Arquería tradicional coreana/ Korean Traditional Archery (Traducción/Translation)

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Descripción

Arquería tradicional coreana Ki-Hoon Kim

1. Introducción Cada país del Lejano Oriente, mantiene un gran orgullo en cuanto a sus tradiciones, como la arquería tradicional. En este punto de dignidad, Corea no supone una excepción y en cierto modo, los coreanos bien podrían levantar la cabeza con más orgullo que otros países asiáticos de gran tradición en la arquería. Desde hace miles de años, los chinos llamaron a los coreanos “bárbaros del este” (dōng yí, 東夷), término por otra parte, que refleja la típica expresión del sino-centrismo, siendo probablemente dada como escarnio y no como epíteto honorable. Los coreanos sin embargo, no se preocuparon demasiado de la burla evidente y carga despectiva del término, de manera que usualmente, utilizaron dicho término como evidencia de su excelente tradición de arquería. Aspecto que viene dado por la interpretación del carácter chino yí (夷), con una combinación de grande, vasto (大) y el término utilizado para nombrar el arco (弓), funcionando como una expresión que señalaba sus eficaces y renombradas habilidades en la arquería. De hecho, los coreanos se sienten orgullosos de su arquería a un nivel visible en las legendarias historias de los arqueros Mong Ju (蒙朱), fundador del reino de Koguryo o de Li Seong-gye (李成桂), fundador del reino de Chosŏn (朝鮮), la última dinastía nativa coreana, renombrándose como ejemplares figuras que definen a la perfección la gran tradición de la arquería. Por otra parte, los coreanos defienden con gran orgullo la alta calidad del material y composición de sus arcos; arcos de gran renombre que hasta sus rivales vecinos como China o Japón, deseaban poseer. Por lo tanto, no es de extrañar, que muchos atletas coreanos hayan conseguido realizar excelentes marcas y grandes premios en competiciones internacionales actuales, resultados claramente traducidos en su larga y practicada tradición arquera. El uso de los arcos y flechas como elemento militar, comenzó a declinar sin embargo ya con la introducción de las armas de fuego modernas, a finales del XIX. Los coreanos no obstante, no desecharon el arco tradicional relegándolo al olvido: cesado su uso militar, comenzaron a desarrollar la arquería tradicional como elemento deportivo y en numerosas competiciones. Esta labor hizo que hoy en día, existan en torno a 30.000 personas que disfrutan de la arquería coreana en más de 300 sajang (射場)1. A lo largo del año, se llevan a cabo varias competiciones a nivel nacional, en la que participan tanto mujeres como hombres. En este artículo, me gustaría explicar la tradición arquera de Corea, centrándome ante todo en el período de la dinastía Chosŏn (1392-1897). Como muchos hallazgos nos muestran, la tradición de la arquería en Corea se remonta ya hasta el período prehistórico, desarrollándose de manera activa y constante a lo largo de toda la historia de Corea; sin embargo, si hay un período en el cual la podamos rastrear de forma más coherente y concisa, junto con una mayor documentación acerca de las tradiciones y características, es el período de Chosŏn. Un período en el cual, las instituciones militares contribuyeron decisivamente al desarrollo de la arquería como un arte marcial así como también mejorándolo. Por otra parte, la nueva tradición de la arquería cobra sentido como una forma de consolidación del orden y los valores sociales del confucianismo. La mayoría de los sajang, hunden sus raíces en este período, continuando incluso hasta el presente día. Debido a esta serie de indicaciones, pretendo ante todo aclarar el ritmo que el artículo mostrará a continuación en torno a la arquería tradicional coreana y que como ya señalé, se verá restringida a los últimos cinco siglos de la historia coreana.

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NT: traducido literalmente como «campo de disparo».

Antes de abordar los principales puntos, veremos una breve introducción en la arquería coreana a partir de un análisis en torno a los arcos y flechas tradicionales, seguido de las características de la arquería tradicional, para terminar finalmente, con un breve comentario acerca del desarrollo y situación actual de la arquería en Corea.

2. Arcos y flechas tradicionales coreanas Los arcos se han utilizado como herramienta de caza y en la guerra ya desde la edad prehistórica, pero el tamaño y el material de elaboración para la pieza misma, fueron ligeramente diferentes, según la determinada cultura y la situación geográfica en la que ésta se asentaba. Los arcos se pueden dividir según su tamaño hasta en dos tipos: el arco largo (長弓) y el arco corto (短弓). El arco largo, alcanza incluso más de 2 m de longitud, y esta tipología de arco fue utilizada sobretodo por aquellos grupos que se asentaban en las zonas boscosas o las regiones costeras. De hecho, los propios habitantes de la antigua Britannia2, Japón3 o ciertos grupos tribales nativos del sudeste asiático utilizaban esta tipología de arco. El arco corto por su parte, mantiene una longitud inferior a 2 metros y era utilizado por grupos que se asentaban a lo largo de las estepas, llanuras o praderas, célebres y de uso extendido a lo largo de China, Mongolia y Turquía. Dependiendo de los materiales utilizados, los arcos se pueden clasificar en arcos simples a partir de un elemento como madera o de bambú, y por otra parte, tenemos los arcos compuestos, con una variada amalgama de materiales utilizados en sus composiciones. Los arcos simples siempre están realizados a partir de un único material, como la madera o el bambú, mientras que los arcos compuestos por su parte, utilizan diferentes materiales combinados como la madera, bambú, cuerno, cornamenta, tendones, etc. La forma característica del arco compuesto, es su media luna, pero con una morfología mucho más curvada cuando se realiza el trazo del arco; es precisamente a partir de la forma resultante de sus extremidades tras el encordado y trazo del arco, el que se haya realizado subdivisión dentro de los arcos compuestos, pudiéndose distinguir ejemplares de arcos recurvados o arcos reflejos por ejemplo. El arco coreano entra dentro de la última subdivisión referida, con una fuerte elasticidad y poder de deformación, por lo que su alcance es mucho mayor que el de otros arcos compuestos. De esta manera, tenemos un arco tradicional típico coreano, con unas longitud acortada, compuesto, y reflejo. La longitud general de estos arcos varía en torno a 1m y 20-30 cm, siendo claramente más pequeño que el gran yumi japonés (el cual llega a alcanzar incluso más de 2 m de longitud). En su composición, el arco coreano llega a aglutinar hasta media docena de diferentes elementos (que podían variarse a veces dependiendo del artesano y el ejemplar requerido) como por ejemplo: cuerno de búfalo de agua, tendón de vaca, bambú, corteza de morera, corteza de roble, pegamento animal (elaborado a partir de la cola de pescado) y finalmente corteza de abedul blanco (Lámina 1). El arco compuesto coreano, es nombrado también como “arco de asta” (角 弓), debido a que el vientre del arco se realiza con el cuerno del búfalo de agua (Lámina 2). En su encordamiento y trazo, mantiene la típica forma de “arco de cupido”, y cuando se despoja de la cuerda, vuelve a su forma original en forma de “C”, siguiendo el patrón de los arcos reflejos. Si nos paramos a analizar el cuerno utilizado en la elaboración del arco coreano, vemos que la tipología utilizada de cornamenta posee unas características de gran elasticidad, y por ende, en otorgando un largo alcance. Por supuesto, estos arcos no fueron los únicos utilizados durante la dinastía Chosŏn. A continuación, mostraremos algunas clases de arcos utilizadas entre los coreanos a lo largo del período que abordamos:

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NT: la referencia de Ki-Hoon Kim alude a las diferentes tipologías de arcos largos célticos, en especial, la de los galeses, que posteriormente harían famoso su arco, comúnmente conocido como longbow inglés. 3 NT: siendo su principal representante, el famoso yumi (弓).

