Aquí se respira lucha: prácticas políticas de los campesinos originarios qom de la Unión Campesina de Chaco

July 27, 2017 | Autor: Julia Colla | Categoría: Chaco, Pueblos Originarios, Campesinos, Movimientos Campesinos
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Descripción

Licenciatura en Sociología. Facultad de Humanidades y Ciencias. Universidad Nacional del Litoral

Aquí se respira lucha Prácticas políticas de los campesinos pobres originarios qom de la Unión Campesina de Chaco Tesista: Julia Colla Directora: María Alicia Serafino Co directora: María Eugenia Martínez

Febrero 2015

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A los que luchan…

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“Hay que dar vuelta el viento” Mártires López

“Nos levanto él, sino no sé donde estamos ahora. Seguramente no acá en el campo” Betty Sánchez

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Agradecimientos Estoy agradecida con quienes integran la Federación Nacional Campesina y la Unión Campesina de la localidad de Pampa del Indio, Chaco, por su hospitalidad, paciencia y por la gran amistad que supieron dar a una “extranjera” que un día llegó de la ciudad y se metió en sus tierras, diciendo que venía de lejos y quería conocerlos. También agradezco a los compañeros del Partido Comunista Revolucionario de Chaco, que confiaron en mí y me abrieron las puertas y su amistad para trabajar e investigar de manera conjunta. Agradezco especialmente a Alicia y Eugenia, por la paciencia durante sus relecturas permanentes y su “aguante” en mis momentos de crisis. Gracias por el afecto de todos aquellos que en algún momento me leyeron, escucharon y me dieron buenas ideas para transitar este camino. Fue una experiencia de aprendizaje constante increíble. Gracias, infinitas gracias a todos.

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Índice Introducción ............................................................................................................................... 8 Reflexiones metodológicas ..................................................................................................... 12 La etnografía para aproximarnos a la dinámica de las prácticas y representaciones de los qom que participan en la UCC .................................................................................................. 12 Algunas reflexiones sobre el proceso de acercamiento a la Comunidad Qom de Pampa del Indio ........................................................................................................................................ 13 Participar para conocer en la dinámica particular de encuentro ............................................... 14 Breve aclaración sobre el acceso a la información estadística oficial ......................................... 15 CAPÍTULO 1: ¿Negue´na´api no´onaxa le´ecpi qom ana Unión Campesina? .................................................................................................................................................... 17 1. Algunos datos demográficos y políticos preliminares ............................................................ 18 2. La formación social y militar de fronteras en la provincia de Chaco ...................................... 23 2.1. Genocidio y resistencia indígena........................................................................................ 24 2.2. Fin del proceso de sedentarización: incorporación de los originarios qom a la producción . 26 3. Dinámicas identitarias en el proceso de “campesinización” de los campesinos qom ............. 27 3.1. Organizarse para seguir en el campo: las experiencias de lucha y la Unión Campesina de Chaco ....................................................................................................................................... 29 4. Algunas reflexiones finales ................................................................................................... 30 CAPÍTULO 2: “Sapioqtañi” .................................................................................................................................................... 32 1. Una historia de luchas campesinas: las experiencias en Argentina y Paraguay ...................... 32 1.1. Del Paraguay al Chaco argentino ....................................................................................... 34 2. Impulsar un estilo de trabajo y una política basada en la unidad........................................... 37 2.1. El Partido Comunista Revolucionario (PCR) y la Unión Campesina de Chaco (UCC) ............. 37 2.2. La necesidad de una herramienta específica para los campesinos pobres ......................... 38 2.3. Un solo programa político para la lucha de muchas necesidades ....................................... 40 2.4. De la “oscuridad” a primer eslabón de la cadena productiva.............................................. 42 2.5. La “unidad”: un mundo de connotaciones ......................................................................... 47 2.6. La unidad como estrategia política: los qom y los wichis .................................................... 52 2.7. La Federación Nacional Campesina y la construcción de la “buena política”....................... 55 2.8. ¿Recursos legales disponibles?: entre tomas de tierra, represiones y acciones judiciales .. 58 3. Algunas reflexiones finales ................................................................................................... 60 CAPÍTULO 3: Qomi salegaxtaigui na Unión Campesina .................................................................................................................................................... 62 1.1.Nuevos movimientos, nuevas teorías ................................................................................. 62

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2. Figuras en movimiento ......................................................................................................... 64 2.1.Los integrantes ................................................................................................................... 65 - Responsabilidad orgánica y participación política ................................................................... 65 -Formación Política .................................................................................................................. 67 -Lazos de Parentesco ................................................................................................................ 68 2.2. Los delegados .................................................................................................................... 72 -Responsabilidad orgánica y participación política .................................................................... 72 -Formación Política .................................................................................................................. 73 Dinámicas de participación y debate en el Cuerpo de delegados .............................................. 74 2.3. Los dirigentes .................................................................................................................... 75 -Responsabilidad orgánica........................................................................................................ 75 - Participación y formación política .......................................................................................... 76 3. “Es un muerto que no para de nacer”: la figura de liderazgo de Mártires López .................... 79 3.1. Su incorporación: “Si querés algo, vas a tener que luchar” ................................................. 79 3.2. Luchar sin Mártires ............................................................................................................ 81 4. “Yo trabajo en muchos lados; en el grupo de la iglesia, ahí estudio; en la Unión campesina, ahí lucho”: Las prácticas religiosas y políticas en campesinos originarios qom de la UCC .......... 85 5. Algunas reflexiones finales ................................................................................................... 87 CAPÍTULO 4: “Ni uno más se va del campo”: El proceso de descomposición del campesinado .................................................................................................................................................... 89 1. De los márgenes al boom: La expansión de la frontera agrícola en la Provincia de Chaco...... 90 2. Hacia una conceptualización del actor campesino ................................................................ 93 3. Campesinado y avance capitalista ¿dinámicas excluyentes? ................................................. 97 3. El Estado y la resistencia campesina étnica ........................................................................... 98 3.1. El papel del Estado: ¿intervención o ausencia? .................................................................. 98 3.2. El accionar de la Unión Campesina: “Ni uno más se va del campo” .................................. 103 4. Algunas conclusiones preliminares: .................................................................................... 106 Conclusiones finales .................................................................................................................. 108 Nuevas perspectivas de trabajo y algunos ejes de debate finales ......................................... 113 Bibliografía ................................................................................................................................ 115

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INTRODUCCIÓN I. Esta tesina de grado en Sociología refiere a las problemáticas sociales, políticas y económicas de quienes integran la comunidad originaria qom en los parajes rurales de la localidad de Pampa del Indio, Provincia de Chaco, Argentina. Reúne las experiencias de una investigación llevada a cabo en la comunidad durante el trascurso de dos años, sumadas a nuestro posterior y actual trabajo en el diseño y coordinación de un relevamiento socio productivo en la zona. Focalizaremos nuestro estudio en las prácticas organizativas y de acción colectiva de quienes integran desde el año 2003 el movimiento territorial “Unión Campesina de Chaco” (UCC). Dicha organización política surge para nuclear los reclamos y reivindicaciones de los campesinos e indígenas que viven allí. Para abordar esta problemática, es necesario previamente, dilucidar las connotaciones semánticas del concepto de campesinos pobres originarios qom: Denominamos campesino a todo productor directo que reproduce su existencia mediante la aplicación de su fuerza de trabajo -y la de su grupo familiar o grupo doméstico- predominantemente al cultivo de la tierra y/o la cría de ganado, cualquiera sea su relación jurídica con el medio de producción fundamental que se constituye en su laboratorio natural. Esta definición básica, prescinde del resultado económico de la explotación más allá del logro de la subsistencia y reproducción de sus operadores (incluido el recurso a diversas formas part time de peonaje y trabajo a jornal), es decir, no se toma en cuenta la producción o no de excedentes, ni su probable acumulación monetaria o trasmutada en diversas objetivaciones de la riqueza social. Tampoco resulta un componente determinante del ser campesino el destino de su producción, que puede ser predominantemente para el consumo familiar o para el mercado (Azcuy Ameghino, 2004; 2007). A esta consideración general de las unidades campesinas dentro de la organización social de la producción, le otorgamos historicidad y la ubicamos en los procesos de campesinización de las comunidades originarias qom en la zona de Pampa del Indio. Entrado el siglo XX, enormes masas indígenas sometidas luego de las campañas militares de pacificación, fueron absorbidas por el frente colonizador en expansión e ingresadas masivamente a las estructuras económicas en calidad de superexplotados. Miles de originarios fueron obligados a trabajar en los obrajes, ingenios azucareros y cultivos de algodón, despojándolos de sus ancestrales prácticas cazadoras-recolectoras y de su condición de pueblos nómades. Este proceso de sedentarización supuso, también en Pampa del Indio, el despojo de sus territorios originarios y del monte como almacén primitivo de víveres. No obstante, fueron recuperados como territorio aborigen durante el gobierno de Hipólito Irigoyen en 1916 y reconocidos como campesinos y obreros rurales en la primera presidencia de Juan Domingo Perón en 1946 -con el otorgamiento de derechos laborales y herramientas para el trabajo rural- pero paradójicamente, con los procesos de avance y desarrollo capitalista de los últimos veinte años, volvieron a ser despojados y marginados con la privatización de sus tierras y la violación a las legislaciones alcanzadas. Sumado a la marginación y exclusión histórica de la sociedad hegemónica, esta situación los convirtió en campesinos pobres “sin tierra”, puesto que la disponibilidad actual de territorio para cultivo no alcanza para la subsistencia alimentaria (reproducción incompleta) ni siquiera del núcleo familiar. Por lo tanto, su situación de despojados, sin insumos ni herramientas, conduce a que su condición de pobres sea estructural, y en consecuencia, no fluctuante por las condiciones económicas. Dar cuenta de un fenómeno tan complejo y poco abordado desde la perspectiva campesina-originaria, especialmente en el caso argentino, se convirtió en una búsqueda intensa de herramientas conceptuales fueron configurando nuestro objeto de estudio a partir de las dinámicas observadas en nuestro trabajo de campo. Luego de varios meses de relecturas de materiales brindados por nuestra carrera, búsquedas teóricas e incluso un taller sobre “Teoría e Historia Social Agraria: el Campesinado en la historia” de la Universidad

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Nacional de Buenos Aires1, decidimos relacionar dos corrientes teóricas provenientes de la Sociología rural y de la Antropología crítica que puedan dar cuenta del fenómeno en cuestión. Esta decisión se fundamenta en nuestro interés de estudiar al actor campesino pobre originario qom en su condición global y construcción histórica, sin detenernos en una disyuntiva entre lo netamente campesino (propio de las investigaciones del llamado “proceso de campesinización”), ni específicamente originario, negando el componente histórico de su incorporación a las estructuras agrarias regionales como campesinos pobres y sus reivindicaciones actuales como productores. Desde esta perspectiva, esta investigación presenta una apuesta teórica intentado el diálogo entre dos conceptos fundamentales: a.- el de “procesos étnicos identitarios”, referido a la construcción política-ideológica expresada como etnicidad. Es decir, la expresión y afirmación de una identidad étnica con sus dimensiones de resistencia y lucha etnopolítica. Particularmente, Héctor Vázquez (2000) nos introduce dentro de las estrategias etnopolíticas desplegadas por las comunidades originarias en lo que llama los “procesos étnicos identitarios”. La elección de este concepto como eje central en nuestra investigación se fundamenta en nuestro interés por enfatizar el aspecto dinámico sobre el estático de los procesos identitarios. Según el autor, la noción de identidad étnica refiere a la identidad colectiva y contiene múltiples dimensiones, por ello tradicionalmente se lo ha confundido con el de etnicidad, sobredimensionando sólo uno de sus niveles, el macro. En este sentido, se reconocen también diferentes modalidades de lo que se denomina resistencia étnica, distintas respuestas conscientes (encarnadas en reivindicaciones y propuestas étnicas) e inconscientes (reflejadas en actitudes, valores y pautas de conductas) que los miembros de los grupos originarios construyen (en el ámbito colectivo) como réplicas a las distintas expresiones concretas de coerción a las que son sometidos por la sociedad hegemónica. (Vázquez, Bigot, Rodríguez; 1992:13). Otro aspecto, es el de la lucha etnopolítica, que se utilizará aquí no sólo como una dimensión de los “procesos étnicos identitarios” de las comunidades originarias qom en general, sino que circulará dentro del arista de las luchas por la construcción etnopolítica de la etnicidad del movimiento campesino originario “Unión Campesina”. Más allá de nuestra aclaración, entendemos que dentro de la lucha etnopolítica se encuentran diferentes niveles, que se desarrollan por fuera de la UCC. Por ejemplo, en las características identitarias que analizaremos más adelante, el componente del “nosotros” como aglutinador de identidad excede a la UCC, en tal caso, se entrama con ella como parte de la comunidad qom de Pampa del Indio, en general. Indicaremos estas salvedades en cada caso para evitar la comprensión difusa de estas configuraciones de etnicidad. b.- los “procesos de descomposición del campesinado”, que representa una corriente teórica marxista de la sociología rural, la cual supone que, bajo las relaciones de producción capitalistas, existen fragmentos de tipo campesino (de características precapitalistas) que conviven con las primeras en un proceso histórico de descomposición o “descampesinización”. Utilizamos estas herramientas para comprender y dar cuenta de las tendencias de transformación (o las “formas” que adquiere su continuidad) de las unidades campesinas dentro de las dinámicas territoriales de desarrollo y avance capitalista. Investigaciones desde esta perspectiva, y en el caso argentino, son las que se desarrolla Eduardo Azcuy Ameghino desde del Centro Interdisciplinario de Estudios Agrarios (CIEA)2. Ambas corrientes, nos brindaron herramientas teóricas que habilitaron a un análisis dinámico y complejo de una realidad poco estudiada, sobre todo en contextos de marginación y resistencia histórica de las comunidades originarias y actual expansión de fronteras agropecuarias; como sucede en la región chaqueña. Y particularmente, iluminaron un camino 1

Dictado por Juan Manuel Villulla del Centro de estudios interdisciplinarios agrarios (CEIA). Instituto de investigaciones Económica y social. Facultad de Ciencias Económicas. Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) Marzo-junio 2014 2 Centro de estudios interdisciplinarios agrarios (CEIA). Instituto de investigaciones Económica y social. Centro de estudios interdisciplinarios agrarios (CEIA). Instituto de investigaciones Económica y social.

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conceptual de nuestro objeto de estudio, que se transformó en una categoría lo suficientemente flexible para comprender la situación desoladora a la cual no enfrentamos en nuestros primeros viajes a campo, en donde el sentido común y las prenociones nos señalaban un conjunto de personas fácilmente aglutinadas bajo el concepto de “pobres”, sin más distinción ni análisis. A partir de esta categorización, nuestra pregunta de investigación refiere a cuáles son las prácticas políticas de los campesinos originarios qom que integran la UCC en la localidad de Pampa del Indio desde el año 2003. El objetivo general reside en comprender dichas prácticas etnopolíticas dentro de la organización, a partir de la hipótesis de que las mismas provocan continuidades y transformaciones en las representaciones que se tienen de la lucha y del vivir en comunidad. El movimiento territorial Unión Campesina de Chaco, es una muestra ejemplar del despliegue de acciones colectivas, cada vez más coordinadas y complejas, con el propósito de defender la tierra y sus territorios, que sostienen las organizaciones campesinas e indígenas de Latinoamérica desde mediados del siglo XX. En el año 2003, surgió en la zona de Pampa del Indio para nuclear a campesinos pobres originarios qom, wichis y criollos alrededor de cuatro ejes principales: tierra, subsidios para emprendimientos productivos, trabajo y viviendas que respeten los modos de vida aborigen. Particularmente, como organización política, presenta características propias de las agrupaciones políticas tradicionales y de los llamados “nuevos movimientos sociales”, por lo que la convierte en un caso interesante y paradigmático para ser investigado; particularmente en la manera en que se adecúa con “viejas” demandas y conflictos a “nuevos” escenarios y paradigmas. Como sostienen la mayoría de los autores sobre los movimientos sociales3, para comprender sus dinámicas hay que estudiarlos en su accionar. En este camino, nuestra mirada estará referida a la búsqueda de visiones, experiencias, creencias, valores, relaciones con los otros de quienes integran la UCC, contextualizado en un espacio compartido por un caleidoscopio de actores. II.- Esta tesina consta de una introducción, apuntes sobre la experiencia metodológica, cuatro capítulos, la conclusión y algunos ejes de debate finales. A lo largo de ellos, su organización textual intenta ilustrar cómo el entramado de las prácticas políticas de los campesinos pobres originarios qom que integran la UCC atraviesa múltiples dimensiones. Determinados capítulos abordan temas generales, que intentan contextualizar en términos estadísticos e históricos la zona geográfica en cuestión, como el capítulo primero, o de análisis macro estructural del agro chaqueño, como el último apartado. Pero en cada caso, sin descentralizar el objeto de estudio en cuestión e intentando entretejer aspectos de un mismo fenómeno, buscando su complejidad y abordaje interdisciplinar. Asimismo, en muchas ocasiones la información se encuentra ordenada a partir de títulos, referencias en idioma qom o de lugares geográficos particulares. Esto surgió como parte de las dinámicas desplegadas en la construcción de nuestro objeto de estudio, donde la intrusión en campo nos permitió “habitar en” diferentes lenguajes (castellano, qom y académico) y lugares (Pampa del Indio y Resistencia). Los contenidos teóricos metodológicos se abordan a lo largo del trabajo a medida que se desarrolla el análisis de la problemática. Lo mismo sucede con los antecedentes de investigaciones previas y el “estado del arte” con los cuales debatimos. En resumen, el capítulo 1 presenta las características generales del universo de investigación, para luego convertirse en un apartado con una fuerte carga histórica con el objetivo específico de construir y contextualizar al objeto de estudio desde la formación social (y militar) de fronteras; las luchas etnopolíticas, la resistencia, el papel del Estado en la construcción del “indio” y su incorporación a la economía de trabajo regional como superexplotados en el cultivo de algodón. Esto nos dará la llave para presentar los ejes conceptuales claves en esta investigación y reflexionar sobre la actual expansión de fronteras y experiencias de lucha que se desarrollan en el agro chaqueño. 3

Entre ellos: Tarrow (1997), Melucci (1991), De Sousa Santos (2004), Svampa (2010), entre otros.

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En el capítulo 2, nuestro objetivo particular, es presentar al movimiento social y territorial Unión Campesina de Chaco (UCC); sus antecedentes en las luchas y organizaciones campesinas regionales y paraguayas, su relación con un partido político y su propuesta programática. Luego, reconstruimos desde la perspectiva de sus integrantes, las acciones colectivas llevadas a cabo durante los 14 años que trascurrieron desde su surgimiento; los repertorios de acción, las representaciones de la unidad como elemento aglutinador identitario y como estrategia política, la noción de “buena política” y la utilización de los recursos legales disponibles como componente de los procesos étnicos identitarios. El capítulo 3 es complementario del 2. En línea con el apartado precedente, nos interiorizamos en las estructuras orgánicas de la UCC con el objetivo de analizar en profundidad los roles y responsabilidades que tienen sus participantes como dirigentes, delegados e integrantes. Describimos cada uno de estos grupos desde sus experiencias de participación y representaciones de la lucha como formación política. Luego, avanzamos un poco más y exploramos la figura de los dirigentes desde su construcción como líderes y como seres situados, producto de ciertas afinidades electivas que habilitan a su surgimiento. Asimismo, dentro de estos tipos particulares de liderazgo, analizaremos la trascendencia de la figura política del dirigente asesinado en 2011, Mártires López. Por último, trataremos de delinear algunas hipótesis en relación a las prácticas políticas y la religión evangelista. El capítulo 4 funciona como síntesis general y abre debates en relación a las tendencias de transformación del campesinado pobre chaqueño basándose particularmente, en los posicionamientos y prácticas políticas de quienes integran la UCC. Nuestro objetivo específico es abrir un diálogo crítico entre el rol del Estado, las legislaciones existentes y la lucha etnopolítica como ejes decisivos y articuladores para la permanencia de quienes habitan en el campo y pretenden vivir de su trabajo y producción. Por esta razón, el título de este apartado refiere a la consigna central de la UCC “Ni uno más se va del campo” en el que se pone la apuesta teórica en esta tesina de articular dos teorías que suelen explicar el fenómeno desde puntos de vista diferentes. Dialogan, dinamizan, se articulan y brindan herramientas para comenzar a debatir en profundidad la lucha emancipadora de los pueblos campesinos pobres originarios de Chaco. Finalmente se expondrán las reflexiones finales sobre lo abordado, recogiendo los ejes centrales de cada capítulo. Asimismo, retomaremos el problema, los objetivos y las hipótesis de investigación iniciales y los complejizaremos con lo aportado desde nuestra perspectiva.

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Reflexiones metodológicas La etnografía para aproximarnos a la dinámica de las prácticas y representaciones de los qom que participan en la UCC La epistemología subyacente en la metodología cualitativa aplicada en esta tesina supone que un investigador social difícilmente pueda comprender una acción si no entiende los términos en que la caracterizan sus protagonistas. En este sentido, la investigación estuvo atravesada por actitudes reflexivas acerca de los enfoques epistemológicos y metodológicos, principalmente respecto a debates sobre la investigación en un mundo globalizado, en el cual el acceso a la información y a la circulación de datos, flexibiliza aquellos postulados iniciales de B. Malinowski (1975) respecto al “estar allí” durante un tiempo prolongado como condición para conocer. En esta línea, el enfoque de abordaje a nuestra temática ha sido el pilar de la inserción en campo: la etnografía. Ésta, no pretende reproducirse según paradigmas establecidos, sino vincular teoría y práctica para favorecer así nuevos descubrimientos dentro de las problemáticas planteadas; dicha postura resultó novedosa y fundacional para la perspectiva adquirida en este trabajo. El recorte fue intencional y necesario. El primer perímetro general de nuestro análisis corresponde al grupo de quienes luchan. Quedan excluidos en consecuencia, quienes no luchan: en sentido amplio, quienes no integran la UCC. El segundo recorte refiere a los participantes de la UCC que pertenecen al pueblo originario qom4, dejando de lado en consecuencia, a los denominados criollos, wichis, profesionales/técnicos y demás integrantes. Asimismo, el recorte temporal se adaptó al tiempo de existencia de la organización -2003 a la fecha-, bajo el argumento de que la mayoría de los participantes se incorporaron desde aquel momento al movimiento y el largo recorrido nos permitía visualizar los procesos de continuidad y transformación en las representaciones de la lucha y sus prácticas políticas. Las herramientas que se utilizaron fueron las entrevistas en profundidad y la observación participante. Se realizaron alrededor de 16 entrevistas a dirigentes, delegados e integrantes de la UCC. Esta subcategorización, según el lugar que ocupan cada uno de los participantes, nos permitió profundizar sobre las dinámicas internas y el espacio político de circulación de cada uno de ellos. El contexto de entrevista se dio lugar en situaciones sociales específicas: en la primera etapa de la investigación, en los alrededores de las viviendas rurales de los entrevistados y en varios casos, en presencia de familiares. En una segunda etapa, en un acampe y en las cotidianas visitas a las “carpas” que se habían improvisado allí. La situación particular de encuentro siempre fue muy compleja: se debieron desplegar estrategias (por ejemplo, no ubicar el grabador en el centro de la escena) y adecuarse a las particularidades que adquieren el silencio, las pausas, los tiempos y las reformulaciones que se deben realizar. El uso de los tiempos verbales, también fue un factor de atención en el acto reflexivo, ya que el español (el castilla, en términos nativos) es una lengua adquirida en las instituciones educativas y no es de dominio absoluto por la mayoría de ellos. En consecuencia, el relato del pasado se realiza, en la mayoría de los casos, en tiempo presente, por lo que se tiene que “construir el relato” a partir de la escucha atenta y la recolección de aquellos elementos que sitúen temporalmente la situación que se describe. Por ejemplo, la alusión a su dirigente, ya fallecido, relatado en presente: “Mártires dice siempre que nosotros tenemos que luchar”. 5 4

En esta tesina decidimos utilizar indistintamente los términos de aborigen, originario e indígena sin intenciones de adentrarnos en los debates teóricos de cada concepto. Sin embargo, es importante considerar que los campesinos qom de Pampa del Indio se autodefinen como “originarios”. 5 Entrevista a Betty, dirigente de la UCC. marzo 2014.

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En capítulos particulares (capítulo 2), analizamos el contenido de discursos con el objetivo de reflexionar sobre el lugar (espacio simbólico) que ocupan los campesinos originarios qom en la UCC y desde allí su despliegue en la lucha etnopolítica. Por último, utilizamos también notas de campo, filmaciones realizadas en las acciones colectivas y en situaciones cotidianas a “cámara prendida”. Se analizaron videos y recursos periodísticos extraídos de Internet. La mayoría de estos materiales se encuentran en la sección “Anexos” o disponibles en la web.

Algunas reflexiones sobre el proceso de acercamiento a la Comunidad Qom de Pampa del Indio Describiremos aquí el proceso del acercamiento a la comunidad y la relación con la etnografía como práctica científica de producción de conocimiento. Al hacerlo, se activa una perspectiva combinada, histórica, antropológica y sociológica; que permitió el abordaje de determinadas prácticas, representaciones y cosmovisiones de los qom que participan en la UCC, donde son relevantes las visiones, costumbres, la memoria colectiva y su comprensión del mundo; en definitiva, su experiencia de vida, en la cual se insertan también aquellos acontecimientos referidos a la lucha, particularmente, por la tierra en la que viven y trabajan. Como menciona Rosana Guber (2014: 19) en la etnografía, el investigador parte de una ignorancia metodológica y se aproxima a la realidad que estudia para conocerla. Este sería aquí, el punto de partida como investigadora. Con total desconocimiento de las condiciones de vida de los pueblos originarios chaqueños en los años 2009 y 2010, junto a un grupo de estudiantes de diversas disciplinas, viajamos para conocer la zona del Impenetrable, en Chaco, e implementar un relevamiento con ejes referidos a la educación, salud y estructura socio económica. Resta decir que los resultados recogidos, fueron desoladores. Sólo a manera anecdótica, podríamos decir que todo comenzó allí. Luego, la necesidad de búsqueda de elementos para transformar esa realidad, no sólo desde una actitud militante por ser parte de un partido político, sino también desde la misma disciplina sociológica, nos sumergió en un proyecto que posteriormente se convertiría en esta tesina de grado. La predisposición de los integrantes de la comunidad, principalmente de los dirigentes de la organización para describir la situación que viven, las condiciones adversas que enfrentan al no tener agua ni alimentos, aumentaba a medida que nos incorporábamos a las visitas diarias que realizaban a delegados e integrantes de la Unión Campesina. El idioma de comunicación entre ellos fue siempre el qom. En un principio, conversaban cuestiones que luego traducían. Luego, con el paso del tiempo y el aumento de la confianza, comenzaron a hablar en español en nuestra presencia para integrarnos en sus diálogos. Finalmente, insistieron en que se debía aprender el idioma para “conocerlos mejor”, nos regalaron un diccionario y, actualmente, en cada viaje se disponen a enseñarnos nuevas palabras. Estas experiencias fueron trasformando la posición de extranjera (física, cultural y lingüística), que siempre se planteó en esos términos pese a que con varios participantes de la UCC compartíamos militancia –aunque en provincias diferentes- en el mismo espacio político nacional: el Partido Comunista Revolucionario (PCR). En este camino, dormir y vivir durante días en el Paraje de Campo Medina en la precaria vivienda de una de las dirigentes, Betty, también contribuyó al veloz acercamiento. Compartir con ella la rutina diaria y las tareas del hogar se convirtió en algo cotidiano y cómodo para la incursión en campo. Incluso, pese a que al principio todos se disponían a agasajar a quien venía a visitarlos, luego de algunos días, la comodidad de estar allí y la confianza para conversar y preguntar, o circular sola por los alrededores de la vivienda indujeron en descubrimientos que netamente tenían que ver con el factor “estar-allí” que describe Pablo Wright (2008) en su trabajo sobre comunidades qom en Formosa. 13

Como todo trabajo de principiante en investigación, en determinados momentos las acciones se apresuraron por registrar -en tonos reflexivos- todo lo que se presentaba como “nuevo”. Una ilustración de esto para mencionar como anécdota personal, fue la de observar cómo el marido de Betty, una de mis entrevistadas, se disponía a matar y desplumar un pollo para cocinar la cena. Mientras el hombre se dedicaba a la sangrienta labor, en mí cabeza de investigadora “full time” sucedieron unas cuantas reflexiones sobre los roles de género dentro del hogar y las tareas asignadas socialmente a “las mujeres”. Bastaron tan sólo unos momentos para comprender que la mujer se lo había solicitado a su marido en idioma qom para que ella pueda conversar unos momentos más, y que no se trataba de nada rutinario ni fuera de los roles asignados a las mujeres dentro del hogar. En ese momento, comprendí que debía dejar que los hechos y acontecimientos “aparezcan” y no forzarlos a entrar en mis cuadernos de viaje, el cual me dedicaba a escribir todas las noches en la oscuridad del monte con la ayuda de una pequeña linterna. Esta situación me recordó que si la reflexividad de la práctica no es esclarecida, se puede llegar a forzar los datos para adaptarlos al modelo clasificatorio y explicativo de la investigadora (Guber, 2014: 20).

Participar para conocer en la dinámica particular de encuentro Frecuentemente en la metodología cualitativa, las técnicas de investigación utilizadas se plantean en términos dicotómicos. Se opone las prácticas no discursivas a las prácticas discursivas, la observación a la entrevista, ésta última al cuestionario, la formal a la informal, la directiva a la no directiva o la estructurada a la no estructurada. Todas las técnicas, a su vez, están atravesadas por una oposición de diferente naturaleza que distingue el punto de vista del investigador y el del agente social. Aún siendo conscientes de que estas diferenciaciones metodológicas pretenden dar respuesta a determinadas limitaciones en el modo de producción de los datos, se considera que no acaban de clarificar todas las cuestiones de orden epistemológico a las que necesariamente tiene que hacer frente el investigador. En este sentido, en la presente investigación no se buscó reemplazar la observación participante por la entrevista, sustituyendo los datos que proporcionan las prácticas (discursivas y no discursivas) por una narración sobre las mismas. En las diferentes estadías en campo, se utilizaron ambas técnicas de recolección y fueron acompañadas por la implementación de alternativas de recolección como filmaciones prolongadas de momentos cotidianos de las distintas familias o de las asambleas de debate político. Según Rosana Guber (2004), la observación participante supone que la experiencia y la testificación son “la” fuente de conocimiento del etnógrafo: él está allí. A su vez, “observar” supone mirar sistemática y controladamente todo lo que acontece en el entorno y “participar” en las actividades de la población. En este caso, la observación suministró una perspectiva de la realidad objetiva sobre el escenario y sus protagonistas, tanto en los sucesivos viajes a Pampa del Indio, como así también en la participación como miembro activa en la Marcha del Impenetrable. Ésta última, contó con más de 2000 participantes de los pueblos originarios qom y wichi y consistió en una movilización en la localidad de San Martín por pedido de justicia de su dirigente asesinado en 2011, y posteriormente un acampe de casi 20 días en la ciudad de Resistencia con un listado de reivindicaciones que se ampliaba en la unidad con otros sectores docentes y estatales. La movilización en conjunto que se realizó en la ciudad de Resistencia

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entrados los días de junio, culminó con una de las más grandes represiones registradas en los últimos años en la provincia6. El trabajo que realizamos abarca todo este período. El proceso de integración fue complejo, pero la dinámica particular de las entrevistas, la observación y participación fue cambiando a medida en que aumentaba la confianza y reducía la condición de “extranjera”. Esto a consecuencia no sólo del acercamiento al campo, sino también por convertirnos en compañeros de lucha luego de la represión que sucedió en la ciudad de Resistencia y de la cual también fuimos víctima de la violencia de las fuerzas estatales. Los terribles hechos acontecidos, terminaron de abrir las puertas para adentrarnos en la comunidad. Después de ese día, todo cambio en el campamento; el sentimiento de “extranjera” se convirtió en el de una compañera más, ya que había sufrido igual que ellos la represión, o al menos sentía, en carne propia, cuál era su significado e implicancias. Nos paseábamos de carpa en carpa todas las tardes realizando las entrevistas, hablando con las mujeres e integrantes que habían sido los sectores de más difícil acceso hasta el momento. El objetivo de mencionar esta experiencia, reside en comprender las implicancias de la inserción en el terreno, reflexionar sobre el proceso de construcción del objeto y los significados que implica trabajar con la perspectiva de los “nativos”. Más allá de la situación anecdótica, dejamos abierta la puerta para el debate sobre un factor fundamental para una práctica etnográfica: la laboriosa construcción de la confianza mutua.

Breve aclaración sobre el acceso a la información estadística oficial Desde que comenzamos con nuestra investigación, tuvimos dificultades para el acceso a datos estadísticos oficiales sobre las zonas rurales de Pampa del Indio. En principio, en las páginas oficiales de datos censales7 se muestra información solamente del radio departamental. Asimismo, tanto los campesinos originarios que viven en los parajes rurales como profesionales de las Instituciones educativas y de salud de la zona, sostienen que no existen datos sistematizados actualizados. Por lo tanto, para contar al menos con un panorama general de las condiciones de vida de la localidad de Pampa del Indio, intentamos contrarrestar esas falencias con datos registrados en investigaciones que fueron recomendadas por profesionales del hospital. Asimismo, pese a que excede a nuestro trabajo, a pedido de la UCC, nos encontramos realizando un relevamiento socio-productivo en la zona. De modo tal, que aunque no contamos aún con información sistematizada, pudimos ir evaluando la proximidad de los datos recolectados con aquella información suministrada en las investigaciones, que fueron utilizadas en el capítulo uno de esta tesina.

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Tal como lo denunciaron publicamente organismos de DD HH. Al respecto ver: Asamblea Permanente por los Derechos Humanos – APDH- (Comunicado en: http://www.apdh-argentina.org.ar/chaco20141106), y multiespacio Encuentro Memoria Verdad y Jusiticia de Chaco, representado por AEDD-Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos; CADEP-Coordinadora Antirrepresiva por los Derechos del Pueblo, CADHU-Centro de Abogados por los Derechos Humanos, CEPRODH-Centro de Profesionales por los Derechos Humanos y LIBERPUEBLO-Asociación por la Defensa de la Libertad y los Derechos del Pueblo (Comunicados en: http://encuentromvyj.org/2014/06/07/repudio-a-la-brutal-represion-en-chaco/) 7 Ver http://www.indec.gov.ar/.

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Foto 1: Marcha Multisectorial y del Impenetrable. Resistencia, Junio 2014

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CAPÍTULO 1

¿Negue´na´api no´onaxa le´ecpi qom ana Unión Campesina? (¿Quiénes son los campesinos pobres qom de la Unión Campesina?) La exploración de las prácticas políticas de los campesinos pobres originarios qom de Pampa del Indio en Chaco, nos introduce necesariamente a pensar la historia, los procesos de formación de frontera, el despojo del territorio y, producto de ello, las condiciones actuales de vida de las comunidades qom. En esta línea, este primer capítulo es una presentación a nuestro trabajo. Pretendemos brindar los elementos necesarios para obtener una visión global del objeto de estudio en particular, y sobre todo, contar con herramientas conceptuales que nos permitirán comprender el recorrido y la integración teórica-práctica que hemos realizado. En esta línea, brindaremos algunos elementos históricos que nos permitan comprender la expansión territorial del Chaco y la resistencia étnica de las comunidades originarias qom en Pampa del Indio. Desarrollaremos esto a partir del concepto “formación social de fronteras”, es decir, los movimientos en la frontera y hacia la frontera, caracterizados por la dialéctica: orden preexistente “fronteras” – desorden civilizatorio “ocupación” – nuevo orden a desestructurar “otras fronteras”. Esto nos servirá para reconstruir los acontecimientos que dieron lugar a un frente de expansión y ocupación agraria, que fue acompañado de procesos políticos y culturales fundados en el estado-nación y que tendieron a subsumir procesos de trabajo, circulación de bienes y relaciones interétnicas basadas en la sumisión, la opresión y la muerte. Incluso, la categoría central de esta investigación, la de campesinos pobres originarios qom, tiene su surgimiento histórico en ese proceso, por lo que analizarlo desde este punto de vista, permite comprenderlo como producto de ciertas características de un contexto y espacio particular. El interés en construir nuestro objeto desde su desarrollo histórico, se argumenta en la necesidad de pensar a los sujetos situados como una construcción en donde el pasado es un recuerdo reciente, colmado de luchas, resistencias y reivindicaciones sobre el territorio frente al avance social de fronteras; es el pasado relatado por los ancianos y desde luego, es parte de una memoria colectiva como aconteceres sociales vividos. En definitiva, no hablamos de un ser humano ahistórico. Por el contrario, sostenemos que en todo momento, los sujetos no pueden desarrollar un proyecto sin articularse con otros. A partir de estas consideraciones entonces, podremos comprender las repercusiones del pasado en las prácticas políticas llevadas a cabo por los campesinos pobres originarios qom que integran actualmente el movimiento la Unión Campesina. Finalmente, todo esto nos permitirá presentar el escenario actual de la lucha etnopolítica dentro de la UCC en Pampa del Indio y su relación con los procesos de descomposición en contextos de reciente expansión de fronteras capitalistas.

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1.- Algunos datos demográficos y políticos preliminares Pampa del Indio es una localidad que se encuentra en el Departamento General San Martín, en el extremo norte de la Provincia de Chaco, a unos 220Km de Resistencia. La zona en la cual se encuentra actualmente el pueblo, originalmente llevaba el nombre de “Piguiñiclai´”, que en idioma qom significa “montes de espinillares”. A partir de los procesos de construcción de frontera, el pueblo surge de un Fortín llamado “Padre Beltrán”, uno de los muchos creados sobre la margen chaqueña del río Bermejo. En 1909 se radicó en la zona la primera familia de colonos para la explotación agropecuaria, y en 1947 se creó la Comisión de Fomento Municipal de esta localidad. El nombre originario fue reemplazado inicialmente por los soldados fortineros por el de “Los pozos”, haciendo alusión a reservorios de agua natural que se encontraban en los alrededores, hasta 1923, cuando un grupo de pioneros denominó al lugar “Pampa del Indio”, teniendo en cuenta las extensas pampas y sus nativos. Actualmente, la localidad ocupa un extenso territorio (alrededor de 1750 km2) y cuenta con 11.558 habitantes (Censo 20018) en la zona urbana. Lamentablemente, no se cuenta con datos precisos ni oficiales de la cantidad de habitantes rurales de la zona de nuestro interés, pero según la Fundación Mundo Sano9 se estima que más de 20 mil personas integran la denominada población rural dispersa. Otra investigación (Llovet, 2011) describe que la mayoría de los habitantes rurales pertenecen al pueblo originario qom y se distribuyen en cinco parajes que tienen entre 700 y 850 habitantes, y el resto reside en quince parajes con menos de 350 habitantes cada uno. Al ser el universo de nuestro análisis los campesinos pobres originarios qom que participan en la Unión Campesina, nuestra investigación se desarrollo en aquellos parajes rurales en los cuales se encuentra la organización: Campo Medina, Pampa Chica, Cuarta legua, Pampa Grande, Lote 4, Rincón y Campo Alemani. Y a 40 km del pueblo, se encuentra otra zona muy importante por su densidad poblacional: el Paraje 10 de Mayo. Desde el año 2003, la Unión Campesina (UCC) es una organización de despliegue territorial en toda la Provincia de Chaco. Su surgimiento tuvo lugar en la localidad de Pampa del Indio (en el paraje rural de Campo Medina) y posteriormente se fue extendiendo al resto de las zonas, principalmente en el año 2009 luego de la fundación de la Federación Nacional Campesina (FNC). Particularmente, parte de sus integrantes pertenecen también al Partido Comunista Revolucionario (PCR) y al igual que muchas organizaciones en la zona, como la Asociación Cacique Taygoyi, la Comisión Zonal de Tierras, el Consejo Qompi entre otras, son Asociaciones legales con personería jurídica, ya que históricamente fue una herramienta de 8

Último dato actualizado. En una visita realizada al Hospital de Pampa del Indio, médicos y bioquímicos nos comentaban que no se contaban con datos sistematizados de las zonas rurales. Pero particularmente, nos invitaron a investigar sobre los trabajos del Dr Gûrtler en la Fundación Mundo Sano. Según la página oficial, es una institución sin fines de lucro, dedicada a la investigación de enfermedades transmisibles como el Chagas, el dengue o la leishmaniosis. En este espacio, el Dr Gûrtler conduce una investigación que busca dar cuenta de la resistencia del vector a insecticidas, y ha recolectado datos poblacionales sobre las zonas rurales en cuestión. 9

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acceso a beneficios, planes sociales y a titularizaciones de tierra colectiva. Como movimiento social aglutinador de campesinos, originarios y criollos, sus objetivos políticos se despliegan en un amplio abanico de reivindicaciones. Entre las principales: la recuperación de las tierras aborígenes, como reparación histórica y productiva; el reclamo de una profunda e integral reforma agraria para que la tierra sea del que la trabaja y quiera trabajarla; la recuperación histórica de la producción algodonera; el acceso a la salud, educación y a viviendas dignas que respeten los modos de vida aborigen, entre otras. Para entender los motivos de las prácticas y reivindicaciones de quienes decidieron incorporarse a la UCC para la lucha de sus derechos, creemos necesario exponer algunos datos que permitirán ubicarnos en el espacio social de Pampa del Indio, para luego observar y comprender sociológicamente el contexto histórico de resistencias que hacen a una matriz particular de lucha de estas comunidades y de su (re) producción económica como campesinos pobres. Para tal fin, profundizaremos las condiciones de vida de la comunidad desde el trinomio salud, condiciones habitacionales y educación. Como explicamos en el apartado metodológico, el acceso a datos cuantitativos oficiales tuvo complicaciones que intentamos paliar con aquellos registrados en investigaciones y ponencias, las cuales fueron recolectadas en internet o recomendadas por profesionales que trabajan en el hospital de la zona. Asimismo, pese a que excede a nuestro trabajo, principalmente en los marcos temporales del mismo, pudimos contrastar algunos datos con aquellos que se visualizan en el relevamiento socio productivo que nos encontramos realizando, de modo tal que aunque ponemos en duda la veracidad exacta10 de la información que manejamos, contamos con aquella que disponemos de primera mano y que nos permite ir contrastando y evaluando las cifras suministradas para esta investigación. En definitiva, en las condiciones de adversidad estadística, nos interesa solamente poder mostrar un panorama global y de aproximación a nuestro universo de análisis. En lo que respecta a salud, el gobierno de la Provincia del Chaco reconocía hasta hace algunos años, a la localidad de Pampa del Indio como una de las cinco áreas en estado de emergencia alimentaria y sanitaria. Según datos del INDEC para 2004-200511, la provincia de Chaco registra el segundo nivel más alto del país con relación a la mortalidad infantil (19,9%), solo superada por la provincia de Formosa (22,9‰). Los principales problemas de salud en la población local son la desnutrición infantil, las enfermedades respiratorias y la enfermedad de Chagas, en los cuales los niños constituyen el segmento poblacional más vulnerable. La información que se expone en la investigación realizada por Llovet, Dinardi y Mangini (2009) sobre eco-salud, dan cuenta que los niveles de pobreza en la zona son muy elevados. En el departamento de Libertador General San Martín, el porcentaje de hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas era, en 2001, dos veces y media mayor que el valor registrado para todo el país (44,5% contra el 17,7%). Si bien no existe información sistemática de la enfermedad de Chagas en Pampa del Indio, los investigadores afirman que según el director del Programa Provincial de lucha contra la enfermedad, el municipio se encuentra entre las zonas de mayor riesgo e incidencia y con niveles de infestación domiciliaria que superan el 20% de los hogares. A su vez, según este estudio, el porcentaje de controles reactivos para Chagas en embarazadas ronda el 20%. Entre 3 y 4 casos agudos en niños llegan a la consulta por año en el municipio, cifra que daría cuenta de más del 30% de los casos registrados para la provincia en 2006 y 2007 (12 y 9 respectivamente).12 Asimismo, en el mes

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Sobre todo porque datos oficiales no explicitan a la localidad de Pampa del Indio, sino más bien toman al Departamento General San Martin. A su vez, los trabajos e investigaciones nombran a la localidad, pero no hacen referencia a los parajes rurales, por lo que interpretamos que son muestras estadísticas urbanas-rurales. Por último, según los campesinos originarios que integran la UCC, nunca fueron censados. Asimismo, las instituciones de la zona (principalmente las escuelas) tampoco cuentan con datos actualizados de la comunidad. 11 Según informe de Llovet, Dinardi, Mangini, 2009. 12 Sumado a esto, a consecuencia de la progresiva reducción y variabilidad del presupuesto asignado a la Lucha contra el Chagas, la provincia ha limitado las intervenciones que superen un umbral de corto plazo (han pasado 12

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de enero de 2015, la emergencia sanitaria en Chaco tomó nuevamente debate nacional con la muerte de un niño qom por desnutrición y tuberculosis.13 El segundo factor importante para evaluar las condiciones de vida de estas comunidades son las viviendas; por su carácter sanitario principalmente. Es de considerar, que históricamente, para los pueblos nómades qom la vivienda fue, hasta su sedentarización en el siglo XX, un elemento secundario que se empleaba de abrigo provisorio durante la movilidad territorial. Posterior a su campesinización y hasta la actualidad, las viviendas se realizan al estilo de chozas, fundamentalmente de adobe y de una sola habitación, puesto que la cotidianeidad del hogar transcurre a la intemperie, en los alrededores de la construcción. Sin embargo, la escasez de agua para el mantenimiento del adobe y la falta de recursos, transformó las edificaciones en un factor de riesgo por la falta de higiene, el hacinamiento y la persistencia de focos de infección como la Tuberculosis o de Triatominos, popularmente conocidos como “vinchucas”, transmisores de la enfermedad Mal de Chagas. En relación a este tema, en el año 2008, el Foro Multisectorial por la Tierra del Chaco (en el cual participaba la Unión Campesina), denunció la venta (a muy bajo costo) de casi 2 millones de tierras fiscales y se movilizó acampando frente a la Casa de Gobierno en Resistencia. Tras 34 días de acampe y bajo el llamado “Grito algodonero” la UCC consiguió dentro de su abanico de reclamos productivos14, la construcción de las primeras viviendas en varias localidades de Chaco, incluso en Pampa del Indio. Esto no sólo dio lugar a cambios profundos en las condiciones de vida materiales y el modo-de-vivir de los campesinos originarios, sino también abrió las puertas a la relación entre un grupo de arquitectos que se proponían trabajar con la comunidad y un grupo de originarios que se convirtieron en albañiles de sus propias viviendas, en un trabajo de educación y aprendizaje mutuo y continuo. En asambleas de las organizaciones beneficiadas (CCC- Unión Campesina) se discutió que no sólo el plan habitacional debía resolver el problema del “techo”, sino también del trabajo y la tierra. Por lo tanto, se invitó a estudiantes de arquitectura que debían realizar su tesis de grado y otros profesionales pertenecientes al Partido Comunista Revolucionario (PCR), a iniciar un diagnóstico y una propuesta que resuelva los problemas habitaciones de la mano de capacitar a los integrantes de la comunidad para la construcción de los habitáculos, generando puestos de trabajo. Fue entonces, que se diseñaron en conjunto, entre los profesionales y beneficiarios, prototipos de viviendas aborigen; amplias galerías con fogón a leña, habitaciones divididas que resuelvan el hacinamiento, baños retirados del bloque habitacional y con sistema de desagote a seco (con tierra que también sirve de abono) y habitáculos preparados para la acumulación de agua en caso de lluvia, entre otras cosas. Posterior a la aprobación del gobierno de la propuesta alternativa en la construcción de prototipos de vivienda aborigen y la decisión de que el cuerpo de delegados de la Unión Campesina sea quien tome las decisiones y no la organización interna de la cooperativa, se dio inicio desde 2008 hasta la fecha al proceso de construcción de los habitáculos. Actualmente, se encuentran finalizadas en Pampa del Indio unas 25 viviendas y otras 27 se encuentran en construcción. Todas estas experiencias fueron configurando nuevos aprendizajes y habilidades personales (por ejemplo, los oficios de albañilería y la administración de los recursos) entre los campesinos originarios qom de Pampa del Indio, que se insertaron en el colectivo de la Unión Campesina y transformaron el paisaje físico del entorno; la fotografía que se presenta de lo viejo (la vivienda de adobe) y “lo nuevo” (la vivienda de material), son prueba de ello.

años de la última fumigación integral en las viviendas). El sistema de salud local enfrenta algunas dificultades para la atención de los pacientes; sus recursos materiales y humanos son escasos. 13 Ver: http://www.chacodiapordia.com/politica/noticia/93627/murio-nestor-el-nino-qom-afectado-portuberculosis-y-desnutricion 14 El acuerdo con el Gobierno provincial abarcó también semillas y gasoil y un tractor para la siembra de 2.500 hectáreas, donde se beneficiaron 1.300 familias; la renovación de 600 puestos de trabajo en la construcción y 350 PEC (Programa de empleo comunitario).

