Apuntes de Filosofía de la Naturaleza

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APUNTES DE FILOSOFÍA DE LA NATURALEZA

Torres Cox, Daniel Elías Apuntes de filosofía de la naturaleza / Daniel Elías Torres Cox. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Daniel Elías Torres Cox, 2016. Libro digital, PDF Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-42-0070-9 1. Filosofía de la Naturaleza. I. Título. CDD 501

APUNTES DE FILOSOFÍA DE LA NATURALEZA

DANIEL TORRES COX

Phantasmata —Edición independiente—

ÍNDICE PRESENTACIÓN

p. 1

CAPÍTULO 1: INTRODUCCIÓN p. 3 I. Cuestión previa 1. Fenomenología del ente físico 2. Estructura del ente físico 3. Ente material II. Breve preludio histórico: Los filósofos presocráticos, Platón y Aristóteles 1. Tales de Mileto 2. Anaximandro de Mileto 3. Anaxímenes de Mileto 4. Pitágoras 5. Heráclito (Monismo dinámico) 6. Parménides (Monismo estático) 7. Empédocles (Eclecticismo) 8. Anaxágoras (Eclecticismo: Pluralismo heterogéneo) 9. Demócrito (Eclecticismo: Pluralismo homogéneo. Atomismo) 10. Platón y Aristóteles III. La filosofía de la naturaleza: su objeto y división 1. Objeto material 2. Objeto formal 3. Objeto de la filosofía de la naturaleza 4. Relación de la Filosofía de la Naturaleza con otras ramas de la filosofía IV. Diversificación específica entre filosofía de la naturaleza y ciencias de la V. Quiebre de la relación entre filosofía de la naturaleza y ciencias de la naturaleza 1. Desde Aristóteles hasta la baja edad media 2. El método de Galileo Galilei 3. Un nuevo paradigma 4. Siglo XX: Crisis de la exactitud que pretendía brindar la física Bibliografía CAPÍTULO 2: EL MOVIMIENTO p. 35 I. Elementos del movimiento II. Definición del movimiento 1. Acto y potencia 2. Término inicial y término final 3. Acto imperfecto III. Definiciones aristotélicas que complementan la definición de movimiento 1. Desde el punto de vista del ente móvil (o movible)

2. Desde la relación entre motor (o moviente) y móvil (o movible) IV. Si en todo movimiento hay un motor y un móvil V. Características del movimiento VI. Cambio y movimiento. Clases de movimiento 1. Clases de cambio 2. Clases de movimiento Bibliografía CAPÍTULO 3: EL TIEMPO I. Definición de tiempo 1. Tiempo como número numerado —o medida— del movimiento 2. Según el antes y el después 3. El tiempo es diferente del movimiento 4. Alma y tiempo II. Naturaleza: Ente de razón III. Otras nociones de tiempo 1. Platón 2. Immanuel Kant 3. Consideración especial: San Agustín IV. Composición del tiempo V. Características del tiempo VI. Medición del tiempo Bibliografía

p. 47

CAPÍTULO 4: LA CANTIDAD I. Definición 1. Imposibilidad de definir esencialmente la cantidad 2. El efecto formal primario 3. Definiciones operativas de cantidad a. Aristóteles b. Juan de Santo Tomás II. Cantidad como extensión y pluralidad III. Naturaleza de la magnitud o extensión (cantidad continua) IV. Efectos formales secundarios de la cantidad Bibliografía

p. 59

CAPÍTULO 5: LA CUALIDAD I. Definición II. Naturaleza III. Realidad de las cualidades 1. Críticas a la existencia objetiva de las cualidades sensibles

p. 71

a. Críticas desde la filosofía [mecanicista] i. Demócrito ii. René Descartes iii. John Locke iv. George Berkeley b. Críticas desde la ciencia: Galileo Galilei 2. Respuesta a las críticas IV. Clases de cualidades 1. Estado [o hábito] y disposición 2. Capacidad o incapacidad natural [o potencia e impotencia] 3. Cualidades afectivas y afecciones [o cualidad pasiva y pasión] 4. Forma y figura V. Medición de las cualidades Bibliografía Capítulo 6: EL LUGAR p. 83 I. Definición 1. Qué no es el lugar a. El lugar no es la forma b. El lugar no es la materia c. El lugar no es extensión entre los extremos 2. Qué es el lugar a. Consideraciones previas b. Consideraciones propias de la definición II. Naturaleza III. Teoría de los lugares naturales IV. Nociones relacionadas con el lugar: 1. Accidente lugar o ubicación 2. Espacio a. Consideraciones generales b. Concepción desde la filosofía i. Isaac Newton (Concepción ultramaterialista) ii. Gottfried Wilhelm Leibniz (Concepción idealista) iii. Immanuel Kant (postura intermedia) c. Concepción desde la ciencia i. Bernhard Riemann (1826-1866) ii. Nikolái Ivánovich Lobachevski (1793-1856) d. Breves consideraciones finales desde la filosofía de la naturaleza Bibliografía Sobre el autor

p. 94

PRESENTACIÓN Dicen que una Introducción es el primer libro que se debe leer y el último que se debe escribir. Bueno, este trabajo de ninguna manera pretende ser una introducción, y aunque llevara ese nombre en la tapa, su contenido distaría mucho de serlo. Por eso le acomoda mejor el nombre Apuntes de Filosofía de la Naturaleza. En efecto, el presente trabajo tiene su origen inmediato en un primer documento hecho en el año 2012 a partir de la toma de notas de la materia Filosofía de la Naturaleza dictada en dicho año en la sede de Buenos Aires de la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino —UNSTA— por la doctora Olga Larre y el doctor Oscar Beltrán. Asimismo, para su elaboración, fueron de un inestimable valor las clases impartidas por Mario Caponnetto a lo largo del mismo año en el seminario de FASTA. Finalmente, para la parte correspondiente a los autores presocráticos del primer capítulo fueron de mucha ayuda las clases de Historia de la Filosofía Antigua dictadas también en la UNSTA por el licenciado José Jonte. A sus enseñanzas, así como al material bibliográfico consultado, es que debo remitir todos los aciertos del presente trabajo. Dudo que uno pueda emprender el estudio serio de la Filosofía de la Naturaleza sin una guía adecuada —maestros, material bibliográfico— y un trabajo de reflexión personal. Ahora bien, creo que este acotado trabajo puede servir como punto de partida y ayuda inicial para dicho propósito. Este material es de libre difusión. DANIEL TORRES COX Seminarista de FASTA

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I. CUESTIÓN PREVIA 1. Fenomenología del ente físico Dejando de lado la acepción moderna del término, por fenomenología entendemos la descripción del fenómeno, es decir, de aquello que se presenta. En esa línea, se tiene que el ente físico puede presentarse en la realidad según diez predicamentos o modos de ser: uno sustancial y nueve accidentales. Dicho de otro modo, todo lo que existe en la realidad se dará al modo de la sustancia o de alguno de los nueve accidentes. Los modos de ser accidentales son:         

Cualidad Cantidad Tiempo Lugar Acción Pasión Relación Situación Habitudo

El movimiento forma parte de la fenomenología del ente físico; es decir, de cómo se presenta en la realidad. Esto ya que todo ente físico, en cuanto material, se encuentra en movimiento. El movimiento es un post-predicamento, es decir, un fenómeno que se considera después de los predicamentos o modos de ser, pues variará según se dé en uno o en otro. Así, por ejemplo, en el accidente cantidad el movimiento se presentará al modo de aumento o disminución; en cambio, en el accidente cualidad se dará al modo de alteración. 2. Estructura del ente físico Al preguntarnos por la estructura última del ente material, podemos ensayar una respuesta siguiendo dos teorías aristotélicas. a. Teoría Hilemórfica.- Todo ente material está compuesto por materia (hyle), y forma (morfé).

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b. Teoría de las causas.- La estructura de todo ente material puede analizarse a raíz de la concurrencia de cuatro causas: dos intrínsecas —causa formal (forma) y causa material (materia)— y dos extrínsecas —causa eficiente y causa final. Tal como se puede apreciar, ambas teorías se complementan mutuamente, pues en el ente físico la causa material se identifica con la materia, mientras que la causa formal lo hace con la forma. 3. Ente material Todo ente material puede ser de dos clases: viviente y no-viviente. Ambos son estudiados por la filosofía de la naturaleza, con la salvedad de que los vivientes además son objeto de estudio de la antropología filosófica.

II. BREVE PRELUDIO HISTÓRICO: LOS FILÓSOFOS PRESOCRÁTICOS, PLATÓN Y ARISTÓTELES Los filósofos presocráticos, empezando por Tales de Mileto, tuvieron la audacia de intentar explicar la realidad dejando de lado el mito, y buscando en su lugar una explicación de orden racional. En su mayoría, dedicaron sus esfuerzos a indagar cuál era el ἀρχή (arché) o principio material del cual está compuesto todo cuanto existe. Este ἀρχή no era un agente que diera origen al mundo físico, sino una suerte de elemento del cual todos los entes materiales estuvieran hechos. Se debe precisar que, en sentido estricto, no es posible denominar a estos pensadores filósofos de la naturaleza porque ello implicaría trasladar una categoría actual a una realidad para la cual no ha sido pensada. 1. Tales de Mileto [585 a.C]1 Es más lo que se dice que lo que se sabe de él. Su nombre encabeza la lista de los siete sabios. Se le atribuyen viajes a Egipto, donde habría estudiado Geometría. Se dice que midió la altura de las Pirámides por su sombra y explicó las crecidas del Nilo por los vientos Etesios. Destacó como matemático —teorema de Tales— y astrónomo —construyó parapegmas, que son almanaques astronómicos con indicaciones cronológicas para navegantes; y predijo un eclipse de sol que aconteció en una batalla entre medos y lidios. 1

Lo relativo a este punto ha sido extraído en gran medida de: FRAILE, Guillermo. Historia de la Filosofía. I. Grecia y Roma. 7ª Edición. Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1997, p. 143-144. En adelante, se citará como "FRAILE".

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Señaló que el principio de todas las cosas está en el agua. De ésta se forman todas las cosas, así como se disipan. Le atribuía propiedades sobrenaturales. Postuló que la tierra tenía la forma de un gran plato oblongo con bordes un poco levantados. Encima de ella estaba la bóveda de los cielos, y el conjunto flotaba como un navío sobre las aguas. Se le atribuye haber afirmado: "Dios es lo más antiguo que existe, puesto que no ha sido engendrado". Algunas anécdotas sobre él:  Habiendo previsto una buena cosecha de aceitunas por la observación de las estrellas, alquiló todas las prensas de Mileto, enriqueciéndose y demostrando que "la filosofía no era una cosa inútil" (Aristóteles, Cicerón).  Una vieja se mofó una vez de él al verle caído en un pozo por ir contemplando las estrellas. "Por tanto mirar al cielo, no se daba cuenta de lo que tenía debajo de los pies." (Platón, Lacercio, Plutarco). 2. Anaximandro de Mileto [560 a.C.]2 Fue geógrafo, matemático, astrónomo y político. Fue también discípulo o compañero de Tales. Queda un fragmento de su libro en prosa sobre la Naturaleza. En palabras de Fraile, se le atribuye: “(…) la confección de un mapa del mundo habitado, el haber introducido en Grecia el uso del gnomon, la predicción de un terremoto en Esparta, el descubrimiento de la declinación del Zodíaco, haber medido las distancias entre las estrellas y calculado su magnitud.”3 Inicia una verdadera cosmología prescindiendo de elementos mitológicos y formula un conjunto de ideas que pasarán a los siguientes presocráticos. Se dice que, junto con Aristóteles, fue el filósofo que más viajó, lo cual da cuenta de su sed de conocimiento. Aparece en la pintura de los maestros griegos como un viejo ubicado en una esquina tomando apuntes, ávido de aprender. En cuanto a su física, siguiendo la línea de Tales, no se pregunta qué son las cosas, sino de dónde proceden, de qué están hechas y cómo se hacen. Su arché es el ápeiron — ἄπείρον—, al que atribuye las cualidades de ser ilimitado, indefinido, indeterminado. Al respecto, Fraile señala que:

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Cfr. FRAILE, p. 144-147 FRAILE, p. 144

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“No se trata de la infinitud en abstracto, sino de una materia primordial, ilimitada, homogénea, indeterminada, incualificada, imperecedera, (ἀθάνατον), inmutable, incorruptible (ἀνώλεϑρον), inagotablemente fecunda, generadora de todos los seres y a la cual todos retornan. Viene a ser una especie de nebulosa o materia plástica, proteiforme, equivalente al caos de las antiguas cosmogonías, que no es ni agua, ni tierra, ni aire, ni fuego, sino anterior a todas las determinaciones y a todos los contrarios.”4 El ápeiron es una materia que no se puede tocar, tampoco se puede contener, de la cual no hay cantidad. No es posible limitarla corporal o materialmente. Todo procede de él, de forma que contiene como principio activo (no como potencia, como sí la materia prima de Aristóteles) todas las cosas. Es inengendrada, indestructible e indeterminada, y se mueve a sí misma. Su manifestación más viva es el agua. Para explicar el origen del universo, afirma que dentro de la masa confusa del ápeiron se produjeron remolinos —el ápeiron se mueve a sí mismo— que dieron por resultado la separación del ápeiron en porciones. Estas porciones fueron transformándose en mundos que, al ser limitados, permitieron la oposición fundamental entre finito e infinito. El movimiento eterno continuó agitando el ápeiron, del cual se fueron distinguiendo los elementos. La primera separación fue la de lo caliente y lo frío, siendo que el primero envolvió al segundo. La tierra, al ser elemento frío, quedó rodeada por lo caliente, y encontrándose inicialmente mezclada por completo con el agua, se fue secando por acción del calor. Lo caliente se fue separando en tres grandes anillos. El primero, más lejano y más grande, fue el del sol; el segundo, el de la luna; y el tercero, el de las estrellas y planetas. Este último tuvo orificios para que pudiesen verse los astros. Los eclipses y fases de la luna serían obstrucciones de dichos orificios por los gases emanados por la tierra. Afirmó que la tierra tenía forma cilíndrica, un tercio más ancha que alta, y que giraba sobre su propio eje.5 Es interesante precisar que: “Existen a la vez infinitos mundos, esféricos, cerrados sobre sí mismos e independientes unos de otros, que se originan de los remolinos formados por el movimiento eterno en el seno del ἄπείρον. Esos mundos nacen y se destruyen periódicamente, en ciclos fijos, pagando así la pena de la injusticia que supone su desprendimiento del ἄπείρον. La justicia cósmica se restablece mediante su reabsorción periódica en la materia primordial.”6

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FRAILE, p. 145 Cfr. FRAILE, p. 145-146 6 FRAILE, p. 147 5

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En cuanto a su cosmología, Fraile señala que a diferencia de Tales —de quien no se tiene conocimiento alguno sobre este ítem— Anaximandro propone una hipótesis curiosa de cómo se originó la vida. Esta hipótesis ha llegado hasta nosotros retocada por sus doxógrafos posteriores: “Del fango primitivo, en que estaban mezcladas la Tierra y el Agua, salen todos los vivientes, mediante la acción del Sol. Primero nacieron los animales marinos y después los terrestres. Acerca del origen de los hombres tiene una extraña teoría, procedente quizás de algún mito oriental. Supone que en el fondo del mar se formó una especie de monstruos marinos, envueltos en un caparazón escamoso, dentro de cada uno de los cuales había un hombre. Cuando el Sol hubo secado una parte de las aguas, aquellos monstruos quedaron varados en tierra. El calor de los rayos solares hizo estallar su envoltura y de su interior salieron los primeros hombres y las primeras mujeres.”7 3. Anaxímenes de Mileto [546 a.C.]8 Fue discípulo o compañero de Anaximandro. Se le atribuye haber escrito un libro en prosa, pero se discute si es suyo. Cultivó preferentemente la Meteorología, y si bien fue considerado la figura principal de la escuela de Mileto, su doctrina significó más bien un retroceso al punto de vista de Tales. Al respecto, Fraile explica: “Concibe el Cosmos como un animal viviente, dotado de respiración, dentro del Pneuma infinito que lo envuelve todo. De aquí proviene probablemente su concepto de que el Aire (ἀήρ, πνεῦμα, hálito, aliento, soplo, vapor) es el principio primordial de todas las cosas. «Así como nuestra alma, siendo aire, nos mantiene unidos, así también el aliento y el aire circundan todo el Cosmos». No se trata del aire atmosférico, sino de un protoelemento eterno, «divino», viviente, ilimitado, inextinguible, sutil, ligerísimo, penetrante, movilísimo, casi incorpóreo, que es el principio del movimiento y de la vida (respiración) de todas las cosas.”9 En este principio primordial es el aire infinito —pneuma ápeiron—. En él tienen su origen todos los mundos (infinitos) y seres, incluyendo a los dioses. Anaxímedes toma la idea de separación de Anaximandro y la utiliza para introducir el dualismo de fuerzas cósmicas: condensación y dilatación. Ilustra la relación de éstas con el frío y el calor 7

FRAILE, p. 146-147 FRAILE, p. 148-149 9 FRAILE, p. 148 8

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señalando que cuando uno sopla con la boca cerrada, el aire que sale es frío; y cuando lo hace con la boca bien abierta (dilatada), el aire es caliente. Afirma que existe un ciclo que va del frío y al calor y viceversa. Sobre este asunto, Fraile señala: “De la condensación proviene el enfriamiento, y de la rarefacción, el calentamiento. (…) Todas las cosas provienen del Aire infinito (πνεῦμα ἄπείρον) y todas retornan a él. Del aire enrarecido se origina el Fuego. Del aire condensado resultan los vientos, el agua, la lluvia, la niebla, el hielo, la tierra y las piedras.”10 En cuanto a la disposición del universo, afirma que tanto la tierra cuanto los objetos celestes son discos planos. En cuanto a sus aportes, Aristóteles afirma que con el pneuma se hablaría de un elemento de una cierta índole espiritual. En todo caso, se puede apreciar una fuerte impronta mitológica. 4. Pitágoras [530 a.C.] Se dice mucho de este autor, mas se sabe poco. Debido a los elementos legendarios de los que está rodeado, es imposible discernir lo histórico de lo fantástico11. Siendo esto así, la fuente más segura para averiguar lo que puede saberse del pitagorismo primitivo son las referencias y alusiones de sus contemporáneos, como Jenófanes, Heráclito, Empédocles, o Herodoto. Algunos de éstos no sólo señalan conocer su doctrina sino incluso se burlan de ella.12 Por su parte, Aristóteles lo cita en muchas de sus obras. Para él, habría sido el primero en abstraer. Siendo natural de Samos, huyó de su patria y se refugió en la Magna Grecia, fundando en Crotona una especie de asociación de carácter filosófico-religioso que se difundió en numerosas filiales.13 Se dice que los pitagóricos fueron los primeros en cultivar las matemáticas, al punto de atribuirse a Pitágoras la tabla de multiplicar y el teorema que lleva su nombre, aunque ya era conocido por los sumerios14. Pitágoras tuvo a su vez dos clases de seguidores: los exotéricos (matemáticos), y los esotéricos (místicos). Se discute si el pitagorismo fue en sus inicios una escuela religiosa y mística, y luego pasó a ser científica; sin embargo, no es posible resolver esta cuestión.15 Lo cierto es que se puede decir que Pitágoras trata de resolver las inquietudes más profundas del ser humano

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FRAILE, p. 148 Cfr. FRAILE, p. 150 12 Cfr. FRAILE, p. 151 13 Cfr. FRAILE, p. 151-152 14 Cfr. FRAILE, p. 152 15 Cfr. FRAILE, p. 153 11

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con una propuesta religiosa a la que incorpora el elemento científico como un medio para aproximarse al conocimiento de las cosas más sublimes. Al respecto, Fraile señala: “Se había propuesto ante todo una finalidad ética de purificación y salvación, inspirada en las doctrinas de la inmortalidad y la transmigración de las almas. Pero a diferencia de los órficos y de las religiones de los misterios, Pitágoras es además un filósofo que busca la salvación no sólo mediante ritos religiosos y prescripciones morales, sino también por la ciencia y la música, consideradas como elementos de purificación. De aquí se derivaría lógicamente la consagración de la vida a los valores espirituales y a la investigación científica de las matemáticas y de la música.”16 Si bien existe una relación entre lo espiritual, lo moral y lo científico, Pitágoras establece entre ellos un orden de prelación: “Existe una estrecha compenetración entre los elementos religioso, moral y científico; pero subordinados en el siguiente orden: primero sería el carácter moral y religioso, después el científico y por extensión el político. Así la especulación científica va en estrecha conexión con las aspiraciones morales como medio para lograr la purificación del espíritu y la liberación de las reencarnaciones, y quizá para la asimilación con la divinidad.”17 Todas las enseñanzas de Pitágoras fueron orales, y fueron recogidas por su primera generación de discípulos.18 De las diversas alusiones que hicieron sus contemporáneos o de las polémicas posteriores con los pitagóricos es posible asegurar la existencia de un núcleo primitivo de doctrinas, cuyos elementos son los siguientes19:  La oposición fundamental entre lo limitado y lo ilimitado, procedente de Anaximandro, que los pitagóricos acentúan contraponiendo lo lleno y lo vacío, el ser y el no-ser (Parménides alude a la realidad pitagórica del no-ser). Ser y No-ser existen.  El concepto de respiración cósmica, que proviene de Anaxímenes y al cual alude Jenófanes.  El concepto de los números como esencias de las cosas, que es propio de los pitagóricos.  La creencia, común con los órficos, en la preexistencia y transmigración de las almas.  La purificación, lograda por medio de prácticas ascéticas y, además, por la ciencia y la música. 16

