Auge y caída de la acuñación a volante. Su reflejo en la medalla española

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Descripción

XIV Congreso Nacional de Numismática, Madrid 2011, pp. 323-348

Auge y caída de la acuñación a volante. Su reflejo en la medalla española (1)

Julio Torres Museo Casa de la Moneda RESUMEN

En un plazo de treinta a cuarenta años, a principios del siglo XIX pero con una velocidad casi propia del siglo XXI, se produjeron los mayores perfeccionamientos en las prensas de volante, que se venían aplicando a la fabricación de la moneda desde principios del siglo XVII y que a lo largo del siglo, y sobre todo por motivos prácticos, serían sustituidas definitivamente por nuevas prensas basadas en diferentes principios mecánicos. Esa evolución, en la que intervinieron el suizo Jean-Pierre Droz y el francés Philippe Gengembre, ha quedado inmortalizada en cuatro medallas o tipos de medallas españolas, algunas de ellas se conservan en el Museo Casa de la Moneda, y son las que se presentan en esta comunicación. El tercer personaje clave en esta importación de tecnología fue Mariano González de Sepúlveda, el grabador español que aprendió el método del primero de ellos en los primeros años del siglo, y se afanó para conseguir la compra de una serie de instrumentos que consideraba indispensables para el avance de su arte en España. Años más tarde él mismo sería el introductor del método de Gengembre.

ABSTRACT Taking place within a period of thirty to forty years in the early 19th century but with a speed more in keeping with the 21st, the greatest enhancements were made to the screw presses that had been used in the manufacture of coinage since the beginning of the 17th century. These screw presses, mostly for practical reasons, would be permanently replaced during the course of the century by new presses based on different mechanical principles. That process of development, facilitated by the Swiss Jean-Pierre Droz and the Frenchman Philippe Gengembre, has been immortalized on four Spanish medals or medal types. Some of these are kept in the Casa de la Moneda Museum, and they are the ones that we present in this paper. The third key personage in this import of technology was Mariano Gonzalez de Sepulveda, the Spanish engraver who learnt the method from the former of the afore-mentioned during the first few (1) Este trabajo pertenece a una serie con el título en común “Auge y caída de la acuñación a volante”. La serie estará compuesta, al menos, de otros dos artículos que ya están en preparación, el primero dedicado a Jean-Pierre Droz y Philippe Gengembre (TORRES, en prensa), y el segundo a Mariano González de Sepúlveda y Apolinar Rubio (TORRES 2010); otros dos trabajos, aún en proyecto, tratarían de la figura de Santiago Malacuera y de la prensa de volante en general y en particular de las de Droz y Gengembre, así como de otros instrumentos monetarios relacionados con las medallas presentadas en esta comunicación.

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Julio Torres years of the century. He strove to complete the purchase of a series of tools that he considered essential for the advancement of his art in Spain. Years later he would be the one who would introduce Gengembre’s method.

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Aunque el título de esta comunicación parece aludir a un momento de auge y otro momento de caída de una tecnología, en realidad se trata del mismo momento, el de máximo esplendor de la tecnología de acuñación con prensas de tornillo, conocidas como prensas de volante, screw presses o balanciers monétaires. La caída no se debió a una decadencia, sino a la aparición en paralelo de una nueva tecnología mucho más productiva y cuya menor violencia se traducía en un ahorro de cuños. En esta comunicación se presentan solamente medallas relacionadas con las últimas prensas de volante, en primer lugar por motivos de extensión, y en segundo lugar porque las medallas dedicadas a las nuevas prensas que tenemos en el Museo Casa de la Moneda (MCM) quedan eclipsadas por estas, tanto en cantidad como en entidad. Sin embargo, he querido mantener la idea de “auge y caída” porque creo que define un momento histórico. Las prensas de volante han podido tener otros momentos de auge, pero sólo uno de ellos, el último, coincidió con su final o fue, de hecho, su preludio, en pleno inicio de lo que se ha dado en llamar la industrialización de la moneda.

DROZ VS GENGEMBRE Comenzaremos por recordar lo que es una prensa de volante. Se la suele denominar simplemente volante, aunque el volante propiamente dicho es la barra superior giratoria. Esta barra, al girar impulsada por la fuerza humana y por la inercia de dos pesadas bolas colocadas en sus extremos, hacía bajar un tornillo cilíndrico que, a su vez, empujaba a una pieza en la que estaba sujeto el cuño superior, haciéndolo chocar contra un disco de metal llamado cospel colocado previamente sobre el cuño inferior. Esa percusión era la que producía la acuñación, convirtiendo el cospel en una moneda o en una medalla. Pues bien, durante la transición entre los siglos XVIII y XIX, primero el suizo Jean-Pierre Droz y luego el francés Philippe Gengembre idearon y construyeron nuevos modelos que llevaban esta tecnología a sus últimos avances(2). Exteriormente es fácil distinguirlas, pero sus mecanismos son muy semejantes, o, al menos, las ideas principales, que resumo a continuación (DROZ 1802:441-442; PRONY 1803:28ss; DARNIS 1988:178ss): – un cambio en el diseño, las dimensiones y el sistema de fabricación de la rosca. Tanto el macho como la hembra son más alargados que en las prensas anteriores y se fabrican con la ayuda de tornos especiales, mientras que las tuercas se habían fabricado hasta entonces mediante fundición, partiendo de un molde de la rosca macho que, por su parte, se fabricaba manualmente (2) Sobre estos dos personajes, ver próximamente TORRES, en prensa.

