Arquitecturas dispersas en el paisaje rural

Share Embed


Descripción

CARLET: HISTORIA, GEOGRAFÍA, ARTE Y PATRIMONIO

Edición: Facultat de Geografia i Història Universitat de València Impresión: Guada Impresores Depósito Legal: V-1088-2015 ISBN: 978-84-370-9742-8

Investigación y edición financiada por: Ajuntament de Carlet Fundació Caixa Carlet

Agradecimientos: A José Martínez Mut por sus conocimientos, a Sergi Silvestre Pérez por su trabajo documental, a Vicente Garés y Sergio Urzainqui por la localización de los planos en el Archivo del Reino de Valencia. A Torres Impressors S.L. por diversas fotografías.

Diseño y maquetación: Unitat de Suport al Vicerectorat de Participació i Projecció Territorial, Universitat de València

Cartografía: José Vicente Aparicio Vayà (ESTEPA), Universitat de València

Carlet: Historia, Geografía, Arte y Patrimonio

Carlet: Historia, Geografía, Arte y Patrimonio Dirección: Ester Alba, Universitat de València Dirección Científica: Rafael Benítez, Universitat de València Edición: Luis Pérez Ochando, Universitat de València Geografía Física José Miguel Ruiz, Universitat de València Pilar Carmona, Universitat de València Geografía Humana Catherine Andrés Langa, Universitat de València Emilio Iranzo García, Universitat de València Inmaculada Devís Tamarit, Universitat de València Arqueología José Pérez Ballester, Universitat de València Ferran Arasa Gil, Universitat de València Elena Mora García, Universitat de València Antigüedad Antonio Carlos Ledo Caballero, Universitat de València Historia Medieval Ferran Esquilache Martí, Universitat de València José Antonio Llibrer Escrig, Universitat de València Vicente Pons Alós, Universitat de València Historia Moderna Vicent M. Garés Timor, Universitat de València Rafael Benítez Sánchez-Blanco, Universitat de València Historia Contemporánea Ricard Camil Torres, Universitat de València Julio López Iñíguez, Universitat de València Sergi Doménech García, Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM Emilio Iranzo García, Universitat de València Arte y Patrimonio Ester Alba, Universitat de València Javier Hidalgo, Arquitecto Francisco de Paula Cots, Universitat de València Enrique López, Sección Educación Secundaria de Alpuente Rogelio Martínez, Técnico en Conservación y Restauración David Juanes, Técnico de laboratorio de análisis de materiales del IVC+R CulturArts Mª Elvira Mocholí, Historiadora del Arte Sergi Doménech, Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM Andrés Felici, Universitat de València Adrià Besó, Universitat de València Josep Montesinos, Universitat de València Las Artes Plásticas en el Siglo XX y XXI (Adjunto en CD) Pascual Patuel, Universitat de València Inventario de Patrimonio Arquitectónico (Adjunto en CD) Isabel Navarro Camallonga, Universitat de València Lucía Hostalet Aunión, Universitat de València

Carlet: Historia, Geografía, Arte y Patrimonio

Índice

CARLET: HISTORIA, GEOGRAFÍA, ARTE Y PATRIMONIO Geografía Física

(José Miguel Ruiz y Pilar Carmona, Universitat de València)

13

Marco geográfico

13

Unidades ambientales y recursos del territorio

32

Riesgos naturales

34

Problemática ambiental

44

Bibliografía y cartografía

50

Geografía Humana

(Catherine Andrés, Emilio Iranzo e Inmaculada Devís, Universitat de València)

53

La población de Carlet

53

La articulación del territorio

64

Infraestructuras, equipamientos y servicios públicos

84

Características de la economía de Carlet

99

Bibliografía

117

Arqueología

(José Pérez Ballester, Ferran Arasa Gil y Elena Mora García, Universitat de València)

119

La época prerromana en la Ribera del Xúquer (José Pérez Ballester, Universitat de València)

119

La Ribera del Xúquer en época romana (Ferran Arasa Gil, Universitat de València)

127

Los yacimientos arqueológicos de Carlet (Elena Mora García, Universitat de València)

134

Bibliografía

141

Antigüedad

(Antonio Carlos Ledo Caballero, Universitat de València)

145

La época ibérica

145

La presencia cartaginesa y la guerra contra Roma

155

La etapa romano-republicana

157

El Alto Imperio y la crisis del siglo III (27 a.C. - 284 d. C.)

163

El Bajo Imperio y la Antigüedad Tardía (284 - 711 d. C.)

176

Bibliografía y cartografía

180

Historia Medieval

(Ferran Esquilache, José Antonio Llibrer y Vicente Pons, Universitat de València)

185

La alquería de Carlet en época andalusí (Ferran Esquilache, Universitat de València)

185

Sociedad y territorio en el Carlet Medieval (José Antonio Llibrer, Universitat de València)

190

La configuración de la Baronía de Carlet (Vicente Pons, Universitat de València)

207

Bibliografía y cartografía

219

Historia Moderna

(Vicent M. Garés Timor y Rafael Benítez Sánchez-Blanco, Universitat de València)

Aproximación a la genealogía de la Casa de Carlet durante la Edad Moderna (Vicent M. Garés Timor, Universitat de València)

223 223

Conflictos y lucha antifeudal (Rafael Benítez Sánchez-Blanco, Universitat de València)

228

Apéndice documental

254

Bibliografía

261

Historia Contemporánea

(Ricard Camil Torres, Julio López Iñíguez, Emilio Iranzo García, Universitat de València; Sergi Doménech García, Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM)

Historia Contemporánea de Carlet, desde la revolución liberal hasta la Restauración (Ricard Camil Torres, Universitat de València)

265 265

La Dictadura de Primo de Rivera en Carlet: la Unión Patriótica y las elites políticas (19231930) (Julio López Iñíguez, Universitat de València)

293

Cultura, educación y sociedad en Carlet. De la inauguración del Teatro el Siglo a la concesión del título de ciudad (Sergi Doménech García, Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM)

299

Historia Contemporánea de Carlet: desde la Segunda República hasta la Transición (Ricard Camil Torres, Universitat de València)

314

Geografía política: de la Transición a hoy (Emilio Iranzo García, Universitat de València)

