Artiphon vs. Pocketband: dos propuestas de producción musical en movilidad

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Descripción

Artiphon vs. Pocketband: dos propuestas de producción musical en movilidad1 José Luis Fernández – Germán Rosso En este breve artículo se describen algunas similitudes y diferencias entre dos casos que resultan muy particulares como propuestas en el universo común de la mediatización musical móvil: Artiphon y Pocketband. La propuesta es mantener actualizados los conocimientos sobre novedades tecnológicas, más allá de su posible éxito o fracaso. Como ya se ha dicho, todos los fenómenos de mediatizaciones novedosas no sólo tienen presencia en la vida de lo musical sino que, además, se manifiestan en ese campo con una fuerza especial. El punto de vista de la movilidad y de lo colaborativo, sin embargo, es particular porque obliga a poner en cuestión un punto de vista general de la historia de la vida de lo musical, que considera a lo musical en escenas relativamente fijas. De a poco tal vez el propio punto de vista de la preocupación por la movilidad mediática en general hace que lo musical esté en movimiento, sea porque se tienen en cuenta los diferentes e inestables espacios públicos donde la música cobra vida intersticial (PROYECTO SONIDEROS, 2012)2, sea porque, para situar la movilidad actual, es necesario recuperar los momentos previos de la música en movimiento (PIEGARI, 2011; FERNÁNDEZ, 2014)3. La existencia de múltiples aplicaciones que permiten combinar la mediatización musical con lo móvil y lo colaborativo no comienza ni termina aquí, pero nos encontramos en una situación de aparición y diseminación de aplicaciones que nos ponen frente a una situación que hemos descripto como de lista de novedades frente a las que hay que tratar de construir estatutos que nos permita comparar situaciones y establecer diferencias (FERNÁNDEZ, 2013). Por ejemplo, recientemente, el portal MusicTech se propuso la colosal tarea de listar las aplicaciones para la producción musical móvil. http://www.musictech.net/2015/01/best-music-apps/. Mientras ese portal anuncia que serán alrededor de 100 aplicaciones, lo interesante radica en que ya podemos describir una cierta especialización en las ofertas funcionales de las mismas. Así, encontramos propuestas que van desde aplicaciones tan particulares como para restringirse a un uso específico, como a los vocales o como trabajar con controladores de sonido, hasta otras dedicadas a la educación musical (http://www.musictech.net/?s=music+making+apps). Todo indica que el cruce entre la producción musical y la movilidad abre una amplia dimensión experimental para los usuarios. Aquí nos dedicaremos a las propuestas que anunciamos al principio a las que consideramos, al menos hasta la realización de este artículo, como representantes de dos estrategias de producción musical claramente diferenciadas.

Artiphon Ahora, el rasgueo de la guitarra, la presión de los dedos sobre las teclas del piano, el golpeteo sobre la batería y la frotación del arco sobre las cuerdas del violín, entre otras técnicas, estarán disponibles en un mismo instrumento. La línea Artiphon logró financiar su proyecto para sacar al mercado el novedoso producto INSTRUMENT 1 (http://www.artiphon.com/). Tal vez no sea lo importante para nosotros, pero es bueno tener una idea de la magnitud real de cada lanzamiento que, si luego triunfa, genera valores millonarios4. En su primer día, Artiphon recaudó más de U$S 245 mil dólares a través de Kickstart, una plataforma de financiamiento colectivo para proyectos. La meta que se habían propuesto inicialmente era de U$S 75 mil, objetivo que alcanzó en seis horas. Actualmente, a 35 días de finalizar la campaña, lleva recaudados U$S 424 mil dólares. La herramienta se presenta como destinada a cualquiera que desee hacer música, sin necesidad de ser un profesional, e incluso en su portal oficial se le compara con “tomar fotos para Instagram”. Es que el instrumento viene acompañado con toda una serie de aplicaciones diseñadas para iPhone, PC, Mac o iPad que permiten componer música digitalmente y compartirla.

La característica diferencial, como se ve en las imágenes y en la cual se enfoca la publicidad, es que se trata de un modo “intuitivo” de realizar música. De este modo, Artiphon intenta diferenciarse del resto de las aplicaciones que permiten componer y compartir música, las cuales no recrean los gestos del instrumento seleccionado para la composición musical. Las “cuerdas digitales” del instrumento son sensibles al contacto, por lo que cuanto más fuerte se rasguen o golpeen, más fuerte será el sonido. Se trata, en cierto modo, de un argumento que apela a cierta condición aurática en la ejecución, puesto que no se anulan a las técnicas instrumentales, sino que se posibilita la convivencia de todas (o casi todas) en un mismo soporte5.

