Bases de la política exterior de la República Centralista en México

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Descripción

2015

[BASES DE LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO DURANTE LA REPÚBLICA CENTRALISTA 1835-1846] JOSÉ FRANCISCO GONZÁLEZ MÉNDEZ

Resumen En este documento se mencionarán las bases que influyeron en la política exterior de la primera República Centralista de México. Se utilizará el modelo de análisis de la política exterior propuesto por Rafael Velázquez Flores. El gobierno mexicano tenía poca capacidad de negociación internacional dados los conflictos internos, las débiles finanzas del gobierno y la falta de comunicaciones en el extenso territorio. Además, el factor externo jugó un papel decisivo y la política exterior de México fue de carácter reactivo.

Definición de Política Exterior La política exterior ha sido estudiada por varios autores. En esta tesis se retomará el concepto y metodología propuestos por Rafael Velázquez Flores en su libro Factores, bases y fundamentos de la política exterior de México ya que creemos que retoma muchos elementos señalados por autores como Robert Putnam y Mario Ojeda, entre otros. De este modo, la política exterior: Está conformada por aquellas conductas, posiciones, actitudes, decisiones y acciones que adopta un Estado más allá de sus fronteras, que se fundamentan en el interés nacional y en objetivos concretos. Dicha política se sustenta en un proyecto de nación específico y depende de la capacidad de negociación internacional del Estado. A su vez, la política exterior está determinada por los factores de situación tanto internos como externos.1

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Velázquez Flores, Rafael. Factores, bases y fundamentos de la política exterior de México, Plaza y Valdés, 2º edición, México, 2007, p. 20

1.2 Antecedentes de política exterior durante la República Federal 1821-1835 Antes de iniciar el análisis de la política exterior durante el período 1835-1846 se hará un breve análisis de los antecedentes durante la República Federal para poder observar cambios y continuidades. El interés nacional de México en 1821 era 1) consolidar su proceso de independencia, 2) preservar su soberanía e integridad territorial, 3) mejorar las condiciones económicas, 4) reducir las enormes diferencias sociales y 5) estabilizar el sistema político2. En 1821, la Junta Gubernativa del Imperio Mexicano creó una Comisión de Relaciones Exteriores para elaborar un Programa de Política Internacional. Este documento es importante porque representa el primer plan de política exterior del México independiente3. En el dictamen se señalaron las tareas para establecer de inmediato

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Velázquez Flores, Rafael. Factores, bases y fundamentos de la política exterior de México, Plaza y Valdés, 2º edición, México, 2007, p. 82 3 Velázquez Flores, Rafael. Factores, bases y fundamentos de la política exterior de México, Plaza y Valdés, 2º edición, México, 2007, p. 82-83

relaciones y negociar límites con base en cuatro criterios: la naturaleza, la dependencia, la necesidad y la política4. En 1822, las cortes españolas rechazaron los Tratados de Córdoba mediante los cuales, el último virrey, Juan de O’Donoju, había reconocido la independencia de la Nueva España. Posteriormente, la relación con España se vería afectada por las leyes de expulsión de los españoles. México recibió en 1822 el reconocimiento de Estados Unidos, pero tuvo problemas por la injerencia del embajador Joel R. Poinsett5 en la política interna del país. Además, también se tuvieron las primeras diferencias con el vecino del norte a causa de las tendencias separatistas de Texas. Durante el gobierno de Guadalupe Victoria se contrataron los primeros empréstitos extranjeros con las casas británicas Goldschmidt y Barclay. En 1826 se firmó el Tratado de Amistad con Londres. En 1823, se reconoció la independencia de la Federación de Provincias Unidas de Centroamérica. Por otra parte, aunque se intentó hacer realidad el sueño bolivariano de unión de los pueblos hispanoamericanos y pese a los esfuerzos de Lucas Alamán con el Pacto de Familia, esto no se logró por la inestabilidad de los gobiernos de la región. En cuanto a Francia, México nombró como representante a Tomás Murphy y en 1827 firmó un acuerdo comercial que equivalía a un reconocimiento de facto, pero el Congreso mexicano lo rechazó por la insistencia de los franceses de poder participar directamente en el comercio minorista. México firmó tratados de amistad con los Países Bajos en 1825; con Dinamarca, en 1827; y con Prusia y Sajonia, en 1831. Ese año se ratificó el acuerdo suscrito con las ciudades hanseáticas de Lubeck, Bremen y Hamburgo6. También destaca la labor

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Lajous Vargas, Roberta. Las relaciones exteriores de México (1821-2000), Colegio de México, México, p. 31 Las instrucciones de Poinsett eran: Fomentar el federalismo demócrata, negociar un tratado de libre comercio con base en la nación más favorecida, informar al gobierno mexicano que Estados Unidos no permitiría que prosperaran los proyectos de Colombia y México para liberar a Cuba y plantear la conveniencia de mover la frontera hacia el río Grande del Norte (Bravo). Véase a Josefina Zoraida Vázquez. “México y el expansionismo norteamericano” volumen I de México y el mundo. Historia de sus relaciones exteriores, Colegio de México, México, 2010. 6 Lajous Vargas, Roberta. Las relaciones exteriores de México (1821-2000), Colegio de México, México, p. 52 5

diplomática de Manuel Eduardo de Gorostiza, quien promovió las relaciones con Noruega y Rusia.

1.3 Situación interna del país durante la República Centralista 1835-1846 El objetivo de este apartado es describir la situación interna del país en términos económicos, políticos y sociales. La política exterior busca en el ambiente internacional aquellos elementos que puedan dar respuesta a las necesidades internas7, desde salvaguardar la integridad territorial de un país hasta mejorar los niveles de vida de población. A pesar del cambio de gobierno a un esquema centralista, la situación interna se mantenía prácticamente igual que durante la República Federal: crisis económica, inestabilidad política y grandes diferencias sociales8. Transición al Centralismo La República Centralista fue una forma de gobierno establecida en México durante 11 años. De acuerdo con la periodización hecha por Lajous Vargas9, se pueden distinguir cinco etapas de esta forma de gobierno: 

Un período inicial de transición que duró hasta la promulgación de las Siete Leyes en diciembre de 1836.