FRAILE, p. 153 FRAILE, p. 153 18 Cfr. FRAILE, p. 152 19 Cfr. FRAILE, p. 155 17

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 El planteo del problema de la conciliación entre la unidad y la pluralidad de las cosas.  El concepto de Cosmos, de orden universal y de la armonía entre los contrarios, que es tal vez la doctrina más característica del pitagorismo. De estos postulados, Fraile destaca dos notas originales20, que serán desarrolladas a continuación:  Haber usado el concepto de respiración cósmica para explicar la pluralidad de las cosas, que se originan por la disgregación de la unidad compacta de Cosmos esférico. Éste, al respirar, fue penetrado por el vacío o el no-ser.  Considerar los números como esencias de las cosas, dando origen al primer intento de física matemática, reduciendo la cualidad a la cantidad. El desarrollo de los pitagóricos de produjo en diversos campos: i. Física21 Las principales ideas pitagóricas sobre este campo son la siguientes:  Los números como esencias de las cosas.- Los números son concebidos como la esencia de las cosas; es decir, los diversos números no representan a cosas diversas, sino que son esas cosas. Para los pitagóricos sólo existían números exactos, y cada cosa era un número distinto. Presuponían que la armonía de los contrarios permitía que el ser y el no-ser convivieran en fragmentos extensos cada uno de los cuales —dependiendo de la posición del ser y del no-ser en el espacio— daba lugar a las distintas cosas. Así, cada cosa era un número extenso y material (una especie de código binario en el mundo real, en el cual el ser sería un punto, y el no-ser el espacio entre uno y otro punto), que a la vez daba origen a distintas figuras geométricas (Ej. 4 puntos hacen un cuadrado).  Formación del Cosmos.- Pitágoras combina los principios de Anaxímedes y Anaximandro. Parte de la premisa de la existencia del pneuma ilimitado que es el Ser, fuera del cual sólo existe el No-Ser, el vacío. Dentro del pneuma ilimitado, agitado por el movimiento, se formó un Cosmos esférico, limitado, lleno y compacto. En términos numéricos, este cosmos era el Uno, lo Impar. Este Cosmos era una esfera viviente y, como tal, respiraba, y al respirar, dejó entrar en ella el pneuma ilimitado y el Vacío, los cuales disgregaron su unidad dando origen a todo cuanto existe, y por lo tanto, a la diversidad numérica de las cosas. Nótese que antes de esta división, como sólo había una 20 21

Cfr. FRAILE, p. 155-156 Cfr. FRAILE, p. 156-160

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cosa, sólo había el uno; en cambio, al haber ahora varias cosas y cada una ser un número diferente, hay diversidad numérica. El vacío permitió disgregar la unidad primitiva del cosmos dando origen a las diversas cosas, situándolas en distintos lugares y haciendo posible el movimiento.  Las oposiciones.- Desde el principio se puede hablar de antítesis fundamentales: Ser y No-ser; limitado e ilimitado; lleno y vacío, par e impar. El Cosmos compacto era la unidad primordial, el Uno. Al disgregarse el Cosmos se produjeron los demás números. Así, la Díada o el par es igual a dos Unos separados por el vacío, por el espacio o por el no-ser (graficados como dos puntos unidos por una línea). De esta oposición primaria se producen todas las cosas. Así, el 1 es un punto, el 2 es una línea, el 3 es la superficie, el 4 es el volumen. De los puntos se deriva la línea; de ésta, la superficie; y de ésta, el volumen. De esta oposición primordial se podían derivar otras para explicar distintos fenómenos —frío-calor, húmedo seco, etc.—. Posteriormente, se dio a los números y a las figuras que con éstos se podían armar distintos simbolismos, virtudes, poderes mágicos y hasta se los consagró a los dioses. Por ejemplo, el 1 es la razón, porque no admite división ni divergencias; el 4 es la justicia, porque es un número cuadrado, producto del igual por el igual, etc. La mística de los números se vio perjudicada por el descubrimiento de las cantidades irracionales. Esto ya que si las cosas eran números, todos los números deberían ser exactos. Se trató de superar este problema sustituyendo los números enteros por cantidades divisibles hasta el infinito.  La armonía entre contrarios.- Siendo distintos y opuestos los elementos que componen las cosas, es necesario un vínculo que los coordine, que es la armonía. Todo es número y armonía, de forma que la armonía es la causa y el fundamento del Cosmos. Para Jaeger, la idea fundamental del pitagorismo radica en el descubrimiento del orden armonioso que existe en el universo. ii. Astrología22 Probablemente se remonta a Pitágoras la idea de un Cosmos constituido por esferas que giran alrededor de la tierra. Todo el universo está regido por una regularidad matemática, de donde resulta una armonía celestial que no percibimos por estar acostumbrados a ella desde que nacemos.

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Cfr. FRAILE, p. 160

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iii. Antropología23 El hombre consta de dos partes distintas: el cuerpo —compuesto de elementos materiales— y el alma —de procedencia celeste—. Las almas son partículas desprendidas del pneuma infinito que andan vagando por la atmósfera hasta que se encarnan en los cuerpos, en los cuales entran por la respiración. El alma es un principio motor. Se creía —al igual que en el orfismo— en la transmigración de las almas: éstas, de procedencia celeste, si vivían bien y alcanzaban su purificación, se reintegrarían después de la muerte a su estado primitivo, pero si vivían mal, se reencarnarían indefinidamente en cuerpos animados o en plantas hasta conseguir su purificación. Pitágoras recordaba haber vivido en distintos personajes, y una vez se quedó escuchando ladrar a un perro por haber creído escuchar la voz de un amigo. 5. Heráclito (Monismo dinámico) [540-475 a.C.] Nació en Éfeso en el seno de una familia muy noble. Despreciaba a la plebe y nunca quiso intervenir en Política. No tuvo maestro. Escribió un libro en dialecto jónico de forma tan concisa que le valió el calificativo de "oscuro". Para significar que nadie o muy pocos eran capaces de entenderlo, lo depositó en el templo de Artemis, a pesar de lo cual, numerosos fragmentos se conservan, con lo que se sabe que fue leído y estimado. Aburrido de los hombres, se retiró al templo de Artemis y luego a los montes, donde murió lastimosamente. Se trata del pensador más eminente de los presocráticos. Formuló vigorosamente el problema de la unidad permanente del ser frente a la pluralidad de las cosas particulares, y trató de resolverlo apelando a la existencia de una ley universal fija que rige todos los acontecimientos.24 Sobre su doctrina: i. Ontología25 Heráclito se enfrenta con el problema del ser y con la antítesis entre la unidad del ser y la pluralidad de las cosas particulares. En esa línea, plantea la unidad de la Naturaleza y del principio primordial; es decir, todas las cosas son uno. "Del uno salen todas las cosas, y de todas las cosas sale el uno"; de allí que es monista. Sin embargo, esta unidad está en constante movimiento, y así se explica la pluralidad de las cosas (monismo dinámico). En esa línea, nada permanece fijo ni estable, sino que todo fluye y está en permanente transformación. Siendo esto así, las cosas se encuentran en un continuo y hacerse y 23

Cfr. FRAILE, p. 161 Cfr. FRAILE, p. 169-170 25 Cfr. FRAILE, p. 171 24

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deshacerse, con sujeción a ciclos de evolución regidos por la ley cósmica del Logos. El principio primordial o realidad única es el fuego; el cual, siendo uno, se mantiene en constante movimiento. ii. Física26 El fuego es el principio de primordial y único de todas las cosas. Se mueve y permanece, lo cual favorece la concepción de un ciclo de cambios. Todo sale del fuego, todo se compone de fuego, y todo se descompone en fuego. Todo es resultado del proceso de transformación incesante del fuego:  Las dos vías.- Esta transformación universal se produce por dos vías: una descendente —por condensación o contracción (vía hacia abajo: fuego, aire, agua tierra)— y una ascendente —por dilatación o rarefacción (vía hacia arriba: tierra, agua, aire, fuego)—, describiendo una suerte de círculo. En la parte más baja de este proceso de transformación surgen los cuerpos más densos, mientras que en la más alta, los más sutiles.  Los contrarios.- De los distintos momentos en que se encuentran las cosas en su camino descendente o ascendente se originan los contrarios. Dos fuerzas cósmicas antagónicas rigen el origen y las destrucciones periódicas de las cosas: la Discordia o la Guerra, que es la fuerza disgregadora y que causa la pluralidad; y la Concordia o la Paz, que reduce las cosas a la unidad. Con estas fuerzas trata de explicar la pluralidad de las cosas, tratando de mantener la unidad permanente del principio único de la Naturaleza (sobre el cual operan estas fuerzas).  El Lógos.- Todo cambia excepto la Razón eterna —Lógos—, que rige y gobierna todas las cosas. La Razón eterna, a manera de una ley, impulsa y regula todas las mutaciones, permaneciendo ella misma inmutable e inalterable. Esta Razón eterna es distinta del fuego, puesto que éste es la materia primordial y permanente en perpetuo hacerse, mientras que aquélla permanece inalterable y más bien regula todas las transformaciones. Se trata de una ley necesaria, inherente al fuego, y no de una causa extrínseca y ordenadora (Dios).  La armonía universal.- La Razón que rige todas las transformaciones del Fuego es la causa de una armonía oculta universal. Al ser que los contrarios proceden de un mismo principio, éstos son también la misma cosa (hay armonía entre los contrarios). Estos contrarios se generan como consecuencia del movimiento ascendente y descendente de 26

Cfr. FRAILE, p. 171-175

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las cosas. Los hombres son incapaces de apreciar esta armonía porque no logran abarcar al ser en toda su amplitud.  Relativismo del bien y del mal.- Todo es bueno o malo según se considere. "El agua del mar es la más pura y la más impura. Para los peces es potable y saludable, para los hombres es perjudicial." "La enfermedad hace dulce la salud; el mal, el bien; el hambre, la hartura; el cansancio, el reposo." Este relativismo es congruente con su doctrina, la cual no sólo postula la armonía de los contrarios (que tienen una naturaleza común), sino que todo está en constante movimiento y, como tal, cambia.  Optimismo universal.- El bien y el mal, que son simples aspectos procedentes de la transformación incesante de las cosas se funden en la armonía total del Universo. Para los hombres, las cosas pueden estimarse justas o injustas, pero en sí todas las cosas son bellas, buenas y justas. iii. Astrología y meteorología27 De las cosas que se encuentran en estados en la vía ascendente y descendente se desprenden exhalaciones, algunas de las cuales son frías, pesadas y opacas, y otras calientes, transparentes y ligeras. Estas últimas ascienden hasta llegar a la bóveda semiesférica que envuelve el universo, la cual gira y tiene agujeros (a modo de baldes o cubetas) que se van llenando de estas exhalaciones, formándose así las estrellas. El sol se enciende y se apaga todos los días, y las fases de la luna responden a los giros de su propia cubeta. Propone la palingenesia universal. De acuerdo con ésta, todo procede del Fuego, que se enciende y se apaga de forma ordenada. Las conflagraciones y extinciones se suceden periódicamente, pues el Fuego es viviente, eterno e inextinguible. El Cosmos se encuentra en la vía descendente cuando el Fuego se empieza a extinguir; y la conflagración corresponde a la vía ascendente, la cual se da cuando el Fuego es reavivado por el rayo de Zeus. Los ciclos de mundos, idénticos al presente, y cuya duración es de un Gran Año (10,800 años), se suceden indefinidamente. Plantea el eterno retorno. iv. Antropología28 El hombre está compuesto de cuerpo y alma. Los cuerpos se forman en la vía descendente de las exhalaciones oscuras y opacas de la tierra. Las almas —vía ascendente— se forman de exhalaciones puras y transparentes del aire al secarse el agua. El 27 28

Cfr. FRAILE, p. 175-176 Cfr. FRAILE, p. 176

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alma se renueva constantemente por la respiración, y su perfección depende de su sequedad. Las almas secas son las mejores y las más sabias, siendo que los borrachos tienen el alma húmeda. El hombre es incapaz de conocer totalmente la naturaleza del alma, la cual parecería que, para Heráclito, es inmortal: "A los hombres les esperan después de la muerte cosas que no se imaginan ni sospechan". 6. Parménides (Monismo estático) [475 a.C.] Fue discípulo del pitagórico Aminias, siendo muy probable que haya pertenecido a esa escuela, pues los antiguos lo clasifican entre los pitagóricos.29 Platón le dedicó un libro. Fue orgulloso, lo opuesto a Heráclito. Con él aparece la lógica (que equipara a la metafísica). Es el padre del dogmatismo al afirmar que hay cosas inmutables. En términos generales30, Parménides plantea la oposición entre:  Naturaleza y cosas particulares, negando la coexistencia de ambas.  Ser y no-ser, señalando que hay que optar forzosamente por uno de ellos. En el plano gnoseológico (del conocimiento) distingue entre el conocimiento sensitivo, que es engañoso y sólo fuente de opinión, y el conocimiento racional, que es el único que proporciona la verdad. Los sentidos atestiguan la existencia de muchas cosas particulares y del movimiento, mas la razón revela la existencia del ser uno (monismo), indivisible, inmóvil (estático). Suprime la realidad de los seres particulares y del movimiento. i. El poema sobre la Naturaleza31 Algunas consideraciones sobre este punto:  El camino de la verdad. Consideraciones respecto del ser. El poema empieza presentando pomposamente a Parménides sentado sobre un carro arrastrado por caballos alados guiados por las Hijas del Sol, las cuales abandonan las moradas de la noche. Al llegar a una bifurcación (Y) en que se separan los caminos de la noche y del día, cuyas puertas guarda la Justicia vengadora, ésta abre las puertas por las cuales penetra el carro por el camino que conduce a la morada de la diosa que guarda la Verdad, donde el invitado es acogido. La diosa enumera tres caminos: el de la razón al cual sigue la verdad, que consiste en que el ser existe y es imposible que no exista; el del error, que

29

Cfr. FRAILE, p. 181 Cfr. FRAILE, p. 181-182 31 Cfr. FRAILE, p. 182-186 30

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consiste en que el ser no existe; y el de la opinión, en el que el ser existe y no existe a la vez.  El Ser.- Parménides se guía de la razón abandonando el testimonio de los sentidos y adopta una posición "realista": El ser existe. Ante el Ser hay tres actitudes: - El no-ser existe.- Para los pitagóricos, el no-ser éste existe, pues para explicar el movimiento y pluralidad de los seres señalaron que el Cosmos esférico había sido penetrado por el no-ser por medio de su respiración, disgregándolo en muchos seres. Parménides señala que el no-ser no existe, y por lo tanto, no puede disgregar internamente al ser, siendo éste uno, indivisible e inmóvil. - El ser existe y no existe a la vez.- Heráclito afirmaba la unidad del ser pero en constante movimiento, originándose la pluralidad de las cosas y el encuentro de los contrarios en las diversas fases de transformación del Fuego. Para Parménides es absurdo que el ser exista y no exista a la vez, lo cual tendría que ocurrir si hubiera movimiento. En consecuencia, el ser es inmóvil. - El ser existe y es imposible que no exista.- Este ser es único, indivisible e inmóvil. Los seres particulares son sólo ilusiones y opiniones de los sentidos. Tampoco hay movimiento, pues al no haber vacío, no hay distancia entre los seres donde aquél podría producirse. La realidad, tal como la percibe la razón es un ser único, compacto, finito, limitado e inmóvil. - Cualidades del Ser.- El ser es:  Uno.-. Es juntamente todo, sin división; uno y continuo.  Eterno.- El ser tiene que haber salido del Ser o de la nada. De la nada no puede salir, y de sí mismo tampoco. Luego, es eterno.  Imperecedero.- No hay nacimiento, tampoco muerte. No hay cambio.  Entero e inmóvil.- No pueden darse mutaciones cuantitativas ni cualitativas, ni tampoco movimiento local. Para que haya movimiento tiene que haber espacio vacío. Este espacio vacío sólo puede ser: No-ser, pero no existe; y Ser, en cuyo caso el Ser se movería en sí mismo y no habría movimiento. Tampoco puede haber paso del ser al no-ser o viceversa. En consecuencia, no hay movimiento.  Continuo, homogéneo e indivisible.- El Ser sólo podría ser dividido por el No-ser, y éste no existe. El Ser es igual en todas sus partes.  Lleno, compacto, finito, limitado y esférico.- Tiene un límite extremo en el cual lo mantienen las ligaduras de la necesidad.

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 Ser y pensar es lo mismo.- Esto debe entenderse en cuanto que puede pensarse lo que existe (el ser), mientras que lo que no existe (el no-ser) no se puede pensar.  El mundo de la opinión. Física. La materia está compuesta de dos principios: fuego celeste (de llama tenue, suave, siempre igual a sí mismo) y tierra (noche oscura, cuerpo denso, pesado). El Universo está constituido por una serie de esferas concéntricas alternativamente frías y oscuras, calientes y luminosas; en cuyo centro se encuentra la tierra. Dentro de ésta, arde una masa de fuego (Hestia) donde reside la divinidad que lo gobierna todo. Todo lo viviente (incluso el alma) procede de la mezcla del fuego y la tierra (calor y frío). El fuego es la causa de la vida y la inteligencia, la cual reside en el pecho, alrededor del corazón. ii. El "realismo" de Parménides32 Si bien antes de Parménides ya se hablaba de la contraposición entre naturaleza y cosas, lo novedoso de Parménides es que ésta se considera una contraposición excluyente: la elección de una implica necesariamente la negación de la otra. Parménides niega toda pluralidad, toda diversidad cualitativa y cuantitativa y todo movimiento. Su elaboración del concepto de ser puede reducirse a los tres momentos clásicos de todos los procesos idealistas:  Prescinde de todas las modalidades particulares de los seres múltiples percibidos por los sentidos, fijándose sólo en la propiedad común de ser (abstraccionismo).  Prescinde de los sentidos y se recluye en su inteligencia (subjetivismo).  Atribuye existencia y realidad ontológicas a su concepto abstracto de ser, proyectándolo idealmente, fuera de sí mismo e identificándolo con el mundo real (idealismo). De esta forma, por abstracción, elabora un concepto de ser uno y estático, con el cual identifica el mundo, que se entiende como un bloque esférico y compacto de materia inerte. Se trata de un realismo (el ser existe) que se apoya en la sola razón y desprecia los sentidos. En efecto, ese ser que existe sólo se conoce por la razón, pues los sentidos sólo captan cualidades que no le pertenecen, como el cambio, movimiento, etc. Así, para Parménides, el mundo real es aquel que él percibe —¿construye?— por medio de la razón, y no el que percibe por los sentidos. Para él, el mundo real es su mundo ideal. Fraile explica y a la vez critica esta postura señalando: “(…) Parménides, al pretender pensar el ser con la sola razón, prescindiendo de los sentidos, y llegar con ello a la «verdad», incurre en un idealismo. Con 32

Cfr. FRAILE, p. 186-189

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ello abre un amplio camino a lo que podríamos calificar «realismo idealista», en que Parménides tendrá no pocos imitadores; es decir, un realismo en la intención, pero un idealismo o un logicismo de hecho. El ser único, estático, inmóvil e indiferenciado de Parménides no es un ser ontológico, sino un ser lógico, artificial, un ente de razón que carece de toda realidad fuera de la mente.”33 También se puede criticar esta postura señalando que todo lo que la razón conoce lo hace a través de los sentidos, pues fueron éstos los que aportaron las experiencias que luego serían sintetizadas en la idea de ser. De ahí que es necesario darle crédito a los sentidos, pues sin éstos, la razón queda como encerrada en un cuarto oscuro sin posibilidades de salir de él. iii. Influencia Sobre este punto, Fraile precisa: “Parménides cierra el primer período de la especulación presocrática, poniendo de manifiesto la insuficiencia de un solo principio para explicar la pluralidad, la diversidad y el movimiento de los seres. En adelante, todos los filósofos posteriores recurrirán a varios elementos. Sus rotundas afirmaciones sirvieron para excitar el interés del ingenio griego en torno al gran problema del ser, de la conciliación de la pluralidad (…) y para reflexionar sobre el problema psicológico del valor del conocimiento sensitivo e intelectivo. Parménides realizó un esfuerzo para pensar el ser en sí mismo, prescindiendo (…) de lo accidental, que impresiona los sentidos. Era una audacia filosófica prematura, pero que sirvió para elevar de un golpe el nivel de la filosofía griega, planteando un agudo problema en torno al cual girará la especulación helénica durante varios siglos.”34 7. Empédocles (Eclecticismo) [450 a.C.] Destacó en medicina. Su padre fue médico; su madre, sacerdotisa. Habría escrito 10 libros. Estudió la circulación. Fue el primero en usar bichos y cortes para bajar la presión. Estableció temperamentos en función de la circulación. Dividió el corazón en 4 ventrículos. Afirmó que el hombre piensa con el corazón. Según Alberto Magno, habría sido el primero en descubrir el sexo de las plantas. Estudió con detenimiento las fases de la luna, diciendo 33 34