343

Bibliografía

347

Arte y Patrimonio

(Ester Alba, Javier Hidalgo, Francisco de Paula Cots, Enrique López, Rogelio Martínez, David Juanes, Mª Elvira Mocholí, Sergi Doménech, Andrés Felici, Adrià Besó y Josep Montesinos, Diversas Filiaciones)

La memoria perdida: vestigios y testimonios del patrimonio cultural de Carlet (Ester Alba, Universitat de València)

Patrimonio religioso La Ermita de Sant Bernat de Carlet (Javier Hidalgo, Arquitecto)

351 351 397 397

Carlet: Historia, Geografía, Arte y Patrimonio

La Platería en la Iglesia de la Asunción de Carlet (Francisco de Paula Cots, Universitat de València)

Introducción a la escultura religiosa de Carlet

(Enrique López, Sección Educación Secundaria de Alpuente)

La imagen de Santa María de Carlet: resolviendo un enigma Santa María de Carlet. Una gran desconocida (Rogelio Martínez, Técnico en Conservación y Restauración; David Juanes, Técnico de laboratorio de análisis de materiales del IVC+R CulturArts)

403 415 431 431

Santa María de Carlet. Estudio iconográfico (Mª Elvira Mocholí, Historiadora del Arte)

439

¿Virgen del Rosario o de la Cadireta? Apuntes sobre el posible origen de la imagen de Santa María de Carlet (Sergi Doménech, Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM)

446

Venerable Luisa Zaragozá (Andrés Felici, Universitat de València) Obra pública y ordenación urbana en Carlet (1884-1936) (Sergi Doménech, Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM)

453 464

Arquitecturas dispersas en el paisaje rural (Adrià Besó, Universitat de València)

497

Patrimonio cultural inmaterial de Carlet (Josep Montesinos, Universitat de València)

510

Bibliografía

531

Apéndices Genealogías CD Adjunto: Las artes plásticas en el siglo XX y XXI (Pascual Patuel, Universitat de València)

Inventario de patrimonio arquitectónico

(Isabel Navarro y Lucía Hostalet, Universitat de València)

537 539

Carlet: Historia, Geografía, Arte y Patrimonio

ARQUITECTURAS DISPERSAS EN EL PAISAJE RURAL Por: Adrià Besó Ros Universitat de València

El patrimonio cultural ha pasado de contemplar solamente aquellas obras con unos valores únicos e irrepetibles, producto del genio creador, a comprender también las manifestaciones propias de la actividad humana como colectividad. También, por lo que se refiere a los bienes inmuebles, se ha pasado de entenderlos como elementos individualizados a valorarlos dentro del entorno espacial y cultural del que forman parte inseparable. Partiendo de estos planteamientos pretendemos abordar el estudio de las arquitecturas dispersas en el paisaje rural de Carlet. Hasta hace poco tiempo, la mayor parte de los catálogos de edificios protegidos sólo prestaban atención a las arquitecturas de los núcleos urbanos, dejando un gran vacío en lo que respecta a las edificaciones dispersas, atendiendo a su amplia diversidad tipológica y a la escasa valoración recibida en relación con los criterios utilizados para los edificios urbanos. Los estudios de paisaje, que desde fechas recientes han de acompañar el planeamiento urbanístico municipal, sobre el papel se presentan como una buena herramienta para reconocer y valorar estas arquitecturas desde su doble valor cultural y paisajístico en relación con el contexto donde se localizan. Pero a menudo, la ausencia de interdisciplinariedad en los equipos de trabajo se manifiesta en que los hitos patrimoniales sean abordados como un mero trámite por los mismos autores que realizan otras partes del mismo y que carecen de la formación específica en patrimonio cultural, por lo que los resultados en esta materia suelen ser bien pobres. Las arquitecturas dispersas conforman hitos visuales en el paisaje, se convierten en referencias que identifican el lugar y que han dejado su huella en la toponimia, por lo que, tras la desaparición de algunas de ellas con las recientes transformaciones, el recuerdo de su existencia permanece a través de los nombres de lugar. La partida del Corral Blanc recuerda la antigua presencia de corrales de ganado situados en los primeros piedemontes lindantes

con los eriales dedicados a pastos, junto al Assagador de la Creu que discurre por la parte norte del término. Otro ejemplo significativo lo encontramos en los antiguos molinos hidráulicos construidos junto al cauce de la Séquia del Comú, que discurre en paralelo al río Magre: el molí de Rubio o de Dalt, el Molí del Mig y el Molí de Ros o de Baix. Aunque los edificios han desaparecido por completo, queda su recuerdo en los nombres de las partidas donde se alzaban y del camino que discurría junto a ellos: el camí dels Molins. La consulta a la Planimetría de Carlet, confeccionada en 1905 a partir de la ley de 27 de marzo de 1900 y actualizada en 1937, confirma la gran riqueza y diversidad del patrimonio arquitectónico disperso, que lamentablemente se ha ido perdiendo durante las últimas décadas. Los edificios que han llegado a nuestros días constituyen sólo una mínima parte de este legado. A lo largo de la historia el paisaje ha ido cambiando como resultado de la interacción de las comunidades humanas sobre el espacio que habitan y que trabajan, dejando en cada momento las huellas propias de su cultura. En este sentido podemos valorar el paisaje rural como un paisaje cultural, donde sus elementos edificados se presentan, más allá de su mayor o menor valor y singularidad arquitectónica, como testimonios donde se materializan las relaciones de esos procesos históricos (Cruz Pérez, Español Echaniz, 2009). En primer lugar abordamos los tipos de alojamientos temporales y permanentes que, surgidos en el contexto de la sociedad agraria preindustrial, se adaptan a los cambios con nuevos modelos. Las arquitecturas de la vid y de la naranja están relacionadas con un proceso de especialización de la agricultura valenciana, propiciado a partir de la segunda mitad del siglo xix con la revolución de los transportes, que permitió, en el contexto de la revolución industrial, la orientación de grandes áreas hacia producciones claramente dirigidas al mercado exterior. En el caso valenciano, los secanos se especializaron en el cultivo de la vid, y las áreas de regadío, ganadas a los antiguos secanos gracias a la elevación de las aguas subterráneas, se dedicaron a la citricultura, impulsada por la burguesía en base al modelo de huerto de naranjos surgido en Alzira y Carcaixent.

