Arte y cultura de la construcción histórica del Abruzzo 1: las estructuras verticales, in Actas del Quinto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Madrid 2007

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Descripción

Actas del Quinto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Burgos, 7-9 junio 2007, eds. M. Arenillas, C. Segura, F. Bueno, S. Huerta, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, CICCP, CEHOPU, 2007.

Arte y cultura de la construcción histórica del Abruzzo 1: las estructuras verticales Claudio Varagnoli Fabio Armillotta Anna Di Nucci Clara Verazzo

El presente trabajo1 tiene por objeto, el estudio de las técnicas de construcción del acervo arquitectónico histórico del área del Abruzzo Citerior, la cual coincide a grosso modo con la provincia de Chieti, situada al sur del río Pescara. Se trata de un área que se caracteriza básicamente por construcciones pobres, sometidas a menudo a la acción devastadora de terremotos y derrumbes, y correspondientes a las características morfológicas de la región. La coexistencia de macizos montañosas y de zonas llanas, che se alternan a extensas zonas de colinas, han determinado a lo largo de los siglos la difusión de técnicas y sistemas de construcción muy diversos entre sí, según los recursos disponibles. Los materiales utilizados pueden variar desde la piedra bruta o semi-labrada —en las zonas montañosas—, hasta los ladrillos —en la zona costera—. En las zonas subapenínicas y de semi-colina las piedras y los ladrillos se usan de manera conjunta. Esta unión da origen a obras mixtas, en las que tal vez, la alternancia de los elementos persigue también un fin decorativo. La escasez de fuentes en los archivos y de estudios específicos sobre este tema han provocado que el presente trabajo tenga como norte la observación y el registro directo, que se tornan instrumentos del conocimiento de la cultura relativa a la construcción del área, favorecidos, generalmente, por el absoluto estado de abandono de completos centros habitados, en lo que hay enteras urbanizaciones en ruinas, que permiten un estudio de la construcción en sus tres dimensiones.

Los casos analizados arrojan una gran variedad de soluciones referidas al período comprendido entre los siglos XIII y XVIII. Para este estudio han sido analizadas y clasificadas solo las obras referidas a la construcción menor, la cual representa en Abruzzo, la parte mas importante del patrimonio arquitectónico. No se han dejado de lado, sin embargo, las obras de la arquitectura monumental, que se caracteriza por un mayor esmero en la ejecución, técnicas de construcción más avanzadas, materiales más valiosos y el aporte de mano de obra especializada. Debido a que en el área que constituye el objeto de nuestro estudio, el empleo del ladrillo es menor que de la piedra, —con la que se combina como material reutilizado en la parte interna del paramento de los muros o para introducir cuñas y/o estratos horizontales en los paramentos irregulares— el presente trabajo de investigación estará limitado a las obras de piedra exclusivamente. El estudio de la materia ha arrojado los siguientes datos: a. tipo de materiales y procedencia; b. elaboración y acabado de los elementos individualmente considerados; c. tamaño de las piezas individuales y de la sección (en caso de posibilidad); d. características de la puesta en obra; e. características macroscópicas de la argamasa para estratificación y de su colocación.

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Se ha determinado el uso dominante de la piedra caliza, empleada sobretodo en la construcción de estructuras principales, a menudo en combinación con materiales erráticos y de aluvión. Entre los paramentos principales, útiles para determinar y clasificar las obras de albañilería, tenemos el labrado del elemento lapídeo y su puesta en obra, que permiten distinguir categorías de obras llevadas a cabo según lógicas de construcción diversas y por talleres con niveles profesionales y experiencias distintas. Las muestras halladas tienen un tamaño de 2 m × 2 m y hacen posible la identificación de tres tipologías de obras de albañilería principales, establecidas de conformidad con su calidad técnica: obras de albañilería en piedra no labrada, obras de albañilería en piedra semilabrada y obras de albañilería en piedra labrada. Cada una de ellas se divide a su vez en subclases, establecidas en relación a características de cantidad y de calidad, según el esquema siguiente: Obras de albañilería en piedra no labrada – estructura irregular sin curso horizontal, constituida por material diverso y/o no uniforme, con o sin cuñas; – estructura irregular constituida por material no trabajado o poco trabajado, colocado en dirección sub-horizontal; – estructura irregular constituida por material heterogéneo colocado en hilera; – estructura irregular constituida por piedra bruta y bloques partidos dispuestos horizontalmente con intervalos regulares y/o materiales reutilizados;