FRAILE, p. 187 FRAILE, p. 189

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que la luz de ésta viene del sol. Fue el primero en decir que los cuerpos celestes eran esféricos (antes se creía que eran planos). Se suicidó lanzándose al volcán Etna diciendo que resucitaría, pero no fue así. En cuanto a su actitud filosófica, podemos decir que se trata de una tentativa ecléctica de fundir en una síntesis las distintas tendencias existentes en su tiempo. En palabras de Fraile: “En su sistema entran nociones jónicas, pitagóricas, eleáticas y de Heráclito, además de aspiraciones místicas y morales semejantes a las de los órficos. En sus cuatro «raíces de las cosas» integra el agua de Tales, el aire de Anaxímedes, la tierra de Jenófanes y el fuego de Heráclito, sustituyendo por los cuatro elementos la aspiración jónica de hallar un solo principio de las cosas. Combina además al ser inmóvil de Parménides con el ser de Heráclito en perpetua transformación, tratando de salvar a la vez la unidad permanente del ser y la pluralidad de las cosas particulares, como también el movimiento. No obstante, su eclecticismo no es conciliador, sino polémico.”35 Se le atribuyen dos poemas: Sobre la Naturaleza, en el que trata el problema cosmológico de manera semejante a los demás presocráticos, y las Purificaciones, de tenor más místico, en el que se presenta como un taumaturgo o un dios. i. Gnoseología Señala que el conocimiento y la verdad se adquieren a través de los sentidos y de la razón de manera conjunta. ii. Física Algunas consideraciones al respecto:  Las cuatro "raíces".- Concibe el ser como eterno e indestructible, el cual está integrado por cuatro "raíces" o elementos distintos, de los cuales están compuestas todas las cosas tanto terrestres cuanto celestes: fuego, aire, agua y tierra.  El amor y el odio.- Concibe la realidad atravesando cíclicamente dos fases en que se van sucediendo alternativamente la unidad y la disgregación. Los cuatro elementos se unen o se disgregan en un ciclo dominado por la necesidad, en función de dos fuerzas cósmicas

35

FRAILE, p. 198-199

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eternas y antagónicas: el amor y el odio. De la mezcla y la separación proceden todas las cosas. En términos aristotélicos, amor y odio serían causas eficientes.  Fases del desarrollo cíclico.- El desarrollo cíclico dura 30,000 años (tres veces 10,000), sucediéndose alternativamente el predominio entre el amor y el odio: – Predominio del amor (Unidad).- Durante este período, los 4 elementos se mantienen unidos y mezclados dentro del Ser. Este Ser es uno, eterno, imperecedero, finito, limitado, inmóvil, homogéneo, sin distinción de partes ni vacío interior, redondo y compacto, a modo del ideado por Parménides. – Principio de la disgregación.- Empieza la lucha del odio con el amor, de la cual resulta la pluralidad de cosas. Sin embargo, no se llega a una disgregación completa porque el amor continúa actuando. Así, primero se desprende una pequeña parte de la que se forma el cosmos. Dentro del Cosmos primero se separa el éter, y luego el aire y el fuego, los cuales forman el cielo y los astros. Después se desprenden la tierra y el agua, y fueron hacia abajo formando la Tierra, la cual está en el centro del Cosmos. – Triunfo de la discordia.- En este período, se produce la separación completa de los elementos. – Triunfo del amor.- Antes del triunfo del odio (disgregación total), Afrodita realiza nuevas uniones parciales de las cuales surgen todos los seres. Así, al encontrarse nuevamente los cuatro elementos, dan origen a la sangre y a la carne. Todo resulta de la unión o separación de los cuatro elementos en función del juego de fuerzas entre el odio y el amor. No hay nacimiento ni muerte, sino sólo mezcla o separación de los elementos. iii. Antropología Fraile señala al respecto: “El hombre se compone de una mezcla proporcionada de los cuatro elementos. Las pates sólidas de tierra; las líquidas, de agua; el alma de fuego y de aire. «Nace cuando se mezclan los elementos y muere cuando se separan, aunque los términos «nacimiento» y «muerte» son impropios». La salud depende de la armonía (κρᾶσις) de los cuatro elementos en la sangre, (…)”36 36

FRAILE, p. 204

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La percepción de la realidad se basa en el principio de que lo semejante conoce lo semejante. Podemos percibir las cosas porque estamos compuestos de los 4 elementos. iv. Concepto de Dios en la Física Lo "divino" y la "naturaleza" son una misma cosa, identificándose con la plenitud de la materia cósmica. Se trata del Esfero redondo y eterno: la divinidad no tiene forma humana. 8. Anaxágoras (Eclecticismo: Pluralismo heterogéneo) [460 a.C.] Fue el primer filósofo que abrió una escuela en Atenas, muy frecuentada por la aristocracia. Acusado de negar la divinidad del sol y la luna, fue encarcelado y tuvo que pagar una multa, hecho que lo hizo refugiarse en Lámpsaco. En este lugar fue muy estimado, al punto de que los lampsacenos acuñaron monedas con su efigie y pusieron un elogioso epitafio sobre su tumba. Éste señalaba que nadie había llegado más al límite de la verdad acerca del mundo celeste. Levantaron dos altares en su honor: a la Verdad y a la Mente.37 Fue cosmopolita e individualista, desarraigado de la metrópoli e indiferente a la patria. Se afirma que decía señalando al cielo: "Calla, que a mí bien me preocupa la patria". Se interesaba por la ciencia sin preocupaciones morales ni religiosas, teniendo gran reputación como físico, matemático y astrónomo. Señalaba haber nacido "para contemplar el cielo y el cosmos", y al ser informado de la muerte de un hijo señaló: "Ya sabía que lo había engendrado mortal". Señalaba como fin de la vida la contemplación, con la cual se consigue la libertad.38 En lo relativo a la física, Anaxágoras enfrenta al problema de la unidad y la pluralidad de las cosas, resolviéndolo con un doble principio. El primer principio es pasivo e inerte —masa caótica en la cual están mezclados los elementos de todas las cosas—; y el segundo es activo, motor, inteligente, causa del movimiento.39 Estos dos principios son las homeomerías y la Mente:  Las homeomerías40.- Anaxágoras se preguntaba cómo podría ser que la carne que comemos pueda transformarse en piel, cabello, uñas, etc.; y respondió señalando que "todo está en todo". Esto es posible porque la materia puede dividirse hasta el infinito, y cada cosa está constituida por partículas infinitas por su multitud y pequeñez, que 37

Cfr. FRAILE, p. 209 Cfr. FRAILE, p. 209-210 39 Cfr. FRAILE, p. 210 40 Cfr. FRAILE, p. 210-211 38

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reciben el nombre de semillas u homeomerías. Se trata de partículas cualitativamente diferentes, habiendo homeomerías de todo cuanto existe. Los elementos son tantos como clases de homeomerías hay. Las cosas se forman por agrupación de homeomerías, y se destruyen por su disgregación; distinguiéndose las cosas por el predominio de homeomerías de algún elemento. Por ejemplo, una roca es una agrupación de homeomerías que predominantemente son del elemento roca.  Formación del Cosmos. La Mente41.- En el principio, existían todos los elementos juntos, mezclados, indistintos, compactos, sin vacío, en la unidad del Todo inmóvil. La Mente (Logos, Nous) comunicó a esa masa un impulso de movimiento mecánico, generándose primero un torbellino y luego muchos otros en los que el todo fue separándose. Con el movimiento rotatorio, los elementos se fueron separando según su densidad: las partes pesadas se agruparon en el centro, formándose la Tierra, cilíndrica e inmóvil; y las partes más livianas permanecieron circundándola, formándose los astros. La Mente es infinita, libre, potentísima, purísima y no mezclada, aunque no se trata de un dios trascendente, sino una fuerza cósmica que, para Fraile, tendría un sentido material. No se trata de una fuerza creadora —pues la materia ya existía— ni ordenadora, sino motora: la Mente sólo dio el impulso inicial, y nunca más intervino. Aristóteles criticó a Anaxágoras el no haber usado la Mente para algo más. Cabe aclarar que, para Anaxágoras, la materia es inerte. 9. Demócrito (Eclecticismo: Pluralismo homogéneo. Atomismo) [420 a.C.] Demócrito fue contemporáneo de Platón, sin embargo, se lo ubica dentro de los autores presocráticos. Esto ya que es imposible separar la doctrina de Demócrito de su maestro Leucipo, que sí era presocrático. Demócrito nació en Abdera, y fue famoso por su longevidad, pues rebasó los cien años. Su sonrisa continua fue distintiva en la antigüedad. Fue escritor elegante y fecundo. Diógenes Laercio menciona que habría escrito noventa obras. Sería el primer mecanicista. Como todos los atomistas, trata el problema del ser de una manera novedosa.42 i. Doctrina atomista Los atomistas comparten tres afirmaciones:  Todo es materia (materialismo) 41 42

Cfr. FRAILE, p. 211-214 Cfr. FRAILE, p. 216

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 Confunden pensamiento con sentir; pensar es sentir y viceversa (empirismo). Siento, entonces entiendo.  El hombre es un átomo en pequeño. ii. Física43 En el principio existían: el Ser material lleno, formado por una masa compacta e indistinta; el Gran Vacío o el no-Ser (que como tal existe); y el Movimiento eterno. El vacío, impulsado por el movimiento, penetró en el Ser disgregándolo en infinitos corpúsculos indivisibles —atomoi—, que además son duros, pequeños, sólidos, llenos, compactos, homogéneos, cualitativamente idénticos, impasibles, inalterables e indestructibles. Los átomos tienen extensión, volumen y peso, y si bien todos tienen la misma masa, algunos de los cuerpos que conforman son más ligeros por estar mezclados de vacío. El vacío, mezclado en mayor o menor proporción con los átomos, es la causa de las diversas cualidades. Así, para Demócrito, los principios que permiten explicar el mundo físico son tres: los átomos, el vacío y el movimiento. El movimiento de los átomos es rectilíneo, pero al moverse en el vacío, chocan entre sí, deformándose y formando torbellinos que hacen que se mezclen entre sí en combinaciones infinitas y transitorias. Estas combinaciones dan origen a infinitos mundos y a infinitas clases de cuerpos en cada uno. Todos los cuerpos —incluso los dioses y el alma— están compuestos de átomos. Todos los cuerpos se construyen por la agregación de átomos, y se destruyen por su disgregación. Todos los cuerpos están compuestos de los mismos elementos, pero se distinguen atendiendo a tres variables. Éstas son: forma —al chocar, los átomos se deformarían—, orden —habría una suerte de orden preestablecido en los átomos, tal vez dependiendo de su forma—, y posición —ubicación de cada uno en el cuerpo—. Se puede graficar lo expuesto de la siguiente manera: Forma: A-Z Orden: AZ, ZA Posición: 

No existe inteligencia alguna que ordene el movimiento de los átomos. Éstos se mueven y se juntan por azar. Parecería también que Demócrito defendería la existencia de una ley necesaria que, sin embargo, excluiría la existencia de causas extrínsecas —dioses o inteligencias que rijan o dirijan el movimiento.

43

Cfr. FRAILE, p. 217-219

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Los átomos más pesados dan origen a la tierra, y los más ligeros fueron expulsados hacia el exterior. La tierra es el centro del universo. iii. Psicología44 En palabras de Fraile: “El alma es material. Está compuesta de átomos materiales, esféricos, ígneos (...), muy sutiles y móviles en todos los sentidos. Es el principio de la vida y del movimiento en los animales y en los hombres. Se alimenta por la respiración de los átomos de fuego esparcidos en el aire. La muerte sobreviene cuando la cantidad de átomos inspirados es inferior a la de los expelidos. Entonces el alma se disgrega y desaparece.”45 Los vivientes provienen de la generación espontánea de la mezcla del agua y la tierra (fango). La sensación y el conocimiento intelectivo son puramente mecánicos, y se originan por el calor y el movimiento. Los átomos del alma aislados son insensibles, pero adquieren sensibilidad al agruparse. Se hallan distribuidos por todo el cuerpo como una especie de red, concentrándose más en los órganos de los sentidos y del cerebro. En este último producen la inteligencia; en aquéllos, la sensibilidad; en el corazón, los afectos; y en el hígado, las pasiones. En esa línea: “(…) entre sensación e inteligencia no existe diferencia específica, sólo de grado. Pero con la inteligencia podemos discernir lo verdadero (atomismo) de lo falso y de las opiniones corrientes del vulgo, basadas solamente en las percepciones de los sentidos.”46 Fraile concluye: “No es preciso observar que en esta psicología puramente materialista no caben la espiritualidad, la libertad ni menos la inmortalidad del alma.”47 10. Platón y Aristóteles De manera sintética, podemos señalar que Platón consideraba que sólo era posible hacer ciencia de aquello que era fijo, estable y cierto; y lo único que cumplía con tales condiciones era todo lo que se encontraba en el mundo de las ideas. Por ello, para Platón, aquello que se ocupara del estudio de lo material no podía ser ciencia, sino sólo opinión. 44

Cfr. FRAILE, p. 219-220 FRAILE, p. 219 46 FRAILE, p. 219-220 47 FRAILE, p. 220 45

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Para Aristóteles, el conocimiento científico es el conocimiento cierto por las causas. Se trata de un conocimiento demostrado (por ser causal), el cual parte de premisas necesariamente verdaderas. Puedo explicar el qué y el por qué. La realidad material existe, y es posible hacer ciencia acerca de ésta en tanto se parta de premisas verdaderas.

III. LA FILOSOFÍA DE LA NATURALEZA: SU OBJETO Y DIVISIÓN 1. Objeto material.- El objeto material es aquella porción de la realidad que una ciencia estudia. En palabras de Artigas y Sanguineti: “El objeto material de una ciencia es el tipo de entes que cae bajo su consideración; alguna otra ciencia puede también estudiarlos, pero bajo otro aspecto. Es una determinación primera y genérica sobre el objeto de estudio de la ciencia.”48 El objeto material de la filosofía de la naturaleza es el ente material o físico. Así lo precisan Artigas y Sanguineti al señalar que "El objeto material de la Filosofía de la Naturaleza es el conjunto de los cuerpos materiales, es decir, la totalidad de los seres que constituyen el universo físico (…)”49 2. Objeto formal.- El objeto formal de una ciencia es el aspecto del objeto material del que ésta se va a ocupar. Citando nuevamente a Artigas y Sanguineti: “El objeto formal o propio de una ciencia es el aspecto peculiar y determinado que se considera dentro de un tipo de entes. El objeto formal define específicamente a una ciencia y la distingue de otras (especialmente de las que coinciden en cuanto al objeto material).”50 El objeto formal de la filosofía de la naturaleza es el movimiento. En efecto, se ha dicho que la dilucidación del objeto formal de una ciencia se da dentro del marco de su objeto material. Ahora bien, tanto la filosofía de la naturaleza cuanto ciertas ciencias particulares —Ej. física— estudian el ente material o físico. De ahí que aquello que los debe diferenciar es la perspectiva desde la cual se aborda su objeto material; es decir, su objeto formal. ¿Qué es lo propio del estudio de las ciencias particulares y de la filosofía? Las primeras abordan su objeto atendiendo a las causas próximas, mientras que la filosofía 48

ARTIGAS, Mariano; y SANGUINETI, Juan José. Filosofía de la Naturaleza. Pamplona, EUNSA, 1984, p. 16. En adelante, se citará como "ARTIGAS y SANGUINETI". 49 ARTIGAS y SANGUINETI, p. 16 50 ARTIGAS y SANGUINETI, p. 17

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atiende a las causas primeras —en el ser—, que a la vez son las últimas en el conocer. Dicho de otro modo, las ciencias particulares describen cómo se mueve este cuerpo, mientras que la filosofía de la naturaleza trata de explicar por qué lo hace, atendiendo a los principios comunes de todos los entes materiales. Artigas y Sanguineti lo expresan con estas palabras: “Se concluye que el objeto formal de la Filosofía de la Naturaleza es el ser del ente corpóreo: no estudia el ente en sí mismo (objeto de la Metafísica), sino en su realización corpórea, pero no considera a los cuerpos en sus principios próximos y específicos (objeto de las ciencias particulares), sino en cuanto entes, en cuanto «modos de ser» fundamentales en el contexto de la realidad.”51 Yendo un paso más allá, Artigas y Sanguineti concluyen que el objeto formal de la filosofía de la naturaleza es el movimiento: “El ente físico tiene una característica fundamental, que se sigue del hecho de poseer materia: su movilidad o mutabilidad, esto es, la capacidad de sufrir alteraciones y transformaciones, (…)”52 3. Objeto de la filosofía de la naturaleza.- Se ha dicho que el objeto material de la filosofía de la naturaleza es el ente material, que —dado que todo ente compuesto de materia está sujeto al movimiento— puede denominarse también ente móvil. Ahora bien, teniendo en cuenta que el objeto formal de dicha ciencia es el movimiento o la movilidad de dicho ente, podemos señalar que el objeto de estudio de la filosofía de la naturaleza es el ente móvil en cuanto móvil. 4. Relación de la Filosofía de la Naturaleza con otras ramas de la filosofía a. Lógica.- En la medida que ordena el razonamiento, se trata de un instrumento de la filosofía de la naturaleza. b. Antropología.- Si bien los vivientes, en tanto seres materiales, se encuentran comprendidos dentro del estudio de la filosofía de la naturaleza, su estudio —en particular, el del hombre— es propio de la antropología. Sin embargo, la filosofía de la naturaleza precede a la antropología de manera lógica —pues los seres vivientes

51 52

ARTIGAS y SANGUINETI, p. 17 ARTIGAS y SANGUINETI, p. 18

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materiales son también seres materiales— y gnoseológica —pues el hombre conoce primero lo exterior para luego explorar la interioridad.53 c. Metafísica.- Si bien la metafísica es la primera en el orden de fundamentación, en el orden gnoseológico —orden del conocer— es precedida por la filosofía de la naturaleza. Esto ya que a medida que se profundiza en el estudio de los entes materiales, se abre el camino al estudio de lo real que trasciende el ámbito de la materia.54

IV. DIVERSIFICACIÓN ESPECÍFICA ENTRE FILOSOFÍA DE LA NATURALEZA Y CIENCIAS DE LA NATURALEZA

Sobre la relación armónica entre filosofía de la naturaleza y ciencias de la naturaleza, Artigas y Sanguineti señalan que: “(…) es necesario admitir que se trata de dos enfoques diversos, reconociendo la legitimidad de ambos y su carácter complementario: los dos proporcionan conocimientos verdaderos acerca de la realidad que, lejos de oponerse, se complementan, e incluso —en grados diversos, según los casos— se necesitan mutuamente.”55 Podemos graficar la relación entre ambas atendiendo al siguiente cuadro:56

53

Cfr. ARTIGAS y SANGUINETI, p. 19 Cfr. ARTIGAS y SANGUINETI, p. 18-19 55 ARTIGAS y SANGUINETI, p. 21 56 Cfr. ARTIGAS y SANGUINETI, p. 21 54

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FILOSOFÍA DE LA NATURALEZA

CIENCIAS DE LA NATURALEZA

Objeto material

Ente material o físico

Ente material o físico

Objeto formal

Las causas primeras (en el ser) o últimas (en el conocer) del ente físico: el movimiento.

Causas próximas, es decir, saber detallado de las estructuras del mundo material (descripción de la realidad).

Proporciona conocimientos verdaderos





Qué aporta una a otra

Permite que las ciencias de la naturaleza realicen sus investigaciones partiendo de una concepción correcta de la realidad.

Proporciona a la filosofía de la naturaleza conocimientos detallados acerca de los entes materiales

V. QUIEBRE DE LA RELACIÓN ENTRE FILOSOFÍA DE LA NATURALEZA Y CIENCIAS DE LA NATURALEZA

1. Desde Aristóteles hasta la baja edad media Abrimos el presente apartado con una cita de Bolzán: “Más de quince siglos importa nuestro prudente paso desde Aristóteles — culminación y resumen de la filosofía antigua— hasta la decadencia de la filosofía medieval y el nacimiento de una nueva perspectiva en el encaramiento de la naturaleza.”57 Gracias a Aristóteles —redescubierto en gran medida gracias a los trabajos de Santo Tomás de Aquino y San Alberto Magno durante el siglo XIII—, se instaló la concepción de que era posible hacer ciencia desde el punto de vista filosófico teniendo como objeto de estudio el mundo material. Así, los filósofos eran considerados aptos para responder a las interrogantes suscitadas con ocasión del encuentro de la realidad. En efecto, éstos podían brindar respuestas consistentes acerca de qué es el movimiento, el tiempo, la materia, etc. 57

BOLZÁN, J.E. Qué es la filosofía de la naturaleza. Buenos Aires, Columba, 1967, p. 31. En adelante, se citará como "BOLZÁN".

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Ahora bien, durante la baja edad media, se empezó a producir un cambio de paradigma en la consideración científica de la realidad. Esto se debió no sólo a una decadencia en el nivel de especulación filosófica, sino también al desarrollo de un enfoque descriptivo de la lectura de la realidad. Ello se dio en gran medida gracias a que los comentaristas árabes de Aristóteles habían realizado grandes adelantos en materia de conocimientos científicos y prácticos, tales como la matemática, la astronomía, la medicina, etc.58 Bolzán señala al respecto: “Orientación que suponía el intento, siempre bajo la égida de Aristóteles, de aunar experiencia y razón frente a los fenómenos naturales pero ahora a través de explicaciones más inmediatas.”59 Sin embargo, esta ciencia incipiente predominantemente descriptiva y práctica carecía de un método propio que le permitiera independizarse de la filosofía. Si bien muchos filósofos trataron de sentar sus bases (Ej. Guillermo de Ockham), se “(…) deberá aguardar hasta Galilei (1564-1642) para verse establecida como tal.”60

Decadencia de la especulación Cambio de paradigma en la consideración científica de la realidad

Desarrollo del enfoque descriptivo y práctico. (Árabes: matemáticas, astronomía, medicina, etc.)

