Autogestión social: Conceptualización crítica para la transformación de la acción comunitaria

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Descripción

Escuela de Psicología

AUTOGESTIÓN SOCIAL: CONCEPTUALIZACIÓN CRÍTICA PARA LA TRANSFORMACIÓN DE LA ACCIÓN COMUNITARIA. Tesis para optar al título de Psicólogo.

Alejandro Montero Sainz de la Peña Tesista Ps. Kentyi Cheung Lau Profesor Guía.

Valparaíso-Chile

2011.

AGRADECIMIENTOS:

Quiero agradecer y dedicar a la vez, esta investigación a mis seres queridos que me han acompañado y apoyado durante este recorrido que se extendió más de lo presupuestado, sin duda trajo más de alguna complicación (imponderables y recovecos que tiene la vida misma), algunos que acompañaron el recorrido no pudieron estar presente al llegar a la estación, pero nuestro cariño & recuerdo, siempre estará para Eliana y Roberto.

Agradezco la paciencia y el apoyo incondicional de Gise, Mayrita y de Lukas (que viene en camino), a mis padres Alejandro y Mabel, a mis herman@s, sin todos ellos/as no hubiésemos llegado a buen puerto. A todos los colegas que de alguna manera facilitaron el desarrollo de la presente investigación, de manera especial a Kentyi Cheung por haber sido el guía de esta tesis y colaborar constantemente con el desarrollo de la investigación, Domingo Asún, Alejandra Vidales, sus comentarios y aportes fueron relevantes. A Ramiro, Cristóbal, Francisco, que cooperaron a encaminar estas reflexiones. Por último, agradezco a todos/as los que de alguna manera ayudaron, indirecta y directamente desde las reflexiones & acciones colectivas en torno al tema de investigación, muchas gracias.

2

En memoria de Flora Sanhueza Rebolledo, también, fuente de inspiración.

3

INDICE RESUMEN................................................................................................................6 I.

INTRODUCCIÓN……………………………….……………..…..………….7

II.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA……………………….....….............9

III.



Objetivos generales y específicos....................................................................13



Relevancia de la investigación.........................................................................14 MARCO METODOLÓGICO

El Tipo de estudio y análisis................................................................................15 El por que de la utilización hermenéutica y la interpretación................................16 IV.

MARCO REFERENCIAL-CONCEPTUAL:…................................................18

Capítulo 1 . PSICOLOGÍA SOCIAL COMUNITARIA Y AUTOGESTIÓN: ¿Existe solo un tipo de autogestión en torno a lo comunitario?............................19 1) A qué se llama Psicología Social Comunitaria……..………….........…………….....27 2) Producción del conocimiento para la PSC…………..……………………...........…..37 3) Un recorrido por la diversidad de las nociones sobre autogestión….……..................42

Capítulo 2 . CONTEXTUALIZACIÓN HISTÓRICA DE LA AUTOGESTIÓN SOCIAL EN CHILE Psicología social comunitaria e historia social, ¿ Un nexo posible para la construcción popular libertaria?..........................................................54 I. Gestación y experiencias pioneras............................................................................59 II. Experiencias pioneras a modo de ejemplo: Europa.................................................62 III. Extensión de la raíz libertaria de la autogestión en el Chile contemporáneo.......................................................................................................65

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IV. Una muestra por las expresiones en torno a la Autogestión Social en Latinoamérica........................................................................................................91 V. Gestión social como mecanismo de auto regulación comunitaria, ¿hacia la construcción popular libertaria?........................................................................92

Capítulo 3 AUTOGESTIÓN SOCIAL: CONCEPTUALIZACIÓN PARA LA ACCIÓN COMUNITARIA AUTÓNOMA. ¿Sera posible la acción complementaria profesional en Ciencias Sociales para la promoción del cambio social en instancias de base?...................................................97 I. Que se entiende por acción comunitaria ………….................................................98 II. Hilando una metodología horizontal para la generación de una intervención dialógica en el territorio. ........................................................................................101 III. Re-generando una aproximación de acción profesional complementaria en la intervención participativa desde el movimiento popular …...........................106 V.

CONCLUSIONES Y REFLEXIONES FINALES……………………........107

VI.

BIBLIOGRAFÍA………………………………………………..……….......111

5

RESUMEN. La presente investigación tiene como objetivo, desarrollar una conceptualización crítica de la autogestión social contemporánea, entendida esta desde la acción comunitaria y su relación en los procesos de intervención social en los contextos comunitarios, es por ello que el enfoque de la presente investigación aborda y se relaciona desde una perspectiva crítica y autónoma en las articulaciones gestadas, apartir del devenir de la praxis en torno a los actores sociales, ligados al desarrollo autogestionario a nivel de base, buscando expresar otro modos de hacer. Al tema de investigación, se integra una metodología cualitativa con enfoque hermenéutico de análisis de textos escritos y audiovisuales.

Palabras claves: Autogestión Social- Acción Colectiva- Psicología Social ComunitariaPsicología Crítica-Pensamiento Crítico.

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I. INTRODUCCIÓN En la actualidad los espacios autogestionados de base, se presentan como instancias relevantes para la rearticulación del tejido social, sin embargo la poca sistematización y reflexión conceptual en torno a la autogestión, reduce cierta capacidad de comprender el fenómeno de manera integra. Este estudio aborda y describe algunas prácticas, relacionadas con reflexiones críticas que se articulan en un proceso diferenciador de otros usos reducidos, entendidos estos como “autogestionados”. Al momento de indagar en la psicología social comunitaria, vemos un mínimo abordaje y problematización alrededor de esta temática, reproduciendo ciertas nociones generalistas que configuran ambigüedades en la mención de esta materia. Dichas configuraciones giran y se materializan en extensiones difusas de las cuales se relacionan con una idea inserta en algunas instituciones, materializando vagas referencias en torno al concepto, dando solo un uso en la mención de dicha palabra, siendo el caso de lo que se observa en las mencionadas referencias a la palabra autogestión, realizadas en algunos programas y planes gubernamentales del ámbito social o en otras instituciones como son el caso de las municipalidades, de esta manera queda la sensación de un uso discreto y con una mínima profundización conceptual, dando espacio a una evidente configuración ambigua. En algunas oportunidades, se ha dicho que el lenguaje crea realidad, en ese sentido se podrá encontrar en esta investigación un recorrido sistemático y a la vez coherente en torno a la construcción conceptual de una mirada autogestionaria contemporánea, ligado a un desarrollo histórico, descrito a través de una contextualización que permita materializar una referencia determinada,

hacia

un

uso

coherente

para

la

mención

de

esta.

A lo mencionado, respecto a las sutilezas de su uso redundante, nos indican la falta de investigación específica entre la reflexión conceptual y las relaciones prácticas que se están desarrollando en los contextos comunitarios de base.

7

Al momento de ir al concepto encontramos dispersas referencias bibliográficas, por lo cual esta tesis busca especificar y aunar esfuerzos para hacer una distinción sobre la raíz libertaria de la autogestión social en el país. El enfoque crítico, utilizado en la presente investigación, busca estrechar las posibilidades de intervención que podría complementar un desarrollo, de una psicología social comunitaria comprometida con las causas populares de nuestros pueblos, a partir de la gestación de praxis innovadoras en las esferas independientes de las comunes intervenciones que se realizan desde lo institucional. Junto con lo mencionado anteriormente, lo que a continuación se desarrollará, es un intento de reactualizar saberes que se gestan en el aprender-haciendo, es decir como una investigación podría fomentar la acción comunitaria, a partir de la reflexión crítica de los procesos que se están realizando, paralelo a esta mención, se busca insumar en la generación de pensamiento crítico para su uso en la actualidad. De una u otra forma, lo planteado acá, puede llegar a tener un valor significativo, en un aspecto académico desde un enfoque crítico, dado que profundiza sobre una temática poco estudiado en el Chile actual, muestra de ello, la escasa bibliografía y/o la dificultad para acceder a textos pertinentes; otra mirada más allá de la esfera académica, es la posibilidad que nos entrega la presente investigación, centrada en las prácticas populares de algunas organizaciones sociales, que nos sirvieron como reflejo de lo que diariamente se está articulando en los diversos contextos comunitarios. La construcción colectiva, de base y horizontal, son elementos que posibilitan ese caminar de aquello, denominado como autogestión social y/o integral, es ahí donde estas experiencias podran recurrir, a la presente investigación como una carta de navegación conceptual que insume en su recorrido práctico y problematice el hacer.

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II. PLANTEAMIETO DEL PROBLEMA En el actual contexto neoliberal en el que se encuentra Chile, las búsquedas de cambio social, se ven mermadas por la exacerbación de una subjetividad individualista, la consecuencia principal de este proceso, es la fragmentación debido a la política represiva y la implantación del modelo económico neoliberal desde la dictadura militar (1973-1989), (Asún, D; Aceituno, R; Alfaro, J; Morales, G; Krause, M. en Wiesenfeld & Sánchez. 1995). Cuya continuidad del modelo económico y la generación de políticas de control social con el movimiento popular, ha sido promocionada y consolidada por los gobiernos de la concertación 1. A pesar del presente contexto, se han visualizado expresiones de articulación social que buscan conformar comunidad desde abajo. Uno de esos intentos son las prácticas autogestionadas, que rescatan una de las reflexiones iniciales de la Psicología Social Comunitaria Latinoamericana, “ Como una rama que promueve el cambio social; con la comunidad,

y en la comunidad ” (Montero, M. en

Wiesenfeld, E & Sánchez, E.1995), manifestando una apertura dialéctica a la manera de reflexionar y articularse desde el movimiento popular, en el cual los/las mismos/as actores sociales que conforman comunidad

se organizan, aplicando su

independencia

hacia

organismos que regulen o controlen dichas instancias populares de auto-organización, esta opción se posiciona desde una perspectiva crítica buscando la re-generación del tejido social. Vemos cómo al interior de la PSC Latinoamericana, suele ser recurrente la mención simplificada de la autogestión (León, A. 1999; Montenegro, M. 2001; Montero, M .2004; Musitu, Herrero, Cantera & Montenegro. 2004.) Quedando en un sitial privilegiado, como un concepto de pro actividad desde los/as mismos/as actores sociales, pero a la vez, evidencia una falta de rigurosidad a nivel conceptual. Para este planteamiento, la autogestión, tendría un objetivo: la propia comunidad se regula, después de la retirada del equipo interventor (León, A. 1999, en Montenegro, M. 2001). De esta manera, no quedaría resuelta la referencia conceptual, para efectos de precisar, el campo de acción y limites abordables; dado que su orientación recae en un fin (objetivo), pero al no precisar, en explicar ¿desde qué paradigma?,

1

Video-Revista, SINAPSIS. Edición especial. Marzo 2009; 7ma Edición. Noviembre 2009. 9

y ¿qué herramientas usar, para llegar a ese objetivo?, manifiesta una latente ambigüedad conceptual de la autogestión. La búsqueda en establecer mayores antecedentes para la reflexión teórica nos permitiría abrir el debate conceptual, en torno a la autogestión; Alejandra León (2000) nos da algunas pistas sobre la polisemia conceptual, de confusas y contrapuestas visiones, para su posterior desarrollo en la acción comunitaria. En relación a la propuesta de investigación, es indagar sobre la articulación generada desde la organización popular, y de qué forma abordar su estudio; destacamos en este aspecto a Maritza Montero, ya que nos entrega dos formas de abordar el trabajo comunitario2: a.

El primero, que opera de arriba hacia abajo, desde organismos del

Estado hacia las comunidades, siendo definidas las necesidades del lugar y la creación del plan de trabajo por técnicos expertos, que analizan desde fuera. b.

El segundo, en movimiento comunitario surgidos de abajo hacia arriba,

en organizaciones de base, generadas desde adentro de la comunidad. Predominan las relaciones horizontales entre los miembros del grupo, el profesional

busca

generar

el

auto-diagnóstico

y

promover

la

autoorganización. Es en el segundo tipo, donde se identifican algunos casos de experiencias populares que abordan planteamientos de la autogestión , idea y práctica que aparece por primera vez en la historia, dentro de la corriente política comunista libertaria, es decir dentro del mundo del anarquismo (León, A. 1999,2000; Méndez, N., & Vallota. A., 2006: Mintz, F., 2006; Tabilo, C.,2007, Montero, A. 2008; entre otros/as). Extendiéndose con el tiempo a campos cada vez más heterogéneos del mundo social, matizando su contenido.

2

Montero, Maritza. 2004. Págs.60-62. 10

Nos centraremos en el segundo aspecto que describió Maritza Montero (2004a), para establecer la perspectiva de la investigación sobre qué tipo de acción comunitaria nos interesa investigar. El interés de la presente investigación se relaciona con el abordaje desde reflexión conceptual y la práctica histórica de la autogestión en el país, que se ha venido articulando de manera intermitente, alejada de la institucionalidad oficial (ya sea académica, gubernamental y/o empresarial). Establecer una mirada crítica en la organización popular, es buscar no solamente la inclusión de los actores sociales desde la participación dialógica, en el sentido de generar nuevas formas de acción, acordes a las necesidades y problemas (Montero, M., 2006). También buscar maneras de pensar un abordaje desde la intervención participativa, posicionada desde el enfoque de la corriente crítica para la psicología social comunitaria. Siendo el rol del profesional en este caso divergente y crítico a la perspectiva de trabajo comunitario visto desde arriba, esto es fundamental para la acción comunitaria que se identifica “desde abajo”, es el rol del profesional según

Maritza Montero (2004a:96)

facilitador/a y no de experto/a, despejando las prácticas de activismo político en torno a lo comunitario del hacer por hacer, hacia la evaluación continua y de reflexión crítica sobre la propia aplicación3. Agregando el aporte del proceso conocido como desprofesionalización planteado por Goncalves (19974), donde el profesional trabaja con técnicas y socializa el conocimiento con la misma comunidad. De esta forma la propuesta autogestionaria se va articulando en el desarrollo de la comunidad y no en el fortalecimiento institucional, en este sentido es necesario reflexionar apartir del paradigma de construcción y transformación crítica, relevando los siguientes puntos : 1.

En relación a la práctica autogestionada, ¿se podrá desarrollar otro

concepto complementario, en el trabajo de organizaciones de base ? Donde por ejemplo; la dinámica no gire en un orden, desde arriba hacia abajo, entendiendo esto como la lógica que homogeniza y se impone en los procesos de autonomía de los colectivos y el dialogo horizontal entre los actores sociales. Considerando además que el Estado, es el principal gestor 3 4

Montero, M., 2004; 2006. En Montenegro, M. 2001:216. 11

de iniciativas para la comunidad, pero este,

no estaría reflejando las

necesidades de la población (Vidales, A. 2004). 2.

La reflexión se moverá en el eje desde las dinámicas de

autoorganización social, entendida como la articulación popular de base, por lo tanto, la propuesta es indagar desde un marco referencial para establecer una aproximación conceptual de autogestión social, en relación a la ambigua descripción presente de la noción de autogestión en el ámbito territorial. 3.

Conceptualizar la autogestión social, ¿es plantearse nuevos modos de

hacer praxis crítica?, desarrollando una nueva herramienta ¿permitirá repensar la actividad político-social no partidista?, ¿Cómo dicha práctica no caerá en un mero activismo político?. Despejando estas interrogantes, se podría avanzar en dilucidar una reflexión desde la teoría con perspectiva dialéctica, optando por una metodología de orientación participativa, que promueva la relación del trabajo psicosocial desde la misma base. Donde los/as profesionales desarrollen el énfasis en la integración del conocimiento científico y popular; compuesto con la lectura de la realidad social situada al contexto territorial y sus actores. Es por ello que el posicionamiento a investigar, se orientará en las propuestas identificadas como militantes y/o comprometidas, aquellas que están surgiendo desde la vereda de un internacionalismo crítico, pero como sugiere Tomas R. Villasante 5 , no caer por ello en el sentido de que la gente por sí misma, viene a sustituir

la ciencia, guiándonos de

“ manera populesca como si no hubieran contradicciones y alienaciones en la gente ”, superar este aspecto, es identificar “ las verdades parciales de cada sujeto ” , tanto agentes externo como internos, así Villasante plantea girar la aquella visión “ el pueblo siempre tiene la razón ” en la generación de análisis de procesos críticos y autocríticos, donde las verdades colectivas se vayan construyendo6.

5 6

En Canales, Manuel. 2006, Pág. 384 Ídem. 12

Pregunta de investigación: ¿Es posible generar una conceptualización de la “ autogestión social ” para la acción comunitaria que tienda a establecer la articulación desde la praxis?

a. Objetivos generales - Desarrollar una conceptualización de la autogestión social para la acción comunitaria desde una perspectiva crítica y autónoma. - Desarrollar una propuesta de praxis complementaria en la intervención participativa.

b. Objetivos específicos - Describir y analizar las diversas formas de entender el concepto autogestión. - Caracterizar la raíz libertaria de la autogestión social. - Describir el aporte dialógico de la autogestión social en el ámbito territorial.

13

Relevancia de la investigación

La búsqueda por construir una reflexión conceptual sobre la autogestión social, no perseguirá armar un dispositivo hermenéutico acabado, su importancia está en generar algunos lineamientos que nos permitirán ampliar la mirada sobre su uso y valor; frente a la escaza profundización y referencia teórica que existe en la Psicología Social Comunitaria, cobrando relevancia dentro de la corriente crítica para re-pensar la noción sobre autogestión más allá de su reducida mención, caracterizándola como una herramienta que promueve la transformación a partir de la configuración de la relaciones horizontales entre actores sociales de algún territorio específico, junto con enlazar acciones independientes de las propuestas institucionales gubernamentales o privadas . En el presente, lo social comunitario se encuentra en buscar nuevos conocimientos,

que

acompañen el devenir de la subdisciplina, esta se ha visto involucrada desde el comienzo con expresiones del movimiento social de base, en este caso con las prácticas e ideas que se identifican como autogestionarias. Al hacer esta relación, creemos que contribuiría de alguna manera a seguir potenciando a estos sectores populares, que construyen realidad –independientede los saberes institucionales clásicos y/o oficiales. De tal forma, la elección de la bibliografía basada en argumentos documentales - textos y audiovisuales- hacen también que estos mismos actores sociales nos hablen y propongan su modo de ver el mundo, para transformarlo desde la acción

propositiva. Junto con esto conocerlos y poder interpretar

sus conocimientos.

Existen mayores investigaciones que abordan el aspecto económico de la autogestión, pero en torno a la organización, articulación y propuesta de construcción de base, aún es minoritario, por esto consideramos, la actual investigación es relevante al buscar expresar otros modos de hacer, pensado como un camino complementario para el profesional crítico en ciencias sociales. El recorrido de algunas experiencias presente en la historia social, develará una práctica no solo de crítica, también de resistencia que propone y crea otros espacios de construcción popular, desconocidas e ignoradas, de esta forma el rescate de estas experiencias – presentes en las fuentes documentales- resulta relevante para las intenciones que piensan la re-generación del tejido social, siendo en si una propuesta para la acción comunitaria crítica, que articula saberes científicos y populares. 14

III.

MARCO METODOLÓGICO El Tipo de estudio y análisis.

El presente estudio tiene por objetivo desarrollar y responder nuestra pregunta de investigación, ¿Es posible generar una conceptualización de la autogestión social para la acción comunitaria que tienda a establecer la articulación desde la praxis?, necesitamos para objeto del desarrollo de la pregunta investigativa, indagar en elaboraciones de contenido bibliográfico relacionado con la temática autogestionaria. Para ello, se ha planteado utilizar una metodología cualitativa con enfoque hermenéutico, donde la recolección de datos e información estará proporcionada desde la selección y estudio bibliográfico de documentos escritos (libros, tesis, revistas y otros textos), junto con documentos audiovisuales (documentales ,grabaciones de video, entre otros). Donde el objetivo es la descripción de cualidades del fenómeno, de esta forma entendemos que al abordar hermenéuticamente la investigación, nos permite definir contenidos que insumen a generar un concepto, dado que los actores sociales expresan su modo de ver el mundo en dichas fuentes bibliográficas, en este sentido la investigación cualitativa busca conocer cómo las personas encuentran significación en la realidad social, aquella se transforma en una trama de relaciones, de la cual genera contenido subjetivo e intersubjetivo en los actores sociales. Según Mella (1998) en investigaciones cualitativas se debe, en vez de la exactitud, hablar de entendimiento en profundidad, se trata de obtener dialógicamente información de las fuentes consultadas para desarrollar un análisis interpretativo del texto bibliográfico, de esta manera elaborar descripciones que amplíen el fenómeno desde su esencia, naturaleza y comportamiento. Por lo cual, este enfoque considera al ser humano relacionado en una naturaleza interpretativa y que no hay una última interpretación, debido que está en constante movimiento dialógico.

15

El por qué de la utilización hermenéutica y la interpretación. La elección metodológica que se ha desarrollado, permite interactuar a través de la lectura cómo los actores sociales piensan y ven el mundo, así poder analizar los textos seleccionados tanto escritos y audiovisuales , donde el presente enfoque hermenéutico busca generar la comprensión y significado, apoyándose en el texto para luego interpretarlos y generar otro texto a partir de los que se revisaron, de esta forma se va reproduciendo el conocimiento dialéctico, que está en constante elaboración y construcción. En este sentido, la importancia de los actores sociales –del pasado-, están presente en las fuentes bibliográficas recopiladas, la manera de hilar dichas experiencias y planteamientos, es a través de una producción que recrea acciones colectivas, en un texto:

“Entendiendo como fuente o documento histórico, todo texto que entrega información sobre el pasado que permita recrear, reconstruir, analizar e interpretar una época y la visión que sus contemporáneos tienen de ella (…) También un poema, un cuadro son para nosotros documentos, testimonios de una historia viva

y humana saturados de pensamiento y de acción en

potencia”.(Castro García ., 2005,p.3)7

La recolección de datos tiene que ver con la pertinencia de las fuentes, y manifestar relación alguna con el tema en particular, por esto que la recolección se centra en información documentada ligada por fuentes que utilizan dicho planteamiento autogestivo. Dentro del constructo metodológico se trabajo con la creación de un instrumento que clasifique la información proporcionada por las fuentes bibliográficas de tipo textuales, estas son las citas que se recogen al pie de la letra, una parte del texto seleccionado o audiovisual; para su posterior interpretación.

7

Entre broma y broma, la verdad asoma: El Golpe de Estado y los primeros momentos de la dictadura vistos a través de la caricatura extranjera. Chile 1973 – 1974. Tesina para optar al grado de Licenciado en Historia, Universidad de Chile. Castro, C; Berrios, A; Guilarde, F; Maturana, F; Muñoz, A. 2005. 16

Desde la perspectiva hermenéutica es relevante interpretar los textos dado que son la base para la reconstrucción e interpretación de contenidos, así seleccionar parte de estas fuentes y consignarlos en los fragmentos de textos que sean significativos y permitan aumentar la reflexión del conocimiento. Es por ello que el ejercicio es la interpretación

relectura y posterior

de dichas selecciones materializadas en las fichas bibliográficas, en otro

aspecto se puede observar en esta investigación variadas citas destacadas que permiten al lector/a leer directamente dichas fuentes y analizar el contenido, y en un aspecto menos explícito de las citas textuales, es el diálogo reflexivo permanente a lo largo de la presente investigación, el cual va regenerando la información y a su vez interpretando el contenido bibliográfico.

17

¿Cómo y en qué medida la psicología como saber y praxis, puede contribuir a hacernos no solo profesionales idóneos, sino individuos menos enajenados, más conscientes de nuestra situación aquí –y- ahora, más combativos en esta situación? Emilio Romero (1969).

IV. MARCO REFERENCIAL-CONCEPTUAL ____________________________________________________________________________

18

CAPÍTULO 1 PSICOLOGÍA SOCIAL COMUNITARIA Y AUTOGESTIÓN: ¿Existe solo un tipo de autogestión en torno a lo comunitario? La autogestión ha sido sin duda, uno de los aspectos promocionados por la Psicología Social Comunitaria, existiendo varios textos en donde se plantea dicha práctica, pero consideramos que

aún

es

poco

delimitado

su

abordaje

y

es

necesario

preguntarse

¿ cómo ejecutar, dicha mención? (Montero, A., 2008a). Es ahí donde reside uno de los principales problemas para pensar la generación de la acción comunitaria que se oriente desde la autogestión. Es relevante la vinculación que realiza la Psicología Comunitaria, en las búsquedas de desarrollar prácticas enraizadas en el trabajo de base8, posicionándose en la acción colectiva hacia la indagación de un posible cambio social. Esto permite la vinculación con actores sociales y la labor del/la psicólogo/a, elemento distintivo de orientación

de los países

Latinoamericanos, a diferencia de Estados Unidos y Europa (Montero, M., 2004a; Musitu, G., Herrero, J., Cantera, L., & Montenegro, M., 2004; Vidales,A.,2004; Asún, M., 2005). En Chile la Psicología Social Comunitaria, aparece en las décadas de 1960 y 1970, discontinuando su desarrollo con la dictadura militar. Siendo la instancia del Primer Congreso Nacional de psicólogos/as, organizado por el colegio, el mes de agosto de 1985, el espacio para la coordinación e impulsar dicha área de quienes presentaban interés y se encontraban trabajando en la temática, de esta manera se propusieron impulsar la difusión, la formación, sistematización de conocimientos e incentivar las investigaciones (Asún, D; Aceituno, R; Alfaro, J; Morales, G; Krause, M, En Wiesenfeld & Sánchez, 1995). Dentro de la mencionada rama de la psicología, existen diferentes visiones, aspecto de gran similitud con la autogestión, siendo necesario desarrollar explícitamente qué recogemos y entendemos por psicología social comunitaria y autogestión, de esta manera avanzáremos en 8

Aspecto característico de los movimientos sociales en Latinoamérica, nos centraremos en quienes se articulan a partir de la organización popular, revisando además otras propuestas que difieren entre ellas. 19

un recorrido por la diversidad y a veces, contrapuestas visiones de la autogestión (ya sea entendida como definición o práctica) para una posterior conceptualización y un posible uso en lo psicosocial. Hacer comprensivo el planteamiento de la autogestión desde la reflexión conceptual, no implicaría caer en un vago esencialismo de la palabra, sino que nos permite introducirnos en el camino sobre las definiciones, las ideas u orientaciones que se consideran en torno al concepto, observando las múltiples nociones que se tiene sobre éste, dando el espacio a representaciones diversas. Sin embargo existe una persistencia de usar el término para el ámbito psicosocial:

"La Psicología Comunitaria se presenta entonces como una vía de interacción, generadora de tecnología social, cuyo objetivo es generar la autogestión, para que los individuos produzcan y controlen los cambios en su ambiente inmediato". (Montero, M. 1984 en León, A., 1999).

