Basta ya de irresponsabilidad

Basta ya de irresponsabilidad!!
El Gobierno Autónomo Municipal de La Paz ha elaborado y aprobado, entre 2012 y 2013, el Plan La Paz 2040 en el que se planifica una ciudad compleja, compacta y POLICENTRICA; el policentrismo no es solo una palabra, es una estrategia dirigida a atacar la saturación del centro urbano por la excesiva concentración de actividades en esta área que, por su antigüedad, no tiene condiciones para soportarla, a hacer eficientes los servicios, la movilidad urbana (acortar distancias), el transporte (controlar demanda), el ahorro de energía, la calidad ambiental y a facilitar el acceso de la población a la atención de sus requerimientos, en suma, generar algo tangible para el tan pregonado "vivir bien".
La Constitución vigente y la Ley Marco de Autonomías definen que la planificación urbana es "ATRIBUCIÓN EXCLUSIVA" de los gobiernos municipales, por tanto, todas las instancias, públicas, y privadas y todas sus dependencias deben respetar y considerar los alcances de la planificación municipal como condiciones a cumplir en sus pretendidos proyectos de "desarrollo". La Paz tiene como un mal inquilino al Gobierno Central, que no solamente no respeta las normas establecidas para la administración territorial (construcciones en ministerios e instituciones públicas sin aprobación municipal) sino que avasalla y desconoce la atribución exclusiva del gobierno de la ciudad que lo cobija, negándole la opción de opinar, de aceptar e incluso rechazar un proyecto antes de su ejecución, imponiendo proyectos que no incluyen en sus previsiones y costos la evaluación y mitigación de los impactos negativos que generan y menos consideran los lineamientos y estrategias de la planificación municipal.
Los "planificadores" del teleférico ¿han considerado, o mínimamente consultado, sobre los centros urbanos previstos por la planificación municipal a partir de los cuales se debiera ordenar el transporte masivo?, ¿han siquiera visto los alcances de estas condiciones urbanas que prevén un futuro ordenado de la ciudad?, ¿han trazado, CON el Gobierno Municipal, canales de ocupación de espacio aéreo y analizado el efecto de éstos sobre la propiedad privada, la propiedad pública, el valor del suelo y, por tanto, sobre la economía urbana y propuesto soluciones? Recientemente, la funesta transición de la gestión municipal ha suscrito un acuerdo con el Proyecto Teleférico para que éste se permita "la ocupación irrestricta de espacios públicos" de acuerdo con su conveniencia o necesidad, a esto alcanza la "planificación" del millonario proyecto, sin considerar que uno de los más acuciantes problemas de la ciudad es un muy alto déficit de espacio público
Hay irresponsabilidad en muchas obras de tinte faraónico propuestas por el Gobierno Central que, además de los cientos de millones de dólares ya invertidos en el teleférico y los cientos de millones previstos para las nuevas líneas, que harán de la ciudad un "alfiletero maravilloso", propone invertir más de mil millones de dólares en trenes para Santa Cruz y Cochabamba, seguramente con igual ausencia de planificación y avasallamiento sobre sus gobiernos locales, otros varios millones en la Casa Grande del Pueblo y en la ampliación del edificio del Congreso, sin siquiera analizar los impactos sobre el ya escaso y poco amigable espacio público, ahondando el problema de saturación y destruyendo patrimonio arquitectónico. Mientras, el Hospital del Niño y el Hospital de Oruro han colapsado y el Hospital Obrero, que, por la demanda, sirve a un área mucho mayor que la metropolitana, cuyo edificio es una de las joyas arquitectónicas del país, está en un lamentable estado de deterioro y falto de equipamiento.
Basta ya de irresponsabilidad, basta ya de politiquería, el Estado es el Gobierno Central, es el conjunto de Gobiernos Departamentales y Municipales y ese Estado, organizado en tres niveles e instancias, no subordinadas entre ellas, administra el dinero, la propiedad y el futuro de TODOS los bolivianos; sus autoridades son elegidas por todos y ninguna instancia de gobierno tiene el derecho de rechazar, avasallar o desconocer a las otras sólo porque los ciudadanos eligieron para administrarlas a los candidatos de la oposición hacia un partido circunstancialmente encumbrado en el poder.