1) Chong-ryang Gung (正兩弓, arco fuerte): posee una longitud de hasta 1.65 m y con una forma similar al del tradicional arco de asta coreano, pero con una gran resistencia a la tensión posterior, debido a su propio tamaño y a su espesor. Esta tipología de arco era utilizada para lanzar las flechas yuk-ryang (flechas pesadas 六 兩 箭) que tenían un peso alrededor de 240 g. 2) Ye Gung (禮弓, arco ceremonial/ritual): este arco posee una longitud en torno a unos 2.5 m y puede que estemos hablando del arco coreano con mayor dimensión de todos. Se diferencia únicamente en los demás, en su uso destinado de forma exclusiva a las ceremonias y rituales. 3) Mok Gung (木弓, arco de madera): este arco, como ya indica su propia etimología, se distingue de los demás por estar elaborado principalmente en madera de morera. 4) Chol Gung (鐵弓, arco de hierro): esta es una tipología de arco coreano, que está elaborado en hierro, pero con la forma ya de un arco compuesto tradicional, con la forma característica de sus partes superiores curvadas. 5) Dong-gae Hwal (¿arco de caballería?): esta tipología de arco, era una especie de arco de caballería, portado a la espalda, junto con el carcaj. Toma su terminología a raíz de la funda para el arco que el jinete utiliza, la dong-gae, siendo un arco de muy reducido tamaño, quizás el más pequeño de todas las tipologías coreanas. Las flechas coreanas, se elaboraban generalmente de madera o bambú, con un emplumado característico; varias formas y materiales eran utilizadas para la composición de las puntas de flecha. Podemos señalar algunas de las puntas de flecha más utilizadas a lo largo de la dinastía Chosŏn: 1) Mok jon (木箭, flecha de madera): flechas elaboradas a partir de madera y utilizadas de forma usual en el manejo militar. 2) Chol jon (鐵箭, flecha de hierro): flechas elaboradas a partir de hierro, existiendo incluso 3 subtipos en función de su peso determinado; por un lado está la yuk-ryang-jon (六 兩 箭) con un peso de hasta 240 g, la ah-ryang-jon (亞 兩 箭) con hasta 160 g y la jang-jon (長箭) con 60-64 gr. 3) Ye jon (禮箭, flecha ceremonial): al igual que vimos en el apartado de los arcos, tenemos también flechas utilizadas con sentido sagrado, en ceremonias como el Gran Ritual de Arquería (大射禮). La longitud de la flecha podía alcanzar los 90 cm, siendo claramente más largo que la medida de las flechas normales y utilizándose como consiguiente, un emplumado más vasto y alargado que en las plumas normales. 4) Pyon jon (片箭, flecha pequeña): debido a su escaso y reducido tamaño, de en torno 30 cm fue apodada con este epíteto. Para su lanzamiento, se colocaba en un t’ong-a (筒兒, guía de la flecha, es decir, un porta-flechas) elaborado en un largo segmento de bambú. Se dice que gracias a este suplemento, la flecha era capaz de alcanzar los 1.200 m (Lámina 3 y 4). 5) Sae jon (細箭, flecha delgada/corta): esta flecha recibe este sobrenombre debido a su elaboración a partir de segmentos muy delgados de bambú, y utilizada sobretodo para mandar ciertas solicitudes hasta el campo enemigo. 6) Yu-yop-jon (flecha de hoja de sauce): claramente el nombre para esta tipología de flecha, le viene dado por su característica forma similar a una hoja de sauce (柳葉); posee una longitud en torno a unos 80-90 cm de largo y un peso en torno a unos 32 g.

Su uso, viene dado siempre en torno al contexto militar, sobretodo teniendo en cuenta la efectividad y contundencia de su propia punta de flecha (Lámina 5). Como ya referimos anteriormente, a lo largo de la dinastía Chosŏn, que perpetuó su existencia y poder a lo largo de hasta cinco siglos, contemplará una serie de cambios específicos en su arquería a finales del siglo XIV, apareciendo nuevos tipos de arcos y flechas que se utilizaron para usos determinados y concretos, como pudiera ser la caza, la ceremonia, prácticas de tiro o competiciones y en la guerra (o el adiestramiento), como bien hemos reflejado en las tipologías de arcos y flechas anteriormente. Sin embargo, es a partir del siglo XIX, donde vemos una decadencia de la arquería coreana, de manera que paulatinamente también se perdió su diversificación y aplicaciones, al mismo tiempo que se veía despojada de su lugar de preeminencia en la panoplia coreana. Con la caída de la importancia de la arquería, sobrevivieron como vestigios de la tradición y utilizados en competiciones coreanas, tan sólo el arco de asta común y las flechas Yu-yop.

3. Arquería durante la Dinastía Chosŏn 3.1. La tradición marcial de la arquería En términos generales, la arquería se desarrolló como un mecanismo inicialmente para la caza y la guerra, para posteriormente, cobrar nuevos significados como veremos a lo largo del artículo; comenzaremos ante todo por la tradición de la musa (武射)4, es decir, la arquería en combate. Como expondré a continuación, analizaremos cómo esta tradición se preservó a lo largo de la dinastía. No obstante, para calibrar la evolución y desarrollo de esta tradición, haremos una serie de subdivisiones que ayuden a entender su discurrir histórico.

El estatus del arco en el crecimiento y desarrollo de la panoplia coreana Desde la época prehistórica hasta la era de los Tres Reinos (57 a.C.-668 d.C.), y con el advenimiento de la unificación impuesta por el triunfo de Sil-la (668-935) y la dominación completa de Corea, hasta llegar a la época de Goryeo (918-1392), el núcleo de la panoplia coreana avanzó a través de la utilización de diversas armas de piedra, bronce y finalmente hierro, pero las principales armas en el guerrero coreano, siempre han sido las armas de corto alcance como las espadas y las lanzas y las de largo alcance, como el arco y la ballesta. Las armas de fuego se introdujeron en Corea durante el tercer año de U Wang (禑王), al final de la dinastía Goryeo (1377). Comparativamente a países como China, Corea llegaba muy tarde en la carrera armamentística, casi tardando cuatro siglos en conseguir este tipo de armas, aunque al mismo tiempo, superaba en modernización otros países asiáticos. Esta estandarización militar en la dinastía, condujo claramente a una estabilidad en el reino, con la cual pudo mantener cierta superioridad militar y defensas de cara a cualquier agresión enemiga, hasta mediados del siglo XVI, cuando Japón entró en la carrera armamentística y expansionista, consolidándose como un claro desafío y amenaza a la estabilidad del reino y a la vecina China. No obstante, en este período, podemos hallar interesantes innovaciones militares, como cañones diseñados para disparar flechas, flechas de fuego, etc. Evidentemente, la fuerza y distancia del cañón a la hora de disparar misiles, dejaba en la estacada la fuerza que puede llegar a resultar mediante el esfuerzo físico humano; no obstante, a pesar de la diferencia notable de potencial, estos cañones como arma a distancia, sólo tuvieron profusión en la alta sociedad y estamento militar, con lo cual no debió ser necesariamente un golpe de efecto para el cese de la arquería aún entre una masa mayoritaria de usuarios. De hecho, aunque las armas de fuego entraron en la panoplia coreana y significaron paulatinamente un gran elemento decisivo en la batalla, también seguían 4

NT: el término 射, es traducido generalmente por los traductores europeos como “arquería”, sin embargo en la práctica, su etimología y sentido original, es «disparo» o «disparar».