De alguna manera hoy en día, se le atribuye características positivas, es constante su mención por parte de profesionales del área social, pero hay poca profundización en los textos psicosociales, dando una impresión de una palabra que engloba múltiples intenciones, generando algunas ambigüedades (Sotomayor, C., 1999; León, A., 2000). Lo complejo resulta cuando, a la mención expuesta por León (2000), refiriéndose a quienes usan el término autogestión; se apropiasen de él pensando: "si no me preguntan lo que es, yo lo sé; si me lo preguntan, no lo sé". Uno de los ejemplos, es resultado y posterior reflexión que nos muestra la investigación realizada por Alejandra Vidales, quien analizó, algunos programas de las políticas sociales del Estado de Chile:

“Cabe destacar que los elementos que sí fueron encontrados, resultaron inconsistentes

e

incongruentes

respecto

a

lo

que

declaraban. 20

Tal es el caso de la mención hecha al concepto de autogestión, el cual no es abordado desde ninguna perspectiva, siendo si incorporado como parte de los objetivos de cada programa. Es significativo en este punto enfatizar la inexistencia de componentes de autogestión en los programas sociales analizados, denota la falta de autonomía y sustentabilidad del enfoque teórico respecto a la comunidad como sujeto de intervención”. (Vidales, A., 2004:162). Esto evidencia, una visión que tiene la política pública en la generación de programas sociales vistos desde arriba, mencionado conceptos, estos los intentan ejecutar aplicando una suerte de formula social, que no se estaría desarrollando, al parecer por tensiones al momento de su aplicación hacia las personas, grupos y comunidades. De tal forma sería interesante girar la visión desde arriba, para articular acciones comunitarias desde abajo, donde actores sociales sean constructores de sus propias instancias organizativas, así produzcan y controlen los cambios en su ambiente. Por su parte Alejandra León, va más allá de su “uso entusiasta” en lo psicosocial, afirmando:

“No se hace referencia a la fuente de la cual se tomó prestado el término o al significado original del mismo, y que en diversas ocasiones él es nombrado sin una explicación de cómo él está siendo entendido” (León, A.,1999).

Revisando la historia de cómo se fue gestando la psicología comunitaria en Latinoamérica, nos encontramos que existió en las décadas del 60´ y 70´, una explosión del uso de la palabra autogestión, relacionándola con algunos de los trabajos realizados por Fals Borda y Paulo Freire, junto con experiencias en Puerto Rico, entre otras9. Maritza Montero (2004a), ha sido persistente en atribuir el aporte de la corriente marxiana en lo 9

comunitario,

no

abordando

el

aporte

del

anarquismo

en

Latinoamérica

León, A. 1999. p 4. 21

–que si bien, este ha sido marginal, con el tiempo ha ido mostrando una lenta visibilidad, en la actualidad- , dentro de esta última corriente política, encontramos explícitamente su propuesta teórica y práctica en torno a la autogestión, para su aplicación en la sociedad. (Méndez, N. & Vallota, A. 2006). Con el transcurrir de los años Maritza Montero (2007), ha reconocido el aporte a las ciencias sociales de otras corrientes, entre ellas el anarquismo, siendo nuestro interés visualizar cuál ha sido dicho aporte dentro del concepto de la autogestión. De tal forma, viene siendo pertinente delinear una elaboración conceptual sobre la autogestión para su reflexión y uso práctico en la acción comunitaria, a partir de una orientación propositiva con la construcción social crítica y la transformación social. En la presente investigación entenderemos a la realidad social, como algo que no es estático, que está en constante transformación, movimiento y desarrollo, es por ello que compartimos la visión del materialismo dialéctico al atribuir “la esencia de la realidad”, como un constructo del devenir (ver González, Juan Carlos. 2004) 10; al entender que la realidad social no es estática, nos interesará desarrollar la búsqueda conceptual sobre autogestión, no como algo acabado sino a partir de un proceso desenvuelto que se articula a través del tiempo, es sin duda una construcción histórica del dinamismo social de los pueblos. De esta manera la explicación conceptual basada en el análisis crítico nos permitirá situar la interpretación de las fuentes documentales consultadas, mostrando el avance o movimiento que está generando, hoy día la autogestión, siendo imprescindible hallar definición en los actores involucrados de los procesos que está presente la mencionada idea y/o práctica. Abordando la esencia, como base conceptual para la acción desde la discusión bibliográfica, tomando la dialéctica como una técnica de interpretación, para buscar conjugar la praxis en la acción comunitaria.

10

Para profundizar, revisar: Diccionario de filosofía. Editorial Edaf. Al ser esta investigación una discusión interpretativa dialéctica-hermenéutica y/o reflexiva, se genera una orientación filosófica hacia la búsqueda del conocimiento reflexivo, “nuestro deseo de saber nos lleva a conocer lo real, lo verdadero”. (cfr. González., J. 2004). En este sentido el materialismo dialéctico, nos permite situar e interpretar; las reflexiones conceptuales, ideas como las prácticas, a partir de un contexto del devenir histórico, otorgando la idea de Hegel que la realidad está en constante movimiento, así establecemos que dicho contexto comunitario puede ser transformado, ya sea a favor o en contra de un determinado grupo, colectivo, movimiento, etc. 22

La relación que visualizamos entre la PSC11 y autogestión, se ha conjugado desde el comienzo de la subdisciplina por buscar generar, en nuestra región de Latinoamérica, la mencionada “autogestión”, es así que el área social comunitaria se ha visto en directa sintonía para la proposición y posterior generación de tales planteamientos hacia la comunidad, creemos en cambio que dicha vinculación hoy día, es más estrecha que antes; principalmente porque existe una relación familiarizada de la palabra, menos así del término, constatando este hecho en diversos ámbitos tales como la mención en instituciones estatales; idea que ha influenciado no solo a la psicología comunitaria, sino también al diseño y ejecución de políticas públicas para la promoción en instituciones sociales de la autogestión 12, ejemplo de este argumento es la repetitiva referencia en instituciones como SERNAM 13, FOSIS14, entre otras, a proponer dicha palabra. Se identifica otra mención discordante con la anterior (Méndez, N & Vallota, A. 2001), relacionada en experiencias populares que se articulan desde una base social, orientadas por ideas de gestión autónoma frente a los lineamientos estatales, sus plataformas de beneficios, y a instituciones privadas con fines lucrativos15, tales experiencias se caracterizan por desarrollar no solo un lenguaje independiente al oficial, también por llevar a una práctica crítica que se relaciona con un discurso enfocado a la transformación social. La discusión de establecer, el cómo se piensa ejecutar dicha idea autogestionaria, es donde nos falta esa reflexión conceptual más nítida para su uso en el área psicosocial, siendo oportuno materializar una producción reflexiva para desprenderse de la mencionada ambigüedad 11

Léase, Psicología social comunitaria Esta idea la podemos anexar en la difusión de algunos programas y planes sociales del Gobierno de Chile, a nombrar y generar “autogestión”, acercándose a una mirada de micro emprendimiento o cualidad personal, y en menor escala actividades grupales, que de características comunitarias que se involucren en el arraigo territorial de una comunidad. 13 A modo de ejemplo revisar la página web del Servicio Nacional de la Mujer, SERNAM, www.sernam.cl [revisado, 10 de agosto 2009]; donde nos podemos encontrar la mención a la promoción de la “autogestión y autoestima” en mujeres, a partir de una mirada que elabore una cierta capacidad y/o herramientas personales, desde el trabajo de profesionales que intervienen desde lo psicosocial. 14 En el caso del Fondo de Solidaridad e Inversión Social, FOSIS. La mención es más constante y explicita. www.fosis.cl [revisado, 24 de septiembre 2009]. Este servicio considera central desarrollar, la autogestión en las coberturas sociales, de esta manera “genera proyectos de desarrollo social de autogestión”. 15 Existe una amplia gama de espacios que se plantean como autogestionarios y autónomos, a instancias de las políticas públicas; de concursar en fondos del Gobierno, como así también recibir el apoyo de parte de empresas. Una vitrina de tales experiencias ha sido la internet, ayudando a difundir nuevas prácticas críticas, y la comunicación entre ellas. O el uso de nuevas tecnologías para la difusión de tales experiencias, a modo de ejemplo ver: Video-Revista Sinapsis, editada por la productora de Comunicación Social desde abril del 2007 en adelante, en nuestro país. 23 12

conceptual que nos advierte Alejandra León (2000), la dificultad sobre este tema está en la amplia gama de ideas y prácticas en donde cada una de ellas se atribuyen una condición autogestionaria, faltando un análisis autocrítico de cada una de las variantes para que den cuenta por qué se considerarían como autogestionarias, esto se materializa en la poca producción de sistematización de experiencias que den cuenta del cómo se trabaja y que se quiere conseguir, canales de información poco difundidos que traten la temática, profundización teórica funcional al status quo, considerando a la psicología social comunitaria a través de estos años, seguir en menor escala 16, preservando algunos de sus fundamentos y principios que orientaron la gestación de la mencionada “corriente latinoamericana”; para promover, facilitar la participación de la gente, pero ¿cómo pensamos tal participación?, de todas las definiciones, resaltamos la participación comunitaria :

“Proceso organizado, colectivo, libre, incluyente, en el cual hay una variedad de actores, de actividades y de grados de compromisos, que está orientado por valores y objetivos compartidos, en cuya consecución se producen transformaciones comunitarias e individuales” (Montero, M., 2004 a: 229).

De esta manera, es imposible la existencia de la autogestión sin participación de la comunidad, siendo un pilar que otorga el protagonismo y la voz a los/as mismos/as actores/as involucrados/as, es en esta visión donde se caracteriza la articulación entre PSC y autogestión; donde lo colectivo se relaciona en la capacidad de la propia comunidad de autoorganizarse, donde cada individualidad contribuiría en un proceso de gestión como un todo, independiente de otros procesos, en este sentido la autogestión sería:

“No individual, pues aunque su meta es el individuo, no lo entiende en su carácter aislado sino como un ente que con-vive con sus iguales, de los que depende y que, a su vez, también dependen de él” (Méndez, N & Vallota, A., 2006: 61). 16

Menor escala, por que en el caso de Chile ha influenciado más la Salud Mental Comunitaria que la mencionada PSC. Ver: Asún, D; Aceituno, R; Alfaro, J; Morales, G; Krause, M. La Psicología Comunitaria en Chile. Análisis de sus características y perspectivas. En Wiesenfeld & Sánchez, 1995. pp 151-188. 24

A pesar de esta distinción es atingente elucidar desde dónde se está pensando tal idea en lo comunitario, esto nos lleva a la descripción de los fundamentos de la subdisciplina 17, puede decirse que la mayoría de los/as autores/as concuerdan y definen a la psicología comunitaria, como aquella, que trata de la comunidad y que es realizada con la misma comunidad (Montero, M. 2004a). De tal forma nos introduciremos en un recorrido por diversos tipos de entendimiento sobre la mencionada idea y práctica autogestionaria, esto nos permitirá entender a la reflexión como un paso previo que antecede a la acción comunitaria, hace de este ejercicio, una acción que establecería límites y problematiza, el cómo ejecutar lo que se quiere hacer, reflexionar para encausar las ideas es un ejercicio importante para plantearse la construcción conceptual. Las presentes diferencias conceptuales entre psicología(s) comunitaria(s) y a las diversas representaciones sobre la autogestión; como lo analiza Alejandra León (1999,2000) y el novedoso aporte de Cristóbal Tabilo (2006) nos permite ir desmenuzando las particularidades; a pesar de este ejercicio, reconocemos algunos aspectos comunes, como un elemento que dificultaría la visibilidad de cada una de las particularidades en torno a la autogestión, de aquellas representaciones que coexisten sobre dicha práctica e idea. Describir y analizar las diversas formas de entender la práctica o el pensar la autogestión, materializa las diferencias entre estas variopintas orientaciones, ayudando a describir las fronteras entre cada una de las variantes, enriqueciendo a la reflexión y aumentando de alguna manera, el conocimiento conceptual. Es en este sentido, la presente búsqueda de una conceptualización, centrada en visibilizar una perspectiva de pensamiento crítico contemporáneo18 y su posible uso en la acción comunitaria para la elaboración complementaria profesional19. 17

No es el afán de nosotros dar una descripción propia, de qué es la PSC, tomamos las reflexiones de los/las autores/as de dicha subdisciplina. 18 No es casualidad que la presente investigación se oriente en una metodología dialéctica-hermenéutica, donde el eje del ejercicio investigativo, es la producción de pensamiento crítico, agregando la reflexión de la psicología social crítica, sobre el rechazo de la “neutralidad de la ciencia” con esto se prioriza una psicología social más comprometida, asumiendo las acciones del profesional cargadas también de prejuicios (Musitu, Herrero, Cantera & Montenegro. 2004: 194). Donde la psicología no es una ciencia “objetiva” a la manera de las ciencias naturales (Montero, M,. 1994:36). A partir de esto, se puede concluir que las investigaciones no son neutrales, ni en el modo de producción del conocimiento, ni en los resultados que produce. 25

Es por ello que el eje es la articulación de lo conceptual y práctico, para poder caracterizar esta propuesta como una instancia que se relaciona en la acción colectiva organizada, si esta realmente se propone la transformación social. Junto con lo expuesto, buscaremos revisar en este capítulo algunos aspectos distintivos del inicio de la corriente latinoamericana en la psicología social comunitaria, nos interesa este proceso porque aquella psicología, hace explícito buscar, promover, la autogestión, avanzando con los años se visualizan algunos procesos sociales en el país, que de alguna manera han abierto nuevamente el debate del uso y valor de la mencionada práctica e idea, siendo en la actualidad un vínculo directo a las teorías de emancipación social ligadas al anarquismo. (Méndez., N & Vallota., A.,(2001,2002,2006); Quiroga, P., (2005); Tabilo, C.,(2006, 2007); Barret, D., (2007); Del Solar, F & Pérez, A.,(2008); Ortiz, O., (2008); Montero, A.,(2008 a,b,c); Pávelic,H.,(2009), pero que poco ha profundizado lo social comunitario con dicho desarrollo, creemos que esto se debe por una lado, a la hegemonía de la corriente marxista en ciencias sociales, y por otro a un uso despolitizado del concepto de autogestión por parte de las políticas sociales del Gobierno, como referencia se profundizará en lo planteado por Méndez & Vallota (2006), referido a la gestión social por parte de la misma población involucrada en las acciones de autoorganización. Sin lugar a dudas, visualizar cómo se está articulando esta particular propuesta de cambio social, implicada desde el inicio en la PSC, pasa por la vía de activar la capacidad de poder y control de los sujetos mediante la creación de instituciones sociales paralelas a las oficiales y el fomento del cambio político, a través de la organización de la comunidad (Escobar, L., 1979 en Alfaro, J., 2000). La vinculación que se ha ido conjugando entre psicología social comunitaria y autogestión, nuevamente está dando que hablar, ya sea desde la simple mención en programas o planes gubernamentales, en los mismos profesionales del área social, o en la vinculación con las prácticas comunitarias, orientadas en la búsqueda de la transformación crítica y de carácter autónomas, el detalle de esto se verá a continuación. 19

Esta acción complementaria profesional, es una propuesta que se podría enmarcar en ideas, reflexiones y acciones organizadas que tiendan hacer colaboración en espacios de organización popular donde la articulación de base, se elaboraría en la acción comunitaria. 26

I. A qué se llama Psicología Social Comunitaria (PSC)20.

Para hablar de Psicología Social Comunitaria (PSC), es necesario revisar la historia de la disciplina, considerada por lo demás como aún reciente (Montero, M., 2004a; Musitu,. G, 2005; Asún, M., 2005.). A pesar de esto existen desarrollos interesantes que suelen ser referencia conocida a una zona geográfica, Latinoamérica no por ello, exclusiva de la región. El nacimiento con fecha precisa en Latinoamérica, no existe, debido al auge e incremento de procesos sociopolíticos en constante movimiento, generados por una realidad histórica y cultural dinámica, dando un clima de micro realidades en cada uno de los países latinoamericanos, sin embargo algunos/as autores/as coinciden de alguna manera en situar históricamente a comienzos de la década de 1970 (Wiesenfeld,.E & Sánchez,.E, 1995; Montero,.M, 2004a ;Vidales,. A 2005; Musitu,.G, 2005), la suerte de conformación no formal y abocada principalmente en la práctica, buscando hacer e intervenir desde realidad social que vivían entonces los países de la región. Este proceso evidencia la gestación de un movimiento que se perfila alejado de la institucionalización y la necesidad de generar acción comunitaria en aquellos años, buscando una mirada crítica, más comprometida para diferenciarse de la psicología social tradicional, caracterizada por su desvinculación con los problemas sociales, visión fragmentada, ahistoricista e individualista (Cfr. Serrano García.,I; López,. M y Rivera-Medina., E, 1987 En Wiesenfeld & Sánchez, 1995) de esta manera se privilegió primero el hacer, dejando de lado la reflexión teórica.21

20

Es de interés nuestro explicitar ¿qué psicología de la comunidad?, nos hace más sentido en la directa relación con la autogestión y la búsqueda del cambio social, de esta manera no caemos en el uso indefinido que hace alusión Matías Asún (2005:68) en usar la misma denominación de “psicología social comunitaria” para planteamientos y acciones con intereses distintos. Claramente nuestro interés es describir la PSC, diferenciarse de los desarrollos norteamericanos, sin por ello en caer atribuir, cual de las dos aporta más, entendemos que cada una de sus variantes contribuyen de alguna manera a sus realidades. 21 Una de las urgencias en aquellos años (1970) era marcar la diferencia con la psicología social de corte individualista o psicologisista, tomando como referencia los trabajos de base en Latinoamérica, centrado en los grupos marginados, a partir de su vinculación (con, en y por) la comunidad, donde además los profesionales buscan vincularse con los mencionados movimientos sociales de base. 27

A pesar de situar geográficamente la PSC, no es exclusiva de Latinoamérica, porque forma parte dentro de la corriente mundial que buscaba transformar la ciencia (Montero, .M. 2004b), pero pensada en las necesidades de las sociedades latinoamericanas, ahí está su acento diferenciador que otorga una referencia geográfica para analizar rasgos psicosociales específicos de la región. En Chile la Psicología Social Comunitaria aparece ligada a un proyecto político, (Asún, D; Aceituno, R; Alfaro, J; Morales, G; Krause, M)22 :

“Surge como expresión de un mundo de transformaciones, de esperanzas colectivas, de una práctica profesional que intenta zafarse de sus tradicionales métodos y modelos conservadores, insertándose en la vida concreta de hombres y mujeres que producen y expresan un mundo de existencia y una visión de mundo”.

Al seguir este recorrido, podemos decir entonces que lo Latinoamericano, es constituyente de una corriente dentro de la Psicología Comunitaria (Asún,M.,2005) pero cabe la pregunta sobre ¿qué se entiende por lo comunitario?, es aquí donde existe una respuesta unánime de las dos perspectivas que coexisten con matices compartidos, estableciendo el aspecto comunitario, la característica por esencia que la define, es decir aquella esencia comunitaria versa en su característica

fundamental

en

la

inclusión

del

rol

activo

de

la

comunidad,

según Montero,. M (2004a) la noción sobre lo comunitario está directamente implicada en la participación de la propia gente, produciéndose la mirada desde esta subdisciplina, por un marcado interés en analizar con aguda visión crítica las relaciones sociales. La importancia que otorga la mirada comunitaria en la participación es buscar establecer una relación que genere -la interlocución-, eliminado la posición de simples espectadores y receptores de beneficios, una relación que va más allá de la perspectiva intrapsíquica, en la configuración de relaciones que potencien el desarrollo de fortalezas y capacidades, más que los problemas y escases de los/as actores sociales involucrados, entendidos estos como 22

En Wiesenfeld & Sánchez, 1995: 181. 28

“sujetos activos”, de ahí se entiende el por qué instituciones gubernamentales tales como : FOSIS, SERNAM, y otras, buscan hacer mención del término autogestión. Por otro lado, las instancias de articulación de base que se orientan hacia una visión crítica para la transformación social, ponen en cuestión, la mención de dicha idea y práctica, por parte de estas instituciones; observándose este argumento en su praxis, como ejemplo podríamos hacer referencia de algunas iniciativas actuales como el Centro Social “La Fábrica” 23, Okupa Aki24 o experiencias históricas que fueron truncadas como fue el caso de los cordones industriales, creados en el año 1972, donde la Unidad Popular intervino para controlar este proceso a través del Estado, impidiendo el avance real de la autogestión social y/o integral por parte de los/as mismos/as trabajadores/as, generando un funcionamiento reglamentando donde los/as interventores/as gubernamentales dirigieron a los/as trabajadores/as; “esta autogestión era una manera de decirles al Estado que ellos eran autosuficientes en la administración y en la conducción de la empresa”. (Pávelic, H. 2009:141-142). De tal forma, nuestro interés es analizar cómo la psicología comunitaria latinoamericana, que surgió en crear y articular un movimiento contrahegemónico frente a una psicología de corte individualista y legitimadora del orden social imperante (León, A., 2000:9) se recrea frente a la concepción de la autogestión. Es por ello que es necesario caracterizar ¿qué consideramos como psicología comunitaria? Wiesenfeld & Sánchez (1995), consideran a la psicología social comunitaria, la rama que más relevancia y desarrollo ha dado al tema de la comunidad dentro de la psicología. Agregando que dar una definición de cualquiera de las 2 psicologías, de la comunidad, no es tarea fácil por la naturaleza multifacética de su objeto de estudio, encontrándose involucrados diversos procesos: prevención, concientización, liberación, cambio, desarrollo, participación, autogestión, entro otros. Existiendo algunos aspectos comunes generadores de mixturas, dando la impresión a primera vista de una sola psicología comunitaria, sin embargo los diversos matices se plasman en relación a contextos históricos, políticos y sociales diferentes configurado abordajes amplios y adecuado a las circunstancias que han tenido que enfrentar dichas perspectivas, la 23 24

www.cslafabrica.tk Recomendamos ver el video: Okupa Aki , disponible en: www.republika550.cl 29

conformación de cada una se debe al momento histórico de cómo se generó el inicio de estas corrientes; de esta forma se podría afirmar que una, es nacida al calor de las acciones de los grupos y sus problemas sociales generados en Latinoamérica desde los ´50 en adelante (social comunitaria), en Chile se empieza articular entre las décadas del ´60 y ´70, y la otra, de orientación preventiva en la salud mental, impulsada en Estados Unidos a partir de 1965, generados desde dos encuentros con trabajadores de salud mental que ejercían en comunidad. El interés del presente trabajo es emplear la mirada social comunitaria, aquella que desarrolla la crítica25 del cómo conocer, transformando la visión lineal e individual de la psicología social clásica, abriendo el debate a modos amplios y participativos para acercarse al conocer, explicar y vincularse a las realidades de las comunidades, sin por ello minimizar el desarrollo y aporte de otras perspectivas dentro de la psicología social, de la misma psicología o incluso otras áreas del saber; por que entendemos que cada perspectiva del saber tiende a buscar y dar legitimidad a ideas preconcebidas, ya sean políticas, económicas, religiosas, etc.26. De esta forma se crea un movimiento que sin saberlo, va configurando un devenir constituyente, denominado y sistematizado por Maritza Montero como una nueva subdisciplina para la psicología27. En América Latina, la relación y vinculación en, con y por, la comunidad se gesta con antecedentes primarios a fines de la década de 1950 (Wiesenfeld, E & Sánchez, E. 1995: 21), a través de la metodología de investigación-acción que antecede a la investigación acción participativa (IAP)28 y la sociología militante, propuestas de Fals Borda,

25

Aclaramos al lector/a que nuestra orientación crítica, no se basa en un estado de animo o pensamiento a tribuido a características negativas para el pensar y observar la realidad social, es una orientación analítica que facilita la interpretación de los documentos consultados (escritos y audios-visuales) detallados en la bibliografía. 26 De tal manera, como lo dijimos anteriormente las investigaciones “no son ingenuas, ni en la elaboración del conocimiento y en los resultados obtenidos”. 27 Algunos de los/as autores/as que más han contribuido a la sistematización y elaboración de esta joven subdisciplina llamada “psicología social comunitaria” en la región ha sido Maritza Montero, ver: Fundamentos teóricos de la psicología social comunitaria en Latinoamérica (1982); Psicología social comunitaria: teoría, método y experiencia (1994a); Teoría y práctica de la psicología comunitaria (2003); Introducción a la psicología comunitaria. Desarrollo, conceptos y procesos (2004 a), entre otros. 28 Esta metodología antecesora de la IAP, tiene sus inicios, en los últimos trabajos de Kurt Lewin, publicado en una obra póstuma Resolving Social Conflicts (1948 en 1971) durante bastante tiempo se llamaba investigaciónacción, aquí encontramos el primer planteamiento de un modelo metodológico en construcción; de esta manera el trabajo incipiente de Lewin, busca corregir la tensión producida por la predeterminación en los diseños de investigación social, para la generación en un procedimiento que se fuese interviniendo a medida de la indagación , así acortar la distancia entre el estudio y la acción.En la literatura encontramos 3 maneras de referirse a la Investigación Acción Participativa o participante o participatoria. 30

agregando el aporte de Paulo Freire con la educación popular. De esta manera se fue generando un lento movimiento, hacia una naciente subdisciplina. Vemos que esta amplitud sobre la mirada comunitaria, se constituyo en la disconformidad de una psicología social de marcado acento individual, en busca de desarrollar potencialidades o recursos, para generar aplicaciones prácticas en las personas, grupos y comunidades. (Musitu,. G et al., 2004:3). Esto se debió de alguna manera a la crisis frente a una psicología social de una visión de “sujeto pasivo”, receptor de acciones o productor de respuestas dirigidas, impidiendo otorgar un carácter dinamizador a la persona para que sea ejercido sobre su ambiente individual y social. La manifiesta insatisfacción con la psicología social tradicional, generó en los/as psicólogos/as, de aquella época (1960-1980), replantearse la desvinculación de los problemas sociales, la visión fragmentada, ahistoricista e individualista de los mismos, sumando una orientación paternalista y asistencial hacia los problemas comunitarios (cfr. Serrano García, López y Rivera-Medina, 1987 en Wiesenfeld & Sánchez, 1995). Según Sánchez,(1998)29 un momento relevante en la psicología comunitaria latinoamericana es el XVII Congreso Interamericano de Psicología, efectuado en Perú, el año 1979. La ocasión permitió la reunión de psicólogos/as de diferentes países de la región. La coincidencia fue que descubrieron que estaban trabajando con modelos de carácter comunitario semejantes, el gran problema que con los años se superó con creces fue la comunicación fluida para transmitir experiencias entre un país y el otro. Concluyendo Gonzalo Musitu que en gran medida la internet, ha facilitado el intercambio y la comunicación, superando las barreras nacionales. Retomando la idea de la insatisfacción producida en el plano teórico y en la generación de prácticas, surge el interés de re-crear una psicología social diferente, cercana a la gente, en el sentido de la construcción social de la realidad, a partir de diálogo integrativo, no excluyente, que es construido en conjunto, profesional y comunidad.