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– la incorporación de un nuevo tipo de elemento portador del cuño superior, llamado caja deslizante (boîte coulante). Se introdujo, además, un nuevo mecanismo de soporte del cuño inferior, sobre una rótula, que permitía el correcto paralelismo de ambos cuños – un sistema de alimentación y extracción de las piezas (mano mecánica, main-poseuse, poseur mécanique) accionado automáticamente por el mismo mecanismo que mueve el husillo o tornillo hacia abajo – el origen del movimiento y de la fuerza de percusión seguía siendo la rotación, o más bien el vaivén, de una palanca horizontal con bolas de plomo en sus extremos, aunque optimizado por las mejoras del diseño. El arco de giro de la palanca debía ser el mínimo posible, para que resultase controlable por los operadores y no a la inversa. Cada extremo del volante tenía un juego de correas que servía primero para impulsarlo hacia abajo y luego para ayudar a recuperar la posición superior de reposo. En los volantes de mayor tamaño, para acuñar las piezas más grandes, se utilizaban hasta doce operadores en las correas La principal diferencia entre uno y otro métodos de acuñación, o entre las ideas de uno y otro inventor, estriba en que mientras Droz propugnaba el uso de una virola dividida en varias piezas (virolle brisée) que se abría y se cerraba en torno al cospel permitiendo acuñar el canto con inscripciones en relieve o en hueco en el mismo golpe que el anverso y el reverso, Gengembre desechó la virola partida por pragmatismo, pues a él le interesaba más la productividad que la espectacularidad, e implementó el uso de una virola de una sola pieza (pleine, unie), aunque su máquina se podía usar también con virola segmentada. El uso de algún tipo de virola o anillo era imprescindible a estas alturas, si se quería que todas las piezas tuvieran el mismo diámetro. La virola partida no se pudo usar eficazmente en la fabricación de moneda en París hasta su implantación en las máquinas de volante vertical y palancas articuladas basadas en un movimiento análogo al de la rodilla o el codo (Uhlhorn, Thonnelier) en los años cuarenta (DARNIS 1988:192ss). La prensa de Droz se utilizó en el Departamento de Grabado en Madrid únicamente para acuñar medallas y reproducir troqueles y algunos otros trabajos específicos. Fue finalmente la prensa de Gengembre, también conocida como modelo Austerlitz, la que se impuso a partir de 1833 para acuñar moneda corriente, cuando en algunos países funcionaban ya prensas de palanca articulada, con las que se lograba una presión mucho más precisa y controlable que con las de tornillo, aunque con una calidad inferior. Jean-Pierre Droz había inventado además un método de reproducción o multiplicación de troqueles y virolas exactamente iguales entre sí. El método, como el de la propia acuñación, no era revolucionario, lo difícil era conseguir fabricar el acero y los instrumentos adecuados para poderlo realizar. Mariano González de Sepúlveda (VILLENA 2004:267ss; CANO 2005:231ss; TORRES 2010), hijo del grabador general Pedro González de Sepúlveda, estuvo cinco años (1797-1802, de los 23 a los 28) en París pensionado por el gobierno español para que aprendiera junto a Droz, y volvió convertido en un profesional capaz de manejar e implantar en Madrid la nueva tecnología. Para ello, el gobierno, además de pagar los gastos de Sepúlveda y su compañero Antonio Malacuera, que era XIV Congreso Nacional de Numismática, Madrid 2011, pp. 323-348

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limador en el taller de Talla de la Casa de la Moneda de Madrid, pagó, y generosamente, la fabricación de una prensa de volante y algunos utensilios más. En el MCM se conservan el volante y la cortadora de cospeles, ambos con un diseño semejante, característico del modelo de Droz. El cuerpo del volante no es el original, que se dejó de utilizar en los años ochenta del siglo XIX, sino una reproducción exacta realizada en la Fundición de Artillería de Sevilla en 1893. En el Museo de la Casa de la Moneda de París se conservan también ejemplares tanto del volante como de la cortadora de Droz. De la prensa de Gengembre, además de en París, hay un ejemplar grande en el MCM y uno pequeño en el Museo Arqueológico Nacional (TORRES 1996:137-138 y 1999:170-171). Recientemente he encontrado un boceto o copia de la inscripción que se colocó en el “volante pequeño a la Gengembre” que hoy se conserva en el MAN (Archivo Histórico Nacional, Fondos Contemporáneos, Hacienda, leg. 7375/20). El dibujo, cuyo texto tiene algunas diferencias con la inscripción real, incluye, debajo del cuadro con la inscripción propiamente dicha, las atribuciones habituales en los grabados: “Porto Mondragón lo dibujó” y “F. Miranda lo grabó”. Tres hermanos apellidados Porto Mondragón trabajaron en el Departamento de Grabado. Uno de ellos, Benito, fue quien grabó, según HERRERA (1914:493) la medalla dedicada a la implantación en España del método Gengembre. Francisco González Miranda era ayudante de talla.

LAS MEDALLAS En este trabajo voy a presentar 32 ejemplares correspondientes a cuatro tipos de medallas diferentes. La ventaja de tener varios ejemplares me ha permitido extraer algunos datos e ideas que expondré al final del trabajo, apoyándome también en otros ejemplares conocidos. Las dos primeras fueron grabadas y acuñadas por Mariano González de Sepúlveda para conmemorar o promocionar el método de Droz y de paso a sí mismo como aspirante a una plaza de segundo grabador general, lo que finalmente consiguió el 7 de febrero de 1802 (P07, f. 247r y ss; P08, E 1, f. 43r y M01, E 2, pp. 11-12)(3). La tercera medalla o jetón, está relacionada con el método de Gengembre, y reproduce instrumentos de acuñación. Lleva fecha 1828, pero no he encontrado ninguna información acerca de por qué o para qué fue acuñada(4). La última conmemora la implantación oficial de prensas del sistema de Gengembre en Madrid en 1833, reinando todavía Fernando VII, que falleció ese mismo año. Entre 1797 y 1804, Mariano González de Sepúlveda realizó dos medallas diferentes dedicadas al método de Droz, con los bustos de los reyes en el anverso y un reverso epigráfico, por no decir literario. La primera se suele denominar de la invención del método Droz. Se acuñó en 1801, según (3) Las referencias a los manuscritos de Pedro y Mariano González de Sepúlveda, conservados en el Museo Casa de la Moneda, las hago por la inicial del nombre de uno u otro (P o M), seguido del número de orden del manuscrito, la entrada (E) cuando el cuaderno tiene dos, y el folio (f), seguido de r (cara anterior) o v (cara posterior), o las páginas. (4) Ver, no obstante, TORRES 2010:255ss.

