X CITURDES Congreso Internacional de Turismo Rural y Desarrollo Sostenible Santiago de Compostela 19-21 de octubre de 2016
1ª CIRCULAR Entre los días 19 y 21 de octubre de 2016 la ciudad de Santiago de Compostela acogerá el X Congreso Internacional de Turismo Rural y Desarrollo Sostenible, que por segunda vez en su historia va a tener lugar en Europa. Llegamos al número mágico de diez ediciones con la misma fuerza y la misma ilusión del primer día, promoviendo el debate y las ideas sobre el turismo en el espacio rural y su papel en relación al desarrollo sostenible.
X CITURDES
El tema central de este congreso es Turismo en el espacio rural: balance crítico. Con este Congreso Internacional de Turismo Rural y lema, el objtivo que nos marcamos es el de reflexionar críticamente sobre lo que ha pasado con esta actividad hasta el momento. Llevamos ya varias décadas hablando y escribiendo Desarrollo Sostenible sobre las bondades del turismo en el espacio rural: su relación con el desarrollo sostenible en sus diferentes Santiago perspectivas;de las Compostela oportunidades laborales que octubre genera, fundamentalmente para 19-21 de de 2016 las mujeres; o su papel en la recuperación patrimonial y cultural en general. Sin embargo, tanto en el contexto ibérico como en el latinoamericano no parecen existir demasiadas 1ª CIRCULAR evidencias de que el TER haya provocado grandes transformaciones. Por esto, creemos que es los días 19 ylo21que de se octubre de 2016 ciudad de Santiago de Compostela muy pertinenteEntre el debate sobre ha hecho hastalaahora desde una perspectiva crítica,acogerá el X Congreso Internacional de Turismo Rural y Desarrollo Sostenible, que por segunda vez en su aunque también constructiva. historia va a tener lugar en Europa. Llegamos al número mágico de diez ediciones con la misma Los diferentes fuerza gruposyde (GT) que proponen quieren abordar algunosy de retos la trabajo misma ilusión delseprimer día, promoviendo el debate las los ideas sobre el turismo en necesarios desde una mirada Entre se incluyen los relacionados el espacio ruralcrítica. y su papel enellos relación al desarrollo sostenible. con los espacios naturales protegidos, con las cuestiones de género y sexualidades, con la desagrarización o con tema central de estecompetencias congreso es Turismo en el espacio crítico. Con este las réplicas de El modelos que generan e imitaciones y que norural: hacenbalance más que lema, el objtivo que nos marcamos es el de reflexionar críticamente sobre lo que ha pasado con esta actividad hasta el momento. Llevamos ya varias décadas hablando y escribiendo
X CITURDES - Congreso internacional sobre turismo rural e desenvolvimiento sustentável / Editores: Dr. Xosé Manuel Santos Solla; Dra. Pilar Taboada de Zuñiga; Dra. Lucrezia Lopez ISBN: 978-84-617-5616-2 D.L.: C 1793-2016 Maquetación: Campus na nube, Santiago de Compostela.
Comisión organizadora Coord.: Dr. Xosé Manuel Santos Solla Secretaria Académica: Dra. Pilar Taboada de Zuñiga Dra. Lucrezia Lopez Dra. Yamilé Pérez Guilarte Clediane Nascimento Santos Dr. Jakson Renner Rodrigues Soares Comisión científica Artur Cristovão, Universidade de Trás-os-Montes e Alto Douro-UTAD, Portugal Asunción Blanco Romero, Universitat Autònoma de Barcelona Carlos Marques, UTAD, Portugal Eduardo Gonçalves, Instituto Superior da Maia-Porto-ISMAI, Portugal Elisa Alén González, Universidade de Vigo, Campus de Ourense Elisabeth Kasentholz, Universidade de Aveiro, Portugal Ivo Elesbão, Universidade Federal de Santa Maria – UFSM - Campus de Silveira Martins– Rio Grande do Sul, Brasil Jós María Gómez Espín, Universidad de Murcia, Presidente Grupo de Rural-AGE, España Karina Solha, Universidade de São Paulo, Brasil Lilia Zizumbo Villareal, CIETUR-Universidad Autónoma del Estado de México Carlos Fernandes, Instituto politécnico de Viana do Castelo, Portugal Marcelino de Souza, Universidade Federal do Rio Grande do Sul, Brasil Maria Geralda de Almeida, Universidade Federal de Goiâs, Brasil María José Andrade, Universidade de A Coruña Marta Irving, Universidade Federal de Rio de Janeiro, Brasil Miguel Pazos, Diretor CETUR, Universidade de Santiago de Compostela Rosângela Custudio Cortez Thomaz, Campus de Rosana-UNESP, Brasil Rosario Navalón, Universidad de Alicante, Presidenta Grupo de Turismo-AGE Rubén C. Lois González, USC, coordinador grupo Ante-USC Susana de Araújo Gastal, Universidade de Caxias do Sul-RS, Brasil Terry Stevens, Stevens & Associates. Gales, Reino Unido Valerià Paül, Universidade de Santiago de Compostela-USC Víctor Julio Baltodano Zúñiga, Universidad Nacional de Costa Rica Xulio Pardellas de Blas, Universidade de Vigo, Campus de Pontevedra
BALANCE DEL CRECIMIENTO DEL TURISMO RURAL EN EXTREMADURA (1992-2015): DOS DÉCADAS DE ÉXITOS Y DECEPCIONES. Juan Ignacio Rengifo Gallego Universidad de Extremadura
[email protected] José Manuel Sánchez Martín Universidad de Extremadura
[email protected]
