Aspectos sociales, culturales y religiosos de la sexualidad entre los moches de la costa norte del Perú y los mayas del área central

June 8, 2017 | Autor: Tonatiuh Resendiz | Categoría: History of Sexuality, Maya Archaeology, Precolumbian Cultures, Moche Archaeology
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Descripción

XIV Congreso de la Sociedad Latinoamericana de Estudios sobre América Latina y el Caribe (SOLAR) - América Latina, entre culturas y desafíos para la integración Estudios comparados entre las culturas Andinas y Mesoamérica

“Aspectos sociales, culturales y religiosos de la sexualidad entre los moches de la costa norte del Perú y los mayas del área central” Tonatiuh Reséndiz Sánchez * Resumen Se analizan los contrastes y coincidencias entre estas dos grandes culturas precolombinas con respecto a la sexualidad vista desde la iconografía que permanece hasta nuestros días basada en cerámica, glifos y grabados. Así mismo se evalúa el impacto historiográfico que estas relaciones sociales tuvieron entre los conquistadores españoles al observarlas en la práctica, desencadenando su posterior estigmatización lo que ha significado un avance relativamente más lento en cuanto a su estudio contrastando con otras áreas temáticas. Palabras clave: sexualidad precolombina, moches, mayas, religiosidad, iconografía Abstract The contrasts and coincidences between these two great pre-Columbian cultures in relation to sexuality as seen from the iconography that remains today based in ceramics, glyphs and engravings are analyzed. It also evaluates the historiographical impact that these social relations caused between the Spaniards conquerors observing in practice, triggering subsequent stigmatization which has meant a relatively slower progress in their study contrasting with other subject areas. Keywords: precolumbian sexuality, moches, mayas, religiosity, iconography

*Estudiante de la Licenciatura en Estudios Latinoamericanos por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Hablar de sexualidad entre los pueblos indígenas a lo largo del Continente americano antes de la llegada de los conquistadores españoles es bastante complejo pues debido a ese proceso histórico muchas de las fuentes iconográficas que documentaban estas prácticas ya sea como factor de socialización ritual o religioso fueron destruidas o bien quedaron condicionadas debido a que eran observadas como contrarias a las leyes divinas las cuales ponen énfasis en la sexualidad únicamente como factor de procreación bajo criterios sacramentales rígidos; por lo que fueron eliminadas de la construcción social colonial para sobreponer una mezcla con elementos que se pueden denominar sexualmente aceptados que no contravienen las costumbres cristianas. En términos contemporáneos este sincretismo de tradiciones puede percibirse por ejemplo entre los Teenek, también denominados con el exónimo “huasteco”, quienes son el único grupo étnico vinculado al tronco lingüístico mayense que se encuentra separado geográficamente al norte de su raíz madre por unos 1200 kilómetros de distancia. El vínculo Teenek con los demás grupos mayas no solo se limita al factor lingüístico, la cultura y tradiciones son un factor preponderante. En la región huasteca las cuevas ubicadas en las estribaciones de la Sierra madre Oriental poseen la misma sacralidad al grado que es una tradición entre las comunidades más arraigadas que dichos sitios sean escenarios de partos y ceremonias de iniciación para la fertilidad. La relación de lo húmedo y femenino con lo inframundano también está presente, entre los mayas de la península de Yucatán los cenotes se consideraban sagrados por ese mismo factor. El nombre Teenek entre los naturales de Aquismón, San Luis Potosí para referirse a los sitios sagrados es “Bocommim” cuya traducción es “la cueva de la madre tierra” donde se realizan rituales de purificación siendo de mayor frecuencia los del primer baño del recién nacido. A los 20 días de nacido se lleva al niño con su madre, familiares y un grupo de médicos tradicionales; el pequeño es colocado desnudo en el suelo de la cueva mientras con velas e incienso acompañado de música con bailes dirigidos a la madre tierra para la ocasión, se pide a Bocommim que purifique el alma del recién llegado pues es fruto del pecado carnal entre hombre y mujer.

