Archaeology. Archaeologia. Arqueología. Hacia el análisis de la arquitectura

July 16, 2017 | Autor: M. Utrero Agudo | Categoría: Arqueología, Arqueología De La Arquitectura
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Descripción

Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos Últimas tendencias metodológicas

Ministerio de Cultura

Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

Últimas tendencias metodológicas

MINISTERIO DE CULTURA Ángeles González-Sinde Ministra de Cultura Mercedes E. del Palacio Tascón Subsecretaria de Cultura Ángeles Albert Directora General de Bellas Artes y Bienes Culturales

Presentación

Durante los días 14, 15 y 16 de octubre de 2009 se celebró en la sede del Instituto del Patrimonio Cultural de España una reunión de renombrados especialistas en el campo de la arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos. La organización de jornadas destinadas a especialistas se enmarca dentro de las funciones principales del IPCE, una de las cuales es establecer criterios y pautas de actuación que puedan orientar la labor de profesionales dedicados a la conservación y restauración de edificios históricos. En concreto, esta iniciativa surgió desde el Área de Intervenciones en Bienes Culturales en respuesta a la demanda de información sobre esta materia ya que, en los últimos años, los estudios y análisis de edificios históricos realizados con metodología arqueológica han cobrado un valor importantísimo dentro de los equipos de redacción de proyectos de restauración, pues aportan valiosísima información para el conocimiento y comprensión del objeto arquitectónico que se pretende conservar, y se han convertido en factor indispensable en la toma de decisiones de proyecto, por ser sus conclusiones determinantes e irrefutables. Las jornadas se concibieron con un triple objetivo; por un lado, ofrecer un foro a expertos españoles e italianos donde pudieran exponer sus últimos trabajos, debatir sus métodos y plantear propuestas para el futuro; por otro lado, hacer extensivo el conocimiento de las técnicas de análisis arqueológico a los profesionales que se enfrentan a la ardua pero a la

vez estimulante tarea de desentrañar la evolución y etapas constructivas de los edificios históricos; y por último, dotarles de una herramienta práctica y operativa que facilite su trabajo y les permita extraer el máximo de información contenida en la materialidad emergente del edificio. La convocatoria de este Encuentro tuvo gran aceptación entre los profesionales de la arquitectura, la arqueología y la restauración, lo que demuestra que esta disciplina suscita gran interés para el futuro de la conservación de nuestro patrimonio. Durante las sesiones se dispuso de tiempo para la participación del público, desde donde también se hicieron interesantes aportaciones. Vaya desde aquí nuestro agradecimiento a los asistentes. Estas actas recogen los textos e imágenes que los expertos expusieron durante las dos primeras sesiones. Agradecemos a cada uno de ellos su participación en estas jornadas. Sin su esfuerzo y dedicación, el éxito de este Encuentro y la publicación de estas actas no hubiera sido posible. Sin embargo, aún queda camino por recorrer, pues está pendiente la publicación de un documento que recoja las conclusiones debatidas en este Encuentro y establezca unos criterios metodológicos consensuados que sirvan de herramienta operativa a los profesionales de la disciplina. Esperamos verlo pronto en nuestras manos. Esther de Vega García Codirectora y Coordinadora del Encuentro

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Índice

ÍNDICE

Pág. Archeology. Archeologia. Arqueología. Hacia el análisis de la Arquitectura........................................................11 M.ª de los Ángeles Utrero Agudo

La conservación del tiempo en la restauración: el proyecto estratégico...............................................................25 Pablo Latorre González-Moro

El análisis estratigráfico en la restauración del patrimonio construido................................................................51 Agustín Azcárate Garai-Olaun

La construcción de un método de intervención en el patrimonio arqueológico edificado.............................65 Alberto López Mullor

Experiencia metodológica en Arqueología de la Arquitectura de un grupo de investigación. Instituto de Historia. CSIC. Madrid..................................................................................................................................103 Luis Caballero Zoreda

Procedure di documentazione e percorsi interpretativi dell’edilizia storica.....................................................121 Gian Pietro Brogiolo

I segni della stratificazione nell’architettura costruita. Identificazione e conservazione nel restauro..............................................................................................................129 Francesco Doglioni

El análisis estratigráfico: una herramienta de conocimiento y conservación de la arquitectura................145 Camilla Mileto y Fernando Vegas

Índice

Pág. La investigación arqueológica en dificios históricos. Metodología y experiencias. El Alcázar de Sevilla.................................................................................................................................................................159 Miguel Ángel Tabales Rodríguez

Herramientas metodológicas aplicadas al estudio de un paisaje urbano fortificado: el caso de la villa de Verín (Monterrei, Ourense)............................................................................................................179 Rebeca Blanco-Roteta

Hacia una metodología de análisis de la arquitectura Romana en Augusta Emerita.........................................199 Pedro Mateos Cruz - Antonio Pizzo

Il Castello di Madrignano (La Spezia): analisi archeologica degli elevati in vista del progetto di recupero e conservazione..........................................................................................................217 Anna Boato