utilizándose simultáneamente el arco y las flechas, usados muy activamente a lo largo de la dinastía Chosŏn, los cuales además promovieron su desarrollo. Los enemigos de los Chosŏn en un primer momento, fueron fundamentalmente las tribus de los jurchen (jušen) en el norte de Manchuria, para posteriormente ver aumentado el peligro con la llegada del expansionismo japonés, en el sur. Conscientes del peligro, los gobernantes de la dinastía Chosŏn, realizaron una reforma en las tácticas de caballería del ejército coreano y un aumento de la efectividad de sus armas de largo alcance, utilizándose ya de forma usual no sólo los arcos sino también los propios cañones de cara a la doble amenaza tanto por el norte como por el sur del reino. Es en este punto donde podemos destacar el singular y efectivo uso de las flechas pequeñas (Pyon jon) y los cañones destinados a barrer de forma clara los contingentes nómadas jurchen. Como bien apuntamos antes, el tamaño inferior de esas flechas pequeñas y la velocidad que se les insuflaba, las hacían temibles armas en el campo de batalla, difíciles de esquivar o salvaguardarse ante la acometida. Es probable que a la hora de catalogar la eficiencia de armas asiáticas justo en el marco temporal de las actividades de Hideyoshi en Corea (la conocida invasión japonesa del 1592–1593, a manos del hábil daimyō que emergió victorioso en las luchas samurài por el control absoluto de Japón), las flechas pequeñas coreanas, junto con la lanza china y los arcabuces japoneses, fuesen en síntesis las mejores armas del este de Asia. En un primer momento, los japoneses siempre se habían caracterizado por la lucha a corto alcance, tanto por sus propias espadas, lanzas, como incluso por sus yumi, de manera que ante la acometida coreana, con una técnica bélica totalmente contrapuesta, palidecían ante la efectividad mayor de las armas coreanas, características por su ataque a distancia. Sin embargo, esta tendencia se invirtió ya en el siglo XVI, cuando los japoneses, como ya señalamos, adoptaron los arcabuces, y por lo tanto marcharon ya a la batalla con un arma de fuego decisiva. La milicia coreana tuvo serios problemas ante la nueva tecnología japonesa, de manera que ante esta crítica situación, el gobierno Chosŏn llegó a adoptar la tipología militar china sān shǒu bīng (三手兵)5. Este sistema táctico desarrollado por el general chino Qi Jìguāng (戚繼光) estaba diseñado sobretodo para poder defenderse de los frecuentes ataques japoneses; dichas tácticas chinas fortalecían una variedad de diferentes armas destinadas a potenciar un óptimo ataque y eclipsar la tecnología de corto alcance japonesa, decisiva en la campaña y curso de los acontecimientos: de esta manera, el sistema chino establecía un primer grupo de ataque compuesto por unidades con los cañones de mano (砲手), un segundo grupo caracterizado por unidades con armas a corta distancia (sobretodo armados con lanzas y espadas, 殺手) y un tercer y último grupo de unidades, armadas con los tradicionales arcos coreanos, aún en claro desarrollo y efectividad (射手). A pesar de esta notable inclusión de la arquería coreana aún en esta fecha, con su adopción en el sistema sān shǒu bīng, no tuvo una repercusión notable con su posterior uso tras la invasión japonesa, ni alcanzó el estatus tan reverenciado que tenía previamente a la invasión. No obstante, remarcamos la inclusión notable, a tenor por la aún persistente efectividad de los arcos y en una época aún en la que las armas de fuego estaban todavía en un estadio inferior de efectividad en todos los ámbitos; el arco así, funcionaba como un arma no sólo tradicional, sino también vital para rellenar el vacío o hueco de ataque que las armas de fuego en determinada ocasión, no podían lograr aportar; no olvidemos que contra efectos como el clima, las armas de fuego podían llegar a tener serios reveses. Son estos rasgos de la importancia aún notable de la arquería, los que nos ayudan a entender las posteriores conquistas de los manchúes en China y Corea, sobretodo evidenciando aún la preparación y evolución de la arquería coreana de cara a contrarrestar el poder manchú. De esta manera, lo que parecía ser un curso irreversible a la modernización y decadencia del arco coreano, supuso un nuevo retroceso al arte tradicional de la arquería, de manera que se pudiera contrarrestar la notable efectividad del ejército manchú. Como podemos observar, contra todo pronóstico, el arco siempre ocupó un visible campo de importancia en la panoplia, hasta ya el final de la propia dinastía Chosŏn. La arquería tradicional coreana no desaparecería de esta manera, hasta que el propio ejército coreano, experimentase una modernización (ya 5

NT: traducido aproximadamente como «tres destrezas militares» o las «tres destrezas del soldado».

obligada) hacia en el 1894, desterrándose definitivamente el arco del ejército. En síntesis, la importancia del arco en los ejércitos coreanos es notable a lo largo de la existencia de la dinastía, aunque cambiase en diversas morfologías y funcionalidades, seguía siendo un elemento a tener en cuenta y utilizado por las huestes del reino, hasta la época final de la dinastía. Mientras que se siguió ejerciendo una práctica y técnica militar tradicional en los ejércitos de los Chosŏn, el arco siguió siendo un elemento básico en el entrenamiento militar coreano.

Examen de servicio militar (武科) Quizás el sistema militar que más contribuyó al desarrollo de la arquería durante, la dinastía Chosŏn fue el propio examen de servicio militar (武科)6, una selección nacional para intentar atraer al reino a los individuos más talentosos y capaces, a lo largo del examen de servicio civil (文科). Esta última herramienta, ya existía a comienzos de la dinastía Goryeo, sin embargo el examen de servicio militar no comenzó a estar presente en la dinastía Chosŏn hasta el segundo año de Taejong (1402) en los primeros años de la nueva dinastía reinante. Esta última disposición fue establecida ya sistemáticamente en el Gran Canon de los Clásicos del Estado (經國大典), completado por Sungjong hacia el 1485, a través de una serie de ajustes casi durante todo el siglo XV. El examen de servicio militar, fue sin duda el elemento vital en el organigrama militar de los Chosŏn, hasta las reformas militares del reinado de Kojong (1894). Era usual, ver el ritmo y acciones siempre cercanas del examen de servicio militar y del servicio civil; a la hora de realizar un examen regular, existían una serie de pasos progresivos de controles (hasta tres exámenes, uno a nivel local, otro a nivel central y otro a nivel palacial, desarrollados todos en conjunto cada tres años). El primer examen, el de nivel local, estaba completado por una serie de pruebas marciales, y cubierto por un cupo de hasta 190 personas de diferentes distritos. El segundo examen, el del nivel central, seleccionaba hasta 28 personas que hayan superado el primer examen, siendo evaluadas en las artes y comprensión de las tradiciones marciales coreanas (es decir, estrategias diversas, maniobras, y los principios del confucianismo). Estos 28 exitosos individuos que habían superado la primera prueba, ahora se veían expuestos a su valía y proceder en las artes designadas para el presente examen, delante del mismo rey, y eligiéndose hasta tres niveles diferentes (una primera clase compuesta por 3 individuos; una segunda clase compuesta por 5 individuos y una tercera y última clase compuesta por hasta 20 individuos). Por supuesto también existían ciertos exámenes especiales de servicio militar junto con el regular referido; estos exámenes especiales iban dirigidos a las diversas celebraciones nacionales, las artes marciales o destinados a la propia defensa nacional, siempre que fuera necesaria. Sin embargo, en estos tipos de exámenes especiales, los pasos a seguir a menudo se reducían considerablemente, y los miembros en la selección, eran escogidos de forma muy flexible, dependiendo de la situación dada. Los números de los seleccionados podían llegar a alcanzar varios centenares, y en diversas situaciones hasta decenas de miles; siempre dependiendo, como acabamos de referir, de la situación y contexto que vivía el reino. Hay que señalar, que los sujetos expuestos y requeridos en el examen del servicio militar, cambiaban además variablemente a lo largo de las diferentes épocas de la dinastía: así, en la época temprana que recogía el Gran Canon de Leyes Administrativas, las directrices a seguir se mantuvieron en éste alrededor de un siglo y los sujetos a la prueba de los exámenes, se dividían en hasta dos grandes ámbitos de examen militar. Un primer ámbito, destinado a la prueba física, en el cual se controlaban las artes marciales, y un segundo ámbito (ya cultural), en el que se abordaban las lecturas, la capacidad de comprensión de los clásicos y los códigos de leyes. Los sujetos en las pruebas de arte marcial, trabajaban principalmente la arquería, reflejándose en técnicas de ataque a distancia con diversas armas, equitación, y arquería a caballo; por contrapartida, las habilidades de corto alcance necesarias para la utilización de 6

NT: traducido aproximadamente como «examen [de] combate».