29

En Musitu, G., 2004:10 31

Maritza Montero ha contribuido con varias publicaciones en donde hace referencia al crecimiento del enfoque Latinoamericano, definiéndolo por primera vez en 1982, luego en 1984 y finalmente 2004, como:

“La rama de la psicología cuyo objeto es el estudio de los factores psicosociales que permiten desarrollar, fomentar y mantener el control y poder que los individuos pueden ejercer sobre su ambiente individual y social para solucionar sus problemas que los aquejan y lograr cambios en esos ambientes y en la estructura social”. (Montero, M., 2004a).

Estas palabras dictan, la reflexión hacia la participación desde el poder y control que establece la comunidad con su ambiente, agregando Montero (2004 a) a esta definición, la praxis de la psicología comunitaria, como una práctica conducente a una teoría que induce una nueva práctica. Donde el centro está en el desarrollo de las comunidades autogestoras, para la solución de sus problemáticas; cabe mencionar que dicha definición es la más aceptada y difundida en la región. La importancia de esta definición, es el sentido que se da en la comunidad como el ámbito y sujeto del quehacer psicosocial comunitario, considerando a las personas como actores activos en un medio para que estos contribuyan a superar los obstáculos de esta misma, sin embargo la importancia se asigna en la aclaración sobre el sentido que tiene la comunidad, entendida no como un espacio limitado desde la teoría, sino autodelimitado por la misma colectividad, esto va en directa consonancia con la idea de la autogestión. Al despejar la noción del “sujeto sujetado”, definido por lo externo, girando a la autodefinición desde la propia comunidad, entendidos ahora como sujetos activos de las acciones que se realizan; como un actor social que va construyendo su propia realidad, capaz de dialogar, crear y re-crear; de esta manera se establecería una “comunidad autogestora”, esta noción otorga mayor capacidad a las personas de autonomía y depende de sus propias decisiones como de las acciones para la viabilidad de sus proyectos.

32

El nacimiento oficial de la Psicología Comunitaria en el mundo. El inicio oficial de la psicología comunitaria “a secas”, se estructura en la ya famosa conferencia de Swampscott en la ciudad de Boston, Estados Unidos en 1965, este encuentro fue la primera vez que se empieza a utilizar, el adjetivo “comunitaria” (Montenegro, M., 2001), configurándose a partir de ese momento histórico, el término psicología comunitaria. Dicho encuentro se realiza con la finalidad de discutir, analizar, formar y proyectar los objetivos, como la labor de los/as trabajadores/as de la salud mental que se encontraban ejerciendo en este ámbito desde 1963 con la creación de los centros de salud mental comunitaria. (Musitu, G., 200430). Es en esta conferencia donde se inicia el término “psicología comunitaria”, caminado a una configuración de una nueva área para la psicología. Esta conferencia materializa la formalización subdisciplinar, proceso orientado principalmente a partir de las reformas en el sistema de salud mental (Asún, M., 2005) en Estados Unidos. Quedando definido desde ese entonces no tan solo el concepto de una nueva área en psicología, también delimita la función que le compete al psicólogo/a comunitario/a, “agentes de cambio, analistas del sistema social, consultores para los asuntos de la comunidad y estudiosos en general del hombre completo en su relación con todo su ambiente” (Bennet, 1995, En Bernstein, D. & Niftzel, M., 198231). Matías Asún (2005), considera que Bernestein, D. & Niftzel, M, elaboraron en su libro introducción a la psicología clínica de 1982, una particular visión, otorgaron en la psicología comunitaria una variante que se encontraba por decirlo, dentro de la psicología clínica, de tal forma manifiestan una visión crítica a la mirada del modelo clínico biológico, el cual daba explicaciones a las enfermedades con un claro sesgo biomédico, esta molestia ayudó a generar una nueva forma de hacer psicología, en donde la psicología comunitaria no se limitaba tan solo a combatir la enfermedad, también debe orientarse al bienestar, esto generó ampliar el “foco de atención de la psicología en el contexto de vida y relaciones en las que el sujeto está inmerso”( Asún, M.,2005:57), este movimiento de salud mental comunitaria, como dijimos 30 31

Cit. En Musitu, G., Herrero, J., Cantera, L., & Montenegro, M., 2004:5 Cit. En: Asún, M., 2005: 55. 33

anteriormente, se inicia en Estados Unidos durante la primera mitad de la década del ´60, por la legislación del gobierno de J.F. Kennedy (Alfaro, J., 2000). De esta manera en 1963 los centro de salud mental comunitaria, convergieron diversos profesionales de la salud mental -psiquiatras, enfermeras, trabajadores/as sociales- formando equipos interdisciplinarios con psicólogos/as, por tanto influyeron otros desarrollos disciplinares. Jaime Alfaro (2000), resalta la influencia de: “Los desarrollos teóricos y prácticos del modelo de psiquiatría preventiva de G. Caplan (1961), que propició categorías teóricas y operativas de gran trascendencia para las prácticas comunitarias, basadas en la salud pública y en la sistematización de trabajos realizados en prevención de trastornos mentales desde la década del ´40. También incluye normalmente el desarrollo de la farmacología psiquiátrica y la epidemiología, como un factor técnico influyente en el surgimiento de las prácticas comunitarias”. Otra concepción importante en esta corriente, fue el interés por una mejor y más equitativa distribución de los recursos de salud mental, este aspecto se puede concluir una directa crítica al paradigma positivista, resaltando que se privilegiaba una mirada reduccionista de acento biologicista, aquella visión entendía al individuo aislado, reservado y paciente; en donde Maritza Montero (2004 a) nos hace referencia a la visión de “sujeto pasivo” por parte de la psicología de aquel entonces, influenciada como dijimos anteriormente por el modelo biomédico.

34

De esta revisión se comparte lo que Sánchez, M.,(1995)32 considera claramente dos vertientes:

“Se perfilan claramente dos vertientes históricas y conceptuales del movimiento de acción comunitaria. Por un lado, la que se origina en Estados Unidos (ligada a la psicología clínica y a la medicina) y, por otro, la que se origina en los países de América Latina (ligadas a las ciencias sociales, en general y a la psicología social, en particular).

La psicología comunitaria es una subdisciplina que podría concebirse metafóricamente como “cuasi camaleónica”, a sus características de adaptación y transformación en función de la realidad sociopolítica33 de cada país. Estas dos se entrecruzan en Chile, teniendo mayor visibilidad, la salud mental comunitaria. En la presente investigación se rescata la corriente Latinoamericana por su desarrollo con los procesos comunitarios y su vinculación con la autogestión. A pesar de las diferencias, las dos se conforman de alguna manera por coincidencias que “sin saber, que se estaba trabajando” en una psicología comunitaria, los profesionales de la salud mental por un lado -Estados Unidos- convergen en la conferencia de Swampscott (1965), estructurándose el devenir de la corriente norteamericana; por otro lado, -más al sur- como le gusta mencionar a Maritza Montero (2007), la zona geográfica de la PSC, se estructura en el desarrollo incipiente y desenvuelto en la práctica, buscando como primer objetivo, hacer e intervenir desde la participación social de la comunidad.

32

En Montenegro, M. (2001). El aspecto que ha potenciado desde el comienzo la subdisciplina, es lo práctico, siendo un factor que transita en la vía in situ y/o en terreno, es por ello que el atributo camaleónico es una de sus principales fortalezas, entendida como la capacidad de adaptación considerando las particularidades de la realidad social que se enfrenta, incorporándolas a su desarrollo teórico y metodológico para sus aplicaciones prácticas e interventivas (Musitu, G., 2004). Quizás por ello que al hablar de psicología comunitaria en Chile, resulta complejo, más aún el pensar a nivel latinoamericano, sin embargo con los años se ha podido especificar que la base de dicha psicología gira hacia el trabajo con la comunidad, donde podemos dilucidar dos historias paralelas de conformación de la psicología comunitaria, “la oficial” de Estados Unidos, ligada a la psicología clínica y la medicina; latinoamericana, sin un inicio formal, ligada a las Cs. Sociales y la psicología social. (Montenegro, M., 2001). 35 33

Es pertinente para entender el planteamiento de la autogestión, separar aguas con la corriente norteamericana y centrarse en la región, recalcando “la necesidad histórica en posicionar, una psicología más comprometida con el medio social”, la tensión generada por una disconformidad con una psicología social clásica; situada en el signo del individualismo, no estaba dando respuestas a los problemas sociales. Desde esta reflexión identificamos la siguiente referencia: “Aquella psicología que es de la comunidad, en la cual los problemas son entendidos como derivados de los factores económicos, políticos y sociales de las sociedades y los/as profesionales se ponen al servicio de las demandas y necesidades de los grupos comunitarios” (Montenegro, M., 2004:202).

La mencionada psicología configuraría en relación dialéctica entre las personas de la comunidad y los/as profesionales. En este sentido la práctica estaría orientada por una visión materialista histórico-dialéctica (Montenegro, M., 2004). Desde ahí, si su orientación es social, también es histórica, y viceversa.

36

II. Producción del conocimiento para la PSC. Como se ha señalado anteriormente después de un primer momento avocado principalmente a la activación de las comunidades desfavorecidas, ya sea en la posibilidad de solución en problemáticas ligadas en las desigualdades sociales (pobreza, opresión, liberación, participación, etc.) a partir de la impronta característica en las generaciones de intervenciones psicosociales, hoy el periodo presente para la psicología social comunitaria, se encuentra en la búsqueda en generar conocimientos y reflexiones teóricas propias, independiente del desarrollo y carácter interventivo que muestra la característica fundamental de lo comunitario. De tal forma, importa como la psicología que trabaja en comunidad produce dicho conocimiento, de esta manera la autogestión se relaciona con un paradigma de construcción crítica, que considera a la psicología como otras ciencias en buscar el conocimiento, siendo éste “histórico y transitorio” (Cfr. Montero, M., 1978, 1979; Venn, 1984; Parker, 1989; Ibáñez, 1989 en Montero, M., 1994). Al reconocer, el conocimiento como algo que transita y se ubica en contextos históricos de la humanidad, se manifiesta y se identifica a la psicología como ciencia histórica, en palabras de Maritza Montero (1994) su objeto de estudio debe estar ubicado en el devenir y está constituido por hechos culturales y espacialmente anclados. Cuando el conocimiento se va desarrollando en la implicación de las relaciones colectivas, adquiere una relevancia dinámica y abierta a la interacción; entendiendo por esta relación, una noción sobre la producción del conocimiento desde las acciones individuales y grupales en movimiento e interrelacionadas entre estas, las cuales en su práctica, van adquiriendo una patente territorial, generando un conocimiento social de aquel lugar, este conocimiento es necesario vincularlo al conocimiento científico, para crear un nuevo conocimiento integrativo, de características reflexivas que logre orientar la acción comunitaria, para contribuir al acervo teórico reflexivo de la PSC en el presente34.

34

Este tema se abordara en el capítulo 3. Autogestión social: conceptualización para la acción comunitaria autónoma. 37

Existen autores como Tomás Ibáñez (1990) que no creen en las patentes territoriales del conocimiento, atribuyendo dicho saber a la humanidad en su conjunto, de esta forma el conocimiento que pueda desarrollar la PSC, no es exclusivo solo de la subdisciplina y del lugar físico donde se genere, trasciende las barreras de los estados-naciones, esto se entiende a partir de la crítica hacia un cierto “imperialismo del conocimiento”. Para nosotros esto cobra sentido, ya que la orientación dialéctica para la producción de conocimiento, supera la dicotomía “objeto-sujeto, individuo-sociedad,

mundo objetivo-

mundo subjetivo”. Concluyendo Ibáñez, que ninguno de estos elementos existen por separado, sólo se pueden definir relacionalmente. La orientación dialéctica nos permite generar un análisis e interpretación para poder abordar la superación de la clásica visión individualista o su antónimo la visión social, por otro que establecería lo relacional de estas, en el medio social. (Ibáñez, T., 1990). Montero, M., (2004) establece “el centro de gravedad del control y poder en la comunidad”, entendiendo a 2 agentes que se relacionan en la búsqueda de la producción del saber; uno interno (comunidad, colectivo, entre otros), el otro externo (profesional, estudiante, etc.), considerando ambos productores del conocimiento, siendo constructores del mismo proceso, afirmando que ambos mediante su relación serán transformados. Pone especial énfasis en la práctica como en la reflexión, para así renovar la acción comunitaria. De esta forma, nos podría hacer sentido un conocimiento menos autoritario donde el profesional sea el dueño exclusivo de la verdad o a la inversa, ser populista atribuyendo el conocimiento popular como el verdadero, creemos que la reflexión está en hilar una apuesta en la movilidad del conocimiento, y esta dirección está relacionada como un dispositivo abierto, que moviliza y da una dirección al cuestionamiento de las prácticas de dominación y control social. Frente a la reflexión del párrafo anterior, se propone un conocimiento relacional, que da importancia a la interacción despejando ideas preconcebidas como fórmulas sociales vistas desde lo externo e inalterables, este argumento busca aproximarse a generar otras formas de acción, proponiendo el siguiente modo de aproximación al conocimiento colectivo: 38

Esquema N°1: Generación del conocimiento para la acción comunitaria

Conocimiento Científico. (Cs. Sociales, Psicología social comunitaria, entre otras áreas).

Conocimiento Popular. (Saberes sobre su comunidad, de sus problemas, cultura, historia, etc. Mediados por procesos sociopolíticos).

Agentes Externos: Profesionales, estudiantes o intelectuales comprometidos/as

Agentes internos: Comunidad, colectivo, grupo, Vecinos/as, entre otros/as.

Articulación de conocimiento relacional e integrativo

Acciones de transformación de prácticas y significados (intervención micro-social)

Fuente: Elaboración propia, basada en las reflexiones de Montero, M. (2004a, 2006, 2007); Montenegro, M. (2001).

Sobre la visión crítica Muchos se refieren a una conciencia, una práctica o actitud crítica, ¿pero qué es en sí la crítica, el pensamiento crítico?. Para Marcela Parra (2005) el pensamiento crítico, se involucra con “poder volver sobre los propios pasos, sobre la propia historia, sobre la propia mirada, con poder regresar hacia nosotros mismos en función de ver cómo hemos sido constituidos”, esto es importante para materializar un cambio significativo sobre lo que se quiere investigar, como también hacer y cambiar.

39

Marcela Parra, considera además de posibilitar hacer-hacernos diferentes, acorde a nuestros propios sueños, podemos volver atrás en el rescate de lo que veníamos siendo y haciendo:

“Este pensar-nos y este hacer-nos críticos no se reduce tampoco –aunque sea necesario- a volver sobre nuestros propios pasos. Este volver sobre nuestros pasos es sólo un punto de partida que nos indica de algún modo el camino por el cual seguir y que, en nuestro caso, nos indica que, para construir un pensamiento crítico acerca del proceso de movilización social en América Latina, se hace necesario continuar construyendo este pensar-nos y hacer-nos críticamente desde una inserción en espacios de militancia social, desde espacios concretos de acción colectiva. (Parra, M., 2005: 89).

Agregamos la reflexión de Miguel Bakunin (1870) “Al buscar lo imposible el hombre [y mujer] ha realizado y reconocido lo posible, y aquellos que sabiamente se han limitado a lo que les parecía que era lo posible, jamás han dado un paso adelante”. Podemos decir que las reflexiones sobre la visión de pensamiento crítico contemporáneo, va en la capacidad

de interactuar y articular acciones, más allá de la esfera activista del

profesional o populista de un respectivo colectivo; este ir más allá significaría interactuar en la construcción

de conocimiento co-construido y flexible a la hora de proponer maneras

metodológicas participativas. Identificando este proceso en la interrelación de dinámicas en torno a la subjetividad crítica, donde la mirada horizontal entre agentes, respondería a un proceso dialógico transformativo, este sería construido desde los significados que tiendan a problematizar la realidad del territorio, significado que se conoce desde adentro, despejando aquella observación activista, que sesgue la práctica. En otro aspecto, Maritza Montero (2004b) afirma que la crítica va en una posición (éticopolítica-científica) asumida por los profesionales quienes hacen alusión a dicha “postura crítica”, aseverando en palabras de Martín-Baró “Que los psicólogos/as deben tener un compromiso crítico con aquellas personas con las cuales se trabajan”35. 35

Cit. En: Montero, M., 2004b:21. 40

Otro aporte que se encuentra relacionado desde un enfoque crítico, es lo descrito por Isabel Piper (2002), sobre el abandonando de las ingenuidades, asumiendo que no existe una separación natural entre conocimiento y realidad, buscando dejar las nociones autoritarias institucionales, de tal manera consideraría lo crítico conjugado desde la convocatoria del deseo de alejarnos del objetivismo cientificista y también del subjetivismo psicologicista, teorizar sin quedarnos en abstracción filosófica; ser útiles sin quedarnos en el utilitarismo terapéutico36. Entonces se puede decir que el compromiso crítico se manifiesta en la reflexividad que debe presentar el/la

profesional que adhiere a este tipo de pensamiento, examinando

persistentemente lo que es realizado desde la autocritica personal y de los/las que forman parte de la autoría social (comunidad, grupo, colectivo, etc.). De esta manera se auto responsabilizan de las acciones llevadas a cabo por parte de los agentes implicados/as. Una aproximación, es lo referido según Montero (2004b) en el desencaje de posturas dogmaticas para la producción del conocimiento, siendo la crítica parte del carácter científico, tanto en la investigación social como en la intervención. Identificamos la idea de Marcela Parra (2005), en la “acción-reflexión-acción”, entendiendo una relación dialéctica, donde la práctica es teoría en acción. Y a lo descrito anteriormente sobre la visión crítica en las ciencias sociales, podríamos agregar, en hilar un juicio basado en el análisis problemático del contexto, despejando el pensar a priori como una respuesta limitante, buscando diferenciarse de aquel pensamiento único, con el propósito de recrear la pluralidad y diversidad del pesar diferente, a un modelo de pensamiento hegemónico, situado este en la complejidad del devenir. Gabriel Salazar, da una lectura concluyente sobre la función del pensamiento crítico: “La tarea del pensamiento crítico, por tanto, no es crear o imponer la sublevación, sino acompañarla, potenciando su desenvolvimiento natural. Nunca sustituyéndola. Esto determina que los pensadores críticos no pueden ser ni dogmaticos, ni autoritarios” (Salazar, G., 2003). 36

Las palabras de Isabel Piper, hacen relación a pensar una visión crítica de otro tipo de psicología, para nosotros ¿Cómo conectar una aproximación conceptual autogestionaria?, que gire del orden social existente (aquel mantenedor del el status quo), a la posibilidad de cambio social deseable, hacemos compartida una idea que orienta aquel desafío: “de una psicología que no solucione problemas para sostener el orden social imperante, sino, subvertirlo”. 41

III. Un recorrido por la diversidad de las nociones sobre autogestión.

Se podría pensar que todo se puede sistematizar en una palabra, pero cuando la concepción no está clara y las prácticas se diferencian en sus abordajes, ¿entonces será necesario seguir manteniendo la misma denominación?, creemos que no, dado que reproduce ambigüedad y no precisa la relación conceptual para su posterior ejecución práctica. Generar un correlato desde la reflexión conceptual es considerable para despejar algunas preguntas tales como; ¿por qué se quiere desarrollar la autogestión?, ¿qué herramientas usar?, ¿qué se quiere llegar a conseguir?, por lo tanto es importante iniciar antes de ir describiendo las preguntas planteadas, generar un recorrido por la diversidad de las nociones sobre autogestión. Es evidente, el constante acento de los textos de la psicología social comunitaria, en mencionar de manera recurrente el término, siendo aún discreto, acotado, y de alguna forma ligando a otros conceptos como la “participación”, esto no ha permitido una visibilidad descriptiva sobre qué se entendería como autogestión. Este elemento a considerar, se puede analizar desde lo que ha planeado Alejandra Vidales (2004), considerando que el término de participación

ha comenzado a indiferenciar y

superponerse debido al reemplazo muchas veces del concepto de participación, por otros: capital social, fortalecimiento y/o empoderamiento de la comunidad y también, siendo el caso del término autogestión. De tal forma, se caracterizó a la participación comunitaria, como aquella descripción que se relaciona con el concepto de autogestión, pero no son lo mismo, así no generar un remplazo del término por otro y viceversa; precisando que participar es formar y tomar parte de algo exterior a uno mismo, donde sin imposición de otros/as, se lograría colaborar (Ezequiel Ander-Egg, 1989).

