una importante evolución desde su implantación en cuanto a la forma, modo y contenido de registrar los nombres de los fieles. En el caso de Benimaclet, los primeros libros aportan muy pocos datos. No se firman y se enmiendan, __________ 68 En noviembre de 1671 el Tribunal de la Inquisición obliga a la viuda de Bonet a la celebración de misas por ser ella su heredera.











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añadiendo o borrando sin ningún cuidado ni control.69 Las dudas sobre el correcto uso ya vienen de atrás. Nos encontramos en los Quinque Libri de 1627 esta anotación: “Este libro no se escribió en él ni se empleó para el efecto que se había mercado porque vino una noticia del Rector que habiendo salido a visita su Sª Ilustrísima del Señor Arzobispo, mandaba en ella a los rectores y vicarios que hubiese un libro grande para este mismo efecto llamado Quinque Libri; y en él escribir los bautismos y lo demás que en él se había de escribir, se mandaba y mejoraba el estilo y forma antigua y por esa causa se ha aguardado a la vista y el orden que su Sª. Ilustrísima había de dar no se ha escrito”. A ellos se refiere también Urbina en la visita de 1656, mandando que se observe el modo y forma de escribir los bautizados, confirmados, casados, excomulgados y difuntos, que se contiene en los mandatos de la visita realizada por el arzobispo Aliaga. Además, en el caso de los bautizados debe constar el día que nacieron.70 No menos explícito es el arzobispo Mayoral en 1755. Ha visto que en muchas iglesias los Quinque Libri están sucios, defectuosos y con muchas omisiones. De ello se derivan graves perjuicios. Ordena cómo se deben escribir, haciendo constar todos los datos posibles. Y si hubiere que añadir, quitar o cambiar algún dato, se debe hacer al margen y siempre se debe firmar. Cuando no sea el párroco quien lleva a cabo el sacramento, debe éste convalidarlo con su firma. Así lo deja escrito el arzobispo en su visita de 1755 en los mencionados libros. En todas las visitas estará presente este tema, indicando que se incurren en muchas omisiones y defectos y dando instrucciones de cómo se deben realizar. En la de 1772 se señala que hay que dejar un dedo entre línea y línea y tres al margen por si hubiera necesidad de corregir algo. Los libros se guardarán en la iglesia y en lugar seguro. Si bien los Mandatos pueden ser de tipo general y obligan a todo el clero de la archidiócesis, hay otros que son específicos de cada parroquia y de cada clero. El de Benimaclet queda en entredicho a veces, cuando se ponen de manifiesto algunos descuidos más o menos graves. En la de 1656 se manda que se compren ornamentos nuevos y se guarden en cajones donde también se guardará la plata; que compre el Manual; manda a los jurados que “hagan adobar la lin__________ 69

A partir de mayo de 1678 aparece la firma del párroco.

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Constituciones Sinodales de Urbina, Tít., IX, Const., IX, “En este arzobispado es costumbre assentada que en cada paroquia aya un libro que comunmente se llama Quinque Libri..., el qual mandamos se continúe y donde no lo huviere o el antiguo se fuere acabado se comprará otro. Y por cuanto en la Visita General que hemos hecho a este arzobispado hemos reconocido dicho libro y hallado muchos descuidos y faltas en razón de escribir bautizados..., assi en la sustancia como en la forma y modo de escribirlos...” manda se hagan correctamente.









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terna de la Cruz grande que tiene dicha iglesia de plata para las procesiones, porque está rompida (sic) y si no se eccede agora a lo poco, se habrá después de hundir y hazer de nuevo, lo que será de mucha costa”. En la de 1776 la mayor parte de los mandatos se refieren en exclusiva a la parroquia de Benimaclet, señalando los descuidos más importantes, casi siempre de cuentas que no se llevan bien o el modo de celebrar en la ermita de Vera que es temerario porque se hace en condiciones inadecuadas. La de 1689 no menciona nada . Dura es la de 1699 que amenaza con excomulgar al anterior párroco, Tomás Velázquez, por un censal. Insiste en las cuentas de las cofradías y de la parroquia y manda se tenga un depósito con llave para guardar cosas, una cadenillas para el viril... En 1724, al igual que en 1689, el visitador no debió encontrar nada digno de mención. Tampoco añade mucho más la de 1730. Sí señala la ausencia de cuentas en la cofradía de la Virgen del Rosario y manda al cura averigüe si los beneficiados cumplen con sus obligaciones. Los mandatos del arzobispo Mayoral son muy generales, no obstante se refiere a Benimaclet en dos casos, para instar al párroco a que recobre los censos perdidos por el párroco Ramón Ceres y señalará al cura que tiene 50 libras que deben estar en el depósito. También temas económicos toca la de 1759, sobre el dinero de los derechos de sepultura (se le amenaza con excomunión), y 20 libras que se deben de la administración de R. Ceres. Sobre éste se insiste en la 1769 y sobre el cumplimiento de un aniversario. Las de 1772 y 1818 tienen en común la preocupación por la limpieza y arreglo del cementerio y en la última se insiste además en que se usen ornamentos decentes y se eliminen las confusiones en las cuentas de los Racionales. En general se observa interés, por una parte en los arreglos de fábrica: cementerio, ornamentos, pila bautismal, altares, aras, llaves, armarios y cajones; por otra, libros de cuentas que se examinan con rigurosidad; y finalmente, los libros sacramentales. Todo pasa por el riguroso examen del visitador.