Las Siete Leyes fueron vigentes hasta la segunda presidencia del general Anastasio Bustamante, que terminó en septiembre de 1841 cuando fue depuesto por un golpe militar.



La primera dictadura de Santa Anna, la cual se prolongó hasta junio de 1843 sobre las Bases de Tacubaya.



La segunda Constitución centralista de fines de 1843, bajo la cual se eligió a Santa Anna, quien fue depuesto en diciembre de 1844, y después tuvo lugar la elección de José Joaquín Herrera.

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Velázquez Flores, Rafael. Factores, bases y fundamentos de la política exterior de México, Plaza y Valdés, 2º edición, México, 2007, p. 26 8 Velázquez Flores, Rafael. Factores, bases y fundamentos de la política exterior de México, Plaza y Valdés, 2º edición, México, 2007, p. 93 9 Lajous Vargas, Roberta. Las relaciones exteriores de México (1821-2000), Colegio de México, México, p. 60



El golpe militar en diciembre de 1845 que estableció la dictadura del general Mariano Paredes y Arrillaga, la cual duró de enero a agosto de 1846, cuando se restableció la Constitución federal de 1824. Desde la época del virreinato, el enorme territorio y la falta de comunicaciones

condujeron a un regionalismo que fue fortalecido por el establecimiento de las intendencias y las diputaciones provinciales. En 1824, la Constitución logró evitar una ruptura de la naciente República con la implantación de un sistema federalista. El federalismo se vio debilitado por los constantes levantamientos que impidieron sucesiones presidenciales ordenadas y el temor a una posible fragmentación de la república. No obstante, la principal razón del fin del federalismo fue el temor de cierta elite en el poder que temía a los levantamientos populares, como los desórdenes de 1827 y 1828. En 1833, el vicepresidente Gómez Farías emprendió una serie de reformas radicales y colocó en puestos clave del gobierno y el ejército a sus simpatizantes. El ex vicepresidente Anastasio Bustamante y los generales Felipe Codallos, Manuel Rincón y Miguel Cervantes fueron algunos de los muchos despojados de su grado militar; Alamán y otros ex miembros del gabinete fueron acusados de complicidad en el asesinato de Vicente Guerrero; el obispo Pablo Vázquez de Puebla debió marchar al exilio por sus esfuerzos públicos en contra de las reformas. Además, en junio de ese año se expidió la Ley del Caso. Además de ocupar las burocracias y los cargos militares, el nuevo gobierno recurrió a la prensa. Los periódicos defendían la abolición de toda calificación de propiedad e ingreso para el derecho al voto, prometían la igualdad para todos y la eliminación de las clases privilegiadas de la sociedad colonial10. La iglesia y el ejército vieron amenazados sus privilegios y se opusieron al gobierno a cargo del vicepresidente. Los hombres de bien, tanto liberales como conservadores, sentían un temor común al extremismo y al levantamiento social, por lo que decidieron recurrir a Santa Anna, quien se había retirado a su hacienda de Manga de Clavo en diciembre de 1833 para desvincularse de las acciones de su propio gobierno.

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Michael P. Costaloe. La República Central en México, 1835-1846. Fondo de Cultura Económica, México, 2000, p. 54

El desmantelamiento de la federación y la transición a una República centralizada se inició en cuanto Santa Anna regresó a la capital. Se presentó una gran depuración de los personajes cercanos a Gómez Farías. El 17 de junio de 1834 fueron separados de sus puestos José Bernardo Couto, Manuel Crescencio Rejón, Manuel Eduardo Gorostiza, José Espinoza de los Monteros y Juan Rodríguez Puebla11. Ya en 1828 y 1829 se habían aliado políticos moderados de todas las corrientes políticas para acabar con el extremismo encarnado por los yorkinos. Ahora, esos mismos hombres, incluyendo a progresistas como Manuel Gómez Pedraza, Guadalupe Victoria y Francisco García, gobernador de Zacatecas, coincidían en la necesidad de poner fin a la reforma. Santa Anna promulgó una ley que convocaba a la elección de nuevos diputados federales y estatales. La intención de las elecciones era eliminar de la escena política a los radicales y garantizar que los futuros órganos legislativos de nivel nacional y estatal estuvieran dominados por hombres de bien. En diarios como El Telégrafo se defendía la idea se defendía la posesión de propiedades para ser candidato y se calificaba de insensata la demanda radical de lograr la representación de todos los estratos sociales12. Luego de una votación con un escaso interés del pueblo, resultaron electos hombres de bien de varios sectores de la sociedad: clérigos, generales, abogados, hacendados, burócratas y legisladores que habían sido parte del Congreso durante el régimen de Bustamante de 1830 a 1832. De esta manera, se preparó el camino para iniciar la transición al centralismo.