42

Creemos que la participación comunitaria, es un puente para que el concepto de autogestión, logre avanzar en articular participación social y política, esto se daría a través de la autoorganización de base, como lo plantea

la interesante experiencia de la Federación

Municipal de Base, en Spezzano Albanese, Italia37:

“…Pensamos que la iniciativa

debe partir desde abajo y estamos

convencidos de que la organización ... entendida en el sentido capitalista o en el sentido estatal o aun en el sentido mixto Estado-privado, se pueda contraponer

una

autoorganización

en

el

sentido

autogestivo

y

cooperativista38” (Liguri. D., 2007:104)

De esta forma la participación, no sería el único término que se confunde y es percibido como sinónimo de autogestión, nos referimos a la difundida “autonomía”, aquella tiene una larga tradición entre los sectores populares e indígenas de todo el continente (Zibechi, R., 2008). Este término suele escucharse como una sinonimia, que en nuestra reflexión, consideramos que ocurre dado a las dos concepciones se relacionan por un denominador común: “auto”, hacer por sí mismo/a. Relación que se mueve en torno a procesos sociales, no tanto así para acciones individualistas, en palabras de Méndez, N., & Vallota, A., (2006) si el cambio social es la autogestión, esta debe partir primero por los/as individuos/as, donde la autonomía, es asumir la libertad del manejo de nuestros propios asuntos, esta característica de asumir un cambio personal, se da en un proceso junto con otros/as, esto configura una característica de relaciones sociales que se articularían en el seno del colectivo, donde la existencia compartida de experiencias, acciones y sentimientos se conjugan, por un hacer por sí mismos/as, actúan como elementos de cohesión y potenciador de la acción en común (Montenegro, M. En Musitu, Herrero, Cantera, & Montenegro, M., 2004). 37

Se hace referencia a esta experiencia para destacar que la práctica alrededor de la autogestión está diseminada en varios países, sin embargo mantiene aún poca difusión por parte de quienes la proponen. No se abordó como ejemplo alguna experiencia en Chile, dado que se iniciara un recorrido de estas experiencias en el siguiente capítulo 2. 38 Se refieren al sentido originario del cooperativismo, “basado en la solidaridad, el mutualismo, la igualdad, la justicia, al cooperativismo federalista y no verticalista, horizontal y no jerárquico” (Liguri, D., 2007:105). 43

De esta manera, lo descrito por Vidales en el reemplazo de un término por otro, o ligar términos como sinónimos, es el actual problema de la autogestión. Alejandra León (2000), tensiona esta situación al referirse que hoy día la palabra autogestión, es muy nombrada pero poco profundizada. Esto ha generado ampliar nociones heterogéneas, sin una referencia común con el concepto. Reproduciéndose una reacción que restringe la propia densidad reflexiva y campos de acción, esto ha devenido a un uso genérico, sin profundización conceptual, eliminado sus componentes políticos, históricos y sociales. Esta afirmación la podemos esbozar en el uso de dos ideas genéricas que consideramos más visibles en su acción reducida de análisis y descripción funcional al status quo por parte de la psicología u otras áreas del conocimiento, algunas instituciones y/o personas: a. Una forma de habilidad y/o herramienta personal, desde una mirada que establece la percepción del factor psicológico como recurso que permite una capacidad de autogestión en el plano individual, saber manejarse así mismo para que esta acción potencie la autogestión en la empresa, entendido como automanagement, quien según Raúl de Lama, esto traería consigo la iniciativa para buscar el éxito personal, esta idea se relaciona con empoderar a los sujetos a través de capacitaciones, talleres y/o cursos. Se reconoce esta descripción, donde el profesional promueve la autonomía como sinónimo de autogestión39. b. Micro emprendimiento, como forma de iniciativa de fomento productivo neoliberal, a menor escala con asesoramiento técnico (Tabilo,C.,2007). La aplicación del emprendimiento esta en la promoción y fortalecimiento del tejido productivo, tanto individual o en las pequeñas y medianas empresas “PYMES”, de esta forma instituciones como FOSIS, Acción Emprendedora, Sercotec entre otras, centran su

39

Este punto se puede visualizar acciones tales como, autoconocimiento para potenciar el ámbito organizacional de la empresa, como lo plantea Raúl de Lama (2009) y Peter Drucker. 44

apoyo para generar y aumentar el empleo con iniciativas innovadoras y la participación de los/as interesados/as 40. En estas dos descripciones generales de “autogestión”, nos muestran un uso discreto para expresar el contenido de los planteamientos que se enfocan en la transformación de la vida colectiva, algunos/as autores/as coincidirán necesario delinear el proyecto al cual se aspira construir, Martha Schteingart (2009), explica cómo el término autogestión, se usa muchas veces en forma indiscriminada, siendo conveniente distinguirlo, por su parte Frank Mintz (2006), ha permitido hacer visible la propuesta de la autogestión desde la organización de base, pensada en la inversión de la jerarquía, su meticuloso estudio ha desmitificando y aclarando ciertas apreciaciones que desvalorizan a priori o santifican la experiencia de la revolución española entre los años 1936 a 1939, generando un análisis crítico. Dado que con datos concretos ha podido establecer que dicho proceso revolucionario único en la historia, sirvió para llevar a la práctica la idea del socialismo libertario de la autogestión. Pero, al transcurrir el tiempo las ideas autogestionarias se han sumergido en propuestas que giran en esferas ambiguas, que hoy, posicionan los planteamientos autogestionarios separados de componentes políticos, sociales e históricos, dichos componentes se manifiestan al calor de los nucleamientos que vuelcan sus ideas, en una crítica radical a la forma de producción neoliberal y de organización jerarquizada. Creemos que esta la visión ambigua se ha hecho popular en mencionar “autogestión” a cualquier iniciativa que propone un movimiento de gestión propia, pero se cae en descafeinar a dicho concepto, por desconocimiento y/o con intención separando, los componentes anteriormente mencionados, para no reflexionar en torno a la propuesta de fondo de la autogestión, que es un nuevo modo de producción y de organización social, en la vereda de la búsqueda del comunismo. A pesar de esto, la idea ha estado presente en la atribución en la comunidad como lo describe Fals Borda (1979)41, en la generación de autodeterminación, siendo la misma comunidad, autogestora de sus procesos de participación.

40

A modo de ejemplo revisar página web del FOSIS, www.fosis.cl; Acción Emprendedora www.accionemprendedora.cl/web/noticias.php?id=106&page=4, entre otras. 41 Cit. En: Vidales, A., 2004. 45

Es por ello que recorreremos descripciones alrededor de la diversidad de nociones sobre la autogestión, a partir de las propuestas de Alejandra León (1999,2000) y Cristóbal Tabilo (2006); la primera plantea 6 categorías dinámicas de usos de la autogestión, el segundo analiza y define en términos económicos-productivos, calzando un nexo con el abordaje político y social42, el cual es nuestro interés. Así, se puede describir las diversas nociones sobre autogestión: I.

Autogestión estatal: Como bien lo dice su nombre, lo propone el gobierno de turno, su visón de organización es vertical, desde arriba hacia abajo 43, la autonomía de parte las persona están limitadas por la dirección gubernamental (ya sea nacional, regional, provincial, comunal,), en el caso de Chile. Los lineamientos son dirigidos, afectando a la autonomía de las personas y se relaciona a través de la representación Estado-pueblo. Se pone en marcha la idea de tecnócrata nombrado por el Estado, en él recae la responsabilidad de cambio.

II.

Participación liberal: Ligada a la forma liberal en que el toyotismo contiene al trabajador/a, delegando el poder para aumentar la productividad y la plusvalía que otorga el trabajo, pero sin perder el control por parte de la alta gerencia y el o los dueños de la empresa. León (2000) la describe como autogestión liberal, pero en ningún sentido se puede considerar de esa manera, dado que prima la idea de la ingeniera en mejorar la calidad y control de producción, nada con el cambio social.

III. Autogestión sin patrón: La no existencia de un dueño y de un proceso de vaciamiento

patronal de las empresas, antecedentes de este tipo de organización se da en los consejos obreros del siglo XIX, en Europa, principalmente en Francia. El caso recurrente de mencionar y emblemático en Latinoamérica, son las empresas sin patrón proceso que se

42

Acá incluye lo histórico del concepto, el mencionado autor. Un ejemplo, es la propuesta de hacer la autogestión hospitalaria, por parte del MINSAL, buscando que estos recintos de salud se autofinancien casi como una fórmula mágica, el sindicato de los trabajadores de la salud (FENATS) ha presentado una dura crítica a dicha propuesta, que la podríamos sintetizar en la argumentación que el Estado no se hace cargo de sus propias instituciones que se encuentran en una constante crisis (financiamiento, cobertura, etc.) dejando a la deriva la salud en hospitales públicos. 46 43

empezó a gestar desde la crisis del 2001, los días 19 y 20 de diciembre en Argentina 44, uno de los casos más difundidos, es la fábrica de cerámicas ex Zenón, hoy día llamada FASINPAT45. Existiendo fábricas recuperadas por parte de sus trabajadores/as también en Brasil y Uruguay (Zibechi, R.,2008). Es importante aclarar que tal experiencia se registró antes en Brasil46, el año 1991, para el año 1994 se creó la ANTEAG, para la mencionada asociación brasileña, resaltan “la autogestión como un modelo de organización que combina la propiedad colectiva de los medios de producción con la participación democrática en la gestión”. IV. Autogestión agente externo: Esta noción abarca la autogestión impuesta, promovido y

guiados por personas fuera de (otra clase social, nacionalidad, profesión, partidos, etc.) se configuran formas encubiertas de poder, y se generan oscilaciones dado que alguien de afuera puede promocionar la autogestión, y en el instante siguiente, adoptar el rol de agente externo de director/a, generando conflictos entre internos y externos, en la toma de decisiones. Tabilo (2006), lo describe dentro de la autogestión que es compatible con el estado, denominándola autogestión “agente externo”, generando una síntesis entre autogestión estatal y autogestión agente externo. V. Autogestión micro comunitaria: Es una especie de protoautogestión, una agrupación de

personas que espontáneamente o sugeridas por algún colaborador (profesional, religioso, líder comunitarios, otros) organizan un emprendimiento de acciones, bienes, servicios, ideas o reivindicaciones que les afecta con fines comunitarios. Siendo un proceso corto en el tiempo, no presenta una propuesta de cambio social dado que sus intereses recae en trabajar para la concretización de una necesidad sentida (Montero, A., 2008 a).

44

Recomendamos, ver: FASINPAT, Fábricas Sin Patrón. (2003); Ocupar, Resistir, Producir. (2008). Estos videos-documentales describen la panorámica del fenómeno Argentino. 45 Los trabajadores/as, cuentan con un periódico, una radio y un sitio en internet: www.obrerosdezanon.com.ar, siendo un ejemplo contemporáneo de organización desde abajo, que supo vincularse al movimiento social en su conjunto, como el movimiento de trabajadores desocupados (MTD) de Neuquén, estudiantes, Universidades de Comahue y Popular de las Madres de Plaza de Mayo, movimiento mapuche y la comunidad, entre muchos otros actores sociales que contribuyeron en el apoyo de dicha iniciativa, aún vigente. 46 Mayor información, ingresar a la pagina web de la Asociación Nacional de Trabajadores en Empresas Autogestionadas, ANTEAG. Brasil: www.anteag.org.br 47

VI. Autogestión

libertaria: Es considerada por la mayoría de los/as autores/as

consultados/as47 como el primer sentido de autogestión que surge en la historia, de origen anarquista y/o libertario48. Acá la visión se articula en la producción y organización de colectivo y/o comunidad sin un líder, entendido a la manera clásica, o de una visión marxista. Dado que otorga la característica de delegación en cargos rotativos, a decisión por parte de la asamblea. Prevalece la orientación horizontal de relaciones, promoviendo la democracia directa, la acción colectiva, se privilegia la libertad del grupo o comunidad, desde la autonomía de sus decisiones, independencia económica, todo esto englobaría a lo que se denomina autoorganización49.Este aspecto se puede decir que incluye metodologías de autoorganización popular. Este tipo de autogestión apunta a la concreción de la libertad de los sujetos sociales. Su propuesta de estructuración es de abajo hacia arriba. Se puede analizar entonces, las diversas formas de entender las nociones conceptuales de la autogestión como un aspecto heterogéneo, sin embargo todas estas nociones son absorbidas y funcionales por la producción capitalista (Tabilo, C., 2006) siendo constituyentes de una forma denominada “heterogestión”, menos la autogestión libertaria. A pesar de esta distinción que se propone, existen nociones incipientes y muy reducidas para abordar la complejidad en si del concepto autogestión, para su abordaje por parte de la acción comunitaria, siendo el caso de la autogestión micro comunitaria por qué no mantiene una perspectiva de transformación colectiva. La autogestión sin patrón en cambio genera y constituyente una acción directa y colectiva, dado que se apropia de los medios de producción por parte de sus trabajadores/as este hecho es considerado como un acto político, pero esto se diluye con el tiempo, porque la mayoría, no todas las experiencias, solo se quedan estancadas en las reivindicación del trabajo asalariado 47

Si se quiere profundizar en algún aspecto específico de algunos/as de los/as autores/as, revisar la bibliografía. La referencia mundial, es el caso español, donde se aplicó la apuesta en marcha de la autogestión (desde fábricas, campos, centros sociales, entre otros) a partir de una revolución, conocida como “Revolución Española” (1936-1939), dicho acontecimiento es único en la historia, y se empezó articular muchos años antes de 1936. Para mayor información ver: Furia sobre España, los anarquistas en la revolución española. España: CNT-FAI; Frank Mintz. Autogestión y anarcosindicalismo en la España revolucionaria. Ed traficantes de sueños. Madrid, España. 2006. 49 Entendida esta, como la forma anti autoritaria de organizarse en una estructura orgánica, que prevalece el movimiento libre de intereses, que se unen y buscan un cause común desde la asamblea como cabeza, invirtiendo las clásicas maneras de organización. 48 48

como derecho, esto se da en la mayoría, y solo en casos específicos se plantean más allá de la producción sin patrón (que muy bien puede ser una teoría de administración funcional al capitalismo) y luchar por la transformación como la construcción crítica, que si bien lo han hecho en algún sentido en el ámbito económico, pero a nivel de acción comunitaria son pocos, como podría ser la Gráfica Chilavert, Fasinpat por citar algunos. Consideramos a la autogestión libertaria descrita en los párrafos anteriores, la raíz histórica del concepto “autogestión”, entendiendo como el eje en la generación de transformación social crítica, coincidente con lo que se propone la psicología social comunitaria, a pesar de esto no existe en dicha psicología una descripción ad hoc a tales planteamientos, reduciendo la mención de la comunidad como fuente de generación de la autogestión y en el cual los profesionales son los catalizadores para que esto se genere. El desarrollo histórico que ha manifestado la autogestión libertaria es necesario conceptualizarlo para su uso pertinente con la PSC, dado que su propuesta recae en la construcción política en contraposición de las formas funcionales al capitalismo neoliberal, descritas como heterogestión, en sus variantes (estatal, liberal, sin patrón, agente externo, micro comunitaria).

49

Cuadro N°1: Comparación de ideas síntesis entre Heterogestión y Autogestión:

Heterogestión

Au t o g e s t i ó n

- Una clase social que al hallarse en una - Promueve igualdad, buscando generar una situación de privilegio, busca mantenerse y sociedad sin clases (comunismo). crecer en su dominación, incluyendo a otras clases,

para

específicas.

que

participen

en

labores - Propone la colectivización horizontal en base a la ocupación de espacios comunitarios, usando los medios de producción en beneficio de su

- Diversas maneras encubiertas de dominación, conjunto, con la idea fuerza de solidaridad, sin mostrando una fase aparente, de amabilidad y beneficio individualista. participación.

-Grupo con una organización de cargos

- No se visualiza iniciativas comunitarias de rotativos, horizontal y dialógica. No solo en esferas decisionales, también relacionada con transformación crítica el status quo. articular federaciones en torno a la organización - Es diversa, pero se identifican por ser social o productiva. funcional al sistema capitalista neoliberal, proponiendo producciones o iniciativas macro o micro de carácter clientelares y/o asistencialista.

-Apuesta por un cambio social, creativo y activo desde espacios comunitarios de base. -Es diversa y con gran movilidad, crítica al capitalismo

neoliberal,

por

considerarlo

alienante (tanto productivo y social) . Fuente: ampliado y complementado desde el cuadro propuesto por Alejandro Montero S. (2008,a).

Para ir finalizando el presente apartado, consideramos relevante destacar que el carácter interventor por parte de la psicología comunitaria, generó desde las décadas del 70,80 y 90 en Latinoamérica, la búsqueda de promoción de la autogestión para la comunidad, pero hoy no basta con mencionar dicho concepto, debido a un uso redundante que no considera la perspectiva de cambio social; a eso consideramos que cada variante de la heterogestión respondería a un objetivo de mantenimiento del status quo.

50

Los autores que han estudiado seriamente la concepción autogestionaria, concuerdan en considerar a la autogestión, como un proceso que se ha manifestado con intensidades fluctuantes a través de la historia, existiendo hoy día, propuestas que buscan articular desde la base, variables organizaciones propias de cada espacio, esto se relaciona con ir lentamente auto determinando sus acciones comunitarias, más allá de las acciones que se relacionan en el autofinanciamiento. Las experiencias que se articulan buscando la autodeterminación; en la actualidad están por decirlo en una suerte de anonimato, pero gracias a la internet y encuentros de difusión, han empezado lentamente a divulgar sus propuestas, generando una ventana interesante para la visibilidad de tales planteamientos. A lo dicho anteriormente, sobre cada una de las variantes de la heterogestión, respondería a un objetivo funcional al status quo, la diferencia con la concepción autogestionaria que propone articular desde la acción comunitaria, gira en avanzar a partir de la construcción desde abajo, esto está visibilizando algunas prácticas de espacios colectivos identificados desde la acción popular y autónoma, donde se visualiza explícitamente, la búsqueda de la transformación social crítica, más allá de la mención de la palabra “autogestión”, o de acciones clientelistas que denotan visiones asistencialistas que impiden un norte de transformación crítica. Frente a un primer momento, que ya lleva varias décadas, de divulgación y promoción de la autogestión por parte de la psicología comunitaria, es interesante cómo se puede articular la noción comunitaria de la psicología social, para potenciar la construcción de identidades políticas en los movimientos sociales de Latinoamérica, en particular en el país, para dejar la ambigüedad y utilizar un concepto que se compromete con las transformaciones significativas, que no sean en la línea de mantener lo políticamente correcto del orden social. Sin embargo, estas acciones comunitarias que no se involucran en experiencias concretas desde la articulación horizontal, organizada y dialógica, será difícil considerarlas “autogestionarias”, en este aspecto seremos enfáticos de aquí en adelante, dado que existen diferencias significativas, entre heterogestión y autogestión. 51

Establecer nuestra reflexión desde la relación con unas de las ideas principales que dieron origen a la joven psicología comunitaria, donde el rol del/la psicólogo/a es entendido, no como una agente que interviene en un contexto ajeno a él/ella, sino un participante más en un proceso social en gestación (Reid, A., Aguilar, M en Wiesenfeld & Sánchez, 1995:193) hacen de esta idea la viabilidad de la acción comunitaria vinculada a trabajar en base a la autogestión social. Donde los profesionales aparte de su posición crítica de reflexión, deben desplegar las herramientas disciplinares para una posible

intervención de carácter

participativa. Considerando a la psicología social comunitaria “desde el paradigma de transformación crítica” descrito por Maritza Montero (2004), una visión que permite orientar un constructo que articule la participación entre los profesionales y la comunidad, para avanzar en la constitución de movimiento social, crítico y transformador. Dejando las barreras entre agentes internos y externos, para hacer un cuerpo dialéctico desde la acción comunitaria, donde el profesional cumpliría una función complementaria, más que una labor salarial. No por esto el profesional eliminaría su conocimiento científico, tampoco el grupo y/o colectivo, con su conocimiento popular; la duda está en ¿realmente se puede construir desde la interacción e integración de ambos conocimientos al servicio de acciones de carácter militante?, ¿reales al servicio del pueblo?, tales ideas contra hegemónicas que dieron vida a la PSC, así no redundar en mencionar a la autogestión desde posiciones clientelistas.

52

“Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de los hechos anteriores: La experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia aparece así como propiedad privada, cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas” Rodolfo Walsh

CAPÍTULO 2 _________________________________________________________________________

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CAPÍTULO 2 CONTEXTUALIZACIÓN HISTÓRICA DE LA AUTOGESTIÓN SOCIAL EN CHILE: ¿Psicología social comunitaria e historia social, un nexo posible para la construcción popular libertaria?.

La relación entre psicología social comunitaria e historia social, nos permitirá situar el contexto histórico del camino de la autogestión en Chile. Este recorrido es un esbozo situado en prácticas e ideas de carácter popular libertario, gracias a los antecedentes historiográficos recorreremos algunas de estas experiencias, resaltando que es un recorrido y no es el fin de la investigación, hacer “la historia” de las expresiones autogestionarias en el país, pero sí es de importancia situar su raíz de gestación, conocer experiencias pasadas, del presente y analizarlas para la reflexión que habrá posibilidades dialógicas pensadas en la articulación comunitaria, de tal modo creemos que este recorrido nos podrá servir de puente entre la psicología social comunitaria y la historia social, estas subdisciplinas se entrecruzan en la característica sociohistórica que le atribuyen al ser humano. Por lo tanto, la investigación se relaciona con una visión del hombre y mujer, desenvueltos a partir de procesos históricos, que construyen subjetividad y encausan dichos procesos desde el movimiento popular en acciones colectivas concretas, considerando que algunos avances estarán situados en el devenir desde la re-articulación del tejido social. El recorrido de algunas experiencias que se han desarrollado en la historia social, servirá para destacar algunas de ellas, como instancias asociativas que se articulan e identifican en constructos colectivos, ejes visibles de esta propuesta son la autonomía y la horizontalidad (Del Solar,F & Pérez. A., 2008). A pesar de este elemento, existe poca sistematización de las experiencias de antaño, dificultando su visibilidad con el presente. Por lo tanto se considera una complejidad al momento de establecer un recorrido por expresiones autogestionadas del pasado; sin embargo este proceso se articulará por las fuentes diseminadas en historiografía social, permitiendo configurar un ir hilando, experiencias pasadas, así poder introducirse a los 54

mencionados planteamientos para generar una contextualización histórica, es por ello que consideramos un esbozo complejo, a pesar de este aspecto, el presente capítulo, está centrado en visibilizar aún más aquellas expresiones colectivas que se proponen claramente las ideas de transformación crítica. Suele repetirse en la revisión histórica de estas experiencias “autónomas y populares de carácter libertario”, las discontinuidades, escisiones, discrepancias, agudas críticas; concordando con Míguez & Vivanco (1987), que al desintegrarse algunos núcleos organizativos no significa la extinción de las propuestas libertarias, su constate reinvención desde la re-articulación colectiva, es un signo de características propias de los ácratas 50, que incluso se da en la actualidad, al parecer los deseos de libertad, de los libertarios, trascienden las barreras de una estática organización, elemento que también genera tensión interna dentro del mudo de “la idea”51, y al parecer también traería consecuencias negativas en el plano de la cohesión y la unión. Por lo tanto, generaremos una contextualización histórica de la autogestión en el país y que amplié una reflexión teórica incentivando a la generación de praxis crítica en la acción comunitaria52, para aquello, abordaremos y destacaremos en este capítulo, la utilización del enfoque en la historia de los sectores populares con la “política incluida” :

“La dimensión política de la vida de la gente del pueblo significa intentar explicar –como lo hizo E.P. Thompson respecto de la clase obrera en Inglaterra– la manera como una clase o conglomerado social se construye a sí mismo a través de sus anhelos, peticiones, luchas, instituciones, propuestas y proyectos” ( Grez, S., 2005: 26). 50

De tal forma nos referimos a la corriente dentro del anarquismo, que se identifica con la organización y la acción colectiva, a diferencia de la tendencia individualista. Esta diferencia es importante para situar que características se han desarrollado tanto en pensamientos & acciones, que promueven el cambio social desde la base, desde allí a la generación y vinculación con experiencias populares autogestionarias, de este sector. 51 La denominación “la idea”, hace referencia al pensamiento libertario y/o anarquista, por parte de los/as actores sociales que se identifican con dicha expresión política. 52 Nos remitimos aclarar que una de las propuestas que se encuentran implícita durante toda esta tesis, es incentivar a la elaboración de intervenciones críticas (pero sobre todo autocríticas) en el devenir de sus praxis en los contextos populares, en este sentido si el lector/a quiere buscar respuestas a generar esto en las instituciones donde se desempeñan, (ya sean cientistas sociales o psicólogos/as, particularmente), existen evidentes tensiones que tienen relación con otros tipos de propuestas en el plano del empoderamiento ciudadano. 55

Esto nos permitirá establecer cómo se ha forjando, la raíz libertaria de la autogestión, donde actores sociales han dado vida desde sus proyectos concretos y anhelos de cambio social, por lo tanto coincidimos con Grez (2005) cuando plantea al incluir la política, significa también lo coyuntural como, así también los procesos de larga duración (cincuenta, cien o más años), para esclarecer cómo a través de la reiteración de ciertas reivindicaciones sociales, prácticas y modos de hacer política se constituyen identidades, hábitos y cultura. Gracias a la historia social podemos establecer y determinar, tanto los orígenes y gestaciones de las expresiones populares autogestionarias, resaltando algunas experiencias que nos muestren esos proyectos que han constituido una identidad alrededor de la autogestión social y/o integral. El novedoso aporte de Ignacio Bastías53, de incluir “la política libertaria” en el estudio de la historiografía social, nos permitirá reflexionar en torno a las propuestas libertarias en los contextos populares, en particular revisaremos algunas experiencias que se han gestado durante el siglo XX, de tal manera exponer el modo de intervención de dichas propuestas en los actores sociales -del pasado y del presente-, coincidimos con Bastías (2007) al delimitar lo político, no como una forma de abstracción analítica, sino más bien una práctica concreta que se especializa, al interior del movimiento popular, pero también en sus márgenes o fuera de él, en dirigir, organizar y orientar en el juego del poder, en suma, politizar a sujetos sociales, es por ello que se revisaran algunas experiencias a modo de visualizar la política libertaria de dichas expresiones populares, como la forma de articulación colectiva en dichos actores, donde su principal característica es su eje asociativo, no tanto así las propuestas que se quedan en la esfera individual:

“Como ya hemos visto, el anarquismo en el movimiento popular, ha sido fundamentalmente una expresión socialista, mientras que en el terreno del debate filosófico anarquista se presentan también corrientes individualistas. Así pues, resulta erróneo equiparar históricamente ambas posturas teóricas, pues mientras la tendencia social libertaria tenía un fuerte peso en el 53

Ignacio Bastías, Política Libertaria y Movimiento anarquista en Santiago, 1917-1927, tesis de Licenciatura en Historia, Universidad de Chile.2007 56

proceso histórico, y en el desarrollo del movimiento popular, el individualismo inspirado por filósofos como Stirner, era relevante para los mismos anarquistas cuando asumían un debate al interior de sus filas. Para dejarlo más claro: se puede hablar de un movimiento anarquista, en el que se han debatido una gama de posturas teóricas, pero que ha sido construido por las corrientes sociales, y por ende proclives a la organización”. (Bastías,I.,2007:65).

Nos centraremos en el siglo XX, dado que es el tiempo clave de la germinación de dichas expresiones populares54 que han estado arraigadas en la conformación de base social con una perspectiva comunitaria, esto se debe por que la corriente ácrata, beneficiándose de una larga experiencia asociativa del movimiento popular, representaría, a la vez una continuidad de su ideario de regeneración popular ilustrado, una ruptura con la línea reformista, liberal y democrática que había prevalecido hasta entonces55. Creemos que este tipo de entrada al estudio de la historia social de la política libertaria en específico “las expresiones autogestionarias” , tienen un recorrido no lineal y bastante disperso, es por ello que destacamos la reflexión de Sergio Grez por tratar de describir “la politica incluida” en dichas expresiones populares, quienes manifiestan en su camino disperso miradas llenas de praxis asociativa, reivindicativa y política, esto último para Grez (2005:25), lo considera indicadores relevantes al momento del estudio para la historiografía social popular56.

