“Aproximación a la biografía de fray Diego de Yepes”, en Carretero Calvo, R. (coord.), La Contrarreforma en la Diócesis de Tarazona. Estudios en torno al obispo fray Diego de Yepes, Tarazona, Centro de Estudios Turiasonenses de la Institución “Fernando el Católico”, 2013, pp. 11-25.

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Descripción

La Contrarreforma en la Diócesis de Tarazona Estudios en torno al obispo fray Diego de Yepes

La Contrarreforma en la Diócesis de Tarazona Estudios en torno al obispo fray Diego de Yepes

Rebeca Carretero Calvo (Coord.)

Rebeca Carretero Calvo (Coord.)

LA CONTRARREFORMA EN LA DIÓCESIS DE TARAZONA: ESTUDIOS EN TORNO AL OBISPO FRAY DIEGO DE YEPES

LA CONTRARREFORMA EN LA DIÓCESIS DE TARAZONA: ESTUDIOS EN TORNO AL OBISPO FRAY DIEGO DE YEPES Rebeca Carretero Calvo (coord.)

Tarazona, 2013

Edición a cargo del Centro de Estudio Turiasonenses (publicación n.º 80 del C.E.T. y n.º 3.275 de la Institución «Fernando el Católico»)

FICHA CATALOGRÁFICA La Contrarreforma en la Diócesis de Tarazona. Estudios en torno al obispo fray Diego de Yepes / Rebeca Carretero Calvo (coord.).— Tarazona: Centro de Estudios Turiasonenses de la Institución «Fernando el Católico», 2013. 208 pp. : il.; 23,5 cm. ISBN: 978-84-9911-262-6

Cubierta: Ecce Homo con sayones. Legado de fray Diego de Yepes Foto: José Latova © Del texto: los autores © De las fotografías: los autores © De la presente edición: Centro de Estudios Turiasonenses I.S.B.N.: 978-84-9911-262-6 Depósito Legal: Z 1671-2013 Imprime: Talleres Editoriales Cometa, S.A. Ctra. Castellón, km 3,400 – Zaragoza

Índice Presentación, por Jesús Criado Mainar...................................................................

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Aproximación a la biografía de fray Diego de Yepes, por Rebeca Carretero Calvo...........................................................................................................................

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El episcopado español en el siglo XVI. Pórtico a fray Diego de Yepes, obispo de Tarazona, por Tarsicio de Azcona....................................................

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Los obispos aragoneses durante el reinado de Felipe III (1598-1621), por Juan Ramón Royo García........................................................................................

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El legado artístico de fray Diego de Yepes: entre la emulación cortesana y la piedad religiosa, por Rebeca Carretero Calvo......................................

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Interrogantes en torno a un cuadro de la Visión mística de fray Diego de Yepes, por Aurelio A. Barrón García.............................................................

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Cristóbal de Vera, «pintor del ilustrisimo señor obispo de Taraçona» y el retablo de Santa Ana de la iglesia de San Francisco de Tarazona (Zaragoza), por Jesús Criado Mainar..................................................................

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Aproximación a la biografía de fray Diego de Yepes Rebeca Carretero Calvo

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odos sus biógrafos coinciden en afirmar que fray Diego de Yepes fue natural de la villa de Yepes en Toledo.1 Sin embargo, no logran ponerse de acuerdo al tratar de su verdadero nombre, pues unos, entre los que se encuentra fray Gregorio Argaiz, autor de la historia de la diócesis de Tarazona publicada en 1675, aseveran que en el siglo se llamaba Diego de Chaves «porque en el libro de las Gradas [sic] y Monjas de Santa Ana, de Carmelitas Descalças, que él fundó […] no le llaman sino Casas o Chaves, y una sobrina suya, que por su respeto se le dio alli el habito, se llamava Isabel de las Casas […]. De modo que su apellido fue Diego de Chaves y las Casas, y en la Orden fray Diego de Yepes, por su Patria».2 Para confirmar esto fray Gregorio describe las armas de su escudo que consta de un león, una parrilla y tres llaves de la siguiente manera, «el leon, por ser del Orden de San Geronimo; las Parrillas, a devocion de San