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Por último, en cuanto a educación, la comunidad originaria qom de Pampa del Indio ha atravesado muchos cambios en los últimos años. Producto de los procesos étnicos identitarios (Vázquez, 2000), los avances de legislaciones de derecho indígena15 posibilitaron la creación de instituciones de educación bilingüe. A partir del año 2001, diversas organizaciones y ONG´s lograron la aprobación del bachillerato intercultural bilingüe para adultos, que contó con dos orientaciones: Atención Primaria de la Salud y Orientación Pedagógica. La experiencia demostró ser muy exitosa, pese a la escasez de recursos económicos y de movilidad de sus participantes. En 2007 se dio inicio al Curso de Nivel Terciario para Auxiliares Docentes Aborígenes (ADAs), orientado a los egresados del secundario. Y en 2011, a partir de una iniciativa de la Asociación Artistas Solidarios, se construyó el Complejo Educativo Bilingüe Intercultural: “Lqataxac Nam Qompi”. Allí funciona actualmente la Escuela de la Familia Agroecológica N° 185, el Bachillerato para Adultos, la Tecnicatura en Enfermería y el Nivel Terciario en el que se abrieron carreras como Comunicación Social Indígena, Pedagogía Indígena y Técnico jurídico indígena. Considerando que todos estos avances son sumamente importantes para el reconocimiento sociocultural de estos pueblos, existen cuestiones estructurales que limitan el funcionamiento y permanencia de los estudiantes en las distintas instituciones, tales como el acceso a recursos económicos, alimentarios y de transporte necesarios para su permanencia y egreso. Según los datos del censo 2001, el 58,58% de la población de Pampa del Indio no había finalizado sus estudios primarios o directamente, no había recibido instrucción alguna16. Asimismo, en los datos muestrales preliminares del relevamiento socio productivo que nos encontramos realizando, se observa que el grupo social con nivel promedio de 30 años aproximadamente se divide entre no haber terminado sus estudios primarios y no saber leer ni escribir en castellano ni en qom.17Estas estadísticas y observaciones que muestran una tendencia marcada hacia la deserción escolar en el nivel primario o incluso el no acceso a la educación, pueden comprenderse a partir de la temprana edad de incorporación al trabajo rural para la producción (15/16 años entre quienes actualmente son mayores) y la escasez de recursos para recorrer las extensas distancias hacia los establecimientos educativos rurales (entre quienes actualmente desertan). Ahora bien, a continuación pasaremos a presentar a los protagonistas de nuestra investigación desde una perspectiva histórica, particularmente, analizaremos el proceso de asentamiento de las comunidades originarias qom en la zona de Pampa del Indio, su experiencia histórica en la “inclusión” (o exclusión) en el modelo estado-nación, y en relación a ello, las resistencias que fueron generando como pueblo frente al avance en sus territorios. Este análisis nos permitirá no sólo registrar los antecedentes de lucha y resistencia étnica de estos grupos, sino también problematizar acerca de si es posible un continuum entre el pasado y el presente, en cuanto al avance de las fronteras sociales, sus consecuencias y la situación de exclusión y pobreza a las que son sometidas estas comunidades.

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Como el artículo 37 de la Constitución Provincial que reconoce el derecho a la educación bilingüe e intercultural y la recientemente aprobada Ley 7446 de Educación Pública de Gestión Comunitaria Bilingüe Intercultural Indígena. 16 Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas del año 2001. 17 El rol de la escuela como homogeneizador social y cultural –con los matices que se pueden presentar con la incorporación de la educación bilingüe- opera en estas comunidades como habilitador para el aprendizaje del idioma español y la escritura del qom (que fue introducida por las Iglesias pentecostales durante la década del 40). Es decir, que el idioma qom es el idioma oral materno y el español es el segundo idioma aprendido institucionalmente. De aquí se comprende las dificultades de comunicación con originarios qom mayores de 30 años que no han podido aprender a leer ni escribir en ambos idiomas o lo han hecho de manera parcial. Para profundizar en el tema, ver el trabajo etnográfico “Entiendo pero no hablo. El guaraní “acorrentinado” en una escuela rural: usos y significaciones” y “Guaraní sí, Castellano más o menos” de Carolina Gandulfo. Disponible en: https://www.academia.edu/4617347/Guaran%C3%AD_s%C3%AD_castellano_m%C3%A1s_o_menos._Etnograf%C3 %ADa_en_colaboraci%C3%B3n_con_ni%C3%B1o_as_en_una_escuela_rural_de_Corrientes_Argentina.

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Foto 2: El rancho de adobe detrás contrasta con la estructura que se levanta. Campo Medina. Pampa del Indio, Agosto 2014 Foto 3: Construcción de vivienda en Pampa Chica. El técnico se encuentra enseñando a construir el Fogón a Leña. Pampa del Indio, Marzo 2014. Foto 4: Integrantes qom de la UCC en las afueras de una de las obras terminadas.

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2.- La formación social y militar de fronteras en la provincia de Chaco Nuestro interés recae sobre los originarios qom, quienes actualmente constituyen el grupo más grande de la provincia de Chaco. Su origen se remonta a la subdivisión de los mbayaes del Paraguay y provienen de la familia lingüística guaykurú. Durante el siglo XVI, la llegada de los españoles afectó profundamente la vida de estos pueblos, por los desplazamientos para abrir rutas hacia el interior del Paraná. Antes de la sedentarización, que comenzó en el siglo XX, los qom vivían en bandas bilaterales nómades de familias extensas, un cierto número de bandas integraban conjuntos mayores llamados “tribus” por José Braunstein (1983), que eran las unidades sociológicas de mayor tamaño ligadas a lazos de parentesco. Existía exogamia de banda y endogamia de tribu. La residencia era usualmente matrilocal, las bandas migraban dentro de un territorio de caza definido y se reunían en ciertas épocas del año para comercializar, realizar matrimonios, sellar acuerdos y actividades rituales. La vida en común durante esos períodos permitía la circulación de noticias y creaba un sentimiento de pertenencia a la unidad sociológica localizada regionalmente (Wright, 2008). Según Trinchero (2007), el proceso de ocupación territorial del Chaco adquirió modalidades específicas a partir de la década de 1870. La característica principal, por un lado, fue la intervención directa y sistemática de las fuerzas militares estatales en la construcción de la “frontera” (2007; pp60), intervención que creció en forma regular conforme aumentaba el proceso de producción de un dominio sobre el territorio y la población por parte del Estadonación. La resistencia indígena, por otro lado, producida obviamente en condiciones de menor capacidad bélica, resultaba exacerbada por el discurso oficial del ejército, hasta el punto de generar la ficción de un enfrentamiento entre dos ejércitos en armas (Óp. Cit; 70). Para analizar este proceso, el autor realiza una caracterización sociológica de las dinámicas de fronteras y distingue dos nociones analíticas: - la de border line, para indicar la formación de límites políticos entre dos estados nación. En este sentido, las concepciones tradicionales y dominantes sobre este tema, parecen haberse construido como el reflejo de un espacio vacío entre los convencionales límites heredados de la colonia y las intenciones de expansión de los intereses de las fracciones hegemónicas de las burguesías triunfantes de los respectivos estado-nación. - la de frontier, como indicador de frentes expansivos, principalmente en el ámbito de estructuras agrarias. En esta línea, la noción refiere a un ámbito de expansión de determinadas relaciones de producción, desde una perspectiva que la considera más que como límite (entre nación/desierto, productivo/improductivo, tradicional/moderno), como un proceso de conexión conflictiva entre espacios caracterizados por dinámicas productivas y reproductivas heterogéneas (Trinchero, 2007; Becker, Cafferata, 1988; Reboratti, 1989). Bajo estas dos nociones, se concentra la categoría que utilizaremos en esta investigación: “formación social de fronteras”, la cual supone, por un lado, el proceso conectivo de espacios heterogéneos en el cual se despliegan específicas relaciones de producción capitalistas (frontier), y por el otro, la forma en que se vinculan esas relaciones de producción, en cada momento histórico, con el proceso de construcción del Estado-nación (border line). Es decir, con específicas modalidades históricas de regulación del proceso de acumulación. El eje principal de este proceso conectivo transcurre entonces por las formas y dinámicas de relación entre capital y trabajo, es decir, por las relaciones sociales de producción que pretenden garantizar una específica hegemonía del capital sobre los procesos de trabajo y reproducción de la vida “preexistentes”, intentando refuncionalizarlos parcialmente hacia formas particulares de transferencia de valor. Un proceso que tiene un rasgo particular no menor en Argentina: la combinación paralela entre la estructuración social de las fronteras agrarias y las fronteras políticas, que tienen importantes niveles de correlación con las configuraciones específicas que adquiere la forma de Estado, con los procesos de conformación de nacionalidad y con las relaciones interétnicas que se despliegan en su construcción (Trinchero, 2007: 163). 23

Ahora bien, la expansión social de fronteras en la región chaqueña tuvo su base económica en la agricultura y la ganadería. Asimismo, para la explotación del quebracho colorado se establecieron en la zona obrajes y el ingenio de Las Palmas para la explotación azucarera (a unos 200Km de Pampa del Indio); ambos tomaron a miles de aborígenes como mano de obra barata. Todos estos cambios, produjeron conflictos con los originarios, quienes rechazaban intrusos en sus lugares de caza. Por lo tanto, expediciones militares fueron enviadas por el gobierno de Buenos Aires para “pacificar” la región entre 1884 y 1911, las cuales completaron la tarea de ocupación de los territorios originarios (Wright, 2008). Paralelamente al desarrollo militar de las “campañas del desierto”, el gobierno nacional produjo un dispositivo jurídico-normativo especial para los territorios de frontera controlados militarmente. En un principio, las tierras eran adjudicadas a funcionarios o constituían el botín de guerra de quienes se apropiaban de enormes extensiones de propiedad como “compensación” por su participación directa o indirecta en las campañas contra los pueblos originarios. En este sentido, la apropiación de los territorios que constituían el “almacén primitivo de víveres” para los grupos étnicos del Chaco produjo la conformación de una población originaria desposeída de su principal objeto de trabajo: la tierra y los ríos. Los procesos de trabajo y de cooperación que requerían para su ejecución, fueron transformados drásticamente, de manera que las actividades de recolección, caza y pesca no lograban ya garantizar la reproducción de los productores. (Iñigo Carrera, 1984). Por lo tanto, si bien el exterminio militar y el despojo de sus medios y objetos de trabajo no fue absoluto, la población originaria quedó limitada a la producción de algunos medios de vida y apenas pudo recrear en los “intersticios” de la dominación a la que fue sometida, algunas actividades tradicionales. Este proceso de expansión al cual referimos y que pudo darse ante la disponibilidad relativa de tierras, ofrecía inmejorables oportunidades para la radicación de explotaciones familiares, induciendo procesos de ascenso social y “contribuyendo” a la formación de una sociedad democrática. En este sentido, la dimensión política del “fenómeno de fronteras” es considerada como un mecanismo político del Estado para reorientar expectativas de movilidad social y amortiguar tensiones sociales en la estructura social (Aubertin y Lena, 1986; Schiavoni, 1995). Ahora bien, la dinámica de fronteras, caracterizadas por la dialéctica: orden preexistente “fronteras” /desorden civilizatorio “ocupación” / nuevo orden a desestructurar “otras fronteras”, dio lugar a un frente de expansión y ocupación agraria acompañado de procesos políticos y culturales. Sin embargo, estos cambios fueron resistidos y enfrentados por los grupos originarios que eran desplazados, y lo hicieron bajo distintas respuestas de resistencia étnica que construyeron históricamente en el ámbito colectivo frente a las distintas expresiones concretas de coerción a las que eran sometidos por la sociedad hegemónica. (Vázquez, Bigot, Rodríguez; 1992:13).

2.1.- Genocidio y resistencia indígena Chaco insoldable, misterioso e inexpugnable. Chaco de los arcanos; Chaco bastión, dice Sarasola en su libro “Nuestros paisanos, los indios” (Sarasola, 2005). Durante siglos, el territorio actualmente comprendido por la provincia de Chaco, se mantuvo como territorio “libre”, transitado y defendido por guerreros guaikurúes. Como zona de paso, ofrecía la posibilidad de comunicar el Litoral con el Noroeste. Desde la línea fronteriza, los españoles intentaron aferrar a la región por alguna de sus partes; realizaron también una serie de “entradas” que fueron sistemáticamente rechazadas por las comunidades originarias. Muchas veces esta dura tenacidad se volvió como un boomerang, provocando devastadores ataques sobre las ciudades de Asunción, Santa Fe y Corrientes, blancos predilectos de las correrías indígenas y los guerreros guaikurúes. La frontera del Chaco era frágil, laxa, asediada sistemáticamente y con pocas posibilidades de 24

avanzar más allá de los primeros asentamientos conseguidos en la primera fase de la Conquista y la Colonización. La segunda expansión de la línea de fronteras, fue la línea de fortines, que permitió mantener el proceso conflictivo entre ambos espacios heterogéneos, relativamente consolidados. (Trinchero, 2007). A fines del siglo XVIII una treintena de fortines rodeaba el Chaco, concentrados principalmente en la provincia de Santa Fe, territorio predilecto para la actividad bélica de los guaikurúes, siempre dispuestos a expandirse. Los albores del siglo XIX presentaban en la frontera una calma tensa. El Chaco estaba rodeado, pero las ciudades principales que lo abrazan debían ocuparse más de su propio cuidado que de las ofensivas que proyectaban. Más allá del océano, la monarquía española comenzaba a tambalearse. Las colonias estaban en vísperas de la conmoción que traería la independencia. El Virreinato se desmoronaba. La ola de transformaciones revolucionarias se expandió durante toda la primera mitad del siglo: los últimos combates contra el español, la formalización de la independencia; los enfrentamientos sectoriales; el reacomodamiento de los diversos grupos sociales; los intentos de unidad. La Revolución fue un proceso de una nueva sociedad que se desprendió de su antiguo dominador y que luchó por construir su identidad propia. Entre 1848 y 1870, las comunidades guaikurúes y mataco-mataguayas mantuvieron sus territorios libres mientras las fuerzas nacionales consolidaron las fronteras, continuando con la tradición de los conquistadores españoles, que como no habían podido tomar la región, se limitaron a rodearla a través de fortificaciones. En medio de una calma relativa, se produjeron algunas acciones como la campaña de 1862 llevada adelante por el teniente coronel Martiniano Charras con un saldo de cuarenta originarios asesinados. La guerra con el Paraguay llevó a las autoridades nacionales a mantener al Chaco en situación bajo conflicto, logrando algunos tratados como el suscripto por Naponarí, el 24 de febrero de 1864, por el cual los originarios permitieron la construcción de caminos a cambio del otorgamiento de tierras. Finalizada la guerra, comenzaron a realizarse sucesivas expediciones tendientes al debilitamiento progresivo de las comunidades guaikurúes que eran reflejo de una creciente militarización de la subregión. En abril de 1870, la primera de estas expediciones estuvo a cargo de Napoleón Uriburu, quien se dedicó a negociar con algunos caciques para que no concertaran invasiones a los poblados fronterizos, así como también constató las condiciones de sobreexplotación y miseria de los obrajes. El fin de estas expediciones culminó con varios enfrentamientos y con un aumento de la resistencia al trabajo en esas condiciones. Poco después de la fundación de Formosa, el 28 de marzo de 1879, y ante la continua presión indígena se organiza la segunda expedición al Chaco, esta vez al mando de Manuel Obligado, que partió desde Resistencia con más de ciento veinte hombres y que poco después arrasó con una toldería mocoví acribillando a 32 indígenas. Los combates de Obligado apuntaban a desalentar los intentos de Cambá y juanelrai “el inglés”, dos de los máximos caciques qom de la zona, que planeaban atacar Resistencia. Pese a sus objetivos incumplidos, los enfrentamientos crecieron con intensidad. En 1880, Luis Fontana realiza la tercera campaña y en 1882, la cuarta expedición al mando del Coronel Juan Sola, que tenía la misión de reconocer las costas y territorios adyacentes al Río Bermejo, se pierde en el monte Impenetrable durante cuatro meses con importantes bajas por falta de víveres. Siete expediciones equivalieron a un plan de desgaste que debilitaron el poder indígena y lo dejaron en condiciones para la derrota, a lo que se le sumó otro correlato: la campaña de Roca en 1879, que en el Chaco se correspondió con lo sucedido en 1884, cuando el propio ministro Victorica encabezo la mayor ofensiva sucedida en esa zona. A fines de 1884 la expedición Victorica daba por concluidas las operaciones, y si bien el Chaco era aún libre, las comunidades indígenas aguardaban, después de semejante embestida, el golpe final: el avance de las instituciones de la Nación. Por decreto del 10 de octubre de ese año, el Chaco es subdividido en los territorios de Chaco y Formosa. Sólo en 1885, a un año de 25

finalizada la campaña de Victorica, se registraron alrededor de trescientas muertes entre los originarios en los sucesivos enfrentamientos. Y en el término de los siguientes treinta y siete años fueron asesinados en el Chaco cerca de mil originarios. Pero la caída del bastión chaqueño significaba aún más. Fue la consumación del genocidio, iniciado allí, en 1820 de manera sistemática18. Pese a que los primeros años del siglo XX, la actividad bélica indígena se calmó considerablemente, ésta no se rindió ni desapareció por completo. Incluso, más allá de que en diciembre de 1938 el Ejército Argentino declaró el fin a las operaciones bélicas y de “limpieza” de un territorio militarmente pacificado, las luchas y los procesos de resistencia étnica continuaron, bajo las mismas modalidades o adquiriendo nuevas dimensiones a partir de la incorporación de esas masas indígenas a la producción, como campesinos pobres. Según la historiografía oficial, esta fue una ficción de un enfrentamiento entre dos ejércitos en armas, en la cual se produjo una lectura “heroica” y se representó el revisionismo al que fueron sometidas las campañas militares de la época (Trinchero, 2007: 197).

2.2.- Fin del proceso de sedentarización: incorporación de los originarios qom a la producción Al etnocidio19 sufrido por las comunidades y al sometimiento cultural, social y religioso, se sumó un factor de disgregación importantísimo: su incorporación compulsiva a las nuevas actividades económicas de la región. A diferencia de lo sucedido en la Patagonia, los documentos oficiales de la conquista militar del Chaco mencionaban la posibilidad de utilización de los aborígenes como mano de obra20, por lo que la población originaria fue absorbida por el frente colonizador en expansión. La pérdida de la tierra a manos de los propietarios de obrajes, algodonales e ingenios y el ingreso masivo a esas estructuras económicas en calidad de superexplotados, son dos de los elementos que se dieron entre las comunidades originarias como consecuencia de la pérdida de sus territorios. Arrancados de la vida comunitaria, los originarios fueron introducidos en plantaciones, obrajes e ingenios, y en condiciones laborales denigrantes. No sólo las grandes compañías convertidas en “pequeños Estados despótico-monárquicos” (Bialet Massé, 1973) tenían a cargo la superexplotación del indígena, sino que una intrincada red de manipuladores de los trabajadores autóctonos intervenían también en el nuevo proceso económico, contribuyendo a su deshumanización. Entre ellos el “contratista”, verdadero dueño y señor de vidas, intermediario entre la mano de obra indígena y los empresarios de la zona. Matacos (wichi), chiriguanos y qom, incorporados masivamente a los ingenios azucareros (Las Palmas), y los primeros obrajes y plantaciones de algodón, todos, en mayor o menos medida, fueron reclutados forzadamente a la nueva realidad económica regional. En la zona de Pampa del Indio, hacia principios de siglo, las comunidades dejaron de ser nómades21 y se incorporaron a la producción, cuando Juan Mayordomo, conocido como Cacique Taygoyic consiguió, de la mano del Gobierno de Irigoyen, 20.000 mil hectáreas para 18

Incluso, estos datos sólo cuentan los muertos en combate, dejando de lado a los prisioneros, a los centenares de heridos que murieron después de las batallas y a los muertos por las epidemias, que, en el caso de la viruela, por ejemplo, diezmaron a comunidades enteras. 19 El etnocidio supone que, sumado a la desaparición física de un pueblo expresada como genocidio (Raphael Lemkin, 1939), también sucede la destrucción de la cultura de un pueblo (Jaulin Robert, 1968). 20 “Los tobas que ocupan la región del Chaco ascienden a 20 000 hombres, de los cuales como 1 500 se encuentran ya consagrados al trabajo en obrajes, que, como es natural, han experimentado un cambio felíz en sus hábitos”. En José E. Rodriguez, 1927. 21 En conversaciones que mantuvimos con algunos de la comunidad, recordaban las anécdotas de sus padres sobre los viajes que emprendían con la familia para trabajar en las diferentes cosechas, asimilable a los actuales “trabajadores golondrina”. Julio 2014.

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los originarios. Luego, el gobierno de Perón, les entregó las primeras herramientas de trabajo (que son las que actualmente poseen, como el arado mancera y las asadas). Así relata Sixto Coduti, dirigente del Consejo Qompi, el proceso de sedentarización y la destitución de tierras en Pampa del Indio: “Hipólito Yrigoyen en 1917 ese fue el que le otorgó, le dio un título precario, ese territorio lo que pasa siempre, estaba un teniente, que vivía allí, Germán Silva se llamaba (…) siempre conoce la gente, mi papá trabajó ahí. Él conoce a la gente era totalmente militar, en el año más menos 1922, esa tierra y ese río, desde en el tiempo cuando nosotros, nuestro padre, ellos son cazadores, ellos se van dos tres meses al río porque entonces no había trabajo (…). La gestión de Taigoyic fue en 1917, después de esto, se le pidió de nuevo. Porque los blancos ya repartieron todo esto, lo que quedó se hace reserva. Eran más de 20 mil has. Cuando falleció Taigoyic, y la gente no sé de donde viene, es gente extraña que venía para buscar tierras en 1930. Contaba una anciana –Mauricia- del parque, me contó que en Pampa no había algarrobo nada, todo pastos era, no existía el pueblo, es muy nuevo…desde mi criatura, yo tenía la memoria hasta el día de hoy, todo era pampa…grande(…). Son Pampa Grande y en el pueblo viejo, ahí están los criollos.” 22 Y, según Víctor Gómez, actual presidente de la Federación Nacional Campesina y dirigente de la Asociación “Comisión Zonal de Tierras”, que en 1994 consiguió algunas titularizaciones gracias a la Ley 3258: “cuando vino la política las 20 mil hectáreas desaparecieron, porque sólo habían mensurado, sin ningún título”.23 Ahora bien, todos estos procesos históricos de resistencia étnica que hemos desarrollado hasta ahora, como así también los logros en disposiciones legislativas que habilitan a derechos, como el de acceso a la tierra, que paradójicamente se plantean aquí entre el reconocimiento y el posterior despojo de las mismas, han generado varios trabajos en el marco de los contextos regionales, que aportan importantes elementos para el análisis y la reflexión (Gordillo y Leguizamón, 2002; Trinchero, 2000; Carrasco y Briones, 1996; Vázquez, 2000). Como mencionamos en la introducción, Héctor Vázquez (2000) nos introduce dentro de las estrategias etnopolíticas desplegadas por las comunidades originarias en lo que llama los “procesos étnicos identitarios”, que refieren principalmente, a los rasgos culturales en la construcción político-ideológica expresada como etnicidad. Dentro de las diversos aspectos dinámicos que confiere esta noción, trabajaremos sobre los ejes de resistencia étnica y el de lucha etnopolítica. Con base en estas herramientas conceptuales, podríamos analizar entonces que los avances históricos de la “formación social de fronteras”, y con esto, el despliegue de nuevas relaciones de producción y procesos de construcción del Estado-nación, fueron desarrollando entre los pueblos originarios qom chaqueños, rasgos identitarios étnicos basados en su resistencia frente a la sociedad hegemónica. Estas dinámicas de cambio contienen múltiples dimensiones, entre las cuales particularmente nos interesa la construcción político-ideológica de quienes integran el movimiento social Unión Campesina desde el año 2003 hasta la actualidad.

3.- Dinámicas identitarias en el proceso de “campesinización” de los campesinos qom Los procesos dinámicos de cambio cultural que atravesaron estos pueblos a partir de la sedentarización y su incorporación a la estructura económica de producción, transformó la 22

En investigación de Prof. Mgter. Sylvia Edith Sandoval: “Iqaic N aq (Cabeza de pescado)” Eje: 4 Memoria, Justicia y Derechos Humanos. Pertenencia institucional: Universidad Nacional del Nordeste. Facultad de Humanidades. Disponible en: file:///D:/Nueva%20carpeta/447-1892-1-PB%20(2).pdf 23 Extractos de entrevista a Victor Gómez. Actual dirigente de la FNC. Julio 2014.

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base económica de las comunidades. Su incorporación al trabajo y a las relaciones de producción desiguales, convirtió a los originarios en sociedades colonizadas insertas en el estado nacional y en un sistema de producción, dando lugar al proceso de “campesinización”.24 Este, tendió a invisibilizar el componente étnico de los campesinos, como elemento de la conquista y el desarrollo del Estado Moderno. Sin embargo, en la actualidad han resurgido las demandas étnicas dentro del conflicto social (Seoane, 2006), y particularmente, se han conformado movimientos campesinos que retoman la cuestión indígena como elemento constituyente, como lo es el caso de la Unión Campesina. En este sentido, Albó (2008, pp 22) menciona que la identidad étnica y la condición campesina se convirtieron en dos dimensiones o perspectivas en juego permanente, ambas movilizadoras y que “coexisten en las mismas personas y organizaciones”. Desde esta perspectiva, las dinámicas identitarias se desarrollaron a partir de la base económica campesina de los originarios y los procesos de resistencia étnica. En definitiva, en la misma órbita identitaria se abrió paso a una relación dialéctica entre los procesos étnicos identitarios por ser originarios qom y lo que llamaremos, retomando la literatura marxista, procesos de descomposición del campesinado, por ser campesinos pobres insertos en el desarrollo del sistema capitalista. En resumen, la trayectoria histórica de los pueblos qom inicia con su división de los mbayaes del Paraguay, pasando por los desplazamientos y las resistencias generadas por el avance de fronteras en contextos de dominación y sometimiento, hasta su sedentarización e incorporación a la producción agrícola en el caso de Pampa del Indio, Chaco, en condiciones de explotación y pobreza, como campesinos pobres originarios qom. Todo esto, siempre en condiciones de resistencia y descomposición en cada avance del desarrollo capitalista. Estas circunstancias por las que atraviesa el campesinado en este marco histórico, ha despertado el interés de muchos investigadores, principalmente marxistas, que han intentado dar cuenta de las tendencias a la transformación (o las “formas” que adquiere su continuidad) de las unidades campesinas dentro del desarrollo capitalista en el agro (en nuestra investigación, campesinas originarias). Entre ellos, algunos hablan de su indefectible desaparición o disolución junto con otros agentes económicos25; o su transformación en semiproletarios u obreros rurales insertos ya dentro de la explotación capitalista y el mercado de capitales26; otros fomentan el fortalecimiento de las “economías campesinas” volviéndolas focos de resistencia frente al avance capitalista27. Todas estas situaciones, siempre y cuando las llamadas por Llambí (1980) “Unidades de Producción Campesina” sostengan un lazo con la tierra (principalmente productivo) y no sean “expulsados” de su “laboratorio natural”: el campo. En nuestra investigación, sostendremos la hipótesis de que las tendencias que asume la disolución de los campesinos pobres originarios en la zona de Pampa del Indio, se expresa a través del éxodo rural como única alternativa de subsistencia. Esto a consecuencia de no tener tierra necesaria disponible para cultivo, ni insumos y herramientas para su (re)producción como campesinos. A partir de eso es que la Unión Campesina como movimiento político sostiene su consigna “Ni uno más se va del campo”.

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“Proceso de campesinización” entendido como un conjunto de procesos que impulsaron la homogeneización de las diversas identidades étnicas, culturales, económicas y sociales de las poblaciones rurales, bajo la categoría de “campesino”. Y en este sentido, se tendió a hacer “desaparecer” la identidad indígena. (Caruso, 2013) 25 Por ejemplo, convirtiéndose en pequeños o medianos productores o incluso comerciantes, insertos en el mercado interno o externo, como el caso de los productores cafetaleros en Perú, Ecuador y Colombia. 26 Del que son ejemplo los obreros rurales que trabajan en la producción de soja en la Pampa Argentina. 27 Como las acciones llevadas a cabo por el movimiento de campesinos de Santiago del Estero, MOCASE, que plantea una economía de resistencia basada en la pequeña producción y comercialización de productos regionales.

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3.1.- Organizarse para seguir en el campo: las experiencias de lucha y la Unión Campesina de Chaco Como analizamos en este capítulo, las resistencias étnicas y la lucha por los derechos se desarrollaron históricamente de manera continua, aunque en diferentes modalidades y dimensiones a lo largo de todo el proceso de colonización y sometimiento en la formación social de fronteras. Existen antecedentes de estas luchas que justifican y argumentan el surgimiento de la Unión Campesina, entre ellas, las experiencias de organización del campesinado paraguayo28, que analizaremos en mayor profundidad en el próximo capítulo. Pero a modo de introducción, diremos que a partir de conocer esas experiencias, integrantes del Partido Comunista Revolucionario de Argentina (PCR), impulsaron la conformación de la Unión Campesina de Chaco (UCC) como organización específica para organizar a qom, wichis y criollos bajo reclamos principalmente productivos. Previo a su surgimiento, la necesidad de quienes integraban el movimiento de desocupados de Resistencia, la CCC (Corriente Clasista y Combativa) de tener una organización hermana que pueda tomar las reivindicaciones particulares de quienes provenían del campo, dio lugar a profundos debates dentro del PCR. Esto produjo el surgimiento de la UCC en el año 2003, luego de la marcha de comunidades aborígenes y criollas denominada “La marcha del Impenetrable”. Y posteriormente, en 2009, pasó a conformar la Federación Nacional Campesina, junto con otras organizaciones de origen campesino. Sus reclamos iniciales fueron la tenencia legal de la tierra, subsidios para emprendimientos productivos, trabajo, planes sociales y vivienda. En línea con lo planteado en el punto tres, los posicionamientos políticos y repertorios de acción colectiva que fueron adoptando las comunidades originarias y campesinas nucleadas en la UCC, se vinculan directamente con sus posibilidades de supervivencia y/o de transformación frente al avance del desarrollo capitalista en contextos agrarios. En el caso del programa político de la UCC, este llama a movilizarse contra las tendencias de desaparición del campesinado, principalmente aquellas referidas al éxodo rural. “Ni uno más se va del campo” y “queremos quedarnos y vivir de nuestro trabajo. Defendemos el algodón y necesitamos la tierra” fueron las consignas de la “Marcha del Impenetrable”, que mencionamos anteriormente, en la que caminaron 200Km (desde Pampa del Indio hasta Resistencia) alrededor de 1500 personas. Como organización fuertemente democrática, existe cierto nivel de formación política entre sus participantes, lo que permite la circulación de los debates, decisiones de acción y su posición como interlocutora válida frente al Estado. En esta línea, la UCC apunta sus reclamos hacía los distintos gobiernos provinciales y nacionales que, según sus documentos de denuncia, son quienes fomentan el éxodo rural a partir de políticas tendientes a la desaparición de las Unidades Campesinas. Estas se expresan en la no implementación de políticas económicas que permitan al campesinado permanecer en el agro (precios sostenibles, créditos, etc), el desabastecimiento de recursos básicos como el agua (principalmente para consumo humano), como así también de herramientas e insumos como semillas y combustible. En consecuencia, la construcción territorial y democrática de esta organización, que se autoreivindica campesina originaria y en la que algunos de sus dirigentes pertenecen al PCR, tiende a plantear medidas profundas que reviertan esta tendencia hacia la descomposición social del campesinado, como la lucha por una profunda e integral reforma agraria. A su vez, su programa también fomenta la “unidad” no sólo entre los campesinos como lazo identitario, sino también con otros sectores y organizaciones sociales. En estos 11 años de organización y lucha etnopolítica -dentro de los procesos étnicos identitarios-, los 28

Las experiencias organizativas y de funcionamiento que impulsa la Unión Campesina de Paraguay en la lucha por la tierra, ha sido la influencia directa del surgimiento y conformación de la Unión Campesina de Chaco. Sin ser la única organización del Paraguay que nuclea a campesinos sin tierras y pequeños propietarios, se destaca entre las demás por la cantidad de integrantes que se movilizan a través de ella, y por su particular forma de organizarse; con cuerpos de delegados y asambleas. Surgió en 1994 con reivindicaciones sectoriales como precios para la producción, tarifas sociales, asistencia crediticia, entre otros, y hasta la fecha lleva recuperadas a partir de “tomas” unas 190.000 hectáreas improductivas, que con posterioridad, se comenzaron a producir.

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campesinos pobres originarios qom de Pampa del Indio que integran la UCC fueron materializando, a través de su praxis política, transformaciones en el paisaje rural y en el escenario político, caracterizado por la interacción con otros sectores y el aprovechamiento de los avances jurídicos. En este camino, los campesinos pobres originarios qom imprimen sentidos, imágenes, representaciones, a las prácticas que realizan dentro del escenario político en el cual circulan. Allí, es el lugar donde unirse entre ellos y con otros, como elementos de cohesión interna y externa se vuelve clave para la lucha etnopolítica. Asimismo, las arenas políticas en el que circulan esas prácticas reivindicativas se caracteriza por la participación de diversos actores con especificidades propias, que lejos de homogeneizarse, se reagrupan, unen y cohesionan bajo un solo nombre: “Unión Campesina”.

4.- Algunas reflexiones finales A modo de cierre de este aparatado de presentación, podríamos reflexionar que la noción de “frontera” funcionó históricamente como significante en tanto límite político entre dos naciones-culturas (conocido también como “civilización y barbarie”), y del que hacemos referencia aquí, para comprender el proceso histórico de desplazamiento del “indio” frente al estado-nación. Pero también, podríamos establecer paralelos entre un pasado lejano en términos temporales y un presente signado por paralelismos de exclusión y pobreza, que adquiere nuevas significancias con los nuevos procesos de formación de fronteras. Según Maristella Svampa (2010), en la actualidad este fenómeno se sigue expresando en la expansión de las fronteras del capital hacia los territorios antes considerados como improductivos (como el caso chaqueño) y que colisionan de lleno con los modos de vida y el territorio qom. Asimismo, existe una sincronía entre el avance de estos capitales a través del monocultivo de soja y la implementación de leyes represivas a nivel nacional, como la Ley antiterrorista, que se implementan con violencia y muerte en quienes, como el caso de los originarios qom, resisten en su avance (Ramirez, 2012). Por último, como menciona Trinchero (2007), los discursos y proyectos de integración actuales promueven en la práctica una transformación sustantiva de esta genealogía histórica, geopolítica y militar de las fronteras.

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Foto 5: Niñas qom. Lote 4, Pampa del Indio, Septiembre 2014

Foto 6: Cosechero. Plantaciones de Algodón. Chaco, 2005

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CAPÍTULO 2 “Sapioqtañi” (“vamos caminando”) El presente capitulo es una presentación de la organización política Unión Campesina de Chaco (UCC) que lucha por los derechos de los campesinos y originarios de la Provincia. Comenzaremos por los antecedentes que subyacen al origen del movimiento para dar cuenta de la participación política de sus integrantes, las características de su estructura interna y los repertorios de acción colectiva que se llevan a cabo. En primer lugar, entonces, indagaremos sobre las luchas campesinas y las experiencias que se sucedieron tanto en Argentina como en Paraguay, país en el cual se encuentra la Federación Nacional Campesina, que fue tomada como ejemplo para el surgimiento de la UCC. En segundo lugar, analizaremos las relaciones que mantiene la organización con un partido político, el Partido Comunista Revolucionario (PCR), para comprender el sustrato político-ideológico que se expresa principalmente en su programa de reivindicaciones. Finalmente, intentaremos dar cuenta del repertorio de acciones colectivas llevadas a cabo por la organización en estos 14 años, a través de fuentes secundarias como artículos periodísticos y registros audiovisuales. Analizaremos los contenidos discursivos de estos materiales para construir el lugar (espacio simbólico) que ocupan los campesinos originarios qom en la UCC y desde allí su despliegue en la lucha etnopolítica. Particularmente, haremos hincapié en la concepción sobre la “unidad” como rasgo característico de la identidad étnica y como estrategia política del movimiento. Por ser considerada una organización territorial, en este capítulo resulta difícil e imprudente abocarnos sólo a los campesinos originarios qom de Pampa del Indio, ya que las actividades y movilizaciones se realizaron siempre de manera conjunta con otras regiones e integrantes (wichis y criollos). Sin embargo, desde sus inicios, Pampa del Indio fue foco político, no sólo en cuanto a la masividad de sus participantes y luchas sino también el lugar desde el cual surgieron los principales dirigentes de la organización. En este sentido, el recorrido que realizamos contempla esas significancias dentro de los mismos repertorios de protesta que se describen.

1.- Una historia de luchas campesinas: las experiencias en Argentina y Paraguay En las últimas décadas del siglo XX, campesinos y pueblos originarios de América Latina han ocupado un espacio importante en la agenda política regional. Sobre todo en el despliegue de acciones colectivas cada vez más coordinadas y complejas con el propósito de defender la tierra y sus territorios. No obstante las diferencias, han enfrentado el poder esgrimido por los Estados, el capital y los modelos de desarrollo impuestos militar y legislativamente. Podemos nombrar experiencias como las que llevaron a cabo el Movimiento de los Sin Tierra en Brasil; la rebelión de los indígenas en Chiapas; los levantamientos de los campesinos indígenas ecuatorianos y bolivianos; las demandas de reforma agraria y la oposición a las políticas neoliberales del campesinado paraguayo; como así también la presencia internacional de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) y de la Vía Campesina (Giarraca, 2012). 32

Desde las décadas del setenta y ochenta, pueblos originarios, campesinos, pequeños y medianos agricultores y ganaderos, trabajadores rurales y trabajadores sin tierra, con tozudez y determinación, ensayan nuevas formas de organizarse. En un medio muy hostil, lo hacen desde abajo, desde el tejido social primario, desde los vecindarios, desde las proximidades, construyendo ONG´s, organizaciones rurales o barriales, clubes, clínicas populares, cooperativas y grupos religiosos. A diferencia de épocas anteriores, no sólo se encuentra la reivindicación del acceso a la tierra y al trabajo como eje principal, sino también reclaman, como productores, el acceso al sistema crediticio, a los canales de comercialización, a la infraestructura tecnológica. Como ciudadanos, el acceso a la educación, a la atención de la salud, a la vivienda, al derecho a la protesta, a la participación política. En este contexto, hace más de 20 años que Federación Nacional Campesina (FNC) de Paraguay despliega acciones colectivas en beneficio de pequeños y medianos campesinos. Sus experiencias y estilo de organización y trabajo, influyeron en nuestro país de manera directa en la formación de la Unión Campesina de Chaco, y posteriormente en la consolidación Federación Nacional Campesina (FNC) de Argentina. Se estima que en Paraguay, el 1% de los propietarios rurales concentra el 89% de la tierra, y el 80% de los campesinos disponen del 6% de las tierras en explotación. En este sentido, se calcula que 400.000 campesinos no poseen tierra y algo más de 100.000 trabajan en parcelas de 5 hectáreas, sin papeles ni títulos de propiedad. Otros 20.000 ocupan extensiones inferiores a una hectárea. En el otro extremo, 3.000 terratenientes poseen 20 millones de hectáreas.29 Aunque la Federación Nacional Campesina de Paraguay tiene su fecha de inicio en los años noventa, los registros de organización del campesinado paraguayo son anteriores. Al igual que en Argentina, durante la década de 1960, se crearon las Ligas Agrarias con un fuerte apoyo de campesinos y una gran influencia de sectores de la Iglesia Católica luego del Concilio Vaticano II, que impulsó a los sectores más progresistas de la iglesia a hacer una “opción por los pobres” y a vivir su compromiso cristiano en profundidad, muchas veces conviviendo y trabajando con los campesinos. Las Ligas se caracterizaron por su apuesta a la educación campesina -influenciada por Paulo Freire- y por la resistencia y la unidad campesina frente al cercamiento latifundista de sus campos. Analizaban las injusticias, buscaban las causas en el egoísmo individual, utilizaban pasajes bíblicos para buscar en un cristianismo renovado los caminos de la caridad cristiana y proponían respuestas que pasaban generalmente por organizarse para emprender acciones de carácter defensivo. A nivel organizativo, tenían una concepción “basista” (todo a las bases) y no contaban con dirigentes permanentes (Piñeiro, 2004). El distanciamiento de la iglesia de la Teología de la Liberación y posteriormente del movimiento liguista, facilitó la represión desatada por el régimen dictatorial stronista en 1976, que apresó, torturó, asesinó y desapareció a sus principales dirigentes. Sin embargo, la tarea realizada por la Iglesia, el surgimiento de ONG´s, de nuevas organizaciones campesinas y de participación de militantes de las ex – ligas, dio inicio a un proceso de formación de organizaciones que fueron primero de carácter local y luego regional, para finalmente reconstituirse en la década del 80´como organizaciones de carácter nacional. Entre ellos, la formación de la Coordinadora Nacional de Productores Agrícolas (CONAPA), como instancia de reagrupación sectorial que sentó las beses para el surgimiento de la Federación Nacional Campesina de Paraguay (FNC) en 1989. Las primeras marchas campesinas de la FNC de Paraguay, desde 1994 hasta 1997, se caracterizaron por reivindicaciones de carácter sectorial: créditos y subsidios para la producción, asistencia técnica, tierras y desarrollo de los asentamientos, incluyendo acceso a salud y educación. En 1998, la FNC decidió integrarse al Movimiento Popular Revolucionario Paraguay Pyahurâ, con el objetivo de unirse con otros sectores para “combatir las privatizaciones y frenar a los monopolios extranjeros”(Delgado, 2012:22). Esta decisión se visualizó en el cambio programático y reivindicativo de la organización, ya que se profundizó su propuesta y enfoque, proponiendo cambios en la 29

Web oficial FNC: http://fncparaguay.blogspot.com.ar/

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política económica y de carácter estructural, como la Reforma Agraria. En lo políticoideológico, la FNC y sus aliados, pasaron a declararse marxistas-leninistas30. Algo muy similar ocurrió con la Unión Campesina en el caso Argentino, que analizaremos a continuación, en donde integrantes del movimiento pertenecen al Partido Comunista Revolucionario. Otras similitudes refieren a las formas de funcionamiento del movimiento. Desde sus inicios, la FNC se caracterizó por el despliegue de una serie de instancias democráticas de base que luego son avaladas por los afiliados en asambleas en las que también participan los dirigentes. A su vez, poseen un estatuto y un funcionamiento orgánico legitimados por dichas asambleas. Según Piñero (2004), en todos los órganos de Dirección de la FNC, las resoluciones se toman por consenso, pero si este no se logra, las minorías deben acatar las decisiones mayoritarias. Igualmente, estas situaciones han sido poco frecuentes, ya que las decisiones cuando se adoptan, han sido ampliamente discutidas en los Comités de Base y en las diferentes instancias. En este sentido, la FNC se diferencia de las estructuras tradicionales de los partidos políticos que aspiran acceder al gobierno paraguayo, e incluso sus posicionamientos electorales han variado según los intereses sectoriales. Según sus documentos oficiales31, la lucha por la tierra, por el desarrollo nacional y la soberanía constituyen sus pilares de acción. A lo largo de todos estos años, la organización ha conseguido recuperar 200.000 hectáreas de tierra, a través de la ocupación de latifundios, que en la actualidad se traducen en 40 asentamientos donde producen las familias campesinas. El alcance territorial de la FNC de Paraguay contabiliza once regiones, incluyendo los territorios ocupados y asentamientos. Su empadronamiento registra unas 14.000 familias que involucran alrededor de 60.000 paraguayos. Según Víctor Delgado, autor del libro sobre la FNC titulado Ñandekuéra (“todos nosotros” en guaraní), tanto el crecimiento de sus filas como el carácter certero de sus pasos guardan estrecha relación con el método y estilo de trabajo democrático y participativo. Por último, un rasgo importante en lo que refiere a la identidad del movimiento campesino, y que se asemeja nuevamente con el caso de la Unión Campesina de Chaco, es que la mayoría de sus integrantes pertenecen o tienen descendencia con el pueblo guaraní y que tiene su mayor expresión en el idioma. Para Piñeiro (2004), en el caso de Paraguay, la lengua guaraní es la descendencia originaria que refuerza la identidad campesina. Por supuesto, no son los únicos que hablan esa lengua, pero son los que más la hablan; es su lengua materna, y el castellano es la lengua exterior, la de la escuela. El 40% de la población paraguaya sólo habla guaraní, mientras que sólo el 6% habla castellano, y un 49% los dos idiomas.

1.1.- Del Paraguay al Chaco argentino En Argentina, Rafael Gigli32, dirigente del PCR de Chaco y posteriormente integrante del Comité Central del PCR, fue quien trajo las experiencias del campo paraguayo y contribuyó ideológica y políticamente a la conformación de la Unión Campesina de Chaco (UCC). No sólo se utilizaron las experiencias del campesinado paraguayo como farol de organización y acción, sino que se estableció una relación política de hermandad entre ambos movimientos que se expresa en el contacto y la solidaridad constante. Pese a que la UCC y la FNC de Chaco pueden ser consideradas organizaciones “hijas” de la experiencia paraguaya, existen antecedentes nacionales que también se asemejan a los paraguayos y que forman parte del repertorio de 30

Esta decisión dio motivos de ruptura con organizaciones campesinas que integraban la FNC y que tenían tendencias troskistas. 31 Web oficial FNC: http://fncparaguay.blogspot.com.ar/ 32 Comenzó su militancia política en los 70´ en el Movimiento Estudiantil Nacional de Acción Popular (MENAP), y dirigió el levantamiento estudiantil popularmente conocido como el “Correntinazo”, en la presidencia de la Federación Universitaria del Nordeste (FUNE). Luego de su encarcelación en los años de la dictadura, ayudó a formar en los 90, la lista Chacareros Federados dentro de la Federación Agraria Argentina y el Movimiento de Mujeres en Lucha, junto a su compañera María Conti. En 2003 ayudaron a la conformación de la UCC. Ambos fallecieron en un accidente en 2007.