Unas de las reflexiones que

comienzan a articular este recorrido lo podemos

encontrar en lo descrito por Luis Vítale:

54

Existen antecedentes a finales del siglo XIX , la aparición de algunas instancias de base que se articulaban de manera autogestionaria, pero para ser más exhaustivo en el trabajo de fuentes bibliográficas, es a comienzos del 1900 donde estas expresiones fueron más visibles e impregnaron una forma de acción desde las organizaciones populares. 55 Grez,S., 2007:29 56 Conocida también como “Nueva Historia”, esta corriente comparte con la psicología social comunitaria por su acento en los sujetos colectivos, su cultura, su psicología, etc. 57

“La mayoría de los investigadores comunistas y socialistas de la historia del movimiento obrero latinoamericano relativizan el papel que jugaron los anarquistas.

Nosotros

opinamos

que

el

anarco-sindicalismo

fue

la corriente más importante del movimiento obrero latinoamericano durante

las

dos

primeras

décadas

del

siglo

XX.

Por consiguiente, no puede comprenderse la historia del movimiento obrero sin estudiar la teoría y la práctica del anarquismo” (Vítale,L., 1998:6).

Este párrafo nos permite acercarnos a la importancia y el rol que tuvo el anarquismo en la configuración del movimiento popular, en especial en el mundo obrero en Chile y Latinoamérica entre los años 1900 al 1920, Vitale critica la mínima relevancia investigativa que han desarrollado los investigadores “comunistas y socialistas” sobre el anarquismo; cabe agregar que desde fines de la década de 1980 en adelante ha existido una reconsideración en valorar el aporte de éstos al movimiento popular, principalmente en tesis de pregrado, y en publicaciones de libros, que abordan dicho pensamiento en Chile57. Gracias a la organización obrera promulgada por los anarco-sindicalistas de orientación Bakunista permitió la expansión y el desarrollo de tales ideas en Latinoamérica (M, Mendoza,1986) siendo esto de importancia para la configuración de la corriente libertaria en el país. La opinión de Vitale, ha ayudado con el tiempo a desmitificar el sesgo ideológico que han presentado varios investigadores comunistas o según los mismos historiadores, la escuela marxista clásica, uno de esos aspectos lo resalta Grez (2007:9) en considerar que dicho sesgo ideológico, no ha permitido generar un análisis más específico, en este sentido consideramos que el sesgo investigativo de la escuela marxista clásica genero una visión minimizada de la praxis ácrata, en este caso las expresiones autogestionarias.

57

Agregamos que ya antes de la década de 1990, han existido investigaciones en torno alguna temática sobre el anarquismo, pero en estas dos últimas décadas, las investigaciones han tenido una constancia mayor que nos permiten fijar un periodo de desarrollo teórico sobre dicho pensamiento. Ver sección bibliografía, entre algunos antecedentes. 58

I. Gestación y experiencias pioneras. El interés del estudio sobre un sector del movimiento popular, investigado por la historiografía nos hace describirlo como popular libertario, este es referido específicamente, a

las

expresiones de base que se han manifestado a lo largo de la historia, centrado en este capítulo en el siglo XX a nivel local, a pasar de haber reflexiones de grupos que antecedieron este periodo histórico,

donde manifestaban en la práctica la concepción autogestionaria, en

referencia a esto Antonio Colomer (s/a) describe “Desde el principio de la historia humana, un espíritu de necesaria solidaridad movía a las tribus y comunidades primitivas, ya que la salvación de la especie estaba por encima de la del individuo. La comunidad actuaba como una entidad integrada por lazos irrompibles, y cooperaba en una obra común. ”58 Siguiendo esta reflexión destacamos un antecedente que propone Alejandra León como posible origen antes de la llegada de la palabra autogestión al continente, queremos decir con esto, que en Latinoamérica los grupos aborígenes en sus prácticas de hacer comunidad, desarrollaron sin saber la denominación autogestionaria, un tipo de autogestión autóctona.

“Como antecedentes de la autogestión, esto es, prácticas anteriores a la "llegada" de la palabra, pero que posteriormente han sido denominadas con ella, aparecen varios tipos de organización: los primeros son los pueblos cimarrones (llamados "quilombos" en Brasil y "comunidades djukas" en Surinam), aldeas de propiedad colectiva en que se concentraban los esclavos que huían de la explotación blanca, algunas de las cuales persisten actualmente. En Brasil, el "quilombo dos Palmares" (1601-1694) resistió durante casi un siglo y llegó a tener cerca de 50.000 habitantes, constituyendo, según Galeano (1971), la mayor rebelión de esclavos de la historia universal. Estos serían posibles antecedentes de la autogestión libertaria” (León Cedeño,A., 2000).

58

En: www.cecies.org/articulo.asp?id=177. 59

Gabriel Salazar (2009) destacó que las experiencias de autogestión no son huérfanas en la historia social del país, dando a entender que han tenido un recorrido y se han desarrollado desde la autonomía de las prácticas gubernamentales.

“Hay que considerar que para quienes sufren el trabajo precario y la ausencia de espacios para desarrollar su potencialidad creadora, no les queda otra que construir sus identidades sociales e históricas, dentro o fuera del estado de derecho. Es una lucha subjetiva y cultural autónoma que puede llegar a configurar una especie de mercado negro social, político, auto-educativo y transhistórico, al margen de las prebendas del Estado. Este espacio tiene mayor vocación humanista que el mercado globalizado; y la experiencia les capacitará para enfilar por un camino histórico propio, original e inédito. Lo otro es ser reducido a un bien más del mercado, adaptable y moldeable según la ley de la oferta y la demanda. La disyuntiva es construir una identidad propia o ser reducido a cosa transable” ( Salazar,G., 2009).

En consecuencia de las anteriores citas y tomando las palabras de Salazar, consideramos necesario ir contextualizando desde el recorrido de algunas experiencias a modo de un muestreo bibliográfico, donde sea explicito nuestro antecedente que configure una referencia en torno a las expresiones autogestionarias59, por lo tanto con esta acción ir despejando visiones esencialistas que reduzcan el análisis, para desarrollar una relación contemporánea sobre la autogestión social. Aquella es a la vez un proyecto y proceso en desarrollo, dado que articula en escena principal a los actores sociales acerca de la descripción popular libertaria, en donde “los sujetos no son, sino están siendo” (Romero, L., 1990 en Quiroga, P., 2005:3) y con ello reunir antecedentes historiográficos que encaminen en la descripción y reflexión para estrechar nexos con las propuestas contemporáneas, que se preocupan por la transformación social. 59

En el 1er capitulo hicimos mención sobre las diferentes formas de comprender el concepto “autogestión” por lo tanto este 2do capítulo explicitaremos aún más el devenir histórico social del concepto autogestionario en el país, para su comprensión conceptual en torno a la autogestión social. 60

En otro aspecto, vemos necesario dilucidar este proceso de reflexión histórica como ayuda encausar la acción profesional comprometida con el cambio social desde abajo, por que creemos que podría insumar a la generación de herramientas que colaboren en la emancipación de los pueblos, caminando en una visión más allá del activismo político, referenciado por María de Fátima Quintal de Freitas (Asún,M.,2005), como un aspecto que tiene sus limitancias, para de esta forma ver cómo se podría realizar una acción complementaria por parte de los profesionales del ámbito psicosocial. Junto con esta distinción, la historia social permite que dichos actores y prácticas no pasen al olvido o quedar reducida en un simple acontecimiento que se recuerda pero no se entiende, el porqué del concepto. Para acercarse al estudio del movimiento popular, existen diferentes lecturas, vemos la pertinencia para esta perspectiva el rescate de una lectura crítica de los procesos históricos sociales, es por ello que hemos elegido autores ligados al pensamiento crítico para dar visibilidad la reflexión contemporánea de las expresiones autogestionarias, y en el caso particular de la historiografía social, nos permite acercarnos a expresiones de la historia de los/as de abajo, aquella historia que no es oficial y en donde los actores sociales populares miran con recelo aquella otra historia oficial, que gira en función de dar legitimación al poder de los “vencedores”. En lo ya descrito, se iniciara un recorrido de algunas experiencias que fueron y son constituyentes de acciones alejadas de la institucionalidad, de esta manera ir delimitando y evidenciando estas prácticas de resistencias, se relacionan desde el comienzo con la autonomía y

horizontalidad, elementos que serán visibles al momento de ver sus características y

propuestas alrededor de sus prácticas críticas. Tales experiencias y prácticas diseminadas por la historia, nos podrían ayudar a delimitar los planteamientos autogestionarios en las acciones comunitarias, para abrir reflexiones más allá de la idealización conceptual y articular propuestas de praxis en los contextos populares.

61

II. Experiencias pioneras a modo de ejemplo: Europa. El recorrido por las experiencias pioneras nos lleva a otro continente donde se generó la masificación del uso conceptual y fue encausando las relaciones prácticas autogestionarias, todas las fuentes consultadas describen a Europa, Colomer Vidael, A. (s/a), Sotomayor, C. (1999); Tabilo, C. (2006,2007); entre otros autores citados; lugar de germinación de las primeras experiencias modernas conceptuales a diferencias de aquellas prácticas autóctonas descritas en la región Latinoamericana60 quienes se encargaron a lo largo de los siglos “sobrevivir estructuras comunitarias de autogobierno y formas de trabajo en común, incluso en entornos hostiles” (Colomer,A. s/a), antecedente antropológico que este estudio no abordara, siendo interesante que esta referencia ayude a incentivar futuras investigaciones sobre esta relación. A pesar de este antecedente, encontramos en descripciones de Antonio Colomer (s/a), referidas a la autogestión como una de las formas de comunitarismo de características variadas, pero constantes en todas las civilizaciones. Es aquí el motivo de transitar en algunas experiencias descritas en fuentes bibliográficas históricas sociales para objeto de delimitar su raíz libertaria. En el siguiente texto, refleja el antecedente pionero para su devenir contemporáneo:

“Revolución de Febrero, brotaron espontáneamente en París, en Lyon, diversas asociaciones obreras de producción. Más que en la revolución política, es en esta naciente autogestión donde Proudhon en 1848 ve el verdadero “hecho revolucionario”. No fue inventada por teóricos ni predicada por doctrinarios. No el Estado, sino el pueblo, dieron el impulso inicial. Y Proudhon urge a los trabajadores a organizarse de modo análogo en todos los puntos de la república”(Guérin,D.,2008: 72 ).

60

Agregamos que existen también antecedentes autóctonos de otros continentes donde algunas comunidades aborígenes se han organizado de manera análoga en lo descrito en la región Latinoamérica, esto demostraría el instinto humano de dichas comunidades estuvo estrechamente ligado acciones de instinto gregario autogestionario, donde la sociabilidad de carácter horizontal permitió la agrupación entre pares, corroborando la tesis de Kroptkin sobre el apoyo mutuo entre especies. 62

Este párrafo nos ayuda a recorrer la gestación conceptual, nacida en la praxis de series de manifestaciones populares en Europa, específicamente para Proudhon61, según Daniel Guerin (2008), “La revolución francesa de 1848” desatada el 23 al 25 de febrero de ese año, aquel movimiento logró que depusiera el rey Luis Felipe I de Francia, dando paso a la segunda república Francesa, y la gestación de manera espontánea de asociaciones de trabajadores. Cristian Sotomayor describe la revolución de 1848, referenciando la propuesta de Proudhon : “Provocó una explosión de asociaciones obreras de producción. La voluntad de los obreros de organizarse por sus propios medios constituyó para Proudhon el “hecho revolucionario” por excelencia. Pero como estas asociaciones se inspiraron en la organización del trabajo (1839) de Louis Blanc ,la gestión fue asegurada por el Estado. Hubo allí, para Proudhon, un vicio que anuló el fenómeno: el autoritarismo estatal le parecía incompatible con una gestión libre; en el nombre de la autonomía de las personas, se opuso a cualquier organización social impuesta y venida de lo alto” (Sotomayor, C.,1999:34).

El análisis de Sotomayor ayuda ha comprender, la manera de concebir el concepto que estaba desarrollando Proudhon, el cual se empieza a gestar particularmente en la praxis del pueblo, esto nos delimita las características de las organizaciones sociales que posteriormente hacen propio, con identidad y propuesta; venida desde la organización popular.

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Algunos autores mencionan a Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865), como el padre de la autogestión , debido que proponia la autodeterminación de los pueblos desligándose de las formas estatales y centralizadas, consideraba que “El Estado debe ser sustituido por la comunidad de los productores y por la federación de los grupos locales de trabajadores” (Cappelletti, A. 2006), hacia el engranaje más complejo descrito en el texto “El principio federativo”. Agregamos que Proudhon veía con importante necesidad que el fruto del trabajo, llegara con la posesión y uso por parte de todos los trabajadores, para así hacer el quiebre del derecho absoluto de algunos (Estado, Burguesía, etc) sobre otros. El joven Marx antes de su bullada disputa con Proudhon, muy centrada en los personalismos de ambos, describe de la siguiente manera la obra de Proudhon ¿Qué es la propiedad? (1840); “Su obra es el manifiesto científico del proletariado francés y presenta una importancia histórica distinta de la elucubración literaria de un crítico cualquiera” (Grand,G et Cappelletti, A 2006:39). Destacamos también que Proudhon, no estuvo ausente de contradicciones, a pesar de esto es necesario ir contextualizando las épocas en las cuales, se desenvolvían los autores. Con esto vemos que se han generado otras reflexiones teóricas que han ido madurando la concepción autogestionaria, principalmente las experiencias venideras del siglo XX han fortaleciendo y generando una concepción más nítida, que las del siglo XIX. 63

Este devenir de la autogestión que hace referencia Cristian Sotomayor (1999), se empieza articular de manera visible y con un corpus práctico, en la Comuna de París, donde ya será más nítida la propuesta autogestionaria, gestado en las prácticas populares por parte de los mismos trabajadores de París, con signos expresados espontáneamente por el momento histórico vivido, el alzamiento fue breve e intenso. Aquel movimiento revolucionario, fue generado gracias a la aparición de una milicia compuesta por todas las tendencias republicanas, rebeldes de París en contra de la Asamblea Nacional que se refugió en Versalles, es así que la Comuna estuvo en manos de los obreros organizados entre el 18 de marzo al 28 de mayo 1871, desde este hecho histórico, se empieza a teorizar en torno a cómo potenciar la autogestión por parte de los trabajadores y las organizaciones sociales de base popular. Para Nildo Viana (2004) la Comuna de París fue la primera experiencia autogestionaria de la historia moderna, por que significó “la abolición (temporal, debido su derrota) del Estado”62.

62

Podríamos citar a modo de ejemplo que han existido otras revoluciones que han tenido el mismo propósito después de la comuna de París, a modo de ejemplo, la Revolución Española, recomendamos, el libro de Frank Mintz Autogestión y anarcosindicalismo en la España revolucionaria ; junto con un interesante texto donde el autor relata la experiencia de haber sido testigo presencial de la puesta en marcha del Comunismo Libertario, Agustín Souchy. Entre los campesinos de Aragón: El Comunismo Libertario en las comarcas liberadas, Ed. Tierra del Sur, Argentina 2007. También recomendamos el video-documental Furia sobre España, los anarquistas en la revolución española. CNT-FAI. 64

III. Extensión de la raíz libertaria de la autogestión en el Chile contemporáneo. Héctor Pávelic (2009:26), afirma que gracias a la comuna de París en 1871, sirvió de inspiración para las posteriores luchas de los/as trabajadores/as del mundo entero, otro antecedente historiográfico, nos permite situar cómo llegan dichas ideas para la posterior práctica en nuestra región y en particular en el país, este antecedente lo entregan Míguez, E & Vivanco, A (1987:19) :

“Disuelto el sector marxista de la internacional en 1874, los jurasianos 63 se movieron con éxito en los países latinos, y al producirse las primeras migraciones hacia América Latina trajeron consigo la organización y levantaron secciones en la costa atlántica, principal punto de radicación de los extranjeros”.

La mención de organización se refiere a la creación de las secciones de la A.I.T (Asociación Internacional de los/as trabajadores/as), en Latinoamérica, partiendo en Brasil, Uruguay, Argentina, como sus núcleos principales para su posterior expansión al resto de la región Latinoamericana64. La oposición desde el quiebre en la I internacional, constituyo en Chile y en el mundo, la búsqueda en diferenciarse, a pesar que las dos corrientes revolucionarias coincidan de alguna manera en la misma acción revolucionaria de transformación política y social para eliminar la propiedad privada y hacer uso común de los medios de producción, de esta forma dichas corrientes de pensamiento político, creen acabar con la explotación y opresión que genera la vida alienante en un sistema capitalista en expansión (de aquel entonces) y hoy en su fase neoliberal, pero las formas para llegar a ese proceso emancipador, difieren radicalmente entre estas dos corrientes revolucionarias, generándose un irreconciliable debate.

63

Esta denominación jurasianos corresponde a los anarquistas que se agrupaban alrededor de la Federación del Jura en Suiza, según Míguez & Vivanco (1987), a la posterior escisión de la I internacional entre marxistas y anarquistas, estos últimos tratan de expandir su doctrina al resto del mundo, de esta manera inmigrantes europeos cercanos a los postulados de Bakunin, crean secciones de la AIT, en Latinoamérica. Recomendamos ver el siguiente sitio web: www.iwa-ait.org 64 Para mayor antecedentes revisar, Luis Vitale, 1999. 65

La visión marxista cree que a través de la conquista del Estado pueden llegar al comunismo, el anarquismo propone eliminar de raíz al Estado para establecer el comunismo libertario, de tal forma proponen la organización desde abajo, horizontal, y la eliminación de jerarquías para pasar a otra forma de organización, denominada por ellos como “autoorganización”65. Uno de los estudios con mayor seriedad sobre el Anarquismo en el país lo podemos encontrar en el libro Anarquistas, presencia libertaria en Chile, Felipe del Solar y Andrés Pérez, publicado el año 2008, acá podemos identificar que los primeros espacios donde se empezó a gestar las iniciativas autogestionarias fueron los CES66:

Centros de Estudios Sociales finales siglo XIX e inicios siglo XX, Chile 67.

Nombre

años

Centro Social Obrero

1896

Agrupación Fraternal Obrera

1896

Rebelión

(1898-1899)

El ateneo Obrero

(1899-1901)

La campana

(1899-1902)

El Areópago del Pensamiento Libre

(1900-)

El Centro de Estudios Sociales

(1900.)

El Centro de Estudios Sociales

( 1901.)

Miguel Bakounine

65

La Agitación

(1901-1902)

Regeneración

(1901-1903)

En el 1er capitulo definimos qué entendemos por autoorganización, ver pág:43. Centro de Estudio Sociales (CES), lugares de difusión y formación de la clase obrera a fines del siglo XIX y comienzos del 1900, donde se articulaban instancias de difusión libertaria, los cuales se distinguieron por primar la autoformación, la cultura de resistencia y organización en torno a los derechos populares. 67 Del Solar, F & Pérez. A., 2008:43,44. 66 66

La Luz

( 1902.)

El Ateneo de la Juventud

( 1902.)

Centro de Estudios Sociales

( 19030)

Dichos Centros Sociales, según ( Del Solar, F & Pérez. A., 2008), lograron fusionar la cultura con la política, convirtiéndose el anarquismo en un referente significativo para las nuevas generaciones. En este aspecto queremos desarrollar de forma breve y sucinta este recorrido por algunas prácticas y experiencias, a modo de muestreo para ir hilando nuestra reflexión y que facilite, el comprender la raíz libertaria de estas expresiones populares en el país. Es por eso que al identificar estos espacios, los CES, es identificar al proyecto que adherían estos actores sociales del pasado, comienzos del siglo XX, donde impregnaban sus deseos en la configuración de instancias de base, donde la autoformación se transformaba en una herramienta de emancipación. Para Gabriel Salazar(2003) cuando hace mención de que hoy “Es tiempo, pues, de reflexionar en los procesos de transformación interna (no solo de desbande, sino de agrupación) de los sujetos revolucionarios”, en ese aspecto es significativo visualizar aquellas expresiones de antaño como los gestores de una política de resistencia, pero con una propuesta en la acción de dichos espacios. Por lo tanto resaltamos las palabras de Salazar, dado que ve necesario que la experiencia histórica, se transforme en pensamiento crítico, para emerger en el devenir de la mencionada transformación de aquellos actores sociales que se comprometen con el cambio social. De tal forma destacamos que durante la primera década de 1900, hubo un expansión de los CES, los ateneos, centros culturales; según Sergio Pereira68 “sociedades generalizadas de resistencia cultural en cuyo seno se comenzarán a gestar respuestas alternativas elaboradas de las capas culturales sedimentadas, comprometidas ideológicamente con la transformación 68

En Gres,S.2007:49. 67

revolucionaria de todo el tejido social y cultural de la nación”. Para clarificar la mención anterior de Pereira, revisaremos algunas experiencias para determinar los planteamientos de dichos espacios: Nos detendremos en el caso del “ Centro de Estudios Sociales Francisco Ferrer” : Este centro de estudios sociales comenzó a funcionar desde el año 1912 en Santiago, según (Grez, S.,2008:235; Rojas, M.,1973; Del Solar, F & Pérez. A., 2008:46) su nombre se convirtio en una bandera de lucha y reivindicación popular, dado que Francisco Ferrer i Guardia, fue un pedagogo libertario, pionero de la corriente sociopolítica en la educación libertaria, él fue injustamente ejecutado en España69, con los años se comprobó que no fue responsable de las acusaciones que se le atribuían 70. En este sentido vemos que el rescate de aquel personaje va en la dirección de establecer una identidad en dicho espacio de agrupación popular, los actores más visibles quienes participaron de aquel centro fueron Francisco Pezoa, Manuel Rojas71, José Domingo Gómez Rojas72 , Voltaire Argandoña , José Santos González Vera73, los españoles José Clota y Francisco Rodríguez, entre otros quienes también escribían reflexiones en periódicos tales como “La Batalla” o “El productor” en aquellos años.

69

Para mayor antecedentes sobre Ferrer, revisar Francisco Ferrer i Guardia y la la escuela moderna, ejemplo de construcción libertaria. En: www.praxislibertaria.files.wordpress.com/2011/02/francisco.pdf 70 Existe un caso posterior con algunas similitudes, el caso de los italianos Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, ambos casos de Ferrer y de los italianos, con los años se ha comprobado que no eran culpables y fue un error sus ejecuciones. Ver “Sacco y Vanzetti”, docudrama. Dirección Giuliano Montaldo. Italia, 1971. 71 Escritor, recibió varios premios de los que destacan: Premio Atenea de la Universidad de Concepción 1929, Premio Marcial Martínez de la Universidad de Chile 1929, Premio Nacional de Literatura en 1957. Publico varios textos, muchos ligados a mirar la realidad social de los sectores populares. En Santiago existe un Centro Cultural que lleva su nombre: www.centroculturalmanuelrojas.blogspot.com y en La Población Yungay, Comuna de La Granja, existe un espacio comunitario que lleva su nombre: Biblioteca Libertaria Manuel Rojas. 72 Conocido popularmente como el “Poeta cohete”, Gómez Rojas fue un joven estudiante universitario de Pedagogía en Castellano del Instituto Pedagógico y de la Escuela de Leyes , Universidad de Chile; trabajaba en la Municipalidad de Santiago como secretario y en el Liceo Nocturno Federico Hansen como profesor, así podía mantener a su familia. Desarrolló una intensa labor como joven literario, preocupado por las causas sociales y políticas, producto de la represión al movimiento popular el día 25 de julio de 1920, fue detenido y encarcelado, en la penitenciaría se le torturó intensamente, fue trasladado a la casa de orates con una debilitada salud física y psicológica, falleciendo en aquel lugar a la edad de 24 años, el mes de septiembre de 1920. En la actualidad, existe un Grupo de Estudios que lleva su nombre: http://grupodeestudiosgomezrojas.wordpress.com/ 73 Premio Nacional de Literatura 1950. Algunas de sus obras son:, Vidas mínimas. Novelas breves (1923) ; El conventillo (1928); Una mujer (1928); Alhue. Estampas de una aldea (1928); Cuando era muchacho (1951); Eutrapelia, honesta recreación (1955), Algunos (1959); La copia y otros originales (1961). Necesidad de compañía (1968), entre otros textos que podemos encontrar en periódicos y revistas. Existe una biblioteca popular que lleva su nombre en Santiago, ver: www.bibliotecagonzalezvera.blogspot.com. 68

Según José Santos Gonzáles Vera, los domingos era un día donde se realizaban la asamblea del centro, y su nueva ubicación, se había mudado a un bodegón de la calle Cóndor, en el centro de Santiago, afirmando que cabía un centenar de personas, “antes de iniciarse la reunión, formábanse grupos en la acera y calzada. Cada corrillo era una facultad en potencia” (González Vera, J.,1956:157). En el libro autobiográfico de González Vera “Cuando era muchacho”, podemos encontrar interesantes párrafos referidos a esta instancia de base, como la reflexión de Francisco Rodríguez, “Hay que ser práctico. Menos definición y más acción. ¿Para qué hablar tanto?, ¿Para qué perderse en palabras? 74. Esto nos demuestra la búsqueda de un proyecto en raizado en el hacer social. Otro actor social de esta instancia fue Alcídes, el hombre fiera según Gonzales Vera:

“...El capitalismo descansa sobre los hombros de los pobres. Son los famosos pobres quienes mueven las máquinas,cargan el fusil, mantienen iglesias, labran los campos,levantan casa,hacen caminos, sirven de policías, conducen barcos, inventan, escriben, en favor de los expoliadores, qué sé yo. ¿Los carceleros son acaso millonarios? Con alharacas no se obtiene la liberación. Es necesario abrir la mollera de los trabajadores y decirles que desarrollen su personalidad, que se endurezcan y se nieguen a sostener el Estado”.(González Vera, J., 1956:159-160).

