Arte e Identidad: el Poder de la Enfermera

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Descripción

Caspar David Friedrich. Monje a la orilla del mar. Óleo sobre lienzo. Palacio de Charlottenburg, Berlín.

Identidad y arte: el poder de la enfermera

L

a Revista Rol de Enfermería. El significado de estas palabras variará necesariamente, dependiendo de quién sea el que las lea. Dejadme primero que os diga lo que significan para mí. Cuando la palabra reverbera en mis oídos oigo de fondo el repiqueteo de las máquinas de escribir. Veo delante de mí mesas muy altas, fotocopiadoras y olor a tinta y papel. A través del cristal que da a una oficina, veo a mi madre y a mi padre, ella editora y el fundador de la revista Rol, trabajando incontables horas, tomando decisiones con los colaboradores de siempre. No es de extrañar, pues, que yo vea en Rol a un ser vivo, inevitablemente entrelazado a mi historia y mi crecimiento. Para los más jóvenes, quienes accedieron a los estudios de enfermería por la puerta grande, optando a licenciaturas, másters y postgrado, puede que Rol sea un medio de divulgación más, una herramienta que se da por sentada como plataforma científica y formativa del mundo de la enfermería. Para los profesionales y docentes que llevan décadas en la profesión, quizás tenga la Revista Rol de Enfermería una resonancia más profunda, incluso personal. No en vano Rol es la revista de enfermería más antigua de España, la cual lleva publicando números mensuales ininterrumpidamente desde hace 38 años. Publicada por primera vez en Julio de 1978, Rol se convirtió en la plataforma que acompañó y permitió a la recién estrenada carrera universitaria de enfermería un medio en el que difundir las investigaciones de los enfermeros. La enfermería en España tiene una larga historia de reivindicación, peleando su puesto como disciplina académica de pleno derecho. Entre los años 50 y 70, las enfermeras se consideraban «Ayudantes Técnicos Sanitarios»: era la época de las ATS, las cuales no tenían acceso a una formación universitaria, con la falta de reconocimiento social y profesional que ello conllevaba . No fue hasta 1977, con la creación de las Escuelas Universitarias de 6

Rev ROL Enferm 2016; 39(2): 000

GRISELDA BERECIARTU

Enfermería y la titulación del D.U.E. («Diplomado Universitario de Enfermería»), que la enfermería española vivió un momento de cambio decisivo, entrando en la Universidad como disciplina académica. Cuando ese cambio se produjo, debemos tener en cuenta que no había cultura de producción científica e investigadora entre las enfermeras, puesto que su reconocimiento y participación en la vida académica no había sido contemplado. Para que una disciplina se desarrolle en el marco científico es imprescindible que cuestione, analice y estudie los elementos que la configuran y forman parte. Los resultados de este proceso se plasman en la producción científica, clave para la consolidación y crecimiento de cualquier profesión, especialmente en el marco de la salud. Rol es en mi opinión un espejo del desarrollo y del esfuerzo de la enfermería en España por ocupar el lugar y reconocimiento laboral que merece. Sin embargo, ese no ha sido el foco de la Revista: el objetivo de Rol es, ante todo, propiciar una enfermería humana. Hablando con una enfermera sobre la revista, me dijo que lo que le sorprendía de las publicaciones era justamente que no parecía una revista científica al uso. La belleza y viveza de sus imágenes, el cuidado compositivo, el tamaño del texto y la humanidad desde la que se abordaban los temas, son características inmanentes de la revista. Textualmente decía: «es como si fuera una revista gráfica de tradición femenina que debiera entrar por los ojos, que tocara la sensibilidad artística, que rozara el alma y no solo el intelecto». No en vano intentamos corregir la preponderancia del modelo biologicista a favor del modelo enfermero. Etimológicamente, la palabra enfermería procede del latín. El prefijo In indica negación, firmus firmeza, y el sufijo eria, actividad. Por tanto, la enfermería es aquella actividad que entra en contacto con los no firmes, no fuertes. De ahí que requiera ser un bastión de firmeza, de ética y sobretodo de cuidado. La

