Arqueología de la Muerte. Muerte, rituales y necrópolis en el Mundo Romano.

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Arqueología de la Muerte Muerte, rituales y necrópolis en el Mundo Romano

Lucía Moreno Ojeda Arqueología Romana Humanidades y Patrimonio 2016/2017

Arqueología Romana

Arqueología de la muerte en el mundo romano

Lucía Moreno Ojeda

ÍNDICE

1. Introducción ................................................................................................................... 3 2. La muerte en Roma ....................................................................................................... 3 2.1 Concepto de Muerte ................................................................................................... 3 2.2 Arqueología de la Muerte .......................................................................................... 4 3. Orígenes etruscos ........................................................................................................... 5 3.1 Ritual .......................................................................................................................... 5 3.2 Ajuar ........................................................................................................................... 5 3.3 Necrópolis .................................................................................................................. 6 4. El ritual funerario .......................................................................................................... 7 5. Ajuar funerario .............................................................................................................. 9 6. Las necrópolis ............................................................................................................... 10 6.1 Paisaje funerario ....................................................................................................... 10 6.2 Tumbas .................................................................................................................... 10 6.3 Monumentos funerarios............................................................................................ 11 7. Mausoleos imperiales ................................................................................................... 14 7.1 Mausoleo de Augusto ............................................................................................... 14 7.2 Mausoleo de Adriano ............................................................................................... 15 7.3 Mausoleo de Diocleciano ......................................................................................... 15 7.4 Mausoleo de Majencio ............................................................................................. 15 8. Necrópolis hispanorromanas ...................................................................................... 15 8.1 Norte y Centro peninsular ........................................................................................ 15 8.2 Este y Sureste peninsular.......................................................................................... 18 9. Conclusiones ................................................................................................................. 20 10. Anexo fotográfico ....................................................................................................... 21 11. Bibliografía ................................................................................................................. 30

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1. Introducción El tema de este trabajo versa sobre la Arqueología de la Muerte o Arqueología Funeraria, la cual es una de mis ramas de interés dentro del gran mundo de la arqueología moderna. Pese a que no es una disciplina creada en la actualidad, pues ya goza de dilatada experiencia, si se ha visto alterada por los nuevos avances y la introducción de nuevas disciplinas y equipos de trabajo más mixtos, así como de las nuevas tecnologías; lo que ha permitido llegar a nuevos progresos en las distintas investigaciones, con datos y conclusiones más recientes. Las investigaciones en torno a esta línea resultan de interés pues nos permiten entender las costumbres y pensamientos de una cultura, así como su estructura social. La muerte es inevitable y alcanza a todos por igual, pero las manifestaciones entorno a ella muestran variantes respecto al estatus socio-económico-cultural del difunto. Esto no es algo distinto de cada pueblo, la muerte es temida y respetada por todas las culturas, y a todos nos ha de llegar un momento determinado. Lo que varía es la forma que tienen de posicionarse ante ella las diferentes culturas. Recientemente participé en unas excavaciones en la ciudad ibero-romana de Cástulo situada en Linares, Jaén. En ella pude trabajar, junto a otros tres compañeros en una tumba romana correspondiente a un infante de época tardorromana. La encontramos situada dentro de la ciudad, integrada en una arquitectura de carácter monumental, la cual había sido reestructurada en las distintas fases de ocupación del yacimiento. Pese a que ya poseía un gran interés por la arqueología de la muerte, estos acontecimientos llamaron mi atención, pues no había profundizado en este aspecto dentro del mundo romano, ya que mis intereses se dirigían a otros pueblos. Así que idea de realizar un trabajo monográfico para la asignatura de Arqueología Romana, me brindaba la oportunidad de profundizar más en la materia, y así surgió la elección de este tema.

2. La muerte en Roma 2.1 Concepto de muerte La muerte es un acontecimiento más de la vida de todo ser humano y, como tal, toda sociedad y cultura se ocupa de ella. La sociedad romana y su cultura no eran una excepción. “Como en cualquier otra cultura mediterránea antigua, la idea de la muerte y su condición de acontecimiento inexorable marcó el pensamiento del hombre romano y de ello queda muestra visible tanto en el testimonio escrito, el pensamiento religioso y el ordenamiento jurídico, como en numerosas parcelas de la cultura material.”1 En Roma, del mismo modo que otras civilizaciones, surgieron multitud de posicionamientos, filosóficos o de cualquier tipo, ante lo que suponía el final de la vida, marcados por el escepticismo, el nihilismo o el cristianismo, pero, por lo general, fueron muy similares. Ante sus difuntos mantenían una actitud de respeto y tradicionalismo, 1

M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín, M. P. San Nicolás Pedraz. Historia de la cultura material del mundo clásico; Madrid, Universidad Nacional de Educación a Distancia, D. L. 2010. pág. 438.

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además de fe y esperanza, que, en ocasiones, son visibles en las manifestaciones arqueológicas.2 Para los romanos, el paso entre la vida y la muerte debía estar asegurado mediante la realización de una serie de rituales regulados en la cultura y el derecho. “La inquietud ante lo desconocido encuentra consuelo en el rito, la disposición del lugar funerario y el mantenimiento de la memoria entre los vivos.”3 Según la mentalidad romana, la muerte y el trayecto al mundo de los muertos, el Más Allá, era un proceso individual que el difunto debía pasar según sus creencias o pensamientos. Pero, según Zarzalejos y Guiral, era frecuente que se recurriese a divinidades protectoras o rituales de purificación.4 Para los romanos era fundamental morir con dignidad y así solían adoptar una postura positiva ante la muerte y se creía de alguna forma en la inmortalidad: “bien terrestre (en la propia tumba), bien astral (en el cielo, la luna, el solo las estrellas), bien incluso infernal”.5 De esta manera, se aseguraban la protección de los dioses, para que les favorecieran en su camino al Más Allá. Los rituales asegurarían el paso del difunto de un mundo a otro; por otro lado, el alma de aquel desdichado que quedase insepulto vagaría entre los vivos atemorizándoles, los cuales tendrían que realizar una serie de rituales para ahuyentarles. 6 Pero la muerte y el paso al otro mundo no significaba la desaparición del difunto, sino que viviría de otro modo en el Más Allá y recibiría toda una serie de rituales en su honor en una época concreta del calendario romano. En el aniversario de la muerte del difunto, “se llevan a la tumba flores, comida, bebidas agua, vino, leche, miel) que se filtran a través del suelo hasta sus restos.”7 Además, según nos explica Espluga en su obra Vida religiosa romana, los romanos poseían multitud de fiestas cuyo fin era garantizar la paz de los difuntos, tal y como recogieron autores clásicos como Cicerón, Plutarco y Ovidio. Generalmente, eran celebrados en el último mes del calendario romano, febrero. Paralelamente, para recordar al difunto, se desarrolló todo un arte arquitectónico y escultórico que se encargaría de rememorar la efigie y la personalidad del fallecido. Hablamos, de la tumba, que “se concibe como la morada perpetua y como un monumento