El Centro de Estudios Sociales Francisco Ferrer, duró un par de años, y su principal labor fue congregar actores sociales en torno al debate de ideas, conferencias, actividades artísticas y culturales, con el objetivo de plasmar propuestas de organización dirigidos a los obreros y estudiantes, quienes generaron organización en pos de su mejoramiento en la calidad de vida, esta experiencia concreta, sirvió para la posterior germinación de otras instancias reivindicativas y de base. Como testimonio de aquella experiencia es lo que encontramos en un periódico de aquella época: 74

Gonzales Vera, J. 1956: 157. 69

“Existen diseminados en los diversos barrios de la ciudad pequeñas agrupaciones de hombres que se mueven y ajitan, que propagan y luchan, esparciendo por doquier el verbo de la buena nueva (…)Estas agrupaciones, debéis saberlo compañero y amigo lector, son los Centros de Estudios Sociales (…) (Periódico Acción Directa, 1920).

El Ateneo y la Escuela Libertaria Luisa Michel en Iquique. Una de las experiencias más significativas, pero aún poco conocida y sistematizada, fue

lo

que

desarrolló

Flora

Sanhueza

Rebolledo

en

la

ciudad

de

Iquique

entre los años 1947 a 1957. Estas dos experiencias consideramos que son un referente a la hora de estudiar la concepción autogestionaria, dado que Flora mantuvo una práctica sistemática durante 10 años de una desconocida articulación de base para algunos, pero para los actores protagonistas, una intensa acción popular y articulación autogestionaria. Vemos que la llegada de inmigrantes europeos a Chile, sirvió de intercambio de ideas, difusión de textos y potenciar tanto los proyectos y acciones de los actores sociales ligados a las propuestas libertarias, un ejemplo específico es la llegada a Chile desde España de Flora y sus padres, el año 1918 según García,G. & Morales, L., (2007). Ella era hija de libertarios vascos quienes desde temprana edad, la educaron en torno a la educación libertaria impulsada por Ferrer i Guardia en España, es por ello que se puede entender los ideales de emancipación social que Flora desarrollo en sus experiencias de articulación comunitaria.

70

En Iquique el año 1947, en plena dictadura de Gabriel González Videla 75, se creó “El Ateneo Libertario Luisa Michel, recordando a la insigne luchadora de la comuna de París de 1871,siendo un lugar donde las mujeres podían desarrollarse en lo cultural” (Pavelic,H., 2009:244). El Ateneo Luisa Michel, fue una instancia que duro 6 años (1947-1952) dirigida a las mujeres trabajadoras

de

la

caleta

de

pescadores

Chanavallita,

quienes

tejían

la

red.

El Ateneo fue una instancia de acercar la educación no formal y la cultura a los adultos de escasos recursos, una de las problemáticas más visibles de aquellos años era la gran brecha en la educación, entre los sectores populares y los más ricos.

“En relación a este problema Flora tuvo que soportar y superar numerosas trabas que intentaron ahogar su proyecto de trabajo social con la comunidad Iquiqueña. La persecución del Gobierno de Gabriel González Videla, que objetaba y perseguía a cualquier nueva entidad dedicada a enseñar de una manera distinta, y que no tuviese el respaldo del ministerio de educación, cualquier institución no gubernamental, era clausurada sin posibilidad de objeción” (García,G. & Morales, L., 2007).

En palabras de la misma protagonista “La necesidad de conocer y de emanciparnos nos condujo a la creación de tan magna obra para nosotras mismas, esta escuela estaba orientada a las trabajadoras, a las tejedoras de redes conocidas como chanavallas” (Flora Sanhueza)76. Funcionando en algunas ocasiones de manera clandestina, por los constantes hostigamientos que el movimiento popular se vio enfrentado en el Gobierno de González Videla.

75

González Videla, promulgó la Ley defesa de la democracia , popularmente conocida como “la ley maldita”, la cual persiguió al Partido Comunista, también según Pavelic(2009) se persigue a los anarquistas y a todo aquel que se opusiera al gobierno González Videla, abriendo el campo de concentración Pisagua. 76 En Pávelic, H. 2009:134. 71

Según Héctor Pávelic Sanhueza:

“En el año 1953 tomó el rumbo de Escuela Libertaria, esta experiencia duró hasta 1957, donde los hijos de estas mujeres aprendimos las primeras letras y esta fue la experiencia más hermosa que se haya gestado en este puerto histórico”77.

El párrafo anterior hace mención de un relato protagonista de esta vivencia, Héctor Pávelic nos describe lo anterior como forma de dar un testimonio fidedigno de la existencia de dicho espacio social, esto nos permite poder consignar su existencia de acuerdo a un funcionamiento autónomo y autogestionado, donde se forjaban instancias de cultura y educación para los trabajadores/as, que posteriormente se extendió a los hijos/as de las mismas trabajadoras, entre los años 1953 a 1957, funcionó La Escuela Libertaria Luisa Michel. El motivo del cambio del Ateneo dirigido a las trabajadoras y el paso a la Escuela, se debe a “La difícil situación que era para las mujeres obreras de nuestro país el trabajar y ser madre al mismo tiempo” (García,G. & Morales, L., 2007). Frente a la necesidad, de las madres trabajadoras quienes sus hijos/as acompañaban en el trabajo, Flora visualiza la importancia de crear una Escuela para estos niños/as.

“Entonces los hijos entre el trabajo y el juego no había nada más, entonces la necesidad estaba en poder brindarle educación o sea ya no era alfabetizar sino educar, entonces, el crear un espacio en donde por ejemplo el niño aprendiese a leer, escribir y se llenase de otros contenidos y no de cosas muertas...”.(Pávelic, H. en García,G. & Morales, L., 2007).

El número de estudiantes que albergó esta novedosa y pionera experiencia de una escuela autogestionada en Iquique, llegó a ser superior a las setenta personas según Pávelic (2009:134). 77

Pávelic,H. 2009:244. 72

Es por ello que consideramos inédito que tal experiencia de Escuela autogestionada, haya durado con una periodicidad de al rededor de 4 años ininterrumpidos, esto nos refleja la necesidad de educación que buscaban los sectores más desposeídos y su integración a la cultura y sus anhelos de transformación. El ocaso de la Escuela Libertaria Luisa Michel, termina de producirse el año 1957. Estas dos experiencias ya descritas, se vieron afectadas al igual que el movimiento popular y obrero, de las constantes desarticulaciones y ataques represivos desde comienzos del siglo XX, las repetidas acciones de represión y muerte como política de Estado, influyó a deteriorar la articulación de base que se había germinado con ímpetu a inicios del siglo XX en Chile, de la mano de Ateneos, Centros de Estudios Sociales, Centros Culturales, entre otros78. Según Felipe del Solar y Andrés Pérez (2008:50) está situación se radicalizó con la dictadura de Ibañez, quien encarceló, fusiló, torturó y exilió a muchos actores sociales, ligados a las ideas libertarias y de transformación social. Mermando la posibilidades asociativas de articulación de base comunitaria y la continuación de la política represiva por parte del Estado. A pesar de su cierre, las huellas de esta digna y perseverante iniciativa, se reprodujo muchos años después con el nombre de Escuela Comunitaria Chanavayita (2006-2008), donde jóvenes estudiantes, desarrollaron en la misma Caleta, ahora en democracia y sin ser perseguidos una instacia comunitaria de articulación social por alrededor de 2 años 79, una de las reflexiones realizadas por el grupo gestor fue: “Las cosas se sustentan en la práctica, si no se hacen ¿de qué valen?, pero llevarlas acabo requiere voluntad y harto trabajo, trabajo en sentido de constancia y perseverancia...”80. Concluyendo: “La escuela comunitaria no tenía profesores ni alumnos, sino gente que motivada con aprender-conocer se abría a otrxs, por ello tanto estudiantes como pobladoras aprendíamos y enseñábamos por igual. En un mismo proceso, horizontal y fraterno” (Escuela Comunitaria Chanavallita, 2008). 78

Este tema nos puede llevar a realizar una tesis en particular de la sistemática represión que se vio enfrentado el movimiento popular, de los cuales los libertarios fueron uno de los más afectados. 79 www.enchanavayita.blogspot.com 80 Ídem. 73

Otra experiencia, es el caso rural de “La comuna de Chicauma”: Como muchas de estas experiencias existe poca sistematización, destacamos de este singular caso denominado la comuna de Chicauma fue una corta e intensa apuesta rural, “Sólo seis meses alcanzó a durar la experiencia comunitaria de los campesinos de Chicauma, en

la

localidad

de

Lampa”

según

Cristian

Sotomayor(1995).

Sin embargo rescatar estos fragmentos nos permitirán seguir en este recorrido a modo de realizar un correlato histórico social de las expresiones de base autogestionadas. Un grupo de campesino y militantes de la VOP 81, se habían tomado un fundo de 1.800 hectáreas en diciembre de 1970, para Alejandro Villarroel, precursor de la iniciativa tenía un proyecto de “juntarnos en una experiencia comunitaria, para ver si es factible...”, así nace el impulso para dar vida la denominada Comuna de Chicauma. El fundo que se tomaron pertenecía a una sociedad agrícola, el cual estaba sin cultivo y totalmente abandonado. Tuvieron la facilidad legal porque en aquella época, existía la reforma agraria, y el fundo reunía las condiciones para realizar la toma. Las relaciones que se gestaron de base comunitaria se comenzaron a establecer desde el comedor que era común y “empezamos con la olla común. Con la toma partió una fogatita con ladrillos y dos fierros, y un tarro con café. Ese fue el inicio del comedor común. De ahí para adelante jamás faltó la comida”(Villarroel, A.)82. Una vez que se tomaron el fundo, comenzaron a llegar “de regalo sacos de papas, 50 zapallos, sacos de choclos; después nos regalaron sandías. No sé, la gente corrió la voz, la noticia se difundió...”, para Alejandro Villarroel esto fue anecdótico (Sotomayor,C.1995), sin embargo creemos que esta muestra de solidaridad con la toma del fundo describe como se estaban estrechando los lazos comunitarios, desde el primer día, se visualiza una cercana relación con la misma comunidad.

81

Vanguardia Organizada del Pueblo. www.periodistaautonomo.blogspot.com/1995/12/chicauma-el-primer-kibutz-la-chilena.html

82

74

Dentro del fundo cada campesino tenia una parte de la tierra donde se empezó a establecer, entre ramadas, ranchos y en algunas carpas ocupadas por la gente venida desde Santiago, fue tal la singular experiencia, que la misma policía de Lampa le simpatizaba la toma, “Hasta la policía estaba de acuerdo con la toma del fundo de Lampa, porque estaba abandonado hacía varios años, sin cultivo; la gente sabía que había miseria horrible, se habían robado los tendidos eléctricos, se habían robado las bombas de pozo profundo, era una catástrofe la cuestión” (Villaroel, A en Sotomayor,C.,1995). Según descripciones de Alejandro Villarroel, esta fue una acción autónoma y alejada de la institucionalidad:

“Era un fundo enorme de grande, en que los campesinos estaban ubicados de acuerdo a los intereses de vigilar antiguos cultivos. Estaban repartidos, a cinco kilómetros uno, a tres kilómetros más acá otro, por acá otro... totalmente aislados, sin electricidad. Había como 15 familias en total dentro del terreno. En las primeras reuniones estuvo un hombre de derecha que dijo que íbamos a fracasar; que no creía en ningún socialismo, en ninguna utopía ni en ninguna cosa. Tengo la impresión que dos familias se marginaron, por miedo, porque hablamos inmediatamente de que nos íbamos a tomar el fundo”. (Villarroel, A.,)83

Esta experiencia se hizo camino al andar, dado que los campesinos no encontraron respaldo de los partidos políticos ni de los organismos estatales, principalmente porque la inversión era muy grande y por la condición de abandono del fundo. Es en ese momento cuando se entrecruzan las ideas por parte de campesinos y militantes de la VOP 84 en tomar el fundo y

83

http://periodistaautonomo.blogspot.com/1995/12/chicauma-el-primer-kibutz-la-chilena.html Hay que destacar que esta experiencia vinculada a la controversial, VOP, es significativa dado que constituye un ejercicio autogestionado para el medio rural, siendo una clara propuesta de transformación social, sin embargo esta propuesta en concreto fue opacada por las acciones violentas que desarrollaron en la ciudad, las cuales provocaron diferencias con el gobierno de la U.P y una frontal disputa con organizaciones de izquierda, acusándolos incluso de ser agentes de la “CIA”, tensión que estalló con la muerte de Pérez Zujovic, donde la izquierda en conjunto persiguió a los militantes de la VOP (En algunos diarios de la época hablaban de la cacería a los Vopistas), muchos de ellos fueron asesinados y encarcelados. Es por esto que esta experiencia no ha sido rescatada, o tomada en cuenta. Sobre la VOP, recomendamos el documental “De Mártires y Verdugos” (2009). 75 84

empezar a gestionar un modelo comunitario basado en la autogestión, tratando de hacer un kibutz a la chilena según Cristian Sotomayor (1995). Los Kibutz, fueron creados en Israel, donde la propiedad era colectiva junto con la gestión de la tierra, la rotación de puestos, salarios iguales y decisiones democráticas, gestaron la base de un experimento único en la historia, de características comunitarias, dado que a la vez de producir, se organizaban tratando de gestionar al máximo la horizontalidad entre sus miembros. Las conclusiones de la corta vida de esta experticia, “La comuna de Chicauma” para Alejandro Villarroel, proyecto que luego de 6 intensos meses y el derrumbe inesperado

en junio de

1971, producto de las repercusiones de la Muerte de Pérez Zujovic, nos ayudan acércanos al objetivo que esta experiencia, donde el sustento era generar relaciones comunitarias horizontales y autónomas, “Para mí lo más difícil era la atmósfera comunitaria, y esa se logró. Lo que faltó fueron medios, medios para ir a apoyar económicamente una experiencia comunitaria boicoteada desde el Estado.” (Villarroel, A en Sotomayor,C.,1995). A su vez Alejandro Villarroel da una muestra de autocrítica, analizando los seis meses que duro el proyecto, “claro que es poco tiempo, pero es fantástico el resultado, porque se llegó a un nivel de comunidad absoluto; compartíamos todo”85.

85

www.periodistaautonomo.blogspot.com/1995/12/chicauma-el-primer-kibutz-la-chilena.html 76

Experiencias contemporáneas, entre la fragmentación y la resistencia comunitaria. Hemos revisados un par de experiencias que han estado esparcidas por la historia social, muchas de estas desconocidas, no estudiadas o ignoradas, a continuación revisaremos otros tipos de instancias de base, las cuales se enmarcan en un contexto social histórico disímil a las anteriores, dado que estas experiencias son contemporáneas a nuestro tiempo, esto nos sirve para poder explicitar lo mencionado por Grez (2005) sobre la política incluida y los procesos de larga duración, dentro de estas experiencias se van reiterando y generando nuevas propuestas, o retomando la reconstrucción del rearme del tejido social, siendo para nosotros una reconstrucción de las identidades, hábitos y cultura en torno a la autogestión social. Esta huella que identificamos se encuentra esparcida en la historiografía social de las diferentes experiencias de organizaciones sociales que se vinculan estrechamente con las propuestas autogestionarias, ligadas a la construcción popular libertaria, esto delimita nuestra revisión sociohistórica, como un elemento que va más allá de hacer un recuento de tales experiencias seleccionadas para mostrar por un lado la veracidad de la existencia de esta práctica popular basado en las fuentes bibliográficas consultadas, y en otro aspecto sistematizar el objeto de estudio en sí mismo, realizando una muestra de tales experiencias de este modo analizarlas y caracterizar para así establecer nuestra conceptualización para la acción comunitaria.

77

La primera okupa en Chile: La Okupa la Kasita en Santiago86. Con la modernidad y el avance del capitalismo, se generó un modo de producción que logró integrar a su lógica a todas las instituciones sociales, y a sus valores todas las diferentes culturas materializadas en la globalización (Méndez, N & Vallota,A.,2006) siendo delimitada la participación sobre la producción y la gestión. A su vez la aparición de una cultura de resistencia materializada en proyectos emancipadores ha hecho florecer iniciativas contemporáneas críticas y la difusión de códigos culturales populares disidentes al status quo, tomando como bandera de lucha la autogestión, en contraposición del avance del modelo neoliberal en el mundo, siendo una muestra de ello el caso de la okupación. Gracias a la visita en 1997 de dos okupas españoles que difundieron su experiencia de okupar un inmueble en la ciudad de Barcelona en España, sirvió para estimular a jóvenes de la ciudad de Santiago, quienes motivados por contar con un espacio físico para llevar a cabo sus actividades y proyectos alternativos, se agrupan en 1998. Como observamos, de esta forma se va gestado el nacimiento de la primera okupación en Santiago, ubicada en pleno centro de la ciudad, la cual se llamó “La Kasita” (Fernández, R. & Martínez, P., 2001). Un fragmento bibliográfico de aquella experiencia pionera para la realidad del país en aquellos años, es el relato que entrega un okupa partícipe de ese proceso: “...cuando encontraron y lograron entrar a esa casa, los chiquillos que entraron, fue como una gran alegría porque era algo que estábamos todos esperando,y había un montón de expectativas puestas en lo que podía llegar a ser una okupación y lo que podía llegar a ser una comunidad de gente viviendo en una okupación y había mucha gente, yo creo, que teníamos

86

Se agradece a Roberto Fernández, por el envío de su tesis. “El proceso de apropiación espacial en la okupación la Kasita” (Fernández, R & Martínez P .2001). 78

como muy altas expectativas de lo que podía pasar”. (Fernández, R & Martínez,P. 2001:107).

Como toda Okupa, esta casa estaba abandonada hace un tiempo, su duración se extendió aproximadamente por un año en funcionamiento, dentro de este tiempo se destinó gran parte a la habilitación del inmueble, no logrando solucionar la instalación de luz y agua potable; a pesar de esto el grupo logró realizar diversas actividades, divididas como internas y externas. La inauguración fue un recital de poesía, se realizaron diversos talleres de intermitente duración, actividades de vinculación con la comunidad como la celebración del día del niño/a, la casa sirvió también de vivienda para algunos participantes y otros realizaban sus actividades en aquel espacio. Junto con ser un espacio de reunión de diversos grupos y colectivos, ligados a luchas políticas sociales, se fue constituyendo un funcionamiento y estructura horizontal, siendo la base de esta articulación, la asamblea, que permitió planificar y seguir difundiendo la experiencia de “La Kasita”, con la realización de encuentros en otros lugares y en el mismo espacio, rápidamente logro visibilidad, la primera okupa del país. Según Roberto Fernández & Patricia Martínez (2001) la práctica de la okupación ha existido tanto en sociedades industrializadas como en países en vías de desarrollo, identificando diversos tipos: por necesidad de vivienda, okupación para fines artísticos y culturales, y por razones ideológicas. La Kasita, sirvió de ejemplo y rápidamente se empezaron a multiplicar los espacios okupados, principalmente por parte de jóvenes contestatarios, gestionando una cultura de resistencia y acciones críticas alrededor de lo comunitario desde una visión autónoma a la institucionalidad y a las políticas de gobierno. El fenómeno se amplió en la región metropolitana con una segunda okupa “Kasa Kultural La Marraketa” y la posterior “Casa Okupa La Pajarera”, extendiéndose las okupaciones de manera intermitente hasta nuestros días a diversos puntos del país, existiendo una variedad 79

de okupaciones que han hecho uso de viviendas abandonas las cuales han servido de morada y lugar de creación cultural, social y política. Esta perspectiva de la autogestión en la okupación de casas abandonadas, pretende abarcar el conjunto de la vida cotidiana, es decir, diversión, trabajo, debate, expresiones artísticas y culturales, relaciones humanas en general, con fuerte énfasis en el espacio (Fernández,R. & Martínez, P., 2001). El fin de la okupa “La Kasita” fue producto de conflictos entre quienes hacían uso de la vivienda, los que utilizaban el lugar con fines comunitarios y otros que solo lo hacían para divertirse consumiendo alcohol y/o drogas, junto con la gran diversidad de actores sociales incorporados posteriormente al ingreso de la vivienda, desembocando en tensiones interpersonales sobre la dirección de la misma okupación, “después hubo choques entre grupos de gente, hasta que un día estalló”87. Okupa AKI: intervención desde el arte y la cultura en Santiago. Distanciándonos en el tiempo, el 17 de junio de 2005, es okupada una casona, en la calle república 550, comuna de Santiago. La casona se concentraba abandonada hacía 15 años, tiempo que permaneció sellada y clausurada, los antecedentes recopilados por parte de los integrantes de la Okupa AKI, hacen mención que la vivienda había sido utilizada por la DINA88, posteriormente llamada CNI, el lugar fue un centro clandestino de detenciones, donde se practicaron diversas formas de torturas, a hombres y mujeres que se opusieron a la dictadura de Pinochet89. La Okupa AKI, logró un trabajo visible dado que implementó varias actividades, destacando los numerosos talleres que ofrecieron a la comunidad, dentro de los cuales hacemos mención 87

Fernández,R & Martínez,P. 2001:122. Dirección de Inteligencia Nacional, también conocida por su acrónimo DINA, fue la policía secreta de la dictadura militar entre los años 1973 a 1977, después pasó a llamarse Central Nacional de Informaciones, CNI, la cual fue responsable de numerosos casos de infiltración política, asesinatos, secuestro y tortura. Según los integrantes de la okupa, en la casa se encontraron “capuchas, conexiones eléctricas para voltajes muy altos, y otros instrumentos de tortura”. 89 Video-Documental: “AKI Repúblika 550 Okupa en Santiago de Chile”. 2007 80 88

de los siguientes90: teatro, tela, serigrafía, fotografía, linux, hiphop, butoh, batería, graffiti & muralismo, danza contemporánea, clown, edición gráfica popular,

tango, máscaras,

laboratorio de computación, se realizaron exposiciones, foro-debates, lugar de reuniones, recitales, clases abiertas, contaba con una biblioteca, entre una amplia variedad de actividades culturales, sociales y políticas donde se dio, un uso al inmueble abandonado por años, es decir fue un lugar donde convergieron numerosas personas principalmente jóvenes, grupos, colectivos y organizaciones, los cuales sistemáticamente dieron vida de una novedosa creatividad en la apropiación de un lugar abandonado, reutilizando un ex-centro de tortura. Este tipo de acciones es motivada según ellos/as para dar uso de inmuebles en desusos para así articular el florecimiento del arte, la cultura popular, la libre expresión, la autodeterminación y la organización popular91. Tal como lo describe un integrante en el documental de AKI:

“Este espacio ya cuenta con más de 22 talleres, el año pasado terminó con 31 talleres... y más de 15 compañías de teatro ensayando en la casa, más de 10 grupos de danza,7 bandas de música, y una infinidad de cosas más... 800 personas alrededor en la semana están funcionando en esta casa...” (Integrante Okupa Aki)92

El inmueble después de ser centro de tortura, pasó a pertenecer al Serviu 93, siendo este organismo de Gobierno, quien lo dejó abandonado durante varios años, los okupas hacen ingreso, uso y abren sus dependencias para la comunidad 94, desde el día 17 de junio de 2005, buscando transformar ese dolor y generar una reutilización del espacio clausurado:

90

Todos estos talleres eran con acceso gratuito o con aportes voluntarios de los participantes, u otros aceptaban el truque de especies y/o aporte en materiales. 91 http://republika550.cl 92 Leyendo declaración en el frontis de la biblioteca nacional. Video-Documental: “AKI Repúblika 550 Okupa en Santiago de Chile”. 2007 93 Servicio de Vivienda y Urbanización SERVIU dependiente del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, MINVU, Gobierno de Chile. 94 Prueba de ello fue una larga lista de talleres que desarrollaron durante 4 años. 81

“Durante 15 años ningún administrador del Estado tuvo el valor de reabrir sus puertas, pues en su interior reverberaban el dolor y el sufrimiento generados por la crueldad y el terror. Llegamos a república 550, con arte y cultura, ejercidos con ingenuidad y amor, a curar las heridas, a intentar que las sombras alcancen el cielo y a crear un espacio tiempo en el que podemos desplegar, el mundo nuevo que llevamos en nuestros corazones” (Documental Okupa AKI, Repúblika 550, 2007).

Al comienzo de haber okupado la casona, SERVIU interpuso una demanda, donde las gestiones por parte de los integrantes de AKI, en tribunales lograban aplazar la resolución judicial, esto fue hasta que AKI, fue notificada el día 23 de abril de 2009, del inminente desalojo a producirse en la casona de calle república 550, la sentencia de allanamiento, tenía como orden la descerrajadura y desalojo con lanzamiento a la calle en contra de la okupación. Antes de abril del 2009, habían desarrollado gestiones y difusión sobre la capacidad de resistencia frente a un posible desalojo, pero desde esta notificación decidieron: “atrincherarnos, kreando fokos de resistencia tanto externa como interna, kontando para esto con el apoyo de diversas organizaciones sociales y kulturales”, junto con una gran campaña de difusión en contra del desalojo y la reutilización de los espacios abandonados para el uso comunitario, organizando 2 grandes jornadas llamada “barrikadas kulturales”, realizadas en el frontis de la casona :

“Vecin@, poblad@r, estudiante, cesante, no permitamos que la avaricia del estado nos quite otro espacio de creación independiente.Esta cazona esta abierta y es de tod@s, defendamosla participando de las activiades y de los talleres. La kultura no es la que imponen, es la que crea el pueblo oprimido”. (Afiche de difusión de la barrikada kultural. Okupa AKI, 2009)95.