Editorial enfermera es mucho más que un compendio de conocimiento técnico y de procedimientos, es el calor humano, cercano, testigo día a día del esfuerzo por recobrar la autonomía de quienes la han perdido. Es una piedra angular del buen funcionamiento de cualquier sistema sanitario. Por lo tanto, es esencial el desarrollo de la enfermera en el mundo de la ciencia y la investigación, ya que aporta un material valiosísimo de conocimiento empírico, cercano a la realidad humana en su estado más vulnerable. Rol es una revista indexada, puesto que uno de los objetivos, desde su fundación, fue la de ofrecer una plataforma de reconocimiento para los trabajos científicos del mundo de la enfermería. Las revistas indexadas son publicaciones periódicas de investigación que denotan alta calidad y han sido listadas en bases de datos de consulta mundial, lo que habitualmente trae aparejado que la revista tenga un elevado factor de impacto. Los más de 4.600 artículos que han aparecido en Rol desde su inauguración aparecen en los índices internacionales MEDLINE/PubMed, Scopus, CUIDEN, Latindex, IBECS, Dialnet, WorldCat, MEDES, Enfispo e IME. Rol es por tanto, el espacio internacionalmente reconocido desde el cual la enfermería española tiene voz investigadora y entidad. Como toda disciplina, la enfermería, con un recorrido de publicaciones científicas en España menor a 40 años, ha encontrado un nuevo reto referente a la calidad y el rigor de la información. El Internet es una realidad condicionante de nuestro desarrollo, comparable a la verticalidad del hombre o a su ventaja comparativa con otras especies gracias a su pulgar oponible. Se trata de un arma tan potente de inmediatez, expansión, conexión y debate a tiempo real que da vértigo. Es curioso que una herramienta moderna remita a un sentimiento omnipresente en pensadores que ni siquiera soñaban con el mundo web: los Románticos. Para el período artístico del Romanticismo, que se desarrolló en Europa entre xviii y xix, tiempo de individuación, coetáneo además al afianzamiento del nacionalismo y las monarquías constitucionales, el vértigo era un sentimiento que estaba a flor de piel. Al fin de cuentas, era una época de cambios acelerados que producían una fuerte nostalgia por el pasado. Y una fuerte sensación de desubicación en el presente. Uno de los grandes exponentes del Romanticismo alemán, el pintor Caspar David Friedrich, se hizo eco del sentir del momento, investigando sobre el concepto de vértigo en sus obras: ese miedo sublime que el ser humano siente ante la inmensidad. En sus cuadros podemos ver una figura empequeñecida de un hombre frente a un mar infinito e indiferente («Monje frente al mar») o un viajero encaramándose al borde de un precipicio. En la obra parece que se detiene el tiempo , que las nubes aguantan el aliento mientras oímos el latir del corazón del viajante que precipita su vibración hacia el abismo que lo atrae y aterra. La revolución metódica que ha supuesto Internet en el mundo de la literatura científica es también vertiginosa. Si Friedrich pintase ahora, quizás enfrentaría a su viajante a un mar de píxeles superpuestos que le gritan desde las esquinas, ofreciéndole portales de información infinitos. La vastedad informativa que Internet pone a nuestro alcance y su repercusión en la producción de publicaciones científicas es un fenómeno tan complejo de analizar, que no admite un debate maniqueo de aceptación o rechazo. La cuestión no es, si Internet es mejor o peor que otras plataformas de divulgación de conocimiento. No es en absoluto nuestra intención, –además de ser un ejercicio manido, absurdo

y anacrónico-, hacer una apología de los viejos medios de comunicación impresos en comparación con Internet, como medio de divulgación y comunicación entre la comunidad científica. Sin embargo estamos lejos de controlar y comprender los pros, los contras y sobretodo a los problemas de rigor, a los que Internet enfrenta a cualquier académico que se aventure a la tarea de ahondar en la ciencia de su disciplina. A este fenómeno complejísimo podemos no obstante señalarle un punto clave de turbación, que afecta tanto a informadores como a los que buscan información: Internet enmascara el principio básico que sustenta a la comunicación: es decir, la identidad del emisor y del receptor. Según la terminología médica, el vértigo parte de una sensación de inseguridad y desequilibrio. Suele venir acompañado de un sentimiento de rotación, del cuerpo o de los objetos que lo rodean, añadiendo al aturdimiento una pizca de desorientación y adrenalina. Vértigo es precisamente, lo que se puede sentir ante la avalancha de información que fluye por la red, sobretodo a la hora de escribir y publicar material científico. Cuando perdemos la orientación, tenemos dificultades para rastrear el origen de aquello que estamos investigando. No en vano, las escuelas de pensamiento de todas las épocas han subrayado la importancia del linaje, la procedencia, el origen. Pues de la fuente se derivaba la enseñanza, de tal maestro tales discípulos y por tanto, conociendo la identidad de origen de la información se podía reseguir el desarrollo de las ideas, conociendo a sus defensores y detractores. ¿Cómo ha ido desarrollándose el mundo editorial de la información? Gran parte de los lectores se adscriben a uno u otro medio de difusión porque conocen la línea de la publicación: es decir, conocen la identidad a la que la publicación se adscribe y sabe a qué atenerse. Conociendo a aquellos que financian y apoyan a los medios se puede saber la intención del emisor a la hora de publicar una u otra información. Existen dos índices internacionales que son los más preciados: ISI y JCR. De momento, ninguna revista de enfermería en lengua española aparece indexada entre sus filas. Esto es, porque uno de los criterios de inclusión es la cantidad de colaboradores internacionales de la revista y la aparición de artículos en inglés. Hay una gran presión por parte de la comunidad científica de mantener como lengua vehicular el inglés. Sin embargo, no deja de ser una herramienta de dominación, puesto que el nativo tiene una ventaja incuestionable, en comparación al investigador que se ve obligado a publicar en un idioma que no es el suyo. El Instituto Cervantes calcula que hoy hablan castellano 559 millones de personas. Es decir, una comunidad inmensa que ya cuenta con un medio profesional de formación, investigación y divulgación en enfermería bien asentado, la Revista Rol. Quisiera por tanto terminar esta reflexión haciendo mención a la importancia de la autonomía. Del mismo modo que la conferencia internacional de Enfermería de Viena insistía en potenciar la autonomía de la profesión enfermera y en la importancia de que la profesión estuviera presente en los órganos directivos y con poder de decisión asistencial y sanitaria, es clave también su autonomía en el terreno científico, el cual se construye y valida a través de publicaciones en revistas científicas indexadas. Es nuestra labor seguir alimentando una plataforma independiente, con identidad y autonomía para que la enfermería siga creciendo por derecho propio.

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