2. El método de Galileo Galilei Galileo Galilei aportó a esta ciencia incipiente el método experimental, dándole la sistematicidad que le permitiera consolidarse como una nueva ciencia. En esa línea, llegó a señalar que “La manera segura de lograr la verdad es anteponer la experiencia a cualquier discurso, no estando seguros de éste (…)”61 El lenguaje de esta nueva ciencia sería la matemática: “La filosofía está escrita en este enorme libro —el universo— continuamente abierto a nuestros ojos; pero que resulta incomprensible si no se entienden previamente la lengua y los caracteres en que está escrito. Su lenguaje es la 58

Cfr. BOLZÁN, p. 33 BOLZÁN, p. 33 60 BOLZÁN, p. 34 61 GALILEI, Galileo, citado por: BOLZÁN, p. 35 59

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matemática, y sus caracteres triángulos, círculos y demás figuras geométricas, (…)”62 Así, esta nueva ciencia —la física— “(…) significa una pregunta más inmediata y, consiguientemente, una respuesta por razones más particulares de los hechos naturales.”63 Ahora bien, se debe precisar que, en los inicios, no quedaba aún claro cuál sería su alcance epistemológico. Dicho en otras palabras, ¿debía ser un complemento de la filosofía de la naturaleza o debía reemplazarla y reclamar para sí todo estudio de la realidad? Aportes de Galileo Galilei Método:

Lenguaje:

Experimental

Matemáticas

3. Un nuevo paradigma En lo que Maritain denomina un error trágico64, la filosofía cedió su lugar frente a las ciencias naturales en lo referente al conocimiento de la realidad material. Predominó un nuevo modo de preguntar, de forma que se buscaba saber: “(…) no qué es lo que en última instancia hace ser a la cosa lo que es, sino más bien cómo es esa cosa inmediatamente y cómo distinguirla prácticamente de toda otra; (…)”65 En esa línea, no cabe en la física la pregunta por el ser de la cantidad, sino sólo por cómo resulta captable y manejable. Tampoco se cabe preguntarse qué es el movimiento, sino cómo son los movimientos y cómo medirlos. Asimismo, el tiempo pasa a ser una variable más en la relación matemática que expresa las condiciones de un movimiento. A su vez, la química optará por profundizar en la composición de las cosas dejando de lado la pregunta por la forma sustancial. En suma, lo que para Aristóteles y los medievales era un problema de esencias, es para los físicos un problema de medición.66 Y así, avanzando en el intento de aproximarse a la realidad de una manera meramente descriptiva, el descubrimiento del átomo llevado a cabo por John Dalton (1776-1844),

62

GALILEI, Galileo, citado por: BOLZÁN, p. 35 BOLZÁN, p. 36 64 Cfr. MARITAIN, Jaques. Filosofía de la Naturaleza. Buenos Aires, Club de lectores, 1980, p. 54-57 65 BOLZÁN, p. 37 66 BOLZÁN, p. 37-40 63

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permitió conocer lo que sería el componente más elemental de todo cuanto existe en la realidad. Nuevo paradigma

Enfoque

Descriptivo

Sustento

Método experimental

Lenguaje

Matemáticas (precisión)

4. Siglo XX: Crisis de la exactitud que pretendía brindar la física La física pretendía ser capaz de brindar una explicación descriptiva satisfactoria de todo cuanto existe en la realidad. Al tener como lenguaje las matemáticas, dicha explicación debía ser precisa, exacta, predictiva. Ahora bien, el siglo XX trajo consigo nuevos descubrimientos que dieron cuenta de la imposibilidad de alcanzar el propósito pretendido: a. Microcosmos: Principio de incertidumbre El átomo no era una partícula indivisible, sino que ésta a su vez tenía componentes internos. Lord Rutherford sostuvo que: “(…) el átomo debía concebirse como un minúsculo sistema planetario, donde un núcleo denso encerraba el total de cargas positivas, estando las negativas (electrones) distribuidas a su alrededor, moviéndose en ciertas órbitas y equilibrando la fuerza centrífuga que así surgía, la original atracción entre núcleo y electrones.”67 Lord Rutherford planteaba un modelo atómico exacto y predictible. Sin embargo, los descubrimientos de Werner Karl Heisenberg (1901-1976) llevaron a este último a postular el principio de incertidumbre, “(…) según el cual resulta esencialmente imposible determinar exactamente al mimo tiempo posición y velocidad de un electrón.”68

67 68

BOLZÁN, p. 44 BOLZÁN, p. 45

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En esa línea, la precisión y exactitud pretendidas en materia subatómica fueron desplazadas en atención a la probabilidad. b. Macrocosmos: Teoría de la Relatividad Hasta antes de Albert Einstein, la física clásica se amparaba en las leyes mecánicas de Isaac Newton69, las cuales, al sustentarse en cálculos matemáticos, permitían obtener resultados con bastante precisión. Asimismo, con la finalidad de poder medir el movimiento de los astros —todos ellos en continuo movimiento—, se postuló la existencia de algo llamado éter, que sería una sustancia misteriosa que siempre permanecería inmóvil, y que podría servir como punto de referencia privilegiado para cualquier medición. Sin embargo, no sólo las leyes del movimiento de Newton resultaron insuficientes para realizar cálculos con velocidades que se aproximaban a la de la luz, sino que, con el planteo de la Teoría de la Relatividad —primero especial, y luego general—, se descartó la existencia de cualquier sistema de referencia privilegiado. En efecto, todo movimiento era relativo según el punto de referencia desde el cual se midiera, siendo que lo único absoluto era la velocidad de la luz. Asimismo, el espacio-tiempo podía ser curvado por la gravedad. En conclusión, para la física, el espacio, el tiempo, y el movimiento dejaron de ser considerados absolutos, pasando a ser relativos. Con este planteo que resulta difícil pensar en un modelo exacto y preciso del macrocosmos.

Microcosmos

Modelo atómico planetario: mecánico, prececible. (Lord Rutheford)

Macrocosmos

(Isaac Newton) •Leyes mecánicas del movimiento. •Punto de vista privilegiado: Éter

Teoría de la relatividad Principio de Incertidumbre: No es posible conocer simultáneamente posición y velocidad de elctrón. (Werner Karl Heisenberg)

(Albert Einstein) •Leyes mecánicas no son aplicables con velocidades cercanas a la luz. •No existen puntos de vista privilegiados.

69

Tres leyes del movimiento de Newton: Primera ley: Si la suma vectorial de las fuerzas que actúan sobre un cuerpo es igual a cero, este cuerpo permanecerá en reposo o seguirá moviéndose a velocidad constante. Segunda ley: Una fuerza neta ejercida sobre un objeto lo acelerará. La aceleración será proporcional a la magnitud de la fuerza total y tendrá la misma dirección y sentido que ésta. Tercera ley: Cuando un objeto ejerce una fuerza sobre otro, este otro objeto ejerce una fuerza de la misma magnitud sobre el primero.

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BIBLIOGRAFÍA  ARTIGAS, Mariano; y SANGUINETI, Juan José. Filosofía de la Naturaleza. Pamplona, EUNSA, 1984  BOLZÁN, J.E. Qué es la filosofía de la naturaleza. Buenos Aires, Columba, 1967  FRAILE, Guillermo. Historia de la Filosofía. I. Grecia y Roma. 7ª Edición. Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1997  MARITAIN, Jaques. Filosofía de la Naturaleza. Buenos Aires, Club de lectores, 1980

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“El movimiento es la actualidad de lo potencial en cuanto a tal”70 Es el acto del ente potencia en cuanto está en potencia. I. ELEMENTOS DEL MOVIMIENTO Si bien consideramos que al aproximarnos a un tema nuevo lo primero que corresponde es presentar una definición, hemos optado por exponer los elementos que componen todo movimiento debido a que éstos nos serán de suma utilidad al explicar la definición del mismo. Así, situándonos en un plano descriptivo, observamos que todo movimiento tiene los siguientes elementos: 1. Término inicial o a quo.- Es el punto de partida del movimiento. 2. Término final o ad quem.- Es el punto de llegada del movimiento. 3. Ente móvil o movible.- Es el sujeto que permanece antes, durante y después del movimiento. Se trata de un sujeto que alberga en sí una potencia que se actualiza con el movimiento. 4. Ente motor o moviente.- Es la causa eficiente del movimiento. Es aquel que actúa sobre el ente móvil proporcionándole aquello de lo que carece a fin de actualizar la potencia que se ejecutará en el movimiento. Es preciso señalar además que el movimiento presenta algunos concomitantes, es decir, algunas realidades que acompañan al movimiento, sin llegar a ser elementos suyos. Estos son: el espacio, el tiempo y el infinito.

II. DEFINICIÓN DEL MOVIMIENTO En palabras de Aristóteles, “(…) el movimiento es la actualidad de lo potencial en cuanto a tal (…)”71, es decir, es el acto del ente en potencia en cuanto está en potencia. Al respecto, es preciso hacer algunas consideraciones: 1. Acto y potencia Santo Tomás señala que hay cosas que, aunque no existan, pueden existir; así como hay cosas que ya existen72. En esa línea, lo que existe en potencia es “(…) quod potest esse 70

ARISTÓTELES. Física, III, 1, 201a, 10. En adelante, se citará como "Física". Física, III, 1, 201a, 10 72 Cfr. TOMÁS DE AQUINO. De principiis naturae, 1. En adelante, se citará como "De principiis naturae". 71

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(…)”73, es decir, lo que puede ser (pero aún no es); y lo que existe en acto es “(…) quod iam est (…)”74, es decir, lo que ya es. 2. Término inicial y término final Nada puede existir sólo en potencia, pues lo que está en potencia aún no es, por lo que es acertado afirmar que todo cuanto existe, existe en acto. Sin embargo, lo dicho no excluye la posibilidad de que aquello que existe en acto, albergue en sí la potencia de un acto ulterior. En la línea de lo expuesto, el término inicial del movimiento es un ente material que existe en acto que a su vez alberga una potencia que será desplegada con el movimiento. Es correcto afirmar que dicho ente está en potencia de efectuar un movimiento. Lo relevante para el movimiento es la potencia que aún no ha sido desplegada. El término final del movimiento es el mismo ente material del término inicial, en el que la potencia que fue materia de movimiento ahora se encuentra en acto. Se debe precisar que tanto en el término inicial cuanto en el término final, el ente material se encuentra en reposo. En caso el movimiento haya llegado al término final — reposo— sin que la potencia materia del mismo haya sido plenamente actualizada (Ej. quien se dirigía a su casa tropezó y cayó en medio del camino), dado que al menos algo de la potencia ha sido desplegado, ya operó una actualización y dicho movimiento culminó. Si lo que resta de la potencia aún puede actualizarse (Ej. el sujeto se levanta y reanuda su camino hasta llegar a su casa), ello será materia de un nuevo movimiento. 3. Acto imperfecto El movimiento es un estado de tránsito, de actividad, que no se identifica con el término inicial ni con el término final, sino con lo que se encuentra entre ambos extremos. En tanto estado de tránsito, no hay reposo mientras dura el movimiento. De acuerdo con la definición presentada, el movimiento es el acto de un ente en potencia y, por lo tanto, el movimiento es un acto. Ahora bien, se trata del acto de un ente en potencia en cuanto está en potencia, es decir, se trata de un acto que aún no ha sido perfeccionado del todo, de allí que afirmamos que se trata de un acto imperfecto. Así, se puede decir que el movimiento es el acto imperfecto de lo imperfecto, pues todo ente móvil, en cuanto puede perfeccionarse, es aún imperfecto. Decimos que el movimiento es un acto que no ha sido perfeccionado del todo, pues si bien es un acto respecto del término inicial —ya que se trata del despliegue de la potencia que se encontraba en dicho término— dicho acto a su vez se encuentra en potencia respecto 73 74

De principiis naturae, 1 De principiis naturae, 1

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del término final. Esto ya que sigue albergando algo de lo potencial que existía en el término inicial y que aún no ha sido actualizado. A modo de conclusión sobre este punto, Aristóteles afirma que: “Y si se piensa que el movimiento es un cierto acto, aunque incompleto; la razón está en el hecho de que lo potencial, cuya actualidad es precisamente el movimiento, es incompleto. De ahí que sea difícil captar qué es el movimiento, porque hay que ponerlo o en la privación o en la potencialidad o en la pura actualidad, pero ninguna de estas soluciones nos parece admisible. Nos queda entonces el modo que hemos indicado, a saber, que el movimiento es una cierta actualidad, una actualidad tal como hemos dicho, difícil de captar, pero admisible.”75

Término inicial

Término final

[reposo]

[reposo]

Movimiento: Estado de tránsito. Acto imperfecto •Acto respecto del término inicial •Potencia respecto del término final

III. DEFINICIONES ARISTOTÉLICAS QUE COMPLEMENTAN LA DEFINICIÓN DE MOVIMIENTO Es necesario aclarar que las definiciones que se presentan a continuación son complementarias a la definición inicialmente expuesta. De ahí que la primera definición presentada y las que exponemos a continuación se iluminan recíprocamente. Advertimos que hay quien podría calificar estas definiciones de circulares, pues contienen en la definición el término definido. Ello, empero, no es obstáculo para que las consideremos, ya que pueden ayudarnos a llegar a una comprensión más cabal del movimiento.

75

Física, III, 2, 201b, 30-202a, 1

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1. Desde el punto de vista del ente móvil (o movible) Desde el punto de vista del ente móvil, “(…) el movimiento es la actualidad de lo movible en cuanto que movible (…)”76; es decir, es el acto del ente móvil en cuanto móvil. A fin de explicar lo expuesto, hacemos referencia al propio Aristóteles: “El movimiento es, pues, la actualidad de lo potencial, cuando al estar actualizándose opera no en cuanto a lo que es en sí mismo, sino en tanto que es movible. Entiendo el «en tanto que» así: el bronce es estatua en potencia, pero el movimiento no es la actualidad del bronce en tanto que bronce, pues no es lo mismo ser bronce que ser algo en potencia; si fueran lo mismo en sentido absoluto y según el concepto, el movimiento sería entonces la actualidad del bronce en tanto que bronce; pero, como se ha dicho, no son lo mismo.”77 En la línea de lo expuesto, todo ente móvil —que en tanto existe está en acto— alberga en sí una serie de potencialidades que le permiten ser susceptible de movimiento. De ello se sigue que el ente móvil es tal con miras a las potencialidades que alberga su ser (Ej. el bronce es dúctil), es decir, teniendo en cuenta lo que de él está en potencia (Ej. el bronce puede ser modelado con la forma de una estatua), y no atendiendo a lo que de él se encuentra en acto (Ej. el bronce ya es bronce). 2. Desde la relación entre motor (o moviente) y móvil (o movible) El ente móvil que existe en potencia es incapaz de proporcionar a sí mismo aquello que necesita para existir en acto, por lo que requiere la intervención de otro ente móvil que le brinde aquello que le hace falta. Así, se puede afirmar que el mismo movimiento visto desde el motor es acción, mientras que visto desde el móvil es pasión. Partiendo de lo expuesto, Aristóteles señala que el movimiento es el acto común de motor y de móvil: “(…) el movimiento está en lo movible; pues el movimiento es la actualidad de lo movible por la actuación de lo que tiene capacidad de mover; y la actualidad de lo que tiene capacidad de mover no es distinta de la actualidad de lo movible, pues el movimiento tiene que ser la actualidad de ambos.”78

76

Física, III, 2, 202a, 5 Física, III, 1, 201a, 25-35 78 Física, III, 3, 202a, 13-15 77

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De acuerdo con lo expuesto, en todo movimiento el motor y el móvil se encuentran en potencia: uno de mover y otro de ser movido; de forma que mientras se despliega el movimiento, si bien éste está en el móvil, “Hay (…) una misma actualidad para ambos, (…)”79. Sin embargo, lo señalado no debe entenderse en el sentido de que el término final del movimiento del motor y del móvil sea el mismo: “Nada impide, por lo demás, que haya una misma actualidad para dos cosas, no en el sentido de que su ser sea el mismo, sino en el sentido de que lo potencial está referido a lo que está en actualidad.”80 Es decir, si bien motor y móvil se encuentran en acto al llegar al término final del movimiento, cada uno se ha actualizado según la potencia en ellos desplegada, lo cual no quiere decir que ambos han llegado a ser la misma cosa.

IV. SI EN TODO MOVIMIENTO HAY UN MOTOR Y UN MÓVIL Puede parecer que hay movimientos en los que el motor se identifica con el móvil y, por lo tanto, no cabría hacer la distinción entre ambos. ¿Puede haber entonces un movimiento sin motor y móvil? Pongamos un ejemplo. Cuando camino hacia algún lugar, soy yo quien me muevo a mí mismo, por lo que no correspondería distinguir en este desplazamiento un motor y un móvil. Esto es incorrecto. Santo Tomás, comentando la Física de Aristóteles, señala que: “Es manifiesto, en efecto, que un mismo sujeto está en potencia respecto de dos cosas contrarias como el humor y la sangre son un mismo sujeto que se halla en potencia para la salud y para la enfermedad. Ahora bien, resulta evidente que estar en potencia para la salud y para la enfermedad son cosas distintas (y digo esto según el orden a los objetos) de lo contrario si fuese lo mismo poder enfermar y poder sanar se seguiría que enfermar y sanar serían lo mismo. Por tanto, uno y otro difieren según la noción, pero el sujeto es uno y es el mismo. Es claro, pues, que no es la misma la razón de sujeto en cuanto es un cierto ente y en cuanto está en potencia respecto de algo; de otro modo la potencia a cosas contrarias sería una según la noción. Y así tampoco son lo mismo según la noción el color y lo visible. Por eso fue necesario decir que el movimiento es el acto de lo posible en cuanto posible: de lo contrario, se 79 80

Física, III, 3, 202a, 15 Física, III, 3, 202b, 5-10

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entendería que fuese acto de lo que está en potencia sólo en cuanto que es un cierto sujeto.”81 (El resaltado es nuestro) De acuerdo con esto, un sujeto puede considerarse en sí mismo o según una determinada noción. Esto esta distinción es importante porque un mismo sujeto puede estar en potencia respecto de dos cosas diferentes, por ejemplo, la salud y la enfermedad. Si estar en potencia para la salud fuera lo mismo que estar en potencia para la enfermedad, entonces la salud y la enfermedad serían también lo mismo, y esto es un error. En esa línea, si bien en el orden del ser un sujeto es el mismo, según nociones distintas —estar en potencia para la salud y en potencia para la enfermedad—, el sujeto que está en potencia respecto de la salud puede considerarse distinto del sujeto en potencia respecto de la enfermedad. Así, a pesar de que según el ser nos encontramos con un mismo sujeto, podemos considerarlo distinto atendiendo a una u otra noción. Ahora vayamos al caso de quien camina de un lado a otro. En el orden del ser no cabe hacer la distinción entre motor y móvil, pues porque ambos se identifican. Ahora bien, según la noción yo mismo puedo ser dos opuestos: motor —noción 1— y móvil —noción 2— respecto de un mismo movimiento. Esto ya que, considerándome a mí mismo motor — noción 1— estoy en potencia de moverme; y considerándome a mí mismo móvil —noción 2— estoy en potencia de ser movido. En última instancia, esta distinción es posible debido a que el alma es principio de operación de todos los movimientos del hombre, de ahí que a ella podría atribuírsele ser el motor de todos ellos.

V. CARACTERÍSTICAS DEL MOVIMIENTO Todo movimiento tiene tres características: 1. Continuidad.- No existe reposo intermedio durante el movimiento. Cada vez que se produce un estado de reposo, el movimiento llega a su fin; y cada vez que se reanuda del reposo, se inicia un nuevo movimiento. La continuidad puede ser: a. Sucesiva.- Las partes o etapas de algo se van sucediendo una después de otra. La continuidad sucesiva es propia del movimiento. b. Simultánea.- Todas las partes de algo se ponen en marcha de manera simultánea. La continuidad simultánea no es propia del movimiento.

81

TOMÁS DE AQUINO. In Physicorum, III, Lectio 2

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2. Unidad.- El movimiento es uno: un sujeto, un término inicial, un término final, una trayectoria, un tiempo, etc. 3. Finalidad o teleología.- Todo movimiento persigue una finalidad, lo cual contradice expresamente el azar de los atomistas. Al respecto, es posible plantear tres observaciones: a. No existe un razonamiento demostrativo.- No existe un razonamiento que demuestre la teleología del movimiento, sin embargo, sostener —como hacen los atomistas— que todo movimiento es azaroso, lleva al absurdo. Como no puede haber azar, entonces debe haber finalidad. b. El término inicial determina el término final del movimiento.- La finalidad viene determinada por el origen. Las condiciones del término final dependen de las condiciones del término inicial, incluso en los movimientos en los que está involucrada la voluntad humana. Nótese que aquí usamos el término finalidad para indicar la concurrencia de una serie de factores determinados en el término inicial, y no en el sentido de querer responder a la pregunta del ¿para qué? de un movimiento. c. El azar es excepcional.- Para los atomistas, el azar determina todo movimiento. Ahora bien, si bien pueden haber hechos fortuitos, éstos son excepcionales, pues lo común es lo regular. Si esto no fuera así, ¿cómo se podrían explicar las regularidades en la formación de los cuerpos? (Ej. Agua siempre es H2O.)