Probablemente esa última enumeración de carga moral sea un resquicio del sincretismo católico que ha añadido elementos al ritual original pues la sexualidad entre los grupos mayas incluidos los Teenek posee una bibliografía que documenta visiones éticas y morales hacia el tema muy lejanos a la tradición judeocristiana. “Para ir más allá de simplemente registrar su existencia, los códices, las fuentes coloniales –en especial la obra de Fray Bernardino de Sahagúny la evidencia etnográfica resultan especialmente útiles pues contienen numerosos detalles que enriquecen la evidencia arqueológica; Ya que los españoles tuvieron desde un principio una actitud contraria hacia la concepción de la sexualidad de los pueblos mesoamericanos, como la tuvieron respecto a la práctica del sacrificio humano, ese tema fue por mucho tiempo dejado de lado por los investigadores de las culturas prehispánicas, y cuando se le llego a abordar se hizo matizado por cuestiones morales. En la década de 1920 se llegó a reunir una colección de objetos prehispánicos alusivos a la sexualidad, como los falos procedentes de la Huasteca y del área maya pero fueron colocados en un –Salón secreto”1 2 Remitiéndonos a estudios realizados a través de la iconografía y fuentes arqueológicas disponibles observamos que los grupos mayas del área central que comprende la región del Petén guatemalteco y la selva baja de la cuenca del Rio Usumacinta, hacia el periodo Clásico tardío (700 – 900 d.c.) tenían una concepción social que “recuerda mucho al mundo moderno en lo que se refiere a la variedad de modalidades de vida amorosa, pero también otras que nos parecen totalmente distintas. La identidad sexual era más fluida y las 1

López Austin, A. (julio-agosto 2010). La sexualidad en la tradición mesoamericana. Arqueología mexicana, 104, 26. 2 Dibujo digitalizado tomado de: Velázquez, S. para Editorial Raíces. Códice Dresde p. 68c

representaciones de esa fluidez a veces eran francas y abiertas; otras, discretas, ocultan mucho más de lo que muestran” 3 En el caso del coito los mayas carecían de una representación gráfica implícita o directa, por el contrario se hacía referencia a ello de una manera más delicada es decir con signos que parecen avisar que se está realizando una cópula, la desnudez no es total en las mujeres pues se conservan detalles que a nuestro parecer son simples como las orejeras o pulseras. Es notoria la preferencia por la suposición y sutileza sumada a los juegos previos en este tipo de retratos que llegan a ser tan específicos en cuanto al momento de consumación. Como en casi todas las representaciones de esta índole existen excepciones y en el caso de los mayas del área central en este periodo histórico determinado lo vamos a encontrar en la cueva de Naj Tunich en Guatemala donde curiosamente se encuentran escenas de masturbación y de una cópula homosexual. “Los españoles vociferaban contra la homosexualidad entre los mayas y las fuentes nativas reflejan en parte ese rechazo,

Sin

embargo

hay

evidencia

de

homosexualidad entre distintos grupos de edad durante este periodo”4 5 Recordemos que sin excepción para todos los grupos mayas tanto contemporáneos como antiguos las cuevas

son

representaciones

del

binomio

húmedo/oscuro relacionado con lo femenino en su cosmovisión dicotómica del universo, misma que 3

Houston S., Taube, K. (julio-agosto 2010). La sexualidad entre los antiguos mayas. Arqueología mexicana, 104, 39 4 Houston S., Taube, K. (julio-agosto 2010). La sexualidad entre los antiguos mayas. Arqueología mexicana, 104, 41 5 Dibujo digitalizado tomado de: Stone, A. (1995) Images from the underworld: Naj Tunich and the tradition or maya cave painting. University of Texas, Austin, Texas.