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Fray Gregorio Argaiz, Teatro Monástico de la Santa Iglesia, ciudad y obispado de Tarazona, vol. VII de La Soledad Laureada por San Benito, y sus Hijos, en las Iglesias de España, Madrid, imprenta de Antonio de Zafra, 1675, p. 436; Fray Francisco de los Santos, Quarta parte de la Historia de la Orden de San Geronimo, Madrid, imprenta de Bernardo de Villa-Diego, 1680, p. 338; Archivo del Convento de Santa Ana de Tarazona [A.C.S.A.T.], Fray Andrés de San Vicente Ferrer, Historia del Religiosisimo convento de Santa Ana de Carmelitas Descalzas de Tarazona, manuscrito, 1784, p. 1; y Javier Ors Pérez, «Relaciones entre la Orden de los jerónimos y las carmelitas en el siglo XVI: fray Diego de Yepes y Santa Teresa de Jesús», en Francisco J. Campos y Fernández de Sevilla (dir.), La Orden de San Jerónimo y sus Monasterios. Actas del Simposium (II). 1/5-IX-1999, Madrid, Estudios Superiores del Escorial, 1999, p. 1115. Fray Gregorio Argaiz, Teatro Monástico…, ob. cit., pp. 436-437. 11

Lorenço el Real del Escorial, donde fue prior; y las llaves, por ser divisa de los Chaves, que asi llaman las llaves los portugueses» [fig. nº 1].3 Otros autores, como el jerónimo fray Francisco de los Santos, el carmelita descalzo fray Andrés de San Vicente Ferrer o el investigador Javier Ors en un estudio reciente aunque siguiendo al cronista de Tarazona José María Sanz Artibucilla, señalan que sus padres se llamaron Alonso de Yepes y Chaves4 y María o Ana María Gómez de las Casas,5 y que incluso fue pariente de San Juan de la Cruz, en el siglo Juan de Yepes, oriundo de Fontiveros (Ávila).6 Fray Andrés, al considerar la cuestión del escudo de nuestro personaje, señala que tomó el león «por ser nacido en la villa de Yepes, que tambien lo tiene por armas, y en ella tiene su origen la cepa de este noble apellido», sin abordar ningún otro símbolo [fig. nº 2].7 Fray Diego nació el 25 de noviembre, festividad de Santa Catalina de Alejandría, de 1529 en Yepes (Toledo) y, tras ser educado en la religión, a los 21 años —en 1550— recibió el hábito jerónimo en el monasterio de La Sisla (Toledo), el día de San Miguel Arcángel.8 Sus prelados le enviaron a continuar sus estudios en el Colegio de San Antonio de Porta-Coeli de Sigüenza.9 En 1576 ya era prior de La Sisla, año en que también sería confesor de la madre Teresa de Jesús.10 Asimismo, rigió los monasterios de Jaén, Yuste (Cáceres), San Miguel del Monte en Zamora, San Jerónimo de Madrid, Gandía (Valencia), San Jerónimo de Cotalba (Valencia) y, finalmente, de San Lorenzo el Real de El Escorial.

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Ídem, p. 437. Javier Ors Pérez, «Relaciones entre…», ob. cit., p. 1115. Fray Francisco de los Santos, Quarta parte…, ob. cit., pp. 338-339. A.C.S.A.T., Fray Andrés de San Vicente Ferrer, Historia del Religiosisimo…, ms. cit., pp. 4-5; José Mª Sanz Artibucilla, Historia de la Fidelísima y Vencedora ciudad de Tarazona, Madrid, imprenta de Estanislao Maestre, 1930, t. II, p. 209; José Carlos Gómez-Menor Fuentes, «El bachiller Diego de Yepes, cura de Domingo Pérez, morador en Torrijos», Toletum, 5, (Toledo, 1972), árbol genealógico desplegable entre las páginas 166 y 167; y Javier Ors Pérez, «Relaciones entre…», ob. cit., p. 1115. A.C.S.A.T., Fray Andrés de San Vicente Ferrer, Historia del Religiosisimo…, ms. cit., p. 4. Fray Francisco de los Santos, Quarta parte…, ob. cit., p. 339. A.C.S.A.T., Fray Andrés de San Vicente Ferrer, Historia del Religiosisimo…, ms. cit., p. 10. Ofrece este misma información sin dudarlo Fray Francisco de los Santos, Quarta parte…, ob. cit., p. 339. Igualmente en Javier Ors Pérez, «Relaciones entre…», ob. cit., pp. 11151116. Fray Andrés indica que este dato lo deduce del tomo quarto de las cartas de nuestra madre Santa Theresa (Fray Andrés de San Vicente Ferrer, Historia del Religiosisimo…, ms. cit., p. 12). 12

1. Escudo de fray Diego de Yepes. Portada de la iglesia del convento de carmelitas descalzas de Santa Ana de Tarazona. Foto José Latova.