Obras de albañilería en piedra no labrada. Las obras de albañilería en piedra no labrada están formadas por materiales muy heterogéneos: bloques de cal poco trabajados (exfoliados o partidos), piedra bruta, mampuestos y fragmentos, piedras de rio, material errático, al igual que fragmentos de ladrillos, bloques, barro y tejas, colocadas de manera irregular y con una hechura che varía de caso en caso. La puesta en obra de materiales no trabajados o poco trabajados, de calidad y dimensiones tan distintas, presuponía una cierta pericia de quienes aportaban la mano de obra, especialmente para establecer una unión eficaz entre los paramentos exterior e interior y el núcleo de la pared. El gran número de ejemplos encontrados y los distintos tamaños de las piedras brutas empleadas (en su mayoría caliza compacta), han creado muchas dificultades a la hora de comprender la modalidad de la puesta en obra, debido a la escasez de elementos de tamaños notables, el gran porcentaje de astillas y fragmentos de ladrillos y la gran variedad de las juntas de mortero (fig. 1). En la subdivisión de las obras de albañilería en piedra no trabajada, surgen dificultades debido a la elaboración de núcleos con astillas y fragmentos compactados, independientemente del tipo de paramentos. Por esta razón, para poder subclasificarlas se ha recurrido a tres modalidades distintas de puesta en obra,

Obras de albañilería en piedra semi-labrada – estructura de piedra bruta o piedras de cantería escuadradas, dispuestas en cursos sub-horizontales y paralelos; – estructura en cursos paralelos y horizontales; Obras de albañilería en piedra labrada – estructura con piedras de cantería dispuestas en cursos paralelos y horizontales, no isométricos; – estructura con piedras de cantería dispuestas en cursos no isométricos y ligeramente ondulados.

Figura 1 Albañilería mixta. Borgo Faraone (Te), casa campesina

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las cuales se definen respectivamente: irregular, irregular dispuesto horizontalmente y en hileras. A esta subdivisión general se agrega otra categoría referida a los paramentos en los que se emplea en forma conjunta piedras no labradas y piedras semi-labradas.

ESTRUCTURAS IRREGULARES La tipología examinada está constituida por muros irregulares, y se caracteriza por piezas bastante desiguale en las formas y en las dimensiones y un porcentaje importante de cuñas (fig. 2). Un ejemplo interesante ha sido hallado en el castillo de San Valentín, en Abruzzo Citerior, en la provincia de Pescara. El muro interno del patio, cuya data se estima entre el final de siglo XIII y la primera mitad del siglo XIV, presenta una estructura compuesta por elementos pequeños y medianos, de longitud inferior a 40 cm (alrededor de un palmo y medio) y alturas contenidas entre los 30 cm (el promedio es de 27 × 9 × 15 cm), colocados con espesas juntas de mortero. En la torre norte del castillo, la estructura, aún y cuando se caracteriza por una variedad importante en los tamaños de las piezas, presenta un claro dominio de piezas grandes y medianas con lungitudes máximas superiores a 40 cm (el promedio es de 35 × 18 × 22 cm), armados con espesas juntas de

Figura 3 Ejemplo de albañilería con núcleo interior

mortero, y grandes fragmentos lapídeos utilizados como cuñas. Lo mismo puede decirse de la estructura de los muros de la torre sur, donde el promedio es de 32 × 10 × 16 cm. Los núcleos inspeccionados presentan, entre los paramentos, una compactación de astillas y fragmentos lapídeos semejantes tanto en el tamaño como en la forma, a las piedras brutas detectadas en los mismos paramentos. Entre los ejemplos de estructuras irregulares tenemos también aquel que se encuentra en el paramento lateral de la parte sureste del campanario de la iglesia de Santa Eufemia situada en Fara Filiorum Petri, perteneciente al siglo XIII: piedras brutas de pequeñas dimensiones, de una longitud máxima de 27 cm, altura contenida entre los 20 cm y elementos medianos que oscilan entre los 9 × 7 y 14 × 8 cm, realizadas gracias a un importante número de cuñas, mientras que el núcleo, constituido por astillas y fragmentos lapídeos de pequeñas dimensiones, es compactado (fig. 3).