VI. CAMBIO Y MOVIMIENTO. CLASES DE MOVIMIENTO 1. Clases de cambio Según Aristóteles, los cambios pueden ser de las siguientes clases: “(…) lo que cambia tiene que cambiar en alguna de estas cuatro maneras: o de un sujeto a un sujeto, o de un sujeto a un no-sujeto, o de un no-sujeto a un sujeto, o de un no-sujeto a un no-sujeto —y entiendo por «sujeto» lo que es significado por un término afirmativo. Se sigue entonces de lo dicho que tiene que haber tres clases de cambios: 1) de un sujeto a un sujeto, 2) de un sujeto a un no-sujeto, 3) de un no-sujeto a un sujeto, ya que no hay cambio de un no-

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sujeto a un no-sujeto, pues entre éstos no hay oposición de contradicción ni de contradictoriedad.”82 De acuerdo con lo expuesto, todo cambio implica oposición de contradicción o contradictoriedad. Hay oposición por contradicción cuando un sujeto empieza a ser o deja de ser al final de un proceso, mientras que hay oposición por contrariedad cuando el sujeto permanece a lo largo del proceso. Es importante recalcar que en todo cambio debe haber contrarios, aun cuando se tome a los intermedios como tales, de lo contrario, no hay cambio: “Por eso, cuando referimos algo intermedio a un contrario, o un contrario a algo intermedio, decimos que en cierto sentido son contrarios, como por ejemplo, (…) el gris es blanco con respecto al negro, pero negro con respecto al blanco.”83 Teniendo esto en cuenta, sólo puede haber tres clases de cambio: dos por contradicción (sujeto a no-sujeto, y no-sujeto a sujeto), y uno por contrariedad (sujeto a sujeto). Con relación a los cambios por contradicción, “El cambio por contradicción que va de un no-sujeto a un sujeto es una generación (…)”84, mientras que “El cambio que va de un sujeto a un no-sujeto es una destrucción (…)”85. Los cambios por contradicción —generación o destrucción/corrupción— son cambios sustanciales, pues en ellos un sujeto (sustancia) empieza a ser, o deja de ser. Ahora bien, el cambio por contrariedad es un cambio accidental, pues en él siempre permanece el sujeto (sustancia). Según la consideración de Aristóteles, sólo hay movimiento en el cambio accidental: “Puesto que todo movimiento es un cambio, y ya se ha dicho que sólo hay tres clases de cambios, y puesto que los cambios según la generación y la destrucción no son movimientos sino cambios por contradicción, se sigue entonces que sólo el cambio que sea de un sujeto a un sujeto puede ser movimiento.”86

82

Física, V, 1, 225a, 1-5 Física, V, 1, 224b, 35-35 84 Física, V, 1, 225a, 10 85 Física, V, 1, 225a, 15 86 Física, V, 1, 225a, 30-225b, 5 83

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2. Clases de movimiento Las clases de movimientos vienen determinadas por las categorías o predicamentos87 del ente móvil: “Así pues, si las categorías se dividen en sustancia, cualidad, lugar, tiempo, relación, cantidad, acción, y pasión, tiene que haber entonces necesariamente tres clases de movimientos: el cualitativo, el cuantitativo y el local.”88 Tal como se ha visto, no hay movimiento respecto de la sustancia, como tampoco lo hay respecto de la relación, de la acción, de la pasión89, del tiempo, de la situación ni del habitudo. Esto ya que sólo puede haber movimiento respecto de los accidentes en los que puede haber contrarios. Éstos son: cualidad, cantidad y lugar. Siendo esto así, sólo tres clases de movimiento: a. Movimiento cualitativo.- El movimiento cualitativo es llamado alteración. Al respecto, Aristóteles señala que “Por «cualidad» no entiendo aquí aquello que está en la sustancia (…), sino esa afección según la cual decimos que una cosa está afectada o no lo está.”90 b. Movimiento cuantitativo.- El movimiento cuantitativo se llama aumento o disminución según sea el caso: “(…) un aumento es un movimiento hacia una magnitud completa, y una disminución lo es desde esa magnitud completa.”91 c. Movimiento local.- El movimiento local se llama desplazamiento, y se da de un lugar a otro.

87

Las categorías, predicamentos o modos de ser son diez: uno sustancial y nueve accidentales. En la lista que se enumera a continuación, Aristóteles omite la situación y el habitudo. 88 Física, V, 1, 225b, 5 89 Cfr. Física, V, 2, 225b, 10-15 90 Física, V, 2, 226a, 25 91 Física, V, 2, 226a, 30

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GENERACIÓN Cambio substancial (por contradicción) CORRUPCIÓN / DESTRUCCIÓN

CAMBIO

Movimiento cualitativo: ALTERACIÓN Cambio accidental (por contrariedad) MOVIMIENTO

Movimiento cuantitativo: AUMENTO o DISMINUCIÓN

Movimiento local: DESPLAZAMIENTO

BIBLIOGRAFÍA  ARISTÓTELES. Física. Barcelona, Gredos (RBA Coleccionables), 2007  TOMÁS DE AQUINO. De principiis naturae. Buenos Aires, Ágape, 2007  TOMÁS DE AQUINO. In Physicorum

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“(…) el tiempo es (…) número del movimiento según el antes y el después.”92 El tiempo es la medida del movimiento según el antes y el después. I. DEFINICIÓN DE TIEMPO Para efectos de señalar qué es el tiempo, tomaremos la definición de Aristóteles, quien dice que el tiempo es el “(…) número del movimiento según el antes y el después.”93 Para entender esta definición hay que hacer algunas consideraciones: 1. Tiempo como número numerado —o medida— del movimiento El tiempo y el movimiento están íntimamente relacionados, de forma que sin movimiento no podría haber tiempo. Se ha dicho que el tiempo es el número del movimiento, por lo que se hace necesario aclarar en qué sentidos puede entenderse dicha noción. Al respecto, Aristóteles señala: “Pero «número» se puede entender en dos sentidos, ya que llamamos «número» no sólo lo numerado y lo numerable, sino también aquello mediante lo cual numeramos. Pues bien, el tiempo es lo numerado, no aquello mediante lo cual numeramos.”94 De acuerdo con lo expuesto, número se puede entender en dos sentidos diferentes: como número numerante, y como número numerado. El primero es aquel que usamos para medir: si decimos que una mesa mide tres metros, hemos hecho uso del número tres para medir. De igual manera, si decimos que tal persona ha llegado una hora tarde, hemos hecho uso del número uno para numerar. Número numerante es entonces aquel con el cual medimos. Este no es el sentido de número con el cual Aristóteles define el tiempo. El número puede entenderse también como número numerado, que es aquel que se encuentra en una medición ya hecha, es decir, es la medida. Tomando el ejemplo del caso anterior, cuando se afirma que una mesa mide tres metros, el número tres que encontramos en la medición ya hecha es un número numerado. Este es el sentido de número con el cual Aristóteles define el tiempo. De ahí que se puede decir acertadamente que el tiempo es la medida del movimiento.

92

ARISTÓTELES. Física, IV, 11, 219b, 1. En adelante, se citará como "Física". Física, IV, 11, 219b, 1 94 Física, IV, 11, 219b, 5-10 93

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2. Según el antes y el después Toda medida requiere un punto de referencia, y el punto de referencia según el cual se va a numerar —medir— el movimiento es el antes y el después. Se debe recalcar que este antes y este después no deben entenderse con alusión al tiempo, pues de lo contrario caeríamos en la trampa de una definición circular. Estos términos deben tomarse referidos al movimiento. Así, en todo movimiento puede apreciarse el tránsito de un estado a otro, ya sea que hablemos en términos espaciales, cualitativos o cuantitativos. En dicho tránsito es posible establecer un punto precedente en el que se tenía algo (Ej. 2 kilos de sobrepeso) o se carecía de algo (Ej. los conocimientos para aprobar un examen); y un punto posterior, en el que se perdió algo que se tenía (Ej. luego de una rutina rigurosa, se perdió el sobrepeso), o se ganó algo de lo que se carecía (Ej. luego de estudiar, se tienen los conocimientos requeridos por la materia). Es este tránsito —en el que se halla un punto precedente y un punto posterior— el que nos permite hablar de un antes y un después. Siempre, claro está, referido al movimiento. 3. El tiempo es diferente del movimiento Aristóteles presenta algunos planteos adicionales por los cuales considera que el movimiento es diferente del tiempo. Esto debido a que había quienes postulaban la identidad de ambos95 —entre ellos, Platón, como se explicará más adelante—. Estas consideraciones son: a. Siempre hay tiempo Aristóteles señala: “(…) sólo hay cambio y movimiento en la cosa que está cambiando o allí donde se dé el caso que algo se mueva o cambie; pero el tiempo está presente por igual en todas partes y con todas las cosas.”96 De acuerdo con esto, sólo hay movimiento en los cuerpos que experimentan algún tipo de mutación, mientras que el tiempo transcurre tanto para los cuerpos que se mueven cuanto para los que están en reposo. Puede también haber muchos movimientos, pero sigue habiendo sólo un tiempo. Esto ya que el tiempo suele tomarse a partir de un solo movimiento referencial, según se verá más adelante. Así, en una carrera de atletismo, el 95 96

Cfr. Física, IV, 10, 218b, 1-5 Física, IV, 10, 218b, 10

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tiempo transcurre de igual manera para los atletas que están compitiendo como para los que están descansando esperando su turno para correr. Si tiempo fuera igual al movimiento, el tiempo debería detenerse para los atletas que aún no están corriendo. b. El tiempo es constante Respecto de esta consideración, Aristóteles precisa que: “(…) todo cambio es más rápido o más lento, pero el tiempo no lo es. Porque lo lento y lo rápido se definen mediante el tiempo: rápido es lo que se mueve mucho en poco tiempo, lento lo que se mueve poco en mucho tiempo. Pero el tiempo no es definido mediante el tiempo, (…)”97 De acuerdo con lo expuesto, si el tiempo se identificara con el movimiento, aquél debería transcurrir más rápido o lento según el movimiento fuera más rápido o lento; sin embargo, se aprecia lo contrario: mientras el movimiento puede ser más o menos rápido, el tiempo permanece siempre constante. 4. Alma y tiempo Se ha dicho que el tiempo es la medida del movimiento, y toda medición implica un alguien inteligente que pueda medir. En esa línea, cabe preguntarnos si puede existir el tiempo sin la presencia de alguien que posea un alma inteligente. Aristóteles plantea el problema y su solución en los siguientes términos: “(…) ¿existiría o no el tiempo si no existiese el alma? Porque si no pudiese haber alguien que numere tampoco podría haber algo que fuese numerado (…). Pero si nada que no sea el alma, o la inteligencia del alma, puede numerar por naturaleza, resulta imposible la existencia del tiempo sin la existencia del alma, (…)”98 De acuerdo con lo expuesto, en tanto el tiempo es la medida del movimiento, y sólo alguien inteligente es capaz de medir, sólo existe el tiempo en tanto existe el alma. Dicho de otro modo, sólo existe el tiempo en la medida que existe un ser humano (quien tiene alma y por lo tanto inteligencia) capaz de pensar en él.

97 98

Física, IV, 10, 218b, 10-15 Física, IV, 14, 223a, 20-25

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II. NATURALEZA: ENTE DE RAZÓN En la medida que el tiempo existe sólo en tanto existe alguien inteligente capaz de medir el movimiento —y por lo tanto, pensar el tiempo como tal—, el tiempo es un ente de razón. Dicho de otro modo, se trata de una realidad que “(…) existe o puede existir (…)”99 sólo en la medida que es pensado. Sólo existe o puede existir en y por el pensamiento. El fundamento de la existencia del tiempo es la continuidad y la sucesión del movimiento. En esa línea, si bien los ángeles son inteligentes, para ellos no hay tiempo. Esto ya que el movimiento que hay en ellos, al no estar sujeto a las condicionantes de la materia, es instantáneo. Al ser instantáneo, no hay un movimiento permanente que pueda ser medido y generar así el tiempo.

III. OTRAS NOCIONES DE TIEMPO Si bien hemos optado por asumir la definición de tiempo hecha por Aristóteles, es necesario reconocer que a lo largo de la historia se han planteado varias definiciones de tiempo. Ponferrada señala que hay algunos que lo consideran algo real y le confieren consistencia propia, de forma que su existencia no depende del conocimiento que alguna inteligencia pueda tener de él. Otros en cambio, niegan su realidad y lo hacen exclusivamente mental, ya sea que se trate de un fenómeno, un condicionante subjetivo o forma a priori, o un orden ideal formado por el entendimiento. En el medio, hay posturas intermedias.100 Frente al problema que genera esta diversidad de definiciones, Ponferrada plantea una solución señalando que: “(…) el tiempo es formalmente ideal, como síntesis mensurante del pasado, presente y futuro, pero materialmente es real, como sucesión de movimientos de los entes corpóreos; como mensurante es ideal, como mensurado es real. Podemos así entender que quienes sostienen la realidad del tiempo se refieren a su aspecto material, la sucesión del movimiento; los que, en cambio, afirman su idealidad, se atienen a su aspecto formal.”101

99

CASAUBON, Juan Alfredo. Nociones generales de lógica y filosofía. Buenos Aires, Educa, 2006, p. 21 PONFERRADA, Gustavo Eloy. Filosofía de la Naturaleza. Buenos Aires, UCALP, 2004, p. 320. En adelante, se citará como "PONFERRADA". 101 PONFERRADA, p. 321 100

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A continuación, presentamos algunos autores representativos: 1. Platón Podríamos situar a Platón en lo que Ponferrada considera, la postura real. Para Platón, el Demiurgo hizo el mundo material tomando como imagen el mundo de las ideas. Para aquél, todo cuanto existe en este mundo de manera contingente tiene un modelo eterno en el mundo de las ideas. En esa línea, cuando habla de la creación del tiempo, sostiene que éste es una imagen móvil de la eternidad: “Pero dado que la naturaleza del mundo ideal es sempiterna y esta cualidad no se le puede otorgar completamente a lo generado, [el Demiurgo] procuró realizar una cierta imagen móvil de la eternidad y, al ordenar el cielo, hizo de la eternidad que permanece siempre en un punto una imagen eterna que marchaba según el número, eso que llamamos tiempo.”102 Asimismo, De Echandía103 considera que Platón identificó el tiempo con el movimiento del cielo104, frente a lo cual, habría que considerar las objeciones presentadas líneas arriba con relación a la imposibilidad de identificar el tiempo con el movimiento. 2. Immanuel Kant A diferencia de Platón, podríamos situar a Kant en la postura ideal. Éste sostiene: “El tiempo es una representación necesaria que sirve de fundamento a todas las intuiciones. No habría medida de excluir el tiempo mismo en lo que afecta a los fenómenos en general, bien que se pueda perfectamente hacer abstracción de los fenómenos en el tiempo. (…) El tiempo no es un concepto discursivo o, como se dice, un concepto general, sino una forma pura de la intuición sensible.”105

102

PLATÓN. Timeo, 37d. DE ECHANDÍA, Guillermo R. Introducción, comentarios y notas en: ARISTÓTELES. Física. Barcelona, Gredos (RBA Coleccionables), 2007, p. 200, nota 119 104 El texto platónico al que hace referencia De Echandía es el siguiente: “El tiempo, por tanto, nació con el universo, para que, generados simultáneamente, también desaparezcan a la vez, si en alguna ocasión tiene lugar una eventual disolución suya, y fue hecho según el modelo de la naturaleza eterna para que este mundo tuviera la mayor similitud posible con el mundo ideal, pues el modelo posee el ser por toda la eternidad, mientras que éste es y será todo el tiempo completamente generado. La decisión divina de crear el tiempo hizo que surgieran el sol, la luna y otros cinco cuerpos celestes que llevan el nombre de planetas para que dividieran y guardaran las magnitudes temporales.” (Patón. Timeo, 38b-c) 105 KANT, Immanuel. Crítica a la razón pura. Buenos Aires, Aguilar, 2010, p. 78-79 103

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Para Kant, el tiempo es una forma a priori de la sensibilidad: no es algo que pertenece al mundo físico, sino algo que ya está en el sujeto. Se trata de una configuración estructural del sujeto que le permite aproximarse a la realidad. Es una pre-estructura cognoscitiva de todo hombre. 3. Consideración especial: San Agustín Si bien Aristóteles desarrolla el tiempo como medida del movimiento, San Agustín complementa este desarrollo al efectuar él mismo una exposición desde el punto de vista de la percepción que el alma tiene del tiempo. Señala en primer lugar, cómo Dios es eterno y es fuera del tiempo: “Ni Vos mismo precedéis a los tiempos con una precedencia y duración que se mida con tiempo, porque así no precedierais a todos los tiempos. Precedéis a todos los tiempos pasados con la excelencia de vuestra eternidad siempre presente, y sois superior a todos los tiempos futuros porque todavía están por venir, y cuando hayan venido, ya hayan pasado (…) 'pero Vos sois siempre el mismo, y vuestros años nunca pasarán'.”106 Señala a continuación que si bien existen las cosas presentes, las pasadas y las futuras, donde estén, deben ser también presentes: “(…) deseo saber dónde están o tienen ser los pasados y futuros, si es que ellos le tienen. Y si todavía no puedo llegar a saber esto, a lo menos sé que en cualquier parte que estén, allí no son futuros ni pasados, sino presentes. Porque si también allí fueran futuros, todavía no estuvieran allí, y si fueran pasados, ya no estuvieran allí.”107 En esa línea, el pasado, el presente y el futuro, existen en el alma como memoria, visión presente, y expectación; y en ella son presentes: “Lo que es cierto, y que clara y patentemente se conoce, es que ni lo pasado es o existe, ni lo futuro tampoco. Ni con propiedad se dice: 'Tres son los tiempos, Pasado, Presente y Futuro'; y más propiamente acaso se diría: 'Tres son los tiempos, presente de las cosas pasadas, Presente de las presentes, y Presente de las futuras'. Porque estas tres presencias tienen algún ser en mi alma, y solamente las veo y percibo en ella. Lo presente de las cosas pasadas es la 106 107

AGUSTÍN DE HIPONA. Confesiones, XI, 13, 16. En adelante, se citará como "Confesiones". Confesiones. XI, 18, 23

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actual memoria o recuerdo de ellas; lo presente de las cosas presentes es la actual consideración de alguna cosa presente, y lo presente de las futuras es la actual consideración de ellas.”108

IV. COMPOSICIÓN DEL TIEMPO Aristóteles, refiriéndose a las dificultades de determinar si existe el tiempo, señala que: “Que [el tiempo] no es totalmente, o que es pero de manera oscura y difícil de captar, lo podemos sospechar de cuanto sigue. Pues una parte de él ha acontecido y ya no es, otra está por venir y no es todavía, y de ambas partes se compone tanto el tiempo infinito como el tiempo periódico. Pero parece imposible que lo que está compuesto de no ser tenga parte en el ser. Además de esto, si ha de existir algo divisible en partes, entonces será necesario que, cuando exista, existan también las partes, o todas o algunas. Pero, aunque el tiempo es divisible, algunas de sus partes ya han sido, otras están por venir, y ninguna «es». El ahora no es una parte, pues una parte es la medida del todo, y el todo tiene que estar compuesto de partes, pero no parece que el tiempo esté compuesto de ahoras.”109 A partir de lo expuesto, podemos hacer algunas consideraciones: 1. El pasado y el futuro El pasado, como tal, existió y no existe más; mientras que el futuro, como tal, aún no existe. De ahí que podemos afirmar que el pasado y el futuro no existen. Si el tiempo existe —y es claro que sí—, no puede estar compuesto de cosas que no existen, por lo que el tiempo no está compuesto de pasado ni de futuro. 2. El presente Parece ser que, en lo que se refiere al tiempo, sólo el presente —el ahora— existe. Ahora bien, como se dijo anteriormente, el tiempo no está compuesto por "ahoras", pues el ahora, en el instante que existe, deja de existir y se hace pasado. 108 109

Confesiones. XI, 20, 26 Física, IV, 10, 217b, 30-218a, 5

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Con relación al ahora, Aristóteles señala que “Es evidente (…) que si no hubiese tiempo no habría ahora y que si no hubiese un ahora no habría tiempo.”110 “El tiempo es, pues, continuo por el ahora (…).”111 Y “El ahora es la continuidad del tiempo (…).”112 El ahora es la continuidad del tiempo, no una parte de él, y Aristóteles explica esta idea por analogía con el movimiento y con el punto: a. Analogía con el ente móvil Aristóteles señala que “El ahora es en un sentido el mismo, en otro no es el mismo. Pues, en tanto que es en uno y en otro, el ahora es distinto (…), pero cuando es lo que es ahora, es el mismo.”113. Y aclara esto precisando que: “Esto es lo más cognoscible, pues el movimiento es conocido por la cosa movida y el desplazamiento por la cosa desplazada, puesto que la cosa desplazada es un «esto», pero no el movimiento. Por lo tanto, el ahora es en un sentido siempre el mismo y en otro sentido no es el mismo, ya que la cosa desplazada es así.”114 De acuerdo con esto, en el movimiento siempre hay un ente móvil, por más que el ente móvil concreto no siempre sea el mismo. Así también en el tiempo siempre hay un ahora, por más que el ahora concreto no siempre sea el mismo. b. Analogía con el punto Sobre este punto, Aristóteles señala que: “El ahora es la continuidad del tiempo, (…) pues enlaza el tiempo pasado con el tiempo futuro, y es el límite del tiempo, ya que es el comienzo de un tiempo y el fin de otro. Pero esto no es evidente como lo es en el punto, que permanece. El ahora divide potencialmente, y en tanto que divide es siempre distinto, pero en tanto que une es siempre el mismo, como en el caso de las líneas matemáticas.”115 De acuerdo con lo expuesto, el ahora cumple dos funciones: une el pasado con el futuro y también lo divide. En tanto une y divide el pasado con el futuro, el ahora es 110

Física, IV, 11, 219b, 30 Física, IV, 11, 220a, 5 112 Física, IV, 13, 222a, 10 113 Física, IV, 11, 219b, 10 114 Física, IV, 11, 219b, 30 115 Física, IV, 13, 222a, 10 111

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indivisible. De de lo contrario, podría ser a su vez dividido en pasado, presente y futuro, y sería necesario hallar en su presente un componente indivisible con el cual se pudiera hacer dicha división; y ese componente indivisible no sería otra cosa que lo que se entiende por ahora. Cuando el ahora divide, divide potencialmente, pues el ahora siempre es continuo, y dicha división sólo puede ser hecha en el pensamiento. En la medida que sólo puede ser hecha en el pensamiento, para hacer la división se debe pensar en un instante concreto a partir del cual uno pueda establecer un antes y un después. De ahí que se dice que, en cuanto divide, el ahora es distinto. Por ejemplo, cuando hablamos de antes y después de Cristo, el ahora que divide es el momento que se toma por su nacimiento. Ahora bien, en cuanto une, el ahora es siempre el mismo. Esto ya que se considera al ahora en sí mismo, separado de toda circunstancia particular, porque las circunstancias particulares pasan con el pasar del tiempo, mientras que siempre hay un ahora que mantiene la continuidad entre pasado y futuro a medida que el tiempo transcurre. En tanto enlace, siempre es el mismo, pues siempre hay un ahora que enlaza el pasado con el futuro.