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figura en la propia pieza. Ya en 1799 se había realizado un diseño previo, que Pedro González de Sepúlveda, el padre de Mariano, presentó a Agustín de Betancourt, pero que no fue el que luego realmente se acuñó (P07, encartado entre las pp. 94 y 95). En la carta de envío de la medalla a Carlos IV, Mariano recalcaba que había realizado los retratos del rey y la reina de memoria (P07, ff. 250r-v). En febrero de 1802, coincidiendo con el nombramiento de Mariano como segundo grabador general, se distribuyeron dieciocho ejemplares, por lo que la tirada no debió de ser muy cuantiosa; seis fueron a Palacio, dos a la Academia de San Fernando y otras diez a Manuel Godoy y otros compromisos familiares (VILLENA 2004:362-363; P07, f 254v, algunas cartas que acompañaban a los envíos se transcriben en los ff. 250ss). El anverso de algunos ejemplares presenta una marca en el campo que no es una letra ni parece un signo reconocible, en la que insistiré más adelante en el estudio de cuños. Esta primera medalla tiene una curiosa variante, que yo interpreto como una prueba previa, luego desechada, que ofrece el aspecto de los cartwheel pennies (peniques rueda de carro) fabricados en 1797 por Matthew Boulton en su fábrica de Soho, donde había colaborado Droz unos años antes (POLLARD 1968; DOTY 1998:26-45). El grabado de los cartwheel está realizado por el alemán Conrad Heinrich Küchler que trabajó con Boulton desde 1790 hasta su fallecimiento en 1810 (POLLARD 1970). Las leyendas circulares de anverso y reverso aparecen incusas en un listel plano que bordea toda la pieza. Teóricamente, la anchura del reborde, combinada con una altura igual o superior a la de las figuras del campo y las letras incusas, debería servir para facilitar el apilado de las piezas, pero, al menos en el caso de nuestra medalla, se trata de un elemento meramente visual, pues el grabado del anverso supera la altura del borde. Quizá por eso se desechó ese diseño a favor del más tradicional con la leyenda UNION AUGUSTA. También hay un raro ejemplar híbrido, perteneciente a Patrimonio Nacional (VIVES 1916, núm. 192; Patrimonio 2003:376; VILLENA 2004:233) con este anverso tipo rueda de carro y el reverso general de la serie, estando su módulo y peso dentro de la normalidad. Siguiendo con esta línea de interpretación, podría haber sido una prueba intermedia entre el tipo inicial y el definitivo. No quisiera dejar de destacar el estilo levemente críptico de la leyenda central del reverso de esta primera medalla, en el que se adivina una cierta polisemia. Algún autor, sin citar sus fuentes lo señala como una acusación contra Matthew Boulton por la apropiación de la autoría del método(5). La segunda medalla, que llamamos de la implantación o introducción del método Droz en España, se acuñó en 1804. Reproduce más o menos el mismo anverso que la primera, incluyendo la marca no descifrada en las de bronce, y el reverso está dedicado a Manuel Godoy, príncipe de la Paz, que fue el primero en recibirla el 20 de junio de 1804 (M01, E 1, pp. 46-48). Sepúlveda tenía mucha prisa por demostrar las cualidades del nuevo Departamento de Grabado que en esas fechas estaba todavía en proceso de instalación en un edificio que había sido almacén de cristales en la carrera de San Francisco de Madrid y que iba a ser visitado por el rey el 24 de julio (P08, E 1, f 133r.). Seguramente el grueso de las medallas fueron acuñadas con más calma en fechas posteriores. La pieza número 13 de nuestro catálogo carece de la marca en el anverso (como la de tipo rueda de carro); además tiene un color extraño, un acabado demasiado perfecto, y un peso y grosor bajos con respecto a las otras, lo que la hace candidata a ser vista como una imitación de origen, en principio, desconocido. (5) http://www.thecoppercorner.com/history/bw_photos2a.htm (última consulta agosto de 2011). XIV Congreso Nacional de Numismática, Madrid 2011, pp. 323-348

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Las dos siguientes medallas tienen que ver con el llamado método o sistema de Gengembre. Casi veinte años menor que Droz, Gengembre nació el mismo año en que este llegó a París procedente de su Suiza natal (1764), y sus caminos estaban destinados a cruzarse. En los últimos años del XVIII y primeros del XIX ambos personajes coincidieron en París después de sendas estancias en el extranjero. Parece que ambos intervinieron de alguna manera en la campaña de fabricación masiva de los asignados, la moneda de papel emitida en grandes cantidades por las autoridades revolucionarias. A su vuelta de Inglaterra, Droz no ingresó en la Monnaie, la Casa de la Moneda, donde sí trabajaba ya Gengembre como artista-mecánico desde su regreso de una estancia en los Estados Unidos. Ambos tenían buenos pero diferentes apoyos en los círculos del poder. De manera que, en 1803, Droz, tras una etapa trabajando en su taller particular de la rue Hautefeuille 25, fue nombrado Conservador de la Fábrica de Medallas estatal (Monnaie des Médailles), mientras que a Gengembre, que presentó ese mismo año su primer modelo de prensa de volante, se le nombraba inspector general de Casas de Moneda. Como ya hemos visto, el método de Gengembre, o al menos la prensa, que es lo más conocido, era muy semejante al de Droz, y, por tanto, hay que pensar que lo copió en parte, aunque no tengo noticia de que Droz protestara en ningún momento. Droz fue un innovador cuyas mejoras chocaron con la práctica cotidiana de la producción masiva de una fábrica, mientras que Gengembre tenía que hacer funcionar esa fábrica y buscaba innovaciones para solucionar problemas y aumentar la velocidad de acuñación. A partir de entonces las menciones a compras de la prensa de Droz desaparecen o casi, mientras que la de Gengembre se extendió por las casas de moneda de toda Europa. A España llegó tarde, como casi todo, cuando otros países ya estaban adquiriendo y poniendo en uso las prensas del tipo inventado por Uhlhorn y por Thonnelier, basadas en unos mecanismos más eficientes, que terminarían por arrinconar definitivamente a los volantes.