ESTRUCTURAS IRREGULARES CON CURSOS HORIZONTALES

Figura 2 Ejemplo de albañilería irregular

Esta tipología agrupa a las obras de albañilería con paramentos aún irregulares, pero marcados por líneas horizontales colocadas a distancias variables, generalmente no superiores a los 50 cm; aunque los estra-

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tos horizontales no son precisos, son perfectamente detectables a través una visión de conjunto. En la puesta en obra de las piezas, la construcción de paramentos sigue un esquema según el cual cada faja está constituida por una primera colocación de piezas grandes seguidas por elementos más pequeños. El caso de elementos que tienen una altura igual a la altura de la faja en la cual están insertados, es menos común. Como consecuencia de esto se obtienen obras de albañilería con características muy variadas, que presentan una gama de posibilidades que van desde la textura homogénea, a aquellas que utilizan fragmentos de piedra de medianas y grandes dimensiones, de formas irregulare y astillas o fragmentos de ladrillos. El núcleo de este tipo de albañilería refleja en casi todos los casos, una compactación de astillas y fragmentos lapídeos de tamaños medianos y pequeños. En toda el área objeto de estudio han sido hallados interesantes ejemplos. Una muestra de muro, perteneciente al período transcurrido entre los siglos XII y XIII, que se caracteriza por estar compuesta de astillas y fragmentos colocados en estratos sub-horizontales, distantes 30–40 cm entre si, ha sido hallado a lo largo de la pared septentrional de la iglesia de San Tommaso, en Caramanico Terme, provincia de Pescara. En Roccamontepiano (Ch), localidad de Santa Maria delle Grazie, ha sido individuada una obra hecha de piedras brutas y fragmentos irregulares colocados en modo homogéneo, que en la zona cercana a los cursos de regularización del muro (ripianamenti) muestra fragmentos de ladrillos procedentes generalmente de bloques y tejas. Los cursos de regularización del muro tienen una distancia promedio de alrededor 50 cm y los ladrillos son colocados horizontalmente sobre un abundante estrato de mortero, que contiene muchos fragmentos de piedras y ladrillos, con lo que se determina que la obra es posterior al siglo XVI. Otro ejemplo ha sido hallado en los vestigios de dos edificios ubicados en Salle Vecchia (Pe): en el primer caso la obra está formada por piedras brutas irregulares con cursos horizontales discontinuos, formados por fragmentos de bloques. Las piedras brutas gris/ocre están apenas labradas, con dimensiones promedio de 20 × 13 × 22 cm, mientras que las inserciones de ladrillo tienen tamaños medianos de 2 × 7 × 14 cm. El núcleo presenta fragmentos y desechos de pequeñas dimensiones. En el segundo caso, los muros están compuestos por piedras brutas

Figura 4 Ejemplo de albañilería en piedra con cursos subhorizontales y paralelos. Taranta Peligna (Ch), iglesia de S. Biagio, XVI siglo

irregulares con cursos horizontales discontinuos. Los elementos lapídeos han sido apenas desbastados y tienen dimensiones promedio de 20 × 13 × 18 cm. El aglomerante está constituido por cal gruesa y arena. El núcleo contiene fragmentos y desechos de pequeñas dimensiones. Para finalizar, en los vestigios de la iglesia de San Biagio en Taranta Peligna (Ch), ha sido hallado el tipo irregular con cursos sub-horizontales tanto en el ábside como a lo largo de la pared lateral nordeste (fig. 4). El muro del ábside está constituido por piedras brutas calizas de dimensiones variables, con longitudes máximas de 80 cm y alturas máximas de 23 cm, y fragmentos lapídeos. El núcleo está encastrado, quizás por causa de su espesor de alrededor 60 cm, y representa uno de los raros casos hallados. La pared lateral está caracterizada por piedras brutas de tamaños distintos bién a lo largo del lado interior así como el del exterior, respectivamente con longitudes máximas variables entre 50 y 60 cm. y alturas máximas contenidas entre 24 y 26 cm. El núcleo muestra un contenido predominante de fragmentos, astillas y pedazos de cal compactados.