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D. Vaquerizo Gil. La muerte en la Hispania romana. Ideología y prácticas; Enfermedad, muerte y cultura en las sociedades del pasado: importancia de la contextualización en los estudios paleopatológicos: actas del VIII Congreso Nacional de Paleopatología - I Encuentro hispano-luso de Paleopatología (Cáceres 16-19 de noviembre de 2005) / Francisco Javier Barca Durán (ed. lit.), Javier Jiménez Avila (ed. lit.), Vol. 1, 2007; págs. 135-158. Pág. 135. 3 M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín, M. P. San Nicolás Pedraz. Op cit. pág. 438. 4 Idem. 5 D. Vaquerizo Gil.Op cit. pág. 135. 6 M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín, M. P. San Nicolás Pedraz. Op. cit. pág. 438. 7 X. Espluga. Vida religiosa en la antigua Roma; Barcelona, Editorial UOC, 2003. pág. 83

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a la memoria, ya que para los romanos fue importante no caer en el olvido entre sus allegados y amigos.”8 Sería un “auténtico lazo de unión entre los dos mundos.”9 Encontramos así tres vías para la interpretación de la muerte en el mundo romano. Por un lado, estaría la arqueología, encargada de la cultura material entorno a la muerte, por otro, el pensamiento filosófico, que nos manifiesta críticas contra la tradición y la superstición y, por último, el ordenamiento legal, que se ocupa de la legislación de los espacios funerarios fuera de la ciudad, o del mandato que establecía la individualidad de las tumbas y su prohibición de venta, entre otras; su incumplimiento estaba penado con multas. 2.2 Arqueología de la muerte “La Arqueología de la Muerte en la zona occidental del Imperio viene siendo objeto de estudio de un particular interés investigador en la última década.”10 Nos encontramos ante una disciplina en pleno proceso de renovación, debido al aumento de los trabajos de campo y al proceso de intercambio y difusión teórica que se viene realizando.11 “La Arqueología de la Muerte en el mundo romano se está beneficiando también de la renovación de las aproximaciones teóricas que se realizan desde la Historia de las Religiones y que pretenden definir los objetivos y los métodos de trabajo de una Arqueología de ritual.”12 “La investigación arqueológica posibilita la captación de comportamientos y actitudes gestuales que han dejado huella en el registro arqueológico, completando y enriqueciendo las informaciones transmitidas por los testimonios escritos.”13 Además, el análisis de la fauna encontrada en la tumba aporta muchos datos, gracias a la introducción de nuevos avances en la materia. Así, “los estudios efectuados en los últimos años en los cementerios pompeyanos permiten afirmar la implicación real de los alimentos animales en los rituales funerarios romanos.”14 Los mismo sucede con el análisis de las especies vegetales que aparecen frecuentemente en la literatura en relación con el ritual funerario romano. Se pueden llegar a encontrar restos de las piras funerarias. Con la intención de explicar las incógnitas que producen las especies vegetales se recurre a la paleobotánica, que, al igual que los estudios sobre la fauna, se apoya en los nuevos avances para obtener nuevas respuestas que contrastar con las fuentes literarias. Por último, pero no menos importante, “en el ámbito de la antropología funeraria también se están obteniendo importantes avances. En las inhumaciones se analiza el cadáver en sentido global, teniendo en cuenta desde su postura y todos

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M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín, M. P. San Nicolás Pedraz. Op cit. pág. 438. Idem. 10 Idem pág.439. 11 Idem. 12 Idem. 13 Idem. 14 Idem. 9

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los detalles de la deposición, hasta el análisis paleopatológico que desvelará las causas de la muerte y sus condiciones físicas de vida.”15 “Estos análisis efectuados sobre una muestra suficiente contribuyen a decidir no sólo la calidad de vida de las poblaciones antiguas, sino también a mostrar patologías específicas ligadas a determinadas condiciones económicas o al desarrollo de prácticas concretas.”16

3. Orígenes etruscos 3.1 Ritual El ritual del que más constancia se tiene es el que se corresponde con el periodo orientalizante, a partir de la cual, “comienza con la exposición del cadáver en la casa con los consiguientes lamentos de familiares y quizás también de plañideras especializadas; el siguiente paso es el transporte del cadáver hacia la tumba, la incineración o inhumación y la colocación del ajuar compuestos por los objetos del difunto y las ofrendas.”17 “Ya en el siglo VI se incorporan nuevas ceremonias, como competiciones deportivas, bailes y banquetes, tal y como testimonian las pinturas de la necrópolis de Tarquinia”.18 3.2 Ajuares “En las tumbas de la primera mitad del siglo IX, los elementos se reducen a la urna de forma bicónica cubierta con un cuenco invertido. En las tumbas masculinas las urnas pueden cubrirse con cascos realizados en cerámica y otros elementos relacionados con el hilado.”19 (Figura 1 pág. 21) “En la segunda mitad del siglo, aparecen los objetos propios del guerrero como las puntas de lanza y las espadas y en las tumbas femeninas se incrementan los adornos personales, apareciendo el huso de bronce.”20 “Durante el siglo VIII los objetos guerreros aumentan en los ajuares y se documenta la aparición de cascos de bronce y espadas; en las tumbas femeninas el objeto de mayor prestigio es el cinturón de bronce con decoración incisa y un mayor número de elementos ornamentales, algunos realizados en metales preciosos, lo que invita a pensar en la emergencia de una clase aristocrática.”21 2.3 Necrópolis Durante la evolución de la civilización etrusca, conviven los rituales de incineración y la inhumación.22

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M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín, M. P. San Nicolás Pedraz. Op cit. pág. 441. Idem. 17 Idem pág. 287. 18 Idem. 19 Idem. 285. 20 Idem. 21 Idem. 22 Idem. pág. 284. 16

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“En los momentos finales de la Edad del Bronce se difunde el tiro incinerador, característico de la cultura Protovillanoviana y que sustituye a la inhumación. En esta época se guardan en urnas que se colocan en simples que se colocan en simples pozos o bien en pozos revestidos de piedras o lajas.”23 “En la I Edad de Hierro aparecen grandes necrópolis de incineración, hecho paralelo a la concentración poblacional en los lugares que se convertirán con el paso del tiempo, en centros urbanos históricos. Los pozos son simples o dobles y en ellos se depositan las urnas.”24 (Figura 2 pág. 21) Las urnas donde se depositaban las cenizas estaban cubiertas por cascos de cerámica o bronce. Estas urnas son muy importantes, porque poseen una forma oval o rectangular y suponen “un referente esencial para el conocimiento de la arquitectura doméstica, ya que reproducen las cabañas donde habitaban.”25 Por lo general, en esta primera etapa las tumbas poseían un marcado carácter singular, solo interrumpido al tratarse de estructuras familiares, como son las pozos y tumbas de Tarquinia. Otro caso excepcional, es el de Vetulonia, en la cual apreciamos áreas delimitadas por círculos de piedras con hasta 15 enterramientos, de miembros pertenecientes al mismo linaje. (Figuras 3 y 4 págs. 21-22) “En época orientalizante hacen su aparición en las necrópolis los túmulos de gran diámetro que suelen estar rodeados por otras tumbas más modestas. Las tumbas abiertas en los túmulos son simples y presentan una única estancia o máximo dos; la sencillez de la planta contrasta con la decoración interior y sobre todo con los ajuares.”26 En el siglo VII a.C., encontramos ya tumbas de cámara en el que se entierran a varios miembros de una misma familia. Estas estarán cubiertas por un túmulo cónico y rodeadas por un muro de piedra en la zona inferior. En el siglo VI a.C., pasa a ser característico un corredor (dromos) que da acceso a la estancia con forma de atrio, cuadrado o rectangular, y, tras este, a una cámara sepulcral donde se disponían los sarcófagos. “En las necrópolis de época arcaica se observan claramente algunos cambios estructurales que denotan la aparición de clases sociales intermedias: las tumbas ``de dado´´ que se alinean a ambos lados de calles o en torno a pequeñas plazas y presentan cuerpo cuadrangular, se articulan en atrio y dos estancias y posteriormente en antecámara y cámara con banquetas sobre las que se disponen las sepulturas; en el exterior una escalera lateral permite el acceso a la parte superior del túmulo para llevar a cabo las ceremonias.”27 Aun así, encontramos numerosas variantes, como las tumbas-fosa de Veio, o las tumbas tipo edícula (templete o relicario) de Populonia. (Figura 5 pág. 22)