Reverso de la medalla de Apolinar Rubio

Las dos medallas dedicadas a la implantación de este método en Madrid son, sin embargo, dos medallas técnicamente opuestas. Mientras una tiene un aspecto muy rudimentario, la otra es técnicamente perfecta. La primera, que llamaremos la de Apolinar Rubio, constructor de pesos de la Casa de la Moneda de Madrid, que declara en el reverso la factura, si no de la medalla, sí al menos, de los instrumentos representados, tiene hasta tres variantes de leyenda y una variante completa de reverso dentro del conjunto de seis que presento. Todas tienen en el campo de anverso una 328 ––

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prensa de volante del modelo Austerlitz flanqueada por una tosca M coronada a la izquierda y a la derecha una A, y en reverso un conjunto de tres máquinas o instrumentos que, por la leyenda de una de las variantes, sabemos que son un corte, un cepillo y una cerrilla y por la documentación que también eran modelos inventados por Gengembre. El corte es la figura de arriba a la derecha, la cerrilla es la de la izquierda y el cepillo la figura inferior. El corte es la máquina para cortar los cospeles de las láminas de metal, lo que se hacía entonces de uno en uno. El cepillo era una máquina que reducía al peso adecuado las monedas que se cortaban con exceso de peso, y, según Rubio, podía tratar cien piezas de duro por minuto. Y la cerrilla es la máquina que se usaba para imprimir los cantos del cospel cuando no se hacía con la virola. La M coronada sería la marca de ceca de Madrid y la A suponemos que será la inicial de Apolinar que, por cierto, era un personaje bastante ególatra. Para finalizar la descripción de la pieza, vemos que incluye la fecha AN o AÑO 1828. En una de las medallas falta la cifra final del año, pero conozco otra igual con la fecha completa. No podemos afirmar que la medalla haya sido grabada por el propio Rubio, aunque algunas variantes, además de la sigla A, llevan su firma, punzonada, pero desde luego está realizada con escaso esmero o por un grabador no profesional. El último ejemplar (tipo C) tiene un reverso completamente diferente y además voltea como moneda y no como medalla. Apolinar Rubio ingresó en el Departamento de Grabado en 1816, y ya desde 1823, nada más entrar el duque de Angulema en Madrid, empezó a proponer a las más altas instancias la construcción por su parte de estas cuatro máquinas. Tras una serie de peripecias, parece que finalmente las construyó, aunque permanecieron en su poder, pues solo en 1832, tras su fallecimiento, pasan a formar parte del inventario del Departamento de Grabado. Sigue siendo un misterio la realización de esta medalla en 1828, aunque sabemos que en ese año se emprendió una nueva iniciativa de renovación de la acuñación de moneda en España, con el relanzamiento de la Escuela de Grabado y la implantación del sistema de Gengembre en la acuñación(6). La cuarta y última medalla es la que denomino de la implantación del sistema o método de Gengembre en España. Se trata ya de una medalla que podríamos considerar como un producto perfecto desde el punto de vista de la fabricación. Se presentan trece ejemplares, ocho en plata y cinco en cobre, todos iguales entre sí. No he hecho un análisis exhaustivo, pero los rasgos que he contrastado así lo indican. Únicamente los pesos, tanto en el bronce como en la plata, son irregulares, lo que puede deberse a que las medallas no se laminaban con el mismo rigor que las monedas, y a simple vista se aprecia que unas tienen el borde ligeramente más fino que otras. Su grabado estaba atribuido por VIVES (1916:465) a Benito Porto Mondragón, que era en ese momento (desde el año anterior) segundo director del Departamento de Grabado (HERRERA 1914:493); esta atribución se confirma por un inventario de monedas y medallas fechado el 20 de julio de 1867 y otro de 1891 firmado por Gregorio Sellán que se conservan en el MCM. El canto no lleva una leyenda grabada, sino una hilera de lises en relieve que se miran colocando el reverso de la pieza hacia abajo. Se aprecian tres marcas de virola, lo que coincide con la virola de tres piezas ilustrada en el anverso a la izquierda de la prensa. (6) De Apolinar Rubio y del asunto de la construcción de estos cuatro utensilios me ocupo más detenidamente en TORRES 2010:255ss. Sobre las cuatro máquinas puede consultarse Archivo Histórico Nacional, Fondos Contemporáneos, Hacienda, leg. 7655, expte. 15, y leg. 7529, expte. 1. XIV Congreso Nacional de Numismática, Madrid 2011, pp. 323-348

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CATÁLOGO Se describe cada variante y a continuación se indican los siguientes datos de cada pieza: Número de orden, Número de Registro, Número de Inventario, metal, módulo, peso y lugar del anverso en que se inicia la leyenda del canto expresado con la analogía a las horas del reloj. También se apunta el axis (6) en las dos piezas que voltean como moneda. Medalla dedicada a la invención del método de Droz. 1801 Grabador: Mariano González de Sepúlveda (M.G.S.) Tipo A Anv.: UNION AUGUSTA. Bustos del rey y la reina sobrepuestos a dcha. Debajo M·G·S. A la izquierda, marca sin identificar en las piezas 2, 3 y 4. Rev.: J·P·DROZ INVENTOR DEL METODO DE MULTIPLICAR LOS TROQUELES · 1801. En el campo: EVITANDO / EL FRAUDE / DILACION Y GASTOS / IDENTIFICA / LOS SIGNOS Canto: en relieve: ACUÑA SUPERFICIE Y CANTO A UN SOLO GOLPE (Se lee con el anverso abajo). Cinco marcas de virola (virola partida de cinco elementos) Ref.: VIVES 191 (lám. IX-1); VIDAL QUADRAS 14160 Bibl.: PIQUERO y SALINERO 1988, 91 y 92 ; RUIZ, et al. 2003, 305; VILLENA 2004, 77; CANO 2005, 81; ALMAGRO-GORBEA et al. 2005, 444 (con canto liso) 1. Reg. 1041816. Inv. 8179. AR. 39,82 mm. 30,25 g. Canto 6 2. Reg. 1041813. Inv. 87. AE. 39,64 mm. 26,15 g. Canto 5 3. Reg. 1041814. Inv. 95. AE. 39,59 mm. 27,43 g. Canto 10. Axis tipo moneda (6 h) 4. Reg. 1041815. Inv. 8091. AE. 39,49 mm. 26,68 g. Canto 12 Tipo B (Variante de anverso y reverso del tipo A) Anv.: CARLOS*IIII*Y*MARIA*LUISA*REYES*DE*ESPAÑA (incusa sobre un borde plano). Bustos del rey y la reina sobrepuestos a dcha. Debajo M·G·S. Sin gráfila Rev.: J·P·DROZ INVENTOR DEL METODO DE MULTIPLICAR LOS TROQUELES · 1801 (incusa sobre un borde plano). En el campo: EVITANDO / EL FRAUDE / DILACION Y GASTOS / IDENTIFICA / LOS SIGNOS. Sin gráfila Canto: en relieve: ACUÑA SUPERFICIE Y CANTO A UN SOLO GOLPE (base en anverso). Cinco marcas de virola (virola partida de cinco elementos) Ref.: Inédita. Variante con reverso Tipo A: VIVES 192 (lám. IX-2) Bibl.: Inédita. Variante con reverso Tipo A: RUIZ, et al. 2003, 306; VILLENA 2004, 78 5. Reg. 1041817. Inv. 10996. AE. 39,74 mm. 25,79 g. Canto 11 330 ––