República Centralista 1835-1846 En este apartado se iniciará el estudio de los factores, bases y fundamentos de la política exterior mexicana durante la República Centralista. Primero se analizarán los actores gubernamentales y no gubernamentales que influyeron en el proceso de toma de 11

Michael P. Costaloe. La República Central en México, 1835-1846. Fondo de Cultura Económica, México, 2000, p. 58 12 Michael P. Costaloe. La República Central en México, 1835-1846. Fondo de Cultura Económica, México, 2000, p. 60-66

decisiones y después se analizarán los factores internos que incidieron en el diseño de la política exterior de México en este período. Puertos y Entrepot Mario Trujillo Bolio hace un análisis de la actividad mercantil gestada en el puerto de Tampico durante las primeras siete décadas del siglo XIX. Menciona como fue que ese puerto se convirtió en un polo vital de entrada y salida de mercaderías provenientes de Nuevo León, Zacatecas y San Luis Potosí y la forma en que estaba conectando al comercio ultramarino con los países europeos13. Entrepot: Aquel centro o plaza comercial que, por su ubicación estratégica para el mercado interno y externo, hace posible la pronta entrada y salida de productos y manufacturas, tanto de los producidos en el mercado interno como de los provenientes del mercado exterior14. Economía El gobierno central tenía poco control de las rentas originadas en el comercio exterior por la fuerza de los grupos regionales, los levantamientos y la gran extensión del territorio. El 11 de marzo de 1837, el régimen centralista expidió el tercer y amplio Arancel General de Aduanas Marítimas y Fronterizas. Con este arancel se permitió la admisión de los buques de los países con los que México no estuviera en guerra en los puertos habilitados para el comercio exterior: Sisal, Campeche, Tabasco, Veracruz, Santa Ana de Tamaulipas y Matamoros, en el Seno mexicano; Acapulco y San Blas, en el mar del Sur; Guaymas en el Golfo de California; y Monterrey en el mar de la Alta California15. En virtud del bloqueo de la flota francesa sobre Veracruz, el 12 de mayo de 1838 se estableció un premio a quienes importasen azogue que no fuera propiedad francesa en buques extranjeros neutrales o nacionales. Además, cinco días después, se habilitaron

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Mario Trujillo Bolio. La vida portuaria en Tampico. Su comercio exterior, movimiento marítimo y concurrencia de casas mercantiles 1800-1870, Ediciones del Lirio, México, 2013 14 Trujillo Bolio, Mario. La vida portuaria en Tampico. Su comercio exterior, movimiento marítimo y concurrencia de casas mercantiles 1800-1870, Ediciones del Lirio, México, 2013, p. 15 15 Cruz Barney, Óscar. El comercio exterior de México 1821-1928, Universidad Nacional Autónoma de México, México, p.52

para el comercio exterior los puertos de Alvarado, Tuxpan, Cabo Rojo y Soto La MarinaIsla del Carmen, en el Seno mexicano; y Huatulco y Manzanillo en el Océano Pacífico16. Actores que participaron en la formulación de la política exterior Congreso Para el análisis del papel del Congreso en esta época destaca la obra de Reynaldo Sordo Cedeño17, quien busca ejemplificar la lucha por el poder en México entre 1833 y 1841 a partir del papel del Congreso y de los legisladores que lo integraron. Como bien señala, los centralistas, para resolver la crisis política, intentaron controlar el poder personalista de los caudillos militares, buscaron integrar los intereses regionales en un esquema nacional y otorgaron concesiones a los liberales18. Los centralistas del Congreso realizaron el cambio en la forma de gobierno, entre enero y octubre de 1835, que llevó al poder legislativo a convertirse en Constituyente y a redactar las Bases del sistema central. Los congresos centralistas tenían conciencia del problema del agio y tuvieron como proyecto económico la formación de una industria nacional protegida de la competencia extranjera. En 1841, sólo los centralistas más radicales como Sánchez de Tagle, Alamán, Arrillaga, Anzorena y Cuevas, entre otros, seguían pensando que las Siete Leyes eran buena opción para constituir al Estado mexicano y dar estabilidad y crecimiento económico al país. Sin embargo, dos ideas que promovían los hombres de bien se mantendrían: la democracia dirigida y la centralización del poder político19.

Ejecutivo Ejército

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Cruz Barney, Óscar. El comercio exterior de México 1821-1928, Universidad Nacional Autónoma de México, México, p.55 17 Reynaldo Sordo Cedeño. El Congreso en la primera república centralista, Colegio de México-Instituto Tecnológico Autónomo de México, México, 1993 18 Sordo Cedeño, Reynaldo. El Congreso en la primera república centralista, Colegio de México-Instituto Tecnológico Autónomo de México, México, 1993, p. 11 19 Sordo Cedeño, Reynaldo. El Congreso en la primera república centralista, Colegio de México-Instituto Tecnológico Autónomo de México, México, 1993, p. 423

En septiembre de 1821 se consumó la independencia con la entrada del ejército trigarante a la ciudad de México. La guerra había dejado detrás de sí ruina y destrucción en gran parte del territorio nacional. La amenaza de reconquista en España y la presencia de bandoleros en los caminos impidieron la desmovilización de las fuerzas locales y regionales formadas durante la lucha. Los militares ostentaron un gran poder durante todo el siglo XIX porque contaban con amplias relaciones políticas y sociales así como con la capacidad de movilizar las fuerzas a su mando para lograr sus propios fines. Si sabían movilizarse en su entorno, “estos oficiales obtenían nuevos ascensos y grados con los que garantizaban el goce del fuero, la permanencia bajo su mando de tropa miliciana (activa o cívica) y por lo general no salían a campaña fuera de su provincia o localidad20”. Secretaría de Relaciones Exteriores Representantes diplomáticos y consulares Facciones políticas Uno de las situaciones pendientes era la reconciliación de las diversas facciones y de las diferencias de opinión sobre el sistema político que debía establecerse. Las distintas formas de gobierno implantadas “se enfrentaron a los mismos problemas: estancamiento económico, antagonismo entre el centro y las regiones, políticas faccionistas y, lo más importante, la falta de un sentimiento de nación21”. Cabe aclarar que en la primera mitad del siglo XIX no se puede hablar de la presencia de partidos políticos en México, más bien se trata de grupos con una forma de pensar semejante, con intereses comunes o de amistad, simpatía o parentesco, pero sin una organización y compromisos claros, lo que permitían que pasaran de un grupo a otro con facilidad22.