RESUMEN A finales del año 1992 se produjo la publicación del primer Decreto que regulaba los alojamientos rurales en Extremadura. Sin duda, aquel decreto marcó un punto de partida y desató unas expectativas manifiestamente optimistas, auspiciadas por la administración, en cuanto al papel que podía jugar el turismo rural en favor del desarrollo de las zonas rurales. Como consecuencia de ello, la administración regional se volcó en el fomento del turismo rural mediante la aprobación de políticas de promoción e incentivos económicos, que contribuyeron al crecimiento de la oferta alojativa de forma exponencial. No obstante, después de que haya transcurrido un periodo de algo más de dos décadas desde la publicación del primer decreto regulador, que ha sido modificado sucesivamente en años posteriores, la realidad del turismo rural en la región presenta luces y sombras. Bajo este contexto, en esta comunicación se establece como objetivo prioritario el realizar un balance actualizado del turismo rural en Extremadura en el que, tras exponer con detalle el camino recorrido en el periodo 1992-2015, se analicen de forma objetiva los éxitos y las decepciones. PALABRAS CLAVE: Extremadura, periodo 1992-2015, normativa, éxitos, frustraciones.
INTRODUCCIÓN Sin ningún lugar a dudas, cuando a finales del año 1992 se publicó el primer Decreto que regulaba a escala autonómica los alojamientos en el medio rural (Decreto 132/1992 de 24 de diciembre), no era de extrañar que, teniendo en cuenta la situación de Comunidad Autónoma de Extremadura por aquellas fechas, con un marcado perfil netamente rural, se depositaran muchas esperanzas en el papel que pudieran jugar estos alojamientos de cara a la necesaria revitalización de las zonas rurales. Bajo este contexto, las expectativas desatadas fueron tales que un simple repaso a los ejemplares editados de los dos periódicos regionales durante los años 1993 y 1994 (Periódico Hoy y Periódico Extremadura), reflejarían el más que notable soporte mediático que tuvieron todas las acciones relacionadas con el impulso de este sector. El turismo rural, por tanto, contaba con una importante repercusión mediática, independientemente del
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asunto abordado y del calado de las medidas de las que se estuviera hablando: promoción, constitución de asociaciones de empresarios, celebración de jornadas etc. Para comprender la evolución del turismo rural en Extremadura, y dado que se establece como punto de partida en este artículo el año 1992, es necesario realizar una radiografía de la situación de la región en aquel momento, en base a una serie de variables que se relacionan con aspectos sociales, económicos y turísticos. Dicha radiografía reflejaría lo siguiente:
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· Accesibilidad. A nivel de comunicaciones terrestres por carretera, exclusiva vía de acceso de los turistas que llegan a Extremadura, la Comunidad Autónoma tuvo que esperar hasta el año 1995 para que la A-5 fuera transformada, en su totalidad, en vía de alta de capacidad, permitiendo una rápida conexión terrestre con la capital del Estado. Con posterioridad a esa fecha han sido construidas otras autovías que han mejorado las conexiones intrarregionales (EX-A1, EX-A2 y A-58) e interregionales (A-66). Si se tiene en cuenta que el principal mercado emisor de visitantes hacia Extremadura ha sido siempre Madrid, es fácilmente asumible que la construcción de la autovía A-5 desatara importantes expectativas de cara al incremento de la llegada de turistas residentes en dicha Comunidad Autónoma. En cuanto al ferrocarril, las conexiones eran pobres, con vías obsoletas y trenes lentos sin electrificar, cuestión que se mantiene en la actualidad. · La población absoluta de Extremadura alcanzaba la cifra de 1.084.099 habitantes (INE, 1993). Con esta población la densidad media de habitantes era de 26,03 hab/ km2, muy alejada de la media nacional, al igual que sigue ocurriendo actualmente (26,25 hab/km2 en el año 2015). Dicha población se repartía entre 380 municipios de los que solo 14 superaban la barrera de los 10.000 habitantes, situación que prácticamente se mantiene inalterable en el año 2015, aunque se ha venido apreciando una dinámica que ha ido en la dirección de que los municipios más poblados han conseguido un mayor peso demográfico en relación con la población absoluta. Por tanto, más del 95% de los municipios extremeños tenían una población inferior a los 10.000 habitantes y casi un 90% no llegaba a rebasar los 5.000 habitantes. · Escasez de alojamientos turísticos. La red de alojamientos de Extremadura se caracterizaba, a principios de la de década de los noventa, por su escaso desarrollo y elevada distribución irregular (Rengifo, 1993). En 1994, la infraestructura hotelera (hoteles y hostales en todas sus categorías) estaba conformada por 254 establecimientos, de los que solo 12 eran hoteles de cuatro estrellas y 14 de tres estrellas (2.173 plazas). Este tipo de hoteles se ceñía, casi exclusivamente, a las ciudades de mayor entidad poblacional. La presencia de algunos hoteles de estas categorías, fuera del ámbito de las ciudades más pobladas, obedecía a la expansión de la red de paradores en Extremadura (Guadalupe, Jarandilla de la Vera, Trujillo y Zafra). De acuerdo con esta irregular distribución, las localidades de menor entidad poblacional carecían de oferta alojativa o, a lo sumo, contaban con algún alojamiento de categoría inferior. Por tanto, había una necesidad, a la luz de estos datos, de dotar de alojamientos al medio rural, teniendo en cuenta los potenciales recursos turísticos
Grupo de trabajo 4: TER, Competencias, fracasos y éxitos
Balance del crecimiento del turismo rural en Extremadura (1992-2015): dos décadas de éxitos y decepciones.