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M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín, M. P. San Nicolás Pedraz. Op cit. pág. 284. Idem. 25 Idem. 26 Idem. pág. 285. 27 Idem. pág. 286. 24

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Un ejemplo muy significativo del siglo V a.C. son las necrópolis de Tarquinia, caracterizadas por sus pinturas. Otro ejemplo a destacar, los grandes hipogeos del siglo IV en Cerveteri, debidos a la aparición de una nueva aristocracia. (Figura 6 pág. 22) “Ya en época helenística son las tumbas en forma de T de Vulci, cuyo ejemplo más significativo es la ``tumba Trançois´´ y que están compuestas por un dromos con pequeñas estancias para enterramientos secundarios que conduce a una sala central, con plata en forma de T, en la que se abren estancias con elementos esculpidos y pintados.”28 (Figura 7 pág. 23) “También de época helenística son las tumbas rupestres con fachadas en forma de edículos o de templetes con columnas talladas en la roca.”29 Las necrópolis etruscas se irán abandonando en torno al siglo II a.C., pero algunas serán reutilizadas posteriormente. “La tipología funeraria etrusca, mediatizada por las aportaciones helenísticas, será la base de muchos de los monumentos funerarios de época republicana e imperial.”30

3. El ritual funerario Para hablar del ritual funerario, lo primero es realizar dos aclaraciones conceptuales:  El funus sería el conjunto de todos los rituales funerarios para asegurar el paso del alma del difunto al Más Allá.  El ritual es la ceremonia marcada por la costumbre. “Aunque las características del funus varían en relación a las condiciones sociales y económicas del difunto, existen una serie de ceremonias comunes e imprescindibles para asegurar la inmortalidad y mantener la memoria del fallecido. Se pueden reconstruir gracias a la ingente información que nos suministran las fuentes literarias, epigráficas y arqueológicas”31. El comienzo del funus tenía lugar en la casa del difunto en el momento del fallecimiento, “se depositaba el cadáver en la tierra cerrando así el ciclo iniciado con el nacimiento, momento en que se efectúa la misma acción”32. Es en este instante cuando se realizan algunos gestos de piedad, como dar el último beso y cerrar los ojos del difunto. Tras esto se realizaban procedimientos más puramente higiénicos, que consistían en la preparación del cuerpo del difunto, lavándolo y cubriéndolo con sustancias aromáticas.33 A continuación, “comenzaba la ceremonia principal o velatorio, ampliamente documentada por las fuentes arqueológicas, que reunía a parientes y amigos y durante el cual se expresaba el dolor por la pérdida. Durante esa velada, los presentes gritaban el nombre del difunto repetidamente para comprobar su ausencia, acto denominado conclamatio; también se colocaba una moneda en la boca para pagar al barquero Caronte”.34 28

M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín, M. P. San Nicolás Pedraz. Op cit. pág. 286. Idem pág. 287. 30 Idem. 31 Idem. pág. 441. 32 Idem. 33 Idem. 34 Idem. 29

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“Finalmente se expone el cadáver en el atrio de la domus sobre el lectus funebris donde era homenajeado y obsequiado con coronas fúnebres”. 35 Tras el velatorio, seguía la pompa o procesión fúnebre. Esta “se celebraba por la noche hasta el lugar de entierro y que, en los casos de personas adineradas, era una auténtica ostentación de su riqueza, hasta el punto de que se promulgaron leyes para limitarla”.36 (Figura 8 pág. 23) “En el caso de las clases sociales más elevadas, la preparación del cuerpo para su exposición y los preparativos para el funeral eran generalmente confiados a empresas profesionales de pompas fúnebres (libitinarii) y a sus dependientes (pollinctores), mientras los más pobres eran conducidos por los vespilliones a la cremación o a la inhumación sobre un féretro de poco coste (sandapila).”37 Tras el funeral los parientes debían realizar una serie de rituales de purificación a través del fuego y del agua. Entonces, y desde ese mismo día, se sucedían las celebraciones que se encargaban de mantener la memoria del difunto, estas celebraciones tenían una duración de nueve días, y debían ser realizadas en la propia casa o en la tumba junto al banquete fúnebre o silicernium, del que participaba el difunto al que se le ofrecían alimentos y bebidas (libitaciones) y, el cual, sería repetido en el aniversario del difunto (diez natlis) o en el día de difuntos. Las libaciones se realizaban ante un pequeño altar, ánfora o tubo de plomo o cerámico que conectase con el exterior.38 “Estas ceremonias quedan patentes en diversos restos arqueológicos de las necrópolis, como los triclinios hallados en el interior o exterior de las tumbas y los restos óseos de animales destinados al consumo”.39 El último paso era el concerniente al cadáver. Para ello, se podían seguir dos ceremonias: la cremación o la inhumación. Podían producirse ambas o tener primacía una sobre la otra según el contexto ante el que nos encontremos. (Figura 9 pág. 23) En lo que respecta a la incineración, existían dos procedimientos a seguir: bustum y ustrinum. “El bustum (cremación directa) es característico de las clases más humildes ya sean siervos o libertos y la cremación se llevaba a cabo en el lugar de la sepultura.” 40 “El ustrinum consiste en un simple agujero u oquedad o en una construcción destinada a la cremación situados en lugares específicos de las necrópolis; podían ser particulares y estar unidos a la tumba o bien colectivos.41 Tras el proceso de incineración del cadáver, las cenizas eran depositadas en una urna y trasladadas al cementerio. Será desde finales del siglo I d.C. cuando la inhumación irrumpa con fuerza y sustituya a la incineración, reemplazándola por completo en los siglos III y IV d.C. 35

M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín, M. P. San Nicolás Pedraz. Op cit. pág. 441. Idem. 37 D. Vaquerizo Gil. Op cit. Pág 141. 38 M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín, M. P. San Nicolás Pedraz. Op cit. pág. 441. 39 Idem. 40 Idem. 41 Idem. 36