95

En: www. republika550.cl 82

Un hecho que genera un alto y una tensa calma, se encuentra descrito en el siguiente documento, declaración de la Okupa AKI:

“Es ya konocido la opinion del C.I.E. AKI en relacion a materias kulturales y sociales. Opinion ke nos llevo a okupar un espacio para satisfacer las necesidades del kolectivo y de la komunidad en general despues de kuatro años de incesante trabajo y devido a nuestra postura libertaria fuimos akosados mediante juicios de kriminalizacion a nuestras

aktividades la

finalidad de las aktividades de hostigamineto, es la orden de desalojo ke pesa sobre la kasa okupa C.I.E AKI republika 550 situacion ke nos mantiene en alerta desde el dia 23 de abril de 2009 fecha en ke se nos komuniko el inminente desalojo. Ante esta situacion decidimos atrincherarnos , kreando fokos de resistencia tanto externa como interna ,kontando para esto con el apoyo de diversas organizaciones sociales y kulturales de kienes estaremos eternamente agradecidos por su interes konstante y participacion... Sorpresivamente nos enkontramos kon un dokumento ke suspende momentaneamente el desalojo “por ordenes superiores”. Kreemos ke el terror a la mala imagen de un lanzamiento violento de un ex sitio de torturas y el desalojo de espacio a kienes okupan el arte komo herramienta de lucha kausa miedo ante kienes ven politika partidistamente hablando un punto negro, para sus proximas elecciones presidenciales” (Comunicado Okupa Aki, 2 de junio de 2009).

Tal como lo describen en el documento anterior, la suspensión momentánea del desalojo, es efectiva el día martes 14 de julio del 2009, a las 8:45 A.m; fuerzas especiales de Carabineros, hace ingreso de manera violenta al inmueble junto con el cierre del perímetro y una gran concurrencia de los canales de televisión, dejando todas las pertenencias en la calle y algunas de estas con daños.96

96

Ver video: www.youtube.com/watch?v=EwXtiiCu1BU 83

La capacidad de resistencia de este grupo, frente a los 4 años de okupación y el presente desalojo, se puede observar con un nuevo ingreso a otra vivienda abandonada, en la calle Beauchef 1225, pero nuevamente se genera otro desalojo, a la nueva vivienda que es usada por la Okupa AKI, es allanada y desalojada por fuerzas especiales, el día 16 de agosto de 2009, a las 7 de la mañana :

“Luego de permanecer durante 3 semanas realizando talleres culturales, los integrantes del Centro Cultural AKI, fueron desalojados este domingo de madrugada por carabineros. En el procedimiento la policía dice haber hallado 108 balas calibre 30, hecho considerado un montaje por los jóvenes”. (El Ciudadano, 2009).

Es así como termina la historia de la Okupa AKI, con 2 desalojos en menos de un año 97, 4 años de labor sociocultural en el Barrio República, “Un centro abierto, en el cual trabajaron y pasaron más de 15 mil personas, 30 bandas, 100 compañías de teatro, más de 60 diferentes talleres y diversas actividades”(Okupa AKI, 2009).

97

En el ultimo desalojo de la casa de Beauchef 1225, el día 16 de agosto del 2009, Carabineros encontró “108 balas calibre 30”, estas municiones son para el uso en armas de guerra, inmediatamente los integrante de AKI, acusan un montaje por parte de Carabineros, refiriéndose que el hostigamiento que vivían antes del desalojo con detenciones, continuos controles de identidad, grabaciones y tomas de fotografías por personal de civil en el lugar, en su declaración pública AKI, acusan que fue un desalojo irregular, no contó con una orden judicial y un montaje respecto a las “108 balas encontradas” : “Luego de tomar detenidos a 7 personas que se encontraban dentro, 5 hombres y 2 mujeres (una de ellas de 17 años) comienza el montaje policial...” . “Primero se dijo que se encontraron cargadores de pistolas, después que eran 2 balas. Pero no, la sorpresa era que tenían en su poder los okupas nada menos que 108 balas”(Okupa AKI). Agregando que fueron incautadas 7 bicicletas, un notebook, herramientas y libros; resulta irrisorio que en dicho espacio se desarrollen actividades socioculturales se “piense” que su uso servía para otros fines, más aún cuando lo que podemos observar, respecto a una Okuapación del cual hacía uso de una casona deshabitada con disponibilidad abierta al ingreso de cualquiera persona, quien podía recorrer el inmueble y participar de sus actividades. 84

Canal Comunitario Parinacota TV Popular, Quilicura.

Parinacota Televisión “Es un proyecto de comunicación popular y comunitario que parte a mediados del año 2008 como iniciativa de un grupo de organizaciones e individuos de las poblaciones Parinacota, San Enrique y Valle de la Luna” 98, en la ciudad de Santiago. Esta experiencia de dotar un espacio para la comunicación entre la comunidad de la comuna de Quilicura, es un novedoso aporte en la utilización de las nuevas herramientas tecnológicas que

entrega

la

internet

y

los

medios

de

comunicación

popular.

En la actualidad, vemos una proliferación de esta tipo de herramientas de comunicación comunitaria. Parinacota TV, se define de la siguiente manera:

Parinacota Televisión (PTV3) es un canal comunitario de televisión abierta, sin fines de lucro, autónomo y autogestionado, orientado hacia los sectores sociales y populares de la comuna de Quilicura”.99

La definición, se plasma en sus videos, actividades y su preocupación por generar información y retroalimentación, desde otra mirada independiente a los grandes medios televisivos, como lo describe su frase “Nacemos para gritar las injusticias”, centrados en el acontecer comunitario de los/as vecinos de su comuna:

“Parinacota televisión será un espacio participativo, pluralista y transversal, donde tendrán cabida todas las organizaciones Sociales de Población Parinacota y Quilicura. La programación estará destinada a promover la organización, la participación, la cultura, la educación social, la solidaridad y la sana entretención. La línea temática de Parinacota Televisión se estructura dentro de los cánones sociales y poblacionales, con un marcado carácter de creación colectiva y con una visión integrativa de 98

www.parinacotatv.blogspot.com/2010/03/comunicado-publico.html www.parinacotatv.blogspot.com/

99

85

los diferentes actores que se desenvuelven en la población y en la comuna, elementos que están puestos al servicio del desarrollo de identidad de nuestra gente. Técnicamente es una señal de 50w de Potencia con un alcance promedio de 7 Km, a la redonda”. (Parinacota TV Quilicura, PTV3).

Desde mediados de 2008, este canal comunitario, de una de las comunas de la periferia de la región metropolitana de Santiago, ha empezado a desarrollar una labor comunitaria que se ha ido fortaleciendo con el correr del tiempo, empezaron ha realizar actividades de autofinanciamiento, para de esta forma dar vida al proyecto con tarreos, ferias de las pulgas, colectas, bonos de colaboración ($500 y $1000) con una de sus ideas fuerzas “abre los ojos” , descrito por una de sus integrantes, como:

“El concepto que se creo para aquellas personas que viven encerrados en la TV tradicional, burda y sin contenidos. Y también para nosotros mismos, que hemos podido darnos cuenta de las personas que trataron de aportillar este proyecto, y a la vez agradecerlos a ellos, ya que sin sus críticas maliciosas, no hubiésemos tenido la fuerza y la lucha constante para dar a conocer a lo que hoy en día es, PTV3”. (Carolina Poblete, PTV3. 2009).

Vemos que en la actualidad PTV3, se encuentra fortaleciendo los lazos con organizaciones de la comuna y de Santiago, participan en 2 redes de comunicación, junto con la importancia de realizar actividades de financiamiento, tal es el caso de “La fiestokata de autogestión”, las cuales ya han realizado 3 versiones, han podido congregar a una importante cantidad de asistentes, muestra de ello fue lo que aconteció el día jueves 12 de agosto 2010, en el Restaurant Costa Azul de la comuna de Quilicura, asistiendo unas 300 personas, quienes fueron apoyar, la labor de PTV3.

86

De esta forma PTV3, ha ido recorriendo un camino de construcción independiente y fortaleciendo su organización popular autónoma, centrado en acciones comunitarias, que busquen levantar a lo referente de “el canal de la población para romper el cerco informativo”.100 Esto expresa que el “aprender-haciendo”101 de esta organización ha posibilitado algunos pasos hacia la maduración de su praxis, en este corto andar, pero significativo para el grupo gestor:

“Hemos ido aprendiendo en el camino cómo hacer televisión comunitaria y popular, a grabar, a editar, a reportear, a discutir con fraternidad nuestras diferencias al interior de nuestra asamblea que va en aumento en numero de miembros y en niveles de militancia (…) hemos podido constatar por la calle el cariño que nuestra gente le tiene a este humilde medio por tratarse de una organización nacida en el seno de nuestra dura realidad y sobretodo porque nos ha llevado una pega enorme primero levantarla y luego sostenerla hasta aquí, sin mendigar a partido político alguno, ni a empresa privada, ni postulando a migajas para financiarnos (…) es nuestra opción para la construcción de la nueva práctica social necesaria para provocar una subjetividad que revolucione nuestro letargo como sujetos sociales y populares (…) y queremos seguirla construyendo como otros medios y organizaciones así lo intentan hace mucho más tiempo que nosotros (…) buscamos se rebalse la experiencia de una organización autogestiva como esta y como otras que se riegan por nuestro continente (...) para voltear lo que nos oprime”102.

100

www.parinacotatv.blogspot.com/search?q=fiestokata La denominación que realizamos se sustenta en una de las variantes metodológicas de dichas instancias comunitarias, quienes se van desarrollando en el hacer, ese mismo hacer va permitiendo aprender, logrando desarrollar dialécticamente lo que denominamos “Aprender-Haciendo”, sin embargo es importante destacar que no todos los grupos gestores aprovechan esto, por diversos motivos. Aprender-haciendo se ha ido forjando como un método popular en Latinoamérica. 102 www.parinacotatv.blogspot.com/2009/09/fiestokata-de-autogestion.html 87 101

Biblioteca Comunitaria El Grillo, Talcahuano.

Desde marzo del 2009 en la ciudad de Talcahuano, se inicia un proyecto denominado “Biblioteca Comunitaria El Grillo”, quienes se presentaron así a la comunidad:

“Somos un grupo de personas que sin interés de lucro ni partido político

nos dirigimos a usted con la finalidad de dar a conocer la iniciativa social que se está comenzando a gestar en Talcahuano, la cual busca generar espacios autónomos, y por sobre todo solidarios, enmarcados en el contexto de una biblioteca comunitaria. La biblioteca se ubica en avenida colón 6742 y en un futuro, que esperamos no sea tan distante, comenzaremos a atender público, ya que en estos momentos nos encontramos en un proceso de captación de socios, mobiliario y material de diverso tipo. Si le interesa hacerse socio existen varias formas de obtener la credencial que lo acreditan como tal, ya sea haciendo un aporte voluntario de $1.000 o un aporte referente a un libro, de esta forma usted estará en calidad de socio y podrá acceder a los beneficios de la biblioteca”. (Biblioteca Comunitaria El Grillo, 2009).

El grupo gestor de esta iniciativa, venía de otra experiencia de la cual no pudieron desarrollar actividades de tipo social, en la Okupa donde vivían no pudieron desarrollar un vínculo con la comunidad, desde ese momento comienzan a buscar una casa económica para poder arrendar y dar vida a su proyecto de montar una biblioteca dirigida principalmente a niños/as del sector. Una vez arrendada la casa, comienzan a buscar un nombre para su proyecto:

“Cuando llegamos a la nueva casa existía una plaga de grillos y de pulgas, por eso estábamos en la duda si le colocábamos biblioteca el grillo o biblioteca la pulga (risas). La otra fue que queríamos lograr una buena llegada con los niños, ya que nuestra biblioteca principalmente está orientada a trabajar con ellos. En este mismo sentido, hemos resultado ser 88

una muy buena ayuda para los niños de la población, ya que los colegios de los alrededores no cuentan con bibliotecas muy completas”103.

Una vez, ya zanjado el nombre del proyecto, realizan un diagnóstico para saber las necesidades de la población para poder ejecutar el proyecto (Sinapsis,2007). A partir de este diagnóstico, indica que el tema educacional era uno de los puntos a trabajar, focalizándose en la lectura como instancia comunitaria para la población. Paralelamente realizan labores de difusión del espacio, centrando su prioridad en la población, vaya conociendo la biblioteca, y ellos se refieren a esa etapa como la “ prioridad número uno de nosotros que toda la población nos conozca y podamos prestar un servicio útil a todos los que están acá, esa es como la gran prioridad que tenemos, después ampliar los talleres ”. El grupo gestor desde su experiencia, manifiesta una reflexión crítica respecto a las iniciativas autogestionarias que interviene en lo comunitario:

“...Abriendo proyectos, sobre todo si son autónomos, que permanentemente los evalúen, si hay cosas que hay que cambiar, las cambiemos, no hay que ser porfiado tampoco, uno tiene que ser porfiado con su idea, pero derrepente el método, es bueno ahí ver, cómo lo hago mejor...”104 .

El párrafo anterior nos indica que el grupo gestor de la Biblioteca Comunitaria El Grillo ha podido realizar un análisis autocrítico y da una lectura desde sus propias experiencias referentes a lo que denominamos el aprender-haciendo, como lo describe las siguientes palabras de uno de sus integrantes: “ No hagan proyectos intervencionistas, no lleguen con una batería de actividades a instalarse en una población, porque eso lo hace la iglesia cualquier partido, junto con los vecinos hagamos algo, eso por lo menos tratamos de hacer acá”105.

103

www.rsumen.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=2310:biblioteca-el-grillo-abriendole-losojos-a-medio-camino&catid=18:cultura&Itemid=62 104 Video-revista Sinapsis, 7ma edición, 2009. 105 Ídem. 89

De esta forma se delimita el hacer y se observa un avance significativo referente al aspecto cualitativo de la acción comunitaria ejecutada por la biblioteca, donde los propios actores de esta iniciativa se identifican en la perseverancia, autoevaluación y superación de los obstáculos, para avanzar paso a paso, identificando que uno de sus obstáculos en la articulación comunitaria “lo más brígido es la pasta” 106, entre otros temas estructurales como el mismo sistema económico que inhibe la solidaridad107. Días posteriores al terremoto del 27 de febrero 2010, la biblioteca sirvió para ser centro de acopio y red de trabajo en la población: “Nuestra biblioteca sirvió como centro de acopio; aquí se juntaban las donaciones y se distribuían a los vecinos damnificados. Un día también se usó para cocer el pan. Días posteriores al terremoto hicimos una recolección de alimentos que donamos a un campamento en Talcahuano, el cual por ubicarse en un sector aislado fue olvidado por las autoridades. Últimamente hemos hecho algunas peñas a beneficio de los niños de la población ocupando los fondos para comprar útiles escolares”108.

106

Un obstaculizador común al revisar las propuestas de trabajo de estas organizaciones que intervienen en los contextos populares del país, es el patrón común de consumo de pasta base que se da en muchas poblaciones y barrios populares de Chile. La reflexión aparente frente a este obstáculo es que producto de esto en los consumidores existe apatía, alienación y desfragmentación social. Para el grupo gestor de la Biblioteca Comunitaria El Grillo, se refieren a esta problemática, analizando que el abordaje debe modificarse, porque “...Te colocan al individuo, y te colocan a la sustancia, atacan a la sustancia o atacan al individuo, lo que hay que atacar una cosa, más de raíz, esperamos nosotros como biblioteca poder aportar a estos cambios necesarios que hay acá en la población.. ”. En nuestra opinión, este es el principal reflejo que dichos espacios comunitarios que se articulan en la concepción de la construcción en torno a la autogestión social, están empezando a generar un trabajo cualitativo significativo en sus intervenciones y separando la cultura del carrete que se da en algunas okupas, ver: Roberto Fernández & Patricia Martínez (2001). Junto con esto van generando legitimación con la comunidad, a modo de ejemplo, podríamos citar lo que ocurre con PTV3, referente a sus actividades de autofinanciamiento llamadas “fiestokatas por la autogestión” donde se reúne un numero importante se asistentes, demostrando con esto el apoyo al proyecto autogestionario. 107 Reflexión que se ve reflejada de manera explícita por un lado o implícita por otro, de los actores sociales que dan visibilidad a los proyectos autogestionados en los mencionados contextos populares, nacionales y latinoamericanos referenciados en la bibliografía. 108 www.rsumen.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=2310:biblioteca-el-grillo-abriendole-losojos-a-medio-camino&catid=18:cultura&Itemid=62 90

IV. Una muestra por las expresiones en torno a la Autogestión Social en Latinoamérica. Las experiencias en torno a la creación y construcción de espacios populares libertarios, que se articulan para el florecimiento de la autogestión social en el país, no es un hecho aislado en la región de Latinoamérica, esto nos demuestra las diversas instancias que se encuentran desarrollando acciones comunitarias de base, una panorámica sucinta y a modo de ejemplo, aclarando que dichas experiencias no son las únicas en sus respectivos países, y nos relacionamos con estas para extender las referencias e ideas alrededor de la observación del panorama latinoamericano, con los siguientes casos. Uruguay con el “Centro Social Galpón de Corrales” , espacio que lleva 12 años de acción comunitaria en Villa Española109 y “La Comunidad del Sur” que data a comienzo de la década de 1950; en Argentina las asambleas barriales, algunas fábricas bajo control obrero preocupadas por desarrollar acciones territoriales con su comunidad, la “Biblioteca Popular José Ingenieros”, la “Biblioteca Alberto Ghiraldo”, la “Biblioteca Alternativa Tilo Wenner”; en Brasil “Centro de Cultura Social de Río de Janeiro, “Biblioteca Social Fabio Luz de Río de Janeiro”, “Centro de Cultura Terra Libre”; en Venezuela el espacio alternativo “Organización Nelson Garrido”, en Colombia “El Centro Social y Cultural Libertario”, entre muchos otros espacios comunitarios de Latinoamérica, que están germinando acciones

comunitarias y

autónomas, siendo esto solo una mención genérica y no desarrollada para ampliar la mirada sobre algunos países de la región, a modo de ejemplo. Otro antecedente significativo, es el “Encuentro Latinoamericano de Organizaciones Populares Autónomas, ELAOPA”110, el cual se ha ido constituyendo como un espacio para la difusión y articulación de estas mismas experiencias territoriales, de retroalimentación, trabajos en común y red a nivel de la región Latinoamericana, ya se han realizado ocho encuentros, en diversos países, Chile fue sede del encuentro el año 2007, en la ciudad de Santiago, Población La Bandera, comuna de San Ramón.

109

www.elgalpondecorrales.blogspot.com/ www.elaopa.org

110

91

V. Gestión social como mecanismo de auto regulación comunitaria, ¿hacia la construcción popular libertaria?. La generación de articulación comunitaria es visualizada en condiciones donde los mismos actores van generando su propia regulación, es decir los actores sociales antes mencionados utilizan la gestión social para determinar el curso a seguir, estos se relaciona con la variante de autonomía que ellos dicen buscar y generar, permitiendo que en gran medida sus propias acciones y reflexiones determinaran su devenir. Se coincide con Vidales (2004), cuando plantea que la autogestión, vendría a configurar un proceso de regulación social propio, dando relevancia respecto a la forma de como esta configuraría maneras de usos e ideas, para hacer y/o intervenir desde la acción comunitaria de base, consideramos además que esta relación con la propia gestión “auto-gestión” como una propuesta de organización autónoma en la sociedad contemporánea, que tiende a revitalizar el ámbito de construir una propuesta de nueva sociedad, a nivel de base. La propuesta alternativa en estas articulaciones de espacios sociales, donde se estructura lo que estamos denominado como gestión social, está día a día mostrando mayor visibilidad, muestra de ello son las referencias en torno a las instancias descritas anteriormente, en otro aspecto creemos que esto ha permitido revitalizar aquello que se quería plasmar hace unos siglos atrás en la comuna de París, pero su variante estudiada no está directamente relacionada con lo laboral-productivo, está centrada en la esfera de la comunidad como espacio de construcción de poder desde abajo, es decir como autónomamente dichas organizaciones sociales y/o populares, podrían gestionar sin depender de lineamientos gubernamentales, su propio devenir. A lo ya descrito, vemos que este aspecto mencionado se encuentra en proceso de materializar, con lo que se visualiza en las apuestas de constituir una construcción popular libertaria, dado que busca relacionar desde un espacio social determinado hacia la concreción de articulaciones y procesos con independencia, en el cual las mismas personas puedan construir su campo de acción en la gestión social, disponer en sí, una estructura asociativa autónoma elaborada por ellos/as mismos/as. 92

Una cita que nos podría ayudar a comprender, la influencia que está desarrollándose desde la raíz histórica de la praxis autogestionaria, en Latinoamérica y particularmente en el país, es la siguiente:

“Pensamos que el pueblo no podrá ser feliz y libre más que cuando cree él mismo su propia vida, organizándose de abajo hacia arriba, por medios de asociaciones autónomas y enteramente libres, por fuera de toda su tutela oficial, pero de ningún modo al margen de las influencias diferentes e igualmente libres de hombres” (Bakunin, M., en Colombo, E., 2006:33).

Esta reflexión planteada sobre la construcción popular libertaria, podrá ser resulta a medida que estas mismas instancias de articulación comunitaria vayan madurando y generen un tejido asociativo a nivel de redes crecientes en amplios territorios. La revisión de algunas experiencias desarrolladas durante el siglo XX y comienzos del presente siglo en el país, ha significado describirlas como un constructo observable en lo que denominaríamos, construcción popular libertaria, en cuanto a estas se vinculan desde los lineamientos autónomos a instituciones gubernamentales, estructurándose horizontalmente y con énfasis en la acción sociopolítica enmarcado en la transformación social desde la base de grupos, colectivos, organizaciones que tienen una visión del mundo y propuestas concretas para realizar cambios microsociales, por lo tanto este tipo de organizaciones y/o actores sociales, se relacionan en una propuesta de ir generando una construcción crítica a las que se acostumbra a promover desde la asociatividad gubernamental, en otro aspecto cuando se esta refiriendo a la palabra política, no se hace en un uso exclusivo desde un contexto partidario, se centra en un sentido más amplio, desde la definición que viene del griego “polis” (Colombo, E., 2006). Reforzando lo que fue abordado y explicado en el primer capítulo y la contextualización histórica por algunas experiencias descritas en la presente sección, nos permiten corroborar la mención propuesta por Daniel Guérin, cuando hace referencia que “la palabra autogestión y el concepto que representa son de origen claramente anarquista. Más aún, durante casi un siglo

93

ese concepto, fue el santo y seña de los anarquistas dentro del vasto ámbito del movimiento socialista y obrero” (Guérin, D. En Massari, R. 1975)111 . En Chile la mención sobre la “autogestión” se está haciendo común, de manera recurrente en el campo de la psicología, pero es poco visible la reflexión sobre dicho término, en el área de la psicología social comunitaria, literalmente se pasa por alto las experiencias populares gestadas a través de la historia que se proponen la concreción de autogestión social, es paradójico este asunto, dado que dicha área recoge el carácter histórico del conocimiento, ¿por qué entonces no se ha incluido la revisión de dichas experiencias?, creemos que dicha pregunta se ha abordado en el capítulo anterior, pero es importante destacar que hemos dejado de lado las ideas y experiencias sobre las propuestas hetoregestionarias que engloban casi la totalidad de las iniciativas que buscan generar dicha práctica, confundidas en el nombre de la “autogestión”. El aspecto que permite hacer diferencia entre las diversas formas heterogestionarias, (heterogestión) y la autogestión; es entender a la primera como un constructo que ha devenido desde una función acrítica, despolitizada y mantenedora del status quo, desconociendo una historia gestada desde abajo; la segunda, (la autogestión histórica), tiene poca difusión por parte de los/as actores que se relacionan con dicho concepto, y una incipiente vinculación con investigaciones académicas112, esto ha permitido la marginalización de esta propuesta, a pesar de esto, su aspecto diferenciador con la heterogestión es su inminente búsqueda de la transformación crítica, frente al status quo, como la organización independiente a lineamientos institucionales gubernamentales y privados con fines lucrativos, siendo las instancias que se han articulado históricamente desde abajo, sus propios protagonistas (Méndez, N & Vallota, A., 2006; Tabilo,C., 2007). En este segundo apartado, revisamos experiencias que constituyen el ejercicio de configurar una autonomía política, generadora de recursos propios más allá de las acciones en torno al autofinanciamiento que en sí, no vendría a representar un ejercicio de autonomía política dado que las gestiones de autofinanciamiento no implican necesariamente, constituir una 111

Cit. En Cappelletti, A. pp 18. León (1999, 2000); Sotomayor (1999); Martínez (2001); Méndez & Vallota (2006); Cappelletti (2006); Tabilo (2006,2007); relacionadas en su mayoría desde las Ciencias Sociales, a excepción de Tabilo. 94 112

asociatividad, como en el caso del concepto de autogestión social que busca fortalecer los lazos sociales en alguna comunidad específica, regulada desde un espacio político autónomo, a la tutela gubernamental, es allí donde se visualiza la concepción de la autogestión social del presente. El valor sociohistórico de abordar algunas experiencias de aquellas organizaciones sociales seleccionadas en nuestra revisión bibliográfica, nos permiten considerar que ha existido una continuación esparcida desde comienzo del siglo XX, en la preocupación constante de generar instancias comunitarias independientes y críticas a la lógica institucional, es ahí donde se posiciona una visibilidad de la concepción de la autogestión social enmarcada en la presente revisión sociohistórica de algunas experiencias a lo largo de este capítulo.

