Articulo El Criminal Nace o se Hace

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Descripción


El Criminal ¿Nace? o ¿Se hace?
La Triada del Crimen
Publicado en la Revista "Mas Seguridad" enero 2015


Autor: María Teresa Sotelo María Teresa Sotelo
Presidenta
Fundación en Pantalla Contra la Violencia Infantil
www.fundacionenpantalla.or g
[email protected]

En mi larga búsqueda de respuestas que me aclaren el porqué del fenómeno del maltrato infantil, he tenido que explorar e indagar el mayor número de aristas posibles que ofrezcan razones médico científicas, sociológicas, criminológicas e incluso religiosas, que expliquen el porqué de este aberrante flagelo universal. Durante esta travesía de consultas tuve que ahondar en la génesis de la criminalidad y formularme la desafiante y eterna pregunta de si un asesino se hace o así nace.
Para poder presentarles mis conclusiones debo primero señalar que las ciencias criminológicas ultiman que existe una triada invariablemente presente en los asesinos seriales; Daño cerebral o enfermedad mental, (Muy comúnmente trastorno de personalidad antisocial); Rechazo social o condiciones adversas y antecedentes de maltrato y/o abuso infantil. Algunos estudiosos incluso señalan otro factor; Portadores del gen MAO (Monoamina Oxidasa A) no obstante éste no es concluyente porque si bien es cierto que han encontrado muchos criminales portadores del MAO, también es cierto que han encontrado algunos monjes tibetanos que tienen el gen, y ciertamente no son asesinos, ni por asomo. Entonces la ciencia aclara que este gen puede activarse cuando se conjugan diversos elementos como los ya señalados, y permanecer inactivo si las condiciones sociales y biológicas no son adversas.
Ante estas premisas cabe señalar dos cuestiones irrefutables, La primera; No todos los psicópatas son asesinos en serie, pero todos los asesinos en serie son psicópatas. Segundo; No todos los niños maltratados serán asesinos, pero todos los asesinos tienen antecedentes de maltrato (Las excepciones confirman la regla). Es decir el abuso en la infancia no será suficiente para formar un asesino pero sí determinante cuando se hace presente con los otros dos componentes
En esta reflexión en lo personal concluyo que el asesino se hace. La ciencia ha demostrado que muchos individuos nacen psicópatas, incluso son portadores del Gen MAO, sin embargo son empresarios o monjes, Es decir, los desórdenes mentales y la genética, no son suficientes para dar lugar a un asesino serial, entonces ¿cuál es ese elemento inamovible que al conjugarse con otros factores si crea a un asesino en serie? Sin duda alguna los antecedentes de maltrato o abuso. Infancias salpicadas de frecuentes actos de sadismo y tortura, memorias que cobran vida cada vez que los recuerdos develan aquellos brutales acontecimientos. Escenas que al tiempo repetirán una y otra vez, pero ahora cobrando viejas deudas de cuando fueron víctimas. Adultos convertidos en insaciables victimarios para mostrarle a la sociedad el precio de su indiferencia y desdeño de aquellos sus tiernos años de abandono cuando clamaban se les rescatara de tanto sufrimiento.

Nunca intentaré justificar a un criminal sea cual sea su historia, porque en la medida que tenga la posibilidad de elegir como reaccionar ante lo que le sucede, invariablemente será responsable de sus actos y deberá juzgársele por el daño ocasionado. El punto no es lo que yo opine o usted, lo importante es el cómo se dan los hechos, el cómo se forma un criminal, porque a medida que profundicemos en el conocimiento ontológico de lo que subyace en el ser humano incluyendo su naturaleza biogenética, neurológica y el cómo se metaboliza con sus circunstancias, antecedentes y creencias, podremos avanzar y detectar oportunamente aquellos individuos que por su composición de factores resultan un peligro para la sociedad. A medida que nos anticipemos a posibles conductas patológicas mediante la interpretación de imágenes cerebrales y evidencias de otras disciplinas, podremos mayormente identificar a los sociópatas.
El Neurólogo Alemán Gerhard Roth, afirma haber encontrado el origen biológico del mal, y lo señala como "la mancha del mal". Durante un estudio que le fue financiado por el Gobierno Alemán para investigar cerebros criminales violentos, notó que al medir las ondas que emanaban de sus cerebros mientras les mostraba películas cortas con escenas brutales algunos sujetos no mostraban ninguna emoción en las áreas del cerebro donde se crea la compasión y la tristeza. El científico notó que en los escáneres de los cerebros de la mismas personas invariablemente se veía una mancha oscura en la parte frontal, lo que hace suponer que algunos criminales tienen una "predisposición genética" a la violencia según Roth. 