V. CARACTERÍSTICAS DEL TIEMPO En la Física, en los capítulos que van del 10 al 14 del libro IV, Aristóteles presenta una serie de características del tiempo. Sin pretender hacer una lista cerrada, mencionamos las principales: 1. Es continuo.- Toda división que se haga de él es potencial, pues sólo puede ser hecha por la inteligencia. Nos remitimos a lo ya dicho al respecto. 2. Es constante.- “(…) no se habla de un tiempo rápido o lento, sino de mucho o poco, o de largo o breve.”116 3. Es causa de destrucción.- Esto debe tomarse con cierto cuidado, pues lo que es causa de destrucción propiamente es el cambio, solo que éste se da siempre en el tiempo: “(…) nada se genera si no se mueve de alguna manera y actúa, mientras que algo puede ser destruido sin que se mueva, y es sobre todo de esta destrucción de la que se suele decir que es obra el tiempo. Pero el tiempo no es la causa de esto, sino que se da en caso de que el cambio se produce en el tiempo.”117

116 117

Física, IV, 12, 220b, 1 Física, IV, 13, 222b, 20-25

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4. Puede medir incluso los movimientos interiores.- El tiempo es la medida de cualquier movimiento: “(…) cuando estamos en la oscuridad y no experimentamos ninguna modificación corpórea, si hay algún movimiento en el alma nos parece al punto que junto con el movimiento ha transcurrido también algún tiempo (…)”118 5. Todo lo que se genera y se destruye —en el pasado, presente, o futuro— existe en el tiempo; no así lo eterno.- Con relación a las cosas que se generan y se destruyen, señala que en tanto el tiempo es la medida del movimiento, todo cuanto se mueve o cambia debe existir dentro del tiempo. En esa línea, las cosas pasadas existieron en el tiempo, y las futuras existirán en el tiempo: “(…) aquello cuyo ser sea mensurable por el tiempo tendrá que existir en reposo o en movimiento. Por lo tanto, todo cuando es susceptible de destrucción y de generación, y en general todo cuanto a veces es y a veces no es, tendrá que ser necesariamente en el tiempo (…). Ahora, de las cosas que el tiempo contiene, pero que no son, algunas ya han sido (por ejemplo, Homero, que existió en un tiempo), otras serán (por ejemplo, algún acontecimiento futuro), según que el tiempo contenga a unas o a otras (…). Pero si el tiempo no las contiene de ningún modo, entonces no fueron ni son ni serán (…)”119 Con relación a las cosas que son siempre, señala que “(…) en tanto que son siempre, no son en el tiempo, ya que no están contenidas por el tiempo, ni su ser es medido por el tiempo.”120 Esto debido a que el tiempo es la medida del movimiento, y las cosas que son siempre no están sujetas al movimiento, por lo tanto, no puede haber tiempo en ellas. No así las cosas que están en reposo, pues si bien aparentemente se encuentran inmóviles, pueden ser movidas.121 6. El tiempo está estrechamente vinculado con el movimiento y la magnitud.Aristóteles explica la relación entre estos tres en función de la continuidad: “Pero, como lo que está en movimiento se mueve desde algo hacia algo, y toda magnitud es continua, el movimiento sigue a la magnitud. Porque por ser

118

Física, IV, 11, 219a, 1-5 Física, IV, 12, 221b, 25-222a, 1 120 Física, IV, 12, 221b, 5 121 Cfr. Física, IV, 12, 221b, 5 119

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continua la magnitud, es también continuo el movimiento y el tiempo es continuo por ser continuo el movimiento (…)”122

VI. MEDICIÓN DEL TIEMPO En tanto el tiempo es la medida del movimiento, “(…) lo mide cuando se ha determinado un movimiento que será la medida de un movimiento total (…)”123. En tal sentido, para medir el tiempo de modo que no haya tantos tiempos cuanto movimientos, es necesario establecer un movimiento referencial, en base al cual puedan hacerse todas las mediciones. Esto ha sido hecho con el movimiento de rotación y de traslación de la tierra respecto del sol.

BIBLIOGRAFÍA  ARISTÓTELES. Física. Barcelona, Gredos (RBA Coleccionables), 2007  AGUSTÍN DE HIPONA. Confesiones. Buenos Aires, Poblet, 1941  CASAUBON, Juan Alfredo. Nociones generales de lógica y filosofía. Buenos Aires, Educa, 2006  DE ECHANDÍA, Guillermo R. Introducción, comentarios y notas. En: ARISTÓTELES. Física. Barcelona, Gredos (RBA Coleccionables), 2007  KANT, Immanuel. Crítica a la razón pura. Buenos Aires, Aguilar, 2010  PLATÓN. Timeo (Diálogos VI). Barcelona, Gredos (RBA Coleccionables), 2007  PONFERRADA, Gustavo Eloy. Filosofía de la Naturaleza. Buenos Aires, UCALP, 2004

122 123

Física, IV, 11, 219a, 10 Física, IV, 12, 221a, 1

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“Se dice que posee «cantidad» lo que es divisible en partes internas, cada una de las cuales —sean dos o más de dos— son por naturaleza algo uno y algo determinado.”124 Aquello en virtud de lo cual las partes de un todo se encuentran ordenadas. (Juan de Santo Tomás) I. DEFINICIÓN 1. Imposibilidad de definir esencialmente la cantidad Si pretendemos elaborar una definición esencial —por género y diferencia específica— de lo que es la cantidad considerándola en sí misma, nos encontramos con una dificultad que merece nuestra consideración. La cantidad —al igual que todos los predicamentos o categorías— es un género supremo, y en esa medida carece de un género superior que la abarque y con la cual pueda ser definida. En esa línea, Artigas y Sanguineti precisan que: “No es posible dar una definición estricta de la cantidad, pues se trata de un concepto primario: si se definiera en función de la extensión, de la magnitud, etc., se incurriría en un círculo vicioso, ya que éstos conceptos suponen el concepto de cantidad.”125 En otras palabras, no existe algún género que abarque la cantidad, por lo que no es posible elaborar una definición esencial de ésta. En esa línea, se puede decir que cantidad es una de las nociones que se usa para definir, pero al no haber una noción por encima de ésta, no hay con qué definirla. Ponferrada explica más a fondo el problema de una forma tal, que nos permite dilucidar una posible solución: “La primera de las dificultades que presenta es precisamente ésta. Los géneros son indefinibles porque una definición estricta exige precisar el género próximo de la diferencia específica; en este caso se debe prescindir de la diferencia por tratarse de un género, que hace abstracción de ella. Por otra parte, las definiciones esenciales expresan compuestos, de cuyos integrantes surge un elemento común (genérico) y otro diversificante (específico); pero la cantidad es una determinación, que posee función formal.”126

124

ARISTÓTELES. Metafísica, V, 13, 1020a, 7-10. En adelante, se citará como "Metafísica". ARTIGAS Mariano, y SANGUINETI, Juan José. Filosofía de la Naturaleza. Pamplona, EUNSA, 1984, p. 116. En adelante, se citará como "ARTIGAS y SANGUINETI". 126 PONFERRADA, Gustavo Eloy. Filosofía de la Naturaleza. Buenos Aires, UCALP, 2004, p. 247. En adelante, se citará como "PONFERRADA". 125

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De acuerdo con lo expuesto, toda definición esencial implica dos elementos. El primero es un elemento común —género—, que es el que un ente comparte con otros (Ej. Hombre: animal racional). El segundo es un elemento diversificante —especie—, que es aquél que distingue a los entes que caen bajo un mismo género (Ej. Hombre: animal racional). En el caso de la cantidad, ésta no sólo no tiene un género que comparta con otros, sino que tampoco tiene una diferencia específica. Esto último ya que la diferencia específica no tiene razón de ser sin el género, pues aquélla distingue a dos o más entes de un mismo género. 2. El efecto formal primario Hasta el momento está claro que no es posible saber qué es la cantidad en términos esenciales, por lo que es preciso tomar otro camino. Este otro camino radica en ensayar una definición operativa. La definición operativa consiste ya no en decir qué es algo, sino en describir cómo se comporta. De acuerdo con la cita de Ponferrada antes expuesta, la cantidad es un principio determinante —“(…) es una determinación (…)”127—. Dicho en otras palabras, situándonos en un plano descriptivo general, la cantidad hace que un ente sea de una manera y no de otra. Así, un ente, por el hecho de tener cantidad, tiene ciertas características que no tendría si no tuviera cantidad. Por ejemplo, el hecho de que un ente tenga cantidad lo hace divisible, mensurable, ubicable, etc. Estas características o propiedades que tiene un ente al ser afectado por un determinante son llamadas efectos formales. Un efecto formal, en sentido estricto, es “(…) aquello esencial que realiza una “forma” al determinar a un sujeto, (…)” 128. Dicho en otras palabras, se trata de un efecto que se da en un ente en virtud de la forma —digamos, la esencia, aquello que lo hace ser lo que es— del determinante. Ahora bien, hay dos clases de efectos formales: primarios y secundarios. Ponferrada explica esta diferencia: “1) Un efecto formal primario, equivalente a la esencia del determinante o “forma”; 2) otros efectos formales secundarios que son consecuentes al primario.”129 En esa línea, una definición operativa satisfactoria de la cantidad demanda identificar cuál es el efecto formal primario de ésta. Se trata, pues, de indagar cuál es el efecto principal que la cantidad despliega sobre un ente, del cual se desprenderán los efectos secundarios. Dicho en otras palabras, es preciso identificar qué es lo principal que hace la cantidad en un ente.

127

PONFERRADA, p. 247 PONFERRADA, p. 248 129 PONFERRADA, p. 248 128

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Sentido amplio Todo lo que una forma produce en un sujeto Efecto formal primario

EFECTO FORMAL Sentido estricto

Aquello esencial que realiza una forma al determinar un sujeto

Esencia del determinante

Efectos formales secundarios Efectos consecuencia del efecto formal primario

3. Definiciones operativas de cantidad a. Aristóteles En la Metafísica, Aristóteles define el cuanto —aquello que posee cantidad— señalando que “Se dice que posee «cantidad» lo que es divisible en partes internas, cada una de las cuales —sean dos o más de dos— son por naturaleza algo uno y algo determinado.”130 Si bien Aristóteles también trata la cantidad en las Categorías131, en ésta se limita a hacer una serie de consideraciones que no llegan a ser una definición. Nótese que la Metafísica —obra de madurez— fue escrita tiempo después que las Categorías132. Volviendo a la definición antes expuesta, de ésta se desprenden las siguientes consideraciones: i. El efecto formal primario de la cantidad es la divisibilidad.- El efecto principal que la cantidad produce sobre un ente es hacerlo divisible. En esa línea, todo ente que posee cantidad puede ser dividido en virtud de ésta. ii. Las partes internas de la división son por naturaleza algo uno.- Cada una de las partes resultantes de la división existen separadamente y son un nuevo todo. iii. Las partes internas de la división son por naturaleza algo determinado.- Cada una de las partes resultantes de la división son diferentes unas de otras. Esto se debe a que las partes componentes de los entes físicos no son exactamente iguales entre sí. 130

Metafísica, V, 13, 1020a, 7-10 Cfr. ARISTÓTELES. Categorías, VI, 4b, 20-6a, 35 132 Cfr. PONFERRADA, p. 239; FRAILE, Guillermo. Historia de la Filosofía. I. Grecia y Roma. 7ª Edición. Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1997, p 421-433 131

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b. Juan de Santo Tomás Juan de Santo Tomás parte de la definición de cantidad hecha por Tomás de Vio, quien, citado por Ponferrada, considera que el efecto formal primario de la cantidad es “(…) el orden de las partes en el todo (…)”133. Así, para el citado autor, el principal efecto que la cantidad produce en un ente es ordenar sus partes. En palabras de Ponferrada, Juan de Santo Tomás “(…) retoma la misma fórmula pero explicita que ese “orden” indica que hay “partes distintas”, es decir que “una es posterior a la otra.”134 En esa línea, Juan de Santo Tomás también considera que el efecto formal primario de la cantidad es ordenar las partes de un ente. De acuerdo con lo expuesto, podemos deducir que tanto Tomás de Vio cuanto Juan de Santo Tomás habrían definido operativamente la cantidad como "aquello en virtud de lo cual las partes de un cuerpo se encuentran ordenadas". Ahora bien, Juan de Santo Tomás agregó a esto que dicho orden permite distinguir las partes de dicho cuerpo por ser una posterior a otra.

II. CANTIDAD COMO EXTENSIÓN Y PLURALIDAD Siguiendo en el plano de las definiciones operativas —es decir, descriptivas—, Aristóteles señala que lo que para él es el efecto primario de la cantidad —divisibilidad— puede darse de diversas maneras. Esto atendiendo a que la división se haga en partes continuas o discontinuas. Así: “Una pluralidad es una cantidad si es numerable, y también lo es una magnitud si es mensurable. Se llama «pluralidad» lo potencialmente divisible en partes discontinuas, y «magnitud» lo divisible en partes continuas.”135 De acuerdo con lo expuesto, una cantidad se considera pluralidad o multiplicidad si es numerable y divisible en partes discontinuas. Ello se da, por ejemplo, cuando digo que mi equipo tiene cinco jugadores. Por otro lado, una cantidad se considera magnitud, extensión, o dimensión si es mensurable y divisible en partes continuas. Ello se da, por ejemplo, cuando digo que mido un metro ochenta, o que peso setenta y cinco kilogramos.. A fin de entender mejor las consideraciones planteadas, es necesario aclarar los conceptos relativos a la continuidad:

133

TOMÁS DE VIO, citado por: PONFERRADA, p. 251 JUAN DE SANTO TOMÁS, citado por: PONFERRADA, p. 251 135 Metafísica, V, 13, 1020a, 10 134

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 Continuo.- Se dice de “(…) aquellas cosas cuyos extremos son uno (…)”136; es decir, algo es continuo “(…) cuando el término de una parte es comienzo de otra (…)”137.  Contiguo o en contacto.- Se dice de cosas “(…) cuando sus extremos están juntos, (…)”138; es decir, “(...) cuando el término de una parte contacta con el comienzo de otra (…)”139.  Discontinuo, discreto o en sucesión.- Se dice de cosas “(…) cuando no hay ninguna cosa del mismo género entre ellas (…)”140; es decir, “(…) cuando el término de una parte dista del comienzo de otra.”141 Podemos graficar lo expuesto en el siguiente cuadro:

CANTIDAD

Medición

Divisibilidad

Ejemplo

Pluralidad o multitud

Numerable

Partes discontinuas

Equipo de fútbol

Magnitud, extensión, o dimensión

Mensurable

Partes continuas

Cuerpo humano

Debemos precisar que la presente distinción permanece vigente aun cuando no se asuma la definición aristotélica de cantidad. Así, si bien para otra definición el efecto formal primario de la cantidad puede ser otro que la divisibilidad —Ej. Juan de Santo Tomás—, la divisibilidad seguirá siendo un efecto formal, aunque secundario. Esto ya que la divisibilidad es un efecto que siempre se da en todo ente que posea cantidad.

136

ARISTÓTELES. Física, VI, 1, 231a, 22. En adelante, se citará como "Física". PONFERRADA, p. 252 138 Física, VI, 1, 231a, 22 139 PONFERRADA, p. 252 140 Física, VI, 1, 231a, 22 141 PONFERRADA, p. 252 137

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III. NATURALEZA DE LA MAGNITUD O EXTENSIÓN (CANTIDAD CONTINUA) En este punto dilucidaremos cuál es la naturaleza de la cantidad entendida como extensión, es decir, si ésta es una sustancia o un accidente. Todos los cuerpos son extensos, es decir, poseen cantidad, lo cual puede responder a dos motivos diferentes: i. La sustancia corpórea se identifica con la extensión. ii. La extensión es un accidente —necesario— de toda sustancia corpórea. Debemos precisar que, en adelante, cuando hablemos de cantidad haremos referencia únicamente a la cantidad continua, que es aquella que se entiende como magnitud, extensión o dimensión. Esto ya que la cantidad discontinua —pluralidad o multitud— se da a partir de la existencia de dos o más entes, lo cual nos saca del foco del qué es en sí misma la cantidad. El qué de la cantidad se analiza siempre con miras a la cantidad continua, y así es como se suele trabajar a nivel doctrinal.142 Hecha esta precisión, pasamos a exponer cada una de estas posturas: 1. La sustancia corpórea se identifica con la extensión Esta tesis es sostenida, entre otros, por Descartes. Éste, citado por Ponferrada, señala: “La naturaleza de la materia o sea del cuerpo universalmente considerado, no consiste en que sea una cosa dura o pesada o coloreada o de algún otro modo sensible sino solamente en que sea una cosa extensa en largo, ancho y profundo.”143 Para Descartes, la sustancia se identifica con la extensión; es decir, toda sustancia es sustancia cuantitativa —res extensa. Esta postura será desestimada ateniendo a las consideraciones siguientes. 2. La extensión es un accidente necesario de la sustancia corpórea Si bien es cierto que toda sustancia corpórea posee cantidad, presentamos una serie de consideraciones por las cuales no es posible identificar una con otra: a. No todo cambio cuantitativo implica un cambio sustancial.- Todo cambio sustancial se produce por generación —surge un nuevo sujeto— o por corrupción —desaparece el 142 143

A modo de ejemplo, se puede ver el tratamiento que se hace en: ARTIGAS y SANGUINETI, p. 115-136 DESCARTES, René, citado por: PONFERRADA, p. 241

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sujeto—. No todo aumento o disminución de cantidad modifica la sustancia, pues un mismo sujeto puede engordar o adelgazar y seguir siendo el mismo. b. Cantidad y sustancia poseen funciones propias.- La sustancia existe en sí misma144, mientras que la cantidad no, y por eso es un accidente. Así, nadie ha encontrado cinco kilos o tres metros andando sueltos por la calle. Se los encuentra siempre y sólo en un sujeto. En esa línea, quien sí puede andar suelto por la calle es un perro de cinco kilos. c. Cada una se conoce de manera diferente (argumento gnoseológico).- La cantidad es conocida de manera directa mediante los sentidos —puedo tocar la carne del perro que pesa cinco kilos—. La sustancia, en cambio, no se conoce directamente por los sentidos, sino por la inteligencia. Dicho esto, podemos señalar que la cantidad es un accidente que existe en la sustancia sin identificarse con ésta, mas no se trata de cualquier accidente, sino que es un accidente necesario de toda sustancia corpórea. Esto quiere decir que “(…) es (…) un accidente que acompaña necesariamente a la substancia material.”145 Y es “(…) una propiedad de todo ente corpóreo: fluye de la esencia de éste (…)”146. La cantidad es un accidente que acompaña necesariamente a la sustancia material o corpórea debido a que la determina intrínsecamente, es decir: “(…) tener cantidad no es algo que compete a la substancia en virtud de sus relaciones con otro cuerpos, sino que, por el contrario, es su cantidad (…) lo que hace que la substancia tenga determinadas relaciones con otros cuerpos.”147 Es tal la determinación intrínseca que opera la cantidad sobre la sustancia, que se requiere una cierta cantidad de materia para preservar la forma sustancial. Dicho de otro modo, si la cantidad de materia que posee un hombre no se corresponde con la cantidad requerida por su forma sustancial, dicho hombre simplemente no existirá o lo hará con ciertas limitaciones. Tal es el caso, por ejemplo, de quien carece de alguno de sus miembros. Pero retomando lo primero, se tiene entonces que si un cambio cuantitativo es suficientemente importante, puede llegar a provocar un cambio sustancial. En ello se ve la importancia de la cantidad como accidente necesario que sigue a la materia de todo ente corpóreo. Al respecto, Artigas y Sanguineti señalan: 144

Preferimos decir en sí misma y no por sí misma porque el único que existe por sí mismo —aquél que no necesita de otros para existir— es Dios. 145 ARTIGAS y SANGUINETI, p. 116 146 PONFERRADA, p. 247 147 ARTIGAS y SANGUINETI, p. 117

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“Para cada substancia, existe una determinada cantidad de la materia necesaria para que pueda darse la correspondencia forma substancial y las cualidades que le son propias: se ha de dar una determinada disposición material, por ejemplo, para que se produzca ácido sulfúrico o para que se engendre y desarrolle un perro. Evidentemente, esta proporción es cada vez más compleja y delicada cuanto más perfecto es el ente de que se trate; (…). Si se rompe o disminuye esa proporción cuantitativa, se producirán cambios en las cualidades o incluso un cambio substancial, o se impedirá que la substancia actúe según todas sus posibilidades; así, una disposición cuantitativa que afecte a un ojo afectará a la capacidad de visión de un hombre, pero si esa indisposición afecta a un órgano principal, podrá causar la muerte.”148 A modo de síntesis, tenemos el siguiente cuadro:

CANTIDAD

Relación con la substancia

Consecuencias

Toda substancia se presenta acompañada necesriamente por la cantidad.