497

Arte y Patrimonio

Las casetas de campo

conservado las estructuras originales de sus cubiertas al haber sido sustituidas por otras realizadas con técnicas y materiales más modernos, o al haberse perdido. Están formadas por una alfarjía de rasillas, aunque podemos suponer, por analogía con otras zonas, que se emplearía también el cañizo.

Es la construcción dispersa más abundante en el paisaje rural de Carlet, aunque con las transformaciones agrícolas recientes se han perdido muchas de ellas. Su función principal era servir de lugar de descanso durante la realización de las tareas en el campo. También se aprovechaban como vivienda temporal, ya que en Carlet era costumbre habitual trasladarse al campo a partir de la fiesta de San Jaime para pasar unos quince días en las casetas. Por sus reducidas dimensiones no estaban concebidas para alojar en su interior a los animales de labranza como ocurre en otras poblaciones, lo que nos habla de una cierta evolución en el tipo al no compartir con las personas un mismo espacio. El conjunto de edificios estudiados nos permiten definir las características básicas del tipo. Se trata de una construcción de una crujía de planta cuadrangular o ligeramente rectangular, de reducidas dimensiones, que no sobrepasan los seis metros de anchura en su lado mayor, cubierta por un faldón de teja árabe que habitualmente vierte hacia la pared donde se abre la puerta de acceso (Fig. 178). Encontramos un escaso número de casetas de dos crujías con cubierta a dos vertientes (711.440-4.344.365)143 o de una crujía cubierta también con doble faldón (710.525-4.346.160). En pocas ocasiones esta apertura se sitúa en el lado donde se asienta la cumbrera de la cubierta (715.415-4.347.320; 712.595-4.345.745). Los muros son de mampostería de unos cuarenta centímetros de grosor y, exceptuando la puerta de acceso, presentan pequeños vanos de reducidas dimensiones, que no suelen sobrepasar los veinte o treinta centímetros, que tienen la función de ofrecer ventilación a su interior. Dentro de la casa se halla el brocal del aljibe junto a una pila de piedra natural o artificial para verter el agua. En los muros se abren pequeñas alacenas para depositar objetos. El suelo solía ser de tierra batida, rasilla y más modernamente de hormigón pobre. Las paredes estaban enfoscadas o enlucidas y se encalaban periódicamente. Pocas han

Fig. 178. Caseta de campo. Tipo básico de una crujía (715.8504.346.365). (Fotografía: A. Besó, 2014)

Al ser utilizadas como vivienda temporal para cortos períodos de tiempo, la necesidad de disponer de agua potable se resuelve con un aljibe, que se llenaba con el agua de la lluvia vertida por la cubierta. Por ello sobre el alero se disponía un canalón de cinc para recoger las aguas, que se canalizaban por un tubo del mismo material hacia el depósito, que era de pequeñas dimensiones y se cubría con una bóveda. El emplazamiento más habitual era bajo la caseta, con lo que el brocal se sitúa en su interior, aunque encontramos algunos casos donde la cisterna, y por tanto también el brocal, se ubican en el exterior (712.295-4.344.995) (Fig. 179). En un menor número de edificios el abastecimiento de aguas se realiza a través de un pozo. La casa de Jaime el Gatero, en el camí de la Parra (710.170-4.344.675), y la de Taco, junto al camí de la Font Blanca, son algunos ejemplos de casetas de campo que se sirvieron de pozos para el abastecimiento de agua. La casa de Vicent de Calesa (711.350-4.344.270), completamente arruinada, todavía conserva el pozo de más de quince metros de profundidad.

143. Las coordenadas UTM están tomadas a partir del sistema de referencia European Datum 50.

498

Carlet: Historia, Geografía, Arte y Patrimonio

caras, adosando un porche de fábrica sobre la fachada donde se sitúa la puerta de acceso que sustituye a la anterior pérgola con el emparrado, y los vanos de las antiguas alacenas en muchos casos se abren para transformarse en ventanas (Fig. 182).

Fig. 180. Caseta de campo. Tipo evolucionado construido de nueva planta (715.600-4.345.980). (Fotografía: A. Besó, 2014) Fig. 179. Brocal del aljibe de una caseta de campo (712.2954.344.995). (Fotografía: A. Besó)

Frente a la caseta se abre un pequeño rellano junto al que crecía una higuera, que en muchos casos, a pesar de las transformaciones de los cultivos, todavía se conserva. También pueden estar acompañadas de una o dos palmeras (715.415-4.347.320; 715.625-4.347.495), que con relación a su elevada altura contribuyen a acentuar la visibilidad de la construcción desde la lejanía y a remarcar su carácter de hito paisajístico.

Tipos evolucionados Durante el segundo tercio del siglo XX la caseta de campo evoluciona en dos direcciones. Por un lado se materializa una transposición del tipo básico tradicional que es construido ahora con materiales prefabricados, donde se sustituye la mampostería por el ladrillo y en menor medida por el bloque de hormigón, y se adoptan referencias a los lenguajes arquitectónicos vigentes, que son reinterpretados desde una vertiente popular (Fig. 180). Por otra parte, a partir de los años sesenta, se produce una adaptación de los edificios ya existentes enluciendo los muros, ocultando la cubierta con un antepecho que rodea las cuatro

Las viviendas construidas de nuevo son de planta cuadrangular o ligeramente rectangular. Las paredes se levantan con ladrillo macizo de un pie de grosor o con bloques macizos de hormigón pobre. Las cubiertas suelen ser de ladrillo tabicado sobre un forjado de viguetas de madera. Se inclinan con una suave pendiente hacia un canalón que recoge las aguas en un aljibe situado bajo la caseta (Fig. 181). En su interior conservan los mismos elementos, como la chimenea, el brocal para el pozo y la pila, aunque las alacenas se transforman en armarios de ladrillo tabicado adosados a la pared, al disminuir el grosor de la misma. En algunos casos su interior se pavimenta con baldosas hidráulicas (714.425-4.345.830). Otra característica es el cuidado mostrado en la composición y acabados de sus fachadas. La puerta de acceso, normalmente orientada al Este, aparece perfectamente centrada, y en algunas casas con la fachada más ancha se abre una ventana a cada lado (712.855-4.345.850). En las fachadas laterales también suelen abrirse ventanas, aunque su posición no responde a un esquema compositivo tan cuidado. Un zócalo de piedra artificial en forma de sillarejos recorre toda la fachada. En algunos casos estas mismas piezas remarcan las esquinas. Y es común en todas ellas el interés por ocultar la cubierta mediante un antepecho, con lo que quieren

499

Arte y Patrimonio

emular una modernidad propia de los edificios urbanos. Éste se resalta en las esquinas con una mayor elevación o con un remate en forma de bolas o pináculos (715.450-4.345.970), que en muchos casos ha desaparecido (714.4254.345.830). Sobre la puerta pueden aparecer las iniciales de su propietario o la fecha de su construcción, como ocurre con una de las casas construida en 1933 (715.600-4.345.980). Normalmente la entrada queda precedida por un rellano, que suele tener aproximadamente la misma superficie que la planta de la casa, que se protege del sol por una pérgola o por un pórtico de fábrica.