ESTRUCTURAS IRREGULARES EN HILERAS Aún y cuando son muchas las dificultas que presenta esta tipología de obra, al momento de determinar su

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datación, es posible reconocer un tipo mas antiguo perteneciente al siglo XIII, realizado con piedras brutas irregulares de mediano tamaño y poco mortero, y otro perteneciente al siglo XV, en el cual los elementos asumen formas y dimensiones mas regulares, colocados con una mayor cantidad de mortero y con cuñas útiles a rellenar las faltas y alinear las hileras. En general, la diferencia entre los muros irregulares, con o sin cursos horizontales y los muros dispuestos en hileras consiste en el proceso de selección y montaje de los elementos lapídeos. Efectivamente, en el primer caso, la selección estaba dirigida a garantizar una distribución homogénea de las piezas con dimensiones distintas para favorecer el engranaje; en el segundo la disposición de las piedras brutas se producía en sentido linear, cuidando sobretodo el acoplamiento del material en la parte interior de la misma hilera. De esta manera el muro se presenta como el resultado de la suma de dos fundas y un plano de relleno. La disposición de las piedras brutas en líneas horizontales denota regularidad en la elaboración del muro, en el cual, cada parte interna de la pared contiene la misma cantidad de mortero repartida entre las hileras; esto evita el hundimiento en el asentamiento, producto de la capacidad de resistencia desigual entre el mortero y la piedra. Debido a las forma de los elementos lapídeos, los cursos no siguen nunca una línea horizontal precisa, son sin embargo siempre realizados antes de la puesta en obra y dimensionados en base a la altura promedio de la hilera (fig. 5). De la observación sobre el campo se han obtenido algunos ejemplos interesantes. En los restos de la ya mencionada iglesia de Santa Eufemia (siglo XIII) en Fara Filiorum Petri, el muro del ábside contiene ladrillos en lugar de algunas hileras. Se trata de pedazos de bloques, probablemente reutilizados, dispuestos en una faja única o doble, en algunos puntos, para regular la hilera. El uso de piedras brutas de tamaños distintos, con cursos horizontales, colocadas con mortero de cal y fragmentos de ladrillos está presente también en las paredes che cierran el perímetro de la iglesia. En algunas fachadas del centro histórico de San Valentino en Abruzzo Citerior, han sido halladas algunas obras de albañilería, pertenecientes al período comprendido entre los siglos XII y XIV, realizadas con piedras brutas colocadas en hileras contínuas, localmente onduladas o inclinadas, que en algunos ca-

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Figura 5 Albañilería mixta. Borgo Faraone (Te), casa campesina, detalles

sos presentan cuñas para regular los cursos. Los muros estón formados por piedras brutas calizas, cuyas tamaño mas frecuente es de 15 × 12 × 16 cm y presenta cursos horizontales con una distancia promedio de 14 cm. Resulta también interesante, el uso combinado de elementos lapídeos y ladrillos en los restos del paramento de los muros del castillo de Archi, cuyas hileras están colocadas a una distancia de alrededor 52 cm. Por lo que respecta al núcleo de la pared, no se trata de un verdadero saco: en su interior, las piedras no labradas y los fragmentos procedentes del labrado de las mismas, están bien compactadas en estratos de altura variable y mezcla de mortero

ESTRUCTURA EN PIEDRA NO LABRADA Y SEMILABRADA

La realización de obras de albañilería con piedras brutas mixtas en bloques parece encontrar su fundamento en la voluntad de regular las texturas a través de la introducción de bloques dispuestos en cursos mas o menos ordenados, con la ventaja de reducir tempo y costes, que se obtenía utilizando todos los restos que quedaban después de haber trabajado las piezas principales. En tales obras, en las cuales los