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“Las motivaciones ideológicas del cambio de la cremación a la inhumación todavía no están claras, si bien se relacionan con la introducción de nuevas corrientes religiosas, cuyos adeptos intentaban así diferenciarse de los usos tradicionales”.42 “Estos ritos funerarios -que podían alcanzar expresiones de enorme lujo-, eran regulados por el ius pontificium, destinado en último término a purificar personas y cosas tras el contacto con el muerto, restableciendo la pax deorum.”43 Todas las manifestaciones del ritual “buscaban por una parte mantener la memoria del fallecido y, por otra, asegurarle la inmortalidad, nutriéndolo. De allí su trascendencia, y que con mucha frecuencia se previeran en los testamentos legados específicos para atender a tales ritos y cuidados.”44

4. Ajuar funerario Los más común dentro de los ajuares romanos son los “vasos cerámicos que contenían alimentos, ungüentos de vidrio destinados a aceites, lucernas que simbolizan la luz como signo de supervivencia, divinidades protectoras de bronce o terracota, monedas que son el recuerdo del pago del viaje al Más Allá”45. (Figura 10 pág. 24) Además, se han encontrado “clavos de bronce que se han interpretado tradicionalmente como pertenecientes a los ataúdes de madera, pero que su aparición en enterramientos infantiles en ánforas permite intuir un valor profiláctico”.46

5. Las necrópolis 5.1 Paisaje funerario Lo primero que cabe decir, respecto a este apartado, es que las necrópolis se situaban fuera del recinto urbano debido a la promulgación de la Ley de las XII Tablas del siglo V a.C., que prohibió realizar los enterramientos en el interior del pomerium. “De esta prohibición quedaban exentos los niños fallecidos antes de los cuarenta días de vida, cuyos cuerpos podían inhumarse en el interior de las casas.”47 Así, según la legislación, el paisaje funerario romano quedaría concentrado a ambos lados de las vías de entrada y salida de la ciudad. “El paisaje funerario romano relacionado con la esfera urbana está, por tanto, conformado por verdaderas ``vías mortuorias´´, dispuestas en las márgenes de los caminos, que se convierten en una auténtica columna vertebral del espacio cementerial.”48

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M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín, M. P. San Nicolás Pedraz. Op cit. pág. 442. D. Vaquerizo Gil. Op cit. Pág. 140 44 Idem. 45 Idem. 46 M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín, M. P. San Nicolás Pedraz. Op cit. pág. 442. 47 Idem pág. 440. 48 Idem. 43

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“Desde el punto de vista inmaterial, estos cementerios extraurbanos solían presentar un carácter variopinto, por cuanto convivían en ellos enterramientos de muy diversas tipologías y dimensiones.”49 “Como destaca J. M. Abascal, en Italia son más pequeñas que en otros lugares, ya que la Ley de las XII Tablas establecía que los enterramientos no invadieran los terrenos agrícolamente fértiles.”50 Respecto a la delimitación de las tumbas, el sistema más común fueron los cipos, que poseían una forma redondeada, situados en las extremidades frontales o en los cuatro ángulos. 5.2 Tumbas Las tumbas se encuentran formadas por dos partes, por un lado, aquella que alberga los restos en el subsuelo; por otro, la que hace visible y señaliza el enterramiento. “Por lo que se refiere a la parte subterránea, el tipo más simple es la sepultura directa en la tierra bien sea en una fosa excavada para tal fin o en un pozo. En el primer caso los restos incinerados o el cadáver se disponen en una fosa cuyas dimensiones varían según el ritual y el ajuar.”51 En lo que respecta al receptáculo, hay variedad tipológica. “Cuando el rito es la incineración se utiliza frecuentemente la urna cineraria que puede ser de cerámica, mármol o vidrio, en cuyo caso y dada la fragilidad del material se encierra en un recipiente de plomo.”52 Por otro lado, cuando el procedimiento es de inhumación, encontramos diferentes sepulturas (Figura 11 pág. 24):  Ánfora: Se rompía el cuello para introducir el cadáver, después se tapaba con una pieza de terracota.  Ataúd de madera: Más extendidos, pero de mala conservación. Son detectados gracias a la presencia de clavos. En ocasiones, estaban protegidos por otro ataúd de plomo o piedra.  Cista: Se trataba de una caja construida con tegulae, placas de cerámica o lajas de piedra de forma rectangular cuadrada. Poseían una cubierta plana o da dos aguas.  Sarcófago de plomo o piedra: No solían estar enterrados, sino que se exponían en la cámara sepulcral, de manera que la decoración quedaba visible. Pero todo enterramiento debía tener una representación en el exterior para lo que se erigían monumentos. Costaban de una pequeña arquitectura, con inscripciones epigráficas en recuerdo del difunto y decoraciones alusivas.53 49

M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín, M. P. San Nicolás Pedraz. Op cit. pág. 440. Idem. 51 Idem. pág. 443. 52 Idem. pág. 444. 53 Idem. 50

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Estos monumentos podían ser (Figura 12 pág. 25):  Placa: Se trataba de un monumento plano, cuadrado o rectangular, colocado sobre el nicho de los columbarios.  Cipo: Bloque de piedra, cilíndrico o con forma de prisma. Solía estar decorado en la cara donde se encontraba la inscripción.  Estela: Es considerada como la forma evolucionada del cipo. Consiste en un bloque monolítico paralelepípedo, con diversos tipos de remate. De forma triangular, semicircular o discoideo. Llevaba una inscripción y motivos decorativos.  Edículo templiforme: Representa la fachada de un templo in antis, con columnas o pilastras soportando los frontones.  Ara funeraria: Estructura cuadrada que poseía una basa y que finalizaba con una cabecera que poseía los típicos polvini y focus para la realización de las ofrendas.  Cuppae: Sillares con forma de una cara redonda, donde se depositan las cenizas. Tenían una inscripción en la parte frontal y un orificio donde realizar las libaciones. 5.3 Monumentos funerarios Como exponen Zarzalejos y Guiral, la monumentalización en el mundo funerario va relacionada con el recuerdo. Este término deriva del griego mimnesko, o sea mnemo que significa recordar, llegando al monumentum latino ya refernte a los edificios de carácter funerario. Teniendo en cuenta al arqueólogo clásico H. von Hesberg, la monumentalización es el “proceso de construcción de edificios en piedra u otros materiales sólidos con el objeto de perpetuar la memoria de quienes lo edifican.”54 “Los monumentos funerarios deben considerarse construcciones de prestigio y de auto-representación social destinadas a la exaltación del difundo y de la memoria del mismo en la sociedad, a la vez que recuerdan a quienes los observan calores esenciales como la virtus, la pietas y el honor del difunto.”55 Por otro lado, el profesor y autor P. Gros afirma que “los monumentos funerarios son el sector de la arquitectura romana menos reductible a una tipología debido a la gran variedad de fórmulas, que siguen modas transitorias o simples fantasías personales, y a la ausencia de imposiciones técnicas.”56 En lo que respecta a los ejemplos, los referentes de los siglos IV y III a. C. prácticamente están destruidas, salvo el caso de la Tumba de los Escipiones. (Figura 13 pág. 25) “Las transformaciones sociales del siglo II a. C. tiene su reflejo en las manifestaciones ante la muerte, de manera que la igualdad existente en las

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M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín, M. P. San Nicolás Pedraz. Op cit. pág. 444. Idem. 56 Idem. 55