PocketBand

La aplicación PocketBand (http://pocketband.net/?locale=es), en cambio, se ofrece como un estudio musical portátil que combina de modo funcional una interfaz amigable al usuario con una conectividad a redes que permiten compartir las composiciones elaboradas por el usuario. No es necesario estar especializado en la producción de sonido para poder utilizar esta aplicación, ya que ha sido diseñada especialmente para algo así como usuarios promedio. Si bien puede utilizarse desde computadoras de escritorio, prefiere dispositivos móviles y pantallas táctiles6. En su pantalla principal, llamada “workspace”, el usuario puede rápidamente comenzar una nueva canción touching la esquina superior derecha, o puede cargar una canción guardada en el listado también localizado en el borde derecho. Una vez abierta la composición, comienzan a agregarse “loops”, que son la materia prima de las canciones elaboradas por la aplicación. Cuando se selecciona la opción de crear un nuevo “loop”, se presentará en la pantalla la opción de elegir qué instrumentos o aparatos desean utilizarse. Seis grandes categorías están disponibles: arpegiadores (instrumentos de cuerdas sin arco), baterías, sintetizadores, moduladores, grabaciones de micrófono y samplers. No hay límite en la creación y adhesión de “loops”, que incluso pueden disponerse simultáneamente. Por lo tanto, el número de posibles combinaciones se presenta como ilimitado.

Pero lo que destaca a PocketBand entre otras aplicaciones similares es que facilita la colaboración con otros usuarios de cualquier parte del mundo en la composición de canciones. En el “CollabMode”, un usuario puede invitar a sus amigos a trabajar en conjunto para componer una canción en un sistema organizado por turnos de edición. El usuario puede editar y componer cuantos “loops” desee durante su turno.

Sobre la composición musical se funda una comunidad interactiva, a modo de red social en la que se publican contenidos y se localizan otros usuarios con intereses similares. Se puede buscar por canción, persona o incluso banda, y elegir a qué usuarios seguir.

Similitudes y diferencias Desde nuestra perspectiva, tanto Artiphon como PocketBand pueden estudiarse como una combinatoria de mediatización musical + movilidad + hágalo usted mismo (Do It Yourself). Pero su diferencia radica en la vía a partir de la cuales logran esta articulación: en el caso de Artiphon, se trata de un vía instrumental en la ejecución, pero convergente en las base tecnológica, mientras que con PocketBand nos encontramos ante la vía del smartphone + streaming. Recordemos que circunscribimos a la mediatización como a todos aquellos intercambios discursivos en los que presencia de dispositivos técnicos es irreemplazable y que con dispositivo técnico

nos referimos al “herramental tecnológico que posibilita variaciones en diversas

dimensiones de la interacción comunicacional (variaciones de tiempo, de espacio, de presencias del cuerpo, de prácticas sociales conexas de emisión y recepción, etc.), que ‘modalizan’ el intercambio discursivo cuando éste no se realiza ‘cara a cara’” (FERNÁNDEZ 1994:37). En el terreno de lo musical, puede decirse que siempre nos enfrentamos con fenómenos híbridos, en algún punto intermedio entre ambos tipos de intercambio. Por ejemplo, un concierto musical en vivo sería indiscutiblemente clasificado como un fenómeno cara a cara. Pero la amplificación de los instrumentos a través de los altoparlantes ya nos introduce en el mundo de la mediatización, debido a que este dispositivo habilita un salto espacial indispensable para la recepción del sonido a la distancia en los grandes conciertos. Por otra parte, no hay que dejar de lado que el diseño de los instrumentos y del espacio de ejecución amplía o disminuye la escena de intercambio. La noción de movilidad, por su parte, fue introducida en nuestro terreno por Roberto Igarza al estudiar el modo en que los dispositivos móviles “reconfiguran definitivamente el modo en que los usuarios consumen su tiempo libre y los tiempos de espera, y nos introducen en una era de profundas transformaciones respecto de las formas de consumir contenidos que conocemos” (2009:131). Lo que particularmente nos interesa en el caso que aquí estudiamos es el modo en que, desde la movilidad, se posibilita la producción, distribución y consumo de contenidos sin importar el lugar físico. El Hágalo usted mismo (Do it Yourself) se inscribe en un novedoso modo de producción –en este caso musical– autogestivo. Su acepción en inglés refiere al conocido terreno de debate sobre los