8. MORALIDAD Tanto en los Edictos como en los Mandatos, se busca elevar la moralidad del clero y del pueblo. Ya hemos señalado algunos aspectos del primero. ¿Pero, y el pueblo? Hay un interés permanente por evitar el contacto de hombres y mujeres en público, especialmente con ocasión de actos litúrgicos. En la visita de 1769 se denuncia. “con el pretexto de aguardar Misa se juntan hombres a las puertas en las Iglesias a tiempo que las mujeres se congregan o entran para oírla,











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de que se siguen graves inconvenientes y aún ofensa a Dios”.71 La mujer es causa siempre de pecado en opinión del clero. Es necesario evitar la concurrencia de sexos opuestos. También se vigila dentro de las familias para que no se permita dormir juntos los hijos de distinto sexo que hayan alcanzado el uso de razón. Las mujeres son objeto de mención especial. El arzobispo Mayoral en su visita de 1755, como había hecho ya en otras parroquias, manda que vistan con la decencia y la honestidad propia de su sexo y no salgan por las calles y plazas solamente con enaguas blancas. De ello se sigue gran ofensa de Dios. En evitación de cualquier peligro sexual, derivado de la confesión, ya Urbina ordena que los confesionarios estén en las iglesias en lugar patente y público, de manera que el confesor y el/la penitente puedan ser vistos de la gente que hay en la iglesia y que los confesionarios sean abiertos, de modo que no se puedan tocar y esto principalmente respecto de las mujeres.72 Tanto la Bula Gregorio XV en 1622 como la de Benedicto XIV en 1741 insistirán en este asunto, procurando cortar los abusos que se cometían en el sacramento de la penitencia. No se olvidan de los que viven amancebados; de los matrimonios que no hacen vida maridable; de los que tienen amantes o son incestuosos porque atentan contra las buenas costumbres. Las visitas, sobre todo desde 1755, hacen hincapié en los otorgados.73 Éstos eran los novios que se habían prometido por palabras de futuro, pero todavía no se habían casado (ante faciem Ecclesiae) por la Iglesia. Aunque no es nuevo en el siglo XVIII, es en este siglo cuando más se insiste en este tema. Así se expresaba el arzobispo Mayoral: “Por quanto de tolerarse en muchas partes de nuestra arzobispado el grande abuso que hay de que los prometidos entren en las casas de las que han de ser su mugeres contra las repetidas prohibiciones que para evitar los gravísimos inconvenientes y escándalos y ofensas a Dios que de __________ 71 Ibid., Tít. IX, Const. II, prohibe los corrillos. Importante es el interés del alcalde y de jurados en mantener el orden del pueblo. Se establecen rondas nocturnas, al menos desde 1764. Sus participantes describían al pueblo como lugar “quieto y tranquilo”. 72 Ibid., Tít.V, Const. VII. SARRIÓN MORA, A., Sexualidad y confesión. La solicitación ante el Tribunal del Santo Oficio (siglos XVI-XIX), Madrid, 1994. GRAULLERA, V., “Mujer, amor y moralidad en la Valencia de los siglos XVI y XVII”, en Amours légitimes. Amours illégitimes en Espagne. (XVIe-XVIIe siécles), Paris, 1985, págs. 109-119; VALENTÍN DE LA MADRE DE DIOS (Fray), Fuero de la conciencia o diálogo entre un confesor y un penitente a propósito del sexto mandamiento, Estudio preliminar de G. Dufour, Instituto de Cultura “Juan Gil Albert, Alicante, 1994; DUFOUR, G., Clero y sexto mandamiento. La confesión en la España del siglo XVIII, Ediciones Ámbito, Valladolid, 1996; ALEJANDRE, J. A., El veneno de Dios. La Inquisición de Sevilla ante el delito de solicitación en confesión, Siglo XXI, Madrid, 1994. 73 Ya en Constituciones sinodales de Urbina, Tít. IX, Const. VII. En las de Rocaberti, Títul. VI, Const. I. GARCÍA CÁRCEL, R., “El fracaso matrimonial en la Cataluña del Antiguo Régimen”, Amours légitimes..., págs. 121-132.