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costumbres funerarias, a excepción de las clases dirigentes, desaparece en función de una exhibición de fortuna y rango.”57 “Los restos arqueológicos de esta época son escasos, si bien se pueden analizar algunos en la ciudad de Roma.”58 A partir del siglo I a. C. encontramos una serie de construcciones encargadas por libertos que tratan con ello significar su nuevo estatus social y jurídico. Además, con el final de la República se constatarán nuevas tipologías en lo que concierne a los monumentos funerarios. Estas nuevas variantes no sólo tendrán éxito en Roma, sino que se extenderán por todo el imperio. Estas variantes, según Zarzalejos y Guiral, son:  Altar funerario: corresponde con la tipología más sencilla, pero en ocasiones caracterizada por una gran monumentalidad. Toma influencia de los grandes sarcófagos helenísticos de la Magna Grecia. Se trata de una tumba-altar con una base, un cuerpo de forma cuadrangular que suele estar rematado por un friso dórico y una cornisa de acceso a una mesa de altar que posee los destacados pulvini. Durante la época augustea sufrirá una evolución llegando a una mayor decoración.  Tumbas de edículo sobre pódium: son las más características de los monumentos funerarios romanos. “Según P. Gros, su éxito radica en la facilidad para exhibir las esculturas, de ahí que sea uno de los preferidos por las clases más ricas de la sociedad.”59 Están formadas por dos elementos superpuestos: por un lado, un alto pódium acompañado de pilastras o columnas adosadas que sustentan el edículo en forma de naïskos; por otro, un pabellón circular o un nicho próstilo con las esculturas de los difuntos. “Generalmente presentan un pódium sobre el que se dispone una construcción redonda monóptera o pseudomonóptera y en este caso los espacios que dejan libres las columnas están ocupadas por las esculturas.”60  Tumuli: se consideran herederos de los etruscos, pero de influencia helenística. Se encuentra formadas por una cámara funeraria recubierta de tierra. Tienes unas medidas de 1-20 metros de altura y 2-30 metros de diámetro. En algunos ejemplos encontramos un tubo de mampostería que sobresale en el exterior, este conduce a la urna. Se encuentra rodeado por un muro de piedra de opus caementicium, cuyo revestimiento corresponde a la técnica opus quadratum, en ocasiones decorado.  Monumentos funerarios en forma de exedra: construcciones semicirculares. Son característicos de Grecia, donde se ubicaban en las ágoras, gimnasios y santuarios, en zonas de descanso y meditación, y, en época clásica, zonas vinculadas al mundo funerario. En Pompeya se conservan gran número de ejemplares, datados en época augustea.  Pirámides: monumentos funerarios de carácter exótico, del cual es imposible reconstruir su génesis e historia, pues los restos hallados se encuentran aislados. 57

M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín, M. P. San Nicolás Pedraz. Op cit. pág. 445. Idem. 59 Idem pág. 446. 60 Idem. 58

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Conservamos el ejemplar de C. Cesteius, pero se conocían otros tres hoy desaparecidos. “En la segunda mitad del siglo I d.C. los usos funerarios sufren modificaciones. El cambio ideológico se manifiesta en la importancia que reviste la permanencia a una categoría social más que la individual. Además, se retoma la moda de enterrar a los miembros de una misma familia en un edificio con todos los elementos arquitectónicos necesarios para celebrar los rituales periódicos, por lo que se hace muy importante el recinto cercado con muros.”61 El más claro ejemplo conservado de los cambios acaecidos en este periodo son las necrópolis romanas de época neroniana y flavia. A finales del siglo I d.C. y durante el II d.C. aparecen las tumbas-templos o monumentos naomorfos, con apariencia de templo. Debido a esta similitud es fruto su estructura, articulada en pronaos y cella. El pódium cuenta con una escalera axial, por la que se accede a una cella cerrada con puertas y las cuales solo serán traspasadas durante las ceremonias. Pero también encontramos construcciones más simples que tratan de reproducir la estructura de una casa, las tumbas de cámara. La más característica son las necrópolis de la Isola Sacra de Ostia. (Figura 14 pág. 26) Estas están “construidas con ladrillos y cubiertas por bóveda o tejado a doble pendiente, en su interior hay una única cámara en la que se abren nichos para las urnas o arcosolios para los sarcófagos; en el exterior tienen una escalera por la que se accede a un segundo piso.”62 “A finales del siglo II y el siglo III las tumbas de cámara de Ostia dejan de ser construcciones aisladas y se edifican en bloques de tres o cuatro. En el interior de estas tumbas y también en las templiformes existe una estancia en la que se entierra el propietario y a sus parientes más próximos, mientras que el resto de la familia aparecen enterrados en tumbas excavadas en el subsuelo.”63 Por último, encontramos otra arquitectura funeraria muy significativa, los columbarios, que se componen de una gran estancia abovedada, semisubterránea a la que se accede por una escalera en cuyas paredes encontramos nichos (loculi), cuadrados, semicirculares o rectangulares. Sobre estos, una placa identificativa del difunto. Se trata de un enterramiento colectivo y modesto, que aparecerán en roma a mediados del siglo I a.C. (Figura 15 pág. 26)

6. Mausoleos imperiales Según Zarzalejos y Guiral, en Roma encontraríamos cuatro grandes mausoleos, vinculados con las dinastías de Emperadores: Augusto, Adriano, los Flaviso (el cual no hemos conservado) y Majencio.

61

M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín, M. P. San Nicolás Pedraz. Op cit. pág. 448. Idem. pág. 449. 63 Idem. 62

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“Todos ellos tienen como característica común su forma circular y también otras tumbas imperiales construidas.”64 A estas, habría que añadir las construidas fuera de Roma: el de Diocleciano en Spalato, el de Galerio en Tesalónica o el de Maximiano en Milán. Todas poseerían esa misma planta circular. “La forma arquitectónica circular expresa el triunfo del emperador y en su interior se depositan las urnas cinerarias o los sarcófagos.”65 6.1 Mausoleo de Augusto Este mausoleo posee planta circular de 87 metros de diámetro. Su estructura está formada por cinco muros concéntricos de opus reticulatum, unidos entre sí por muros radiales. (Figura 16 pág. 26) En el centro del complejo encontraríamos la cámara funeraria, también circular, y rodeada por un corredor anular. En la cámara hay tres nichos dispuestos en forma de cruz y en el centro un pilar de opus caementicium donde una pequeña urna posee los restos del emperador.66 “En el exterior un basamento de travertino de 5m de altura estaba rematado por un friso de metopas y triglifos y el conjunto estaba cubierto por un túmulo con cipreses y con un templete circular con columnas.”67 Ante la puerta, dos obeliscos egipcios colocados en época de Domiciano y a ambos lados unas placas que contienen la Res Gestae, biografía y testamento del emperador.68 En este complejo funerario se enterraron los miembros de la familia Julio-Claudia y la Flavia hasta el emperador Domiciano. 6.2 Mausoleo de Adriano A modelo del de Augusto, este mausoleo también posee carácter dinástico. (Figura 17 pág. 27) Con un basamento cuadrangular de 90m de lado por 15m de alto, se trata de un edificio con salas abovedadas, revestido por mármol de Carrara y con una rica decoración vegetal y epigráfica, siendo esta última la que recoge el nombre de los allí enterrados. Sobre el complejo se sitúa un cuerpo circular (64m diámetro y 20m de altura) cubierto con un terraplén de cipreses. En la cima, un pódium con la escultura del emperador. La cámara funeraria, como corresponde, se sitúa en el centro y se trata de una sala cuadrada con nichos rectangulares donde se depositaron los restos de los emperadores de las dinastías Antonina y Severa hasta Carracalla. 6.3 Mausoleo de Diocleciano Se encuentra situado en la villa imperial de Spalato. Posee una planta central con cúpula. La cella sobre pódium con cámara subterránea, donde se situaría el sarcófago del 64

