Apuntes para recuperar una historia de la discapacidad en Argentina: normalización, unificación de criterios y vuelta al déficit en las políticas sociales

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XII JORNADAS NACIONALES DE DEBATE INTERDISCIPLINARIO EN SALUD Y POBLACIÓN Publicado en 2016

Apuntes para recuperar una historia de la discapacidad en Argentina: normalización, unificación de criterios y vuelta al déficit en las políticas sociales Juan Manuel Rodríguez [email protected] Departamento de Sistemas de Información Servicio Nacional de Rehabilitación Introducción. Nuevos escenarios, viejos problemas y un retorno al punto de partida Hacia finales del siglo XX la concepción de la discapacidad como fenómeno multidimensional,

aprehendida

desde

una

perspectiva

de

derechos

consolidados en la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (ONU, 2006) y apoyada en un flamante enfoque biopsicosocial, intentó superar, la histórica antinomia entre una perspectiva médico biologicista, y otra de carácter social, cuya tensa coexistencia influyó en el desarrollo de la problemática de la discapacidad, en especial en el diseño de los marcos legislativos y en las políticas públicas de finales del siglo XX y principios del XXI en los países que adoptaron la Convención. Existen numerosos estudios que dan cuenta de esta conlictiva relación entre estos modelos (Pantano, 1993; Verdugo Alonso, 2003; Palacios, 2008; Testa,

2013; Ferrante, 2014). La perspectiva médica, desarrollada históricamente bajo un enfoque biologicista centrado y concentrado en la necesidad de atacar la deficiencia, ejerció su hegemonía dominando los debates desarrollados durante el siglo pasado, atravesada por el fortalecimiento del paradigma rehabilitador sobre todo a partir de la última epidemia de poliomielitis en la Argentina, y colocando al déficit y a la enfermedad en el centro de sus análisis y discursos. En cambio, la perspectiva centrada en lo social, colocó su eje sobre la idea de la sociedad como productora de barreras que impedían la integración de las personas con discapacidad en los diversos ámbitos sociales y se constituyó como un modelo extendido y aceptado en diversos sectores en especial, en las asociaciones civiles de personas con discapacidad, en oposición a la anterior, lo que permite suponer una coexistencia que generó planos de lucha sobre los cuales se desarrollaron los últimos avances y retrocesos, y porque no, estancamientos en el estudio de la problemática de la discapacidad. Bajo este contexto, en la Argentina ¿resulta posible plantear la emergencia de un nuevo escenario de disputas que incorporó nuevos problemas, conflictos e incluso, actores, sobre el que se abrieron nuevos debates que acentuaron las influencias de estas corrientes en pugna, retrotrayendo las políticas y prácticas sobre la discapacidad en torno a la centralidad del déficit? Aclaraciones sobre la centralidad analítica y práctica del déficit De lo expuesto, surgen algunos interrogantes que se intentarán delinear con precisión en este recorrido, pero es necesario ensayar la respuesta a una pregunta inicial que resulta ineludible:

¿De qué se habla cuando se sostiene que existe evidencia de una vuelta al déficit como eje analítico central para el abordaje y análisis de la realidad social de las personas con discapacidad? Lo que se intenta a través de esta afirmación es colocar en tensión las discusiones que giran en torno al modelo biopsicosocial cuestionando la idea corriente que lo coloca como un paradigma definitivo y superador de las disputas históricas que envuelven la trayectoria de la discapacidad como problemática multidimensional. Desde una perspectiva crítica, se pretende discutir con la naturalización de los modelos de abordaje de la discapacidad, especialmente, frente al modelo médico o rehabilitador que bajo este contexto, reaparece fortalecido si se toman en cuenta las características actuales de las políticas públicas en el campo de la discapacidad. Los ejemplos abundan y se delinearán algunos en este análisis. No es objeto de esta propuesta buscar pruebas que indiquen fallas en las políticas y prácticas institucionales desarrolladas en los últimos años, sino que busca rastrear si existen algunas evidencias que podrían poner de manifiesto las dificultades que se experimentan en un contexto que en teoría habilitaría la plena inclusión de las personas con discapacidad. Por lo tanto, y dado el carácter de este trabajo, se intenta por un lado, explorar aquellas referencias empíricas que manifiestan esta presencia fuerte del déficit como eje de análisis y decisión, y por otro, recuperar la pista histórica sobre la conceptualización y definición de la discapacidad y de las personas con discapacidad, a través de la cual se logró alcanzar el escenario actual, entendido desde sus posibilidades y desafíos, pero también, teniendo en cuenta sus dificultades, continuidades y conflictos.