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dichas entradas resulta...Mandamos a todos y a qualesquiera otros grados, que existan en nuestro arzobispado y especialmente a los que al presente hay y en adelante hubiese en la presente parroquia que bajo la pena de excomunión mayor trina canonica monitione precissa no entren en las casas de sus prometidas, ni éstas en casas de aquéllos y a los Rectores y Vicarios y demás personas a quienes estubiese encargada de cura de almas, ordenamos y mandamos avisen a los feligreses de su cargo de este nuestro mandato, repitiéndole y publicándole algunas vezes, quando lo juzgasen conveniente y con toda su eficacia celen y soliciten evitar dichas entradas y procediendo hasta declarar en su caso y lugar a los contraventores por públicos excomulgados vitandos y ponerlos en tablillas, para que los demás fieles, huyan de su trato y comunicación, valiéndose para ello en caso necesario de los justicias seculares a quienes exhortamos en el Señor, procuren concurrir con dichos Retor o Vicario a este mismo fin y éstos nos participarán y darán aviso en caso, que haviéndose valido de dichos justicias no hayan encontrado en ellos el favor y amparo necesarios para que demos cuenta de su omisión al Yntendente Corregidor de este Reyno u a otros superiores de dichos justicias hasta ponerlo si fuere necesario en noticia de Su Magestad para que aquélla según fuere más o menos grave sea severamente castigada y este tan pernicioso abuso enteramente corregido”. Desde el punto de vista de la Iglesia el asunto es grave y exige la mayor vigilancia, celo y atención. Está en juego el honor de la mujeres y también la conservación de la buenas costumbres. De estos descuidos y licencias, a veces permitidas por los mismos padres, se podían derivar situaciones no deseadas. Y la sexualidad de la mujer está reconocida solamente en función de su maternidad. El ejemplo de la Virgen María estará siempre presente. El interés por mantener esta situación lo encontramos también en Benimaclet en el siglo XVIII. Cuando se elige alcalde y regidores se les lee las órdenes para que no aleguen ignorancia de lo que deben saber. La primera es la orden comunicada sobre los otorgados, en la línea expuesta por el arzobispo y que no admite duda.74 La Iglesia vela por la pureza y lamenta los peligros amorosos que hay que evitar, por lo menos hasta que hayan recibido la bendición ante la Iglesia. A partir de este momento la nueva familia tendrá una finalidad: procrear hijos. Hasta ese momento hay que mantener las formas. __________ 74 Archivo Municipal de Valencia, Benimaclet. LEÓN NAVARRO, V., “Dotes y matrimonio en el Alicante del siglo XVIII”, Canelobre, 29-30 (1995) 23-33. GRAULLERA, V., “Mujer, amor y moralidad...”, pág. 114.











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Finalmente, los mandatos, para su fiel cumplimiento, llevan aparejadas penas tanto pecuniarias como canónicas. Las primeras pueden ser de diversas cuantías, según la importancia del mandato. Las segundas se refieren a la pena de excomunión, de la que la Iglesia hace un uso abusivo, teniendo en cuenta la importancia que socialmente tenía esta pena de exclusión de la Iglesia y de la consecuente marginación social. Y, en algunos casos de reiteración, se pena con la cárcel. El vocabulario utilizado tanto en los Edictos como en los Mandatos nos da idea del poder ejercido a través de las visitas pastorales y su repercusión social, en tanto que poder civil y religioso van unidos. Verbos como mandar, prohibir, excomulgar, reprobar, requerir, condenar, exhortar, imponer, amonestar, fulminar o sustantivos como obediencia, pena, excomunión, pecado, escándalo, desorden, indecencia, desacato, ruina espiritual de las almas, ofensa a Dios, etc., nos indican el talante de la visita de inspección o de inquisición que se realizaba a cada parroquia.







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