Diez años de Arqueología de la Arquitectura desde la empresa privada. Reflexiones y un ejemplo práctico.......................................................................................................................................237 Miguel Ángel Muñoz García

La Arqueología de la Arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid...........................................................................................................................253 Fernando Vela Cossío

Archaeology. Archeologia. Arqueología. Hacia el Análisis de la Arquitectura M.ª de los Ángeles Utrero Agudo Instituto de Historia, CCHS-CSIC1 [email protected]

La autora es doctora en Prehistoria y Arqueología por la Universidad Autónoma de Madrid y está especializada en arqueología tardoantigua y altomedieval y Arqueología de la Arquitectura. Actualmente es contratada postdoctoral JAE-Doc del Instituto de Historia (CCHS-CSIC), formando parte del GI Arqueología de la Arquitectura dirigido por el investigador Dr. L. Caballero Zoreda.

tancias históricas y metodológicas con la intención de explicar cómo y por qué tiene lugar este recorrido.

Palabras clave Building Archaeology, Archeologia dell’Architettura, Arqueología de la Arquitectura, investigación, restauración, destrucción.

Resumen Se propone un análisis de la prehistoria de la Arqueología de la Arquitectura como disciplina que da sus primeros pasos de manera coetánea en Reino Unido y en Italia y es, posteriormente, introducida en España. Se exploran y se exponen las principales circuns-

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Este texto es principalmente resultado de las reflexiones y del trabajo desarrollado tanto en España como en Reino Unido con motivo del ciclo de formación Predoctoral (FPI, Ministerio de Ciencia y Tecnología) realizado en el Instituto de Historia (CSIC, Madrid), bajo la dirección de Luis Caballero Zoreda, y Postdoctoral (Ministerio de Educación y Ciencia), en el Museum of London Archaeology Service (MoLAS, Londres, Reino Unido), bajo la supervisión de Andrew Westman. A ambos, como siempre, mi más sincero agradecimiento.

Summary This paper proposes an analysis of the prehistory of the Archaeology of Architecture as discipline born coetaneously in the United Kingdom and Italy and, later, introduced in Spain. Main historic and methodologic circumstances are explored and exposed in order to explain how and why this route took place.

Key words Building Archaeology, Archeologia dell’Architettura, Arqueología de la Arquitectura, researching, restoration, destruction.

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

El hecho de participar en una reunión que cuenta con los principales protagonistas del nacimiento y desarrollo de la Arqueología de la Arquitectura nos lleva inevitablemente a modificar nuestra intervención, la cual debía responder inicialmente a la organización, con un estado de la cuestión sobre esta disciplina. Con la intención de evitar caer en la repetición y posiblemente en el error, pues nadie mejor que ellos podrán recorrer y hacer balance de su propia experiencia, hemos optado por retroceder algo más en el tiempo para comenzar por lo que podríamos denominar la prehistoria de la Arqueología de la Arquitectura, etapa algo menos explorada y posiblemente más esclarecedora. De este modo, las líneas que siguen a continuación no pretenden explicar la evolución de la Arqueología de la Arquitectura en nuestro país, radiografiada por otro lado en otros trabajos recientes a los que remetimos al lector (Caballero y Fernández Mier, 1997; y Quirós, 2002 y 2006), sino ofrecer una visión de su proceso de surgimiento en un marco más amplio con la intención de comprender el por qué y el cómo de su aplicación actual. 12

Veinte años después en Europa Si entendemos que el registro estratigráfico forma parte de la Arqueología de la Arquitectura, debemos contextualizar su surgimiento para entender el nacimiento de ésta. La arqueología anglosajona de posguerra, necesitada de responder con rapidez a la reconstrucción de las ciudades arrasadas en la década de los 40, implantó el uso del método estratigráfico y con él, de herramientas de documentación que se fraguaron y perfeccionaron gracias a las intervenciones dirigidas en distintos centros urbanos por arqueólogos como B. Cunliffe (1964, Winchester, Bath), M. Biddle (1968, Repton, Winchester)2 o Ph. Barker (1977, Londres). Estas experiencias subrayaron complementariamente la necesidad de establecer organizaciones profesionales de arqueología (Units) que respondieran a las urgencias arqueológicas de las ciudades en reconstrucción, fundándose entonces gran parte de ellas.