Fig. 182. Caseta de campo. Tipo evolucionado a partir de la reforma del tipo básico (715.435-4.346.280). (Fotografía: A. Besó, 2014)

Viviendas permanentes dispersas Tanto el Nomenclátor de 1889 como la planimetría de 1905 nos hablan de la difusión que tuvo el poblamiento disperso en relación con el número de casas habitadas de forma permanente que se registran. Estas comenzaron a abandonarse a partir de los años sesenta del siglo xx, por lo que muchas de ellas se han ido derribando progresivamente coincidiendo con la transformación de sus parcelas. Estas casas estaban ocupadas de forma permanente por la familia que cultivaba la tierra, a la que el dueño ofrecía vivienda y un jornal estable. Otras veces la relación era de mediero o aparcero, por cuyo contrato al propietario le correspondía una parte de los frutos obtenidos. En muchos casos éstos disponían de habitación, donde acudían a descansar algunos días durante el verano. Todas ellas disponen de un pozo para el abastecimiento de agua potable. A pesar de ello, los pocos edificios conservados nos permiten establecer unos rasgos tipológicos comunes. La vivienda permanente dispersa en Carlet responde a las pautas habituales de las comarcas litorales valencianas. Deriva del tipo canónico de casa de pueblo entre medianeras, de patio entero o de medio patio, formada por un cuerpo principal de dos crujías paralelas a fachada con cubierta a dos vertientes, al que se adosan en perpendicular una o dos crujías por la parte posterior. En el cuerpo principal se localiza la vivienda, generalmente en planta baja, aunque puede ocupar la totalidad o parte del piso superior, mientras que en la crujía situada

Fig. 181. Caseta de campo. Tipo evolucionado construido de nueva planta (712.855-4.345.850). (Fotografía: A. Besó, 2014)

A partir de la década de los sesenta del siglo xx, muchas de estas casetas ya existentes que respondían al tipo primitivo llegan a converger hacia el modelo que acabamos de explicar como resultado de una serie de reformas practicadas con la finalidad de otorgarles una imagen más moderna (Fig. 182). Se renuevan las cubiertas por otras, utilizando nuevos materiales como las viguetas de hormigón y el tabique de ladrillo. Pero el rasgo más significativo que cambia su imagen consiste en la adopción del antepecho que oculta la cubierta y la sustitución del emparrado situado sobre la puerta de acceso por un pórtico de fábrica sustentado por dos pilares (716.3304.346.125; 715.430-4.346.280). También se abren ventanas, que normalmente coinciden con los huecos de las antiguas alacenas. El exterior se enluce y su interior se pavimenta. En otros casos se amplía construyendo una nueva crujía en su parte trasera.

500

Carlet: Historia, Geografía, Arte y Patrimonio

alrededor del patio interior se ubicaban los establos y pajar. Una prueba de que estas casas constituyen una transposición de la casa entre medianeras al ámbito rural como edificaciones aisladas la encontramos en la concepción del corral como un patio cerrado, al que se accede atravesando toda la vivienda, y donde las cubiertas de los cuerpos construidos vierten hacia su interior, soluciones urbanas que no responden en el campo a ninguna lógica teniendo en cuenta que el suelo colindante pertenece a la misma propiedad. En muchas de ellas la falta de revestimiento de los muros o su deterioro han permitido conocer la secuencia evolutiva que, según los casos, se aleja o aproxima al tipo ideal descrito. La casa del Carreter (714.850-4.347.745) está formada por un cuerpo principal de dos crujías de dos plantas paralelas a fachada con cubierta de teja a dos vertientes (Fig. 183). Los forjados de la planta alta son de viguetas de madera y bovedillas de ladrillo. En la parte posterior encontramos un patio, cerrado por todos sus lados por sendos cuerpos de una crujía de una planta cuyas cubiertas vierten hacia el interior (Fig. 185). El análisis visual de la secuencia estratigráfica de los muros nos permite conocer la evolución arquitectónica del edificio. En su origen fue una casa de una planta de una crujía. En una fase posterior se edificó la segunda crujía y la planta alta, y en otra etapa constructiva el cuerpo principal se amplió por el lado este en todo su alzado. Con esta actuación se rompe la simetría compositiva que tenía en origen la fachada, con la puerta en la planta baja y tres ventanas en el piso, al añadirse una ventana en cada planta (Fig. 184).

Fig. 183. Casa del Carreter. Se han remarcado las uniones estratigráficas en el muro lateral. (Fotografía: A. Besó, 2014)

Fig. 184. Casa del Carreter. (Fotografía: A. Besó, 2014)

Fig. 185. Casa del Carrerter. (Dibujo: A. Besó)

La casa del Dentista (714.920-4.347.025) está formada por un cuerpo principal de dos crujías paralelas a fachada con cubierta de teja árabe a dos vertientes (Fig. 186). Los forjados de la planta alta son de viguetas de madera y bovedillas de ladrillo. El muro que separa ambas crujías se ha sustituido por una línea de carga formada por una viga de madera apoyada sobre los piñones y sobre un pilar central. En una segunda fase constructiva se ha adosado una tercera crujía que alcanza las dos plantas. En la parte posterior se abre un patio cercado de pared donde, en el lado opuesto a la puerta de entrada, se adosa un pórtico con cubierta de tejas que vierte hacia el interior (Fig. 187). La fachada presenta la composición característica de la casa de medio

501

Arte y Patrimonio

patio, con dos huecos por planta alineados a eje, donde destacan por su mayor tamaño la puerta de acceso, rematada por un arco rebajado, y su correspondiente balcón en la planta alta, que ha perdido su barandilla metálica (Fig. 186). A partir de la planimetría de Carlet de 1905, donde se registra en la actualización de 1938, podemos datar la construcción en las primeras décadas del siglo XX.

una tercera crujía de una planta, cuya cubierta se une a la ya construida para formar un faldón continuo. También se adosó sobre el lado norte, en perpendicular al cuerpo principal, otra crujía de una planta que alcanza toda su longitud (Fig. 189). Como consecuencia de reformas no muy lejanas en el tiempo la posición y morfología de los vanos se encuentra muy alterada. El conjunto se encuentra actualmente en estado ruinoso.