M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín, M. P. San Nicolás Pedraz. Op cit. pág. 453. Idem pág. 454. 66 Idem. 67 Idem. 68 Idem. 65

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emperador, estaba rodeada por una serie de columnas y ante esta se encontraría un pórtico tetrástilo. (Figura 18 pág. 27) En cuanto a la decoración del interior, se encuentra cargada de elementos simbólicos, representaciones de erotes en diversas actitudes. Al exterior unas esfinges custodian la entrada.69 6.4 Mausoleo de Majencio Majencio, siguiendo el ejemplo de Diocleciano, situará su mausoleo en su villa, próxima al circo con su nombre. (Figura 19 pág. 27) Sigue el modelo de planta circular, pero esta vez se eleva sobre un cuadripórtico. Solo conservamos el pódium, en el cual hay una cripta en su interior. Poseía un pilón central y se encontraba rodeado por un corredor anual. Bajo la técnica de opus caementicium, se encontraba revestido por mármoles.

7. Necrópolis hispanorromanas 7.1 Norte y Centro peninsular Lo primero es tener en cuenta que las investigaciones concernientes a la arqueología de la muerte en este ámbito geográfico se encuentran muy influenciado por los investigadores de Castilla y León, marcando los conocimientos que se tienen de este ámbito. “La arqueología funeraria de época romana muestra una fuerte bipolarización, al distinguir de modo genérico entre necrópolis altoimperiales y cementerios tardorromanos. Ello es parcialmente debido a la impresión de las dataciones de las sepulturas, especialmente en el caso de las de fecha tardía, funcionando fuertemente una especie de juegos de equivalencias y dicotomías: altoimperial vs. tardorromano, cremación vs. inhumación, pagano vs. cristianismo… Esta esquematización desdibuja el panorama del mundo funerario haciendo olvidar la importancia de las tradiciones fúnebres de carácter indígena en la época republicana y altoimperial.” 70 Según José A. Abásolo, a la hora de analizar los cementerios romanos hay que tener en cuenta unas cuestiones:  Lo que consideramos evidencias primarias.  Las clases de monumentos funerarios. Una vez estudiada la bibliografía, se aprecia la complejidad de concretar unos caracteres o diferencias dentro de la península, en lo concerniente al mundo funerario en época de dominio romano, más concretamente en lo referente al centro y norte de la península. Este espacio estaba habitado por los pueblos celtiberos antes de la llegada de las

69 70

M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín, M. P. San Nicolás Pedraz. Op cit. págs. 454-455. J. A. Abásolo. El mundo funerario romano en el centro y norte de Hispania. Aspectos diferenciales. Espacios y usos funerarios en el Occidente romano: Actas del Congreso Internacional celebrado en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Córdoba (5-9 junio, 2001) / coord. por Desiderio Vaquerizo Gil, Vol. 1, 2002, págs. 145-162. Pág. 145-146.

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tropas romanas, por lo que no es de extrañar que perduren las muestras celtiberas en este ámbito. Así, se observa un proceso de romanización en todos los aspectos de la vida peninsular, lo mismo sucede con las manifestaciones en torno a la muerte. Podemos apreciar diferentes fases según avanzamos cronológicamente. En todos los yacimientos de esta zona, en la etapa altoimperial, todavía apreciamos una clara importancia de los rituales que aún no se han visto alterados; pero en lo que respecta a las necrópolis se empiezan a observar algunos elementos de ajuar pertenecientes al mundo romano como son monedas o cerámicas. Este es el caso de las necrópolis vacceas de la ciudad Pallantia (Palencia), donde una excavación de urgencia en el año 1992 descubrió un ajuar se ha situado con una cronología de finales de Augusto y en el reinado de Tiberio, acompañado de los restos de un ritual fúnebre indígena.71 (Figura 20 pág. 27) O el ejemplo de la ciudad de Uxama, donde también se han encontrado varias necrópolis, donde se han hallado cuatro fases diferentes donde se aprecia una gradual transición entre los aspectos celtibéricos y los romanos.72 Poco a poco se irán incluyendo estructuras más tipológicamente romanas, así como la situación de las necrópolis en vías, caso de Clunia. (Figuras 21 y 22 pág. 28) Con respecto a las creencias y rituales, el aspecto más inmaterial pero que también deja huellas en la arqueología, tardará más en sufrir estas influencias y posteriores modificaciones, relegando las anteriores tradiciones celtibéricas. “Dentro de las necrópolis romanas hay restos de mausoleos, estelas funerarias como indicadores de tumbas y urnas cinerarias de piedra, concretamente las tres que se conservan en el museo Numantino, correspondientes a sendas tumbas de incineración. La tipología de estas últimas es ya inexcusablemente romana: cajas prismáticas de piedra con cubierta circular apuntada, unida al contenedor mediante grapas de plomo; la cronología es de época Julio-Claudia.”73 Pero, en este territorio peninsular, también se aprecian monumentos funerarios a imagen de los realizados en Roma y en otras partes del imperio, como ya hemos visto. En Clunia, “L. Cancela hizo un estudio, a partir de unos paredones aún visibles, de lo que interpretó como un edificio de aspecto turriforme del grupo de los cerrados, un edificio de planta cuadrangular con núcleo de opus caementicium; su cronología -por la tipología insinuada- es antigua, siglo I.”74 (Figura 23 pág. 28) Se aprecia otro monumento similar en Numancia, pero a través de distintos fragmentos dispersos, con una cronología de época Julio-Claudia y la Flavia. Además, de un segundo monumento en Clunia; uno en San Vicente del Valle, dentro de la Sierra de la Demanda en Burgos; y otro en La Iglesuela del Cid (Teruel), todos ellos fragmentados.