Precisamente las experiencias de M. Biddle (1968) y la síntesis de Ph. Barker (1977) sobre el sistema de registro estratigráfico sentaron las bases de la posterior sistematización elaborada por E. C. Harris (1979a)3, arqueólogo formado justamente en la Winchester Research Unit. El llamado “sistema Harris” suponía el abandono de los presupuestos metodológicos de las excavaciones de estratos individualizados arbitrariamente4 e introducía, frente a las síntesis previas mencionadas, una “matrix” o diagrama numérico que reflejaba las superposiciones estratigráficas (Harris, 1975: 114, fig. 24), siendo ésta “una imagen formalizada de la secuencia estratigráfica del yacimiento” (Hammond, 1991: 29). Este sistema de registro fue aplicado por primera vez en una ciudad por el Departamento de Arqueología Urbana de Londres (Department of Urban Archaeology, DUA; Hobley, 1985: 194), precedente del actual Servicio de Arqueología del Museo de Londres (Museum of London Archaeology Service, MoLAS). De hecho, esta misma entidad publicó inmediatamente un manual de excavación (Schofield, 1980) que, basado en el método Harris, proponía ya unas primeras fichas de registro5 (Figura 1). Sin embargo, las primeras sistematizaciones teóricas y aplicaciones al análisis de las construcciones históricas entendidas como secuencias de unidades estratigráficas, se deben en un principio a investigadores italianos. La rápida transmisión de la estratigrafía desde el ámbito inglés al italiano septentrional, puede residir en varios motivos. En primer lugar, en una tradición local que ya había solicitado la necesidad de obtener un método propiamente arqueológico para el análisis de la arquitectura histórica6. En segundo lugar, en el desarrollo pionero de la arqueología medieval7, la cual contaba con el precedente consolidado de la arqueología cristiana (Gutiérrez Lloret, 1997: 58-61). Este hecho se refleja,

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Reivindicando por primera vez las excavaciones en área (Biddle y Kjølbye, 1969: 211-213).

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Adelantada en varios artículos previos (ver bibliografía Harris, 1975, 1977, 1979b y, posteriormente, 1984). Aunque el alzado incluido en la monografía de Harris (1979: 44, fig. 12) suele ponerse como ejemplo de la aplicación de la estratigrafía a los alzados, el tema no se desarrolla en el texto. Sistematizados por Wheeler (1954). Manual y fichas de registro actualizados, hasta hoy, en dos ediciones posteriores (Spence, 1990 y Westman, 1994). Como evidencian distintos trabajos en el ámbito de la arquitectura romana (Lugli, 1957 y Lamboglia, 1958), y de la tardoantigua y altomedieval (Angelis d’Ossat, 1971). Sobre el nacimiento y desarrollo de la arqueología medieval en Italia, ver Francovich (1992) y Gelichi (2006).

Archaeology. Archeologia. Arqueología. Hacia el Análisis de la Arquitectura

por ejemplo, en las tempranas ediciones a inicios de la década de los 70 de las revistas de Notiziario di Archeologia Medievale (1971) y de Archeologia Medievale (1974), ambas series con vigencia hasta nuestros días. Y en tercer lugar, en el conocimiento por parte de la arqueología italiana del los trabajos de Ph. Barker y E. C. Harris (Ferris, 1989: 12), cuyo método era empleado por los arqueólogos británicos en las excavaciones de los yacimientos romanos del Norte de África (ejemplo de la villa romana de Settefinestre; Roure, 1992: 21). Prueba de ello es también la temprana edición del manual de excavación de A. Carandini (1981)8. En la década de los años 80, gracias a arqueólogos y arquitectos como F. Bonora (1979), T. Mannoni (1984), R. Parenti (1985), G. P. Brogiolo (1988a y

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Ed. revisada en 1991 (en castellano, Historias en la tierra: manual de excavación arqueológica, Barcelona, 1997).

1988b) y F. Doglioni (1988), se elabora una terminología específica y el concepto de Unidad Estratigráfica Muraria (UEM). Su formación e individualización, así como las técnicas de documentación y métodos de datación establecen entonces su base (Parenti, 1988a y 1988b). La primera ficha de registro propuesta por Mannoni (1976) (Figura 2) será modificada posteriormente por Parenti (1985: 63), incorporando ya el diagrama estratigráfico. Estos hechos evidencian la rápida traducción del sistema estratigráfico de registro del suelo al edificio, proceso que se oficializará como disciplina en la publicación de Francovich y Parenti (1988), una puesta al día y recopilación de diversas propuestas y experiencias llevadas a cabo por los autores arriba mencionados, que, como indica su título, se vincula ya en su fase emergente a la restauración de la arquitectura. Será a principios de los 90 (Mannoni, 1990a y 1990b: 28) cuando el término de archeologia dell’architettura unifique otros precedentes, próximos pero variados (archeologia degli elevati,

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Figura 1. Ficha de registro propuesta por Schofield (1980).

Figura 2. Ficha de registro de técnicas constructivas propuesta por Mannoni (1976).

Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

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dell’edilizia storica, del costruito), y se justifique como la arqueología “basada en los caracteres constructivos y en las transformaciones de los edificios, es decir, en el análisis objetivo de los mismos artefactos” (Mannoni, 1996: 5). Es entonces cuando la disciplina abrirá su propia vía de divulgación. Nace así la revista Archeologia dell’Architettura (1996/I), la cual, no hay que olvidar, lo hace como suplemento anual a la revista de Archeologia Medievale (1974/I), serie inaugurada más de dos décadas antes. Pero ¿por qué entonces la Arqueología de la Arquitectura surge en Italia cuando las primeras experiencias estratigráficas se dan en Inglaterra? En nuestra opinión, la razón de ello puede buscarse en varias causas. Por un lado, las ciudades inglesas fueron un buen marco para el desarrollo de una arqueología estratigráfica de suelo, condicionada por los imperativos de la urgente reconstrucción, pero no lo fueron sin embargo para la de los alzados, dada la ausencia de estructuras murarias de época antigua y medieval y, por otro lado, la notable presencia de complejos industriales, propiedad de una arqueología industrial de corte positivista y con una consolidada tradición desde finales de los años 60. De hecho, aunque la Society for Medieval Archaeology se funda en 19579, es decir, casi dos décadas antes que su homóloga italiana, la arqueología medieval encajará dentro del marco citado de excavaciones urbanas (Biddle, 1968: 110), en las cuales se incluyen gran número de iglesias y conjuntos medievales. Por el contrario, la sustancial cantidad y cualidad de los restos murarios medievales conservados en los centros históricos italianos, así como la presencia de una teoría de la restauración y de una emergente arqueología medieval, que requerían una herramienta de análisis de la arquitectura, se prestaron a su desarrollo. Es precisamente en la Italia septentrional y otras zonas carentes de grandes monumentos (Quirós y Gobbato, 2004: 190) y por ello necesitadas de otra herramienta de análisis que permitiese abordar el estudio de una arquitectura urbana y rural “anónima”, donde la arqueología estratigráfica de los alzados encuentra su sitio. En Inglaterra, el “sistema Harris” fue sometido a un proceso de reflexión que afectaba a sus herramientas.

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Publicándose el primer volumen del Journal of Medieval Archaeology un año más tarde (1958).

Evidencia de ello son las reuniones de Interpreting Stratigraphy, promovidas por las propias Units a finales de la década de los años 80 y comienzo de los 90, con el claro objetivo de servir de foro de discusión sobre la metodología y su aplicación a partir de las numerosas experiencias llevadas a cabo principalmente en suelo urbano10. Ejemplos de esta reflexión son, por ejemplo, las discusiones surgidas en torno al diagrama estratigráfico, con propuestas de diagramas de Actividades (conjuntos de UEs coetáneas) o group matrix o, por otro lado, la introducción del land use diagram (Figura 3), mediante el cual se intenta introducir la duración o longevidad de las UEs y ordenarlas en categorías mayores11. Este proceso determinó su posterior y paulatina implantación en la arquitectura. Después de un periodo de incertidumbre, con un debate interno (Ferris, 1989 y 1991; Meeson, 1989; Smith, 1989 y Bold, 1990) más centrado en el uso de fichas de documentación que en su función como herramientas útiles para determinar y organizar la secuencia ( Jones, 2000: 114), las primeras experiencias (Lea, 1985/86 (Figura 4) y Westman, 1987, en Londres) y reflexiones en torno a los grados de análisis (Ferris, 1989) o la integración de los trabajos arqueológicos en las distintas fases del ciclo de restauración del patrimonio edificado (Wood, 1994) retrasaron sus fechas a finales de los 80, inicios de los 90. Otros trabajos pioneros tuvieron lugar en el mismo entorno anglosajón, aunque en los territorios de las antípodas y de Latinoamérica, y se centraron en problemas como la identificación de las UEs y su situación cronológica12. A día de hoy, se puede decir que la aceptación de la aplicación estratigráfica a los muros comienza a ser mayoritaria13, aunque no homogénea, no faltando voces que reclaman la necesidad de particularizar la aplicación del sistema de registro al análisis de los

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Steane (1992), Barber (1993), Sheperd (1995) y Roskams (1998 y 2000), entre otros. 11 Diferentes propuestas (Carver, 1990; Spence, 1990 o Steane, 1993) pretenden resolver el problema de representar la longevidad de las Unidades. Fenómenos como la reutilización de las Actividades por otras posteriores a lo largo del proceso constructivo o de ruina o el deterioro de las Unidades y Actividades que pertenecen a distintos momentos, por ejemplo, no son representados explícitamente en el diagrama. 12 Destacamos las propuestas de Davies (1987 y 1993) sobre la introducción de símbolos de representación, y de Hammond (1991), sobre la adición de la información cronológica proveniente de analíticas de c14. 13 Trabajos recopilados en Roskams (2000).

Archaeology. Archeologia. Arqueología. Hacia el Análisis de la Arquitectura

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Figura 3 (arriba). Land use diagram según Steane (1993). OA: Open Area, B: Building, ph: phase. Figura 4 (abajo). Dibujo estratigráfico del muro N de St Mary-at-Hill (Londres) según Lea (1985-86).

Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

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edificios14. De hecho, los estudios realizados en Inglaterra pueden distinguirse por el tipo de arquitectura que analizan (Clark, 2000: 17), siendo el análisis estratigráfico propiedad casi exclusiva de los alzados medievales15. En la arquitectura excavada confluyen propuestas encaminadas a entender la arquitectura desde un enfoque socio-espacial y funcional. En la década de los 80 aparecen distintas propuestas en torno al análisis de la arquitectura excavada en los yacimientos. Arquitectos (Hillier y Hanson, 1984), arqueólogos (Sanders, 1990) o antropólogos (Steadman, 1996) afrontan el análisis de construcciones carentes o pobres de alzados, desarrollando un tipo de estudios que intenta explotar al máximo la capacidad informativa de las plantas constructivas, a menudo lo único conservado. Aspectos como la forma arquitectónica, los accesos y la visibilidad espacial, son analizados y representados en análisis gamma, planos de circulación y campos de visión. Principalmente el análisis gamma (diagramas de accesibilidad) fue notablemente criticado por obviar otro tipo de información (tamaño relativo de los espacios, esquemas decorativos de suelos y muros) que puede complementar el estudio espacial (Brown, 1990) y porque corre el riesgo de caer en la simplificación de identificar modelo espacial y modelo social (Grenville, 1997: 20). Sin embargo, hay que subrayar que este sistema interpretativo debe ir siempre precedido de uno de registro como medio para averiguar la convivencia y/o sucesión de las unidades espaciales que caracterizan los distintos momentos “espaciales” y “funcionales”. Por lo tanto, primero hay que registrar (estratigrafía) y después interpretar (análisis espacial)16. Es más, mientras la Arqueología de la Arquitectura obtiene una evolución constructiva a lo largo del tiem-

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Distintas puntualizaciones realizadas por Ferris (1989), sobre la utilización de fichas de documentación específicas para elementos arquitectónicos y elementos estructurales; Grenville (1997: 2-59), sobre la necesidad de especificar una agenda de investigación y, posteriormente, de trabajo; o por Morriss (2000: 152-155), sobre el inadecuado uso, en su opinión, del término “estratigrafía” en el análisis de los edificios. 15 Addyman y Morris, 1976 y Rodwell, 2005 como principal síntesis, con referencias previas. 16 Entre las experiencias prácticas en nuestro país, podemos citar los trabajos de Sánchez (1998 y et alii 1999) en la arquitectura ibérica meridional, de Mañana, Blanco y Ayán (2002) y Criado y Mañana (2003) en la prehistórica septentrional, de Bermejo (2009 en prensa) en la arquitectura doméstica romana y de Gutiérrez y Cánovas (2009) en la medieval (basílica de El Tolmo de Minateda, Albacete).

po, es decir, una sincronía reflejada sintéticamente en el diagrama o secuencia temporal, el análisis sintáctico de los espacios se aplica a un momento estático de esa secuencia temporal, generalmente reflejado en una planimetría, base sobre la que se representan los análisis arriba indicados. Ambas aproximaciones son, en consecuencia, complementarias. La protohistoria, carente de alzados, por un lado, y la arqueología histórica17, rica en ellos pero habitualmente ocultos por revestimientos posteriores, por otro, es decir, las etapas más antiguas y las más modernas, son los campos de aplicación que cuentan con un mayor recorrido en los análisis espaciales. Por último, el estudio de la arquitectura vernácula se rige según un método tipológico, aunque con un pronunciado énfasis en el proceso de entendimiento de la arquitectura industrial18. Estos trabajos pueden encuadrarse dentro del denominado, según Mannoni (1998), “análisis configuracional”. Se realiza una lectura arqueológica, pero no se sigue un esquema estratigráfico, teniendo en cuenta que los revestimientos ocultan gran parte de las superficies murarias de estos conjuntos, pertenecientes principalmente a época moderna y contemporánea. Se observan las características morfológicas y las variaciones tipológicas y dimensionales, siendo evidente las limitaciones del estudio. Por ello, estos trabajos deben entenderse dentro de un marco legal establecido que pone en relación la importancia del edificio, el grado de protección y los niveles de análisis (TABLA 1). Este marco garantiza el estudio en mayor o menor medida de todos los conjuntos arquitectónicos, situación totalmente ajena en España. Sin embargo, las constantes transformaciones de la ciudad y el rígido sistema de grados de protección condicionan severamente el nivel de análisis, siendo habitual la aplicación de los niveles más superficiales (niveles 1-2), de forma eventual el intermedio (nivel 3) y de manera excepcional el que implica un análisis estratigráfico pormenorizado (nivel 4). De la paulatina aceptación de la Arqueología de la Arquitectura en territorio inglés se desprenden dos

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Con un notable desarrollo en Latinoamérica, ver Zarankin (2003), Funari y Zarankin (2003) y Zarankin y Niro (2007). 18 Como evidencia el manual de Hutton (1986), trabajo centrado en realidad en la manera de realizar los dibujos de forma detallada, con un método similar al utilizado para el mismo tipo de arquitectura en América del Norte (Deetz, 1977 y Guy, 2006).