Aunque, como hemos advertido, fray Diego ingresó en la Orden de San Jerónimo, profesó un profundo respeto y una gran admiración por Santa Teresa de Jesús y su labor reformadora. De hecho, el 17 de agosto de 1581,11 siendo prior del monasterio de San Miguel del Monte en Zamora 12 «salio penitenciado al monasterio de Nuestra Señora de la Estrella en La Rioja por el corte de unos arboles», en cuyo trayecto se topó fortuitamente con Teresa de Jesús.13 El propio Yepes narra el episodio en la biografía que escribió de la «Andariega» de la siguiente manera:

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Ídem, p. 13. Fray Francisco de los Santos, Quarta parte..., ob. cit., pp. 339-340. Fray Gregorio Argaiz, Teatro Monástico..., ob. cit., p. 437; Fray Francisco de los Santos, Quarta parte..., ob. cit., p. 340; A.C.S.A.T., Fray Andrés de San Vicente Ferrer, Historia del Religiosisimo…, ms. cit., 1784, p. 13; y Javier Ors Pérez, «Relaciones entre…», ob. cit., p. 1116. 13

2. Sello episcopal de fray Diego de Yepes. Convento de carmelitas descalzas de Santa Ana de Tarazona. Foto José Latova.

En este tiempo, que la Santa estava en Soria, acabando yo de ser Prior de Zamora, embiaronme mis Perlados a morar a La Rioja, y passando por Osma, supe del Obispo (que ya avia buelto de Soria, que era muy grande amigo y conocido mio) que la Madre estava haciendo vna fundacion en aquella ciudad, y que avia de venir presto alli. Fue para mi vna nueva de grande alegria, y contento. Llego aquel dia a las ocho de la noche; yo la fuy a recebir a la puerta, y al baxar del carro, saludela, y preguntandome que quien era (porque como tenia el rostro cubierto con el velo, y era de noche, aun no me avia conocido) y diziendole yo, que Fray Diego de Yepes, ella callo, y yo me encogi, temiendo si me tenia olvido, o no le era agradable mi presencia. Estando despues a solas, le pregunte que que avia significado aquel silencio, quando le dixe quien era, que me avia dado mucha pena y admiracion juntamente. Ella me respondio: «Turbeme vn poco porque se me representaron dos cosas, que o deveys de yr penitenciado de vuestra Orden, o que quiere nuestro Señor pagarme el trabajo desta fundacion, con toparos aqui». Yo me console con este favor, y le dixe, que lo primero era verdad, mas que lo segundo no queria Dios que 14

lo fuesse. Dixo el tiempo que me avia de durar la penitencia, y dissimuladamente me reprehendio, diziendome: «Que me corriesse quando se me acabasse; que bien mostrava no estar bien determinado a padecer pues hazia caso de tan pocas cosas».14 Aunque fray Diego no lo recoge, varios de sus biógrafos detallan que, durante este encuentro, la Abulense sospechó que el jerónimo «iba pobre, y que llevaba pocos dineros para el camino», por lo que le hizo entrega de «cien reales de lo poco que ella traia», prestándoselos «asta que pidiese licencia a sus prelados para podermelos dar». Al parecer, Yepes los tomó «por ser de tan buena mano y tornarselos despues con el debido agradecimiento, porque no los havia menester».15 Al tiempo, fray Diego fue a devolverle las monedas, pero ella le contestó «vaya, guárdelas, y cuando sea obispo haga un convento a mis hijas».16 En 1586 fray Diego se encontraba en Madrid de donde viajó a Alba de Tormes (Ávila) para visitar el cuerpo incorrupto de la abulense acompañado del presidente del Consejo de Indias y del oidor del Consejo Real, acontecimiento que el propio Yepes relata en su Vida de Santa Teresa y que el Padre Silverio de Santa Teresa recoge en su historia de la Orden.17 En 1588 Yepes fue nombrado prior del monasterio de San Jerónimo de Cotalba (Valencia), hasta que en 1591, tras el Capítulo celebrado en San Bartolomé de Lupiana lo sería durante un trienio de El Escorial. En aquel tiempo fray Diego destacó tanto por su puntualidad en los asuntos espirituales y temporales del gobierno de la casa como por su calidad humana. Sin embargo, se vio envuelto en una situación un tanto embarazosa pues fray José de Sigüenza, consejero del monarca y bibliotecario del monasterio filipino, encausado en un proceso inquisitorial, lo inculpó como principal instigador de la causa interpuesta contra él pues, al parecer, nuestro personaje creía que estaba perdiendo influencia ante Felipe II en favor de Sigüenza.18