71

J. A. Abásolo. Op. cit. pág. 151. Idem pág. 152. 73 Idem. 74 Idem pág. 154. 72

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“Este conciso muestreo intenta justificar la permeabilidad del fenómeno funerario a escala monumental en aquellas ciudades con graos políticoadministrativos diversos: capitales de convento, ciudades privilegiadas u otra clase de poblados, esos de estatuto desconocido, en los que el aristócrata o el nuevo rico muy bien pudo haber querido alardear ante los coetáneos más allá de la muerte.”75 7.2 Este y Sureste peninsular Según el profesor de la Universitat de València, Jose Luis Jiménez Salvador, lo que sabemos del mundo funerario romano en esta localización geográfica, ha experimentado un incremento sustancioso gracias al aumento de las investigaciones arqueológicas referidas particularmente al ámbito urbano. “Las principales novedades atañen a Valencia donde se ha producido importantes descubrimientos, algunos tan recientes que obligan a modificar planteamientos de hace apenas un lustro.”76 Una de estas nuevas excavaciones ha sido la llevada a cabo en la Necrópolis del Quart, en Valencia. (Figuras 24, 25 y 26 pág. 29) “Excavada desde 1996 hasta 2000, la necrópolis de la calle Quart se extiende sobre una superficie de unos 5000 m2, unos 500 m al exterior del recinto romano imperial de la ciudad. Las cinco campañas llevadas a cabo han revelado un espacio funerario, con un volumen cercano a las 250 tumbas tanto de inhumación como de cremación, así como otras estructuras funerarias, que abarcan gran parte de la cronología romana de la ciudad: desde la segunda mitad del s. II a. C., hasta el siglo III d.C.”77 “La posibilidad de excavar en extensión ha permitido un planteamiento global de la excavación por horizontes, de hecho, cada período ha proporcionado no sólo un conjunto de tumbas, sino también las áreas de cremación y los ejes de circulación, como calzadas y caminos, que articulaban el cementerio. Por otra parte, la excavación también ha dado a conocer una auténtica estratigrafía funeraria de rellenos artificiales destinados a aumentar la capacidad de acogida del cementerio en fases superpuestas.”78 “También son signos de mención los descubrimientos los descubrimientos efectuados en Edeta durante la última década.”79 75

J. A. Abásolo. Op. cit. pág. 156. J. L. Jiménez S alvador. Últimas novedades en relación al mundo funerario romano en el este y sureste de Hispania (siglos II a.C.-IV d.C.). Espacios y usos funerarios en el Occidente romano: Actas del Congreso Internacional celebrado en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Córdoba (5-9 junio, 2001) / coord. por Desiderio Vaquerizo Gil, Vol. 1, 2002, págs. 181-201. Pág. 181. 77 Elisa García Prósper, Manuel Polo y Pierre Guérin. Aproximación a la arqueología funeraria romana de Valencia a través de La necrópolis de la calle Quart (ss. II a.e. - III d.c): estudio preliminar de los Rituales funerarios, bioantropología y paleopatología. Enfermedad, muerte y cultura en las sociedades del pasado: importancia de la contextualización en los estudios paleopatológicos: actas del VIII Congreso Nacional de Paleopatología - I Encuentro hispano-luso de Paleopatología (Cáceres 16-19 de noviembre de 2005) / Francisco Javier Barca Durán (ed. lit.), Javier Jiménez Avila (ed. lit.), Vol. 1, 2007, págs. 159-187. Pág. 159-160. 78 Idem pág. 160. 79 J. L. Jiménez S alvador. Op. cit. pág. 181. 76

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Por otro lado, cabe mencionar las extensiones de necrópolis de incineración por la vía que unía Lucentum e Ilici. “Otra interesante novedad la constituye la necrópolis del Tolmo de Minateda que ofrece el tipo monumental más característico de las necrópolis ibéricas en tiempos de la dominación romana: los túmulos escalonados de sillería, mampostería o adobe, coronados por estelas y que se fechan en las primeras décadas del siglo I a. C.”80 (Figura 27 pág. 29) Una vez expuestas las novedades arqueológicas de los últimos años en la zona este y sureste de la peninsular, podemos centrarnos en un proceso de evolución cronológica, por el cual se pasa de unos inicios en los que las necrópolis se encuentran fuertemente vinculadas con las ciudades, a una etapa más posterior donde destacan las necrópolis del ámbito rural. Además, durante este proceso se puede observar como con el paso de los años adquiere más peso la monumentalización de las arquitecturas funerarias. La tendencia a la proximidad con la urbe es característica del siglo I a. C., situándose las necrópolis en las vías de comunicación que ejercerán un papel destacado. En este periodo, escasean los enterramientos rurales.81 En la época alto imperial, la tipología más difundida es la de Gräberstraben, documentadas en todos los núcleos con cierta relevancia como Lesera, Saguntum, Edeta o Valentia. Ya en el siglo I d. C. y hasta la primera mitad del III, “la inhumación se convierte en el rito predominante”82; por otro lado, se observa la coexistencia de monumentos funerarios de las familias más influyentes, en las vías de acceso a las ciudades, con la extensión de las necrópolis en el ámbito rural. “Asimismo, se observa un auge de la epigrafía funeraria”83. “Los cementerios urbanos registran un proceso de monumentalización acorde con el propio desarrollo de los programas monumentales de las ciudades.” Por otro lado, asistimos a un proceso de “multiplicación de las necrópolis rurales, por lo general de tamaño reducido”84. Serían, en palabras de J. L. Jiménez Salvador, monumentos funerarios in suo fundo, como serían La Calerilla o Daimuz. (Figura pág. ) Pero a partir de la segunda mitad del siglo III, las necrópolis van desapareciendo de las vías de acceso para introducirse dentro de las ciudades, a partir del reconocimiento del cristianismo. En este periodo aumentaran las necrópolis rurales introduciéndose, también, los monumentos funerarios. “La tendencia a la verticalidad tan manifiesta en los monumentos del Alto Imperio da paso a estructuras sencillas y abiertas al exterior más apropiadas para celebraciones rituales.”85

80

J. L. Jiménez S alvador. Op. cit. pág. 182. Idem pág. 199. 82 Idem. 83 Idem. 84 Idem. 85 Idem. 81

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Como concluye el profesor J. L. Jiménez Salvador, “el carácter urbano que había prevalecido en los monumentos altoimperiales desaparece en favor del medio rural”.86

8. Conclusiones Tras este largo proceso en el que hemos podido acercarnos al origen de la muerte en Roma, hasta sus antecedentes dentro de la cultura etrusca podemos llegar a una serie de ideas para resumir este largo y complejo proceso. La muerte era algo aceptado entre el común de los romanos; se la temía, pero se la veneraba. No significaba el fin de la vida, sino un paso a otro mundo donde el fallecido continuaría con su existencia. Pero para ello primero debían realizarse toda una serie de rituales y procesos por los que los amigos y familiares acompañaban por última vez al difunto, asegurándose de que todo estuviese en orden para su transición al Más Allá. Si bien, las influencias en las manifestaciones materiales, accesibles para la arqueología de la muerte, denotan claras influencias helenas y etruscas, así como de otros pueblos orientales debido a la monumentalización que se terminó por generar en torno a la figura del difunto. La arquitectura funeraria y las distintas tipologías de enterramientos muestran que estaban concebidas para perpetuar la memoria del difunto en la tierra una vez este había partido a su nuevo camino. Así, podría ser recordado por sus familiares y amigos, pero también por todos aquellos que le sobreviviesen. Esto último es noble respecto a la figura de los grandes emperadores romanos, cuyos mausoleos o monumentos funerarios era famosamente conocidos, como nos demuestran las fuentes. Algunos de ellos hemos tenido la suerte de conservar. En el caso peninsular, se aprecia como irán entrando esas ideas y manifestaciones de forma progresiva entre de los siglos II a.C. y III d.C. Pero la dificultad de extraer unas pautas generales en este territorio es notable, pues las creencias autóctonas perduraran largo tiempo tras el dominio romano de la Península Ibérica.