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bloques son casi siempre mas granes que las piedras brutas, se nota una búsqueda del encaje entre los diversos elementos lapídeos, —con los bloques acoplados sobre cursos mas o menos regulares (ondulados, inclinados o sub-horizontales)— y las otras piezas colocadas en modo oportuno para rellenar los espacios vacíos y para nivelar los lechos de colocación siguientes (fig. 6). La observación del paramento de los vestigios de una casa rural en Salle Vecchia, perteneciente a los siglos entre XVI y XVII, denota la distribución del material lapídeo, constituido por elementos de grandes dimensiones (alrededor de 18 × 36 × 25 cm) los cuales, alternándose con piezas mas pequeñas, de medidas variables (la dimensión mas frecuente es de 7 × 10 × 8 cm), penetran en profundidad en la pared y se conectan con el núcleo. Se dedica una especial atención al engranaje de las piedras más grandes con las más pequeñas y al desplazamiento de las juntas. El mortero, no acabado en la superficie, es homogéneo y su espesor varía desde 0,5 cm a 1,5 cm. Esta categoría contiene también las obras de albañilería realizadas con piedras brutas colocadas de manera irregular y asociadas a piedras de cantería recuperadas de estructura anteriores procedentes de la época romana o medieval; se trata de ejemplos donde el material de nuevo empleo y el reutilizado respetan lógicas de montaje generalmente independientes y

Figura 6 Ejemplo de albañilería en bloques

casuales. Debido a la gran difusión del fenómeno de la reutilización, es difícil determinar con precisión la data de estas obras, probablemente pertenecientes al período comprendido entre los siglos XIV y XVII. De igual modo es difícil reconocer la evolución de la puesta en obra, ya sea por los elementos que son reutilizados, que por aquellos de nueva fabricación, aunque el objetivo principal era siempre el de utilizar las piezas mejor hechas en las zonas estaticamente importantes, como ángulos y travesaños (fig. 7). Un caso particularmente interesante es el del ángulo de la fachada principal del palacio Tabassi en Musellaro (Pe), perteneciente al periodo entre los siglos XVI y XVII, constituido por bloques de piedra escuadrada y parcialmente desbastada, a los cuales se anexan elementos reutilizados con base rectangular y con dos dimensiones, la altura y la longitud, que prevalecen sobre el espesor. La unión entre los dos paramentos se produce en los dos niveles, alternando la superficie de cabeza (espesor-longitud) a la superficie frontal (lungitud-espesor). Los tamaños de las piezas del angular, singularmente consideradas, son de 50/60 × 40/50 cm, mientras que las piedras perpendiculares (diatoni) presentan dimensiones equiva-

Figura 7 Albañilería mixta. Borgo Faraone (Te), casa campesina, detalles

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lentes a 25/30 × 18/20 × 70 cm. El porcentaje de mortero empleado, a base de cal y arena de río, no es muy elevado, sin embargo, gracias a la buena estructura, la albañilería no presenta grandes problemas de tipo mecánico.

OBRAS DE ALBAÑILERÍA EN PIEDRAS SEMILABRADA Las obras en piedra semilabrada son realizadas con materiales lapídeos escuadrados colocados con cierta aproximación, con superficies desbastadas y aristas redondeadas. La estructura suele ser bastante regular y presenta modificaciones en la construcción, ya que los elementos están colocados a denudo, en fajas sobre hilera continuas; además, la junta de mortero es mas acabada lijada al ras de la piedra de cantería con un espesor variable. Las diferencias entre los paramentos del mismo tipo se encuentran exclusivamente en las dimensiones de los bloques empleados. En muchos paramentos la irregularidad del material ha provocado la realización de cursos con piedras brutas desdobladas para tratar de recuperar una cierta horizontalidad, que frecuentemente se obtenía también mediante la inserción de cuñas (fig. 8). Un interesante ejemplo ha sido hallado en la torre de defensa de Musellaro, en la cual se encuentran ejemplos de estructuras de bloques realizadas sola-