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Fray Diego de Yepes, Vida, virtvdes y milagros, de la bienaventvrada Virgen Teresa de Iesus, Madre y Fundadora de la nueva Reformacion de la Orden de los Descalços, y Descalças de Nuestra Señora del Carmen, Zaragoza, Angelo Tavanno, 1606, Libro 2, pp. 237-238. A.C.S.A.T., Fray Andrés de San Vicente Ferrer, Historia del Religiosisimo…, ms. cit., 1784, p. 22. Fray Gregorio Argaiz, Teatro Monástico…, ob. cit., p. 442. P. Silverio de Santa Teresa, Historia del Carmen descalzo en España, Portugal y América, Burgos, Monte Carmelo, 1937, t. VII, pp. 717-718. Véase Gregorio de Andrés, Proceso inquisitorial del padre Sigüenza, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1975, pp. 5-8 y 190-192, esp. nota a pie 100, p. 190. 15

Poco después, en 1594, Felipe II lo tomaría como confesor,19 sucediendo en el puesto al dominico y homónimo suyo Diego de Chaves.20 El 13 de septiembre de 1598 el Rey Prudente falleció con asistencia espiritual de fray Diego de Yepes.21 En agradecimiento de los servicios prestados a su padre, en 1599 Felipe III le presentó como obispo de Tarazona,22 sede vacante desde el 5 de marzo de 1597, día de la muerte de Pedro Cerbuna.23 El 31 de diciembre de 1599 fray Diego debió tomar posesión de la diócesis24 mediante procuradores25 y el 2 de enero de 1600 se celebró su consagración,26 aunque sabemos que hasta el 19 de febrero de ese mismo año no llegaría físicamente a Tarazona para regir su obispado [fig. nº 3].27 Antes de que acabara el mes de septiembre de ese mismo año el prelado comunicó al cabildo catedralicio su intención de hacer llegar a la ciudad a varias carmelitas descalzas como primeras moradoras del convento que se había propuesto fundar de inmediato. En el documento de institución del cenobio, el obispo expresaba la razón que le llevó a constituirlo «con gran gusto y consuelo de mi alma, en reconocimiento de la afiçion y devoçion que a la Sancta Madre Theresa de Jesus, su fundadora, tube en el tiempo

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Fray Gregorio Argaiz, Teatro Monástico…, ob. cit., p. 438; Fray Francisco de los Santos, Quarta parte..., ob. cit., p. 340; A.C.S.A.T., Fray Andrés de San Vicente Ferrer, Historia del Religiosisimo…, ms. cit., pp. 16-17; y Javier Ors Pérez, «Relaciones entre…», ob. cit., pp. 1116 y 1121. Fray Francisco de los Santos, Quarta parte..., ob. cit., p. 341; y Leandro Martínez Peñas, El confesor del rey en el antiguo régimen, Madrid, Editorial Complutense, 2007, pp. 352-355. Fray Francisco de los Santos, Quarta parte..., ob. cit., pp. 342-344. La narración detallada de las labores asistenciales de fray Diego de Yepes al monarca y la agonía de éste en sus últimos momentos se encuentra recogida en un texto redactado por el propio monje publicado en Rafael Vargas Hidalgo, «Documentos inéditos sobre la muerte de Felipe II y la literatura fúnebre de los siglos XVII y XVIII», Boletín de la Real Academia de la Historia, tomo CXCII, cuaderno III, (Madrid, 1995), pp. 378-387. Fray Francisco de los Santos, Quarta parte..., ob. cit., p. 344. A.C.S.A.T., Fray Andrés de San Vicente Ferrer, Historia del Religiosisimo…, ms. cit., pp. 19-20. La primera vez que el cabildo se puso en contacto por carta con el obispo electo está fechada el 1 de junio de 1599 (Archivo de la Catedral de Tarazona [A.C.T.], Caja 104, Libro de cartas del Cabildo de Taraçona comiença el año 1598, f. 27 v.). A.C.T., Libro de actas capitulares (1587-1605), ff. 141 v.-142. A.C.T., Caja 681, nº 1, Libro de Caxa del obispo de Tarazona don Fray Diego de Yepes de todo el dinero que se reçibe y gasta desde su consagraçion que fue a dos de enero de 1600, en que entra tanbien lo que se havia gastado en las Bulas y su despacho, aunque esto fue en el año de 1599, y en los Pontificales y otros gastos que se hizieron en Madrid. [Con otra letra:] Memoria de las cuentas del señor obispo de Tarazona don Diego de Yepes, f. 3. Ídem, f. 1. 16

que en esta vida la alcançe y trate y tengo mucho mayor despues que goça de aquella gloria y bien aventurança eterna por las muchas merçedes que por su medio e interçesion conozco aver recivido de nuestro Dios y Señor (por las quales me hallo muy obligado)»,28 al margen, pues, del episodio de las monedas anteriormente mencionado.29 Las religiosas fueron acogidas por el prelado en su residencia episcopal mientras adquirían, totalmente subvencionadas por el jerónimo, los diferentes solares en los que se erigiría el convento. En marzo de 1601 dio comienzo la fábrica del edificio con el albañil Juan González de Apaolaza, vecino de Tudela (Navarra). Sólo dos años más tarde, el 26 de julio de 1603, festividad de la madre de la Virgen, titular del cenobio, sería inaugurado.30 A partir de entonces fray Diego de Yepes sobresalió como un fiel seguidor de los postulados de la Contrarreforma en su labor pastoral y edilicia, pues en los trece años que permaneció al frente de la diócesis de Tarazona promovió importantes intervenciones en todo el obispado. Entre ellas cabe destacar la finaliza-