que estaban sin explotar. Por último, la demanda turística no sobrepasaba, entre viajeros nacionales y extranjeros, el millón de personas (Campesino et al., 1997). · Importancia del sector primario. Tanto el volumen de población activa ocupada en la agricultura (19,3%), como la considerable participación de la agricultura en la estructura productiva regional en términos de PIB (11,5%), durante el año 1993, reafirmaban el peso de la producción agraria en la economía regional (Macorra y Masa, 1995). Si a esto se le añade que las explotaciones agrarias estaban necesitadas de aumentar su rentabilidad, no es de extrañar que cualquier actividad que pudiera complementar estas rentas sería bien acogida. · Escasa funcionalidad turística del patrimonio cultural y natural. El patrimonio natural y cultural de Extremadura respondía a un modelo de escasa funcionalidad turística, con la excepción de aquellos núcleos urbanos en los que la red alojativa había experimentado cierto desarrollo. En Cáceres la inscripción de su casco histórico en el Listado del Patrimonio Mundial durante el año 1986, supuso una evidente transformación a nivel turístico tras el paso de los años (Rengifo et al., 2014). Este mismo proceso afectó a las localidades de Mérida y Guadalupe tras su pertinente inclusión en el mencionado Listado del Patrimonio Mundial en el año 1993. Sin embargo, numerosos conjuntos históricos de Extremadura repartidos por el medio rural carecían de desarrollo turístico, circunstancia que se veía acompañada del escaso conocimiento del patrimonio natural extremeño que por aquel entonces presentaba un exiguo porcentaje de superficie protegida (Rengifo y Jiménez, 2014) y una nula integración en el mercado turístico, con la única excepción de Monfragüe. Bajo este contexto, el turismo rural, como tipología turística que emergía en aquel momento en Extremadura, fue muy bien acogido, máxime cuando además se vislumbraban en aquel periodo una serie de cambios en relación con la demanda turística: segmentación del mercado, fraccionamiento de las vacaciones y revitalización de los destinos de interior. Por este motivo, en la presente comunicación se plantea, ante la ausencia de trabajos que vayan en esta dirección, el llevar a cabo un balance aproximativo en el que conste la evolución del sector entre el punto de partida (1992) y el momento actual (2015). Este balance se basa en el análisis de los aspectos positivos (éxitos) y negativos (decepciones). Hasta el momento, la comunidad científica ha centrado los análisis del turismo rural en Extremadura en aspectos muy diversos: perfil de la demanda (Di Clemnte et al., 2012; Pérez y García, 2005), planificación (Sánchez et al. 2000, Sánchez, 2009), contribución al desarrollo rural (Alvarado, 2006), crecimiento de la oferta (Rengifo et al. 2013) y potencial turístico (Sánchez et al., 2013, Sánchez et al., 2014), sin que se haya abordado, con carácter monográfico, la cuestión que nos ocupa.