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acciones colectivas históricas llevadas a cabo por el movimiento campesino. En nuestro caso de los campesinos originarios qom, a la resistencia étnica desplegada en la formación social de fronteras –que analizamos en el capítulo uno-, se suman las experiencias del campesinado paraguayo y de las ligas argentinas como antecedentes de lucha campesina. Las Ligas agrarias argentinas se desplegaron en la zona del nordeste durante las décadas del 60 y 70. Fueron grupos de productores rurales medios y pobres que, bajo la marginalidad del modelo de desarrollo dominante de la época, se organizaron en las distintas provincias del nordeste argentino e irrumpieron en la arena de la lucha política de los años setenta hasta la dictadura de 1976. Al igual que la experiencia paraguaya, uno de sus antecedentes fue el Movimiento Rural de la Acción Católica fundado en 1958, que comenzó como una misión exclusivamente evangelizadora y que luego se convirtió en una acción reivindicativa al compás de la emergencia de procesos e ideas de rebelión social. Las bases del Movimiento Rural y la mayor parte de los diferentes sujetos del campo que se fueron integrando a las Ligas, fueron adoptando gradualmente una posición cada vez más radicalizada desde el punto de vista social y político, siendo las tareas de concientización para llevar adelante un proceso de cambio social las premisas básicas de este sector. (Ferrara, 1973). Esta postura, produjo el distanciamiento de la iglesia a mediados de 1972, pero para este momento, las Ligas ya trabajaban con plena independencia del propio Movimiento Rural. Las organizaciones a nivel provincial tuvieron características diferenciales, siendo, sin lugar a dudas, las Ligas Agrarias Chaqueñas (LACH) - las primeras en fundarse -, y el Movimiento Agrario Misionero (MAM), las organizaciones más importantes en cantidad de militantes y en acciones de reivindicación y protesta. La Unión de Ligas Campesinas Formoseñas (ULICAF) y las Ligas Agrarias Correntinas (LAC) tuvieron también un desarrollo destacado con la particularidad de nuclear a productores, más cercanos a la caracterización más tradicional de “campesinos”, en donde el problema del acceso a la tierra adquiría una dimensión mucho más importante. En este sentido, un acontecimiento sin duda fundacional de estos movimientos agrarios fue el Primer Cabildo Abierto del Agro Chaqueño celebrado en noviembre de 1970 en la localidad de Saenz Peña, en el cual, entre las resoluciones adoptadas sobresalían la fijación de un precio mínimo, sostén y móvil para el algodón. Las reivindicaciones de las Ligas, se orientaban fundamentalmente a cuestiones económicas ligadas a la supervivencia de los campesinos como productores agrarios 33 por medio de las cuales se fue configurando un discurso antimonopólico y antimperialista. Para fines de 1972 los reclamos y las acciones se radicalizaron, multiplicándose las medidas de acción directa como el corte de rutas o su bloqueo con clavos “miguelitos” además de la profundización de los paros y huelgas agrarias. Como destaca Ferrara (1973) las Ligas fueron un movimiento social con una fuerte homogeneidad ideológica y de acción. Por supuesto, el contexto “revolucionario” de los años setenta marcó fuertemente a estos movimientos agrarios y su accionar y su discurso se radicalizó en muchas ocasiones. Este repertorio de protestas argentinas recorrido hasta aquí, se convirtió en algo muy distinto luego de los oscuros años de la dictadura de 1976. Según Norma Giarraca (2003), durante la década que va de 1991 a 2001, la mayoría de las regiones de la Argentina registró una fuerte expansión de la conflictividad social pero lo particular fue el tipo de reclamo que la caracterizó; el abanico de demandas ya no presentaban reivindicaciones de carácter estructural ni revolucionario, sino que estaban orientadas a preservar derechos sociales adquiridos durante el siglo XX (condiciones de trabajo, salarios dignos, educación pública, entre otras), preservar pequeños patrimonios familiares (los casos de pequeños y medianos 33

En el art. 5 del Estatuto de las Ligas Agrarias Chaqueñas (1971) se puede leer: “Constituir las ligas agrarias como instrumentos de control y de defensa de los intereses económicos y sociales de los agricultores, principalmente del sector más necesitado”. Igualmente es importante mencionar, que las LACH usan indistintamente el término campesino o pequeño-mediano productor para caracterizarse a si mismos. El concepto campesino, no fue usado en tanto definición de una fuerte “conciencia de clase”, sino más bien como definición de una particular actividad económica ligada a la producción del campo.

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empresarios agrarios o industriales amenazados por las deudas, como el Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha), demandar un ingreso mínimo frente a la pérdida del trabajo remunerado (la lucha de los desocupados), etcétera. En general, eran protestas de “defensa” y “preservación” frente al avance de las políticas “expropiatorias” del neoliberalismo, y en muy pocas ocasiones estas acciones colectivas estuvieron relacionadas con la expansión de nuevos derechos o con la conquista de nuevos espacios políticos o ciudadanos. Las imágenes agrarias de pequeños y medianos productores arrinconados, campesinos expulsados por nuevos inversores, trabajadores rurales y semi-urbanos de pequeños poblados desocupados, coexistían con los problemas derivados del cambio de funciones del Estado nacional y el traspaso de la educación, la salud, entre otros, a la responsabilidad provincial o municipal. En efecto, los problemas de la educación pública, los bajos salarios pagados a los maestros, el deterioro de los presupuestos para la salud y el mantenimiento de las infraestructuras de caminos y puentes se agravaron, y llevaron a los poblados y pequeñas ciudades del interior a situaciones desconocidas por las actuales generaciones (Giarraca 2003). A los reclamos históricos de un “interior” postergado en la etapa “modernizadora” se sumaban las nuevas demandas originadas por la aplicación de las políticas neoliberales que restringían y anulaban derechos sociales de la población. Es decir, las protestas se originaron por la pérdida de derechos sociales activadas por las políticas de corte neoliberal (op. cit., p19). En resumen, en los comienzos de los ’70 aparecieron organizaciones al margen de la Federación Agraria que incluían el tema de la tierra, entre ellas, las Ligas Agrarias que analizamos anteriormente. Después de la larga noche de la dictadura, en los ’90 y más precisamente con la expansión de la frontera agraria sojera, muchos pequeños agricultores y campesinos, comenzaron a tomar contacto con sus pares de América latina, a conocer las experiencias, como el caso Paraguayo. Según la autora, nada pudo anticipar que en los años del menemismo, los miles de pequeños productores que perdieron su condición de tales (la gran mayoría del 25 por ciento de unidades desaparecidas entre el censo de 1988 y el de 2002), no se convirtieron en pequeños capitalistas ni en mano de obra, como indicaba la teoría. Mayoritariamente fueron a parar a las filas de la gran masa de desocupados que bregaba por un plan social por todo el noroeste. Pero hubo “otros” que permanecieron y permanecen; son los que decidieron no abandonar la tierra, organizarse y luchar en todos los niveles contra los nuevos y prepotentes inversores sojeros, el agronegocio en general, los negocios inmobiliarios y ahora los que saquean la tierra y el agua para la actividad minera. Volvieron a la producción de alimentos y se prepararon para producciones de mercado agregando etapas de pequeñas industrializaciones o comercialización. Desde los noventa hasta la actualidad, las organizaciones campesinas e indígenas aumentan, se articulan y forman “movimientos” y “federaciones”. Buscan preservar sus territorios, decidir sobre sus propias producciones. A veces lo logran, otras no; tienen que dejar la tierra para lidiar con los juicios, o simplemente porque el Estado no suministra recursos básicos para su permanencia en el campo. Pero lo más importante es que se sienten campesinos y recuerdan el 17 de abril, fecha que rememora el Día Internacional de la Lucha Campesina porque en la localidad de Dorado Das Carajás en Brasil, en 1996 los campesinos por reclamar sus tierras fueron masacrados en una situación aún sin resolver en términos judiciales.34

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Giarraca, Norma. Nota realizada a propósito del Día Internacional de la Lucha Campesina. Periódico Página 12. Abril, 2011

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2.- Impulsar un estilo de trabajo y una política basada en la unidad 2.1.- El Partido Comunista Revolucionario (PCR) y la Unión Campesina de Chaco (UCC) Recorriendo la historia de lucha de las Ligas Agrarias Argentinas y sus reivindicaciones de Reforma Agraria y, sumando las experiencias de organización del campesinado paraguayo con estructuras fuertemente participativas, llegamos a configurar nuestro telón de fondo para presentar a la Unión Campesina de Chaco que, como ya se dijo, nació en 2003, con el propósito de organizar a los campesinos pobres de la Provincia. Nos interesa en principio, analizar el sustrato político-ideológico que presenta la UCC en relación al partido de izquierda PCR (Partido Comunista Revolucionario). Como mencionamos en el capítulo primero, al igual que la experiencia del campesinado paraguayo, la Unión Campesina mantiene desde su surgimiento una estrecha relación política con un partido de izquierda. El PCR fue fundado en 1968, luego de una ruptura con el tradicional Partido Comunista de Argentina. Su teoría de acción política se basa en el marxismo-leninismo-maoísmo y, como su nombre lo indica, plantea la revolución nacional y social como herramienta para resolver los problemas sociales y económicos estructurales que imponen la dependencia a los imperialismos y el latifundio. En este sentido, el partido es pensando como vanguardia política y organizativa en términos leninistas y su foco se ubica en la importancia del movimiento obrero en la lucha revolucionaria, por ser la clase más oprimida y la célula de funcionamiento del sistema capitalista. (V. Lenin, 1902) 35. Influenciado también por los hechos acontecidos en la Revolución China y por el pensamiento de Mao Tse Tung, la dirección como vanguardia, se sostiene a partir de la práctica política de trabajo denominada “línea de masas”: “En todo el trabajo práctico de nuestro Partido, toda dirección justa es necesariamente ‘de las masas, a las masas’. Esto significa: recoger las ideas (dispersas y no sistemáticas) de las masas y resumirlas (transformarlas en ideas sintetizadas y sistematizarlas mediante el estudio) para luego llevarlas a las masas, propagarlas y explicarlas, de modo que las masas se apropien de ellas, perseveren en ellas y las traduzcan en acción; al mismo tiempo, comprobar en la acción la justeza de esas ideas; luego, volver a resumir las ideas de las masas y llevarlas a las masas para que perseveren en ellas. Esto se repite infinitamente, y las ideas se tornan cada vez más justas, más vivas y más ricas de contenido. Tal es la teoría marxista del conocimiento” (Mao Tse Tung, 1972). La teoría del conocimiento es la que se impulsa como herramienta para la acción, valorizando los procesos de democratización y participación política e ideológica de los diferentes sectores sobre los que se trabaja. De aquí, se comprende la importancia asignada a los cuerpos de delegados y asambleas como espacios de circulación de debates y decisiones. A un año de su creación, en 1969 el PCR fue protagonista en Córdoba (dirigiendo el gremio de Smata Córdoba36), de los hechos popularmente recordados como el “Cordobazo” 37. La organización sostuvo que estos hechos fueron “un gigantesco ensayo revolucionario de las masas que introdujo un cambio de calidad en la lucha obrera y popular de nuestro país”38. Desde allí, su referencia y participación en los levantamientos masivos estudiantiles, de trabajadores y desocupados, conocidos popularmente como el Correntinazo (1968), el Rosariazo (1969), el Tucumanazo (1970) y el Argentinazo (2001), que significaron en cada 35

Programa del Partido Comunista Revolucionario. Publicado en http://www.pcr.org.ar/. René Salamanca, quien dirigía el gremio y era miembro del PCR, fue detenido y desaparecido el 24 de marzo de 1976. 37 El Cordobazo es recordado como uno de los mayores levantamientos populares de Argentina. Particularmente su importancia se debe a la confluencia histórica de obreros y estudiantes y porque significo el derrocamiento de la dictadura de J.C. Onganía. 38 Programa del Partido Comunista Revolucionario. Publicado en http://www.pcr.org.ar/. 36

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momento, cambios profundos en la política y transformaron los movimientos sociales en Argentina, particularmente en sus reivindicaciones y repertorios de acción colectiva. Desde su incorporación al maoísmo, el estilo de trabajo del partido estuvo caracterizado por la política de “frente único”, la cual se sostiene sobre estrategias de unidad programática en los diferentes sectores y justifica, en términos ideológicos, el surgimiento de la UCC como organización específica de campesinos pobres: “Partiendo del carácter de la revolución en la Argentina 39, y de la correlación de fuerzas real, nuestro Partido elaboró y practicó políticas de Frente único atendiendo a la actitud política de las distintas clases y sectores ante los enemigos en cada momento. El campo popular es heterogéneo. La lucha del proletariado y su partido por su unidad es decisiva para el avance del accionar revolucionario de las masas. Para practicar una correcta política de frente único, de unidad y lucha y lucha por la unidad, debemos ubicar correctamente el momento político, estableciendo una clara línea divisoria entre quiénes son los amigos y quiénes son los enemigos y a quién va dirigido el golpe principal.”40. Estas características tienen referencia no sólo en las posiciones históricas que fue tomando el partido, como por ejemplo la unión con diferentes sectores que se oponían a la dictadura entre 1976 y 1982, o las distintas confluencias electorales, como la que se expresa actualmente en la lista “Unión Popular”41, sino también en impulsar movimientos sociales que expresen la “línea de masas” y la unidad dentro de los distintos sectores: tal el caso de la Unión Campesina. En este camino, el PCR es precursor de diversas organizaciones además de la UCC, como la Corriente Clasista y Combativa (CCC) en el sector de ocupados y desocupados; la organización Originarios en Lucha en el caso de originarios que fueron expulsados del campo y habitan en las ciudades; el movimiento de Mujeres en Lucha (MML) en la provincia de Santa Fe, que nuclea a medianas productoras que se organizaron en defensa de sus campos contra los remates de los 90´; la lista “Chacareros Federados” dentro de la Federación Agraria Argentina; a nivel estudiantil, la Corriente Estudiantil Popular Antiimperialista (CEPA) que integra la FUA (Federación Universitaria Argentina) y el MUS (Movimiento de Estudiantes Secundarios), entre otros. Desde sus inicios, cada uno de estos movimientos, y particularmente la UCC, fueron pensados como espacios democráticos (impulsando la “línea de masas”) con demandas sectoriales y conformando los llamados “frentes únicos”. Algunos de sus integrantes pertenecen al PCR, pero su funcionamiento orgánico y económico es totalmente independiente. En este sentido, la relación que mantienen los integrantes del PCR con quienes integran la UCC es la de direccionar las posiciones políticas y la acción colectiva, impulsando la unidad programática y los objetivos comunes, siempre bajo espacios democráticos de decisión y debate, manteniendo la autonomía e independencia política y económica para con el partido. Este estilo de trabajo ha contribuido a sostener movimientos con posicionamientos políticos propios, amplios en cuanto a debate de ideas, de desarrollo político-ideológico específico en relación al trabajo sectorial y principalmente de unidad con los otros sectores, del que es ejemplo la Unión Campesina de Chaco.

2.2.- La necesidad de una herramienta específica para los campesinos pobres La UCC forma parte de aquellas organizaciones surgidas en la “década en movimiento” (Madonesi y Reblón, 2011) -iniciada luego del 2001- que se caracterizaron por transgredir los marcos políticos tradicionales con nuevos repertorios de acción colectiva, como los piquetes, las asambleas y los cuerpos de delegados. Hacia el interior de la misma, se despliegan 39

El PCR sostiene que las características de la revolución en Argentina es de una revolución democrática-popular, agraria y antiimperialista, en marcha ininterrumpida hacia el socialismo. Ver Programa del PCR http://www.pcr.org.ar/. 40 Programa del Partido Comunista Revolucionario. Publicado en http://www.pcr.org.ar/. 41 En la que participan diversas organizaciones bajo un Programa Político que propone al dirigente gremial y social Víctor de Gennaro como candidato a Presidente de la Nación para las elecciones de octubre de 2015.

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mecanismos democráticos de participación que generan continuidades y transformaciones en la manera en que los campesinos pobres experiencian y asignan un sentido a la lucha por sus derechos y el vivir en comunidad, lo que genera, hacia afuera, su posición como interlocutora válida para efectuar las demandas hacia el Estado. La UCC de destacó siempre por su particular forma de organizarse, a través del ejercicio de la democracia directa en los cuerpos de delegados y asambleas y en la direccionalidad política de sus reclamos hacia los gobiernos locales y nacionales. Particularmente, se trabaja en torno a proyectos comunitarios y cooperativas, donde se debaten problemas cotidianos referidos a la salud, educación, producción, entre otros. Luego, se planifican colectivamente las acciones que se llevarán a cabo mediante “planes de lucha”. Finalmente, en caso de ser beneficiaria de algún recurso, como la construcción de viviendas o bolsones de alimentos, estos son distribuidos colectivamente dentro de los espacios asamblearios. Como organización social y política, la UCC desarrolla una visión crítica de la realidad destinada a desarticular la política tradicional de asistencialismo y clientelismo en sectores postergados. Esto no sólo hace más compleja la cooptación de sus miembros por los diferentes partidos políticos tradicionales, sino que también brinda un espacio de formación política constante. El inicio del movimiento, fue producto de un debate dentro del PCR sobre la necesidad de contar con una organización que sea una herramienta de lucha y que exprese las necesidades de los campesinos más pobres de la Argentina. La necesidad de un espacio específico, se venía expresando en las filas del movimiento de ocupados y desocupados, la Corriente Clasista y Combativa (CCC), ya que dentro de la heterogeneidad de sus integrantes había muchos que pertenecían a pueblos originarios y habitaban en zonas rurales con una reivindicación particular: reclamaban la tierra para producir y poder vivir allí, al igual que sus antepasados42. La primera “Marcha del Impenetrable”, organizada en octubre de 2002 dio cuenta de esta “variedad” de reivindicaciones bajo la consigna “Los pueblos originarios estamos en pie de lucha junto a todos los sectores populares, para recuperar lo que nos quitaron durante estos 510 años”43. Un protagonista de aquellos acontecimientos relataba: “La idea surgió de una reunión que hubo entre cada delegado de cada localidad de la provincia. Nos tiró una idea para el 11 de octubre de hacer una marcha, una movilización, una protesta… menos una fiesta (…). Se hizo una reunión, luego otra reunión, hasta que fue tomando fuerza esto (…). Y ahí nos encontramos con los hermanos de lejos, y nos abrazamos como nunca”.44 Durante días, cientos de personas marcharon a pie desde distintos puntos del interior provincial hasta Resistencia. La columna más numerosa partió de Pampa del Indio, otra lo hizo desde Castelli y un tercer grupo de Las Palmas y La Leonesa. Las tres columnas, que sumaban entre 1500 y 2000 personas, confluyeron en las afueras de Resistencia el 11 de octubre, considerado el último día de libertad de los pueblos originarios. Desde allí, marcharon juntas hasta la plaza principal de la capital para realizar un acto y entregar un petitorio a las autoridades. El mismo, contemplaba los siguientes puntos: Tierras; entrega inmediata de las tierras por reparación histórica a todas las comunidades aborígenes de Chaco. Producción; entrega de semillas, plan de arada, herramientas, maquinarias y animales de tiro. Trabajo; permanente en la chacra, fábricas que industrialicen la producción primaria. Planes de trabajo; reincorporación de los planes jefes/as de hogar y ampliaciones de los mismos. Vivienda; reclamaban la construcción de viviendas rurales y urbanas “respetando las costumbres de la vida aborigen”. Comedores; mantenimiento de los comedores escolares y ampliación del presupuesto. Puesta en marcha del aserradero de Colonia Aborigen. Cementerio aborigen de 42

Bajo reivindicaciones específicas de originarios que se vieron obligados a emigrar a las grandes ciudades, surgió luego la organización nacional “Originarios en Lucha”. 43 Diario Norte, 4/10/2002 44 Testimonio de integrante de la comunidad qom registrado en el video sobre la marcha, titulado SAPIOQTAÑI (vamos caminando). Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=RslHSokbq7Q.

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la Leonesa y Las Palmas, inmediato retiro de los alambrados que realizaron particulares. Cargos de maestros bilingües interculturales para incorporar a los aborígenes especializados. Artesanías; centro comercializador manejado por los propios artesanos. Parar la ola represiva, de torturas y discriminación hacia las comunidades. El petitorio terminaba con la exigencia de que se termine con las promesas, las meras “palabras” y dar respuesta a los reclamos.45 El dirigente indígena de Pampa del Indio, Mártires López, que luego se convertiría en el presidente de la UCC (ver capítulo 3), declaraba a la prensa el día del acto en Resistencia: “No tenemos organizaciones que nos representen. El Instituto del Aborigen Chaqueño y el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas no nos representan. Son instrumentos políticos. Por eso nos adherimos a la CCC, que se acercó a nosotros, que nos escucha, que nos acompaña en nuestro reclamo. Todos hablan de los derechos del aborigen, pero acá no veo a ningún diputado, a ningún político, sólo los compañeros de la CCC.”46 Esta movilización significó un gran avance político. Más allá de los logros económicos -planes de Jefes y Jefas de Hogar y bolsones de alimentos que fueron negociados con el ejecutivo provincial-, por primera vez confluían comunidades de distintas localidades con reivindicaciones propias, que habían sido parte de la convocatoria y la organización, participando en los cuerpos de delegados y asambleas multitudinarias. Este proceso abrió camino a la necesidad de un nuevo espacio político donde confluyan experiencias y reivindicaciones particulares en un trabajo de crecimiento y aprendizaje conjunto. El abordaje específico democratizaba los debates, abría las puertas para acceder a la complejidad de problemas del día a día de los miles de originarios que no querían dejar de ser campesinos y emigrar del campo. En este sentido, organizar lo particular era proporcional a conocer y adentrarse en la realidad de miles de originarios que tenían en común su resistencia a abandonar el campo, y que en ese camino, podían unirse con otros sectores. Estos debates son los que dieron lugar a la conformación de la UCC en 2003. Un año después, se consolidó orgánicamente como organización y por necesidad de personería jurídica para incluirse en un Plan Nacional de Desarrollo local y Economía Social (“Manos a la obra”). En una asamblea en la zona de “Campo Medina” (localidad de Pampa del Indio), más de 400 personas de distintas zonas del interior provincial y con predominancia de población qom, eligieron una Comisión Directiva encabezada por Mártires López (dirigente qom de Pampa del Indio), un cuerpo de delegados por paraje estableciéndose así puntos programáticos de la organización.

2.3.- Un solo programa político para la lucha de muchas necesidades Desde 2003, la Unión Campesina posee un programa político con reivindicaciones específicas para los campesinos pobres. Los puntos programáticos resurgen en cada debate, asamblea, movilización y protesta, ya que son considerados como el eje vertebrador que posibilita y hace posible la “unidad”, entendida como asociación de iguales y como herramienta activa que se construye y habilita la lucha por derechos. El programa describe: “La organización Unión Campesina nace para unir, agrupar, organizar y defender los derechos de los campesinos pobres, de los que con sus propias manos y las de sus familias trabajan la tierra, en especial de las comunidades de los pueblos originarios. Para organizar también a los que fueron expulsados del campo por falta de tierra, de semillas, de precio y de trabajo, son los sin tierra, que hoy viven en las orillas de los pueblos y ciudades del Chaco y de las otras provincias argentinas. Para luchar: 45

Diario Norte, 12/10/2002 y 7/11/2002 y video sobre la marcha, titulado SAPIOQTAÑI (vamos caminando). Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=RslHSokbq7Q. 46 Diario Norte, 11/10/2002

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1.- Por la recuperación de las tierras de los aborígenes como reparación histórica. 2.-Por una profunda e integral Reforma Agraria para que la tierra sea del que la trabaja y quiera trabajarla, ampliando los campos chicos y consiguiendo tierra para los jóvenes y los sin tierra. 3.- Para que florezcan miles de chacras y se termine con los latifundios de los terratenientes. 4.- Para que el aumento del trabajo en el campo haga necesarias más fábricas de herramientas agrícolas, desmontadoras e hilanderías y tejedurías, crezca el comercio, la construcción y el trabajo para obreros, maestros y profesionales en los pueblos y ciudades de las zonas rurales. 5.- Para recuperar y ampliar la histórica producción algodonera chaqueña con el aporte de miles de campesinos que hoy están parados y en la miseria. 6.- Para lograr los medios para producir como las semillas, semilleros, herramientas, equipos y animales y la comercialización de productos con precios compensatorios. 7.- Por el derecho a la salud, la vivienda, la educación popular y bilingüe intercultural y el desarrollo y la defensa de nuestra cultura. 8.- Por el derecho de los campesinos a organizarnos con autonomía en relación con el estado. 9.- Por la igualdad de derechos de la mujer 10.-Por oportunidad y apoyo para los jóvenes 11.- Por jubilación para los campesinos pobres y justicia y protección para nuestros ancianos. 12.- Por la unidad y solidaridad con las organizaciones campesinas hermanas del Chaco, nacionales e internacionales. 13.- Por la unidad de la lucha campesina, obrera, estudiantil y popular para lograr una Argentina independiente de toda potencia extranjera, libre de todo vendepatria y de todo terrateniente que siempre se enriquecieron a costillas de nuestro pueblo. 14.- Para lograr un gobierno de unidad patriótica y popular con democracia grande para que el pueblo pueda resolver sus necesidades fundamentales. 15.- La organización resolverá democráticamente todas las decisiones con la participación de sus asociados y en particular qué producir, como producir y como distribuir lo que se produce, en las distintas formas en que esto se resuelva, individual o comunitariamente.”47 En primer lugar, el programa político de la Unión Campesina es, en principio, una propuesta de lucha; un llamado a la acción y a la organización colectiva. En segundo lugar, las consignas de reclamo por la tierra suponen la presencia de varios actores: los originarios, que reclaman la tierra como resarcimiento histórico y como espacio simbólico y cosmológico; aquellos quienes trabajan la tierra o quieran trabajarla; los jóvenes sin tierra y aquellos que fueron expulsados del campo. Por supuesto, estas características se combinan sin ser excluyentes de una u otra persona, pero evidencia el caleidoscopio de actores que luchan activamente por la tierra en la que viven y trabajan y que lo hacen a través de la UCC: originarios wichi, campesinos pobres qom y criollos, jóvenes sin tierra (que viven con sus familias hacinados en viviendas rurales), y los “sin tierra” que fueron expulsados y que hoy viven en las orillas de los pueblos y ciudades del Chaco y de las otras provincias argentinas. En la heterogeneidad de los miembros de la organización, la unidad no se expresa en intereses sectoriales de un sólo actor (como ser, los originarios, los campesinos o los criollos), sino bajo la consigna histórica “Nadie más se va del campo”, que se convirtió en la bandera de la organización y que refleja los procesos de descomposición del campesinado, que analizaremos más adelante. En tercer lugar, el programa político es una propuesta amplia, con perspectiva 47

Programa de la UCC disponible en http://www.argentina.indymedia.org/news/2003/08/128169.php

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de género e iniciativas para jóvenes y ancianos. En cuarto lugar, plantea una salida superadora a los intereses sectoriales e incluso agrarios, señalando al contexto socio económico urbano y las posibilidades de activación económica que se pueden generar a partir de su trabajo: “para que crezca el comercio, la construcción y el trabajo para obreros, maestros y profesionales en los pueblos y ciudades de las zonas rurales”. En quinto lugar, la unidad es también expresión de “fuerza” y solidaridad con otras organizaciones campesinas hermanas del Chaco, nacionales e internacionales que luchan y se movilizan bajo los mismos intereses. Y por último, más allá de las reivindicaciones paliativas para resolver los problemas urgentes de los pobres del campo, la UCC plantea consignas de cambios estructurales, como la profunda e integral Reforma Agraria, que se darían en el marco de un “gobierno de unidad patriótica y popular con democracia grande para que el pueblo pueda resolver sus necesidades fundamentales” y en el camino de terminar con los latifundios de los terratenientes y las potencias extranjeras, principal traba para el desarrollo rural. Esto significa, que con sustrato político ideológico en el Partido Comunista Revolucionario (PCR), la Unión Campesina plantea un camino la unidad de los sectores más pobres y populares (el “pueblo”48), bajo la dirección de la clase obrera y su partido de vanguardia (el PCR) para instaurar un gobierno de carácter socialista con amplia participación y democracia49 para resolver las necesidades fundamentales.

2.4.- De la “oscuridad” a primer eslabón de la cadena productiva En estos 11 años, la organización desplegó un importante repertorio de protestas y movilizaciones bajo estas consignas. En este contexto y con el objetivo de analizar cómo los campesinos originarios qom construyen una pertenencia en la UCC, recurrimos a registros periodísticos y materiales audiovisuales que den cuenta de las diferentes acciones colectivas que se llevaron a cabo. Estos registros deben ser entendidos como otra herramienta que utilizamos para construir nuestro objeto de análisis a través de los contenidos discursivos que pueden sobresalir en los distintos documentos. Serán complemento de la información que hemos recogido desde el año 2013 hasta la actualidad en las sucesivas entrevistas y observaciones participantes efectuadas para conocer los lazos de pertenencia que establecen los campesinos originarios qom con la UCC. Si hacemos foco en la teoría de Héctor Vázquez (2000), podríamos decir que si bien la lucha etnopolítica -dentro de los procesos étnicos identitarios- tiene como objetivo alcanzar los derechos históricos necesarios para la reproducción social de los pueblos, también se materializa en su incorporación a los nuevos escenarios políticos de interacción con otros sectores y en la utilización de los beneficios legales. En nuestro análisis, en la lucha por el reconocimiento y el aprovechamiento de los recursos jurídicos para habilitar la (re)producción social, cobra fuerza un componente identitario muy importante: la “unidad”. Los campesinos pobres originarios qom imprimen sentidos, imágenes, representaciones a las prácticas que realizan dentro del escenario político en el cual circulan. Allí, es el lugar donde unirse entre 48

La definición de “pueblo” para el PCR es entendida a partir de la contradicción fundamental de quienes son los amigos y “enemigos” de la revolución en Argentina: por un lado, el imperialismo, los terratenientes, la burguesía intermediaria y los reaccionarios que se subordinan a ellos; y, por otro lado, la clase obrera y demás asalariados, los semiproletarios, los campesinos pobres y medios, los pueblos originarios, la pequeñoburguesía, la mayoría de los estudiantes e intelectuales, los sectores patrióticos y democráticos de la burguesía urbana y rural. En relación con esto, se determina en cada momento táctico hacia donde se dirige el golpe principal, teniendo presente la disputa interimperialista por el control de la Argentina. A partir de haber determinado qué tipo de país es la Argentina, la contradicción fundamental a resolver y el carácter de la revolución es posible precisar cuáles son sus etapas y tareas, sus enemigos estratégicos, sus fuerzas motrices y su fuerza dirigente, su camino y su perspectiva. Ver más en: http://www.pcr.org.ar/nota/3-tipo-de-pa%C3%ADs-y-car%C3%A1cter-de-la-revoluci%C3%B3n 49 En su Programa, el PCR plantea la participación y la democracia desde el trabajo multisectorial, en donde cada sector social –entiéndase docentes, estudiantes, obreros, campesinos, etc- pueda expresar sus demandas más urgentes para contribuir en conjunto a resolverlas. http://www.pcr.org.ar/nota/3-tipo-de-pa%C3%ADs-ycar%C3%A1cter-de-la-revoluci%C3%B3n

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ellos y con otros, como elementos de cohesión interna y externa se vuelve clave para la lucha etnopolítica. Asimismo, el contexto de esas prácticas reivindicativas se caracteriza por la participación de diversos actores con especificidades propias, que lejos de homogeneizarse, se reagrupan, unen y cohesionan bajo un solo nombre: “Unión Campesina”. Teniendo en cuenta esto, en nuestro trabajo, la lucha etnopolítica se fue visibilizando a partir no sólo de la participación activa de los campesinos originarios qom en la UCC a través de sus históricos reclamos sino, también, el movimiento se hizo eco de los mismos, dándoles un espacio específico pero a la vez común con otros actores y otras demandas. Pasaremos entonces a registrar las estrategias desplegadas por la UCC y las diferentes modalidades de acción colectiva en relación a la lucha etnopolítica. En la búsqueda de materiales, intentamos realizar esta recopilación a partir de registros periodísticos de distribución masiva. Lamentablemente, evidenciamos el continuo silenciamiento mediático tanto nacional como provincial. Algunas expresiones de esto fueron la no publicación de eventos de envergadura en el interior de la provincia, como por ejemplo, la represión sucedida en Pampa del Indio en el mes de febrero de 2014 50. E incluso, en los eventuales artículos publicados, estos se destacaban por registrar acontecimientos ocurridos en la capital provincial (movilizaciones provinciales, acampes), y consideramos que eran motivo de publicación al ser “visibilizados” por cientos de personas, como las sucesivas y multitudinarias “Marcha del Impenetrable” o los acampes en la plaza principal de Resistencia. Contrariamente, numerosos portales web de periodismo independiente51, videos confeccionados por distintas agencias u organizaciones, y publicaciones del PCR en su Semanario Hoy, se destacan por ubicar en primera persona los reclamos, culpabilizando a terceros (justicia, gobierno, empresas) y en la mayoría de los casos aparecen discursos de dirigentes, delegados o integrantes como “fuentes”, brindando una voz activa dentro de la construcción de la noticia. 52 Nos proponemos, entonces, trabajar con estos recursos que nos acercaran a las acciones colectivas llevadas a cabo en estos años. Pese a que nuestro interés recae sobre la comunidad de Pampa del Indio, describiremos de manera general las jornadas de protesta que se fueron desarrollando en todo el territorio, intentando dar cuenta de la importancia de Pampa del Indio como foco político de la organización y de las principales luchas. Entendemos que no es posible analizar la zona de manera aislada, ya que sus principales dirigentes contribuyen al despliegue políticoterritorial de la organización en toda la provincia. En este camino, un video realizado por la Comisión de prensa del PCR53 con motivo del décimo aniversario de la organización, servirá como referencia de las jornadas más importantes para guiar este análisis. Como antecedente previo, nombraremos nuevamente la primer Marcha del Impenetrable, en octubre de 2002. Tanto los documentos de las distintas organizaciones que se convocaron como los materiales audiovisuales, son objeto de denuncia de la situación de extrema precariedad y pobreza en las que se encontraban las comunidades. En el video titulado “Sapioqtañi” (“vamos caminando” en idioma qom) Mártires López, uno de los principales organizadores del evento, relataba: “Venimos de la oscuridad, venimos del hambre y el dolor. Caminamos tres días para llegar acá. Venimos del fondo del monte, del pedazo de la tierra que no podemos sembrar, del Ingenio cerrado, de nuestro cementerio alambrado, venimos de trabajar de grandes campos ajenos, de tierras que eran de nuestros abuelos y que hoy con el hambre no podemos entrar a cazar, pescar o sacar leña, porque somos perseguidos a los tiros y reprimidos. Venimos por la falta de trabajo, del dolor de los hijos descalzos, de no poder mandarlos a la escuela y verlos 50

No pretendemos aquí profundizar en los motivos de ese silenciamiento, pero tampoco negamos los intereses políticos que subyacen al mismo, muchas veces ligados a los intereses de los gobiernos de turno. 51 Por citar algunos: Indymedia, www.plazademayo.com, Data Chaco, Chaco Día por Día, entre otros. 52 Por citar algunos ejemplos, titulares como “Chaco, Salvaje represión. El gobierno reprime a originarios” del portal web plazademayo.com (04/06/2014); o “Chaco: 36mil personas sufren la falta de agua, y el gobierno no hace nada”. De datachaco.com (08/06/2014). 53 Disponible en http://www.youtube.com/watch?v=Wf9cB5vxQHs

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morir, por no poder atender su salud. Queremos cambiar esta historia, donde los herederos de los poderosos sanguinarios, hoy oprimen al pueblo. Y estamos de pie, para que con la lucha unida de todo el pueblo podemos cambiar la historia y recuperar lo que nos robaron, porque es nuestro”.54 En el marco de ser un evento masivo e histórico, resulta interesante señalar en el relato de Mártires, las percepciones del espacio del cual provienen los originarios: vienen de la “oscuridad”, como lugar de ocultamiento, de lo desconocido; de la “barbarie”. Pero a su vez, este “lugar” parece adquirir otro significado a lo “no conocido”, la forma de ese ocultamiento parece relacionarse con la desposesión y persecución. Por lo tanto, “lo desconocido” es conocido por “alguien” que quita y persigue (en el relato, los “herederos…”). Es entonces, la denuncia y el reclamo direccionado a un responsable por la recuperación de lo desposeído o, aún, la recuperación de “lo robado”, para finalmente, “cambiar la historia”. Como mencionamos anteriormente, esta movilización puso en debate, en las filas de la CCC y del PCR, la necesidad de tener una herramienta organizacional que tome la especificidad de los campesinos originarios y criollos pobres del campo. Las luchas que se fueron sucediendo a partir de allí, bajo la modalidad de piquetes, movilizaciones y/o tomas de tierra, trajeron consigo causas judiciales y la llamada “criminalización de la protesta”, que afectó a dirigentes e integrantes de la organización. Esto también se convirtió en bandera de denuncia de la Unión Campesina como de organizaciones de derechos humanos 55 que se expresaron en portales web bajo consignas como “La protesta se convierte en delito” y tildaron estos hechos como de disciplinamiento social aplicado generalmente a sectores pobres y vulnerables y tendientes a acallar la protesta social y sostener el superávit y el discurso sobre derechos humanos56. Analizaremos este tema en profundidad en el apartado 2.8 de este capítulo. En estos once años, las movilizaciones por absoluciones en diferentes causas judiciales, la solidaridad con otras organizaciones, 57 e incluso, el reclamo de justicia luego de la dudosa muerte del dirigente de la organización, Mártires López, fue una consigna de denuncia constante. 58 Luego de la consolidación orgánica y jurídica de la Unión Campesina, se puso en marcha el plan nacional de Desarrollo local y economía regional “Manos a la obra”. En octubre de ese año, el movimiento recibió a la titular del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, Alicia Kirchner, en el paraje de Campo Medina en Pampa del Indio. En esa oportunidad, se realizó la entrega de 80 toneladas de semillas de algodón, herramientas y 15 mil litros de combustible para maquinaria agrícola, beneficiando alrededor de 850 familias del interior de toda la provincia. Lo más importante del evento fue que el financiamiento estatal permitiría volver a sembrar algodón en la zona de Pampa del Indio por primera vez en doce años59. Sin embargo, cuando las plantas comenzaron a brotar entre los cascotes de tierra, la sequía registrada durante esos cinco meses resultó ser la más dura de los últimos tres años. En aquella ocasión, pese a que se perdió el 50 por ciento del territorio sembrado que comprendía el proyecto, los productores lograron en 2004 una de las mejores cosechas de algodón del país, valuada en 1.500.000 pesos.

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https://www.youtube.com/watch?v=RslHSokbq7Q Como la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos – APDH- (Comunicado en: http://www.apdhargentina.org.ar/chaco20141106), y como el multiespacio Encuentro Memoria Verdad y Jusiticia de Chaco, representado por AEDD-Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos; CADEP-Coordinadora Antirrepresiva por los Derechos del Pueblo, CADHU-Centro de Abogados por los Derechos Humanos, CEPRODH-Centro de Profesionales por los Derechos Humanos y LIBERPUEBLO-Asociación por la Defensa de la Libertad y los Derechos del Pueblo (Comunicados en: http://encuentromvyj.org/2014/06/07/repudio-a-la-brutal-represion-en-chaco/) 56 Portal web Indymedia. Colectivo de DDHH. 01 de Junio de 2007 57 http://www.treslineas.com.ar/marcha-contra-criminalizacion-protesta-n-820787.html 58 http://wwwprotagonistascomar.blogspot.com.ar/2013/04/chaco-verdad-y-justicia-por-martires_8250.html http://liberpueblo.blogspot.com.ar/2013/04/en-la-sede-del-gremio-federacion-sitech.html 59 http://www.lanacion.com.ar/537653-semillas-y-herramientas-para-una-comunidad-toba-del-chaco / 21/10/2003 55

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Mientras tanto, un diario porteño publicó una nota sobre el acuerdo alcanzado relatando los hechos a partir del testimonio de una niña que iba a poder acceder a los útiles necesarios para asistir a la escuela: “cuando habla, tímida y haciendo gala de sus dientes rotos, su papá Ismael Cantero, la escucha en silencio. Sabe que por ahora no alcanzará para cumplir los sueños de sus cinco hijos, pero al menos ha vuelto a tener dinero en el bolsillo: 800 pesos que deberá estirar hasta el próximo febrero, cuando sus dos hectáreas de campo vuelvan a cubrirse de capullos blancos. Capullos que la industria textil transformará en metros de género, que luego tendrán forma de remeras, repasadores, cortinas y tantas cosas más”.60 En este relato, resaltan dos factores importantes. Por un lado, el trabajo como elemento dignificante y su producto, el ingreso económico, como gratificante y de expectativas hacia la mejora de las condiciones de existencia. Por otro lado, y lo más importante, la producción algodonera ubicaba a los campesinos originarios en la cadena productiva de la industria textil, ya que eran el primer eslabón que circulaba y llegaba desde una fábrica recuperada en Lanús, Provincia de Buenos Aires, hasta más de 300 tiendas de ropa en Italia a través de CTM-altromercato61. Esto significaba que parte del ocultamiento y la oscuridad de la cuál hablaba Mártires López en la protesta de 2005, se había convertido en un lugar de inclusión productiva, siendo participes de la división social del trabajo en el mercado de capitales. Podríamos pensar, que en contradicción con lo que ocurre en la actualidad, donde miles de originarios son expulsados del campo por falta de recursos e insumos para la producción, en aquel momento, se garantizaba su (re)producción como unidades campesinas y su tendencia hacia la transformación –dentro de los procesos de descomposición del campesinado- era permanecer dentro de los circuitos de trabajo rural en posible ascenso económico como pequeños o medianos productores, siempre y cuando la tierra disponible para cultivo no sea impedimento para la eficacia productiva.62 Sumado a esto, otro diario nacional relataba en septiembre de 2006 63 que la crisis económica se vivía de manera diferente en el interior del país, donde la modalidad de “cooperativas” permitía negociar a un precio justo la fibra de algodón frente a los organismos italianos (CTM Altromercato) y ubicaba a los campesinos originarios como “ejemplo” de organización voluntaria. Además, la nota particularmente otorgaba un rol protagónico a los originarios en la construcción de la noticia, brindándoles una voz activa: "Uno, cuando siembra el algodón y lo vende, recibe la plata y ahí termina, pero lo que hace CTM es pagar más la producción, entonces podemos ahorrar para comprar semillas y seguir produciendo. Hay un cambio: nosotros vivimos en el campo y cuando venía una lluvia nos desesperamos. Ahora hay confianza y seguridad, porque uno piensa en sembrar algodón, y ya tiene a quien venderle y la seguridad de que recibirá a cambio lo suficiente para seguir produciendo". En definitiva, los logros en la cosecha y comercialización del algodón brindaron un sentido positivo y esperanzador a la lucha de los campesinos originarios que, pese a resolver de manera temporal y precaria sus condiciones económicas64, demostraba que era posible producir y vivir en sus tierras. Y que esto se lograba mediante políticas estatales direccionadas

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http://www.lanacion.com.ar/577496-una-cosecha-que-renovo-la-esperanza. ttp://www.fundacionprotejer.com/seccion_solidaria/cadena_productiva_textil_justa_solidaria_argentina.html 62 Nos referimos al hacinamiento productivo producto de la escasez de tierra disponible para cultivo, por lo cual la familia no llega a cubrir, con su trabajo en la producción, lo necesario para su subsistencia. 63 http://edant.clarin.com/diario/2006/09/22/conexiones/t-01275793.htm 64 Luis Skupieñ, ingeniero agrónomo del INTA que asesoró a los beneficiarios, señalaba: "Con una sola campaña algodonera de cinco meses esta gente duplicó su ingreso anual, y eso que fue una mala campaña, culpa del mal tiempo. No obstante, describe el caso de una de las familias involucradas, que permite vislumbrar el carácter limitado del proyecto productivo para garantizar la reproducción material de esta población: compuesta por siete integrantes, la cosecha de sus dos hectáreas sembradas con algodón le reportó a esta familia un ingreso de 800 pesos, que deberían hacer estirar hasta la próxima temporada. 61

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al mercado interno65 y de incentivo a la producción mediante la entrega de herramientas e insumos. Ahora bien, la intervención estatal como fue el caso de la implementación del plan “Manos a la obra” garantizó de manera directa el desarrollo de las comunidades campesinas originarias. Esto nos conduce a pensar dos cuestiones: 1) el rol del Estado para garantizar mejores condiciones de vida y la consecuente permanencia territorial de las comunidades campesinas originarias; 2) las implicancias del Estado en la persistencia o desaparición de las unidades económicas campesinas. Pese a que ambos temas serán analizados en profundidad en capítulo cuatro, nos introduciremos brevemente para analizar los acontecimientos descriptos arriba. Según LLambí (1975), visto desde las unidades de producción campesinas (UPC), el Estado constituye un conjunto de “agencias” que intervienen directa o indirectamente en las relaciones que ellas establecen con otras unidades o agentes económicos del sistema. Para el autor, se pueden ubicar estas relaciones bajo dos grandes áreas: 1.- las relaciones directas que las unidades contraen con los agentes económicos del Estado (organismos estatales de financiamiento y/o empresas estatales). Dichas relaciones, en un sistema capitalista, no son en esencia diferentes de las que la UPC pueda establecer con otros agentes económicos. Por lo tanto, estas relaciones pueden conducir a su “subsunción” o a su relativa autonomización. 2.Las relaciones indirectas con diferentes agencias del Estado, en la medida en que éstas intervengan en la regulación o transformación de las condiciones de funcionamiento de los mercados de productos, tierra, dinero y fuerza de trabajo. Las intervenciones del Estado en estas relaciones, dependiendo de sus objetivos de política económica, puede conducir a un reforzamiento de las relaciones de subordinación de la UPC, o de las condiciones conducentes de su “subsunción al capital”, o a su “relativa autonomización”. El Estado puede a su vez, proponer la continuidad de las UPC a través de medidas políticas que mejoren las condiciones de vida y el acceso a materiales y herramientas, tal el caso de la implementación del plan “Manos a la obra”. Pero en caso de pretender su “desaparición”, puede aplicar la antigua y usada regla de “laissez faire”: inhibirse de intervenir, dejando que los mecanismos de mercado actúen en libertad, como sucedió posteriormente en los años 2007-2008 con la caída del precio de la fibra de algodón. Es decir, en el caso de la intervención estatal en la comunidad qom para beneficiar la producción algodonera, tuvo una primera etapa de penetración directa para garantizar la (re) producción de las unidades campesinas otorgando herramientas e insumos, pero al desligarse indirectamente de las etapas de comercialización o transformación de las condiciones de funcionamiento de los mercados de productos, tierra, y fuerza de trabajo, provocó al cabo de unos años un retroceso a la situación de pobreza inicial66. Asimismo, el Estado tuvo intenciones en determinados períodos de desarrollar políticas públicas direccionadas al fortalecimiento de las unidades campesinas, pero estas fueron esporádicas y bajo la presión política de los demandantes. Por lo tanto, como adelanto al capítulo cuatro, diremos que los motivos de estas políticas por parte del Estado tienen estrecha relación con el avance y los beneficios económicos de las fronteras agropecuarias a través del monocultivo de soja y de inversiones extranjeras en la zona del Impenetrable a partir del descubrimiento de oro y plata en el Río Bermejo (territorio del pueblo wichi). En conclusión, sostendremos que las políticas públicas en la última década han mantenido una tendencia creciente hacía la desaparición de las unidades campesinas y al incentivo del éxodo rural como expresión de esa disolución. 65

Desde que a principios de la década del 90, la Argentina importaba algodón de Brasil, más de un millón de hectáreas de cultivo se vieron reducidas. En 2004 en Chaco se explotaban al menos 70.000has, de las cuales cerca de 1200 pertenecían a pueblos originarios. 66

Desde la visión de los medios de difusión del PCR, esta lectura sobre la intervención estatal en los planes de incentivo a la producción de algodón (primera etapa-año 2003) refería principalmente a los intereses políticos de legitimación y cooptación por parte de un gobierno joven y en ascenso después de la crisis económica y de representatividad del año 2001: el gobierno de Néstor Kirchner. En este sentido, la visibilidad mediática nacional y la intervención estatal, era evaluada por el Semanario Hoy y por los documentos del 10 Congreso del PCR, como una oportunidad política del gobierno de turno kirchnerista para “ganarse” a sectores o dirigentes que en cada lugar encabezaban las luchas: “En la Rosada se acuerdan de los débiles cuando los débiles se han 66 hecho fuertes (…).”