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3. Báculo de fray Diego de Yepes, plata y madera de carey. Catedral de Santa María de la Huerta de Tarazona. Foto Aurelio A. Barrón.

A.C.S.A.T., Escritura de fundazion de la capellania nutual que el señor obispo de Tarazona don fray Diego de Yepes fundo para el convento de las Religiosas Carmelitas descalzas de esta ciudad. La tradición ha querido justificar la presencia de dos monedas —una de oro y otra de plata— en uno de los relicarios del obispo apoyándose en las versiones de fray Gregorio Argaiz y fray Andrés de los Santos sobre el encuentro de Yepes y la madre Teresa comentadas en el texto. Rebeca Carretero Calvo, Arte y arquitectura conventual en Tarazona en los siglos XVII y XVIII, Tarazona, Centro de Estudios Turiasonenses y Fundación Tarazona Monumental, 2012, pp. 305-341. 17

4. Retablo mayor. Catedral de Santa María de la Huerta de Tarazona. Foto José Latova.

ción del seminario conciliar de San Gaudioso de la sede,31 la construcción del desaparecido convento de capuchinos de San José también en suelo turiasonense, la constitución del convictorio de carmelitas descalzos de Calatayud,32 el intento de creación de una capilla en las cárceles municipales de Tarazona,33 la renovación del retablo mayor de la catedral de la misma ciudad [fig. nº 4],34 la fábrica de las nuevas parroquiales35 de los lugares moriscos de Tórtoles,36 jurisdicción de los obispos de Tarazona, y de Cunchillos,37 la preocupación

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Juan Cruz Martínez Eraso, «Retazos históricos del Seminario Conciliar de San Gaudioso de Tarazona. Sus reformas más importantes», en Jesús Criado Mainar y Lucio Lalinde Poyo (comis.), Cuatro Siglos. IV Centenario de la fundación del Seminario Conciliar de S. Gaudioso, Tarazona, Diputación de Zaragoza, Obispado de Tarazona y Ayuntamiento de Tarazona, 1994, pp. 63 y 67. Rebeca Carretero Calvo, «El arquitecto Fr. Alberto de la Madre de Dios en Calatayud. El convento de carmelitas descalzos de San José (1599-1999)», en Actas del VII Encuentro de Estudios Bilbilitanos, Calatayud, Centro de Estudios Bilbilitanos, vol. II, 2009, pp. 473-492. Rebeca Carretero Calvo, «El lienzo de la capilla de la cárcel de Tarazona», Cuadernos de Estudios Borjanos, XLIX, (Borja, 2006), p. 71. Este espacio litúrgico, instalado en las cárceles municipales, no estaría dispuesto hasta comienzos de la década de 1630. Así se detalla en un documento de 1633 cuando se expresa que «para decir misa en la capilla que se ha echo en la carcel no ay lo necesario […], parece sera necesario hacer ornamentos que sean competentes para decir misa» (Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Tarazona [A.H.P.T.], Francisco Lamata, secretaría de 1633-1634 en el protocolo de 1633, ff. 816-822) (Tarazona, 4-XII-1633). Jesús Criado Mainar, «El retablo mayor de la catedral de Santa María de la Huerta de Tarazona (Zaragoza). Noticias sobre su realización. 1605-1614», Artigrama, 21, (Zaragoza, 2006), pp. 417-451. El estudio arquitectónico de ambos templos se encuentra en Rebeca Carretero Calvo, «La introducción del clasicismo en la arquitectura de Tarazona y su comarca», Tvriaso, XX, (Tarazona, 2010-2011), pp. 224-233. En este sentido, el 26 de febrero de 1602 el cabildo catedralicio se pone en contacto con Francisco Navarro de Eugui, tesorero de la catedral afincado en Roma en ese momento, para informarle de que «en Tortoles, lugar vezino a Taraçona, avremos de hazer una iglesia por no ser capaz la que alli ai para los del pueblo que siendo todos moriscos cualquier inconveniente es bastantemente para no ir a la iglesia, entendemos que su santidad a dado licencia para profanar otras para ayuda de hazellas nuevas i assi suplicamos a vuestra merced nos acuse caso que lo queramos pedir a su santidad desta si sera factible». En A.C.T., Caja 104, Libro de cartas del cabildo de Taraçona comiença el año 1598, ff. 46 v.-47. En una carta de Juan de Torrellas dirigida al obispo Yepes fechada el 21 de mayo de 1601 se expresa que «vuestra merced abra visto la necesidad que en el lugar de Cunchillos ai de reparar la iglesia y ensancharla conforme el justicia que vuestra merced tiene alli nombrado dira, que el se hallo presente quando fueron a ver esta necesidad las personas que el capitulo dispuso para esto y porque para ensancharla será menester un pedazo de patio que esta contiguo con la iglesia, suplicamos a vuestra merced nos la haga en mandar que dicho patio se tome para este efecto pues es tan del servicio de Dios nuestro Señor i cosa propia de vuestra merced. Tambien nos a parecido acordar a vuestra merced que por la 19