La necesidad de recuperar la historia de la discapacidad y sus definiciones Es posible entender el momento actual de la investigación y de los estudios sobre discapacidad como un momento propicio para el aporte de las ciencias sociales y de la historia social y cultural, una corriente que presenta un campo prolífico en los últimos años en el campo de la salud y la enfermedad (Armus, 2007; Biernat et al. 2015, Belmartino, 2005). La posibilidad de reconstruir las tensiones históricas sobre las cuales se constituyó este escenario actual para el abordaje de la discapacidad, contribuye a reflotar discusiones que parecían superadas sobre la conceptualización y definición de la discapacidad, y invita a plantear la necesidad de: (a) retomar el debate sobre la vigencia de la influencia normalizadora y naturalizadora que arrastran las definiciones sobre discapacidad generando la construcción y reproducción de un sentido común que impacta negativamente en la generación y el desarrollo de políticas inclusivas; (b) contribuir a la consolidación de aquellos argumentos que insisten sobre la necesidad de dotar el diseño de políticas sociales con abordajes interdisciplinarios efectivos que busquen colocar al sujeto en el centro de sus circunstancias recuperando el espacio disputado por la centralidad (analítica) limitante del déficit. Por lo tanto, los interrogantes que se plantean son los siguientes: ¿Cuáles son los elementos disponibles que contribuyan con la construcción de las trayectorias históricas de las definiciones sobre la discapacidad? ¿Cómo se incorpora la problemática de la discapacidad en la sociedad argentina y en qué campos se producen los discursos que la definen? ¿En qué procesos es posible ubicar las rupturas y continuidades sobre el abordaje y la definición de la

discapacidad en Argentina? ¿Cuáles son los caminos recorridos que condujeron a que hoy el país adopte al menos en su aspecto legislativo y normativo, el paradigma biopsicosocial? Se intentará entonces dejar planteadas algunas conclusiones, ensayar en principio algunas respuestas y dejar el terreno preparado para un futuro proyecto de investigación en el marco de la política institucional del Servicio Nacional de Rehabilitación. Cuatro vías

de acceso posible al análisis histórico de la discapacidad

como aporte a los debates contemporáneos a través de cuatro momentos importantes La historia de la discapacidad en Argentina suele considerarse análogamente como la historia de la rehabilitación. La epidemia de poliomielitis de 1956, la última de esa enfermedad, tuvo un fuerte impacto político (Testa; 2012; Testa 2014) no solo en las concepciones y dimensiones de la salud y la enfermedad en general, sino en la problemática de la discapacidad en particular, ya que a la reconfiguración conceptual del problema y al surgimiento de las primeras carreras universitarias relativas (Memoria SNR, 1958), se suma una profusa refuncionalización en la infraestructura hospitalaria. Sin embargo, pareciera que existe poca información sobre la historia precedente. En este sentido, es importante organizar un aporte, dentro del estudio sobre la salud y la enfermedad, en torno a aquellos procesos sociales que por sus características, conflictos, rupturas y continuidades, generaron diversos procesos de diferenciación que fueron dando forma a diversos colectivos identificados con la discapacidad en diversos períodos históricos, teniendo en cuenta la reorganización de series históricas (Foucault, 2008) que

incluyan los contextos políticos y sociales, evitando atar automáticamente las continuidades y rupturas de la discapacidad a sus acontecimientos y periodizaciones específicas (Biernat et al. 2015, , Armus, 2007). Para organizar la exposición se han tenido en cuenta cuatro momentos de análisis posible, que se han considerado determinantes (pero no únicos) para delinear la concepción histórica de la discapacidad no como una acumulación evolutiva de elementos, sino como la configuración de interacciones contextualizadas sociohistóricamente en donde se articula y se construye un entramado de relaciones

entre diversos actores (individuales, colectivos,

representantes del espacio público o privado, etc.) que disputan intereses declarados o no y que van configurando una realidad del fenómeno de la discapacidad cada vez más complejo por su diversidad y por la coexistencia de los diversos paradigmas que la definen. Este