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Aguilar Sánchez, Martín y Ortiz Escamilla, Juan. Historia general de Veracruz, Gobierno del Estado de Veracruz, México, 2011, p. 242 21 Vega, Mercedes de (coordinadora). Historia de las Relaciones Exteriores de México, 1821-2010. Volumen V Europa, Secretaría de Relaciones Exteriores, México, 2011, p. 30 22 Sordo Cedeño, Reynaldo. El Congreso en la primera república centralista, Colegio de México-Instituto Tecnológico Autónomo de México, México, 1993, p. 12

Grupos Políticos durante la Primera República Centralista en México

1832-1833

1833-1834

1834-1835

1835-1837

-Yorkinos -Escoceses -Liberales sin filiación a ninguno de los anteriores

Partido del progreso o de los liberales

Exaltados, sansculottes, ultrafederalistas o radicales

Federalistas exaltados

Puros, liderados por Gómez Farías

Amigos del general Santa Anna

Seguidores de Santa Anna

Moderados o federalistas

Federalistas moderados

Moderados pedracistas

Grupo de Santa Anna

Simpatizantes de Santa Anna

Centralistas

Exaltados antigobiernistas

-Eclesiásticos de influencia -Miembros de la administración de Bustamante -Ex iturbidistas -Ex borbonistas -Algunos escoceses -Hombres de bien sin filiación política

Grupo de los hombres de bien

Partidarios de Santa Anna

Centralistas

1837-1841

Moderados progobiernistas

Elaboración propia a partir de Reynaldo Sordo Cedeño. El Congreso en la primera república centralista, Colegio de México-Instituto Tecnológico Autónomo de México, México, 1993

Empresarios Prensa Iglesia Extranjeros Los españoles conformaron la comunidad extranjera más numerosa en México en la primera mitad del siglo XIX: en 1821 no superaban los 10.000 individuos, cifra que se redujo a un tercio en 1827 por la ley de expulsión, mientras que en 1840 eran alrededor de 5.000. En segundo lugar aparece el contingente francés, quienes representaban en 1843 entre 2.600 y 2.800 individuos. Por su parte, de nacionalidad alemana había 44 personas en 1826 y para la siguiente década había 1.000 alemanes. En relación con los británicos, éstos alcanzaron la suma de 534 en 182623.

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Cifras citadas por Manuel Gerardo Medina Reyes en su tesis de maestría en Historia Venidos allende el Atlántico. Inmigrantes franceses en Veracruz, UNAM, México, 2014, pp. 6-7

Respecto de la comunidad francesa, cabe mencionar algunas ideas que destaca Medina Reyes en su tesis sobre los inmigrantes galos en Veracruz. Un pequeño sector logró entretejerse con la sociedad local al utilizar mecanismos sociales –matrimonios, compadrazgos e interacciones económicas-; por otro lado, un grupo sólo estaba en el país por cuestiones políticas, jurídicas, sociales o económicas específicas. Además, los franceses ejercieron un amplio abanico de profesiones que incluían el comercio, la enseñanza, la medicina y el artesanado, así como la agricultura24 Millonarios aventureros con los relatos novelistas en mente y el libro de Humboldt en la bolsa

Interés científico

Huir de las turbulencias sociales en su país de origen

Hombres de negocios que deseaban invertir en el comercio o las minas

Espías e informantes de los gobiernos extranjeros

Razones por las que los extranjeros llegaron a México en la primera mitad del siglo XIX

Migrantes de origen humilde que buscaban una vida mejor

Exilios voluntarios

Elaboración propia a partir de Chantal Cramaussel. “Imagen de México en los relatos de viajes franceses: 1821-1862” en Pérez Siller, Javier (coord.) MéxicoFrancia. Memoria de una sensibilidad común. Siglos XIX-XX, Universidad Autónoma de Puebla-El Colegio de San Luis-CEMCA, México, 1998

1.4 Contexto Internacional Una vez descrita la situación internacional, procederemos a analizar los factores externos. Para realizar esto, se describirá la situación imperante en el Caribe en el siglo XIX, incluyendo el papel de las potencias europeas en la región, el grado de polarización de interdependencia existentes, la distribución del poder y la riqueza y la presencia y alcance de los regímenes internacionales. La interdependencia se refiere al nivel de interconexión, es decir, el volumen de bienes, servicios, personas e información que fluye a través de las fronteras, y 24

Medina Reyes, Gerardo Manuel. Venidos allende el Atlántico. Inmigrantes franceses en Veracruz, tesis presentada para obtener el grado de maestría en Historia, UNAM, México, 2014

vulnerabilidad y sensibilidad, que significa el efecto potencial de las acciones de un país sobre otro25. La polarización se refiere a la flexibilidad o rigidez de las alianzas entre los actores, con lo que se determina el tipo de sistema internacional o regional: unipolar, cuando existe una potencia dominante; bipolar, cuando existen dos bloques antagónicos; y multipolar cuando hay tres o más polos26. El poder es el eje de la política internacional, mientras que la riqueza y el mercado lo son de la economía internacional27. Los regímenes se definen como el conjunto de principios, reglas, procedimientos y normas que se establecen de manera explícita o implícita, formal o informalmente, para regular las interacciones entre sus miembros, evitar el conflicto y promover la cooperación en diferentes áreas de la agenda internacional28. El Caribe en el siglo XIX Existen distintas formas de delimitar y conceptualizar el Caribe. Laura Muñoz hace mención del Golfo-Caribe como una “doble cuenca integrada por el Golfo de México y el mar Caribe, que juntos forman un mar interior y un archipiélago29”. En este artículo, el Caribe es considerado el espacio geográfico cuyos límites son la costa de Luisiana al norte; los litorales de la península de la Florida y las grandes Antillas, incluyendo Bahamas, al noreste; las costas de Venezuela, Colombia y Panamá al sur; los bordes de México y Centroamérica al oeste; y las pequeñas Antillas al este. A finales del siglo XV, el Caribe se insertó en las esferas de dominio colonial de algunos países europeos, lo que permitió la formación de una red de interdependencia entre esta región y el Viejo Mundo, así como entre el Caribe y los territorios continentales americanos, por el flujo de personas y bienes. Posteriormente, este espacio geográfico 25