que demostró por las obras de la colegiata de Calatayud,38 o la edificación del crucero y de la nueva cabecera de la iglesia parroquial de El Buste,39 igualmente lugar de señorío de los prelados turiasonenses. Asimismo, el obispo Yepes proporcionó la pertinente autorización a distintas órdenes mendicantes para su establecimiento en todo el territorio diocesano —carmelitas descalzas, agustinos descalzos, capuchinos y dominicas en Calatayud,40 y agustinos y clarisas en Borja,41 entre otras fundaciones—. Durante el episcopado de fray Diego [fig. nº 5] volvieron a hacerse patentes las ansias de desmembración del deanado de Tudela y del arcedianado de Calatayud, problemas de los que el jerónimo fue puntualmente informado meses antes de que arribara a suelo turiasonense.42 Aun conociendo esta circunstancia, en marzo de 1601 Yepes se encontraba visitando la ciudad de Tudela.43 Esta estancia se prolongaría unos meses más pues tenemos conocimiento de que el 14 de mayo el cabildo catedralicio turiasonense tuvo la necesidad de dirigirse por escrito al prelado, en ese momento en Ablitas (Navarra), en la que lamentaba las dificultades que éste había tenido en Tudela, dando incluso «ocasion a escandalos por hazer vuestra señoria lo que esta obligado de justicia».44 El desorden debió ser tan sonado que el obispo Baltasar Navarro de Arroyta, dos mitras siguiente a la de fray Diego, se negaba a acudir a confirmar a los tudelanos salvo que «siempre que la Iglesia y ciudad le reciban con la reberencia y respecto devido sin riesgo de su vida ni de su familia como lo tubo el señor obispo don Diego de Yepes, sancto en costumbres y en mansedumbre,

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parte de primicia que vuestra merced lleva en ese lugar le toca acudir con algo al gasto que se ofrezera en este reparo». En A.C.T., Caja 104, Libro de cartas…, ms. cit., ff. 42 v.-43. Agustín Rubio Semper, Estudio documental de las artes en la Comunidad de Calatayud durante el siglo XVII, Calatayud, Centro de Estudios Bilbilitanos, 1980, p. 18. Rebeca Carretero Calvo, «La introducción…», ob. cit., pp. 234-246. José Ángel Urzay Barrios, Antonio Sangüesa Garcés e Isabel Ibarra Castellano, Calatayud a finales del siglo XVI y principios del XVII (1570-1610), Calatayud, Centro de Estudios Borjanos, 2001, pp. 236-238. Manuel Gracia Rivas, «La influencia de las órdenes religiosas en la vida cotidiana de la ciudad de Borja (Zaragoza)», Cuadernos de Estudios Borjanos, XXXIII-XXXIV (Borja, 1995), p. 16. Concretamente, el 15 de julio de 1599 el cabildo de la catedral de Tarazona dirigía una misiva al nuevo prelado a Madrid relatándole la situación del obispado antes de que se trasladara a él. En A.C.T., Caja 104, Libro de cartas…, ms. cit., ff. 31-31 v. Sabemos que al menos el 24 de marzo de 1601 fray Diego se encontraba en Tudela pues ese día los canónigos le escriben allí una carta (ídem, ff. 41 v.-42). Han llegado a nuestros días algunos fragmentos de diversas visitas pastorales del prelado al deanado de Tudela. Ídem, f. 42 v. Se hace eco de estos disturbios Argaiz en Fray Gregorio Argaiz, Teatro Monástico…, ob. cit., p. 452. 20