Archaeology. Archeologia. Arqueología. Hacia el Análisis de la Arquitectura

efectos positivos. Primero, la introducción del término building archaeology sustituyendo a otros anteriores (building recording, architectural archaeologists o surveyors) en 1993, como ocurre de manera casi coetánea en el ámbito italiano, con motivo de la conferencia del Buildings Special Interest Group, dentro del Institute of Field Archaeologist (IFA)19. Este hecho supone el inicio del estudio del edificio como objeto arqueológico con su propio derecho (Morriss, 2000: 14). Y en segundo lugar, la normalización de los análisis arqueológicos de acuerdo a un marco de gradación de estudio-importancia del edificio. Las normativas de análisis periódicamente actualizadas, más que unas instrucciones definitivas, deben entenderse como un amplio marco referencial20. Lejos de la bonita utopía a la que pueda conducir a primera vista la existencia de tal aparato normativo, esta reglamentación supone frecuentemente el inicio del proceso de destrucción del edificio, no de su recuperación o restauración. Es decir, se documenta el edificio que se va a destruir, idea sobre la cual volveremos al final del texto. Los efectos negativos fueron comunes a los de otros ámbitos científicos. Se produjo un enfrentamiento con una historia del arte que acusaba a la arqueología de tener un carácter confuso o engañoso al proponer unos periodos constructivos demasiado

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Con un correspondiente monográfico sobre building archaeology en la revista The Field Archaeologist (1992). 20 Standard and Guidance for the archaeological investigation and recording of standing buildings or structures, IFA, 1ª ed. 1996, rev. 2001; Recording Historic Buildings. A Descriptive Specification, RCHME, 1ª ed. 1990; o Understanding Historic Building, EH, última ed. 2006; y de protección por el gobierno estatal de los edificios catalogados, ‘PPG15’: Planning Policy Guideline: Planning and the Historic Environment.

extensos (over-extended) o infravalorar los aspectos iconográficos de los edificios (Fernie, 1988: 357). Fuera de estos reproches, más bien aislados, aunque significativos, la aceptación del análisis estratigráfico de la arquitectura parece asumida. Por lo tanto, tal vez debamos reformular la cuestión planteada unos párrafos más arriba, en la que nos preguntábamos ¿por qué la Arqueología de la Arquitectura surge en Italia cuando las primeras experiencias estratigráficas se dan en Inglaterra? La respuesta reside, en nuestra opinión, en el hecho de que la Arqueología de la Arquitectura surge de manera “natural” en aquellos ámbitos que asumen el método Harris como sistema de registro. La única diferencia consiste en que en el ámbito anglosajón, la Arqueología de la Arquitectura surgió como arqueología, mientras que en el italiano lo hizo como arqueología medieval, marcos que determinan irremediablemente su evolución posterior. Tanto la vinculación historiográfica, idiomática como patrimonial podría explicar la importación desde Italia, y no desde Inglaterra, a nuestro país. Sintetizando, podríamos decir que la Arqueología de la Arquitectura nace gracias a la renovación de la metodología arqueológica en el ámbito sajón y a su importación por parte de una arqueología medieval italiana emergente, libre por ello de una tradición consolidada y rica, a su vez, en alzados construidos. Fuera de este triángulo, se constata una presencia heterogénea de la Arqueología de la Arquitectura en otros países europeos, aunque se reconoce un paulatino incremento en los últimos años. En Portugal, la Arqueología de la Arquitectura ha sido introducida de la mano del ya extinto IPPAR (Instituto de Portugués de Patrimonio Arquitectónico), institución consciente de la necesidad de aplicar este método de cara a los proyectos de restauración en el patrimonio edificado.

Catalogación de EH

RCHM

Fechas

Grado de protección

Interés arquitectónico e histórico

Niveles de análisis

Pre 1700

Grado I

Antigüedad y excepcional interés (Act 1979 Ancient Monuments and Archaeological Areas)

Niveles 3 (analítico) y 4 (analítico comprensivo)

1700-1840

Grado I

Antigüedad y excepcional interés (Act 1979 Ancient Monuments and Archaeological Areas)

Niveles 1 (básico) y 2 (descriptivo)

1840-1945

Grado II

Particular importancia

Post 1945

Grado II

Especial interés (aprox. 90% de los edificios catalogados)

Tabla 1. Relación entre los grados de protección establecidos por el English Heritage (EH) y los niveles de análisis determinados por el Royal Commision on Historical Monuments (RCHM).

