Argentina y China, una relación a puertas cerradas

Argentina y China, una relación a puertas cerradas

En el marco del Programa Chino de Exploración Lunar al 2020 para la
construcción, establecimiento y operación de una Estación de Espacio
Lejano, China y Argentina suscribieron un acuerdo de cooperación el 23 de
abril de 2014, en el cuál, el gobierno argentino cedió 200 hectáreas por un
periodo de 50 años a China para la construcción de una base de muestreo
satelital en la provincia de Neuquén[1].

La construcción, en marcha desde septiembre de 2014, ha generado
controversia en ciertos sectores del país vecino asociados a la defensa y
la oposición, puesto que existe incertidumbre respecto al real interés de
ambas partes por firmar un acuerdo en condiciones definidas por diversos
medios argentinos como "poco claras", y por el rumor asociado a que esta
base tenga en realidad fines militares.

Lo que sí se sabe es que Argentina se abstendrá de interferir en cualquier
actividad del CLTC (China Satelite Launch and Tracking Control); además se
tiene conocimiento que las empresas contratistas que construyen la base son
chinas (China Harbour Engineering y China Electronic Thechnology Group
Corporation), exentas de todo gravamen, tasas de impuestos y derechos de
importación; también se sabe que al interior de esta base regirán las leyes
chinas y no las argentinas; y por último, que la base contará con equipos
de uso dual (civil y militar) de telemetría, seguimiento satelital y
control de comunicaciones.

Para la defensa de Chile, la cesión de soberanía de territorio argentino a
China y el seguimiento de misiles y actividad aeroespacial, son elementos
preocupantes que deben ser considerados en cualquier tipo de análisis
estratégico y geopolítico.

Por ello, es importante tener claro que este escenario cuenta con tres
actores con intereses distintos: a) Argentina necesita financiamiento.
Datos de Inter-American Dialogue (2014) así lo confirman al señalar que el
país trasandino es hoy el segundo receptor de dineros provenientes de China
después de Venezuela, y que, junto con Ecuador, suman el 70% del
financiamiento de China a la región desde el 2005, el que se concentra
mayormente en sectores de infraestructura, agricultura y energía. Pero no
hay que olvidar que Argentina tiene con qué negociar, ya que el yacimiento
Vaca Muerta también emplazado en la provincia de Neuquén, es el segundo
(detrás de EE.UU) en el desarrollo de hidrocarburos no convencionales o
shale gas.

b) Bajo esta mirada, que el país asiático haya elegido el territorio
argentino para su base científica no debiera extrañar a nadie. China tiene
la capacidad suficiente para asistir económicamente no solo a países en
desarrollo sino que también a subregiones. Lo complejo, según algunos
especialistas en el tema, es que tal dependencia económica va emparejada de
una cierta dependencia política que podría llegar a afectar las relaciones
bilaterales o multilaterales en la región.

c) El diálogo, la cooperación y la transparencia han sido la tónica de la
relación Chile-Argentina desde el Tratado de 1984, así lo demuestra también
la firma del Tratado de Maipú el año 2009; ello confirma el interés de
ambos países por mantener una relación bilateral exitosa. Pero, el
escenario ha cambiado, Argentina es un actor clave para China y viceversa,
y Chile no está contemplado en esa relación. Con el cierre de puertas, el
camino queda libre para todo tipo de interpretaciones.

Bajo la lógica de las Medidas de Fomento de la Confianza y Seguridad
(MFCyS), una cesión de soberanía territorial y el uso de tecnología para
uso militar podría convertirse en una amenaza concreta a los tratados ya
mencionados; de igual forma lo sería si el ingreso de personal militar,
armas y equipos chinos a la base de Neuquén no es debidamente notificado.

Concluyendo, podemos observar que el tema presentado en esta columna genera
dispares opiniones en el país vecino, por tanto, existe un elemento
comunicacional importante que debe ser profundizado. Asimismo, quedan
líneas de investigación pendientes para comprender de mejor manera la
relación Argentina-China y las implicancias para la defensa de Chile. Una
de ellas es la relación de intereses entre Chile y China.



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[1] Esta base, se ubica específicamente en sector Bajada del Agrio, a 1380
km de Buenos Aires. Desde Chile, se puede acceder a este territorio a
través de ruta que cubre una distancia de 191 km., entre Curacautín (lado
chileno) y Las Lajas en Argentina.