95

“La palabra sirve para orientar, unir y especular; pero no es posible efectuar nada sin recurrir a la acción. La palabra explica y juzga la realidad. La acción la crea y la expresa”. José Santos González Vera (1919)

CAPÍTULO 3 ______________________________________________________________________________________________________________________________

96

CAPÍTULO 3 AUTOGESTIÓN SOCIAL: CONCEPTUALIZACIÓN PARA LA ACCIÓN COMUNITARIA AUTÓNOMA. ¿Sera posible la acción complementaria profesional en Ciencias Sociales para la promoción del cambio social en instancias de base? Como se describió en el primer capítulo, la psicología social comunitaria ha tratado de vincularse y generar una práctica en el trabajo de base, en dicho espacio la organización puede o no existir por parte de la comunidad, visualizando que esta relación con el tiempo se ha ido concentrando en los movimientos comunitarios ligados en el campo de acción que opera de arriba hacia abajo, desde organismos estatales y municipales hacia las comunidades. Para objeto de la explicación

alrededor del concepto sobre autogestión social, nuestra

orientación se vinculará estrechamente a la otra variante, aquella que se articula en movimientos comunitarios surgidos de abajo hacia arriba, en organizaciones de base, generadas desde el interior de la comunidad, dado que en estos espacios territoriales, se gestan y articulan

las

relaciones horizontales de igualdad entre cada uno de sus miembros.

Junto con lo anterior se abordará, cómo se podría desarrollar una acción complementaria por parte de profesionales de las ciencias sociales en general y en específico como

el/la

psicólogo/a social comunitario puede desplegar sus herramientas como catalizador de procesos que encaminen a la transformación colectiva, quienes desde una praxis comunitaria autónoma a la visión desde arriba podrían posibilitar el cambio transformador, el eje de esto está mediado por la generación del auto-diagnóstico y promoción de la autoorganización de base. Es en esta relación que el presente capítulo, busca generar una reflexión contemporánea del uso de la autogestión social desde las relaciones de base en proceso de intervención participativa territorial, y cómo las herramientas de las ciencias sociales en general y la psicología social comunitaria en particular, podría contribuir en la gestación de praxis 113 comunitaria.

113

Entendemos por praxis aquella relación entre teoría y práctica, la cual genera una nueva relación dialéctica enmarcada en un proceso dialógico de acción y conocimiento transformador, ligado al modelo metodológico de intervención social de la IAP, para el trabajo con y en comunidades. 97

I. Qué se entiende por acción comunitaria.

Se entiende por acción comunitaria todas aquellas reflexiones y actividades previamente planificadas que se llevan a cabo por parte de los miembros de una comunidad, donde los actores sociales ejercen el poder de decisión sobre temáticas de interés y producen acciones para la modificación de éstas en el espacio social del territorio al cual pertenecen. Para Xavier Úcar (2009) la acción comunitaria nace de la simbiosis entre dos conceptos muy ricos y profundos en significados y contenidos, estos son acción y comunidad, (entre algunos otros), en este sentido podemos apreciar que se encuentran interrelacionados y su ejecución, es realizada con los miembros de una comunidad específica, o también, junto a profesionales del área social, centrando su objetivo, el cambiar algunas situaciones detectadas como problemáticas.

Según Marisela Montenegro:

“El reconocimiento del carácter histórico de los conocimientos sobre la realidad y naturaleza transformable de la misma permiten pensar que a través de la reflexión y la acción del grupo comunitario es posible introducir transformaciones en lo que es percibido como problemático en un contexto dado” (Montenegro, M., en Musitu, Herrero, Cantera, Montenegro. 2004:24).

A su vez, Úcar agrega otra variante y analiza que existe una emergencia de lo comunitario, donde estaría relacionada con los cambios que presenta la sociedad contemporánea, que por un lado se visualiza una creciente individualización que ha ido reconfigurando las relaciones sociales, pero también, en este caso, la vuelta a lo comunitario podría ser interpretada como una respuesta a las situaciones o problemáticas derivadas de los citados cambios globales en las relaciones sociales.

98

En este caso particular, nos centramos en el territorio físico, pero es innegable que lo virtual presenta hoy un creciente camino en las comunidades (virtuales), sin embargo dicha emergencia se podría caracterizar en las implicancias actuales donde “lo comunitario es un recurso para la política pero es, también, un recurso político al servicio de la ciudadanía” (Úcar, X., 2009). Es importante identificar que la acción comunitaria, como recurso político al servicio de actores sociales, permite una construcción colectiva y cotidianamente sostenida, con un marcado acento en las relaciones interpersonales que configuran un dinamismo, por que integran al individuo y generan nuevas relaciones vinculares. Es en esta relación, que se encuentra la emergencia, como una aspecto relevante al momento de pensar la intervención situada en una comunidad, donde el constructo de significados se articula relacionalmente entre actores sociales, y el/la profesional que interviene debe comprender desde la posición del contexto situado, es decir inmerso en la realidad del entorno territorial, vinculándose con dichos actores para asimilar relacionalmente la información y no caer en posiciones “sabelotodo” distanciándose de un supuesto objetivismo profesional. Por lo cual, la acción comunitaria estaría enmarcada en un proceso de inicio cuando la comunidad identifica la temática a trabajar y en conjunto, con el profesional, determinan los pasos a seguir, es allí que se va gestando relacionalmente un proceso articulador (actores e interventores/as situados/as), que gestan el devenir del futuro en nuevas prácticas horizontales, pensadas para generar algún cambio social, estimulando la acción colectiva sistemáticamente para poder hacer aquello digno de transformar, con una perspectiva horizontal. Hicimos mención de una perspectiva horizontal en la acción comunitaria dado que establece una igualdad entre cada persona y encamina la transformación, de tal forma viene hacer una orientación relevante para pensar un tipo acción comunitaria dialéctica y con compromiso crítico, así articular el fortalecimiento del tejido asociativo y centrarse en procesos de democratización de las relaciones en la comunidad.

99

Según Xavier Úcar, las acciones comunitarias: “Se dirigen a una toma de conciencia que ayude a las personas y a las comunidades a empoderarse transformándose en sujetos que eligen, de una manera realista, respetuosa y viable, proyectar ‐a partir de su pasado y de la vivencia de su presente‐ su futuro. Las personas y las comunidades se transforman en sujetos cuando toman conciencia de ser en un contexto espaciotemporal determinado y, a través de esta misma toma de conciencia, se ven a sí mismos como sujetos de cambio y de aprendizaje. Las acciones comunitarias pretenden conseguir que las personas y las comunidades elijan y construyan sus propios destinos” (Úcar,X.,2009).

De esta forma hemos delimitado lo que entendemos por acción comunitaria, y destacamos que es una orientación práctica-reflexiva, dado que trabaja con los problemas y necesidades sentidas de las personas en el día a día, ya que es allí donde se desarrolla la vida de los sujetos. Para nosotros es relevante posicionarse desde un compromiso crítico para de esta forma pensar una psicología crítica, como lo planteado por Marisela Montenegro:

“La psicología comunitaria se separa de otras formas de intervención donde la legitimidad de quien conoce la realidad es dada a la persona profesional, menospreciando el conocimiento de las comunidades sobre sus realidades, relaciones y formas de vida. Y, al contrario de éstas, proponen la importancia de recoger tal conocimiento para las propias acciones de transformación social. Por lo tanto la psicología comunitaria constituye una opción de psicología crítica hacia los principios epistemológicos del positivismo al proponer que se involucren, mediante la participación, las personas implicadas en la mejora de sus condiciones de vida” ( Montenegro, M., en Musitu, Herrero, Cantera, Montenegro. 2004).

100

II. Hilando una metodología horizontal para la generación de una intervención dialógica en el territorio. Para comenzar a hilar las relaciones interpersonales en el espacio colectivo, es necesario generar una aproximación a lo referente a una metodología horizontal, para llevar acabo esa aproximación, es indispensable un real componente de participación, sin esto difícilmente se podría generar un contexto colectivo, que articule ideas y prácticas, buscando intervenir en el diario vivir de los sujetos. En otro aspecto, la capacidad de poder hacer, por parte de la misma comunidad en la acción comunitaria de base, pensada en la presente concepción de la autogestión social, estaría centrada en la asamblea como motor organizacional al momento de reflexionar, decidir y actuar, a esto se podría agregar las palabras de Eduardo Colombo, “En el espacio político común e igualitario de la asamblea , el poder es el resultado de la acción de todos/as. Y ese poder es antes que nada una capacidad de hacer o decidir”(Colombo,E.,2006), en consecuencia la acción comunitaria pensada desde el centro de la asamblea, genera dicha capacidad de hacer y/o decidir desde abajo, configurando su funcionamiento en articulación plasmada para el desarrollo organizacional de la propia base comunitaria, así se invierte la visión desde arriba para construir un articulación desde abajo, plenamente horizontal. Esquema N°2 : La asamblea como metodología horizontal de acción-reflexión-acción.

As a mb l e a

Decidir

Reflexión

Actuar

Fuente: Elaboración propia. 101

El esquema N°2, aborda el espacio de la asamblea como instancia que articula autoorganización en la acción comunitaria, dado que configura en un aspecto la reflexión, el decidir y así el colectivo

ejecuta

ciertas

acciones

zanjadas

por

cada

uno

de

los/as

integrantes.

En otro aspecto, la variante de autoorganización gira completamente al común de las intervenciones que vienen desde una delimitación de políticas de instituciones jerarquizadas, y tal como lo expresa el esquema anterior, vemos una relación plenamente horizontal, que determina el devenir de su propios pasos, estructurados en la movilidad del conocimiento y acción, con una orientación autónoma. Según Ana Rosa Lorenzo & Miguel Martínez (2005), la asamblea es un espacio de autoorganización, que requiere ciertos pasos para su óptimo funcionamiento, la evaluación permanente

y

la observación por parte de los participantes, debería ir con el tiempo

depurando la práctica cuando ya está conformado el grupo gestor, dicho grupo debe articularse desde la siguiente visión de trabajo:

“Las asambleas son el instrumento práctico más definitorio de la organización democrática e igualitaria. Por su parte, las reuniones, como manifestación del trabajo en equipo han demostrado dar respuestas más creativas y productivas que las valoraciones y decisiones tomadas unilateralmente. Las asambleas y reuniones, por lo tanto, confieren sentido social, comunitario y cooperativo a la autogestión de cualquier colectivo. Por eso han de dotarse de instrumentos que permitan la puesta en práctica de estas cualidades, superando las dificultades” (Lorenzo,M., & Martínez. 2005).

En este sentido, para ir configurando este andar en una visión horizontal referente a metodologías en trabajo “con y en” la comunidad, Freitas (2002) señala que a lo largo de los años en Latinoamérica, se han usado innumerables recursos metodológicos en psicología social comunitaria, para obtener información sobre las poblaciones abarcadas y encaminar nuestras prácticas en comunidad. 102

De esta reflexión describe los siguientes puntos: 1) Registrar la dinámica y la estructura de la vida cotidiana & comunitaria. 2) Historizar el proceso de construcción de la comunidad en las relaciones grupales en sus dimensiones macro y microsociales. 3) Comprender los determinantes macrosociales de las condiciones concretas de vida. 4) Analizar los significados y sentidos personales atribuidos a la vida individual y colectiva. 5) Identificar la red de relaciones formales e informales que se establece entre los diferentes agentes y actores en la vida comunitaria. Se ha hablado de transformación, pero ¿qué se quiere transformar? , según Freitas (2002) se busca modificar aquello que mantiene estática a la población para que esta identifique condiciones necesarias para la modificación de esta situación, donde los agentes sociales logren crear y ser protagonistas, de su propia historia cotidiana, en las dimensiones individual y colectiva, con un énfasis en el compromiso político, tal como lo describe, el siguiente párrafo: “Intentamos realizar prácticas psicosociales en comunidad, dentro de una perspectiva de la participación conjunta y dialéctica entre profesionales y comunidad, buscando la construcción y fortalecimiento de una conciencia política dirigida a la transformación social” (Freitas, 1998c en Freitas, M. F. Q., 2002).

Podemos agregar a esto, que esta visión complementaria se estructura en intervenciones participativas que generen dinámicas de intercambio horizontales, donde ser parte del proceso integre investigación, educación y acción, implementadas colectiva y solidariamente (Montero, M.,2006).

103

El siguiente esquema refleja una propuesta de praxis complementaria para la construcción de grupos gestores que estén situados en contextos comunitarios y estos generen intervenciones participativas con un énfasis en una visión crítica y horizontal, es ahí el acento que el concepto de autogestión social establece, la necesidad de construir una propuesta desde las bases sociales en torno a re-crear la vida social misma. Esquema N°3: perspectiva metodológica para la intervención dialógica.

Práctica en comunidad para la generación de experiencias 3

Constitución de grupo gestor 2

Participación

Ideas / anhelos de transformación Colectiva 1

Construcción de sujeto colectivo & sistematización de experiencias. 4

Fuente: Elaboración propia.

Junto con lo elaborado en este esquema para la promoción de intervenciones dialógicas, es pertinente trabajar con técnicas que faciliten el trabajo con y en comunidades, es por eso que establecemos 2 variantes relevantes, tales como las observaciones participantes, dado que su fin es conocer desde una posición interna, eventos, fenómenos o circunstancias a los cuales no se podría acceder desde una posición externa no participante (Montero,M.,2006). Otra técnica son las entrevistas participativas con informantes claves y/o grupos activos en la comunidad, esta 104

forma de entrevista se realiza colectivamente porque se trata de reunir a un cierto número de personas (pequeño), en función de ese saber o interés común 114. De tal forma propiciar un dispositivo horizontal que promueva la autoorganización desde la asamblea como dinámica configuradora de relaciones interpersonales, no es fácil, requiere esfuerzo y disposición de trabajar de esa manera, así ir aglutinando tanto las subjetividades e intersubjetividades entre los miembros y generen propuestas concretas de articulación comunitaria, sincronizadas en un hacer grupal, donde vayan aprendiendo y creando al unísono, de tal forma propiciar el trabajar en conjunto. Para que las asambleas ayuden articular el proceso de conformación del grupo gestor y el posterior desarrollo, hemos tomado algunas nociones de referencia planteadas por Ana Rosa Lorenzo & Miguel Martínez (2005), para así avanzar en un desenvolvimiento óptimo, asambleario y horizontal: 1. Eficacia y/o claridad de los objetivos : Tienen que cumplirse con calidad los objetivos y

la misión para los que fue convocada la asamblea. Esto implica que se aborden todos los temas que fueron fijados en el orden del día, que se tomen las decisiones que estuviera contemplado tomar y, además, que haya garantías de que sean buenas decisiones (factibles y convenientes). En el caso de que hubiera algún punto a resolver que fuese informativo, que la información sea completa, comprensible y bien entendida. Además, el cumplimiento de los objetivos debe conseguirse en el tiempo fijado, no basta hacerlo bien, sino también resolver a tiempo las cuestiones. 2. Participación democrática: Deben ser escuchadas y tomadas en consideración todas

las opiniones y sugerencias, fomentando la aportación de todas las personas implicadas. Decisiones deben tomarse sin imposiciones ni coacciones, preferiblemente por consenso y, si no es posible, por votación mayoritaria, formulada con anterioridad a su realización. 3. Relaciones personales: Deben ser de cordialidad y cooperación, clima de trabajo debe

ser agradable, basado en respeto mutuo, deben resolverse los conflictos de forma no violenta y debe propiciarse la confianza suficiente para abordar los temas y favorecer la comunicación y el acuerdo. 114

Para profundizar respecto a estas dos técnicas: Maritza Montero. Hacer para transformar, el método en la psicología comunitaria. Buenos Aires:Paidos,2006. 105

III. Re-generando una aproximación de acción profesional complementaria en la intervención participativa desde el movimiento popular. A lo largo de esta investigación, se ha ido referenciando un planteamiento de compromiso crítico con las comunidades, a partir de esta perspectiva creemos necesario que hoy los profesionales de las ciencias sociales que adhieren a dicho compromiso, puedan desarrollar esta perspectiva con los actores sociales que se encuentren en procesos de articulación en comunidades organizadas desde abajo y/o alentar la creación de las mismas. Sin embargo no basta con ejercitar un pensamiento crítico, consideramos atingente reflexionar en qué lugares y/o espacios sociales aparte de la academia, se podría desarrollar aquel pensamiento crítico, consideramos necesario plantearse la extensión hacia el desarrollo y despliegue material de un pensamiento comprometido con el contexto comunitario, y en este aspecto darle un volver al sentido de configuración histórica de aquella psicología social comunitaria que nació en trabajos de base por toda Latinoamérica. Visualizamos la problematización de ir más allá de ser una disciplina eminentemente interventora, pero de vez en cuando muy planificada que llega a olvidar el mencionado cambio social crítico y liberador de los pueblos, dado que actúa a partir de objetivos ya trazados por políticas de gobiernos de turno, es ahí donde consideramos que radica una tensión referente al plantearse una

construcción de tejido asociativo crítico y autónomo a los lineamientos

configuradores desde arriba. Cuestionar ciertos dispositivos de control social y subjetivo, de formas de organización y cómo intervenir en el territorio es el aspecto que podría entenderse como un complemento en esta mirada de intervención participativa para nutrir el despliegue de subvertir aquellas lógicas y aspectos, que mantienen el status quo, de esta forma encaminar el devenir crítico, que se pueda materializar más allá de la academia y de lo limitado de los espacios laborales -asalariados- que ofrece el mercado, donde algunas miradas de intervención giran en torno a visiones clientelistas o asistencialista, en el desarrollo del propio sistema neoliberal.

106

V. CONCLUSIONES Y REFLEXIONES FINALES

Se concluye finalmente que esta investigación permite aportar en al ámbito de la psicología social comunitaria, dado que indaga un tema poco abordado, problematiza y profundiza algunos aspectos en relación conceptual de la autogestión social para la disciplina. En el primer capítulo profundizamos aquella ambigüedad, describiendo las diversas formas erróneas de entender aquello como autogestionario, delimitando lo que se entiende por autogestión como una concepción colectiva, de base y horizontal con un uso y valor centrado en la transformación social crítica. Por ello, consideramos necesario distinguir y hablar de heterogestión como una concepción diferente y opuesta a la autogestión, frente a lo cual poder establecer una superación de aquella ambigüedad conceptual y así concretizar coherentemente el sentido y el uso de cada una de estas en el ámbito de las ciencias sociales. Al centrarse en esta concepción, autogestión social, es reflexionar en torno a los procesos de larga duración, en ese sentido el segundo capítulo explora aquella relación de experiencias y prácticas que han estado situadas a lo largo de la historia social, esto nos ayuda a entender que el concepto a ido modificándose en los procesos históricos, por lo mismo aquel anhelo de autogestión citado en la experiencia de la comuna de París es una de las raíces del presente, sin embargo, esta se ha ido robusteciendo en la articulación del devenir contemporáneo del concepto, así entender que la autogestión social es el reflejo de un recorrido por altos y bajos, el cual al trascurrir el tiempo se adapta según el contexto, y si bien existen ideas y elementos matrices, en la actualidad configura una identidad asociada a movimientos sociales de base más allá de la noción clásica en torno a emprendimientos económico productivos como motor de cambio social, sin embargo, se encuentra presente el mismo sentido de aquellos grupos sociales de antaño en buscar construir otro tipo de sociedad, pero en la actualidad se encuentran con mayores experiencias y herramientas aquellas instancias territoriales que se articulan desde la autogestión social, pero la poca capacidad de las propias instancias de base que se relacionan con el tema autogestivo presenta mínimas de difusiones, sistematización y elaboraciones a partir de sus propias experiencias y prácticas.

107

Por ello que consideramos que la autogestión a quedado en el pueblo como una característica de hacer práctica, que no es internalizada y gira constantemente alrededor del aprender haciendo, es ahí el desafío de sistematizar las prácticas para potenciar la experiencia y repensar lo hecho, aspecto que resaltamos cuando nos referimos a la “acción-reflexión” y la importancia de dar consistencia al conocimiento situado que adquieren los actores sociales, para que estos se potencien colectivamente. El recorrido histórico de la autogestión se despliega en el actual concepto de autogestión social dado que presenta una base matriz (raíz libertaria), aspecto que algunos usan conscientemente y reconocen aquella raíz, en tanto otros desarrollan un uso inconsciente, por que ignoran de dónde proviene el concepto. Si abordamos el aspecto del uso consciente (cuando se señala e identifica su raíz libertaria) en cuanto se rescata como una concepción que proporciona el anarquismo, entendido este como una doctrina política y filosófica, que define a la autogestión como una herramienta de emancipación social, sin embargo, el propio desarrollo del anarquismo en cuanto a la temática autogestionaria, se encuentra identificada en la corriente comunista libertaria, como aquella que logra sentar las bases y materializar en algunos períodos de la historia de la humanidad, aquello que el común menciona como autogestión, siendo el caso de mayor visibilidad con la revolución española de 1936 a 1939. En un aspecto de un uso inconsciente, es cuando se usa y se ignora completamente su raíz de gestación, siendo una mención que no reflexiona en torno al concepto en sí, materializando una mención reducida, difusa y reproductora de ambigüedades, por lo cual entrampa la claridad conceptual y se pierde en una idea vaga, sin reconocer la propia historia del concepto de autogestión, en menor medida algunos se identifican dentro de esta categoría de un uso inconsciente para no reconocer a la autogestión, como una propuesta comunista libertaria, es decir una concepción claramente anarquista. La autogestión tiene una raíz libertaria dado que refleja en la forma de abordar la reflexión y uso práctico para aproximarse en las búsquedas de la transformación social, ya que promueve la igualdad sobre toda las cosas, buscando invertir la estructura social, vemos que propone generar una sociedad sin clases, promociona la colectivización horizontal en base a la ocupación de los espacios comunitarios, usando los medios de producción en beneficio de su 108

conjunto, con la idea fuerza de solidaridad, sin beneficio individualista; propone crear grupos con una organización de cargos rotativos y horizontales. Al investigar y establecer una conceptualización crítica para la transformación de la acción comunitaria, concluimos que el concepto de autogestión social, se posiciona desde una visión que refiere a un pensar de cómo se podría regenerar la articulación de base, centrada en el hacer constante, aquella acción debería ir proyectada a un constructo dialógico horizontal, que se va regenerando en el entorno de la base social. Para ampliar dicha reflexión observamos un caso puntual -como muestra de otras experiencias en países de Latinoamérica-, en este caso con la Federación de Organizaciones de Base (FOB) de Argentina, organización que en su interior agrupa y estructura horizontalmente a varias instancias organizativas de base, formando una gran organización que sirve de nicho de convergencia, agrupamiento y de fortalecimiento, las cuales se orientan desde una perspectiva autónoma y autogestionaria. Corroborando que la autogestión es eminentemente colectiva y gregaria. Es por eso que consideramos conveniente, al momento de plantearse un avance de articulación comunitaria de este tipo, presentar una propuesta de praxis complementaria en la intervención participativa, desarrollando un par de esquemas y cuadros que permitirán orientar el uso del concepto de autogestión social alrededor de una aplicación metodológica en torno a la generación intervenciones dialógicas. Problematizar y elaborar una forma de intervención participativa en las organizaciones de base, es un desafío para la disciplina, es por eso que denominamos como una praxis complementaria que podría ser utilizada con quienes se sienten identificados con el concepto autogestión social, así potenciar articulaciones en los territorios con un sentido dialéctico horizontal, donde no solo lo experiencial sea un recurso, avanzar en un hacer constante que reproduzca una lógica y conocimiento para los propios actores sociales, así se sientan con la capacidad de pensar y actuar, recrear su propio camino sin depender de otros/as. En este sentido, la propuesta complementaria se encuentra ligada a una elaboración situada desde abajo que reproduzca un dispositivo articulador del pensar y hacer crítico, porque no basta con elucubrar, hay que intervenir en lo social e irradiar dicha crítica, a través del 109

entretejido asociativo con propuestas concretas de transformación, pleno sentido de comunidad horizontal y autónoma, para materializar un creciente grado de participación que gire en torno a dar legitimidad y construir procesos de subjetividad y organización social propios. Si se avanza en niveles de organización, sería relevante que dichas instancias sociales se conecten e interactúen con otras instancias semejantes, de esta forma no aislarse e ir articulando tejidos asociativos sinérgicos de mayores amplitud, donde la coordinación pase a convertirse en instancias federativas con un cuerpo sólido y solidario entre ellas, reflejando en cada uno/a de los/as integrantes el marco de horizontalidad y unión. En ese aspecto de lo colectivo y comunitario, presenta una relevancia para el ejercicio del rol del psicólogo/a, porque permite ir fomentando y empoderando a la base, de esta forma desplegar herramientas para el fortalecimiento del equipo humano que se va organizando en los mencionados grupos gestores, dichos grupos son quienes articulan los recursos humanos para dar sustentabilidad a las propuestas situadas en los contextos comunitarios, donde la psicología social comunitaria es promotora del cambio social y no impone como avanzar, dialoga para que los grupos organizados decidan. En consecuencia la base del concepto “ Autogestión social” son los grupos gestores quienes a partir de la falta de visibilidad y la marginalización de la propuesta autogestionaria, deberán fortalecer su apuesta como organización independiente a los lineamientos gubernamentales y privados con fines lucrativos, son estas organizaciones sociales, aquellas instancias que históricamente se han organizado desde abajo, que deberán potenciar su protagonismo en el devenir colectivo y en un proceso de larga duración.

110

VI.

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