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2.5.- La “unidad”: un mundo de connotaciones En el 2005, los campesinos originarios nucleados en la Unión Campesina decidieron realizar una medida de acción política directa contra el gobierno aliancista de Roy Nikisch, para reclamar la destitución del intendente de Villa Río Bermejito por discriminación a los pueblos originarios67, la restitución de tierras fiscales adjudicadas de forma ilegal y mayor presupuesto para el instituto del Aborigen Chaqueño (IDACH). El escenario político en aquella ocasión, se caracterizó por la unidad multisectorial de los campesinos originarios y criollos nucleados en la UCC con gremios docentes, estatales, judiciales –todos de paro por tiempo indeterminado-, el Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD), Polo Obrero, Barrios de Pie, ex combatientes de Malvinas y organizaciones de pequeños y medianos productores. Entre estas últimas se encontraban la Asociación de Productores Chaqueños (APROCHA) y Mujeres Agropecuarias en Lucha del Chaco, entre otras. Luego de esa jornada, la UCC decidió acampar en la plaza principal de Resistencia para reclamar un subsidio algodonero y precio sostén para la próxima campaña. Luego de 28 días de acampe se acordó con el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación la entrega de $1000 y 600 kg. de mercaderías por familia en tres cuotas mensuales alternadas (un mes dinero y otro mes mercaderías). No obstante, los campesinos mantuvieron el acampe unos días más a fin de completar el plan de lucha acordado con la Multisectorial que consistía en cerrar en un acto conjunto en conmemoración del 9 de julio. Posteriormente, en el mes de agosto, en la Universidad Tecnológica Nacional, Facultad Regional Resistencia, sesionaron alrededor de 300 campesinos pequeños y medianos pertenecientes a varias organizaciones del Chaco y provincias vecinas. Los comunicados emitidos de esa reunión68, hacen referencia a la conformación del Foro “Grito Algodonero” y describen los ejes en común acordados, entre las más importantes, acordar con el Proyecto de Fondo de Compensación de Ingresos para la producción algodonera para contrarrestar hasta llegar al precio mínimo sostén, obligatorio y en origen, los pequeños y medianos agricultores de hasta 200 has sembradas de algodón; considerar al algodón como cultivo social hasta unidades de 10 has sembradas; imponer aranceles a la importación de fibra para impulsar la industrialización textil en el Chaco con medidas impositivas, crediticias, etc. Entre quienes firmaban este documento, se encontraban de Pampa del Indio, organizaciones como la Unión Campesina (UCC), la Asociación de Pequeños productores del Chaco, seccional Pampa del Indio y la Comisión Zonal de Tierras (CZT). Más allá de los logros, todas las medidas de acción colectiva y política directa vehiculizadas por los campesinos originarios y criollos nucleados en la UCC, se caracterizaron por su masividad creciente y porque se sostuvieron, principalmente, en la defensa de un programa político que llamaba continuamente a unirse (a nivel interno) y articularse con otros sectores para generar mayor firmeza en los reclamos (a nivel externo). En este camino, se fueron construyendo sentidos simbólicos y prácticos como manifestación de los procesos étnicos identitarios (Vázquez, 2000) que se plasmaron en la noción de unidad y que analizaremos a partir de las entrevistas realizadas para esta investigación. A continuación, presentaremos fragmentos de ellas que evidencian que el significante unidad aparece con distintos significados, que no necesariamente se diferencian por el rol orgánico de los entrevistados o su participación más o menos activa en las distintas acciones colectivas, sino que plantean connotaciones que juegan y circulan en todo momento en el escenario etnopolítico: Para Betty, dirigente qom de la UCC, la “unidad” se debe al nombre de la organización, que toma como antecedente las experiencias del movimiento campesino de Paraguay: “(…) Él [se refiere a Rafael Gigli] trajo ese nombre del Paraguay que era Unión Campesina (…) Entonces 67

Se denunciaba que el intendente de esa localidad, Lorenzo Heffner (UCR) no había distribuído la ayuda enviada para los damnificados por la inundación del interfluvio Teuco Bermejito, que golpeó a más de 1300 habitantes, afectando todo el Impenetrable. 68

http://argentina.indymedia.org/news/2005/07/308514.php

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desde ahí empezó, y nosotros entramos como campesinos. De ahí ya se dio la unión. La palabra Unión que nosotros tenemos que unir, pero no solamente los qom, sino hay los hermanos blancos y los wichis (…)”. El delegado qom del Paraje 10 de Mayo le asignaba a la unidad un carácter de necesaria para conseguir beneficios: “(…) nosotros estamos porque con la unidad pudimos conseguir algo”. También, integrantes qom de la UCC la conciben como beneficiosa: “Si, lo de la unidad es más principal. Porque así si vos querés hacer algo, solo no se puede, con la unión es más fácil”. E incluso, como de entendimiento con el otro: “Aunque yo no entienda sus lenguas [se refiere a los wichis] es muy lindo estar juntos para luchar. Nos entendemos estando unidos en la lucha”. Por último, el significado otorgado a la unión con otros sectores es valorizada entre quienes luchan desde el punto de vista de que “la cantidad” hace a la “fuerza” y “ser más” significa mayores oportunidades para conseguir o triunfar en el reclamo. Estos sentidos, tuvieron su mayor expresión en las llamadas Marchas del Impenetrable en 2009, 2011 y 2014, que se caracterizaron por su masividad, por la solidaridad que generaron y por el grado de persistencia y organización en la lucha política. Estos sentidos de identidad, se materializaron en caminatas de 220km y prolongados acampes en Resistencia. En el caso de la masiva movilización de 2009, alrededor de 2600 campesinos originarios y criollos partieron caminando desde Pampa del Indio los 220 km que restan hasta la capital de Resistencia. Esto constituyó en sí mismo un acontecimiento muy importante, ya que los campesinos pobres originarios que “salían de la oscuridad”, del monte, lo hacían caminando para mostrar la fortaleza, el esfuerzo y la persistencia después de tanta opresión y etnocidio. Incluso, diversas filmaciones registraron el ingreso triunfal y emotivo de la gran caminata a la ciudad de Resistencia, ya que el cántico unificado de los originarios eran los gritos de guerra que daban sus ancestros al entrar en combate. En definitiva, “los de la oscuridad del monte”; “la barbarie”, entraban a la ciudad civilizada, para volverse visibles. En aquella oportunidad, Mártires López decía: “Algunos no creyeron cuando los campesinos dicen que van a llegar, es porque lo van a hacer (…) Taygoyi viene caminando por la ruta compañeros, y acá estamos”. Y definitivamente allí estaban, referenciándose a Taygoyi, el cacique de Pampa del Indio que a principios de siglo XX había recuperado las tierras para los originarios. Y se iban a quedar durante 34 días en el centro político de la capital: la Plaza de Mayo, frente a Casa de Gobierno. En una gacetilla de prensa69 se mencionaba el sacrificio que se estaba realizando, la “dignidad” como sinónimo de fortaleza, la voluntad individual y el convencimiento en la participación, descartando el preconcepto de que las acciones políticas se ejercen a partir de prácticas clientelares, propias de partidos políticos de carácter tradicional: “Como si todo ese sacrificio realizado para defender nuestros derechos fuera poco, el gobernador nos falta el respeto diciendo que el acampe está sostenido por sectores políticos. No puede decir que “nos trajeron” porque a nadie lo traen caminando 220km durante 5 días si no está convencido que no le queda otro camino y no quiere morir de desnutrición, Chagas o tuberculosis y está de pie con dignidad”. De acuerdo con estos valores asignados por quienes luchan –fortaleza, dignidad, convicción-, podríamos afirmar que se generan imágenes particulares que se diferencian de aquellas alusivas a seres débiles, tranquilos y sumisos. Es decir, que estas imágenes de identidad que revelan los discursos e incluso, las oposiciones semánticas en los audiovisuales70, dan cuenta de luchadores activos, con claros posicionamientos políticos, con enemigos en común e históricas reivindicaciones como originarios de la tierra; en definitiva como seres “fuertes”, en contraposición a los “débiles”, sumergidos en la pobreza de sus ranchos, y resignados a la condición sometida, en definitiva, características de inferioridad que justifican el atraso y la exclusión. A su vez, estas imágenes fueron siempre utilizadas para sustentar medidas de carácter asistencialistas, paliativas y temporales (e incluso desiguales) de las

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Comunicado de prensa. 29/09/2009. Disponible en http://granmarchachaco.blogspot.com.ar/ ver http://www.youtube.com/watch?v=Wf9cB5vxQHs

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condiciones de extrema pobreza de estos pueblos71. En contraposición a esto, la UCC difundía una consigna en la Marcha de 2011: “No queremos ni pan duro, ni ropa vieja. Tenemos dignidad y queremos vivir de nuestro trabajo”72que acompañaba el abanico de reclamos de carácter productivo y de desarrollo económico. Estamos en condiciones de afirmar entonces, que los campesinos pobres originarios qom construyeron dentro de la UCC una identidad política colectiva basada en la fortaleza y la persistencia en el reclamo, con lo étnico y lo social –en la unión con otros sectores- como dos elementos constituyentes. Ahora bien, esto nos permite hablar sobre las identidades que se tejen y entretejen en el escenario etnopolítico. En tanto que los procesos étnicos identitarios (Vázquez, 2000) suponen el punto de vista subjetivo de los actores sociales acerca de la unidad y de sus fronteras; esto expresa una elaboración práctica y simbólica de lo que consideran propio y lo que asumen como ajeno: lo “nuestro” (nosotros) y lo “ajeno” (los otros). Mientras que la identidad colectiva del “nosotros” se refleja en el escenario político en la construcción interétnica de los qom, wichis y criollos pobres73, en el que reclaman, de manera conjunta con otros sectores, políticas direccionadas a la producción y al trabajo para “vivir dignamente”; los “otros” lo constituye, en este caso, el Estado o gobierno de turno a quienes ese “nosotros” posiciona y dirige sus demandas. 74 En síntesis, los procesos étnicos identitarios de los campesinos originarios qom se construyen a partir de la unidad interétnica que se manifiesta como “necesaria”, “beneficiosa” y de “entendimiento con otros”, en la construcción hegemónica de un “nosotros” (los pobres; los de la oscuridad; los “fuertes”) frente a la frontera con el “otro”: el Estado o Gobierno de turno a quien/es direccionan un reclamo. Siguiendo la línea planteada en las entrevistas, la unidad como beneficiosa y de entendimiento con otros se manifestó particularmente en la llamada “Marcha Multisectorial por la tierra, techo, trabajo y federalismo” que, como ya hiciéramos referencia, reagrupó organizaciones sociales y de desocupados de la capital provincial con consignas y reclamos propios que confluían con la Marcha del Impenetrable. En aquella ocasión, el multitudinario contingente de procedencia rural era de la localidad de Pampa del Indio, agrupados en asociaciones como la Unión Campesina, la Comisión Zonal de Tierras, la Cacique Taygoyi, y la CCC, como agrupación de desocupados que reúne a aquellos originarios que viven en el pueblo. Las jornadas contaron con una masiva difusión gracias a la solidaridad de estudiantes universitarios, que diariamente utilizaban portales web75 para registrar las acciones que se llevaban a cabo, como así también hubo estudiantes de medicina que improvisaron carpas sanitarias o comerciantes que acercaban alimentos al acampe. Por otro lado, se comenzó a consolidar el reagrupamiento multisectorial que sería clave en la denuncia y en los logros obtenidos: un portal web regional76 advertía sobre esa unidad que se estaba gestando y que los campesinos y originarios “no estaban solos”. Esta expresión contiene un alto componente ideológico para la lucha etnopolítica, ya que ésta no se presenta solamente como de parte de un grupo originario -los qom en nuestro caso- sino como conformando un abanico social

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M. Velásco realiza un trabajo muy profundo sobre las imágenes identitarias construidas acerca de los “indios” de Ecuador. Ver “Tiempo de Indios”. La construcción de la política colectiva del movimiento indio ecuatoriano. 2005, Ecuador. 72 http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/subnotas/168243-53609-2011-05-16.html 73 Resulta importante aclarar aquí, que los criollos pobres son considerados como parte de esta identidad colectiva del “nosotros” en torno a la construcción interétnica ya que, más allá de haber sido históricamente parte de los procesos de exclusión y oposición a los originarios, lo que los lleva a unirse con los qom y wichis es su condición de pobreza. Incluso, los criollos que participan actualmente dentro de la UCC en Pampa del Indio son generalmente hijos/as de padre o madre qom, por lo que su relación entre unos y otros es directa. 74 En esta tesina, entendemos al Estado en términos gramscianos, es decir, la suma de la sociedad civil y política para el control hegemónico mediante la fuerza y el consentimiento. En cambio, el gobierno es la sociedad política, que es la arena de las instituciones políticas y el control legal constitucional. Sin embargo, Gramsci aclara que la división es meramente conceptual y que ambas pueden mezclarse en la práctica. 75 Por ejemplo el portal http://granmarchachaco.blogspot.com.ar/ 76 http://datachaco.com/noticias/view/37203

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mucho más amplio y heterogéneo que, lejos de mostrarse desordenado o disperso, está cohesionado a partir de una serie de demandas sectoriales. Esto también nos introduce a pensar en la unidad como necesaria para conseguir cosas, que se evidenció en aquella ocasión, en un acuerdo con el ejecutivo provincial que abarcaba una respuesta para la producción algodonera, construcción de viviendas, renovación de 600 puestos de trabajo en la construcción, y medidas paliativas para el problema del acceso al agua (perforaciones y tanques). A su vez, en relación a la producción, se contemplaba un tractor y semillas y gasoil para la siembra de 2.500 hectáreas donde se beneficiarían alrededor de 1300 familias. Por último, este panorama histórico de los hechos acontecidos en 2009 nos permite introducirnos en otro componente de la identidad colectiva que acabamos de mencionar: la frontera con los “otros”. Es decir, hacía quien/es están dirigidas las demandas que los campesinos originarios qom efectúan a través de la UCC. Las reivindicaciones del movimiento en estos 14 años, estuvieron mayoritariamente dirigidas hacia el Estado y/o gobierno de turno. En general, el uso de uno u otro ente político, se mantuvo ligado al tipo de reclamo o demanda que se ejercía. En la ocasión de 2009, se emitían directamente al ejecutivo provincial liderado por Jorge Capitanich por la falta de cumplimiento de los acuerdos generados: Primero, la exigencia del respeto al acuerdo firmado en 2008 para la construcción de viviendas populares en distintos lugares de la provincia y por etapas de 100 unidades cada 3 meses como Becas de $ 400 mensuales y la contratación posterior de la mano de obra jornalizada a razón de $ 1.100 por mes77. Incluso, desde su inicio, la construcción de las viviendas había destapado los profundos problemas legales con las tierras en las que habitan los originarios, ya que la falta de titularidad o no regularización de las mismas (sin sucesión, títulos a nombre de familiares, ocupantes con y sin permiso, entre otros), como así también la caída de títulos comunitarios por la falta de regularización de las personerías jurídicas, entrampaba el inicio de las obras y demandaba la coordinación entre el Ministerio de Desarrollo Social, el Instituto de Colonización y el ejecutivo provincial78. El argumento por parte de las organizaciones se basaba en la falta de decisión política y de coordinación entre las diferentes áreas para solucionar el problema de la tierra, haciendo responsables a los originarios de no tener el dinero para viajar a Resistencia a realizar los trámites necesarios. Segundo, se demandaba la puesta en acción del Programa de Producción Agrícola planificado en el 2008/2009 para 1.500 hectáreas de 750 familias en Pampa del Indio. Se necesitaban para ello 3 tractores para trabajar 500 has cada uno y las organizaciones sólo disponían de una unidad que en algunos casos debía hacer 90 km de ida y vuelta para llegar hasta donde están los asociados. Las semillas se entregaron en tres períodos entre noviembre y diciembre sobre el final de la fecha de siembra, y en una de las tandas con un poder germinativo del 30 %. Las distancias, la resiembra por calidad de semilla y la falta anterior de laboreo del suelo consumieron el gasoil disponible. La falta de un técnico del Estado que colabore y asesore, sumado a la sequía sucedida aquel entonces, complicaron aún más la experiencia. En relación al subsidio algodonero, en aquella ocasión se presentó en Cámara de Diputados un exhaustivo informe para que la provincia reciba la

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Este programa, además de capacitar a los sectores desocupados en cada lugar para su inserción laboral, se desarrollaba con el trabajo de tesistas de la Facultad de Arquitectura de la UNNE y los proyectos de viviendas son personalizados y participativos. El monto de la propuesta, sumaba un total de $ 50.000, que superaba ampliamente los presupuestos en planes de vivienda contratados a través servicios a terceros (empresas constructoras). 78 E incluso, en una observación participante que realizamos en octubre de 2013 en una mesa de diálogo entre estas instituciones y dirigentes y delegados de todas las zonas de la Federación Nacional Campesina, se debatía sobre los mismos problemas.

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coparticipación federal del Fondo Algodonero Nacional,79 y que sus destinatarios sean las más de mil familias dispuestas a producir más de 2000 hectáreas de algodón.80 A su vez, en un comunicado de prensa81 emitido por las organizaciones, se recomendaba a los funcionarios hacer un balance analizando la situación que viven las comunidades y se llamaba a que se “quiten la mezquina camiseta de un color político”. E incluso sostenía que: “Más de 2.500 personas no caminan 220 km durante cinco días por placer, sino por el profundo convencimiento de que quieren vivir de su trabajo, que ninguno más se vaya del campo y no encuentran otro camino que luchar para lograrlo”82. En este sentido, la construcción identitaria del “otros” (quienes se deben sacar la camiseta) posiciona, en términos discursivos, una frontera direccionada a la unidad cohesionada del “nosotros” (los que “no caminan por placer”). Esto también contribuye a reforzar el significado de unidad como fuerza y sacrificio diferenciándose de la mezquindad y los intereses particulares de quienes integran la frontera -gobierno de turno-. Incluso la UCC acusó al Gobierno de pretender dividir esa unidad entre los campesinos originarios qom. El 1° de septiembre de ese año se emitió un comunicado bajo el título: “El Gobierno divide, nosotros multiplicamos”83, con gran aceptación, solidaridad y compromiso de sectores, organizaciones y movimientos sociales de la provincia e incluso nacionales. Tal fue el caso de los anuncios emitidos por ENDEPA (Pastoral Aborigen): “Apoyamos incondicionalmente su lucha por derechos tan básicos para la vida como alimentación, salud y una vivienda y trabajo digno. (…) Manifestamos nuestra preocupación frente a las condiciones del gobierno provincial en ofrecer una satisfactoria y completa solución a estas legítimas demandas84.” En otro mensaje de prensa85 la UCC expresaba: “Es un dolor muy grande que el gobierno trate de dividirnos y no diga la verdad”86 y denunciaba las maniobras fraccionistas para otorgar beneficios sólo a una parte, dejando fuera, por ejemplo, a un paraje de Pampa del Indio y a la localidad de General San Martín. Esto agravó la tensión en el acampe y ocasionó que un contingente muy grande de campesinos y originarios que no habían participado de la movilización viajen desde sus localidades para fortalecer y masificar aun más la medida. El gran contingente viajó desde Pampa del Indio, y un medio local describía cómo “la plaza” (el acampe) se reorganizaba para alojar a los nuevos acampantes, con gran expectativa a la espera de un acuerdo: “los nuevos acampantes llegan en un momento particular en condiciones de adversidad climática con noches muy frías y problemas de salud. Por eso las carpas, la leña, el abastecimiento del agua, las medicinas y los alimentos son importantes problemas a resolver para mil cuatrocientas personas que vienen caminando; pero sobre la base del documento aprobado por las organizaciones se recorrieron pequeños y medianos comerciantes, hospitales, escuelas y municipios que viendo que el campo está arruinado, la coparticipación en rojo y que

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En la semana previa al acampe, en los medios locales se había anunciado el ingreso a la provincia de $35 millones de pesos correspondientes al Fondo Algodonero Nacional. 80 El proyecto presentado en Cámara de Diputados brindaba los requerimientos y costos para la producción agraria, que son interesantes para tener en cuanta. Los costos por supuesto, corresponden al año 2009: Para sembrar 2.000 hectáreas de algodón para 1.000 familias de la zona rural de Pampa del Indio, a razón de 2has por familia, se necesitan: 25 kg de semilla de algodón por has= 50mil kg= 2.000 bolsas x $ 120 la bolsa = $240 mil. · Dado la necesidad del laboreo se requieren 35 litros de gasoil por hectárea x2.000 hectáreas = 70.000 litros x $ 2,50 = $175 mil. · Para completar la maquinaria existente se requieren 2 tractores =$ 130.000 x 2= $260 mil TOTAL = $ 675.000 para 1.000 familias o sea $ 675 por familia anualmente 81 Comunicado de prensa. 29/09/2009. Disponible en http://granmarchachaco.blogspot.com.ar/ 82 Comunicado de Prensa. Sábado 22 de agosto de 2009. Disponible en: http://granmarchachaco.blogspot.com.ar/ 83 Ver comunicado de prensa de la UCC del 1 de septiembre en: http://granmarchachaco.blogspot.com.ar/ 84 http://granmarchachaco.blogspot.com.ar/ 85 Comunicado de Prensa. Sábado 29 de agosto de 2009. Disponible en: http://granmarchachaco.blogspot.com.ar/ 86 http://granmarchachaco.blogspot.com.ar/

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afecta a todo el pueblo, decidieron participar de la marcha realizando donaciones de todo tipo”87. En este camino, nuevamente la idea de unidad se manifiesta como necesaria y de construcción con otros y destaca que los procesos étnicos identitarios de los campesinos originarios qom tienen lugar en un escenario político en el que circulan un caleidoscopio de actores, que se cohesionan y unen internamente a partir de demandas en conjunto. Es definitiva, la resistencia étnica de quienes integran la UCC se coordina y fortalece a partir de la confluencia con otros sectores, para direccionarse hacia una frontera identitaria en común formada por los “otros”: el Estado.

2.6.- La unidad como estrategia política: los qom y los wichis El surgimiento de la Federación Nacional Campesina (FNC) en 2009 (que analizaremos en el próximo apartado) abrió paso no sólo al despliegue político-territorial de la Unión Campesina y de la FNC –zona del Impenetrable chaqueño, Formosa, Corrientes y La Plata- sino también contribuyó a fortalecer las reivindicaciones de la lucha política a partir de la incorporación de un conjunto de movimientos “amigos” y de las comunidades wichis a las modalidades de acción colectiva. En el caso de Pampa del Indio, algunas asociaciones con las que ya compartían las demandas, pasaron a conformar la FNC, como la Comisión Zonal de Tierras88 (CZT) y Asociación Cacique Taygoyi. Incluso, luego del fallecimiento de quien era dirigente de la FNC, Mártires López, ocupó su lugar el dirigente qom de la CZT, Víctor Gómez. También, los dirigentes de esa localidad comenzaron a trasladarse al norte chaqueño para incorporar a las comunidades wichis a la organización. Mártires López, como dirigente de la FNC y de la UCC de Pampa del Indio, fue fundamental en esa estrategia política, que buscaba ampliar los horizontes de influencia y acción para fortalecer la lucha etnopolítica: “Y también a la vez luchamos ahora por la gente que son nuevos que se integran dentro de la organización. Los hermanos wichí que sufren tanto también en la zona del Impenetrable que también por medio de Mártires conocimos mucho también y los sumamos a la lucha. (…) Él fue quien logró unirnos.”89 Con estos objetivos, en 2011 las acciones se direccionaron a la visibilización de la situación de extrema precariedad y pobreza de las comunidades wichis y la denuncia de la usurpación de sus territorios por parte de inversiones extranjeras. Contrariamente a movilizaciones anteriores dirigidas hacia la capital provincial, en esta ocasión desde Miradores (zona wichi) y la rotonda acceso a Villa Río Bermejito (zona qom), más de 1.500 personas confluyeron caminando 55 kilómetros, en un día y medio desde esos puntos hasta llegar a Juan José Castelli, “Portal de El Impenetrable”. Por primera vez marchaban juntos criollos, campesinos originarios qom y originarios wichis. Las organizaciones que convocaban al evento eran: Unión Campesina, FNC, la CCC y Originarios en Lucha. Los medios y audiovisuales que refieren a la ocasión, relatan que la confluencia de las dos columnas en las afueras de la ciudad, fue de gran emotividad, ya que se realizaba por primera vez la unión histórica de tres contingentes: qom, wichi y criollos, que confluían en la lucha con reivindicaciones propias:

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http://www.lahaine.org/mm_ss_mundo.php/otra_pueblada_despues_de_un_discurso_pre La Comisión Zonal de Tierras es una asociación que agrupa a los campesinos originarios de Pampa del Indio. Particularmente, en el año 1994 la organización realizó convenios con organismos extranjeros (ligados a las iglesias pentecostales de la zona) y lograron mensurar gran parte de las tierras de las zonas rurales aledañas al pueblo. A partir de allí, por primera vez luego de la restitución de tierras realizadas en el gobierno de Yrigoyen, los originarios tuvieron título de propiedad, pese a que en la actualidad la mayoría no se encuentran regularizadas –sucesión, títulos familiares, etc. 89 Entrevista a Sergio. Delegado de 10 de Mayo. 88

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“La confluencia de las dos columnas en las afueras de la ciudad, fue con abrazos y lágrimas. Por primera vez, qom y wichi confluían en la lucha, unidos a los criollos combativos de la ciudad y del campo”. 90 Particularmente, el documental “Sapioqtañi” (“vamos caminando”)91 muestra la escena de esos abrazos de bienvenida que simbolizan los lazos de hermandad entre pueblos que habían estado históricamente incomunicados, e incluso enfrentados. 92 En aquella oportunidad, ambos grupos denunciaban los intentos del gobierno provincial de dificultar desde un comienzo el inicio de las jornadas, enviando funcionarios provinciales y también nacionales con “viejas promesas” de resolución de los problemas; y el accionar policial, que impidió la llegada de importantes contingentes que venían en colectivos, vehículos particulares e incluso transportes de línea hasta el punto de partida: “El gobierno trabajó intensamente para impedir la marcha, evitando que confluyeran ambos pueblos originarios. Cuando esto se hizo inevitable, buscaron achicarla para impedir el empalme de los experimentados dirigentes protagonistas de grandes luchas con los nuevos luchadores”. 93 Es en este sentido en que se manifiestan en nuestro caso las diferentes modalidades de resistencia étnica, es decir, las distintas respuestas conscientes (encarnadas en reivindicaciones y propuestas étnicas) e inconscientes (reflejadas en actitudes, valores y pautas de conductas) que los miembros de las ambos pueblos originarios construyen -en el ámbito colectivo- como réplicas a las distintas expresiones concretas de coerción a las que son sometidas por la sociedad hegemónica (Vázquez, Bigot, Rodríguez; 1992:13). La “unión” como sinónimo identitario de la resistencia étnica se expresa aquí como aprendizaje –“los de las grandes luchas” con los “nuevos luchadores”-; los qom debían inculcar los métodos y repertorios de acción a los wichis, y cómo réplica a la coerción gubernamental para impedir que el evento se lleve a cabo. Es así como en estas jornadas no solo se resignificó el escenario etnopolítico de los campesinos originarios qom con la incorporación de “nuevos” -los wichis- y por su rol de “experimentados”, sino que la “unidad” paso a ser un rasgo identitario dinámico de coerción interna y de estrategia política al mismo tiempo, fortaleciendo de este modo la lucha reivindicativa. Asimismo, la dirigente de Pampa, Betty, expresaba que era muy difícil esa “unión”, principalmente por las barreras idiomáticas, pero lo consideraban como algo necesario, ya que estaban en las mismas condiciones de pobreza: “Los compañeros dijeron que yo tenía que reunirme con los wichis, pero yo no entendía la idioma. Que tenía que juntar, hago reunión cuando estamos en el acampe. Bueno, pero yo dije, bueno, no puedo hacer reunión con las mujeres porque no le entiendo. O sea, ta bien que somos aborígenes pero distinto la idioma, yo no entiendo cuando hablan ellos…Yo miro nomas…”(…) “Algunos tienen una casita de material, algunos tienen casita de barro nomás. (…) fuimos a la casa de un compañero que no tienen nada, porque allá no está cobrando la gente, ni un plan, nada. Tienen chapa, eso, chapa de cartón nomás que tienen. Ni casita, ni nada, unas chapas nomas, que no sirven más. No tienen nada. (…) no tienen frazadas, tienen, si, pero unas frazadas que no sé cuantos años tienen, rotas las frazadas. Y a veces hay programas del Impenetrable que dicen que el gobierno está dando mucha ayuda a los aborígenes y nosotros fuimos esa vuelta, y es todo mentira (…) Ahí también la gente se levantaron porque tenían el mismo problema que nosotros con el agua. La gente estaba tomando agua sucia, estaba

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http://www.pcr.org.ar/nota/pol%C3%ADtica-nacional/chaco-marcha-del-impenetrable https://www.youtube.com/watch?v=RslHSokbq7Q 92 Algunas leyendas populares cuentan que en “tiempos de los antiguos” había enfrentamientos entre los guerreros qom con los wichis en disputas territoriales. 93 Incluso, el ministro de Gobierno, Juan Manuel Pedrini, llegó a la columna salida de Río Bermejito, en el inicio de la marcha, puntualizando que estaban tratando de resolver los reclamos. Se armó una asamblea sobre la ruta, donde se le respondió con todas las necesidades y promesas incumplidas y que el petitorio ahora era mayor porque debía unificarse con la otra columna, y eso se haría en Castelli. (Diario Norte, 05/2011) 91

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contando la chica. El mismo problema que estaban pasando ellos, y no solamente los aborígenes, sino también los criollos pobres que están en la misma situación”94. Como menciona Betty, la Marcha hacia el portal del Impenetrable era la oportunidad para visibilizar los padecimientos de las comunidades del norte chaqueño, subsumidas en la profunda pobreza y olvido. La unión entre ambos pueblos presentaba dificultades de comunicación, más no diferencias en la situación de pobreza, al igual que los criollos. Asimismo, Betty describe a los wichis en una condición aún más grave en cuanto acceso a recursos y condiciones de vida, y resalta las causas de ello: “porque allá no está cobrando la gente, ni un plan, nada”. Por otro lado, la unidad de los qom, wichis y criollos constituía un espacio de denuncia bajo dos ejes principales. Por un lado, la denuncia de inversiones extranjeras –de origen árabe- en la zona de la Reserva Wichi, en el Impenetrable95 y por el otro, el rechazo por parte de los manifestantes a las políticas asistencialistas y paliativas del gobierno -principalmente- que no contribuían a resolver la situación de pobreza estructural que se estaba viviendo ni tampoco brindaban posibilidades laborales en el campo para que sus habitantes vivan de una producción sustentable. Ambos puntos se expresaban en una consigna unificadora: “No la tierra para los árabes, entrega a los originarios” y “Con este crecimiento económico no queremos pan duro ni ropa vieja. Tenemos dignidad y queremos vivir de nuestro trabajo96”. Con este último fragmento podemos fortalecer nuevamente la imagen impulsada desde las organizaciones sobre los originarios y criollos pobres del campo; nuevamente hablamos de “seres fuertes”, con “dignidad”, voluntad y convicciòn de vivir en mejores condiciones –materiales- a partir de su trabajo: la producción agraria. Ahora bien, una vez realizada la movilización, los campesinos originarios y criollos acamparon en la ciudad de Castelli por más de 20 días. En aquellos días, la unidad no sólo era un evento puntual expresado en la confluencia de dos grupos étnicos en la movilización, sino que se fue construyendo en los días del acampe. Ollas populares a cargo de las mujeres qom y wichi, el trabajo en conjunto para armar las carpas o juntar leña, los juegos que se organizaban para los niños, las asambleas en los tres idiomas, las charlas, todo, absolutamente todo, se compartía. En la entrevista que realizamos a la dirigente de Pampa del Indio, nos comentaba algunas características de la división del trabajo dentro del acampe: “Si, cada localidad tiene que tener su olla. Y la mercadería se junta en un solo lugar. Cuando necesitan mercadería los compañeros vienen a retirar… cuantos kilos de arroz, cuántos kilos de papa, carne, así todo. Y los compañeros ayudan también las mujeres para cocinar. (…) Nosotros hacemos control, viste, de cuanto kilos de harina que va a alcanzar a los 50 y nosotros amasamos 12kg, 20kilos, por ahí… y encima no llevamos nada, la olla grande nomás. Pero cuando termina de amasar todos, los hombres tienen que fritar todo. Nosotros hacemos nomas, amasamos”.97 En este relato, podemos distinguir tres aspectos importantes respecto a la organización interna de la UCC: 1) Se puede diferenciar los diferentes roles de sus integrantes dentro de la estructura orgánica e incluso según el género: el “nosotros” hace referencia a los dirigentes, quienes hacen el control y distribuyen la mercadería. A su vez, parece haber cierta distribución igualitaria del trabajo entre hombres y mujeres. 2) Se describe la distribución de los insumos necesarios para mantener el acampe, que en el caso de la mercadería se designa de forma equitativa. 3) Se observa cierta independencia entre las localidades. En este sentido, la UCC es una organización de despliegue territorial, pero cada zona posee autonomía relativa tanto en lo político como en la administración de sus herramientas e insumos. 94

Entrevista a Betty, dirigente qom de Pampa del Indio. Marzo 2014 Ver:http://www.diarionorte.com/article/55916/grupo-inversor-arabe-llega-a-el-impenetrable-para-produciralimentos/ https://www.youtube.com/watch?v=ypWI7GiVpFs 96 http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/subnotas/168243-53609-2011-05-16.html 97 Entrevista a Betty, dirigente qom de Pampa del Indio. Marzo 2014 95

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El 25 de mayo de 2011, el acampe en la ciudad de Castelli realizó un gran acto paralelo al oficial que se realizaba en la capital de Resistencia, en el cual se asistió la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner. Los campesinos y originarios de las diversas organizaciones declararon que su acto era verdaderamente patriótico y popular, “sin mentiras ni dobles discursos”.98 Para la ocasión se hicieron presentes la CTA (Central de Trabajadores Argentinos) dirigida por Pablo Micheli, el dirigente nacional de la CCC, Juan Carlos Alderete, representantes de Movimiento de Mujeres en Lucha, delegaciones de organizaciones provinciales y nacionales y Centros de estudiantes universitarios99. Luego de la trascendencia del acto y de la firmeza en las negociaciones, el gobierno provincial accedió a la entrega de tractores y semillas para los acampantes. En entrevistas informales con quienes participaron en aquella ocasión, nos comentaron que se realizó una asamblea en los tres idiomas (español-qom y wichi) evaluando los logros obtenidos. El dirigente en aquel momento de la UCC, Mártires López, propuso que el primer tractor sería para la zona del Impenetrable, para los wichis, porque “no tenían nada”. Ese año, nueve parajes de esa zona produjeron después de 20 años. En conclusión, podríamos decir que mientras la denominación del movimiento “Unión Campesina” connota el agrupamiento de sus integrantes bajo la categoría de “campesinos”, este espacio parece representar a un caleidoscopio de actores que construyen, a partir de sus reivindicadores políticas, un escenario político caracterizado por la lucha por el reconocimiento de la diferencia cultural y de la ideología de cohesión de la diferencia. Esto, se expresa principalmente, en el uso de estrategias tendientes a la unión con otros sectores, que lejos de excluirlos del escenario político, lo vuelve más complejo e interétnico. A pocos días de finalizado aquel acampe, el 14 de junio, el dirigente qom de Pampa del Indio, Mártires López, falleció en un supuesto accidente a raíz de un golpe en la cabeza. Su velatorio fue muy sencillo, como él se caracterizaba; en su rancho de adobe en el Paraje de Campo Medina y fue enterrado debajo del quebracho colorado, como es la costumbre qom. Asistieron alrededor de 1500 personas y los audiovisuales que registraron aquella ocasión, muestran el cariño, aprecio y respeto hacia quien fue el impulsor y organizador de la Unión Campesina en Pampa y luego en toda la Provincia; quien “sacó de la oscuridad” a los originarios en aquella primera Marcha del Impenetrable y quien se caracterizó por su fortaleza, humildad y claridad política. Desde aquel día, la búsqueda de verdad y justicia y contra el cierre de la causa se convirtió en bandera de lucha de la Unión Campesina y de la FNC. Actualmente pese a la insistencia del grupo de abogados contratado por la UCC, la causa sigue sin resolverse en términos legales. Incluso, han “desaparecido”, bajo la complicidad política y judicial, la mayoría de las pruebas legales para caratular a la misma como homicidio, entre ellos, la historia clínica en la cual se acreditaba las heridas del dirigente.100

2.7 La Federación Nacional Campesina y la construcción de la “buena política” En el marco de este proceso de resistencia étnica y de construcción de hegemonía con otros actores, nos interesa resaltar este acontecimiento muy importante ocurrido en mayo de 2009: la creación de la Federación Nacional Campesina (FNC), que surgió en el 2do Encuentro Nacional de Originarios realizado en Resistencia, Chaco. El Semanario Hoy del PCR relataba:

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http://argentina.indymedia.org/news/2011/05/780893.php http://argentina.indymedia.org/news/2011/05/780893.php 100 En el Facebook de la UCC/FNC “Marcha del Impenetrable” se encuentran todas las denuncias realizadas: https://www.facebook.com/notes/marcha-del-impenetrable/se-reabri%C3%B3-la-causa-y-se-apart%C3%B3-alfiscal-sorabella/455784901179285 / https://www.facebook.com/notes/marcha-del-impenetrable/a-dosa%C3%B1os-de-la-muerte-de- / Diarios locales que publicaron sobre la causa: Diario Norte 9/06/13: http://www.diarionorte.com/article/89956/reabren-la-causa-por-la-muerte-de-martires-lopezm%C3%A1rtiresl%C3%B3pez-seguimos-tu-ejemplo-de-lucha/464755416948900. 99

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“Enormes sacrificios hicieron para llegar. En algunos lugares salieron “a pedirle plata hasta al cura del pueblo”; otros lo hicieron con la venta de panes y empanadas que hacen todos los meses. Otros, con alguna experiencia, ya tenían previsto hacía tiempo porque desarrollan regularmente sus recursos para la lucha (…) Entre la gran cantidad de campesinos originarios presentes, más de ciento setenta de ellos, por ejemplo, bajaron de un camión con acoplado. Habían viajado parados durante tres horas desde San Martín, para estar presentes en este compromiso de clase”.101 En cuanto a los participantes, la publicación indicaba que se habían registrado 1000 personas pertenecientes a 14 provincias y a nueve organizaciones campesinas,102 y otra gran parte sin organización; campesinos pobres, pequeños productores, semiproletarios, originarios, criollos e inmigrantes de países hermanos. En los talleres del Encuentro (divididos por tema: tierra, producción, mujer, jóvenes y condiciones de vida) se debatieron las condiciones de vida de los participantes. Un delegado de la UCC de Pampa del Indio relataba: “nosotros tenemos una tierra, unas 10 hectáreas, que están a nombre de nuestra mamá que está en tierra ¿Cómo poder trabajar si hay que compartirla entre varios hermanos? ¿Cómo obtener el título si no hay plata para la sucesión? ¿Cómo conseguir el título para que no venga un amigo del gobierno con pretensiones de quitarla? ¿Cómo hacer para que los jóvenes no se vayan del campo a vivir en una villa?”.103 Aquellas jornadas concluyeron con el listado de las necesidades principales: regularización y tenencia de la tierra, insumos y herramientas para la producción y precio mínimo sostén en origen para la producción algodonera. Al día siguiente, el plenario aprobó a través del voto asambleario un Programa político para el surgimiento de la Federación Nacional Campesina, que entraba en período de discusión hasta la realización de su primer Congreso. Los ejes más importantes del Programa hacían referencia a los campesinos pobres: “Esta organización tiene que ser una herramienta de unidad de los que trabajan la tierra con las manos, o nos encontramos sin tierra en las banquinas de las rutas o en las orillas de los pueblos o ciudades y queremos volver al campo”. Y también a la característica de ser originarios: “en el caso de los originarios, además de la opresión como campesinos pobres, la opresión como nación y pueblo originario y somos los más pobres de los pobres. Y todos tenemos que dejar de serlo”.104 A su vez, el programa de la FNC sostenía una salida política estructural que ampliaba la de los campesinos originarios sobre la Reforma Agraria en el programa de la UCC, ya que plateaba como objetivo colectivo la independencia nacional y social: “La Reforma Agraria es fundamental para democratizar la distribución de la tierra, y para que se restituyan los territorios a las naciones y pueblos originarios; para que haya un millón de chacras y no un puñado de terratenientes. Por eso, la clase obrera es el aliado principal de esta lucha por la independencia nacional y social de nuestro pueblo”. 105 Podemos evidenciar aquí, el sustrato político ideológico de la organización surgente en su relación con el Partido Comunista Revolucionario, en cuanto plantea medidas de cambio 101

http://www.pcr.org.ar/nota/campo/se-fund%C3%B3-la-federaci%C3%B3n-nacional-campesina-de-la-argentina Daniel Benítez, joven de la Unión Campesina de Pampa del Indio, ofició de locutor y fue convocando a los oradores, quienes llevaron el saludo de las organizaciones al Encuentro: Néstor Villacorta por la Asociación de Medieros y Afines (Asoma) de La Plata, y Mártires López de la Unión Campesina quien, como anfitrión, dio la bienvenida. De las delegaciones campesinas amigas, saludaron Carlos “Vasco” Paillole de Chacareros Federados y director del Distrito 6 de Federación Agraria, y Marcial Gómez de la Comisión Directiva de la Federación Nacional Campesina de la hermana República del Paraguay. También lo hizo Ana María Riveiro, del Movimiento de Mujeres en Lucha; Sergio Kipler, de la Asociación de Pequeños Productores del centro y norte de Entre Ríos, y Ovidio Troncoso de Calchaquí, en representación de su pueblo, de San Javier, Rosario y el sur de Santa Fe. Saludaron también Raúl Vallejos por el Foro por la Tierra, Luis Gómez y Ramona Pinay por la CCC del Chaco y al finalizar el domingo, Juan Acosta por Federación SiteCh, sindicato de los docentes. 103 http://www.pcr.org.ar/nota/campo/se-fund%C3%B3-la-federaci%C3%B3n-nacional-campesina-de-la-argentina 104 http://www.pcr.org.ar/nota/campo/se-fund%C3%B3-la-federaci%C3%B3n-nacional-campesina-de-la-argentina 102

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Acta fundacional de la FNC de la Argentina. “Una herramienta de unidad”. Disponible en: http://www.pcr.org.ar/nota/campo/se-fund%C3%B3-la-federaci%C3%B3n-nacional-campesina-de-la-argentina

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estructural para resolver la distribución y tenencia de la tierra en Argentina. Incluso, nos introduce una vez más dentro de las teorías de descomposición del campesinado (Azcuy Ameghino, 2000), en relación a proponer “un millón de chacras” para la persistencia campesina en el agro. Respecto a la participación política y mecanismos de debate y acción, la FNC mantiene características similares a la UCC. La circulación de la información y las decisiones en toda la estructura orgánica de ambas organizaciones se basan en principios democráticos que se evidencian en las asambleas -derecho de voz-, y en los cuerpos de delgados, donde cada uno de los representantes llevan las demandas de su zona. A su vez, todos los cargos dentro de las organizaciones son elegidos por el voto de todos sus integrantes, y sustituibles en caso de desaprobación. Asimismo, pueden identificarse algunas diferencias en cuanto a la formación política de sus integrantes según el lugar que ocupan dentro de la estructura orgánica y las experiencias de participación en la lucha política. Como ejemplo de esto último, en ocasiones algunos integrantes de Pampa del Indio suelen viajar a mesas de diálogo con agencias estatales o en solidaridad con algún evento político –en el caso de la entrega de tierras a la FNC de Paraguay-, que suponen cierta formación en los debates políticos entre quienes participan. Por último, un punto interesante a resaltar en el programa político es la explícita aclaración de independencia del Estado, los partidos políticos, las ONG´s y otros sectores del campo.106 La importancia de esto radica en el fundamento inicial tanto de la FNC como de la UCC: ambas surgieron como organizaciones “nuevas” e integradas por jóvenes, que vinieron a renovar el espacio político tradicional, representado en la imagen de “los políticos”: “Ese es el trabajo de los políticos, de mentirnos. Porque cuando un político te mira, mira nuestra cara, que cara tenemos. Seguramente va a decir, “ah esta mujer, son tonta”. Ahora ya no hay más tontos. Nosotros queremos vivir como la gente. Nosotros queremos tener viviendas, queremos tener agua, queremos tener tierra, como la gente. Ahora no hay más monte. Nosotras como mujeres, como madres. Nosotros tenemos que defender a nuestros hijos, a nuestros nietos, porque si nosotros bajamos los brazos (…) vamos a resistir acá”.107 En este sentido, la construcción de sentido hacia los políticos se relaciona con la “mentira” y con la adscripción de “tontos”, que nos recuerda a las imágenes simbólicas de seres débiles y sumisos analizadas anteriormente. A su vez, la idea –y aparición en la escena en Pampa del Indio- de los “políticos” tradicionales se encuentra muy ligada al plano electoral: “Sí, le dije *a los políticos+, yo soy una mujer dirigenta pero yo no voy a agarrar la oreja a la gente. La gente tiene su propio documento, si ellos quieren votar a usted, tiene que votar a usted. Yo no le voy a decir a la gente: “usted tiene que votar a esta gente, y esto”. No. La gente que vote a quien quiere votar, así le dije. Porque todos somos grandes le dije. La gente que quiere votar, y tiene documento, que vote nomas.” A su vez, la lucha etnopolítica se entiende contrapuesta a los políticos “los políticos ya sabemos, hace muchos años que sabemos la mentira de los políticos. Porque los políticos cuando llega la política, la campaña de la política, ahí recién te llega, como te endulzan los labios que esto, que esto…. con tantas mentiras de que te van a dar. Pero ellos no cumplen. Hasta ahora yo no quiero saber nada de los políticos (…) por eso que estoy diciendo, si vienen a mi casa los políticos ahí voy a plantear bien, toda la mentira. Porque por la lucha estamos consiguiendo algo. Y así controlamos nuestra zona.”108 Esto último, relacionado a los “políticos” -los que no cumplen-, es interpretado por Betty como “la política”, asignándole valores negativos e incluso de aparición esporádica -las campañas-. En este sentido, la “política de los políticos” es catalogada como algo malo, en contraposición a la lucha como el espacio de adquisición de beneficios (para controlar la zona). No obstante, mientras la “mala política” se encuentra ligada a “los políticos” y su inacción, la “buena política” se relaciona con la acción colectiva expresada en la “lucha” para mejorar las condiciones de vida: 106 107

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http://www.pcr.org.ar/nota/campo/se-fund%C3%B3-la-federaci%C3%B3n-nacional-campesina-de-la-argentina Dirigente Betty de la UCC, conversando con una mujer wichi en el acampe de junio 2014.