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

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De hecho, el primer edificio analizado estratigráficamente (Ramalho, 2004: 149) fue la iglesia de São Gião de Nazaré (Caballero, Arce y Utrero, 2003), gracias a un convenio establecido entre el IPPAR y el CSIC. Trabajos posteriores se han desarrollado en varios conjuntos monásticos (Rendufe, Tibães), amurallados y eclesiásticos (Idanha-a-Velha, Lourosa), siendo el IPPAR (actualmente IGESPAR, Instituto de Gestão do Patrimonio Arquitectónico e Arqueológico) y el correspondiente ente regional (gobierno, universidad) los habituales garantes de estos trabajos. En Francia, dentro de la llamada Archéologie du bâti o Archéologie des élévations, el interés por el conocimiento de las fases constructivas21 (Rouger, 1999 y Journot, 1999) es en gran medida deudor de la experiencia sajona (Davies, 1993 y Wood, 1994). Los materiales y las técnicas constructivas y de manera destacada las marcas de cantero, han gozado de un gran protagonismo, reflejando de nuevo la importancia de la arquitectura medieval como sujeto principal de análisis (Sapin et alii, 2008, conjunto de MontSaintMichel). Los ejemplos han sido sin embargo suficientes para poner sobre la mesa cuestiones como las dificultades de implantación de la Arqueología de la Arquitectura (Parron-Kontis y Reveyron, 2005) o la inadaptación de la legislación (Derieux, 2004: 47). En centro Europa, la Bauforschung es aún un campo de arquitectos e ingenieros civiles que aúna análisis estructurales con otros de carácter descriptivo. Las referencias que conocemos nos llevan de nuevo al periodo medieval, como ejemplifican los trabajos practicados en algunos castillos bajomedievales por el Instituto de Cultura Material del Medioevo Austriaco de la Academia de las Ciencias (Institut für Realienkunde des Mittelalters der Österreichischen Akademie der Wissenschaften) y diversas iglesias medievales del mismo entorno (Hauser, 2003 y Mittermair y Bitschnau, 2003). Aunque estas referencias son escasas como para efectuar una valoración global, la sombra de la tradición de la Arqueología Clásica de la escuela alemana así como el reducido número de alzados medievales, mayoritariamente destruidos en las contiendas del siglo XX, de manera similar al caso inglés, podrían ser algunas de las causas de esta situación.

Quince años después en España Tanto la introducción como desarrollo de la aplicación del método estratigráfico al análisis de los edificios históricos en España ha sido ya tratado en trabajos previos de síntesis general (Caballero y Fernández Mier, 1997; y Quirós, 2002 y 2006), de cuya lectura se concluye un panorama desigual sobre la puesta en práctica así como sobre la aceptación en nuestro país tanto por parte de los arqueólogos y arquitectos como de la administración. La primera puesta en común en el marco peninsular (Murillo y Sánchez Zufiaurre, 200422) permite reconocer un panorama de creciente aplicación así como una reflexión de los primeros resultados, condiciones y perspectivas que vienen a sumarse a las efectuadas ya en el ámbito internacional con anterioridad (monográfico Arqueología de la Arquitectura 2002/1 y Ayán, Blanco y Mañana, 2003). En España, la introducción del método de una manera normalizada se debe a la actividad restauradora del Servei del Patrimoni Arquitectònic Local de la Diputación de Barcelona, servicio que afronta las restauraciones una vez realizado el estudio arqueológico correspondiente. Arqueólogos y arquitectos iniciaron a comienzos de los años 80 una labor que llega hasta nuestros días y que cuenta con un extendido currículo de actuación en conjuntos edificados de distintas etapas históricas. Hay que señalar que Cataluña era probablemente el marco natural de introducción de la Arqueología de la Arquitectura, teniendo en cuenta que también las primeras experiencias de estratigrafía de suelo tuvieron lugar allí a finales de los años 70 en yacimientos de cronología romana (Roure, 1992; López Mullor, 2002: 159, villa de Vilauba, Gerona) y medieval (López Mullor, 2002: 159, ermita de Nuestra Señora de Bellvitge, Barcelona23), incrementándose el número de excavaciones de edificios de culto medievales en la siguiente década (López Mullor y González, 1991). La creación de grupos de trabajo como el Taller Escola d’Arqueologia de Tarragona (TED’A) y las reuniones sobre método (Trócoli y Sospedra, 1992) reflejan su paulatina acogida en el seno

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Algunos ejemplos indicados por Esquieu (1997), Prigent (2000) y Prigent y Hunot (2000).

Sesión de Arqueología de Arquitectura en el IV Congresso de Arqueologia Peninsular (Faro, 2004), publicada como parte de la revista Arqueología de la Arquitectura 2004/3. 23 Considerada el primer “diagrama estratigráfico” de la arqueología medieval catalana.

