Banquero dé cuidando
José Chalco Salgado
En ello se resuelve. Al final del día al banquero le pedimos que conserve, nos tenga a disposición y dé cuidando el poco dinero que en alguna entidad bancaria depositamos.
¡Así mismo es! Pero ya los ilustradísimos bolivarianos revolucionarios liberadores del imperialismo y capital, han dicho que eso es malo; como quien dice, olvidándose que ellos mismo administran bancos estatales, pacíficos y centrales.
Y es que, indistintamente de la simpatía o animadversión que pudiera existir, hay que preguntarse: el que cada sábado se reproche a una persona en su calidad de banquero como sinónimo de corrupto, ladrón, mentiroso y más calificativos ¿no es generar un pánico financiero en el país? Pongámoslo más claro. ¿Sostener que la condición de banquero es equivalente a un saqueador de recursos de la población, acaso no podría traer consigo un sentimiento de desconfianza y rechazo en todo el sistema financiero del Ecuador?
De hecho, el artículo 322 del Código Orgánico Integral Penal sostiene que se sanciona con una pena de cinco a siete años de privación de la libertad a la persona que divulgue noticias falsas que "causen alarma en la población y provoquen el retiro masivo de depósitos de cualquier institución del sistema financiero y de economía popular y solidaria". Entonces, la muletilla de señalar que un banquero es una especie de ser infrahumano que desatiende a la comprensión de mínimos sociales podría desarrollar recelo colectivo en el sistema, y aquello estaría fracturando la seguridad y certeza que en el mismo debe descansar por parte de los depositantes.
Claro que en principio todo calificativo parece tener cabida en la experiencia ecuatoriana por quienes han pillado con los recursos de la sociedad. Sí. En ello encontramos un acuerdo. Pero más allá del escenario político y la coyuntura, es indebido que por desacreditar a una persona -contrincante electoral de temporada- se ponga en riesgo al sistema en sí.
Con todo, así medio que a manera de consejo y nada más: cuidado, consciente o inconscientemente se esté estimulando una desconfianza tal que pueda desembocar en un desastroso pánico financiero. Ahí sí que ya no habrá a quien decir que dé cuidando lo poco que a la población le pueda quedar. Y por cierto de paso, tendrá cuidado con los que de "cajero come cheques" a banquero quisieron escalar.
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