Entrevista a Leila López, integrante de la UCC de Pampa del Indio. Junio 2014

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“Yo creo que la política es todo lo que pasa en nuestro entorno. La política yo creo que es el accionar nuestro. (…) Pero es política también, a causa de las malas políticas, del padecimiento que tenemos todos los días: que no tenemos igualdad de oportunidades, que no tenemos acceso a la tierra, que no tenemos condiciones dignas de vida, eso es a causa de la inacción política por parte de los gobernantes. Porque ellos tienen otro tipo de política. Yo creo que lo que nosotros hacemos también es política, pero una política para bien, para mejorar nuestra calidad de vida.109” Con todo esto, podemos comenzar a construir los sentidos que los campesinos originarios imprimen a la lucha como un rasgo identitario particular expresado en la adquisición de beneficios producto de la acción colectiva y a través del ejercicio de lo que llamaremos la “buena política”.

2.8.- ¿Recursos legales disponibles?: entre tomas de tierra, represiones y acciones judiciales Pese a la muerte del principal dirigente de la organización, la UCC lejos de disolverse como organización, se reorganizó y continuó con la lucha por mejores condiciones de vida de los campesinos y originarios de Pampa del Indio y de todo Chaco. En el mes de noviembre de 2011, familias de campesinos originarios sin tierra de Pampa del Indio agrupados en la Unión Campesina ocuparon más de 1.000 hectáreas que presuntamente eran fiscales, en unidad con los compañeros que integraban la FNC Federación Nacional Campesina. Se trataba de un terreno “sin alambrados, abandonado, totalmente ocioso, mayoritariamente monte y por más de 30 años sin que se conociera a quien pertenecía”, según la descripción que hace la UCC en un comunicado110. Amparándose en los recursos legales existentes, los campesinos originarios reclamaron el derecho legal de esas tierras, ya que conformaban parte de aquellas que habían sido otorgadas a principios del siglo XX. Tanto en esta ocasión, como en todos los reclamos de derechos (los reflejados en el Art. 37 de la Constitución Provincial, el Art. 75 inc 17 de la Constitución Nacional, el Convenio 168 de la OIT, entre otros), los pueblos originarios reafirman su identidad étnica (y resistencia) con el despliegue de estrategias etnopolíticas dentro de las cuales se ubican aquellas demandas que tienen amparo legal y jurídico. En el caso de las tierras usurpadas en Pampa del Indio, la Constitución Nacional reconoce la preexistencia de los pueblos originarios y en la Constitución de la provincia del Chaco que establece que las tierras fiscales deben ser adjudicadas prioritariamente a los aborígenes y pequeños productores, prohíbe a sociedades anónimas, y rechazan que se los acuse de usurpadores. En aquella ocasión, una vez ocupado el predio, intervino el Instituto de Colonización111, el cual constató que se trataba de tierras privadas pertenecientes a un grupo de hermanos. Los ocupantes plantearon que desalojarían el terreno siempre y cuando se les entregue tierras fiscales en otro lugar. Dos integrantes criollos de la UCC solidarizados con la causa, fueron detenidos cuando suministraban de tanques de agua a los ocupantes y trasladados posteriormente a la localidad de San Martín. Pasaron 45 días hasta su liberación, con cortes de ruta, acampes y una gran solidaridad frente a la fiscalía. Pese los intentos de deslegitimar el reclamo, y luego de cuatro meses de ocupación, la Federación Nacional Campesina del Chaco logró que se le entreguen 415 hectáreas en zonas aledañas.

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Entrevista realizada a Daniel Benitez, dirigente de la UCC de Pampa del Indio. Agosto 2014 http://argentina.indymedia.org/news/2011/12/804769.php 111 El Instituto de Colonización es una institución dependiente del estado provincial y fue creado para la regularización y administración de las tierras en el territorio provincial. Lejos de eso, es cotidianamente denunciado por titularizaciones de tierras fiscales y compra y venta de terrenos con dueños. Ver informes y denuncias en: http://www.centromandela.com/?tag=instituto-de-colonizacion. 110

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Nos interesa reflejar en este caso anecdótico, que las disposiciones legales hacia pueblos originarios son cotidianamente relegadas por intereses políticos ligados -muchas veces- a los propietarios de los territorios en disputa.112 Incluso, en el año 2007 la Corte Suprema de Justicia de la Nación, falló a favor del Proyecto presentado por el Instituto del aborigen chaqueño (IDACH) y condenó al Estado de ser responsable del “genocidio silencioso”, exigiéndole que garantice los derechos de los pueblos originarios Qom, Wichí y Mocoví, en cumplimiento del artículo 37 de la Constitución Provincial. Desde ese momento hasta la actualidad esta disposición continúa sin cumplirse y ha sido fundamento legal de las reiteradas acusaciones que realizaron los originarios contra el Estado (incluso paso a incluirse como exigencia en el abanico de reivindicaciones de la UCC). Particularmente, ese incumplimiento se evidenció en febrero de 2014. Luego de la movilización y la llamada “Cruzada por el agua” (campaña solidaria por agua para los pueblos originarios), las organizaciones realizaron un comunicado de prensa el 11 de febrero titulado “Ajuste infame. El Gobierno quiere reprimir por la falta de agua”.113 En el mismo se denunciaba la falta de ese recurso básico en todas las zonas rurales de Pampa del Indio y del resto de la provincia. Exigían que el Gobernador interino Bacileff Ivanoff114 renueve los contratos con la empresa Administración Provincial del Agua, encargada de recorrer las zonas rurales con camiones cisternas, y sobre la cual el gobierno había anunciado la suspensión del servicio. Los otros dos reclamos en la movilización, referían a la exigencia de mejores condiciones sanitarias, a causa de la denuncia de la muerte de un bebé qom en el hospital de Pampa del Indio, que se debió a la falta de incubadoras y de mala praxis115, y la decisión del gobierno de eliminar los bolsones de comida y reemplazarlos por una tarjeta alimentaria de 100 mensuales. 116 A su vez, en el comunicado se daba una alerta de represión, que no demoraría en cumplirse. El 19 de febrero, Gendarmería Nacional intentó desalojar la Ruta N° 3 en donde se encontraban aproximadamente 300 personas reclamando por la falta de agua. Al otro día, diarios nacionales difundían la feroz represión y explicaban que el ejecutivo provincial había acusado a los originarios de hacer una“emboscada” a la gendarmería, a causa del enfrentamiento y la resistencia a abandonar la ruta. Según menciona la nota: “(…) el gobernador Juan Carlos Bacileff Ivanoff ordenó desalojar la ruta: “No podemos permitir el corte permanente de la ruta. La democracia directa acá no existe y se gobierna por los representantes que son elegidos por el voto popular”, justificó el gobernador.(…) Y El procurador general de la provincia, Jorge Canteros, denunció que los efectivos fueron “emboscados” por los indígenas”.117 Luego de la represión, un dirigente del PCR de Chaco, expresaba en un comunicado de prensa titulado “Genocidio silencioso, discriminación, 112

En el estudio titulado “tierras S.A. Crónicas de un país rematado”, los autores Andrés Klipphan y Daniel Enz analizan cómo, en la zona de Pampa del Indio, y particularmente en el caso del terrateniente E. Eurnekian -40mil has-, se evadieron las disposiciones legales (más la condenación de multas y deudas impositivas) ya que estas propiedades suponían “grandes inversiones para la zona”. Ver Klipphan Andrés y Enz Daniel. “tierras S.A. Crónicas de un país rematado”. Ediciones Aguilar, primera edición, Buenos Aires, 2006. 113 Disponible en: https://www.facebook.com/notes/marcha-del-impenetrable/ajuste-infame-el-gobierno-quierereprimir-por-reclamar-agua/580028802088227 114 En el mes de diciembre de 2013, el gobernador kirchnerista electo de la provincia, M. Capitanich, pasó a ser Jefe de Gabinete de la Nación. A su cargo quedo Bacileff Ivanoff, su vicegobernador, que proviene del sector peronista conservador de Chaco. http://www.lanacion.com.ar/1639506-jorge-capitanich-de-gobernador-de-chaco-a-jefe-degabinete 115 A la falta de incubadoras, los médicos improvisaron con lámparas y frazadas. Las graves quemaduras causaron la muerte del niño. El gobernador Capitanich se hizo presente en el lugar y el jefe del hospital presentó su denuncia. Pese a que la noticia tomo alcance nacional, el mes pasado visitamos el hospital y éste sigue sin pediatras ni equipamiento adecuado.http://www.perfil.com/sociedad/Ordenan-cuatro-detenciones-en-Chaco-por-la-muertedel-bebe-qom-20131025-0011.html 116 Las organizaciones cuestionaban que estas tarjetas sólo se podían comprar en tres negocios (con acusaciones por precios abusivos y ligados al poder político) y que los bolsones contenían alimentos por más de 200 pesos (el doble de lo que se puede comprar con la tarjeta). Diario Página 12. Marzo 2014. Disponible en: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-241019-2014-03-04.html 117 http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-241019-2014-03-04.html

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expulsión y represión”: “Hay un fallo de la jueza, sostenido además por el Superior Tribunal de Justicia, de que es necesario el cumplimiento de esos compromisos tomados por el estado, y el gobierno de ese momento, por lo tanto el compromiso tiene continuidad y se llamaron en múltiples ocasiones a audiencias donde participaban los distintos sectores que estaban afectados por la situación. (…)Porque no sólo se cumple en lo más elemental, como es el tema del agua, sino que se reprime salvajemente. Y se comienza una persecución como en toda la zona de Gral. San Martín, donde está el Fiscal Sorabella, un fiscal que dos veces sin investigar cerró la causa de la muerte por un supuesto accidente del compañero dirigente Mártires López de la Unión Campesina. Es importante que la Justicia convoque al Estado y a las organizaciones, para el control del cumplimiento de ese compromiso (…)También hicimos alusión a lo que significa disposición de la Corte Suprema de la Nación, de la exigencia a los Gobiernos nacional y provincial, de dar respuestas a las necesidades, cosa que no está ocurriendo”. 118 Con estas demandas, nuevamente retomamos a H. Vázquez (2002) para explicar, por un lado, que las movilizaciones de las organizaciones de los pueblos originarios en reclamo de sus reivindicaciones etnopolíticas (tales como los derechos territoriales, el acceso a recursos básicos como agua y salud), se enfrenta a la indiferencia y la poca atención por parte de los estados municipales, provinciales y nacionales. Incluso, son víctimas de fuertes represiones y encarcelamientos, como en el caso de febrero de 2014 en Pampa del Indio. Por otro lado, como afirma el autor, las políticas de desarrollo económico y de inclusión social implementadas por los gobiernos chocan, muy frecuentemente, con los intereses y los derechos de los pueblos originarios. En la zona de nuestro interés, estas situaciones tienen expresión en el avance de las fronteras de monocultivo y agroindustriales en el marco de la expansión del proceso de neoextractivismo en la Argentina: “Buena parte de la población qom de Pampa del Indio vive desde hace generaciones en la zona conocida como Campo Medina. Las críticas al vecino Don Panos se remontan a la década pasada, cuando la empresa se instaló en el lugar y arrasó parte del monte donde las comunidades obtenían leña, hierbas medicinales y alimento. (…) los modernos equipos de irrigación, enormes estructuras móviles que proveen las plantaciones con agua extraída directamente del río Bermejo. Es un paisaje de postal: llanuras prolijas, grandes viviendas a dos aguas, de tejas rojas y paredes claras, aire acondicionado(…) Una estancia siglo XXI. Forma parte de Corporación Unitec Agro, que nuclea a otras cinco fincas de Chaco y Formosa. (…) En la zona falta el agua. En las parcelas indígenas se dejan ver bidones verdes, con los que acarrean el agua y que no hace mucho contenían Roundup, el glifosato pilar del modelo sojero. Leyes sanitarias prohíben su reciclado, no hay lavado que elimine el tóxico, pero abundan y envenenan en todos los poblados pobres cercanos a campos transgénicos”.119 El “paisaje postal” que representan las grandes inversiones de la zona, trae consigo las obras de canalización de los Ríos Bermejo y Guaycurú para controlar los desbordes naturales de las afluentes que bañan el territorio. Esto no hace más que provocar sequía y la irrigación de los suelos. Sumado a las fumigaciones con agrotóxicos, sólo nos resta pensar en las serias consecuencias para la salud humana y en el etnocidio silencioso hacia estas comunidades.

3.- Algunas reflexiones finales A lo largo de este capítulo, fuimos desentramando nuestro objeto de estudio desde diferentes dimensiones. Este ejercicio nos abrió el juego para pensar que, desde donde miremos las prácticas políticas de los campesinos originarios, encontraremos un caleidoscopio de actores y escenarios, con múltiples demandas que se conjugan en diferentes nociones de unidad, con estrategias políticas hacia el estado provincial y nacional y con la utilización de los 118 119

https://www.facebook.com/notes/593643067393467/ http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-161022-2011-01-24.html

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recursos legales disponibles. Pero particularmente, lo que se nos presenta, es que el producto de todas estas dinámicas, que son parte de las luchas históricas de los pueblos originarios y campesinos, no los tiene a ellos solamente como beneficiarios y protagonistas. Es decir, la lucha etnopolítica dentro de la UCC, no se presenta como unidireccional, sino que trasciende a los campesinos qom y es apropiada por el resto de los actores: quienes integran el PCR, la CCC, los criollos y demás espacios sectoriales. Podríamos reflexionar entonces, que incluso siendo que los campesinos indígenas van tomando conciencia de sus derechos étnico-políticos y transforman paulatinamente su entorno simbólico, político y social, la noción del “nosotros” en el cual se incluyen, atañe al resto de los actores en escena en una doble dinámica entre unos y otros.

Foto 7: De izquierda a derecha: Mártires López (UCC), Víctor Gómez (CZT) y Luis Venegas (Asociación Cacique Taigoyi). Festejando la entrega del títulos de propiedad comunitaria en Campo Cacique, ubicado a 30Km de Pampa del Indio. Año 2008.

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CAPÍTULO 3 Qomi salegaxtaigui na Unión Campesina (Nosotros participamos en la Unión Campesina) En línea con lo precedente, nuestro objetivo aquí es adentrarnos en la estructura orgánica de la Unión Campesina de Chaco y sus dinámicas de debate y acción. En el contexto de las teorías latinoamericanas sobre los nuevos movimientos sociales, nos interesa analizar cuáles son las estrategias desplegadas por los campesinos originarios qom hacia adentro de la Unión Campesina, que generan en su dinámica interna una particular forma de construir “la política” dentro de los procesos étnicos identitarios. Este análisis nos permitirá ubicar a la organización por fuera de las estructuras políticas tradicionales, pero sobre todo, podremos apreciar la importancia del movimiento como lugar de formación ideológica y de construcción de sujetos políticos. Asimismo, nos interesa reflexionar sobre la relación de la UCC con sus líderes, particularmente en el proceso de construcción y representación de éstas figuras; analizar el peso que tiene su formación ideológica en las representaciones que se tienen de la lucha y los sentidos impresos a la pertenencia a un territorio, que es a la vez, compartido y resistido por quienes viven allí.

1.1.

Nuevos movimientos, nuevas teorías

Maristella Svampa y Sebastián Pereyra (2003), sostienen que en los últimos 25 años en América Latina, la sociología de la acción colectiva pasó de las influencias de Alain Touraine, Manuel Castells y Alberto Melucci, precursores de la noción de movimientos sociales, a consolidar un camino propio, aunque sin desvincularse por completo de las perspectivas europeas. En este sentido, se ha afianzado una tradición analítica particular vinculada a las ciencias sociales críticas, que abreva en otras nociones, al tiempo que no renuncia a la recreación de ciertas categorías vinculadas al otrora llamado paradigma de la identidad. Esta latinoamericanización de las teorías120 refiere, principalmente, a la necesidad de mirar con ojos locales y puntuales los procesos de movilización y acciones colectivas que vienen sucediendo desde la década de los 60 y 70 en la región121. 120

Al respecto uno de los principales precursores de las llamadas “Nuevas Epistemologías del Sur”, Buenaventura de Sousa Santos (2009), señala que: 1.- “La comprensión del mundo es mucho más amplia que la comprensión occidental del mundo”. 2.- La diversidad del mundo es infinita. Existen diferentes maneras de pensar, de sentir, -de sentir pensando, de pensar sintiendo-, de actuar, diferentes relaciones entre seres humanos – diferentes formas de relación entre humanos y no humanos, con la naturaleza, o lo que llamamos naturaleza; diferentes concepciones del tiempo, de formas de mirar el pasado, el presente y el futuro; diferentes formas de organizar la vida colectiva, y la provisión de bienes, de recursos, desde un punto de vista económico. Para Sousa Santos (op cit;17) esta gran diversidad queda desperdiciada debido al conocimiento hegemónico que tenemos, permanece invisible. 3.- Esta gran diversidad del mundo, que puede ser y debe ser activada, así como transformada teórica y prácticamente de muchas maneras plurales, no puede ser monopolizada por una teoría general. No existe teoría general que pueda cubrir adecuadamente todas estas diversidades infinitas del mundo. Por eso, finaliza el autor, hay que buscar formas plurales de conocimiento. 121 Algunos de los principales núcleos temáticos acordados sobre las sociedades latinoamericanas que realizaron los investigadores de estas corrientes son: 1) la cuestión indígena, 2) la cuestión de las clases sociales; 3) la cuestión del populismo; 4) la cuestión del desarrollo. Entre ellos, Darío Martuccelli (1994); Boaventura De Sousa Santos

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Desde estas posturas teóricas y con base práctica en las experiencias desarrolladas por la UCC en el capítulo dos, sostenemos que los procesos de surgimiento de nuevos movimientos sociales, ilustraron el nacimiento de una nueva matriz de acción territorial, con componentes altamente pragmáticos y con una fuerte orientación de demandas hacia el Estado. Asimismo, pese a que en nuestro caso resulta engañoso el término de “nuevo”, puesto que en la genealogía que realizamos, la tradición de organización campesina indígena data desde principios del siglo XX, creemos que particularmente la Unión Campesina presenta componentes que nos permiten incorporarla a estos grupos. En este sentido, recordemos que mantiene como estructura madre al movimiento de desocupados Corriente Clasista y Combativa (CCC) y como ejemplo imitador a la Federación Nacional Campesina de Paraguay, que forman parte de la llamada “década en movimiento” (Modonesi y Reblon, 2011), y de los cuales adoptó y mantuvo esas nuevas formas de organizarse, que surgieron en los contextos particulares de crisis económica y de representación política recientes. No obstante, no podemos dejar de mencionar algunos componentes “tradicionales” que mantiene la Unión Campesina en comparación con aquellos movimientos emergentes. En primer lugar, en la mayoría de los casos, las nuevas organizaciones demandan en la agenda política problemas ligados al tipo societal en surgimiento, marcado por la asociación entre globalización y neoliberalismo (movimientos contra el cambio climático, en defensa de los recursos naturales, de derechos de género, entre otros). La UCC sin negar los problemas derivados de estos procesos y que incluso afectan notablemente la vida en el campo (pensemos en la deforestación y la desertificación de los suelos factores problemáticos para su reproducción como campesinos), plantean en el nuevo escenario, viejos problemas ligados a la tenencia de la tierra, la marginación y discriminación de las comunidades originarias y la falta de recursos estatales para mejorar sus condiciones de vida; en definitiva, demandas relacionadas a la pobreza y distribución de la riqueza, nada nuevos en las agendas políticas y sociales. Esto nos lleva al segundo componente que mantiene la UCC ligado a los movimientos anteriores a la década de los 60 y 70: sus demandas son propias de un sector, de los campesinos, y de una condición económica; la de pobres. Es decir, con componentes e intereses clasistas anclados en los campesinos pobres (wichis, qom y criollos) y con sustrato político-ideológico consensuado entre sus integrantes, que también se encuentran afiliados en algunos casos, a un partido político (el Partido Comunista Revolucionario -PCR-). Así pues, en este escenario, la UCC es parte de los ejemplos paradigmáticos en los cuales la organización es subsidiaria de las orientaciones políticas de un partido (Svampa, 2003). Asimismo, la diferencia con aquellos movimientos emergentes no resulta de la negación en la pertenencia a una clase social por parte de sus integrantes, sino en la heterogeneidad del componente clasista que poseen esos nuevos movimientos: sus integrantes mayoritariamente se caracterizan por agruparse alrededor de demandas comunes e intereses sociales más que situaciones particulares de cada clase, incluso con posiciones políticas e ideológicas evanescentes y desiguales. Con todo, sin pretensiones de marcar antinomias entre unos y otros movimientos, sostenemos que la UCC presenta características propias de lo “viejo” y de lo “nuevo” que emerge, por lo que la convierte en un caso interesante y dinámico para ser investigado, particularmente en la manera en que se adecúa con viejas demandas y conflictos a nuevos escenarios y paradigmas. En esta línea, destacamos autores como Svampa y Pereyra (2003) quienes encuentran en los diferentes contextos de la región y en la fuerte heterogeneidad registrada hacia el interior de los movimientos, ciertas características emergentes distintivas de las organizaciones. Particularmente, nos interesa abocarnos a dos de ellas: - Por un lado, los nuevos repertorios de acción colectiva -como el piquete, corte de ruta y acampes- que se impusieron sobre la escasa eficacia de los caminos de demanda (2007); Marcos Roitman Rosenmann (2008); Norma GIarraca (2008); Maristella Svampa (2003, 2009; 2012); entre otros.

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tradicionales (generalmente institucionalizados), en épocas de crisis política institucional y contextualizados en el nuevo tipo societal, caracterizado por la asociación entre globalización y neoliberalismo. Como analizamos en el capítulo 2, la UCC se caracterizó en estos 14 años por el despliegue de nuevos repertorios de acción: las sucesivas Marchas del Impenetrable, los cortes de ruta y piquetes en reclamo de agua y por la liberación de los detenidos en Pampa del Indio, la toma de tierras en los parajes rurales de esa localidad y los acampes en la capital provincial, entre otros. Los efectos de estas acciones habilitaron la participación y masificación del movimiento y la conquista de beneficios a partir de negociaciones con el poder ejecutivo y las distintas agencias del Estado provincial (vivienda, insumos para la producción, entre otros); - Por otro lado, lógicas nuevas de participación y decisión democrática en las estructuras de estos movimientos que superan los liderazgos caudillistas y las decisiones arbitrarias, y se caracterizan por debates asamblearios y cuerpos de delegados, generando la circulación de propuestas y decisiones de acción. Esto da lugar a nuevos liderazgos y a la formación político-ideológica de sus miembros que hacen a la identidad política colectiva dentro de la UCC (procesos étnicos identitarios). En este capítulo nos focalizaremos en los modos de participación de los integrantes de la UCC en sus instancias orgánicas. A su vez, indagaremos sobre las figuras de liderazgo que se construyen en contextos materiales y simbólicos específicos de los pueblos originarios chaqueños, que posibilitan el surgimiento y la trascendencia de líderes como Mártires López. Al ser nuestro objeto de estudio los campesinos pobres originarios qom que participan en la UCC, nuestro interés radica en cómo se transforman en sujetos políticos dentro de un movimiento social en el cual la participación es el elemento clave para entender la configuración de sus prácticas políticas que son compartidas también con miembros no indígenas (integrantes del PCR, criollos y demás sectores). Todo esto en el contexto de los procesos étnicos identitarios y de lucha etnopolítica para no abandonar el campo y no desaparecer como campesinos originarios.

2. Figuras en movimiento Como parte de la “década en movimiento” (Modonesi y Reblon, 2011), la Unión Campesina de Chaco se destacó, desde su surgimiento en 2003, por su particular forma de organizarse a través del ejercicio de la democracia directa con los cuerpos de delegados y asambleas. Como colectividad social, la UCC desarrolla una visión crítica de la realidad destinada a desarticular la política pública tradicional de asistencialismo y clientelismo destinada a sectores marginados. Esto, no sólo hace más compleja la cooptación de sus miembros por los diferentes partidos políticos tradicionales, sino que también brinda un espacio de formación política constante. Así lo expresa Daniel, dirigente qom de la UCC: “Mi participación en la Unión Campesina es la misma como cada compañero porque nosotros somos una organización democrática, muy horizontal, digamos, no somos verticalistas. (…) cada compañero tiene la misma validez del que está nombrado como presidente. (…) Nosotros como organización de lucha, el hecho de formar parte de una comisión directiva es sólo por lo legal, pero después el rol y el protagonismo en cada uno de nosotros es igual, es parejo. Tanto la decisión, la palabra de cada compañero como la mía es igual, como mujer, joven, anciano, anciana, campesino, todo. Es una organización muy democrática.”122 La valoración positiva del carácter horizontal de las formas de participación y de los mecanismos de toma de decisión refieren a un protagonismo igualitario planteado en la orgánica interna de UCC. Esta dinámica excede a las obligaciones legales por conformar una

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Entrevista a Daniel, dirigente de la UCC en Pampa del Indio, julio 2014

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Asociación con personería jurídica123 sino que se corresponde a una democracia de participación colectiva ligado a sus objetivos como “organización de lucha”. La división de roles se fundamenta en una necesidad organizativa que tiene como propósito garantizar la circulación de información, saberes e ideas, tener conocimiento sobre las necesidades de los habitantes de cada paraje y la distribución equitativa de recursos colectivos en caso de ser beneficiados.124 A continuación, profundizaremos nuestro análisis sobre la identidad política colectiva que se construye dentro de la UCC a partir de figuras concebidas como instrumentos conceptuales y operativos con el propósito de distinguir los principales roles orgánicos de los campesinos qom en la dinámica interna del movimiento: “integrante”, “delegado” y “dirigente”. Se sostendrá que los presupuestos político-ideológicos que sustentan a la organización, se manifiestan en cada uno de dichos roles, y por lo tanto, estas formas de participación no son solamente una característica más sino uno de sus rasgos constitutivos dentro de los procesos étnicos identitarios. En consecuencia, los debates y la circulación de ideas, dan lugar a procesos de formación política constante en todos los estratos, no sólo en sus líderes y/o referentes. Entendiendo que esas figuras en movimiento son dinámicas, y se moldean a partir de prácticas políticas concretas, analizaremos los procesos de formación desde las representaciones que los distintos actores tienen de la lucha. A modo de ejemplo, Betty, dirigente qom, sostiene que: “De ahí parece que ya aprendemos cómo se hace un corte de ruta, porque cuando hay corte de ruta nosotros tenemos que viajar a Resistencia (…) ahí aprendimos a luchar.”125

2.1.- Los integrantes Más allá de que pueda considerarse que son integrantes todos aquellos que forman parte de la Unión Campesina, en esta investigación se considera como “integrante” a toda aquella persona que tiene algún tipo de responsabilidad orgánica en el movimiento y que entiende a la participación política como factor constitutivo de su praxis habitual. En esta línea, los integrantes son el sector mayoritario y conforman la base de la organización. Como mencionamos en la introducción, se calcula que en Pampa del Indio componen el movimiento alrededor de 700 personas entre campesinos pobres originarios qom y criollos; siendo los primeros, los predominantes.

- Responsabilidad orgánica y participación política La responsabilidad política de los integrantes de la UCC supone la participación activa en los debates y en los repertorios de protesta. Como se analizará a continuación, su acción es autovalorada por la fortaleza (Como menciona Lelia: “para marchar un poquito más”; “estamos fuertes”),126por la unidad para la lucha (“Queremos andar bien (…) por la lucha”) 127 y por la concepción identitaria de un “nosotros” referido a la solidaridad, los lazos de parentesco y en oposición a la inacción de los políticos. Esto último, se presenta como aristas de configuraciones de etnicidades, que son el sustrato político-ideológico de la lucha etnopolítica

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La Personería Jurídica de las Comunidades originarias es un derecho consagrado en la Constitución Nacional, en su artículo 75, inciso 17 que reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas y la personería jurídica de sus comunidades. En las zonas rurales de Pampa del Indio, existen alrededor de 20 Asociaciones con personería jurídica, entre ellas la UCC y la FNC, quienes son beneficiarias de los títulos de propiedad comunitaria (en el caso de la UCC ésta tiene a su nombre títulos comunitarios de Pampa Chica y la FNC tiene los títulos de las tierras recuperadas en 2011). 124 Entrevista a Betty. Dirigente de la UCC. marzo 2014 125 Entrevista a Betty. Dirigente de la UCC. marzo 2014 126 Entrevista a Lelia, integrante de la UCC. Junio 2014 127 Entrevista a Lelia, integrante de la UCC. Junio 2014

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que se entrelaza con las características planteadas sobre la unidad -identitaria- dentro de la UCC en el capítulo 2. Los debates en los cuales los integrantes participan tienen lugar en las asambleas por paraje, en los lugares donde la acción colectiva se lleva a cabo –piquetes, cortes de ruta, acampes- o, incluso, en el ámbito cotidiano, a través del delegado que recorre casa por casa consultando sus apreciaciones respecto de un tema. Lelia, integrante qom, relata: “Si, cuando había reunión. Se comunica siempre por la radio y nosotros siempre estuvimos, fuimos.”128 La opinión de los integrantes tiene un valor político muy importante al momento de considerar las propuestas o sugerencias que plantean los delegados que, en muchas ocasiones, se vuelven sus portavoces en las asambleas generales, no sólo por una cuestión de responsabilidades y roles asignados sino también, por problemas de idioma, discursivos y de confianza hacia quien los representa. Como menciona Ramona, integrante qom, el hecho de que las familias tengan un “delegado” que los represente es sinónimo de “participar”, “enterarse”, “predicar” y asistir a las actividades: “Y, nosotros participamos porque… predicamos, así como hoy. Venimos a las marchas, y tenemos nuestro delegado129”. [Respecto a si el delegado les avisa] “Sí, sí, como ese día que vinimos acá juntamos todos y vinimos todos”.130 Asimismo, pese a que no constituye una “responsabilidad” en términos de obligación o tarea, los integrantes se autovaloran y atribuyen el compromiso de “alentar” a los compañeros que integran la organización, con el objetivo de fortalecer la lucha etnopolítica, es decir, entendiendo que en el camino que se recorre se debe “ser fuerte” y “muchos para avanzar”, pese a que sucedan situaciones trágicas y desestabilizadoras como la muerte de su dirigente, tal cual lo relata Víctor, integrante qom: “Yo hace mucho tiempo que vengo enterando, siempre, alentando también a la gente, alentando a la gente. Porque yo una vez cuando pasó esto [refiere a la muerte de Mártires López] entonces nosotros nos quedamos un poquito, cuando sucedió lo que sucedió nosotros nos quedamos un poquito medio sentados (…), medio que alejados de la Unión Campesina, un tiempo estuvimos muy fuerte, un tiempo que todo lo que pasó con la muerte de Mártires nosotros nos quedamos, algunos que un poquito se abandonaron o quedaron mirando cómo estaba todo esto.”131 En cuanto a las acciones de protesta, los integrantes poseen un rol activo en los repertorios de acción colectiva: asisten a las movilizaciones, cortes de ruta, piquetes y acampes. En la entrevista, Víctor, alude a que esta participación es sinónimo de lucha colectiva en la búsqueda de beneficios - que también se reparten de manera equitativa o se toman decisiones en asamblea-: “(…) Yo soy una persona que ando participando nomás por hoy, lo que yo quiero es estar con la gente y la gente de Pampa, alguna ayuda, que me alcance para mí también. Por eso vengo participando”.132 Pero estas acciones, también traen consecuencias no deseadas con un valor negativo para la lucha política de los pueblos originarios, y para los integrantes de la UCC, en particular: son víctimas de la fuerte violencia estatal legítima, que tanto en los sucesos registrados de febrero y junio de 2014 causó graves heridos, hospitalizados, detenidos e incluso desaparecidos. Es oportuno mencionar que, mientras nos encontrábamos realizando esta investigación, participamos de las jornadas de junio en la capital provincial. Aquel día fue una verdadera cacería humana… Los comandos reprimieron en un radio de 20 cuadras. La movilización con otros sectores se había dispersado por las calles de la capital provincial y 128

Entrevista a Lelia, integrante de la UCC. Junio 2014 Entrevista a Ramona, integrante de la UCC. Junio 2014 130 Entrevista a Ramona, integrante de la UCC. Junio 2014 131 Entrevista a Víctor, integrante de la UCC, Junio 2014 132 Entrevista a Víctor, integrante de la UCC, Junio 2014 129

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nosotros, junto con contingente de originarios, corríamos y seguíamos la bandera de la organización, que indicaba el camino que había que cursar hasta el campamento, donde habían quedado alojados las mujeres y los niños. En algún momento que logramos detenernos a registrar con la cámara lo que ocurría, pudimos ver como la policía provincial montada golpeaba a un integrante de la UCC que habíamos entrevistado horas antes y que, por su edad, no podía correr tan rápido como nosotros. Luego nos enteramos que había sido hospitalizado con 6 puntos en la cabeza y 13 perdigones de bala de goma en su mano. Al llegar al campamento, la balacera continuó allí adentro. La gente gritaba para que se detuvieran. Luego, la jornada se convirtió en un ir y venir de ambulancias, de desaparecidos y presos. Había chicos y mujeres que no sabían hablar español, y nunca habían estado en Resistencia. Se realizaron grupos de apoyo con vehículos que salieron a buscar a quienes deambulaban perdidos por la ciudad. No conocíamos sus caras ni sus nombres. Hubo mucha desesperación. Los últimos en aparecer fueron dos chicos wichi de 11 y 10 años a las 4 de la madrugada. Al otro día, volvimos a marchar.133 Más allá de la cuestión anecdótica de aquellas jornadas, y en oposición a la violencia estatal, los integrantes de la UCC aseguran que las relaciones entre ellos hacia el interior del movimiento se basan en la unidad como expresión identitaria y como estrategia política. Al respecto, Lelia relata: “Sí, sí. No hay peleas, nada. No queremos eso. Queremos andar bien por la gente, y por la lucha, así…” (…) “Sí, lo de la unidad es más principal. Porque así si vos querés hacer algo, solo no se puede, con la unión es más fácil.”134

-Formación Política Sumado a la participación y al ser beneficiarios directos de los recursos obtenidos, los campesinos pobres qom integrantes de la UCC, imprimen representaciones acerca de su lucha política relacionados a la participación física en las acciones colectivas y a la solidaridad con los dirigentes (quienes los representan en sus demandas hacia el Estado) en la búsqueda de beneficios para el sector. Lelia, quien es también hermana de Mártires López, relata: “Conformamos la UCC, porque ese día mi hermano siguió la organización y ahí estamos ayudando, siempre. Siempre fuimos con la lucha, corte, todo lo que hace ahí fuimos. Para que consiga algo para nuestra chacra, nuestro hijos.”(…) “Pero siempre estamos fuertes, siempre ayudando la organización, la Betty, todos los demás dirigentes para que ellos no se puede bajar la mano. Es lo que estamos pensando, estamos viendo y ojala que podamos marchar un poquito más”.135 Asimismo, la concepción identitaria qom del “nosotros”, se imprime en la lucha etnopolítica que se lleva a cabo dentro de la UCC, en oposición también a un “otros” identitario, que se referencia particularmente entre los integrantes entrevistados en la “campaña política” y la acción de los políticos.136 Así lo relata la hermana de Mártires: “Y los políticos ya sabemos, hace muchos años que sabemos la mentira de los políticos. Porque los políticos cuando llega la política, la campaña de la política, ahí recién te llega, como te endulzan los labios que esto, que esto…. con tantas mentiras de que te van a dar. Pero ellos no cumplen. Hasta ahora yo no quiero saber nada de los políticos. Es más, yo escuché a mi hermano ese día, cuando él vivía, que él no quiere saber nada de los políticos, porque en lucha se consigue todo. Y por eso es que estoy sacando ahora. Mira, ese día cuando allá cuando asumió el intendente hasta ahí me prometió mi vivienda, y hasta ahora cuando ganó él, hasta ahora no tengo nada. Ni ayuda, nada. Por eso que estoy diciendo, si vienen a mi 133

Notas de campo, junio 2014. Entrevista a Lelia, integrante de la UCC. Junio 2014 135 Entrevista a Lelia, integrante de la UCC y hermana de Mártires López. Junio 2014 136 Recordemos el análisis que realizamos en el capítulo nro 2 sobre la acción de la “buena política” en oposición a la “mala política”. 134

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casa lo políticos ahí voy a plantear bien, toda la mentira. Porque por lucha estamos consiguiendo algo. Y así, controlamos no más allá nuestra zona”.137 Desde nuestra perspectiva, un último rasgo a destacar es la apreciación de los integrantes como sujetos sumamente comprometidos y atentos para con las acciones de la Unión Campesina. Sus responsabilidades superan aquellas acordadas o fijadas tácitamente mediante la idea de que quien participa, recibe beneficios. Más allá de esto, la figura de los integrantes denota solidaridad, fortaleza y voluntad de seguir luchando, que superaron en muchas situaciones, nuestra visión cotidiana e incluso occidental de las cosas en términos de individuo vs colectivo, humildad vs comodidad, ánimo vs abandono. Tomaremos como ejemplos de esto, nuestras notas de campo sobre la observación y participación en las jornadas de junio de 2014: “Cuando arribamos al campamento en la localidad de San Martín, lugar de confluencia de qom y wichis para la movilización al día siguiente, se habían improvisado algunas carpas con nylon o frazadas, muy precarias, y el frío sumamente abrumador generaba rondas entre familias para calentarse en pequeñas fogatas. Junto con algunos delegados y dirigentes fuimos a comercios de la ciudad a pedir solidaridad en la compra de los alimentos. Al llegar, los integrantes fueron preparando tortas parrilla (los wichis) y torta frita (los qom) que fueron repartidas colectivamente. Mientras tanto, los rituales y prédicas evangélicas alentaban el ánimo para sobrellevar las extremas temperaturas y condiciones y prepararse para las jornadas de acción venideras. En aquellos momentos, nuestra intrusión directa en el campo bajo las mismas condiciones que los sujetos actuantes – los integrantes-, conducía a reflexionar sobre sus actitudes en cuanto a nivel de fortaleza para afrontar, no sólo el frio y el dormir sobre la tierra y el rocío, sino también la voluntad de una lucha política a la que definitivamente se le estaba “poniendo el cuerpo”.” 138 Esto nos condujo a reflexionar que aquellos sujetos no son atraídos por los beneficios y/o asistencias que puede conseguir un partido o movimiento político a partir de relaciones clientelares. En cambio, son quienes elijen el camino más complejo y duro: el de la resistencia dentro de la lucha etnopolítica. A modo de conclusión, podemos pensar que, siendo la figura de los integrantes de la UCC denota valor, solidaridad, fortaleza y convicción, estamos en presencia de un movimiento social y político claramente politizado en todos sus aspectos e instancias –en este caso, las de “base”-. Esto hace que se planteen otros mecanismos diferentes en la forma de demandar al Estado y a las posibles cooptaciones de sus integrantes por otros partidos o movimientos sociales en el juego de las arenas políticas.

-Lazos de Parentesco A pesar de no ser un rasgo propio de los integrantes de la UCC, es preciso señalar la relevancia que tienen los lazos de parentesco, en tanto motivo para impulsar la participación en el movimiento. Los lazos de parentesco presentan un tejido interesante para comprender el mapa generacional y la distribución por zonas. Los campesinos originarios suelen identificar el lote139 con un apellido, ya que las familias parentales generalmente viven en las cercanías. Esta situación puede ser consecuencia de dos factores: a).- el hacinamiento rural 140 producto de la escasa disponibilidad de tierra para cultivo (campesinos pobres sin tierra). Por ejemplo, como relata Lelia: 137

Entrevista a Lelia, integrante de la UCC y hermana de Mártires López. Junio 2014 Notas de campo junio 2014. 139 El lote es la división legal que presenta el territorio. Actualmente en Pampa del Indio, cada lote posee el título de propiedad de la tierra (más allá de que se encuentre regularizado o no). Estos varían en extensión. Los lotes de Pampa Chica tienen alrededor de 30 hectáreas cada uno, mientras que los de Lote 4, 200has. En un lote generalmente viven un conjunto de familias ligadas por lazos de parentesco. 140 El “hacinamiento rural” supone la existencia de condiciones mínimas para garantizar la vida productiva en el campo. El llamado también hacinamiento productivo se calcula la cantidad de familias sobre la cantidad de terreno 138

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“Nosotros no tenemos tierra. Por mamá, estamos viviendo en un lote. El lote de mamá, y ahí estamos viviendo, yo, mi hermana, después hay un hermano que está al ladito de la casa de mamá y estamos cuatro familias”.141 b).- desplazamientos históricos (por privatización y despojo de territorio o por razones de consolidar redes familiares para vivir en las cercanías) que configuraron la ruralidad de los parajes a partir de los lazos de parentesco. A modo ilustrativo, Patricio, actual dirigente de la UCC, nos comentaba de su antigua participación como integrante: “(…) Y papá (…) me decía: “armá alguna lista con cuántos somos, tenemos que saber quiénes son los que están con nosotros”. Y bueno, todos nosotros que somos familia somos Pampa Chica. Y ahí tengo, esos primeros compañeros, algunos fallecidos, otros están todavía, siguen con nosotros hasta ahora”.142 Ya sea por un motivo u otro que puedan dar cuenta del fenómeno, en la actualidad la organización social del territorio Pampa del Indio radica principalmente en los lazos de parentesco. Es decir, un conjunto de personas con algún lazo sanguíneo, de matrimonio y/o generacional que se encuentra asentada en un lote. Estas redes territoriales tienen implicancias en su participación en la Unión Campesina, ya que, generalmente, la incorporación de una persona a la UCC, supone la participación de todo el grupo familiar, más allá del compromiso y el rol que ocupen posteriormente. Esto se manifiesta también en la colectivización de los recursos del cual son beneficiarios. Por ejemplo, en el caso de recibir insumos o herramientas para la producción, generalmente se utiliza un espacio físico único para el cultivo (condicionados por la limpieza del terreno y los recursos disponibles). En situaciones diversas, la producción “individual” refiere a una familiar contextualizada por el espacio disponible para cultivo en un lote143. Otra situación puede deberse a la administración de los escasos recursos alimentarios disponibles que también suponen colectivización y solidaridad. En el caso de nuestra estancia en una vivienda en el paraje rural de Campo Medina, el único momento diario de alimentación, el almuerzo, se colectivizaba entre los familiares de las viviendas cercanas.144 Estas formas de actuar a partir de relaciones de parentesco y de comportamientos solidarios entre unos y otros puede deberse a lo que Gastón Gordillo (2006) llama “reciprocidad generalizada”145, rasgo propio de los antiguos grupos cazadores-recolectores qom y que aún persisten en la actualidad. En líneas generales, en los grupos cazadoresrecolectores las relaciones de producción y del producto social, están basadas en el acceso colectivo a la tierra y los recursos naturales, la propiedad individual de los instrumentos de trabajo (que pueden ser compartidos) y la distribución del producto a través de una solidaridad colectiva. Estas relaciones excluyen formas de dominación basadas en el género o grupos de edad, pero suele garantizar una apropiación relativamente igualitaria de los frutos de la producción (Leacock y Lee, 1982; Lee, 1988). Para Gordillo (op cit), esta reciprocidad generalizada es, sobre todo, expresión de valores sociales que trascienden una utilidad productivo y en condiciones de cultivo. El hecho de que las familias vivan en una cercanía considerable en el mismo lote, como es el caso de la entrevistada, puede ser un indicador de esto. 141 Entrevista a Lelia, integrante de la UCC. Junio 2014 142 Entrevista a Patricio sobre su incorporación como integrante. Actual dirigente de la UCC. Marzo 2014. 143 En observaciones participantes que realizamos en los parajes rurales y, posteriormente, en el relevamiento socio-productivo que se lleva a cabo actualmente en la zona, los campesinos originarios integrantes de la UCC nos comentaron que al no poseer herramientas ni insumos disponibles para mantener desmalezados los terrenos, el espacio disponible para cultivo se reduce cada vez más a las condiciones del terreno y a los recursos que puedan colectivizar entre familiares, por lo que la producción individual se vuelve colectiva en algunos casos. 144 En nuestra estadía durante cuatro días en casa de Betty, en el Paraje rural de Campo Medina, los momentos de la comida se convertían en el encuentro con familiares de viviendas linderas. Notas de campo, marzo 2014 145 En la antropología cultural se denomina Reciprocidad generalizada a acciones que involucran transacciones altruistas, donde la retribución no tiene que ocurrir en el corto plazo, y puede no ser retribuida. Se enmarcan dentro de la ayuda mutua entre parientes, sin expectativa de una retribución material. La obligación de corresponder es indefinida en tiempo, cantidad y calidad. (Ver Richard Gould, Richard B. Lee, Marvin Harris, Karl Polanyi, Marcel Mauss,Bronislaw Malinowski, Raymond Firth, Marshall Sahlins y Elman R. Service)

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puramente pragmática. Podríamos pensar entonces, que en términos simbólicos argumenta lo que en el capítulo 2 hemos caracterizado como la concepción identitaria qom del “nosotros” colectivo.

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Foto 8: Mujeres cocinando en el acampe. Resistencia, Junio 2014

Foto 9: Mujer herida luego de la represión. Resistencia. Junio, 2014

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2.2.- Los delegados Los delegados conforman el segundo subgrupo y poseen una responsabilidad orgánica ligada a una participación política aún mayor que la de los integrantes, ya que son representantes de los distintos lotes y parajes; es decir, tienen una tarea colectiva. Se distinguen también por su nivel de formación política ideológica –que analizaremos a partir de sus representaciones sobre la lucha etnopolítica-. En Pampa del Indio, aproximadamente 17 campesinos originarios y 2 criollos son delegados de la Unión Campesina. Cada uno de ellos, representa en promedio 20 familias.

-Responsabilidad orgánica y participación política Los delegados de la UCC son el nexo de unión entre las demandas de los parajes/lotes (representados en los integrantes) y los dirigentes. En este sentido, son el factor clave para la participación de todos los campesinos originarios en la UCC, ya que constituyen la bisagra que dinamiza la circulación de ideas y debates en la estructura orgánica del movimiento. Generalmente, son elegidos entre los integrantes de cada zona bajo la responsabilidad política de trasmitir y bregar por las necesidades particulares. Delfino, delegado qom del Paraje de Campo Medina, relata: “Me eligieron casi la mayoría de la gente. Claro, porque nosotros estamos en el campo y recorrimos casa por casa. Tenemos que ver la necesidades de la gente, cómo estarán los familiares por eso es que nosotros nos eligen para hacer eso146.” En otras situaciones, son elegidos por los dirigentes a partir de la cercanía entre las familias. Como lo relata una integrante: “No, no elegimos. Ella [refiere a la dirigente] nomá puso los delegados, así. El que vive cerca de nosotros, ahí pone como delegado.”147 La responsabilidad orgánica de los delegados se materializa en la praxis política en la participación en el cuerpo de delegados, las asambleas y en la convocatoria a las acciones colectivas, que en muchos casos debido a la lejanía de las zonas y las viviendas, se realizan a través de la radio del pueblo. Al respecto, Delfino cuenta: “(…) Y la Unión Campesina cuando hace una asamblea, se le invita a todos los integrantes. Y a la organización se están sumando muchos, mucha gente.”(…) “Sí, nosotros hacemos los comunicados por la radio148”. También tienen la tarea de distribución y administración de los beneficios (mercadería, semillas, entre otros) en relación al puntaje de asistencia a las movilizaciones y acciones políticas que se llevan a cabo. Como menciona el delegado: “Y nosotros cuando llegan los bolsones armamos las bolsas y le damos a la gente y anotamos en la planilla. Y después hacemos la revisión de todo. Se hace ahí en la Asociación, hay un galpón donde se guarda la mercadería149.” Por último, en lo que refiere a sus responsabilidades, en reiteradas ocasiones son los delegados quienes asumen la tarea de la seguridad en las acciones colectivas que lleva a cabo la UCC. Al ser representantes de un grupo de integrantes, son responsables de bregar por la seguridad de ellos y del contingente en general. En una entrevista grupal que realizamos con delegados, uno de ellos comentaba una situación particular con los dirigentes: “Me parece que estarían matando a los dirigentes, otra vez. En el enfrentamiento que hubo, la policía yo la escuchaba apuntándole a Víctor [refiere a Victor Gómez, dirigente de la 146

Entrevista a Delfino. Delegado de la UCC, Paraje Campo Medina. Junio 2014 Entrevista a Lelia, integrante de la UCC. Junio 2014 148 Entrevista a Delfino. Delegado de la UCC, Paraje Campo Medina. Junio 2014 149 Entrevista a Delfino. Delegado de la UCC, Paraje Campo Medina. Junio 2014 147

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FNC] y decían “ahí está, ahí está”, “largale, largale”. Es decir que esos venían a meterle un tiro. Pero por suerte nos metimos ahí y no le dejamos que hagan eso. Entonces la juventud, siempre son principales. Siempre escuchamos a decir a alguno que la juventud no sabe nada, pero parece que no es así150.”