análisis exploratorio versa sobre una primera revisión de algunos

documentos históricos a través de los cuales es posible acercarse a una historia de la discapacidad que trascienda incluso el impacto de la última epidemia de poliomielitis en Argentina por el año 1956, e intente reconstruir las trayectorias anteriores a dicho hito. Se propone entonces, estructurar un análisis documental histórico iniciando la identificación de cuatro vías de acceso posibles: (a) la segunda mitad del siglo XIX hacia los inicios del siglo XX, cuyo elemento de análisis principalmente se basan en los reclamos previsionales, si se permite el término, de un sector retirado de los ejércitos decimonónicos, en especial de los ejércitos libertadores y de los que participaron en la Guerra de la Triple Alianza, hacia el protoestado que se estaba construyendo entonces; (b) los inicios del siglo XX, con la inauguración en 1901 del Asilo Colonia Montes de Oca, bajo un clima de

ideas dominado por las corrientes higienistas y eugenésicas, colocan el tratamiento de la discapacidad en un campo difuso, donde el discurso psiquiátrico se posiciona hegemónicamente y despliega un corpus de definiciones sobre las personas con discapacidad complejo y agresivo, y por sobre todo confuso y heterogéneo, que tiene como eje ordenador la dicotomía entre los normal y lo patológico, y como contexto un sistema de salud fragmentado que comienza a sentar las bases para una futura centralización; (c) hacia mediados de la década del 50, se produce la última epidemia de poliomielitis, en el marco de un sistema sanitario que había alcanzado ciertos niveles de centralización sobre todo en infraestructura administrativa y hospitalaria pero que luego del peronismo, volvió a descentralizarse y a fragmentarse; la epidemia dejó a una gran parte de la población con fuertes secuelas motrices hasta la aparición de las vacunas e inauguró un nuevo paradigma para la definición de la discapacidad: el paradigma rehabilitador; (d) el alcance del paradigma rehabilitador nutrido de la perspectiva médica hegemónica, y la oposición creciente de una mirada crítica social sobre la discapacidad, constituyeron una campo de debate delimitado con mayor claridad, pero con centralidad analítica en el déficit inicial: el debate hacia el año 1999 comenzó a saldarse a favor de una mirada mas amplia que no negó ninguna de ambas posturas pero que sintetizó en la idea del enfoque biopsicosocial, la posibilidad de una abordaje que reconozca la centralidad del sujeto en el análisis. Lógicamente el inicio y la finalización de estas series son arbitrarios, dadas las características particulares y dinámicas de los procesos que se exploran. Por lo tanto vale aclarar que las series que se delimitan flexiblemente en este trabajo coexisten en períodos de tiempos diferentes, reaparecen bajo otros formatos y

con otros actores pero parecieran tener una dinámica reciclable en términos de la reconfiguración de las demandas y la reconfiguración en de la distribución de los actores implicados hecho que modifica y renueva las tensione que condicionan las características de la relación entre la población discapacidad y el estado. Las problemáticas sobre la discapacidad no surgen dentro de un campo disciplinario definido y delimitado y en principio, posiblemente se asocien fundamentalmente a una cuestión relacionada con el campo de la salud y la enfermedad. Por eso resulta necesario el análisis histórico a fin de reconstruir las trayectorias históricas de la problemática trazando una serie de momentos en la cual la situación de las personas con discapacidad se encontraba atada a diversos paradigmas y climas de ideas vigentes.

Los primeros reclamos de invalidez en el proceso de construcción del estado nacional: los soldados de los ejércitos libertadores y de la Guerra contra el Paraguay. Hacia 1860, en el marco del proceso de construcción del Estado Nacional, en especial bajo la presidencia de Bartolomé Mitre y luego de Faustino Sarmiento,

se labran en el Congreso Nacional los primeros expedientes

relativos a reclamos bajo la identidad de “inválido”, concepto que sería posible mencionar como la primera definición relativa a la problemática de la discapacidad en el contexto de la conformación de las primeras capacidades estatales pos Caseros. Los soldados pertenecientes en parte a los Ejércitos Libertadores de la primera mitad del siglo XIX, y los que formaron parte de los batallones de la Guerra

de la Triple Alianza, comienzan a realizar reclamos individuales, específicamente pecuniarios, debido a las secuelas que manifestaban producto de su participación en dichos conflictos. Las solicitudes varían desde el reclamo de pensiones por parte de la persona con discapacidad y en algunos casos familiares, hasta el pedido de incorporación de los secuelados al Cuerpo de Inválidos del Ejército (HCN, 2016). La importancia aquí de estos documentos no es meramente ilustrativa. Se trata de indagar sobre lo que tal vez constituya la primera identificación de las personas con discapacidad en relación al estado saliendo del tratamiento casi invisible que se le otorgaba a la discapacidad concebida como un problema individual que generalmente se resolvía en el seno familiar. En este caso, es posible de revisar una buena cantidad de expedientes que se van presentando por esos años, obteniendo diferentes respuestas por parte de las comisiones estatales responsables. La recuperación de este tipo de documentos, permite tener un punto de partido que trasciende incluso, aquellas investigaciones que se posicionan desde principio de siglo XX, y abre un campo que resulta atractivo para su abordaje.