Accidente necesario

La determina intrínsecamente

Para existir, todo ente corpóreo necesita la cantidad de materia que corresponda a la exigencia mínima de su forma sustancial.

IV. EFECTOS FORMALES SECUNDARIOS DE LA CANTIDAD Tomando como punto de partida la definición de Juan de Santo Tomás, tenemos que el efecto formal primario de la cantidad es proporcionar al ente material un orden interno. En cuanto se da en un ente material, dicho orden es sucesivo —una parte es posterior a la otra— y espacial —que es lo propio de la materia. Como consecuencia de dicho orden, se desprenden una serie de efectos secundarios que pasamos a enumerar:

148

ARTIGAS y SANGUINETI, p. 117

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1. Divisibilidad.- “(…) todo ente material es divisible, ya que posee extensión y, por lo tanto, partes cuantitativas.”149. La pregunta por el límite de la división del ente material genera un problema que se conoce como la antinomia150 del continuo, la cual se plantea presentando dos alternativas: a. La división es infinita.- Si ello es así, habría un número infinito actual de partes que componen un ente finito. El absurdo radica en que lo infinito estaría incluido en lo finito. b. La división tiene término.- Sólo lo extenso es divisible. Si se llega al término de la división, se estaría frente a algo que carece de extensión. El absurdo radica en que lo extenso estaría compuesto de partes que carecen de extensión. Aristóteles plantea una solución a esta antinomia151. Toma como punto de partida el primer postulado —la división es infinita—, haciendo algunas precisiones para aclarar en qué sentido debe entenderse: i. Infinito actual.- Consiste en una cantidad infinita existente en acto, mayor a cualquier otra cantidad posible. Es imposible hablar de un infinito actual en los siguientes casos:  Infinito como sustancia material o ente corpóreo.- El concepto de ente material incluye el hecho de ser limitado. Si existiese una sustancia material infinita nada más podría existir, pues ocuparía todo el espacio posible.  Infinito como número.- A cualquier número pensado en términos aritméticos siempre se le puede sumar 1. En esa línea, no puede haber infinito en el orden de la adición. ii. Infinito potencial.- Se trata de una sucesión cuantitativa indefinida o inacabable, aunque las partes o unidades resultantes son finitas en acto. Así, refiriéndonos a la divisibilidad, puede hablarse de un proceso: “(…) consiste en un proceso de llegar a ser (…)”152. ¿Qué quiere decir esto de un proceso de llegar a ser? Se hace referencia a que el punto de partida y de llegada de una división siempre va a ser algo extenso. 149

ARTIGAS y SANGUINETI, p. 123 La antinomia es una formulación lógica que tiene dos posibilidades de solución, cada una de las cuales termina en un absurdo. En palabras de la Real Academia Española, es una “Contradicción entre dos principios racionales.” (Diccionario de la Real Academia Española, 2009) 151 Ver desarrollo del Infinito en: Física, III, 4, 202b, 30-8, 208a, 20 152 Física, III, 7, 207b, 15 150

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Ahora bien, si bien con cada división la extensión se va reduciendo, el resultado de toda división siempre va a ser algo extenso que, por naturaleza, puede ser dividido. Así, se puede pensar en infinitas divisiones, pues algo extenso siempre estará compuesto de algo extenso. En esa línea, todo lo extenso sería potencialmente infinito, pues podría ser susceptible de infinitas divisiones. Con relación a esto último, es necesario hacer algunas precisiones. Algo que Aristóteles no consideró debido a las limitaciones de la técnica de su tiempo es que siempre hay un mínimo indivisible en el orden de la naturaleza. Así, siempre hay un mínimo que no puede ser subdividido, pues de hacer tal división, la sustancia en cuestión dejaría de ser tal. Por ejemplo, puedo dividir el agua de un vaso hasta llegar a una molécula de agua — H2O—. Si divido esa molécula, dejo de tener agua. Ahora bien, a pesar de que no es posible plantear una división infinita potencial en el orden de la sustancia, sí es posible hacerlo en el orden del accidente cantidad. Esto ya que todo resultado de una división siempre va a ser algo afectado por el accidente cantidad; y toda cantidad es potencialmente divisible. 2. Mensurabilidad.- Todo ente afectado por la cantidad puede ser medido. Medir quiere decir comparar una cantidad —o extensión— con otra. En palabras de Artigas y Sanguineti: “(…) medir algo significa compararlo con una parte que se toma como unidad: por ejemplo, algo mide 30 metros de longitud cuando contiene 30 veces la unidad de longitud, que se supone aquí ser un metro.”153 3. Ubicación.- Todo ente afectado por la cantidad se encuentra en un lugar. 4. Unilocación.- A todo ente afectado por la cantidad le corresponde un único lugar. Nada puede estar en dos lugares a la vez. No de un modo natural. 5. Incompenetrabilidad.- Es imposible que dos o más entes afectados por la cantidad se encuentren simultáneamente en el mismo lugar. Hay compenetración cuando dos o más sustancias coexisten en el mismo lugar154. La incompenetrabilidad puede ser de dos clases: a. Externa.- Dos sustancias diferentes no pueden estar simultáneamente en el mismo lugar. 153

ARTIGAS y SANGUINETI, p. 124 Incluso cuando se habla de radiación, rayos gamma, etc., se entiende que hay interacción, desplazamiento, etc.; pero no compenetración. 154

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b. Interna.- Dos partes de la misma sustancia no pueden existir simultáneamente en el mismo lugar.

Efecto formal primario: ORDEN

Dicho orden es sucesivo Dicho orden es espacial Divisibilidad

CANTIDAD

Mensurabilidad Efectos formales secundarios

Ubicación

Unilocación

Incompenetrabildad

BIBLIOGRAFÍA  ARISTÓTELES. Categorías (Tratados de lógica). Barcelona, Gredos (RBA Coleccionables), 2007  ARISTÓTELES. Física. Barcelona, Gredos (RBA Coleccionables), 2007  ARISTÓTELES. Metafísica. Barcelona, Gredos (RBA Coleccionables), 2007  ARTIGAS Mariano, y SANGUINETI, Juan José. Filosofía de la Naturaleza. Pamplona, EUNSA, 1984  FRAILE, Guillermo. Historia de la Filosofía. I. Grecia y Roma. 7ª Edición. Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1997  PONFERRADA, Gustavo Eloy. Filosofía de la Naturaleza. Buenos Aires, UCALP, 2004

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“Llamo cualidad aquello según lo cual algunos se llaman tales o cuales; (…)”155 “(…) es la diferencia de la entidad (…)”156 "Precisiones en la línea de la forma" I. DEFINICIÓN Al igual que la cantidad, la cualidad es un género supremo y, por lo tanto, no es posible elaborar una definición esencial de ésta —por género y diferencia específica—. Esto ya que no hay un género que esté por encima de ella y la abarque. Al respecto, Artigas y Sanguineti señalan: “(…) por tratarse de uno de los géneros supremos del ser, no es posible definirla en sentido estricto: habría que recurrir a un género más universal que abarcara a la cualidad como una de sus especies, y ese género no existe.”157 En esa línea, al igual que como lo hicimos con la cantidad, sólo es posible realizar ensayar una definición operativa de cualidad. Así, más que decir qué es, trataremos de describir cómo se comporta. Aristóteles presenta dos definiciones complementarias de cualidad. La primera se encuentra en las Categorías, y dice: “Llamo cualidad aquello según lo cual algunos se llaman tales o cuales; (…)”158. La segunda se encuentra en la Metafísica: “(…) es la diferencia de la entidad (…)”159. Por su parte, Santo Tomás dirá que las cualidades son "precisiones en la línea de la forma". Así también, Dougherty habría dicho que se trata de "causas y principios primeros, inmediatos, intrínsecos, activos y pasivos de los comportamientos espontáneos de un ser natural". Teniendo en cuenta lo expuesto, siguiendo a Aristóteles, la cualidad es el accidente en virtud del cual un ente se dice tal ente. Se trata, pues, de las características propias de un ente que lo determinan en su forma o modo de ser.

155

ARISTÓTELES. Categorías, 8, 8b, 25. En adelante, se citará como "Categorías". ARISTÓTELES. Metafísica, V, 14, 1020b, 15. En adelante, se citará como "Metafísica". 157 ARTIGAS Mariano, y SANGUINETI, Juan José. Filosofía de la Naturaleza. Pamplona, EUNSA, 1984, p. 138. En adelante, se citará como "ARTIGAS y SANGUINETI". 158 Categorías, 8, 8b, 25 159 Metafísica, V, 14, 1020b, 15 156

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II. NATURALEZA Al igual que la cantidad, la cualidad es un accidente necesario de la sustancia que la determina intrínsecamente. Es un accidente necesario debido a que, al igual que la cantidad está en todo ente que posee materia, la cualidad está en todo ente que posee una forma. Así, por ejemplo, si bien los ángeles carecen de materia —y por eso carecen del accidente cantidad—, por tener forma —son formas puras— sí poseen el accidente cualidad. Con relación a cómo la cualidad determina intrínsecamente a la sustancia, Artigas y Sanguineti señalan: “(…) son accidentes intrínsecos, que determinan el modo de ser de la substancia: no se atribuyen a la substancia como algo que depende de circunstancias externas, sino como algo que afecta a su modo de ser (…)”160 Si bien tanto la cantidad cuanto la cualidad determinan a la sustancia intrínsecamente y, por lo tanto, son los únicos dos accidentes necesarios de la sustancia, se diferencian en que una la determina en lo relativo a la materia y la otra en lo relativo a la forma: “(…) [las cualidades] determinan a la substancia en relación con su forma, o sea, con su modo de ser, mientras que la cantidad es también un accidente intrínseco, pero que determina a la substancia en relación con su materia.”161 Podemos sintetizar lo expuesto en el siguiente cuadro:

Accidentes necesarios

Determinan a la sustancia intrínsecamente en

Cantidad

Materia

Cualidad

Forma

Sustancia

160 161

ARTIGAS y SANGUINETI, p. 138 ARTIGAS y SANGUINETI, p. 138

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III. REALIDAD DE LAS CUALIDADES La existencia objetiva de las cualidades no ha sido un tema pacífico en la filosofía ni en la ciencia. Presentamos a continuación las principales objeciones planteadas desde ambos campos y la respuesta a éstas: 1. Críticas a la existencia objetiva de las cualidades sensibles a. Críticas desde la filosofía [mecanicista] i. Demócrito Para Demócrito, toda la realidad viene determinada por tres principios: los átomos, el vacío y el movimiento. Los átomos son las unidades más elementales de la materia y, como tales, son irreductibles. El vacío existe, y con respecto al movimiento, éste es eterno y opera a modo de causa eficiente. Todo cuanto existe —incluso el alma— está compuesto por átomos, los cuales dan origen a diversos cuerpos según la forma, el orden, y la posición en la que se encuentren. En esa línea, las cualidades sensibles no existen en los cuerpos, sino son las maneras como los sujetos perciben la distribución de los átomos en los cuerpos. Las cualidades — como el color, el sabor, etc.— son sólo afecciones del sujeto que las percibe162. ii. René Descartes En el Discurso del método, después de admitir que la duda es el inicio del camino para conocer la verdad, Descartes enumera una serie de pasos que permiten conocerla. Estos pasos son163: 1. Sólo dar por sentado lo que es claro y distinto. La claridad se refiere al conocimiento de todos los componentes de una determinada realidad, mientras que la distinción hace referencia a la posibilidad de diferenciar una realidad respecto de otras. 2. Descomponer lo complejo en lo simple. 3. Proceder con orden y grado. Avanzar progresivamente sin saltar operaciones. 4. Hacer enumeraciones completas: síntesis. En esta serie de pasos, al analizar las cualidades sensibles, Descartes niega su carácter objetivo. Según Ponferrada, Descartes: 162

Cfr. PONFERRADA, Gustavo Eloy. Filosofía de la Naturaleza. Buenos Aires, UCALP, 2004, p. 282. En adelante, se citará como "PONFERRADA". 163 Cfr. DESCARTES, René. Discurso del método. Barcelona, Folio, 2006, p. 26-27

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“(…) considera válidas sólo las ideas “claras y distintas”; pero como de las cualidades tenemos solamente ideas “adventicias” que son “obscuras y confusas” no tenemos seguridad alguna de su existencia real.”164 Para Descartes, el mundo está compuesto por res extensa, es decir, cantidad, de la que pueden haber ideas claras y distintas. De las cualidades no pueden haber ideas claras y distintas porque cada uno las percibe de maneras diferentes. iii. John Locke En palabras de Ponferrada: “Es el empirista JOHN LOCKE (1632-1704) el que elaboró gnoseológicamente la teoría mecanicista: sin dudar de la existencia de lo sensible, distinguió entre la que denominó "cualidades primarias” (solidez, extensión, figura, número, movimiento, reposo, impenetrabilidad) y las “cualidades secundarias” (colores, sonidos, sabores, frío, calor, dureza, pesantez, rugosidad, suavidad). Las primeras existen realmente en los cuerpos; las segundas “no son nada en los objetos sino sólo poderes para producir sensaciones en nosotros”.”165 De acuerdo con lo expuesto, las cualidades primarias son aquellas vinculadas a la cantidad, mientras que las cualidades secundarias son aquellas vinculadas a las cualidades sensibles. Para Locke sólo las primeras existen objetivamente en las cosas, mientras que las segundas son subjetivas, es decir, son puestas por el sujeto que las percibe. iv. George Berkeley Berkeley afirmó que el ser —lo real— sólo existe en tanto que es percibido, es decir, el ser es equivalente al ser percibido —esse est percipi—. Todo lo que es percibido es real, por eso sólo existe lo que se puede percibir. Así, tanto las cualidades primaras cuanto las secundarias existen sólo en la medida que son percibidas. b. Críticas desde la ciencia: Galileo Galilei Según señala Ponferrada:

164 165

PONFERRADA, p. 282 PONFERRADA, p. 282

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“Para GALILEO GALILEI (1564-1642) sólo las matemáticas pueden dar explicación de lo detectado por la experimentación al mensurar lo observable; ahora bien, las cualidades no son directamente mensurables por no pertenecer al orden cuantitativo (que es el aspecto real de las cosas); por esto concluye que las cualidades son afecciones del sujeto producidas por el movimiento mecánico de partículas sobre nuestros órganos sensoriales.”166 Para Galileo, todo se explica mediante movimientos mecánicos que pueden ser medidos por medio de las matemáticas. En tanto las cualidades no pueden ser medidas con cálculos matemáticos, desestima su naturaleza real. Demócrito: Las cualidades son las maneras cómo los sujetos perciben la distribución de los átomos en los cuerpos.

Descartes: Las cualidades no se ajustan a lo porque cada uno las percibe de maneras diferentes.

Filosofía John Locke.- Sólo las cualidades primarias -relativas a la cantidadexisten objetivamente. Las secundarias no.

Críticas a la existencia objetiva de las cualidades sensibles

George Berkeley.- Lo real lo es en tanto es percibido. El es el .

Ciencias experimentales

Galileo Galilei.- Lo real se explica mediante movimientos mecánicos que pueden ser medidos con las matemáticas.

2. Respuesta a las críticas A modo de respuesta a las críticas que niegan la existencia objetiva de las cualidades sensibles, tenemos: a. Las explicaciones mecanicistas no son científicas en sentido filosófico —conocimiento cierto por las causas—, sino descriptivas. Abordan el todo definiéndolo en función de sus partes constitutivas, y las cualidades no son partes. 166

PONFERRADA, p. 282

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b. Los mecanicistas tienen una gnoseología que exagera el rol del sujeto en el acto de conocer. Todo lo que conocemos, lo conocemos desde lo que somos, pero ello no quiere decir que la realidad con sus cualidades propias no exista fuera de nuestra mente. c. Descartes aplica su método a las cualidades pero no a la res extensa, pues no la define de manera clara y distinta. d. Pretender asimilar filosofía a las matemáticas es reducirla. e. Demócrito sostenía que los átomos tenían extensión y eran indivisibles. Si tienen extensión, entonces deben ser divisibles. f. Las ciencias afirman que las cualidades (color, sonido, etc.), son afectaciones en el medio (Ej. ondas). Se trataría de efectos sin causa, pues no reconocen que dicha afectación en el medio procede de la sustancia, es decir, es algo de la cosa misma.

IV. CLASES DE CUALIDADES Aristóteles distingue 4 clases de cualidades: 1. Estado [o hábito] y disposición Estado y disposición son cualidades que “(…) modifican a la substancia en sí misma en su forma de ser (…)”167, de forma que “(…) hace al sujeto ya mantener su modo de ser conveniente o inconveniente (como la salud o su enfermedad), ya obrar de un modo dado (modifica las potencias indeterminadas, el entendimiento y la voluntad) (…)” 168 . Ahora bien, la diferencia entre ambas es la siguiente: a. Estado o hábito.- “(…) difiere de la disposición por ser más estable y duradero (…)”169, razón por la cual es llamado segunda naturaleza. Jolivet precisa: “Llámese así a las maneras de ser que afectan a la misma naturaleza de un ser, sea espiritual (el don de la música), sea corporal (la salud).”170

167

PONFERRADA, p. 280 PONFERRADA, p. 280-281 169 Categorías, 8, 8b, 28 170 JOLIVET, Regis. Curso de filosofía. Buenos Aires, Club de lectores, 1985, p. 97 168

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b. Disposición.- Disposiciones son “(…) aquellas cosas que son fácilmente mudables y cambian con rapidez (…)”171. Es el caso, por ejemplo, de las emociones. Se debe precisar que los hábitos que perfeccionan al sujeto se denominan virtudes, mientras que los que le restan perfección se denominan vicios. Así, un ejemplo de virtud es la templanza —la cual regula el uso de los placeres—, mientras que un ejemplo de vicio es la temeridad —por la cual uno se lanza a la búsqueda de un bien arduo sin un adecuado juicio de la razón. 2. Capacidad o incapacidad natural [o potencia e impotencia] Esta segunda clasificación abarca las cualidades que se ordenan a la operación: “(…) las potencias activas y pasivas, la atracción de los cuerpos, la resistencia, la carga eléctrica; en los vivientes, las potencias vegetativas, sensitivas y racionales.”172. Así, se refiere a las potencias que “(…) disponen al sujeto a actuar (…)”173. Esta segunda clase de cualidades pueden ser: a. Potencia o capacidad natural.- Denota la aptitud para llevar a cabo una operación. Ej. la potencia nutritiva faculta la nutrición, de igual modo que la potencia visiva permite la visión. Se refiere a la potencia en el pleno uso de sus virtualidades. b. Impotencia o incapacidad natural.- Se da cuando la cualidad que inhiere en la sustancia denota una debilidad de la potencia. Ej. la miopía. 3. Cualidades afectivas y afecciones [o cualidad pasiva y pasión] Esta tercera clasificación abarca las cualidades sensibles o afectivas, ya sea las cualidades sensibles propias (captadas por un solo sentido: color, olor, sonido, sabor, calor, dureza, etc.), como las cualidades sensibles comunes (captadas por más de un sentido: número, magnitud, figura, movimiento, quietud). Se trata de cualidades que afectan al sujeto sensiblemente174: a. Cualidades afectivas.- Son cualidades que “(…) se originan a partir de afecciones inamovibles y permanentes.”175 Ej. La palidez o la negrura en la constitución natural.

171

Categorías, 8, 8b, 35 PONFERRADA, p. 281 173 PONFERRADA, p. 280 174 Cfr. PONFERRADA, p. 280 175 Categorías, 8, 9b, 20 172

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b. Afecciones.- No son cualidades, sino simples afecciones aquellas que se originan “(…) a partir de cosas que se descomponen fácilmente y se retiran con rapidez (…)”176. Ej. El sonrojarse al avergonzarse, o palidecer al asustarse. 4. Forma y figura Se trata de cualidades que determinan la terminación de la cantidad o extensión177. Dicho en otras palabras, se trata de cualidades que establecen cómo son los límites externos de un cuerpo, o cómo es “(…) lo que envuelve a cada cosa (…)”178. Se trata de la forma y figura. Nótese que no se habla de forma en el sentido de la distinción de materia y forma. Se diferencian una de otra: a. Forma.- Afecta a los entes materiales artificiales. Ej. La forma de una estatua. b. Figura.- Afecta a los entes materiales naturales. Ej. La figura de un caballo. Estado o hábito

Modifican la sustancia en sí misma en su modo de ser.

Cualidad que difícilmente se mueve de un sujeto.

Mantener modo de ser y mantender modode obrar.

Disposición Cualidad que se mueve de un sujeto con facilidad. Capacidad natural

Cualidades operativas Disponen al sujeto a actuar.

El sujeto está bien dispuesto. Incapacidad natural La disposición es deficiente.