espadas o lanzas, no se incluían en el parámetro del examen. Precisamente esta disposición militar en la que se adolecía terriblemente del manejo y control de las armas a corta distancia, se ve reflejado en la posterior invasión japonesa del siglo XVI. Será a partir del terrible trauma de esta invasión, con lo que los coreanos integraron en sus exámenes militares el control, manejo y utilización de las nuevas armas a corta distancia, así como armas de fuego (larga distancia). No obstante como ya se apuntó anteriormente, siguió dándose un importante rol a la arquería, y siguió manteniéndose como una pauta esencial en estos exámenes (con más auge aún, tras la agresión manchú, en el siglo XVII). En parte debido a esta disposición militar, la arquería también seguía siendo importante en los exámenes de servicio militar hasta el ocaso de los Chosŏn; aunque la inclusión de las armas de fuego cambió decisivamente el ámbito militar, las adiciones de las unidades con armas de fuego, no diferían aún grandemente de disposición en los exámenes para la propia arquería a caballo, o los arqueros a pie. Tras la invasión y devastación japonesa posterior, con la costosa victoria coreana, en los nuevos exámenes posteriores se reorganizaría un Neo-Gran Canon, y que fueron establecidas en la época tardía de los Chosŏn (續大典, 1746). Con esta nueva remodelación estatal, los individuos escogidos para las pruebas de los exámenes, vieron añadidos hasta cuatro nuevas temáticas en el apartado de las pruebas marciales a las antiguas seis ya existentes: se retomaron las flechas de sauce (柳葉箭), los arcabuces (鳥銃), ciertas habilidades y técnicas con látigos (鞭芻) y finalmente también los tradicionales entrenamientos de tiro con objetivos prefijados (nombre dado a las prácticas de arquería a pie, 貫革). Como bien podemos observar, el arco aún en esta edad tardía, aún sigue significando un arma importante a tener en cuenta en el reglamento coreano. Seis materias disciplinares estaban relacionadas con el arco: cinco correspondientes a la arquería a pie (木箭, 鐵箭, 箭, 柳葉箭, 貫革) y una dedicada a la arquería a caballo (騎芻). Incluso en algunos exámenes especiales en los que había una evidente reducción de materia disciplinar, la arquería seguía aún requiriéndose como elemento en el seno del examen. Hay que tener en cuenta, que la arquería seguía siendo el punto más relevante para la victoria final en la tercera fase de examen (el palacial). Existía un punto especial en relación a la arquería entre las materias del examen: el objetivo utilizado en dichas prácticas, cambió la fisonomía de una forma amorfa/redondeada, sin significado ni visibilidad humana, a utilizar diversos maniquíes de forma humana tras la invasión japonesa del XVI. Para la arquería a caballo, se solía utilizar el arco llamado dangung (短弓)7 y la funda para el arco se denominaba como dongae, mientras que sus flechas recibían el nombre de daewujeon (大羽箭)8. En los exámenes de arquería a caballo, el objetivo se colocaba alineado a la izquierda y derecha mientras que el jinete se desplazaba rápidamente con su caballo intentando realizar un disparo certero en el blanco oscilante. Con el cambio de objetos de tiro (muñecos de paja con forma humana), se estableció un parámetro de puntuación efectiva en cada uno de estos maniquíes, clasificándose dependiendo de las veces que se acertaba en dichos blancos (con 5 aciertos ya entraba dentro de la clasificación). La arquería a pie, está caracterizada por hasta cinco habilidades; no obstante, hay que referir que hasta dos habilidades fueron añadidas a posteriori tras la invasión japonesa: la Guanhyok (貫革) y la Yuyopjeon (柳葉箭). Estas dos últimas habilidades de la arquería, eran recurridas cuando había necesidad de recolectar una ingente cantidad de hombres en un determinado período corto de tiempo; cabe añadir, que una de las tipologías más concurridas y populares de flechas a lo largo de la dinastía Chosŏn, era la flecha corta (Pyon jon), que ya describimos anteriormente y que contaba como una de las habilidades a dominar en la arquería; por otra parte, la distancia del campo de tiro se estimaba en torno a unos 288 m en un principio, para posteriormente luego verse reducida a una distancia de 156 m. Si un recluta conseguía dominar las dos anteriores habilidades de arquería referidas, junto con un correcto manejo en la técnica de la flecha corta (Pyon jon), conseguía ver el reflejo de su propia capacidad de exactitud en el dominio del arco. Por el contrario, había otra prueba de arquería, utilizando las flechas de madera (Mok jon) y que probaban la capacidad del arquero en cuestión, de alcance a 7 8

NT: traducido aproximadamente como «arco corto», «arco reducido». NT: traducido aproximadamente como «flecha de grandes plumas».

una distancia lejana (遠射); por su parte, las flechas de hierro (Chol jon) colocaban al recluta en una dura prueba física para calibrar su resistencia y fortaleza en el trazo del arco (弓力). En estas pruebas, se debía llegar más allá de cierta distancia marcada y golpear dentro de un perímetro delimitado entre la izquierda y la derecha, obteniendo así la puntuación necesaria para las pruebas; de hecho, los objetivos colocados tan sólo significaban la distancia mínima, y no tanto la meta a llegar necesariamente para el disparo del arquero. Las puntas de flecha elaboradas en madera (樸頭), resultaban de gran contundencia y estaban diseñadas de forma redondeada, una utilización por los coreanos, de cara al ahorro del valioso acero. Los arcos de hierro (鐵箭), utilizaban una flecha pesada llamada Yukryang-jon (六兩箭) capaz de llegar a alcanzar hasta 240 g., siendo no sólo un arco potente en su composición, sino también en la potencia de sus misiles como acabamos de señalar. Los coreanos también disponían de otra tipología de arco muy poderosa, el llamado Yukryang-gung (六兩弓) o también otra llamada Jongryang-gung (正兩弓). Para juzgar la calidad y efectividad de las pruebas con estos arcos, se valoraba si el impacto lograba llegar al bullseye (正鵠)9, referencia coreana que alude al impacto en 1/3 del tamaño del objetivo, lográndose una baja consideración y puntuación si se realizaba un impacto fuera del límite señalado. En todos los exámenes de tiro, el recluta podía llegar a disparar hasta tres flechas para su evaluación, sin embargo con el Yuyopjyon (柳葉箭) se concedían hasta cinco disparos. A continuación se mostrará una tabla con la tipología de arquería realizada y el análisis obtenido de cada una.

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NT: popular término inglés, que hace referencia en el español a la diana, u ojo de buey.

Como ya hemos visto, Corea ha mantenido la esencia y uso de su arquería, hasta el final de la dinastía Chosŏn. Por otra parte, la arquería siempre fue como ya hemos señalado, un elemento inherente en los exámenes de servicio militar, necesariamente dominada para una consecución final. Sin duda unas exigencias, que se vieron reflejadas en la continua evolución y mejoramiento de la arquería, desde la etapa de los Tres Reinos hasta la de Chosŏn. Pero sin duda, donde más vemos una evolución más pronunciada es precisamente en esta última etapa, justamente la que abordamos en este artículo, debido entre otras cosas no sólo a las instituciones estatales que favorecieron su expansión, sino también al hecho de que los arcos, ya se habían convertido en un arma personal (y de fácil acceso) a la gran mayoría de individuos de todo el país que tenían un mínimo conocimiento básico de la arquería. Pero sin duda el hecho de que la arquería también fuese un elemento necesario y vital en el examen de servicio militar, hizo asimismo que el arco se consolidase como la técnica mínima y básica en todo candidato coreano llamado hanryang (閑良), obligándole a practicar de forma repetida y consecutiva el máximo tiempo posible. Obviamente la arquería durante esta época, no se practicaba mayoritariamente por entretenimiento o por un entrenamiento personal de cara al físico o a la mente, más bien, estos rasgos eran adicionales; ante todo, estaba bastante definida su prioridad, preparación y uso plenamente militar, o practicar en determinados entrenamientos y rigurosas preparaciones de cara al combate.