Velázquez Flores, Rafael. Factores, bases y fundamentos de la política exterior de México, Plaza y Valdés, 2º edición, México, 2007, p. 28 26 Véase a Rafael Velázquez Flores. Factores, bases y fundamentos de la política exterior de México, Plaza y Valdés, 2º edición, México, 2007 27 Velázquez Flores, Rafael. Factores, bases y fundamentos de la política exterior de México, Plaza y Valdés, 2º edición, México, 2007, p. 29 28 Velázquez Flores, Rafael. Factores, bases y fundamentos de la política exterior de México, Plaza y Valdés, 2º edición, México, 2007, p. 29 29 Laura Muñoz Mata. En el interés de la nación. Mexicanos y estadounidenses en el Golfo-Caribe, 1821-1830, México, Instituto Mora, 2004, p. 17

adquirió una importancia fundamental por el comercio triangular desarrollado entre las colonias y las metrópolis europeas30. A pesar de que la caña de azúcar se convirtió en el cultivo más importante del Caribe en el siglo XIX31, también se producían café, tabaco y otras frutas. En los puertos se concentraba la mayor parte de la población y eran el punto de contacto con el resto del mundo a través del comercio exterior y de los viajeros que llegaban con las noticias y los nuevos conocimientos e ideas. Gran Bretaña había abolido la esclavitud en sus islas y había llegado a algunos acuerdos con España, pero el tráfico de negros se mantenía en la región. Las islas caribeñas también eran habitadas por europeos y estadounidenses que tenían negocios y propiedades. Además, formaban parte de la ruta que recorrían los representantes diplomáticos y consulares hacia América, Europa o Estados Unidos. En el Caribe español del siglo XIX, la esclavitud se adoptó a las nuevas condiciones de producción y consumo que permitieron a los plantadores abrir y operar superficies y molinos en una escala mucho más amplia. Debido al auge de la demanda europeo y estadounidense de azúcar, café y algodón, los plantadores e inversionistas introdujeron molinos de vapor para extraer y refinar azúcar, trenes para transportar sus bienes a los puertos y buques de vapor para transportarlos por el Atlántico. El primer tren en América Latina, la vía de 51 kilómetros de largo La Habana – Güines, conectó a la frontera azucarera con el mundo atlántico32”. En el siglo XIX, Gran Bretaña era el mayor imperio del mundo y para buscar dar salida a su exceso de mercancías resultado de los avances tecnológicos logrados a partir de la revolución industrial, defendía el libre comercio, los aranceles bajos y la moneda fuerte.

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Véase a Grafenstein Gareis, Johanna von. Nueva España en el Circuncaribe 1779-1808. Revolución, competencia imperial y vínculos intercoloniales. 31 La expansión de la demanda del azúcar a finales del siglo XVIII coincidió con algunos hechos: la guerra de independencia de Estados Unidos, país que dejó de importar azúcar del Caribe inglés durante la lucha; en 1791 comenzó la revolución en Haití, lo que acabó con la oferta del hasta entonces mayor exportador mundial de azúcar; y en esa época inciaron los esfuerzos encaminados a la abolición de la esclavitud. Véase a Antonio Santamaría García. “Las islas españolas del azúcar (1760-1898). Grandes debates en perspectiva comparada y caribeña”, América Latina en la Historia Económica, número 35, enero-junio 2011, pp. 149-176 32 Véase a Palmié, Stephan y Scarano, Francisco (editores). The Caribbean. A History of the Region and Its Peoples, The University of Chicago Press, Estados Unidos, 2011

La preeminencia de Gran Bretaña en este período se debe a tres factores históricos: la supremacía de la armada británica, la ventaja en la revolución industrial y el hecho de que Londres controlara casi la tercera parte del comercio mundial y manejara una parte mayor del capital disponible para préstamos e inversiones, así como la fragmentación del poder político en Europa33. Castlereagh ya había descartado cualquier ambición territorial en América Latina, aunque cabe señalar que Gran Bretaña ya le había arrebatado territorios en el Caribe a España y Holanda, además de obtener algunos más en la Convención de Viena de 1815 y de tener influencia en Centroamérica con el reino de la Mosquitia34. La estrategia inglesa fue negociar tratados bilaterales de amistad, comercio y navegación a cambio del reconocimiento, además de buscar ejercer el papel de mediadora entre España y las colonias recién independizadas. La corona británica también propuso al gobierno de Estados Unidos emitir una declaración conjunta para impedir la reconquista de las ex colonias, pero la propuesta fue rechazada y en su lugar se enunció la Doctrina Monroe en 1823. En el siglo XIX se produce una transformación del imperio británico. Tras perder a sus colonias más pobladas, con la independencia de Estados Unidos, Gran Bretaña desvía de manera gradual su atención a América Latina, Asia y África, aunque no por eso descuida sus posesiones caribeñas. Reconocimiento español Para adquirir personalidad en la comunidad internacional, un Estado requiere población permanente, un territorio determinado, un gobierno y, sobre todo, la capacidad de entrar en relaciones con los demás Estados mediante el reconocimiento35. Una vez consumada la independencia, México necesitaba el reconocimiento de la ex metrópoli, pero “España