-Formación Política En las entrevistas realizadas a los delegados de la UCC, se percibe una valoración positiva sobre su rol, que trasciende a su responsabilidad para con el movimiento y se imprime sobre las necesidades de sus pares. Esta figura del delegado se presenta como sobreprotectora de “su gente” entendida como colectivo en su pertenencia a los pueblos originarios. Así lo menciona Sergio, delegado qom del Paraje 10 de Mayo: “(…) Me preocupo de conseguir cosas para la comunidad (…) y luchamos por nuestra gente, y luchamos por nuestra tierra originaria.” “(…) yo defiendo a mi gente.”. “(…) Y yo quiero que siempre se respeten los como pueblos originarios también.”151 Este aspecto es clave, ya que revela las representaciones que tienen los delegados de su lucha etnopolítica referida a la defensa de la tierra y el respeto a los pueblos originarios. Como lo hemos analizado en capítulos anteriores, dentro de estas dinámicas la UCC es el elemento bisagra para conseguir estas cosas, pero los delegados particularmente imprimen en su tarea un factor más, la confianza, como elemento habilitador de su formación política. Como dice Sergio: “(…) yo me integré más a la organización porque para mí la organización ha logrado muchas cosas, y a través de ella cuando el gobierno que no mira a la gente, yo estoy cada vez más fuerte dentro de la organización, porque en ella confié muchas cosas, y también es una herramienta principal para la gente originaria.” 152 Resulta interesante analizar las percepciones que tienen los delegados acerca de las transformaciones que se sucedieron en la zona como resultado de la lucha etnopolítica dentro de la UCC, ya que éstas no sólo refieren a beneficios materiales conseguidos, sino también a la formación en un oficio –construcción- y a la planificación colectiva y con participación de profesionales agrónomos en la producción. Sobre estos avances, los delegados imprimen una valoración positiva al movimiento como elemento educacional y organizador de la comunidad. Humberto, delegado qom de Pampa Chica, argumenta: “Si, ahora nuestra gente está más organizada y son capacitados para hacer las cosas adentro de la organización (…) Desde, de hacer, o sea de hacer viviendas y producción153.” “Siempre las cosas se consiguen con la lucha (…). Nosotros, y acá hacen muchas cosas. Las viviendas son muy precarias y construimos las viviendas”154.

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Entrevista grupal a delegados. Carlos, Humberto y Sergio. Delegados UCC. Entrevista a Sergio. Delegado de la UCC. Paraje 10 de Mayo. Junio 2014 152 Entrevista a Sergio. Delegado de la UCC. Paraje 10 de Mayo. Junio 2014 153 Entrevista a Sergio. Delegado de la UCC. Paraje 10 de Mayo. Junio 2014 154 Entrevista a Humberto. Delegado de la UCC. Paraje Pampa Chica. Marzo 2014 151

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Foto 10: Asamblea en Campo Medina, Pampa del Indio. Marzo, 2014

Dinámicas de participación y debate en el Cuerpo de delegados En Pampa del Indio, las reuniones de delegados se realizan en diferentes lugares, según el temario y la urgencia de cada momento. Los usos del tiempo entre los qom y las costumbres de vida en el campo, son muy diferentes a los conocidos en los ámbitos urbanos. Por lo tanto, el horario previsto para una reunión generalmente es tentativo y los momentos previos se convierten en charlas de amistad y anécdotas, en una larga espera a la llegada de cada uno de los asistentes. Una vez iniciada la reunión, las dinámicas de debate se caracterizan por la escucha atenta de cada uno de los que toman la palabra; esto sucede aún en los temas más complejos y de posiciones opuestas. Debido a nuestra presencia en algunos de estos encuentros, se utilizaba en momentos particulares el idioma español, de lo contrario, el idioma qom es la principal característica de la lucha etnopolítica que utilizan los campesinos originarios en sus espacios cotidianos y de práctica política. Más allá de nuestra falencia en el entendimiento de su idioma, pudimos identificar algunas características de liderazgo por parte de ciertos delegados en las reuniones. Nos referimos al respeto, a la aprobación de sus compañeros, a la gestualidad y a los largos discursos en el idioma. En relación a esto, también queremos resaltar un factor importante que mencionamos anteriormente. Es en estas ocasiones, donde se destaca la apropiación por parte de la UCC de la lucha etnopolítica de los qom que transciende al resto de los que participan en la asamblea (criollos, o en momentos, miembros del PCR no indígenas), incluso supone la adecuación (el idioma es un claro ejemplo) de unos y otros en una doble dinámica (pensemos en los delegados criollos), lo que también supone transformaciones en el plano de las representaciones y prácticas qom. La dinámica asamblearia del cuerpo de delegados como forma de participación política colectiva constituye, junto con las asambleas generales en las acciones colectivas, uno de los pilares de democracia del movimiento. Hacia adentro, es uno de los elementos claves de la unidad política, ya que registramos una demanda latente por parte de los delegados de estar informados de todas las actividades y propuestas de acción colectiva. Por lo tanto, podríamos considerar que aquí también se pone en juego un modo de actuar consecuente con las representaciones que los delegados tienen de la lucha etnopolítica. E incluso, tener en cuenta que su espacio de participación orgánica es revocable y su responsabilidad es evaluada por los integrantes de los parajes todo el tiempo. Hacia afuera, es una herramienta más para la construcción de hegemonía, ya que fortalece los debates ideológicos y toma posición en la unidad como estrategia política con otros sectores en su lucha etnopolítica y campesina frente al gobierno (nacional o provincial), considerado como responsable común de las demandas.

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2.3.- Los dirigentes La importancia de la figura de los dirigentes radica en la responsabilidad de debatir, guiar y coordinar las acciones colectivas y la dinámica interna del movimiento. Es su tarea poder direccionar las prácticas políticas de los campesinos originarios que integran la UCC hacia el cumplimiento de sus reivindicaciones (que surgen de las necesidades planteadas por los integrantes y delegados), pensando y diagramando tácticas y estrategias que luego circularán por las vías orgánicas para su debate y posterior acción. La UCC de Pampa del Indio posee aproximadamente 8 dirigentes y todos pertenecen al pueblo qom.

-Responsabilidad orgánica El lugar de los dirigentes en la organización no es único, sino que trata de “muchos lugares”. Su responsabilidad atañe, hacia afuera, a las arenas políticas de la protesta, siendo quienes negocian -junto con los delegados- con los actores en conflicto. Asimismo, son los más visibles frente a los medios de comunicación. Hacia dentro de la UCC sus tareas son múltiples, puesto que tienen la arduo labor de que la “máquina funcione”. Esta idea excede la figura de dirigente legal por ser Asociación con personería jurídica y se transforma en una figura ideológica y política. Concretamente, los dirigentes dentro de la Comisión directiva debaten iniciativas que luego son puestas en consideración por todos los miembros de la UCC. Así lo relata Daniel, dirigente qom: “Tratamos de tomar algunas iniciativas, desde ya, nosotros que estamos dentro del núcleo directivo, la discutimos en el cuerpo de delgados, de ahí se transmite a la masa en general y se genera a partir de ahí la ronda de opiniones y se trata de madurar una iniciativa. No es que la toma la comisión directiva. Nosotros tomamos la iniciativa, lo planteamos y desde ahí damos un recorrido hasta su maduración. Entonces a partir de que es madurado y aceptado se transforma en acción, y si no queda como una iniciativa que pasa “al archivo” sería155”. En línea con el planteo que realizamos sobre la participación como elemento constituyente de la Unión Campesina, podríamos agregar que esta modalidad de circulación de información e iniciativas planteada por el dirigente, es un elemento habilitador de formación política e ideológica y de unidad política de todos los miembros. Respecto de responsabilidades administrativas, los dirigentes trabajan en conjunto con el grupo técnico y los obreros qom que realizan la construcción de las viviendas. Controlan los pagos, las compras en el corralón de la zona, y las asistencias laborales. También se encargan, junto con los delegados, de administrar los beneficios alimentarios que se obtienen a través de políticas asistenciales del Estado. Betty, es una de las que realiza este trabajo: “(…) Cuando llega la mercadería, cada delegado tiene su gente y ¿cuánto tiene el delegado?, 18, 19. Bueno, entonces 19 bolsones para el delegado.” “Si, entonces cada delegado tiene que atender su gente, y le damos las planillas para que firme toda la gente. Cuando terminan traen todo, la rendición de cuentas (…).”156 Asimismo, las prácticas administrativas constituyen para los dirigentes un espacio de formación muy importante. Su introducción en conocimientos técnicos y administrativos (aprender a manejar una computadora, producir planillas, control de pagos, entre otros) produjo una valoración aún mayor de sus pares, quienes en conjunto se apropian de esos avances.157. Incluso, esta valorización positiva, contribuye a su fortalecimiento y el carisma de 155

Entrevista a Daniel. Dirigente de la UCC. julio 2014 Entrevista a Betty. Dirigente de la UCC. marzo 2014 157 Por tomar un ejemplo, una tarde al llegar a la oficina de la Federación Nacional Campesina (un pequeño local que fue alquilado en el pueblo de Pampa del Indio para realizar los trabajos administrativos, tener una computadora, lugar de reunión, etc) un grupo de delegados querían aprender a realizar unas planillas, mientras que uno de los dirigentes intentaba explicarles cómo hacerlo en idioma qom. Pese a nuestros conocimientos sobre el 156

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su figura. A modo de ejemplo, Patricio, dirigente de la UCC, nos comentó que estaba muy contento, ya que el dueño del corralón lo había felicitado por la buena administración y la responsabilidad con la que él tomaba esa tarea. Se mostraba muy entusiasmado al contarlo: “el dueño me dijo que no somos como la gente del intendente, que va y saca cualquier cosa, que después no sirven o se llevan de más y gastan la plata del municipio.”158

- Participación y formación política Los dirigentes de la Unión Campesina son valorados por sus cualidades políticas y actitudes para con sus compañeros. Son integrantes o delegados que se han ido destacando entre sus por su formación política, capacidad discursiva, la solidaridad entre sus pares, y las actitudes y convicciones en las acciones colectivas. Así lo relata Betty: “No sé, yo no entiendo nada, yo no soy política tampoco, nada. Los políticos sí, llegan a las casas de mis papás y yo escucho nomás y después cuando entramos de la CCC primero, ahí aprendí. Cuando hay reunión ahí ya aprendí de hablar, ahí aprendí. Casi que no puedo hablar mucho, una palabrita nomás y ya, me callo porque no sé, porque no entiendo”159. La dinámica que vincula a la UCC con la participación y la acción dentro de la lucha etnopolítica, da lugar a la formación política e ideológica de los dirigentes, acompañados de las cualidades subjetivas y su pertenencia al Partido Comunista Revolucionario (PCR): “(…) Yo tengo que estar cuando hay reunión, pero primero yo no puedo hablar. Escucho pero no hablo (…) y después de ahí parece que empecé a hablar, cuando hay reunión. Y después me eligieron como “dirigenta de mujeres”, ese es el primer paso que yo di. Y después cuando hablaban decían: “esta es la dirigente de mujeres (…)”.160 La relación que establecen los dirigentes con el resto de sus compañeros se mantiene principalmente bajo la confianza, por pertenecer a la comunidad y porque la misma unidad identitaria que se plantea hacia dentro de la UCC, lo garantiza. Es decir, que la figura de los dirigentes es sustentada por el resto de las figuras en contexto, por la convicción –sin negar las contradicciones y permanente debate- de la unidad como herramienta organizadora para la lucha política y como elemento aglutinador de la UCC. Desde el punto de vista de los dirigentes, estas características se expresan en el plano discursivo, por la capacidad de “explicar bien”. Como menciona Betty: “Por eso la gente quiere que me voy otra vez a hacer una reunión en cada lote, eso nomás que me está pidiendo (…) porque explico bien… contenta otra vez la gente.” 161 Asimismo, a las capacidades discursivas de los dirigentes se le suma un factor muy importante que junto con los delegados, los posicionan y legitiman como los interlocutores de negociación (los “mensajeros”). Nos referimos al lugar de los dirigentes como “portadores del conocimiento” del idioma español. Así los describe una delegada: “Que me disculpen yo no sé hablar muy bien en castellano, que me disculpen si yo hablo mal el castilla, porque yo no nací con esa lengua, que me disculpen. Pero si yo hablo mi idioma me siento más contenta, porque el castellano no es mi lengua (…). Y el que tenga el valor de hablar en castellano y tenga coraje para enfrentar al gobierno, ése va a ser nuestro mensajero.

tema y la predisposición para contribuir a resolver el dilema, el hecho de que utilizaban otro idioma nos planteaba una barrera cultural que no podíamos resolver. Poco después, lograron en conjunto sus objetivos. Como espectadora de la situación en aquel momento, reflexioné que estaba presenciando la apropiación colectiva y étnica de una herramienta -netamente occidental- y su readecuación para una realidad específica. Notas de campo, julio 2014. 158 Notas de campo marzo 2014. 159 Entrevista a Betty. Dirigente de la UCC. marzo 2014 160 Entrevista a Betty. Dirigente de la UCC. marzo 2014 161 Entrevista a Betty. Dirigente de la UCC. marzo 2014

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El que va a dar el mensaje no tiene que tener miedo al político que está hoy. El que va a hablar tiene que estar convencido de que nosotros vamos a estar al lado de ese mensajero”.162 Todos estos elementos y características analizadas hasta aquí sobre la figura de los dirigentes, nos habilitan a pensar que pese a las cualidades subjetivas que puedan tener cada uno de ellos, la formación como tales es un proceso que se construye y consolida siendo miembros y participantes activos de una organización con contenido democrático, como es la Unión Campesina. Esto, por supuesto, es válido para todas las figuras antes analizadas – integrantes y delegados-, pero particularmente, el ser dirigente supone un conjunto de afinidades electivas163 que convergen en un espacio y tiempo determinado y se moldean en la lucha etnopolítica cotidiana. Estas dinámicas son la conjunción de un lugar particular: Pampa del Indio, Chaco; con características de lucha originaria y campesina históricas (particularmente con la situación de despojo de tierras de las comunidades); con una comunidad: los qom y un movimiento que fomenta la participación: La Unión Campesina. Sumado a esto, las condiciones de incorporación y formación de esos dirigentes (en muchas ocasiones con la incidencia del PCR como sustrato político e ideológico) dan como resultado seres situados, por ser parte de un territorio, de la comunidad qom y por la lucha etnopolítica dentro de una organización. En definitiva, es su integración política en el movimiento –sumado a todos los elementos que nombramos- lo que los lleva a convertirse en dirigentes, e incluso esas condiciones habilitan que existan campesinas originarias como Betty, que se convirtió en una de las únicas mujeres de la zona capaces de dialogar y tener discursos públicos dentro y fuera de la comunidad, con posiciones políticas claras y aceptadas por el resto, o que la presencia política de Mártires López transcienda a su muerte y se lo siga nombrando para sostener su legado. Es aquí donde las afinidades electivas convergen, se yuxtaponen y dan como resultado un liderazgo particular caracterizado por: el “explicar y hablar bien”, “acompañar”, “tomar la iniciativa”, “ayudar”, “recorrer” y “administrar”.

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Discurso de delegada de la CCC –y posterior integrante de la UCC- en Acto en Plaza de Mayo. Marcha del Impenetrable 11 de octubre de 2002. En video “Sapioqtañi”. https://www.youtube.com/watch?v=RslHSokbq7Q 163 Entendemos por “afinidad electiva” un tipo específico de relación que se establece entre dos configuraciones culturales o sociales que no es reducible a la determinación causal directa sino que refiere a una relación de atracción y de refuerzos mutuos. Sobre la base de ciertas analogías, ciertas afinidades, ciertas correspondencias, estructuras culturales pueden (en ciertas circunstancias históricas) formar una relación de atracción, de elección, deselección mutua. (Michael, Lowi, 2010). En Weber y las "afinidades electivas". Disponible en: http://sociologiafcjs.blogspot.com.ar/2010/05/weber-y-las-afinidades-electivas.html

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Foto11: Marcha Multisectorial Contra el ajuste, la entrega y la represión. Los dirigentes encabezando la columna. De izquierda a derecha: Betty (dirigente qom Pampa del Indio), Don Romero (dirigente qom San Martin) y Guillermo (dirigente wichi. Zona Impenetrable). Foto12: Marcha del Impenetrable. San Martin, junio 2014.

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3.- “Es un muerto que no para de nacer” 164: la figura de liderazgo de Mártires López Durante el camino recorrido hasta aquí, hemos nombrado a la figura del dirigente Mártires López reiteradas veces. Su aporte en la construcción de la UCC como movimiento político, su participación activa en las acciones colectivas, sus discursos y actitudes para con la comunidad y compañeros y su dudosa e inesperada muerte hacen de su figura un ejemplo para comprender en profundidad las causas de la dinámica interna y los posicionamientos políticos de la UCC, las prácticas y los valores compartidos que se fueron entretejiendo y el camino de la lucha etnopolítica entre los qom, wichis y criollos de la UCC que pueden ser pensados como sinónimo de emancipación colectiva. Para comenzar, es necesario mencionar dos elementos: - Por un lado, debemos pensar esta figura como un proceso dinámico de formación; es decir, continuidades y transformaciones políticas e ideológicas que suceden entre los sujetos en un contexto particular. - Por otro, estos sujetos situados, entendidos como producto de un discurso y de una praxis política propia de un lugar, son parte de comunidades campesinas originarias históricamente excluidas; se encuentran insertos en un proceso histórico y cultural caracterizado por el despliegue de la lucha etnopolítica librada por generaciones en defensa de su territorio. Sobre estos ejes y desde la perspectiva de los campesinos originarios qom que integran actualmente la Unión Campesina, intentaremos analizar, más allá de la persona física y subjetiva del dirigente, el contexto particular que funcionó como habilitador para que se establecieran determinados tipos de liderazgo, con fuertes matices originarios y campesinos.

3.1.- Su incorporación: “Si querés algo, vas a tener que luchar”165 Desde nuestro acercamiento a la comunidad, las anécdotas sobre la incorporación de Mártires a la lucha etnopolítica dentro de la UCC ocuparon un lugar muy importante en las charlas cotidianas con sus antiguos compañeros. En una entrevista realizada a su hijo, relata que la unión de su padre a la UCC se trató de una casualidad: “Esa es una historia muy larga. Yo cuando estuve..en el 99´. Sí, en el 99´, antes del 2000, y nosotros estábamos yendo en la escuela acá, el bachillerato. Bueno, ahí yo estudie con mi viejo, íbamos juntos a la escuela. Y yo ahí abandono, viste ahí cuando estaba el presidente De la Rúa. Ahí no se podía hacer nada. Entonces ahí yo abandono la escuela. Y ahí participe en el movimiento CCC, cuando estaba coordinando todavía la compañera Charo (…). Y en un momento, hubo una medida de lucha y estuvimos en Casa de Gobierno y me encuentro a mi viejo. Y me dice, qué es lo que hacía ahí, que había varias persona (…) Y él no entendía para nada qué es lo que hacíamos ahí. Había un despliegue policial adentro y él saliendo de ahí. Y me ve y me pregunta que es lo que hacíamos ahí. Y le dije, que estábamos dentro del movimiento, de la CCC. “Y qué es la CCC” y ahí le dije que Corriente Clasista y Combativa, que sale a la calle a luchar, o sea, a pedir el convenio al gobierno. Y entonces ahí me hizo varias preguntas: “que es” “cómo trabaja” y entonces le explique. Estuve un buen rato, me fui de que le presente a la dirigente, o sea, la que es la coordinadora, y le presento. Bueno, de ahí inicio esto (…). Eso pasó a la tarde, y al otro día seguía. Y bueno, al otro día volvió y parece que tenía bien en claro lo que había que hacer. Me dijo que él llevaba una cantidad de papeles que eran fotocopias de documento de la gente, que no sé, un diputado le prometió que iba a dar a la

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Metáfora de una canción titulada “Murguita del sur” del grupo argentino Bersuit Vergarabat . Según sus compañeros de la UCC, éstas fueron las palabras de la dirigente de la CCC cuando Mártires solicitó beneficios para la comunidad. Notas de campo. Pampa del Indio, marzo 2014 165

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gente, pero ese no resolvió nada. Entonces encuentra conmigo un día y le presento a los compañeros, y bueno, hasta el momento sigue.”166 Sumado a este relato, en conversaciones cotidianas entre compañeros de la UCC y con dirigentes del PCR nos comentaban de que aquel día, Mártires solicitó a quien era dirigente de la CCC, para ser beneficiario junto con su paraje de Campo Medina de algún plan social o alimento para paliar el hambre extrema que se vivía en Pampa del Indio, en aquellos años. La respuesta del movimiento de desocupados fue que nadie recibía beneficios si no luchaba y se movilizaba junto al resto de los demandantes. Luego de esto, nadie esperaba que al cabo de unos días, Mártires se comunicara para avisar que un gran contingente de campesinos qom de Pampa del Indio estaba dispuesto a unirse a las acciones colectivas para demandar al Estado beneficios para su comunidad. Según los dirigentes del PCR de Resistencia con quien conversamos, todo comenzó allí. Posteriormente, se incorporó al Partido y acompañó con su acción la perspectiva de Rafael Gigli de tener una organización específicamente campesina y originaria.167 Pese a que no contamos con registros que puedan dar cuenta del lugar que tenía Mártires entre los originarios antes de su participación política en la UCC, a modo de anticipación hipotética, podríamos decir que sus cualidades discursivas y acciones de solidaridad entre sus pares hacían de él un referente en la comunidad mucho antes de su incorporación a la UCC. Incluso, como indica el registro de su hijo, ya se encontraba trabajando con políticos en busca de beneficios, de ahí su presencia en aquella movilización de la CCC relatada anteriormente. Pero más allá de las cuestiones anecdóticas sobre su incorporación, los campesinos originarios reconocen en su figura el surgimiento y la permanencia de la Unión Campesina, y le adscriben no sólo su inicio a la lucha política, sino también el ser parte de una historia que no fue: su éxodo del campo. Como lo relata Patricio, actual dirigente qom: “Nos levanto él, sino no sé donde estamos ahora. Seguramente no acá en el campo, porque acá no hay nada. Por eso nunca lo olvidamos (…)”168. “Él me fue a buscar a la ruta esa vez, y por eso yo sigo acá”169. Asimismo, es difusa la línea divisoria entre el surgimiento del movimiento y las acciones iniciales de Mártires para conseguir beneficios para la comunidad. Sin embargo, ese “antes” de pobreza extrema y “después” con el Plan, está marcado por la lucha etnopolítica colectiva de quienes pertenecen a la UCC. Así lo cuenta Lelia, su hermana: “Ahí recién él consiguió algo de los planes jefes de hogar, todo. Y ese día la gente están, todos pobres, no es como ahora, pobre está. No tiene nada, nada, nada. No había nada (…) Los chicos comían la leche de chivo (…). Completamente nada.(…) Y ese día cuando él vino a traer la gente de allá de Pampa, caminando no sé cuanto día, llegó hasta acá y ahí recién consiguió esos planes, la pensión…”170. Las representaciones de sus familiares más cercanos, integrantes y dirigentes de la UCC, acerca de las decisiones y cualidades de Mártires para iniciarse en las prácticas políticas, intentan responder al interrogante de sus razones y actitudes que permitieron su formación como líder. Estas percepciones circulan entre el conocimiento, el valor y la actitud y buscan respuesta en la religión, y con esto, el valor y coraje de “no tener miedo”. Lelia relata: “Y eso es lo que siempre estamos pensando. Porque mi hermano era creyente de una iglesia, acá lo que tienen como evangelista. Parece que el Dios pone en su cabeza ese conocimiento para organizar cómo es, para buscar algo para los, como puedo decir, para la comunidad. Y eso. Entiende más que éstos ahora, los dirigentes. Algunos que medio así nomas, pero él sabe para manejar, por eso él no quiere saber nada de los políticos. Charoles, ese, no quiere saber nada, contrario a ellos. Él siempre quiso hacer cosas por la gente. (…) Ese día 166

Entrevista a Carlitos López, hijo de Mártires y actual dirigente de la UCC. Marzo 2014 Ver subtítulos 2.1 y 2.2 del Capítulo 2. 168 Entrevista a Betty, dirigente de Pampa del Indio. Marzo 2014 169 Entrevista a Patricio, dirigente de Pampa del Indio. Marzo 2014 170 Entrevista a Lelia López, hermana de Mártires López. Integrante de la UCC, junio 2014 167

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cuando llego hasta acá, y después cuando trabajo Ángel Rosas, él mando como ayer la policía para desalojar. Pero vive todavía Rafael Núñez y los demás. Él es mi tío (…) y él acompañaba a él. Y mi tío, él predicaba sobre la palabra de Dios, predica, y ahí está la policía frente, como ayer era, y el predicaba, y ese día que bajo las armas la policía, ese al mando de Ángel Rosas para desalojar la gente, pero no alcanzo. Se paro nomas la policía. Esa vez empezó a cobrar ya la gente, empezó a sembrar la gente, todo…Y más antes para morir la comunidad. La gente no tiene nada, y él parece que se levantó para llevar la gente para conseguir algo. Es larga la lucha… Y él cuando habla, casi que estaba ahí la policía, y él no tiene miedo. Y él no tenía miedo. Por eso a veces estamos escuchándole en la grabación, fuerte está (…).” Como ella expresa, la búsqueda de explicaciones para fundamentar las actitudes y cualidades de su hermano recorren múltiples razones (incluso espirituales), ubicándolo como un ser único e irremplazable. Como veremos a continuación, creemos que esos significados pueden analizarse desde la idea de un dirigente situado, producto de ciertas afinidades electivas.

3.2.- Luchar sin Mártires Poder dar cuenta de las significancias que tuvo Mártires López como dirigente para la Provincia de Chaco y la comunidad qom –y wichi- en general, y la UCC en particular, se vuelve un trabajo complejo, por la variedad de apreciaciones y valoraciones que se tienen de su persona en múltiples espacios. Sin embargo, hemos decidido pensar a este dirigente situado desde su trascendencia política y su legado, desde el punto de vista de la praxis actual de los sujetos. Como mencionamos en un comienzo, es posible pensar el surgimiento de un líder con características particulares desde el punto de vista de ciertas afinidades electivas; de disponibilidades y acciones que fueron habilitando e imprimiendo en un sujeto en particular, cualidades que posibilitaron el despliegue y aglutinamiento de un grupo de campesinos originarios para la lucha etnopolítica. En definitiva, como menciona el delegado Delfino, “Mártires López es un buen luchador social”.171 En esta línea, hay cierta afinidad entre las características y acciones del dirigente y la reproducción discursiva y material en los campesinos originarios que integran el movimiento. Este espacio simbólico y temporal que separa a uno y otros, supone que el sustrato político de las acciones de los campesinos originarios se basa en la trascendencia de la figura de su líder fallecido. En este sentido, considerando que la construcción del liderazgo político de Mártires López se fue configurando desde su incorporación y a partir de la acción y de su formación política e ideológica dentro del espacio partidario del Partido Comunista Revolucionario (PCR), sumado a las representaciones hasta aquí analizadas, podríamos pensar que la influencia de los posicionamientos y objetivos del PCR sobre la UCC se canalizaban a través de Mártires López como cuadro político. Esta postura, puede haber sido la habilitadora para generar una idea de “saber” (discursivo y pragmático) encarnada en una persona y no en un partido u organización. Es decir, el PCR y la UCC confluían y se canalizaban a través de la figura de Mártires López. Esta posición otorgada por el colectivo de campesinos originarios hacia el dirigente como portador de conocimiento e ideas se fortaleció en sus cualidades personales referenciadas en el valor (“no tenía miedo”; “era fuerte”). Desde aquí podríamos justificar las causas de por qué el imaginario colectivo de quienes participan en la UCC se encuentra anclado en la idea de que el camino allanado por la lucha etnopolítica, desde el surgimiento de la UCC hasta el fallecimiento de su dirigente, fue producto de las acciones políticas de Mártires López, mientras que sus acciones colectivas como campesinos originarios quedan relegadas en un segundo plano (para “dar fuerza”).

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Entrevista a Delfino, delegado de la UCC. Junio 2014.

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Posterior a la muerte del dirigente, la trascendencia de su figura continuó incidiendo políticamente de una manera bastante particular. Mientras que el lugar asignado a Mártires en el punto anterior refería a la idea de un balance político sobre su acción (“él lo hizo”), posterior a su trágica muerte se instaló en el imaginario de los participantes que la continuidad de la lucha política, y de las características internas de la UCC basadas en la participación, la acción y la no cooptación de políticas clientelares y, principalmente, el fortalecimiento de la unidad como elemento identitario aglutinador de un “nosotros” identificado con el valor, la fuerza y persistencia, se referenciaban en acciones colectivas realizadas en la suposición de que él lo hubiese querido así (“lo hacemos por él”). A modo de ejemplo, esta situación se refleja en las reflexiones que realizan sus compañeros sobre las circunstancias particulares que atravesaron posterior a su muerte. Luego de su trágico y dudoso accidente, los campesinos originarios con la ayuda de dirigentes del PCR, debieron reconstruir la UCC. En aquel momento, pese a que existía una dirección colectiva del movimiento, el liderazgo del entonces presidente de la UCC y la FNC, se concentraba principalmente en la confianza y seguimiento legítimo hacia su persona en particular. Incluso, entre las voces que circulan y especulan sobre su posible asesinato, dan cuenta de estos argumentos para dar sustento a sus especulaciones. Entre ellas, la de su hijo: “Pensaron que matando a Mártires, nos mataban a todos”172. “Entonces creo que, como él es el cabecilla de una organización, entonces el gobierno siempre apunta a él, porque no quiere que el aborigen progrese”173. Con la desaparición de Mártires, se decidió colectivamente y por razones de sentimiento y deber con su familia, que su actual esposa quedase a cargo de la organización. Así lo relata Betty: “Casi cayó la Unión Campesina porque cuando lo mataron nosotros nos reunimos y elegimos, y fue la señora de Mártires. Y ella dos años por ahí que estaba trabajando la señora con la gente. Después ella trabajo mal. Entonces ahí nosotros empezamos a levantar. Por eso es que nosotros seguimos con la Unión Campesina, por Mártires (…)”174. Este relato de la dirigente sobre la experiencia en la dirección política de la esposa de Mártires, se repite en el resto de los que integran la actual comisión directiva de la UCC 175, y lo mencionan en sentido de decepción, porque su elección significó una confianza sobre una integrante de la comunidad que traicionó y tuvo que ser expulsada de la organización. Asimismo, la expresión “por Mártires” indica la trascendencia de su figura en los términos que venimos analizando y demuestra el peso legitimador del que era expresión el dirigente. Como expresa Víctor, integrante qom de la UCC: “y hay gente que se retiraron después de la muerte de Mártires, de miedo, y algunos por motivos que hay nuevos dirigentes (…) hay algunos que dejaron porque no eran que a lo mejor que Mártires que manejaba mejor que otras personas entonces, bueno quedaron.176” Esta doble circunstancia sobre de la concentración de liderazgo político en una sola figura, sumado a la necesidad de los campesinos originarios de justificar sus acciones a través de él, no hacen más que mostrarnos que la trascendencia del imaginario de Mártires López como líder político, tiene un peso muy importante en la configuración de la lucha etnopolítica actual de los campesinos originarios qom de Pampa del Indio. Esto se manifiesta, principalmente, en la necesidad, en términos culturales y simbólicos, de seguir nombrando su figura para la continuidad de esa lucha. A modo de ejemplo, las continuas citas a su persona se repiten en las entrevistas que realizamos. Por ejemplo, Patricio comenta: 172

Comentarios en asamblea de Daniel, dirigente de la UCC. Notas de campo, junio 2014 Entrevista a Carlitos López, hijo de Mártires y actual dirigente de la UCC. Marzo 2014 174 Entrevista a Betty, actual dirigente de la UCC, marzo 2014 175 Así lo indica su hijo: “que en un momento, con el fallecimiento de mi viejo, Unión Campesina se desarma. Se desparramo toda la gente y eso nadie podía organizar. (…) Viste que el Gobernador “trabajo” dentro de la casa de mi viejo. Ahí trabajo a la señora de mi viejo. Bueno, ahí trabajó profundo. (…) Entonces tuvimos que volver a levantar lo que había hecho mi viejo.”. Entrevista a Carlitos López, marzo 2014. 176 Entrevista a Víctor López. Integrante de la UCC, junio 2014 173

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“Nos entusiasmó cuando la gente se levantó. Se levantó y como Mártires decía, bueno, “nosotros tenemos que levantarnos porque si nos quedamos no vamos a tener nada, porque el tema de la producción esta caído, no hay ninguna ayuda del gobierno, aquel gobierno, entonces tenemos que tener la maquinaria, lo que sea necesario para poder producir y tenemos que frenar a que los terratenientes nos compran la tierra y estamos quedando sin tierra”. Entonces en ese momento como que nos despertamos con él y de a poquito vamos ir conociendo como es la lucha”.177 Asimismo, posterior a su muerte, el liderazgo situado de Mártires López se expresa en términos simbólicos, en las banderas de la UCC que llevan impresa su cara, en los murales que se realizan en toda la provincia, y en términos de lucha etnopolítica, en la incansable búsqueda de justicia por su muerte. Como conclusión, podríamos sostener que la conjunción de ciertas afinidades electivas entre un contexto particular; la región chaqueña con condiciones de pobreza extrema, y un movimiento con particularidades campesinas-étnicas, con fuertes mecanismos de participación y debate, sumado a la importancia de la lucha etnopolítica para no abandonar el campo, habilitan el surgimiento de dirigentes situados, genuinos cuadros políticos que se dan forma al calor de la lucha y la pertenencia a un “nosotros”. Mártires no fue mucho más que una persona de carne y hueso, con cualidades personales caracterizadas por la persistencia, el valor y la fortaleza que se conjugaron con su incorporación a un partido político, el PCR. Su figura es fruto de un proceso histórico, y como tal, su transcendencia en el tiempo se garantiza por la persistencia de la lucha etnopolítica que libran los campesinos originarios qom dentro de la Unión Campesina. La lucha política en la actualidad, continúa sin su líder que la vio nacer; situación que lleva a preguntarnos si: ¿Surgirán nuevos liderazgos como el de Mártires López?, ¿O acaso la reivindicación de su figura es la habilitadora para que la unidad siga aglutinando a los campesinos originarios?. Para finalizar, dejaremos algunos extractos de entrevistas sobre las significancias de Mártires López en la vida de los campesinos originarios qom, que servirán a modo de ejemplo de todo lo antes analizado: “Para mí es, puedo decir es como un padre, puedo decir como un compañero, un hermano más, es igual como nosotros. Él tenía un espíritu de lucha a favor de su comunidad. Él sabía en todo, todo la necesidad, metida en su cabeza. Capaz que él no dormía, si tenía que dormir, como podía dormir, la preocupación que tenía ese hombre, el valor que tenía, entonces nosotros en este momento estamos valorando, estamos siguiendo a ese valor, estamos siguiendo a ese camino que él nos mostró nos enseñó, para que nosotros podemos no bajar los brazos, y seguiremos luchando”. NESTOR. Actual dirigente qom UCC, Marzo 2014. “Para mí, como dirigente, aprendimos de él muchas cosas aprendimos de él. Él a mi me enseñó mucho Y vemos ahora que otros dirigentes, otros dirigentes fueron avanzando, después de la muerte de Mártires, impresionante como hicieron las cosas. Y era un compañero de lucha y nosotros siempre fuimos un grupito, acá en Pampa Chica, nos preguntaba a nosotros, éramos respaldo de él. Siempre le dimos un lugar, conversaba con nosotros, nos escuchaba, nos enseñaba como teníamos que ir más allá de la juventud (…)”. HUMBERTO. Actual Delegado qom UCC, Marzo 2014. “Cuando falleció Mártires nos quedamos mal. Me quede mal todos los días. Pensé que teníamos que seguir adelante porque no hay otra”. RAMONA. Integrante UCC. Junio 2014.

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Entrevista a Patricio. Dirigente de la UCC, marzo 2014

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“Si no existía ese año no sé, había una pobreza bastante. Es por eso que cuando estaba Don Mártires López, él venía y conversaba con la gente, hasta con los funcionarios de los distintos niveles”. DELFINO. Actual Delegado qom UCC, Marzo 2014 “Nos levanto él, sino no sé donde estamos ahora. Seguramente no acá en el campo, porque acá no hay nada. Por eso nunca lo olvidamos (…)” (Llora, Silencio). BETTY. Dirigente UCC qom, Marzo 2014.

Foto 13: Mártires López junto a sus compañeros. Entrada de la Marcha del Impenetrable a Resistencia. Año 2009.

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4.- “Yo trabajo en muchos lados; en el grupo de la iglesia, ahí estudio; en la Unión campesina, ahí lucho”178: Las prácticas religiosas y políticas en campesinos originarios qom de la UCC En continuación con los procesos históricos analizados en el capítulo uno, postulamos que la conversión al evangelismo y la campesinización de comunidades originarias en Chaco fueron dos procesos civilizatorios que se dieron de manera simultánea. Existen numerosas investigaciones que abordan la problemática de la religión y la política en pueblos originarios. Entre ellas, el investigador Ceriani Cernadas (2011) analiza que este movimiento religioso en el territorio chaqueño adquirió fuerza institucional durante los años 1960, transformándose en las décadas sucesivas en un campo social dinámico y conflictivo. En este sentido, el autor afirma que, desde los inicios, sus dirigentes y adeptos dieron cuenta de relaciones ambivalentes entre la afirmación étnica, la performance espiritual y la acción política. Entre estas dinámicas, nos interesa destacar y describir expresiones simbólicas que tuvieron lugar en las acciones colectivas y repertorios de protesta de la Unión Campesina y también, en opinión del autor, un eje medular en esta reconfiguración social: la contradictoria integración de los esquemas de liderazgo indígena a las estructuras de poder de las iglesias y el establecimiento de los pastores como nuevos mediadores culturales y sociopolíticos. Sin mayores pretensiones, intentaremos describir situaciones que pueden amoldarse a esto último y dar por culminado nuestro análisis sobre los liderazgos dentro de la Unión Campesina. Pretendemos nombrar aquí, en carácter descriptivo, algunas situaciones vividas en nuestro trabajo de campo con los participantes de la Unión Campesina, y que creemos, merecen ser tomadas en cuenta para futuras investigaciones. Desde nuestra intrusión en campo, la religión y el culto evangélico fueron elementos de particular atención, sobre todo por ocupar un lugar muy importante en las prácticas políticas y discursivas de los campesinos originarios qom. En lo discursivo, nos encontramos con expresiones en las entrevistas que fueron interpretadas en relación a prédicas religiosas dentro de la lucha etnopolítica. Como mencionan las integrantes qom Lelia y Ramona: “Nosotros entonces congregamos esa organización”179 ; “Y, nosotros participamos porque predicamos, así como hoy.”180 En las prácticas políticas de los campesinos originarios de la UCC, pudimos observar y ser parte de ceremonias religiosas (o cultos), realizadas en ocasiones previas a una jornada de lucha u movilización, en las cuales el objetivo principal era “prepararse” para las acciones venideras. En la ocasión de la noche que acampamos en la localidad de San Martín, el culto consistió en danzas, canciones, oraciones colectivas y prédicas en un espacio físico central en el campamento, donde sin importar étnia y dependencia institucional religiosa, qom y wichis oraron y bailaron en círculos –hombres por un lado, mujeres por otro- entrada la madrugada. Las prédicas se realizaban en el idioma según quien tomaba el micrófono, pero de a momentos podíamos interpretar frases en español que aludían a la petición de fuerzas y valor para poder luchar, para soportar el intenso frío sin abrigos y suplicaban a Dios que ilumine el camino a los gobernantes, para que sean escuchados por sus necesidades y haya justicia por Mártires López (consignas de la movilización del día posterior). A la mañana siguiente, se realizó otra manifestación religiosa. Una anciana de la comunidad qom de San Martin, tomó la palabra en el micrófono e invocó una oración a quienes permanecían en ronda escuchando atentamente con extremo respeto y silencio. Luego de ese acontecimiento de pocos minutos, todos se encolumnaron para marchar.181Según Ceriani Cernadas (2011), las prácticas que sucedieron aquella noche, son manifestaciones del sincretismo religioso, es decir, que es común observar técnicas que se asemejan a las del shamanismo, manifestadas en las inflexiones de voz y la imposición de manos. Asimismo, la danza y el canto constituyen especialmente el medio 178

Notas de campo marzo 2014. Audios Betty. Dirigente de la UCC. marzo 2014. Entrevista a Lelia López. Integrante de la UCC. junio 2014 180 Entrevista a Ramona. Integrante de la UCC. junio 2014 181 Notas de campo, junio 2014. 179

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privilegiado para vivenciar el estado de emoción más intensa anhelado por los fieles: el gozo (ntonaGaq en idioma qom), donde éstos se sienten en contacto con el Espíritu de Dios y, de acuerdo a sus expresiones, “se llenan de su poder”. Prácticas similares sucedieron en el campamento en Resistencia, minutos antes de movilizarse hacia Plaza de Mayo, donde posteriormente sufrirían la violencia estatal y la represión. En aquella ocasión, conscientes de la posibilidad de una situación violenta, los campesinos qom hicieron un culto en ronda donde las expresiones aludían a pedir fuerzas, coraje y valor para enfrentar las balas y salir sanos de esa situación. A su vez, aclamaban a Dios que ilumine a los políticos en sus demandas. Las actitudes gestuales referenciaban esta idea de “llenarse de poder” que dijimos anteriormente. Una vez en la Plaza, uno de los dirigentes wichi de la zona del Impenetrable, se aproximó a la policía montada y más de mil seiscientos efectivos que rodeaban la zona. Realizó una oración que todos escucharon atentamente. El dirigente, con megáfono en mano, les dijo que Dios los perdonaba por estar allí, preparados para reprimir, esperaba que su camino sea iluminado, para poder entrar “en razón”. Y luego de su discurso, les dijo que si pensaban que ellos tenían fuerza y valor por tan sólo llevar un arma, no sabían lo que era tener verdadero coraje, como estar en la nieve, sin ropa ni comida. Ese dirigente wichi, era ex combatiente de Malvinas. Acompañado de estas reflexiones, queremos hacer referencia al segundo punto de nuestro interés. Retomando a Ceriani Cernadas (2011), el autor sostiene que los esquemas de organización social de los aborígenes chaqueños, aquello que desde nuestras categorías definimos separadamente como legitimidad ‘política’ y ‘religiosa’ no pueden ser disociados. Los antiguos líderes poseían un particular poder, generalmente obtenido en sueños (lchoGona) o en situación de enfermedad, que les valía ser considerados shamanes de suma potencia (oiqiaGaik), estatus necesario para defender a su gente en las contiendas interétnicas o intertribales. Común al sistema de cacicazgo de numerosas sociedades de las tierras bajas sudamericanas, los otros rasgos fundamentales del jefe lo constituían la habilidad oratoria, la capacidad de arbitrar en conflictos internos y la posibilidad de asegurar la supervivencia del grupo. Hay que tener en cuenta que los límites del liderazgo tradicional eran correlativos a la extensión del grupo social, constituido en ‘bandas’ que agrupaban familias extensas, y que solo hacia fines del siglo XIX dado el avance de los colonos y el ejército surgirán jefaturas de mayor envergadura (Braunstein, 2008). Pese a que en nuestro caso hablamos de liderazgos situados dentro de un movimiento social particular, la Unión Campesina, pueden establecerse ciertas afinidades descriptivas con lo analizado por Ceriani Cernadas (op cit). Al respecto, dejaremos abiertas para futuros análisis en profundidad, situaciones vividas o relatos sobre la autopercepción del ser dirigente, que refieren a la relación ambivalente entre política y religión, y una particular atención a la experiencias de los sueños y la política (Wright, 2008). En las acciones colectivas que participamos junto con qom y wichis, pudimos observar que generalmente en liderazgo de los dirigentes de la UCC coincidía con que también eran pastores de alguna Iglesia evangélica de la comunidad. Pese a que en el caso de Pampa del Indio esta situación no se manifestaba en los líderes actuales de la UCC, según relatos de allegados y compañeros de Mártires López, afirmaban que por sus cualidades personales de carisma, discurso y valor, en caso de no existir la Unión Campesina o el PCR, él sería Pastor aborigen en la comunidad. Por otro lado, en nuestra estadía en casa de la dirigente Betty en Campo Medina, ella expresó que tenía múltiples trabajos: “Yo trabajo en muchos lados; en el grupo de la iglesia, ahí estudio; en la Unión campesina, ahí lucho”182. Incluso, en un momento me mencionó que iba a ponerse a estudiar y comenzó a leer una biblia que se encontraba escrita en idioma Qom y había sido impresa en Corea183. Al abrirla, las analogías despertaron toda nuestra reflexividad: marcaba las páginas con un volante de la Unión Campesina y el

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Notas de campo marzo 2014. Audios Betty. Dirigente de la UCC. Es sólo un detalle para pensar el despliegue internacional de las Iglesias Pentecostales, ya que el qom es un idioma único de los pueblos originarios de Chaco. 183

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PCR184. Esta percepción del “yo dirigenta, y “yo política” como parte de la misma subjetividad interpelada es claramente referenciable a lo mencionado por Ceriani Cernadas, respecto a no poder disociar entre los qom las categorías de política y religión. 5.- Algunas reflexiones finales Como desarrollamos al principio del capítulo, creemos que los procesos de desarrollo y emancipación social latinoamericanos han posibilitado el surgimiento de nuevos movimientos sociales que requieren de particular atención y teorías regionales que puedan dar cuenta del fenómeno. A partir de esta perspectiva, la UCC puede ser incluida dentro de las teorías de los NMS con componentes de lo viejo que desaparece y lo nuevo emergente, lo que la vuelve más compleja e interesante para su análisis. Desde este lugar se configuran las prácticas políticas de los campesinos originarios qom, con características propias basadas en la democracia directa y la participación como elementos constitutivos. Esto habilita a su vez, a la formación política constante de quienes participan, entendidas y analizadas aquí, desde sus representaciones de la lucha a partir de su praxis política. Estas dinámicas desplegadas varían según el lugar que se ocupa dentro de la orgánica. Cada integrante, delegado o dirigente tiene diferentes funciones, responsabilidades y niveles de participación, que no hacen más que dinamizar el funcionamiento de la organización, democratizarlo, desde el punto de vista de la circulación de ideas y decisiones de acción, y construir sujetos políticos en todos sus niveles. Estas características funcionan también como habilitadoras de la construcción de liderazgos políticos que se entretejen con particulares afinidades electivas, dando lugar a dirigentes situados, que convergen en un espacio y tiempo determinado y se moldean en la lucha etnopolítica cotidiana. Y que, particularmente en el caso de Mártires López, trascienden políticamente a su muerte convirtiéndose en un elemento aglutinador y de persistencia de unidad dentro de la UCC. Por último, dejamos abierto para próximas investigaciones, un universo desconocido de prácticas religiosas y políticas, que parecen, a simple vista descriptiva, converger y yuxtaponerse sin contradicciones. A modo de introducción hipotética, podríamos decir que las expresiones simbólicas que tuvieron lugar en las acciones colectivas de la UCC dan cuenta de que el liderazgo indígena, las estructuras de poder de las iglesias y el establecimiento de los pastores como nuevos mediadores culturales y sociopolíticos se entrelazan con la lucha etnopolítica dentro de la UCC y replantean el contenido reivindicativo de emancipación de quienes participan en ella, en una disputa ideológica no antagónica ni explícita, al menos en esta etapa histórica, entre ser de la UCC, ser del PCR y ser evangélico.