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Medalla dedicada a la implantación en España del método de Droz. 1804 Grabador: Mariano González de Sepúlveda (M.G.S.) Anv.: UNION AUGUSTA. Bustos del rey y la reina sobrepuestos a dcha. Debajo M·G·S. A la izquierda, marca sin identificar en las piezas 7, 8, 9, 10, 11 y 12. Rev.: DROZ INVENTO EN PARIS EL MODO DE MULTIPLICAR LOS TROQUELES · SEPULVEDA LO ESTABLECIO EN MADRID 1804. En el campo: AL GENERALISIMO / PRINCIPE DE LA PAZ / POR ESTE BENEFICIO / CONSAGRAN / SU AGRADECIMIENTO / LAS ARTES / EN ESPAÑA (estrella) Canto: en relieve: ACUÑA SUPERFICIE Y CANTO A UN SOLO GOLPE (base en anverso) Ref.: VIVES 196 (lám. IX-6); VIDAL QUADRAS 14163 Bibl.: RUIZ, et al. 2003, 310-312; VILLENA 2004, 84; CANO 2005, 82 ; ALMAGRO-GORBEA et al. 2005, 447-449. SALAT 1818, tomo I, p. 1, dice conocer un ejemplar de esta serie acuñado en platino, propiedad de Antonio Elies y Sicardo. 6. Reg. 1041818. Inv. 26. AR. 39,81 mm. 30,87 g. Canto 6 7. Reg. 1002515. Inv. 9136. AE. 40,19 mm. 25,63 g. Canto 11 8. Reg. 1041819. Inv. 27. AE. 40,19 mm. 26,2 g. Canto 11 9. Reg. 1041820. Inv. 1185. AE. 39,96 mm. 25,83 g. Canto 6 10. Reg. 1041821. Inv. 1191. AE. 40,53 mm. 26,82 g. Canto 4 11. Reg. 1041822. Inv. 2174. AE. 39,87 mm. 25,98 g. Canto 7 12. Reg. 1041823. Inv. 8233. AE. 39,88 mm. 25,86 g. Canto 6 13. Reg. 1002514. Inv. 9135. AE. 39,88 mm. 19,94 g. Canto 5 Medalla dedicada a la construcción de instrumentos por Apolinar Rubio. 1828 Grabador: ¿Apolinar Rubio? Tipo A Anv.: BOLANTE DE BIROLA DE GINGEMBRE. Prensa de volante. A la izq. M coronada. A la dcha. A Rev.: CONSTRUIDAS POR APOLINAR RUBIO. Corte, cerrilla y cepillo. Debajo AN / 1828 Canto: liso Ref.: VIDAL QUADRAS 14259 14. Reg. 1041807. Inv. 8182. AE. 38,1 mm. 25,24 g 15. Reg. 1041808. Inv. 724. AE. 38,13 mm. 25,34 g XIV Congreso Nacional de Numismática, Madrid 2011, pp. 323-348

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16. Reg. 1041811. Inv. 2361. AE. 38,04 mm. 25,35 g 17. Reg. 1041812. Inv. 2400. AE. 38,78 mm. 27,1 g Tipo B Anv.: BOLANTE. Prensa de volante. A la izq. M coronada. A la dcha. A. Debajo, en cartela e invertido RUBIO Rev.: CORTE CEPILLO CERRILLA 182 Canto: liso 18. Reg. 1041809. Inv. 02252. AE. 39,07 mm. 20,66 g Tipo C Anv.: BOLANTE. Prensa de volante. A la izq. M coronada. A la dcha. A. Debajo, en cartela e invertido RUBIO Rev.: COUSTRUIDO POR RUBIO. Sobre división central, M coronada – A rodeadas por tres torres. Debajo AN (o AÑO) / 1828 Canto: liso 19. Reg. 1041810. Inv. 01863. AE. 38,73 mm. 21,28 g. Axis tipo moneda (6 h) Medalla dedicada a la implantación en España del método de Gengembre. 1833 Grabador: Benito Porto (sin firma. HERRERA 1914:493; VIVES 1916:465) Anv.: Prensa de volante. Encima corona radiante. A la izq. virola partida de tres segmentos. A la dcha. virola plena. Debajo, en exergo REAL DEPARTAMENTO / DE GRABADO Rev.: REYNANDO / FERNANDO 7º / Y MARIA CRISTINA / DE BORBON / SE ESTABLECIO EN ESPAÑA / LA ACUÑACION / DE LA MONEDA EN VIROLA / POR EL SISTEMA / DE GENGEMBRE (Adorno de separación) 1833 Canto: lises con base en reverso. Tres marcas de virola (virola partida de 3 elementos) Ref.: VIVES 362 (lám. XVII-4) Bibl.: RUIZ, et al. 2003, 573-574 20. Reg. 1041824. Inv. 130. AR. 34,79 mm. 26,6 g. Canto 1 21. Reg. 1041825. Inv. 583. AR. 34,78 mm. 26,54 g. Canto 1 22. Reg. 1041826. Inv. 2247. AR. 34,76 mm. 26,54 g. Canto 1 23. Reg. 1041827. Inv. 2248. AR. 34,7 mm. 22,29 g. Canto 1 24. Reg. 1041828. Inv. 2249. AR. 34,78 mm. 26,59 g. Canto 2 336 ––