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Véase a Tony Smith. Los modelos del imperialismo. Estados Unidos, Gran Bretaña y el mundo tardíamente industrializado desde 1815, Fondo de Cultura Económica, México, 1984, p. 37-38 34 “Luego de una larga disputa con España, los británicos confirmaron en definitiva su dominio de las Honduras Británicas (hoy Belice) al ganar la Batalla de St. George’s Caye en 1798. La Guyana (colonias de Demerara, Essequibo y Berbice) fue tomada a los holandeses, aliados de Napoleón, en 1803. En 1815, el Congreso de Viena ratificaría las nuevas adiciones al Imperio Británico en la región, que incluían igualmente a Trinidad (después unida a Tobago) y Santa Lucía”. Eugenio Vargas García. “¿Imperio informal? La política británica hacia América Latina en el siglo XIX”, Foro Internacional, volumen XLVI, número 2, abril-junio 2006, pp. 360 35 Véase a Ismael Moreno Pino. La Diplomacia, México, Fondo de Cultura Económica, 2001, p.118

pretendía recuperar el territorio americano y negociar la condición del mantenimiento del antiguo virreinato en la estructura monárquica-imperial36”. A pesar de los esfuerzos mexicanos, “la posición de España descansaba en una política única y sólida: no se habría de otorgar el reconocimiento de la independencia. Esa posición fundamental se mantuvo durante todo el reinado de Fernando VII37”. Los intentos de reconquista militar de Fernando VII evitaron que se llegara a un acuerdo entre España y México, pero esto no impidió que el país recién independizado rompiera las relaciones que mantenía con Cuba. La capitulación de San Juan de Ulúa en 1825 permitió al gobierno mexicano intentar poner fin a la amenaza que suponía la presencia española en Cuba. A pesar de que el Congreso mexicano rechazó una primera propuesta del presidente Guadalupe Victoria para organizar una expedición a la isla en 1825, si aprobó al año siguiente la realización de una expedición conjunta con la Gran Colombia38. El proyecto conjunto no pudo llevarse a cabo debido a la falta de atención del Congreso de Panamá hacia el asunto cubano, a los problemas financieros e internos de la administración colombiana y, sobre todo, a la oposición de Gran Bretaña y Estados Unidos a alterar el estatus quo en el Caribe39. Después de que España reforzó su presencia militar en 1826, México vio acrecentadas sus preocupaciones por el descubrimiento de la conspiración monarquista del fraile Joaquín Arenas en 1827. Este ambiente fue aprovechado por los yorkinos del Congreso para desplazar del poder a los sectores favorables a un acuerdo con la ex metrópoli. El gobierno mexicano emitió un decreto para la expulsión de los españoles en diciembre de 1827 y uno más en marzo de 1829. En julio de ese año, Isidro Barradas 36

Agustín Sánchez Andrés y Raúl Figueroa Esquer. México y España en el siglo XIX. Diplomacia, relaciones triangulares e imaginarios nacionales, México, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo-Instituto Tecnológico Autónomo de México, 2003, p. 11 37 Costeloe, Michael P. La respuesta a la independencia. La España imperial y las revoluciones hispanoamericanas, 1810-1840, Fondo de Cultura Económica, México, 1989, p. 20 38 Véase a Agustín Sánchez Andrés y Raúl Figueroa Esquer. México y España en el siglo XIX. Diplomacia, relaciones triangulares e imaginarios nacionales, México, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo-Instituto Tecnológico Autónomo de México, 2003 39 Véase a Agustín Sánchez Andrés y Raúl Figueroa Esquer. México y España en el siglo XIX. Diplomacia, relaciones triangulares e imaginarios nacionales, México, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo-Instituto Tecnológico Autónomo de México, 2003, pp. 35-36

ocupó Tampico, pero no logró recabar apoyo para la causa del restablecimiento del dominio español y la expedición española capituló dos meses más tarde. La muerte de Fernando VII en 1833 eliminó el mayor obstáculo a la reconciliación entre España y su ex colonia. A nivel nacional, “la caída del gabinete de Gómez Farías y sus sustitución por la administración interina de Miguel Barragán hicieron asimismo más receptivas a las autoridades mexicanas a la iniciativa española40” formulada en 1835. España pudo acelerar las negociaciones gracias al dictamen emitido por el Consejo Real de España e Indias el 11 de septiembre de 1835. “Este dictamen recomendaba al gobierno renunciar a condicionar el reconocimiento a la obtención de algún tipo de compensación41” dado que el gobierno mexicano ya había reconocido como suya la deuda contraída por las autoridades virreinales mediante la ley del 28 de junio de 1824. En las conversaciones también influyeron los diputados de las ciudades comerciales que buscaban reanudar el negocio con las ex colonias. En octubre de 1836, México expidió un decreto que declaraba el cese de hostilidades y la apertura de los puertos mexicanos al comercio español, lo que facilitó aún más las negociaciones en España. “El 28 de diciembre de 1836, Santa María y Calatrava firmaban en Madrid el Tratado de Paz y Amistad que establecía el nuevo marco en el que se desarrollarían las relaciones de México con su antigua metrópoli42”. La mayor de las preocupaciones españolas fue abordada en una disposición secreta por la que México se comprometía a impedir actividades hostiles a la soberanía española en Cuba y Puerto Rico. Importancia geopolítica de Cuba Las relaciones entre México y Cuba en el siglo XIX tienen un carácter peculiar por tratarse un Estado nación que busca consolidarse y una nación colonial que realiza la fundación 40