3.2. La tradición ritual/ceremonial de la arquería Otra de las grandes tradiciones en la arquería coreana, es la tradición de la Yesa (禮射)10. La Yesa usualmente hace referencia a la arquería en celebraciones como la del Gran Ritual de Arquería (大射禮), presidida por el mismo rey, o el Ritual de la Arquería de los condados, celebrada entre los funcionarios locales de los diferentes condados/distritos administrativos del reino. Los rituales de arquería se realizaban bajo estrictas normas a seguir y acompañados en todo momento de música. Personalmente añadiré otro tipo de arquería ritual basada en el ideal confuciano; para ello hay que señalar, de cara a entender mejor y no mezclar el significado de la tradición ritual de la arquería (mayormente y extendida desde las instituciones y por ello, con claros rasgos y simbología distinta) que esta última arquería, está marcada por una dimensión a nivel personal. Tampoco podemos decir que esta tradición sea exclusivamente coreana, de hecho podemos ver variantes de la arquería ritual en los países receptivos de la filosofía confuciana (como China y Japón); el propio Stephen Selby ya reflejó este aspecto en su libro sobre la arquería china. La arquería japonesa tampoco se queda atrás, siendo visible en su larga tradición, diversos procedimientos estrictos y marcados por el confucianismo en diferentes fases.

El ritual de la arquería en una dimensión personal: competencia con cortesía La dinastía Chosŏn adoptó el neoconfucianismo como la ideología dominante y omnipresente a lo largo de toda la sociedad y vida cotidiana coreana, manteniendo un sistema político en el que la hegemonía política estaba fuertemente administrada y mantenida por los oficiales eruditos. En una sociedad como la que estamos analizando, donde se debía respetar la pluma, y se encontraban en un ambiente de constante supresión de las armas (崇文 抑 武), estas pasaron a convertirse en un instrumento peligroso y por lo tanto, el desarrollo de un sistema armamentístico a nivel aceptable, así como diferentes técnicas y formas de combate, fueron impulsadas de forma muy racionada; sin embargo, ésta no fue el caso de la arquería, que como ya hemos ido señalando a lo largo del artículo, fue mantenida y desarrollada por la dinastía. Una arquería que era considerada como una de las habilidades básicas (junto con la música, el ritual, la conducción/manejo del carro, la escritura y la aritmética: 禮樂 射 數 御書) hasta para los 10

NT: traducido literalmente como «ritual del disparo».

propios eruditos coreanos; un concepto por cierto familiar para aquellos coreanos habituados y acostumbrados a leer los clásicos chinos. Paralelamente, vemos cómo la arquería no siempre era considerada como una herramienta sin más destinada a la guerra o a la caza, sino también como un instrumento espiritual que conllevaba un cultivo activo de la moral confuciana y lograba que la gente actuase y se familiarizase con la cortesía confuciana. Aún más: los anteriores rituales referidos para la arquería, vienen fundamentalmente inclinados a los clásicos confucianos como Los Registros de los Ritos (禮記) o las Analectas (論語). Se puede observar a través de las obras confucianas, un favorable trato del propio Confucio hacia la arquería, como un medio de competitividad con cortesía de forma evidente en la siguiente frase: “...un hombre virtuoso, no posee ningún aprovechamiento de la competencia...”. Sin embargo, si no pudiese evitarse, se podía permitir a los individuos competir a través de la arquería. En el momento en que entrasen en el campo de tiro, debían saludar y mostrar suma consideración a sus competidores, y al terminar incluso la ceremonia, llegar a compartir el vino ceremonial con ellos; de esta manera, se cumplen todos los principios fundamentales de un hombre de virtud (君子無所爭必也射乎揖讓而乘下而? 其爭 也君子). Existe asimismo un concepto famoso de la arquería, que considera ésta como un medio de “...evaluar la virtuosa conducta de un arquero...” (觀德行). Dicha frase es originaria de un contexto en el cual, se hace énfasis en los comportamientos debidos de los participantes en las ceremonias de arquería, y por lo tanto, conlleva un cierto punto sociopolítico, más que el de un punto personal o moral. Paulatinamente, esta terminología adyacente, comenzó a ser una visión representativa de la arquería, como un medio de cultivar y evaluar la virtud y cortesía confucianas en el propio arquero; son estas expresiones y modos de conducta la que harán de la arquería, una disciplina marcial y en la práctica una recomendación abarcable incluso para los literatos. Citaremos a continuación dos ejemplos relacionados con los reyes de esta dinastía para mostrar los puntos básicos del confucianismo y la arquería en esta época que abordamos: el primer ejemplo alude al rey T’aejong (1400-1418), el cual deseaba practicar y dominar la arquería, a lo que sus subordinados se oponían, argumentando que el aprendizaje de la arquería podría hacer ignorar al príncipe las lecciones más importantes de los clásicos. T’aejong rechazó estas opiniones afirmando que “...los ancianos ya dijeron que la arquería es una forma de evaluar la virtud y que competir con el talento propio en la arquería es el camino del hombre virtuoso...”. Acto seguido a la argumentación real, el príncipe pudo acceder al aprendizaje de la arquería, pero las frases que se recogen en las fuentes por obra del propio T’aejong, son frases que podemos encontrar en Los Registros de los Ritos, y además nos muestra de forma evidente cómo los puntos de vista confucianos, eran dominantes al menos en la clase alta coreana. Una segunda anécdota la tenemos en uno de los monarcas más tardíos, el rey Kojong (1863-1907), que llegó a revivir con su persona la arquería coreana a nivel ya competitivo, utilizando una funda del arco y carcaj, con las siguientes frases inscritas a sus lados: “...una vez que la mente está en el camino correcto y la postura es recta, agarra el arco y la flecha y concéntrate...” (志正体直然后审固); “...conocer los requisitos de los rituales que entran, salen, o hacer movimientos de giro en cualquier dirección...” (進退周旋必呼禮中). Estas frases, a las que se siguen la frase anteriormente ya citada de “evaluación de la conducta virtuosa” (觀德行), las podemos encontrar también en una sección titulada “Apropiado (comportamiento) en la Arquería”, en Los Registros de los Ritos. Como ya señalé, parece evidente que esta visión confuciana de la arquería como un medio de cultivo de la virtud a nivel personal, había echado firmes raíces en el subconsciente coreano, convirtiéndose en un rasgo inherente en la arquería tradicional.

El Ritual de la Arquería desde el punto de vista institucional: el Gran Ritual de Arquería y el Ritual de Arquería de los condados El componente fundamental del Ritual tradicional de la arquería, como ya hemos señalado, es en un primer término la filosofía y las diversas ceremonias de la propia arquería;

con la adopción del confucianismo como ideología nacional, los Chosŏn adoptaron no sólo sus indicaciones, pautas y principios volcándolos en su arquería tradicional, sino también que como consiguiente, emularon las prácticas y rituales que ya se encontraban en la China de los Zhou, como el Ritual de Arquería de los condados (o zonas administrativas). Los líderes de la dinastía reinante, creían que estos rituales podían llegar a contribuir en el orden del reino y hacer que la armonía y la confianza arraigasen en la monarquía y en su gobierno (a todo nivel gubernamental) de manera que se estableciese un gobierno efectivo entre los gobiernos centrales y los locales del reino.