LA EVOLUCIÓN NORMATIVA Sin ninguna duda, la publicación del Decreto 132/1992, de 24 de diciembre, por el que se creaba y regulaba la modalidad de alojamiento en el medio rural y servicios turísticos complementarios en la Comunidad Autónoma de Extremadura, marcó un punto de partida en el desarrollo del
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turismo en el medio rural extremeño. No obstante, hay que precisar que en la década de los 60 hubo unos antecedentes que tuvieron una discreta repercusión en Extremadura a través de la iniciativa de Casas de Labranza. Lo cierto es que entre aquel Decreto de 1992, que vio la luz bajo la tutela de la entonces llamada Consejería de Industria y Turismo, y el más reciente Decreto 65/2015, de 14 de abril, por el que se establece la ordenación y sistema de clasificación de los alojamientos de turismo rural de la Comunidad Autónoma de Extremadura, han pasado casi cinco lustros de intensos cambios en el sector. En este tiempo intermedio el Diario Oficial de Extremadura publicó otros Decretos, igualmente dirigidos a ordenar y clasificar los alojamientos rurales (años 1998, 2007, 2012 y 2015), así como varias Leyes de turismo de Extremadura (años 1997, 2011 y modificación de 2014). Por tanto, en 25 años se han producido cambios normativos en cinco ocasiones, algunos de ellos sustantivos, de acuerdo con lo dictado por las disposiciones mencionadas (Cuadro 1). Estos cambios han afectado a numerosos aspectos, si bien son de destacar, por su relevancia, los que a continuación se detallan:
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· Tipologías de establecimientos. La tipología más relevante de alojamiento rural, que además se ha mantenido de forma inalterable, en lo que a su nombre se refiere en el periodo 1992-2015, ha sido la casa rural. Sin embargo, los requisitos exigibles a esta tipología de alojamiento rural, a la que siempre se le ha demandado que sea una vivienda de arquitectura tradicional, sí que han ido variando en los sucesivos decretos aprobados a nivel de aspectos cualitativos, equipamientos y servicios, entre otros. Junto a la casa rural, el apartamento rural, que en la normativa vigente se configura como una subtipología de la casa rural (casa-apartamento), ha sido la segunda de las figuras que han mostrado una evolución más positiva, al tiempo que han conseguido una distribución geográfica muy generosa en un tiempo más reducido. De hecho, aunque el número de apartamentos es inferior al que presentan las casas rurales, su capacidad alojativa global supera ligeramente a las cifras que alcanzan las casas rurales. Los hoteles rurales, por su parte, han ganado en protagonismo a escala regional, como resultado de su mayor capacidad alojativa, en consonancia con sus características y la flexibilidad de las normas. Por el contrario, la especialidad de agroturismo, de la que nada se dice en el último Decreto, pese a lo que se pudiera suponer, teniendo en cuenta el peso que tiene el sector primario en la región, ha sido siempre una especialidad que ha jugado un peso casi testimonial en Extremadura. En cuanto a la actual subtipología de chozo, concebida en base a “un diseño que se asemeja a las construcciones de los chozos tradicionales” se está a la espera de ver su evolución en los próximos años, dada su reciente creación. · Peso demográfico de los municipios en los que era factible la autorización de la puesta en marcha de un alojamiento rural. Desde la publicación del primer decreto se planteó que los alojamientos rurales solo se autorizarían en aquellos municipios que no superaran un determinado número de habitantes. Como se observa en el cuadro 1, los requisitos han oscilado a lo largo del periodo 1992-2015 entre los 5.000 y 15.000 habitantes, dependiendo de las tipologías. En la actualidad, la limitación de
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restringir la autorización de alojamientos rurales solo afecta a los municipios que superen los 10.000 habitantes. Esta medida representa en la práctica, a fecha del año 2015, que en tan solo 13 municipios extremeños (9 en la provincia de Badajoz y 4 en la provincia de Cáceres) las normas impidan la apertura de alojamientos rurales. Además, se da la circunstancia de que al ser factible autorizar la apertura de estos establecimientos en el campo, existe la posibilidad de que en los términos municipales de estas localidades se conceda la apertura de un alojamiento rural. Especialmente significativo sería el ejemplo de Cáceres (95.617 habitantes) y un término municipal de 1.750 km2 que es el más extenso de España, donde las posibilidades son inmensas. · Categorización. A partir del año 1998 se implantaron categorías específicas en los alojamientos rurales que afectaron, únicamente, a las casas rurales (1 a 3 encinas). En decretos sucesivos los criterios cambiaron. Por ello, durante el año 2007 se suprimen las casas rurales de una encina, permaneciendo las casas rurales de 2 y 3 encinas. Posteriormente, en el año 2012, los apartamentos rurales y los hoteles rurales pasaron a tener categorías, identificándose, igualmente, con encinas (apartamentos de 1 a 3 encinas y hoteles rurales de 1 a 5 encinas). Sin embargo, el recientemente publicado Decreto del año 2015, suprime la categorización de encinas y las identifica con estrellas (1 a 5), tanto para las casas como para los hoteles. · Número de habitaciones, La capacidad alojativa de los establecimientos ha sido otra cuestión que ha sufrido sucesivas modificaciones. Estas modificaciones han ido en la dirección de aumentar la capacidad máxima. Por dicho motivo, las casas rurales han pasado de una capacidad máxima de 6 habitaciones en el año 1992, a una capacidad máxima de 9 habitaciones del el año 2012. Por su parte, la capacidad máxima de los hoteles rurales carece de límite máximo, en contra de lo dispuesto en los decretos de los años de 1998 y 207 donde se establecía que no podían sobrepasar las 30 habitaciones.
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Cuadro 1. Aspectos relevantes de la normativa de alojamientos rurales.