Archaeology. Archeologia. Arqueología. Hacia el Análisis de la Arquitectura

de la arqueología catalana. En los 80, la estratigrafía se extiende a los alzados construidos de otras tantas iglesias barcelonesas (López Mullor, 2002: 160). La afortunada combinación de lectura de paramentos y excavación, permitió obtener una comprensión completa del monumento y de su entorno inmediato en la mayoría de estos ejemplos. El Servei no sólo implantó y desarrolló una manera de hacer. Su nacimiento estrechamente vinculado a la restauración y a la arqueología de suelo dentro de un equipo multidisplinar (arquitectos, arqueólogos, historiadores) favoreció su difusión entre estos distintos profesionales, contando además con un medio de divulgación propio (Simposi). Con anterioridad al trabajo desarrollado por el Servei, las reflexiones y experiencias de investigadores como L. Caballero (1986 y 1987) y A. Jiménez (1989) habían evidenciado la necesidad de un cambio metodológico. Este salto tuvo lugar con la puesta en marcha de distintos proyectos de investigación sobre la arquitectura altomedieval hispánica, concretamente de la región castellano-leonesa, que contaban con la Arqueología de la Arquitectura como herramienta de análisis. Los primeros desarrollos teóricos así como experiencias prácticas, quedaron plasmados en dos publicaciones que suponen el inicio “oficial” de este método: el monográfico Leer el documento construido (Caballero y Latorre, 1995), publicado significativamente en una serie de arquitectura (Informes de la Construcción), y el Curso de Arqueología de la Arquitectura (Caballero y Escribano, 1996). Ambas monografías constituyeron una síntesis metodológica y una recopilación de distintas experiencias que sentaron las bases para trabajos posteriores. Con estos precedentes, la década de los 90 fue testigo del desarrollo de ciertos aspectos metodológicos24 y de la implantación paulatina del método en distintos entornos geográficos y académicos. A la consolidación de estos grupos de trabajo e investigación25, hay que sumar la fundación de la revista de Arqueología de la Arquitectura, coeditada por la UPV y el CSIC, cuyos dos primeros números (2002 y 2003) recogían las aportaciones realizadas al congreso in-

ternacional celebrado en Valladolid26, así como otras monografías posteriores surgidas con vocación de establecer una puesta al día (Ayán, Blanco y Mañana 2003 y Murillo y Sánchez Zufiaurre, 2004).

Hacia un análisis de toda la Arquitectura Como ya hemos mencionado, la habitual conservación parcial o total de los alzados de las construcciones medievales fue en un inicio uno de los principales motivos del desarrollo de la Arqueología de la Arquitectura para el estudio de los conjuntos construidos de este periodo. Dos décadas después, sus límites parecen establecerse peligrosamente en esta época, como demuestran la mayoría de los ejemplos que conocemos. Se constata igualmente un desequilibrio regional, del mismo modo que evidencia D’Ulizia (2005) para la península italiana, dependiendo los distintos trabajos realizados de los correspondientes marcos legislativos y gubernamentales y de la iniciativa de los distintos organismos públicos y privados, saliendo unas arquitecturas y unos territorios más beneficiados que otros. Pero si hay una conclusión evidente después de realizar este recorrido por la prehistoria e historia de la Arqueología de la Arquitectura es que, mientras los proyectos de investigación27 y de restauración28 han tenido en Italia y en España su principal marco de aplicación y desarrollo, el ambiente anglosajón está notablemente marcado por un proceso totalmente contrario, el de la destrucción. Del mismo modo que la reconstrucción de la posguerra actuó como acicate para la introducción del método estratigráfico, el de la destrucción ha condicionado el devenir del análisis de los alzados construidos dentro de un estricto esquema (tabla 1). La documentación arqueológica se convierte aquí en el único modo de preservar la información sobre un patrimonio destinado a desaparecer.

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Sobre cronotipología y mensiocronología, ver Quirós (1994 y 1996), Altarriba et alii (2001). Sobre micro-estratigrafía, Arce (1996) y Arce, Doglioni y Parenti (1996). Y más recientemente sobre prospección, Mauri (1995), Quirós y Gobbato (2004) y Sánchez Zufiaurre (2007). 25 Cuyos trabajos forman parte de este volumen.

En el V Congreso de Arqueología Medieval Española (Valladolid, 1999, vol. 1) se acogió una sección específica de arqueología de la arquitectura que recogía trabajos realizados en distintos tipos de conjuntos peninsulares. 27 Caballero (2002 y 2004) y Utrero (2008). 28 Distintos ejemplos en Azkarate (2002), González Moreno-Navarro (1995 y 1999), López Mullor (2002), Mileto y Vegas (2003 y 2004) y Tabales (2002a y 2002b).

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

Esta idea, sin olvidar los obstáculos ya mencionados (principalmente, superficialidad de los análisis en la mayoría de los casos), debería introducirse en nuestro ámbito. Es urgente no sólo romper la frontera de la arquitectura histórica, injustamente relegada a periodos pretéritos, sino afrontar su estudio de una manera arqueológica, del mismo modo que se hace cuando se excava cualquier tipo de yacimiento. Es tan errático no intervenir en un solar donde se va a construir un nuevo inmueble, como destruir un edificio sin analizar su cuerpo y entender su historia, pues este es la única manera por la cual podemos preservar su memoria. Mientras la Arqueología de la Arquitectura sirva únicamente a la investigación y a la restauración, su potencialidad como herramienta de análisis y de documentación estará claramente mermada. De este modo, la aplicación de la Arqueología de la Arquitectura como herramienta de documentación del patrimonio a destruir y, por ello, único guardián de su memoria, se sienta por el momento en la sala de espera, aunque esperemos que no por mucho tiempo, junto a su vertiente investigadora y restauradora para ser llamada por la administración y alzada a la misma categoría que la arqueología de suelo. 20

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