donde lo ultraxaron como es notorio y por ese respecto el señor don Martin Terrer no se atrevio a yr a Tudela en quince o diez y seys años que fue obispo de Taraçona aunque lo intento y procuro por no hallar siguridad como por no perjudicar los drechos de visita que le pertenecen a la mitra y la iglesia colegial niega».45 Otro episodio histórico que tuvo lugar durante los años en los que nuestro personaje ocupó la mitra turiasonense fue la expulsión de los moriscos de España decretada en 1610 por Felipe III. Sólo en la comarca de Tarazona casi el 70% de las localidades que la conformaban computaban población morisca e incluso componían en ocasiones vecindades enteras, caso de Tórtoles, donde su salida dejó a la mitra —su propietaria— un lugar completamente despoblado.46 De hecho, en una carta conservada en el Archivo de la Catedral fechada el 26 de febrero de 1602 el cabildo refiere que en Tórtoles «siendo todos moriscos cualquier inconveniente es bastantemente para no ir a la iglesia».47 No obstante, los moriscos se exten45

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5. Mitra de fray Diego de Yepes. Convento de carmelitas descalzas de Santa Ana de Tarazona. Foto José Latova.

A.H.P.T., Diego de Lorenzana y Valdés, 1634, ff. 40 v.-41 v., (Tarazona, 4-II-1634). Sobre estos enfrentamientos, ya existentes en época medieval, véase Mª Teresa Ainaga Andrés, «El derecho de visita pastoral en el Deanado de Tudela durante la segunda mitad del siglo XIV», Príncipe de Viana. Primer Congreso General de Historia de Navarra, 3. Comunicaciones Edad Media, (Pamplona, 1988), pp. 299-305. Véase Isabel Ainaga Andrés, «La repoblación de los antiguos lugares moriscos. Tórtoles (Zaragoza). 1610-1770. Consideraciones demográficas», Tvriaso, VIII, (Tarazona, 1989), pp. 83-105; y Mª Teresa Ainaga Andrés e Isabel Ainaga Andrés, «La expulsión de los moriscos y la repoblación de Grisel y Samangos (Zaragoza)», Tvriaso, XII, (Tarazona, 1995), pp. 159-193. A.C.T., Caja 104, Libro de cartas…, ms. cit., ff. 42 v.-43. 21

6. Arqueta con los restos mortales de fray Diego de Yepes. Coro bajo de la iglesia del convento de carmelitas descalzas de Santa Ana de Tarazona. Foto José Latova.

dían por todo el territorio diocesano, desde Ágreda hasta Calatayud,48 por lo que su salida constituyó un duro varapalo demográfico,49 económico y social para toda la diócesis turiasonense. En este sentido, el propio Yepes,50 al nombrar a su visitador general para recibir informes sobre su conducta

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A este respecto puede consultarse la Distribución geográfica de los moriscos aragoneses que se incluye en José Manuel Latorre Ciria y otros, Bibliografía y fuentes para el estudio de los moriscos aragoneses, Teruel, Centro de Estudios Mudéjares, 2010, s. p. Fray Gregorio Argaiz señala que con la expulsión quedaron «los lugares limpios de tan mala gente, aunque despoblados, si bien se han buelto a poblar ya los mas de ellos, con gente sana y segura». En Fray Gregorio Argaiz, Teatro Monástico…, ob. cit., p. 449. Fray Diego de Yepes mostró especial atención a la evangelización y conversión al cristianismo de miembros de otras religiones como podemos comprobar en el bautismo que él mismo dispensó a un turco que se encontraba en Tarazona a comienzos del siglo XVII y al que dio el nombre de Juan Bautista. La recepción de las aguas bautismales tuvo lugar el 14 de abril de 1602 en la parroquia de San Andrés de la Seo turiasonense, actuando como padrinos del convertido Diego de Ganza y Bernardina Muñoz (Archivo de la Parroquia de San Andrés de la Catedral de Tarazona, Libro IV de Bautismos (1600-1622), f. 27). 22

religiosa, reconocía que «en el dicho obispado de Tarazona ay muchos lugares de moriscos».51 A partir de 1611 los años hicieron mella en las fuerzas de fray Diego por lo que necesitó contar con la ayuda de un coadjutor. Este cargo sería desempeñado por fray Gabriel de Santa María, asimismo monje jerónimo e hijo del monasterio toledano de La Sisla.52 El 7 de mayo de 1613,53 martes, a la edad de 84 años, el obispo Yepes falleció en Tarazona. Siguiendo sus deseos, sus restos mortales se conservan en el interior de una arqueta embutida en el muro del coro bajo de la iglesia del convento de carmelitas descalzas de Santa Ana [fig. nº 6]. Fray Diego de Yepes destacó asimismo como autor de tres importantes obras literarias tituladas Historia particular de la persecucion de Inglaterra, y de los martirios mas insignes que en 7. Portada de Historia particular de la persecucion ella ha avido (Madrid, Luis Sánchez, de Inglaterra, y de los martirios mas insignes que 1599) [fig.  nº  7];54 Breve relacion de en ella ha avido (Madrid, Luis Sánchez, 1599), obra de fray Diego de Yepes. algunas cosas notables de la Santa Madre Teresa de Iesus, escrita, y enviada por el Reverendissimo Obispo de Tarazona, Fray Diego de Yepes, siendo Visitador de su Orden, al Doctissimo Padre Fray Luys de Leon Catredatico de Escritura de la Universidad de Salamanca, incluida en Libros de la B. Madre Teresa de Iesus, Fundadora de los Monasterios de Monjas, y Frayles Carmelitas Descalzos de la primitiva Regla, (Nápoles, Constantin Vidal, 1604); y Vida Virtudes y Milagros, de la Bienaventurada