Decreto
Tipologías de establecimientos
Límite de habitantes
132/1992
Casas Rurales
10.000
6
SI
Hospederías
15.000
-
Agroturismo
Casas Rurales
5.000
1-3 encinas
2-6
Agroturismo
5.000
1-3 encinas
2-6
Apartamentos
Situado en el medio rural (sic)
Hoteles
5.000
Categoría única 6-30
Casas Rurales
5.000
2-3 encinas
Apartamentos
5.000
125/1998
87/2007
____
204/2012
Número de
Especialidades
habitaciones
SI rural en el caso de apartamentos y hoteles
3-8 2 por apartamento
Rurales Hoteles Rurales
5.000
Categoría única 10-30
Casas Rurales
10.000
1-3 encinas
Apartamentos
10.000
1-3 encinas
10.000
1-5 encinas
SI Agroturismo en el caso de Casas Rurales
Máximo 9 SI
Rurales Hoteles
280 ____
Categorías
Complejos turísticos rurales
Rurales
65/2015
Chozos turísticos
10.000
Casas Rurales
10.000
1-5 estrellas
Hoteles Rurales
10.000
1-5 estrellas
Máximo 9
SI Casa-apartamento y Casa-chozo como subtipologías de casas rurales Complejos turísticos rurales
Fuente: Diario Oficial de Extremadura. Elaboración propia
CRECIMIENTO Y DISTRIBUCIÓN DE LOS ALOJAMIENTOS RURALES Tras la publicación del Decreto del año 1992, empezaron los movimientos para la puesta en marcha de diferentes tipos de alojamientos que respondieran a las características de lo que sucesivamente fueron dictando los Decretos. Tras más de veinte años, el incremento de los alojamientos rurales ha cambiado el mapa del turismo a nivel regional, de acuerdo a un patrón que viene definido por una serie de características que a continuación se exponen. EVOLUCIÓN DEL NÚMERO DE ALOJAMIENTOS La evolución del número de alojamientos rurales ha sido muy positiva, si bien en los últimos cinco lustros ha mostrado ritmos de crecimiento muy diferentes, tanto si se tienen cuenta los valores absolutos del conjunto de alojamientos como si se tienen en cuenta los valores individuales de cada una de las diferentes tipologías de establecimientos. Concretamente, de acuerdo con los datos del Cuadro 2, a finales del año 2014 el número total de establecimientos y plazas (Casas,
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Hoteles y Apartamentos Rurales) alcanzó la cifra de 730 y 8.758 respectivamente. A esta notable cifra se ha llegado tras un proceso que se ha caracterizado, a nivel de las diferentes tipologías turísticas, por lo siguiente: · Casas Rurales. Es la tipología de alojamiento rural más representativa a escala de la Comunidad Autónoma. A finales del año 2014 la red de casas rurales sumó 408 establecimientos que ofertaban un número de 3.617 plazas (41,2%). En la práctica, estas cifras indican que la capacidad media de los establecimientos se eleva a 8,8 plazas. El intervalo temporal en el que se produjo el mayor crecimiento de casas rurales se produjo en el quinquenio 2000-2005, periodo en el que su número aumentó en 188 establecimientos (37,6 alojamientos por año). Con posterioridad a esta etapa, el crecimiento de casas rurales se ha ido ralentizando considerablemente: + 85 casas nuevas entre 2005 y 2010 y + 20 casas rurales entre 2010 y 2014. · Hoteles Rurales. Los hoteles rurales aportan a la red de alojamientos rurales un número de establecimientos que, en términos comparativos con las casas y apartamentos, se puede considerar modesto. Sin embargo, y teniendo en cuenta que poseen una capacidad media muy superior (24,3 plazas), en comparación con la del resto de alojamientos rurales, su aporte a la oferta global de plazas alcanza el 15,5%. Al igual que en las casas rurales, la etapa en la que vieron la luz un mayor número de hoteles rurales fue la comprendida entre el año 2000 y 2005 (+38), seguida del periodo 20052010 (+16). Por el contrario, en la etapa actual se detecta una inquietante disminución de hoteles rurales (- 4 en el periodo 2010-2014). · Apartamentos Rurales. La red de apartamentos rurales ha crecido de un modo acelerado, especialmente en el periodo 2005-2010, ciclo en el que creció en 115 unidades. Este dato diverge de la dinámica observada en casas rurales y hoteles rurales, cuya etapa de mayor intensidad expansiva coincidió con el quinquenio anterior. Gracias a este incremento, las plazas que ofertan los apartamentos rurales durante el año 2014 constituyen el 43,1% del total. Cuadro 2. Alojamientos rurales de Extremadura
AÑO
CASAS RURALES
HOTELES RURALES
APARTAMENTOS RURALES
Establec.
Capacidad
Establec.
Capacidad
Establec.
