Apuntes sobre el Itinerario para párrocos de indios (1668)

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Descripción

El Itinerario para párrocos de indios (1668) de Alonso de la Peña Montenegro (1596-1687) Presentación de Fabio G. Locatelli para el proyecto “Diccionario Histórico de Derecho Canónico en Hispanoamérica y Filipinas. Siglos XVI-XVIII (DCH)”. Frankfurt,13/06/2016. El Itinerario para párrocos de indios es un manual escrito por el obispo Alonso de la Peña Montenegro para proporcionar a párrocos y a misioneros de la diócesis de Quito (y de otros lugares) las informaciones necesarias para resolver dudas y problemas que encontraban durante el proceso de evangelización de los nativos. Alonso de la Peña Montenegro nació en el año 1596 en Padrón, España. Estudió en las ciudades de Santiago de Compostela y Salamanca. Después de realizar una importante carrera, en los ámbitos académico y eclesiástico, a la edad de 58 años llegó en la diócesis de Quito para desempeñarse como obispo. Durante su largo gobierno episcopal fue también presidente de la Real Audiencia. Murió en el año de 16871. Alrededor de los años 1660 empezó a escribir el Itinerario, que sintetiza el saber teórico y la experiencia concreta sobre la evangelización de los indios. Probablemente de la Peña para componer la obra usó su biblioteca particular, que había traído de España. Además, a pesar de que no tenemos documentos para confirmarlo, podemos imaginar que usó las bibliotecas eclesiásticas de Quito, que eran entre las más grandes del Nuevo Mundo en aquellos años. Al saber teórico, el obispo sumaba la experiencia local: esto es, los problemas que los misioneros y párrocos de Quito encontraban en el desarrollo de las actividades pastorales. De la Peña tenía noticias de estos problemas gracias a la comunicación directa con los sacerdotes, como él mismo informa en algunas secciones del Itinerario. Escribió el manual porque lo pidieron los sacerdotes de la diócesis de Quito. En varias 1 Bandín, Manuel (1951). El obispo de Quito Alonso de la Peña Montenegro. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Santo Toribio de Mogrovejo .

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ediciones de la obra, desde las coloniales a las actuales, se encuentran las reproducciones de las cartas de algunos sacerdotes que pedían al obispo un manual. Por ejemplo, el vicario Antonio Acosta pedía “algún autor, que de las doctrinas comunes sacara aplicaciones a las cosas particulares de las Indias, que siendo Nuevo Mundo y sus naturales de tanta rudeza y tan corta capacidad, es menester tener mucha para regular sus acciones por los principios universales, de cuyo ajuste ha de proceder su justificación de buenas o malas”. El cura y vicario de la ciudad de Cuenca Rodrigo Calderón pedía “nos hiciese merced de escribir algunas reglas, por donde pudiésemos resolver muchas dificultades que continuamente se ofrecen en estas partes acerca de la administración espiritual de los indios”. El cura y vicario de la ciudad de Guayaquíl Francisco de la Torre pedía “hacernos algún Tratado tocante al pasto espiritual de los Indios, que por su mucha rudeza y corta capacidad en muchos casos es necesario ocurrir a particulares doctrinas, sin que las comunes sean bastantes para resolver algunas dificultades que se ofrecen”2. De cierta manera, el Itinerario buscaba cumplir en el siglo XVII la misma función que en el siglo anterior cumplían los sínodos, en una época en la cual estos ya no se celebraban 3. Esto es, servía para trasladar y adaptar normas pensadas para otros contextos a la realidad local. Mientras en otra fuente, de la Peña informa que el objetivo del Itinerario era resolver las dudas que podían nacer en la administración de los sacramentos a los indios4. No he encontrado muchas fuentes para saber como se usaba el Itinerario. Pero muchos inventarios del siglo XVIII atestiguan que el texto se había difundido en todos los rincones de

2 Peña Montenegro, Alonso de la (1995 y 1996). Itinerario para parrocos de indios. Ed. crítica por C. Baciero, M. Corrales, J. M. García Añoveros y F. Maseda. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, páginas 663-665 del volumen 1. 3 Sobre la recepción de los sínodos de Quito en el Itinerario: Roca Suárez-Inclán, Juan Manuel (1997). “Vigencia de los sínodos diocesanos de Quito de 1594 y 1596”. IHEE 17: 147-177. 4 Se trata del “Parocho evangelico en veinte y dos sermones”, que es un manuscrito conservado en el Fondo Jijón y Caamaño del Ministerio de Cultura y Patrimonio de la República del Ecuador (Quito). Sobre la historia de este manuscrito: Flores Juan Carlos (1997). “Investigación sobre los sermones de Alonso de la Peña Montenegro, undécimo obispo de Quito”. Anuario de Historia de la Iglesia: 432-434.