incluye a las plantas que se convierten en alimento. El maíz que es una semilla monocotiledónea está vinculado a lo masculino y su contraparte el frijol que es una semilla dicotiledónea corresponde a lo femenino. No es ajeno relacionar al pene del hombre con una mazorca de maíz por ejemplo que a través de la masturbación vierte el contenido seminal a la tierra como elemento ratificador de la fertilidad, es decir que hablamos de un ritual plenamente agrícola, lo cual era la base de la cohesión social, no por ello era bien visto el desperdicio de este valioso elemento, la sangre vertida a través de la autoflagelación es alimento de los dioses, el semen lo es para la tierra. Ahora bien pasando a la región cultural Andina donde se tomó como parte del análisis a los moches que habitaron la costa norte

del

Perú,

la

situación

climática es totalmente opuesta a la región central maya enclavada en la selva alta pues en la costa norte peruana predomina el clima árido y seco que junto a la corriente marina fría de Humboldt ofrece

condiciones

en

teoría

limitadas para el desarrollo de una civilización

tan

compleja

sin

embargo los moches con gran ingenio lograron aprovechar los limitados

recursos

para

poder

realizar asentamientos cada vez más grandes, por ejemplo los cultivos contaban con sistemas de riego lo que permitió desarrollar una decena de insumos agrícolas importantes. Al igual que en el caso maya, las

fuentes con las que contamos proceden de las relaciones que los conquistadores pero sobre todo evangelizadores realizaban a detalle. 6 Curiosamente en estas crónicas (Pedro Cieza de León y Antonio de la Calancha) se tiene registro de personajes que conocieron ambas civilizaciones, si bien los mayas del área central desaparecieron al inicio del periodo Posclásico temprano entre el 900 y 1200 abandonando por completo sus ciudades al interior de la espesa selva, no lo hicieron los grupos mayas del área norte es decir de la Península de Yucatán aunque tenían elementos culturales con respecto al sexo muy diferentes sin importar el nexo lingüístico y cultural, esto debido a los siglos de separación geográfica, por tanto los evangelizadores realizaron comparativos simples a razón de forjar elementos identitarios de cada civilización pues los españoles los ubicaban dentro de su marco de referencia inmediata. “Las mujeres mochicas se casaban jóvenes entre los catorce y dieciocho años, tenían según podemos deducir del testimonio de las timbas y la cerámica, muchos hijos y parece que no lo destetaban hasta que estos tenían más de tres años. Entre los mayas de Yucatán, el obispo Landa encontró que las mujeres eran maravillosamente castas, pero un padre que estuvo en Perú en una misión similar a la de Landa en Yucatán y estaba familiarizado con la lengua mochica, contó a Cieza algunos detalles sobre la conducta sexual de los chimús (que eran descendientes de los moches) mismos que le aterrorizaban: las mujeres cometían sodomía (i.e., coito anal) con sus maridos u otros hombres, incluso mientras cuidaban de sus propios hijos” 7 El dato interesante de estas relaciones hechas por los españoles en especial Pedro Cieza de León es que detallan cuestiones muy cotidianas e incluso familiares a razón de compilar una especie de monografía temática de los diversos grupos indígenas de la región, esto queda manifestado por la sorpresa de los europeos al observar conductas relacionadas con la socialización y estructuras sexuales muy diferentes no solo con la propia, también comparada con otros pueblos indígenas conocidos hasta ese momento; por ejemplo se hace referencia al hecho de la monogamia entre los moches pues eran en general una práctica de 6