Capacidad
1995
14
176
--
--
--
2000
115
1008
6
129
--
2005
303
2484
44
1082
97
1520
2010
388
3286
60
1397
212
3351
2014
408
3617
56
1362
266
3779
Fuente: Junta de Extremadura. Elaboración propia
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DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LOS ALOJAMIENTOS RURALES
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El mapa 1 es fiel reflejo de la irregular distribución geográfica de los alojamientos rurales de Extremadura. Este reparto heterogéneo se manifiesta a diferentes escalas: regional y provincial. En primer lugar, si se hace una comparativa a escala regional, se constata que la provincia de Cáceres acapara la mayor parte de la oferta de establecimientos y plazas. Esta afirmación se puede corroborar señalando el reparto del porcentaje de alojamientos rurales y plazas en ambas provincias, durante el año 2014. Las cifras indican que el 79,73% de los alojamientos rurales y el 80,48% de las plazas de dichos alojamientos se localizaban en la provincia de Cáceres, por lo que solo el 20,27% de los alojamientos y el 19,52% de las plazas se ubicaban en Badajoz (Junta de Extremadura, 2015). Asimismo, si esta comparativa se traslada al marco territorial de cada una de las provincias, se puede concluir que la distribución de los alojamientos rurales presenta una distribución mucho más irregular en la provincia de Cáceres. Para ello basta observar el mapa 1, en el que se aprecia una fuerte densificación de la oferta alojativa rural en el Norte de la provincia de Cáceres (comarcas de La Vera, Valle del Jerte, Valle del Ambroz Las Hurdes y Sierra de Gata), área geográfica que se caracteriza por acoger las principales áreas de montaña de la región. En consonancia con este dato, cabe la opción de establecer una evidente correlación entre las variables más representativas de la montaña, como son la altitud, la pendiente, la vegetación, los cursos fluviales (Sánchez et al., 2013) y la localización de la oferta alojativa rural. Sin embargo, esta correlación no es tan acusada, pese a lo que se pudiera presuponer, cuando se trata de vincular la presencia de alojamientos rurales con los espacios naturales protegidos, salvo excepciones (Rengifo et al., 2013). En el caso de la provincia de Badajoz, con una red de alojamientos más modesta, no se aprecia una distribución territorial tan polarizada como en el caso descrito anteriormente. La distribución de las plazas de los alojamientos rurales tiene una amplia distribución, en la que se aprecian vacíos a lo largo de las Vegas Altas del Guadiana y área central de la provincia (Tierra de Barros) en las que se alcanzan las mayores densidades de población de toda la provincia.
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Mapa 1. Distribución del número de plazas de los alojamientos rurales.
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Fuente: Elaboración propia.
IMPACTO DE LAS AYUDAS PÚBLICAS El crecimiento de la red de alojamientos rurales se fraguó con el apoyo de ayudas o subvenciones que pasaron por diferentes etapas: · Primera etapa (1995-1998). Durante estos años las subvenciones se dirigieron a la mejora, rehabilitación y adaptación de edificios cuya finalidad era la apertura de casas rurales, en el marco de lo dispuesto en el Decreto 3/1991 que regulaba las subvenciones dispuestas para todos los establecimientos de hostelería de Extremadura.
Conflicto, memoria y pasados traumáticos: El Salvador contemporáneo
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Los importes globales de las ayudas mantuvieron una tendencia alcista, al pasar de los 300.000 € del año 1995 a los 413.000€ del año 1998. · Segunda etapa (1999-2004). En este periodo las ayudas a los alojamientos rurales se rigieron por lo dispuesto de forma específica en el Título VI del Decreto 120/1998 destinado a regular las ayudas económicas para el fomento de los diferentes alojamientos rurales emanados de esta disposición. Durante estos años los importes mostraron una tendencia a la baja, al oscilar entre los 342.000 € del año 2000 y los 180.000 € de los años 2003 y 2004. En esta etapa los objetivos de las subvenciones iban dirigidos a la construcción, mejora, rehabilitación y adaptación de edificios.
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· Tercera etapa (2005-2006). Tras la aprobación en el año 2004 del Decreto 66/2004, de 4 de mayo, por el que se regulaban y convocaban Ayudas a Empresas Turísticas se inicia una etapa de corta duración. A la luz de este Decreto, el tipo de reformas susceptibles de subvención en los alojamientos rurales se puede condensar en actuaciones relacionadas con las infraestructuras y equipamientos necesarios para acceder a los parámetros y estándares exigidos en la marca Q de calidad, en la gestión medioambiental o en completar los servicios complementarios a ofrecer en los alojamientos etc. En esta etapa las cuantías totales de subvención fueron escasas en comparación con las de los años precedentes: 160.229 € en 2005 y 109.595 € en 2006. · Cuarta etapa (2007-2011). Se trata de un periodo en el que las ayudas se rigen por sucesivos decretos reguladores que vieron la luz durante los años 2007 (Decreto 36/2007), 2008 (Decreto 245/2008), y 2009 (Decreto 274/2009). Bajo lo señalado por estos decretos que regulaban las ayudas del sector turístico, en los que se incidía en aspectos relacionados con la calidad y la accesibilidad, se convocaron ayudas que se movieron en el abanico de los 85.000 € del año 2007 y los 250.000 € del año 2012. · Quinta etapa (2012-2015). En este periodo las ayudas se regularon por lo dispuesto en los decretos 78/2012 y por el decreto 245/2012 que modificaba al anterior. Las subvenciones convocadas ascendieron a cantidades que alcanzaron los 300.000€ en los años 2013, 2014 y 2015.
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Cuadro 3. Evolución de las ayudas para los alojamientos rurales.