Adicionalmente a ésta teoría, existen otros estudios neurológicos que pudieran explicar esa mancha y el daño cerebral. Aquí resaltan los últimos hallazgos del "Center of the Developing Child" de la Universidad de Harvard, quienes muestran evidencias del daño cerebral ocurrido a un infante cuando antes de los cinco años es víctima de abuso, maltrato o abandono y muestran gráficamente como se presenta una ramificación neuronal disminuida en menores víctimas. Alternamente en otros estudios del Centro en Harvard muestran como las hormonas cortisol y noradrenalina al ser segregados en exceso, provocan daño inminente en los tiernos cerebros en formación de los infantes cuando éstos viven situaciones de mucho estrés y sufrimiento, justamente en la zona prefrontal donde se regulan las emociones.


Explicar la conducta humana y sus raíces ha sido todo un reto para la ciencia, sin embargo existen ahora pruebas irrefutables que nos llevan a entender mayormente los orígenes del mal, no obstante sigue siendo multifactorial y multicausal, quizás es sólo cuestión de tomar la punta de la madeja para seguir la ruta de los grandes hallazgos actuales de las ciencias penales, médicas y antropológicas para después proceder a unir conclusiones y llegar a la luz de la verdad.

La Universidad de Harvard ha creado todo un Sistema conformado por académicos y científicos denominado Center of The Developing Child, cuya intención es mostrar de manera irrefutable hallazgos neurológicos que validen el impacto de la adversidad temprana en la arquitectura del cerebro, y exhiben pruebas científicas que demuestran como los eventos dramáticos de maltrato y/o abandono en los infantes, provoca en ellos sufrimiento y estrés, de ahí que el organismo segrega cortisol y noradrenalina en exceso; hormonas altamente tóxicas que dañan y modifican las células nerviosas responsables de la comunicación, memoria, emociones, habilidades motoras, y el lenguaje entre otros. El cerebro está conformado por billones de células que se interconectan, forman circuitos y envían señales eléctricas, pero un cerebro frágil en etapa de formación bajo condiciones de vida adversas las células dañadas van a modificar su estructura debido a que el estrés provoca menos conexiones, y disminución evidente en las ramificaciones neuronales, lo cual se traduce en innumerables afectaciones físicas, motoras, neurocognitivas y emocionales. Consecuentemente provocará individuos clínicamente enfermos y otros cuya genética de riesgo se conjugará para crear seres sociópatas o psicópatas.
Los científicos del Center of Developing Child of Harvard, señalan que los genes contienen información y pueden generar tendencias, pero las experiencias vividas durante los primeros 5 años de vida sirven como el andamio para el futuro accionar del ser humano.
Ambas explicaciones bien podrían hilvanarse para crear una secuencia de efectos en la conducta del hombre. Con esta intención, se ofrece a continuación una síntesis de estudios correlativos de criminales con antecedentes de maltrato en la infancia.

