EL
MUNDO DEL LIBRO: I
TESOROS BIBLIOGRAFICOS EN LA BIBLIOTECA ARMANDO ÜLIVARES
Textos de José Francisco González García Manuel José Pedraza Gracia Fermín de los Reyes Gómez María Idalia García Aguilar Marrha Lengeling Buenaventura Rubio Zenil José Abel Ramos Soriano Andrés Escobar Guriérrez Ángel del Moral Celia Rocío Olvera Estrada Juan Manuel Espinosa Sánchez Vicente Aboites Luis Rionda Arreguín Andrés Fuentes Basurro
UNIVERSIDAD1 1DE GUANAJUATO
AÑOS DE AUTONOMÍA UNIVERSITARIA
EL mundo del Libro: tesoros bibliográficos en La Biblioteca Armando Olivares
Primera edición, 2014 D.R. © Universidad de Guanajuato Lascuráin de Retana núm. 5 Guanajuaro, Gro., México C.P. 36000 Producción: Programa Editorial e Imprenta de la Secretaría General Mesón de San Antonio Alonso 12, centro Guanajuaro, Gro., C.P. 36000
[email protected] Coordinación editorial: Ma. Adriana Chagoyán Silva C uidado de !_a edición: A.]. Aragón Formación: Angel Hernández Carrillo Diseño de porrada: Lilian Bello-Suazo Corrección: Edgar Magaña G. ISBN: 978-607-441-305-2 Impreso y hecho en México Printed and made in Mexico
Índice
Presentación .. .. ... .. .. .. . .. . .. .. .. . .. .. .. .. .. . . .. ... . .. .. .. . .. .. .. . .. . .. . .. .. .. . .. . .. . .. . .. . .. . ... .
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Antecedentes históricos de la Biblioteca Armando Olivares José Francisco González García.......... ......................... ...... ..... .. .
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Los fondos históricos en la biblioteca y la función patrimonial de la biblioteca histórica: reflexiones para un ensayo Manuel José Pedraza Gracia....................... ... .. .. ....... ...... ... .... ....
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La rareza del libro Fermín de los Reyes Gómez............... .. ...................... .... .. .. ... .. ..
37
Artefactos de papel: libros antiguos en México María Idalia García Aguilar................ ................. ........ .. ......... .. .
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Los tesoros bibliográficos de la Biblioteca Armando Olivares en otros idiomas Martha Lengeling Buenaventura Rubio Zenil..................... ... .. .... .. . .. . .. .. .. .. . .. .. .. . .. ..
97
Libros expurgados: muestra de la censura de escritos en la Nueva España José Abel Ramos Soriano ................ .. .. .... .. ... ................. .... ....... .
109
Libros y propietarios en la biblioteca del Doctor José María Luis Mora Andrés Escobar Guriérrez ..... .. .. .. ....... ......... ....... .... ........ .. ..... ... .
129
Los libros como testigos y representantes de procesos históricos: el caso del Aureum opus de ente et essentia diui Thome Aquinatis Ángel del Moral....... ..... ..... ............. .............. ..... .. ..... ...... ... ...... .
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Geographia de Claudia Ptolomeo Celia Rocío Olvera Estrada..... .. ....... ...... ..... .. ........ ...... ... .... .......
167
Las obras científicas de Isaac Newton localizadas en la Biblioteca Armando Olivares Juan Manuel Espinosa Sánchez ....... ... .... ... .. ..... .. ... ... .. .... ... ... .... .
177
La naturaleza de la luz en los Elements de la philosophie de Newton de Voltaire Vicente Aboites....... .. .............. .. ........ ... .................... .. .. . .... ..... ...
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La Independencia de México a la luz del Ensayo político de Humboldt Luis Rionda Arreguín . .. .. .. . ... . .. .. .. .. . .. .. .. .. . .. .. . .. . ... . .. . .. .. . .. . .. .. . .. .. .
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Un incansable espíritu de respeto a lo histórico, lo estético y lo tecnológico Andrés Fuentes Basurro ............ .... ... ... .... .. .. ... .. ..... ... .................
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ARTEFACTOS DE PAPEL: LIBROS ANTIGUOS EN MÉXICO
María Idalia García Aguilar Cemro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas Universidad Nacional Autónoma de M éxico
Un raudal de información sin determisin organizar, sin clasificar, sin inventariar, no tiene apenas interés. Jean-Noel Jeanneney (2007)
E
l legado bibliográfico de México está conformado por diferentes objetos que reflejan una historia tan rica como compleja. En este legado, debemos distinguir a los libros antiguos, tanto aquellos producidos en el territorio novohispano como a los que fueron traídos de otros territorios. Tal distinción es porque conforman un importante conjunto de piezas patrimoniales que, por diversas circunstancias, no hemos logrado registrar y, por tanto, cuantificar la dimensión de su riqueza, y mucho menos diferenciar entre la mayor parte de los objetos conservados a aquellos que poseen un valor especial por sus propias características para nuestra historia cultural. Esos libros son objetos heredados con historias particulares que narrar, que abarcan desde los avatares de su producción, los complejos caminos de la circulación y el comercio y entramado, que explican tanto la conformación de bibliotecas como el fascinante mundo de los lectores. En todo este proceso está inmersa su transmisión como bienes culturales en-
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/Vl a ría Ida l ia G a rcía A g11 i la r
tre generaciones y hasta la custodia en los reposirorios contemporáneos. No todos los libros de ese pasado, tan cercan19 al periodo novohispano , 1 han sobrevivido en alguna de sus formas materiales. Por el contrario, un grupo importante de estos ha desaparecido de manera irremediable, ya sea porque fueron víctima de la intolerancia o el fanatismo, o porque han sido sacrificados por la desidia y la ignorancia que ha visto en ellos a representantes de un pasado no deseado o, simplemente, que el tiempo transcurrido precisamente los inutilizaba en nuestro camino al progreso. Nada más ajeno a la verdad, pues sin el conocimiento de nuestro pasado estamos en cierta manera mutilados para la construcción de un futuro respetuoso de los derechos culturales, un futuro que solo es posible en el reconocimiento de las diferencias. Debido a estas consideraciones y, en particular, porque testimonian aspectos de la cultura escrita de uno de los periodos más com plejos de nuestro pasado, los libros antiguos han sido de enorme interés para la investigación histórica en diversas disciplinas. Por este tipo de libros, no comprendemos ni definimos a todos los objetos bibliográficos que no forman parte de nuestra idea moderna del libro. El libro antiguo es solamente aquel que ha sido producido por las prensas manuales, técnica que tuvo vigencia desde su invención hacia el año de 1436 (Martínez-Val, 2005, 30) y hasta la introducción de la prensa de hierro fundido, desarrollada por Earl Stanhope en 1795 (Febvre y Martin, 2005, 60). Esta prensa realmente no modificó los procesos de producción de libros, pero marcó el inicio de las prensas mecánicas que a partir de 1800 sí transformaron esos procesos y aumentaron sustancialmente la producción libresca (Gaskell, 1999, 244-245). En este largo periodo de tiempo, se han separado por su importancia los primeros productos de las prensas manuales conocidos como incunables, y elaborados hasta el año de 1500. A partir de esta fecha y hasta el final del uso de estas prensas, en las postrimerías del siglo XIX, rodos los demás libros son denominados como libros antiguos. Todos esros obje-
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