Año
Ayudas totales
1995
300.000€
1996
270.455€
1997
393.482€
1998
413.015€
1999
240.000€
2000
342.576€
Construcción, mejora, rehabilitación y adaptación de edificios
2001
287.229€
Mejora, rehabilitación, adaptación y eliminación de barreras arquitectónicas
2002
259.500€
Mejora, rehabilitación y adaptación de los inmuebles
2003
180.135€
Mejora, modernización y eliminación de barreras arquitectónicas
2004 2005
180.336€ 160.229€
2006
109.595€
2007
85.000€
2008
200.000€
2009
250.000€
2010
150.000€
2011
150.000€
2012
120.000€
2013
300.000€
2014
300.000€
2015
300.000€
OBJETO
Mejora, rehabilitación y adaptación de edificios
Modernización de instalaciones fomento de la oferta de calidad y al aseguramiento del crecimiento selectivo de la oferta Innovación y calidad turística, para el fomento de la competitividad y sostenibilidad de nuestras empresas, y para elevar el nivel de las infraestructuras turísticas Fomento de inversiones que modernicen y mejoren las instalaciones y equipamientos de nuestras empresas turísticas, que le permita la obtención de categorías superiores o la implantación de sistemas de calidad conducentes a obtener la marca turística Q o cualquier otra de reconocimiento internacional.
Fomento de calidad para elevar el nivel de las infraestructuras turísticas de nuestra región, y para la prestación de servicios turísticos con mayor valor añadido
Fuente. Diario Oficial de Extremadura. Elaboración propia
El desarrollo que ha tenido el turismo rural en España no se entendería en su totalidad sin tener en cuenta el papel que han jugado los programas o iniciativas de desarrollo rural. Desde el año 1991, el programa Leader destinó fondos para favorecer la puesta en marcha de proyectos de turismo rural, habida cuenta de que entre los objetivos de los programas de desarrollo rural figuraban, entre otros, frenar la despoblación, diversificar la economía y generar nuevos nichos de empleo. Bajo estas premisas, desde un primer momento se consideró que el desarrollo de iniciativas de turismo rural podía contribuir a alcanzar los objetivos anteriormente descritos. Por ello no es de extrañar que los programas de desarrollo rural apoyaran numerosos proyectos relacionados con el turismo rural. En Extremadura, las cifras lo señalan así. Durante el programa de ejecución 1994 -1999, los 22 Grupos de Acción Local (GAL) que operaron bajo la iniciativa LEADER II y PRODER I, apoyaron 495 proyectos que proporcionaron 3.641 plazas. En el periodo
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posterior, 2000 -2006, los 24 grupos que operaron bajo las iniciativas LEADER+ y PRODER II, financiaron 247 proyectos que, en este periodo, posibilitaron la creación de 3.717 nuevas plazas. Por último, durante la ejecución del programa 2007-2013, el apoyo a las iniciativas de turismo rural ha continuado, si bien no estamos en condiciones de cuantificarlas de momento. Al margen de estas ayudas directas, desde la Red Extremeña de Desarrollo Rural de Extremadura (REDEX) se han llevado a cabo numerosos proyectos relacionados con la actividad turística, entre los cuales se incluye, por ejemplo, el proyecto de mejora de la gestión de turismo rural, destinado a alcanzar unos niveles de gestión y organización homogéneos, dentro de las empresas participantes en el proyecto (acciones de consultoría en calidad, que incluían una autoevaluación inicial, la aplicación en planes de mejoras y una evaluación final y reconocimiento). LUCES Y SOMBRAS DEL CRECIMIENTO Tras casi 25 años de andadura en los que el turismo rural no solo ha experimentado un incuestionable crecimiento en la región, sino que ha acaparado buena parte de las acciones de desarrollo rural, es necesario hacer un balance en el que se tengan en cuenta tanto los éxitos como las decepciones: ____ 286 ____
ÉXITOS · Uno de los logros más importantes ha sido, sin ninguna duda, la configuración de una red de alojamientos rurales que a finales del año 2014 alcanzaba la cifra de los 730 establecimientos. Gracias a ello, el mapa de distribución de la oferta alojativa extremeña ha cambiado sustancialmente, en comparación con la débil red que existía a principios de la década de los años noventa. En la práctica este dato representa que muchísimas localidades que carecían de capacidad alojativa en el año 1993, disponen de ella en estos momentos. Gracias a ello, el turismo ha llegado a numerosas localidades de la Comunidad Autónoma, en muchos casos de escaso peso demográfico, en las que, de no ser por los alojamientos rurales, el turismo sería inexistente. Con datos del año 2014, el número de municipios de la provincia de Badajoz con alojamientos rurales ascendió a 81 (49,09 % del total de municipios de la provincia), mientras que en la provincia de Cáceres este número se elevó a 152 (68,16% del total de municipios de la provincia). Dentro de esta extensa relación, hay un gran número de municipios que solo disponen de alojamientos rurales. Por último, un aspecto a tener en cuenta es que en la relación de municipios con alojamientos rurales hay un número considerable que tienen un escaso peso demográfico: en la provincia de Badajoz hay 8 municipios que no superan los 500 habitantes, mientras que en la de Cáceres este número se eleva a 62. Asimismo, gracias al turismo rural hay localidades en las que el número de alojamientos es muy nutrido, superando la cifra de los diez alojamientos. · Conservación del patrimonio arquitectónico tradicional. Desde la aprobación del Decreto del año 1992 se consideró prioritario que las casas rurales habrían de