La política asilar en la Angertina. Domingo Cabred, los higienistas: encierro, segregación y estigma. Hacia los inicios del siglo XX, la salud pública argentina se encontraba bajo la órbita de responsabilidad del Departamento Nacional de Higiene, dependiente del Ministerio del Interior en el marco de un proceso de

consolidación institucional a través del cual se diseñaba un primer intento de sistema de salud ( Belmartino, 2005) En el año 1908, el Dr. Domingo Cabred, Presidente de la Comisión Asesora de Asilos y Hospitales Regionales, en el marco de la colocación de la piedra fundamental para el Asilo Colonia Regional de Retardados, en cumplimiento de la ley 4.953, cuyo principal objetivo constituía la creación de asilos y hospitales regionales para todo tipo de enfermedades, pronuncia un discurso cuyo contenido arroja una serie de términos que podrían leerse como posibles definiciones acerca de las personas con discapacidad que aparecían desagregadas, fragmentadas y en condiciones difusas en su abordaje y asistencia. Investigadores del campo de la historia social de la salud y la enfermedad confirman esta idea de indefensión de la discapacidad como problemática, y amplían esta caracterización al referirse a las personas con discapacidad como segregadas o en definitiva abandonadas no solamente por el estado, sino por las sociedades de beneficencia, en un período histórico en donde no se concebía la asistencia como un derecho sino como un deber moral de quien la ejercía y la administraba (BIERNAT, 2006). Cabred trazaba un perfil de las personas que podrían ser asiladas a través de un corpus de definiciones cuya importancia actual radica en su continuidad y en su constante reproducción en todos los ámbitos sociales posibles, a pesar que existen campañas, generalmente no gubernamentales, que intentan sensibilizar y concientizar a la sociedad sobre la pertinencia de desistir en su uso. Y es en este tipo de vetas donde es posible observar el predominio natural y normalizador del déficit. En su enunciado, Cabred apela a un discurso plagado de contenido religioso y filantrópico, sosteniendo la necesidad de abrir esa colonia donde los “retardados, alcohólicos y tarados” puedan tener la

esperanza de rehabilitarse, ya que estos “anormales” o “amorales”, constituían un peligro para sí mismo y para el tejido social de la época. Así, indica también que este tipo de acción excluye a los “retardados profundos” ya que incluso los menos “degenerados” no podrían gozar de beneficio alguno dada su condición extrema. Estas consideraciones abundan hoy en el lenguaje cotidiano, aparecen y se reproducen constantemente generalmente a modo de insultos que parecen haber existido siempre. Por eso, el análisis de los discursos hegemónicos a la luz de los hechos históricos que los sucedieron, se transforma en una herramienta de importancia actual, reveladora de mecanismo opresivos, represivos y formadores de sujetos, que nutre a las discusiones actuales en general, y en el ámbito institucional en particular, donde se intenta, a pesar de haber logrado un consenso internacional con el mandato de acuñar el término persona con discapacidad, continuar con la discusión sobre definiciones eufemistas, que en definitiva, recaen en la deficiencia al no contar con el aporte sociohistórico que es posible encontrar en discursos como este. Por lo tanto, ubicar los discursos y enunciados a través de los cuales el estado comienza a ordenar la cuestión de la discapacidad, sugiérela posibilidad de rastrear y reconstruir los procesos

de resistencia y porque no, de

diferenciación, que llevaron adelante las personas con discapacidad en pos de ir construyendo su condición colectiva y su capacidad de instalar ante el poder estatal, sus reclamos. En este período también es posible escudriñar algunos elementos que continúan con la mirada desde la rehabilitación, ya que la Ley 9.688, sobre Accidentes del Trabajo, sancionada en 1915, en su artículo 26 garantiza cobertura a los trabajadores que sufrieran accidentes “producidos sin causa

legal excusable para el empresario”, obligando al empresario a hacerse cargo de los gastos de asistencia médica y farmacéutica “… a la víctima, hasta que se halle en condiciones de volver al trabajo, fallezca o se declare incapacitada permanentemente…”. En este caso, las secuelas producidas por los accidentes laborales encuadraban una figura legal pasible de asistencia de acuerdo a las circunstancias del accidente: había una normatización de la incapacidad laboral permanente. Enunciados estigmatizantes basados en un clima de ideas eugenista e higienista se relacionan con definiciones que trazan los principios de lo que luego se entenderá por incapacidad laboral, aparecen en este período. La