Fig. 186. Casa del Dentista. (Fotografía: A. Besó, 2014).

Fig. 188. Casa de Cayetano. (Fotografía: A. Besó, 2006).

Fig. 189. Casa de Cayetano. (Dibujo: A. Besó).

La casa de Pujol (710.355-4.345.295) muestra una estructura similar a la que hemos visto en la casa del Carreter. Está formada por un cuerpo principal de dos crujías paralelas a fachada, con cubierta de teja a doble vertiente, tras el cual se sitúa un corral o patio interior, cerrado por sus tres lados con sendos cuerpos de una crujía de dos plantas, cuyas cubiertas vierten hacia el interior, formando un volumen más ancho que el del cuerpo principal (Fig. 191). Un pórtico adosado al mismo, que aloja una chimenea, contribuye a equilibrar los volúmenes. La fachada, orientada al Sur, presenta una cuidada composición, con

Fig. 187. Casa del Dentista. (Dibujo: A. Besó).

La casa de Cayetano (716.960-4.345.750) está formada por un cuerpo principal de dos crujías paralelas a fachada de dos plantas, con cubierta de teja a dos vertientes, con patio posterior, que se cierra al fondo por una crujía de dos plantas que vierte hacia el interior (Fig. 188). El análisis de la secuencia estratigráfica de los muros nos permite observar cómo posteriormente se añadió a la segunda nave del cuerpo principal

502

Carlet: Historia, Geografía, Arte y Patrimonio

tres vanos por planta, con la puerta centrada sobre el eje de simetría. En el resto de fachadas, la composición es más irregular y se caracteriza por la ausencia de aperturas en la cara oeste (Fig. 190). Según una inscripción de azulejos, recientemente colocada sobre su fachada, se construyó en 1895.

casa de la Barrina (712.375-4.347.050), ya que responde al tipo que estamos comentando (Fig. 192). Podemos datarla con posterioridad a 1905, ya que en la planimetría de Carlet no se registra en la primera versión y sí en la actualización realizada en 1937. Está formada por un cuerpo principal de dos plantas de tres crujías paralelas a fachada cubierta con tejado a dos vertientes (Fig. 193). En la parte posterior se le adosan de forma perpendicular sendos cuerpos de una crujía que cierran un pequeño patio interior. El conjunto se prolonga con una construcción destinada a almacén y con la casa de máquinas que alberga el pozo y el motor, tras el cual se encuentra la correspondiente balsa de regulación para el riego. Su arquitectura, por tanto, se basa en el tipo de casa de campo o masía, y no evoluciona hacia el modelo de huerto de naranjos como veremos en el caso de la masía del Consuelo.

Fig. 190. Casa Pujol. (Fotografía: A. Besó, 2015)

Fig. 192. Casa de la Barrina. (Fotografía: A. Besó, 2014)

Fig. 191. Casa Pujol. (Dibujo: A. Besó)

La finca de la Barrina es, tal vez, una de las explotaciones agrícolas más extensas del término de Carlet. Ocupa una superficie de más de veinte hectáreas, donde se localizan la residencia de los propietarios, rodeada de un jardín con pinos y otras especies ornamentales, y una casa para la familia del capataz, motor y capilla. La capilla y la vivienda para los propietarios son de construcción más reciente, levantadas probablemente ya durante la segunda mitad del siglo XX. Por ello vamos a centrarnos en la

Fig. 193. Casa de la Barrina. (Dibujo: A. Besó)

La arquitectura de la vid: El riurau El término municipal se sitúa entre los límites de la plana de inundación del Xúquer regados por la Acequia Real y los primeros piedemontes

503

Arte y Patrimonio

del interior que conforman la subcomarca de la Baronía de Carlet o la Vall dels Alcalans. Por ello sus tierras de secano participaron del auge vitivinícola que se produjo en la segunda mitad del siglo XIX (Trullenque, 2010, 127; Piqueras, 1981,142 y ss.), y que tuvo su continuidad en las primeras décadas del XX. En Carlet adquirió especial importancia el cultivo de la viña de moscatel para elaboración de la pasa, como lo demuestran las referencias a establecimientos para su envasado que existieron en esta población (Trullenque, 2010, 128), y la presencia de numerosos riurau dispersos por el término, como los de la Catina, del Calderer, del Pansero, de Canut, de Tacó, de Galano… ya desaparecidos. De todos ellos sólo dos han llegado a nuestros días. La elaboración de la pasa se realizaba a pie de campo en el mes de agosto cuando llegaba el momento de la vendimia, en unas instalaciones formadas por un pozo o aljibe para obtener el agua necesaria, un horno donde se colocaba la caldera para el escaldado de la uva con agua y sosa, una explanada o era donde se extendían los cañizos para su secado al sol, y el riurau, donde se almacenaban por la noche apilados uno sobre otro, separados con unos tacos de madera, para proteger la uva de la humedad del relente y de posibles lluvias. Una vez seca, la pasa se aventaba sobre unas espuertas para separar los granos y se transportaba a los almacenes para su confección y envasado. El riurau es una construcción característica del paisaje de la comarca de la Marina, donde su producción monopolizó la actividad agraria durante la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del XX, considerando los altos beneficios que reportaba su exportación a los mercados inglés y americano. Está formada por una edificación de planta alargada de una o dos crujías con cubierta inclinada, con uno o dos de los muros longitudinales respectivamente, abiertos mediante una estructura de arcos de carpanel que se apoyan sobre pilares para favorecer la aireación del espacio interior. Las construcciones que se han conservado en Carlet son de una longitud más modesta en relación con las de la comarca de la Marina, cuya longitud oscila entre los 16.7 metros del riurau de les Gerres y los trece del Sord. Ambos ejemplos

son de una crujía y se orientan respectivamente al Sur o ligeramente hacia el Suroeste. Otra diferencia con los riurau de la Marina es que la estructura porticada no se conforma con una sucesión de arcos de carpanel, sino con vigas de madera sustentada sobre pilares. Era habitual que se adosara una caseta cerrada donde, una vez terminado el proceso, se guardaran los cañizos hasta la temporada siguiente. El riurau de les Gerres (712.590-4.345.780), se conserva en buen estado, aunque refleja algunas transformaciones, como la sustitución de la cubierta original de cañizo, el cegado de los vanos de los pórticos delanteros y el adosado sobre el lado este de una estructura impropia (Fig. 194). Se trata de intervenciones para reconvertirlo en casa de aperos. Sin embargo, este nuevo uso ha permitido que, aunque con ligeras transformaciones, se haya podido conservar hasta nuestros días.