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ubicarse en edificios que respondieran a un criterio arquitectónico en el que primara la arquitectura tradicional histórica. Estos requisitos se extendieron a los hoteles rurales cuando fueron regulados en el año 1998. En consonancia con este criterio, para la puesta en marcha de casas y hoteles rurales ha sido necesario abordar la rehabilitación de edificios que poseyeran los antedichos valores arquitectónicos tradicionales. Por este motivo, numerosos alojamientos rurales ocupan cortijos, casas que responden a una tipología arquitectónica de corte popular o señorial, antiguos molinos etc. Sin duda, éste ha sido un aspecto positivo que ha redundado en la conservación del patrimonio histórico material. · Inversiones. La puesta en funcionamiento de más de 700 alojamientos ha supuesto una importante inversión que ha proporcionado empleo durante la fase de construcción de los establecimientos. La mayor parte de esta inversión la han abordado los emprendedores que, a su vez, han recibido ayudas públicas en diferente cuantía. Asimismo, la puesta en marcha de los alojamientos ha representado la oportunidad de crear empleo, bajo el paraguas de una modalidad alojativa que anteriormente no existía. El INE, en su encuesta de ocupación de alojamientos de turismo rural, cifró en 744 (enero) y 878 (agosto) el número de personas ocupadas en dichos establecimientos durante el año 2014. · Dotación de diversos equipamientos y valorización de recursos. La llegada de visitantes a las áreas rurales y el diseño de diferentes estrategias, influyeron en la realización de inversiones dirigidas a dotar de una red de equipamientos de diversas características, como fueron los centros de interpretación, y a valorizar los recursos en las áreas rurales. En este último aspecto, habría que reseñar que los recursos naturales han experimentado una mayor integración en el mercado turístico que, no obstante, sigue siendo escasa. DECEPCIONES Sin embargo, y a pesar de la importante relación de efectos beneficiosos que se han derivado del turismo rural, y que son incuestionables, las expectativas iniciales se han quedado muy cortas en algunos aspectos, tal y como se expone a continuación. · Contribución al desarrollo rural. El papel del turismo rural como actividad potenciadora del desarrollo rural ha sido una de las cuestiones más debatidas en las últimas décadas. Es indudable que las inversiones y el empleo directo e indirecto generado por el turismo rural han sido beneficiosos para las áreas rurales. Sin embargo, inicialmente se magnificó el papel que podía jugar el turismo rural en pro del desarrollo de las áreas rurales, razón por la que esta actividad, por sí sola, no puede solventar los problemas sociodemográficos (pérdida de población, desempleo, envejecimiento) y económicos que padecen las áreas rurales de Extremadura. La dinámica demográfica de los últimos 25 años en Extremadura muestra una pérdida continuada de habitantes en los municipios con menor peso demográfico y un envejecimiento que se ha hecho más acusado. Aun así, cabe hacerse la pregunta de
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qué hubiera ocurrido de no haberse puesto en marcha las diferentes iniciativas de turismo rural. · La ausencia de planificación durante la fase de crecimiento de la red ha incidido en la creación de una sobreoferta en determinados lugares y, consecuentemente, en la distribución irregular. Estos han sido motivos que, sin duda, han influido en las bajas ocupaciones que registran estos alojamientos. Durante el año 2014 el grado de ocupación de los alojamientos rurales, de acuerdo con la encuesta de ocupación del INE, fue del 12,89%, oscilando entre el 5,23% alcanzado en enero y el 28,78% del mes de agosto. · Escaso papel como actividad complementaria del sector agrario. La inicial filosofía de que la regulación e impulso de este sector pudiera representar un apoyo sustancial a las actividades agrarias tradicionales (Decreto 132/1992), y de alguna forma complementar ciertas rentas familiares (Decreto 132/1992 y Decreto 120/1998), no se ha conseguido. El agroturismo, como modalidad que habría de insertarse en establecimientos ubicados en el medio rural y, a su vez, estar integrado en explotaciones agrarias, ha tenido un escasísimo desarrollo. ____ 288 ____
CONCLUSIONES Cuando en el año 1992 se publica en Extremadura el primer Decreto que regulaba los alojamientos rurales, esta iniciativa fue acogida con un enorme interés. Las razones no eran otras que con la llegada de los turistas rurales se generaban unas posibilidades en la dirección de que esta actividad podía contribuir a complementar las rentas familiares y, a su vez, llevar el turismo a numerosas localidades a las que, hasta el momento, no había llegado. En principio, y dadas las características de la región, Extremadura parecía un lugar idóneo para el desarrollo del turismo rural. Así fue, y durante 25 años se ha asistido a un continuo crecimiento del número de alojamientos rurales que han sido sucesivamente regulados a través de distintas normas. Este incremento, sin duda, ha tenido efectos muy beneficiosos que, en ocasiones se han quedado cortos en relación con las expectativas. Por ello, transcurridos 25 años sería importante reflexionar sobre lo que se ha conseguido y sobre los retos y desafíos futuros que se han de abordar para que la extensa red de alojamientos incremente su grado de ocupación y, consecuentemente, pueda responder, en la medida de lo posible, a paliar parte de los problemas socioeconómicos que sigue padeciendo el medio rural extremeño que siguen pendientes de resolución.
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