última

epidemia

de

poliomielitis

en

Argentina:

política,

reconfiguración de espacios públicos y surgimiento del paradigma rehabilitador Hacia mitad de la década del 50, la última epidemia de poliomielitis se incorpora en un conflictivo entramado político social que desembocará con el derrocamiento del general Perón en 1955, e inaugurará una época de intensa inestabilidad y conflictividad política y social. La aparición de las vacunas Salk y Savin contribuyó a frenar la epidemia, pero un gran número de afectados manifestó secuelas irreversibles en su condición de salud en general, y en su estructura motriz en particular, iniciando un nuevo escenario de disputas sobre la definición de la discapacidad, del cual emergió un nuevo concepto a través del cual se identificaron las personas con discapacidad definiéndolas como “lisiados”, y colocándose bajo la influencia del paradigma rehabilitador como principal fundamento.

La creación de la Comisión Nacional para la Rehabilitación del Lisiado (1956) abre un campo de disputas no solo con la aceptación del paradigma rehabilitador como paradigma legítimo sobre la cuestión de la discapacidad, sino que, ante el surgimiento de la carrera de terapia ocupacional y ante la incorporación del fisiatra como nuevo actor en el campo, los médicos rehabilitadores de antaño, generalmente, cirujanos, se ven puestos en tensión como únicos referentes en la materia. Tanto las memorias institucionales de aquellas experiencias (el SNR conserva la mayoría), como las revistas científicas y una buena cantidad de sobrevivientes capaces de aportar su historia de vida o bien, sus anécdotas, entre otras herramientas, conforman un buen conjunto de fuentes de información, que pueden aportar novedosas conclusiones sobre las conquistas y conflictos que se fueron configurando en ese contexto.

La disputa entre el enfoque médico biologicista y el enfoque social: hacia un paradigma universal de enfoque biopsicosocial Hacia la década del 70 el debate sobre la cuestión de la discapacidad presenta una nueva arista: el enfoque social, que surge repensando la situación de la discapacidad como una problemática centrada en la sociedad como productora de desventajas dando lugar a una pluralidad de definiciones novedosas: discapacitado, personas con capacidades diferentes, personas con capacidades especiales, personas minusválidas, etc. Este enfoque intentó oponerse con vehmencia ante la predominante mirada médica biologicista que detentaba el poder y el saber en lo concerniente a la

discapacidad, ya que seguía considerando el déficit y la enfermedad como fundamentales para la definición de la discapacidad (Verdugo Alonso, 2003). En este sentido, se entiende la idea de retorno al déficit, partiendo de la premisa de que el enfoque biopsicosocial se formalizó luego de la publicación de la Clasificación del Funcionamiento, la Discapacidad y la Salud (CIF, 2001), se consolidó en los lineamientos de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (ONU, 2006), y adquirió cierto fundamento empírico en el Informe Mundial sobre la Discapacidad (ONU, 2011). En Argentina, la descentralización y unificación de criterios de la certificación de la discapacidad (SNR, 2009), abrió un escenario posible para poner en marcha un abordaje interdisciplinario sobre estas problemáticas. Sin embargo, en el primer tramo del siglo XXI es posible observar, sobre una cierta evidencia del retorno del déficit como principal eje de análisis de la discapacidad

promoviendo, reproduciendo y sosteniendo un corpus de

definiciones dispersas, diversas, especulativas y relativistas sobre la discapacidad en general y sobre las personas con discapacidad en particular, que tienden a cierto relativismo y a la ampliación de la fragmentación entre las personas con discapacidad, como sujetos políticos, sociohistóricos y de derechos. Este retorno puede verificarse, entre otras fuentes, en las normativas de corte que se utilizan en las Juntas de Evaluación y Valoración de la Discapacidad, en dónde en última instancia, la adjudicación del CUD se define a través del diagnóstico etiológico y de los estudios complementarios (SNR, 2016) o bien, en la última producción estadística de INDEC, en donde se realiza un análisis que se desprende del último censo, tomando como principal referencia de detección el concepto de “limitación y dificultad permanente”.