CUALIDADES

Cualidades sensibles

Cualidades sensibles o afectivas Afectan al sujeto sensiblemente (sensibles: propias e impropias)

Afectan al sujeto de forma estable. Afecciones Afectan al sujeto de forma inestable. No son cualidades. Forma

Forma y figura Determinan cómo son los límites externos de un cuerpo

Entes materials artificiales Figura Entes materiales naturales

176

Categorías, 8, 9b, 29 Cfr. PONFERRADA, 281 178 Categorías, 8, 10a, 12 177

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V. MEDICIÓN DE LAS CUALIDADES En sentido propio, sólo se miden las cantidades. Las cualidades se miden en sentido impropio, es decir, en palabras de Artigas y Sanguineti, de manera indirecta: “La medición de una cualidad siempre es indirecta, puesto que lo que se mide directamente son aspectos cuantitativos, y la cualidad es un modo de ser no cuantitativo —aunque determina a la substancia a través de la cantidad, lo cual hace posible esa medida indirecta.”179 Habiendo dicho lo señalado, existen dos modelos de medición de las cualidades: 1. Medición de los efectos cuantitativos producidos por una cualidad En esta clase de medición no se mensura directamente la cualidad, sino el efecto que ésta produce. Así, la cualidad se mide indirectamente a través de dicho efecto. Ej. Al medir la temperatura con un termómetro, lo que se mide es la dilatación que experimenta el mercurio a causa del calor. 2. Tomando como parámetro una cualidad determinada Se determina una cualidad que va a servir como punto de comparación entre varios cuerpos, estableciendo un cuerpo que posea dicha cualidad en lo que se va a considerar como el grado máximo, y otro cuerpo que la posea en lo que se considere el grado mínimo. Los demás cuerpos se sitúan entre ambos cuerpos según cómo posean dicha cualidad. Así, para el caso de la medición de los minerales, se puede usar como cualidad de medida la dureza, entendida ésta como la resistencia al rayado. Se coloca en el máximo de la escala al diamante, y en el mínimo de la escala al talco. La escala se completa de manera que un mineral tiene sobre sí a todos los que lo rayan, y debajo de sí a todos a los que raya.

BIBLIOGRAFÍA  ARISTÓTELES. Categorías (Tratados de lógica). Barcelona, Gredos (RBA Coleccionables), 2007  ARISTÓTELES. Metafísica. Barcelona, Gredos (RBA Coleccionables), 2007  ARTIGAS Mariano, y SANGUINETI, Juan José. Filosofía de la Naturaleza. Pamplona, EUNSA, 1984 179

ARTIGAS y SANGUINETI, p. 146

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 DESCARTES, René. Discurso del método. Barcelona, Folio, 2006  JOLIVET, Regis. Curso de filosofía. Buenos Aires, Club de lectores, 1985  PONFERRADA, Gustavo Eloy. Filosofía de la Naturaleza. Buenos Aires, UCALP, 2004

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“(…) el lugar de una cosa es el primer límite inmóvil de lo que la contiene.”180 I. DEFINICIÓN 1. Qué no es el lugar Para Aristóteles, cuando se habla de lugar se puede hacer referencia tanto al continente cuanto al contenido. El contenido es lo que se encuentra en un lugar, mientras que el continente es aquello que contiene a lo contenido en dicho lugar. Esto ya que el contenido debe estar "en" algún lugar. De cara a determinar qué es el lugar, Aristóteles señala que éste tiene que ser una de cuatro posibles realidades. Así, sostiene: “Porque el lugar tiene que ser alguna de estas cuatro cosas: o forma, o materia, o una suerte de extensión que está entre los extremos, o los extremos, si no hay ninguna extensión aparte de la magnitud del cuerpo que llega a estar en el continente.”181 De acuerdo con lo expuesto, el lugar debe ser alguna de estas: a) la forma del contenido, b) la materia del contenido, c) la extensión entre los extremos del contenido y el continente, o d) los extremos —o límite— del continente. Pasaremos a descartar las alternativas que, a consideración de Aristóteles, no son acertadas. a. El lugar no es la forma Se habla de forma en el sentido de principio constitutivo intrínseco actual de la sustancia —es en este sentido que se habla de materia y forma—. Aristóteles señala que el lugar no puede ser la forma del contenido: “(…) el lugar no puede ser alguna de estas dos cosas, pues la forma y la materia no son separables de la cosa, mientras que el lugar puede serlo; porque donde había aire allí, a su vez (…) habrá agua, reemplazándose recíprocamente el agua y el aire, y de la misma manera los otros cuerpos. De allí que el lugar de una cosa no es ni una parte ni un estado de ella, sino que es separable de cada cosa.”182

180

ARISTÓTELES. Física, IV, 4, 212a, 20. En adelante, se citará como "Física". Física, IV, 4, 211b, 5-10 182 Física, IV, 2, 209b, 24-28 181

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Aristóteles señala que el lugar no puede ser la forma ni la materia porque ambas, en cuanto principios constitutivos intrínsecos de todo ente corpóreo, se mueven con éste. En cambio, el lugar permanece siendo el mismo después del movimiento, de forma que en el lugar donde antes había aire, luego puede haber agua, y luego a su vez alguna otra cosa. b. El lugar no es la materia Si bien el lugar no puede ser la materia del cuerpo por la misma razón que no puede serlo su forma, Aristóteles señala además que “(…) es imposible que el lugar sea un cuerpo, porque entonces habría dos cuerpos en el mismo lugar.”183 Así, el lugar tampoco puede ser la materia de un cuerpo por dos motivos. En primer lugar, al igual que la forma, dado que la materia es un principio constitutivo intrínseco — potencial— de todo ente, se mueve con éste, mientras que el lugar permanece. En segundo lugar, si el lugar fuera materia, habría dos materias en el mismo lugar: la materia del cuerpo y la materia del lugar, lo cual es imposible debido a la incompenetrabilidad de la materia. c. El lugar no es extensión entre los extremos En este punto se considera si el lugar puede ser la extensión entre los límites del cuerpo contenido y el continente. Dicho en otras palabras, se trataría de una extensión que, sin ser material, envolvería el cuerpo del contenido. Así, el lugar sería una suerte de espacio inmaterial —a modo de extensión en sí misma— entre un hombre —contenido— parado en la calle y el aire que lo rodea —continente—. Aristóteles responde a este planteo señalando que: “(…) puede parecer que la extensión entre los extremos es algo, como si fuese una cosa independiente del cuerpo desplazado. Pero no hay tal cosa; lo que sucede es que un cuerpo cualquiera entre los desplazados entra en el continente y está por naturaleza en contacto con otro. Si hubiese realmente una extensión que existiera por sí y permaneciese en sí misma, entonces habría un número infinito de lugares en el mismo lugar.”184 Aristóteles señala que no existe la extensión en sí misma, sino que toda extensión se refiere a un cuerpo, de forma que siempre hay algo en un lugar. Si no fuera así y existiera la extensión en sí misma, habría infinitas extensiones en cada lugar, pues la extensión, al no ser material, no podría excluir a otras infinitas extensiones de estar en el mismo lugar.

183 184

Física, IV, 1, 209a, 7 Física, IV, 4, 211b, 15-20

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2. Qué es el lugar Aristóteles define el lugar señalando que “(…) el lugar de una cosa es el primer límite inmóvil de lo que la contiene.”185. A fin de entender esta definición, es preciso tener en cuenta algunas consideraciones: a. Consideraciones previas i. Si hay algo que contiene —continente—, debe haber algo contenido. El lugar existe gracias a la relación entre ambos. ii. Entre contenido y continente hay relación de contacto, es decir, los extremos de ambos están juntos, de forma que donde termina una cosa, empieza otra. No hay relación de continuidad, pues los extremos de ambos no son la misma cosa, en cuyo caso, contenido y continente serían lo mismo186. iii. El lugar en el sentido aquí expuesto se refiere al lugar propio. Hay dos formas de entender el lugar: a) Lugar propio.- Limita a la sustancia y sólo a ella, de forma que nada de ella queda fuera. Ej. Zona de contacto del agua con mi cuerpo mientras permanezco inmóvil debajo del agua. b) Lugar común.- Se trata del lugar que comparto con otros entes. Ej. El río o la playa. b. Consideraciones propias de la definición i. El lugar no es algo del contenido sino del continente. El lugar no es el límite externo del contenido, sino es el límite primero del continente. ii. Se trata del límite primero del continente, es decir, de aquello del continente que está inmediatamente en contacto con el contenido.

185 186

Física, IV, 4, 212a, 20 Ver: Cantidad como extensión y pluralidad, del capítulo 4.

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iii. Se trata de un límite inmóvil. Para efectos de definir lugar, es preciso usar el término inmóvil en su sentido formal, pues la inmovilidad puede entenderse en dos sentidos: a) Inmovilidad material.- Según ésta, todos los componentes físicos que rodean un cuerpo deben encontrarse carentes de movimiento. Ej. Las moléculas de agua a mi alrededor mientras buceo, que deberían ser siempre las mismas si el agua y yo permanecemos inmóviles. Gracias a la física cuántica, hoy se sabe que, aun las partículas que parecen inmóviles, están en constante movimiento. b) Inmovilidad formal.- Se refiere a la zona de contacto. Siempre hay algo del continente en contacto con el contenido, por más que se trate de partículas diferentes. Ej. Siempre hay moléculas de agua a mi alrededor mientras permanezco quieto debajo del agua, por más que se trate de un río que mueve gran cantidad de agua y dichas moléculas no sean las mismas.

II. NATURALEZA El lugar es un límite, y se debe considerar como tal. En palabras de Aristóteles, “El lugar parece ser semejante a un recipiente (…)” 187; sin embargo, no se debe pensar que el lugar es siempre una materia determinada. Puedo estar sumergido cerca de la superficie del mar, y en ese caso, el lugar en el que estoy será la zona de contacto de mi cuerpo con el agua. Seguidamente, el mar puede retirarse sin que yo me mueva y el mismo lugar será ahora la zona de contacto de mi cuerpo con el aire. Las moléculas —agua y aire— a mi alrededor han cambiado, pero el lugar sigue siendo siempre el mismo a modo de zona de contacto. El lugar es un límite material. El lugar tal como se ha venido tratando hasta el momento difiere del accidente lugar, llamado también ubi o ubicación, el cual —por ser accidente— es algo propio de la sustancia y se mueve con ella. Esto se desarrollará más adelante.

III. TEORÍA DE LOS LUGARES NATURALES Aristóteles sostiene que cada cosa tiende al lugar que le es propio, y dicho lugar está determinado por la clase de cuerpo que se trate. Así, señala: “(…) por naturaleza lo ligero

187

Física, IV, 2, 209b, 28

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se desplaza hacia arriba y lo pesado hacia abajo (…)”188. En esa línea, el movimiento violento consiste en sacar algo de su lugar natural (Ej. lanzar una roca al aire).

Fuego (+ sutil) Aire Agua Tierra (- sutil)

Si bien la teoría de los lugares naturales ha sido superada, parte de un presupuesto correcto, que consiste en que existe una relación entre la naturaleza del cuerpo y su lugar.

IV. NOCIONES RELACIONADAS CON EL LUGAR: 1. Accidente lugar o ubicación Lo propio de la sustancia es existir en sí misma. Lo propio de los accidentes, en cambio, es existir en la sustancia, determinándola según el accidente del que se trate. Uno de los nueve accidentes que inhieren —existen en— en la sustancia es la ubicación. Como tal, consiste en el orden de la sustancia respecto del lugar. Respecto de esta definición, es posible hacer algunas aclaraciones: i. La ubicación es un accidente que determina extrínsecamente a la sustancia. La determina extrínsecamente porque lo hace con referencia a algo externo a ella, que es el lugar189. ii. Se trata de algo que existe realmente en la sustancia. Existe en ella como accidente suyo. Si no existiera en ella —si fuera algo ajeno a ella—, no se podría explicar el movimiento de traslación. Esto ya que se conoce el desplazamiento —cambio de ubicación— de un sujeto cuando su movimiento se compara con algo que permanece inmóvil. iii. El accidente lugar depende y se desprende de la cantidad.

188 189

Física, IV, 4, 212a, 25 Cfr. PONFERRADA, Gustavo Eloy. Filosofía de la Naturaleza. Buenos Aires, UCALP, 2004, p. 272

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2. Espacio a. Consideraciones generales El espacio puede considerarse de las siguientes maneras: i. Ente material.- Las relaciones concretas de distancia entre los cuerpos o entre las partes de un mismo cuerpo son algo real. Se puede considerar que el espacio es un ente material si se entiende por él la misma extensión corpórea en cuanto a sus relaciones de distancia entre diversos lugares190. ii. Ente de razón.- Cuando se consideran las relaciones de distancia entre los cuerpos de modo abstracto, prescindiendo en la materia concreta de la que se dan, se obtiene una noción que sólo existe o puede existir en la medida que puede ser pensado, y por lo tanto se trata de un ente de razón191. iii. "Espacio matemático".- En las matemáticas se construyen diversos "espacios matemáticos", para cuya construcción se emplean definiciones y principios específicos. Ninguno de estos guarda necesariamente una relación directa con la realidad192. Consideramos importante cerrar este punto con algunas breves consideraciones acerca de lo que las ciencias pueden afirmar respecto del vacío ontológico, es decir, la nada. Artigas y Sanguineti sostienen que: “Hay que advertir también que no existe el vacío ontológico que, por definición, sería la «nada». Cuando en las ciencias experimentales se habla del «vacío», se expresa la ausencia de unas determinadas propiedades materiales experimentables, pero eso no excluye la existencia de cualquier propiedad material: nunca se podrá afirmar el vacío ontológico, ya que las posibilidades de experimentación serán siempre relativas a los conocimientos y técnicas — siempre superables— de un determinado momento.”193

190

Cfr. ARTIGAS Mariano, y SANGUINETI, Juan José. Filosofía de la Naturaleza. Pamplona, EUNSA, 1984, p. 189. En adelante, se citará como "ARTIGAS y SANGUINETI". 191 Cfr. ARTIGAS y SANGUINETI, p. 189 192 Cfr. ARTIGAS y SANGUINETI, p. 195-196 193 ARTIGAS y SANGUINETI, p. 191-192

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b. Concepción desde la filosofía Las distintas concepciones de espacio que se han planteado desde la filosofía oscilan entre dos extremos: la concepción ultramaterialista y la concepción idealista. Pasaremos a explicar los principales exponentes de cada una: i. Isaac Newton (Concepción ultramaterialista) Newton propone la existencia de un vacío infinito. Este sería “(…) el lugar en el que en último término se encuentran localizados los términos.”194 En palabras de Artigas y Sanguineti: “Esta es la noción de «espacio absoluto» propuesta por Newton, y que ha sido ampliamente utilizada por la Física Clásica. (…) espacio vacío, homogéneo, infinito, lugar de todo el universo corpóreo y de cada una de sus partes (…)”195 Este vacío infinito es presupuesto de la primera ley del movimiento de Newton196, la cual supone que el desplazamiento es posible hasta el infinito. Para Newton, el espacio infinito es una realidad en sí misma —existe prescindiendo incluso del hombre— que permite todo movimiento. Artigas y Sanguineti critican esta postura señalando que Newton concibe el espacio como un ente de razón, pues se trata de una construcción mental que abstrae las extensiones para considerarlas despojadas de toda materia. A este ente de razón, sin sustento alguno, se le atribuiría una extensión infinita.197 ii. Gottfried Wilhelm Leibniz (Concepción idealista) Para Leibniz, el espacio es un sistema de relaciones. Para Leibniz, no tiene existencia en sí mismo, sino que se trata del orden de los coexistentes, así como el tiempo es el orden de los sucesivos. Todo orden requiere una inteligencia que ordena, por lo tanto la existencia del espacio y del tiempo depende íntegramente de los hombres. Leibniz concede tanta realidad al espacio como a un árbol genealógico.

194

ARTIGAS y SANGUINETI, p. 189 ARTIGAS y SANGUINETI, p. 189 196 Primera ley: Si la suma vectorial de las fuerzas que actúan sobre un cuerpo es igual a cero, este cuerpo permanecerá en reposo o seguirá moviéndose a velocidad constante. 197 Cfr. ARTIGAS y SANGUINETI, p. 189-190 195

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iii. Immanuel Kant (postura intermedia) Kant sostiene una postura intermedia entre la concepción ultramaterialista y la realista. Para él: “El espacio es una representación necesaria a priori que sirve de fundamento a todas la intuiciones exteriores. No hay medio de representarse (de imaginar) que no haya espacio, aunque sí sea posible pensar que no haya objetos en el espacio. Este espacio es considerado como la condición de la posibilidad de los fenómenos, y no como una determinación que de ellos depende, y constituye una representación a priori que sirve de fundamento de una manera necesaria, a los fenómenos exteriores.”198 Para Kant, el espacio —al igual que el tiempo— es una forma a priori de la sensibilidad. Cuando un sujeto conoce, ordena, y el primer ordenamiento es espaciotemporal. El espacio es una forma de sensibilidad inherente al hombre, que no le viene de la experiencia ni es generada por él. c. Concepción desde la ciencia La física tradicionalmente se ha apoyado sobre una geografía euclídea, la cual parte de la premisa de que el espacio es plano. Postula, por ejemplo, que dos rectas paralelas nunca se encontrarán por más que se extiendan indefinidamente. En los últimos siglos, la ciencia ha desarrollado una forma diferente de concebir el espacio. i. Bernhard Riemann (1826-1866) Se trata de un matemático alemán que elaboró un sistema de geometría que contribuyó al desarrollo de la física moderna. Según Artigas y Sanguineti: “En la Geometría de Riemann se afirma, por ejemplo, que por un punto exterior no se puede trazar ninguna paralela a una recta; se prescinde de la infinitud de las líneas rectas, admitiendo que son líneas cerradas; resulta que el espacio es ilimitado, pero no es infinito; además de las tres dimensiones «ordinarias» del espacio, se admite que el espacio tiene una curvatura respecto a una cuarta dimensión.”199

198 199

KANT, Immanuel. Crítica a la razón pura. Buenos Aires, Aguilar, 2010, p. 73 ARTIGAS y SANGUINETI, p. 195

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Años más tarde, Einstein se sirvió de esta concepción de espacio curvo para apoyar en él la teoría de la relatividad, según la cual, el espacio y el tiempo son curvados por la gravedad. ii. Nikolái Ivánovich Lobachevski (1793-1856) Fue un matemático ruso, y uno de los primeros en aplicar un tratamiento crítico a los postulados fundamentales de la geometría euclídea. Descubrió un sistema de geometría no euclídea, destacando sus obras: Sobre los principios de la geometría (1829) y Geometría imaginaria (1835). Sus teorías aún carecen de aplicación. d. Breves consideraciones finales desde la filosofía de la naturaleza A modo de reflexión final, podemos presentar las siguientes consideraciones:  Es inapropiado considerar el espacio como un ente físico.  Resulta más adecuado hablar de lugar del ente material.  La consideración del espacio es propio de la filosofía de las ciencias.

Newton El espacio infinito es una realidad en sí misma que permite todo movimiento.

Filosofía

Leibniz Sistema de relaciones. Orden de los coexistentes. Kant Forma a priori de sensibilidad.

Espacio

Riemann Espacio es curvo.

Ciencias Lobachevsky Geometría no euclídea.

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BIBLIOGRAFÍA  ARISTÓTELES. Física. Barcelona, Gredos (RBA Coleccionables), 2007  ARTIGAS Mariano, y SANGUINETI, Juan José. Filosofía de la Naturaleza. Pamplona, EUNSA, 1984  KANT, Immanuel. Crítica a la razón pura. Buenos Aires, Aguilar, 2010  ARTIGAS, Mariano, y SANGUINETI, Juan José. Filosofía de la Naturaleza. Pamplona, EUNSA, 1984  PONFERRADA, Gustavo Eloy. Filosofía de la Naturaleza. Buenos Aires, UCALP, 2004

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Es Bachiller en Derecho por la Pontificia Universidad Católica del Perú (2011) con estudios de pregrado —modalidad de intercambio— en la Universidad Carlos III de Madrid (setiembre 2009 - febrero 2010). Es seminarista de la Fraternidad Apostólica Sacerdotal Tomás de Aquino —FASTA— (2011 a la fecha). Es miembro fundador de la rama juvenil de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino —SITA Joven— (2013 la fecha). Aprobó el examen para acceder al título de Bachiller en Filosofía por la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino —UNSTA— (2015). Es estudiante de teología de la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino —UNSTA— (2015 a la fecha). Otros títulos en Ediciones Phantasmata: Amor y responsabilidad: una síntesis.

¿Qué es la filosofía de la naturaleza? Se trata de la rama de la filosofía que se encarga del estudio del ente material. Dicho en otras palabras, se ocupa del estudio de aquello que es común a todas las realidades corpóreas desde un punto de vista filosófico. ¿Qué implica el abordaje filosófico? Que las preguntas que se plantea la filosofía de la naturaleza buscan dilucidar el por qué de los principales fenómenos que afectan todas las realidades físicas y no tanto el cómo. Así, se interroga más por las causas del fenómeno que por su descripción, siendo que de esto último se ocupan predominantemente las distintas ciencias de la naturaleza. Después de una introducción a la materia, en estos Apuntes de Filosofía de la Naturaleza encontraremos un desarrollo sintético de las principales cuestiones relativas al movimiento, tiempo, cantidad, cualidad y lugar. Se trata de una buena primera aproximación para todo aquél que quiera acercarse al estudio de la filosofía de la naturaleza.

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