Aprendamos a enseñar con tecnología

September 11, 2017 | Autor: Ramón Salaverría | Categoría: Education, New Media, Educational Technology, University
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CAMPUSELMUNDO5

MIÉRCOLES 21 DE MAYO DE 2008

no de esta universidad y relata que, en su facultad, «los materiales tienen muchos años de uso, lo cual suele acarrear problemas a la hora de realizar prácticas y experimentos». Con cierto grado de resignación añade: «Por suerte, por muy anticuado que sea el equipo, suele ser suficiente para poder realizar la práctica satisfactoriamente». Estos dos ejemplos son sólo un reflejo de los muchos alumnos de diversas titulaciones que han querido mostrar a CAMPUS la escasez de medios con la que cuentan en sus respectivas facultades, principalmente aquéllos que necesitan trabajar diariamente con material digital e interactivo –Arquitectura, Ingeniería, Comunicación, Física, Química, Informática, etc.–.   NOCIONES BÁSICAS

Atendiendo a las quejas de muchos alumnos, expertos y profesionales han reiterado en multitud de ocasiones la necesidad de esa «mayor inversión y especialización por parte del profesorado». Sin embargo, reconocen que muchos estudiantes también necesitarían mejorar y ampliar sus nociones y conocimientos en el uso de estas Nuevas Tecnologías. Así lo explica Guzmán Mancho, director del Grupo de Innovación Docente Filwit de la Universidad de Alcalá: «Al igual que se imparten cursos cero sobre determinadas materias troncales, podría hacerse lo mismo con las competencias digitales, de tal forma que el alumno comience su andadura universitaria con las nociones básicas de aquellas herramientas informáticas con las que va tener que trabajar diariamente».   DESDE EL VICERRECTORADO...

Cada vez son más las universidades españolas que cuentan con un Vicerrectorado de Tecnología e Innovación Docente. Una de ellas es la Universidad de Alicante (UA) que tiene a Faraón Llorens como máximo responsable de este vicerrectorado. Ante la pregunta de cuáles son las principales funciones de su sección, Llorens apunta que «la primera y principal es la de crear un entorno adecuado en el que la comunidad universitaria

pueda hacer un uso correcto de las TIC» y añade que «no tener personas dentro del Consejo de Gobierno que sepan cómo funcionan las Nuevas Tecnologías supondrá un retraso importante para esa institución, que se verá distanciada de las demás». Por último, aboga porque desde las instituciones públicas se potencie la denominada «alfabetización digital», dando todo tipo de facilidades para que el alumno pueda gozar en casa de aquellas tecnologías a las que también tiene acceso en el centro universitario.   ¿NOS MIRARÁN MAL?

La apertura al nuevo Espacio Europeo de Educación Superior supone, además de un avance para la equiparación de títulos y la mejora en movilidad de alumnos y docentes, un escaparate en el que exhibirse para intentar atraer alumnos y docentes de prestigio. De ahí que, para algunos, esta deficiencia en el uso de las Nuevas Tecnologías se vea como un handicap dentro de esa misión por llamar la atención de grandes cerebros. El rector de la Politécnica madrileña, Javier Uceda, prefiere quitarle hierro al asunto y afirma que, «aunque queda mucho camino por recorrer» antes de la llegada de Bolonia, la buena o mala aplicación de las Nuevas Tecnologías «no será un problema capital que determine la exclusión de España como posible destino para un estudiante o investigador europeo». «Entran en juego otros muchos factores y además, con los países del sur de Europa estamos bastante empatados, por lo que no creo que sea determinante», añade. Una visión totalmente distinta a la de Faraón Llorens, quien sostiene que hay que darle a este asunto la importancia que se merece, ya que, «claramente, se va a producir un gran distanciamiento entre aquellas universidades que potencien el buen uso de las TIC y aquéllas que no lo hagan». Con cierta seriedad añade: «Las TIC van a pasar de ser meras herramientas a ser estrategias de mercado que permitan potenciar la excelencia de una universidad y atraer así a más alumnos de fuera».

Aprendamos a enseñar con tecnología por Ramón Salaverría

E

ntre los profesores de Universidad circula una anécdota, que nadie sabe si es del todo cierta, pero da que pensar. Por lo visto, un profesor se disponía a pronunciar una conferencia y el encargado de la técnica en la sala le preguntó: «¿Trae usted un PowerPoint o tiene algo que decir?». No se sabe si la pregunta iba con segundas pero, a poco que uno frecuente congresos académicos o haya asistido a ciertas clases universitarias, reconocerá que aquel humilde técnico formuló la pregunta correcta. Hoy día, en las aulas de la Universidad se hace en general poco uso de la tecnología como herramienta didáctica. Pero lo peor quizá es que cuando se emplea, a menudo se usa mal. Los profesores universitarios siguen apegados a viejos modelos pedagógicos, donde la forma convencional de enseñar, incluso cuando recurren al apoyo de presentaciones informáticas, es la clase magistral –y entiéndase el adjetivo en su acepción más prosaica: un señor que explica mientras sus alumnos se limitan a oír y, con un poco de suerte, a escuchar–. No cabe duda de que cuando un profesor es además maestro, esa forma de dar clase basta y sobra. Sin embargo, como no hay tantos maestros como se quisiera, a los profesores cada vez nos resulta más imprescindible aprovechar los recursos técnicos que facilitan una enseñanza más activa, eficaz e interesante. Y los hay. En los últimos años nos hemos beneficiado de una avalancha de tecnologías que nos permiten revitalizar los métodos de enseñanza. Hoy las universidades pueden dotar a sus aulas de dispositivos audiovisuales, pizarras interactivas y sistemas digitales

de todo tipo. Las clases, además, pueden extenderse más allá del horario lectivo gracias a los sistemas de intranet, los blogs educativos o las bibliotecas virtuales. Existe, en suma, un sinfín de tecnologías que permiten enseñar mejor, siempre que se parta de la premisa de que el profesor ha de tener «algo que decir». La tecnología no debe emplearse como una máscara de la incompetencia, sino como un refuerzo de la excelencia. Ahora que el sistema universitario español ultima sus reformas con vistas a su

adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior, es imprescindible que los profesores reflexionen sobre qué herramientas tecnológicas deben utilizar para la mejora de su docencia. Esta reflexión debe ir acompañada de inversión económica y apoyo de las instituciones, sin duda. Pero quizá más importante que ese apoyo sea un ingrediente personal previo: la voluntad. Ramón Salaverría es director del Laboratorio de Comunicación Multimedia (MMLab) de la Universidad de Navarra.

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