Fig. 194. Riurau de les Gerres. (Fotografía: A. Besó, 2014)

No ha corrido la misma suerte el riurau del Sord (715.575-4.347.035), donde sólo se ha mantenido en pie la pared posterior y una de las laterales. Sobre ésta se conserva el hueco dejado por la viga que sustentaba la cubierta que, considerando su longitud total, sus cargas se repartirían entre varios pilares, también desaparecidos (Fig. 195). La falta de revestimiento mural nos permite conocer la sucesión estratigráfica y su evolución constructiva. En un primer momento se construyó el riurau, y en una fase posterior se adosó sobre el lado oeste una caseta de una crujía dispuesta en sentido perpendicular, cuya puerta se abre sobre el muro piñón, orientado al Sur. Esta construcción ha perdido también la cubierta.

504

Carlet: Historia, Geografía, Arte y Patrimonio

Fig. 195. Restos del riurau del Sord. (Fotografía: A. Besó, 2014)

Los inicios del riego elevado: norias, molinos de viento y motores A principios del siglo XIX las posibilidades de ampliación de los regadíos de pie habían llegado a su límite en tierras valencianas. A partir de ese momento se abrió un doble proceso. Por una parte, de intensificación del aprovechamiento de las aguas superficiales con el fin de garantizar un caudal estable a las zonas ya regadas, y por otra se inició una lenta expansión del regadío en base a la captación y elevación de las aguas subterráneas, sirviéndose de las norias de sangre, difundidas por los árabes. A mediados de siglo se inicia una etapa de perfeccionamiento gracias a la difusión de las norias de fundición que, tomando como base la noria de madera, mejoraban su rendimiento al ajustar los engranajes, disminuir el rozamiento y por tanto las roturas de las piezas. Por ello aquellas tierras que presentaban unas condiciones favorables, como una topografía sin apenas desnivel y la escasa profundidad de mantos freáticos, se fueron transformando en regadío gracias a la excavación de pozos y a la instalación de norias. El conjunto estaba formado por una meseta levantada con la tierra extraída de la perforación por encima del metro y medio de altura, sobre la que se fijaba la noria y giraba el animal que la ponía en funcionamiento (Fig. 196). El agua elevada se vertía a una pequeña balsa de regulación que, una vez llena, servía para regar la parcela. Pero, a pesar de los avances respecto a las vetustas norias de madera, la capacidad de extracción quedaba limitada a unos quinientos litros por minuto para un pozo de unos diez metros de profundidad, ya que conforme aumentaba ésta, el caudal se iba reduciendo exponencialmente.

Fig. 196. Noria Pfeiffer (Clairac, 1877)

Además de la energía animal, en las localidades próximas a la costa se utilizó de forma poco generalizada la fuerza eólica para mover los mecanismos de elevación. El molino de viento estaba formado por una rueda de reacción que se monta a cierta altura sobre una torreta metálica. Cuando sopla el viento, se acciona la rueda y ésta transmite el movimiento circular a través de un eje de hierro que pone en funcionamiento la bomba de pistón que eleva el agua (García Ros, 1922a, 122) (Fig. 197). Su principal limitación era que funcionaban con mayor o menor intensidad con relación a la fuerza del viento, además de la disminución de la capacidad de elevación a profundidades superiores a los quince metros. En Carlet hubo instalados varios molinos o norias de viento, de los que sólo se ha conservado el de la casa de Pujol (710.350-4.345.280). Uno de los últimos en desaparecer fue el de la casa de Carmelet (713.315-4.348.880), cuya torreta se integraba con el pozo en una caseta de máquinas levantada junto a una pequeña balsa de regulación, que todavía se conservan.

505

Arte y Patrimonio

A partir de los años veinte se generalizaron los motores eléctricos. Por ello el resto de motores que se incluyen también en el inventario de patrimonio industrial de la Comunitat Valenciana —Motor de los Leones, de Aguir, de Bosch y de San José— están formados por una caseta de máquinas que encierran el pozo y la maquinaria, y por una torreta para la acometida eléctrica. Su interés, más que en sus valores arquitectónicos o técnicos, ya que no conservan sus instalaciones originales, radica en su valor testimonial al ser los primeros hitos en la difusión del riego elevado que marcarían los inicios de la transformación del secano al regadío, cuyo proceso culminaría en la década de los ochenta del siglo xx, además de propiciar la expansión del cultivo del naranjo.

Fig. 197. Molino de viento de la casa Pujol. (Fotografía: A. Besó, 2015)

Pero el impulso definitivo a la expansión del riego elevado vino propiciado por la Exposición de motores y máquinas elevadoras de agua, celebrada en València en 1880. A partir de ella se generalizaron las máquinas y bombas movidas por motores a vapor. A principios del siglo XX apareció el motor diésel y a partir de la década de los veinte, el eléctrico. A partir de ahora la profundidad del manto freático ya no planteaba ninguna limitación, ya que la capacidad de elevación dependía solamente de la potencia de la máquina instalada. En Carlet comenzaron a proliferar estos motores ya entrado el siglo XX, y sobre todo en la década de los años treinta y cuarenta. En las estadísticas presentadas por Luis García Ros al III Congreso Nacional de Riegos, celebrado en València en 1922, sólo figura un pozo a motor en el término de Carlet, de 29 metros de profundidad, con una máquina de gas pobre, que extraía 3000 litros por minuto (García Ros, 1922b, 148). Posiblemente se trate del motor de Agustinet (Fig. 198), que posiblemente sea el más antiguo de la localidad, como lo atestiguan la arquitectura de su casa de máquinas y la presencia de la balsa de regulación.