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Notas de campo marzo 2014. Páginas de 11 a 14

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Foto 14: Oración antes de una movilización. Año 2009

Foto 15: Culto religioso. Marcha del Impenetrable. San Martin, junio 2014

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CAPÍTULO 4 “Ni uno más se va del campo”: El proceso de descomposición del campesinado El modo capitalista de producción sólo se apodera en forma lenta y despareja de la agricultura. KARL MARX Desde las últimas décadas del siglo XX, los campesinos y originarios de Latinoamérica despliegan acciones colectivas cada vez más coordinadas y complejas con el propósito de defender la tierra y sus territorios. También ensayan nuevas formas de organizarse y de relacionarse con otros sectores en busca de solidaridad y fortaleza, aprovechando los momentos políticos y las disposiciones legales vigentes en la demanda de sus derechos (Giarraca, 2012; Vázquez 2002). Los posicionamientos políticos y repertorios de acción colectiva que fueron adoptando las comunidades originarias y campesinas se vinculan directamente con sus posibilidades de supervivencia y/o de transformación frente al avance del desarrollo capitalista en contextos agrarios. Esta circunstancia ha despertado el interés de muchos investigadores, principalmente marxistas, que han intentado dar cuenta de las tendencias a la transformación (o las “formas” que adquiere su continuidad) de las unidades campesinas dentro del desarrollo capitalista en el agro (en este caso, campesinas originarias). Entre ellos, algunos hablan de su indefectible desaparición o disolución junto con otros agentes económicos185; o su transformación en semiproletarios u obreros rurales insertos dentro de la explotación capitalista y el mercado de capitales186; otros fomentan el fortalecimiento de las “economías campesinas” volviéndolas focos de resistencia frente al avance capitalista187. Todos estos casos, siempre y cuando las llamadas por Llambí (1980) “Unidades de Producción Campesina” sostengan un lazo con la tierra (principalmente productivo) y no sean “expulsados” de su “laboratorio natural”: el campo. En este sentido, nuestros interrogantes refieren a las características que adquiere el “actor campesino” en contextos agrarios extrapampeanos como el caso de Pampa del Indio en Chaco. Así como también nos interesa analizar las resistencias que se generan frente al avance del desarrollo capitalista en una tensión política permanente con el Estado, pensado como receptor de demandas y responsable, en última instancia, de su desaparición como campesinos.

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Por ejemplo, convirtiéndose en pequeños o medianos productores o incluso comerciantes, insertos en el mercado interno o externo, como el caso de los productores cafetaleros en Perú, Ecuador y Colombia. 186 Del que son ejemplo los obreros rurales que trabajan en la producción de soja en la Pampa Argentina. 187 Como las acciones llevadas a cabo por el movimiento de campesinos de Santiago del Estero, MOCASE, que plantea una economía de resistencia basada en la pequeña producción y comercialización de productos regionales.

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1.- De los márgenes al boom: La expansión de la frontera agrícola en la Provincia de Chaco Evaluando los cambios del último decenio en América Latina, Maristella Svampa (2012) explica que se consolidó el pasaje del consenso de Washington, asentado sobre la valorización financiera, al Consenso de los Commodities, basado en la exportación de bienes primarios a gran escala. Ciertamente, si bien la explotación y exportación de bienes naturales no son actividades nuevas en la región, resulta claro que desde los últimos años del siglo XX y en un contexto de cambio del modelo de acumulación, se ha venido intensificando la expansión de proyectos tendientes al control, extracción y exportación de bienes naturales, sin mayor valor agregado.188 Así, lo que denominamos como Consenso de los Commodities apunta a subrayar el ingreso a un nuevo orden económico y político, sostenido por el boom de los precios internacionales de las materias primas y los bienes de consumo, demandados cada vez más por los países centrales y las potencias emergentes.189 Sin embargo, este modelo de crecimiento presenta numerosas fisuras estructurales, como el proceso de intercambio desigual, que no solo ha contribuido al incremento del precio de los commodities, sino también a generar un creciente efecto de reprimarización en las economías latinoamericanas. (Svampa, 2012). Por otro lado, desde el punto de vista de la lógica de acumulación, el nuevo Consenso de los Commodities, conlleva la profundización de una dinámica de desposesión, de despojo de tierras, recursos y territorios, al tiempo que genera nuevas formas de dependencia y dominación (Harvey, 2004). No es casual que gran parte de los análisis críticos sobre América Latina consideren que el resultado de estos procesos sea la consolidación de un estilo de desarrollo extractivista (Gudynas, 2009, Schuldt y Acosta 2009, Svampa y Sola Alvarez, 2010), el cual debe ser comprendido como aquel patrón de acumulación basado en la sobreexplotación de recursos naturales, en gran parte, no renovables, así como en la expansión de las fronteras hacia territorios antes considerados como “improductivos”. En este último punto podríamos ubicar a la región del norte de la provincia de Chaco, en donde sus tierras históricamente estuvieron relativamente sustraídas a los procesos de valorización del capital, con producciones agrarias de escala media, de baja tecnificación y deficiente infraestructura tecnológica, principalmente dedicada a la producción algodonera, que desde inicios del siglo XX fue la actividad organizadora de la expansión de la frontera social y el cultivo principal de todos los estratos de agricultores del área de nuestro estudio. Según Cristina Valenzuela (2003), la complejidad del espectro de actores que se encuentran en la provincia, tuvo su origen en la estructura agraria regional que se constituyó a partir de una fuerte polaridad en los tamaños de las unidades productivas. En la franja oriental y sureste se concentraron los grandes fundos, dedicados a la práctica ganadera extensiva y en el centro y sudoeste se agruparon las pequeñas unidades agrícolas, resultado de la colonización agrícola impulsada por el Estado Nacional en las primeras décadas del siglo XX. Resultado de esto, según el último Censo Agropecuario Nacional, del año 2002,190 el 66 % de las explotaciones agropecuarias existentes en el Chaco no superaban las 200 hectáreas. A su vez, dentro de este gran grupo se diferencia entre los “medianos” y “pequeños” agricultores. Los primeros, (un 17% del total) poseían unidades cuya extensión oscilaba entre 188

Tal como lo muestran los datos de la CEPAL (2011a), la mayoría de los productos básicos de exportación de la región mostraron un crecimiento vertiginoso en los últimos años: los precios de los alimentos alcanzaron su máximo histórico en abril de 2011 (maíz, soja, trigo); los metales y minerales superaron el máximo registrado antes de la crisis de 2008, y algo similar puede decirse sobre los hidrocarburos. 189 Actualmente China es el segundo socio comercial de la región sudamericana. “Las exportaciones de América Latina hacia China se concentran en productos agrícolas y minerales. Así, para el año 2009 las exportaciones de cobre, hierro y soja representaban el 55,7% de las exportaciones totales de la región al país oriental. Al mismo tiempo, los productos que China coloca en América Latina son principalmente manufacturas que cada vez poseen mayor contenido tecnológico” (Slipak, 2011). 190 Censo Agropecuario Nacional de la República Argentina. Ministerio de Economía. Secretaría de Política Económica. INDEC. Resultados Definitivos. Buenos Aires, 2003.

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las 100 y 200 hectáreas y los pequeños agricultores, representan el 49% restante constituyendo el grupo de mayor vulnerabilidad. Con el avance del desarrollo capitalista en el agro chaqueño a partir del Consenso de los Commodities, la agricultura chaqueña planteó transformaciones en cuanto a la incorporación de algunos cultivos como el girasol, el sorgo y la soja, que llegaron a ocupar una superficie similar o en algunas ocasiones mayor a la implantada con algodón. Los intentos de diversificación ocurrieron en las coyunturas en las que el algodón registraba un descenso notable de precios, o bien los granos u oleaginosas registraban cotizaciones más atractivas. Pero estas posibilidades de sustitución de cultivos según las variaciones de la demanda y de los precios relativos, dependieron, en gran medida, de las dimensiones físicas de las explotaciones. En esta situación, los menos beneficiados fueron los campesinos pobres de las comunidades originarias, particularmente en nuestro caso los de Pampa del Indio, quienes participaban de manera esporádica en la producción y que tradicionalmente estuvieron restringidos en sus probabilidades de innovación e intensificación por la insuficiencia de sus recursos. Sumado a su débil y fluctuante situación económica, se convirtieron en los protagonistas de un círculo productivo vicioso, fuertemente dependiente de factores extrarregionales de naturaleza coyuntural, que los condicionó en su evolución y les imposibilitó solventar intentos de cambio y progreso. La cadena de obstáculos se hizo cada vez más grande, a pesar de que el sector de pequeños productores tuvo una presencia importante en su aporte a la producción en la última década.191 Incluso, el Estado provincial contribuyó, en numerosas ocasiones, mediante subsidios y ayuda desde los municipios (con la provisión de semillas y las labores de siembra en 2004-2005), y reclamó un soporte a nivel nacional para este “cultivo social” generador de trabajo y base de la organización económica del territorio (el llamado “fondo de compensación” que reclamó la creación del “Grito Algodonero” en 2005). El avance del desarrollo capitalista en la zona tuvo algunas consecuencias notorias. En primer lugar, el monocultivo se convirtió en el factor determinante del desgaste y la erosión de los suelos, que generó cronogramas de ingresos muy concentrados, los cuales significaron, a su vez, un altísimo grado de riesgo ante las plagas y fenómenos meteorológicos desfavorables, con una notoria inferioridad de condiciones a la hora de negociar la venta del producto, obteniendo en muchos casos, sobre todo en épocas de saturación del mercado interno, precios inferiores a los vigentes. Al respecto, Víctor Gómez (FNC) denunciaba en 2008: “Están destrozando los montes. Nosotros consumimos lo que está dentro nada más que para subsistir. Esta gente corta los rollos de quebracho colorado y blanco, palo blanco, lo cortan todo y después arrasan con todo el monte, plantan soja y le echan veneno. A los tres años la sementera no tiene más fuerza para producir. El monte protege el suelo, pero si hacen esto, después vienen las consecuencias.192” Asimismo, Lelia, integrante de la UCC justificaba en junio de 2014 sus posibilidades y demandas para producir en contextos de precios desfavorables: “Si, se puede [refiere a producir], porque tenemos 24 hectáreas. 1 lote. Y ahí estamos pidiendo también para que armen la chacra para sembrar algo de sementera baja, porque ahora parece que el algodón no está valiendo nada. Por eso es que queremos sembrar algo. Si se puede arreglar nuestra chacra.”193 En segundo lugar, se produjo una profundización de la privatización del territorio y una regresión en cuanto al derecho de tenencia de la tierra para los pueblos originarios. De acuerdo a los datos del Instituto de Colonización, el Estado chaqueño pasó de tener 3.500.000 de hectáreas fiscales a 650.000 en diciembre de 2007. Estas extensiones territoriales que, 191

En el caso de los campesinos originarios de Pampa del Indio, los ciclos productivos 2005-2009 Entrevista realizada a Víctor Gómez de la Comisión Zonal de Tierras de Pampa del Indio, Chaco por Musante, Marcelo. "La construcción del territorio chaqueño como parte de un proceso genocida". La revista del CCC [en línea]. Enero / Agosto 2009, n° 5 / 6. Disponible en Internet: http://www.centrocultural.coop/revista/articulo/111/. ISSN 1851-3263. 193 Entrevista a Lelia, integrante de la UCC. Junio 2014 192

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según las legislaciones existentes vigentes194 debían ser asignadas a ocupantes tradicionales e históricos, fueron vendidas a empresarios madereros y sojeros. Se estima que por lo menos la mitad de esas tierras se habrían malvendido y se encuentran, actualmente, en manos de Sociedades Anónimas de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.195 Incluso, si se compara el peso de las tierras fiscales sobre la superficie total del Chaco, se observa este proceso de privatización del territorio: sobre un total de 10 millones de hectáreas en la Provincia, en el año 1994 el 35% eran tierras fiscales y en la actualidad ese porcentaje se redujo al 6,5%. Durante el acto de entrega de 1.104 hectáreas a la Asociación Civil Cacique Taigoyic en la zona de Campo Cacique, Pampa del Indio, Víctor Gómez, dirigente qom de la FNC, planteó: “(...) la urgencia de regularizar los 62 títulos pendientes que están en Colonización y que el Gobierno Provincial respete la Constitución y establezca un programa de entrega de tierras a las familias que aún no tienen. No puede ser que nosotros como originarios de esta tierra estemos mendigando tierra y que terratenientes que están destruyendo los montes tengan más de 40 mil has para negocios que los benefician sólo a ellos”, haciendo referencia a la Estancia Don Pano de Eurnekian y a las tierras que posee la empresa Comega S.A.196 A su vez, la Unión Campesina describe en un comunicado el modo de apropiación de la tierra por parte de empresas privadas: “(...) la soja trajo mucho sufrimiento a los pueblos del campo y principalmente a los originarios. Avanzan los desmontes de miles y miles de hectáreas, se desalojan las comunidades, se desvían los ríos, se contaminan las aguas. Se gastan los suelos y crecen los terratenientes y los pooles sembradores y cada vez más extranjeros se quedan con más tierra. En Pampa del Indio testaferros de Eurnekian le están alquilando de a 25 hectáreas a compañeros originarios”.197 Estas causas no sólo tienen consecuencias a nivel de despojo territorial y legal, sino también, se restringe el acceso a recursos naturales y, en caso de acceder a la producción, se genera el llamado “hacinamiento productivo”, relacionado a la capacidad productiva del suelo disponible y la cantidad de personas dentro que viven del resultado de esa producción. Al respecto, Patricio, dirigente qom, sostiene: “Entonces nunca dejamos de luchar porque te falta esto, y además que no tenemos tierra y es lo principal porque si vos salís, te vas al monte si no tenés carne, te vas al monte para mariscar, eso no, ahora está prohibido en los campo. Te meten preso o te meten balas, no sé qué, no podes salir.198” Estas limitaciones estructurales (Rofman y García, 2007), que refieren al tipo de inserción del productor en el sistema productivo, se manifestaron en este caso, en una 194

Ver Artículo 37 Constitución Provincial. Para tomar como ejemplo, en Chaco apenas comenzada la dictadura militar de 1976, la firma Uzal S.A. comenzó a trabajar para la adquisición de tierras en el norte argentino. Para mayo de 1977, abrió Textil Uzal, empresa de la Familia Eurnekian. Se instalo en la ciudad de Reconquista, en Santa Fe, y su actividad principal fueron los hilados de algodón. Las inversiones dieron sus frutos, y Eduardo Eurnekian se transformó en un empresario de los medios, destinando el dinero de esas ganancias a la compra de tierras en Chaco y Formosa. Comenzó con esa tarea, en 1995, comprando cuarenta y seis mil hectáreas en los alrededores de Pampa del Indio. Luego, Textil Uzal se llamó Hilandería Villa Ocampo y, más tarde, Textil Thails; en todos estos cambios abundaron las desprolijidades. En diciembre de 1995, Eurnekian solicitó permiso para desmontar mil hectáreas en su campo, y a pesar de que no se le concedieron, por la Ley Forestal del Chaco, sus empleados quemaron la zona. “Echaron a los bolivianos y pusieron a los aborígenes –recuerdan testigos del lugar-. Trabajaban todo el día, incluso los fines de semana; sin vianda, ni techo, durmiendo a la interperie. Tenían que tomar agua del charco”. (Klipphan, 2006). El trabajo propuesto era el de limpiar la maleza para sembrar algodón y luego soja. Para esa labor se utilizaron agrotóxicos, por lo que fallecieron dos originarios y, según un estudio de 1996 sobre cien trabajadores, treinta y dos tuvieron secuelas clínicas. Al poco tiempo, Eurnekian siguió con sus ansias de tierra y adquirió cuarenta mil hectáreas en Formosa, a ochenta mil dólares ($500 la hectárea). También ordenó quemarla, sin importar los permisos. El gobierno provincial lo multó, pero por entonces gobernador de Chaco, Ángel Rozas al ver peligrar las inversiones de la zona, decidió archivar las denuncias y condonar la deuda a Eurnekian. (Klipphan Andrés y Enz Daniel 2006). 196 http://pacitaenchaco.blogspot.com.ar/2008_08_01_archive.html 197 Comunicado Público de la Unión Campesina del Chaco. Fecha 27/06/08 195

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Entrevista a Patricio, dirigente de la UCC. Marzo 2014

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“barrera al uso de la opción”, que condena a los campesinos pobres originarios a convertirse en campesinos sin tierra, relegados a condiciones adversas (naturales y materiales) de la producción de subsistencia o a irse del campo en busca de mejores condiciones en las villas mísera de las ciudades. Es por eso que en los nuevos escenarios agroalimentarios, con lógicas comerciales planteadas a partir de la inserción internacional, se generan relaciones profundamente desiguales entre quienes se pueden transformar e integrar a las nuevas dinámicas de acumulación (que exige para su despliegue un piso de reproducción mayor, es decir, la necesidad de contar con un control de recursos productivos y financieros significativamente más alto que en períodos anteriores) y quienes se ven relegados o excluidos al corto plazo de los grandes círculos productivos, como los protagonistas de nuestra investigación: los campesinos pobres originarios. Asimismo, esta creciente divergencia entre integrados y excluidos profundizó los problemas de pobreza y exclusión de los segmentos sociales más vulnerables. En términos cuantitativos, a nivel provincial el área algodonera (centro-sudoeste) chaqueña perdió más de 2.000 explotaciones y el área con nuevos cultivos de soja (Departamento Almirante Brown, en el oeste), recientemente desmontada incorporó 1.000 explotaciones nuevas. La superficie agropecuaria provincial se incrementó en más de 400.000 hectáreas y la extensión de la unidad agropecuaria promedio aumentó de 302,6 a 365,8 hectáreas. 199La provincia perdió además, entre 1991 y 2001, 60.000 habitantes rurales.200 En definitiva, desde el punto de vista productivo y dentro de una economía agraria en transformación, podemos englobar las causas de la desaparición de las unidades campesinas en lo que denominamos “procesos de descomposición del campesinado” (Bendini y Steimbreger, 2010; Pérez, Rebollar y Monroy, 2007; Azcuy Ameghino, 2007). Sin embargo, esta expansión de capitales (en muchas ocasiones operando desde el Estado) lejos de ser pacífico, se encontró con un auge de organización y lucha a nivel provincial (y nacional) por parte de los campesinos, que en Pampa del Indio, tuvo su expresión en la reivindicación política de la tenencia de la tierra y los recursos necesarios para vivir y producir en el campo de quienes integran la Unión Campesina. En definitiva, el choque de planetas entre los “nuevo” y lo “viejo” se manifiesta de manera muy violenta y desigual en la “frontera” del capitalismo, en donde no sólo está en disputa la tierra y el territorio, sino dos cosmovisiones y mundos sociales diferentes.

2.- Hacia una conceptualización del actor campesino: En línea con el concepto desarrollado en la introducción, daremos cuenta de los debates teóricos y particularidades que supone estudiar la “cuestión campesina”, particularmente por las diversas posturas y corrientes teóricas que emergieron en su mayoría de procesos políticos concretos (Revolución Rusa, China, los procesos de Reforma Agraria latinoamericanos, entre otros) y que circularon alrededor del espacio que ocupan los campesinos dentro de la estructura de clases y el carácter residual de su economía en el desarrollo capitalista (Giarraca, 2012). Para nuestro trabajo, recuperamos aquellas teorías que se consideran superadoras al debate sobre el nivel de clasicidad del campesinado,201 y que se

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La reducción de la superficie boscosa en el Chaco ha sido alarmante y se estima sólo quedan 500.000 hectáreas de tierras fiscales con “cobertura boscosa natural”. Suplemento NORTE RURAL. Resistencia, Chaco, Miércoles 2 de junio de 2004. 200 Censo Agropecuario Nacional de la República Argentina. Ministerio de Economía. Secretaría de Política Económica. INDEC. Resultados Definitivos. Buenos Aires, 2003. 201

La discusión academicista de fines de la década de 1960 se sustentaba en el nivel de “clasicidad” de las poblaciones campesinas respecto de la clase obrera, sujeto histórico de los procesos revolucionarios. En otras palabras, los análisis derivaban la acción política del campesinado de la posición en la estructura social. El interrogante planteaba la (im)posibilidad de considerar al campesino como “clase”. Diversos autores compartieron la afirmación de Theodor Shanin de considerarlo como un sector de “baja clasicidad” entre ellos Shanin; 1979 y Eric Hobsbwam (1976)

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alejan también de considerarlo un modo de producción diferente –y en existencia simultáneaal capitalista. 202 En contraposición, sostenemos que existe un predominio de una lógica económica hegemónica, la capitalista, y que hay una tendencia a la desaparición/transformación de componentes no-capitalistas que se desarrollan dentro de ella, como es el caso del campesinado. Desde esta perspectiva y retomando lo mencionado en la introducción a esta tesina, denominamos campesino a todo productor directo que utiliza su fuerza de trabajo -y la de su grupo familiar o grupo doméstico- para el cultivo de la tierra y/o la cría de ganado, cualquiera sea su relación jurídica con el medio de producción fundamental que se constituye en su laboratorio natural. No se toma en cuenta aquí la producción o no de excedentes, ni su probable acumulación monetaria o trasmutada en diversas objetivaciones de la riqueza social. Tampoco resulta un componente determinante del ser campesino el destino de su producción, que puede ser predominantemente para el consumo familiar o para el mercado (Azcuy Ameghino, 2004). A nuestro entender, este concepto de campesino resulta lo suficientemente dinámico y puede considerarse como síntesis de los debates teóricos que se desarrollan dentro del marxismo. Particularmente aquellos que giran alrededor de: 1.- las características de la fuerza de trabajo: Respecto a esto, la mayoría de los teóricos acordaron que la economía campesina se trataba de una fuerza de trabajo de tipo familiar o doméstica. En el caso de los clásicos, Marx y A. Chayanov sostuvieron que la fuerza de trabajo –definida como capital variable- en el caso de las unidades de producción campesinas se basaba en el trabajo familiar. En este sentido, de un lado de la ecuación se encuentra la combinación de los recursos (familia) y los medios de producción (tierra y herramientas de trabajo), que están mediados por el grado de explotación de la fuerza de trabajo familiar. Tanto F. Engels (2012) como Lenin (1969), refieren a la diferenciación social campesina en la estratificación interna de las explotaciones familiares. Clasifican a los campesinos en ricos, medianos y pobres, utilizando como principal criterio la compra o venta de la fuerza de trabajo. Un campesino rico compra sistemáticamente fuerza de trabajo de terceros, uno mediano utiliza la provista por su familia y uno pobre, está obligado a vender una parte del año su fuerza de trabajo para poder subsistir. Con el avance del sistema capitalista en el agro latinoamericano, trabajos recientes como los de Llambí (1980) y Azcuy Ameghino (2004) sostienen que las características del trabajo se deben a criterios definidos culturalmente. En este sentido, no excluyen la contratación temporal o incluso permanente de un número relativamente reducido de personas ajenas al núcleo doméstico fundamental. En definitiva, el patrón de consumo de los campesinos es definido culturalmente y el parámetro principal está constituido por un nivel mínimo de subsistencia. Por definición, las Unidades de Producción Campesinas “relativamente autónomas”, son precisamente aquellas que gozan de condiciones “ideales” sobre las que se basa su existencia, que es la posesión por parte de la Unidad Productiva de los principales medios de producción, en particular de la tierra. 2.- El resultado económico de la producción. Sobre este eje se plantearon distintas posiciones. Por un lado, tanto Marx como Chayanov siempre sostuvieron que el fin último de los campesinos era la satisfacción de sus necesidades, y en este sentido, una ausencia de un proceso de acumulación sostenido de capital. Es decir, los campesinos constituyen una economía mercantil simple: M-D-M203. Esta posición, también adoptada por Eric Wolf (1975)

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Asimismo estas corrientes argumentan que el modo de producción campesino puede articularse subordinadamente al hegemónico (capitalista) y volverse “funcional”: Claude Servolin (francés), Kostas Vergopoulos (griego-francés) son los teóricos que más han influido en los latinoamericanos como Roger Bartra (1980). 203 La fórmula de circulación simple supone que la mercancía se transforma en dinero y éste se transforma en mercancía nuevamente (vender para comprar). Ver Marx, K. “La Ley de valor del capital” en “El capital” Tomo I, Vol. I - Siglo Veintiuno Editores

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sería explicada a partir de la presencia de un terrateniente quien se apropiaría de la renta.204En definitiva, lo principal para todos estos autores, (y las corrientes marxistas en general) es que son campesinos porque no acumulan capital y no porque accidentalmente no vendan o compren fuerza de trabajo. (Archetti, Stolen, 1975). Por otro lado, autores marxistas posteriores, relativizaron la acumulación o no de capitales como elemento identitario de las economías campesinas. Llambí (1980) identifica que las Unidades de Producción Campesina (UPC) como productoras a nivel de subsistencia parecieran responder mejor a una situación de reciente inserción al sistema capitalista. En la medida en que sus vinculaciones con el sistema se consolidan, comienzan a generarse condiciones objetivas que se traducen en la adopción de nuevos patrones de conducta y valoración. En un sistema capitalista en pleno desarrollo, esto supondría una transformación hacia expectativas crecientes y la adopción de criterios valorativos de éxito. La “racionalidad del sistema” tenderá a ser compartida por “todos”, pero el éxito, claro está, no posee un carácter colectivo, ya que es un sistema basado en la desigualdad de condiciones; para el campesino que cuenta con menores medios que el capitalista y que suele estar emocionalmente vinculado a la tierra, las alternativas se reducen al punto de contentarse con la reposición de su fuerza de trabajo y de las condiciones del proceso productivo. (op. cit.:123). Llambí insiste en que dependiendo del tiempo de inserción en el sistema y de las condiciones objetivas en las que se encuentre, el productor campesino se planteará como objetivo, la reproducción simple de sus condiciones de existencia o aspirará a un mejoramiento de su posición relativa en relación a los demás a través de una meta consciente o inconsciente de maximización de los ingresos. Sin embargo, que la elección de los productos y de las técnicas a emplear estará limitada o condicionada por: a.- restricciones ecológicas inherentes a la ubicación geográfica de la unidad productiva b.- limitaciones propias de la estructura de los mercados de productos y/o factores. c.- situaciones coyunturales en las relaciones de intercambio de los diferentes productos d.- sus propias limitaciones como productor en lo referente a conocimientos técnicos y/o gerenciales. A esta consideración general de la categoría teórica -unidades campesinas- dentro de la organización social de la producción, intentaremos incorporarla a la caracterización de las relaciones de producción en una sociedad concreta, para otorgarle historicidad, determinación e intentar concederle una personalidad más definida. Como expresa críticamente Pierre Vilar: “el empleo de la palabra ‘campesino’ sin calificativo, como si existiera un campesino concepto, un campesinado en sí”; dicho de otro modo, la “desconfianza hacia una utilización de la palabra ‘campesino’ aisladamente empleada, sin más distinciones ni análisis” (Vilar, 2008: 268). Ahora bien, en un contexto de expansión territorial del capital podríamos caracterizar a los campesinos originarios qom de la localidad de Pampa del Indio como productores directos que reproducen su existencia mediante la aplicación de su fuerza de trabajo y la de su grupo familiar principalmente al cultivo de la tierra (algodón, maíz o sementera baja). Particularmente, son propietarios de las tierras en las que viven y trabajan, pero alrededor del 60%205 de ellas no se encuentran regularizadas, lo que complica su efectiva posesión legal sobre las mismas. Como analizamos en capítulos anteriores, la incorporación de los originarios 204

Eric Wolf, historiador y antropólogo estadounidense caracterizó a los campesinos como capaces de producir cuatro tipos de fondos: uno de subsistencia; uno de reemplazo (por el desgaste de herramientas y demás); uno ceremonial (para asegurar el sistema de relaciones sociales) y un fondo de renta, que consiste en la apropiación de una parte del excedente por parte de alguien que reclama sobre los frutos de su trabajo en la tierra. Esta es la gran diferencia para el autor entre el campesino y el cultivador primitivo. (Wolf, 1975) 205 No se registran datos oficiales respecto a la irregularidad legal de las tierras en la zona de Pampa del Indio. Este porcentaje es un cálculo que realizó la Unión Campesina a partir de los trámites para comenzar la construcción de las viviendas, que en muchos casos se vieron complicados por falta de sucesión, bajas de personerías jurídicas – propiedades comunitarias-, malas relaciones con familiares titulares del terreno, etc.

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qom a la producción se desarrolló a principios del siglo XX principalmente a partir de la producción algodonera, la cual no sólo generaba excedentes (bajo formas de explotación) sino también que en el caso de las cosechas realizadas en los años 2004-2005 se incorporaron al mercado nacional e internacional con expectativas crecientes. Con la caída posterior del precio del algodón, la intensa sequía que azotó a la zona en los último cinco años, y la imposibilidad de acceso a créditos, insumos y herramientas, el resultado económico de la producción se redujo a la subsistencia o incluso bajo reproducción mercantil incompleta, provocando una reversión a condiciones de indigencia, con aumento de los índices de desnutrición y enfermedades. Estas características, condicionaron la producción hacia bienes de consumo (sementera baja) o esporádicamente de maíz, utilizado para la crianza de animales. Actualmente, la escasez de agua en la zona, la quita de presupuesto estatal para la circulación de camiones cisterna, y las dificultades para el acceso a insumos básicos para el cultivo, profundizaron la situación de extrema pobreza de los campesinos pobres del Chaco, provocando que la producción, incluso de sementera baja o huerta en sectores más húmedos, se vea imposibilitada. La producción chaqueña se encuentra actualmente perjudicada por : 1.- las restricciones ecológicas inherentes a la ubicación geográfica (y producto del desmonte y los cambios climáticos sucedidos en la zona a partir de la canalización del Río Bermejo), 2.- Las limitaciones de la estructura de mercados en relación a un precio mínimo sostén para la producción, 3.- la falta de conocimientos técnicos para una mejor utilización de insumos, 4.-la ausencia políticas estatales que favorezcan la producción familiar en relación al suministro de las condiciones e insumos básicos. No obstante, los campesinos siguen manteniendo su (re)producción como tales no sólo desde su relativa, esporádica y dependiente206 producción material sino fundamentalmente desde su reproducción simbólica en cuanto a que se niegan a dejar de ser campesinos (y resisten en consecuencia, como en nuestra investigación). Por ello, ante esta situación, pretendemos profundizar la noción utilizada en esta tesina de campesinos pobres originarios qom y esperamos que futuras investigaciones puedan determinar, esclarecer y afirmar las transformaciones sucedidas, considerando las condiciones actuales de la zona. En esta dirección, nuestra hipótesis actual de trabajo sostiene que las tendencias hacia las dinámicas de cambio se reducirán al éxodo rural como resultado de su disolución histórica (como elementos externos al sistema hegemónico). En este sentido, el desarrollo capitalista, más que traducirse en progreso, tecnificación y expectativas crecientes entre los campesinos originarios qom, se convierte en el factor que produce la pérdida de la “relativa autonomía” de la cual menciona Llambi (1980) y en el problema de las unidades económicas que desaparecen. Por último, tanto la aceleración o la disminución de este proceso se encontrará determinado por la lucha política que logren sostener las comunidades de Pampa del Indio y por el rol del Estado a través de políticas estatales de intervención y regulación. Por lo tanto, y en conclusión al apartado, estamos en condiciones de afirmar que los campesinos originarios qom que integran la UCC se resisten a través de sus prácticas políticas al proceso de campesinización porque éste supone el éxodo rural; su migración del campo, la pérdida de su espacio como lugar simbólico y material donde se vive y se quiere trabajar. Y pese a que excede a nuestro trabajo, las oportunidades de los campesinos originarios en las ciudades no se basan en la esperanza de mejores condiciones de vida, sino en idénticas situación de marginación y la exclusión, como aseguran los testimonios que analizaremos en el apartado 3.2 sobre las experiencias de migración y regreso al campo.

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En relación a la necesidad de políticas públicas que intervengan en las primeras etapas de cultivo, otorgando semillas y mejorando las condiciones para la producción.

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3.- Campesinado y avance capitalista ¿dinámicas excluyentes? A continuación, profundizaremos sobre las tendencias a la transformación (o las “formas” que adquiere su continuidad) de las unidades campesinas dentro de las dinámicas territoriales de desarrollo y avance capitalista. No obstante los momentos de auge esporádico del campesinado en la producción algodonera y la comercialización colectiva, la tendencia en el largo período histórico desde su campesinización a comienzos del siglo XX, ha sido la sobrevivencia en condiciones de extrema pobreza en base a la forma social de producción de la tierra, crianza de animales para autoconsumo y del trabajo familiar. Esa persistencia se explica por la lógica interna de este tipo social agrario basada en el trabajo doméstico de subsistencia y el valor asignado a la tierra en su cosmovisión de originarios qom. (Cucullu y Murmis, 1980). La permanencia de los campesinos originarios qom, aún dentro de una diversidad de procesos de descomposición social (Cucullu y Murmis, 1980, Bendini y Tsakoumagkos, 1993), se explicaba fundamentalmente por la marginalidad del agro chaqueño en la circulación y acumulación de capitales que tenía como protagonista la Pampa húmeda. A su vez, la persistencia de grandes extensiones de tierras fiscales permitía la reproducción de una economía de subsistencia y del “monte” como proveedor de insumos.207 Fue entonces que el avance y concentración de capitales, sumado a la privatización de tierras, aceleró la descomposición de las unidades económicas campesinas. Para entender estas dinámicas, recurrimos a las “teorías de descomposición del campesinado”, que parten de los clásicos de la literatura marxista208 y que son actualmente utilizadas por quienes estudian las transformaciones del mundo agrario y rural y su reestructuración social en América Latina (Bendini y Steimbreger, 2010; Pérez, Rebollar y Monroy, 2007; Azcuy Ameghino, 2007). Azcuy Ameghino (2007) indica que el proceso de “descampesinización” es clave para entender el surgimiento del capitalismo, es decir, es la condición sine qua non para su avance y para que se transforme en predominio por sobre las relaciones sociales anteriores (precapitalistas). Insiste, en que primero la existencia y luego la preponderancia de las formas capitalistas presupone la coexistencia –durante un período histórico más o menos largo- de estas relaciones dominantes con las del tipo campesino, que continúan manteniendo en lo fundamental su naturaleza basada en el trabajo familiar no asalariado. Así, la descampesinización suficiente es parcial y relativa, es decir, que como elemento inherente al surgimiento mismo del capitalismo, refleja el fenómeno de la apertura de los espacios sociales que exige el nuevo modo de producción para desarrollarse. Sin descampesinización suficiente no es posible el afianzamiento del sistema capitalista, pues la unidad socioproductiva de tipo campesino-familiar por sobre la que el sistema avanza, se basa en la absorción del trabajo (en calidad de productores directos) del grupo doméstico, mientras que el capitalismo es un régimen de producción basado en el sistema del trabajo asalariado, en su explotación. En definitiva, el autor sostiene que, bajo las relaciones de producción capitalistas, existen fragmentos de tipo campesino (de características precapitalistas) que conviven con las primeras en un proceso histórico de descomposición o “descampesinización”. Al igual que marxistas precedentes, esta postura teórica supone la tesis de que en la formación económico-social en una sociedad determinada, suelen coexistir diferentes modos de producción, siendo uno de ellos, en el caso argentino el capitalista, el que reviste el carácter de dominante (Azcuy Ameghino, 2007). Esta preeminencia, especialmente cuando ya se halla relativamente lejano el momento histórico de su materialización, suele tender a disimular y/o subestimar aquellas relaciones productivas que no son estrictamente capitalistas, como en el caso de la estructura agraria chaqueña, en la que esas relaciones resultaban marginales y/o

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Hasta hace unos veinte años, los campesinos originarios qom de Pampa del Indio cazaban animales y recolectaban del monte miel y frutos, de allí su tradicional denominación de cazadores-recolectores. 208 Ver Lenin “descomposición social del campesinado” en Lenin, I. (1977).

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ajenas respecto a otras zonas del país –como la pampeana- hasta el avance del Consenso de los Commodities y su despliegue territorial. Las formas económicas campesinas de Pampa del Indio integradas débilmente al mercado resultaron subsumidas y asimiladas al modo de producción dominante bajo la modalidad de reproducción mercantil simple, incluso incompleta,209 en la que progresivamente fueron perdiendo los medios de producción o se vieron obligadas a vender su fuerza de trabajo para subsistir, cuando no desaparecer como campesinos emigrando a las grandes ciudades. En este sentido, el proceso de descampesinización que tiene lugar en las sociedades capitalistas es profundamente reaccionario en tanto significa la profundización de la ruina de numerosos pequeños y medianos agricultores, la que suele ir acompañada de otras consecuencias tan socialmente indeseables como el éxodo y el despoblamiento rural, el incremento de los latifundios, la degradación ambiental, la indefensión nacional, la concentración cada vez mayor de la producción, la riqueza, los medios de producción y la tierra, el incremento de la desocupación y la pobreza, entre otros (op.cit).

3.- El Estado y la resistencia campesina originaria Aunque el accionar de los agentes del capital y la descomposición de los campesinos sea variable según las zonas del país –sobre todo entre zonas pampeanas y extrapampeanas-, podemos pensar que las unidades de producción campesina plantean formas dialécticas de adaptación y de resistencia a esos cambios, que traen aparejadas transformaciones en el espacio político rural. En términos generales, esos procesos están condicionados, por: 1.- el papel del Estado, quien puede mediar, facilitar, proteger, fiscalizar mediante políticas sectoriales diferenciadas a pequeños productores (Tsakoumagkos et al, 2000), o fomentar programas de carácter productivo o de recuperación de la producción, de fortalecimiento de servicios en parajes de región, de desarrollo rural, de forestación, entre otros. 2.- El accionar de las organizaciones sociales que profundizan la participación y la resistencia campesina y originaria, como la Unión Campesina de Chaco.

3.1.- El papel del Estado: ¿intervención o ausencia? Sostenemos en este sentido, que tanto la penetración del gran capital en el campo como los cambios y continuidades en los niveles de ruralidad, particularmente en los campesinos pobres, generan núcleos que redefinen el espacio rural y los horizontes de sentido de quienes viven en ellos. En la expansión y control del capital –que encuentra sus representantes en grupos inversores o grandes empresarios- se cuentan elementos que condicionan su acción y modifican sus efectos: el Estado, por un lado, y las acciones y movimientos de resistencia, por el otro, que expresan a su vez, el surgimiento de nuevas formas de organización y de liderazgo (Bendini, 2010). La movilidad del capital y del trabajo, la apropiación diferencial de los recursos, la incorporación de extensas zonas al mercado de tierras, la modernización concentrada y excluyente no sin persistencias y resistencias,

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Supone la imposibilidad de reposición de los medios de producción desgastados en el proceso productivo por medio de los recursos generados en el mismo. Puede darse asociada tanto a un aumento como a una disminución de los niveles previos de consumo de sus agentes. Esta pareciera ser la situación de muchas UPC en condiciones de producción desfavorables más o menos estructurales o durables (escasa superficie, baja fertilidad, dificultades en el abastecimiento de materias primas o equipos, etc) como en situaciones coyunturales de producción y/o mercados desfavorables. (Llambí, 1980)

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configuran formas diversas de territorialidad que moldean el agro y la ruralidad (Bendini, 2006). En esta línea, Llambí (1975) plantea que el Estado constituye un conjunto de “agencias” que intervienen directa o indirectamente en las relaciones que ellas establecen con otras unidades o agentes económicos del sistema. En este sentido, en el capitulo dos (punto 2.4) caracterizamos que la relación Estado-unidades campesinas en el caso de los campesinos de Pampa del Indio insertos en los programas de financiamiento estatales (como el caso del programa “Manos a la obra” en 2005) se referían a relaciones indirectas con las diferentes agencias, ya que suponían la intervención pública en la regulación o transformación de las condiciones de funcionamiento de los mercados de productos, tierra, dinero y fuerza de trabajo. En el caso de los planes de financiamiento de 2005, estos tendían a un reforzamiento de las relaciones de subordinación de las UPC, que fortalecían las unidades familiares y su (re)producción económica. Es así que mediante políticas públicas de financiamiento para la producción algodonera, el Estado brindaba las posibilidades (o desaceleraba los procesos de descomposición) de continuidad de las UPC chaqueñas a partir de mejorar relativamente210 las condiciones de vida y el acceso a materiales y herramientas. Ahora bien, esta tendencia a la continuidad de las unidades campesinas a partir de la solidaridad e intervención estatal se presentó históricamente de manera esporádica, parcial y en muchos casos en respuesta a demandas y presiones de las comunidades. Asimismo, las políticas de mejoras públicas que registramos en los últimos años en la zona de nuestro estudio, se ubican en su mayoría en el trazado urbano del pueblo de Pampa del Indio (pavimentación o mejoramiento de parquizado público),211 mas no en el territorio vulnerable de los parajes rurales, donde habitan las comunidades originarias. Incluso, notas periodísticas de diarios locales que refieren a la presencia estatal en los parajes, lo hacen a partir de las demandas realizadas por la comunidad como parte de la lucha etnopolítica, como la electrificación rural, la construcción de las viviendas, centros de salud y el Complejo Cultural Bilingüe.212A pesar de las acciones realizadas desde el poder ejecutivo Provincial y las Instituciones públicas, consideramos que las medidas gestionadas no han sido paliativas de las situaciones de precariedad y pobreza de las comunidades, y mucho menos, han contribuido a la (re)producción económica de los campesinos originarios. En este sentido, desde el año 2007, paralelo al proceso de privatización de las tierras y avance de capitales, no se registran medidas públicas para la producción de los originarios del Chaco en lo que refiere a entrega de semillas, insumos o mejores condiciones productivas. Incluso en ese año, en Pampa del Indio, la UCC y la CZT denunciaban que, luego de haber realizado un relevamiento y presentado los datos en septiembre en el Ministerio de Producción para implementar la asistencia a los productores algodoneros para cultivar 7000 hectáreas al mes siguiente, habían recibido semillas vencidas provocando la pérdida total de la producción: “La asistencia en gasoil fue esporádica, irrespetuosa y subestimó la capacidad organizativa de las familias. No solo llegaron tarde, semillas y gasoil, no hubo previsión respecto de la calidad de esas semillas. Sembramos, tarde ¡pero sembramos! Pero tan grande fue nuestra sorpresa al ver que en la mayoría de los predios sólo nacían 20 de cada cien, 15 de cada cien, y en algunos casos sólo 10 semillas de cada cien. Fuimos vilmente engañados. ¡Otra vez engañados! ¡La semilla que nos dieron no nació para producir y octubre llegó y pasó como todos los meses de nuestra triste vida de gente pobre! (…)”.213 210

Recordemos que la producción en algodón record para los pueblos originarios de Pampa del Indio tuvo un ingreso en el caso de 2004 de $800, que deberían hacer estirar hasta la próxima temporada. Para ese año, el INDEC marcaba en $720/x mes la línea de pobreza. Fuente: INDEC 2004 211 http://www.prensa.chaco.gov.ar/?pag=noticia&nid=32831 212 Notas periodísticas: http://www.prensa.chaco.gov.ar/?pag=noticia&nid=33155 / http://www.argentina.ar/temas/educacion/305-chaco-cristina-y-capitanich-inauguran-centro-cultural-bilinge-enpampa-del-indio / http://www.chacoprensa.com/nota/item,2403/seccion,2/subseccion,0/titulo,licitaron-lapavimentacion-de-17-cuadras-en-pampa-del-indio 213 www.chacodiapordia.com/2007/html/nota_des.php?n=13780

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En el mismo comunicado, los campesinos pobres agrupados en la UCC hacían referencia a las características de su producción familiar (representada en el esfuerzo y la dignidad del trabajo) y llamaban a la “sociedad chaqueña” a “indignarse” por los hechos cometidos, señalando al gobierno como responsable e incluso rechazando las políticas asistencialistas, ya que sostienen que no contribuyen a mejorar las condiciones materiales de existencia: “Nos preocupan muchas cosas, una de ellas es que pareciera no les importa cuidar los recursos del estado, pues a esa semilla obviamente la pagaron por buena ¿o no?; otra cosa que nos molesta mucho, la mentira. Ahora dicen que están esperando el informe del técnico autorizado por ellos para hacer los peritajes de las chacras. Técnico que obviamente duda de los esfuerzos hechos por las familias. Ya el técnico nos preguntó ¿y por qué no siembran otra cosa?. Sin duda la característica principal de éste patético gobierno siempre fue el desprecio por la vida, el desprecio por las iniciativas, de los pueblos indígenas. La historia juzgará los actos de éstos señores que intentan irse ahora sin penas ni glorias. Pero a la sociedad chaqueña les pedimos y especialmente a la justicia que los haga cumplir, porque de estos emprendimientos depende la subsistencia de nuestras familias. Los indígenas no queremos ser objetos de ayuda sino sujetos de cambios y transformaciones sociales pero cada quien haga lo suyo”.214 Sumado a estas políticas estatales y de demandas de las organizaciones, como ya hicimos referencia en el capítulo 2 (punto 2.8), organismos provinciales y nacionales efectuaron en 2007 un conjunto de denuncias públicas y legales alegando al abandono de los pueblos originarios de las localidades del interior chaqueño. El informe realizado por el Instituto del Aborigen Chaqueño (IDACH) y el Centro de estudios e investigación social “Nelson Mandela” denunciaba el “genocidio étnico” frente a la Corte Suprema de la Nación. El informe describía que las comunidades eran víctimas de desnutrición grado 3, Chagas, Tuberculosis y Escabiosis. En aquel momento, para hacer pública y visible la denuncia, las instituciones llevaron a Resistencia a seis adultos qom cuya salud era desesperante. Una de las mujeres fue Mabel Pino Fernández de 45 años, con 26 kilogramos de peso y residente en El Espinillo, (a 100 kilómetros de Pampa del Indio). “Lo más indignante es que los centros de salud no nos atienden porque somos indígenas y nadie llega a nuestros lugares, estamos totalmente abandonados”, dijo desde la ciudad de Castelli Bashe Nuhem, comunicadora de la Red de Comunicación Indígena (RCI). Rolando Núñez, titular del Centro Mandela, hizo hincapié en el caso de otra mujer que, tras conseguir que un hospital la aceptara, le detectaron “diabetes derivada de la desnutrición, algo que no existe en la Argentina, sólo en África o Asia se ve algo así”. Núñez definió la situación como un “desastre socio-sanitario”, porque se trata de enfermedades de la pobreza, y remarcó que el sistema sanitario “no los contiene, no los rescata, porque excluye a los indígenas”.215 A su vez, remarcó que la pobreza que existe en las comunidades es distinta a la del resto del país, ya que está absolutamente reconfigurada. “Es una pobreza que habría que pensar qué nombre darle; no es sistémica ni estructural, sino que parece ser tendencial: una pobreza que produce más pobreza, se retroalimenta y los encierra en una situación muy delicada”.216 En consecuencia, el Defensor del Pueblo de la Nación emitió una acción de amparo contra la provincia de Chaco y el Estado Nacional. Los condenaba a adoptar medidas necesarias para modificar “las condiciones de vida de las poblaciones indígenas ubicadas en el sudeste del Departamento General Güemes y noroeste del Departamento Libertador General San Martín [zona de Pampa del Indio], a causa de las reiteradas y sistemáticas omisiones en que han incurrido los demandados en prestar la debida asistencia humanitaria y social, y se

