Aproximación a una definición operativa de la ideología (2012)

July 17, 2017 | Autor: Alex Ojeda | Categoría: Ideología, Discursos Y Dominación, Ideologia, Sociologia Política
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Descripción

Aproximación a una definición operativa de la ideología Alex R. Ojeda Copa1 El objeto de estudio de la sociología ha sido definido y justificado por las más diversas perspectivas, generando una complejidad epistémica, teórica y metodológica en su interior, que es vista como un caos irritante por el modelo positivista de ciencia. La imagen que se proyecta hacia afuera es vista todavía con más confusión, tanto para las demás ciencias sociales como para la sociedad en general 2. Este estatuto epistemológico, nómada y a veces funcional, se refleja en las

—a veces desconcertantes y esotéricas—

sociologías

especiales 3 ; que invaden, como agentes encubiertos listos a infiltrarse, las áreas consolidadas de las disciplinas científicas —o ciencias disciplinadas— para revelar los secretos que el poder allí esconde. No obstante, existe un conjunto de tópicos en la historia de nuestra (in)disciplina que ya son clásicos e insoslayables para cualquier sociólogo, como es el caso de la ideología. Ya en los autores clásicos de la sociología, desde sus respectivas posiciones y terminologías, se constata aquello: Marx y la ideología como falsa conciencia, Durkheim y el estudio de los hechos sociales inmateriales, Weber y el sentido de la acción social. Aquí, sin embargo, llegaremos a una definición de la ideología ligada a la etapa raciovitalista de Ortega y Gasset y al enfoque cognitivo, social y discursivo de Teun van Dijk. Después de la lectura de dos extractos seleccionados de estos autores (ver la bibliografía) me parece que con ellos se puede llegar a una definición más clara y operativa de la ideología y su relación con las ideas y las creencias. Que a la vez no conlleve el inmanentismo de la noción marxiana, la cosificación de la definición durkheimiana y que complemente la versión weberiana. Además, de que posibilita no caer en aquella visión decimonónica, casi metafísica, de los fenómenos sociales independientes de los individuos o como fenómenos difusos en algún lugar incierto de la sociedad.

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Escrito en abril del 2012. Desde nuestros amigos y familiares hasta los gobernantes de turno y burócratas que prefieren administradores, politólogos y, principalmente, economistas, para el diseño de políticas públicas dirigidas hacia la sociedad. 3 Sociología del trabajo, económica, política, cultural, histórica, de la salud, del conocimiento, del turismo, del espacio, del arte, de la música, de la explotación, de la ciencia, etcétera, etcétera. ¿Qué se viene en el futuro? 2

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Ideas y creencias Entender a un hombre o a un grupo de hombres, a una nación o un pueblo, o a un agregado mayor de personas en un determinado tiempo y espacio, intuitivamente implica explicar lo que hacen. Pero, lo que hacen está en función de lo que tienen en su mente 4, lo cual nos puede señalar que debemos comprender sus ideas como correlatos de sus acciones. Estas ideas pueden variar en su grado de elaboración y uno pensaría que debe ser muy distinto entender a un tecnócrata del Banco Mundial, que es PhD de Harvard en economía, que a un “simple” cocalero del Chapare, pero: “sean pensamientos vulgares, sean rigorosas ‘teorias cientificas’, [de todos modos] siempre se tratan de ocurrencias que en un hombre surgen, originales suyas o insufladas por el prójimo” (Ortega y Gasset 1976: 15). Este tipo de ideas en realidad son secundarias y están ligadas a otro tipo de “ideas” más básicas que confieren a los sujetos estabilidad emocional y ubicación intelectual en el mundo. Las ideas secundarias “brota[n] de uno u otro modo dentro de una vida que preexistía a ella[s]. […] constituida por ciertas creencias básicas y, por así decirlo, montada sobre ellas” (16). A primera vista, tales creencias, que son esas “ideas” básicas, parecieran insignificantes y propias de ciertas culturas no racionalizadas (instrumentalmente), inclusive despreciadas por las mismas ideas desarrolladas y sistematizadas, sin embargo, ¨[l]as creencias constituyen la base de nuestra vida, el terreno sobre que acontece. Porque ellas nos ponen delante lo que para nosotros es la realidad misma. Toda nuestra conducta, incluso la intelectual, depende de cuál sea el sistema de nuestras creencias auténticas (22). Tales creencias no se encuentran en un nivel consciente, es decir que, en general, pasan inadvertidas a nuestro pensamiento y a las herramientas criticas del trabajo intelectual, “no llegamos a ellas tras una faena de entendimiento, sino que operan ya en nuestro fondo cuando nos ponemos a pensar sobre algo” (19). Lo cual implica un trabajo latente que tiene una mayor efectividad en nuestras acciones y en nuestras ideas 5 . No poseemos o 4