Fig. 198. Motor d’Agustinet. (Fotografía: A. Besó, 2002)

La arquitectura de la naranja: el huerto y sus variantes El cultivo comercial de la naranja surgió a finales del siglo xviii entre Alzira y Carcaixent. A principios del siglo xix se desarrolla otro foco importante en la Plana de Castelló. Durante las primeras décadas su desarrollo fue muy lento, hasta que hacia mediados del siglo xix comenzó a conjugarse una serie de factores, que a partir de los años ochenta propiciarían su expansión generalizada por la franja litoral del golfo de València, comenzando por los límites de los regadíos históricos. Al no disponer de estudios sobre la evolución de los cultivos en Carlet, podemos plantear la hipótesis de que la introducción del naranjo sería algo más tardía, como consecuencia de la caída de beneficios en la vinicultura, lo que produjo un cambio en dos direcciones: por un lado la reconversión de la

506

Carlet: Historia, Geografía, Arte y Patrimonio

viticultura hacia la uva de moscatel, y por otro la introducción del naranjo (Trullenque, 2010: 127) sobre aquellas tierras con unas condiciones más favorables. La burguesía y los propietarios terratenientes encabezaron este proceso de introducción del cultivo, ya que disponían de capital suficiente para realizar la inversión necesaria consistente en la construcción de un pozo e instalación de la maquinaria, la transformación de las tierras y la plantación de los naranjos, que comenzarían a amortizar a partir de los seis o siete años cuando entraban en producción. En sus plantaciones muchos de ellos imitaron el modelo de huerto que se desarrolló en las poblaciones de La Ribera donde se originó el cultivo, construyendo una casa para su residencia temporal o adaptando a la nueva imagen otra ya existente, como es el caso del huerto de Sant Bernat (Fig. 199). El tipo de huerto de naranjos burgués se canoniza durante el tercer cuarto del siglo xix a partir de una evolución del huerto jardín valenciano (Besó, 2010). Éste está formado por una superficie cercada de pared, con una casa alineada a la misma. Sus tierras se cultivaban con diversas especies hortícolas y arbóreas, con una doble finalidad productiva y estética, y se regaban con el agua proveniente de las acequias que abastecían las huertas. Habitualmente se situaban en las periferias de pueblos y ciudades y su presencia servía de transición entre el campo y el núcleo habitado. En el caso de Carlet, un plano del siglo xviii conservado en el Archivo del Reino de València, que ha sido estudiado en otro capítulo del presente libro, donde se representa el núcleo de población y su entorno inmediato, constituye un interesante testimonio histórico. Estos primeros huertos surgieron como islotes en medio de un paisaje rodeado de secano, muy fragmentado en pequeñas y medianas

propiedades, que no podían acometer las inversiones necesarias por falta de liquidez económica, ya que la dependencia de la usura era una de las rémoras que frenaban el desarrollo agrícola. Carlet fue una de las localidades valencianas que crearon su propia caja de ahorros en 1909, la cual contribuiría al desarrollo agrícola de la población y permitió al pequeño y mediano agricultor obtener la liquidez suficiente para llevar a cabo este proceso transformador (Besó, 2010, 37 y ss.).

Fig. 200. Casa de l’Hort de Sant Bernat. (Fotografía: A. Besó, 2006)

Durante las primeras décadas del siglo xx el huerto de naranjos constituyó algo más que un cultivo muy lucrativo económicamente. Se convirtió un signo de prestigio y en la materialización del triunfo social, por lo que algunos comerciantes o profesionales liberales enriquecidos quisieron imitar la imagen del huerto de naranjos, construyendo una pequeña villa de recreo sobre propiedades de reducido tamaño, que configuraron a imitación del modelo de huerto burgués. En Villa Mercedes encontramos un buen ejemplo de ello (Fig. 203).

Fig. 199. Panorámica de l’Hort de Sant Bernat. (Fotografía: A. Besó, 2006)

507

Arte y Patrimonio

Fig. 201. Casa de l’Hort de Sant Bernat. (Dibujo: A. Besó)

Fig. 202. Hort de Sant Bernat (Base cartográfica: Sigpac, 2006)

L’hort de Sant Bernat o casa de Cervera (717.165-4.345.665) nos muestra el caso de una antigua masía situada en la periferia del regadío de la Séquia de les Forquetes, reconvertida en huerto de naranjos gracias a la perforación de un pozo y la instalación de un motor que le permitió asegurar un caudal estable. En este proceso de transformación se integraron las arquitecturas preexistentes a la nueva concepción del huerto, como es habitual en las poblaciones periféricas de La Ribera y sobre todo en las comarcas de l’Horta Nord y el Camp de Morvedre. La parcela, que ocupa una superficie de más de nueve hectáreas (115 hanegadas), se encuentra cerrada en gran parte de su perímetro por un seto de cipreses (Fig. 202). Adopta el esquema compositivo del huerto canónico con dos caminos que se cruzan en el centro, aunque la casa no se levanta sobre la intersección, como en el tipo ideal, sino que se desplaza hacia uno de los brazos longitudinales que comunican con la puerta principal de acceso, situada junto a la antigua carretera nacional, actualmente convertida en autovía. La casa se integra en el eje principal del huerto que parte de la puerta exterior, entra en la casa por la puerta trasera del patio, se prolonga por el pasillo central de la vivienda de la planta baja y continúa hasta alcanzar el fondo de la parcela. La casa responde claramente a la tipología arquitectónica de una masía, que es la construcción relacionada con una gran

explotación agraria de secano (Fig. 200). Está formada por un cuerpo principal de dos crujías de dos plantas paralelas a fachada, sobre el que se adosan de forma perpendicular en la parte posterior un cuerpo de dos crujías de dos plantas, cubierto a doble vertiente, y otro de una crujía con cubierta plana, que dejan en medio un patio cerrado al fondo por una pared, sobre la que se abre una puerta. Sobre el lado norte del edificio se adosa en toda su longitud una crujía de una planta con cubierta de una vertiente (Fig. 201). En el cuerpo principal se ha sustituido la vertiente delantera por una cubierta plana, donde el espacio central se ha elevado una planta para conformar una torre de cara al mar, pues entre las aficiones burguesas estaba la contemplación estética del paisaje (Besó, 2010: 323), por lo que este elemento es fruto de la transformación contemporánea como huerto. En la fachada delantera de la casa se ha adosado un pórtico. Villa Mercedes constituye un claro ejemplo de imitación del huerto burgués (Fig. 203). Se levanta a las afueras del núcleo urbano de Carlet (713.475-4.345.360) sobre una pequeña parcela de morfología rectangular de poco más de mil setecientos metros cuadrados (2.15 hanegadas). Se encuentra toda cercada por un murete de fábrica de no más de un palmo de altura sobre el que se dispone una alambrada de espino. La parcela se divide en dos por un camino interior que parte de la puerta exterior y