Agustín Sánchez Andrés y Raúl Figueroa Esquer. México y España en el siglo XIX. Diplomacia, relaciones triangulares e imaginarios nacionales, México, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo-Instituto Tecnológico Autónomo de México, 2003, pp. 44 41 Agustín Sánchez Andrés y Raúl Figueroa Esquer. México y España en el siglo XIX. Diplomacia, relaciones triangulares e imaginarios nacionales, México, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo-Instituto Tecnológico Autónomo de México, 2003, pp. 46 42 Agustín Sánchez Andrés y Raúl Figueroa Esquer. México y España en el siglo XIX. Diplomacia, relaciones triangulares e imaginarios nacionales, México, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo-Instituto Tecnológico Autónomo de México, 2003, pp. 47

política de su Estado43. Además, no pueden ubicarse únicamente en el plano bilateral ya que se desarrollan en un contexto internacional donde resaltan como actores España, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, y dentro de los flujos políticos, sociales y culturales del Circuncaribe. Primera intervención francesa El viraje al sistema centralista, inclinada al proteccionismo y desconfiada de las cláusulas de reciprocidad de los tratados comerciales, condujo al desconocimiento de la convención firmada entre Deffaudis y Santa Anna. Los vínculos con Francia resultarían nuevamente perjudicados cuando el gobierno dejó claro que no se haría responsable del daño hecho a los extranjeros. A partir de ese momento, el plenipotenciario francés estuvo decidido a presentar las reclamaciones que había en los archivos de la legación y a exigir que se permitiera a los franceses la libre práctica del comercio minorista y que se les exentara de los préstamos forzosos44. El gobierno mexicano estaba dispuesto a ceder en cuanto al tratado comercial, pero no permitiría que los franceses practicaran el libre comercio al menudeo ni los exentaría de los préstamos forzosos. Deffaudis logró que el primer ministro francés, el conde Molé, pidiera una acción armada. El rey apoyó la acción de su representante para imponer a México un ultimátum en caso de que se negara a aceptar las demandas. Ante la negativa mexicana, se impuso el bloqueo de Veracruz el 16 de abril de 1838. Los franceses exigían 600.000 pesos, la exención a los préstamos forzosos y la posibilidad de llevar a cabo comercio minorista. “El bloqueo a Veracruz fue la primera acción francesa contra México. Acto seguido, el gobierno mexicano autorizó el comercio internacional en los puertos de Alvarado, Tuxpan, Cabo Rojo, Soto la Marina, Isla del Carmen, Manzanillo y Huatulco45.”

43

Véase a Rafael Rojas. Cuba Mexicana. Historia de una anexión imposible, Secretaría de Relaciones Exteriores, México, 2001 44 Antonia Pi-Suñer et al. Historia de las Relaciones Internacionales de México, 1821-2010. Europa, Secretaría de Relaciones Exteriores, México, p. 68 45 Aguilar Sánchez, Martín y Ortiz Escamilla, Juan. Historia general de Veracruz, Gobierno del Estado de Veracruz, México, 2011, p. 248

La disputa con el gobierno francés se prolongó, por lo que París decidió enviar una nueva escuadra

y

nombró

al

experimentado

contralmirante

Charles

Baudin

ministro

plenipotenciario para negociar con base en las reclamaciones presentadas por Deffaudis. Baudin llegó en octubre de 1838 al puerto de Veracruz para exigir el cumplimiento del ultimátum presentado por Deffaudis, más el pago de 200.000 pesos como indemnización por los gastos de la expedición46. Nuevamente fracasaron las negociaciones entre las partes en disputa y el mes siguiente las fuerzas francesas se apoderaron de San Juan de Ulúa. Cuando llegó Pakenham con la flota británica, México y Francia aceptaron el ofrecimiento de Gran Bretaña como mediador. Baudin aceptó ante la superioridad de la fuerza británica. En el caso de Bustamante, su administración enfrentaba movimientos federalistas como el encabezado por José Urrea, quien negoció con Baudin la apertura de los puertos bajo control de los federalistas: Tampico, Matamoros, Tuxpan y la Soto de la Marina. Las negociaciones culminaron con la firma, en marzo de 1839, de un tratado de paz y de una convención para el pago de las reclamaciones. El tratado establecía que Francia recibiría el privilegio de nación más favorecida mientras se negociaba un acuerdo de comercio y navegación. La convención estipulaba que México pagaría 600.000 pesos en numerario, en tres libramientos consecutivos contra la aduana de Veracruz47. Guerra con Estados Unidos Con la firma del Tratado de París de 1783, Gran Bretaña reconoce la independencia de Estados Unidos, aunque queda pendiente el asunto de las fronteras. “Inglaterra le transfiere la soberanía nominal de la enorme franja situada entre los Apalaches y el río Misisipi, desde los Grandes Lagos, en el norte, hasta el paralelo 31 en el sur48”. España mira con recelo la ampliación del territorio estadounidense hacia la Luisiana y en 1784 decide impedir la navegación a través del Misisipi a todas las embarcaciones 46

Antonia Pi-Suñer et al. Historia de las Relaciones Internacionales de México, 1821-2010. Europa, Secretaría de Relaciones Exteriores, México, p. 70 47 Antonia Pi-Suñer et al. Historia de las Relaciones Internacionales de México, 1821-2010. Europa, Secretaría de Relaciones Exteriores, México, p. 70-71 48 Marcela Terrazas y Basante y Gerardo Gurza Lavalle. Las relaciones México-Estados Unidos 1756-2010. Imperios, repúblicas y pueblos en pugna por el territorio 1756-1867, México, Universidad Nacional Autónoma de México-Secretaría de Relaciones Exteriores, 2012, p. 72

estadounidenses, aunque cuatro años después abrió la desembocadura del río a los navíos estadounidenses mediante el pago de un arancel de 15 por ciento49. Más tarde, por medio del Tratado de San Lorenzo de 1795, España reconoce la frontera estadounidense en el paralelo 31, permite el libre tránsito por el río Misisipi a navíos y mercancías de Estados Unidos y cede el derecho de depósito de mercancías en Nueva Orleans. Después, una vez que Napoleón descarta la idea de defender la presencia francesa en Luisiana, Estados Unidos obtiene dicha región inmensa a cambio de 15 millones de dólares. Luisiana pasa a ser el territorio “capaz de mantener una república de pequeños granjeros independientes por los siguientes mil año, según la visión de ensueño de Jefferson50”. Expansionismo de Estados Unidos y su política hacia América Latina 1763-1819

Tratado de París 1763

Francia cedió Canadá y el territorio de Luisiana al este del Misisipí a Gran Bretaña; y a España cedió Nueva Orleans y el territorio de Luisiana al oeste de Misisipí.