La mente es un lugar problemático y complejo, desde el planteamiento del yo escindido de Freud (yo, ello y superyó) hasta los tres registros de lo psíquico en Lacan (lo real, lo imaginario y lo simbólico). No obstante, aun así podemos comprender más o menos que de allí provienen los motivos de la acción, obviamente mediada por factores sociales, y reducir —aunque tengo mis reticencias— nuestro campo de visión a lo social. 5 Si bien Ortega y Gasset da una primacía a las creencias, con lo que estoy de acuerdo, es lógico pensar que las ideas y las creencias tienen una interacción que modifica su estructura primaria y su relación con la acción,

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elaboramos nuestras creencias, como es el caso de las ideas que tienen un ciclo de vida, sino que somos las creencias (cf. 16). El que seamos esas creencias tiene unos efectos fundamentales en nuestras percepciones, pensamientos y acciones. Por un lado, nos dicen que es la realidad (el mundo) y, por otro, constituyen nuestro ser (nuestro yo) (cf. 17), lo cual es análogo al concepto de identidad en ciencias sociales, muy trabajado por los cultural studies. Creencias e ideologías Ahora bien, entre estas creencias, de las cuales ya conocemos muchas de sus propiedades, se encuentran las ideologías. Pero, podemos encontrar varios tipos de creencias que no necesariamente son ideológicas. Podemos reconocer a primera vista que hay muchas creencias que están asociadas con personas específicas y sin embargo también las hay asociadas a grupos de personas de las más diferentes dimensiones; por lo que podemos distinguir a las creencias personales de las creencias sociales (esto es, compartidas y que suponen comunicación e interacción) (Cf. van Dijk 1999:48), las cuales no suponen mutua exclusión sino que tienen una relación similar a la de la habla y lengua planteada por Saussure. Las creencias personales se ubican en la memoria episódica (que guarda experiencias específicas) y las creencias sociales en la memoria semántica o social (Cf. 48). Estos dos tipos de creencias, también pueden referirse a creencias particulares referidas e hechos concretos (contextualizados) y a creencias generales referidos a cuestiones más abstractas, desligadas del contexto y que pueden ser utilizadas en muchas situaciones (cf. 51-52). Las ideologías se ubican dentro de las creencias sociales, por lo que aluden a los grupos, y dentro de estos, se ubican en las creencias generales y no en las particulares. Entonces, así de generalas o abstractas como son, “las ideologías deberían ser comparadas con las gramáticas más que con el lenguaje definido desde el punto de vista del conjunto infinito de sus ‘usos’” (52). A su vez estas ideologías, que siempre son grupales, son la base de las opiniones y los conocimientos del grupo. Las opiniones están referidas a evaluaciones valorativas o juicios de valor que se realizan sobre algún tema o suceso; y los y que además las creencias se vuelvan tales a partir de ciertas ideas-fuerza, en determinadas condiciones personales y sociales.

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conocimientos son verdades fácticas sujetos a criterios de verdad (cf. 54). Es decir que las ideologías generan lo que se considerara como subjetivo y objetivo, lo cual puede asemejarse a la distinción socrática entre doxa y episteme. Las ideologías tienen una base común en una determinada cultura compuesta por creencias comunes (cf. 57). Tales creencias comunes o culturales se enmarcan en una determinada sociedad a la que dan una especie de “verdad universal de base” sobre las cuales, a veces más a veces menos, las ideologías se elaboran (cf. 58). O sea que los valores y criterios de verdad de los grupos tienen cosas en común; pero, también pueden entrar en conflicto y competencia con otros grupos y con los órdenes doxasticos y epistémicos que se encuentran a nivel societal, dando lugar a luchas y articulaciones hegemónicas. Sin embargo, en esta distinción entre cultura e ideologías es donde existen muchas confusiones, parcializaciones, mal interpretaciones y etnocentrismos, dado que se cree que cierta cultura es la cultura por excelencia, lo que implica un montón de criterios de verdad y valores afianzados que declaran a los otros como ideológicos. Pero, en realidad: La distinción entre conocimiento cultural y grupal es recursiva y puede ser aplicada tanto a culturas completas como a subculturas. O sea, en un nivel histórico, intercultural o universal de descripción y explicación, aquello que es conocimiento cultural para una cultura puede aparecer como conocimiento de grupo específico a un nivel mayor. (60; énfasis mío)

Cuestión que no se debe perder de vista en los análisis sociales, en función del recorte o zoom que se haga de la realidad social. Ya bien ubicadas las ideologías entre las demás creencias y sistemas de creencias, queda anotar algunas de sus propiedades específicas dentro del grupo en el que se encuentran: asi como los axiomas de un sistema formal, las ideologías consisten en aquellas creencias sociales generales y abstractas, compartidas por un grupo, que controlan u organizan el conocimiento y las opiniones (actitudes) más específicas de un grupo. (72; énfasis mío)

Y, que además “deben ser funcionales para el grupo como un todo y reflejar las condiciones de su existencia y reproducción” (72). Finalmente, las ideologías se expresaran en los discursos, que a su vez presuponen una ideología latente.

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Bibliografía Ortega y Gasset, Jose 1976 “Creer y pensar”. En: Ideas y creencias. Madrid: Amorrortu. pp. 15-33 van Dijk, Teun 1999 “Creencias sociales”. En: Ideología. Una aproximación multidisciplinaria. Barcelona: Gedisa. pp. 47-75

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