86

J. L. Jiménez S alvador. Op. cit. pág. 199.

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9. Anexo Fotográfico

1. Hallazgos de una tumba etrusca con ajuar. Fuente: http://www.nationalgeographic.com.es/historia/actualidad/la-tumba-delescarabeo-dorado-sale-a-la-luz_10206 07/01/17

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2. Urnas funerarias etruscas con forma de cabaña. Fuentes: A) https://es.pinterest.com/pin/141019032057999425/ 07/01/17 B) http://www.historiadelarte.us/tag/arte-etrusco/ 07/01/17 C) https://es.pinterest.com/pin/141019032057999425/ 07/01/17

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3. Interior de dos tumbas de Tarquinia Fuentes: A) http://sobreitalia.com/2009/02/25/tumbas-etruscas-en-la-necropolis-detarquinia/ 07/01/2017 B) 07/01/2017

http://www.italiavacaciones.es/etruscos-cerveteri-tarquinia-vulci/6/452/0

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4. Tumba de Vetulonia Fuente: A) 07/01/17 B) 07/01/17

http://dolmenes.blogspot.com.es/2010/04/tholos-de-diavolino-etrusco.html http://www.inetruria.movimentolento.it/it/resource/poi/la-dei-sepolcri/

5. Tumba Populonia Fuente: ZARZALEJOS PRIETO, M.; GUIRAL PELEGRÍN, C.; SAN NICOLÁS PEDRAZ, M. P.; Historia de la cultura material del mundo clásico; Madrid, Universidad Nacional de Educación a Distancia, D. L. 2010.

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6. Túmulos de Cerveteri Fuentes: A) http://whc.unesco.org/es/list/1158 07/01/17 B) https://es.pinterest.com/patiph/arte-etrusco/ 07/01/17

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7. Reconstrucción digital de la tumba de François necrópolis Vulci Fuente: ZARZALEJOS PRIETO, M.; GUIRAL PELEGRÍN, C.; SAN NICOLÁS PEDRAZ, M. P.; Historia de la cultura material del mundo clásico; Madrid, Universidad Nacional de Educación a Distancia, D. L. 2010.

8. Procesión funeraria Fuente: https://sarahemilybond.wordpress.com/2015/09/25/good-mourning-romanclothing-courtrooms-and-the-psychology-of-color/ 07/01/17

9. Recreación enterramiento romano Fuente: ZARZALEJOS PRIETO, M.; GUIRAL PELEGRÍN, C.; SAN NICOLÁS PEDRAZ, M. P.; Historia de la cultura material del mundo clásico; Madrid, Universidad Nacional de Educación a Distancia, D. L. 2010.

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10. Muestras de distintos ajuares funerarios infantiles hallados en la Península Ibérica. A) Piezas de ajuar infantil, Museo Nacional Romano Fuente: http://domus-romana.blogspot.com.es/2015/10/funus-romanorum-ritosfunerarios-de-la.html 07/01/17 B) Ajuar funerario de cristal de roca, Museo Arqueológico de Cádiz. Ajuar funerario de una niña romana del Siglo I, D. C., hallado en Cádiz. Fuente: https://www.flickr.com/photos/pedroysergio/4532105972 07/01/17

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11. Diversos ejemplos de las tipologías de inhumación A) Inhumación por ánfora Fuente: http://labitacoradejenri.blogspot.com.es/search/label/enterramiento%20romano 07/01/17 B) Inhumación por ataúd de madera Fuente: http://www.culturaclasica.com/?q=node/3039 07/01/17 C) Inhumación por cista Fuente: https://www.researchgate.net/figure/258107042_fig1_Fig-3-Ejemplo-deinhumacion-de-fosa-simple-con-cubierta-de-adobes-perteneciente-al-S 07/01/17 D) Inhumación por sarcófago de plomo Fuente: https://latunicadeneso.wordpress.com/2015/11/09/descubren-un-sarcofagoromano-de-plomo-en-cordoba/ 07/01/17 24

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12. Monumentos funerarios menores de la necrópolis de Via Triumphalis Roma Fuente: ZARZALEJOS PRIETO, M.; GUIRAL PELEGRÍN, C.; SAN NICOLÁS PEDRAZ, M. P.; Historia de la cultura material del mundo clásico; Madrid, Universidad Nacional de Educación a Distancia, D. L. 2010.

13. Tumba de los Escipiones Roma Fuente: ZARZALEJOS PRIETO, M.; GUIRAL PELEGRÍN, C.; SAN NICOLÁS PEDRAZ, M. P.; Historia de la cultura material del mundo clásico; Madrid, Universidad Nacional de Educación a Distancia, D. L. 2010.

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14. Tumba de la necrópolis de Isola Sacra de Ostia Fuente: ZARZALEJOS PRIETO, M.; GUIRAL PELEGRÍN, C.; SAN NICOLÁS PEDRAZ, M. P.; Historia de la cultura material del mundo clásico; Madrid, Universidad Nacional de Educación a Distancia, D. L. 2010.

15. Columbario de Palmira Fuente: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Istanbul_-_Museo_archeol.__Colombario_funebre_da_Palmira_-_Foto_G._Dall%27Orto_28-5-2006.jpg 07/01/17

16. Mausoleo de Augusto Fuente: http://www.elmundo.es/la-aventura-de-la historia/2014/08/20/53f48b46ca474183398b4581.html 07/01/17 26

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17. Mausoleo de Adriano Fuente: http://www.lugaresquevisitar.com/el-castillo-de-sant-angelo-mausoleo-de-adriano 07/01/17

18. Mausoleo de Diocleciano Fuente: http://www.split.org.es/mausoleo-diocleciano.php 07/01/17

19. Mausoleo de Majencio Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Majencio 07/01/17

20. Ajuar de una tumba de la necrópolis romana de Pallentia (Palencia). Fuente: http://www.diariopalentino.es/noticia/ZFA73402A-9C0E-B3E49968046BFCBE307C/20120505/tumba/pallantia/romana/pieza/mes/arqueologico 07/01/17 27

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21. Detalle de una tumba en Clunia (Burgos) Fuente: http://www.clunia.es/conoce-la-ciudad/necropolis/ 07/01/17

22. Cipo funerario de la necrópolis Este de Clunia (Burgos) Fuente: http://www.clunia.es/conoce-la-ciudad/necropolis/ 07/01/17

23.Vista de los restos del gran mausoleo denominado. El Torreón. Ciudad-Romana Clunia Fuente: http://www.clunia.es/conoce-la-ciudad/necropolis/ 07/01/17

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24. Necrópolis romana en la calle de Quart (Valencia) Fuente: http://www.tarraconensis.com/valentia/necropolis/enterramientos.html 07/01/17

25.Detalle de una tumba de la necrópolis romana de El Quart (Valencia). Fuente: http://www.tarraconensis.com/valentia/necropolis/enterramientos.html 07/01/17

26. Detalle de un ajuar de la necrópolis de la calle de Quart en Valencia Fuente: http://www.tarraconensis.com/valentia/necropolis/enterramientos.html 07/01/17

27. Tolmo de Minateda Fuente: http://www.turismocastillalamancha.es/patrimonio/parque-arqueologico-tolmode-minateda-663/visita/ 07/01/17 29

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Arqueología de la muerte en el mundo romano

Lucía Moreno Ojeda

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