Imagen de una cerámica extraída de: Leicht, H. 1963) Arte y cultura preincaicos, un milenio del imperio chimú. Aguilar, Madrid. PP 62 7 Von Hagen, V. (1966) Culturas preincaicas. Civilizaciones mochica y chimú. Ediciones Guadarrama, Madrid, España. PP. 58

clases inferiores, la poligamia en cambio era reservada a la altas esferas, por tanto se infiere que el número de mujeres que un hombre podía poseer ya sea como esposa o compañera era determinado proporcionalmente con su capacidad productiva en términos de poder y recursos, algo equivalente a las clases medias entre los grupos musulmanes hoy en día donde la poligamia es legítima.8 La cerámica mochica

es

elemento

grado

de

mayor

el

iconográfico hoy en día para poder realizar algún tipo de estudio, en ella se plasma de forma bastante directa la vida sexual de la comunidad, sin embargo el rasgo que mayor impacto causó no solo a los españoles, también previamente a las incursiones incas en la región que desencadenó en la anexión de esos territorios (año 1470) era la copiosa necesidad de practicar coito anal tanto con hombres y mujeres; bajo el paradigma incaico el semen también ejercía una cuestión de símil con una semilla sin embargo esta no debía “desperdiciarse” en una cuestión ajena a las practicas reproductivas es decir perdida indirecta de población, por lo que horrorizados ante tales efectos intentaron de varias maneras la erradicación de dichos actos

mismas que incluían desterrar familias con

resultados vanos, como menciona el secerdote Antonio de la Calancha en sus diversas crónicas.

8

Imagen de una cerámica extraída de: Leicht, H. 1963) Arte y cultura preincaicos, un milenio del imperio chimú. Aguilar, Madrid. PP 63

“El predominio de la sodomía continuaba bien entrado el siglo XVII, cuando los españoles intentaron poner fin a la idolatría, -los indios de estos valles costeros, escribía el padre Calancha, son muy aficionados a la sodomía incluso hoy en día (1638) sigue siendo adictos de esta contagiosa expresión sexual. Antes lo hacían con hombres y ahora con mujeres. Ahora muchos esconden su vicio con el manto del matrimonio e impiden el desarrollo de la generación humana con esta perniciosa forma de sensualidad”. 9 Se tienen registros mencionando que esta práctica sexual estuvo bastante difundida desde el actual Ecuador y sur de Colombia hasta los confines del Perú, donde existieron templos asignados a jóvenes para que convivieran con hombres de la jerarquía sacerdotal bajo esa premisa física, pocos pueblos han dejado un legado con ejemplos tan avasalladoramente gráficos, que actualmente harían sonrojar a los más obtusos, la manera en la que se realizan las descripciones de dichas cerámicas no da mucho margen al conservadurismo, en el caso del coito anal heterosexual se manifiestan varias expresiones artísticas: con la mujer a gatas, de costado, apoyando la cabeza en el suelo o incluso recostada al lado de uno de sus hijos con su pareja ubicada siempre en la parte trasera. El nivel de sofisticación desplegado hace que la documentación iconográfica se centre en la esfera del placer de pareja bajo un contexto social predeterminado. Los textos que sobreviven hasta la actualidad basados en las descripciones del fraile agustino Antonio de la Calancha, de quien ya hemos hablado previamente, menciona que las labores de ceramista en la sociedad mochica las cumplían las mujeres, es decir que las vasijas fueron en su momento un reflejo cotidiano visto a través de los ojos de las implicadas, en todo caso en estos ejemplos no se habla de una sacralización como era el caso de las inscripciones mayas de mayas de Naj Tunich o del Códice Dresde con representaciones sexuales de dioses.

9

Calancha, A. (1638) Crónica moralizada. Barcelona. En Von Hagen, V. (1966) Culturas preincaicas. Civilizaciones mochica y chimú. Ediciones Guadarrama, Madrid, España. PP. 60