El Dr. Mauro Zúñiga de la Universidad Nacional de Panamá, llevó a cabo un estudio en 33 mujeres convictas por el delito de infanticidio cuyas conclusiones quedaron de la siguiente manera: Sólo en dos, de las 33 homicidas, no se registró violencia durante su infancia. El 94% declaró que sufrió algún tipo de maltrato infantil, 77% de las mujeres encuestadas confesó haberse sentido abandonada o tratada negligentemente, y termina con el siguiente comentario; esta situación evidencia que el maltrato recibido a muy temprana edad constituye en uno de las causales de homicidio.
Para Jonathan Pincus, profesor de la Universidad de Georgetown, el 95% de los asesinos tiene historia de maltrato infantil o tortura e impacta de manera significativa el grado, incidencia y prevalencia del maltrato.
Según la doctora Amada Ampudia Rueda, Catedrática de Psicología de la UNAM ", Las mujeres acumulan altos niveles de ira provocado por hostigamientos o emociones reprimidas que detonan hiriendo a su maridos, hijos u otros familiares. Muchas de las homicidas son madres solteras encontrando como forma de muerte prevalente la asfixia. También se caracterizan por ser en su mayoría jóvenes de 32 años promedio, aunque destacan las adolescentes. Los denominados "delitos de géneros" atribuidos a las mujeres son: el infanticidio, aborto y crímenes pasionales.
El Instituto Nacional de Justicia de E.U.A. En su página web, publica "Impacto del Abuso de Delincuencia y detención" el cual señala que haber sufrido abuso, negligencia o abandono en la infancia aumenta la probabilidad de arresto como adolescente en un 59 por ciento, como un adulto en un 28 por ciento, y por un crimen violento en un 30 por ciento.
En la misma página se encuentra "El estudio Rochester", el cual siguió una muestra de 1.000 jóvenes urbanos a través del tiempo. Los investigadores oficialmente reconocieron que el maltrato infantil es el factor de riesgo para la delincuencia.
Según el FBI los asesinatos cometidos por asesinos seriales obedecen a enfermedades psicopatológicas con orígenes en la niñez.
Una encuesta realizada en las prisiones estadounidenses por el Buró Federal de investigaciones encontró que los asesinos en serie provienen de hogares disfuncionales todos habían sufrido algún tipo de maltrato en su infancia; físico, emocional, sexual y/o negligencia y con frecuencia todos los tipos de abuso a la vez.
La muestra señala que las impresiones negativas recibidos en niños hasta los siete años, dejan una profunda huella en el subconsciente, moldeando su personalidad en desarrollo. Estas impresiones pueden marcarlos para toda la vida y pueden manifestarse incluso desde la adolescencia.
Estudios de casos del Profesor español José Manuel Reverte Comas, revela que los asesinos en serie presentaban inclinaciones hacia la tortura, dominación y sadismo o sadomasoquismo y expone que el criminal en serie no asesina por motivos económicos, salvo algunas excepciones; manipulan a sus víctimas; muchos no pueden vivir con otras personas; otros llevan una doble vida: tienen familia y trabajo relativamente estables y ultima que los asesinos seriales provienen de hogares disfuncionales con historial de abuso en la infancia, 70% con alcohol y drogas, el 50% mostraban antecedentes familiares con enfermedades mentales y más de un 40% tenían padres implicados en la delincuencia.
Recientemente algunos estudios atribuyen como un factor precursor de la conducta criminal al patrón genético XYY, también señalan el Gen MAO, mencionado en la primera parte, no obstante aún no existen suficientes estudios o evidencias para delimitar el nivel de incidencia en la criminalidad de todos las personas portadores de los genes mencionados.
No obstante, más allá de especulaciones o formación de criterios, podemos ver de manera concluyente que en el 98% de los asesinos seriales existe preponderantemente el antecedente de maltrato, abuso y/o abandono en la infancia, y se mostró el daño cerebral que ocurre en los infantes cuando son víctimas en su primera infancia. Posiblemente esta afectación cerebral explique la "Mancha del Mal" que argumenta el Neurólogo Alemán Gerhard Roth.
No podría cuestionarse que en los individuos que se formaron como criminales se conjugaron; genética, daño cerebral y enfermedades mentales y circunstancias adversas con historia prevalentes de sufrimiento extremo en la infancia y adolescencia. Estos elementos han sido denominados la triada de la criminalidad: Infancia, cerebro y circunstancias.
Es menester aclarar que no todos los niños víctimas de violencia en su infancia serán criminales, miles de ellos poseerán factores de resiliencia o bien serán sometidos a tratamiento oportuno y prolongado, no obstante todos tendrán que lidiar con los infames recuerdos de otrora sus primeros años y muchos con alguna discapacidad, enfermedad o adicciones como secuela, pero lo que sí resulta inminente considerar es que todos los criminales tienen como antecedente maltrato infantil.
A medida que los gobiernos formulen políticas públicas de prevención no sólo de contención del delito, se dará el primer paso genuino para el crecimiento y sanidad mental de los ciudadanos. Invertir en la infancia es invertir en prosperidad, salud, y ahorro en el gasto público, por los incontables gastos en los se incurre para subsanar los efectos del maltrato.







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