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la diócesis de Quito. Además, fue utilizado en algunos juicios realizados por el Tribunal de la Real Audiencia. En cuanto a las ediciones de la época colonial, cabe resaltar la existencia de un manuscrito del año de 16665; la edición príncipe, publicada en Madrid en el año de 1668; la de Amberes del año 1698; la de Madrid del año de 1771. Para la investigación, recomiendo el uso de la edición CSIC, publicada en los años 1995-1996, porque es el fruto del cotejo de las ediciones anteriores. Además, la edición señala y corrige los errores que el mismo de la Peña cometió en la cita de algunas autoridades6. El autor menciona a teólogos, moralistas, juristas, cédulas reales, canonistas, padres de la Iglesia, historiadores, autores clásicos y las sagradas escrituras. Las ideas de algunos autores se encuentran a lo largo de casi toda la obra. Por ejemplo, Tomás de Aquino, el Concilio de Trento, el De procuranda indorum salute de José de Acosta, los Concilios de Lima, los sínodos de Quito, y el De indiarum iure Juan Solórzano y Pereira son algunos de los referentes teóricos principales que caracterizan el espíritu de toda la obra. Por otro lado, de la Peña usa algunos autores solo para tratar de problemas específicos. Por ejemplo, cuando trata del matrimonio cita mucho el De sancto matrimonii sacramento de Tomás Sánchez; o el Speculum coniogiorum de Alonso de Veracruz. Mientras cuando trata de la confesión, cita frecuentemente el Perfeto confesor de Juan Machado o el texto Advertencias para confesores de Juan Bautista. En el Itinerario, el contenido teórico, generado en otros espacios y tiempos, es usado para resolver los problemas pastorales de la diócesis de Quito del siglo XVII. Por ende, el texto es 5 Pablo Herrera, en el siglo XIX, señalaba que “algunos han atribuido este tratado á los padres de la Compañía de Jesús de Quito, ya por la benignidad de sus opiniones como por que el manuscrito existe en la biblioteca nacional que antes perteneció á este instituto, aunque no hai razón para juzgar que sea el orijinal ó una copia”. Pablo Herrera (1860). Ensayo histórico y biográfico de la República del Ecuador. s.l.s.e. Página 28. 6 La edición más reciente es: Peña Montenegro, Alonso de la (1995 y 1996). Itinerario para parrocos de indios. Ed. crítica por C. Baciero, M. Corrales, J. M. García Añoveros y F. Maseda. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

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muy interesante para estudiar los procesos de traslación, adaptación e interpretación de los saberes normativo, moral y religioso. Las secciones son las unidades que componen el Itinerario. El título de cada sección propone un problema o caso a resolver. La suma de las secciones sobre un mismo tema compone un tratado. La suma de las tratados forma un libro. El Itinerario está dividido en cinco libros. En el “Libro primero: En que se trata de la elección y canónica institución del párroco y de todas las demás obligaciones que tiene el doctrinero” de la Peña define que es el párroco, el doctrinero y sus obligaciones laborales; resalta además la necesidad de conocer los idiomas de los indios y de la residencia; trata de los misioneros, de los testamentos, del juego. En el “Libro segundo: De la naturaleza y costumbres de los indios” trata de los privilegios de los indios, de los tributos, de la idolatría, de la hechicería, de los sueños, de la embriaguez, de la doctrina que los indios debían conocer, del concepto de conquista; y de las relaciones entre los indios comunes y los oficiales de la colonia, como encomenderos, corregidores, caciques y jueces de residencia. Trata también de los trapiches y de los obrajes. El Libro ofrece una perspectiva muy interesante y útil para conocer la sociedad colonial, su funcionamiento y finalidad. En el “Libro tercero: En que se trata de los sacramentos” el obispo trata de los siete sacramentos: ofrece las definiciones teóricas de cada uno de estos, pero también explica cuales son los principales problemas que los sacerdotes encontraban cuando debían administrarlos a los indios; y propone las soluciones adecuadas. En el “Libro cuarto: De los preceptos de la Iglesia y de la ley natural que deben guardar los indios” de la Peña describe el concepto de precepto; y lo hace en relación a la realidad de los indios. Se trata de un texto muy interesante para entender que era la ley en la sociedad

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colonial. En el “Libro quinto: En que se trata de los privilegios que tienen los señores Arzobispos y Obispos, los regulares y los indios en estas partes. Y de los visitadores y modo como se han de portar en las visitas de los indios y sus doctrineros. De la conciencia errónea muy ordinaria en los indios. Y de algunas cuestiones misceláneas” de la Peña analiza muchos argumentos, entre los cuales cabe destacar los privilegios y la conciencia. El Itinerario tiene un carácter didáctico y claro; por ende, es muy útil para realizar la investigación histórica, para entender los mecanismos de funcionamiento de la sociedad colonial y para estudiar la historia del derecho. Finalmente, para consultar el Itinerario se aconseja utilizar el índice, que aparece en las ediciones (coloniales y contemporáneas); y que permite encontrar en las diversas secciones los temas que necesitamos profundizar.

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