Primeras acciones ante los procesos de independencia

El Departamento de Estado ordenó a sus ministros en Gran Bretaña, Francia, Rusia y Dinamarca promover el reconocimiento de los rebeldes hispanoamericanos

Tratado de París 1783

Tratado de San Lorenzo 1795

Compra de Luisiana 1803

Gran Bretaña reconoció la Confederación de Estados Unidos de América.

España accede al derecho de navegación libre por el Misisipí y de embarque en Nueva Orleans. También se comprometió a evitar las incursiones indígenas hacia territorio norteamericano.

En Estados Unidos despertó la pretensión de absorber Texas hasta el Río Grande

Se enviaron cónsules y agentes espías, incluyendo a William Shaler en Veracruz y La Habana y a Joel R. Poinsett en Buenos Aires, Chile y Perú

El Congreso estadounidense fijó las condiciones en que se basarían las futuras relaciones con los países hispanoamericanos: el comercio y la adopción del régimen republicano.

Tratado Adams-Onís 1819

España abandonó los títulos que tenía en la costa norte del Pacífico por sus exploraciones durante el siglo XVIII y accedió a fijar la frontera de Nueva España en el paralelo 42

Elaboración propia a partir de Josefina Zoraida Vázquez. “México y el expansionismo norteamericano”. Volumen I de México y el mundo. Historia de sus relaciones exteriores, Colegio de México, México, 2010

49

Marcela Terrazas y Basante y Gerardo Gurza Lavalle. Las relaciones México-Estados Unidos 1756-2010. Imperios, repúblicas y pueblos en pugna por el territorio 1756-1867, México, Universidad Nacional Autónoma de México-Secretaría de Relaciones Exteriores, 2012 pp.76-78 50 Marcela Terrazas y Basante y Gerardo Gurza Lavalle. Las relaciones México-Estados Unidos 1756-2010. Imperios, repúblicas y pueblos en pugna por el territorio 1756-1867, México, Universidad Nacional Autónoma de México-Secretaría de Relaciones Exteriores, 2012 p.83

Durante todo su proceso de expansión, en la mente de los estadounidenses está presente la noción del destino manifiesto: creen que son un pueblo favorecido por Dios, la ciudad en la colina. El interés norteamericano en el Caribe quedaba manifiesto en tres proyectos vinculados: dar seguimiento a todos los acontecimientos en Cuba por su ubicación geoestratégica, conseguir el territorio texano para ampliar su frontera en el Golfo de México tras obtener Luisiana y Florida y proteger el comercio en el mar Caribe51. Los estadounidenses también recurrieron al bloqueo naval de México. Dado que Veracruz estaba bloqueado desde mayo de 1846, el gobierno federal habilitó dos meses después los puertos de Alvarado, Tuxpan, Coatzacoalcos, Soto la Marina y Tecolutla. “En todo el litoral se organizó la guardia nacional, es decir, civiles que empuñaban sus armas en defensa de su tierra52”. Interés Nacional, Objetivos de Política Exterior Con base en la situación interna y externa, se podrá identificar el interés nacional. Después se podrán identificar los principales objetivos de política exterior que pueden dar respuesta al interés nacional, así como las estrategias e instrumentos de política exterior empleados para alcanzar dichos objetivos. Una vez lograda la independencia en 1821, el país naciente tenía que formular el interés nacional que perseguiría. No existe un consenso sobre la definición de interés nacional: los marxistas creen que no existe en las estructuras dominadas por la lucha de clases, los realistas creen que es un sinónimo de razón de Estado e incluso se ha dicho que más bien se trata de un interés del grupo gobernante. Para efectos de esta tesis, el interés nacional será definido como la “meta fundamental de un Estado, encaminada a proporcionar los requerimientos sociales,

51

Véase a Laura Muñoz Mata. En el interés de la nación. Mexicanos y estadounidenses en el Golfo-Caribe, 1821-1830, México, Instituto Mora, 2004 52 Aguilar Sánchez, Martín y Ortiz Escamilla, Juan. Historia general de Veracruz, Gobierno del Estado de Veracruz, México, 2011, p. 249

políticos y económicos de su población a fin de preservar la existencia del mismo Estado53”. A partir del interés nacional y de los factores mencionados, se plantea un proyecto de nación, entendido como el “conjunto de aspiraciones que una comunidad nacional quiere alcanzar en el futuro de manera colectiva54”. Para elaborar dicho proyecto también se debe tomar en cuenta la historia nacional y los valores que promueve un país, incluyendo tradiciones, religión y lenguaje. Una vez determinado el interés nacional, los Estados fijan los objetivos de política exterior, es decir, los “propósitos que un gobierno establece más allá de sus fronteras para satisfacer las necesidades de la población. De manera general, buscan modificar una situación previamente establecida o mantenerla tal y como está55”.

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Velázquez Flores, Rafael. Factores, bases y fundamentos de la política exterior de México, Plaza y Valdés, 2º edición, México, 2007, p. 24 54 Velázquez Flores, Rafael. Factores, bases y fundamentos de la política exterior de México, Plaza y Valdés, 2º edición, México, 2007, p. 24 55 Velázquez Flores, Rafael. Factores, bases y fundamentos de la política exterior de México, Plaza y Valdés, 2º edición, México, 2007, p. 30

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