El Gran Ritual de Arquería (大射禮) Según los registros aportados de la dinastía Chosŏn, se concertaron y realizaron un total de hasta ocho celebraciones de este importante ritual (incluyéndose hasta 2 Rituales de Yan 燕射禮) entre el siglo XV-XVIII. Las fechas de las celebraciones de estos rituales, son las siguientes: agosto del octavo año de Songjong (1471); marzo del octavo año de Yonsangun (1502); septiembre del undécimo año de Yonsangun (1505); agosto del vigésimo-noveno año de Chungjong (1534); abril del décimo-noveno año de Yongjo (1743); febrero del cuadragésimo año de Yongjo (1764); septiembre del tercer año de Jongjo (1779); diciembre del séptimo año de Jongjo (1783). Aunque los argumentos para la realización de estos rituales aparecieron ya desde los comienzos de la dinastía, el desempeño de estos argumentos y su consecución sólo se realizaron desde el reinado de Songjong (1469-1494), cuando se estabilizaron las instituciones gubernamentales y los estudiosos del neoconfucianismo comenzaron tener peso efectivo en el gobierno central. Durante el siglo XVIII, los diferentes reyes de la dinastía intentaron apaciguar las tumultuosas dificultades políticas que asediaban el reino, fortaleciendo así el poder real: para ello, los rituales tenían una función valiosa según sus propios ideales confucianos. Sin embargo, a pesar de la fe que los gobernantes de la dinastía mantenían en este tipo de rituales, la situación tan turbulenta vivida a finales de la dinastía, pudo incluso sobreponerse a estos rituales y postergarlos de la agenda real. El Gran Ritual de Arquería estaba bajo el mando y cargo del ministerio militar y sus procedimientos generales, eran los siguientes: en primer lugar, el rey realizaba sus visitas reales a Sung Kyun Kwan (成均馆) para realizar un rito de sacrifico a la divina naturaleza (Confucio); a continuación el rey se movilizaba al campo de tiro realizado y conformado expresamente para los rituales que se debían llevar a cabo. Acto seguido, se produce el Disparo Real (御射), disparando hasta cuatro flechas (llamadas sungsi 乘矢), acompañado en todo momento por la música. Tras estos disparos, se producen los llamados Disparos Asistentes (o acompañantes, 侍射), a manos de varios grupos de subordinados civiles y militares que le acompañan en toda la ceremonia y disparan hasta cuatro flechas seguidos de himnos; finalmente el rey otorga premios a aquellos de los subordinados que consiguieron dar en el objetivo y castigar al mismo tiempo a aquellos que erraron en sus disparos. Un penúltimo paso, es ver al rey presidir con gran solemnidad la selección final de los exámenes del servicio militar y civil para ya como colofón, regresar a su palacio, terminándose de facto el Gran Ritual de Arquería. Sin lugar a dudas, todos estos procedimientos del ritual, fueron diseñados para establecer una clara diferencia entre el Estado y sus subordinados, y fortalecer al mismo tiempo el sentido de la jerarquía entre el rey y sus propios súbditos. El uso de diferentes objetivos y el acompañamiento de la música simboliza claramente también toda esta dinámica del alto poder coreano. No obstante, no existían diferencias en la distancia de tiro (110 m), el tamaño de la propia meta (5x5 m) y el ojo del toro (que seguía siendo lo usual, 1/3 del objetivo); lo que sí variaba, era en la tipología del animal como objetivo: mientras que el rey utilizaba un blanco con cabeza de oso, los subordinados empleaban un blanco con cabeza de un ciervo; por otra parte, la música que funcionaba en la actuación real, entonaba hasta siete himnos rituales para sus disparos, mientras que para los disparos de sus subordinados, se entonaban cinco.

Ritual de la Arquería de los Condados

Si el anterior ritual hacía hincapié en un orden correcto y desarrollado a todo nivel entre el rey y sus subordinados, este ritual, fue un intento de establecer un ideal de la sociedad local basado en la moral confuciana, con gran énfasis en un necesario orden social adecuado entre los mayores y menores de edad. Durante el reinado del rey Songjong, mientras que se celebraban como ya apuntamos, el Gran Ritual de Arquería, este hábil gobernante consultaba y discutía sobre la realización del Ritual de Arquería de los Condados; tras la consulta, finalmente se decidió a realizar otro ritual en los condados, de manera que ilustrase las buenas costumbres y tradiciones de las diferentes localidades del reino. En sus directrices, el rey estableció que se concertasen a mediados del invierno, mientras que el Gran Ritual de Arquería, fuese realizado semestralmente, en torno a marzo (primavera) y en septiembre (otoño). A diferencia del anterior ritual, el ritual diseñado para los condados parece que no se cumplió de forma demasiado activa; de hecho sólo disponemos de un caso relacionado con la realización de esta tipología de ritos en las Actas de la dinastía. Tenemos el testimonio a partir de Kim Jongjik (金宗直), líder de los eruditos neoconfucianos, que informó de que cuando era señor del distrito Sonsan, organizó la celebración de uno de estos rituales, junto con el Gran Ritual de Arquería. En ciertas ocasiones, algunos de estos eruditos editaban libros sobre la temática de este ritual y el anterior, abogando por el efectivo rendimiento de estos ritos necesarios e incontestables en sus resultados; sin embargo, estas defensas a ultranza de los eruditos neoconfucianos, en la mayor parte son defensas muy poco sólidas, encontrándose escasos hechos visibles y palpables de este propugnado rendimiento ritual. Personalmente y por lo tanto, sostengo que los principios fundamentales de los rituales de arquería de los condados, fueron ante todo enfatizadas y defendidas por los eruditos, sin los resultados visibles a los que se aludían en toda la dinastía de los Chosŏn. Las razones por las que el propio pueblo coreano no fue justamente representado con estos rituales, pueden rastrearse a través de los siguientes puntos: el procedimiento y celebración del ritual de arquería de los condados era demasiado problemático para sus participantes, ya que si el participante en sí no tenía tiempo suficiente como para practicar y desarrollar la arquería, podría convertirse en un divertimento y mofa de los demás participantes y del pueblo en cuestión; por otra parte también pudieron existir obvias condiciones de penuria económica local para un evento tan improductivo se celebrase; y por último, contar con que los propios funcionarios locales no compartían el coste añadido de la celebración de estos rituales, con lo cual, se hacía prácticamente inviable ya desde la base fundamental (en cuanto a este último punto, desconozco la situación real de estos rituales en China, ante lo cual sería interesante la comparativa de escenarios, ayudando a esclarecer este punto y darle o no validez). Hemos señalado finalmente, las diferentes facetas de la tradición ritual coreana de la arquería, señalando el punto de vista importante y vital del confucianismo sobre la arquería, como un método de cultivar y valorar la virtud personal, compartida a lo largo de toda la clase alta coreana. A este último enfoque, señalé que se debía denominar más bien como un enfoque espiritual/mental, una arquería en definitiva con una evidente dimensión personal. Por otra parte, completamos esta sección del artículo, refiriéndonos a la tradición ritual de la arquería en base institucional, con dos rituales principales; le damos el término institucional, porque como ya bien apuntamos, fueron diseñados con una mayor y evidente intención de mantener la ideología confuciana en la política y sociedad coreana; con este mecanismo institucional, revestido con la ideología confuciana, la arquería lograba dotar de una gran socialización interna a los participantes y por consiguiente, a todo los ámbitos del gobierno central. En cierto sentido, podemos decir que ya se tratase de una dimensión personal, o dimensión institucional, la función principal de los rituales de arquería, bien puede ser considerada globalmente, como un medio de preservar de forma efectiva el orden social bajo la visión confuciana del mundo. A pesar de este elemento claro ideológico, la arquería dotó a su propio significado una doble práctica, concibiéndose como un instrumento para la guerra y como un dispositivo útil y necesario para el cultivo de la mente (cortesía confuciana); este último punto, la cortesía en la arquería, se ha logrado perpetuar consecutivamente en los sajong de arquería coreanos.