A modo de conclusión es necesario hacer mención que al momento de la llegada de los

españoles

a

americanas

tierras existían

primordialmente en el área Andina y en Mesoamérica dos

sociedades

con

características hegemónicas que

después

de

pasar

diferentes procesos lograron erigirse como las de mayor presencia económica y sobre todo militar, hablamos de los mexicas en el caso de la Cuenca del Valle de México y por otro lado los incas con un vasto territorio dominando los Andes y regiones circunvecinas; es necesario acotar que estas sociedades tenían visiones sobre la sexualidad bastante mesuradas, incluso en términos morales con respecto al pudor mantenían cierta cercanía con los españoles, temas como la desnudez, y homosexualidad eran más que vergonzosas y llegaban a ser castigadas, hablamos pues de un recato institucional de estas dos grandes y complejas sociedades por lo que no tenemos mucha iconografía al respecto más que en menciones sutiles. 10 Debido a esta razón de peso, para este breve análisis se eligieron tanto a los moches como a los mayas que en cierta manera fueron grupos contemporáneos en el sentido temporal e histórico (600 – 900 fecha que alcanzan los ejemplos icónicos aquí analizados); por una parte las representaciones moches nos hablan de una sexualidad cotidiana es decir delatan las prácticas habituales a través de vasijas, cerámica, además de trabajos realizados en barro, etc. con un excelente grado de estilización, técnica y realismo que alcanzaron un esplendor 10

Imagen de una cerámica extraída de: Leicht, H. 1963) Arte y cultura preincaicos, un milenio del imperio chimú. Aguilar, Madrid. PP 65

único en todo el continente. La contra parte maya deja en claro una cosmovisión más bien detallando la fase ritual sumado al énfasis plasmado en dos elementos para todas las prácticas sexuales: se enfocan a la fertilidad (ciclos agrícolas) y tienen signos de sacralidad.11

Otros dos factores plenos de cohesión y que reafirman la curiosa similitud historiográfica de ambas culturas es la relacionada con las mal

llamadas

“practicas

anómalas

y

aberrantes”, nombre otorgado de manera peyorativa con una cierta carga de sanción de parte de los españoles pues se antepone a los preceptos básicos del paradigma católico; hablamos

de

las

relaciones

sexuales

homosexuales y los actos heterosexuales de forma anal, (en menor medida se hace una alusión tan negativa para las felaciones o sexo oral). Ambas prácticas

tienen como

determinante que: A) Anteponen el placer sobre el elemento de procreación pues éste es imposible, B) Eran socialmente aceptadas al grado de mantenerse como elemento firme de la cohesión de dichas civilizaciones. Es decir que el paradigma vinculado con las distintas formas y métodos para llegar al placer por más que se encontraran intrínsecamente vinculadas con elementos rituales no castigaba ni limitaba este tipo de interacciones. Se puede concluir que tanto las sociedades moches como mayas, en términos de anteposición conceptual estrictamente contemporáneos, eran grupos sexualmente abiertos; sin embargo y debido a una larga serie de procesos de desgaste y estigmatización emanados de la

11

Imagen de una cerámica antropomorfa representando a un falo extraída de: Bourget, S. (2006) Sex, death and sacrifice in moche religión. University of Texas Press. Austin, Texas. PP 219

conquista (espiritual y militar), estas prácticas se fueron diluyendo por lo que grupos étnicos actuales que son descendientes directos de ambas sociedades han perdido definitivamente su raíz cultural sexual. Bibliografía Bourget, S. (2006) Sex, death and sacrifice in moche religión. University of Texas Press. Austin, Texas. Calancha, A. (1638) Crónica moralizada. Barcelona Houston S., Taube, K. (julio-agosto 2010). La sexualidad entre los antiguos mayas. Arqueología mexicana, 104. Leicht, H. 1963) Arte y cultura preincaicos, un milenio del imperio chimú. Aguilar, Madrid. López Austin, A. (julio-agosto 2010). La sexualidad en la tradición mesoamericana. Arqueología mexicana, 104. Stone, A. (1995) Images from the underworld: Naj Tunich and the tradition or maya cave painting. University of Texas, Austin, Texas. Von Hagen, V. (1966) Culturas preincaicas. Civilización mochica y chimú. Ediciones Guadarrama, Madrid, España.

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