508

Carlet: Historia, Geografía, Arte y Patrimonio

confluye en el eje de simetría de la casa, situada al fondo (Fig. 205). Éste se conformaba como un paseo, flanqueado por dos hileras de palmeras datileras, de las que solo han sobrevivido las dos situadas ante la fachada. Como en los huertos burgueses, la puerta está formada por una reja metálica de dos batientes sustentadas por pilares de fábrica rematados por piñas (Fig. 204).

Fig. 203. Villa Mercedes. (Fotografía: A. Besó, 2014)

Fig. 204. Villa Mercedes. Puerta exterior. (Fotografía: A. Besó, 2014)

La casa, de dos plantas, es de reducidas dimensiones (Fig. 203). La planta baja está formada por dos crujías paralelas a fachada, precedidas por un pórtico, posiblemente adosado con posterioridad en sustitución de una pérgola, y en la parte posterior se adosa un pequeño patio cercado por un muro. En la planta alta se construye solamente la segunda crujía, ya que la primera da lugar a una terraza practicable. El edificio se culmina con una cubierta de teja alicantina de cuatro faldones con la cumbrera rematada con crestería y piñas en las intersecciones. Como es habitual en estos huertos de reducidas dimensiones, el edificio manifiesta una clara voluntad de ruptura con la tradición constructiva de la arquitectura popular para adoptar el tipo de villa burguesa. Las fachadas presentan una cuidada composición en la disposición de los vanos. La ornamentación se centra en el zócalo de piedra que recorre todas las fachadas, en los dinteles de los vanos, y en las pilastras del antepecho que protege la terraza de la planta alta, donde se recurre a una decoración ecléctica en la que se mezclan las siluetas de bolas herrerianas con los triglifos inspirados en diseños ornamentales de la Secesión vienesa, motivo modernista que se repite también en los dinteles de los vanos de la planta baja. Únicamente el patio posterior adosado rompe con el esquema de villa burguesa y es una pervivencia de la casa de pueblo entre medianeras.

Fig. 205. Villa Mercedes. Croquis del conjunto. (Dibujo: A. Besó)

509

Arte y Patrimonio

La crisis actual de la citricultura, que se explica en el contexto de una economía globalizada y de una demanda de fruta fresca muy diversificada en los mercados internacionales, se ha traducido en Carlet y en las localidades vecinas en una orientación preferente de las plantaciones hacia el cultivo del caqui. Estos cambios, como lo fueron en el pasado, constituyen un testimonio del dinamismo de la economía agraria y de las personas que se dedican a ella. En estos procesos de transformación, la conservación e integración de los principales hitos arquitectónicos del pasado es fundamental para garantizar su calidad y para entender evolución histórica del paisaje como espacio cultural relacionado con la vida de una comunidad local.

última instancia, es la que selecciona, dota de significado, mantiene e identifica como propios estos elementos. Es un Patrimonio reconocido y con planteamiento de salvaguarda a nivel internacional. Para la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, de la Unesco,144 forman parte de este Patrimonio: a) tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma como vehículo del patrimonio cultural inmaterial. b) artes del espectáculo. c) usos sociales, rituales y actos festivos. d) conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo. e) técnicas artesanales tradicionales.

PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE CARLET

Dentro del amplio y rico panorama del patrimonio Cultural Valenciano, la Ley para su identificación y protección reconoce entre estos Bienes de Interés Cultural aquellos de naturaleza Inmaterial reflejados en:

Por: Josep Montesinos i Martínez Universitat de València

El Patrimonio Inmaterial

las actividades, creaciones, conocimientos, prácticas, usos y técnicas representativos de la cultura tradicional valenciana, así como aquellas manifestaciones culturales que sean expresión de las tradiciones del pueblo valenciano en sus manifestaciones musicales, artísticas o de ocio, y en especial aquellas que han sido objeto de transmisión oral y las que mantienen y potencian el uso del valenciano. Igualmente podrán ser declarados de interés cultural los bienes inmateriales de naturaleza tecnológica que constituyan manifestaciones relevantes o hitos de la evolución tecnológica de la Comunitat Valenciana.145

El amplio concepto de Patrimonio que actualmente se utiliza ha superado la exclusiva y tradicional referencia a los monumentos y obras artísticas para comprender otros elementos de los productos de los seres humanos y de las sociedades. Uno de estos hitos del Patrimonio Cultural es el denominado Patrimonio Inmaterial, que se refiere a las tradiciones, usos, rituales, actos, conocimientos, sonidos, técnicas, lenguaje que nos han transmitido nuestros antepasados y han llegado a nuestro mundo contemporáneo. Es decir, aquellos elementos que sin tener corporeidad han formado y forman parte de nuestra vida individual y en sociedad. Es, sin duda, el Patrimonio Cultural Inmaterial, un elemento importante de la identidad cultural, del capital de una colectividad. Su presencia supone un valor social, identitario y económico que integra nuestro presente con el pasado y es elemento de cohesión social. Pero para su reconocimiento debe participar la sociedad que le dio lugar. Los grupos humanos deben identificar, seleccionar, conservar aquellos elementos de su Patrimonio Inmaterial que refleje y se identifique con ellos. La sociedad, en

Algunos de esos Bienes por su importancia son factibles de ser declarados Bien de Interés Cultural, que es la máxima expresión y nivel de 144. http://www.unesco.org/culture/ich/index. php?lg=es&pg=00022#art2, consultado en diciembre de 2014. 145. LLEI 5/2007, de 9 de febrer, de la Generalitat, de modificació de la Llei 4/1998, d’11 de juny, del Patrimoni Cultural Valencià. [2007/1870], DOG Núm. 5.449 / 13.02.2007.

510

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.