3.2. La tradición de los Sajong de Arquería

Un último componente de la arquería tradicional coreana, podría ser el llamado sajong (射 亭), un espacio o sala destinada a la práctica de la arquería. El significado literal del término sajong, pude traducirse como “pabellón de tiro con arco” o “sala de tiro con arco”; sin embargo dicho término en la actualidad, se utiliza realmente para indicar una organización de arqueros centrados en torno a un determinado pabellón de tiro con arco, construido en un propio campo de tiro destinado al uso. Desde sus inicios, el simbolismo y función de los sajong fue trascendental para la preservación de las tradiciones de arquería coreanas. Como nacimiento de dichos espacios para la arquería, se aviene la propia obviedad de ciertas delimitaciones amplias y destinadas únicamente a la práctica de la arquería, si se quería potenciar de forma efectiva la misma (como desde el gobierno se impulsaba). Ya desde el comienzo de la dinastía Chosŏn, se establecieron diversos campos de tiro a merced de la iniciativa del gobierno y utilizados principalmente para los exámenes del servicio militar y para la práctica usual de la milicia estatal. De esta manera, varios espacios destinados para el ejercicio y la práctica de la arquería fueron fundados en Seúl y en diversos distritos centrales de las administraciones locales. Este era el horizonte fundamental de los espacios de prácticas para la arquería, previo a la invasión japonesa (XVI); será a partir de toda la consecuencia y acción múltiple que conllevó la agresión nipona, cuando se enfaticen e impulsen la construcción de diversos campos de tiro ya para civiles, naciendo así de forma creciente los sajong. Uno de los primeros campos de tiro levantados tras esta nueva tendencia fue el pabellón mandado construir por el rey Injo: el pabellón Ounjong (五雲亭), justo dentro de la muralla oriental del palacio Kyongbok. Este mismo rey además abrió las puertas del nuevo pabellón a los propios civiles, en aras de fomentar el espíritu marcial entre el pueblo llano. La historia del desarrollo y crecimiento de los sajong civiles está relacionada con la expansión del propio examen de servicio militar antes referido. Ya desde el siglo XVII se experimentó una necesidad de oficiales en el ejército coreano, a tenor tras las debacles militares experimentadas (invasiones manchúes, 1627 y 1636), así como en medio del período de preparación del gobierno durante la llamada Expedición del Norte (1650-1660). De esta manera, de forma múltiple la dinastía amplió de forma efectiva no sólo el tamaño de su ejército, sino también las instituciones y directrices marciales destinadas a salvaguardarlo y dotarle de una disciplina necesaria de cara ante futuras (e inminentes) agresiones. Con estas nuevas medidas, el número de los individuos seleccionados a engrosar los ejércitos a veces incluso alcanzaba desde varios miles, hasta a más de diez mil individuos; el Mankwa (萬科) llegó después de esta profusa selección a disponer de hasta diez mil individuos para el examen del servicio militar. Como no podía ser otra, la propia profusión y desarrollo del examen referido, conllevaba necesariamente una expansión y fortalecimiento directo en los sajong; unos pabellones de tiro que ahora crecían como hongos tras la lluvia no sólo en Seúl, sino también ya a gran nivel en distintos distritos locales. Es difícil realizar una estimación directa en torno a la cantidad de sajong disponibles en las localidades, pero se afirma que se encontraban hasta más de cuarenta en los alrededores de Seúl en el siglo XIX. Vemos claramente un gran nivel de importancia en estas estructuras, de forma que la arquería se fortaleciese a lo largo de toda la sociedad; no sólo de cara a la práctica militar que exigía el examen para dicho servicio, sino también una forma de estrechar lazos sociales a diverso nivel, consiguiéndose establecer también un parámetro social de práctica de ocio y competición de arquería en la clase media y baja coreana. Como ya vimos anteriormente, estas facetas sí se encontraban en las clases altas, pero no tanto en el resto de la sociedad, una sociedad que finalmente ha participado decisivamente en la arquería en un nivel superior al visible anteriormente, gracias ante todo a la presencia de los referidos sajong. Resultado de esta afición creciente y practicada, serán las competiciones entre equipos (pyonsanori, 便射). Esta competición consistía en una demostración de técnica y habilidades de los diferentes sajong que competían en torneos a nivel regional, entre otros. Debo reseñar de nuevo la importancia capital de los sajong como la verdadera fuente tradicional de la arquería coreana; aquí es donde la tradición se mantuvo viva a través de la práctica civil de generación en generación, guardándose para la posteridad las técnicas de

arquería marcial y ritual. Cabe añadir un rasgo a tenor por su rápido crecimiento y expansión: esto sin duda confirma que la proliferación de los sajong, es un indicador de su fundación y desarrollo como institución educativa y práctica para el pueblo llano. Además, con estos pabellones se brindaba la oportunidad de práctica y desarrollo de la arquería en base a los futuros exámenes y pruebas que debían realizar los hanryang (閑良), que posteriormente realizarían el ya referido examen de servicio militar. En síntesis, podemos afirmar, que los sajong surgieron tanto como organizaciones educativas y militares, así como elementos para el desarrollo de ciertas materias militares que se desarrollaban en los exámenes para el servicio militar. La tradición de la arquería en el ámbito militar se mantuvo de forma natural y continuada en los sajong a través de una seguida enseñanza y aprendizaje, que como ya advertimos, estaba explícita en las indicaciones y premisas del examen de servicio militar. En el caso de la tradición de la arquería ritual, la técnica y su práctica fue preservado por el sap’ung (射風): el sap’ung fue el núcleo fundamental de la cultura de la arquería, creada y conservada por los miembros de los propios sajong. Desde la época referida de la eclosión de los sajong, existían ciertas costumbres entre los arqueros, y en los reglamentos establecidos por los miembros de los sajong de cara a controlar diversos aspectos relacionados con la arquería, fomentar la cortesía en la competición, establecer un compendio de reglas para la práctica de tiro, etc. Sin embargo, el principal punto de referencia de estas costumbres estuvo en el principio y regulación de la cortesía confuciana, un rasgo visible en un libro coreano titulado Korean Archery (1929), en el cual, el propio autor describe la sap’ung de los sajong de Seúl (en torno al siglo XIX y XX) de la siguiente manera: “...cuando los arqueros disparaban para sus practicas con aquellos iguales en el campo de tiro, existía algo digno de mención, en cuanto a la disposición completa de las costumbres de cortesía. Los arqueros miraban a sus maestros, respetados miembros de alto rango, y tomaban actitudes conciliatorias entre sus colegas...”. Aún hoy la tradición de cortesía en la arquería es visible en los sajong actuales; un documento escrito en torno al 1884, por un sajong local, refleja la cortesía de la siguiente manera: “...lo que se llama Sach’e (射體)11 es de hecho similar a los principios de los antiguos Rituales de la Arquería de los Condados (射體云云如古 之?射 禮其義 略同)...”. Sin duda, este documento nos ilustra con gran valor, el aún existente miramiento con gran rigor, de no violar los principios de la cortesía confuciana e ilustra en detalle el reglamento que los arqueros deben seguir. Como hemos señalado, es indudable la importancia de los sajong en la labor del desarrollo de la arquería en la Corea de los Chosŏn, sin embargo, con la caída de los arcos en su función militar en el siglo XIX, pronto los sajong experimentarían una transformación de su noción significativa y funcional en la sociedad coreana.

4. Arquería Coreana. Desde la Edad Contemporánea hasta la época actual Si bien hemos visto una evolución continuada y cuidada de la arquería, tras la reforma militar a finales de la dinastía, el arco se colocó en una prolongada cuesta abajo, que se agravó además con la abolición del examen de servicio militar y la transición total a las armas de fuego. Los numerosos sajong de Seúl, como era de esperar, desaparecieron progresivamente; cuando todo parecía que era un camino irremediable ya hacia la desaparición de la tradición, el rey Kojong dio un giro al ritmo de los acontecimientos e impulsó de nuevo a la arquería coreana. En 1899, el príncipe alemán Heinrich asistió a una demostración de arquería de la que salió totalmente asombrado; Kojong, consciente del efecto, decidió dar un necesario apoyo a la ya decreciente arquería, lanzando un decreto imperial en el que se estipulaba que “...se dejase libremente que las personas disfrutasen y practicasen la arquería para desarrollar así su fuerza física...”. Y para respaldar este decreto además ordenó la creación del Hwang Hak Jong 11

NT: el «cuerpo de la arquería». es decir, las regulaciones requeridas para la práctica de la arquería.