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www.chacodiapordia.com/2007/html/nota_des.php?n=13780 Diario Página 12 – 22/05/2007. Disponible en: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/subnotas/8534127391-2007-05-22.html 216 Entrevista a Rolando Núñez, titular del Centro Mandela. Disponible en http://argentina.indymedia.org/news/2007/09/545911.php 215

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encuentran en una situación de exterminio silencioso, progresivo, sistemático e inexorable”.217 Solicitaba entonces, en carácter de urgente: “se ordene a la Provincia del Chaco y al Estado Nacional que realicen las acciones destinadas a cubrir y enviar: a) personal idóneo suficiente para la asistencia médica de esas personas; b) medicamentos; c) alimentos y agua potable en las cantidades necesarias; d) equipos para la fumigación de plagas; e) ropa, frazadas, colchones, etc., en cantidades suficientes.”218 Por último, estas demandas se amparaban en legislaciones disponibles para pueblos originarios que formaron parte de aquellas señaladas por Héctor Vázquez (2010) como apropiaciones de los marcos legales dentro de la lucha etnopolítica: Artículo 14 bis, 19, 33 y 75, incs. 17 y 19, de la Constitución Nacional y 14, 15, 35, 36, 37 y en el preámbulo de la Constitución de la Provincia del Chaco; en los arts. 4º y 25 del Pacto de San José de Costa Rica; 11, 12 y 28 de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; 1º, 3º, 8º y 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y 11 y 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; en la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer; en la ley nacional 23.302 de Protección de las Comunidades Aborígenes, y su decreto reglamentario 155/89; en la Asamblea General de las Naciones Unidas, del 27 de septiembre de 2004 y en el Convenio 169 de la Organización Nacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, aprobado por la ley nacional 24.071. Pese al avance de visibilización pública, política y el respaldo legal que generó esta medida, ni el Estado nacional ni provincial acataron las demandas, esto no sólo fue objeto de un sinfín de denuncias,219 sino también respaldo de acciones legales efectuadas por la Unión Campesina frente a la que denominaron “criminalización de la protesta” (pedido de amparo frente a causas judiciales; represión en Pampa del Indio y Resistencia febrero/junio de 2014220). Asimismo, a fines del 2014, frente a las iniciativas del gobierno provincial de levantar la medida cautelar por cumplimiento221, representantes del Superior Tribunal de Justicia de Chaco viajaron a la comunidad de Pampa del Indio y resolvieron fallar nuevamente a favor de los pueblos originarios: “advirtieron que el hospital de Pampa del Indio no cuenta con el personal suficiente y tampoco insumos y en todo momento dejaron claro que el panorama con la falta de agua potable hace que la salud de la población sea afectada. Por otra parte, a los funcionarios presentes les llama la atención la criminalización de las protestas y el avance rápido de las causas. (…) Durante la reunión, [los integrantes de la comunidad] pidieron al defensor del pueblo información sobre el acueducto, porque pasa por sus tierras pero no saben si serán alcanzados por esa obra.”222 Asimismo, las instituciones demandantes en 2007, manifestaron en el año 2012 que “Si bien hubo mejoras, son insuficientes” y brindaron un detallado informe justificando que las medidas no llegan a ser paliativas, ya que las condiciones de máxima pobreza y exclusión se encontraban intactas. 223 Para justificar su aseveración, Rolando Núñez, titular del organismo, detalló que fueron tres puntos los que la Corte ordenó se contemplen al momento de asistir a las comunidades originarias: alimento, agua potable y acceso sanitario. Además de confirmar lo mencionado por los representantes del Superior Tribunal de Justicia de Chaco, explicó que 217

Medida cautelar de la Corte Suprema de la Nación. Julio 2007. Disponible en: http://odhpi.org/wpcontent/uploads/2012/07/Fallo-Chaco-defensor-del-pueblo.pdf 218 Medida cautelar de la Corte Suprema de la Nación. Julio 2007. Disponible en: http://odhpi.org/wpcontent/uploads/2012/07/Fallo-Chaco-defensor-del-pueblo.pdf 219 Denuncias efectuadas por el PCR: http://www.pcr.org.ar/nota/pueblos-originarios/no-se-cumple-la-medidacautelar-de-la-corte-suprema-y-se-agrava-el-genocidio. Medios periodísticos nacionales: http://www.agenciawalsh.org/po-/tobas/12166-los-qom-reclaman-a-la-corte-suprema.html. Medios locales: http://www.chacoonline.com.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=18895:organizacionesoriginarias-reclamaran-ser-atendidos-por-ministros-de-la-corte-suprema&catid=81:provincia&Itemid=458 220 http://cualeslanoticia.com/2014/06/16/basta-de-represion-y-criminalizacion-en-chaco/ 221 http://www.prensa.chaco.gov.ar/?pag=noticia&nid=31901 222 http://www.defensorchaco.gov.ar/index.php/prensa/613-corregido-pidio-informes-a-partir-de-reclamossurgidos-de-la-visita-a-comunidades-indigenas 223 Disponible en: http://www.centromandela.com/?p=549

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en cuanto a alimentación y acceso al agua, Desarrollo Social de la Nación envía cajas de alimento para asistir a 2.300 aborígenes. Cada caja contiene 15 kilogramos en mercaderías estimada para el consumo de tres personas, sin embargo la composición familiar es de 6 a 8 miembros, aproximadamente, por lo que se entrega dos cajas de mercadería cada dos meses. Si bien reconoció que a partir de la medida de la Corte muchas familias comenzaron a tener acceso a pensiones por discapacidad (por padecer Mal del Chagas), vejez, madre de siete hijos, entre otros, estos ingresos, no superan la línea de indigencia. Por lo tanto explicó que la dieta principal se sigue componiendo principalmente de hidratos de carbono, dado a la imposibilidad de acceder a proteínas por sus altos costos. También indicó que se entregan 20 litros de agua embotellada por persona, cada dos meses: “Teniendo en cuenta las altas temperaturas, y que son zonas donde no llueve durante siete meses, esto resulta totalmente insuficiente y la gente sigue tomando agua de charco” y agregó: “Es una ficción la entrega de agua, acá hay que desarrollar infraestructura, realizar perforaciones estratégicas, para que puedan acceder al agua”.224 Lo que acabamos de presentar en cuanto a la efectivización de las políticas públicas y el rol del Estado en el control de avance de capitales y su consecuencia en los procesos de descomposición del campesinado en el agro chaqueño, sumado a su responsabilidad – demandada legalmente por la Corte Suprema de Justicia- de mejorar las condiciones de vida de las poblaciones originarias del Impenetrable, particularmente de Pampa del Indio, nos conduce a reflexionar y presentar algunas afirmaciones conclusivas: 1.- las agencias estatales, y principalmente el Ejecutivo provincial, y las comunidades campesinas originarias, en general, mantienen una relación de tensión más que de confluencia de demandas. 2.- Desde el punto de vista de los campesinos originarios y de las instituciones y organizaciones demandantes, el Estado no mantiene una relación de asistencia alimenticia, sanitaria y de recursos básicos necesarios para paliar las condiciones de extrema pobreza, sino una fuerte discriminación que se manifiesta es todas sus instituciones, siendo la más visible, la sanitaria. Esto nos conduce a pensar: 3.- la intervención esporádica y relativa del Estado no puede sostener a largo plazo una tendencia a la (re)producción de las unidades campesinas, ni tampoco su integración en otros niveles o estratos productivos por la situación de extrema pobreza y los nulos recursos económicos con los que cuentan. 4.- En relación a la producción, el Estado se encontraría, en la actualidad y en términos específicamente productivos, en una situación a lo que LLambí (1975) denomina “laissez faire”, es decir, la no intervención (insumos, herramientas, sostén mínimo de precios, entre otros), dejando que los mecanismos de mercado actúen en libertad. 5.- Si la generación de políticas estatales a corto plazo no generan cambios sustanciales en las condiciones de vida de las poblaciones afectadas como así también mayor restricción de los capitales en territorio originario, se profundizará aún más el éxodo rural como única solución de los pobladores rurales. En conclusión, esto ubica al Estado como responsable de garantizar “la vida” (literalmente) y la permanencia de las unidades familiares campesinas originarias dentro de sus territorios. De lo contrario, el avance de los representantes del capital y las políticas públicas de abandono, profundizarán el proceso de etnocidio que atraviesan las comunidades originarias chaqueñas, que se ve representado en la muerte por desnutrición y enfermedades de la pobreza o el éxodo rural como únicas alternativas. Por ser objetivos que exceden a nuestra investigación, dejaremos para futuras indagaciones el análisis en profundidad de la relación que mantienen los beneficios económicos de las nuevas fronteras agropecuarias en el agro chaqueño con los objetivos estatales en cuanto a su relación política-económica con los representantes del capital, y particularmente en su incidencia en la (re)producción campesina.

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Disponible en: http://www.centromandela.com/?p=549

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3.2.- El accionar de la Unión Campesina: “Ni uno más se va del campo” La movilidad del capital y del trabajo, la apropiación diferencial de los recursos, la incorporación de extensas zonas al mercado de tierras, la modernización concentrada y excluyente, generan persistencias y resistencias que configuran formas diversas de territorialidad y moldean el agro y la ruralidad (Bendini, 2006). Es por ello, que por un lado, es importante el accionar regulador de los cambios y las continuidades en el paisaje rural por parte del Estado, pero por el otro, la resistencia campesina-étnica (más allá de sus conquistas) genera apropiaciones materiales y simbólicas del territorio por parte de quienes se resisten a abandonarlo, en nuestro caso, los campesinos pobres originarios qom. En base a lo analizado en el capítulo dos respecto a la descripción de acciones colectivas realizadas por la Unión Campesina durante estos 14 años y los sentidos identitarios y de estrategia política referidos a la unidad, intentaremos describir aquí dos cuestiones, que creemos, destacan a la Unión Campesina como organización no tradicional y que dan cuenta de la tensión política que se manifiesta entre el Estado y la resistencia etnocampesina, particularmente en cuanto a la regulación/control/legitimación de la penetración de nuevos capitales. Estas cuestiones refieren a las representaciones que tienen los campesinos originarios qom sobre sus prácticas políticas en relación a 1.- el gobierno, como receptor de sus demandas y 2.- a la “lucha” dentro de la UCC entendida como medio para no abandonar el campo. En cuanto al primer punto, creemos que los campesinos originarios qom representan en la imagen de “gobierno” cualidades que se refieren más bien a una concepción más amplia de “Estado”, puesto que no siempre hacen referencia solamente a los poderes políticos de turno y sus representantes (“los políticos” que analizamos en el capítulo anterior) sino también a las distintas agencias e instituciones estatales. Sin pretender ahondar en cuestiones conceptuales, durante todo el recorrido de nuestra investigación hemos tratado de manera análoga ambos conceptos. Las demandas que efectúan los campesinos originarios en las diversas entrevistas ubican al Estado como responsable de garantizar el efectivo cumplimiento de los derechos y la asignación de recursos. Para Delfino, delegado qom de Campo Medina: “Y si, porque ellos son los que manejaron este territorio. Si él no quiere gobernar ahí, el pueblo tiene que reclamarle de fondo.” 225 Para Sergio, delegado qom de 10 de Mayo: “pero de igual manera nosotros siempre manifestamos al gobierno que nos escuche nuestros reclamos y hacer escuchar el reclamo todo (…)Y cuando habla el gobierno dice que, habla de una mejor calidad de vida, que por lo que yo he visto nunca, nunca se hizo cargo el gobierno, también ser gobierno es ser responsable de lo que decís, porque ¿Para qué asumimos un lugar cuando la gente da la posibilidad para que vos trabajes y no la cumplís lo que decís?”. 226 A su vez, conocen y demandan los recursos legales disponibles para exigir sus derechos como originarios: “Y en este momento está parada [refiere a la producción] totalmente porque por el gobierno no entiende que le pedimos: combustible, la semilla. Es como no recuerda el gobierno cuando pedimos cosas, y lo que yo siempre pido es que se respeten nuestros derechos. Y es que el gobierno, ellos mismos inventaron las leyes, como la Constitución Nacional y el articulo 75, en sí pero hasta aún eso nunca se respetó, y la ley 3.258 también que ni siquiera se reconoce como provincia y, bueno, y lo más principal, es que yo pido siempre la tierra.” 227

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Entrevista a Delfino, delegado de Campo Medina. Junio 2014 Entrevista a Sergio, delegado de 10 de mayo. Junio 2014 227 Entrevista a Sergio, delegado de 10 de mayo. Junio 2014 226

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Por último, los entrevistados realizan una analogía entre las demandas, el gobierno, y la represión como forma de respuesta de parte del organismo público. Para Ramona, integrante qom del Paraje 10 de Mayo: “Y bueno, nosotros seguimos luchando nomás porque el gobierno no quiere que nosotros marchemos, pero nosotros tenemos que seguir adelante, para que nuestros hijos más pequeños puedan tener cosas…”. Delfino insiste en que “necesitamos que él [refiere al gobierno] se entrevistar con la gente, hasta ahora nos ha dado balas de plomo. A los tiros es la respuesta”. Asimismo, lo responsabilizan de tratar de impedir la lucha etnopolítica a partir del fallecimiento de Mártires López. Como comenta Betty: “(…) el gobierno pensó que matando a Mártires, nos mataba a todos”. 228 Sumado a estos testimonios, recordemos la violencia estatal efectuada a través del accionar policial que describimos en capítulos anteriores en la “Marcha multisectorial” de junio de 2014. Para finalizar, en relación a los relatos de las entrevistas, elaboramos la siguiente reflexión: El Estado es visto desde los campesinos originarios qom como el lugar donde se “gobierna”, “maneja el territorio” y “ocupa” para “trabajar” y hacer efectivos sus derechos. Por el contrario, su acción se relaciona con desoír los reclamos, restringir la acción colectiva – no permitiendo que se movilicen- y respondiendo con violencia y represión. En consecuencia, las exigencias giran alrededor de ser escuchados y asumir “su lugar como gobernantes”. Esta tensión manifiesta entre ambos grupos, en definitiva, no es más que la esfera de la participación y democracia ciudadana229 entrelazándose con la de la lucha etnopolítica, que presentan su síntesis en una misma dirección: el Estado representativo y democrático. El segundo punto que pretendemos analizar, deviene de esta tensión política y contribuye a cerrar el esquema que fuimos realizando en estos capítulos acerca del contenido de la resistencia campesina originaria en la zona de Pampa del Indio. Nos referimos a las percepciones que sostienen los campesinos originarios acerca de la lucha para no abandonar el territorio y que se resume en la consigna de la UCC: “Ni uno más se va del campo”. Como referencia histórica y metodológica, recurriremos al punto inicial: la incorporación de los sujetos a la Unión Campesina del Chaco. Esta analogía entre la incorporación a la organización y la lucha etnopolítica contra el éxodo rural nos abrirá camino a comprender ciertas dinámicas de desplazamiento territorial que tuvieron como punto de ruptura la invitación a ser parte de la organización. En esta línea, se presentaron dos situaciones en las entrevistas realizadas. Por un lado, aquellos que planeaban dejar el campo expulsados por la miseria y las condiciones de pobreza y, por otro, quienes regresaron por la falta de oportunidades en las grandes ciudades y decidieron incorporarse, al igual que los primeros, a las acciones colectivas de la Unión Campesina. En relación a la primera situación, el relato de gran parte de los entrevistados refieren a una situación de pobreza aún mayor como justificación de incorporación a la lucha etnopolítica. Siendo que sus participaciones datan desde el surgimiento de la organización, podríamos suponer que la referencia histórica de esa situación previa refiere a la década de los noventa y posterior crisis del 2001. En este sentido, Delfino, cuestionaba mi pregunta sobre si alguien lo había invitado a participar: “No, no eso no es de invitar, a mí nadie me invitó. Me uní porque había una pobreza bastante, por eso. No es por sólo invitar. Por la pobreza que había230”. Por esta situación, Patricio, pensó en trasladarse a la capital provincial: 228

Notas de campo a partir de audios. Betty, dirigente de Pampa del Indio, marzo 2014 Gastón Gordillo realiza una lectura muy original sobre la apropiación de los derechos de ciudadanía por parte de los tobas y wichis, particularmente de su significante material, los documentos de identidad. Sostiene al respecto que, en el acceso a derechos de los históricamente excluidos, se creó una forma particular de fetichización que alude a la dinámica de poder involucrada en la adquisición de derechos y el respeto por su materialidad a través de los documentos del Estado. Ver Gordillo 2006. Pág 169-193. 230 Entrevista a Delfino, delegado de Campo Medina. Junio 2014 229

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“En un momento como que casi me fui de la zona, me iba a Resistencia porque tengo parientes ahí. Entonces tuvimos un viaje con mi vieja, salíamos a la ruta y, a las 2 de la tarde, estábamos esperando el colectivo y Rodolfo y Mártires, entraron en casa y preguntaron si yo estaba y le dijeron que salíamos a la ruta. Entonces fueron hasta la ruta Rodolfo y Mártires y me dice “te venimos a buscar porque tenemos asamblea tal día, vamos a tener reunión mañana y lo que queremos es que vos integres, que estés como comisión de la asamblea (…). Y participé en la reunión, y me convencieron los compañeros. Y ahí a nosotros nos entusiasmó cuando la gente se levantó. Se levantó231”. Este punto de inflexión entre el “quedarse o irse” que se plantea en la entrevista refleja no sólo la importancia de “la opción” de la acción colectiva (“levantarse”) representada en la organización Unión Campesina, sino también la importancia de Mártires López en el reagrupamiento y organización de la lucha indígena y campesina, como hemos analizado en el capítulo 3. La segunda situación que queremos presentar refiere a que, en el transcurso de nuestro trabajo, las historias de los entrevistados hacían referencia a un desplazamiento territorial por diversos motivos de ida y regreso a Pampa del Indio e incluso a especulaciones e imaginarios sobre las diferencias entre vivir en la ciudad y el campo. Víctor, integrante de la UCC relataba: “Me gusta mucho vivir en el campo. Yo fui una vez, probé de estar en la ciudad pero no era… No era donde tenía que vivir. Fui a vivir en Rosario tres años, cuatro años más o menos y me vine de vuelta a Pampa porque no era el lugar que yo… Tenía a mis hijos, tenía un chico muy grande cuando ellos crecieron no quería vivir en la ciudad porque tomaban el mal camino, el de la droga. Cuando yo me di cuenta que era el mal camino vine a vivir de vuelta a Pampa. Te decía, quería ir a mejorar mi vida como era, para los chicos, no era mi historia. 232”. De este relato podemos recoger, más allá de las experiencias migratorias de marginación y precariedad que atraviesan quienes se adentran en ella, ciertos rasgos que hacen a la cosmovisión qom dentro de la lucha étnica: “esa no era mi historia” refiere al valor simbólico del territorio referido a sus orígenes. Es decir, “su historia” en el caso de Víctor, integrante qom de la UCC, era el campo como lugar para “mejorar su vida”: “Por eso vengo a participar, participé muchas veces (…) Yo vi campo, tengo un lugarcito donde plantar maíz todo eso donde pueda, porque es tres hectáreas, más o menos, tengo para plantar. Unas plantitas como para comer, los frutos viste, tengo lugar, lo que me faltan son las herramientas eso es lo que no tengo233.” Al igual que Víctor, Betty, al ver que sus hijos y parientes cercanos migraban a otras ciudades en busca de trabajo, también pensó en abandonar su casa. En conversaciones los días que visitamos su vivienda, nos relató que su hijo había emigrado a Buenos Aires, y su hermana, a Fontana, localidad cercana a Resistencia: “Como mi hermana, que también se nos fue. Ella vive en Fontana y a veces la visito. Pero no me gusta, no puedo dormir y me siento encerrada. Hay una casa y al lado otra. Yo acá estoy bien, soy libre en el campo”. 234 Estas circunstancias de elección dual -quedarse o irse-, que en realidad tienen su expresión paradójica en la carencia de elecciones, nos alejan de la existencia material de los campesinos originarios qom y nos acercan al espacio simbólico. En este sentido, las diversas formas de lucha y acciones políticas que vimos tanto en el capítulo anterior como en este, demuestran la existencia de lazos sociales fuertes organizados en torno a las prácticas (y reivindicaciones) productivas que figuran discursivamente en un “nosotros” antinómico al individuo y en la figura del “vivir en mejor” y la “libertad” asociados directamente al campo como espacio simbólico. Como argumenta Patricio: “nosotros a través de la lucha conseguimos 231

Entrevista a Patricio, Dirigente de la UCC Pampa del Indio, marzo 2014 Entrevista a Víctor, Integrante de la UCC Pampa del Indio, junio 2014 233 Entrevista a Víctor, Integrante de la UCC Pampa del Indio, junio 2014 234 Notas de campo a partir de audios. Betty, dirigente de Pampa del Indio, marzo 2014 232

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lo que tenemos ahora, es nuestro logro”. 235 Este espacio, también se reivindica en torno a la tierra, no sólo como condición de su reproducción campesina sino también, para Víctor, como lugar donde vivir su historia, para Betty donde disfrutar su libertad y para Patricio, lugar de los jóvenes; del futuro: “Entonces los mismos compañeros tienen que trabajar, para que no se vayan a la ciudad. Bueno, ese es el cambio que estamos buscando. Estamos buscando de poder trabajar lo que conseguimos a través de la lucha, que sería las viviendas para que nuestros compañeros, la juventud que no vayan a la ciudad, que trabajen en su zona, tema de producción también que cuide la poquita tierra que queda. “236

4.- Algunas conclusiones preliminares: En conclusión al capítulo, creemos que se planteará siempre en la dinámica de la afirmación campesina una tensión entre la resistencia social campesina y las tendencias destructivas del campesinado por el capital –personificado en empresarios e inversiones extranjeras-. En este sentido, la conquista de la tierra por un lado, y la regulación/intervención del Estado en el control del capital, por el otro, son claves para la afirmación campesina y para desacelerar el proceso de su descomposición. De aquí la importancia histórica de los movimientos agrarios y campesinos en sus reivindicaciones de Reforma agraria. Asimismo, los campesinos pobres originarios qom refuerzan la territorialidad campesina y el vínculo con la tierra de una manera particular. En este sentido, la reivindicación sobre la tierra no tiene un componente solamente productivo ni de supervivencia, sino también es constituyente de su ser-en-el-mundo en el espacio qom (Pablo Wright, 2008). Es decir, su contenido identitario constituye un componente clave en términos simbólicos, para conservar su condición social de productores y originarios y para resistir al desplazamiento o el éxodo rural. En esta línea, el fuerte valor emocional de la tierra constituye una forma de resistencia a la descampesinización. En esta lógica, la tierra es un espacio identitario, de reproducción, de vida. No es la tierra del capital como espacio a ser conquistado, para obtener ganancia (de Moraes Silva y de Moraes, 2010). Esta dimensión de los procesos étnicos identitarios que refiere a la apropiación simbólica, contribuye a definir la identidad del campesino originario y aporta a su persistencia, a pesar de la aceleración de los procesos de descomposición. En esta dinámica, son importantes las estrategias desplegadas desde la Unión Campesina en referencia a la participación en espacios democráticos de acción, debate y de orgánica interna, como analizamos en el capítulo precedente. Todas estas prácticas políticas tienden a la consolidación de identidades socio políticas claramente reivindicativas de intereses sectoriales (Tiscornia, 2005; Monacci, 2009). Este desempeño en el largo plazo de los campesinos, se inscribe en lo que Murmis (1993) caracteriza como “epopeya” ya que luchan y logran persistir con los condicionamientos estructurales y a la expansión territorial del gran capital.

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Entrevista a Patricio, dirigente de la UCC. Marzo 2014 Entrevista a Patricio, dirigente de la UCC. Marzo 2014

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Foto 16: Mártires López con su familia festejando cosecha de algodón. Año 2005. Foto 17: Manifestación en Pampa del Indio por sostén algodonero para la Campaña siguiente. Año 2005 Foto 18: Columna de la Marcha del Impenetrable. Año 2009

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Conclusiones finales En estas páginas quisiéramos volver sobre algunos temas de carácter más general, luego de un proceso de reflexión y de investigación que esperamos haber reflejado en esta tesina. No es de nuestro interés ensayar respuestas a los temas que se fueron planteando, sino más bien abrir nuevos problemas que surgen a la luz de los estudios realizados. Primeramente, queremos repensar el título que lleva nuestra tesina en perspectiva inversa, es decir, desde el final de nuestro trabajo luego de todo el camino recorrido. “Aquí se respira lucha” es una expresión que representa el sustrato ideológico de nuestros objetivos. Desde un comienzo, intentamos distanciarnos de lo que podríamos denominar una “Sociología del sufrimiento”, más bien, intentamos ser lo suficientemente precisos en el análisis y las causas de la situación de extrema pobreza que atraviesan las comunidades originarias, para posteriormente, apuntar a describir ese sufrimiento desde la lucha política como perspectiva emancipadora de los pueblos. Esto no solamente se fundamenta desde las intenciones como investigadora, sino que se convirtió, desde nuestra percepción sensorial, en el gran significante de quienes luchan en la UCC. El trabajo de campo con gente de origen qom, aparte de afectar nuestra estructura etnocéntrica y occidental, nos enseño que las formas de vida pueden abrir un mundo de significantes en un marco de existencia de exclusión y olvido. Es decir, que hay todo un mundo “allá afuera”, difícil de comprender pero que debemos escuchar con atención. Por este motivo, consideramos que la etnografía fue estratégicamente la puerta de entrada al mundo qom de quienes integran la UCC, que posibilitó nuevos descubrimientos y reflexividades. Meter los pies en el barro del terreno y entender cómo vive, piensa, siente y cree un grupo humano sigue siendo, desde el primer día, un acercamiento constante a un mundo realmente desconocido e interesante que nos interpela como investigadores continuamente. Acompañar las luchas del pueblo qom tiene que ver también con el compromiso y el despojo de ciertas lógicas de pensamiento que inculcan un distanciamiento con el objeto de estudio. Desde aquí, el compartir de manera literal la lucha, los esfuerzos que esta supone (dormir en la intemperie, soportar las bajas temperaturas, caminar por kilómetros, entre otras) y sufrir el poder esgrimido militar y legislativamente por el Estado, abrió posibilidades sumamente ventajosas. Por otra parte, queremos presentar esta tesina como una invitación al diálogo interdisciplinar, que más allá de las incumbencias y las críticas que se puedan hacer desde cada lado, intenta poner en juego distintas respuestas a un mismo fenómeno. Tal vez, tanto la Sociología Rural como la Antropología crítica puedan debatirse el explicar y comprender individualmente la realidad de las prácticas políticas del mundo qom en un movimiento social que, paradójicamente, lleva por nombre un elemento clasista históricamente utilizado como homogeneizador dentro de los particulares pueblos originarios. Pero justamente nuestra primera experiencia como investigadores fue (re)pensar esas complejidades y dinámicas en juego como elementos que se entrelazaban sin necesidad de pensarse como antagónicos ni contradictorios. “Ver” con ojos de futura socióloga campesinos pobres y originarios y pensar en que pueden ser parte de una misma persona, no significa más que saltar el escalón de las categorizaciones rápidas, aglutinadoras y sectarias en términos disciplinares; lugar hacia donde posiblemente nos hubiésemos direccionado antes de nuestras prácticas etnográficas. En consecuencia, haciendo alusión al texto de Rosa Nassif (2011) titulado “¿Es posible conocer la realidad?”, en el cual se abordan debates filosóficos sobre el conocimiento y sus posibilidades –y apunta a afirmar la necesidad del saber científico de la realidad y de cambio emancipador de la sociedad-, podemos finalizar diciendo de que sí, es posible conocerla, y para ello, como dice la autora “se debe profundizar el conocimiento de la estructura interna de la materia, ya que todo lo que existe está en permanente movimiento y cambio, causado por contradicciones internas, que lejos de provocar su crisis, permiten su desarrollo. Y más allá de sistematizar las leyes generales del desarrollo de la naturaleza, de la sociedad y del propio pensamiento 108

pueden, en consecuencia, servir como guía y orientar la investigación concreta y la práctica en cada terreno particular” (op. cit). En cuanto a los ejes centrales de cada capítulo, podríamos reflexionar que intentamos que cada uno de ellos pueda aportar desde diferentes dimensiones, diversas lecturas sobre el objeto de estudio. En este camino, en el capítulo uno, a la categoría teórica central de nuestra tesina le otorgamos historicidad y la ubicamos en los procesos de campesinización de las comunidades originarias qom en la zona de Pampa del Indio. Fuimos analizando que los procesos históricos de avance y consolidación de las fronteras sumado a la introducción forzada de los originarios qom a las estructuras económicas regionales, dio lugar no sólo a una compleja transformación identitaria sino también que otorgó a campesinos originarios de Pampa del Indio el lugar de excluidos, sometidos y pobres como condiciones estructurales de su existencia. Sin embargo, estos procesos fueron siempre respondidos por quienes rechazaban la ocupación territorial y la estructuración de fronteras. Las luchas y avances, dentro de los procesos étnicos identitarios se convirtieron también en una trinchera de resistencia y conquistas (jurídicas, por ejemplo) que continúan actualmente y que tienen expresión en quienes participan dentro de la UCC. En consecuencia, trazar paralelos entre un pasado y un presente no tan lejanos y comprenderlo en sus significancias desde el fenómeno de fronteras, nos permitió empezar a desplegar el hilo conductor que culminará en el último capítulo de esta tesina, analizando los avances actuales de capital hacia los territorios antes considerados como improductivos y que colisionan de lleno con los modos de vida y el territorio qom. En definitiva, primero los españoles; luego, los primeros gobiernos patrios; más tarde, la cruz y el Remington; en la actualidad, los desalojos, la exclusión y la pobreza. La suma de todos estos hechos, e incluso cada uno con su contexto correspondiente, decretaron y siguen confirmando un exterminio aborigen que aún persiste hasta nuestros días. Por otro lado, las luchas reivindicativas de resistencia histórica de los campesinos pobres originarios qom frente al avance del fenómeno de fronteras transformaron paulatinamente sus representaciones simbólicas, políticas y sociales que fueron habilitadoras para que la Unión Campesina, como organización para la lucha por derechos, pueda anclarse territorialmente y ser legitimada por quienes decidieron incorporarse a ella desde el año 2003. En este camino, las prácticas políticas de los campesinos originarios qom que integran la UCC no son propias de la organización en cuestión o fueron trasmitidas por terceros (podría pensarse en integrantes no originarios del PCR), sino que son parte de una historia de resistencias y enfrentamientos que no hicieron más que amoldarse, adecuarse e incorporarse a un movimiento social que brindó posibilidades de emancipación política para todos los que participan en él. Pero también, fuimos descubriendo, dentro de la problemática planteada, que la lucha etnopolítica dentro de la UCC trasciende a los pueblos originarios y es apropiada por los criollos y quienes integran el PCR. Esta doble dinámica supone que las transformaciones y continuidades en el plano de las prácticas políticas y las representaciones que suceden dentro del movimiento a partir de la lucha etnopolítica, los incluye a todos y se manifiesta de forma dialéctica entre unos y otros. El idioma qom en las asambleas, las prácticas religiosas en las acciones colectivas, son muestra dan cuenta de ello. Particularmente en el capítulo dos, nuestros objetivos específicos iniciales, pretendían describir las acciones colectivas y repertorios de acción de la UCC como movimiento de emergencia influido por las luchas campesinas originarias previas, con discursos y acciones novedosas. En un primer momento, nuestro interés era realizar un abordaje de estas cuestiones en carácter exploratorio; describiendo situaciones, mapeando el entramado de estos actores emergentes, presentando los principales nudos problemáticos, todo bajo un orden principalmente cronológico. Sin embargo, en el trascurso de su producción, fuimos extrayendo núcleos particulares que surgían del material que analizábamos y que se nos presentaban de manera novedosa en el ejercicio de entretejer fragmentos de entrevistas, discursos, videos documentales y artículos periodísticos. Decidimos por lo tanto, cambiar el

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rumbo inicial y ordenar la información en ejes de análisis en profundidad, tal cual se presentaron en esta tesina. Estas decisiones sumadas a los diversos registros que fuimos analizando fueron fundamentales para comprender que el unidad, tanto identitaria como aglutinadora sectorial, más allá de que excede a la UCC como elemento propio y es parte de la dimensión simbólica y cosmovisional de los qom (“reciprocidad generalizada”)237, se convierte en el lazo estructurador entre la UCC y los campesinos originarios; su pertenencia a la organización puede ser explicada desde aquí y sus prácticas políticas se estructuran a partir de ello, contribuyendo a fortalecer la lucha reivindicativa y emancipadora. En esta línea, es como componente identitario unitario de un nosotros interétnico y multisectorial que mantiene como sustrato demandas sectoriales hacia la frontera con el otro, el Estado, que se muestra como indiferente en la resolución de los problemas y reivindicaciones etnopolíticas y avances legislativos, pero activo en cuanto al despliegue del monopolio de la violencia física, expresada en represiones y criminalización de la protesta. De aquí que la unidad se convierte también en un elemento de expresión y emancipación que cuestiona la fragmentación producida por el sistema capitalista, como analizamos en profundidad en el último capítulo. Analizar la dimensión política de los procesos étnicos identitarios a partir de la construcción de las figuras “situadas” nos permitió entender a la UCC como movimiento político no tradicional que presenta una manera particular de construir “la política”, en donde la participación se convierte en el rasgo constitutivo habilitador de formación política entre sus miembros y expresión de determinados tipos de liderazgos situados. Como reflexión final a este apartado, nos interesa destacar la complejidad que adquiere aquí nuestro objeto de estudio, al ser pensado desde determinadas afinidades electivas. Es decir, que el contenido ontológico de los campesinos pobres originarios qom que integran la UCC resulta de una complejidad geográfica e histórica (Pampa del Indio, Chaco) que se entreteje con la religión y la participación política (dentro de la UCC y en algunos casos del PCR) como elementos característicos del tiempo y espacio actual. Son procesos dinámicos, de relación dialéctica y de atracción recíproca que convergen en una lucha etnopolítica cotidiana y moldean el contenido reivindicativo de emancipación. El capítulo cuatro en esta investigación funciona a modo de síntesis de los apartados precedentes. Articulamos herramientas que logren comprender las causas de los procesos de exclusión y despojo de unidades precapitalistas (procesos de descomposición del campesinado) y las luchas etnopolíticas que se despliegan en la frontera de la resistencia (dentro de los procesos étnicos identitarios). Aquí se desarrolla y consolida nuestra apuesta teórica, que intenta mostrar la complejidad particular y global de los procesos y ser expresión de las continuidades y transformaciones en los niveles de ruralidad en contextos de avance capitalista. Pese a que no fue nuestra intención poner en debate el componente clasista de los productores agrupados bajo el término de campesinos pobres, creemos necesario afirmar nuevamente que a pesar de que la producción familiar en la zona de Pampa del Indio se ve actualmente perjudicada por las condiciones adversas y estructurales que se mantienen (principalmente con el avance de la privatización de la tierra), los campesinos siguen manteniendo su (re)producción como tales por su relativa y esporádica producción material, pero fundamentalmente, por su lucha política como parte de los procesos étnicos identitarios para no dejar de serlo. Y, en este camino, no sólo enfrentan el poder esgrimido por el capital y sus representantes, sumado a las (in)acción del Estado y al monopolio de la violencia física, que se expresa en las represiones, desalojo y criminalización, sino también, se articulan dentro de la UCC que funciona como espacio emancipador, a través de la unidad y la participación como elementos constituyentes. Afirmamos en consecuencia, que las prácticas políticas de los

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En capítulo 3. Apartado sobre lazos de parentesco.

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campesinos originarios qom que integran la UCC se definen a partir del trinomio unidad, participación y emancipación. En definitiva, como reflexión final, sostenemos que, la UCC es un espacio en el cual todos conviven, participan, practican su religión, fortalecen redes de parentesco, trabajan y luchan. Son, en términos generales, relaciones sociales que se entretejen en un espacio político y social mucho más amplio, que no puede ser pensado solamente como un movimiento social. A continuación, quisiéramos plantear algunos temas de carácter más general que quedarán abiertos para el futuro debate: 1.- Si comprendemos que las prácticas y demandas políticas de los campesinos qom que integran la UCC apuntan a quienes avanzan sobre sus territorios, los desalojan y violentan en una frontera de etnocidio y exclusión, ¿qué otros caminos quedan abiertos que no sean los conflictos?, ¿cómo es posible construir sistemas sociales de mayor cohesión, igualdad y distribución si es el conflicto el único camino abierto para la expresión de los intereses de estos grupos sociales históricamente excluidos?. 2.- A partir de la tensión violenta y desigual en la frontera del capitalismo, las desigualdades y asimetrías de los procesos analizados, exigen la necesidad de determinar criterios de segmentación como punto de partida en cualquier política que se pretenda instrumentar partiendo de la valoración de los productores y de las familias rurales. Esto supone como punto de inicio, la aceptación de las realidades agrarias extrapampeanas como sucede en la Provincia de Chaco; con escenarios desiguales, que exigen políticas diferenciadas que respeten la idiosincrasia de cada región y centren la atención en cada uno de éstos ámbitos construidos y transformados por procesos específicos, con sus particulares problemas y potencialidades, (recursos naturales, actividades productivas, estructura económica, dinámicas demográficas, procesos institucionales, capital social, entre otros) ya que justamente la complejidad de esas dinámicas pone en evidencia la debilidad de las estrategias etnocéntricas. Cualquiera sea la estrategia a seguir, la misma debe diseñarse desde una base de inclusión social que contemple la recomposición de la estructura productiva agrícola tradicional integrada en su gran mayoría por pequeños productores, sector que tuvo históricamente una importante presencia en su aporte a la producción de este “cultivo social” generador de trabajo y base de la organización económica del territorio. 3.- Queremos valorizar la importancia de la lucha por la tierra de los campesinos pobres originarios del Chaco. Al respecto, se ha sostenido frecuentemente el argumento de que la tierra ya no es un bien que debe ser reclamado por campesinos o pequeños productores, e incluso que es un elemento de los “tradicionales” movimiento sociales. Para Piñeiro (2004), quienes lo hacen, no han comprendido la forma en que evoluciona el mundo capitalista globalizado, ya que su importancia como medio de producción es declinante (justificado por el poco valor agregado por la agricultura en los productos industrializados). A pesar de estas valoraciones, la tierra es hoy un bien apreciado. Por un lado, las recientes crisis financieras de nuestros países han hecho volver la mirada de los inversionistas a la tierra como reserva de valor, incluso el desarrollo tecnológico permite avanzar sobre áreas antes consideradas como improductivas, como el Chaco. Por el otro, creemos que es erróneo pensar que la tierra adquiere valor sólo como medio de producción. Para los campesinos pobres originarios qom, no es sólo un medio económico de subsistencia, sino también un bien simbólico y cosmológico. En definitiva, los movimientos como la UCC, ¿son rémoras del pasado porque reclaman algo tan anticuado como la tierra, o son anticipaciones al futuro?. Por último en lo que refiere a conclusiones, nos quedaron algunos ejes de análisis en el tintero y que incumben a la dimensión política de los campesinos originarios de la UCC, pero que por cuestiones de tiempo y de materiales para su desarrollo, decidimos dejarlas para futuras investigaciones, sin antes nombrarlas al menos para ser tenidas en cuenta: I.- Las prácticas políticas y la dimensión de género: Al igual que el caso de Mártires López como dirigente situado, también nos llamo la atención durante todo nuestro trabajo, la situación 111

particular de Betty, como única dirigente mujer, más aún observando las actitudes reservadas y los roles de género dentro de la comunidad. Nuestro acceso al mundo de las mujeres y la política fue dificultoso hasta finales de nuestra investigación. Consideramos que nuestra presencia activa en la zona y el tiempo de confianza, podrán abrir la puerta para adentrarnos en el mundo qom de las mujeres de la UCC y explorar la especificidad de sus prácticas. II.- El rol de los sueños en las prácticas de los qom. Este aspecto de la realidad qom de quienes integran la UCC comenzó a interpelarnos a partir de un relato que nos llamó poderosamente la atención, más aún luego de investigar y haber profundizado en los estudios sobre el ser-en-elsueño qom, estudiado y analizado por el antropólogo Pablo Wright (2008). En su investigación, el autor entra en el mundo qom explorando cómo se constituyó históricamente su ser-en-elmundo, qué sucesos impactaron en su memoria y la importancia que tiene el sueño como experiencia-lugar clave en el que la realidad social se teje en su significación más compleja. En este sentido, sostiene que los sueños ocupan un lugar estratégico para comprender los supuestos ontológicos e intersubjetivos del mundo qom e incluso es para los líderes un espacio particular de poder (lchoGona). Respecto a esto, un dirigente del PCR nos relató un sueño que le habría contado Mártires López. Desde aquel momento, comencé a pensar que futuras investigaciones podrían profundizarse sobre este aspecto de la realidad qom y la UCC, siguiendo con aquellas investigaciones de Pablo Wright (2008) y sus prácticas etnográficas sobre el mundo qom. La historia relatada ocurre en un sueño de Mártires López: él junto a sus compañeros de lucha se encontraban jugando al fútbol en una cancha, que particularmente se encontraba rodeada de un alambrado con electricidad. Los jugadores, sabiendo del peligro que les esperaba si tocaban ese cerco, sólo se dedicaban a jugar en esas condiciones. Sin embargo, entre los participantes, se encontraba un chico que era sordomudo y que no había comprendido el peligro que los rodeaba. En un momento, alguien patea la pelota y ésta se va del perímetro. El sordomudo corre, y todos tratan de gritar y alertar del peligro, pero él no escuchaba. El chico sin entender lo que sucedía, se sube al alambrado, y para sorpresa de todos, se dan cuenta de que no tenía electricidad. Quién nos comentó esta historia, describió que Mártires estaba muy preocupado por su sueño, ya que la moraleja reflejaba de que los reclamos que estaban haciendo eran insuficientes y de pocas expectativas [representado en el jugar cercados]. Por lo tanto, debían atreverse a demandas y a una lucha más profundas; no había que tener miedo de saltar el cerco, afuera había mucho esperando ser buscado. Con esto, sólo queda reflexionar que los sueños constituyen un espacio-lugar clave en el pensamiento qom, y tal vez, como este caso, tengan incidencia en la justificación de sus acciones. III.- Evangelismo y prácticas políticas: A pesar de que brindamos algunas herramientas para pensar esta relación en el capítulo 3, creemos que hay un mundo por descubrir en este tema y puede ser profundizado a partir de los registros de campo que fuimos recolectando a lo largo de nuestra investigación.

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Nuevas perspectivas de trabajo y algunos ejes de debate finales: En este último apartado, queremos presentar algunos apuntes para el debate a partir de situaciones que se presentaron en nuestra tesina como primera experiencia de investigación y abrieron puertas para otros proyectos de incursión territorial. Incluso, nos adentraron en el debate sobre el modo en el que aprendemos, enseñamos e investigamos dentro de las estructuras universitarias y académicas y las formas de hacer sociología, particularmente aquella destinada a la transformación social. Un aspecto clave de nuestra experiencia fue y es la implicación del aprendizaje. Como investigadores, generalmente se tiene una caja de herramientas de recolección y organización de datos, de conceptos que abarcarán (y delimitarán) la realidad, que se instala con bastante esfuerzo y no pocas veces tan eficientemente como se quisiera en una primera experiencia de investigación. Pero la actitud es estar dispuestos a aprender. Todo es posible de observar, siempre y cuando nos alejemos de esas traslaciones inadecuadas de los modelos académicos, o al menos, los tomemos críticamente. En consecuencia, el aprendizaje, lejos de ser un acto de alimentación individualista, debe utilizarse para descubrir nuevos ejes de investigación y de inserción. Es en este lugar donde la sociología se convierte en habilitadora para enriquecer y profundizar el tema de interés, sobre todo para despojarse de los elementos etnocéntricos y de debate intelectual, analizando las necesidades y demandas del grupo social y otorgando herramientas en perspectiva transformadora y en trabajo interdisciplicario e intersectorial que contribuyan a desarticular el debate del origen del conocimiento y la perspectiva unilateral. En este caso, los lazos de confianza que se establecieron con la comunidad y el compromiso asumido con la lucha política que se lleva a cabo y de la cual fuimos partícipes y observadores directos, nos condujo a explorar nuevos ejes de estudio en relación a las propias necesidades demandadas por quienes integran la UCC. Concretamente, luego de una sequía que azotó a la comunidad durante años, entre los campesinos originarios qom surgió la idea de volver a producir para autoconsumo; principal sostén alimenticio del hogar. Para lo cual, a la ausencia de registros demográficos oficiales, se le sumaba la necesidad de datos sobre la ubicación de las viviendas, la disponibilidad y condición de las tierras, herramientas e insumos para la producción. Fue así que de manera conjunta con dirigentes y delegados, diseñamos y propusimos un relevamiento socio-productivo que actualmente se encuentra en su etapa de ejecución. El trabajo en el diseño de la herramienta de recolección fue un proceso complejo en todas sus dimensiones, asumiendo el carácter colectivo y social del proceso de conocimiento, se diseño una encuesta en idioma español y qom, lo suficientemente dinámica y accesible para que delegados puedan censar a los integrantes de la UCC. Posteriormente, se consolidó un equipo técnico que capacitó y acompaña actualmente a quienes realizan la tarea. Al mismo tiempo, confeccionamos junto con otros sociólogos, una matriz de datos accesible para el análisis posterior y disponible en medios digitales para su uso en la oficina de la UCC en Pampa del Indio. Esta experiencia despertó la atención de otras comunidades qom y wichis que integran la FNC, y pretenden actualmente expandir el trabajo a la zona del Impenetrable. Incluso, miembros de Defensoría del Pueblo de Chaco y de otras instituciones estatales también mostraron su interés, ya que no se cuentan con datos estadísticos ni siquiera para constatar si las políticas públicas destinadas a resolver el problema del agua en Pampa del Indio (construcción del acueducto) serán beneficiosas, porque se conoce la ubicación de las viviendas en los parajes. Consideramos que este tipo de experiencias demuestran que la investigación colectiva, constituye un aporte sumamente valioso, no sólo en nuestra formación y aprendizaje constante, sino también en el lugar –sin jerarquías- que decidimos ubicarnos como “portadores” de ciertos conocimientos técnicos. Como reflexión final, como futuros 113

profesionales y frente a un presente complejo y sumamente estimulante de trabajo e investigación, debemos llenarnos de desafíos, búsquedas, interrogantes, debates y nuevas experiencias de lucha que reclaman del aporte de quienes nos dedicamos a la producción, la enseñanza y el aprendizaje en ciencias sociales. Claro está, que el camino es complejo, pero contra desánimos, es posible realizar estudios colectivos interdisciplinarios e intersectoriales, siempre desde abajo. En definitiva, perder el miedo al distanciamiento, al sentirnos simples aprendices del oficio y desafiemos las estructuras hegemónicas que impulsan convertir a la sociología en simple reproductora de las ideas dominantes. “Incomodemos”, en términos de Bourdieu y brindemos herramientas para que los que más necesitan de nuestros aportes, los sectores sociales populares, transformen su realidad y la de la sociedad en su conjunto.

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