Figura 8 Ejemplo de albañilería mixta. Atessa (Ch), s. XIX

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mente con material lapídeo, con hileras regulares y a veces desdobladas, compuestas por pequeños bloques, generalmente de dimensiones homogéneas. Los muros compuestos por elementos de piedra caliza son bastante regulares, con piedras brutas y bloques partidos pero no escuadrados, y cursos horizontales cada 60–70 cm. La presencia de piedras perpendiculares (diatoni) no es regular y no es posible analizar el interior, a excepción de un lado en el cual la pared presenta un intersticio de alrededor 60 cm de longitud aproximadamente. Las piedras están perfectamente encajadas entre sí, siendo el espesor del mortero, la cal y la arena de rio, casi ausente. En el paramento de los muros del castillo de San Valentino en Abruzzo Citerior, la estructura presenta hileras de piedras y ladrillos que repone una cierta homogeneidad estilística y cromática a la fachada. Bloques y tejas de dimensiones y alturas distintas están colocadas sobre una hilera única o a veces se introducen como cuñas: se trata de material de desecho y fragmentos, producto de derrumbes, posteriormente reutilizados. En este tipo de muros, la estructura irregular del material de piedras brutas se encuentra presente en el curso y hasta las esquinas, costituidas por piedras de cantería escuadradas de materiales mas resistentes. El uso de piedras angulares favorece

Figura 9 Ejemplo de albañilería en piedra. Castillo de Archi (Ch), s. XV–XVI

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la geometrización de todo el paramento de los muros, y generalmente forma una estructura mas estable desde el punto de vista mecánico (fig. 9). Los muros del rincón del patio interior del palacio (siglo. XVII) en Musellaro, están formados por caliza de la Maiella, desbastada y cortada probablemente en la cantera y acabada en la obra. La base está constituida por dos parte: la parte moldeada es un elemento monolítico de piedra caliza, mientras que la parte restante es de ladrillo. El ángulo o esquina está constituido por dos bloques de piedra escuadrada para cada nivel, colocados en modo de alternar la superficie de cabeza con la superficie frontal. El aglomerante utilizado está formado por mortero, cal y arena de río. En Salle Vecchia, la albañilería del rincón de los vestigios de una construcción (siglo XVIII) está formada por un revestimiento exterior de dovelas regulares, una parte interior de piedras brutas y un relleno de mortero y fragmentos de piedra. Las dovelas de piedra gentil de color amarillo-claro, escuadrados, con aristas redondeadas y aplanadas con una gradina (especie de escoplo dentado), tienen como dimensiones promedio 25 × 45 × 26 cm. El aglomerante está formado por cal gruesa y arena y tiene un espesor, que varía de 0,5 a 1 cm (fig. 10).

Figura 10 Ejemplo de albañilería en piedra. Castillo de Archi (Ch), s. XV–XVI

OBRAS DE ALBAÑILERÍA EN PIEDRA LABRADA En el grupo de las obras de piedra labrada han sido incluidas las estructuras constituidas esencialmente por piedras de cantería escuadradas y aplanadas de dimensiones grandes o medio-grandes, labradas casi siempre sobre cinco caras, de las cual, aquella a vista con aristas vivas, realizadas en su mayoría con calizas compactas o travertino y puestas en obra con cursos horizontales y paralelos. Generalmente esta estructura presenta dos paramentos distintos, el exterior con piedras de cantería casi escuadradas y el interno con bloques labrados de manera más ordinaria, con el núcleo de la pared realizado como un saco. En los casos analizados la separación entre los paramentos de los muros es una característica que se repite, a pesar de la presencia de piedras labradas como una cuña, para una mejor prensa entre piedras de cantería y núcleo, evidentemente no suficientes para garantizar la eficacia estática. Las piedras de cantería están colocadas casi siempre en fajas y las piedras perpendiculares (diatoni) son escasas; las juntas son finas y con poco mortero, a veces en hileras. Las hileras poseen casi siempre una altura constante; algunas variaciones pueden ser apreciadas en la medida en que se continúa en altura. Las estructuras están constituidas por piedras de cantería que no poseen una superficie totalmente escuadrada. Los ángulos son ligeramente redondeados y la cara exterior no es siempre aplanada ni labrada finamente (fig. 11). Las hileras horizontales muestran alguna variación, con inserciones esporádicas de cuñas, pero son bastante regulares en la altura, subdivididas por juntas finas con poco mortero. Resulta emblemático el caso de la construcción estudiada en una casa abandonada en Serramonacesca, perteneciente al periodo entre los siglos XVII y XVIII, en la cual grandes piedras de cantería calizas (la dimensión mas frecuente es de 35 × 55 × 25 cm) son acoplado la una a la otra, subdivididas por juntas de mortero, que en algunos puntos se tornan espesas, dando cabida a las cuñas. Debemos distinguir entre estructuras de piezas perfectamente escuadradas y aplanadas, generalmente acabadas con una cinta perimetral y colocados en hileras horizontales, bien yuxtapuestos, mas no isométricas, y estructuras menos regulares, constituidas, de todas maneras, por elementos bien escuadrados y rebordeados, tipo cuñas, hacia el interior, aplanados