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José Vallejo Zamora, «Los moriscos de Torrellas entre 1495-1610: Consideraciones demográficas», Tvriaso, VII, (Tarazona, 1987), pp. 316-319 [doc. nº 2]. Fray Francisco de los Santos, Quarta parte..., ob. cit., p. 349. Fray Francisco de los Santos erra al anotar el día del deceso del obispo, pues indica que tuvo lugar el 20 de mayo (ibídem). Guido Mancini Giancarlo, «La obra histórico-apologética de fray Diego de Yepes», Thesaurus, Boletín del Instituto Caro y Cuervo, 9, (Bogotá, 1953), pp. 153-158. 23

Virgen Teresa de Iesus, Madre y Fundadora de la nueva Reformacion de la Orden de los Descalços, y Descalças de Nuestra Señora del Carmen (Zaragoza, Ángelo Tavanno, 1606) [fig. nº 8].55 No queremos concluir esta breve aproximación biográfica sin insistir en que la llegada a la sede episcopal de Tarazona del religioso jerónimo fray Diego de Yepes, antiguo prior de San Lorenzo de El Escorial y confesor de Felipe II en sus años finales, resultó determinante de cara a la aplicación de la nueva espiritualidad acuñada en el Concilio de Trento (1545-1563) que ya había tenido en su predecesor, el aragonés Pedro Cerbuna (1585-1597), un firme baluarte. Hombre piadoso y de amplio calado intelectual, consti8. Portada de Vida Virtudes y Milagros, de la Bienaventurada Virgen Teresa de Iesus, Madre y tuye un buen ejemplo de obispo ideal Fundadora de la nueva Reformacion de la Orden de la Contrarreforma, que no sólo hizo de los Descalços, y Descalças de Nuestra Señora residencia efectiva en su diócesis y predel Carmen (Zaragoza, Ángelo Tavanno, 1606), obra de fray Diego de Yepes. dicó con asiduidad la Palabra de Dios a su grey, sino que visitó la misma de forma reiterada, incluida su catedral, y dedicó una parte fundamental de sus rentas a promover fundaciones eclesiásticas en el ámbito de su dominio diocesano. Así, puso un empeño muy particular en la introducción en el obispado turiasonense de varias órdenes de la Contrarreforma, señaladamente el Carmelo descalzo y los capuchinos, que se sumaron al trabajo de la Compañía de Jesús, llegada en tiempos de Cerbuna tanto a Calatayud —en 1585— como a Tarazona —en 1591— y en los primeros meses del pontificado del propio Yepes también a Tudela —en 1600—. Su paso por El Escorial, donde Felipe II había reunido un fabuloso tesoro de reliquias sacras en parte «rescatadas» del ultraje y la profanación en territorios sometidos a control de los protestantes fue, sin duda, determinante para despertar en él un piadoso fervor hacia los vestigios de los santos, en sintonía con los postulados tridentinos y del que nos han llegado algunos testimonios 55

Recientemente, se ha puesto en duda la autoría de este libro. Véase Javier Ors Pérez, «Relaciones entre…», ob. cit., pp. 1113-1127. 24

preciosos entre los que no está de más recordar el de la reliquia del Santo Sudor de la Virgen en el santuario mariano de Tobed,56 así como su propia acumulación en varios relicarios que legó al convento de carmelitas de Santa Ana de Tarazona. Este estrecho contacto con el monarca generaría también en el jerónimo un interés artístico que le llevaría a promover el encargo de numerosas pinturas que reproducirían algunas de las obras que el Rey Prudente poseyó en el cenobio escurialense.

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Véase Jesús Criado Mainar, El Renacimiento en la comarca de la Comunidad de Calatayud. Pintura y escultura, Calatayud, Centro de Estudios Bilbilitanos y Comarca Comunidad de Calatayud, 2008, p. 258. 25

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