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Auge y caída de la acuñación a volante. Su reflejo en la medalla española

25. Reg. 1041829. Inv. 8140. AR. 34,65 mm. 19,98 g. Canto 1 26. Reg. 1041833. Inv. 131. AR. 34,66 mm. 21,56 g. Canto 1 27. Reg. 1041836. Inv. 2345. AR. 34,71 mm. 23,59 g. Canto 1 28. Reg. 1041830. Inv. 132. AE. 34,44 mm. 16,57 g. Canto 1 29. Reg. 1041831. Inv. 133. AE. 34,93 mm. 20,36 g. Canto 1 30. Reg. 1041832. Inv. 1045. AE. 34,86 mm. 16,72 g. Canto 1 31. Reg. 1041834. Inv. 2250. AE. 34,78 mm. 20,29 g. Canto 1 32. Reg. 1041835. Inv. 2251. AE. 34,76 mm. 16,61 g. Canto 1

ESTUDIO DE CUÑOS Durante el trabajo de estudio y catalogación de este conjunto de medallas, observé algo que parece obvio, que las dos primeras provenían aparentemente de un mismo cuño de anverso, a excepción de la variante B del tipo de la Invención. Como en el MCM conservamos también algunos troqueles y punzones relacionados con las dos primeras y con la cuarta, decidí revisarlos, aunque sin incluir en el trabajo su catalogación, lo que habría aumentado su extensión y, quizá, lo complicaría en exceso. Conté los puntos de las gráfilas y constaté con estupor que la relación entre las piezas acuñadas y los utensilios que presuntamente las fabricaron no estaba clara. Por ello, me centré en el estudio de las improntas de anverso y reverso de las propias piezas de las dos primeras series y también de la cuarta, la de la implantación del método Gengembre. Esta última ha resultado completamente regular, salvo el hecho, extraño, de que en una de ellas, la número 23, la posición relativa de la virola con respecto a anverso y reverso es diferente que en las demás, lo que quiere decir que se han realizado al menos dos tandas de acuñación, quedando la virola cambiada de posición durante la segunda tanda. En las medallas de los dos primeros tipos las marcas de las uniones de la virola indican el uso de una dividida en 5 segmentos, que parece que era lo habitual en las acuñaciones de Droz entre 1794 y 1815 (DARNIS 1982:1008). En cambio, la cuarta medalla fue acuñada con una virola dividida en tres segmentos, habitual desde que fuera introducida en 1830 por Moreau, un mecánico que trabajó en las Casas de Moneda de Burdeos y París (MAZEROLLE 1907:148; DARNIS 1988:190ss). También he observado que en las dos primeras series la leyenda del canto no ocupa una posición fija con respecto a anverso y reverso, circunstancia que he indicado en el catálogo. De la medalla o jetón dedicado a la Construcción de instrumentos por Apolinar Rubio no conservamos ningún material de fabricación, pero es evidente viendo las tres variantes distintas sobre seis ejemplares, que se hicieron al menos tres acuñaciones diferentes, cuatro si tenemos en cuenta que del tipo A he diferenciado dos anversos con ligeras variantes: el de las piezas 14, 15 y XIV Congreso Nacional de Numismática, Madrid 2011, pp. 323-348

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17 y el de la 16. También se aprecia en esta medalla de grosera factura que la leyenda circular ha sido punzonada en el troquel con posterioridad a la gráfila, pues hay letras que se montan sobre los puntos. Mi opinión es que se trata de pruebas de acuñación impresas de una en una o en pequeños grupos que no han podido evitar terminar en el mercado numismático. En el catálogo he hecho constar la variedad de posiciones relativas de la leyenda de la virola en las 12 medallas relacionadas con la Invención y con la Implantación del método de Droz, indicio de diferentes tandas de acuñación entre las cuales se ha variado la posición o de la virola o de los cuños. También he hecho constar el hecho, más extraño si cabe, de que la pieza número 3 voltea como moneda y no como medalla, lo que implica que al acuñarla se situó mal uno de los cuños. A continuación expongo los datos extraídos de la observación de los anversos y reversos y la de los cuños y punzones de las dos primeras series. Lo primero que se aprecia es que todos los anversos de las medallas de cobre menos dos presentan la marca en el campo entre la letra U de UNION y el lazo de la coleta del monarca. Las dos excepciones son, por un lado, el tipo B de la primera de ellas (número 5), que debió de ser en su momento una prueba (seguramente previa), y por ello es menos frecuente, y, por otro, la número 13, cuyo aspecto y peso nos aconsejan considerarla como una reproducción realizada en un metal más estable y ligero que el bronce o cobre de los originales. En la colección de la Real Academia de la Historia también hay al menos una reproducción, solo de anverso, realizada en plomo, pero con un cuño de medalla de plata (ALMAGRO-GORBEA et al., 445); también debe de ser reproducción el ejemplar 444 de la misma colección, acuñado en cobre con cuño para plata y sin virola o con virola plana(7), pues tiene el canto liso, y además tiene un peso excesivo. Otras piezas de cobre de otras colecciones que no presentan aparentemente la marca en anverso podrían haber sido acuñadas con los troqueles para la plata o reproducidas de originales de plata. Como la marca no es ninguna letra o dibujo reconocible, lo interpreté inicialmente como un defecto del cuño, pero la lógica indica que no lo es, ya que está presente en todos los ejemplares normales (y no en los de plata en ninguna de las dos series). Sin embargo, dicha marca no se encuentra en ninguno de los troqueles conservados. También he observado que los anversos de las piezas de plata llevan gráfila de puntos, mientras que los de bronce llevan gráfila de dientes. También hay troqueles con puntos y con dientes. El estudio de cuños que presento a continuación, como ya he anticipado, parte del recuento de los puntos o dientes de las gráfilas, tanto en las medallas como en los troqueles y punzones y, dentro de lo que me ha sido posible, en otras medallas de estas series conservadas en otras colecciones que se indican. El resultado de todo ello ha sido la identificación de cinco anversos y seis reversos diferentes, que se combinan según se expone en los cuadros I y II. El reverso R6, además de las diferencias en la gráfila, tiene algunas diferencias apreciables en la distribución espacial de la leyenda del campo con el resto de reversos de la segunda serie. Nuestro troquel número 9 parece tener esta distribución espacial de la leyenda, pero no tiene la misma cantidad de puntos. En la última columna de ambos cuadros se incluye el punto del anverso que coincide con el inicio de la (7) Las medallas acuñadas por profesionales se acuñaban normalmente con virola (arillo) para controlar su módulo, pero si se trata de acuñaciones irregulares podrían haber sido acuñadas sin virola.