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Figura 11 Ejemplo de obra labrada

solo ligeramente, carentes de acabados estéticos y colocados en hileras ligeramente onduladas. Las uniones de los paramentos verticales y horizontales, son en el primer caso muy delgadas y constantes, mientras que en el segundo, varían poco, manteniéndose por debajo de los 2 cm. En la iglesia de San Biagio en Taranta Peligna, en los restos de su campanario, han sido encontradas y analizadas unas estructuras en cursos horizontales y paralelos, pertenecientes a la segunda mitad del siglo XVI. Piedras de cantería de dimensiones grandes y medianas, escuadradas y aplanadas, colocadas en hileras paralelas, echados con cal, con juntas de un espesor no superior a 0,5 cm (fig. 12). En referencia a las herramientas de trabajo, en Fara Filiorum Petri, sobre las piedras de cantería calizas del campanario de la iglesia de Santa Eufemia (siglo XIII), es posible ver aún los signos dejados por la martellina. Ejemplos de estructuras de piedras de canterías escuadradas con hileras ligeramente onduladas han sido encontradas en Salle Vecchia, en los paramentos de cierre perimetral de los vestigios de dos casas aisladas: en el primer caso la construcción posee un revestimiento exterior de piedras de canterías irregulares, cuya parte interna se restringe, de manera que, pueda encajarse mejor a los otros muros. Las piedras de canterías de piedra gentil amarillo-claro son es-

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Figura 12 Ejemplo de albañilería en piedra labrada. Taranta Peligna (Ch), iglesia de S. Biagio, s. XVI

cuadradas y desbastadas, con dimensiones promedio de 21 × 32 × 23 cm. El aglutinante está formado por cal gruesa y arena con un espesor que varía desde 0,5 a 1 cm. El núcleo presenta astillas y desechos de pequeñas dimensiones. En el segundo caso la estructura está revestida externamente con piedras de canterías regulares escuadradas y aplanadas, de dimensiones de 17 × 40 × 22 cm. El mortero está formado por cal gruesa y arena con un espesor que varía desde 0,5 a 1 cm; el núcleo contiene astillas y desechos de pequeñas dimensiones. Esquematizando las informaciones analíticamente obtenidas sobre el territorio, resulta evidente en primer lugar, el predominio claro de las estructuras de albañilería en piedra no labrada, en relación a las estructuras semilabradas y labradas. Tomando en cuenta la cronología, las construcciones exclusivamente de piedras brutas han sido realizadas de manera continua e ininterrumpida a lo largo de los siglos, con una mayor concentración entre los siglos XIII y XV y posteriormente desde el siglo XVII en adelante; las construcciones de piedra semilabrada resultan realizadas prevalentemente entre los siglos XVII y XVIII; las obras en piedra labrada, las encontramos tanto en el siglo XIII así como desde el siglo XVI en adelante.

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NOTAS 1.

Investigación coordinada por prof. Claudio Varagnoli y prof. Lucia Serafini, con Fabio Armillotta, Anna Di Nucci, Aldo G. Pezzi, Clara Verazzo, Enza Zullo.

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