contenidos generados por los usuarios (SCOLARI, 2012) y la actividad de los denominados prosumidores: aquellos receptores/usuarios consumidores de discursos mediáticos que también son productores de contenidos (TOFFLER, 1980)7. En lo que respecta a la relación entre música e internet, hemos diferenciado dos tipos de relaciones en los sitios web de oferta musical sonora (FERNÁNDEZ y equipo, 2012): delivery, donde el usuario descarga contenido a su elección, acompañado por algoritmos que recomiendan otros contenidos aparentemente similares y contactan con usuarios de consumos coincidentes; producción, donde se articulan las producciones de distintos usuarios. En el primero se ataca a la industria musical dedicada a la distribución, mientras que en el segundo se ataca al sector centrado en la fabricación industrial (Vargas, 2014). PocketBand se distingue de otros sitios de mediatización musical, incluso de aquellos también centrados en la producción, por ofrecer una interfaz que facilita la producción colaborativa. Este fenómeno no es de ningún modo novedoso en el mundo musical, como lo aclara la entrevista a Mariano Franceschelli disponible en esta página. Pero lo que sí resulta una novedad es su articulación con lo móvil. En cuanto a Artiphon, si bien todavía no se conocen del todo las características de sus aplicaciones, puede presumirse una similar vocación a lo colaborativo en la composición musical. Tras este rodeo, nos encontramos en condiciones de profundizar las diferencias entre nuestros dos objetos actuales. Si bien ambos comparten gran cantidad de características semióticas, existe un punto crucial sobre el cual se diferencian. En Artiphon, ese conjunto de características es ofrecido por vía instrumental, es decir, el soporte de la composición musical todavía conserva las características de un instrumento musical. Lejos de ser neutro, esto condiciona la producción, al exigir un mínimo de destrezas performativas y el dominio de ciertas técnicas propias del instrumento utilizado. En cambio, en PocketBand se logra el mismo resultado por la vía del smartphone + streaming, pura digitalización en la que el dominio sobre la técnica de ejecución de un instrumento ya no es un prerrequisito para producir música. En cambio, ante el fuerte vínculo entre lo móvil y lo colaborativo, se prioriza el uso de smartphones con una buena conexión de datos que sostenga en streaming la continua circulación de audio. Para concluir, podemos aventurar algunas posibles consecuencias que traerá la introducción de Artiphon entre las demás aplicaciones y dispositivos dedicados a la producción musical móvil. Si bien los creadores del nuevo producto remarcan que es de uso sencillo y que no requiere conocimientos profesionales, Artiphon triunfará con mayor facilidad entre los usuarios con

dominio de varias técnicas de ejecución instrumental, quienes incluso podrán utilizarlo sin explotar su capacidad colaborativa. En cambio, PocketBand seguirá seduciendo con la posibilidad de una producción colaborativa y móvil a partir de simplificados “loops”. 1

Este artículo es un trabajo táctico dentro del Proyecto de Investigación Científica, de Innovación Tecnológica e Interdisciplinarios, para Investigadores Formados con subsidio UBACyT, Programación Científica 2014-2017: Letra, imagen, sonido. Convergencias y divergencias metodológicas y teóricas en el estudio de las relaciones entre los medios y el espacio urbano. También es un trabajo realmente colaborativo: con una sola firma no existiría la mitad del trabajo. 2 Recordamos que nuestro contacto con el fenómeno de los sonideros comenzó gracias a Rubén López Cano, quien tiene incluido un artículo clave sobre el tema en el libro citado. 3 Se han descripto bastante las relaciones entre los adentros y los afueras de la actividad musical, REBATET, (1997: 29), cita un comentario delicioso que hace Roman Rolland acerca de la música fuera de las iglesias en el siglo IV A. C. 4 Para los que les interese el tema, es muy interesante la serie de HBO Silicon Valley http://www.hbo.com/silicon-valley#/ 5 Una presentación y tutorial en: https://youtu.be/2zOH2pQv1bE. Allí se ve que la ‘sensación instrumento’ es muy vívida. 6 En el tutorial (https://www.youtube.com/watch?v=9B8SwJJo7IQ) está presentado para smartphone. 7 Para ver una aplicación interesante de la noción de prosumer a la vida musical en las redes, LAPUENTE, 2013.

Referencias bibliográficas FERNÁNDEZ, J. L. 2013 “Postbroadcasting: estados y estatutos en la actualidad de lo musical mediatizado”. En: Postbroadcasting. Innovación en la industria musical (Coordinador). Buenos Aires, La Crujía. FERNANDEZ, J. L. 2014 “Música, movilidad y mediatizaciones del sonido: tensiones entre broadcasting

y networking”. En: Actas del VII Congreso Internacional de Semiótica de la

Federación Latinoamericana de Semiótica (FELS), San Luis Potosí, México, 17-22 febrero 2014 (en prensa). LAPUENTE, M. 2013 “Los conciertos en vivo y su procesamiento en las redes: la experiencia social de la música en YouTube”. En: FERNÁNDEZ, J. L. (coord.) 2013 Postbroadcasting. Innovación en la industria musical (Coordinador). Buenos Aires, La Crujía. PIEGARI, C. (C. P.) “Sonido, música y movilidad”, En: http://recliveart.wordpress.com/2011/11/08/sonido-musica-y-movilidad/. Publicado 11-08-2011; leído 27-12-2014. PROYECTO SONIDEROS (2012) Sonideros en las aceras, véngase la gozadera. Tumbona Ediciones. http://www.tumbonaediciones.com/tumbona/blog/sonideros-en-las-aceras-vengase-la-gozadera Bajado el 01-02-2015 REBATET, L. Una historia de la música T 1. [1979] (1997). Barcelona, Omega. SCOLARI. C. (2012). El texto DIY (Do It Yourself). En CARLÓN, M. y SCOLARI, C. A. (Comps.) Colabor_arte: medios y artes en la era de la producción colaborativa (pp. 21-41). Buenos Aires: La Crujía. TOFFLER, A. (1980). La Tercera ola. Bogotá, Plaza y Janés.

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