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Auge y caída de la acuñación a volante. Su reflejo en la medalla española Cuadro I Combinaciones de cuños de la primera serie Pieza

Metal

pp A

pp R

Enlace

MCM 2

AE

147

162

A1R3

5

MCM 3

AE

147

162

A1R3

10 12

MCM 4

AE

147

162

A1R3

MAN 1-1

AE

147

162

A1R3

Patrimonioa 305

AE

147

162

A1R3

Villena p. 227b

AE

147

162

A1R3

Coppercornerc

AE

147

162

A1R3

MCM 1

AR

159

162

A3R3

RABASFd

AE/AR

159

162

A3R3

RAHe, 444

AE

159

162

A3R3

RAH, 445

Pb

159

Unifaz

A3

MANf 1-3

AE

155

151

A2R1

MAN 1-2

AE

162

162

A4R3

Pradog 81

AE

168

162

A5R3

6

Procedencias: MCM: Museo Casa de la Moneda. a) Patrimonio Nacional (RUIZ, et al. 2003). b) Colección particular (VILLENA 2004). c) Colección Bill McKivor, http://www.thecoppercorner.com/ history/ bw_photos2a.htm. d) Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (PIQUERO y SALINERO 1988. Las autoras catalogan dos piezas y solo publican una foto que debe de corresponder a la pieza de plata). e) Real Academia de la Historia (ALMAGRO-GORBEA, et al. 2005). f) Museo Arqueológico Nacional. h) Museo del Prado (CANO 2005).

leyenda del canto, siguiendo el método de las horas del reloj aproximado. He marcado con el mismo color cada una de las seis combinaciones que se dan en más de un ejemplar y dejado sin marcar los ejemplares únicos de la muestra. Del examen del Cuadro I podemos aventurar que la primera edición se acuñó regularmente con la combinación A1R3 para el bronce y con la combinación A3R3 para la plata. Del reverso R3 se conserva un troquel (v. Cuadro IV, núm. 6). La pieza 444 del catálogo de la Real Academia de la Historia (ALMAGRO-GORBEA, et al. 2005) procedería, como ya hemos apuntado, de una acuñación irregular efectuada con los troqueles para la plata y con virola lisa, pues carece de leyenda en el canto; además su peso de 35 g es excesivo, estando las regulares de bronce entre 25 y 27 g. Probablemente se acuñó con el mismo troquel el anverso de plomo número 445 del mismo catálogo. Las tres últimas las calificaremos, simplemente, de rarezas. A2R1, sin embargo, podría haber sido acuñada con dos de los troqueles conservados en el MCM (v. Cuadros III, núm. 3 y IV, núm. 5). A5R3 podría ser una reproducción irregular posterior a la acuñación de la serie segunda, pues el anverso A5 me ha parecido idéntico en Prado 81 y en MCM6. La segunda serie, de la Implantación (Cuadro II), habría partido con la combinación A1R5 para el cobre y con el anverso A5 para la plata, que también se usó para obtener algunos ejemplares de bronce. Luego se acuñaron más ejemplares de bronce mezclando troqueles, con el agravante de que ninguno de los troqueles de reverso que conservamos de esta serie se corresponde con ninguno de los tipos de las medallas (v. Cuadro V). Los dos ejemplares publicados del Museo del Prado XIV Congreso Nacional de Numismática, Madrid 2011, pp. 323-348

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Julio Torres Cuadro II Combinaciones de cuños de la segunda serie Pieza

Metal

pp A

pp R

Enlace

MCM 10

AE

147

169

A1R4

RAH, 447

AE

147

169

A1R4

3

MCM 9

AE

147

170

A1R5

6

MCM 11

AE

147

170

A1R5

8

MAN 2-5

AE

147

170

A1R5

MAN 2-10

AE

147

170

A1R5

MAN 2-11

AE

147

170

A1R5

Patrimonio 311

AE

147

170

A1R5

RAH, 448

AE

147

170

A1R5

RAH, 449

AE

147

170

A1R5

MCM 7

AE

147

173

A1R6

11

MCM 8

AE

147

173

A1R6

11

MAN 2-7

AE

147

173

A1R6

MCM 6

AR

168

170

A5R5

MCM 12

AE

168

170

A5R5

6

MAN 2-1

AR + Au

168

170

A5R5

6

MAN 2-2

AR + Au

168

170

A5R5

MAN 2-3

AR + Au

168

170

A5R5

MAN 2-4

AR + Au

168

170

A5R5

MAN 2-6

AE

168

170

A5R5

MAN 2-8

AE

168

170

A5R5

MCM 13

AE

155

170

A2R5

Prado 82

AR

159

173

A3R6

Patrimonio 312

AE + Au

168

159

A5R2

Patrimonio 310

AE

168

169

A5R4

MAN 2-9

AE

168

173

A5R6

6

5

(CANO 2005, 81-82) son dos curiosidades, pues el de bronce de la primera serie tiene un anverso de plata de la segunda y el de plata de la segunda serie tiene un anverso, de plata, de la primera; y he comprobado que no se trata de un baile de fotografías, como podría suponerse. Si eliminamos las combinaciones presentes una sola vez, el anverso A1 se ha utilizado en un 64,52% de los 31 ejemplares revisados, el reverso R3 en el 100% de los 10 ejemplares de la primera serie y el reverso R5 en el 76,2% de los 21 de la segunda serie. Finalmente, constatar que, de los tres troqueles de anverso conservados (núms. 2, 3 y 4), ninguno de los cuales tiene la marca apreciada en las medallas, uno de ellos (núm. 4) podría haberse utilizado para acuñar las medallas de plata y algunas de bronce, un segundo coincide con una de las piezas únicas (núm. 3) y el tercero (núm. 2), que además tiene punzón completo (núm. 1), no casa con ningún ejemplar. El reverso R3 de la primera serie, el más común, cuenta con un troquel conservado (núm. 6). Y hay un reverso R1 (núm. 5), que es raro, pero que casa con el troquel A2 (núm. 3) para acuñar una de las piezas únicas (MAN 1-3). Los troqueles conservados de la segunda serie no casan con ninguna pieza (núms. 8 y 9). 344 ––

XIV Congreso Nacional de Numismática, Madrid 2011, pp. 323-348

Auge y caída de la acuñación a volante. Su reflejo en la medalla española Cuadro III Troqueles conservados de Anverso UNION AUGUSTA Núm.

