¡Aún estamos a tiempo! Las fotografías inéditas de José María Albero, Terrassa 1968

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Descripción

¡Aún estamos a tiempo! Las fotografías inéditas de José María Albero, Terrassa 1968 (Artículo para el Diari de Terrassa, junio de 2010) © Laura Terré

¿Cual es la diferencia entre un fotógrafo profesional y un fotógrafo amateur? Uno se gana la vida con la fotografía, el otro se gasta la paga extra comprando material. Pero, más allá, en sus fotos... ¿podemos diferenciar la obra de un fotógrafo amateur de un fotógrafo profesional? Quizá no, si el segundo fuera capaz de mantener un alto nivel de pasión en su trabajo. En la fotografía española, durante la dictadura, había pocos, poquísimos fotógrafos profesionales. La prensa tenía escasa necesidad, casi ninguna, de publicar reportajes. El margen de la censura era muy estrecho. Las fotos de los acontecimientos oficiales las resolvían siempre los mismos: aquellos profesionales que tenían el privilegio del carnet de prensa, que venía a ser, en definitiva, un salvoconducto del régimen para poder sacar la cámara en la calle. ¿Qué haría un fotógrafo que quisiera ganarse la vida fotografiando aquello que no se iba a publicar nunca porque no interesaba a la prensa? La diferencia entre un fotógrafo profesional de aquel tiempo y un amateur es que solamente a este último le seguían apasionando aquellos temas impublicables. Le apasionaba fotografiar hasta el punto de cargar la cámara los domingos y descuidar a su familia siguiendo el duende. Así cada loco con su tema: Colom en el Barrio Chino de Barcelona, Pérez Siquier en las playas de Almería, Cualladó en los veraneos en Asturias, Juanes en las romerías, Terré en las procesiones... Eran también muy pocos los que fotografiaban: en la calle prácticamente no se veían cámaras apuntando a la vida... Y aunque la dictadura aplastaba cualquier manifestación de pensamiento o cultura, estos fotógrafos seguían sintiendo la calle seguía viva en la expresión del amor, de la fiesta, de la amistad, de la infancia...

(c) Laura Terré. ¡Aún estamos a tiempo!Las fotografías inéditas de José María Albero, Terrassa 1968

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Lo vemos claramente en estas fotos de Josep Maria Albero (Terrassa 1934), un amateur silencioso que animó en su juventud la Agrupación Fotográfica del Círculo del Comercio de Terrassa, fue un miembro activo del grupo Afal de 1958 a 1963 y a partir de esta fecha compartió soledades con sus compañeros mussols, de los que este diario ya presentó el trabajo de Josep Bros.

A fotógrafos como estos -amateur, silenciosos y constantes- las pequeñas comunidades les deben la memoria de lo que fueron. Más que aquellos que trabajaron en busca de la actualidad de las noticias, de la foto publicable, estos fotógrafos fueron guardando con amor y fe en el futuro todo aquello que les hizo vibrar en las calles a través de la luz. Sus archivos están llenos de tesoros que hablan de nosotros, de aquel tiempo irretornable, demostrando que más allá de los actos oficiales del caudillo recogidos en la prensa, más allá de los paisajes maravillosos ganadores de los concursos en las agrupaciones fotográficas, hubo una comunidad que supo guardar el fuego de la solidaridad, de la vida en común, que amaba y jugaba como hoy, como en todos los tiempos. La fotografía universal se ha nutrido de estos archivos. ¿Cuanto vamos a tardar en Catalunya a reconocer el valor de ese tesoro? ¿Tanto que no podrán gozar sus autores de la emoción del encuentro entre su fotografía y el público, única ambición de los fotógrafos amateur? ¿Tanto que se correrá el peligro de que se pierdan, de que se olviden para siempre? (c) Laura Terré. ¡Aún estamos a tiempo!Las fotografías inéditas de José María Albero, Terrassa 1968

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Un ejemplo de todo esto son estas fotografías inéditas de Josep Maria Albero en las que descubrimos lugares ya desaparecidos poblados por gente como nosotros. Seguro que incluso, y todavía, reconoceremos a alguno de los nuestros: un tío, un primo, un amigo de la infancia... En su obra personal, Albero apenas se interesaba por la fotografía de reportaje. Siempre fue un esteta que prefirió extasiarse ante un muro con graffiti, ante las irisaciones de un simple charco, que narrar cualquier acción con imágenes. Aún así, Albero no pretendía burlar a nadie. Sus fotografías abstractas, tanto las que hizo en blanco y negro como las de color, tienen una riqueza de valores y un rigor y honestidad sorprendentes. Como si le fuera la vida en ello, Albero siempre se ha esforzado por descubrir universos, personajes y paisajes en la trama diminuta de una textura. Les recuerdo todo esto porque así entenderán la responsabilidad y la tenacidad con las que Albero afrontó este reportaje de la cercavila de la Festa Major de Terrassa del año 1968. Su manera de entender las vistas elevadas de las calles -con sus coches y los claros entre los grupos de gente- como si se tratara de cultivos vistos al microscopio. O esa fachada llena de gente, que resuena en texturas y repeticiones, convertida casi en el grafismo de un pentagrama. Y la reiterada elección de primeros planos desenfocados -para empujar nuestra mirada hasta ese tercer plano desde el que nos mira atentamente una majorete, un niño...- me recuerdan inexorablemente aquellas breves naturalezas muertas en las que Albero se recreaba entre las piedras, la vegetación y agua. Él -otro fotógrafo tímido que seguro que renunció al reportaje por falta de soltura- nos premia con este secreto de su archivo. Gracias a su silencio, al sigilo con el que trabajó, hoy podemos contemplar nuestra historia, ese clamor que atravesó el desierto, narrado mediante un poema sensible atento a todos los detalles. Que sea esta publicación un primer paso para el reconocimiento de este gran fotógrafo, este silencioso amateur, que... ¡aún estamos a tiempo!

Laura Terré Vilanova i la Geltrú, junio de 2010

(c) Laura Terré. ¡Aún estamos a tiempo!Las fotografías inéditas de José María Albero, Terrassa 1968

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