A través de estas líneas, se espera que se haya contribuido con algunos puntos de partida que permitan retomar las riendas de los nuevos debates sobre estas cuestiones que refuerzan la necesidad de indagar en la historia, las trayectorias constitutivas de la discapacidad como problemática multdimensional, y de su conceptualización en diferentes contextos, con el objeto de entender que no es posible realizar abordajes interdisciplinarios que tiendan a mejorar las vías de inclusión, si se continúa solapando la constitución sociohistórica de la discapacidad y de su colectivo poblacional.

Conclusiones La situación actual en términos de política institucional que impacta directamente sobre la vida de las personas con discapacidad experimenta un contexto de estancamiento en los debates que suponen al modelo biopsicosocial como superador de los conflictos entre los paradigmas de la rehabilitación y social. La creciente demanda de políticas inclusivas desde diferentes sectores de las asociaciones civiles que nuclean a las personas con discapacidad hacia el estado principalmente, se topan con una situación fragmentada y dominada en gran medida por la concepción biologicista que en última instancia, se posiciona como la única voz autorizada capaz de determinar qué es la discapacidad y quiénes son las personas con discapacidad según criterios normativos basados en el déficit, contribuyendo a tornar difusa la aplicación de la Convención Internacional y segmentar a las personas con discapacidad en su carácter colectivo, efectuando una taxonomía centrada en la deficiencia:

discapacidad físico motriz, mental, intelectual, sensorial visual, sensorial auditiva, visceral, limitación y/o dificultad permanente, son algunos términos que se utilizan como criterios de decisión en los principales sectores institucionales que tienen bajo su responsabilidad la producción y desarrollo de políticas públicas en discapacidad. Esta confusión institucional

que decanta “naturalmente” en el déficit,

estancando las discusiones y debates más profundos sobre la problemática de la discapacidad, pareciera tener como principal causa, la idea extendida en los dispositivos institucionales, de que la única historia de la discapacidad que se tiene en cuenta es la que surge hacia la segunda mitad del siglo XX con la consolidación del paradigma rehabilitador y de que el único marco conceptual posible es la CIF. Estas cuestiones contribuyen a fortalecer aquellas ideas que dejan de lado los procesos sociales, políticos y jurídicos como cuestiones secundarias en la constitución histórica de las personas con discapacidad, dejando la sensación de que lo único que importa es la evolución del déficit y no la composición histórico social y política del concepto de discapacidad con el aporte ineludible de las luchas y conquistas de este colectivo. Los cuatro períodos a través de los cuales se intentó dar un panorama de fuentes de información existentes con algunas someras propuestas de posibles pista a investigar a futuro, constituyen vías posibles, para nada únicas, de entrada a momentos históricos que a excepción de algunos trabajos, aún no han sido exhaustivamente explorados, y tal vez en esas lagunas, se encuentren algunas explicaciones de porqué aún hoy se continúan reproduciendo ideas relacionadas con la normalidad, el estigma y la segregación, bajo un halo de naturalidad preocupante.

La propuesta de llevar adelante una investigación histórica desde el ámbito estatal que transgreda los límites técnicos, radica precisamente en manifestar teniendo en cuenta la fugacidad de los tiempos institucionales, que resulta imperioso comenzar cuanto antes a aprehender la historia argentina de la discapacidad como un elemento esencial para comprender y explicar los problemas y desafíos del presente, recuperando la voz de quienes durante más de un siglo de historia han puesto más que el déficit ante un reclamo. Las luchas y conquistas que se han revisado brevemente en este ensayo, invitan abrir la búsqueda de nuevos hitos en la historia de la discapacidad; estos son solo algunos ejemplos. A través de la posibilidad de desempolvar y revisar (y conservar) los documentos históricos, de recuperar las voces de quienes aún pueden constituirse en informantes clave, y de la articulación necesaria entre los diversos espacios de investigación, sea investigación institucional, investigación objetiva o investigación emancipadora, es posible generar nuevas discusiones y debates que paulatinamente, se insiste, teniendo en cuenta las particulares experiencias de las personas con discapacidad en la Argentina, comiencen a construir un campo de estudios plural, participativo y riguroso, en el que el déficit o la cuestión social, o lo biopsicosocial, se conviertan en un elemento más del análisis y no en entidades naturalizadoras y excluyentes.

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