Pieza

Puntos

Tipo

1

Punzón gráfila de dientes

148

X

2

Troquel gráfila de dientes

148

X

3

Troquel gráfila de dientes

155

A2

4

Troquel gráfila de puntos

159

A3

Cuadro IV Troqueles conservados de Reverso Invención Núm.

Pieza

Puntos

Tipo

5

Troquel gráfila de dientes

151

R1

6

Troquel gráfila de puntos

162

R3

7

Troquel gráfila de puntos

160

X

Cuadro V Troqueles conservados de Reverso Implantación Núm.

Pieza

Puntos

Tipo

8

Troquel gráfila de dientes

166

X

9

Troquel gráfila de puntos

174

X

Se conservan también dos troqueles de anverso y dos de reverso de la medalla dedicada al método de Gengembre, así como un troquel de reverso con una leyenda diferente y el troquel de un timbre seco basado en el anverso de esta medalla. Este último pertenece al timbre en seco utilizado desde 1837 en el Departamento de Grabado que reproduce este anverso con la diferencia de que en el exergo se lee solo MADRID, y, en leyenda circular, DEPARTAM. NAC. / DE GRABADO Y MÁQUINAS / PARA LA MONEDA. Se conservan hojas con este timbrado en la documentación Histórica de la Fábrica (ver, por ejemplo, Archivo Histórico Nacional, Fondos Contemporáneos, Hacienda, leg. 7374/36).

CONCLUSIONES Aunque gracias a la ordenación de las combinaciones de cuños hemos encontrado una cierta regularidad dentro de cada serie, hemos aislado nueve ejemplares que son a la vez únicos e irregulares por sus cuños. Observamos algo que puede ser lógico desde el punto de vista técnico: que se utilizaban troqueles diferentes para acuñar las medallas de plata y las de bronce; en este caso esto solo se aplica a los anversos, posiblemente porque los troqueles epigráficos, con poco relieve, eran más polivalentes. Se han utilizado troqueles de plata para acuñar medallas de bronce, pero no a la inversa, sin embargo, los troqueles para el bronce han resistido más, pues el anverso A1 ha servido para acuñar todas las medallas de bronce regulares y algunas de las irregulares. La primera serie se habría acuñado con tan solo tres cuños, dos anversos y un reverso, las variantes serían XIV Congreso Nacional de Numismática, Madrid 2011, pp. 323-348

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pruebas previas. La segunda serie necesitó tres cuños de reverso. Las rarezas de ambas series serían reproducciones posteriores. La principal conclusión que se puede extraer de este estudio de cuños es la paradoja de que unas medallas dedicadas a alabar el método de multiplicación de cuños iguales entre sí están acuñadas con cuños en los que se aprecian diferencias, lo que implica que no se utilizó el método propugnado para reproducir el conjunto de la pieza con un solo punzón. Si consideramos procedentes de acuñaciones irregulares las piezas con combinaciones únicas, la serie primera estaría dentro de la normalidad, pero la segunda no. Quizá Sepúlveda no fue capaz de reproducir exactamente en Madrid lo que había aprendido en París, o la responsabilidad de la segunda serie no fue totalmente suya. Este hecho siembra de dudas toda la operación de acuñación de las piezas y de promoción del método, pues según BOUCHET (2010:38 y 49), que ha revisado los cuños de los famosos monnerons acuñados en la fábrica de Boulton en Soho, donde se utilizó la técnica de Droz, todos los anversos son iguales a partir de febrero de 1792, en torno a diez años antes de que Sepúlveda acuñara estas medallas, aunque no sabemos si Bouchet ha tenido la paciencia de contar los puntos de las gráfilas. También tenemos que concluir que en algunos momentos de los siglos XIX y XX ha podido existir la costumbre de reproducir medallas más o menos antiguas, reproducciones que hoy no nos resulta fácil distinguir. Por otra parte, cinco anversos y seis reversos, con doce o trece combinaciones entre ellos, o, si tomamos solo las combinaciones repetidas, tres anversos y cuatro reversos, parecen demasiados para unas medallas que probablemente no tuvieron una gran difusión, por lo que hay que pensar que o bien se realizaron pruebas previas que se han conservado y salido finalmente al mercado, o bien se han realizado, y esto es prácticamente seguro, ediciones posteriores, y quizá alguna de ellas no oficial, o bien han sucedido ambas cosas. El relativo desbarajuste de la posición de las leyendas del canto dentro de las piezas regulares solo puede significar que, o bien los cantos se labraron a la antigua, con cerrilla o acordonadora, independientemente del resto de la acuñación, o bien hubo sesiones diferentes dentro de cada par de cuños, con desmontaje de cuños y virola entre una y otra sesión. Esto último me parece lo más plausible, las medallas se acuñarían en pequeñas tandas y se desmontaba el conjunto de instrumentos para guardarlos o para dejar el volante listo para otro trabajo.

BIBLIOGRAFÍA Las referencias a los manuscritos de Pedro y Mariano González de Sepúlveda, conservados en el Museo Casa de la Moneda, las hago por la inicial del nombre de uno u otro (P o M), seguido del número de orden del manuscrito, la entrada (E) cuando el cuaderno tiene dos, y el folio (f), seguido de r (cara anterior) o v (cara posterior), o las páginas. BOUCHET, PHILIPPE 2010, Les monnerons. Histoire d’un monnayage, Paris. CANO CUESTA, MARINA 2005, Catálogo de medallas españolas. Museo Nacional del Prado, Madrid. 346 ––

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Auge y caída de la acuñación a volante. Su reflejo en la medalla española

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Julio Torres

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