(黃鶴亭)12 justo en la ladera norte del palacio Kyounghee, para el uso y práctica de arquería. Como vemos, se estaba consumando de nuevo otro apoyo desde la casa real coreana al arco tradicional; de hecho, los sajong para la práctica civil, había permanecido cerrado durante años, y ante la nueva directriz desde la cúpula de poder, se reabrieron. Algunos de los sajong que anteriormente habían sido impulsados y mantenidos directamente por el gobierno (y que recibían el nombre de Kwan Dok Jong 觀德亭, o Yon Mu Jong 演武亭) se llegaron a transformar ya en sajong para prácticas civiles. Esta nueva oleada de impulso a la arquería, tuvo como consecuencia un eco en el desarrollo de la tradición de nuevo entre la sociedad coreana; la técnica y reglamento de los nuevos sajong no pudo obnubilar las directrices, técnicas y reglamento más tradicionales, de manera que aunque ciertamente sufrieran algún cambio, en su mayoría podemos encontrar todo ese compendio de tradición en el núcleo de los sajong actuales incluso, así como el título y autoridad del Sa Du (射頭, el líder de un sajong; en esta figura encontramos toda la síntesis reunida de la tradición de la arquería coreana). Sin contar con ciertos aspectos visibles aún en el trato verbal entre los arqueros, con frases como “...la arquería comienza y termina con cortesía...”, rastro aún visible de la base confuciana. El revivir de la arquería tradicional durante el último período de la dinastía, fue sin lugar a dudas un determinante punto de inflexión para su posterior y definitivo desarrollo, ya como un deporte de competición a nivel civil. Si nos atenemos a la frase anteriormente transmitida por el mismo rey Kojong, vemos que la arquería no tardó en ganar (de nuevo) el reconocimiento como una medida práctica para fomentar la actividad física, ya a nivel nacional. Bajo dominio colonial japonés (1922), la tradición de la arquería siguió perpetuándose, con la aportación de la Asociación de Arquería de Chosŏn (朝鮮 弓 術? 究 會), establecida por el Hwang Hak Jong y otros miembros de diversos sajong. Esta asociación fue posteriormente sucedida por la actual Asociación de Arquería Tradicional Coreana (大韓弓道協會). El desarrollo de la arquería tradicional es bastante notable y en ascenso, partiendo de la base trascendental de su transformación de uso militar a un uso y práctica civil, que desarrollarían la técnica al nivel que podemos encontrar hoy en día aún; pero su mayor contribución sería la regularización de esta técnica de manera que se convirtiera en un deporte usual y proporcionase así no sólo una competición física a lo largo y ancho del país, sino también una base impresionante de técnica de cara a competiciones internacionales. No obstante, algunas formas y técnicas de la arquería se vieron totalmente transformadas, debido a su nuevo uso civil, eliminándose ya en la práctica y uso otros arcos y flechas destinadas anteriormente al uso militar, aunque podemos aún encontrar como vestigios tradicionales y aún con uso activo al tradicional arco de asta y la punta de flecha de sauce; también podemos encontrar aún fijado el rango de tiro en 145 m, justamente la distancia aplicada en el examen del servicio militar desde tiempos antiguos. Una larga tradición que ha logrado sobrevivir a numerosas situaciones críticas vividas por el pueblo coreano, como la agresión y dominio japonés (1910-1945), o la posterior situación harto problemática posterior a la independencia (1945) y la propia Guerra de Corea (19501953). A medida que la situación se estabilizó y la sociedad comenzó a funcionar en un nuevo modelo económico, la tradición arquera siguió en ascenso ya desde la década del 1970, para vivir en la siguiente década (1980) una eclosión de la arquería. Las cifras de este imparable recorrido pueden verse reflejadas en las siguientes cifras:

1947--> 24 1970--> 124 1986--> 258 2002--> 314

sajong sajong sajong sajong

Por supuesto, el advenimiento de los nuevos arcos modernos con material sintético para las flechas y el arco, hizo que se contribuyera a una extensión y reforzamiento del arco tradicional; los arcos tradicionales elaborados en base de numerosos materiales hoy en día ya difíciles de obtener para gran parte de la población, así como su difícil manejo y mantenimiento, 12

NT: traducido aproximadamente como el «Pabellón de la Grúa Amarilla».

hacían que la población que disfrutase y practicase de la arquería fuese muy limitada, casi restringiéndose a la alta sociedad y a los más pudientes. Estas barreras pronto serían derribadas con el ascenso de los arcos laminados de fibra de vidrio y plástico reforzado. En cierto sentido, fue precisamente este cambio de elaboración, el que el arco laminado no sólo tuviera un éxito rotundo, sino también a que se aupara al ocio y práctica de la propia arquería tradicional ya para la década del 1980. Actualmente, en la Asociación de Arquería Tradicional Coreana se encuentran inscritos hasta 17.719 usuarios; un número en el cual se incluyen hasta a 953 mujeres y 73 estudiantes de secundaria. Sin embargo, no se pueden hacer cifras muy generales en torno al uso y práctica de la arquería, aunque se estiman que sea practicada en una cifra superior o en torno a las 30.000 personas. Las competiciones estatales, también están en desarrollo y con una clara estabilidad, como se demuestran en las 20-30 competiciones desarrolladas cada año, con una duración de en torno a 2-3 días y con una elevada participación (hasta 1.000 competidores). Si bien es verdad, que la tradición de la arquería coreana se encuentra muy salvaguardada hoy en día, junto con el significado evidente del desarrollo activo de la misma por los propios coreanos, no existen demasiadas investigaciones académicas o trabajos especializados para evaluar y analizar la propia arquería coreana; precisamente algunas prácticas conservadoras en la arquería han sido un obstáculo notable para tratar de afianzarse como un deporte popular, siendo éstas motivo de discusión y debate entre los sajong que practican y consuman la arquería. Estas últimas, las tendencias de intento de análisis, encauce de la tradición, y flexibilidad de ciertas reglas y técnicas excesivamente ortodoxas, a pesar de la progresiva popularidad de la arquería, son las tendencias actuales y novedosas en la tradición coreana.

Conclusión Con este artículo, he tratado de aportar algunas nociones y detalles sobre las tradiciones de la arquería coreana que se pueden encontrar a lo largo de la dinastía Chosŏn. Me gustaría terminar mis comentarios con un breve resumen de mis argumentos en torno a la temática. En términos de función de la arquería, Corea disponía de dos tradiciones en la misma: una vertiente dedicada y volcada en la guerra, y otra dominada totalmente por el ritual. En la tradición militar, ya señalé debidamente la función que poseía el arco como arma de guerra, sus características y otros rasgos adyacentes a la misma; en la tradición ritual asimismo se detalló y enfatizó una función social basada en el confucianismo. Pero sin duda para el desarrollo y consolidación de la misma, los sajong se consumaron como los verdaderos preservadores de la tradición coreana. Como instituciones lanzadas para los exámenes del servicio militar, es natural que jugasen un determinante papel para la tradición militar de la arquería, pero también en el mantenimiento de la tradición ritual, como reflejan algunos detalles (la cortesía del arquero). Actualmente, la tradición militar de la arquería ya ha desaparecido por completo, utilizándose el arco en base a fines deportivos o de caza; la propia Asociación de Arquería Tradicional Coreana se mantiene subordinada a las directrices de la Asociación de Atletismo de Corea. A pesar de esta evidente transformación, el sustrato tradicional de la arquería ritual, aún permanece en la cultura y técnica de los sajong, como bien apuntamos, aunque es bien cierto, que en ocasiones un exceso del rigor de la cortesía confuciana en la arquería, puede desatar ciertas polémicas entre las nuevas tendencias de los miembros más progresistas, contra la asentada preeminencia de técnica tradicional en los sectores más ortodoxos de la arquería. No obstante, la tendencia actual y visible mayoritariamente a lo largo de todos los sajong, es la presencia y perpetuidad de la cortesía en la propia arquería; a pesar de los cambios que en un futuro puedan llegar a darse a lo largo de la tradición coreana, es palpable que ciertos aspectos de la propia tradición, continuarán a pesar del paso del tiempo y de las tendencias, como hemos podido constatar con la propia veteranía y persistencia de los sojong, o de la cortesía arquera, a lo largo del análisis realizado en este artículo.

Anotación final del traductor En el artículo original al que tuve acceso, no encontré en ningún momento ninguna referencia visual hacia ninguno de los aparatos desglosados, por lo que adjunto a continuación algunas imágenes para acompañar el artículo y aportar una mirada más aproximada a la función y característica material del arco coreano.

Lámina 1: en la imagen podemos ver los elementos tradicionales para la elaboración de un arco de asta coreano típico. De izquierda a derecha: cuerno de búfalo de agua, vejiga de pescado, morera, roble, tendones y bambú. Obviamente esta disposición de elementos no siempre era posible de obtener, por lo cual la variación de uso de los materiales fluctuaba según cada artesano y disponibilidad material.

Lámina 2: un arco de asta coreano tradicional ya elaborado y sin encordar.

Lámina 3 y 4: ejemplares de Pyon jon.

Lámina 5: ejemplar de Yu-yop-jon

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